estrategias creativas y redes culturales de los jóvenes en méxico
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Artículo para Seminario Estrategias Creativas. Y Redes culturales de los jóvenes. UAMTRANSCRIPT
“Estrategias creativas y redes culturales de los jóvenes en México”
Introducción
Este ensayo nace de dos preocupaciones centrales que me surgieron durante el curso, primero, tratar de
enfrentar la incertidumbre sobre la valides de los concepto de jóvenes y de juventud, dado que se trata
de categorías centrales en mi proyecto de tesis. Luego, la necesidad de encontrar puntos de contacto
entre mi propio tema de investigación, centrado en los jóvenes, con los contenidos y enfoques que
propusieron en clase. Mi proyecto de tesis, en construcción, pretende realizar una reflexión sobre las
herramientas teóricas y metodológicas que se han usado para entender e interpretar la relación entre
juventud y violencia urbana en Guatemala. Pretendo hacer un análisis crítico sobre el fenómeno de la
violencia juvenil centroamericana y “las maras” como su expresión paradigmática.
Sobre el primer tema, en clase se propuso que ya no era posible utilizar un solo criterio para definir
juventud, que deberíamos de lado preguntas ontólogicas sobre las características esenciales, inherentes
a los jóvenes, sino ubicarlos como parte de un proceso cambiante e identificarlos a partir de sus
prácticas. Siguiendo el planteamiento de Rossana Reguillo (2000), se planteaba usar el concepto de
condición juvenil, o en otras palabras, sustituir la pregunta, qué son los jóvenes, por una nueva, cuándo
hay jóvenes.
Sin embargo, como también se discutió en clase, el utilizar este enfoque no implica dejar de hacer
una descripción lo más detallada posible de la categoría jóvenes, reconociendo que siempre tendrá sus
limitaciones. Pero que esta clarificación de conceptos es necesaria para elaborar una estrategia
apropiada de investigación. En ese sentido la primera parte del ensayo hago una revisión de los
concepto de jóvenes, juventud y condición juvenil. Que posteriormente permita la construcción de un
marco teórico apropiado para entender a las maras esencialmente como formas radicales de identidad
juvenil transnacional.
Sobre la segunda inquietud, realmente no pude hacer una conexión directa de los temas del curso
con mi tema de investigación. Sin embargo después de haber planteado como entiendo el concepto de
juventud, intento apropiarme del concepto de trendsetter discutido en clase. Considerando su utilidad
como una perspectiva centrada en las prácticas y el análisis de las estrategias creativas y de
conectividad que despliega este sector. Intento problematizar el concepto de trendsetter, que tal como
se discutió en clase ha sido visto como de uso casi exclusivo para la descripción de cierto sector de las
clases medias y altas urbanas. Lo que yo trato de hacer en la segunda parte del ensayo es en primer
termino además de revisar el concepto de trendsetter a partir de las lecturas y las discusiones en clase.
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Posteriormente aplico los mismos angulo que usó Maritza Urteaga (2005), para describir y analizar a
esta comunidad de práctica, en mi propias descripción de las prácticas de otros sectores juveniles que
se mueven en espacios y a través de redes más cercanas a los sectores populares. Lo que intento es
rastrear el tipo de prácticas características de los movimientos trends, tratando de exponer hasta que
punto en otros espacios se hace un uso funcional del capital cultural, los tiempos de ocio, las redes y las
conexiones para potenciar procesos políticos y creativos autónomos. Para lograr este objetivo realicé
varias pequeñas entrevistas y una historia de vida, en un espacio juvenil auto gestionado ubicado dentro
del campus de la UAM Iztapalapa. Se trata de la Mesa Zapatista, un espacio manejado por el Colectivo
Los Cafetos, que se dedica a la distribución nacional de café orgánico producido en las comunidades
zapatistas y que además vende café, realiza actividades políticas y promueve actividades culturales
dentro de esta universidad.
