especial la historia entre las manos

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MIÉRCOLES 11 DE OCTUBRE DE 2017 ESPECIAL 02 juventud rebelde DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANA Fundado por Fidel el 21 de octubre de 1965 DIRECTORA: Yailin Orta Rivera SUBDIRECTORES EDITORIALES: Herminio Camacho Eiranova, Ricardo Ronquillo Bello y Yoerky Sánchez Cuellar SUBDIRECTOR DE DESARROLLO: Yurisander Guevara Zaila SUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO: Edelmis Cruz Hernández REDACCIÓN: Territorial y General Suárez, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba. APARTADO: 6344 ZONA POSTAL: La Habana 6 CP: 10600 PIZARRA: 7882-0155, 7882-0346, 7882-0789 TELÉFONO ATENCIÓN A LECTORES: 7881-8265 CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] ISSN: 0864-1412 INTERNET: www.juventudrebelde.cu @JuventudRebelde Periódico Juventud Rebelde Juventud Rebelde Impreso en la Empresa de Periódicos UEB Gráfica de La Habana por ODALIS RIQUENES CUTIÑO [email protected] fotos MIGUEL RUBIERA JUSTIZ/ACN OTRA vez se sintió repicar la campana de La Demajagua y el amanecer fue más solemne que de costumbre en ese altar de la Patria que es el cementerio Santa Ifigenia. Una brisa tenue mecía las palmas. Flameaba alto la enseña tricolor y emo- ciones diversas se levantaban junto al sol del Oriente. Este 10 de octubre, en nombre de toda Cuba, la máxima dirección del país, encabezada por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y orientales de diversas edades y profe- siones izaron en Santiago el alma de la Patria. A 149 años, se evocaron el día y la hora exactos en que Carlos Manuel de Céspedes se alzó sobre la historia para dar inicio a la Revolución que hoy conti- nuamos. Consecuente con una idea hermosa, los panteones de los padres funda- dores de la nación fueron trasladados al área patrimonial central de la necró- polis, junto a Martí y Fidel, marcando, como explicaría el prestigioso inte- lectual Eusebio Leal Spengler, miembro del Comité Central del PCC, «un discur- so comprensible para todos, al mismo tiempo que sientamos las bases para la enseñanza de la historia y el sentimien- to patriótico y nacional». Por eso el homenaje se inició antes que el sol se levantara en el horizonte. Ofrendas florales a nombre del Presi- dente cubano y de nuestro pueblo fue- ron colocadas ante los osarios de Cés- pedes y Mariana, en el edificio adminis- trativo del cementerio donde, primero, integrantes de la Unidad de Ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y luego dirigentes del país, les realizaron guardias de honor. Después fue como si de nuevo cabal- garan los mambises, se alzara la voz del Padre de la Patria liberando a sus escla- vos y se viera a Mariana una y otra vez curando heridos e instándolos a volver al combate. De manos de integrantes de la Uni- dad de Ceremonias llegaron los restos venerados hasta las manos del Presi- dente cubano, que los esperaba ante el Monumento a Céspedes, y a las de la secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle Boué, en la tumba de la Madre de la Patria. Una ofrenda floral a nombre del pue- blo de Cuba fue depositada entonces ante la llama eterna, resumen de la veneración hacia todos los caídos y 21 salvas de artillería surcaron el aire como saludo de la nación. Bajo los acordes de la Elegía a José Martí , compuesta por el Comandante Juan Almeida Bosque, la guardia de ho- nor que cotidianamente venera a nues- tros próceres en el camposanto santia- guero, inauguraba una nueva rutina y se extendía hasta las tumbas de Céspedes y Mariana. La Revolución Cubana es una sola, enfatizaba minutos después Eusebio Leal, al tiempo que abundaba en el ges- to osado e íntegro de Céspedes y en la entrega de Mariana, Madre de todos los cubanos. Al concluir la ceremonia, flores blan- cas de manos de la presidencia llegaron además, hasta los sepulcros de Martí, Fidel y los mártires del Moncada. El día se hizo entonces al tributo de los santiagueros, en representación de todos los cubanos. Se sintió el paso fir- me y desenfadado de los estudiantes de la mambisa Universidad de Oriente, justo en el día de su cumpleaños 70. Retando a un sol a ratos tímido, otras intenso, se vio pasar al combatiente que ayudó a forjar la Patria, de la mano del nieto curioso de las hazañas de los hé- roes; anduvieron constructores e histo- riadores, médicos y estudiantes, en río interminable hasta las seis de la tarde, convencidos de que en el pasado glorio- so está la raíz del porvenir. Orgulloso, con la historia entre sus manos, anduvo una vez más el indómito Santiago. En el aire quedó la certeza y el juramento: hay futuro y continuidad. La historia entre las manos Este 10 de octubre, en nombre de toda Cuba, la máxima dirección del país, encabezada por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y orientales de diversas edades y profesiones izaron en Santiago el alma de la Patria Cementerio Santa Ifigenia: altar de la Patria. Monumento a Céspedes. Tumba de Mariana Grajales, Madre de todos los cubanos. Los santiagueros rindieron tributo en representación de toda Cuba.

