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8.3 ESQUEMAS A. Introducción La noción de esquema se ha vuelto omnipresente en la psicología cognitiva actual. No obstante, como ocurre con frecuencia, no es nueva en absoluto. Hace bastante tiempo dos psicólogos europeos desarrollaron, independientemente, la idea de esquema para explicar los procesos de pensamiento en los niños (Piaget, 1926), y la comprensión y memoria en ámbitos sociales (BARTLETT, 1932). Los psicólogos norteamericanos del procesamiento de información tardarían más de 30 años en redescubrir los esquemas; y fueron precisamente aquellos que trabajan en el ámbito de la Inteligencia Artificial los que actualizaron esta vieja idea (vg: MJNSKY, 1975; SCHANK y ABELs0N, 1977). Dichos investigadores observaron que dotar a los programas de IA con algunas destrezas sintácticas y un conocimiento léxico es insuficiente para que éstos comprendan textos, fuera de un dominio temático muy limitado. Es preciso, para que un mecanismo de comprensión sea eficiente, que disponga de un «conocimiento del mundo» almacenado en su memoria. La comprensión resultará un producto construido a partir de la información, del input y el conocimiento previo. El poder explicativo de los esquemas permite superar muchas de las deficiencias de los modelos de comprensión considerados en la sección anterior. Por ejemplo, la gran especialización de los modelos de verificación de frases y de lA. está ausente en las teorías de esquemas que permiten un acercamiento general a la comprensión. Por otra parte. los sutiles efectos del contexto, propios de la comprensión humana, encuentran una interpretación directa en la concepción de esquemas. En la actualidad, hay un buen número de teorías de esquemas. y todas tienen alguna peculiaridad respecto a las demás. De todos modos, vamos a sintetizar algunos rasgos generales que todas comparten: Unidades cognitivas de alto nivel

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Esque Mas

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8.3ESQUEMAS

A. Introduccin

La nocin de esquema se ha vuelto omnipresente en la psicologa cognitiva actual. No obstante, como ocurre con frecuencia, no es nueva en absoluto. Hace bastante tiempo dos psiclogos europeos desarrollaron, independientemente, la idea de esquema para explicar los procesos de pensamiento en los nios (Piaget, 1926), y la comprensin y memoria en mbitos sociales (BARTLETT, 1932). Los psiclogos norteamericanos del procesamiento de informacin tardaran ms de 30 aos en redescubrir los esquemas; y fueron precisamente aquellos que trabajan en el mbito de la Inteligencia Artificial los que actualizaron esta vieja idea (vg: MJNSKY, 1975; SCHANK y ABELs0N, 1977). Dichos investigadores observaron que dotar a los programas de IA con algunas destrezas sintcticas y un conocimiento lxico es insuficiente para que stos comprendan textos, fuera de un dominio temtico muy limitado. Es preciso, para que un mecanismo de comprensin sea eficiente, que disponga de un conocimiento del mundo almacenado en su memoria. La comprensin resultar un producto construido a partir de la informacin, del input y el conocimiento previo.

El poder explicativo de los esquemas permite superar muchas de las deficiencias de los modelos de comprensin considerados en la seccin anterior. Por ejemplo, la gran especializacin de los modelos de verificacin de frases y de lA. est ausente en las teoras de esquemas que permiten un acercamiento general a la comprensin. Por otra parte. los sutiles efectos del contexto, propios de la comprensin humana, encuentran una interpretacin directa en la concepcin de esquemas.

En la actualidad, hay un buen nmero de teoras de esquemas. y todas tienen alguna peculiaridad respecto a las dems. De todos modos, vamos a sintetizar algunos rasgos generales que todas comparten:

Unidades cognitivas de alto nivel

Los esquemas son entidades conceptuales complejas. compuestas de unidades ms simples. Por ejemplo, el squema de COMPRAR incluye una serie de personajes (COMPRADOR, VENDEDOR), de objetos (DINERO, MERCANCIA, ESTABLECIMIENTO), acciones (TRANSFERIR UNA PROPIEDAD O UN SERVICIO, PAGAR), y metas (OBTENER BENEFICIOS EL VENDEDOR, DISFRUTAR DE UNA PROPIEDAD O UN SERVICIO EL COMPRADOR).

Los esquemas se encajan unos en otros

El sistema de conocimiento humano puede caracterizarse como un conjunto de esquemas interconectados. Los esquemas integran esquemas ms elementales. y constituyen a su vez subesquemas de otros. Por ejemplo, PAGAR es un subesquema en relacin a COMPRAR; y ste, a su vez, es un elemento del esquema ms general IR AL SUPERMERCADO.

La disposicin jerrquica de los esquemas tiene un lmite, ya que seguramente hay esquemas atmicos o primitivos que no se pueden articular en subesquemas (RuMELHART y ORTONY, 1977). Por ejemplo, el esquema ROSTRO posee como subesquema OJO, y ste a su vez PUPILA. Pero ste ltimo es ya un concepto elemental.

Actualizacin de los esquemas

Los esquemas son paquetes de conocimientos prototpicos, cuyos componentes o variables no estn especificados. Por ejemplo, el esquema COMPRAR tiene una serie de variables que ya hemos mencionado (COMPRADOR, VENDEDOR, etc.), pero que son genricos (no se refieren a un comprador, un vendedor, o un episodio de compra particular). Los valores de esas variables se rellenan en funcin del contexto. Por ejemplo, si alguien est cerrando una carta y dice me voy a comprar un sello, el esquema de COMPRAR se actualiza, de modo que se asignan automticamente valores a las variables del esquema: la MERCANCIA es un sello; el VENDEDOR es un estanquero, el ESTABLECIMIENTO es un estanco, la META es franquear una carta, el DINERO requerido para la transaccin es una pequea cantidad, etc. Obsrvese que la actualizacin del esquema genera inferencias temticas mediante el mecanismo de rellenar valores ausentes. (RUMELHART y ORTONY. 1977;

MINSKY, 1975). As, aunque el interlocutor no menciona el estanco, el estanquero o el hecho de franquear la carta, estos elementos se integran en el modelo mental que construye el oyente.

Carcter multifuncional de los esquemas

La utilidad terica de la idea de esquema es muy amplia. En primer lugar. los esquemas guan los procesos de comprensin; es decir, que sta resulta un procesco constructivo en que se amalgama la informacin del input (procesos de abajo-arriba y de los esquemas activados (procesos de arriba-abajo). Tambin los procesos de percepcin visual se han investigado con xito desde una perspectiva esquemtica: as nuestros patrones de exploracin del ambiente estn guiados por marcos, tales como HABITACION, PAISAJE DE MONTAA, etc. Los esquemas han supuesto tambin un anlisis revolucionario de la memoria, especialmente de textos y narraciones; en realidad, la memoria es un subproducto de la activacin de los esquemas durante la comprensin de textos y durante la recuperacin. Por ltimo, el comportamiento (en especial los patrones conductuales ms complejos), tambin est controlado por esquemas, que permiten establecer las metas ambientales, la secuencia de acciones adecuadas (planificacin), etc.

Formacin de esquemas

Indudablemente los esquemas sc adquieren a partir de la experiencia personal en situaciones recurrentes. El mecanismo exacto de induccin de esquemas se desconoce. Probablemente las ideas que hemos expuesto en el captulo 7 (seccin 7.3 b) sobre la gnesis de prototipos conceptuales sean vlidas para los esquemas pues stos pueden considerarse una modalidad de prototipo. En cualquier caso, la capacidad de generacin de esquemas parece una habilidad bsica que se desarrolla muy pronto en el individuo. PIAGET (1926) describe esquemas sensoriomotrices en nios de pocos meses de edad que les permiten organizar su percepcin y su conducta. Recientemente, NELSON (1978,1981) seala que los nios de preescolar tienen esquemas o guiones bien organizados sobre situaciones y actividades frecuentes (vg: comer en casa, ir al cine, etc.).

B. Algunas investigaciones sobre el contexto.

Para que el lector disponga de una idea intuitiva de los esquemas, es conveniente que tratemos algunas investigaciones especialmente sugestivas.

En 1932, BARTLEtt, uno de los pioneros del concepto de esquema. describi en su libro Remembering una investigacin destinada a mostrar los efectos del conocimiento previo sobre la comprensin y la memoria. Un grupo de estudiantes ingleses recibi un relato correspondiente a una leyenda de una tribu india, recibiendo posteriormente pruebas de memoria a los pocos minutos y al cabo de los meses. He aqu el texto original:

LA GUERRA DE LOS FANTASMAS

Una noche dos hombres jvenes de Egulac descencieron al ro para cazar focas, sobrevino la niebla y la calma. Entonces escucharon gritos de guerra, y pensaron: Quiz esto sea una batalla. Huyeron hacia la orilla y se ocultaron tras un tronco. Entonces vinieron canoas, y ellos oyeron el ruido de los remos, y vieron una canoa dirigirse hacia ellos. Haba cinco hombres en la canoa y dijeron:

. El no se encontraba mal, aunque ellos dijeron que le haban disparado.

