estereograma -9 (menosnueve)

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ISNN: 2071-2456 AÑO 1 NÚMERO -9 ESTEREOGRAMA subjetiva- híbrida- acéntrica

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Revista de creación crítica subjetiva - híbrida - acéntrica Lima, Perú 2008

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Page 1: Estereograma -9 (menosnueve)

ISNN: 2071-2456AÑO 1 NÚMERO -9

ESTER

EOGRA

MA

subjetiva

- híbrid

a- acé

ntrica

Page 2: Estereograma -9 (menosnueve)

editorial -9

Un estereograma es a grandes rasgos, un ejercicio visual. La posibilidad de ver entre

los renglones en blanco. Su lógica exige un

esfuerzo extra. Nuestra revista recoge esta

dinámica y la utiliza para poder mirar el

mundo. No es el simple privilegio de la vista,

sino de ver cómo este proceso involucra toda

nuestra existencia.

Reflexión cultural es es lo que hacemos.

Cultura como pretexto y como fin; reflexión:

oportunidad de movimiento y caos. No

queremos la imagen limpia de “esto es esto”

y “aquello es aquello otro”; preferimos la

impertinencia, la fractura, el exceso y el frag-

mento.

Escogimos el ensayo como nuestra prin-

cipal herramienta porque es un género que

no rechaza la hibridez ni la subjetividad, por

el contrario, adquiere dichas cualidades como

sus componentes primordiales. Para nosotros

la forma de nuestros ensayos refleja de algún

modo las complejidades de los temas que

ensayamos.

EstErEograma no es una revista

monográfica ni una revista de creación; ni

más ni menos, solo distinta: con sus propias

necesidades, mecanismos e inquietudes. Es

acéntrica porque no encuentra otro modo de

ser. No buscamos la “originalidad”: buscamos

la expresión de nuestras ideas, desordenadas

o no. Lúcida y lúdica: esa es nuestra meta.

Pretendemos ser una revista “temática”:

es así como pensamos el dossier. No es un

conjunto de artículos, es un espacio donde se

vinculan las distintas partes de la revista. El

“tema” de este primer número es el collage

Aprovechándonos de las posibilidades que

nos da una opción como esta, hemos com-

puesto este primer, y sobre todo, imperfecto,

número.

Así, cada uno de nuestros redactores,

muy a su manera, ha buscado el desarrollo

de sus inquietudes. Al final se ven los lazos

que los unen: la figura del intelectual (quién,

cómo, cuándo, qué, para qué), el discurso de

identidad (quién soy, a dónde pertenezco, con

quién me identifico) y la mirada / la imagen

/ el mirarse. Es en esta última en donde se

concentran tanto nuestra búsqueda como la

de nuestros ensayistas. ¿Reconocerse para

ser o ser para reconocerse? No respondemos

estas preguntas, nos conformamos con su

evidencia. Nuestros redactores comparten y

discrepan; cada uno de ellos omite, juzga,

finge, valora, esconde: ahí radica el valor de

sus opiniones.

Cuando iniciamos este proyecto, hace ya dos

años, pensábamos que era un camino soli-

tario y, por momentos, imposible. El tiempo

nos ha mostrado que en realidad nuestras

inquietudes no son solamente nuestras; por

el contrario, forman parte de muchos jóvenes

como nosotros que también se preguntan si

realmente existe una única dirección.

El lector tiene entre sus manos este pri-

mer número. Eres finalmente tú, lector, quien

tiene que decidir y valorar. Iniciamos: depen-

de de ti que esto continúe.

grupo Estereograma

Page 3: Estereograma -9 (menosnueve)

Director Editor: Paulo C. Peña. Comité Editorial: Lisandro Gómez, Gerson Rivera, Zandor Zarria. Coordinación: Stuart Flores, Laura Liendo.Diseño de portada: Hilda Mauro. Diagramación: Juan Pablo Mejía. Ilustraciones: Lilian Benítez, Carolina Estrada,

Yeni Maldonado, Giovanni Tazza. Fotografías: Luis Cueva, Santiago Puyo, Christian Valera. Colaboradores: Álvaro Gutiérrez, Cristhian Manzanares, Carlos Quenaya, Miguel Rivera, Jorge Vargas Prado, Manuel Zelada.

EstErEograma es una publicación semestral de Grupo Estereograma.Jr. Sinchi Roca 1625 - of. 206 Lima 11, Perú. Tel. (01)992161329 / (01)992131878

e-mail: [email protected] www.estereo-grama.blogspot.com

Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nª 2008-15680 / ISSN: 2071-2456

EstErEograma. subjetiva - Híbrida - acéntrica. AÑO 1 NÚMERO -9 / 2008.

Calidoscopio.

05 Un puente hacia lo oculto: algunas reflexiones sobre poesía. Carlos Quenaya

10 El fantasma de la música clásica. Manuel Zelada

13 ¿Somos lo que escuchamos? Cristhian Manzanares

16 Escribiría sobre lo que quiero, pero no quiero nada. Miguel Rivera

Intersticios.

25 Susy Díaz es mi madre aunque Florcita no sea mi hermana. Lectura feliz de mi amado Chollywood. Jorge Vargas Prado

31 ¡Devuélvannos el misterio! Fragmentos Humanizantes para una Facultad de Humanidades que Fragmenta. Álvaro Gutiérrez

40 Apuntes para leer sentado en el autobús entre la puerta 3 de San Marcos y la avenida La Molina. Paulo C. Peña

Anamorfosis.

53 Adrián Marroquín Salazar: “Cuando canto el alma de Mariano Melgar se apodera de mí” Reencarnación o sugestión?

Page 4: Estereograma -9 (menosnueve)

ir más allá de nosotros al encuentro de nosotros

CoLLagE

Page 5: Estereograma -9 (menosnueve)

cali

dos

cop

iocalidoscopio

Page 6: Estereograma -9 (menosnueve)

1. Edgar O`Hara.

Partición de los bienes/

Conversaciones. Lima,

Lluvia Editores, 1998,

p. 26.

2. Ibíd. p. 30.

Leer poesía significa paladear, imagi-nar, escuchar, tornar la movilidad oculta de la

página en borrachera continua, conmovido

estupor y goce secreto. La lectura poética nos

reclama con vigor, convoca lo más propio

de nosotros arrastrándonos al centro de un

rito celebrado en soledad y silencio. Roberto

Juarroz decía que la poesía es el arte de lo in-

decible. En los días que corren, sin embargo,

estamos más acostumbrados a escuchar el

parloteo, la exhibición narcisista y esquizoide

de “artistas” con más o menos talento; pero

¿y la poesía? Lo que intento defender en es-

tas páginas es que la escritura poética impli-

ca, fundamentalmente, un trabajo de cara al

silencio. En pocos poetas se comprueba que

callar, que estar a la escucha, es el ejercicio

primordial de la escritura poética. El silencio,

entonces, hay que merecerlo; pues el silen-

cio dice y necesita decirse. Pero ¿qué clase

de trabajo se precisa para llegar al poema?,

¿cómo se dice lo indecible?

Estas preguntas nos colocan desde el

inicio frente a una valla muy alta, como si al

empezar nuestra excursión tuviéramos que

sortear una monstruosa cadena de monta-

ñas. Es imperioso, pues, orientarnos antes de

avanzar. No nos amilanemos y comencemos

a explorar algunas de las cosas que dijeron

ciertos poetas sobre su oficio, ¿cómo escri-

ben?, ¿de qué modo llegaron a escribir esos

poemas que nos apasionan?

El primer prontuariado se llama Emilio

Adolfo Westphalen. El autor de Abolición de la muerte, explica así su experiencia creativa:

Los poemas fueron apareciendo casi sin co-

rrecciones. Era cuestión de seguir cierto ritmo

interior. Toda poesía es el resultado de la con-

junción de circunstancias exteriores e internas.

Hay un impulso que lo lleva a uno a escribir...

CARLoS QUENAyA

(Arequipa, 1985) Estudiante de Filosofía de la UNSA. En 2005 ganó el 2do premio de la III Bie-nal de Poesía Washington Delgado de la UNMSM. Acaba de publicar su pri-mer libro Elogio de otra vana invención.

Si no hay ese impulso, uno no escribe. Escribir

a pesar de todo, eso es muy malo…1

Más adelante, comentando la razón que lo

llevó a dejar de publicar poesía, dice:

No, no he escrito poesía. Además, eso no tie-

ne nada de raro, porque lo raro en verdad es

escribir poesía, ¿no? ¿Por qué asombrarse de

que uno deje de escribir poesía? Más extraño

es que haya gente que hace poesía, escultura

o pintura, cosas tan inútiles y sin razón de ser,

salvo la complacencia y el goce que producen

en ciertos momentos…2

Un puente hacia lo oculto: algunas reflexiones sobre poesía

[ 05 ]

Ilust

raci

ón:

Gio

vann

i Taz

za

Page 7: Estereograma -9 (menosnueve)

Para Westphalen, entonces, existe un estado

de excepción, una rara conjunción de circuns-

tancias donde es posible la actividad poética.

Esta, además, se concreta a partir de un ritmo

interior, de una música que se despliega a

través de las palabras. De manera que el pro-

ceso creativo se encuentra teñido de una gran

dosis de irracionalidad.

Querer explicar la creación poética po-

dría terminar siendo un ensayo mendaz, una

vaga suma de obviedades y banales elucu-

braciones. ¿Debemos aquí enmendar nuestro

camino o extraviarnos por completo en los

pantanos del quehacer poético? Está bien, le

diremos a Westphalen, la irracionalidad es

una vía de acceso al poema. Nuestro deseo

no es recorrer ni explicar ese camino. ¿Podría

lo irracional ser explicado racionalmente?

Creemos, sin embargo, que algunos versos

de “No es válida esta sombra”, refrendarán lo

que decíamos al principio:

Nadie oye estos golpes pregunto fuera

Tan hondo como la mina tan hondo como mi cuerpo

Resuena tan fuerte el silencio

Tan tristes estas lágrimas que no han de cruzarse

nunca

Me levantaba o es que caía más sombra

Quién creyera que tanta noche encerraran tus ojos

Me ha ahogado esa hondura negrura

(De: Las ínsulas extrañas)

Estos versos manifiestan una inmersión

profunda, el yo poético se encuentra inunda-

do de una oscuridad que lo golpea y de un

silencio que retumba, pero esta inmersión en

sí mismo es también la plataforma desde la

cual el yo poético se proyecta en el otro —¿la

amada?— atribuyéndole esa densa oscuridad

que a él mismo lo anega.

Mediante imágenes notables y un ritmo

sin tropiezos, Westphalen logra a lo largo

de los 18 poemas que conforman la prime-

ra etapa de su producción poética, uno de

los ejemplos más conspicuos e inspirados de

nuestra tradición. Westphalen, no obstante,

sólo representa una de las posibles vías de

llegada a lo que llamamos “poema”. Una vía

contraria, al menos en apariencia, es la que

propone Carlos López Degregori, autor crono-

lógicamente más cercano a nosotros, que ha

construido una obra sólida a lo largo de los

años. López Degregori afirma lo siguiente:

Todo gran poeta es creador de proyectos; eso

lo distingue del resto. Si uno toma la poesía

como acto de vida, no siempre puede estar

uno inspirado, ¿verdad? Entonces tiene que

recurrir a un proyecto para, a partir de él,

escribir sus poemas…3

Y más adelante:

La poesía, en realidad, no es tan útil como

pretenden algunos; la poesía es útil para unos

pocos lectores y es fundamentalmente útil

para el poeta, para el que la está escribien-

do, para el que da su visión y entendimiento

de las cosas. Es el que trata de hallar una

constante, una ley que las explique. y una ley

que no tenga que ver con la economía o la

sociología o incluso la ciencia; sería un poco

la visión —no me gustaría llamarla irracio-

“Oír las voces de la poesía su-pone encontrarse en la disposi-ción necesaria, en una actitud

de ruego o plegaria, pues el poeta sabe que los dones que le son conferidos permanecen

mayormente esquivos”

( )

[ 06 ]

3. Ibíd. p. 126.

Page 8: Estereograma -9 (menosnueve)

nal— intuitiva, analógica de las cosas. Esa es

la visión que a mi parecer debe dar la poesía.

Sería la otra interpretación del mundo, lo otro

que son las cosas…La poesía se acerca a lo

esotérico o a la magia…4

En López Degregori existe, pues, un mayor

grado de deliberación. El quehacer artístico,

según nos explica, está regido por un proyec-

to, por una voluntad que conduce las pulsio-

nes creativas hacia la concreción de la obra.

Sin embargo, la poesía no dejaría de ser una

especie de puerta a lo otro, a lo que no tiene

nombre y nos solicita uno.

¿Un proyecto racional que nos permite la

entrada a lo que no lo es? Tal vez el problema

estribe en manejar un concepto demasiado

estrecho de lo que es o no racional. En todo

caso, para nuestro propósito es suficiente

establecer que la escritura poética constituye

un espacio diferente, un salto hacia lo que

habitualmente no percibimos. Esta perspec-

tiva puede verse expresada en el poema “El

guardián”:

Detrás de todo armario hay un fulgor o un

pasillo

o una puerta condenada

Mi mano cierra el libro inhumano de cuentos

vacila

y firma una larga carta de adiós

antes de internarse.

Mañana, cuando regrese, les traeré el per-

fume obsceno

de un jardín

donde pasea descalza una pareja

o un ala de cuervo despellejada

o los labios sonrientes de una máquina

parlante.

Pero tal vez no pueda retornar

y me quede vigilando con un garfio:

para que no huyan

para que no sean felices y no entren

y no puedan crecer y duerman mal

envueltas en sábanas hoscas y marchitas

sin rabo ni boca ni pendones

las lluvias impuras de febrero.

(De: El amor rudimentario)

Este poema expresa bien la búsqueda del

autor de Lejos de todas partes. El yo poético

anuncia, al inicio de este libro, su interna-

[ 07 ]

4. Ibíd. p. 128.

Ilust

raci

ón:

Gio

vann

i Taz

za

Page 9: Estereograma -9 (menosnueve)

miento en otro mundo, su entrada a una di-

mensión mágica y perturbadora. Este acceso,

sin embargo, no garantiza el regreso ni el

bienestar del “guardián”.

Resulta llamativo el título del poema,

pues acaso manifieste la visión del papel que

juega el poeta en todo esto: es el guardián

del otro mundo, el puente tendido hacia lo

oculto.

Aquí también es posible notar que el acto

creador se debate con lo inexpresable, ya que

supone un salto fuera de nuestra cotidiani-

dad, de tal modo que la palabra poética fun-

cionaría como el resorte hacia lo desconocido.

A pesar de que el método de trabajo ex-

plicitado por ambos poetas se contrapone,

podemos hallar convergencias importantes:

la pugna que libra el lenguaje poético con lo

indecible, el silencio que nos aproxima hacia

lo otro, que es aquello que el poeta escucha y

nos quiere transmitir.

Una actitud que fluye en el mismo sentido

la podemos encontrar en Javier Sologuren. El

autor de Vida Continua escribe:

Poesía

Poesía, no me niegues tus dones

por más tiempo. Tengo el oído atento

los ojos despiertos, abierto el corazón.

Poesía, ¿a qué eres igual,

cuál tu gemelo, cuál tu secreto?

Si es en soledad donde tus voces se oyen,

en ella te he aguardado solo con mi deseo.

Si el sueño es, otra cosa no he hecho

que vagar entre los signos de la noche,

llama en que me enajeno.

No. No te pareces al amor.

¿No está para siempre en mí su garra?

Diría aún a la pena o al olvido

si no fueran el pan de cada día.

Pero qué cerca estás de mi sangre

y sólo creo en el dolor haberte visto.

(De: Otoño, endechas)

En este poema Sologuren interpela de ma-

nera directa a la Poesía. La actitud del yo poé-

tico es de apertura, pero a la vez de solitario

recogimiento. Oír las voces de la poesía su-

pone encontrarse en la disposición necesaria,

en una actitud de ruego o plegaria, pues el

poeta sabe que los dones que le son confe-

ridos permanecen mayormente esquivos. Al

[ 08 ]Ilu

stra

ción

: G

iova

nni T

azza

Page 10: Estereograma -9 (menosnueve)

Roberto Juarroz (1925-1995). Poeta y ensayista argentino.

