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Espero la actividad anterior haya sido entretenida y provechosa. La idea es que ustedes puedan ver y descubrir la gran variedad de maneras en que podemos evaluar. ¿Pudieron complementar sus evaluaciones? ¿Encontraron otras maneras de evaluar sin utilizar pruebas? ¿Se les hizo difícil evitar las pruebas escritas o de pregunta cerrada? Sin duda, el primer instinto es preguntar directamente de manera escrita, sin embargo y tal como lo señalamos anteriormente, la competencia adquirida con el aprendizaje es mucho más compleja que solo responder una pregunta. Continuemos entonces, recordando las preguntas ya vistas, y revisando algunas maneras para ayudarnos a verificar que incluso cuando innovemos, lo estemos haciendo bajo los parámetros esperados para cumplir con una educación de calidad.

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Recapitulemos entonces a través de lo planteado por Gimeno y Pérez (1996). Su esquema propuesto es simple y fácil de utilizar, si bien lo divide en 4 pasos, nosotros revisaremos sólo algunos aspectos que no hemos analizado, específicamente los últimos dos puntos, que son aspectos fundamentales que debemos mencionar. De igual manera, nombraremos los primeros dos:

1. Acotar o enfocar cierta realidad=que responde a quién vamos aevaluar 2. Seleccionar alguna condición o característica=que responde a quévamos a evaluar Resaltando que responden a dos de nuestras preguntas que revisamos. Sin embargo, los últimos 2 puntos tratan aspectos que no hemos visto y que son importantes de resaltar:

1. Elaborar un juicio, de acuerdo con algún patrón, objetivo o ideal2. Expresar el valor asignadoSi bien todos los puntos se relacionan entre ellos, iremos una a una desglosándola para obtener una informada aplicación.

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Este punto es fundamental ya que esclarecerá los parámetros utilizados por el evaluador a la hora de construir el instrumento. Aquí también encontramos 3 aspectos fundamentales de considerar a la hora de realizar un juicio: • Recoger información pertinente: tener claridad en quien realiza la evaluación y las ideas

que se están recogiendo para ser evaluadas=objetivo

• Elaborar la información: Con que método e instrumento voy a evaluar; estádentro de la línea que evalúa eficientemente lo que yo quiero evaluar y cómo lo quieroevaluar.

• Apreciar el valor de la realidad evaluada: es necesario tener cuidado con estapunto, tomando en cuenta que es fácil simplificar la recopilación de información, aunqueno sea lo más óptimo. Recordemos construir conclusiones eficientes y correspondientes deacuerdo a lo que hemos evaluado evitando simplificar; por el contrario, entre más aplicadasy cercanas a la realidad, más contextualizadas serán, haciéndole más sentido al evaluado,tal como lo vimos en la presentación anterior con los beneficios que puede traer una buenaentrega de resultados.

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Con todo lo anterior en mente, podemos emitir nuestro juicio informado. Sin embargo, también debemos cuidar de cómo lo hacemos y qué pretendemos con esta información. Los resultados no pueden ser el final, si no el comienzo de discusiones teóricas o aplicaciones cognitivas. Decirle a un estudiante cómo salió en su evaluación responderá a los objetivos de esa evaluación, si son los resultados de una sumatoria de evaluaciones que no son los esperados, entonces al informarle al estudiante en qué parte del proceso de aprendizaje está, además de analizar cómo podrá el llegar a un nivel más avanzado, o sea discutir como hacemos que de A llegue a B sabiendo que las estrategias planteadas o las evaluaciones realizadas, no reflejan ese avance. Si por el contrario, el estudiante logra el objetivo esperado, cómo construyó el aprendizaje y qué estrategias colaboraron de manera que el pudiera obtener esos resultados. Este proceso, rico en conocimientos y análisis le servirá al estudiante y al profesor, ya que para ambos representa la base para continuar el proceso de aprendizaje y enseñanza en sus respectivos papeles. Es necesario, además, evitar la reducción de estos resultados al presentarlos de manera poco adecuada o a personas que no corresponde, ya que generalmente eso lleva a una mala interpretación. Si a un estudiante le va mal en una prueba y el padre se entera sin saber de las otras evaluaciones, o de si ese día estaba enfermo o no, estamos haciendo lo mismo que antes mencionábamos, presentando sólo una fotografía de un proceso tan complejo como una película, animación o cortometraje dependiendo de la complejidad de lo que queremos evaluar (siguiendo la analogía fílmica).