El Concepto de Juventud
El tema de la juventud cobra importancia actualmente, al considerar a los jóvenes como protagonistas
fundamentales en los cambios sociales y culturales que se producen en la sociedad global.
Normalmente como jóvenes se ha designado, a aquellas personas que, en términos generales, se
encuentran en una etapa de transición entre la niñez y la adultez (entendida esta última como la plena
inserción en la sociedad). La juventud no es un sector homogéneo, dentro de la unidad en la que se
agrupa a todos los jóvenes, se encuentran maneras distintas e incluso opuestas de ser joven y de vivir
las condiciones sociales específicas a partir de las cuales se pertenece a este grupo.
A la categoría de jóvenes corresponde la categoría de juventud o de condición juvenil, entendida
esta última, como el sistema de imágenes culturales con las que la sociedad representa a dichas
condiciones y a los sujetos determinados por ellas. La idea de juventud se refiere a lo que socialmente
se espera que sean los jóvenes. La juventud, además de referirse al conjunto de todos y todas los
jóvenes, refiere a una serie de atributos, propios de dichos actores sociales. Sin embargo, en la cultura
global, la idea de juventud (y la idea de lo juvenil) tiende a aparecer desvinculada de los jóvenes, y
asociada a atributos y características que las personas pueden poseer aún después de haber dejado de
ser jóvenes. (Cubides, et al, 1998).
Al explorar el mundo de los jóvenes y de la juventud y dentro de la diversidad de actores sociales
que componen la juventud, dirigir nuestro enfoque hacia una colectividad particular de jóvenes, debe
tenerse en cuenta que se trata de un sector de la población sujeto a condiciones sociales particulares.
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Esto implica explorar a la juventud como conjunto de imágenes culturales que le corresponden a dicho
sector y a dichas condiciones.
El recorrido necesario para definir a los jóvenes como objeto de investigación, estableciendo un
marco conceptual y metodológico apropiado, inicia con la revisión de estudios sobre el tema de la
juventud desde enfoques antropológicos, sociológicos y comunicológicos. Para abordar la noción de
“juventud”, me ha resultado fundamental la consulta del libro "Viviendo a Toda. Jóvenes, territorios
culturales y nuevas sensibilidades", en el que sociólogos, antropólogos y filósofos latinoamericanos
abordan teóricamente el tema de juventud. Para profundizar estas reflexiones, también ha sido
fundamental el texto "De Jóvenes, Bandas y Tribus" del antropólogo catalán Carles Feixa (2006).
Juventud, Estilos , Subculturas y Movimiento Juveniles
El uso del concepto de juventud se apoya en las definiciones planteadas por Carles Feixa (2006), desde
esta perspectiva, la categoría juventud es considerada una construcción social, aprehensible a través de
una conjunción de condiciones sociales e imágenes culturales particulares. Las condiciones juveniles,
así como la definición social de juventud, varían de acuerdo a las sociedades particulares, y al momento
de la historia de las mismas que se considere. La juventud también es vivida de manera diferenciada
por los jóvenes, en función de su clase social, género, etnia, etc.
En otros términos, se busca evitar utilizar enfoques que presentan a la juventud como un actor
social colectivo homogéneo o unitario, o como un conjunto de condiciones que se presenta igual para
cualquier actor, sin importar la época, país, y posición que éste ocupe en el espacio social. En esta
línea, la juventud como categoría que designa a un sector de la sociedad, es construida a través de una
permanente lucha por la definición de lo que la misma implica, lucha en que los modelos que define la
cultura hegemónica se oponen y buscan imponerse a los de las clases y sectores dominados. Dicha
lucha le confiere carácter dinámico a las juventudes, como condiciones y como imágenes, o en otros
términos, como identidades.
En ese mismo sentido, la definición social de la juventud aparece como una identidad social, la
definición hegemónica de una mismidad para todos los que entran dentro de dicha categoría. A dicha
definición se oponen identidades juveniles particulares, que se definen en alteridad respecto a la
definición hegemónica.
