etel kacero comp5

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El Psicodiagnóstico como acontecimiento Etel Kacero Pensar el PSD como un acontecimiento que se desarrolla y emerge precisamente durante su transcurso. PSD: es una co-producción con otro que participa en ese juego vincular, acotado en el tiempo. Es un hecho singular que puede ser inscripto como novedad en la vida de una persona. Los efectos pueden tomar diversas formas: De pensamientos Palabras, Aparición de recuerdos, Manifestación de conductas inesperadas, Nuevas emociones o sensaciones no conocidas Repeticiones de modos vinculares de los que no se tiene registro que aparecen dramáticamente en escena (esto sucedería si no median las palabras). En tanto aparece como novedad, es susceptible de producir otras marcas: 1. el despliegue del mundo interno en la transferencia 2. marcas que cobran un valor instituyente como un nacimiento que surge del encuentro singular. En la medida en que lo que emerge de esa relación aparece como algo distinto, no vivido hasta el momento, puede ser considerado como un acontecimiento. Algo que sucede que se distingue del curso uniforme de los fenómenos. Sólo se puede enunciar desp de que ha sucedido. Es imprevisto, no cabe en el saber, sino en el suceder, en el devenir, y por lo tanto, en algún movimiento temporal en que alguno lo experimen- ta, y puede, recién entonces, vivenciar su marca y convertirlo en relato. Lo que ocurre en esos pocos encuentros en que se desarrolla la tarea, no es mero despliegue de l que ya estaba antes. 1

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Page 1: Etel KAcero Comp5

El Psicodiagnóstico como acontecimientoEtel Kacero

Pensar el PSD como un acontecimiento que se desarrolla y emerge precisamente durante su transcurso.PSD: es una co-producción con otro que participa en ese juego vincular, acotado en el tiempo. Es un hecho singular que puede ser inscripto como novedad en la vida de una persona.Los efectos pueden tomar diversas formas:

• De pensamientos• Palabras, • Aparición de recuerdos,• Manifestación de conductas inesperadas,• Nuevas emociones o sensaciones no conocidas• Repeticiones de modos vinculares de los que no se tiene registro que

aparecen dramáticamente en escena (esto sucedería si no median las palabras).

En tanto aparece como novedad, es susceptible de producir otras marcas:1. el despliegue del mundo interno en la transferencia2. marcas que cobran un valor instituyente como un nacimiento que

surge del encuentro singular.En la medida en que lo que emerge de esa relación aparece como algo distinto, no vivido hasta el momento, puede ser considerado como un acontecimiento.

Algo que sucede que se distingue del curso uniforme de los fenómenos.Sólo se puede enunciar desp de que ha sucedido.Es imprevisto, no cabe en el saber, sino en el suceder, en el devenir, y por lo tanto, en algún movimiento temporal en que alguno lo experimen-ta, y puede, recién entonces, vivenciar su marca y convertirlo en relato.

Lo que ocurre en esos pocos encuentros en que se desarrolla la tarea, no es mero despliegue de l que ya estaba antes. Hay una emergencia de algo nuevo, se genera un intersticio, un movimiento de apertura.El vínculo que tiene lugar es el que permite tal emergencia, la cual implica la presencia del otro en su carácter de ajenidad1 y como tal produce un efecto de subjetivación en cada uno de los participantes. Esa ajenidad tiene que ver con una exterioridad incognoscible.El efecto de presencia es doble ya que al mismo tiempo que actúa la presencia de la propia interioridad, conocida por el sujeto, está tb presente el otro, que, al ser exterior está revestida de la vivencia de ajenidad y por lo tanto de incognoscibilidad (Puget).

En esa interacción hecha de ajenidad y apropiación se produce una especie de metabolismo transformador en los dos integrantes. Algo se crea y emerge en

ese encuentro.