Entonces las canoas volvieron a Egulac, y el joven descendi y fue a su casa, e hizo un fuego. Y les dijo a todos: Fijaros: he acompaado a los fantasmas fuimos a luchar. Muchos de los nuestros fueron muertos, y muchos de los que atacaron tambin murieron. Ellos dijeron que yo fui herido, y yo no senta dao.

El cont todo esto y se call. Cuando amaneci se derrumb. Algo negro sala de su boca. Su rostro estaba contorsionado. La gente saltaba y gritaba.

Estabamuerto. (Pg. 65).

En opinin de BARTLETT la lectura de esta narracion perteneciente a una cultura ajena resultara de difcil comprensin y recuerdo para los sujctos occidentales, al no disponer de estructuras mentales adecuadas para extraer su significado. De hecho se observarn algunas tendencias notables en el recuerdo de los sujetos: (a) las historias transcritas eran ms coherentes, en el sentido de que los sucesos tenan mayor concatenacin entre ellos (vg: relaciones causa-efecto), al menes segn las convencjones occidentales; (b) hubo buen nmero de omisiones, especialmente de elementos de escaso significado cultural para nosotros; por ejemplo, algunos sujetos olvidaron mencionar los fantasmas pese a ser los protagonistas de la historia; (c) en ocasiones, los sujetos, reconstruy eron la historia, modificando e inventando algunos de sus componentes para ajustarla a su conocimiento esquemtico. Los fenmenos de reconstruccin no son muy frecuentes, y tuvieron lugar sobre todo cuando el intervalo transcurrido fue muy grande. Por ejemplo, algunos sujetos sustituyeron la caza de focas por ir a pescar, o la canoa por un bote, pues son eventos y objetos ms frecuentes en nuestro mbito cultural. Asimismo, otro sujeto reinterpret los fantasmas de la historia como fruto del delirio que tuvo el indio herido.

La investigacin anterior es sugerente pero metodolgicamente es pobre. Por ejemplo, BARTLETT no realiza ningn anlisis estadstico de las tendencias de error en los sujetos, sino que se limita a comentar datos indviduales. Por otra parte, no contrasta la comprensin del episodio de los fantasmas con la de historias procedentes de nuestra propia cultura.

BRANSFORD y JOHNSON (1973), en poca ms reciente, desarrollaron investigaciones mejor controladas sobre el carcter constructivo y contextual de la comprension. En uno de los experimentos. se present a los sujetos el siguiente prrafo:

Si los globos reventasen, el sonido no llegara, ya que todo estara muy lejos del piso adecuado. Una ventana cerrada tambin impedira que el sonido llegase. ya que todos los edificios tienden a estar bien aislados. Puesto que toda la operacin depende de un suministro estable de electricidad, una ruptura en medio del alambre tambin causara problemas. Naturalmente, el individuo podra gritar, pero la voz humana no es lo suficientemente fuerte como para llegar tan lejos. Un problema adicional es que una cuerda del instrumento puede romperse. Entonces no habra acompaamiento del mensaje. Est claro que la mejor situacin sera aquella con menor distancia. Habra menos problemas en potencia. Muchas menos cosas iran mal en el contacto cara a cara (pgs. 392-93).

Un grupo de sujetos (grupo sin contexto) reciba exclusivamente el prrafo anterior, con instrucciones de leerlo atentamente. Estos sujetos tuaron el texto muy bajo en una escala de comprensin subjetiva, y adems recordaron muy pocas ideas en una prueba de memoria posterior (3.60 sobre un total de 14 ideas). Otro grupo de sujetos (con contexo previo), recibieron durante 30 segundos el dibujo de la fi-gura 8.6, inmediatamente antes del texto. Tal como se esperaba, la presentacin del dibujo increment el grado de comprensin experimentado subjetivamente, as como el nmero de ideas recordadas del prrafo (8).

El experimento anterior pone de manifiesto el carcter constructivo de la comprensin. No basta con un procesamiento gramatical de un prrafo y con entender el significado de las palabras. Se requiere, adems de ello, que se active en la memoria del individuo un esquema de conocimiento que permita integrar y completar la informacin verbal recibida. A veces sta es ambigua, y la seleccin del esquema

pertinente depende de indicios contextuales (lingsticos, visuales o sociales); pero en el prrafo anterior se describe un episodio verdaderamente original, y el lector no dispone de esquemas adecuados para entenderlo. Basta con la presencia del contexto visual de la figura 8.6, para que la comprensin (y su efecto sobre la memoria) se normalicen.

El prrafo del globo es difcil de entender porque no se puede conectar con ningn conocimiento previo del lector. Veamos un caso diferente, correspondiente a otro experimento de BRANSFORD y JOHNSON (1973):

En realidad el procedimiento es bastante simple. Primero usted dispone las cosas en grupos diferentes. Naturalmente, una pila puede ser suficiente, dependiendo de cunto haya que hacer. Si usted tiene que ir a alguna parte debido a la falta de medios, este ser el siguiente paso, en caso contrario, todo est bien dispuesto. Es importante no embrollar las cosas. Es decir, es mejor hacer pocas cosas a la vez, que demasiadas. De momento esto puede no parecer importante pero las cosas pueden complicarse fcilmente. Un error tambin puede costar caro. Al principio todo el procedimiento parece complicado. Pronto, sin embargo, llegar a ser simplemente otra faceta de la vida. Es difcil prever un fin o necesidad de esta tarea en el futuro inmediato, pero nunca se sabe. Cuando el procedimiento se ha completado se dispone de nuevo el material en grupos diferentes. Luego pueden colocarse en sus lugares adecuados. Eventualmente pueden usarse de nuevo y todo el ciclo completo se repite. Sin embargo, esto es parte de la vida.

Seguramente el lector no habr entendido muy bien este prrafo, pese a que se refiere a una actividad vulgar de la que tiene conocimiento previo. Vuelva a leer el texto teniendo en cuenta que trata del lavado de ropa. En este caso basta un ndice contextual lingstico (el ttulo), para que se rompa la ambigedad y los sujetos experimentales comprendan y recuerden con precisin el prrato.

Las investigaciones de BARTLETT y de BRANSFORD y JOHNSON se suelen mencionar como ilustrativas de la nocin de esquema. No obstante, ninguno de estos autores ofrece una concepcin terica explcita del concepto. Veamos a continuacin con ms detalle las propiedades de los esquemas.

C.Contenido de los esquemas

Ya hemos mencionado el carcter multifuncional de los esquemas, que intervienen en procesos tan dispares como la percepcin, comprensin, memoria y organizacin de la conducta. Tambin hay que destacar la diversidad de dominios de conocimiento que se pueden representar mediante esquemas. Prcticamente todos los contenidos de la memoria humana se organizan total o parcialmente en esquemas.

a. Esquemas visuales: marcos.

Los esquemas no slo intervienen en la comprensin de expresiones simblicas, sino en los procesos perceptivos habituales. La percepcin visual puede concebirse como una operacin con varios niveles. En el nivel ms simple, consta de procesos automticos realizados paralelamente: deteccin de caractersticas visuales elementales (colores, lneas, ngulos, texturas), ndices estereoscpicos, etc. Sin embargo, en el nivel de agrupamiento de caractersticas, para configurar objetos y escenas, se requiere la intervencin de esquemas interpretativos. MINSKY (1975) fue el primero que llam la atencin sobre esta idea, acuando el trmino marcos (frames) para referirse a los esquemas visuales.

El marco tpico de una HABITACION incluye un TECHO, un SUELO y 4 PAREDES dispuestas verticalmente. El marco de la habitacin se puede categorizar en otros marcos ms especficos tales como cocina, sala, teatro, dormitorio, etc.; cada uno de los cuales incluye ciertas caractersticas particulares (tamao, objetos contenidos, ventanas, etc). Cada marco representa informacin prototpica desde cierto punto de vista, de modo que una escena determinada (vg: una habitacin) requiere un sistema de marcos que se van activando sucesivamente a medida que el observador se desplaza en el medio. Por ejemplo,en la figura 8.5 se muestra el sistema de marcos que se activan cuando un observador gira sobre s mismo en el interior dc una habitacin.

Los marcos funcionan de modo anlogo a los esquemas: generan expectativas

(cuando abrimos la puerta de una habitacin esperamos ver paredes, techo, etc.); permiten interpretar o comprender la experiencia visual; mediante el relleno de valores ausentes podemos inferir detalles que no hemos visto; ayudan a memorizar y recordar escenas visuales, etc. Adems, la nocin de marco es lo suficientemente explicita como para poderse simular en programas de ordenador (MINSKY, 1975; Kuipers, 1975).

b.Esquemas situacionales: los guiones.

Algunos esquemas son paquetes de informacin relativos a mbitos o situaciones convencionales. Estos esquemas incluyen personajes, objetos y acciones que estn asociadas en nuestra experiencia. Los esquemas situacionales han sido tratados con especial acierto por la teora de los guiones (SCHANK, 1975; ABELSON, 1975; SCHANK y ABELSON, 1977).

