estudio polit pcas regonini unidad 1.pdf

30
Gloria Regonini £1 estudio de las políticas públicas SUMARIO.!. PRIMERAS DEFINICIONES. 2. ORÍGENES Y DIFUSIÓN DE LOS ESTU- DIOS DE POLICY. 3. LA ARTICULACIÓN INTERNA DE LOS POLICY STUDIES. 4. LA POLICY ANALIYSIS. 5. LA POLICY SCIENCES. 6. EL INCREMENTALISMO. 7. LOS ESTUDIOS SOBRE IMPLEMENTACION. 8. EL ESTUDIO DEL POLICY MA- KING. 9. LOS ACTORES. 10. LAS IMÁGENES «POLICENTRICAS». 11. LOS ESTI- LOS DECISORIOS. 12. EL CICLO DE LA VIDA DE LAS POLÍTICAS PUBLICAS. 13. LA ESTRUCTURA DE LAS POLÍTICAS EN JUEGO. 14. LAS REGLAS DEL JUE- GO. 15. EL ENFOQUE DEDUCTIVO EXPLICATIVO. 16. PERSPECTIVAS DE IN- VESTIGACIÓN. 1. PRIMERAS DEFINICIONES El estudio de las políticas públicas se caracteriza por una curiosa anomalía: los investigadores se hallan divididos, no sólo por las meto- dologías, sino también por la misma definición del objeto de estudio. Precisar cuáles son los elementos constitutivos de una política pública constituye, en efecto, una operación más bien compleja tanto a nivel teórico como operativo. Las dificultades se hacen evidentes si tenemos en cuenta la diversidad de opiniones de los mismos «padres fundado- res» de la disciplina: para LASSWELL y KAPLAN (1950), una política es «un programa proyectado de valores, fines y prácticas», mientras que, según LINDBLOM (1959, 86), úpolicy making «es un proceso de aproxi- maciones sucesivas a un objetivo deseado, donde incluso éste se halla sometido a continuas reconsideraciones». El acento puesto sobre el control orgánico y programado de la intervención pública, implícito Documentación Administrativa / n. u 224-225 (octubre 1990-marzo 1991)

Upload: carina-ogueta

Post on 27-Sep-2015

24 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

  • Gloria Regonini

    1 estudiode las polticas pblicas

    SUMARIO.!. PRIMERAS DEFINICIONES. 2. ORGENES Y DIFUSIN DE LOS ESTU-DIOS DE POLICY. 3. LA ARTICULACIN INTERNA DE LOS POLICY STUDIES.4. LA POLICY ANALIYSIS. 5. LA POLICY SCIENCES. 6. EL INCREMENTALISMO.7. LOS ESTUDIOS SOBRE IMPLEMENTACION. 8. EL ESTUDIO DEL POLICY MA-KING. 9. LOS ACTORES. 10. LAS IMGENES POLICENTRICAS. 11. LOS ESTI-LOS DECISORIOS. 12. EL CICLO DE LA VIDA DE LAS POLTICAS PUBLICAS.13. LA ESTRUCTURA DE LAS POLTICAS EN JUEGO. 14. LAS REGLAS DEL JUE-GO. 15. EL ENFOQUE DEDUCTIVO EXPLICATIVO. 16. PERSPECTIVAS DE IN-VESTIGACIN.

    1. PRIMERAS DEFINICIONES

    El estudio de las polticas pblicas se caracteriza por una curiosaanomala: los investigadores se hallan divididos, no slo por las meto-dologas, sino tambin por la misma definicin del objeto de estudio.Precisar cules son los elementos constitutivos de una poltica pblicaconstituye, en efecto, una operacin ms bien compleja tanto a nivelterico como operativo. Las dificultades se hacen evidentes si tenemosen cuenta la diversidad de opiniones de los mismos padres fundado-res de la disciplina: para LASSWELL y KAPLAN (1950), una poltica esun programa proyectado de valores, fines y prcticas, mientras que,segn LINDBLOM (1959, 86), policy making es un proceso de aproxi-maciones sucesivas a un objetivo deseado, donde incluso ste se hallasometido a continuas reconsideraciones. El acento puesto sobre elcontrol orgnico y programado de la intervencin pblica, implcito

    Documentacin Administrativa / n.u 224-225 (octubre 1990-marzo 1991)

  • 60 Gloria Regonini

    en la primera definicin, se atena hasta desaparecer en la segunda,ms ligada en cambio a aspectos como el ajuste ininterrumpido de losfines, la adaptacin recproca o la negociacin.

    La tensin entre estos elementos aparentemente contradictorios,pero inevitablemente presentes si bien con intensidades variablesen cada policy ha generado una serie de definiciones generadoras a suvez de los distintos planteamientos analticos. Al pluralismo de las de-finiciones de poltica pblica corresponde, en efecto, el pluralismo delas denominaciones y de las metodologas aplicadas al mbito de la dis-ciplina en el que hallamos trminos recurrentes como policy studies, po-licy sciences, policy analysis o simplemente public policy.

    En este ensayo hablaremos del estudio de las polticas pblicas,que incluye el conjunto de las investigaciones basadas en este tema, re-servando los otros trminos para planteamientos ms especficos y quesealaremos oportunamente.

    Tambin en el plano emprico la determinacin de la unidad de an-lisis constituye una fase de la investigacin especialmente delicada. Enefecto, una poltica pblica no es un fenmeno objetivo dotado de unperfil evidente y bien definido (HECLO 1972, 82). La primera tarea delinvestigador es, por tanto, de tipo casi hermenutico (SCHARPF 1978a,349), y consiste en delimitar qu soluciones a qu problemas se ha-llan asociadas en un contexto determinado, a la intervencin pblicaen un determinado sector.

    Ligado a la eleccin de los criterios a seguir para delimitar los con-tornos de una determinada poltica pblica, aparece el tema de la de-teccin de los actos significativos que revelan su presencia. Si se con-sideran elementos suficientes las simples declaraciones de intencin, laintroduccin de una partida de gasto en el presupuesto estatal o la ins-titucin de una estructura burocrtica ad hoc, deberemos contestar afir-mativamente. En cambio, si se es ms estricto, exigiendo la realizacinefectiva de iniciativas coordinadas, entonces slo una pequea partede la intervencin pblica superar la prueba. La decisin de situarseentre estos dos extremos no es slo un problema formal, sino que serelaciona con una serie de opciones estratgicas para el desarrollo dela investigacin. La frontera entre la ausencia y la existencia de una po-ltica pblica constituye, en efecto, una zona extremadamente intere-sante, ya que la elaboracin terica tambin nos permite decir algo so-bre las no polticas, como indica implcitamente la definicin de DYE,segn el cual todo lo que los Gobiernos deciden hacer o no hacer cons-tituye una poltica pblica (DYE, 1975; tambin BACHRACH y BARATZ,1963).

  • El estudio de las polticas pblicas 61

    2. ORGENES Y DIFUSIN DE LOS ESTUDIOS DE POLICY

    Las investigaciones efectuadas en torno a la formulacin, adopcine implementacin de las polticas pblicas se han difundido de formano homognea en las diversas tradiciones culturales. Los Estados Uni-dos ostentan una clara primaca a este respecto, ya sea en sentido cro-nolgico, habida cuenta de la nacionalidad de los padres fundado-res de la disciplina, ya sea en sentido cuantitativo, puesto que la granmayora de las investigaciones, revistas y publicaciones ms significa-tivas, proceden todava de dicho pas. Esta clara preponderancia hacondicionado especialmente los lmites de las investigaciones empri-cas, ya que, como indica HOGWWOD (1984, 27), los autores america-nos escriben, a menudo, como si los Estados Unidos fueran el nicolugar del universo dotado de polticas pblicas. En algunos pases eu-ropeos como la Gran Bretaa, Alemania o Suecia, surgieron iniciativascientficas explcitas en este campo. En Italia, el anlisis de las polti-cas pblicas constituye una disciplina universitaria desde hace slo po-cos aos.

    El retraso con que este tipo de estudios aparece como sector de in-vestigacin autnomo en los pases latinos respecto al mundo anglosa-jn obedece quiz a una dificultad de lxico (VON BEYME, 1986, 541):como es sabido, en nuestro vocabulario existe un nico trmino po-ltica para identificar, ya sea la actividad de ampliacin del consensoy del poder por parte de un grupo, de un partido o de una coalicin,ya sean las lneas de intervencin de los centros de decisin pblicosen un determinado sector, como la educacin, la sanidad o la defensa,mientras que la lengua inglesa dispone de dos expresiones claramentediferenciadas, respectivamente, politics y policy.

    Volviendo a los Estados Unidos, el desarrollo del estudio de las po-lticas pblicas puede considerarse como el efecto directo del enormecrecimiento que las ciencias sociales conocieron a partir de los aosveinte con la consiguiente profundizacin de la reflexin sobre el pa-pel de stas en la solucin de los grandes problemas que conoce la so-ciedad. A partir de las iniciativas tomadas en aquellos aos por CHAR-LES MERRIAM en la Universidad de Chicago para relacionar ms estre-chamente la investigacin acadmica con los problemas concretos degestin de la cosa pblica en la sociedad industrial, en 1927 se tomla decisin de constituir un comit de polticas pblicas en el seno dela American Political Science Association; si bien la actividad de dichoorganismo fue mas bien modesta, sta supuso sin embargo el inicio deuna tendencia destinada a reforzarse en los aos siguientes (DALLMAYR,1986). Posteriormente, la Gran Depresin, el New Deal y la segundaguerra mundial se caracterizaron por la aparicin de grupos muy cua-

  • 62 Gloria Regonini

    lificados.de investigadores activamente comprometidos en la formula-cin de modelos para el anlisis de problemas tales como la desocu-pacin, la marginacin en los barrios perifricos urbanos o la pobrezaen las reas rurales.

    Al final de los aos cuarenta, en el seno de la ciencia poltica ame-ricana, aparecen dos tendencias que, por caminos diversos, contribu-yen de hecho a consolidar el inters de los estudiosos por las polticaspblicas. El primer grupo se muestra muy crtico con respecto al plan-teamiento y a los resultados de la disciplina oficial, considerada dema-siado acadmica y alejada de los problemas reales de los ciudadanos,en nombre de una presunta asepsia que de hecho rayara casi la indi-ferencia. Como remedio, este grupo propone el desarrollo de un en-foque interdisciplinar de los problemas sociales, una nueva orientacinen la seleccin de los temas de investigacin al objeto de privilegiar elcriterio de la relevancia social y la plena asuncin por parte del inves-tigador de las responsabilidades civiles que de hecho le ataen.