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Page 1: ESPECIAL La historia entre las manos

MIÉRCOLES 11 DE OCTUBRE DE 2017ESPECIAL02 juventud rebelde

DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANAFundado por Fidel el 21 de octubre de 1965

DIRECTORA: Yailin Orta RiveraSUBDIRECTORES EDITORIALES: Herminio Camacho Eiranova,Ricardo Ronquillo Bello y Yoerky Sánchez CuellarSUBDIRECTOR DE DESARROLLO: Yurisander Guevara ZailaSUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO: Edelmis Cruz Hernández

REDACCIÓN: Territorial y General Suárez, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba. APARTADO: 6344 ZONA POSTAL: La Habana 6CP: 10600

PIZARRA: 7882-0155, 7882-0346, 7882-0789TELÉFONO ATENCIÓN A LECTORES: 7881-8265CORREO ELECTRÓNICO: [email protected]: 0864-1412

INTERNET: www.juventudrebelde.cu

@JuventudRebelde

Periódico Juventud Rebelde

Juventud RebeldeImpreso en la Empresa de Periódicos UEB Gráfica de La Habana

por OODDAALLIISS RRIIQQUUEENNEESS CCUUTTIIÑÑ[email protected] MMIIGGUUEELL RRUUBBIIEERRAA JJUUSSTTIIZZ//AACCNN

OTRA vez se sintió repicar la campanade La Demajagua y el amanecer fue mássolemne que de costumbre en ese altarde la Patria que es el cementerio SantaIfigenia.

Una brisa tenue mecía las palmas.Flameaba alto la enseña tricolor y emo-ciones diversas se levantaban junto alsol del Oriente.

Este 10 de octubre, en nombre detoda Cuba, la máxima dirección del país,encabezada por el Presidente de losConsejos de Estado y de Ministros,General de Ejército Raúl Castro Ruz, yorientales de diversas edades y profe-siones izaron en Santiago el alma de laPatria.

A 149 años, se evocaron el día y lahora exactos en que Carlos Manuel deCéspedes se alzó sobre la historia paradar inicio a la Revolución que hoy conti-nuamos.

Consecuente con una idea hermosa,los panteones de los padres funda-dores de la nación fueron trasladados alárea patrimonial central de la necró-polis, junto a Martí y Fidel, marcando,como explicaría el prestigioso inte-lectual Eusebio Leal Spengler, miembrodel Comité Central del PCC, «un discur-so comprensible para todos, al mismotiempo que sientamos las bases para laenseñanza de la historia y el sentimien-to patriótico y nacional».

Por eso el homenaje se inició antesque el sol se levantara en el horizonte.Ofrendas florales a nombre del Presi-dente cubano y de nuestro pueblo fue-ron colocadas ante los osarios de Cés-pedes y Mariana, en el edificio adminis-trativo del cementerio donde, primero,integrantes de la Unidad de Ceremoniasde las Fuerzas Armadas Revolucionarias,y luego dirigentes del país, les realizaronguardias de honor.