SCHANK y ABELSON (1977), trabajando en el mbito de la Inteligencia Artificial, desarrollaron la idea de guin (script), que ha llegado a erigirse en la concepcin de esquemas ms representativa. Los guiones son anlogos a los marcos de MINSKY, aun cuando se han desarrollado con el objetivo de elaborar programas de comprensin de historias en lugar de escenas visuales. Aunque los guiones pueden representar informacin muy variada (social, instrumental y situacional). SCHANK y ABELSON describen con especial minuciosidad los guiones situacionales. En la tabla 8.6 se ofrece el guin del restaurante, que puede considerarse una buena ilustracin del esquema situacional.

El guin del restaurante incluye una secuencia estreotipada de acciones ordenadas de modo no arbitrario, pues mantienen una dependencia causal (por ejemplo, Selecciona el men despues de haber consultado la carta). Estas situationes pueden describirse desde perspectivas de personajes diferentes. As, el guin.del restautant ilustrado en la tabla 8.6 comprende la cadena de acciones desde l punto de vista del cliente, sin duda muy diferente del guin considerado desde la perspectiva del camarero. Por otra parte, los guiones tienen diversos grados de abstraccin. El guin dd restaurante corresponde a un nivel relativamente genrico, pues incluye informacin convencional vlida para los restaurantes en general. Pero puede haber guiones ms especficos tales como comer en un restaurante de lujo, comer en un restaurante tpico gallego, comer en un restaurante chino, etc.

SCHANK y ABELSON, debido a su formacin e intereses, no desarrollaron ninguna investigacin psicolgica, sino que sus guiones surgen de las exigencias de

TABLA> 8.6. El guin del restaurante (basado en Schank y ABELSON, 1977).

Escena 1: Entrada.

El cliente entra en el restaurante

Dirige la vista hacia las mesas

Descubre donde sentarse

Se dirige hacia la mesa.

Escena 2: peticin.

Opcin l: El cliente escoge el rnen (que est sobre la mesa)

Opcin 2 : El camarero trae el men

Opcin 3:El cliente pide el men

El cliente llama al camarera

-El camarero se acerca

El cliente solicita el men

El camarero se dirige hacia el men

El camarero trae el rnen

Todas las opciones:

El cliente-selecciona la comida

El cliente llama al camarero

a El cliente dice Yo deseo... al camarero

Escena 3: comer

El cocinero le entrega la comida al camarero

El camarero le lleva la comida al cliente

El cliente come

Escena 4: salida

El camarero hace la cuenta

Se la entrega al cliente

El cliente paga una propina al camarero

El cliente se dirige al cajero

El cliente paga la cuenta al cajero

Sale del restaurante

Las exigencias de la programacin en su labor de Inteligencia Artificial. Por ello, el guin del restaurante ejemplificado es fruto de intuiciones ms o menos razonables, pero sin apoyo emprico. No tardaron los psiclogos cognitivos en tratar de verificar la entidad psicolgica de los guiones (GRAESSER et al., 1979; BOwER et al., 1979). Por ejemplo BOWER y sus colaboradores realizaron un estudio descriptivo empleando tcnicas anlogas a las de los estudios normativos de ROSCH (vase captulo 7). Se proporcionaron a los sujetos hojas en blanco, encabezadas por el ttulo de una de las situaciones seleccionadas (ir a clase, ir al mdico. ir a una tienda. comer en un restaurante caro, levantarse por la maana e ir a la Universidad). En las instrucciones se solicitaba a los sujetos que describiesen las acciones normales del estereotipo cultural, no sucesos interesantes o novedosos. En la tabla 8.7. se incluyen las acciones de un guin emprico correspondiente a las respuestas asociativas de la muestra de BOWER y de una muestra espaola.

En ambos casos, hubo un gran consenso entre los sujetos al describir las acciones de los guiones, lo cual demuestra que se trata de estereotipos culturales compartidos. De todos modos, la estructura interna de un guin no es homognea, sino que es difusa, al igual que en las categoras naturales (R0cH y MERVIS, 1975).

TABLA 8.7. Guiones normativos correspondientes a una muestra norteamericana El tema del guin es ir al mdico

Muestra americana

Entrar en la consulta

Dar datos a la recepcionista

Se ntar se

Esperar

Mirar a la otra gente

Leer una revista

Le llaman a uno

Seguir a la enfermera

Entrar en la sala de exploracin

Desnudar se

Sentarse

Hablar con la enfermera

La enfermera realiza pruebas

Esperar

El doctor entra

El doctor saluda

Hablar al doctor del problema

El doctor pregunta

El doctor examina

Vestirse

Coger la medicina

Citarse de nuevo

Salir de la consulta

Muestra espaola

Llegar a la consulta

Decir el nombre a la enfermera

Entrar en la sala de espera

Tomar asiento

Esperar turno

Coger una revista

Hablar con otros pacientes

Leer la revista

Oir que la enfermera nos llama

Levantarse

Entrar en el despacho del Doctor

Saludar al mdico

Scntarse frente al mdico

Contar al mdico el malestar

Responder a las preguntas del mdico

Ser auscultado

Escuchar al mdico su diagnstico

El mdico hace una receta

Coger la receta

Des pedirse

Pagar la consulta

Marcharse de la consulta

Esto significa que no todos los eventos son igualmente representativos: algunos se pueden considerar ms tpicos o centrales que otros y precisamente en aqullos suele haber ms coincidencias entre los sujetos.

Los guiones, tal como veremos en prximas pginas, mediatizan los procesos de comprensin de historias, hacindonos entender ms de lo que est explcito en el texto. La codificacin y el recuerdo tambin estn determinados en gran medida por la activacin de guiones. Por ltimo, los guiones tienen un valor prescriptivo, al proporcionar el actor una informacin estilizada sobre las metas y patrones de conducta aceptables en situaciones convencionales.

c.Esquemas de dominio

KINTSCH y Van DIjK (1978), en su modelo de comprensin de textos, introducen un tipo de esquemas muy abstractos que en su opinin, guan la comprensin y la produccin del discurso, especialmente cuando ste es muy largo. Por ejemplo, cuando leemos o escuchamos un relato, nos guiamos intuitivamente por una estructura esquemtica general: esperamos que haya unos personajes, una localizacin temporal y espacial de las acciones, una cierta cadencia en los acontecimientos (comienzo, nudo, desenlace), etc. Otro ejemplo de estructura esquemtica se halla en la lectura y comprensin de informes de psicologa experimental; esperamos una introduccin al problema, una descripcin del mtodo (con los sujetos, el diseo, etc), de los resultados, y una discusin terica.

Cualquiera habr comprobado (tanto en el caso de un relato como de un informe experimental) que cuando un texto se aleja de las estructuras esquemticas convencionales, la comprensin puede resultar ms ardua. Tambin es cierto que los literatos suelen romper sabiamente con la expectativas esquemticas del lector, tomndose a veces licencias importantes (vg: alterando el orden cronolgico de los acontecimientos, no describiendo el lugar donde discurre la accin, terminando la narracin sin un desenlace claro). Sin embargo, es dudoso que una narracin mantenga la atencin del lector cuando se violan simultneamente todas o varias de las pautas del esquema formal de dominio.

d. Esquemas sociales

Los esquemas cognitivos son sociales en un doble sentido. En primer lugar. la gnesis de un esquema cognitivo no es un proceso estrictamente individual, sino que tiene una dimensin sociocultural. El propio BARtlett estaba interesado en los aspectos supraindividuales de la memoria y la comprensin; concretamente, estos procesos estaban mediatizados por los esquemas que son convencionalismos sociales. En segundo lugar, los esquemas son sociales en otro sentido importante: una gran proporcin de nuestro conocimiento del mundo se refiere a contenidos interpersonales. La mayora de nuestras metas, creencias, actitudes y roles se desarrollan en mbitos sociales (no se dirigen a un mero ajuste con el ambiente fsico). Adems, poseemos un conocimiento intuitivo de tipos de situaciones interpersonales, de tipos de personas, y de centenares de individuos concretos. Todo ello nos permite predecir comportamientos, planificar nuestra propia conducta, inferir motivaciones ajenas, etc. Cmo se representa en nuestra memoria toda esta informacin?

La teora de esquemas resulta perfectamente aplicable al conocimiento social

(HASTIE y KUMAR. 1979; HAMILTON, 1981: HIGGINS et al. 1981: SCHANK Y ABELSON, 1977). Los individuos disponen de esquemas genricos o prototipos de personas, tales como introvertido, tipo atltico o madre superprotectora. Estos esquemas intervienen activamente en la codificacin y el recuerdo de impresiones sobre personajes concretos; en general, los rasgos congruentes con el esquema o impresin formada del personaje se recuerdan mejor que los incongruentes (HAMILTON, 1981) an cuando los resultados son a veces contradictorios (HASTIE, 1981). Otra prueba interesante del carcter esquemtico de la memoria social la constituyen los estudios sobre perspectivas. Cuando un individuo recibe una historia con varios personajes y se le pide que se site en el punto de vista de uno de ellos, tiende a recordar ms detalles (acciones y sentimientos) propios de la perspectiva de ese personaje (BLACK el al., 1979).