Para Feixa (ibid), la juventud, así como las identidades y culturas juveniles, se definen como
productos históricos. Se parte del supuesto de que, a partir de la segunda mitad del siglo XX,
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correspondiente a la expansión internacional del capitalismo se produce una expansión de las
condiciones sociales y significados que dentro de este sistema definen a la juventud. Varios autores,
incluyendo entro otros a Jose Manuel Valenzuela, han estudiando de qué manera la dinámica de las
identidades juveniles modernas se organiza en torno a la oposición entre las “juventudes
oficiales/legítimas” y las "juventudes proscritas” (2005).
Otro de los aspectos centrales del proceso de conformación de las juventudes modernas, lo
constituye la emergencia de un “mercado juvenil”. La emergencia de los jóvenes como sector
diferenciado dentro de las sociedades está relacionada con la definición de los mismos como un
segmento específico del mercado. Este está constituido fundamentalmente por productos simbólicos:
ropa, grabaciones musicales, adornos, artículos deportivos, vehículos no utilitarios, juguetes, lugares de
ocio. La existencia de este mercado específico es posible a partir de la creciente capacidad adquisitiva
de los jóvenes, y a partir de la expansión de los medios de comunicación de masas. Esta conjunción de
oferta y demanda hizo posible la creación de una verdadera cultura juvenil internacional popular,
difundida principalmente a través de la radio, el disco y el cine y posteriormente la televisión y
actualmente cada ve más por el Internet.
El concepto de “subcultura juvenil” ha sido utilizado, para abordar el estudio de las colectividades
de jóvenes, desde la década de 1960. Feixa, a partir del sentido que el concepto adquiere en los trabajos
de Monod y de los investigadores de la escuela de Birmingham, propone el concepto de “culturas
juveniles”.
“...las bandas de jóvenes se constituyen en subcultura al articular en un “estilo” distintivo un conjunto de comportamientos, vestimentas, gustos musicales, ídolos cinematográficos, accesorios, lenguajes, representaciones del espacio y del tiempo y los combinan jerárquicamente para dotarlos de significado, utilizando procedimientos similares al bricolage...” (2006, 45).
En su sentido amplio, Feixa define como culturas juveniles, a “las diversas y heterogéneas formas
culturales grupales que expresan formas de vida particulares/distitivas, con significados y valores
manifestados en sistemas de creencias, usos y costumbres (visiones del mundo) (...) estas
significaciones (...) orientan a los individuos en sus vidas cotidianas” (Feixa citado en Urteaga,
1998:55).
El autor remite el concepto a la noción de culturas subalternas, consideradas desde la “tradición
gramsciana de la antropología italiana”, como las culturas de los grupos dominados, caracterizados por
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su “precaria integración en la cultura hegemónica, más que por una voluntad de oposición explícita”.
La alteridad de las culturas juveniles respecto a la cultura hegemónica se fundamenta en las
condiciones sociales objetivas que determinan a la juventud, en especial, la condición transitoria de
subordinación de “los jóvenes” por parte de los “los adultos”. Para analizar a las culturas juveniles,
Feixa utiliza el concepto de “estilo”.
“el estilo puede ser definido como la dimensión simbólica de las culturas juveniles, y se expresa en un conjunto de elementos materiales e inmateriales que los jóvenes consideran como representativos de su identidad como grupo” (Feixa, 2006:43, 71-72)
Los estilos juveniles surgen a partir del nacimiento del mercado de productos específicamente
juveniles. El conjunto de “rasgos”, indica Feixa, no constituyen un estilo en sí mismo. Los rasgos
adquieren sentido al ser relacionados con la (sub)cultura juvenil de la que son parte, es decir:
“Las cosas simplemente apropiadas o utilizadas por sí solas no hacen un estilo. Lo que hace un estilo es la organización activa de objetos con actividades y valores que producen y organizan una identidad de grupo” (ibid, 43).
Por otro lado, algunas culturas juveniles pueden ser consideradas a partir del concepto de
movimiento juvenil, el cual refiere a las nociones de "acción social" y "movimiento social".