    Al mismo tiempo, otros grupos de estudiosos, movidos por finali-dades ms tericas, siguiendo tambin la onda de la revolucin com-portamentista, defienden la necesidad de perseguir un conocimientoms realista y documentado de cmo se adoptan efectivamente las de-cisiones pblicas mediante la deteccin y la reconstruccin de los pro-cesos concretos de agregacin del consenso y de gestin del poder.

    3. LA ARTICULACIN INTERNA DE LOS POLICY STUDIES

    De estos distintos intereses analticos se derivan las dos grandesvas de investigacin que articulan los estudios sobre polticas pbli-cas. La primera, caracterizada por finalidades ms prescriptivas, ana-liza los procesos de formulacin y ejecucin de la intervencin pblicaen clave diagnstico-teraputica, con el propsito explcito de mejorarlos resultados. La segunda prevalentemente positiva o explicativa, tien-de a reconstruir las modalidades de los procesos de decisin, las ca-ractersticas de los actores participantes y las relaciones entre las dis-tintas fases del policy making al objeto de formular modelos ms rea-listas e incisivos del modo de adopcin de las decisiones relativas a laasignacin de valores en una sociedad. Esta ltima perspectiva, resu-mida sintticamente por muchos autores como diferencia entre cien-cia para el policy making y ciencia del policy making (LASSWELL1951; DROR, 1971), se basa en la doble acepcin implcita del trminode policy, a la vez una actividad finalizada que requiere la valoracinde sus resultados en funcin de sus objetivos y un proceso empricoque exige explicaciones en trminos de causas y condiciones(SCHARPF, 1978a, 346).

  • El estudio de las polticas pblicas 63

    Junto a esta distincin centrada en las distintas finalidades que losestudios de policy tratan de perseguir, es oportuno considerar otro as-pecto basado en la diferencia entre dos grandes opciones metodolgi-cas: dentro de este sector de la disciplina podemos identificar, en efec-to, investigaciones que siguen un enfoque prevalentemente inductivoy otras basadas, en cambio, en demostraciones de tipo prevalentemen-te deductivo. Los autores que adoptan este ltimo enfoque se refierenhabitualmente a la economa, la ciencia social que, ms que cualquierotra, se propone seguir una argumentacin lgica de tipo axiomticoo racional, en las que una serie de afirmaciones muy elaboradas sobrelas elecciones de los consumidores y los inversores en determinadas cir-cunstancias se hacen derivar de algunas premisas relativamente simplessobre la racionalidad de los actores y las condiciones que determinanel funcionamiento correcto del mercado. Si bien resulta evidente quenuestras dimensiones identifican continua, y no variables dicotmicas,y aunque sea fcil demostrar que en cada proyecto concreto de inves-tigacin confluyen objetivos y mtodos diversos, la combinacin de losejes de estudio comentados genera cuatro polos que en cierto modofacilitan la ubicacin de las distintas contribuciones de los policy stu-dies, ya sea en relacin a las finalidades (prevalentemente prescriptivaso prevalentemente explicativas); ya sea respecto a la metodologa adop-tada (prevalentemente inductiva o prevalentemente deductiva), ofre-cindonos las coordenadas necesarias para dibujar un primer mapaorientativo en este sector complejo, as como una primera delimitacinde las relaciones existentes con las disciplinas contiguas.

    En nuestro itinerario a travs del mencionado mapa, considerare-mos, en primer lugar, los rasgos esenciales de los estudios con finali-dades prescriptivas que adoptan metodologas de tipo deductivo, de-dicando despus el espacio central de nuestra exposicin a las inves-tigaciones que reivindican relaciones explcitas con la ciencia poltica;como conclusin, aludiremos slo brevemente a los anlisis referidosa mtodos deductivos con pretensiones prevalentemente explicativas.

    Teora de las organizaciones | FINALIDAD | Ciencia polticaCiencia de la Administracin sociolgica

    \ PRESCRIPTIVA DESCRIPTIVA Sr ,

    INDUCTIVO Estudio de la implementacin Estudio del policy making

    Incrementalismo

    , Nueva| MTODO I I Ciencia de las polticas Estudio del output ' < economa

    poltica

    DEDUCTIVO i Anlisis de las polticas Anlisis racionales del policy makingI 1

    Ciencias del management Public choiceeconoma del bienestar teora de juegos

  • 64 Gloria Regonini

    4. LA POLICY ANALYS1S

    El hecho de iniciar la exploracin del cuadro anterior a partir delngulo inferior izquierdo implica en cierto modo un reconocimientodel papel que la economa ha desempeado histrica y analticamenteen el inicio de los estudios de policy, en particular gracias a la econo-ma del bienestar y a la ciencia de las finanzas. Esta es sin duda algunala ciencia social que antes que cualquier otra ha tratado de dar una res-puesta rigurosa al problema de la valoracin de la intervencin pbli-ca como va alternativa al mercado en la asignacin de los bienes. Comoes sabido, alrededor de este problema se ha desarrollado la parte nor-mativa de la ciencia econmica, sobre todo a travs de las elaboracio-nes tendentes a integrar el concepto paretiano de eficiencia, conside-rando como ms bien restrictivo y fuertemente orientado a favor delstatus quo, puesto que atribuye un poder de veto a cualquier individuoque se considere penalizado por las elecciones colectivas.

    El resultado ms consistente de esta lnea de investigacin se hallaconstituido por el concepto de funcin del bienestar social formuladopor BERGSON y SAMUELSON, mediante el cual se prev la posibilidad deagregar las distintas funciones del bienestar individual de los miem-bros de una sociedad dentro de una funcin nica, capaz de ser asu-mida como punto de referencia por la autoridad pblica para valorarlas distintas propuestas de intervencin estatal, favoreciendo las que in-crementan el bienestar colectivo y eliminando las que lo reducen.

    Adems de estas temticas, nuestro primer cuadrante recoge las su-gerencias metodolgicas de las ciencias del management y en especialdel anlisis de sistemas, gracias a las cuales las decisiones en materiade policy se equiparan a la bsqueda de la solucin ms racional deun problema, es decir, las situaciones en las que la correcin del re-sultado final depende de la adopcin de procedimientos concretos:partiendo de la delimitacin exacta del tema planteado y de los obje-tivos que se pretende alcanzar se trata de construir un modelo suscep-tible de ofrecer una representacin adecuada del sistema en el que sequiere intervenir con indicacin puntual de las variables ms significa-tivas y de las relaciones que las unen. Una vez establecidas la natura-leza y la suma de los recursos disponibles, las tcnicas de optimizacinpermiten seleccionar las estrategias ms indicadas para la obtencindel resultado deseado, obteniendo el mximo de beneficios con los m-nimos costes (BACKOFF y MITNICK, 1986; DUNN, 1981).

    Generalmente, la aplicacin de estos modelos conceptuales a las po-lticas pblicas recibe el nombre de rational policy analysis o, simple-mente, de policy analysis. El objetivo de estos estudios consiste en in-vestigar la naturaleza, las causas y los efectos de las distintas alternati-

  • El estudio de las polticas pblicas 65

    vas disponibles para la solucin de un problema de policy, con el finexplcito de influenciar de forma ms o menos directa el proceso deseleccin de las alternativas.

    5. LAS POLICY SCIENCES

    Paralelamente a la consolidacin de las tcnicas para el policy analy-sis se han desarrollado otros temas de investigacin que indican unamenor confianza en las posibilidades de plantear el estudio de las po-lticas pblicas con arreglo a criterios deductivos racionales, mostran-do fuertes dudas en cuanto a la incidencia prctica de este tipo de diag-nstico. Los trabajos que se autositan en el seno de las policy sciencesocupan, por as decirlo, una posicin intermedia. Esta denominacinidentifica no slo un enfoque metodolgico especfico, sino un verda-dero movimiento cuyas races histricas se encuentran en el crecienteinters por las polticas pblicas que, a finales de los aos cuarenta, semanifestaba en el seno de la ciencia poltica americana. Sus defenso-res, si bien se identifican con muchos de los objetivos y las tcnicasde las ciencias del management, tambin se distancian de stas debidoaun mayor convencimiento de los lmites de dicho planteamiento y auna percepcin ms clara de la especificidad de los procesos deciso-rios cuando estn en juego las poltica pblicas (LASSWELL y LERNER,1951).

    Esta ambigedad tambin se halla presente en la compleja aporta-cin intelectual del principal exponente de dicho enfoque, HaroldLASSWELL, ora ferviente creyente en el progreso tecnolgico, ora crti-co severo de las bases ideolgicas del saber cientfico, valedor conven-cido de la intrnseca inspiracin democrtica de las policy sciences, perotambin defensor de una separacin estricta entre hechos y valores, sos-tenedor del anlisis racional de los problemas de policy y, al mismotiempo, preocupado por las escasas posibilidades de aplicacin prc-tica de las opciones sugeridas por el investigador. La reflexin sobrelos problemas planteados por la transformacin de las indicaciones delpolicy analyst en actos polticos concretos constituye precisamente laaportacin ms original de este enfoque al conocimiento de las polti-cas pblicas. Conocido como Knowledge utilization, este tipo de estu-dios afronta explcitamente temas como la determinacin de las con-diciones que favorecen o dificultan la aceptacin de los diagnsticosformulados por los tcnicos, los criterios deontolgicos a los que estosltimos deben atenerse cuando se les pide la valoracin de polticas cu-yos objetivos no comparten, o el eventual derecho/deber de defenderlas soluciones tcnicamente mejores, recurriendo si es necesario a in-formar a la opinin pblica (MAC RAE, 1977).

  • 66 Gloria Kegonini

    Como es fcil de suponer, este tipo de enfoque lleva inmediata-mente al investigador a plantearse preguntas complejas sobre los pro-blemas derivados de la utilizacin de las ciencias sociales y sobre la re-lacin entre poder y saber, preguntas que se hallan en las antpodasde la inicial inspiracin tecnocrtica del policy analysis, y que en algu-nos aspectos establecen puntos de contacto con las teoras anti o postpositivistas, como demuestran las frecuentes alusiones a la teora crti-ca del conocimiento y a la hermenutica (DROR, 1983; DALLMAYR,1986).