Emilio Adolfo Westphalen (1911-2001). Poeta peruano.

Westphalen, Emilio. Abolición de la muerte. Lima, Ediciones Perú actual. 1935

Westphalen, Emilio. Las ínsulas extrañas. Lima. 1935

Carlos López Degregori (1952). Poeta y crítico literario peruano.

Javier Sologuren (1921-2004). Poeta peruano de la generación del 50.

Sologuren, Javier. Vida continua. Lima, Colmillo Blanco. 1989.

[ 09 ]

mismo tiempo, este poema agrega un par de

cosas a lo dicho hasta ahora: la soledad y el

dolor como condiciones que posibilitan el acto

creador.

No sería posible agotar las referencias

dentro de nuestra tradición que hagan más o

menos palpable lo que intentamos defender.

A pesar de la diversidad de propuestas cree-

mos que es posible rastrear actitudes en este

mismo sentido en poetas tan diferentes como

Vallejo, Martín Adán, Eielson, Hinostroza, etc.

Entonces ¿la poesía es un oficio para silen-

ciosos, tristes y meditabundos?, ¿escribirla

implica necesariamente un comercio con otras

dimensiones?, ¿de qué hablamos cuando

hablamos de poesía?

Vayamos por partes. No le vendría mal

a la poesía —o más específicamente a los

poetas— sacudirse del aura romántica que a

menudo les acompaña. Escribir no es oficio

para suspirantes badulaques ni plañideros

onanistas. Explorar los límites del lenguaje

supone explorar los límites del decir, que son

también las fronteras del silencio. Aventura

que exige pasión, rigor e irreverencia. La poe-

sía —estamos convencidos— es la posibilidad

de tender un puente hacia lo oculto, que es

también diálogo fecundo con nosotros. l

Datos de apoyo

Page 11: Estereograma -9 (menosnueve)

El fantasma de la música clásica

Cuando ingresé al Conservatorio Na-cional de Música pude confirmar dos cosas;

que, para el oyente común, la música clásica

estaba dejando de ser música para convertir-

se en una suerte de reliquia auditiva valorada

más en función de sus supuestas atribuciones

culturales que en su propia calidad musical;

y estaba dejando de ser clásica en todas las

acepciones del término: ya no era modelo a

seguir por los compositores y cantautores con-

temporáneos, había dejado —como expre-

sión artística— el carácter de principal para

mantenerse en un nivel bastante indefinible,

y sus niveles de audiencia habían decaído lo

suficiente como para cuestionar su calidad de

clásica en tanto duradera y universal, y empe-

zar a pensarla más bien como tradicional.

Por otro lado, para aquellos que se ha-

llaban sumergidos en el mundo de la música

clásica, ésta había dejado de ser música en

su sentido tradicional desde que compositores

como Ligeti, Messiaen y Stockhausen, entre

otros, empezaron a prescindir de los instru-

mentos tradicionales así como de las nociones

de melodía, armonía, ritmo y timbre. Cabe

decir, al respecto del calificativo de clásica,

que siempre había sido tomado con pinzas y,

en una buena mayoría de casos, para referir

al período clasicista propiamente dicho. Si

se le preguntase a un compositor contem-

poráneo del tipo de Glass o Dusapin lo más

probable es que afirmaran componer música

simplemente, más allá de preocuparse por

darle algún calificativo.

Lo que a mi parecer evidencia esta doble

cuestión es que la música clásica es un tér-

mino fantasma demasiado difundido y que el

mundo al cual pretende representar y el resto

del mundo (o mundos) mantienen una comu-

nicación bastante pobre, lo suficiente como

para seguir usando un término el cual han

MANUEL ZELADA

(Lima, 1988)Estudios de piano en el Conservatorio Nacional

de Música. Estudiante de Filosofía en la Universidad

Antonio Ruiz de Montoya y de Lingüística en la

PUCP.

rechazado para sí mismos. Ciertamente, hay

intentos de acercamiento pero en la mayoría

de casos son bastante desafortunados. Como

las incursiones de la orquesta Sinfónica en

música criolla, folclórica y popular, que no

hacen más que reproducir temas que ya no

apasionan ni al oyente común ni al oyente

clásico.

Del lado de la música ‘popular’, las

adaptaciones de obras clásicas son en reali-

dad repeticiones de tonaditas conocidas que

más allá de resaltar el aspecto melódico des-

cuidan la música como conjunto. Sin tomar

en cuenta el hecho de que recogen melodías

que ya no tienen casi ningún interés para el

compositor y el oyente contemporáneo. Así, el

metal sinfónico recrea elementos del clasicis-

mo musical del siglo XVIII, que si bien pueden

ser un excelente punto de partida para el

estudio de la música de Mozart o Beethoven

no sirven ni como introducción a la actualidad

musical.

[ 10 ]

“Para muchos estos experi-mentos musicales han conver-tido al compositor contempo-ráneo en un incomprensible y estrambótico hacedor de ob-

jetos sonoros que difícilmente pueden ser llamados música”

( (

Sin embargo, grupos como Pink Floyd, Gentle

Giant, Emmerson, Lake & Palmer, Yes, entre

otros, usan con frecuencia herramientas pro-

pias de la obra de compositores contemporá-

neos como Hindemith o Ligeti (la inexactitud

del ritmo, los cambios armónicos y juegos

melódicos). Por ejemplo, un álbum como “In a

glass house” de Gentle Giant, emplea sonidos

de vidrios rompiéndose y chocando entre sí,

sonidos no musicales que utiliza Messiaen en

Page 12: Estereograma -9 (menosnueve)

[ 11 ]

muchas de sus obras (fascinado como vivía

por los cantos de pajaritos) o Stockhausen

(quien incluye un helicóptero en una de sus

obras).

La experimentación musical es muy

amplia y presenta obras curiosas, que pue-

den hacer de puerta de entrada a la música

contemporánea. Tenemos por ejemplo a

George Crumb, quien se basó en el canto de

las ballenas para componer “Vox Balaenae”

o a Ioani Xenakis, quien emplea secuencias y

funciones matemáticas para dar forma a sus

obras. Para muchos estos experimentos mu-

sicales han convertido al compositor contem-

poráneo en un incomprensible y estrambótico

hacedor de objetos sonoros que difícilmente

pueden ser llamados música. Pero la oferta

musical actual es mucho más amplia, tan

amplia como el gusto de los oyentes: para

quienes estén acostumbrados al trance y la

Ilust

raci

ón:

Car

olin

a Es

trad

a

Page 13: Estereograma -9 (menosnueve)

electrónica, la música de Glass podría resultar

una buena combinación de elementos acústi-

cos y precisión electrónica, así como las pri-

meras obras de Stockhausen o Boulez.

Para quienes gusten del jazz las obras de

Gershwin, Debussy y Ravel pueden resultar

muy interesantes y entretenidas. Sin duda el

jazz ha sido el género más asimilado por los

compositores llamados clásicos y a su vez los

jazzistas se han nutrido de las herramientas

compositivas e interpretativas de estos.

Finalmente, el ámbito de aquello que co-

múnmente llamamos música clásica es mucho

más amplio y se halla mucho más cerca de lo

que pensamos. Es por ello que sugiero que

dejemos de pensar en la existencia de una

música clásica compleja y distante e imagine-

mos un solo universo musical con múltiples

climas y lenguajes convergiendo en él, de

tal manera que aspiremos al surgimiento de

oyentes, intérpretes y autores verdaderamente

eclécticos e integrales. l

[ 12 ]

György Sándor Ligeti (1923-2006). Importante compositor rumano de música clásica instru-

mental.

olivier Messiaen (1908-1992). Compositor, organista y ornitólogo francés.

Karlheinz Stockhausen (1928-2007). Compositor alemán reconocido por sus aportes a la músi-

ca culta del siglo XX.

Philip Glass (1937). Compositor estadounidense de música minimalista.

Pascal Dusapin (1955). Compositor francés.

George Crumb (1929). Compositor estadounidense de música clásica.

Datos de apoyo

Page 14: Estereograma -9 (menosnueve)

[ 13 ]

¿Somos lo que escuchamos?

ocurre con las frases hechas que na-turalmente se refieren a otras personas me-

nos a uno mismo; así que en un tormento de

reprimendas de escaso fundamento saltan a

la palestra muchos “profesionales” a afirmar

sin complejos que somos lo que hacemos:

los nutricionistas aseguran que somos lo que

comemos, los arquitectos sugieren que somos

la vivienda que habitamos, los modistos se

ciñen a la idea de que somos lo que vestimos,

los estilistas nos definen por nuestro corte

de pelo, los novelistas por lo que leemos, los

poetas por lo que lamentamos, los historia-

dores por lo que fuimos, los amantes de la

psicología por lo que no hacemos y los cléri-

gos por nuestra desidia o nuestro entusiasmo

hacia sus creencias. Quizás somos una mez-

cla inaudita de todas esas tonterías, aunque

la autosatisfacción del oyente no ande muy

atenta al cruce de datos según la disciplina

sociológica.

CRISTHIAN

MANZANARES

(Lima, 1978)Estudió Ciencias de la Co-municación en la USMP. Integrante de la banda Mi Jardín Secreto, están a punto de sacar su primer disco. Escribe en www.manzarock.com

Más claro, como en todo, lo tiene la Biblia,

ese formador de conductas y manierismos

universal, para quien —cierta— música es,

por decir lo menos, de cuidado. De acuerdo

a la Palabra de Dios, nosotros no sólo somos

influenciados por lo que oímos, sino que, más

aún, somos lo que oímos. “El malo está atento al labio inicuo; y el mentiroso escucha a la lengua detractora” (Proverbios 17:4). Una

lengua maliciosa es una perfecta descripción

“Somos lo que hacemos, lo que comemos, lo que escuchamos, la televisión que miramos: es probable. Aunque no puedo

evitar que existe algún margen de error, alguna excepción a

la regla, un salvavidas que nos aleje de la moneda común”

( (de la música que se escucha en los días que

nos toca vivir, y la Biblia dice que aquello

que uno gusta escuchar es reflejo de nuestro

corazón. Como contrapartida, “La oreja que escucha la corrección de vida, entre los sabios morará” (Proverbios 15:31). ¿Convencido?

¿Compungido?

Bueno, vamos a lo mío. ¿y quién soy yo,

entonces? Escucho música. Mucha y variada.

Sin embargo, es preferible ordenarse, y ya

luego definirse. Lo mejor que me puede pasar

es que todas aquellas canciones lleguen a

generar pensamientos y sentimientos nuevos

en mi persona, y eso, por la forma como llego

a afrontar todo tipo de relaciones que tengo

con el mundo, suele pasar. Yo con eso, con

saber que me puedo relacionar con todo y

todos, soy feliz. Me da ubicación, me conven-

ce de tener un propósito. Las canciones —a

ver, las buenas canciones, que para resumir,

son las que me gustan— tienen el poder de

transformar: un pensamiento, una persona, y

de darse un consenso, una sociedad. Son una

agraciada pieza de intercambio cultural. No

se deberían tomar como algo del momento

o del entretenimiento, exclusivamente, me

parece.

La cultura está en todo, creo que en eso

podemos coincidir. Entonces la música es fiel

reflejo de todo lo que acontece. Todo influye,

todo comunica. Pero quién es la más fuerte

influencia, se puede saber. ¿La sociedad?,

¿las compañías?, ¿la publicidad?, ¿las emiso-

ras de radio? ¿¿¿yo??? Depende de lo que

nos digan. De lo que nos vendan.

¿Qué tanto dice de una persona el tipo

de música que escucha? Mucho, dicen. Somos

lo que hacemos. y esto lo digo siendo con-

ciente de que yo no estudié ni trabajé durante

muchos años, adquiriendo un comportamien-

to huraño horrible y, cada tanto, todavía ten-

Page 15: Estereograma -9 (menosnueve)

[ 14 ]

go que hacer algún trabajo que no me gusta

hacer, por necesidades económicas, a veces

ajeno a la música (es decir, al hecho de escu-

char una sola canción que me guste). Igual,

cada vez menos, porque justamente ya es

algo que puedo manejar. Aun así, Las secue-

las aún se notan en mi generación: sufridores

a prueba de bala, casa adentro y casa afuera.

Tal vez de todas las emociones que en las que

suele regodearse la música, aquella que más

me ha infringido mayor placer (culposo o no)

ha sido la tristeza. Curiosamente, ha sido un

Ilust

raci

ón:

Lilia

n Be

níte

z

Page 16: Estereograma -9 (menosnueve)

trayecto encantador. No falto de contradiccio-

nes, lo admito, pero sí imbuido en una tangi-

ble cuota de honestidad. yo viví en la época

en donde todos queríamos morir como Kurt

Cobain, pero conscientes de que su fama no

nos hubiera molestado en lo absoluto. Es la

búsqueda del fracaso como único camino

aceptado hacia la celebridad. Esa sofisticación

que brinda el éxito ha sido el néctar de nues-

tra existencia (o subsistencia) para muchos

antes y durante mi crecimiento, en incluso

en estos días. Confusión y nimiedad que a

veces se hacen pasar como genuino drama o

inequívoca certeza. Cuidado. La idea del mú-

sico como “loser” siempre me acarreó dudas.

Me resultaba impostada en ocasiones. Tal vez

porque no quería verme reflejado.

Somos lo que hacemos, somos lo que co-

memos, somos lo que escuchamos, somos la

televisión que miramos, es probable. Aunque

no puedo evitar que existe algún margen de

error, alguna excepción a la regla, un salva-

vidas que nos aleje de la moneda común. y

esto solo se da cuando nosotros decidimos

lo que queremos comer, leer, mirar. Porque

cuando hacemos, cuando buscamos, cuando

mostramos interés y curiosidad por las cosas,

somos. Es la acción lo que me define, no la

espera. Ser es sinónimo de existir, o sea, de

hacer, de participar. Escuchar la música

que escucho, ir en un 2 por 3 de Sepultura

a Slowdive, de Lavoe a Wainwright, supo-

ne una interacción, la mía con la de otra(s)

persona(s), y las cosas que nos rodean,

que apreciamos, de las que algo hemos

aprendido, todas esas cosas que disfruta-

mos.

Si la televisión no es culpable de nada,

menos lo es la radio. Ambos son simple-

mente espejos, y nos reflejan. “Pensar es

más interesante que saber, pero menos

interesante que mirar”, decía Goethe. Me-

nos que escuchar, también, en definitiva.

Detesto que la gente busque justificar(se)

(en) lo que escucha. Que busque el míni-

mo atisbo de trascendencia en las frecuen-

cias a las que se somete para elevarse por

sobre el promedio. Cuando el placer tan

orteguiano de ser uno mismo y sus circuns-

tancias a veces es impagable. Para cono-

cerlas, para seguir siendo, para continuar

creciendo, hay que escuchar, y seguir escu-

chando. Una buena escucha nos permite

interpretar quiénes somos para los demás,

cómo somos escuchados. Solo se escucha

bien si se escucha con el corazón. El resto

(déjenme que saque el publicista en mí), es

silencio. l

Kurt Cobain (1967-1994). Cantante y compositor de la banda grunge Nirvana.

Sepultura. Banda brasileña que fusiona death y thrash metal con música étnica de Brasil.

Slowdive. Banda musical de estilo Shoegazing formada en 1989 y disuelta en 1995.

Héctor Lavoe (1946-1993). Cantautor puertorriqueño de salsa.

Rufus Wainwright (1973). Cantautor de música en inglés y francés con diversas influencias.

Johann Wolfgang Goethe (1749 - 1832). Poeta, novelista y filósofo humanista alemán.