Adems de los esquemas genricos y las impresiones, existen otros tipos de esquemas sociales. SCHANK y ABELSON (1977) describen los temas, que contienen informacin sobre la que basamos nuestras predicciones acerca de las metas que persiguen las personas. Los temas de roles camarero. presidente, escritor. et.) nos permiten comprender y tener expectativas, a veces muy precisas, sobre las metas y acciones de individuos que nos hallamos en el mundo social cuyos papeles estn claramente asignados. Los temas interpersonales son esquemas relativos a relaciones sociales y afectivas ~(AMOR, AMIGO. PADRE/HIJO. COLEGA. ENEMIGO etc.). Estos temas proporcionan una comprensin y prediccin de los propsitos y la conducta. Por ejemplo, si aplicamos e1 tema AMOR a la relacin existente entre Luis y Mara, podemos predecir las reacciones de Luis cuando Mara est en peligro, est contenta o es amada por otro hombre; asimismo, se estimar cules son algunos comportamientos, metas o intenciones de la pareja (casarse, mantener relaciones sexuales, promover las metas de otro, etc.). Por ltimo, los temas vitales describen la posicin general o el objetivo que una persona desea en la vida Por ejemplo, las personas se diferencian en que unos desean ser ricos, otros ser mportates. otros honrados, otros luchar por la justicia, etc. Los temas vitales son muy generales, abarcan temas interpersonales. Y condicionan la eleccin de todo tipo de metas.

Por ejemplo, el tema vital VIVIR LUJOSAMENTE incluye todos Ios elementos especificados en la tabla 8.8.

TABLA- 8.8 El tema vital de VIVIR LUJOSAMENTE ~SCHANK y ABELSON, J977

Pautas de reconocimiento del tema.

1-Elegir posesiones

2.- Trabajar dia y noche para obtener beneficios

3.-Codearse con las altas esferas

4.-Acudir a hoteles de lujo

5.-Tener una casa lujosa

6.-Tener un yate

7.-Conducir un coche de lujo

8.-Comprar un coche cada ao

Metas generales.

1.-Poseer-objetos deseables

2.-Tener sirvientes

3.-Muchas vacaciones

4.-Tener amigos ricos

5.-Tener mucho dinero

6.-Tener una o varias casas de lujo

Metas instrumentales.

1.-Hacer dinero

2.-Hacer creer a la gente que uno est en buena posicin

3.-No malgastar dinero

4.-Trabajar muy duro

Temas.

5.-Casarse con una esposa bonita y rica

6.-Hacer que la gente rica le tenga a uno simpata

7.-Conseguir crdito

8.-Tener poder sobre otros

Reglas de produccin.

1.-Si hay una oportunidad para conseguir dinero - aprovecharla

2.-Si un objeto valioso est a mano - procurar alcanzarlo

3.-Si una persona poderosa est cerca - buscar su aceptacin.

Los esquemas sociales constituyen un grupo especialmente amplio y variado. Algunos psiclogos sociales consideran que nuestra comprensin y conducta social estn mediatizadas por un tipo de esquemas que denominan teoras implcitas. Al igual que el cientfico, el hombre de la cable dispone de paquetes conceptuales muy complejos sobre temas diversos como las leyes fsicas, el desarrollo infantil, el papel de la mujer en la sociedad, o el mundo econmico y poltico (Goodnow, 1981; WEGNER y VALLACHER, 1981). Por ltimo, las ideologas y los sistemas de creencias constituyen otra variedad de esquemas cuyo mbito de aplicacin es muy amplio.

e.Esquemas de autoconcepto

Un tipo de esquemas sociales privilegiados en nuestro conocimiento son los relativos al auto-concepto. La mayora de los individuos no slo disponen de esquemas referentes a otras personas, sino que poseen un conocimiento muy articulado sobre s mismos, sus destrezas y debilidades, sus logros y fracasos, sus preferencias, temperamento, etc. Actualmente se acepta que todo este autoconocirniento se representa en forma de esquemas, igual que cualquier otro dominio de conocimiento (RoGERS et al., 1977; MARKUS. 1977; MARKUS et al., 1982; BEM, 1981; BOWER y GiLLIGAN, 1979; LORD, 1980; GREENWALD, 1981).

La realidad psicolgica de los esquemas de autoconcepto se ha puesto de manifiesto en algunos experimentos de memoria. En general, cuando un individuo recibe una fuente de informacin (vg: frases relativas a acontecimientos, adjetivos sobre cualidades personales), con instrucciones de juzgarla respecto a s mismo (vg: Tiene relacin con algo que le pas a usted?; es una caracterstica atribuible a usted?), el recuerdo posterior se incrementa en relacin a otras instrucciones convencionales, tales como atender al significado o atribuir la informacin a otras personas (ROGERS et al., 1977; BOWER y GLLLIGAN, 1979). El poderoso efecto mnemnico de la autorreferencia probablemente sea consecuencia de que el autoesquema es una estructura cognitiva muy diferenciada y articulada, y por tanto permite una mayor elaboracin de la informacin cuando sta se integra en dicho esquema (BOwER y GILLIGAN, 1979). Otra posibilidad (no incompatible con la anterior) es que la informacin autorreferente va acompaada de una especial actividad afectiva y evaluativa (RoGERS, 1981). En cualquier caso, la saliencia cognitiva del autoconcepto es algo fuera de duda, incluso en nuestra experiencia cotidiana. Por ejemplo, entre estudiantes de psicologa, cuando escuchan los sntomas de algn trastorno psquico, es frecuente que se autoanalicen hasta hallar en s mismos el sndrome descrito. El autoconcepto, parece guiar el procesamiento dc todo tipo de informacin.

Las diferencias individuales en el autoconcepto son muy notables. Seguramente stas se derivan del hecho de que el autoconcepto engloba un buen nmero de esquemas particulares, algunos de los cuales pueden ser totalmente idiosincrsicos, y otros compartidos slo parcialmente. Por ejemplo, un individuo determinado puede categorizarse a s mismo como independiente, y disponer de un esquema muy articulado en esta dimensin sobre sus actitudes, sus metas y sus comportamientos sociales (vg: ser individualista, inconformista, lder, etc). En cambio, otra persona puede ser no-esquemtica respecto al rasgo dependencia-independencia; es decir, que no se categoriza a s mismo en un sentido ni en otro, y por tanto no dispone de un esquema articulado respecto a ese rasgo en su autoconcepto (MARKUS, 1977).

Uno de los esquemas del autoconcepto ms interesantes por su universalidad y prominencia cognitiva es el esquema del gnero o del sexo. En la mayora de las culturas existe un perfil diferencial entre hombres y mujeres relativo a comportamientos, roles y actividades. Estas diferencias se establecen desde edades muy tempranas en nuestra propia cultura (3 aos), y se configuran como un esquema integrado en el autoconcepto. Esto significa que no slo se percibe a los dems segn los patrones de un esquema sexual, sino que muchos individuos se comportan, se perciben a s mismos y piensan como masculinos o femeninos (BEM, 1981; MARKUS et al., 1982).

Para ser ms precisos, hay 4 alternativas en el modo de relacionarse el autoconcepto y el esquema del sexo: (a) individuos esquemticos masculinos, que incluyen en su autoconcepto principalmente caractersticas del esquema masculino, tales como ser ambicioso, asertividad, competitividad, etc.; (b) individuos esquemticos femeninos, cuyo autoconcepto abarca sobre todo elementos del esquema femenino, tales como carioso, ser amable, hablar suavemente, etc; (c) individuos altos andrginos, que incluyen en su autoconcepto propiedades tanto del esquema masculino como del femenino; (d) bajos andrginos, que no poseen ningn elemento del esquema masculino ni femenino integrados en su autoconccpto, y son por tanto no esquemticos respeto al sexo (MARKus et al., 1982).

El tipo de esquema de sexo asumido en el autoconcepto determina cmo el sujeto procesa informacin ambiental. En primer lugar, la memoria est modulada por el esquema del sexo. Por ejemplo, los individuos masculinos tienden a recordar significativamente ms palabras masculinas que femeninas del inventario de Rol Sexual de BEM (vg: activo, asertivo, etc), contrariamente a los individuos femeninos. En contraste, los individuos andrginos recuerdan por igual las palabras masculinas y femeninas (MARKUS et al.. 1982). En segundo lugar, la polarizacin sexual tambin influye en la velocidad con que los sujetos se autoevalan respecto a los adjetivos del Inventario de BEM. As, los sujetos masculinos responden ms deprisa cuando el atributo presentado es masculino, y los femeninos son ms rpidos ante atributos femeninos; estas diferencias cronomtricas no existen en los andrginos (BEM, 1981; MARKUS et al., 1982).

f. Conclusiones

Los esquemas determinan nuestra comprensin del mundo en todos sus dominios. La percepcin de objetos y acontecimientos fsicos, nuestra familiaridad en el complejo dominio de las relaciones interpersonales, la comprensin y uso de las instituciones y hasta nuestra propia identidad personal son manifestaciones de nuestro complejo mundo de representaciones esquemticas. Los esquemas proporcionan sentido a nuestra experiencia habitual de las cosas, dan una apariencia de racionalidad y plausibilidad al flujo de los acontecimientos. En contrapartida, los fenmenos difciles de integrar en nuestros esquemas resultan inslitos, absurdos, irracionales o misteriosos.