    6. EL INCREMENTALISMO

    Las crticas al anlisis de las polticas pblicas estructuradas en basea los modelos de rational problem solving han alcanzado una consis-tencia y un radicalismo fuera de toda duda en el seno de un sector deinvestigacin desarrollado al final de los aos cincuenta, precisamentepara reivindicar un conocimiento ms realista, basado en datos emp-ricos, del modo con que se adoptan efectivamente las decisiones depolycy: nos referimos al conjunto de aportaciones englobables en elconcepto de incrementalismo.

    Este enfoque, fortalecido a raz de algunos fracasos evidentes de in-novaciones basadas en el anlisis coste-beneficio o en otros mtodosde programacin, asume como punto de partida la reflexin sobre es-tos fracasos considerados, no como simples consecuencias de circuns-tancias desfavorables, sino como la demostracin de una rotunda faltade comprensin de los procesos reales mediante los cuales se formu-lan y se adoptan las polticas pblicas (WlLDAVSKY, 1970).

    El enfoque resultante de este tipo de consideraciones mantiene re-laciones estrechas con las nuevas tendencias surgidas de la teora delas organizaciones, especialmente gracias a la aportacin de autorescomo SIMN, THOMPSON, LANDAU. LOS conceptos bsicos de esta ela-boracin subrayan la complejidad de las relaciones organizativas, lascondiciones de incertidumbre en que se adoptan gran parte de las de-cisiones y la importancia de la capacidad de aprendizaje continuo. Caberecordar, sin embargo, que los especialistas que se ocupan de polticaspblicas no se limitan a una aplicacin mecnica de estos esquemas,sino que a su vez exportan ideas, ejerciendo una influencia en las dis-ciplinas conexas, como demuestra la estatura intelectual de investiga-dores COmo LlNDBLOM y WlLDAVSKY.

    Dicho enfoque reivindica una doble superioridad: en el plano des-criptivo, por el mayor realismo con que se analizan los procesos deadopcin de las polticas pblicas; en el plano prescriptivo, porque lle-vando al nivel de conocimiento y de dignidad cientfica las estrategias

  • El estudio de las polticas pblicas 67

    seguidas por los autores, pueden evitarse los errores y las frustracionesa que conducen los enfoques racionales o sinpticos. Para LINDBLOM,en efecto, la nica forma incisiva de policy analysis es la que consigueinferirse en los juegos que de hecho practican los policy makers cuan-do comparan y ajustan sus preferencias en un riguroso proceso de in-teraccin social. Slo el proceso poltico, con sus negociaciones, sus pa-gos laterales, sus aplazamientos, puede aspirar a resolver o, por lo me-nos, atenuar los conflictos de intereses implcitos en cada eleccin p-blica de una cierta relevancia. La superioridad del partisan mutual ad-justment (ajuste partidista mutuo) reside, en efecto, en la constatacinde que los distintos actores consiguen soluciones asignativas ms satis-factorias o menos arriesgadas, adoptando precisamente una actitud dereivindicacin de sus propios intereses, en lugar de preseguir la reali-zacin del inters general (LINDBLOM, 19792).

    Si ello es cierto, el papel del analista de polticas pblicas sufre unarevisin radical: su trabajo reviste, en efecto, aspectos prcticamenteartesanales (MAJONE, 1980; WILDAVSKY, 1979), ya que requiere unasensibilidad especial para intuir los lmites y las potencialidades deagregacin del consenso de las propuestas en juego.

    Por otra parte, las fases mismas del anlisis resultan trastocadaspuesto que, al contrario de cuanto sostienen los autores del rationalpro-blem solving (solucin racional de los problemas), el significado exac-to del problema que se pretende resolver se revela nicamente al finaldel proceso decisorio y no al comienzo (LINDBLOM, 1959, 86; SIMN,1966, 19; WILDAVSKY, 1979; MARCH y OLSEN, 1976). Su planteamien-to no constituye pues un hecho meramente tcnico, sino que represen-ta la verdadera puesta en juego, ya que la relevancia de los recursosque los distintos actores pueden acreditar depende de sta. Como afir-ma SCHATTSCHNEIDER (1960, 68) en una observacin a menudo citadala definicin de las alternativas es el instrumento supremo del poder.

    Por ello, la estrategia menos costosa de aproximacin a la esenciade un problema de policy consiste en el recurso al disjointed incremen-talism, es decir a la valoracin de las soluciones previamente adopta-das, modificndolas parcialmente slo en la medida en que su inope-rancia resulta evidente. Este modo de proceder presenta tambin laventaja de comportar una reduccin drstica de las informaciones ne-cesarias, permitiendo un ajuste continuo de las finalidades a los medios.

    7. LOS ESTUDIOS SOBRE IMPLEMENTACION

    El desarrollo lgico de las crticas al rational problem solving for-muladas por el incrementalismo consiste en cuestionar de forma casiprovocatoria la divisin en fases: en efecto, los estudios sobre imple-

  • 68 Gloria Kegonini

    mentacin no parten de la deteccin exacta del problema, sino del exa-men de las respuestas especficas. Aparece as en el primer plano lafase ms oscura y confusa del policy making, aqulla en la que por ra-zones en gran parte inevitables, los actores actan claramente al mar-gen del modelo racional. De hecho, no existe ninguna alternativa sus-ceptible de prever de forma minuciosa todas las eventualidades quepueden presentarse durante las fases de ejecucin: la imprecisin o lasdesviacin con respecto al proyecto original constituyen en cierta me-dida algo fisiolgico. Por otra parte, los conflictos pocas veces quedandefinitivamente resueltos durante la fase de decisin por lo que tien-den a reaparecer continuamente, si bien bajo formas distintas. Por l-timo, y debido a que los objetivos declarados de muchas polticas p-blicas son extremadamente ambiciosos, las competencias resultan ine-vitablemente inadecuadas y los recursos insuficientes (BARDACH, 1977;BARRETT y HILL, 1984; HANF y TOONEN, 1985).

    Sin duda alguna, tanto la teora de las organizaciones como la cien-cia de la administracin han inspirado en buena medida los estudiossobre implementacin. A este respecto cabe recordar no obstante que,si bien stos comparten con la ltima disciplina el supuesto de que elncleo central del proceso de gobierno se encuentra en su gestin ad-ministrativa concreta quiz ms que en la fase de adopcin de una po-ltica pblica, tambin se distancian, de forma a veces polmica, delplantemamiento tradicional de dichos estudios al denunciar la insufi-ciencia de la distincin entre decisin poltica y ejecucin burocrtica,considerando la totalidad del proceso de aprobacin e implementacinde una poltica como una cadena ininterrumpida de decisiones, en laque el grado de discrecionalidad de los actores puede ser incluso mselevado en las ltimas fases que en las primeras.

    La aportacin de WILDAVSKY se sita en esta perspectiva. Para esteautor, la redifinicin de los objetivos es un hecho normal, fisiolgicoe incluso una alternativa vlida al fracaso total cuando los objetivos ini-ciales se revelan claramente alejados del espacio de intervencin rea-lista de una administracin. Esta situacin corresponde a muchas po-lticas sociales cuyo xito exigira modificar ntegramente algunos com-portamientos muy arraigados en determinados grupos o individuos.Basta pensar, por ejemplo, en la relacin entre salud y hbitos de vida.

    Adems de estas tensiones, generadas por la inseguridad de los ob-jetivos, las polticas pblicas se ven cada vez ms obligadas a afrontardificultades que no nacen de factores exgenos, como la hostilidad delambiente o la limitacin de los recursos econmicos, sino de la inter-ferencia de otras polticas pblicas que reducen el margen de accinde las primeras. En efecto, con arreglo a la ley de las amplias solu-ciones (WILDAVSKY, 1979, 63), cuanto mayores son los problemas quese intenta resolver, mayores son las probabilidades de que la solucin

  • El estudio de las polticas pblicas 69

    adoptada acabe interfiriendo con otras polticas, lo cual da lugar a nue-vos problemas, generndose un proceso de previsin de intervencio-nes cuyo nico objeto consiste en atenuar las contradicciones surgidasde las anteriores.

    8. EL ESTUDIO DEL POLICY MAKING

    Consideramos ahora de modo ms directo las aportaciones que gi-ran en torno al tercer polo, puesto que adoptan un mtodo prevalen-temente inductivo y se plantean finalidades especficas con objeto deprofundizar la comprensin de las modalidades concretas, mediantelas cuales se seleccionan y se ejecutan las polticas pblicas. Como yahemos anticipado, a esta seccin le dedicamos una atencin particularpor tratarse de las investigaciones que mantienen los lazos ms estre-chos con la ciencia poltica. Si bien puede afirmarse que, desde sus or-genes, dicha disciplina ha centrado implcitamente su atencin en loque los gobiernos hacen (GRUMM, 1975), sin embargo, slo en los l-timos aos dicho inters ha generado estudios que, gracias a un mayorconocimiento metodolgico, superan tanto el riesgo de las generalida-des implcito en las reflexiones sobre las actividades del Estado,cuanto el mero intento descriptivo de las reconstrucciones histricaspuntuales.

    Desde 1967, cuando por vez primera se form un grupo de trabajosobre public policy en un congreso de la American Political Science As-sociation, este tipo de enfoque ha experimentado un desarrollo ex-traordinario tanto en los centros de investigacin privados o semip-blicos como en las universidades, donde la multiplicacin de los cur-sos, escuelas, revistas y congresos ha contribuido definitivamente a laafirmacin de estas nuevas materias en el mbito de la ciencia poltica.La enorme difusin alcanzada ha llegado incluso a levantar recelos en-tre algunos de los padres fundadores de la disciplina, quienes ven eneste xito estrepitoso el peligro de que personas incompetentes e in-cluso charlatanes (DROR, 1983, 44) puedan aprovecharse de una nue-va y atrayente etiqueta para legitimar de algn modo viejos enfoquese investigaciones superficiales.

