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rodolfo aedo paredesEstética de un Viaje Inconcluso

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Cuando al fin me ví rodeado de es-paldas decidí darles con la mía yplantearme ante un anhelo de escape./ Hacerlo necesario. / Someterse a una auto extirpación de lo insoportable con un sacrificio; la entrega de una parte./ Una ofrenda sin espera de compensación.

rodolfo aedo paredesEstética de un Viaje Inconcluso

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Por muy asumido, este sacrificio voluntario no disminuye el grado de dificultad supues-to. / Y de esto debe hacerse un acto religioso, transformarlo en liturgia de entrega.

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Como de nada se puede tener ple-na certeza, se advierte que la posición de esta condición de entrega es frágil. / Pararse entonces sobre una base firme de rece-lo y hastío, reactivar la convicción desde un ángu-lo panóptico./ Si se tuvo algún concreto una vez, esta fue la comodidad de una posición permanen-te; soportable o agónica, se estuvo sumido en la certeza de un cobijo estable./ Con mayor decisión se emprende el camino hacia el distanciamiento.

Ya emprendido el viaje el paisaje va-ría. A media distancia las penas se han disipado. / La inclemencia del tiem-po, la noche, las distintas geografías. / Cómo no olvidar el dolor./ Como única herramienta: el anhelo de avanzar so-pesa la dificultad de desplazamiento. / Hasta inevitablemente encontrar otros compañeros de ruta, y compren-der que, al menos, nunca se está solo.

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No hay rutas iguales. Unas concluyen antes.

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El nuevo paisaje se revela en esplendor. Aquí ya se han posado sobre su belleza otras entidades sensibles.

Sin indicios de egoísmo, se comparte al instante el significado de su riqueza.

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Entonces, respuesto del deslumbramiento, hay que compenetrarse con esta materia./ Entender de qué está construido este paisaje para inte-grarlo como nuevo elemento de dilucidación.Hasta llegar al punto en que esta masa abierta a nuevos constructos se moldee en nuestras ma-nos y se vuelva recurso creativo./ Tomando en

préstamo el conocimiento local, usurpándo-lo -involuntariamente-. / Con la torpeza de quien solo se está iniciando, entregando con el error, una parte de su esencia foránea; cu-briendo las superficies de un tono mixto. / Cuando estas herramientas estén integradas se debe comenzar a fabricar con su utilidad.

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Aquí el objeto de lo obtenido del viaje y de lo encontrado se aplica a favor del crecimiento del via-jero, e indirectamen-te, del crecimiento recíproco de su en-torno. / Tuve alguna vez la duda del por-qué en habitar tál o cuál geografía. / No solo como intri-ga personal; como cuestión genérica. / Si es que hay una

lógica elemental en la ocupación de un territorio. / Sea, quizás, solo el ca-pricho prolongado-de una detención por un momentá-neo reposo. / Tuve la incógnita del por-qué de un modo u otro de hacerse al estar; pensé en un origen social, en una cultura que se origina por una ra-zón geométrica y

proporcional. Pen-sé en una lógica basada en econo-mías –energéticas, simbólicas, mate-riales, monetarias, y quizás cuántas mas-. / Me entram-pé entonces con una ecuación en círculo. La forma en que se usa es la for-ma en que se “és”./

A tal desarrollo de la travesía, su ra-zón primera ha ido disipándose o al menos ha perdido connotación. / A si mismo, mas remota se ha vuelto la sola posibilidad de vol-ver; al menos, no como se emprendió el viaje. / Después de todo, ahora se carga con un nuevo armamento y ape-ros para sobrevivir en otros escenarios.

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Los sitios nos parecen como invisibles hasta que caminamos sobre ellos. / Al desplazarnos por las extensiones de lo ignorado se crista-liza, sobre el campo de lo conocido, una bruma fértil de nue-vos recursos posibles. /Descubrir esto es encontrar un camino en el modo de com-prender al hombre, por tanto a sí mismo. / En busca de un ha-llazgo indeterminado. Más bien por buscar un sentido a la bús-queda. / Entonces, se hace claro; patente: Que el beneficio del viaje es la posibilidad misma de proseguir en un viaje eterno, en busca de la belleza.