1 El Otro marca fronteras. El Otro siendo protados de un mundo incognoscible, genera algo en el otro y viceversa.

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Algo ocurre por primera vez, se instituye una huella que podrá convertirse en marca de apertura hacia otra forma de pensar y/o sentir, una determinada cualidad que no estaba se hace presente.Suplencia: cuado la presencia del otro agrega, y ese agregado desmantela una organización que parecía cerrada, produciéndose un movimiento que cambia el camino instituido por lo anterior.Se da un cambio de significación; todo psicodiagnosticador no sólo tiene la evidencia de tal transformación, sino que tiene en la mira el que “algo quede picando” en la mente del sujeto, que lo que puede haber de acontecimiento en el encuentro, acontezca de verdad.Bion sostiene la idea de transformación como acontecimiento. La transformación es lo que se produce en cada vínculo que es nuevo, en tanto no es previsible. El presente se va construyendo. El pasado condiciona pero no alcanza para explicar el desenvolvimiento que va adviniendo en la persona.

Podemos considerar la situación desde la relación de interlocución que el diálogo psicodiagnóstico funda. El diálogo instaura un cierto tipo de relación entre dos personas a través de la interlocución. El sujeto responde a mi demanda y no se trata sólo de su performance, sino que el psicodiagnosticador es un actor en la escena que se desenvuelve, ya que a él se destinan las respuestas.En ese momento y en ese espacio, el psicólogo desempeña la función de co-enunciador y ese “actor”, esa presencia, produce efectos.Ahí no juega sólo el inevstimento del sujeto, sino tb el del psicólogo.: ambos participan activamente del acontecimiento dialógico.Transferencia, dos perspectivas:

• como reedición facsimilar mejorada y aún revisada: el paciente actual sólo es significado como soporte de la proyección de su acontecer infantil

• como una creación dependiente de la situación analítica: si la transferencia es tomada en el contexto de la situación presente en este vínculo pasa a ser el resultado de lo actual y nuevo: hay una producción, un campo de novedad.

Ello es posible porque ni el paciente sólo despliega sus experiencias, sus relaciones de objeto infantiles (ahora como reedición de un antes), ni el psicólogo se reduce a ser una pantalla neutra. Ambos yoes no serán los mismos antes de producirse el proceso psd que desp.

El efecto de presencia del psicodiagnosticador hace que algo se construya allí mismo e instaure, una “marca de origen”.La dimensión vincular, acontecial, actual y actualizante, puede ser decisiva para el sujeto, tanto como iluminadora para nosotros al permitirnos tener la oportunidad de observar cuáles circunstancias, cuáles modalidades vinculares pueden ser favorecedoras de salud, de libertad, inhibición o surgimiento de una mayor flexibilidad. Algo nos ocurre tb a nosotros al experimentar que esa terceridad es posible y nosotros somos parte de su creación.