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Ahora, ¿cómo traducimos toda estas etapas y preguntas?. Teniendo en

cuenta todo lo que conlleva la evaluación y lo compleja que es. En

primer lugar, debemos considerar que la evaluación es parte de un

proceso, el cual incluye, de manera fundamental, al profesor y que

varía desde cosas sencillas como un contenido o algo más complejo

como una habilidad, llegando a una competencia. Por otro lado, es

necesario considerar que existen distintos tipos de aprendizaje y por

ende, distintos estilos de evaluación. Si una persona no habla, no

podemos evaluarla pidiéndole que verbalice su respuesta, ya que los

resultados de esas evaluaciones no serían realmente representativos

de lo que la persona sabe con respecto a ese contenido o habilidad.

Esto debemos considerarlo y aplicarlo a nuestros estudiantes; tal vez

sus habilidades no sean tan evidentes, pero, es imperante que

identifiquemos estrategias de aprendizaje y tendencias educativas,

para así guiarlo de mejor manera en su proceso de construcción de

aprendizaje.

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Para ello, debemos tener en cuenta que nuestros estudiantes son diferentes, con diferente contexto y particularidades, que los hacen únicos, tal como se menciono en la unidad nº 1. Si bien no podemos hacernos cargo de las particularidades de cada uno, sí debemos hacerlo de las necesidades educativas que presenta cada uno. Para ello es necesario diversificar la evaluación, utilizando distintas y variadas herramientas que puedan realmente demostrar y representar lo que sus estudiantes saben. ¿Significa esto que necesitaremos pasar horas y horas realizando evaluaciones complejas? NO, significa que una pauta de observación, un trabajo en equipo, un proyecto en conjunto son herramientas útiles y viables para determinar cómo va el proceso educativo del estudiante, que pueden responder a distintas necesidades de los estudiantes, reflejando de manera más global cómo se encuentra en el proceso de aprendizaje. Si bien las pruebas son necesarias a nivel de políticas públicas y pruebas estandarizadas, las competencias y habilidades necesarias para desarrollar ese tipo de evaluaciones se pueden generar no “entrenando” o memorizando, si no que construyendo a partir de conocimientos previos y distintos métodos de aplicación que ya veremos en la siguiente unidad con las estrategias . Pero así mismo, es necesario que para evaluar la construcción de aprendizajes consideremos que vaya de la mano con los objetivos (visto en la unidad nº 2).

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Con estos aspecto en mente volvamos a las interrogantes. Si bien nos quedan sólo 3, antes de responderla será necesario que navegar un poco en la estructura y los parámetros básicos que consideraremos para verificar que la construcción de nuestra evaluación sea de calidad.

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Así comenzaremos respondiendo a la pregunta: ¿Cómo verificamos que nuestra evaluación sea de calidad? Foster y Rojas-Barahona (2008) nos presentan algunos aspectos para comprobar si nuestra evaluación cumple o no con los criterios necesarios. De acuerdo a lo planteado por ellos, es necesario considerar la Validez, Confiabilidad y la Objetividad como ejes fundamentales. Así, también los incluiremos dentro del camino que estamos recorriendo para elaborar una evaluación de calidad. Comenzaremos con la Validez.

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Alguno de ustedes puede pensar en el significado común de la palabra validez, en el cual se mide si el instrumento realmente evalúa lo que dice estar midiendo. Sin embargo, esa definición se aplica de manera más general a las mediciones de gran escala, donde tenemos tendencias de estándares, en cambio en la sala, se pretende que todos aprueben y les vaya bien, no que tengamos una distribución normal (como la campana de gauss) en donde algunos pasen, otros no y la mayoría esté en el medio. Entonces, ¿cómo definimos esta validez? Como una “correspondencia entre contenido/habilidad que evalúa el instrumento” (Foster, Rojas-Barahona, 2008, p.290) y además en el cual “se debe seleccionar una muestra pertinente y representativa del universo de contenidos cubierto por un curso, una clase, o un conjunto de ellas” (Foster, Rojas-Barahona, 2008, p.290), si bien es similar a la de gran escala, varían en aspectos tales como que a gran escala el foco es general, y en el caso de la sala es particular a cada estudiante y que en el primero no influye el contexto, a diferencia de las sala donde el estudiante necesita conocimientos previos y dependerá del contexto su respuesta. Por otro lado, esta misma validez es dividida en 3 subtemas aplicables a la sala: la validez del contenido, la validez instruccional y la validez consecuencial.