[ 15 ]

Datos de apoyo

Page 17: Estereograma -9 (menosnueve)

Escribiría sobre lo que quiero, pero no quiero nada

Capítulo 1

Abre los ojos apenas despierta. No ve

nada, todo sigue oscuro. El wevón de Eraser-

head… cómo se llama… bueno la cosa es que

le duele la cabeza. Cierra los ojos y siente que

se va a otro de sus tiempos, imagina que a

uno que aún no le ha llegado, aunque tam-

bién podría ser uno que ha olvidado mientras

dormía.

Despierta con náuseas. No sabe si salir

de la cama o seguir durmiendo. Un senti-

miento de derrota lo ronda cuando finalmente

se decide a tener el primer pensamiento del

día: “haga lo que haga, voy a volver aquí”.

Así que se despereza y no vuelve a recordar

ninguna otra película, ni emergen a su con-

ciencia escenas encontradas en libros para

poder darle un sentido a lo que hace. ¿Qué

haces?, se pregunta. No se responde, pero en

el fondo desearía imprecarle a su mente un

cállate rotundo y definitivo. Llega al baño, por

costumbre más que por necesidad, y orina

mirándose de costado en el espejo. Sigue

igual, esperaba haber cambiado, no sé, ser

una mujer, un perro, un tío gordo y trasno-

chado de 60 años.

Aparece una nariz inmensa y curva frente

a dos ojos enanos que no quieren mirar lo

que están viendo, sombreados con ojeras que

le recuerdan, que así tuviese que ir a traba-

jar, debería volver a la cama hasta hacerlas

desaparecer. Cree que es domingo, no se

escuchan ruidos.

Podría pasarse toda la mañana leyendo

o viendo animes o haciendo ejercicios con

una pesa de 10 kilos que hay debajo de su

cama o escribiendo, o todo al mismo tiempo

como suele hacer; pero sale al patio a reco-

ger de los cordeles su toalla. Nuevamente en

el baño, prende la radio, se moja la cara, se

echa la espuma y se rasura. Hoy será otro día

más echado al fuego del olvido.

Mientras, allá afuera, todos esos cuerpos

sobreviven afanándose por cosas comunes,

como comprar un auto, viajar a los Estados

Unidos o probar nuevas drogas. Acá él sigue

enjabonándose el cuerpo sin pensar en otra

cosa que no sea el jabón y la piel que frota

sin placer. Se seca y por un momento piensa

que podría ser un genio, pero la idea se le

vuelve a ir de la cabeza. ¿Un genio?... un

bueno para nada, suspira. ¿Será cierto que ya

estoy muerto?

—Si quieres ser escritor, lo único que

tienes que hacer es escribir.

—Sí, pero ¿qué escribir?

—No sé, lo que quieras, lo que se te

ocurra.

[ 16 ]

MIGUEL RIVERA

(Lima, 1984)Estudiante de Literatura

de la UNMSM. Escribe continuamente en su

blog “Una felicidad interminable”:

www.elbruto.blogspot.com

Ilust

raci

ón:

Lilia

n Be

níte

z

Foto

graf

ía:

Sant

iago

Puy

o

Page 18: Estereograma -9 (menosnueve)

Escribiría sobre lo que quiero, pero no quiero

nada. Me siento cansado de estar queriendo

cosas como todo el mundo. Preferiría una his-

toria sobre un tipo que se levanta una maña-

na y no hace nada hasta que le llega la hora

de dormir de nuevo. y no sé si se olvida de lo

que soñó al despertar o si no sueña, pero que

anda por ahí sin pretensiones, como deslizán-

dose en un tobogán aceitado.

Sobre todo lo demás, no tengo más qué

decir.

Capítulo 2

Incluso mientras me limpio el culo me sorprende el vacío. y el poco control que

tengo sobre el universo y sobre las cosas del

universo. Quiero dormir, pero también quiero

tocar guitarra y quiero leer un libro. ya habrá

tiempo para todo. Lo único que puedo contro-

lar es mi respiración y así todas las emociones

que me distraen.

Me termino de limpiar el culo. ¡Qué feli-

cidad! Vuelvo a mi cuarto, toco guitarra, leo el

libro, duermo. Sigue siendo hoy. No hago nada.

Las cosas se hacen solas y observarlo me causa

placer. El teléfono suena, no lo contesto.

Esto es lo que quiero hacer hoy.

Esto es todo lo que quiero ser hoy: nada.

[ 17 ]

“¿Quién los mató? El mismo que está asesinando

a la literatura y a todos no-sotros de a pocos, el que nos

pone la droga. El que trae a las argentinas a mostrar las tetas. El que escoge lo que debe so-

nar en las radios. El que les cambia el nombre a las películas de Hollywood,

que todo el mundo ve”.

(

(Todo lo que quiero ya lo tengo.

Todo lo demás, viene y va porque ya ten-

go todo lo que es en realidad importante.

El entrenamiento con pensamiento ilimi-

tado le permite hacer lo que siempre conside-

ró imposible hacer con su mente y cuerpo.

Despertar una mañana a correr descalzo

sobre la arena fría.

Luego, nadar entre delfines amables

hasta la tarde.

Finalmente, leer El neuromante hasta el

anochecer y cocinar sobre una fogata unos

peces.

Dormir.

Keep it simple, stupid.

Un beso.

Capítulo 3

No entiendo. Despierto y voy a la com-pu y todo lo que quiera saber aparece en una

ventana de Internet. Si es sobre un autor pon-

go su apellido y si éste es muy común pongo

también su nombre y de inmediato aparecen

su biografía, sus libros, dónde estudió, dónde

vivió, qué más hizo además de escribir. ojalá

salieran también sus obras, seguro en menos

de 100 años será así.

A esta Internet cada día le siguen cre-

ciendo más palabras y páginas como ramas y

hojas a un árbol. Puedo tardar un día entero

leyendo acerca de ese tipo, que puede haber

muerto hace cientos de años o puede estar

tomando un café en un Starbucks en cualquier

lugar del mundo como cualquier otro muerto.

Una hoja seca se desprende del árbol.

Cae soplada por el viento, como bailando un

vals hasta llegar al suelo.

Hablo por el Msn con mis amigos que

siempre están ocupados en otras cosas y que

solo ven videos en el youtube o bajan música.

Page 19: Estereograma -9 (menosnueve)

Pero qué flojera leer un libro en la pantalla,

dicen, cuando en realidad les da flojera leer

sea en la pantalla o en hojas de papel.

Cuando estoy conectado, el tiempo pue-

de transcurrir por horas o por días dependien-

do de qué tan afanado me sienta, hasta que

una sensación física me interrumpe, usual-

mente hambre o sueño. En el correo los lunes

aguarda la programación cultural para la se-

mana. Cada día hay 3 o 4 sitios en los que se

puede perder el tiempo con algo interesante:

películas en cine clubes, obras de teatro, con-

ferencias, conciertos, exposiciones de fotogra-

fía, video arte, escultura, pinturas. Es divertido

asistir a esos espectáculos habiendo llamado

a alguien o quedado por el Msn con quien

encontrarme ahí. En el camino las calles están

plagadas de rostros encubriendo historias,

enormes pantallas de publicidad y graffiti en

las paredes. Discursos lastimosos de gente

que sube a la combi a vender golosinas o que

se paran al frente de un salón de alumnos

universitarios para dictar una clase. Y ya nada

de eso me llama la atención.

Capítulo 4

Abro la refrigeradora, saco la merme-lada y la leche.

Capítulo 5

Ella está parada frente a mí. Dejo caer la guitarra al suelo. Acelero todo lo que pue-

do, me duelen las piernas. Salto de la bici-

cleta y caigo al suelo al frente suyo. Apago la

tele. Miro unos labios pintados con azul en la

pared. Salgo a la calle. Ella ya no está. Estoy

ebrio. Camino y un tío me pide que le invite

agua. Se la doy y no me la quiere devolver.

Saco el spray y pinto una pared. Las calles es-

tán llenas de cámaras y tipos en terno yendo

o viniendo de su casa al trabajo o etcétera.

Asesinaron a varios en la carretera. Qué

se puede esperar de un lunes. ¿Quién los

mató? El mismo que está asesinando a la li-

teratura y a todos nosotros de a pocos, el que

nos pone la droga. El que trae a las argenti-

nas a mostrar las tetas. El que escoge lo que

debe sonar en las radios. El que les cambia

el nombre a las películas de Hollywood, que

todo el mundo ve. Me odio.

Capítulo 6

Fui a un taller de microrrelato y el escritor que lo dictaba era un español que ha

escrito muchos libros, pero del que nunca

había oído. Me gustó la idea de que un taller

[ 18 ]

Foto

graf

ía:

Sant

iago

Puy

o

Page 20: Estereograma -9 (menosnueve)

es un sitio al que se viene a escribir. Sí, eso es

lo que necesito, sentarme a escribir algo de

una buena vez. Lo primero que hizo fue darle

a cada uno, éramos más o menos veinte los

asistentes al taller, un tema sobre el cual es-

cribir 200 palabras. A alguien le toco escribir

sobre la escena de una película, a otro sobre

una canción, a otro sobre un cuerpo amado

sin usar verbos, a otro sobre los últimos se-

gundos de vida de alguien que ha sufrido un

accidente de autos, a otro una composición

de escritura automática. A mí me toco escribir

sobre las sensaciones de alguien que está ca-

yéndose desde una altura considerable. Esto

fue lo que escribí:

Aterrizaje sin suelo o del sentimiento trágico de una caída.

Debajo tengo un agujero muerto. Ya me

acostumbré a estar deshabituado, a gritar

sin motivos y a reír del miedo ajeno. Ayer

mientras leía a Ionesco me di cuenta que

estoy cayendo desde el vacío. Mañana Godot

volverá calvo, montado en la cola del Ouró-

boro. Ya no fumo, solo obedezco órdenes y

eso tengo que hacer. Un español gordito me

ha dicho que caigo, y caigo, pero ya esta-

ba cayendo. Desde antes de despertar, no

recuerdo si hubo un salto o no. En todo caso,

estoy siendo tragado. ¿Las serpientes sufren

indigestión?

yo creo que esto lo podemos escribir en

10, 15 minutos. ¿Qué más da? ¿Hay tiempo?

No, no hay suelo. Algunos llevan casco, otros

rezan por tener alas. yo sigo cayendo porque

sé que el mañana no existe. Es divertido, tenía

ganas de escribir y oh sorpresa: tengo brazo

izquierdo, dedos, un lapicero y una hoja en

blanco. Sigo temblando, pero es el viento frío

que entra por la ventana negra que tengo

abajo. Si pudiese decir qué significa el vacío

con 200 palabras tal vez llamaría la atención

de Altazor, pero para qué si estamos cayendo

en direcciones distintas.

Todos le temen al suelo que no aparece

nunca. No sé porqué. ya he pasado tantas

veces por este mismo sitio que no me sor-

prende que siga cayendo y, conmigo, todo a

mi alrededor. Cada gesto, cada rostro, cada

cuerpo, cada grupo es tan efímero. Hoy las

partículas están juntas, mañana se deshacen

como un meteorito penetrando una atmós-

fera. Lo importante es el planeta, pero más

importante que el planeta es el agujero negro

que nos está tragando a todos desde siempre.

Existo y no soy muerte.

Nada que temer.

Los perros ladran, Sancho.

Final para los amantes de los desenlaces:

un día de agosto de 1984 un cuerpo cayó

contra la tierra y murió.

[ 19 ]

“Luego ya se dijo que había buenos escritores en la sala.

Yo no creo que existan buenos escritores. Solo hay espíritus

a los que nada los puede parar en su viaje a la solitaria auto-

destruxión”.

( (

Capítulo 7

Tal vez haya sido una coincidencia,

pero mientras leía en voz alta lo que había

escrito, una fría corriente de aire que venía

de la ventana, que de vez en cuando golpea-

ba la espalda de Gonzalo Málaga, me hacía

temblar. Luego ya se dijo que había buenos

escritores en la sala. yo no creo que existan

buenos escritores. Solo hay espíritus a los que

nada los puede parar en su viaje a la solitaria

Page 21: Estereograma -9 (menosnueve)

autodestruxión. Esta ciudad es un cementerio

enorme, lleno de flores y animales silvestres.

El artista está hoy naufragando en su propia mierda

Era mayo o junio y me tocaba exponer un

libro sobre indigenismo de Antonio Corne-

jo Polar. Luego de resumir el libro, dije lo

siguiente, que había escrito la noche anterior

mientras preparaba el resumen. Sigo pensan-

do que estar aburrido es incluso más divertido

y que las clases universitarias de literatura son

un lodazal que se presta para el embarre.

El artista está hoy naufragando en su

propia mierda. Lleno de placer, sus excremen-

tos junto al de tantos otros de los que decidió

alimentarse se le quedan como residuos entre

los dientes, que podemos ver cada vez que

sonríe extático explorando algún nuevo cielo.

y dirán los pesimistas que esas risas son los

últimos manotazos de un ahogado. Pero ellos

no saben que él está llevándose cada vez más

lejos los límites de la vida, cada vez que se

sumerge en ese caviar.

La creación, el sueño, la esperanza, el

deseo de algo nuevo, distinto y mejor, abren

brechas hacia algún destino, una posibilidad

de supervivencia en un lugar donde poder

seguir evadiéndose, gozando en este mar de

miasmas en el que todos vivimos.

¿Qué puedes hacer en este instante?

¿Qué nos puedes dar que sea único e irre-

producible, qué nos puedes vender, que no

podamos comprar en cada esquina de la Ja-

vier Prado o en Wilson o Polvos Azules o que

no podamos bajar por Internet y guardar en

CD’s, dinos artista, qué es eso que nos vas a

vender ahora? ¿Qué vas a hacer ahora?

Ahora voy a coger cada una de sus

cabezas y hundiré cada nariz que encuentre

en mi camino dentro de mi ano y expulsaré

todo lo que haya comido hasta ese momen-

to, con los gases, ruidos, olores y fluidos que

pueda producir con cada órgano excretor de

este cuerpo, esta mákina. Una vez abando-

nada la mierda, pueden hacer con ella lo que

quieran: fotocopiarla, colgarla en el youtube,

quemarla en discos y venderla a tres lucas,

reproducirla en enormes ecrans blancos, ha-

blar de ella con todo el mundo y a todos con-

tarles el final o, incluso intentar reproducir el

movimiento orgánico con sofisticada exactitud

en la exigente nariz de aquel que pida una

repetición de esa expresión de lo inexpresa-

ble. Mi mierda, toda vez fuera de mí, deja de

ser mía para ser patrimonio de la humanidad

y del resto de idiotas que se quieran detener

un rato en la existencia para olisquearla,

manosearla y comprobar su textura y consis-

tencia, toqueteándola con fruición. Aj, seres

humanos, miasmas de Dios, bendito aquel

que ha descubierto su condición de inmunda

caca, cuya fetidez llena de fertilidad y vida los

campos, bendito el que ha perdido el asco y

fluye cagándola entre los escombros.

[ 20 ]Fo

togr

afía

: Sa

ntia

go P

uyo

Page 22: Estereograma -9 (menosnueve)

Si antes a los hombres se les enseñaba a no

cagarla a través de largos años de intentos y

frustraciones, hoy las escuelas deben ense-

ñarles a los chicos a cagar. A perder el miedo,

vamos, y comenzar ya desde pequeños a

cagarla, a arruinarlo todo, a hacer cualquier

cosa, pero pronto, ya, sin esperar a que el

water y todo un largo y complicado sistema

de tuberías y desagüe se les forme debajo del

culo para recién cagar.

Los esfínteres anales no pueden seguir

soportando más esta represión impuesta por

“no sé cuál fantasma”, de cual ya he diser-

tado bastante en conversaciones que franca-

mente no puedo recordar (ni dónde ni cuándo

ni con quién fueron, ni siquiera incluso si

efectivamente llegaron a darse o, como acos-

tumbro, solo las imaginé).

Porque bonita forma de empezar a cagar-

la es drogándote, claro. Primero cágate el

cerebro. Es decir, simplemente destrúyelo,

hazlo mierda, quémate. Luego moldéalo, dale

la forma que quieras y excrétalo, como los

niños pequeños deja que esa fruición te haga

sonreír como a una “tortuga beatífica”. Estás

acá para embarrarla, para dejar tus huellas.