B. Memoria

a.Bartlett contra Ebbinghaus

A finales del siglo XIX. EBBINGHAUS realiz las primeras investigaciones sistemticas sobre la memoria humana. Su obsesin por el control experimental le lleva a utilizar como estmulos de aprendizaje las slabas sin sentido. De este modo pretenda evitar que el sujeto (el propio EBBINGHAUS) emplease sus conocimientos previos en la tarea de memoria. El uso de material significativo (vg.: un texto en prosa) argumentaba EBBINGHAUS, producira asociaciones idiosincrsicas en cada individuo, con el consiguiente ruido experimental. La aportacin de EBBINGHAUS es muy importante, si nos atenemos a sus consecuencias histricas. La psicologa experimental de la memoria continuara utilizando material de aprendizaje sencillo (slabas sin sentido, o en el mejor de los casos listas de palabras), para minimizar la experiencia dc los sujetos en el laboratorio.

En 1932, BARTLETT, un oscuro profesor ingls de psicologa, public un libritc sobre comprensin y memoria (Remembering). que rompe abiertamente con la tradicin de EBBINGHAUS. En opinin de BARTLETT, EBBINGHAUS y sus seguidores ni siquiera consiguen plenamente su objetivo de control, pues la simplificacin del estmulo no conlleva la simplificacin de las respuestas. Las slabas sin sentido y las palabras tambin pueden generar asociaciones particulares en los indivduos. Adems, el precio pagado por la simplificacin es demasiado alto: el artificialismo de los experimentos de memoria destruye el proceso que se pretende estudiar. La memoria en la vida real es bien diferente de la memorizacin rutinaria de una lista. Se trata de un proceso constructivo en el que se entremezclan las propiedades del material de aprendizaje, el conocimiento convencional del mundo y factores contextuales. Consecuentemente, BARTLETT decide estudiar la memoria de textos complejos.

La obra de BARTLETT pas desapercibida entre sus contemporneos, ya que entonces dominaba una concepcin asociacionista de la memoria (la escuela de aprendizaje verbal), fuertemente entrocada con la tradicin de EBBINGHAUS. No obstante, en los ltimos aos Remembering ha pasado a ser una de las obras ms citadas de la psicologa cognitiva. Su renovada vigencia se debe a la actualidad de las teoras constructivas. La psicologa de la memoria basada en una perspectiva de esquemas es ms Bartleliana que Ebbinghausiana. Hoy se reconoce la continuidad entre comprensin y memoria, la importancia de los procesos de arriba-abajo en el recuerdo, y se utiliza material complejo (narraciones) en los experimentos de memoria.

b.Reconstruccin y abstraccin

Cmo opera exactamente el esquema en los procesos de memoria? Esta cuestin no es independiente de lo que hemos tratado anteriormente en la concepcin constructivista de la comprensin. De hecho, en la tradicin de Bartlett la memoria es un subproducto de la comprensin; el individuo recuerda el significado construido a partir del texto, el contexto y s propio conocimiento del mundo.

Hay dos hiptesis alternativas que postulan mecanismos diferentes en la memoria de textos. La hiptesis abstractiva sostiene que en la memoria se almacena una versin reducida o resumen del texto; y eso es precisamente lo que recuerda el sujeto posteriormente. La hiptesis reconstructiva defendida por el propio BARTLETt asegura que el sujeto introduce informacin esquemtica o convencional durante el aprendizaje del texto, o bien en la situacin de prueba, de modo que el recuerdo es el producto de una reconstruccin activa. Ambas hiptesis aceptan la mediacin de esquemas en los respectivos procesos de abstraccin y reconstruccin, pero sus predicciones difieren. La hiptesis abstractiva predice sobre todo errores de omisin en el recuerdo de textos, mientras que la reconstructiva predice distorsiones ms serias, tales como intrusiones de informacin nueva en el recuerdo.

La hiptesis abstractiva

Los partidarios de esta concepcin se basan en el hecho de que en la mayora de las investigaciones no se hallan reconstrucciones en los protocolos de recuerdo, sino ms bien resmenes bastante precisos del texto original.

La hiptesis abstractiva est bien desarrollada en la teora de KINTSCH y Van DIJK (1978). Segn stos, cuando un sujeto recibe una narracin, construye inicialmente un texto base compuesto de microproposiciones relacionadas por su coherencia referencial. Por otra parte, el sujeto activa una estructura esquemtica que gua la aplicacin de una serie de macro-reglas sobre el texto base. Estas reglas seleccionan las proposiciones relevantes de acuerdo con el esquema y eliminan las irrelevantes ; o bien integran varias proposiciones elementales en otras de orden superior. El resultado de estas operaciones es un texto ms reducido y abstracto (macroestructuras) que se incorpora a la memoria del sujeto.

La hiptesis abstractiva asume que la memoria humana es fundamentalmente fiel y est dirigida a la reproduccin de informacin, aun cuando se apoya en la construccin de parfrasis guiadas por esquemas, ms que en un registro literal del texto.

La hiptesis reconstnctiva

Concibe la memoria no como un sistema orientado a la reproduccin de informacin sino a elaborar interpretaciones coherentes del pasado. Cuando recordamos, hay una tendencia a acomodar la informacin pasada a vuestro conocimiento actual. Por ejemplo, nuestro recuerdo adulto de experiencias infantiles es una reconstruccin basada en gran parte en nuestra experiencia y creencias de adultos. En general el recuerdo es bastante fiel cuando no hay incongruencia entre la informacin pasada y el conocimiento actual; pero, en caso contrario, se pueden producir distorsiones importantes en el recuerdo, si ello conlleva un modelo interpretativo del pasado ms consistente (SPIR0, 1977, 1980, a y b).

La reconstruccin opera en la situacin de recuerdo guiada por los esquemas, al igual que los procesos de comprensin. En ambas situaciones comprensin y recuerdo- pueden realizarse inferencias rellenando valores ausentes del esquema. Cuando e1 paso del tiempo ha debilitado la informacin en la memoria, o cuando el texto original es incongruente, se incrementa la probabilidad de distorsiones reconstructivas (RUMELHART y ORTONY, 1977; DOOLING y CHRISTIANSEN, 1977; SPIR0, 1977, 1980,a y b).

El experimento de Spiro

Muchos investigadores mantienen cierto escepticismo sobre la hiptesis recons~ tructiva, ya que en efecto, raras veces se comprueba experimentalmente.

SPIR0 (1977), el ms firme defensor de la hiptesis, asegura que las dificultades en su verificacin son debidas a sesgos en el propio diseo de las tareas experimentales, que minimizan las posibilidades de errores reconstructivos. He aqu algunos de estos sesgos habituales en los experimentos de memoria de textos: (a) el texto est bien estructurado e integrado, de modo que existen pocas contradicciones que obliguen a distorsionar el texto para hacerlo ms coherente; (b) el texto es claramente ficticio, y el sujeto es consciente de que no se requiere contrastarlo e integrado con su conocimiento general; dicho de otro modo, el individuo no se siente implicado personalmente en el tema; (c) el lapso de tiempo transcurrido entre el texto y su recuerdo es muy corto, de modo que disminuye la probabilidad de reconstruccin para rellenar la prdida de informacin; (d) la finalidad explcita de la tarea es la repro

duccin correcta del texto.

SPIR0 considera que estas precauciones de control, una vez ms como en el caso de EBBINGHAUS, desvirtan los procesos de memoria en relacin a los desarrollados en mbitos normales de la memoria humana; hay que elaborar una situacin en la que el texto est relativamente desestructurado, el perodo de retencin sea largo, el texto se refiera a hechos reales o plausibles, el individuo se sienta implicado de modo personal y la prueba de memoria sea incidental. Los fenmenos reconstructivos seran entonces patentes. Consecuentemente, dise una ;tarea ce~petntentzl que se acomda a este perfil.

Spiro elabor dos historias con una parte comn, en la gue se describen las relaciones de una pareja (Bob y Margie) que se conocen mientras estudian. Cuando los sentimientos de ambs jvenes parecen ser mutuamente amorosos, Bb le plantea una cuestin que l considera vital a Margie: no desea tener hijos nunca. A partir de este punto, las dos historias difieren: en la versin equilibrada, Margie coincide totalmente con el deseo negativo de Bob; en la historia desequilibrada. Margie una partidaria entusiasta de la maternidad. Cada una de las historias fue presentada a un grupo numeroso de sujetos.