“Los movimientos sociales implican una ruptura de la inercia cotidiana institucionalizada... cuestionan las formas de organización dominantes y sus formas de legitimación, incluyendo sus mecanismos de dominación cultural...el movimiento juvenil implica una estructura organizativa formal o informal... requiere de símbolos visibles de identificación y diferenciación. El movimiento construye sus fronteras simbólicas definiendo a sus adversarios... Una característica de los movimientos sociales de los últimos años ha sido su mayor desarrollo en el campo cultural...muchos de ellos no se definen a partir de las categorías de los conflictos políticos de períodos anteriores” (Valenzuela, en Cubides et al, 2006:43).
La categoría trendsetter
En su tesis doctoral de 2005 la antropóloga Maritza Urteaga busca dar cuenta de forma etnográfica del
papel de los cierto segmento de jóvenes caracterizados como trendsetters en la “transformación de los
estilos de vida contemporánea y el cambio cultural” (266). El sentido de la tesis es, mediante el estudio
de los prácticas y las estrategias creativas de este sector dar cuenta de los medios usados por los
jóvenes para construir la realidad, tratando de poner a los jóvenes como protagonistas centrales del
cambio social.
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El significado del termino trendsetter se describe como el de jóvenes posicionados en la tendencia
de los estilos de vida por venir. Se trata de jóvenes que tienen incidencia de lo que esta y lo que estará
de moda. La combinación de la creatividad con su capacidad emprendedora, en el sentido empresarial
sería el aspecto central que distinguiría de otros grupos:
“por sus formas de pensamiento avanzado y abierto, sino progresivo, y están fuertemente comprometidos e involucrados en estar al frente o a la vanguardia de lo que está sucediendo en la sociedad y la cultura, estas actitudes y comportamientos sustentan el estar constantemente iniciando las tendencias estéticas, conductuales y tecnológicas de lo que vendrá o será vivido por la media en algún momento” (ibid, 269).
Este sector si bien no muy numeroso no representativo de la juventud en su conjunto, constituye un
segmento juvenil clave, por ser un puente entre las vanguardias artísticas e intelectuales y los sectores
mas avanzados del mercado, representando un lugar de flujo de ideas e innovaciones, desde donde e
difunden a medios más amplios.
Para su análisis la autora divide a los jóvenes que estudia en varias subcategorías, organizada en
torno al papel que estos jóvenes asumen en al proceso de diseminación de las innovaciones. En primer
estarían los trendsetters propiamente dichos. Luego los trendsetter minoria temprana, que si bien
comparten los intereses creativos de los anteriores, son menos emprendedores y no viven de su trabajo
creativo. Finalmente la minoría temprana que se refiere a los jóvenes consumidores del ambiente trend.
En su estudio analizó a este grupo desde varios ángulos: los espacios de trabajo y el uso funcional
de sus tiempos, que distingue a las prácticas de estos jóvenes de otros, pues mediante diversas
estrategias logran trabajar de lo que les gusta y convertir este trabajo en placer. Analiaz sus formas
novedosas de promocionarse y las prácticas que despliegan para ser reconocidos como seres creativos,
así como el uso intensivo y funcional que en este sentido hacen de las redes sociales. Utiliza el
concepto de “ocio creativo” para describir sus maneras particulares de socializar, de ocupar espacios
culturales de manera multifuncional, estos son usados al mismo tiempo para difundir arte, se
constituyen en espacios de consumo y al mismo tiempo que de diversión. En su estudio, esta autora se
propone tener un visión holística, capaz de distinguir entre estructuras, representaciones y prácticas. El
estudio de los trendsetter propone una manera de hacer la imbricación entre estructura y prácticas, para
dar cuenta de los forma en que se difunden los nuevos estilos y modos de vida es mediante el contagio
entre pares. Ejemplos de estos patrones serían la forma en que se difundieron los raves o la moda
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kitsch, que iniciaron en espacios trends hasta su masificación actual. Algo que se recalca mucho es el
hecho que los trendsetters usan funcionalmente sus conocimientos, establecen nuevos tipo de
socialidad, que implican una vida más individualizada pero llena de redes sociales. A diferencia de
otros grupos juveniles, como las subculturas que intentan ser más underground para ser más auténticos,
en el caso de los trends lo auténtico se logra, en tanto más se consiga difundir un nuevo estilo, mientras
más logre influenciar la tendencia.