Después fue como si de nuevo cabal-garan los mambises, se alzara la voz delPadre de la Patria liberando a sus escla-vos y se viera a Mariana una y otra vezcurando heridos e instándolos a volver alcombate.

De manos de integrantes de la Uni-dad de Ceremonias llegaron los restosvenerados hasta las manos del Presi-dente cubano, que los esperaba ante elMonumento a Céspedes, y a las de lasecretaria general de la Federación deMujeres Cubanas, Teresa AmarelleBoué, en la tumba de la Madre de laPatria.

Una ofrenda floral a nombre del pue-blo de Cuba fue depositada entonces

ante la llama eterna, resumen de laveneración hacia todos los caídos y 21salvas de artillería surcaron el aire comosaludo de la nación.

Bajo los acordes de la Elegía a JoséMartí, compuesta por el ComandanteJuan Almeida Bosque, la guardia de ho-nor que cotidianamente venera a nues-tros próceres en el camposanto santia-guero, inauguraba una nueva rutina y seextendía hasta las tumbas de Céspedesy Mariana.

La Revolución Cubana es una sola,enfatizaba minutos después EusebioLeal, al tiempo que abundaba en el ges-to osado e íntegro de Céspedes y en laentrega de Mariana, Madre de todos loscubanos.

Al concluir la ceremonia, flores blan-cas de manos de la presidencia llegaronademás, hasta los sepulcros de Martí,Fidel y los mártires del Moncada.

El día se hizo entonces al tributo delos santiagueros, en representación detodos los cubanos. Se sintió el paso fir-me y desenfadado de los estudiantesde la mambisa Universidad de Oriente,justo en el día de su cumpleaños 70.

Retando a un sol a ratos tímido, otrasintenso, se vio pasar al combatiente queayudó a forjar la Patria, de la mano delnieto curioso de las hazañas de los hé-roes; anduvieron constructores e histo-riadores, médicos y estudiantes, en ríointerminable hasta las seis de la tarde,convencidos de que en el pasado glorio-so está la raíz del porvenir.

Orgulloso, con la historia entre susmanos, anduvo una vez más el indómitoSantiago. En el aire quedó la certeza y eljuramento: hay futuro y continuidad.

La historia entre las manosEste 10 de octubre, en nombre de toda Cuba, la máxima dirección del país, encabezada por

el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl CastroRuz, y orientales de diversas edades y profesiones izaron en Santiago el alma de la Patria

Cementerio Santa Ifigenia: altar de la Patria. Monumento a Céspedes.

Tumba de Mariana Grajales, Madre de todos los cubanos.

Los santiagueros rindieron tributo en representación de toda Cuba.

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ESPECIALMIÉRCOLES 11 DE OCTUBRE DE 2017 03juventud rebelde

Discurso de Eusebio Leal Spengler,miembro del Comité Central del PartidoComunista de Cuba, en el acto políticoy ceremonia militar de inhumación delos restos de Carlos Manuel de Céspe-des y Mariana Grajales, en el cemente-rio Santa Ifigenia, Santiago de Cuba, el10 de octubre de 2017, “Año 59 de laRevolución”.

(Versiones Taquigráficas – Consejo deEstado)

General Presidente,Santiagueros,Orientales,Cubanos todos:Asistimos a un acto, por su naturale-

za, trascendental; un acontecimiento delos que suelen ocurrir o podemos pre-senciar una vez en nuestras vidas. Qui-zás hemos tenido el extraño privilegio deasistir en dos oportunidades a ceremo-nias de grandes significaciones paraCuba, para nuestra América y tambiénpara el mundo.

Hoy, 10 de octubre, cuando apenasse desdibujaban en el cielo las nubes dela noche y se levantaba el sol por eloriente, teniendo como retablo de estecamposanto de recordación las monta-ñas de la Sierra, evocamos el día y lahora en que el Padre de la Patria dio ini-cio al magno movimiento, a la única ysola Revolución que ha existido en nues-tra tierra, la que él comenzó y la que hoycontinuamos.