    Aunque la demanda de mayor realismo y mejor documentacin enel anlisis de lo que realizan las instituciones pblicas tenga races le-janas reconocibles en la escasa atraccin ejercida en los aos sesentapor las categoras ideolgico-polticas en la comprensin de los fen-menos sociales, en el campo especfico de la ciencia poltica, el origende dicho inters quiz puede vincularse a una serie de temas suscita-dos por algunos grupos de investigacin en los aos inmediatamenteprecedentes. Nos referimos en primer lugar a los estudios preferente-

  • 70 Gloria Regonini

    mente dedicados a explicar la variacin (en el tiempo o el espacio) delas decisiones de policy adoptadas por los gobiernos. El enfoque sist-mico, que identifica el centro del proceso poltico con la fase de trans-formacin de los inputs en outputs, llev a los estudiosos a indagar elpoder explicativo de las variables que se refieren a los aspectos carac-tersticos de las organizaciones polticas y de los aparatos instituciona-les (caractersticas de los partidos, grado de centralizacin, composi-cin y estabilidad de los gobiernos, etc.) frente a aqullas que descri-ben el ambiente socioeconmico en que opera el sistema (renta per c-pita, nivel de industrializacin, grado de instruccin, etc.). La variabledependiente se identifica a menudo con los datos cuantitativos relati-vos a la evolucin del gasto en los distintos sectores de intervencinpblica, haciendo depender la verificacin de la hiptesis de la inten-sidad de las correlaciones surgidas de las elaboraciones estadsticas.

    Entre las variables polticas que se someten ms a menudo a lascomprobaciones de los output studies figuran las que describen la orien-tacin poltico-ideolgica de los gobiernos, clasificados en funcin decategoras como derecha/izquierda, progresista/conservador, pro-tra-bajo/pro-capital, etc.

    Las preocupaciones que inspiran este tipo de investigaciones pue-den resumirse en la ya clsica pregunta importa la poltica? (Does po-litics matter?) (SHARPE y NEWTON, 1984; CASTLES y MCKINLAY, 1979).Las primeras elaboraciones estadsticas, realizadas al inicio de los aossesenta con resultados contradictorios, ofrecan respuestas ambiguas.As, por ejemplo, las investigaciones cuantitativas relativas al gasto p-blico y a su asignacin a los distintos mbitos de la intervencin esta-tal (defensa y orden pblico versus welfar) indicaban que otras varia-bles, ligadas al desarrollo demogrfico, econmico y social de una na-cin, disponan de un poder explicativo ms amplio (DYE, 1966; Wl-LENSKY, 1975).

    Actualmente, la investigacin sobre las relaciones entre las caracte-rsticas polticas de los gobiernos y sus opciones macroeconmicas tien-de a distanciarse del campo de los policy studies para constituir el seg-mento ms importante de un nuevo sector de estudio: la nueva pol-tica econmica (neto political economy). Los investigadores dedicadosal estudio de las polticas pblicas han criticado duramente el plantea-miento de este tipo de anlisis, acusndolo de manifestar un intersslo aparente por las policies, por su ignorancia de algunos aspectosesenciales como las modalidades concretas de aprobacin, el gradoefectivo de implementacin o el grado de satisfacin de los destinata-rios (VAN DYKE, 1968).

    El segundo campo de estudio relevante se halla constituido por lasinvestigaciones tendentes a identificar las redes de actores ms signifi-cativos y evaluar su grado respectivo de influencia en los procesos pre-

  • El estudio de las polticas pblicas 71

    vios a la adopcin de algunas decisiones pblicas importantes. Anima-das por una clara actitud antisinptica, dichas investigaciones tiendena valorar la importancia del anlisis contextual y del estudio de casos.Ante todo, y en estrecha consonancia con las teoras pluralistas, mu-chas investigaciones empricas han ofrecido una reconstruccin de losmecanismos de negociacin y adaptacin recproca entre los distintosgrupos de intereses, verificando la estructura de las interacciones don-de stas se hacen ms evidentes y accesibles: en las decisiones de po-licy adoptadas por los gobiernos locales (DAHL, 1961a; CLARK, 1968).Al propio tiempo, algunas reconstrucciones histricas minuciosas delos grandes programas de intervencin pblica, especialmente en el sec-tor del Welfare, han enriquecido el cuadro de las variables relevantes,revelando la importancia de factores como la cultura y la disponibili-dad para la innovacin de los funcionarios administrativos o la activi-dad de organizaciones religiosas y humanitarias (BURNS, 1953; HECLO,1972).

    El tercer factor que cabe mencionar no constituye slo un campode investigacin, sino un verdadero movimiento, basado en la afirma-cin del criterio de la relevancia social en la definicin de las priori-dades de estudio para el politlogo (GARSON, 1986, 14). Dicha tenden-cia, consolidada al final de los aos cuarenta, en coincidencia con laagudizacin de tensiones polticas y sociales profundas en el seno delos Estados Unidos, se esforzaba por situar en el centro de la investi-gacin los grandes problemas de la pobreza, la discriminacin racial yla violencia, reivindicando el derecho-deber del politlogo a un mayorcompromiso civil. Sus defensores insistan en la urgencia de superar elparadigma comportamentista, considerado responsable de la acepta-cin de la imagen consolatoria de la poltica ofrecida por el pluralis-mo, con sus referencias a la libertad de competencia entre intereses yal juego de interdependencias entre los distintos grupos sociales. A pe-sar de las duras polmicas de aquellos aos, cabe reconocer que la re-lacin existente entre el comportamentismo y el estudio de las polti-cas pblicas no ha llevado a la ruptura, sino a una controversia per-manente (VON BEYME, 1986, 544). El criterio mismo de la relevanciano es extrao a dicho enfoque, puesto que, como indica GRUMM (1975,441), el impacto de las polticas pblicas en los individuos y los gru-pos es un dato poltico como pueda serlo el impacto de los individuosy los grupos en las polticas pblicas. De hecho, el reconocimiento msimportante del derecho de ciudadana de los estudios policy orienteden el seno de la ciencia poltica se debe al mismo DAVID EASTON (1969),con el famoso discurso titulado La nueva revolucin en la cienciapoltica.

    Para no convertirse en un mero ejercicio descriptivo, los estudiosque giran en torno al tercer polo de nuestro mapa requieren la cons-

  • 72 Gloria Regonini

    truccin y utilizacin de instrumentos analticos precisos capaces deorientar la recogida y la utilizacin de los datos.

    Que se trate de reconstruir un caso especfico o, a mayor abunda-miento, de comparar las polticas que se desarrollan en el tiempo y enel espacio, lo esencial es disponer de modelos o, al menos, de concep-tos, imgenes o metforas (KAPLAN, 1964, 265), capaces de superar lasingularidad de una situacin especfica al objeto de analizarla en suselementos constitutivos y establecer comparaciones, dirigiendo el an-lisis hacia una mejor comprensin del modo de adopcin de las deci-siones pblicas.

    A nuestros efectos, agruparemos dichos instrumentos conceptualesen cinco grandes categoras analticas, cuyas posibilidades de combi-nacin reflejan la variedad de procesos concretos de formulacin y eje-cucin de las polticas pblicas:

    las caractersticas de los actores ms influyentes y frecuentes; el estilo de los procesos decisorios; la dinmica que caracteriza las distintas fases en que se articula

    el ciclo de vida de una policy; la estructura de los problemas en juego; las reglas del juego.

    9. LOS ACTORES

    Para simplificar nuestra exposicin, agruparemos las distintas im-genes elaboradas para describir las relaciones entre los actores en dosgrandes apartados: las imgenes monocntricas y las policntricas.En el primer grupo se incluyen todos los modelos basados en la posi-bilidad de indicar una categora dominante de policy makers, pertene-cientes a la clase poltica, a las organizaciones de intereses o a la bu-rocracia. As, por ejemplo, los autores que utilizan el concepto de partygovernment pretenden subrayar el papel crucial efectivamente desem-peado por los partidos en la seleccin y aplicacin de las polticaspblicas.

    Debido a su fuerte legitimacin con respecto a las siguientes, estaprimera imagen monocntrica de las relaciones entre los actores me-rece una especial atencin, ya que se halla estrechamente ligada a lasteoras normativas de la democracia, segn las cuales las decisiones p-blicas esenciales han de corresponder a polticos electos en libre com-petencia por ciudadanos informados sobre las distintas alternativas pro-puestas. Con arreglo al plazo de mandato establecido los policy makersseleccionados debern responder a los pocos aos ante el electoradode la correspondencia efectiva entre las decisiones adoptadas y las pre-ferencias ciudadanas (SCHATTSCHNEIDER, 1948; CASTLES y WILDEN-

  • El estudio de las polticas pblicas 73

    MANN, 1986). En el contexto italiano, la fuerte connotacin valorativade dicho concepto tiende, en cambio, a asumir a menudo un sentidonegativo, ya que muchos autores identifican su significado con el departitocracia.

    Al margen de estas acepciones explcitamente normativas, el con-cepto de gobierno de partido ha sido utilizado tambin con finali-dades explicativas, admitiendo la posibilidad de que dentro de los mis-mos regmenes democrticos occidentales, en algunos pases, el papelde los partidos en la seleccin de las polticas pblicas sea absoluta-mente preponderante, mientras que en otros aparece mucho ms ate-nuado, sin que ello signifique poner en duda su naturaleza democr-tica (ROSE, 1974; KATZ, 1986). En este contexto, el problema de la exis-tencia o no de relaciones entre los actores encuadrables en el conceptode party government es una cuestin meramente emprica, cuya acla-racin exige verificar la consistencia de algunos indicadores como ladifusin de las decisiones de voto basadas en programas concretos delos partidos, la coherencia sustancial de los polticos electos respectoa los programas presentados, la designacin y cualificacin poltica delos principales colaboradores de los ministros y parlamentarios, la au-tonoma y la fuerza de los aparatos de que disponen los partidos paracontrolar los principales sectores de la intervencin pblica, el gradode colegialidad de las decisiones gubernamentales y el control de la ma-yora sobre la lite burocrtica. El cumplimiento de estas condicionesexige una elevada cohesin interna del partido o partidos que apoyanal gobierno al objeto de reducir al mnimo las posibilidades de con-flicto intrapartidista o intragubernamental, mientras que las situacio-nes de confrontacin son claras y frecuentes en las relaciones entre ma-yora y oposicin.