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La vida psíquica no es un sistema cerrado y es en ese sentido que los encuentros, las pérdidas, los hechos que se produzcan en ese lapso puedan ser considerados como “acontecimientos”.Sólo pensando en un sistema abierto podemos admitir que el suceso no tenía un lugar previo, es a partir de allí que se le deberá hacer un lugar (lo que ocurre hoy puede explicarse a partir de lo que ocurrió ayer), algo se anuda allí y en este tiempo en el que gestos, palabras y movimientos ocurren y transcurren.Lo producido como respuestas a las distintas herramientas utilizadas y lo producido en lo vincular deberá ser leído como un texto nunca producido antes.La enunciación de ese sujeto en esa circunstancia es la que nos interesa para operar y elegir estrategias pertinentes de abordaje.Tb hay que tener en consideración al lugar y la presencia del psicólogo como otro activo, despertador y no meramente receptor de información: es en ese sentido que es promotor, junto con el sujeto, de nuevos significados, acontecimientos. El paciente puede ubicarse en un lugar distinto, quizás inaugural, para su vida.Los encuentros, en un PSD son escasos. De allí que se produzca un escenario muy cargado de emociones para ambos.Lo gestual, lo escénico se condensará con la palabra. Los intercambios de miradas testimonian las emociones que se juegan.La voz tb es una forma en que se condensa la cualidad de la presencia del otro, claro, no tan drásticamente como la mirada.Se desarrolla otro intercambio compuesto de indicios visuales, auditivos y hasta afectivos, de gestos, ritmos, de movimientos que van constituyendo un “clima”, una fuerza que es tanto más eficaz que el contenido estrictamente informativo de la conversación.El encuentro con las distintas herramientas tb será generador de conductas, despertador de reacciones, de significaciones y de desafíos nunca experimentados.La tarea del psicólogo es poder generar un contexto simbólico para que se produzca algún tipo de metabolización. La producción de dicho contexto dependerá de si el psicoadiagnosticador no sobreimpone la técnica y los modos operatorios que las caracterizan, a lo que va sucediendo en este recorte espacio temporal del vínculo.La persona va a tener una conducta repetitiva, mecánica, poco implicada si el psicólogo se limita a repetir y aplicar consignas.La cuestión no es aplicar correctamente las consignas, sino dar lugar a que algo aparezca a través de la mediación de ese otro constituido por el particular soporte de cada uno de los instrumentos.Pensar que el vínculo y lo que este genera en ese “entre dos” (sujeto-material de prueba; sujeto-psicólogo) no es sólo el despliegue de lo que ya había o la proyección de uno sobre otro como si fueran dos mundos con límites precisos e independientes, uno adentro y otro afuera. En el momento de desarrollarse la tarea, se juegan, además del saber del psicólogo y del objetivo de la prueba, la vida fantasmática, las circunstancias personales de los dos participantes; hay un enlace en una dinámica de co-evolución creativa particular. Algo se crea en esa participación.

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La dicotomía2 sujeto-psicólogo se disuelve para dar paso a un bucle de co producción de subjetividad.A veces ese “entre dos” deja de operar y se produce una enajenación en el otro. Esto es conocido para nosotros como algo que ocurre en el paciente; pero que en ocasiones puede ser el efecto que sufre el psicólogo que es invadido por el monto emocional que determina un clima de borramiento de las identidades, o tb por las estrategias manipuladoras que lo hacen olvidar el objetivo y el rol propios. Hasta en el cuerpo de cualquiera de los dos pueden aparecer sensaciones extrañas.Aunque tb es necesario tener en cuenta que en la temporalidad en que transcurre el psd no podemos hablar de que lo que surge es una nueva subjetividad; si aparecen flashes de comprensión súbita a partir del relato que la persona hace de su vida, a partir de las preguntas del psicólogo, de los gestos, cruce de miradas y el encuentro de cuerpos.No hay sólo resultados en un psd, sino tb efectos.

Tb pueden aparecer marcas que comiencen un proceso de desagregación o confusión mayor, una falta de contención o de comunicación. Es entonces cuando el acontecimiento deviene en trauma.

La ética en el psd está hecha de la conciencia de esa vincularidad y al mismo tiempo, de la amenidad, en tanto considero la presencia del otro como otro que tb me hace verme a mí a través de sus ojos, palabras, emociones y gestos. Con ellos se funda y sostiene la relación de un sujeto con otro sujeto.Lo ético seria saber no sólo que debo cuidarlo como sujeto sino advertir que el otro me deja un lugar de sujeto.

2 Que la asimetría de lugar a la simetría: se puede lograr comunicando la transferencia. Dar ligar a que fluya el sujeto porque tiene que ver con las experiencias tempranas con lo preverbal y que en otro momento son interpretadas como otras cosas, por ej. Como resistencias, que según Winnicott se las toma como actuación y el sujeto busca sus palabras o medios para comunicarse.

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Se trata de algo calculable

Acontece, ocurre sin poder ser pensado de

antemano.

Lo traumático, escapa permanentemente a la producción narrativa; al no poder ser capturado por la

palabra se hace síntoma; no se transforma en memoria, permanece como fragmento vivencial, se

presentifica como agujeros o bloques erráticos que no se ensamblan al psiquismo.