estudian los riesgos para la vista de la exposición constante a luces led
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LUCES LED Y MOLESTIAS PARA LA VISTATRANSCRIPT
Estudian los riesgos para la vista de la exposición constante a luces led
Investigadores expusieron a roedores de hábitos nocturnos a este tipo de iluminación de
manera permanente durante una semana. El experimento permitió comprobar la muerte de
las células fotorreceptoras de sus retinas y la consiguiente degeneración retinal. Aunque los
resultados no son extrapolables a seres humanos, los autores del trabajo advierten que la
sobreexposición lumínica podría acelerar, en personas, procesos patológicos de origen
genético y relacionados con el avance de la edad, como la degeneración macular.
El uso de fuentes de iluminación led (diodos emisores de luz) creció exponencialmente los últimos
años. Aplicados inicialmente en controles remotos de televisores y equipos de música, hoy se los
encuentra en electrodomésticos, dispositivos de señalización, calculadoras, agendas electrónicas y
pantallas de teléfonos móviles, entre otros artefactos.
Su popularización obedece a sus múltiples ventajas: su tamaño es reducido, pueden generar luz de
distintos colores, tienen un escaso consumo eléctrico, no generan calor y son más duraderas. Sin
embargo, desde hace un tiempo distintos grupos científicos vienen indagando el daño que podrían
ocasionar en la visión tras exposiciones prolongadas.
María Ana Contín es investigadora del Conicet en el Centro de Investigaciones en Química
Biológica de Córdoba (Ciquibic) y docente de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad
Nacional de Córdoba. Junto a su equipo, integrado por Mercedes Benedetto (bióloga y becaria de
Conicet) y María Luz Quinteros-Quintana (ingeniera biomédica y becaria de SECyT-UNC), estudia
en roedores los mecanismos moleculares de muerte de células fotorreceptoras y las alteraciones
en las señales eléctricas de la retina, producidas por estimulación con luz led blanca de baja
intensidad.
El trabajo busca identificar cuáles son los mecanismos bioquímicos de muerte celular, cómo
sucede y en qué períodos de tiempo. La idea es que la información obtenida permita,
eventualmente, trabajar en la prevención y reversión de esta afección. Para verificar si la
exposición a la luz constante produce degeneración retinal, el grupo de Contín elaboró un modelo
con ratas albinas “wistar”, machos y hembras, que son expuestas a luces led de baja intensidad,
durante diferentes períodos de tiempo.
Detectar la luz es la función principal del sistema visual de los vertebrados. Esto es posible gracias
a la retina, un tejido sensible a la luz localizado en la parte posterior del ojo, caracterizado por su
alta vulnerabilidad, ya que nunca se regenera. La retina está formada por células nerviosas,
algunas de la cuales son fotorreceptoras (conos, bastones y algunas ganglionares). Estas
convierten la luz –mediante un complejo proceso bioquímico de fototransducción– en impulsos
nerviosos que llegan al cerebro, donde son interpretados y transformados en imágenes.
Los experimentos de Contín y su equipo comprueban que justamente esta capacidad
fotorreceptora de la retina es la que se ve seriamente afectada en las ratas por el exceso en el
tiempo de iluminación y por el tipo de luz artificial. “Mantenemos a los animales expuestos a luz
constante durante seis o siete días y al cabo de ese período encontramos que el numero de
fotorreceptores (específicamente bastones) disminuye significativamente, es decir, la retina se está
degenerando”, revela la investigadora. De todos modos, aclara que este roedor tiene hábitos
nocturnos y por esa razón su retina es diferente, está más adaptada a la oscuridad y son más
sensibles a la sobreexposición lumínica. “La idea a futuro es extrapolar este modelo a animales de
hábitos diurnos”, sintetiza la directora del equipo.
Si bien estos resultados se obtuvieron a nivel experimental, respecto al impacto en los seres
humanos la investigadora aclara que es normal que con los años la retina, en materia de
fotorreceptores, sufra cierta patologías retinales como una degeneración macular relacionada con
la edad. Pero advierte que si a esa situación natural se le suma la sobreexposición a las luces led,
existe el riesgo de aparición más temprana de este tipo de patologías.
Asimismo, señala que el problema podría tornarse más complejo entre los adolescentes, quienes
utilizan dispositivos iluminados con led con mayor frecuencia, en distintos horarios y sobre todo
durante la noche, “cuando la retina debe tener otro ritmo y necesita regenerar las membranas de
los segmentos externos de los fotorreceptores, donde ocurre la fototransducción”, apunta la
especialista. “En un mundo donde la exposición a las luces led es muy elevada, resulta necesario
conocer los mecanismos de muerte celular que se producen en consecuencia, para poder
encontrar tratamientos de prevención y reversión”, completa.
La luz azul, el eje del problema
El principal inconveniente que plantean los led que emiten luz blanca radica en su alto contenido de
radiaciones de la banda del azul, la más dañina para la visión. El espectro visible para el ojo
humano abarca rangos de longitudes de ondas comprendidas entre los 400 nanómetros (tonos
azules) y los 700 nanómetros (tonos rojos). “Dentro del rango visible, las ondas emitidas por los
tonos azules son de menor longitud, pero de mayor energía y por esa razón su impacto en la retina
es más nocivo”, detalla la especialista.
En los experimentos, las ratas estuvieron constantemente bajo la exposición lumínica. En una
próxima etapa, los investigadores planean alternar períodos de oscuridad, tipo día/noche. “El
objetivo es ir reduciendo el tiempo de exposición a las led (períodos de descanso) y determinar en
cuánto tiempo se mueren las células, y si las mismas tienen mecanismos bioquímicos de
prevención y/o reversión de muerte. Hasta ahora sabemos que a los siete días de luz constante, la
rata sufre degeneración retinal importante, sus fotorreceptores disminuyen significativamente. Si
ponemos períodos de oscuridad en el medio, posiblemente este proceso demore un poco más”,
aclara Contín.