    Las interpretaciones que acentan la relevancia de los partidos enel policy making son puestas en entredicho por modelos que acentanel papel preponderante de otras categoras de actores. Algunos auto-res (COBB, Ross y Ross, 1976) han evidenciado, en efecto, el papel delos dirigentes burocrticos, no slo en la fase de aplicacin de las de-cisiones de policy, sino incluso en la fase de configuracin de las dis-tintas alternativas posibles y en la de agregacin del consenso en tornoa algunas de stas, es decir, en momentos que los modelos ms refi-nados sobre funcionamiento del sistema poltico consideran como per-tenecientes a los partidos. Los aspectos definitorios del bureaucraticgovernment se manifiestan a travs del elevado grado de autonona delaparato administrativo en la determinacin de los aspectos ms rele-vantes de su propia organizacin, como el control sobre el acceso y laspromociones, la defensa de los estndares de profesionalidad y presti-gio social, y en la existencia de fuertes asociaciones profesionales o pa-rasindicales capaces de actuar como centros autnomos de elaboracin

  • 74 Gloria Kegonini

    y difusin de determinadas alternativas de policy (PETERS, 1985; LE-WIS, 1980; PAGE, 1985). Las opiniones provenientes de dichos mbitosestn destinadas a condicionar, de hecho, las elecciones formales delos rganos de gobierno, puesto que el burcrata posee un recurso es-pecfico de gran peso durante la fase de formulacin de las distintaspropuestas: su reconocida competencia en la definicin de lo que esfactible y de los costes correspondientes.

    Algunos autores detectan en el gobierno de los burcratas una ten-dencia general susceptible de implicar a todas las democracias occi-dentales. Las razones profundas de esta evolucin residen en la am-pliacin del mbito y la mayor complejidad de la intervencin pblica.Sectores como el medio ambiente, la sanidad o el mercado del trabajo,anteriormente regulados por decisiones individuales, son objeto en laactualidad de iniciativas estatales cuya gestin exige dos capacidadesaparentemente contradictorias: por un lado, la utilizacin de grandesconocimientos tcnicos; por el otro, la disponibilidad para negociar afondo con las empresas privadas y las organizaciones de intereses. Enambos frentes las burocracias pblicas dispondran de mayores cre-denciales respecto los dirigentes de los partidos por un doble motivo:su seleccin con arreglo a criterios profesionales y su libertad respectoa las obligaciones de coherencia ideolgica y publicidad que condicio-nan las decisiones de los polticos sometidos al juicio peridico delelectorado.

    Los planteamientos que enfatizan el papel de los actores dotadosde poderes formales, institucionales, como los polticos o los burcra-tas, han sido criticados a partir de enfoques que subrayan, al contra-rio, la relevancia analtica de la dislocacin de los intereses en juego yde sus expresiones organizativas para una comprensin realista del po-licy making. Como es sabido, las fuentes de inspiracin ms antiguasde dichos planteamientos pueden localizarse tanto en la concepcinmarxista de la poltica como en el anlisis del proceso de gobierno rea-lizado por BENTLY (1908), en contraste con el formalismo de los estu-dios politolgicos americanos del siglo pasado. Sin embargo, el de-sarrollo de las investigaciones empricas estimuladas por las teoras plu-ralistas, sobre todo en los aos cincuenta y sesenta, abrir las puertasa la posibilidad de reconstruir procesos decisorios complejos, asumien-do como punto de observacin las estrategias de grandes y pequeosgrupos de presin empeados en inclinar a su favor las decisionespblicas.

    En aos ms recientes, la atencin renovada por las formas que asu-me la representacin de intereses, especialmente en los pases euro-peos, se identifica con el neocorporativismo. Como es sabido, dichoconcepto es utilizado por los distintos autores con acepciones diversas(CAWSON, 1978; LEHMBRUCH y SCHMITTER, 1982; MARAFFI, 1981), ha-

  • El estudio de las polticas pblicas 15

    ciendo ms compleja su inclusin en nuestra tipologa. En la medidaen que dichos estudios centran su atencin en las iniciativas de las gran-des asociaciones, sus recursos y estrategias, y sus relaciones recprocascomo variables necesarias y suficientes para el anlisis del policy ma-king (presuponiendo obviamente, aunque slo de modo genrico e in-directo, las modalidades de interaccin con otras categoras de policymakers, como los polticos y los burcratas) los incluimos en el mbitode las imgenes monocntricas. Por el contrario, en la medida en quedichas investigaciones giran en torno a modelos especficos de interac-cin entre representantes de los intereses organizados y otras catego-ras de actores polticos (comisiones parlamentarias, ejecutivos en tan-to que entes colegiales, ministros, etc.) o burcratas (altos funciona-rios, implementadores con cualificaciones profesionales especficas, bu-rocracia de a pie, etc.) sus resultados se incluyen en las imgenes po-licntricas del policy making.

    Volviendo a los elementos que caracterizan los anlisis claramentebasados en el papel de las organizaciones de intereses, conviene subra-yar la relevancia de una serie de indicadores ms especficos, como porejemplo:

    a) Una intensa activida de lobby, directamente ejercida sobre loslegisladores mediante la presentacin de documentos e investigacio-nes, la promocin de campaas de opinin, la promesa de apoyos elec-torales y de financiacin.

    b) La vinculacin estable y estrecha con algunos partidos polti-cos con objeto de condicionar desde la fase de preparacin las distin-tas propuestas relativas a un determinado sector.

    c) La negociacin explcita y directa de medidas especficas porlos representantes polticos del ejecutivo.

    d) La participacin habitual de una agencia de manera informalo institucionalizada en la actividad consultiva de algn tipo de conse-jo, comit, comisin.

    Sin embargo, las imgenes que subrayan la relevancia fundamentalde las organizaciones de intereses en el policy making no se limitan aenfatizar su papel en la fase de formulacin y aprobacin, sino que tien-den a evidenciar sus funciones a lo largo de todo el ciclo de vida deuna poltica: cabe recordar que, a menudo, la fase de implementacintopara con enormes dificultades sin una implicacin activa de las or-ganizaciones interesadas, incluyendo su participacin en el recorda-torio de las decisiones a los destinatarios finales (RICHARDSON y JOR-DAN, 1979; NAVARRO, 1984).

  • 76 Gloria Regonini

    10. LAS IMGENES POLICENTRJCAS

    Nos proponemos examinar ahora algunas metforas ms complejasdel tipo de relaciones que condicionan el policy making. Estas'se ca-racterizan por la desconfianza en la posibilidad y utilidad de identifi-car una categora de actores dominantes y, al mismo tiempo, por el in-ters en reconstruir las interacciones entre sujetos dotados de papelesy de legitimaciones distintas. Como ya se ha indicado, las imgenes ba-sadas en el intercambio neocorporatista constituyen una de las supe-raciones ms populares de los modelos monocntricos. A travs deeste concepto se pretende normalmente llamar la atencin del obser-vador sobre la relevancia de los ciclos de negociaciones entre el go-bierno que, a pesar de delegar dicha responsabilidad en algunos mi-nistros, apoya de forma colegiada las posiciones de stos y las gran-des organizaciones de intereses econmicos, principalmente los sindi-catos y las asociaciones empresariales (SCHMITTER y LEHMBRUCH, 1979).Esta imagen del policy making parece especialmente indicada para des-cribir las modalidades de gestin de las principales polticas econmi-cas en algunos pases europeos (Austria, Suecia, Noruega): control delos precios y los salarios, fomento de la ocupacin, polticas de renta,reconversin industrial, polticas sociales, etc. Mediante estos procesosde decisin conjunta de los que los Parlamentos suelen quedar margi-nados, las fuerzas gobernantes tratan de evitar la generalizacin de losconflictos sociales, asegurndose la colaboracin de estas potentes ma-quinarias organizativas en la fase de implementacin de las medidas.A su vez, las grandes asociaciones de trabajadores y empresarios pue-den presumir, en cierta medida, de un reconocimiento pblico que lesprotege de posibles crticas a su falta de representatividad, obteniendoadems en algunos casos recursos ms tangibles bajo forma de finan-ciacin de determinadas actividades, como la realizacin de cursos deformacin o la contratacin de observadores del mercado del trabajo.

    En cambio, la metfora de los tringulos de hierro ha sido elabo-rada sobre todo en relacin al policy making americano precisamentepara describir la red tupida de contactos que normalmente se estable-cen entre los dirigentes burocrticos responsables de un determinadosector, la comisin parlamentaria con competencias especficas en lamisma materia y las organizaciones representativas de los intereses im-plicados (FREEMAN, 1965; JORDN, 1981; MCCORNICK y TOLLISON,1981). El tipo de relaciones que se consolidan entre estas tres catego-ras de actores no implica, como en el modelo neocorporativo, un in-tercambio de recursos polticamente cruciales, sino ms bien la instau-racin de una serie de atenciones y de favores de conveniencia mutua.En efecto, de las investigaciones realizadas en los Estados Unidos se

  • El estudio de las polticas pblicas 11

    desprende que los responsables administrativos son especialmente sen-sibles a una rpida implementacin de las medidas de su competenciaen los colegios electorales de los parlamentarios miembros de las co-misiones que deciden el volumen de los recursos y la amplitud de lascompetencias que debern gestionar. A su vez, los parlamentarios tien-den a producir una legislacin favorable a las organizaciones de inte-reses, que pueden devolver el favor financiando sus campaas electo-rales o, en cualquier caso, influenciando paquetes de votos consisten-tes. Por ltimo, los representantes de dichas asociaciones tratan demantener buenas relaciones con la Administracin, garantizando sucooperacin con los funcionarios durante la fase de implementacin o,incluso, bienes ms privados, como dictmenes lucrativos o contratosprestigiosos, a cambio de facilitar el acceso de sus socios a los benefi-cios previstos por las medidas legislativas. La fuerza centrpeta que con-tribuye a mantener la cohesin del flujo de relaciones reside en el in-ters comn en defender e incrementar la suma de los recursos (fon-dos, iniciativas, personal, etc.) destinados a un mbito concreto de laintervencin pblica.

    Por otra parte, este mismo tipo de inters sirve de fundamento alas dems imgenes policntricas de las relaciones entre policy makers,imgenes que se distinguen no obstante de las precedentes por un me-nor determinismo y por un ms amplio espectro de las categoras con-sideradas (BRINTON MILWARD y WAMSLEY, 1984; BEER, 1977). As, porejemplo, el concepto de policy community incluye, adems de los bu-rcratas, legisladores y representantes de intereses, otras figuras socia-les, como los expertos de un determinado sector y los periodistas o ma-gistrados especializados en el tratamiento de sus problemas especfi-cos. A esta mayor densidad de actores corresponde una ampliacin delas motivaciones que refuerzan las tendencias a la interaccin y al con-senso: el principal elemento capaz de agregar una policy communityno es la mera conveniencia material o el intercambio puntual de favo-res, sino ms bien el inters comn en formar parte del grupo quecuenta, es decir, en la produccin y el intercambio de las informa-ciones tiles para la gestin y el reforzamiento del sector de per-tenencia.