Desde otra perspectiva Manuela DuBois (2000), para definir a los trendsetters y explicar su
surgimiento en Europa, se centra en las nuevas estrategias de aprendizaje para la vida y el trabajo a
través del desarrollo de competencias educativas. Esta autora define como estrategia de estudio ver a
los jóvenes trends dentro de sus trayectorias de vida, lo que según ella implicaría ir mas allá de sus
determinantes socioestructurales.
Establece una tipología, una serie de tipos ideales, para hacer una diferenciación a partir de las
trayectorias y formas de aprendizaje de los jóvenes en contextos diferentes: a) intelectuales.
Intrínsecamente motivados para en estudio, que utilizan estrategias de aprendizaje tradicional; b)
trendsetters. Intrinsecamente motivados para el estudio, que utilizan formas de aprendizaje modernas
basadas en las redes; c) estudiantes. Parte del sistema educativo masivo, motivación externa para el
estudio, que utilizan estrategias de aprendizaje tradicionales. d) estudiante capacitados para el mercado
de trabajo.
La autora ubica a los trendsetters en niveles altos de la estructura social, como tendencia. Para
estudiarlos se hace énfasis en la importancia de las biografías individuales y del manejo funcional que
estos hacen de sus capitales social y cultural. Asigna auna importancia central al ocio, el aprendizaje y
el trabajo y como estos permiten nuevos posicionamientos ante la vida, como se establecen actitudes
estratégicas ante el aprendizaje. En su enfoque la bisagra más importante es la del aprendizaje tanto en
el trabajo como en el ocio. Concluye que se están dando cambios estructurales profundos sobre la
forma en que la sociedad aprende a partir de la interacción con la tecnología y las redes.
Por otra parte Rachel Brooks y Glyn Everett (2008), realizan algunas críticas importantes al
enfoque de DuBois, consideran que el análisis del concepto de trendsetter que hace Dubois se centra
exclusivamente en jóvenes europeos graduados. Se construye centrándose casi exclusivamente en el
aprendizaje, lo que la lleva a cnclusiones exgeradas, pues los postulados de DuBois, pasan por alto la
relación entre el estatus social y los procesos de aprendizaje
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Ellas proponen la categoría de trendsetter learner, que define a este sector como creadores de capital
cultural juvenil, que combinan el capital, el trabajo y el ocio. Para ellas los learners continúan siendo
influidos por el status social de las instituciones educativas y de otros condicionantes, por lo que se
siguen moviendo en espacios tradicionales de educación. En definitiva tener en cuenta las iniquidades
inherentes aún entre los jóvenes de los sectores más privilegiados. Defienden que las decisiones hacia
lo educativo no solo dependen de las actitudes individuales o grupales actitudes si no de los
condicionantes de estos individuos o grupos.
Prácticas y estrategias creativas fuera de espacios trend
Entre los estudiantes del curso hubo siempre una preocupación acerca de los estudios de trendsetter, la
opinión compartida por muchos era que estos tendían a presentar una visión ideal de lo que se supone
son las vanguardias entre los jóvenes actuales. Lo que dejaría de lado otras expresiones de creatividad,
tanto en el sentido artístico como social, expresiones que pudieran no estar orientadas al mercado ni a
la participación en circuitos mediáticos. Así en las discusiones de grupo se planteaban las siguientes
preguntas: Si siguen existiendo formas de arte y estrategias creativas que no buscan posicionarse como
trendsetters. ¿Cómo viven los sectores que no entran en este modelo? ¿Cuáles estrategias despliegan
para lograr subsistir?