Para poder comprender la magnituddel acto tendríamos que explicar antesque el cementerio ha sufrido una her-mosa y bella remodelación, y lo queentonces surgió de la voluntad pública,los distintos mausoleos y panteones delos mártires y héroes de la patria, ellos yellas, han sido hoy colocados en lugarpreferente, marcando, como si fuera eldedo de la historia, un discurso com-prensible para todos, al mismo tiempoque sentamos las bases para la ense-ñanza de la historia y del sentimientopatriótico y nacional. Y es que el culto ala historia y el culto a las mujeres y a loshombres ilustres es el oficio y el deberdel Estado, y es el nuestro como ciuda-danos de un país libre.

Céspedes nació en San Salvador deBayamo el 18 de abril de 1819, en elseno de una familia opulenta. Su raízestaba allá en una pequeña y noble loca-lidad cerca de Sevilla: Carrión de losCéspedes. De ahí una gran parte deellos partieron a Cuba, primero a PuertoPríncipe, el Camagüey, y luego se asen-taron en Bayamo. Fue parte de esa pirá-mide que, formando el poder real de latierra, desarrolló aquella latitud de Cubay la llegó a convertir en el centro de unepisodio tan importante como el que hoyrecordamos, el Oriente de Cuba.

Cursó sus estudios en el seno de losmonasterios que existían entonces e

impartían clases, de Santo Domingo ySan Francisco, en Bayamo, y más tardeen La Habana, en el Real Colegio Semi-nario, también abierto entonces a la for-mación de hombres para el siglo, y en laReal Universidad. Su vocación fue estu-diar leyes, el contacto con la tierra, elejercicio continuo de su físico. Pequeñode estatura, fuerte e inquieto de carácter,lo cual le llevó rápidamente a tener avi-dez por el conocimiento, la cultura uni-versal, las lenguas antiguas y modernas,el conocimiento de los clásicos de la lite-ratura, de la filosofía y del pensamiento.Con esta preparación partió a Europa yse formó en la Universidad de Barcelona,donde recibió su licenciatura en Dere-cho, y posteriormente haría un recorridoque lo llevó hasta Constantinopla, reco-rriendo una parte de aquella Europa quetanto impresionó a su talento y a su inge-nio inquieto, sobre todo, porque habíaocurrido la gran revolución de 1848.

Ya esta última, con otras característi-cas de aquella otra a la cual Simón Bolí-var consideraba el acontecimiento másgrande de todos los tiempos, la granRevolución Francesa, que partió la histo-ria en dos: antes y después. Su eco enla América y en el Oriente fue la revolu-ción haitiana. El pueblo haitiano realizóuna epopeya notable, y esa gran revolu-ción haitiana se expresó sobre Cuba yparticularmente sobre Santiago; sirvióde acicate a la inquietud de una miríadade esclavos en toda la isla, e iluminó losprimeros movimientos encabezados poraquellos, y muchos fueron los que sufrie-ron el martirio y la persecución porseguir las ideas de liberación que Haitíhabía proyectado sobre el mundo ameri-cano: la primera república en esta latituddel mundo.

De regreso a su tierra, lógicamente, contan amplia experiencia, se sintió inconformecon el estado de las cosas, participó de las

ideas más avanzadas de lo que se lla-maba entonces el pensamiento liberal, yde esta manera,en la medida en que esepensamiento iba siendo radicalizado,iban tomándose contra él sucesivas re-presalias. Enviado a Baracoa, enviado aManzanillo en destierro interior, retenidoen Santiago a bordo de las ruinas del na-vío del Rey soberano que había combati-do en Trafalgar y era ahora una cárcel polí-tica, y finalmente, en la conspiración que,vertebrándose ya en el centro y en eloriente de Cuba, les llevó a la ciudad deLas Tunas, a un pequeño sitio, a una fin-ca discreta llamada San Miguel del Rom-pe, donde se reunieron en la convención,llamada en lenguaje masónico la Con-vención de Tirsán. En ella apareció suliderazgo nítidamente. Mientras que otrospropugnaban por esperar una nuevazafra, reunidos allí hacendados cuyo de-sarrollo en las ideas políticas y revolucio-narias los llevaba como clase al borde delprecipicio, él proclama la necesidad delevantarse. Y también había llegado a unaconclusión: no debíamos esperar másesfuerzo que el nuestro. ¡Las armas lastienen ellos!, exclamaría en otra ocasión.