    Estos factores de cohesin, ms culturales que materiales, apare-cen todava ms acentuados en la imagen de issue network elaboradapor HECLO (1978), tendente a evidenciar cmo la permanencia en elflujo de produccin de las ideas mediante las cuales se interpretan losproblemas de una policy rea determinada constituye un requisito in-dispensable para poder ejercer cualquier papel decisorio en su seno.Las agregaciones entre policy makers tienden pues a la especializacin,pero tambin a la inestabilidad, puesto que en cada caso se redefinensus lmites y estructuras en funcin de cada problema especfico.

  • 78 Gloria Regonini

    Tringulos de hierro, policy communities, issue networks: a pesarde la diversa amplitud de las categoras de actores considerados y dela distinta actuacin de los elementos de cohesin, las tres imgenescomparten un mismo criterio: el hecho de detectar en cada poltica p-blica el elemento capaz de coagular las agregaciones especficas lasburbujas segn la expresin acuada por GRIFFITH (1939) de acto-res que debemos observar para comprender quin cuenta realmenteen la adopcin e implementacin de las decisiones pblicas.

    11. LOS ESTILOS DECISORIOS

    Si las imgenes que tienen por objeto los tipos de actores ms in-fluyentes tratan de facilitar elementos para responder a la pregunta:quin decide?, las imgenes relativas a los estilos decisorios permi-ten afrontar el tema de cmo se decide?. En efecto, esta categoraanaltica se define a partir de la orientacin prevalente de los parti-cipantes y de la de estrategias que se espera que adopten para influirsobre el resultado (SCHARPF, 1986, 189). Si, como veremos seguida-mente, las reglas formales son determinantes, en algunos aspectos tam-bin dejan, no obstante, un amplio margen para la consolidacin deprocedimientos que, sin tener el rango de normas institucionales, aca-ban mereciendo, de hecho, un respeto general.

    Como hemos recordado en las pginas anteriores, las investigacio-nes con finalidades prescriptivas de finales de los aos cincuenta sehan caracterizado por la contraposicin entre un enfoque racional yun enfoque incremental. Dicha contraposicin, trasladada a los es-tudios con finalidades explicativas, permite distinguir una dimensinfundamental para el anlisis emprico de los procesos de policy. Nu-merosos autores han empleado ambos conceptos racionalismo/incre-mentalismo u otros muy similares estilo anticipatorio/reactivo (Ri-CHARDSON, 1982), deductivo/inductivo (LEMAN, 1980) para deducirtipologas susceptibles de describir los distintos estilos decisorios de-tectados en los procesos de formulacin e implementacin de las po-lticas pblicas. As, en determinadas situaciones, los actores parecenseguir los procedimientos del rational problem solving. Algunos inten-tos de programacin, realizados en Europa en los aos sesenta o la ins-piracin tecnocrtica que caracteriza numerosos proyectos de creacinde infraestructuras en los pases escandinavos, pueden encuadrarse, enefecto, en dicho modelo. En otros casos, por contra, un enfoque detipo incremental reproduce con mayor realismo el modo en que los ac-tores se aproximan a soluciones capaces de minimizar los conflictos ylas tensiones.

    Sin embargo, existe otro motivo por el que la dimensin raciona-lidad/incrementalismo merece un lugar central entre las imgenes de

  • El estudio de las polticas pblicas 79

    los estilos decisorios: de hecho muchas tipologas surgen a modo deextensin o redifinicin de sta. Nos referiremos en especial a dos am-pliaciones de nuestro eje inicial: la primera consiste en la dimensinconflicto/negociacin; la segunda, en la metfora del cubo de labasura.

    Como hemos subrayado anteriormente, en el concepto de incre-mentalismo elaborado por LINDBLOM, el partisan mutual adjustmentjuega un papel central. Ello implica la tendencia de los actores a la ne-gociacin y la colaboracin, dejando de lado las situaciones de conflic-to ms agudas. En base a estas indicaciones, algunos autores conside-ran decisiva para la comprensin de los procesos decisorios la propen-sin al conflicto o a la negociacin que muestran los policy makers.Mientras que en el primer caso se requiere la existencia de una posi-cin que tenga la fuerza necesaria o al menos la intencin paraimponer sus propias preferencias a los adversarios, en el segundo, encambio, los participantes dan por descontadas las divergencias de in-tereses, buscando una salida a travs de la mediacin, la oferta de com-pensaciones laterales o el aplazamiento.

    La estimulante contribucin de MARCH y OLSEN (1976) trata de in-troducir un modelo todava menos estructurado y menos conciliablecon la imagen del rational problem solving. Nos referimos a la met-fora del cubo de la basura formulada por ambos autores para descri-bir una serie de situaciones generalmente subvaloradas o malenten-didas por los estudiosos en los que la decisin es un resultado iden-tificado slo a posteriori, una especie de racionalizacin de lo sucedi-do mediante la verificacin simultnea de una serie de condiciones niprevistas ni conscientemente deseadas. En especial, es determinante lapresencia simultnea de:

    a) Flujos de problemas, incomodidades, sensaciones que buscanun espacio para afirmarse y encontrar respuesta.

    b) Flujos de soluciones que estn en el aire, disfrutan de unagran popularidad y, a su vez, necesitan problemas para realizarse.

    c) Grupos de personas que actan conjuntamente como partici-pantes a pesar de ser sus motivaciones de lo ms extrao y diverso.

    Cuando se presenta una oportunidad de eleccin en la que todosestos elementos pueden confluir, aunque su nico punto comn sea lacoincidencia temporal, como la basura depositada en un cubo, es pro-bable que los observadores y protagonistas definan el producto de lacombinacin de dichos factores como una decisin. Como puede in-tuirse, y como subrayan los mismos autores, la posibilidad de que exis-tan procesos con estas caractersticas redefine netamente el tipo de va-riables significativas para el anlisis del policy making.

  • 80 Gloria Regonini

    12. EL CICLO DE VIDA DE LAS POLTICAS PUBLICAS

    Otra serie interesante de indicaciones reside en la posibilidad deestudiar una poltica pblica descomponiendo en diversas fases su ci-clo de vida: la emergencia de una situacin, percibida como proble-ma, que debe ser resuelta con una intervencin pblica, la entrada delproblema en la agenda de los decisores, la formulacin de las propues-tas, la adopcin de decisiones vinculantes, su implementacin, la valo-racin de los resultados o la eventual extincin de la poltica iniciada(ROSE, 1976; MAY y WILDAVSKY, 1978). De hecho, cada uno de estosestadios tiene grandes posibilidades de distinguirse de los dems porel tipo de actores dominantes, el trasfondo institucional y los estilos de-cisorios prevalentes. As, por ejemplo, en la fase en que un problematrata de entrar en la agenda, los medios de comunicacin de masas,movidos por la necesidad de mantener en vilo la atencin pblica, tien-den a jugar un papel determinante (MCCOMBS, 1981). Al contrario, du-rante la fase de implementacin, el papel de la opinin pblica tiendea atenuarse, mientras que slo la minora efectivamente beneficiada operjudicada por una medida, sigue directamente interesada en suevolucin.

    Por otra parte, la posibilidad y la utilidad de analizar las distintasfases del proceso de adopcin y ejecucin de una poltica pblica sonel resultado indirecto de los mismos anlisis de los procesos de imple-mentacin realizados con finalidades prescriptivas que evidencian,como hemos visto, la existencia de problemas, redes de relaciones en-tre los actores y estilos decisorios especficos de este estadio del policymaking.

    Por supuesto existe el riesgo de que investigadores inexpertos aca-ben utilizando la estrategia de descomposicin en fases del ciclo devida de una poltica para resucitar bajo nuevas etiquetas las divisionestradicionales del proceso poltico: articulacin y agregacin de los in-tereses, decisin de las instituciones representativas y ejecucin porparte de los rganos administrativos. Sin embargo, los estudios ms in-teresantes llevados a cabo a partir de un enfoque basado en la recons-truccin de los distintos momentos del policy making parecen excluirnetamente la posibilidad de esta superposicin. Si bien es cierto quelos grupos de actores significativos tienden a redefinirse con el trnsitode un estadio a otro, tambin es cierto que stos slo coinciden ex-cepcionalmente con los previsibles en base a las representaciones ha-bituales del proceso poltico. Como ya hemos recordado, la burocraciadirigente, directamente o a travs de sus organizaciones profesionales,juega muy a menudo un papel determinante en la formulacin de lasdistintas propuestas, mientras que las organizaciones de intereses de-

  • El estudio de las polticas pblicas 81

    sempean con frecuencia un papel insustituible en la fase de imple-mentacin asumiendo la responsabilidad del envo a los destinata-rios de los beneficios y las informaciones. Precisamente, el hecho deque las distintas categoras de actores, cuando participan en las distin-tas fases, lo hagan con papeles constantemente redefinidos aumenta elinters de los enfoques que, en lugar de analizar las caractersticas decada fase, intentan reconstruir la dinmica interna del ciclo de vida deuna policy, es decir, las relaciones entre los diversos momentos en quese articula, para analizar las interdependencias (HOGWOOD y PETERS,1984).

    13. LA ESTRUCTURA DE LAS POLTICAS EN JUEGO

    Entre las categoras analticas centrales para "el estudio de las pol-ticas pblicas, las que se refieren al contenido de los temas sobre lamesa ocupan, sin duda, un lugar preeminente. Algunos autores se hanpropuesto la formulacin de tipologas dotadas de un poder explica-tivo ms amplio que las meras catalogaciones en base a las distintasreas de intervencin pblica (polticas sanitarias, sociales, ambienta-les, educativas, etc.), bajo la hiptesis de que existen factores transver-sales capaces de concebir una estructura parecida a procesos deciso-rios que se desarrollan en sectores distintos.