Ante estas inquietudes se plantearon en clase una serie de distinciones que permitirían utilizar el
enfoque de los estudios de trendsetters a sectores más amplios de la juventud. El primero era hacer una
diferenciación de tipo teórico metodológico entre, procesos, discursos y prácticas. Se proponía hacer
énfasis en las prácticas de interacción, para poder evaluar hasta que punto las prácticas, de los
trendsetters o los grupos a quienes se estudian, son creativas o no, innovadoras o solo reproductoras.
Además se proponía hacer una diferenciación por estrategias de acercamiento al objeto de estudio. Una
de éstas sería centrarse en los individuos, sus trayectorias, los recursos que utilizan y las estrategias que
despliegan para ser reconocidos como seres creativos. Sobre estas bases, se dijo, podría evaluarse si el
concepto de trendsetter, que ha sido utilizado casi exclusivamente para el estudio de grupos juveniles
pertenecientes a las clases medias o altas, es válido para sectores populares.
La siguiente y última sección del ensayo sigue precisamente estas orientaciones metodológicas.
Se plantea rastrear prácticas y estrategias de los grupos trends, en estos sectores. Mediante la
sistematización de algunos aspectos de una historia de vida, se intenta dar cuenta de las formas de uso
del capital cultural, de redes y conexiones, para potenciar procesos creativos desde una postura política
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particular y en un espacio determinado. En mi opinión es un intento inicial e incompleto para
demostrar, que en otros espacios sociales, se logra hacer usos estrategias equivalentes a los trends, que
logran crear formas de creatividad más efectivas y distribuidas gracias al uso intensivo de las redes
sociales. Para ello presento a continuación la trayectoria de una de las integrantes del Colectivo los
Cafetos, siguiendo el esquema utilizado por Urteaga (2005) intentando resaltar los mismos ángulos que
esta autora utilizó en su estudio.
Nombre Sofía Vasquez
Edad 31 años
Lugar de nacimiento
Xochimilco, D.F.
NSE C- (Considera que su familia, es obrera, su papá trabaja como pintor de casas, de manera eventual, su madre era ama de casa. Tiene seis hermanos).
Escolaridad Estudió en escuelas públicas. Actualmente cursa el último año de la carrera en Psiclogia Social en la UAM Iztapalapa.
Estado civil Soltera
Ambientes laborales
Obtiene sus ingresos de un proyecto cooperativo llamado Colectivo Los Cafetos, que administran la conocida como Mesa Zapatista, en el campus de la UAM, donde se comercializa café en grano y preparado. Además complementa sus ingresos haciendo trabajos escolares para alumnos de las licenciaturas de la UAM. En sus palabras “intento coadyuvar a que los compañeros pasen sus materias, si Monsivais lo hacía por que yo no”. También labora eventualmente como modelo de desnudos en la Escuela Nacional de Artes Plásticas.
Vive con sola
Zona donde vive
Iztapalapa, cercanías de la UAMI
Zona donde trabaja
Iztapalapa, cercanías de la UAMI
Zonas de ocio
UAM, Iztapalapa, Centro Histórico, Campus UNAM, Coyoacán
Ingresos mensuales
Entre estas dos actividades obtiene un promedio de 3000 a 5000 pesos mensuales.
Trayectoria laboral.
Su vida laboral empezó a los 12 años de edad, haciendo limpieza de casas. Tuvo que iniciar tan
temprano debido a la muerte de la madre. Trabajaba para cubrir sus gastos personales. En su casa le
decían “la chambitas”, por que realizó múltiples trabajos, como mesera, atendiendo un puesto de ropa
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en el mercado, como vendedora, etc. A los 17 años, dejó de estudiar la preparatoria y conoció a su
primera pareja formal, un ingeniero de audio que trabajaba con los grupos de Rock alternativo más
importantes de finales de los años 90', entre otros Santa Sabina, Café Tacuba, Maldita Vecindad, Todos
Tus Muertos y Los Fabulosos Cadillacs. Entre ella y su novio montaron un servicio de catering para
estos grupos, encargándose de prepararles la comidas y de brindar todo el servicio de confort requerido
por éstos durante sus giras y presentaciones en México. Durante este periodo que duró tres años, Sofía,
vivió su mayor bonanza económica. En aquél momento todos sus ingresos provenían de esta actividad,
que implicaba un trabajo de tiempo completo. Por ello abandonó la preparatoria por un periodo de dos
años, al final del cual regresó para terminar sus estudios.