Parte de los sujetos recibi una de las historias, informndoseles de que se trataba

de un experimento de memoria, mientras que al resto se les indic que la historia era real (el propio experimentador conoca a los personajes), y que la finalidad del experimentador era comprobar sus reacciones ante las relaciones interpersonales, aunque de hecho fueron sometidos a la misma prueba de memoria que el otro grupo. Esta condicin pretende que el sujeto se implique personalmente en el texto y por tanto lo acomode a sus propios esquemas cognitivos.

Por otra parte, tras la lectura del texto y de un modo informal, el experimentador proporcionaba a algunos grupos de sujetos una informacin auxiliar, unas veces consistentes y otras. inconsistentes con la historia. Dicha informacin se refera al hecho de que Bob y Margie se llegaron a a casar, o bien se separaron definitivamente. Por ltimo, se manipul el intervalo de tiempo entre la lectura y la prueba de memoria, transcurrindo 2 das, 3 semanas 6 semanas.

SPIR contabiliz los errores de reconstruccin en todos los grupos de sujetos, y hall un porcentaje superior en los sujetos implicados personalmente en la historia y con informacin auxiliar inconsistente (el 45% de los indivduos de este grupo generaba reconstrucciones, y slo el 5% en los grupos restantes). Tal como se esperaba, los grupos con instrucciones de memoria tienen un recuerdo ms preciso, ya que establecen una mayor distancia entre la informacin contenida en las historias y su propio conocimiento de las relaciones humanas. Los grupos implicados personalmente se sienten inclinados, en cambio, a acomodar las historias a sus creencias, generando ms distorsiones reconstructivas.

Estas eran an ms frecuentes cuando dichos sujetos reciban informacin contradictoria (vg: Bob y Margie disienten en el tema de tener hijos y despus se les informa que se han casado); la bsqueda de coherencia obliga al sujeto a aadir alguna intrusin para conciliar en su memoria ambas fuentes de informacin. He aqu algunos errores de este tipo registrados en los protocolos de Spiro:

Se separaron, pero se dieron cuenta, tras discutir el tema de que su amor era ms importante.

Solicitaron consejo para corregir sus discrepancias.

Lo discutieron y decidieron que podran aceptar un compromiso: adopcin.

etc.

Las reconstrucciones no son simples invenciones o adivinaciones, sino procesos acomodativos normales. Prueba de ello es que los sujetos llegan a estar completamente seguros de que el material aadido estaba en la historia original. Por ltimo. hay que destacar que el paso del tiempo incrementa el porcentaje de reconstrucciones.

Otros investigadores han puesto de manifiesto fenmenos reconstructivos (vg: BoWER et al. - 1979; KINTSCH y Van DIJK, 1978; BREWER y TREYENS, 1981), aunque el experimento de SPIRO es especialmente minucioso, y permite aislar los principales parmetros que inciden en la acomodacin reconstructiva. En general, cuando se incrementa la validez ecolgica de los experimentos de memoria de textos, aumenta la probabilidad de que los sujetos aadan reconstrucciones. En cambio, stas tienden a eliminarse en tareas que los sujetos perciben como de memoria, pues en stas no es preciso incorporar o acomodar la informacin al bagaje general de conocimientos, sino nicamente reproducirla.

En cualquier caso, los procesos abstractivos guiados por esquemas son compatibles con la actividad acornodativa. Reproduccin y reconstruccin deben darse unidas en el funcionamiento normal de la memona.

c.Memoria de sucesos congruentes e incongruentes con el esquema

Qu se recuerda mejor, la informacin convencional o la inesperada? Las teoras de esquemas no proporcionan una respuesta simple a esta cuestin. Algunos enfatizan la funcin selectiva y organizadora del recuerdo de los esquemas, y consecuentemente consideran que la informacin discrepante o incongruente se ignora. Otros, por el contrario, consideran que la informacin convencional o esquemtica apenas recibe atencin, mientras que la discrepante se elabora ms y es ms memorable. Por ltimo, existen alternativas mixtas, como las hiptesis del esquema + correccion, que intentan acomodarse a la complejidad y matices de los datos.

E nf ass en la seleccin

La posicin ms radical en esta lnea es la mantenida por NEISSER (1976) cuando describe la percepcin y recuerdo de sucesos. Una vez activado un esquema, nos dice, ste opera como un dispositivo de seleccin atencional, de modo que el individuo procesa sobre todo la informacin que encaja en el esquema e ignora el resto. En relacin a la comprensin y recuerdo de narraciones Kinsch y Van DIJK (1978) mantienen una posicin anloga: la informacin irrelevante desde el punto de vista del esquema activado se desecha, y se forma un extracto compuesto con informacin congruente con el esquema directivo.

Por otra parte, el esquema facilitara el recuerdo de informacin congruente, al permitir inferencias o reconstrucciones en la propia situacin de prueba. Algunas reconstrucciones son errneas, como se ha visto en las investigaciones de SPIR0, pero tambin puede haber reconstrucciones coincidentes con el texto o los sucesos memorizados.

Enfasis en la distintividad

.Nuestra experiencia intuitiva nos sugiere que prestamos ms atencin a los acontecimientos incongruentes o inslitos que a los convencionales, y que tendemos a recordarlos mejor en el futuro. Lo convencional o previsible recibe apenas una inspeccin superficial, mientras que los elementos dispares se procesan intensamente. KuiPERS (1975) ilustra este fenmeno; si entramos en una casa desconocida, se activa el marco o esquema de la habitacin, de modo que esperamos ver paredes, techo, suelo, muebles, etc. En la medida en que las observaciones confirman estas expectativas, el procesamiento discurre de modo fluido, sin apenas detenerse en los detalles. Pero basta con que notemos un elemento discordante (por ejemplo, al abrir una puerta nos hallamos ante un paisaje costero), para que ste reciba una atencin especial y se procese de modo ms analtico.

La distintividad de un suceso sobre un fondo de sucesos convencionales da lugar a un incremento en la demanda de recursos cognitivos, y segn algunos, una mayor profundidad de procesamiento del suceso discrepante (B0BR0w y N0RMAN. 1975; KUIPERS, 1975). La mayor profundidad de procesamiento, como es sabido, produce trazos de memoria ms persistentes; por tanto, se recordar mejor la informacin discrepante. Algunos resultados empricos apoyan esta hiptesis. As, HASTIE y KUMAR (1979) presentaron a los sujetos descripciones de comportamientos de individuos ficticios que se acomodaban a un determinado rasgo psicolgico (vg: ser Inteligente). Algunos comportamientos eran consistentes con el esquema de persona inteligente (vg: juega bien al ajedrez, asiste a conciertos de msica) otros eran neutros (vg: subi al ascensor hasta la Y planta), y unos pocos eran inconsistentes con el esquema (vg: cometi el mismo error tres veces). En una prueba de recuerdo posterior, los sujetos recuperaban ms acciones incongruentes que congruentes o neutras.

La situacin es paradjica, ya que a partir de la teora de esquemas se derivan dos lineas argumentales que conducen a predicciones opuestas: (a) la informacin convencional debe recordarse mejor, ya que se selecciona y recupera bajo control de un esquema, y (b) la informacin discrepante se recuerda mejor, pues recibe ms recursos atencionales y un procesamiento ms profundo.

Esquema+ correccin

Para acomodarse a las sutilezas de los datos, existe la hiptesis clsica del esquema+ correccin (Woodworth y SCHLOSBERG, 1954), retomada por la actual de los guiones (SCHANK y ABELSON, 1977; GRAESSER el aL, 1979). La hiptesis-sostiene que el receptor de una fuente compleja de informacin (vg: un texto o escena visual) construye dos tipos de representacin: una que asocia la informacin-convencional a un esquema o prototipo genrico; la otra, correspondiente a la infromacin discrepante, es una representacin ms detallada.

La hiptesis predice mecanismos diferentes en el recuerdo y reconocimiento de sucesos congruentes e incongruentes con el esquema. Los primeros reciben una codificacin menos elaborada; simplemente se integran en el esquema activado. Su recuerdo tiende a ser bueno, especialmente cuando son elementos muy representativos, ya que el esquema opera como un mecanismo de recuperacin. No obstante, el recuerdo de sucesos congruentes tiene un caracter inferencial y ello implica: (a) que puede haber intrusiones o reconstrucciones errneas; (b) que el sujeto no discriminar fcilmente entre acciones del esquema recibidos en la narracin (o presenciadas visualmente), y acciones del esquema ausentes. Es decir, que el rendimiento en una tarea de reconocimiento ser bajo.

Por el contrario, la informacin novedosa o incongruente con el esquema recibir ms atencin y un procesamiento ms elaborado y especfico. Sin embargo, su recuerdo ser relativamente bajo, ya que el trazo de memoria elaborado aun siendo detallado no est asociado al esquema que opera en la recuperacin. En contrapartida, en las tareas de reconocimiento, el rendimiento ser alto, ya que, una vez evocado el trazo de memoria, ste resulta muy distintivo.