    El primer ejemplo de este tipo de tipologa fue elaborado para ex-plicar el diverso grado de aplicabilidad del modelo incremental. El mis-mo LINDBLOM (1959) reconoce, en efecto, que la representacin de losprocesos decisorios basada en el partisan mutual adjustment es tantoms indicada cuanto ms se refiere a cuestiones de rutina, perdiendoeficacia cuando se refiere a los grandes problemas clave de la socie-dad, como la distribucin del bienestar econmico o el acceso al po-der poltico.

    Una dimensin convergente, en ciertos aspectos, con la precedentees la descrita por WlLSON (1973) mediante el eje innovacin/adapta-cin: incluso en este caso, los conflictos potenciales y el grado de vi-sibilidad de los problemas tenderan a disminuir considerablemente amedida que las decisiones en juego renuncian a introducir cambios im-portantes en el papel y en el mbito de intervencin del Estado, limi-tndose a proponer modificaciones marginales en las polticas yaexistentes.

    La distincin entre polticas materiales y polticas simblicas ocupaun puesto relevante en las tipologas de policy. Normalmente, las po-lticas pblicas se consideran como cadenas de nexos causales: tienexito la poltica que obtiene efectivamente los fines que se propona.Sin embargo, algunos autores (EDELMAN, 1964; GUSTAFSSON, 1983) hanpuesto en evidencia el hecho de que las decisiones de los rganos de

  • 82 Gloria Regonini

    gobierno contienen un aspecto expresivo que se aade o substituye alinstrumental. Adems de pretender la modificacin del ambiente o loscomportamientos, stas comunican, en efecto, valores e intenciones,confirman la preocupacin de los policy makers por un determinadoproblema, demostrando tambin la toma en consideracin de priori-dades que en la prctica se contradicen entre s. En algunos casos, unacompensacin simblica puede revelarse como un til substituto debienes materiales no disponibles en la cantidad necesaria para satisfa-cer la demanda de intervencin pblica. En otras situaciones, y deacuerdo con muchos autores, el aspecto simblico constituye el nicocontenido efectivo de una poltica pblica, de forma que la falta de im-plementacin no debe imputarse a obstculos imprevistos, sino queconstituye una parte ms de la estructura de la decisin proyectada yquerida, precisamente, por su intrnseca irrealizabilidad. A menudoeste tipo de intervenciones son la nica respuesta que los rganos degobierno son capaces de formular frente a demandas contradictoriaso en sectores caracterizados por una gran confusin sobre el nexo en-tre causas y efectos.

    Sin duda, el intento ms elaborado de adaptacin de la diversidadestructural de las polticas pblicas a las distintas configuraciones deactores, procesos decisorios y centros institucionales, es el realizadopor Lowi (1964; 1972). Su tipologa se articula en cuatro categoras:

    a) Las polticas distributivas, que procuran beneficios concretosa grupos sociales o territoriales especficos, sin ningn tipo de relacinexplcita y directa con los costes que recaen sobre el conjunto d lacolectividad a travs del sistema fiscal. Integran esta categora: los sub-sidios para el sostenimiento de determinadas producciones agrcolas ode algunas producciones industriales, las desgravaciones fiscales otor-gadas a determinadas categoras o reas geogrficas y los programasde obras pblicas localizados en ciertas zonas.

    b) Las polticas redistributivas, que otorgan beneficios a ampliascapas sociales repercutiendo los costes correspondientes sobre otrosgrupos sociales. Ejemplos de estas polticas podran ser las grandes re-formas en el sector sanitario o de la seguridad social o las medidas queincrementan la progresividad de los impuestos sobre la renta.

    c) Las polticas regulativas, que condicionan los comportamien-tos de determinadas categoras, imponiendo el respeto de cdigos, es-tndares de prestaciones o restricciones a la libertad de iniciativa. Uncdigo de la circulacin, una legislacin para la defensa de los consu-midores o la limitacin del poder de los monopolios, una normativacontra la contaminacin atmosfrica, son ejemplos de polticas de estetipo.

    d) Las polticas constitucionales, que establecen los procedimien-

  • El estudio de las polticas pblicas 83

    tos para la adopcin de las decisiones pblicas y las relaciones entrelos distintos aparatos del Estado.

    La tesis de Lowi es que a cada una de estas categoras de policycorresponde una arena de poder distinta, es decir, una red distinta deactores, una estructura distinta de los procesos decisorios y un marcoinstitucional distinto. Dicho concepto ha sido sintetizado en la expre-sin, por otra parte intraducibie, policy determines politics. En espe-cial, las polticas distributivas tienden a movilizar organizaciones conobjetivos precisos muy circunscritos que tratan de presionar sobre lascomisiones parlamentarias competentes, las cuales, a su vez, asumenestilos decisorios tendentes a la colaboracin y el intercambio recpro-co de favores. En cambio, las polticas redistributivas se deciden esen-cialmente mediante complejos juegos de negociaciones entre las gran-des organizaciones representativas (sindicatos, asociaciones patronales,etc.) y los responsables polticos del ejecutivo. A su vez, las polticasregulativas tienden a generar procesos decisorios ms conflictivos, msvisibles y, en cualquier caso, ms cercanos a la imagen corriente delproceso poltico, es decir, con la opinin pblica movilizada a favor oen contra, y el Parlamento decidiendo en ltima instancia, mediantevotaciones a menudo dramticas.

    14. LAS REGLAS DEL JUEGO

    Los estudios de policy making han dedicado poca atencin a losprocedimientos formales seguidos en los procesos de adopcin de laspolticas pblicas. Adems, el enfoque institucionalista se ha limitadogeneralmente a describir la estructura y el funcionamiento de los apa-ratos de gobierno, concediendo escasa importancia a las polticas p-blicas generadas por sus decisiones (DYE, 1975).

    Dentro del enfoque inductivo-explicativo, el inters por dicho as-pecto ha llevado durante mucho tiempo a asimilar la variable institu-ciones a una de las categoras analticas anteriormente examinadas.As, por ejemplo, algunos autores han identificado el papel de los apa-ratos de gobierno con una categora particular de actores que intervie-nen junto a los dems, habida cuenta que las estructuras estatales pue-den considerarse como portadores de sus propios intereses, estrategiasy preferencias. Segn este tipo de enfoque, la diferencia entre actorespblicos y actores privados, en lugar de considerarla como una dico-toma, se concibe dentro de un continuum. En efecto, los aparatospblicos actan en cierto modo como verdaderas organizaciones de in-tereses estableciendo coaliciones entre s, generando estrategias de pre-sin sobre otros sectores de la Administracin, demostrando claras pre-ferencias e idiosincrasias: pinsese, por ejemplo, en el papel de las aso-

  • 84 Gloria Regonini

    ciaciones de entes locales, empresas municipales o consorcios interu-niversitarios (SALISBURY, 1984).

    En cambio, para otros autores, las reglas institucionales constitu-yen un factor esencial para la deteccin de los estilos prevalentes enlos procesos de adopcin de polticas pblicas sustanciales: el gradode integracin o de fragmentacin del sistema decisorio, la tendenciaa la competencia o a la cooperacin, el grado de cerrazn o de per-meabilidad a las demandas ms marginales estaran influenciados, engran medida, por las reglas del juego que rigen la actuacin de una de-terminada unidad de gobierno (SALISBURY y HEINZ, 1970; PETERS,DOUGHTIE y MCCULLOCH, 1977).

    Segn un tercer enfoque, la contribucin de los estudios de policyal anlisis de las instituciones se distingue esencialmente por el hechode considerar como una categora en s misma el tipo de poltica p-blica que tiene por objeto, precisamente, la fijacin de las reglas deljuego y no determinados sectores de la intervencin estatal. Como he-mos visto, ste es el planteamiento seguido por Lowi, quien consideralas polticas institucionales como un tipo capaz de estructurar una are-na especfica de poder.

    Slo recientemente algunos autores, como KlSER y OSTROM (1982),MARCH y OLSEN (1984), han subrayado la oportunidad de considerarlas reglas del juego como una categora analtica especfica y autnomarelevante para el anlisis de los procesos de policy. Dicho planteamien-to analiza, sobre todo, las siguientes dimensiones:

    a) El grado de formalizacin/informalidad de las reglas decisorias.b) El grado de uniformidad/heterogeneidad entre distintos secto-

    res de policy y distintos niveles funcionales.c) El grado de legitimacin/oposicin a sus prescripciones.

    15. EL ENFOQUE DEDUCTIVO-EXPLICATIVO

    Cerramos este repaso sistemtico con una rpida ojeada a las in-vestigaciones con fines eminentemente explicativos que adoptan unametodologa de tipo deductivo. Nos referimos al conjunto de aporta-ciones que se presentan bajo etiquetas como eleccin pblica, elec-cin racional o incluso anlisis deductivo (axiomtico, racional o eco-nmico) de las polticas pblicas. Como puede observarse, estas l-timas denominaciones pueden generar, y de hecho generan, la tenden-cia a confundir este enfoque con el que hemos examinado al principiode nuestra exposicin, basado tambin en definiciones en las que fi-guran los trminos racional, econmico y deductivo. Sin em-bargo, la apelacin comn a principios inspirados en la ciencia econ-mica no debe inducirnos a error, ya que ambas corrientes realizan in-terpretaciones diametralmente opuestas. En efecto, el punto de arran-

  • El estudio de las polticas pblicas 85

    que del enfoque basado en la eleccin pblica puede identificarse conla formulacin del teorema de la imposibilidad de ARROW, equivalentea la demostracin palpable de la imposibilidad de establecer procedi-mientos desprovistos de contraindicaciones para la agregacin de laspreferencias individuales dentro de una funcin relativa al bienestar so-cial. La escuela de la eleccin pblica trata de presentarse, en efecto,como una aplicacin de la economa a las decisiones polticas, aunquesiguiendo lneas radicalmente alternativas a las de la economa del bie-nestar. Como afirma BCHANAN (1966) en un estudio explcitamentededicado a los politlogos: no existe una funcin del bienestar socialni un inters pblico en una sociedad de individuos libres de escoger,y tampoco existe razn alguna para inventar dichos conceptos por con-veniencias analticas (p. 28). Del mismo modo: la eficiencia no pue-de definirse independientemente del clculo de eleccin de cada ciu-dadano como participante en el proceso poltico (p. 36).