De esa manera, apurados los aconte-cimientos, ante la inminencia del descu-brimiento de la conspiración, o quizásanticipándose voluntariamente por el sig-nificado de la fecha,decidió,en la madru-gada del 10 de Octubre, reunir allí a losque en Demajagua, su ingenio cerca deManzanillo, a la vista del golfo de Guaca-nayabo y ante el impresionable retablode la Sierra, le escucharon pronunciar suhistórico llamado al pueblo cubano, a lanación y al mundo, ofreciendo con la li-bertad de Cuba una mano generosa atodos los pueblos y hombres de la Tierra,al mismo tiempo que proclamaba, en unpaís donde faltarían tantos años para laabolición de la esclavitud, la libertad delos suyos propios, desentendiéndose

El culto a la historia y el culto a las mujeres y a los hombres ilustres es el oficio

y el deber del Estado, y es el nuestro comociudadanos de un país libre

del pasado, haciendo un rompimientocon sus posesiones territoriales, con suposición privilegiada, con su condiciónde amo y señor, para transformarse enlibertador.

El 10 de octubre fue el comienzo, yunas horas después en Yara, lanzado elguante al rostro del adversario, la causatomó el nombre de aquel sitio y se le lla-mó entonces Grito de Yara.

El 20 de octubre estaban sobre Baya-mo. Capitulada la ciudad que fue sucuna, se establece allí la primera capitalde la revolución y el primer ayuntamien-to libre, en el cual participan, a piel deigualdad, cubanos, españoles honora-bles y también negros libres. De esa ma-nera va a hacerse la composición socialque él quiere, lo que él tan inmensa-mente desea.

Bayamo no fue sostenible. Poco des-pués, y apresurando como en una filma-ción la historia, deben abandonarla anteel avance de las columnas militaresespañolas. La decisión de dar fuego a laciudad comienza con sus bienes propiosy con los de los otros que se dispusierona hacerlo.

El fuego de Bayamo, percibido en elhorizonte por el Conde de Valmaseda,daa él el recuerdo de la voluntad numanti-na del pueblo cubano: ¡Libres sí, escla-vos no; independientes sí, sujetos no!

Había nacido, con aquella desobe-diencia política, un movimiento revolu-cionario, y al incendio sucedió el éxodo.Había nacido el Ejército Libertador.

El ejército había probado sus armas y,al pie de las gradas de la iglesia de Baya-mo, Pedro Figueredo, su compañero deinfancia, general también de la revolu-ción, dio letra al himno que poco anteshabía compuesto, absolutamente per-meado por la letra y los acordes del mássubversivo que recorría entonces la tie-rra: La Marsellesa.

De esa manera avanzó la revoluciónhasta llegar a la consolidación de la ideacon el levantamiento del Camagüey y deLas Villas. Y con representación de estostres territorios se reúnen en la ciudad deGuáimaro, donde la Asamblea Constitu-yente lo elige primer Presidente de laRepública de Cuba en Armas.

Todos cedieron, es la verdad, pero élcedió más: era del criterio de que la revo-lución debía ser sostenida con unamano firme y que era más importanteuna victoria que un discurso político, queera más importante avanzar y triunfarque cientos de miles de hombres enOriente, si no éramos capaces de avan-zar hacia los confines de Cuba.

Sabía perfectamente que a partir deese momento quedaba sujeto adminis-trativamente a la Cámara de Represen-tantes y que ella podía sancionar suspropias determinaciones.

De esta manera, el hombre del 10 deOctubre, tal y como lo considera José

Foto: Estudios Revolución

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MIÉRCOLES 11 DE OCTUBRE DE 2017ESPECIAL04 juventud rebelde

Martí en su brillante análisis de las per-sonalidades de Céspedes y Agramonte,enfrentará serenamente su destino, undestino que llevó a aquel gobierno pere-grino a andar por los montes, mientrasque el ejército combatía en los distintospuntos de los frentes abiertos por unadversario temible, un adversario quedefendería como un tigre a su últimocachorro.