Los datos experimentales tienden a confirmar la hiptesis del esquema + correcin. As, se ha comprobado que cuando los sujetos examinan dibujos de escenas, tienden a mirar ms tiempo los elementos discrepantes que se ajustan a un esquema (Loftus y MACKWORTH, 1978). Por otra patte, cuando en una narracin que describe sucesos tpicos del guin del restaurante se intercalan sucesos incongruentes vg: se coloc la pluma en el bolsillo , le devolvi el libro que le haba prestad, stos se discriminan muy bien en una prueba de reconocimiento. Por el contrario, los sucesos tpicos del guin presentads y ausentes se confunden totalmente en dicha prueba (GRAESSER e: tal., 1979).

Tambin se ha comprobado en general la dificultad del recuerdo de sucesos discrepantes con el esquema. Por ejemplo, G00dMAN (1980) present a sujetos de varias edades escenas visuales, cada una de las cuales se acomodaba a un esquema de accin (vg: leer un libro). Las escenas contenan elementos relevantes para el esquema (vg: libros, lmpara, mesa, silla, etc.) e irrelevantes (planta, .pjaro, etc. En una prueba prueba de memoria de reconocimiento, el rendimiento fue superior para los eventos discrepantes que para los relevantes, mientras que en la prueba de recuerdo la pauta de resultados es inversa.

De todos modos, los resultados habituales admiten a veces excepciones. Por ejemplo, algunos elementos muy tpicos de un esquema no son recordados por los sujetos, pues los consideran obvios y asumen implcitamente que el experimentador ya los conoce. (Brewer y TREYENS, 1981) Por ejemplo, es probable que en el recuerdo de una habitacin no se mencionen el t echo y las paredes. Por otra parte, los elementos discrepantes pueden recordarse cuando son extraordinariamente salientes.

C.. Accin

Los esquemas no slo contienen informacin conceptual sobre el mundo, sino que tienen un caracter procedimental. dirigido a la acin.. Los esquemas guan la realizacin de patrones de conducta a veces muy complejos hacia metas ambientales prximas o remotas, y adems permiten interpretar la conducta ajena.

El carcter procedimental de los esquemas ha sido sealado por los pioneros. Por ejemplo, la nocin de esquemas sensoriomotores desarrollada por PIAGET se refiere a un tipo de estructura de conocimiento no conceptual, sino ejecutiva. Los nios, en su primer ao de vida, desarrollan esquemas que garantizan patrones de actividad diigidas a metas ambientales. As, el esquema de prehensin consiste en ciertas secuendas de conductas motoras del brazo y la mano dirigidas a la manipulacin de objetos. El esquema en cuestin se va articulando con el paso del tiempo (alcanzar, coger, tirar, golpear, etc.) y se extiende a todo tipo de objetos.

Las modernas teoras de esquemas tambin han sealado el carcter procedimental de stos. As, los marcos postulados por MINSKY (1975) en el procesamiento visual no slo mediatizan la comprensin de escenas, sino que indican qu hacer, es decir, la pauta de exploracin visual adecuada. Tambin los guiones postulados por SCHANK y ABELSON (1977) contienen informacin sobre metas y secuencias de accin adecuadas en situaciones convencionales, y presumiblemcnte se utilizan en la planificacin de la conducta.

a.Planificacin y control de la accin

Aunque todos los esquemas tienen un componente procedimental. hay algunos que como los esquemas sensoriomotores de PIAiET estn especializados en la conducta. Estos esquemas de accin o planes comparten las siguientes propiedades: ~

e Requieren un agente o actor generalmente asociado a un esquema o rol social

(NORMAN, 1981: SCHANK y ABELSON. 1977).

Se dirigen a metas ambientales (SCHANK y ABELs0N, 1977; NORMAN, 1981; LICHTENSTEIN y BREWER. 1980: BREwER y DUPREE. 1983).

e Se activan ante determinados estados internos denominados intenciones (N0RmAN, 1981).

Se organizan jerrquicamente, de modo que hay esquemas o planes de alto nivel dirigidos a metas generales. que controlan la actividad de otros planes subordinados dirigidos a metas instrumentales, y as sucesivamente (MILLER, GALANTER y PRIBRAM, 1960; LICHTENSTEIN y BREWER, 1980; NORMAN, 1981).

e Incluyen mtodos; es decir, secuencias de accin motrices pertinentes para

i

alcanzar la meta (SCHANK y ABELs0N. 1977)

Estn fuertemente guiados por los datos. Es decir. que su ejecucin requiere una retroalimentacin continuada a partir de la informacin ambiental (MILLER et al.. 1960: BROBROw y NORMAN. 1975). Cada accin integrante del esquema requiere que se satisfagan previamente ciertas condiciones ambientales.

Veamos un ejemplo de esquema de accin, para identificar sus elementos. Si decido salir de mi casa a comprar el peridico en el quiosco de mi calle mi intencin desencadena y controla la ejecucin de un conjunto de csquemas de accin subordinados, dirigidos a metas instrumentales (dirigirme hacia la puerta, abrirla, bajar las escaleras, salir a la calle, etc.). Cada uno de estos esquemas es controlado, adems de por la intencin, por las condiciones perceptivas o ambientales: as, la secuencia motriz de abrir la puerta slo se ejeuta cuando el actor se encuentra prximo a sta ~ si la puerta est realmente cerrada, etc.

Los esquemas de accin se diferencian en su grado de automatismo. Algunos planes son rutinarios, pues incluyen secuencias fijas y sobreaprendidas de accin, hacia el mismo conjunto de metas instrumentales. El ejemplo anterior de comprar el peridico est controlado por un esquema rutinario, pues se trata de una secuencia que realizo casi todos los das. Los esquemas o planes rutinarios tienen la ventaja de su automatismo; hasta que se active la intencin de alcanzar la meta general, para que el plan se ejecute sin apenas consumo atencional (podemos pensar en cosas ajenas o desarrollar una conversacin simultneamente). El control activo durante la ejecucin del plan pasa a depender de los parmetros ambientales.

Otros esquemas no estn tan minuciosamente determinados en todos sus detalles: al fin y al cabo podemos enfrentarnos a la bsqueda de metas nuevas en situaciones poco familiares. En estos casos se requiere una actividad controlada y consciente de toma de decisiones y evaluacin de sus consecuencias. Por ejemplo, si nos hallamos en una ciudad desconocida y decidimos ir a comer, los esquemas de accin activados son de alto nivel (ir a un restaurante), pero las metas instrumentales y los esquemas subordinados no estn sobreaprendidos como en el ejemplo de comprar el peridico. Necesitamos una bsqueda activa para hallar la meta y el trayecto adecuado, lo cual implica la activacin de esquemas de rastreo de informacin tales como interrogar a transentes, observar los letreros de los establecimientos, etc.

Una prueba de que nuestra conducta cst guiada por esquemas reside en el fenmeno de los errores motrices o actos fallidos. Sigmund FREUD los describi minuciosamente en su Psicopatologa de la vida cotidiana. Consideraba dicho autor que nuestras torpezas y confusiones motrices no son asuales, sino que resultan de la irrupcin de motivos inconscientes en cl curso dc nuestra conducta habitual. Veamos una ilustracin autobiogrfica del propio FREUD:

Aos atrs, cuando haca ms visitas profesionales que en la actualidad, me sucedi muchas veces que al llegar ante la puerta de una casa, en vez de tocar el timbre o golpear con el llamador, sacaba del bolsillo el llavn de mi propio domicilio para. corno es natural, volver en seguida a guardarlo un :anto avergonzado. Fijndome en qu casas me ocurra sto, tuve que admitir que mi error de sacar mi llavn en ~ez de llamar significaba un homenaje a la casa ante cuya puerta lo cometa, siendo equivalente al pensamiento: Aqu estoy como en mi casa, pues slo me suceda en Los domicilios de aquellos pacientes a los que haba tomado cario.

El error inverso, o sea llamar a la puerta de mi propia casa, no me ocurri jams. (FREuD, 1969, pg. 176).

Recientemente, N0RMAN (1981) ha reinterpretado los actos fallidos en trminos de anomalas en la activacin de esquemas. El acto fallido de FREUD, adems de su interpretacin motivacional, podra considerarse un error en la clasificacin de la situacin (esta es mi casa), que desecandena el esquema motor correspondiente aunque incorrecto en esa situacin panicular. La utilizacin equivocada de un esquema de accin puede deberse a que las propiedades del ambiente externo estn fuertemente asociadas al esquema inadecuado y lo capturan, especialmente cuando no prestamos mucha atencin. Un ejemplo clsico fue descrito por Wllian JAMES: una persona distrada acude a su habitacin para cambiarse de traje y salir a cenar, pero una vez all, absorta en sus pensamientos. se desnuda maquinalmente, sc pone el pijama y se acuesta. El esquema motor de acostarse est muy ligado a la situacin y se desencadena automticamente, a no ser que el sujeto dirija la atencin a la intencin novedosa de vestirse de calle. FREUD aadira seguramente que este acto fallido est guiado por un motivo inconsciente: el protagonista preferida quedarse en casa en lugar de salir a cenar.