De esta relación de pareja tuvo una hija. A la edad de 20 años se separó, lo que implicó dejar el
servicio de catering y ante la necesidad de tener un ingreso fijo tuvo que buscar un trabajo estable.
Durante varios años tuvo varios empleos, desde encargada de la publicidad de una empresa, la venta de
boletos de autobus y el trabajo en un bar. En esta época su hija murió de insuficiencia respiratoria, esto
supuso una gran crisis en su vida, que la obligó a replantearse sus objetivos vitales.
Sofía considera que entonces se produjo un punto de inflexión, cuando empezó a trabajar en la
ONG, Mexfam, como encargada del área de educación sexual y del centro de formación y
documentación. Este fue u primer trabajo con un perfil de mayor calificación y con un nivel alto de
responsabilidad, entre otras cosas se encargaba de preparar los contenidos para los talleres de educación
sexual. Hacía análisis de los documentos y materiales a distribuir en las campañas de información.
Organizaba los materiales disponibles en el centro de documentación.
En este momento decide entrar a la universidad y combinar el estudio con el trabajo. Así estuvo
por dos, pero cada vez enfrentó más presión dentro de la institución para dejar el estudio y dedicar más
tiempo al trabajo. Esta situación la llevó buscar otras alternativas, que le permitieran mantener
independencia económica pero tener mayor flexibilidad laboral y disponibilidad de sus tiempos. Fue así
como en 2005 se unió a la cooperativa Teocalli Tuyehualco, que se dedicaba a producir, fabricar y
comercializar Amaranto. En un inicio además de aprender el proceso de producción del Amaranto y de
preparación de varios productos con este cereal, empezó a vender en el espacio de la mesa zapatista que
funcionaba dentro de la UAM. Para ella, esto supuso una alternativa de trabajo autónomo, autogestivo
y bien remunerado. Además cubría una necesidad vital de aprender a hacer algo, de ser creativa: “me di
cuenta que tenía que ser más autogestiva, así que en Mexfam fue mi último trabajo formal”.
A partir de entonces inicia su relación con la mesa zapatista y en el año 2006 se integra
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formalmente al colectivo de trabajo Los Cafetos. Este colectivo que ha funcionado por más de 15 años,
tiene dos facetas, por un lado se trata de un proyecto de trabajo voluntario de apoyo a las comunidades
zapatistas productoras de café. Se encarga de la distribución a nivel nacional del café producido por la
“Cooperativa Yachim Tayel K'inal – Descubriendo el camino nuevo”. Anualmente comercializan entre
4 y 5 toneladas de este producto, siendo este un trabajo totalmente voluntario y no remunerado. Por
otro lado , la Mesa Zapatista, es el espacio específico, ubicado dentro del Campus de la UAM, donde se
vende café preparado, cuyas ganancias sirven para sostener económicamente a los integrantes del
colectivo. Además de estas actividades, el colectivo y la Mesa Zapatista, constituyen es un importante
punto de reunión para otros estudiantes y funcionan como centro organizador de múltiples actividades
culturales y políticas.