Todo siguió así, hasta que el 27 deoctubre las contradicciones estallaron,era el año 1873. Antes, el 11 de mayo,una noticia le había sorprendido y le habíadescorazonado. Con la muerte de IgnacioAgramonte en Jimaguayú, se derrumbabael Sucre de esta historia, el que podíacontinuarlo con un avanzado pensamien-to civil, moral y alta competencia militar.La muerte de Agramonte descabeza lacontinuidad, y de esa forma se preparaCéspedes para su propio destino.

El 27 de octubre de 1873 es depues-to en un lugar llamado Bijagual, un sitioque hoy está cubierto por las aguas deuna presa realizada por la RevoluciónCubana, una presa que lleva su nombre,como si las aguas de aquel inmensolago pudiesen borrar el agravio que sig-nificó para Cuba no la pérdida de un pre-sidente, sino el descabezamiento de unlíder; la caja de Pandora se había abier-to, la desunión finalmente los perdería.

Peregrino detrás de la Cámara, vivien-do ya en absoluta pobreza, despojadode todo bien material, algunos que leven en aquellos días finales de su vidalo consideran un anciano.

El “viejo Presidente” sube con susropas raídas el camino del monte y llegafinalmente a San Lorenzo, no lejos deaquí, al final, entre aquellas montañas(Señala), está el sitio. Una traición llevóhasta aquel lugar a los que le perseguíany buscaban en él la prenda preciosa,pues jamás habría podido ser entregadovivo. “Seis balas tiene mi revólver, cincopara ellos y una para mí”. Allí, el 27 defebrero de 1874, a media mañana, sesintió la presencia del enemigo en losmontes. Poco pudo hacer el prefecto, nitampoco los que se encontraban en elsitio, ni su hijo que había salido a realizargestiones próximas. Pronto, cerca de lacharca donde solía bañarse todas lasmañanas, su caballo Telémaco, heridode muerte, cayó sobre aquel sitio. Pocodespués descargas y el sonido estentó-reo de un arma pequeña que disparabauna y otra vez, haciéndose distantes losdisparos hasta escucharse el último. Lefaltaban 51 días para cumplir 55 años.

Por la independencia de Cuba murie-ron más de 20 miembros de su familia.El primero, su amado hijo Oscar, sacrifi-cado por su negativa de entregarlo acambio de la deposición de sus ideas, ypor último el golpe mortal, poco antes yade su muerte, cuando se conoce de laaprehensión de los expedicionarios delVirginius, traídos a Santiago, recluidos enel Castillo del Morro, fusilados en lasparedes del matadero de esta ciudad, yentre ellos su hermano, el general PedroCéspedes, exgobernador de Oriente, ysu sobrino, hijo de Manuel de Quesada,hermano de Ana, su esposa querida.

El 25 de marzo aquí, en un día tor-mentoso del año 1879, cuando apenasse escuchaban los ecos de la Protestade Baraguá, algunos patriotas, incluyen-do dos exesclavos suyos y alguien quehabía marcado el sitio de la fosa común,abrieron el lugar y encontraron los restosinconfundibles. Uno de ellos exclamó, alver el cráneo levantado: “¡Es él!” Llevado

a un nicho anónimo, fue conservadohasta el día en que Cuba podía rendirleel tributo, y el tributo fue ofrecido por donEmilio Bacardí Moreau y por su esposadoña Elvira Cape, que tanto hicieron porSantiago de Cuba, al convocar una cues-tación pública para levantar el monumen-to que hoy, exaltado, ha sido colocado eneste sitio. Esto ocurrió en el año 1910.

Como Vidas paralelas de Plutarco, fuela historia de la gran mujer cuyos restoshan sido conducidos hoy también a sudigno sepulcro: Mariana Grajales Coello,nacida en julio de 1815, en el seno deuna familia de libres, hija de ascendien-tes dominicanos, viene al mundo enSantiago de Cuba. Su educación: la quele era permitida a las muchachas de suraza y de su condición social en aquellaetapa. Joven contrae matrimonio conFructuoso Regüeiferos y pronta fue suviudez; con sus hijos de esa unión y conlos de Marcos Maceo posteriormente,traerá 14 al mundo. De esos 14 hijosuna murió poco después y otro murió unpoco más tarde.