Otras veces los errores motrices no surgen de la activacin de un esquema inadecuado, sino de una prdida de activacin del esquema correcto (NORMAN 1981) Por ejemplo, ocasionalmente me ocurre cuando estoy trabajando en mi despacho en casa, que me levanto del sitio y me dirijo a la cocina (o a la sala), pero una vez all no tengo ni idea de lo que fui a buscar; slo al cabo de unos segundos y con cieno esfuerzo consigo recordar la mcta. Este olvido pasajero de un propsito significa que el esquema fue inicialmente activado por una intencin (por ello mis movimientos sc dirigieron a la cocina o la sala) pero ha habido una desactivacin posterior.

La mayor parte de las veces los errores motrices son descubiertos por el propio actor. Esta deteccin de errores tiene verdadero inters psicolgico, pues indica que hay un mecanismo de retroalimentacin que controla la ejecucin del esquema motor y registra discrepancias entre las intenciones y los actos.

El anlisis de los actos fallidos y errores motrices en trminos dc esquemas y motivos no es una mera curiosidad terica. Muchos errores son triviales y hasta divertidos, pero en ocasiones las anomalas en la activacin de esquemas pueden provocar graves accidentes. Veamos un caso drmatico de la vida real. Un joven matrimonio y su hijo de escasos meses salen a una hora avanzada de la noche en su automvil de casa de unos amigos. La zona est oscura y al llegar a un STOP una pareja dc policas les dan el alto. El conductor slo distingue una figura que se acerca y, asustado, acelera. Los policas, al pasar, golpean el capot del coche con nimo de advertir una vez ms a los ocupantes, pero stos interpretan la seal como un intento de asalto y aceleran ms. Los policas, alarmados, disparan a las ruedas con tan mala fortuna que hieren a los ocupantes. El lamentable suceso implica una doble mala interpretacin de una situacin por parte de los actores, a la que coadyuva la ambigedad de los datos: oscuridad, seales de control policial poco visibles. Los ocupantes del coche interpretaron un asalto y activaron el esquema de huida; los policias interpretaron sospechosos saltan un control y operaron en consecuencia.

b.Comprensin y memoria de acciones

Los esquemas de accin no slo guan nuestro comportamiento, sino que permiten interpretar y recordar posteriormente secuencias complejas de accin -especialmente si stas se dirigen a una meta (BREWER y TREYENS, 1981; LIcHy BREWER, 1980; BREwFJt y Duna, 1983). En general, la conducta motriz de los dems no nos resulta enigmtica, sino que la integramos inmediatamente en

un esquema o plan. El actor mantiene patrones de interaccin ordenados y previsibles hacia los objetos, de modo que su intencin, la meta general y las metas instrumentales encadenadas unas a otras, resultan transparentes para el observador. Por ejemplo, si observamos a una persona que realiza esta secuencia:

Abrir cl cajn del escritorio

Sentarse delante del escritorio

Coger la pluma

Quitar la tapa de la pluma

Escribir sobre el papel

El esquema de accin escribir una carta se activa y nos permite comprender dicha secuencia como acciones dirigidas a metas instrumentales que se relacionan causalmente unas con otras, y que estn todas bajo el control de la meta principal de cokmunicarse por carta con una persona o entidad lejana.

Las investigaciones de LICHTENSTEIN y BREwER (1980) sobre comprensin y memoria de acciones son concluyentes. Los sujetos reciban dos secuencias filmadas en videotape (escribir una carta y poner diapositivas) y los resultados ms notab1es son: (a) en un estudio normativo hay acuerdo entre los sujetos en nombrar las acciones elementales de las secuencias observadas; (b) los sujetos coinciden tambin en

ordenar causalmente las acciones (la accin X se hizo para E); (c) el recuerdo acciones dirigidas a metas instrumentales del esquema de accin es superior que de acciones irrelevantes para el esquema; (d) cuando en las secuencias filmadas se traspone el orden esquemtico de un evento (por ejemplo, el sujeto destapa la pluma antes de coger el papel para escribir)~ los sujetos tienden a recordar el evento.en la posicion temporal normativa.

Por otra parte, el esquema es un poderoso mecanismo de recuperacin. Una determinada accin se recuerda mejor cuando est integrada en un esquema (DuPREE; 1983); por ejemplo, abrir cl cajn para coger la pluma, se recuerda mejor que abrir el cajn. Los efectos de la memoria a largo plazo son interesantes. Los sujetos recuerdan los elemernos ms abstractos del esquema, pero los patrones motrices especficos se van perdiendo.1

Los estudios sobre memoria esquemtica de acciones podran aportar nuevas luces sobre el testimonio visual, que son decisivos en muchos sistemas de justicia. Sin embargo !os sujetos tienden a comcter errores Sistemticos en la identificacin de rostrosy en la recontruccin d e acontecimientos. Que son guiadas por los esuemas; adems, esa reconstruccin mental admite prstamos de otras experiencias e informaciones sufridas por el sujeto en el periodo de retencin (LOPTUS. 1979: LOFTUS, MILLER y Bu RNA. 1978).

IX Conclusiones.

La concepcin de esquemas ha experimentado un crecirniento quiz excesivo, debido que en el trmino de. pocos aos la literatura existente resulta prcticamente inabarcable. El xito hay que atribuirlo a la gran versatilidad de los esquemas.

Los esquemas son representaciones en principio vlidas para todo tipo de dominios de conocimiento (ambiental. social. autoconcepto. acciones y planes). Por otra parte, tienen un caracter multifuncional, pues mediatizan la comprensin, la memoria y el comportamiento. Las teoras de esquemas no slo aportan principios generales para explicar estos fenmenos. sino que permiten interpretar fenmenos anmalos que las teorgs convencionales tendan a soslayar o considerar aberrantes. Por ejemplo, la idea constructivista se puede extender a los procesos de comprensin no literal como la metfora (RUMELHART, 1979; ORT0NY. 1980); y los esquemas de accin permiten analizar los errores o actos fallidos, adems de la conducta coherente. An hay otras reas de la psicologa cognitiva de primario inters en las que se puede aplicar la nocin de esquema. Tal como se ver en el captulo siguiente, tambin los procesos de razonamiento estn mediatizados por nuestro conocimiento general del mundo, y por tanto tienen algo de esquemtico. Por ltimo, la produccion del discurso, al igual que su comprensin. est guiada por la activacin de esquemas

(KINT5cH, 1980).

El amplio rango de aplicacin de la concepcin de esquemas es por s mismo una caracterstica valiosa. Pero an hay ms. Las teoras de esquemas son compatibles y asumen como propios los datos procedentes de otras concepciones tericas de la psicologa cognitiva.

El carcter constructivista de la memoria propuesto por las teoras de esquemas coincide con algunas nociones de los niveles de procesamiento (DOOLING y CHRISTIANSEN, 1977; RUMELI-IART y ORT0NY. 1978). Ambas concepciones, aunque se derivan de tradiciones tericas y metodolgicas dispares (aprendizaje verbal versus constructivismo de BARTLETT), coinciden en sealar que la memoria es un subproducto resultante de la comprensin (codificacin en la terminologa de los niveles) y/o la situacin de prueba.

La convergencia es an mayor entre las teoras de esquemas y el estudio de las categoras naturales (vase captulo 7). Un esquema puede considerarse de hecho como una categora cognitiva, pues tiene muchas de las propiedades de stas (ABELSON. 1981). En primer lugar, tanto los esquemas como las categoras son difusos. Del mismo modo que hay objetos tpicos de una categora (vg: manzana es tpico de fruta) y otros difciles de clasificar y por tanto menos tpicos (vg: nuez respecto a fruta), las situaciones, personajes y acciones tambin pueden ser mas o menos tpicos respectos a sus esquemas de referencia. Por ejemplo, si observamos a un personaje que coge unas gafas de sol, su baador, su toalla, toma el autobs hacia la playa y se pone a tomar el sol, es una secuencia que se acomoda bien al esquema de

ir a la playa. En cambio, si contemplamos al mismo actor buscando conchas en la playa y vestido, es un comportamiento menos tpico dcl esquema ir a la playa. Los esquemas son adems jerrquicos al igual que las categoras. Por ltimo, el esquema es probable que se genere por abstraccin de prototipos a partir de experiencias recurrentes, de modo anlogo a la formacin de prototipos conceptuales.

La teora de esquemas en su estado actual es una formulacin algo tosca. Sin embargo, su poder explicativo acompaado de una indudable plausibilidad psicolgica, la convierten en un ncleo terico que por primera vez nos permite vislumbrar la posibilidad de una teora cognitiva unificada.