Aunque no quieras, serás una mimesis de es-

tos tiempos en los que todo está cagado y por

ello será valioso. Pero eso sí, ten cuidado con

lo que comas, lo que no te mata solo es parte

del entrenamiento.

—¿Entrenamiento? ¿Qué y para qué, ah?

—Mmm… no, para nada.

—¿Para qué, pues?

—Para nada o, bueno, si insistes lo sa-

brás algún día, pero ahora no lo vas a enten-

der, mejor olvídalo. Ten cuidado con lo que

comas, la mierda mientras más quemada sea,

mejor y más valiosa es. El arte de hoy es puro

caviar, es la mierda que se comen los palada-

res más exigentes, los de los hijos de putas que

tienen la visa más exclusiva para esconderse

en autos de lunas polarizadas. ¿Qué diferencia

a las élites del resto de escoria? ¿El color en la

etiqueta de su güiski, el equipo de sonido y la

marca de sus autos, la localización de sus re-

sidencias dentro del cotexto urbano? Pues no,

absolutamente nada hace la diferencia.

Lo único que se diferencia de la mierda

humana es, paradójicamente, una de sus más

recientes cagadas: la máquina. y esta diferen-

cia radica en que la máquina no (la) caga. l

[ 21 ]

David Lynch. Eraserhead. 1977.

Gibson, William. Neuromante. Minotauro. 1984.

Beckett, Samuel. Esperando a Godot. Éditions de Minuit. 1952

Gonzalo Málaga (1968). Poeta, narrador y promotor cultural peruano.

Huidobro, Vicente. Altazor. Madrid. 1931.

Antonio Cornejo Polar (1936-1997). Profesor universitario y crítico literario peruano.

Datos de apoyo

Page 23: Estereograma -9 (menosnueve)

CENTRO TOXICOLÓGICO S.A.C. – CETOX

Acreditado: INDECOPI- ISO 17025 Inscrito: SENASA - Ministerio de Agricultura

Pruebas para registro, exportación e importación de insumos, juguetes, alimentos, agroquímicos y otros.

Análisis Ocupacional, Ambiental y Asesorías

Jr. Pisac 192 – Of. 102 – Urb. Residencial Higuereta – SurcoTelefax: (511) 273-2318

www.cetox.com.pe [email protected]

www.estereo-grama.blogspot.com

Page 24: Estereograma -9 (menosnueve)

EL CoLLagE

híbrido, da. (Del lat. hybrida). adj. Dicho de un animal o de un vegetal:Procreado por dos individuos de distinta especie. U. t. c. s. l 2. Biol. Di-

cho de un individuo: Cuyos padres son genéticamente distintos con respecto a un mismo carácter.

l 3. Se dice de todo lo que es un producto de elementos de distinta naturaleza.

Page 25: Estereograma -9 (menosnueve)

inte

rsti

cios

intersticios

Page 26: Estereograma -9 (menosnueve)

Susy Díaz es mi madre aunque Florcita no sea mi hermana. Lectura feliz de mi amado Chollywood.

Yo amo a Susy Díaz. y cuando escucho su música, la veo en la tele o en alguna portada se me

vuelve el pecho de algodón acaramelado; tanto la quiero que si la encuentro me acerco a ella, le doy la mano y le digo que la admiro, de verdad. Suena raro o fácil pero lo haría sólo con cuatro personas en toda la historia: Arthur Rimbaud (aunque no sucedería con gusto ideal, pues me da miedo; tal vez me escupe o me orina, además está muerto), oscar Wilde (aunque tampoco lo dis-frutaría, demasiado distante, demasiado fashion, además está muerto también) y, obvio, Monique Pardo, que casi iguala a Susy en mi termómetro de emociones.

Si es que usted está riendo con locura le pido

que pare de leerme ahora mismo, pues lo

que he acabado de decir es sincero, cierto

y hasta teórico; si usted se burla está desa-

fiándome y demostrándome una inferioridad

increíble, que claro, no le voy a poder restre-

gar en la cara.

Continuemos: su cabello es marea viva

/ y sus labios, cristales de cereza / llenos

de jugo: versos del poeta rumano Arsenie

Toderas que me hacen pensar en Susy Díaz.

Ella misma es un buen poema; me hace sentir

cosas irreales, me ofrece cientos de lecturas

diferentes cada vez que me acerco, maneja

argumentos retóricos, semióticos, pragmáticos

sustentados y hace / deshace conmigo, su

más grande lector.

Mi admiración hacia Susy Díaz, y median-

te ella a toda la farándula nacional, trascien-

de y es seria.

Para mí Chollywood es único y valioso,

infinitamente valioso, portador de eficaces

instrumentos que podrían hasta romper el eje

de la tierra.

Chollywood en la forma

Centro de Lima, por Amazonas.

Aguzo el oído a aquel dejo. Los chilenos

hablan raro y debo esforzarme pese a que

1. Lo Kitsch podría re-

sumirse como arte de

mal gusto que es una

copia de un estilo exis-

tente y que es utilizado

para aparentar un

status social más alto.

En Chile, según Wiki-

pedia, el término “se

relaciona, tanto con

el arte vendible y de

bajo valor como con la

cultura popular”.

finjo leer un anuncio sobre la lectura de la

suerte (en el tarot, en el huevo, en la coca)

mientras espero que la chica de los dvd’s

ponga la película hindú que he escogido para

mostrarles a mis amigos chilenos la actriz que

me gusta.

—oye, ueón —le dice un chileno al otro

bajando la voz—. ¿Te dai cuenta? Perú es el

reino de lo kitsch1 , po. ¿O no ueón?

Oliendo medio extraño me acerco y, an-

tes de que den juicios sobre mi país, pregun-

to:

—oe, ¿qué? Habla, ¿qué es kitsch?

Hubo algo de desazón y sonrojo.

—Lo kitsch es algo así, como que muy

llamativo, ¿entendei?, de muchos dorados,

como esa estampita que la señora me quiso

poner al pecho en la iglesia, la estampita del

Señor de los Milagros. Así, como el Cristo ese

que está en Chosica, como los titulares de los

periódicos de acá, como ese anuncio de lec-

tura de la suerte, como que te guste lo hindú.

¿Entendei?

Y yo, claro, perdido. Durante toda nues-

tra estadía en Lima pedí que me explicasen,

que me dieran ejemplos, a los chilenos y a los

chicos de los otros países de Latinoamérica

con los que compartíamos aquel encuentro

literario. Mi primera impresión fue que todos

compartían en sus países, de manera coti-

[ 25 ]

JoRGE VARGAS

(Cusco, 1987)Estudiante de Literatura de la UNSA. Ha publicado Cuentos (2006). Desde el 2004 es miembro funda-dor del Grupo Editorial Dragostea.

Page 27: Estereograma -9 (menosnueve)

diana y popular, ese concepto. Es decir, el

concepto de lo kitsch en Bolivia (los bolivianos

me decían “Si quieres saber qué es kitsch

anda a La Paz y mira algunos de los grandes

edificios”), Colombia y Chile, etc. puede ser

usado de manera natural por la gente común

y corriente, léase: no especializada en algu-

na disciplina humanística; pero ese concepto

para mí, pese a haber leído más o menos, me

resultaba completamente extraño.

Al principio quise relacionar el término con

lo huachafo pero luego caí en cuenta del error.

Como hemos visto, para la gente forá-

nea es fácil vincular algún rasgo de nuestra

cultura con lo kistch, es más, este concepto

está queriendo saltar a las masas peruanas

relacionándose sobretodo con nuestro Cho-

llywood2 y yo creo que se debe hacer algo

urgente al respecto. Relacionar nuestra pro-

ducción cultural popular a lo kitsch es aceptar

y reconocerse como minoría, como el Otro

que desde Colón ha sido relacionado con el

salvajismo y los animales3; es aceptar que la

cultura “formal” quiera examinarnos y expli-

car cómo somos con sus postulados teóricos

surgidos de coyunturas completamente aje-

nas, es aceptar que ellos son el gran científico

y nosotros unos insectos horribles a los que

taxonomizan con sus propias lupas.

Nuestra cultura popular no es en absolu-

to kitsch sino Chola4 o Chicha.

Chollywood no es Kitsch porque no es co-

pia, inferior o superior, de ningún estilo exis-

tente. Nuestro mundo cultural Cholo nació

con la música Chicha, si no es antes, a través

de la mezcla de la cumbia colombiana y el

huayno Andino; creo que ésta es la primera

muestra evidente, masiva y poderosa de un

sector hasta entonces no reconocido; luego

adoptó códigos de innumerables fuentes y

los ha transformado para hacerlos propios y

distintivos apartándose así de las pretensiones

universalistas de la cultura “formal”.

El alcohol resulta agradable y parece que

nacen alas en los pies. Hablábamos, en me-

dio de la calle, sobre nuestra cultura popular.

—¿Se han puesto a pensar en algo?

—Pregunta Giancarlo Huapaya—. Miren, mi-

ren. Yo no entiendo una cosa, los grupos de

technocumbia, o los artistas folklóricos que se

pudren y pudren de tanto billete que tienen,

¿por qué no invierten en buenas producciones

audiovisuales? ¿Por qué no hacen videos carí-

simos como los reggaetoneros, por ejemplo?

2. Uno de los blogs

más visitados en

nuestro país es Dr.

Monique, crónicas de

una farándula kitsch,

donde se vierten

opiniones sobre los

acontecimientos de la

farándula local. Esto es

importante pues somos

concientes del poder

titánico que tienen los

blogs en nuestro país,

este blog en específico

recibe varios miles de

visitas diarias.

3. ToDoRoV, Tzve-

tan. La conquista de

América, el problema

del otro. BB. AA., Siglo

veintiuno, 1982.

4. Es necesario enten-

der este término como

una no tan nueva

categoría (estética,

ideológica, etc.) que

intenta definir con

mayor precisión la

cultura e identidad

peruana actual. En

este caso obviamente

el concepto se desvin-

cula con algún tipo de

características raciales.

Ser cholo es simple-

mente ser un peruano

con sentimientos de

autoidentificación y

pertenencia con una

cultura mestiza pero

única en el mundo.

Amar nuestra chole-

dad es amar nuestra

andinidad, nuestra

africanidad, nuestra

europeidad, etc. pero

sobre todo nuestra ori-

ginalidad. Como dice

María Rostorowsky

“…nadie le ha impuesto nunca, o no ha logrado imponerle, a

la Cultura Chicha una concep-ción del mundo ajena, nunca

se ha sentido inferior y si bien ha tomado aportes de culturas extranjeras nunca las ha mi-

rado como superiores, sino de igual a igual y hasta me atre-vería a apuntar, señalándolas

como inferiores”

((

Tocaba un tema sensible, una fibra de mi

corazón-algodón de caramelo. No le pude

responder entonces pero intento un ensayo

ahora: no lo hacen porque el universo se-

miótico-pragmático-poético-psicológico-me-

diático de nuestra cultura popular maneja

sus propios códigos distintos de la cultura

“formal” y a su vez, actúa como si la cultura

“formal” no existiera; es decir no le preocupa,

ni le interesa y ni siquiera le estorba. Según

Juan Gargurevich: la cultura chicha “no teme

enfrentar a las grandes industrias del entrete-

nimiento, con expresiones musicales, editoria-

les, arquitectónicas y lingüísticas”; siguiendo

esta dirección el mismo autor nos demuestra

[ 26 ]

Page 28: Estereograma -9 (menosnueve)

5. Entendiendo en este

caso a Chollywood

como la versión más

mediática y faran-

dulezca de la cultura

Chicha.

[ 27 ]

pueden haber culturas

mestizas pero “cholos

solo somos nosotros”.

Cierro esta nota con

mi frase favorita TO-

DOS SOMOS CHOLOS

de los Ciudadanos

constructores.

de manera clara y poco rebatible, pues utiliza

datos estadísticos, que la Cultura Chicha

resiste todo tipo de invasión de la cultura

extranjera pues, como dice Paulo Freire dicha

invasión o sometimiento comprende “una

visión, una percepción estática de las cosas y

la imposición al otro de una concepción del

mundo. Implica la “superioridad” del inva-

sor y la “inferioridad” del invadido, al mismo

tiempo que la imposición de valores que

aquél posee a éste”, ya lo habíamos seña-

lado: nadie le ha impuesto nunca, o no ha

logrado imponerle, a la Cultura Chicha una

concepción del mundo ajena, nunca se ha

sentido inferior y si bien ha tomado aportes

de culturas extranjeras nunca las ha mirado

como superiores, sino de igual a igual y hasta

me atrevería a apuntar, señalándolas como

inferiores. Entonces no es kitsch porque es

centro.

Tampoco es kitsch porque no hay ni ápice

del deseo de “aparentar ser”, es decir, al

participar como actante o consumidor de la

Cultura Chicha, o de Chollywood5 por ejem-

plo, no se gana mayor status social, no se

pretende alcanzar a los siempre-ricos o a los

intelectuales sino todo lo contrario: ser par-

tícipes representa una fuerte reafirmación e

identificación con algo que ha sido considera-

do como poco valioso por su origen mestizo.

Por todo esto es también urgente la

necesidad de seguir produciendo reflexión y

conocimiento de fenómenos así en nuestro

país: únicos, jóvenes y completamente extra-

ños a las concepciones mundiales y globaliza-

doras. Podría ser una excelente oportunidad

de comenzar a ser productores de conoci-

miento (un conocimiento completamente

original, nunca antes visto en el mundo) y ya

no difusores de un conocimiento producido en

condiciones ajenas.

Ahora, si usted simplemente no compar-

te ni mi pasión ni mi gusto por Chollywood

relájese y respetémonos, yo sólo pido que no

se me menosprecie.

Chollywood en el fondo.

Chollywood funciona como un homoge-

neizador semiótico de casi toda la cultura en

nuestro país, es decir de las manifestaciones

“formales” y Chicha. Me explico: Chollywood

ayuda a que en el imaginario social imáge-

nes tan burguesas como Jaime Bayli puedan

compartir características (que van más allá de

compartir la calidad de “famosos”) y lugares

con, por ejemplo, la popular Karen Dejo.

No hace más falta que observar quince

minutos cualquier programa de espectáculos

nacional para notar la lubricidad, naturalidad

e inmediatez con que se relacionan figuras

como por ejemplo Davis Orozco y Juan Diego

Flores. En un momento estamos observando

cómo la Pícara del Folclor le canta una ori-

ginal composición con su nombre a Federico

Salazar e inmediatamente después asistimos

11 x 8 cm.foto paulín

Foto

graf

ía:

Sant

iago

Puy

o

Page 29: Estereograma -9 (menosnueve)

a la inauguración de una muestra pictórica

de la más alta burguesía limeña. Mestizo,

negro, blanco, chino, pobre, clasemedie-

ro, rico, intelectual, futbolista; todo bajo la

misma denominación. Por ello considero a

Chollywood como el mecanismo democrático

de mayor efectividad en el país: todos pueden

ser escuchados en Chollywood, todos tienen

la misma presencia, tanto el mestizo como el

blanco, el rico como el pobre. Se produce un

notorio acortamiento en el universo simbó-

lico entre las clases sociales y los colores. A

través de Chollywood podemos conocer casi

la totalidad de rostros del Perú y así recono-

cer, aceptar y mejorar la convivencia con los

múltiples otros que cada diferenciación crea.

Chollywood hace nación pues actúa como

mecanismo de exposición, reconocimiento

e identificación de nuestra cultura chola,

mestiza y, por ende, una gran maquinaria de

cholización (léase: igualamiento) de nuestra

sociedad; Chollywood reconoce una realidad evidente, reflejo de una nueva peruanidad ya cimentada y todavía en construcción. Sin embargo, esta realidad no es fácil de asumir,

pues el orden establecido excluyente [...] hace difícil reconocer y reivindicarnos tal como somos, y luchar contra la estigmatiza-ción de la mayoría de peruanos6 .

Es difícil pero Chollywood está para ayu-

darnos.