Trabajo y activismo político
Desde el año 1994, cuando aún se encontraba en la secundaria fue simpatizante del EZLN, Este
movimiento representó para ella una nueva esperanza de vida. A pesar de que su familia no era
militante política de izquierda, ella se considera una persona que siempre ha estado consciente de lo
que pasa en el país y que nunca ha creído en los partidos políticos. Participaba en marchas, hacía
acopios para comunidades del EZLN, pero nunca participó en ningún colectivo. Durante la huelga de la
UNAM en 1999, participó toda su familia, sus hermanos eran estudiantes y su padre apoyó como parte
de los comités de padres de familia. A partir del trabajo en las cooperativas se adhirió a la otra campaña
y al Colectivo Los Cafetos. Siendo esta “la primera vez que he podido conjuntar mi trabajo y lo que me
gusta hacer, esto me conjuntó en todos los sentidos, familiar, ideológico y personal”
Patrones de Consumo
Asegura mantener un estilo de vida mínimamente consumista, una vida espartana de consumo de cosas
sencillas y vivir así con dignidad. Como ejemplo menciona que su casa no dispone de ducha y tiene
poca agua, pero aprecia poderse acostumbrarse no malgastar líquido. A nivel de consumo cultural se ha
refugiado mucho en lo que hay disponible gratuitamente, hace un uso intensivo de las bibliotecas, el
cine lo ve casi exclusivamente en la cineteca, aprovechando el descuento de estudiante. También
escucha el programa “El teatro en México” de Radio Educación para conseguir boletos.
Sus espacios principales de diversión son el deportivo iztpalapa, los bares cercanos a la UAM,
las fiestas que se organizan semanalmente en la UAM. También vista bares del centro como “La
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Escalera”, “El UTA” y otros. Asiste a los conciertos que organizan en la casa de las bombas de la
UAM, los domingos por la mañana le gusta ir a tomar café al centro de Coyoacán o al espacio
escultórico de la UNAM.
Estrategias de Creatividad y trabajo por proyectos
La parte más creativa de su trabajo, en la multiplicidad de proyectos que participa, se enfoca en la
creación de redes: de producción, cooperativas y redes de información: “la creatividad reside en no
entrar en los estándares de trabajo del capital, hacer el trabajo por que lo quieres hacer, no por
obligación”.
La construcción de redes implica vincular actores diferenciados y previamente desconectados.
Menciona por ejemplo a un estudiantes de ingeniería de alimentos de la UAM que se han vinculado
con productores de maíz de Milpa Alta, para realizar un proyecto de producción y comercialización
justa de productos orgánicos de maíz. “La mesa es como el punto de encuentro a través del que nos
vinculamos, por ejemplo con estos estudiantes de ingeniería, ellos eran los que tenían el interés de
vincularse a algún tipo de proyecto productivo y nosotros los que teníamos el contacto con los
productores, después de hacer el contacto y participar en el inicio del proceso ya los dejamos solos y
ellos siguen chambeando”. Considera que su labor es mucho sentidos la de informardora y difusora de
“otras formas posibles de trabajar, subsistir, crear y de hacer al margen de lo que nos porpone el
sistema”.
También el trabajo, que no se puede separar de la militancia política ni de las actividades de
ocio, involucra una parte creativa a nivel personal, en el sentido de que constantemente estan
escribiendo comunicados, diseñando volantes y escritos informativos sobre la realidad de otros lugares
de México. Además en la mesa se realizan muchos proyectos de difusión cultural. Han organizado
presentaciones “de música tradicional, malabares, poesia, batucadas, clown y teatro”. Quienes
participan y presentan sus creaciones son principalmente los propios estudiantes de la UAM: “creo que
en parte nosotros cubrimos la necesidad de espacios de expresión que la UAM no brinda. En ese
sentido en el colectivo y mucha de la gente con la que trabajamos compartimos la reivindicación, de
reapropiarnos de los pocos espacios públicos de la UAM y utilizarlos para hacer conocido el valor de
las expresiones artísticas propias de la comunidad de estudiantes. Consideramos que los espacios son
de quienes los trabajan, cuando el fin que se busca no es únicamente económico”.
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Bibliografía
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Urteaga Pozo, M., 2007. La construcción juvenil de la realidad. Jóvenes mexicanos y contemporáneos. Tesis de doctorado), México, Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Ixtapalapa.
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