    Una vez establecido que no existen subterfugios tecnocrticos paraconfiar en la economa la composicin de los conflictos de inters queoponen a los individuos de una sociedad, la aportacin de esta cienciaal estudio de las polticas pblicas se identifica ms bien con la asun-cin de la hiptesis segn la cual las decisiones de los actores que ac-tan en el sector pblico siguen el mismo tipo de lgica que inspiralas decisiones en el sector privado, es decir, en el mercado. A partirde este planteamiento, se ha desarrollado una inmensa produccincientfica, en la que se distinguen tres grandes sectores de investiga-cin: el anlisis de las funciones de utilidad de las distintas categoraspolicy makers, el estudio de las consecuencias de las distintas reglas ins-titucionales para la estabilidad y la eficiencia de las decisiones y, porltimo, la construccin de tipologas de las polticas pblicas basadasen la distincin entre bienes pblicos y bienes privados.

    16. PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIN

    Esta exposicin sinttica de los enfoques e hiptesis relativos al es-tudio de las polticas pblicas puede provocar en el lector una sensa-cin de desorientacin ante el exceso de instrumentos analticos. Enefecto, el pluralismo metodolgico es probablemente superior al decualquier otro sector de las ciencias sociales. A este respecto, cabe ob-servar que slo en casos excepcionales las categoras aqu presentadascompiten entre s o se excluyen mutuamente: son, al contrario, alta-mente compatibles entre s, en la medida en que responden a pregun-tas y exigencias de investigacin marcadamente distintas. La eleccina favor de una u otra depende por tanto del tipo de objetivo que elanalista se propone (ALLISON, 1971). Por ello, resulta fundamental de-finir con precisin el mbito y la finalidad del anlisis que se pretende

  • 86 Gloria Regonini

    realizar, habida cuenta del peligro de asfixia derivado de la profusinde los paradigmas.

    Por ello, dedicaremos la ltima parte de nuestra exposicin a lasprincipales perspectivas de investigacin abiertas por el enfoque expli-cativo-inductivo, al que hemos dedicado la mayor atencin, al objetode dibujar un cuadro de las posibles aplicaciones de los instrumentosanalticos descritos, una especie de inventario de las preguntas que, gra-cias a stos, pueden esperar una respuesta.

    El uso ms simple y recurrente de las categoras examinadas con-siste en aplicarlas a la descripcin y anlisis de mbitos especficos dela intervencin pblica. Esta estrategia de investigacin plantea, noobstante, al cientfico poltico dos peligros opuestos: por un lado, suconocimiento parcial de los vnculos y los recursos tecnolgicos de undeterminado sector (fuentes energticas, sanidad, transportes, etc.)puede situarlo en una oposicin de subordinacin permanente con res-pecto a los especialistas en dichas materias (GRUMM, 1975, 458); porel otro, la opcin a favor de la superespecializacin conlleva el riesgode desdibujar la especificidad de su aportacin cientfica (HOGWOOD,1984). Como indica LOWI (1979, 272-273): el estudio del impacto delas decisiones relativas a las polticas del welfare y de la sanidad puedeconvertir fcilmente al politlogo en el hazmerrer de los economistas,los socilogos del bienestar y los expertos en sanidad. En estos mbi-tos, incluso el mejor politlogo puede aparecer como un verdadero afi-cionado. Los cientficos polticos deben interesarse en el anlisis del im-pacto, pero slo del impacto hacia atrs, sobre el sistema poltico, msque hacia adelante, sobre los elementos del proceso social.

    Un segundo campo de investigacin consiste en el intento de re-presentar las tendencias prevalentes en el policy making en un espaciode tiempo o en un rea geogrfica determinada. Como ya hemos sub-rayado varias veces, las imgenes que ms se prestan a razonamientosen trminos de prevalencia son las que se refieren al papel de losactores: el gobierno de partido, el gobierno burocrtico, el neocorpo-rativismo y las policy communities. No obstante, en los ltimos aosse han repetido los intentos de interpretar las tendencias utilizandoimgenes basadas en los estilos decisorios (RlCHARDSON, 1982; WlL-DAVSKY, 1985) o en los tipos de polticas (FIORINA, 1981b; REGONINI,1985).

    La tercera perspectiva de investigacin consiste en la profundiza-cin de las relaciones entre las categoras analticas que hemos descri-to: existen clases de imgenes susceptibles de explicar mejor que otraslas distintas configuraciones que asume el policy making en un perodoo en un sistema poltico determinado? Es posible distinguir, dentrodel cuadro dibujado, variables independientes, factores capaces de ex-plicar la diferencia? s es as, qu determina qu?

  • El estudio de las polticas pblicas 87

    Segn la concepcin corriente, que considera la poltica como unoutput del sistema poltico, existe una jerarqua implcita que asigna ala estructura de las decisiones adoptadas el papel de variables depen-dientes: si bien es cierto que el concepto de feedback comporta la po-sibilidad de que las polticas modifiquen las caractersticas de los ac-tores, sin embargo, dicha influencia se explica, por as decirlo, en elmomento sucesivo. Como ya se ha indicado, la contribucin funda-mental de Lowi ha demostrado la posibilidad de invertir la ptica deanlisis de las polticas pblicas, considerndolas como variables inde-pendientes, como factores capaces de estructurar arenas polticas do-tadas de la propiedad de exaltar el papel de algunos actores en detri-mento de otros, de consolidar ciertos estilos decisorios o de privilegiarprocedimientos institucionales especficos.

    A este respecto, cabe recordar, no obstante, que el planteamientoadoptado por MARCH y OLSEN (1976) propone explcitamente la su-peracin de una lgica jerrquica, determinista, newtoniana de la re-presentacin de las relaciones entre nuestras categoras analticas, a fa-vor de esquemas menos rgidos, capaces de limitarse a registrar el de-sarrollo de convergencias, constelaciones, formaciones de actores, pro-blemas, procesos y centros decisorios.

    La ltima perspectiva de investigacin que queremos presentar tie-ne por objeto las relaciones entre los diversos tipos de policy makingque, con distinta frecuencia, conviven en una sociedad.

    Hasta hace muy poco, y en la onda del enfoque sistmico, las di-versas arenas de policy han sido definidas como subsistemas e inclusocasi como sistemas polticos en miniatura, caracterizados por los mis-mos elementos constitutivos y capaces de asignar recursos y valores(BRINTON MILWARD y WAMSLEY, 1984). Sin embargo, dicho plantea-miento dejaba al margen los problemas de las relaciones recprocas en-tre las distintas arenas, as como el conocimiento que los actores tie-nen de stas. En los ltimos aos, algunos autores han empezado a in-teresarse explcitamente en las relaciones entre policy networks (redesde policy) distintas, no slo en funcin del rea, sino tambin de la den-sidad y las lgicas internas. En lo relativo a la eleccin de los modelosinterpretativos se registra, no obstante, una contraposicin neta en al-gunos aspectos parecida al conflicto entre enfoques racionales e incre-mentalismo. Para algunos autores, las relaciones entre las distintas are-nas constituyen un dato analtico relevante, aunque su naturaleza flui-da y contingente determina que slo metforas como la ecologa de losjuegos (LONG, 1958) sean capaces de traducir los elementos ms im-portantes, como la capacidad de adaptacin recproca, la coordinacinespontnea o el aprendizaje continuo de los modos de convivencia. Encambio, para otros autores, los distintos tipos de policy making, los es-cenarios posibles, comportan costos y beneficios precisos, explcita-

  • Gloria Regonini

    mente percibidos como tales por las diversas categoras de actores yen particular por los polticos (SALISBURY, 1968). Cada instrumento degobierno se caracteriza, en efecto, por su especfica economa poltica(SALAMON, 1981), y los ms importantes grupos de policy makers se ha-llan en condiciones de formular preferencias claras respecto al juego oa la combinacin de juegos en los que quieren participar. Dentro deesta lgica de investigacin, las distintas combinaciones de arenas pue-den considerarse, por tanto, como el resultado de un metajuego (Ho-WARD, 1966) disputado entre jugadores capaces de desarrollar estrate-gias muy articuladas y complejas.

    BIBLIOGRAFA

    ARROW, K. J., Social Chotee and Individual Vales, Yale University Press, NewHaven, 1951.

    BACHRACH, P., y BARALTZ, M. S., Decisions and Nondecision: An. Analy-tica framework, en American Political Science Review, 57, 1963,pp. 632-642.

    BACKOFF, R. W., y MUNICH, B. M., Reappraising the Promise of GeneralSistem Theory for the Policy Science, en DUNN (ed.), Policy Analysis:Perspectives, Concepts and Methods, cit.

    BARDACH, E., The Implementation Game, The Mir Press, Cambridge, 1980.DALLMAYR, P., Critical Theory and Public Policy, en DUNN (ed.), Policy

    Analysis: Perspectives, Concepts and Methods, cit.DENTE, B., L'analysi dell'eficacia delle politische publiche problemi di teo-

    ria e di mtodo, en Rivista trimestrale di Scienza dell'Amministrazione,3-4, 1982, pp. 3-43.

    FREDDI, G., Governabilit democrtica e racionalit amministrativa, en Ri-vista trimestrale di Scienza dell'Amministrazione, 1, 1986, pp. 7-54.

    GUSTAVSON, S., Types of policy and Types of Politics, en Scandinavian Po-litical Studies, 2, 1980.

    HAM C, y HlLL, M., The Policy Process in the Moderm Capitalist State, Ha-verster Press, Brighton, 1984. Trad. it: Introduzione all'analisti delle poli-tiche publiche, II Mulino, Bologna, 1986.

    LlNDBLOM, C. H., The Science of "Muddling Through", en Public Admi-nistration Review, 1959, pp. 79-88; trad. it: La scienza del "sapersela ca-vare", en ANSOFF, H. (a cura di), La strategia d'impresa, F. Angeli, Mi-lano, 1974.

    MARCH, J. O., y OLSEN, J. P., Ambiguity and Choice in Organisations, Uni-versitetsforlaget, Bergen, 1976.

    PASQUINO, G , Regolatori sregolati: partiti e governo del partid, en LAN-GE, P., y REGINI, M. (a cura di), Stato e regolazione sociale, II Mulino, Bo-logna, 1987.

    SCHMITTER, P., y LEMMBRUCH, G. (eds.), Trends Towards Corporatis Inter-mediation, Sage, London-Beverly Hills, 1980, pg. 336.

    Traduccin: Francesc MORATA

    bTitulo: DA-1990-1991, nms. 224-225. GLORIA REGONINI. El estudio de las polticas pblicas