Por otro lado, Chollywood también es

importante pues ayuda en la aceptación

biológica de la humanidad pues a diferencia

de cualquier otra farándula del mundo, no

reviste de halos holográficos a los famosos7,

sino que se encarga de humanizarlos y trans-

portarlos al lado de cualquier persona, lo cual

considero que ayuda a reducir los complejos

a raíz de la imposición de estereotipos de la

cultura “formal”.

Existen dos ampays que me parecen

importantes para explicarme mejor y que

ayudan a la victoria en la contienda contra

los estereotipos: Angie Jibaja. Ella es modelo.

Aquella palabra en la cultura “formal” carga

distintos conceptos: dinero, lujo, glamour,

status, delicadeza, lugares-ropa-accesorios-

spas carísimos; pero Angie no es cualquier

modelo, ella pertenece a Chollywood, está en

6. SOSA, Juan Manuel.

“Ser o no ser cholo en

el Perú”. En el blog:

www.podercholo.

blogspot.com del

proyecto TODOS SO-

MOS CHOLOS de la

Asociación Constructo-

res Perú.

7. Los famosos en

cualquier sociedad

representan, según

los códigos massme-

diáticos, algún tipo de

deseo a conseguir, se

les considera como

especiales, sobrehu-

manos; entonces el

sistema manipula la

conciencia: nos em-

puja a negar nuestra

humanidad tal y como

es y nos provoca una

ansiedad de conseguir

características sobre-

humanas como las que

nos hacen creer que

poseen los famosos.

15.5 x 12 cmimagen adicional

[ 28 ]

Foto

graf

ía:

Sant

iago

Puy

o

Page 30: Estereograma -9 (menosnueve)

Perú y debido a esto puede mandar al de-

monio con desfachatez y sin vergüenza esas

convenciones que suelen ocasionar presión

en las masas.

A mí me causó una extraño alivio ver a

Angie Jibaja y a otras de sus amigas fashion

comprando ropa usada y muy barata en un

mercadillo de pulgas; es decir, una muchacha

humilde puede darse cuenta que Angie es

un ser humano8, digamos, común (caracte-

rística que suele restársele a las estrellas de

la farándula en otros países) y no sólo eso,

también que compra ropa en un lugar a la

que ella podría acudir sin problemas, vemos

cómo se ha estrechado de manera simbólica

el abismo entre las clases sociales.

Algo similar acontece con otro ampay

suyo: las cámaras la captaron orinando en

la carretera a las afueras de una pollada

bailable. En el imaginario social se produce

un remezón: una modelo también puede ir a

polladas, también hace la pichi, y no sólo eso,

sino que hasta en la carretera.

Podría sonar extraño pero existe una

imposibilidad en el común de relacionar a las

gentes famosas con asuntos escatológicos; las

personas, entonces, tienen una oportunidad

de relajar la presión de los estereotipos pues

las herramientas de consumo de la cultura

“formal” no hacen más que marcar la diferen-cia y la culpabilidad entre los que no encajan con el estereotipo y que, en realidad, son la mayoría9.

Actualmente existe una reacción produci-

da por Chollywood que invierte el status quo,

pues ya no sólo acerca los ricos a los más

pobres sino que los pobres a los más ricos

también. En las altas sociedades peruanas

ha nacido un deseo, un interés por la Cultura

Chicha o Chola pues artistas neta y claramen-

te populares entre los más populares (ya ni

8. Esta deshumaniza-

ción de los famosos,

tiene su origen en la

deshumanización que

se hacía de los gober-

nantes de la mayoría

de culturas. Por ejem-

plo, los Incas eran tan

superiores (semidioses,

no humanos) a los ru-

nas que no podían ser

mirados a los ojos; en

el mundo occidental la

realeza era considera-

da de “sangre azul” y

con otras característi-

cas sobrehumanas.

9. VARGAS PRADo,

Jorge Alejandro.

“Aculturamiento y es-

tereotipos como trabas

principales del desa-

rrollo personal-social”.

En: Taller de Ensayo,

3er año de Literatura

en la UNSA.

10. CABANILLAS, Car-

los. “Vida moderna:

La fiebre ficha por la

chicha ya se deja sen-

tir en pubs y discotecas

patucas”. En: Caretas

2011.

[ 29 ]

siquiera los “clasemedieros” de la technocum-

bia) como Laurita Pacheco se presentan en

establecimientos donde la capacidad adquisi-

tiva de los consumidores llega a las estrellas.

Al principio, como es lógico, surge una

duda: ¿son sinceros estos gustos burgueses?

En casos como los de Tongo existe la im-

presión de que termina siendo el payaso, el

juguete de la gente pituca aunque como dice

Carlos Cabanillas: “(los pitucos) también se ríen al ver caer su propia máscara ficha, al confrontar su racismo de pantonera con la camaleónica piel brillante de Tongo...”10.

Ahora, yo nunca he ido a un concierto

de Tongo en un lugar ficho, pero para dar un

Foto

graf

ía:

Sant

iago

Puy

o

Page 31: Estereograma -9 (menosnueve)

[ 30 ]

Arsenie Toderas (1983). Cantante rumano de música pop contemporánea.

Arthur Rimbaud (1854 - 1891). Poeta simbolista francés.

oscar Wilde (1856 -1900). Escritor irlandés.

Juan Gargurevich Regal (1934). Periodista e historiador de la prensa peruana.

Paulo Freyre (1921-1997). Educador brasileño y teórico de la educación.

testimonio sincero y de primera mano: la ma-

yoría de gente pudiente y de buena educación

(es decir de elevados niveles culturales, que

consumen literatura, cine y música a la que

la mayoría de personas no tiene acceso, que

generalmente conocen otros países y otras

idiosincrasias y que tienen niveles de reflexión

sinceros y sobresalientes; no me refiero a

los pitucos-misios llenos de complejos, que

cholean y maltratan a la persona poniendo

siempre una actitud de superioridad al en-

frentar) que conozco sienten bastante cariño

sincero, y no sólo simpatía, por los personajes

de Chollywood y los reconocen como valiosos

por su originalidad frente a famosos de otras

farándulas internacionales a las que también

tienen acceso y relacionan casos como los

de Susy Díaz; Monique Pardo; la Amiga de

todos; Abencia Meza; Koky Belaúnde y Alicia

Delgado, con algunas nociones patrióticas y

son hasta motivo de orgullo para ellos (la ex-

presión común es: “¡Son la cagada! Los amo.

Los amo porque ¿dónde en el mundo vas a

encontrar algo tan original?, sólo en el Perú

caracho, sólo en el Perú”) lo que demuestra

claramente un sentimiento de cercanía, perte-

nencia y apropiación de la cultura popular.

Chollywood mueve motores con veloci-

dad inimaginable y rumbo al espacio.

Se me hace incómodo terminar estas

reflexiones, pues lo hago con la sensación de

que un tema tan sensible e importante para

mí debería ser tratado con mucha más pre-

caución, pero lo haré con el tiempo.

Siempre, desde que tengo conciencia, he

sentido interés y cercanía con nuestra cultura

Chicha; desde los catorce años soy muy fan de

Agua Bella, lo mismo desde que vi a Susy Díaz

y a Monique Pardo, veo Magaly casi todas las

noches y cuando puedo a Johana San Miguel

(¡oh! Una perfecta burguesita villamariana

hablando y moviendo su cabello como Willma

Contreras), escucho a rabiar la Technocumbia

pero reconozco como superior a la música Chi-

cha añeja (¡Pintura roja!) y cada vez que me

angustio recuerdo lo que dijo Susy Díaz: “Vive

la vida y no dejes que la vida te viva”.

Así consigo ser más feliz. l

Datos de apoyo

Page 32: Estereograma -9 (menosnueve)

¡Devuélvannos el Misterio!Fragmentos Humanizantes para una Facultad de Humanidades que Fragmenta

La naturaleza y el hombre están implica-dos en un proceso de objetivación…Se trata entonces de resolver problemas más que de descifrar y contemplar misterios Paul Ricoeur.

No se puede enseñar más que aquello que se ama…no debemos enseñar más que aquello que guarda para nosotros un cierto misterio R. Tagore.

El medio es el mensajeH. M. Mc Luhan.

Estar enterrado durante tantos años. Estos edificios nunca fueron tan edifican-tes, destruidos —ahora— sobre mi espalda. Ya permutándose andan los cadáve-res acorbatados en flácidos encantos de gleba. Una flor principia a crecer en mi frente y a seguir creciendo. Soy tierra que tiembla entonces. Que se expone y que se expresa desde lo más subjetivo del ser o más allá… (Sí lo sé). Que da muestra evidente de la magistral y valerosa vena por donde corre la Nada. La más hermosa y comprensiva de mis aptitudes.

Mi despertador… fue puesto… en un espacio y tiempo determinado: la universidad. El colapso es una nueva luz.

Mi tercer ojo visionario ha despertado

y llora (quizá también el tuyo o el de él. Lo

cierto es que de esas virtudes humanas no

suelen hablar las Humanidades; ni mucho

menos nos han enseñado a usarlas). Llora

este ojo que no pertenece a la categoría de

los ojos derechos ni izquierdos. Quizá, el

mismo cósmico e inmortal ojo de Horus, de

los faraones del antiguo Egipto con el que se

percibía tanto el porvenir universal como los

sucesos cotidianos de la vida; o tal vez, su

equivalente, el tercer ojo ubicado en el sexto

chakra llamado ajna por la mística del hin-

duismo que permite romper con las malditas

cadenas de la temporalidad y el límite cada

vez más amurallado del espacio, adquiriendo

la inmortalidad o iluminación.

Porque sí, señores, nada más que acadé-

micos, el tercer ojo existe hasta en sus frentes

polifémicas (y disculpen el rollo de si se les

roba o no ovejitas), no estamos hablando

ni de un discurso premoderno de brujas y

vampiros ni de un posmodernista y pastilloso

discurso New Age redactado en el entrecejo.

Existe, y lo que ve o, mejor dicho, lo que se le

revela.

Llora y se conmueve, aplastado en la

oscuridad, cuando camino por los pasillos

de esta Facultad de Humanidades en la

que vivo (sufro una mutilación cuando digo

“estudio”, porque entonces soy “alumno”,

y luego, ya no sé qué es lo que dejo de ser

para serlo) porque algo Inhumano angustia

y acecha mi Humanidad: Exceso de rostros

con atmósferas inmateriales de color rojo que los circundan: soberbia catedrática y

dinosáurica; egoísmo rocoso y sistemático,

desmesurados empaques de pensamientos

materialistas, nadie sabe más de la vida que

lo que estudia; marrón: olvido arduo de la

espiritualidad, murmuraciones ponzoñosas

a la orden de las espaldas (maleteo impío);

además, del franeleo pro-sectario y meretricio

que mantiene la construcción implícita de la

patrañera cúpula intelectual (cuasipapal) don-

de se muerden la cola; gris y negro: elección

patética del lado oscuro o el nene que juega

al oscuroide, confundir la muerte, siempre

feliz, con la enfermedad excelente del miedo,

puras poses. Malestares asquerosos, estos,

con los que también uno se puede titular de

Humanista; es más, mientras menos amor

haya en tu rostro, el análisis será más riguro-

so y proveerá la “tesis de tu vida“.

Mil disculpas si interpreto semblantes y

no libros, si deshonro los cursos de Interpreta-

ción de Textos Literarios I, II y III; y opto por la

interpretación “parapsicológica” de las auras.

y es que aquellas materias son tan faltas de

mística, tan incompletas, que no se parecen

en nada al hombre harto del predominio de

[ 31 ]

ÁLVARo GUTIéRREZ

(Lima, 1981)

Estudiante de Literatu-

ra de la UNMSM.

Page 33: Estereograma -9 (menosnueve)

los discursos de la razón. y que esto no suene

a refrito caduco; porque refrito es hablar y

hablar, escribir y escribir, interpretando poe-

tas, pintores, performistas, etc., que se quejan

de la razón regente de los planes históricos y

futuros del orbe. Refrito es no volver a hacer

nada ante esta protesta o voz de auxilio; y es

que tal imperio tiene sus cinturones de segu-

ridad que evitan un mundo en otros térmi-

nos, en otra dimensión: el mito de la certeza

científica, el prejuicio del macho dominante,

el temor a la soledad y al desprecio, etc.

Bajo estas porquerías vivimos arrastrándonos

durante cientos de años y las reescribimos sin

darnos cuenta, no hay filtro.

El refrito es la inacción, el prejuicio ante

la espiritualidad, el conformismo discursi-

vo y la asunción ante el dolor. El levantarse

cada mañana y tan sólo pensar ¿qué curso o examen me toca hoy?; ¿que qué planes tengo para mi vida? Ah!, acabaré mi carrera, estudiaré una maestría, me iré al extranjero a estudiar un doctorado, bla, bla, bla ¡Aj!; Pa-

porretas. Seguir contando dentro de nuestros

planes con los mismos refritos y no sentirse

asqueado, es más, sentirse por “buen cami-

no” es un acto de vileza: ¡A mí qué rayos la humanidad de este mundo jodido!, sólo quie-ro asegurarme de seguir los mezquinos sen-deros que me ofrece mi “carrera”, y a correr se ha dicho, antes que me alcancen. Eso sí, escribiré cositas que otros hayan dicho acerca de la deshumanización, el utilitarismo en las relaciones humanas, la enajenación de la sociedad de consumo, etc., “las encajo” con Interpretación I, II y III aplicadas a un poema o a una novelita, para que así me vuelva un humanista y, digamos, cumplir. Todo lo que produzca a repartirlo en el circulillo cerrado de intelectuales que me parieron y que viva la mentira sistemática de nuestros personajes. Y

esto, señores “humanistas”, en una facultad

de “humanidades”.

Mi fe persigue con necesidad una “nueva”

percepción para la humanidad. No sé si Pla-

tón seguiría diciendo hoy que lo que vemos

son las sombras y no la realidad cuando no

se percibe el mundo a través del enfoque

intelectual. Ese objetivo de disociar el mun-

do mortal de las apariencias de la materia

(relacionada al cuerpo), con el mundo divino

de las ideas (relacionada al alma) parece

—emocionantemente— tener un influjo del

pensamiento hindú, con la diferencia de que,

verbigracia, en la escuela Samkhya y yoga

niegan al alma (purusha), infinita e inefable,

cualquier relación con el intelecto y la razón,

debido a que estas cualidades, por excelen-

cia, son fuentes generadoras de deseos, y el

deseo no es eterno, además de ser fuente del

devenir.

Justamente, el deseo y la razón, hoy en

día, son las banderas piratas de esta época,

son la combinación perfecta que inventa el

sinsentido que vivimos, hasta en una facultad

[ 32 ]C

olla

ge:

Laur

a Li

endo

Page 34: Estereograma -9 (menosnueve)

de humanidades. Por lo tanto, no resulta un

disparate afirmar, tal como lo hacen estos

darçanas (sistemas filosóficos), que el intelec-

to (buddhi) es sólo una materia sutil, la más

sutil, pero materia al fin. Desde este punto

de vista, parece que Platón siempre estuvo

hablando del cuerpo y desde el cuerpo; da

ternura, ¿no?

espíritu, al Yo. Confunde así dos realidades enteramente opuestas y autónomas, entre las que no existe ninguna conexión verdadera, sino únicamente relaciones ilusorias.El engaño parece inofensivo, pero pensar en

esos términos nuestro ser favorece al bloqueo

de nuestro lado místico, de nuestro bienestar

como especie evolutiva, de nuestra fe en lo

trascendente, de nuestros chakras o canales

etéreos de energía, y por ende, de nuestro

tercer ojo. El desequilibrio de éste conlleva

a dos reacciones evidentes en esta época:

el abuso del intelectualismo; y el humedeci-

miento de nuestros pantalones ante el futuro

(la famosa “incertidumbre”). ¿Quién o quié-

nes ponen la trampa?, no se sabe, parece

que hubiera un empeño estratégico por des-

informarnos de nuestra sacralidad, incluso, a

partir de la terminología.