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Comencemos por la validez de contenido. Aquí se enfoca a ver qué tan pertinente es el contenido seleccionado con respecto a la evaluación. Para asegurarse de la calidad se sugiere elaborar una tabla de especificaciones del instrumento, incluyendo objetivo, indicador, etc. y por otro lado, compartir la evaluación previamente con otros profesionales para pedirles su opinión profesional, ya que se pueden haber obviado elementos importantes.

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Continuemos con la validez instruccional, donde apunta a verificar si la o el instructor realizó una labor eficiente al elaborar el instrumento.Para esto se recomienda velar por que las situaciones de evaluación correspondan a las realizadas en clases. Muchas veces en la sala se dan dinámicas que no se dan en otros cursos, abordando temas o perspectivas diferentes, es bueno llevar un registro de esto, para que al momento de realizar la evaluación podamos ser más específicos a cada grupo. Por otro lado, es importante realizar evaluaciones de la misma manera que se ha hecho en clases, si he realizado sólo dinámicas de grupo, ese es el aprendizaje que he generado por lo que no puedo evaluar con una prueba escrita de respuesta cerrada. Una última sugerencia en este ámbito recae en el cuidar el lenguaje con el que elaboramos todas las evaluaciones, ya que si utilizamos palabras diferentes, aunque sean sinónimos puede que el estudiante, al no conocer estas palabras en este contexto no entienda lo que se le esta preguntando.

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Finalmente necesitamos tener en cuenta la validez consecuencial; ésta tiene referencia con la relación que existe entre la información que se recoge y los fines para los cuales será usada. Es bueno establecer una relación clara entre estos eventos, para que cada evaluación tenga un claro objetivo y sea utilizada con esos fines, construyendo al desarrollo del aprendizaje.

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Continuando con lo planteado por Foster y Rojas-Barahona (2008) el segundo aspecto es la confiabilidad. Esto tiene que ver con la estabilidad y consistencia del instrumento. En otras palabras, ¿si repetimos la evaluación en condiciones similares, tendrá los mismos resultados?

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Para velar por una confiabilidad mayor se recomienda aplicar distintas mediciones; entre más tipos de evaluaciones se realicen para medir lo mismo, mayor será la confiabilidad de los resultados, tal como se había mencionado con anterioridad. La segunda sugerencia es cuidar que cada ítem este claro; esto se puede comprobar también pidiendo la opinión de alguien más; a veces no es necesario que sea colega, ya que mientras más claro esté, todos deberían entenderlo. La tercera sugerencia hace referencia a cuidar el espacio en que se aplica el instrumento; si bien muchas veces no podemos controlar ruidos y otras situaciones, sería importante que también consideremos esos problemas a la hora de determinar el tipo de evaluación que vamos a realizar, ya que como mencionamos con anterioridad, no es necesario que sean sólo pruebas estructuradas de selección múltiple o preguntas de memoria. Finalmente, se debe ser objetivo en la corrección, tal como deben saber éste es un fundamento ético que en ningún momento debe ser transgredido de lo contrario le quita seriedad y profesionalismo al proceso educativo.

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Finalmente, tenemos la objetividad, que hace referencia a la imparcialidad de la evaluación. Si bien es una tarea muy difícil, ya que está cargada de subjetividad al ser corregida y elaborada por la misma persona, es necesario que nos mantengamos al margen y tratemos de ser lo más objetivos y lejanos a la situación. Si el instrumento está bien construido, arrojará los resultados reales, y la objetividad no debería empañar tal trabajo.

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Para ayudar en esta objetividad se sugiere tener normas claras desde un comienzo, qué y para qué se va a evaluar, dar a conocer los criterios de evaluación, elaborar pautas de respuestas claras para aumentar la transparencia en el proceso y establecer claros criterios de asignación de puntaje previos a la evaluación. Todos estos aspectos ayudarán a que su labor sea transparente, eficiente y evitarse reclamos innecesarios, ya que si los estudiantes cuentan con toda la información, y tienen malos resultados, los errores que han cometido los estudiantes debiesen quedar claros, tanto para los estudiantes como para el o la profesora.

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Antes de continuar realicemos una actividad, para que podamos analizar lo que hemos visto. Para esto realizaremos la actividad 3.

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