Por la Municipalidad de Los Olivos me sonríe siempre un loco, dulcemente vestido con guiñapos. Lleva una escoba que es flaca por todos lados. Como si la noche fuera un traba-jo sobre las veredas o un aparato envejecido al cual hay que arreglar, la recompone a escobazos sagaces. Usa el frío en sus piernas romanas y sus ojitos lluviosos de granjero para aplacar el incendio de ruidos que calien-tan la ciudad equivocada. Me sonríe ese loco con fragancia animal de luna, callado útilmen-te, como para amar.

Yo no podría decirle que soy humanista, porque, rápidamente, me ofrecería su escoba vacía, y esperaría, ahora él, mis códigos del Universo; y yo…, y yo…, y yo… no podría más que esconder mi cobardía gritándole: ¡loco, loco, loco de mierda!!! Aún es una her-mosa noche con viento de colores en medio de nuestro castigo, prefiero callar y seguir de frente: hacia la universidad.

[ 33 ]

“Yo no podria decirle que soy humanista, porque,

rápidamente, me ofrecería su escoba vacía, y esperaría, ahora él, mis códigos del

Universo ; y yo..., y yo..., y yo... no podría más que esconder

mi cobardía gritándole: ¡loco, loco, loco de mierda! ”

( (Esa sensación de que es falsa la realidad

que vivo en las calles, de que existe algo que

está más allá que es irrazonable pero persis-

tente y que sólo llego a percibir con mi tercer

ojo abierto, definitivamente, tiene que ver con

el espíritu. Pero, alertas, que —lamentable-

mente— la palabra ‘espíritu’ la empezaron

a devaluar. Se habla de “espíritu de lucha”,

“espíritu voluntarioso”, de “espíritu joven”,

etc. Urdimbre que se camufla con la belleza

del lenguaje figurado.

Qué confundidos nos ponen, como dijo

Mircea Eliade (gran intelectual e investigador

que no se quedó en las dimensiones insufi-

cientes del discurso empapelado, y que buscó

ir más allá, entregándose, durante algunos

años, a la práctica meditativa del yoga, luego

de excursionar con verdadero misticismo en la

India):

el hombre cree, en efecto, que su vida psico-mental —actividad de sus sentidos, sentimien-tos, pensamientos y voliciones— es idéntica al

Page 35: Estereograma -9 (menosnueve)

Qué andarás limpiando, hermano. Sólo

sé extrañarte por los pasillos en donde nunca,

nunca, hablarán tu idioma. Después que

vemos este planeta destruido y enfermo en su

última crisis, con madres asesinando a sus hi-

jos para no sufrir el hambre, con el reino abu-

sivo de los fármacos para no sufrir el dolor,

con gente sin saber qué hacer con sus vidas

porque no venden esperanzas en el merca-

do, y hasta críticos literarios con ventiladores

eléctricos hablando sobre metaliteratura,

poniendo su cabeza calva, debajo del efecto

invernadero; resultaría una patanería pensar

que su alma mira alucinaciones: el discurso

clínico sólo quiere más pastillas, enfermeda-

des y destrucción.

Esta conclusión, señores del jurado, no

es ni dadaísta ni surrealista ni, mucho me-

nos, facilista; más bien, es fácil, porque cae

de madura desde hace rato. La locura es una

apertura abrupta del tercer ojo que, lamen-

tablemente, avasalla y sobrecoge al hombre,

lo hipersensibiliza con violencia a causa de

algún susto que bordea la muerte*. Insisto:

¿Qué andará limpiando ese hermoso y omni-

dimensional loquito, no?, ¿En qué dimensión

estará el mundo? ¿En que dimensión estará

San Marcos?

Sentir esta decepción de falseo en el mundo

común ya no me alerta, pero ¿en una facul-

tad que justifica su existencia con la preocu-

pación por el hombre en constante evolución?

Un mezquino interés sólo por sus letras es un

proyecto que considero retrógrado, arcaizante

y cobarde.

Además, con la sucia letra universitaria

se pone en riesgo la humanidad del alumno,

la del profesor (la de sus relaciones), la de la

historia de la literatura, el arte, la religión, la

mística, la naturaleza, etc., y sus respectivas

interpretaciones. Mata como una podadora

voraz que busca la univocidad de sentido

y que no permite, inexpugnablemente, un

lenguaje para la fe (diría Paul Ricoeur, cuan-

do no teoriza sobre metáforas o estructuras

narrativas).

Univocidad es amargura, alientos pu-

trefactos, abrazos retraídos y parcos. Así, a

veces, notamos un fanatismo por los libros,

sobre todo teóricos, esperando conocer “la

realidad” a partir del “sujeto” sin antes haber

escarbado éste (digamos, el alumnillo) en el

conocimiento de su propia interioridad.

Por supuesto que no me refiero al sujeto

biográfico, sino al que tiene la voluntad de

conquistar lo real con la intuición del espíri-

tu y que está harto de la temporalidad y la

historia tridimensional en la que se mueve;

a este tipo de sujeto (Hermano ¿qué es eso

* Increíble: Pasa

en este mismísimo

momento secreto que

escribo: Mi tía que es

esquizofrénica, apare-

ce por atrás, muy lejos

y me grita: ¡A dónde

con lo mismo! Luego

de arremedarla seria-

mente, nos sonreímos.

[ 34 ]

collage Laura 214 x 12 cm

Col

lage

: La

ura

Lien

do

Page 36: Estereograma -9 (menosnueve)

de ‘sujeto’? No paran de objetivarnos, suena

como ‘objeto’, o como alguien que no tiene

nada que ver conmigo, así sea yo mismo;

‘sujeto’, ¿sujeto a qué o a quién?) lo llamaré

hombre místico.

de fe sólida que intenta comunicarse con las

verdades trascendentales del cosmos —inac-

cesibles mediante la razón y la lógica— tales

como la inmortalidad, la magia, la divinidad

de la naturaleza, la conciencia cósmica, etc.;

mediante la reactivación de experiencias

ancestrales tales como la despersonalización

o desasimiento del Yo, la experiencia extática

de los rituales chamánicos, la contemplación,

el yoga, una oración cristiana en lenguas,

canto de mantras, etc.

Debemos abrirnos a la búsqueda uni-

versal de esa realidad superior a la corrien-

te, donde el dolor, el sufrimiento, el tiempo

artificial y la Historia no existen, esa realidad

que va más allá y que siempre nos da pistas.

Siempre. Una búsqueda de valores espiritua-les universales (Mircea Eliade) que desaho-

guen nuestro misticismo partiendo desde un

espacio que se preocupa por la humanidad.

¿Quieren seguridad? La buscaron con

diferentes revoluciones William Blake, Amado

Nervo, Rabindranath Tagoré, Jorge Eduardo

Eielson, entre otros. Conciencias como tales

deberían guiar los centros humanísticos, y

mejor aún, los colegios. No debería haber lí-

mites de edad, ni exámenes de admisión para

ser humanos. Necesitamos literatos y filóso-

fos que no sólo sean producto de los libros y

la cultura que los parió. Sino, hombres que

crean en lo que está más allá de los condi-

cionamientos históricos, sociales, políticos,

ideológicos, etc.

¿No estamos hartos de tantas palabras

que giran como moscas? Apostemos por

renunciar al límite, a negar la mera mate-

rialidad hasta arrimarla para ver qué queda.

Necesitamos silencio, no sólo en los papeles

mallarmelianos de la poesía, sino también en

nuestros agrupamientos. Necesitamos clases

[ 35 ]

“Necesitamos literatos y filó-sofos que no sólo sean pro-

ducto de los libros y la cultura que los parió. Sino, hombres que crean en lo que está más allá de los condicionamientos históricos, sociales, políticos,

ideológicos, etc.”

( (En la facultad de Letras el hombre se

presume y caemos en la trampa. Es que pa-

samos del encierro entre muros de una casa

en la que quizá nos criaron con mucho amor,

pero también con muchas mentiras, miedos,

complejos y con mitos falsos, como el del

universitario todopoderoso, y a pesar de no

saber nada de la vida, ya nos pasamos a otro

encierro entre muros en el que nuestra mente

es una esponja que absorbe eficazmente,

sin ningún tipo de filtro, las determinaciones

objetivizantes del conocimiento, la arrogancia

de las actitudes y la frialdad o hermetismo de

ciertos profesores, aparentemente, felices y

sin dolores en el pecho que los consuman. No

queremos esta vida.

Señores, la arrogancia también se ense-

ña. y es que, como dice Ricoeur: “tratamos la

vida como un factor disponible [y así] elimina-

mos cierta experiencia del destino”, teniendo

este último, más de misterioso y enigmático,

que de razonable y académico. Estamos fren-

te a un obvio problema de base. Se mutila

una esencia del hombre, el misticismo. El

cual intento definir, no muy originalmente

pero sí con sinceridad, como toda actividad

Page 37: Estereograma -9 (menosnueve)

de silencio. Matar al prejuicio y explorar otras

formas de conocimiento. Intelectuales, cállen-

se por favor, apaguen su cerebrito durante las

dos horas pedagógicas y busquemos adentro

de nosotros con la mente en blanco. Qué

amorosos son el vacío y la nada. Me reci-

ben como a un primer sonido (no como a un

alumno). Dejo de ser un académico, un hijo,

un ciudadano, un resolutorio de problemas,

o un rastrero adicto a las preocupaciones…

[ 36 ]

Ilust

raci

ón:

Yen

i Mal

dona

do

Page 38: Estereograma -9 (menosnueve)

Pienso que un hombre sin misticismo, y ade-

más academicista, sería una especie de “uten-silio” (término de Paul Ricoeur) que se justifica

para estar vivo institucionalmente, mientras

niega o se desentiende de gran parte de la

vida. Esas caras de utensilio se reflejan en sus

auras enfermizas y en el olor de los pasillos y

salones a cementerio. Un humanista de ver-

dad que se preocupa por el destino humano

no puede permitir que se le niegue o desvíe

con manipulaciones de diversa índole, so pre-

texto de “este no es un lugar apropiado”, la

experiencia del destino de todo aquello que se refiere a lo psíquico y cósmico sagrados. Basta de dividirnos en programas, por favor.

Las nuevas humanidades deberían tener pre-

ocupaciones, más que intelectuales, vitales. El

mero intelectualismo suele caer en el ego, la

vanidad y la enajenación (profesores y alum-

nos con estos vicios para ejemplificar, abun-

dan. ¿Preocupación por el hombre y la vida

que late bajo sus pies? ¡Las huevas!, no hay

ejemplos). En esta facultad debería impar-

tirse el ‘cultivo’, y no sólo el ‘estudio’ de los

cursos, tal y como pasa hasta hoy, de cues-

tiones tan humanísticas como la astrología,

la parapsicología, prácticas de meditación

diversas, enseñanza de sanación reiki para

desbloquear los canales de energía o chakras, sesiones de Sanpedro, de Ayahuasca, etc. y

así, empezar a desobjetivizarnos, para una

completud digna del hombre universal, más

que universitario.

Un hombre es más que un libro teórico;

inclusive, la vida sanguínea es más que cual-

quier libro (y esto, evidentemente, no es una

máxima de sabiduría, es un humilde recorda-

torio para cada puto y cuadriculado segundo

de sus vidas, lo paran olvidando). Los libros

son importantes, pero todo fanatismo resul-

[ 37 ]

¿Creen que no percibirán algo? ¿Que per-

derán el tiempo? El vacío es un concepto

incómodo (horror vacui), pero peores son las

moscas (vuelan sobre la mierda). Hasta Aris-

tóteles lo rechazaba argumentando que era

un concepto inconsistente.

Esta cultura (de mierda) del ‘progreso’ y

la prisa, programada por y para el ‘prejuicio

clásico’ contra la sabiduría mística (no hablo

de investigaciones sobre ‘lo exótico’) no ter-

mina de entender que la mayoría de espacios

del planeta lo ocupa el vacío (Newton).

“La emoción por la teoría de un autor X que nos puede llevar

al fanatismo tiene su raíz en el hecho natural de buscar dioses que nos guíen. Pero, ‘dime qué

altura tu dios tiene y te diré qué altura tienes.”

( (Nos acobardamos ante la falta de funda-

mentos y la falta de conceptos. La experiencia

de nuestra interioridad es precaria. Ésta es mi

preocupación principal y no necesariamente

‘orientalizar’ o ‘chamanizar’ la educación,

más bien, tomar como ejemplo la actitud

de una búsqueda del más allá reactivando

y creyendo en nuestro soterrado lado mági-

co-trascendente que como diría Eielson, es

perfectamente humano. Si se quiere, a nues-

tra personalidad condicionada y posible la

podemos “deconstruir” pero yo prefiero decir

“silenciarla”.

No más alta que tu rodilla, / la piedra te pide silencio. Hay tanto ruido / de palabras gesticu-lantes y arrogantes / que pugnan por repre-sentar / sin majestad / las equivocaciones del mundo. / Tú mira la piedra y aprende: ella, / con humildad y discreción, / en la luz flotante de la tarde, / representa / una montaña (José

Watanabe).

Page 39: Estereograma -9 (menosnueve)

ta una degradación del milagro que somos.

Como lo dijo Watanabe, a pesar de referirse

a la escritura poética y su relación de inac-

cesibilidad hacia la vida: “…podemos imagi-nar un ave, la más bella, / pero no hacerla volar.” Es más, este fanatismo, sobre todo

teórico, nos ha llevado a decir, patéticamente,

“soy hegeliano”, “soy lacaniano”, “soy bajti-

niano”, etc. Es una falta de amor y respeto a

uno mismo. Es una enajenación intelectual.

Nos acostumbran a decir y a repetir cosas

que no amamos para asumirlas con fervor. Se

subestima la gravedad de este simple hecho,

y en este implícito, justamente, está servida la

trampa del estancamiento: ser vivido por tales

adjetivaciones.

y también tridimensional, lo aprende, tris-

temente, muy bien. Lo más asqueroso está

en leer autores teóricos que prescinden del

misticismo y se muestran ultra racionalistas

al ir construyendo conocimiento con todos

esos mitos falsos de la historia de la razón en

la que estamos zurrados siglo a siglo. Exis-

ten vías alternas a los libros para buscar la

verdad.

En una sesión de Ayahuasca, en Moche, me encontraba en trance. Eran aproximadamente las 11:00 p.m., cerca a la Huaca del Sol y de la Luna. Nuestro Maestro empezó a vestir la antigüedad de lo invisible con soplos de tabaco. Se sentía una energía como la que desprenden los árboles inmensos cuando en el plenilunio, uno se sitúa bajo ellos para llorar la culpa… Era el espíritu de la planta que nos recorría como una madre en la tras-noche, para aliviar la fiebre. Oía, sentado en la tierra con una rodilla arriba, ancestrales y melodiosos icaros de la selva y de los Andes. Buscaba curarme de los vicios, formales o no, que la civilización, cínicamente, nos inocula. Observaba, fascinado, un espectáculo lumíni-co y extrasensorial: cómo decenas de arañas multicolores en conjuntos coreográficos se me aparecían y arribaban hacia mi estómago (se dirigían obviamente al chakra esplénico, punto de energía de las emociones) trepan-do por mi muslo que simulaba una pequeña pirámide con la rodilla en la punta superior. Militarmente andaban, listas para combatir mis emociones perturbadoras, mis angustias, mis ansias, mi dolor, que ya se había vuelto físico.

Sentí la necesidad de invocar a esa especie de luz elástica pero granítica una respuesta. La humildad me embargaba y me sentía sagrado. Saqué del bolsillo un cuarzo

[ 38 ]

“Lo más asqueroso está en leer autores teóricos que prescin-den del misticismo y se mues-tran ultras racionalistas al ir construyendo conocimiento

con todos esos mitos falsos de la historia de la razón (...) Exis-

ten vías alternas a los libros para buscar la verdad.”

( (

Tranquilos, cosas más sabias se encuen-

tran en el vacío. Además, una idea que nos

parece genial no es más que nuestra propia

idea en potencia, ¿o no lo han sentido así?

La emoción por la teoría de un autor X que

nos puede llevar al fanatismo tiene su raíz

en el hecho natural de buscar dioses que nos

guíen. Pero, “dime qué altura tu dios tiene y

te diré qué altura tienes”.

Percibo, señores, que se adhieren como

lapas infatigables y destacadas sobre la

sombra de su superhéroe intelectual favori-

to, hasta viejos, para sentir que son. Y esto,

el inteligente alumnillo humanista, ingenuo

Page 40: Estereograma -9 (menosnueve)

Paul Ricoeur (1913-2005). Filósofo y antropólogo francés.

Rabindranath Tagore (1861 - 1841). Filósofo, músico y principalmente escritor bengalí. Premio Nobel de Literatura.

Marshall Mcluhan (1911-1980). Filósofo y estudioso canadiense.

Mircea Eliade (1907- 1986) Historiador de las religiones, filósofo y novelista rumano.

Jorge Eduardo Eielson (1924-2006). Poeta y artista peruano.

José Watanabe (1945-2007). Poeta peruano.

blanco del tamaño de mi pulgar y me lo puse en el entrecejo, sí, sobre el tercer ojo; pedí y pedí, aunque sintiendo más que daba, con una fe que me desasía. Finalmente, la planta respondió, cito:

Tienes que amar lo que dices, porque de lo contrario, nunca dirás la verdad

¡No quiero acartonarme!; es una meta.

Este maestro espiritual es más humanista que

cualquier profesor que me haya empujado a

la vorágine de las agitaciones mentales que

me terminan consagrando con una tesis de

tema “pertinente”. A partir de tal experiencia

(la experiencia…es mi formación, la más ínte-

gra y verdadera) no tengo ninguna duda: en

la facultad de humanidades vivo una terrible

e inadvertible ilusión (aunque a veces, una

mentira).

Quizá debí quedarme callado, pero los amo.

No esperen los últimos cinco minutos de sus

viejas y muy inteligentes vidas para recién

darse cuenta que sus caminos fueron una

paporreta tridimensional. Gracias. l

[ 39 ]

Datos de apoyo

Page 41: Estereograma -9 (menosnueve)

Apuntes para leer sentado en el autobús entre la puerta 3 de San Marcos y la avenida La Molina – Primera parte

I. san marcos – Pershing.

Este último año, cuando cualquier profesor deja de hablarnos, terminada su clase, y salimos del aula en grupos pequeños, tengo la sensación de estar sien-do testigo de una especie de representación, una alegoría gratuita. ¿A dónde iremos, qué haremos después, cada uno de nosotros, (benditos a la vez que malditos) estudiantes de Letras, cuando debamos salir más allá de los muros de la Ciudad Universitara? Aprovecho el poco tiempo libre para este tipo de re-flexiones. Ando con cierto apuro, pues en unos minutos más deberé ir al traba-jo: una librería en La Molina, al otro extremo de Lima. Me despido enseguida de los demás, pensando en el largo viaje que me espera.

Para llegar a La Molina debo tomar un auto-

bús desde San Marcos hasta el cruce de las

avenidas Javier Prado con La Molina. Sea por

cuestión de tiempo, o por el humor del día,

trato de evitar los conflictos con los cobrado-

res. Si termino por rendirme con mi plástico

carné de universitario, pago unos céntimos

más, o de manera bastante digna, acepto la

cordial invitación a bajar en el paradero más

cercano.

Frecuentemente me acompaño con

algunas lecturas y con un poco de música…

“Universitaria-La Marina”, “Pershing”, “Todo

Javier Prado-La Molina”.

En el trayecto, si la mirada no es inte-

rrumpida por ningún obstáculo –y la con-

ciencia no se deja apartar o atrapar por algo

más–, entonces se sigue el curso normal:

mirar al resto de personas, dentro del auto-

bús, o del otro lado de la ventana. Renace esa

exquisita atracción por lo ajeno, y la intuición

de que siempre hay algo oculto en todas

partes. La pronta presencia de un comple-

to aparato crítico-analítico-valorativo en mi

cabeza resulta inevitable.

Pero ¿y qué ocurre cuando tu mirada se

refleja en un vidrio cualquiera y tú eres lo

mirado? Sorprendido por el reflejo, uno se

encuentra siendo parte de lo ajeno. Año tras

año preparado para ver y revisar todo, menos

a ti mismo. ¿Qué hacer?

Mirar resulta una actitud fundamental. Y aunque nos encontremos con un aquí y con un allá, depende tan solo de nuestra conciencia el que determinemos qué nos resulta ajeno y qué nos resulta propio. Es imposible negar la existencia del intersticio, pero podemos enfrentar el límite, cuestionándolo, y detener-se ante él o atravesarlo. Es cuestión de saber mirar. –Una noche cualquiera, cuando la pantalla de la computadora se oscurece, al activarse el protector de pantalla, podemos ver el reflejo de nuestro rostro. Y cuando esta-mos en el autobús mirando por alguna de sus ventanas, nuestro reflejo resulta la máscara de todo lo apartado y ajeno. –Una ventana, una pantalla son espejos insospechados de lo ajeno: sea en el tiempo, sea en el espacio… el vacío del reflejo. –La conciencia actúa como una araña tejiendo su nido. La mirada es el hilo que a cada movimiento se despliega más y más. El hambre de ideas es lo que nos deja ver si en el camino se produce una belleza de tejido o un simple hilo extendido de un lugar a otro. –¿Dónde estamos nosotros?

[ 40 ]

PAULO C. PEÑA

(Lima, 1986)

Estudiante de Litera-

tura de la UNMSM.

Pertenece al grupo

cultural “Nudo de

Voces”.

Page 42: Estereograma -9 (menosnueve)

¿Quién es un intelectual ahora? ¿Acaso un

mero observador? ¿Quién lo es, quién no lo

es?: ¿El profesor universitario? ¿El periodista

masivo? ¿Algún investigador-consagrado o

el especialista-en-un-tema-equis? ¿Qué se

supone que hace un intelectual? ¿Qué es

aquello que le permite serlo? El intelectual

suele ser erigido a partir de dos palabras

claves: crítica y cultura. Entonces, ¿los críticos

son intelectuales? ¿El ser culto es ser intelec-

tual? Por último… ¿el ser intelectual significa

ser (y hacer) algo distinto? La verdad es que

no existe un patrón fijo, un modelo único, una

categoría estándar, como para decidir quién

o cómo es un intelectual en la actualidad.

Asimismo, no podemos olvidamos del crea-

dor: el artista. ¿También podría contar como

intelectual, no?

El intelectual tiene la posibilidad de expresar su pensamiento. No todos los

ciudadanos la tienen, salvo, claro, la reducida

sección que nos suelen ofrecer los medios.

O tal vez, de manera más subrepticia, uti-

lizando los blogs. El intelectual dispone, en

cambio, de un espacio (sea en los medios

físicos o virtuales, sea por publicaciones, sea

por eventos) desde donde puede dialogar y

discutir con mayor comodidad sobre los temas

que le resulten pertinentes, tanto a él como a

su comunidad. Una comunidad compuesta de

colegas, de coetáneos y/o de contendientes; y

donde el conocimiento especializado resulta-

ría la primera base (más no la única) de toda

la estructura. y sin embargo, lo que termina

por ocurrir tantas veces es que al apagarse

las luces, al dejar de lado la voz impostada,

los papeles de la ponencia, todas las ideas se

quedan debajo de las sillas, olvidadas en el

abrazo de despedida, sacudidas junto con el

polvo y la pelusa de los zapatos.

Y volvemos a la duda del principio:

¿Dónde está el intelectual? ¿Cuál es su

lugar y su función? Repartir el conocimiento,

gestionar la información, concentrarse en pro-

blemas específicos son funciones útiles; pero

la preocupación por el aspecto vital de cada

sujeto, de las comunidades, es una caracte-

rística latente, que —tristemente— termina

languideciendo con el paso del tiempo.

¿Qué debería hacer un intelectual? Cultu-

ra ¿Difusor de qué cultura? Crítica ¿Crítico de

qué? La sociedad, la saciedad, la suciedad, la

sosedad, la suicidad ¿Cuáles son los límites?

alguien como un intelectual tendría que buscar que su sociedad sea más sana. No

en vano ha obtenido la capacidad (el don y/o

la maldición) de identificar las crisis (algo que

va más allá de lo material, relacionado con la

[ 41 ]

“Es necesario un sujeto crítico distinto que, sea cual sea la eti-queta que use (‘nuevo ilustra-do, ‘humanista’, ‘crítico cultu-ral’), debe entender que la vida está más allá del margen de los libros, más allá de la tibia ofi-

cina, más allá de la aprobación de sus superiores.”

( (

Por favor, retomemos. Crítica y cultura.

El intelectual. Ahora. El intelectual podría ser

identificado como la persona que elabo-ra y consolida una idea (o un conjunto de ideas) con miras a tener algún efecto sobre su comunidad. Sea esta idea a favor

o en contra del sistema que maneja la socie-

dad; sea para centrarse en un solo detalle de

la sociedad entera; sea solo para demostrar

su existencia y ya no pasar desapercibido o

sentirse inútil. Puntos claves: la comunicación

y la comunidad.

Page 43: Estereograma -9 (menosnueve)

mente, sin pretensiones psicológicas; con lo

que algunos llaman alma, sin reducirlo a un

concepto meramente religioso; con ese algo

intangible, que siempre es y que no muere),

esas crisis que se forman en torno a la socie-

dad, que terminan por ser parte de la vida

cotidiana y ya no asustan a nadie, pero que

sigilosamente continúan dañando a todos:

cultivar conciencia crítica, criticar la cul-tura contaminada. No nos engañemos, que

el intelectual no es ningún superhéroe ni un

mesías, tampoco un caudillo, solo un sujeto

con saber (que, en algún sentido, es también

un tipo de poder) que pretende un cambio

de actitud en los distintos integrantes de su

propia comunidad. O eso debería.

Es necesario un sujeto crítico distinto que,

sea cual sea la etiqueta que use (“nuevo ilus-

trado”, “humanista”, “crítico cultural”), debe

entender que la vida está más allá del mar-

gen de los libros, más allá de la tibia oficina,

más allá de la aprobación de sus superio-

res. Que más que la simple acumulación de

datos, desde una sola dirección vertical (de

arriba hacia abajo), este sujeto crítico debe

estimular la libertad de la imaginación, del

intelecto creativo, de la subjetividad rescata-

da: una lucha contra el atosigamiento de la

cifra, la desaparición de los ideales, la indife-

rencia de las grandes mayorías. En suma, una

mayor preocupación por el entorno en el que

se encuentra aprovechando las herramientas

con las que cuenta.

Porque esta realidad que nos rodea está armada a partir de apariencias, simulacros y sustitutos. De allí que no exista

el equilibrio y armonía que necesitamos. De

allí que sigamos sin respuestas para noso-

tros mismos, para nuestra(s) historia(s), para

nuestra(s) vida(s).

Estamos en una caída constante, dentro

de un hoyo de mentiras y falsas ilusiones.

Nuestros ojos son las presas, para que lo

sean después nuestras conciencias y al final

nuestras vidas. Desvelar las mentiras que nos rodean, con un revisionismo despia-dado, entrando a los espacios más insólitos

e imprevisibles, y a través de ello revelar eso

que tanto temen muchos.

En la actualidad, sinceramente, hay

pocos, y si los hay, están a la sombra, obliga-

dos por las “circunstancias”, con un trabajo

callado, casi desapercibido, tan invisible que

termina por volverse inexistente.

[ 42 ]

“El vínculo se da cuando se for-ma, y existe, una identificación entre el sujeto que observa y el objeto observado. Cuando hay una participación del sujeto, cuando su mirada se posa en el objeto, y ambos pasan a ser

parte de un mismo fenómeno.”

( (

II. Pershing – Vía Expresa.

Javier Prado siempre ha sido un lugar presen-

te en varios momentos de mi vida. Para ir al

colegio con mis hermanos. Para ir a visitar a

alguien en especial. [Los espacios se] delimitan

en sus dos dimensiones: a. Como lugares físicos.

Definidos en su materialidad (…) b. Como espacios

“practicados” o simbólicos”. Es decir, el sentido

que adquieren los lugares físicos al ser recorridos,

resemantizados por los actores. Por ejemplo, una

calle es, en principio, un [sic] vía de comunicación

al interior de una ciudad; se entrecruza con otras

y forman así una red de tránsito. Sin embargo,

adquiere significados diversos para los transeúntes,

más allá de esa función, ya sea como espacio co-

Page 44: Estereograma -9 (menosnueve)

mercial, de recreación, de reunión política, o “po-

pular”, “burguesa”, de bohemia, etc. (Del Águila,

Alicia. Callejones y mansiones, Lima, Fondo

Editorial PUCP, 1997. pp. 28-29). No en vano

es una de las principales avenidas de Lima,

pues como parte del cinturón vial de la ciudad

conecta las zonas este y oeste: La Molina y el

Callao. La mayoría de la población circula por

allí a diario, (hu)yendo de un lugar a otro. Por

ello, los contrastes saltan a la vista: mientras

que en un carril avanza temerariamente la

custer, en la otra dirección, detenida por el

tráfico, la camioneta 4x4 se derrite en su pro-

pio calor; entre la atenta (acechante) mirada

de los ambulantes que esperan vender algo

de lo suyo, se pueden ver hermosas casonas

construidas hace más de medio siglo; y si por

un lado marchan los peatones, confundidos

con los árboles y los tachos de basura, por

otro lado se dejan contemplar los grandes

edificios espectaculares.

La historia no está en el conjunto de imágenes (pues éstas son un mero registro de ella), está en el vínculo creado entre el sujeto y las imá-genes. Así, un álbum de fotos, con todas sus fotos conservadas, oculto entre viejas bolsas de plástico, dentro de un armario gigantes-co, no logra ser la historia. Las fotos por sí solas tampoco lo son, tal vez, a lo mucho, son souvenirs del pasado. Y si no existe un minúsculo vínculo de un alguien con aquellas imágenes estáticas, entonces, no hay ninguna historia. Que sea uno el dueño del álbum y

[ 43 ]

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Page 45: Estereograma -9 (menosnueve)

el coleccionista de las fotos tampoco asegura nada. – El vínculo se da cuando se forma, y existe, una identificación entre el sujeto que observa y el objeto observado. Cuando hay una participación del sujeto, cuando su mira-da se posa en el objeto, y ambos pasan a ser parte de un mismo fenómeno. Así pues, cuan-do alguien compra fotos viejas de completos desconocidos, motivado por un fuerte interés de su interior, resulta tener una historia mu-cho más sólida con esas imágenes, que la que se da entre la foto del famoso en el periódico y el lector ocasional que logra fijarse en ella. – Cuando pretendemos revisar una historia, lo que estamos haciendo, más que fijarnos en el registro, es más bien volver a fijarnos en aquel vínculo y en cada uno de sus detalles.

Consideraciones previas.

El análisis: cultura de conflictos o conflic-tos culturales. Al hablar de la avenida Javier

Prado puede pensarse en llamativas construc-

ciones de distinta naturaleza, en una endia-

blada congestión vehicular, en la ineludible

ruta del día a día. Y sin embargo, cuando

nos referimos a ella como aquel lugar donde

podemos encontrar una variopinta represen-

tación de las visiones que hay de nuestro(s)

tiempo(s) (pasado-presente-futuro), más de

uno se siente confundido: ¿Se habla de la

misma avenida? Sí. ¿Acaso toda la avenida

tiene en su berma central una hilera de rejas,

de árboles o de avisos publicitarios? No.

Si nos percatamos con mayor atención,

del lado de San Isidro, “el corazón financie-

ro de Lima”, la “comunidad internacional”,

entre Pershing y Paseo Parodi, podemos ver

en esa misma berma esculturas, instalacio-

nes, estatuas, que ubicadas donde están han

podido pasar desapercibidas, miles de veces,

quién sabe, pero que son, créase o no, claras

manifestaciones de una forma de concebir, no

solo de índole estética y meramente conme-

morativa, sino también ética y política, de una

sociedad, y que pretenden destacar distintos

momentos en la historia de ella. ¿Es posible

que la revisión de un espacio así de público

nos pueda otorgar algunas de las principales

características de la actual comunidad lime-

ña, en todas sus manifestaciones? ¿Qué nos

pueden decir de nosotros mismos (que es casi

igual que decir “nosotros otros”) todos esos

monumentos?

Lo analizado: los monumentos. Cuando te

enfrentas a un objeto estético como lo es un

monumento, lo primero que debe interesar-

te, más que las dimensiones de la obra o la

[ 44 ]

“Empiezan a rondar las dudas alrededor de uno: estas ideas,

que ahora se presentan tan im-punemente, ¿estaban en mí y

yo vengo a posarlas sobre estos monumentos? o ¿estaban en

los monumentos desde un principio y yo vengo a descu-

brirlas recién?”

( (

Reflexiones a partir de los monumentos de la avenida Javier Prado.

En los inicios de los ’90 el espacio público limeño

entró en un proceso de transformación que no se

detiene hasta hoy. Parques y plazas fueron to-

mados como espacios para la representación de

identidades en construcción. Monumentos y piletas

hicieron visible, a través de estéticas diversas, la

pluralidad cultural de la metrópoli limeña. (VV.

AA. Post-ilusiones, Lima, Fundación Augusto

Wiesse, 2006, pp. 100)

Page 46: Estereograma -9 (menosnueve)

fama del escultor, es el efecto que produce en

uno el descubrimiento de la relación que se

establece entre la representación y lo repre-

sentado, es decir, la conexión entre el mate-

rial y la idea. Para esto hay que reparar en

la forma de la figura, el tipo de material, la

composición lograda y el entorno. Si resulta,

no será necesario que nos lo indiquen o a lo

mucho bastará que sea una sola vez, con un

letrero, una placa, una pequeña inscripción.

Si no resulta, deberán señalarlo de diversas

maneras, hasta poder construirnos la rela-

ción y así convencernos. Pero claro, señalarlo

constantemente sería algo muy obvio, así que

la mayoría de veces se prefiere dejar de dar

la indicación y que el monumento quede ex-

puesto al público; y pobre de aquél que dude

o critique, se le tildará de insensible o de

inepto, incapaz de ver la tan ansiada relación

entre el material y la idea. No se puede omitir

que es una mirada en un momento deter-

minado, es así que la historia no puede ser

ignorada. Todos podemos mirar (no desde el

mismo lugar) pero no siempre de la misma manera.

El analista: el sujeto crítico. Una vez frente

a cada uno de estos objetos, cuando se

piensa que no será cosa difícil escribir unas

cuantas líneas, que las palabras fluirán con

naturalidad, que tanto apunte recogido y tan-

to dato reciclado servirán de algo, empiezan

a rondar las dudas alrededor de uno: estas

ideas, que ahora se presentan tan impune-

mente, ¿estaban en mí y yo vengo a posarlas

sobre estos monumentos? o ¿estaban en los

monumentos desde un principio y yo vengo

a descubrirlas recién? Pensar que una duda

así es capaz de interrumpir todo un trabajo

de meses por la misma cantidad de meses (e

incluso superar esa cantidad) y terminar por

atosigarlo, a aburrirlo, a arrepentirse de es-

coger un tema así de enrevesado. Saltando el

drama, el aparente gran problema se desha-

ce prontamente, si uno se pone a pensar en

el tipo de dinámica que se da cuando hay un

enlace entre el analista y lo analizado: ambos

pueden existir por separado, pero la conexión

solo se da cuando se encuentran ambos ex-

tremos. Entonces, las ideas no podían apa-

recer más que en un solo instante: cuando

estuviera frente a los monumentos. Podría

cargar ideas parecidas, pero no las mismas

ideas que ahora exhibo. Alguien más podría

pensar en un tema semejante al ver aquellos

monumentos, pero no lo hubiera acondicio-

nado y expuesto de la misma manera que yo.

Faustino sánchez Carrión. Aparentemente,

eso es un monumento. Es solo un cubo de

concreto, no carga ninguna figura; se espera-

ría tal vez un busto, pequeño siquiera, o a lo

mucho una placa de bronce. Pero no, nada de

eso, solo un jardín bien conservado alrede-

dor. Veo las letras adheridas al concreto. La

palabra “República” tiene las letras torcidas,

[ 45 ]

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Page 47: Estereograma -9 (menosnueve)

va en contra de todas las demás (“JoSE FAUS-

TINO SANCHEZ CARRION FUNDADOR DE

LA REPUBLICA”), como si fuera una especie

de vandalismo a la inversa: es decir, desde

el poder central y no de la periferia. Lo que

produce este efecto es un cambio de tono en

la expresión, aparece la duda o el sarcasmo.

Quién sabe, tal vez todo sea culpa de un

descuido municipal, pero aún así las ideas

que tengo no resultan caducas vistas de una

perspectiva más abierta: ¿No está el prócer1

(como fundador de la república) porque ya no

existe la necesidad de representarlo? Lo que

podría denotar un fenómeno pesimista: no

está porque no hubo una verídica indepen-

dencia y que por ende, en la actualidad, no

existe ninguna auténtica república.

Pachatusan. Un Apu2 en medio de una ave-

nida. ¿Qué quieren decirnos con esto? Inerte:

como un indeseable huevo de ave roc, como

el descubierto cráneo de un tiranosaurio rex,

como un prominente fragmento de descolo-

rida oquedad. ¿Es acaso una pieza más de

un museo de lo inusitado y exótico? Es una

representación actual del pasado (en este

caso, las reminiscencias a la cultura andina

resultan obvias) y ahora esto es el pasado

para muchos: algo muy pesado, prominente,

pero desde ya vacío; ubicado en un montículo

artificial, agraciado adorno moderno; auspi-

ciado, bien protegido y cuidado, pero sin sen-

tido. Tal como ocurre en muchos casos más:

como el sentirse bien por detener y reprender

a aquellos que pintan en paredes precolom-

binas y no preocuparse más por lo que pueda

suceder, como cuando se viaja cada Semana

Santa a las ciudades del interior solo por el

mero hecho de despertar con la resaca en

una esquina cualquiera; como el sentir orgu-

llo y amor por este país al hacer click con el

mouse y votar por Machu Picchu en Internet.

¿De qué sirve celebrar tanto un pasado que al

fin y al cabo nos resulta desconocido, que no

hemos aprendido a valorar, que no sabemos

de lo valioso de su significado? ¿Acaso no

resulta más cruel actuar así?

Una cruz con herramientas sobre una pirámide trunca. Suena a imagen surrealis-

ta, pero en verdad es así. Desde un principio

me pareció el monumento más llamativo de

todos. La cruz carga una pequeña urna de

vidrio donde está encerrado el corazón de

Cristo, entrelazadas por detrás hay una pe-

queña escalera y un par de lanzas. Debajo de

todo hay una especie de huaca, una pirámi-

de trunca efectivamente, armada a partir de

baldosas pintadas de rojo (imitando el orden

de los adobes), es casi como el silencioso

cimiento sobre el cual se sostiene el conjunto.

¿Una alegoría del aparente predominio del

catolicismo sobre la cultura precolombina?

Pero con qué consecuencias: el cambio y la

adaptación del uno con el otro para poder al-

bergarse. Eclecticismo. La proximidad es una

[ 46 ]

1. Cuadras más atrás,

en la avenida que

lleva su nombre, la

Municipalidad de Jesús

María ha instalado un

letrero en la berma

central, logrando

combinar el color de

las letras con el de la

tierra y de los árboles.

Las palabras son de

Sánchez Carrión y

dicen: “La libertad es

mi ídolo y lo es del

pueblo…”.

2. Un Apu viene a

ser una especie de

divinidad andina de

las montañas, el cual

al ser venerado por los

pobladores cercanos,

tras una ceremonias

de pago, les brindará

protección.

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o

Page 48: Estereograma -9 (menosnueve)

calidad que, para la constitución de un todo,

en muchas ocasiones, puede ser más determi-

nante que la semejanza. Si Tongo o Juaneco

tocan en discotecas “exclusivas”, si la cum-

bia suena en todas partes, si ya más de uno

se asquea de las expresiones racistas en los

medios, de por sí no podemos sentenciar que

ya todo está arreglado, que se ha consolidado

una armoniosa homogeneidad. A lo mucho

estamos aprendiendo a aceptar la convivencia

con alguien diferente. Lástima que no sea así

en todas partes y en otros aspectos…

rumiñahui. Una estatua. Guayasamín, el

gran maestro ecuatoriano, ha sido su autor3.

Más parece un Ultraman dorado. Como si

el estar fuera de sitio o fuera de foco fuese

una condición normal (¿cuándo alguno de

nosotros no se ha sentido así?) : la estatua

con su brillo no hace más que evidenciar su

desencanto. Los automóviles cruzan veloz-

mente a cada uno de sus costados, los pea-

tones temen ser atropellados, se preocupan

por la hora que aún no es o que ya ha sido,

van de esquina a esquina. Nadie se fija en

Rumiñahui. ¿Acaso no se siente nadie atraído

porque la identificación entre la obra y los

espectadores no se ha dado? El recuerdo sirve

para mantener las cosas entrelazadas, las dis-

tancias se hacen estrechas, existe un sentido.

Lo mismo pretende el héroe del pasado (ese,

el del imperio perdido), servir como el ente

vinculador del presente: más aún entre países

que fueron enemigos alguna vez. Pero aquel

pasado semimítico, elegido casi siempre como

nuestro elemento más original, ¿resulta ser

el único válido? y si no es así, ¿cuál es el que

nos queda? Siempre han existido (y seguirán

existiendo) los intentos de homogenizar nues-

tro presente a partir de un único pasado, de

un único camino idealizado.

roque sáenz Peña. Un pedestal bastante

alto. Los ambulantes descansan en la base

del pedestal. él es uno de los héroes de una

guerra perdida pero siempre celebrada. Es allí

el lugar idóneo para esperar el cambio de lu-

ces, ambos carriles de la avenida están más al

alcance. Los ambulantes se alistan para cada

una de sus batallas personales, por conseguir

algo con lo cual seguir sobreviviendo en esta

[ 47 ]

3. Por motivo de la

firma del tratado de

paz entre Perú y Ecua-

dor el monumento fue

donado por el mismo

Guayasamín poco

antes de su muerte.

En el año 2000 fue

inaugurado.

Foto

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ía:

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Cue

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ciudad hostil. Por más que se coloquen avisos

de multa por el comercio ambulatorio, por

más que los serenazgos los agarren a gol-

pes, ellos continuarán. Si son ignorados por

el sistema oficial, es obvio que ellos también

terminarán por ignorarlo. La espada de Sáenz

Peña pasa desapercibida por completo. Los

nombres tallados en el mármol se llenan de

polvo, comienzan a borrarse, son olvidados.

Se vuelve más valioso el graffiti clandestino

sobre aquel mismo mármol. ¿Acaso nadie

quiere verlo como nadie, desde hace años,

quiere fijarse en los ambulantes?

Las flores de Ilaria. Ofertado al mejor pos-

tor, Paseo Parodi ha sufrido una ignominia.

La municipalidad buscó capital privado para

colocar esta pileta. La imposición de unos

cuantos afectó a la vida de todos: el recurren-

te ex-nihilo se impone sobre nuestra historia,

así, de la nada. y se supone que esta pileta es

un ramo de flores y que —siendo debidamen-

te auspiciada por una joyería— deberá termi-

nar en la forma de una pulsera o algo pare-

cido. ¿Es esta la modernidad que se quiere?

¿Es este el futuro que nos espera? Las flores

y la pulsera representan órdenes distintos; y

si de manera violenta se pretende reunirlas lo

que se conseguirá será un bodrio, una espe-

cie de frankestein brillante y con mayólicas, es

decir, más artificial que nunca. Algunas voces

hablan de la naturaleza híbrida de nuestra(s)

cultura(s). Si la tan deseada modernidad no

se realiza de una manera más acorde con la

comunidad entera quedará tal como las flo-

res de Ilaria: una obra en honor a lo deforme,

a lo torcido, a lo postizo.

III. Vía Expresa – La molina

Los carros avanzan poco a poco, casi dudan-

do, como si fuese un pecado el querer llegar

a la siguiente esquina. En diez cuadras puedo

oír más de cinco canciones seguidas —con

[ 48 ]

Foto

graf

ía:

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istia

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lera

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ía:

Sant

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Puy

o

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un promedio de 3 a 5 minutos cada una—,

mientras que la misma cantidad de canciones

sirvió en el trayecto de San Miguel a Jesús

María. Así pues, llegar a Javier Prado con la

Vía Expresa resulta, en muchas ocasiones,

una experiencia sobrecogedora. Así, más del

80% de las personas de Lima Central que trabaja,

lo hace en la misma Lima Central. Ello, aunado al

hecho que esta zona es la que concentra la gran

mayoría de servicios, explica el porqué un lime-

ño clásico promedio no ha tenido hasta ahora la

necesidad de “darse una vuelta” por alguna de las

“Limas” Conurbanas. (…) Como se dejara entrever

anteriormente, en los últimos años el limeño clási-

co ha vivido encerrado en un “ghetto” delimitado

fundamentalmente por dos ejes viales principales,

la Vía Expresa de norte a sur y la avenida Javier

Prado de este a oeste. (Arellano, Rolando. Lima: Ciudad de los Reyes, los Chávez y los Quispe,

Lima, Arellano márketing, 2007, pp. 143). y

más aún, cuando todavía falta aproximada-

mente media hora de viaje… l (continuará...)

[ 49 ]

Pachatusan. Denominación de uno de los apus tutelares del Cusco. La escultura fue realizada por el artista plástico

peruano Carlos Oliva.

Rumiñahui. Guerrero inca, defensor en el sitio a la fortaleza de Sacsayhuaman.

oswaldo Guayasamín (1919-1999). Pintor y escultor ecuatoriano.

Roque Sáenz Peña. Militar argentino que apoyó al ejército peruano durante el conflicto del Pacífico con Chile.

Datos de apoyo

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EL CoLLagE

lo importante es saber qué hay que observar

Page 53: Estereograma -9 (menosnueve)

an

am

orfo

sisana

morfosis

Page 54: Estereograma -9 (menosnueve)

anamorfosis es nuestra sección de rescate: en ella buscamos salvar del olvido (si

es que acaso se puede) algún texto que por

su particularidad o su enfoque se muestre no

solo “curioso”, sino rico en significación: un

texto que sea más de lo que virtualmente es.

“Adrián Marroquín Salazar “Cuando canto el alma de Mariano Melgar se apodera de mí” Reencarnación o sugestión?”, en nuestra opi-

nión, cumple con estas características.

y es que textos así—aparentemente inocentes,

casi ridículos— son los que transparentan (a

veces de manera obscena) el ritmo interno de

nuestra vida diaria, individual y colectiva. Es en

esos textos “raros” o “impertinentes”, común-

mente soslayados, que pretendemos redescu-

brir las relaciones entre los hechos que inte-

gran la historia. Hacer una verdadera revisión,

para poder encontrar, quizás, algunas de las

claves de nuestro presente.

Adrián Marroquín Salazar: “Cuando canto el alma de Mariano Melgar se apodera de mí” Reencarnación o sugestión?

La entrevista fue realizada por Óscar Vargas

Romero y apareció publicada en la revista eso-

térica “Zandrox en Cuarta Dimensión” en el

número 2, con fecha de diciembre de 1973.

El director de la misma era el otrora astrólo-

go más famoso del Perú: Pedro Paradizo (Zan-

drox).

En la entrevista, disimuladas sutilmente entre

sus líneas, podemos encontrar declaraciones

sobre la identidad y sobre la historia naciona-

les; reflexiones que, sospechosamente, se ade-

cuaban a las doctrinas del, entonces vigente,

Gobierno Revolucionario de las FF. AA., con

el general Juan Velasco Alvarado a la cabeza.

¿Ironías de la historia?

Brindamos una versión escaneada, porque

ofrecer solo el texto transcrito sería una trai-

ción, mejor que la entrevista se muestre y que

sea el lector el que en último término decida.

[ 53 ]

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