De esa manera,cuando se produce elalzamiento en Majaguabo, en San Luis,el 12 de octubre de 1868, en la finca denueve caballerías que tenía allí MarcosMaceo y su familia,Mariana se va a con-vertir en la protagonista principal de estaescena. Habiendo criado a sus hijos enel rigor de sus costumbres, en la fierezade sus tradiciones y el dominio que teníade la educación y del que debía impo-nerse a un grupo numeroso de jóvenesvarones, toma la trascendental decisiónde convocarlos a todos aquel día, des-pués de que un destacamento patrióticotocó a sus puertas pidiendo comida,armas y, desde luego, hombres. A esellamamiento saldrían tres de sus hijos,entre ellos el primogénito de su matri-monio con Marcos: José Antonio de laCaridad Maceo y Grajales. Se dice queallí —y así está en el hermoso monu-mento en La Habana a Antonio Maceo,en el altorrelieve que lo preside—, tomóde la pared de la sala un crucifijo y dijo atodos: “De rodillas todos, padres ehijos, delante de Cristo, que fue el pri-mer hombre liberal que vino al mun-do, juremos libertar la patria o morirpor ella”. Todos salieron a la lucha. El pri-mero en caer en ella fue su esposo Mar-cos, y cuentan, si no fue de las heridasinmediatamente, otros afirman que enun hospital sus últimas palabras fueron:“He cumplido con Mariana”.

De sus hijos, en esa gran contiendade 10 años, cuatro mueren en la lucha,además de su esposo, ya citado, y cuan-do vuelve la demanda, más allá de laProtesta, en lo que es llamada GuerraChiquita, tres de ellos están altamentecomprometidos,esperando la llegada deAntonio,entre ellos el joven Rafael y tam-bién, desde luego, José Marcelino. Sonapresados finalmente y, en altamar,incumpliendo lo pactado, trasladadosprisioneros y llevados a las cárceles mili-tares en el sur de España y finalmente alpresidio de Chafarinas, donde muereRafael, general de brigada del EjércitoLibertador. Ese fallecimiento le fue ocul-tado a ella para no agregar a sus tantossufrimientos uno más.

Después de la Protesta y de su salidade Cuba, vivirá en Kingston, Jamaica, ysu casa se convirtió, como en Costa Ricala de Antonio y sus compañeros, en uncentro de peregrinación de los cubanos.Allí la visita José Martí, por vez primeraen 1892. Confiesa que la vio dos vecesy que se impresionó por el carácter, la

bondad, el brillo refulgente de los ojos ycómo al contársele cosas de Cuba selevantaba del sillón y vagaba por el hogarrecordando los días de gloria, quizásrodeada de la memoria de todo lo queen esa lucha había perdido y por eldeseo fervoroso de que se volviera unavez más a luchar y a combatir.

En esa visita de Kingston, Martí haceuna hermosa semblanza de ella, sem-blanza que va a repetir luego de que seconozca su fallecimiento el 27 de no-viembre de 1893. Cuando deposita sim-bólicamente una corona a nombre dePatria, el periódico unitario que él habíafundado para su partido, para dirigir larevolución militar y política de Cuba, colo-ca en la cinta de la corona esta palabra:“Madre.” Y ese concepto y esa expre-sión de Madre es abarcadora. Ella tenía78 años, era el Alma Mater, el alma dela madre; era la Mater Patria, la Madrede la Patria.

En 1923 se promoverá el regreso desus restos a Cuba. Ya entonces quedabaen el pasado la última y gloriosa hazaña.Ella no vivió para ver la muerte de José nitampoco la muerte de Antonio, caído enel apogeo de su gloria a los 51 años enel occidente de Cuba, a las puertas deLa Habana, marcando en esa simbólicabalanza, entre el sepulcro de José Martí,—nacido en el corazón de La Habana,hijo de español y española—,y allá en LaHabana el sepulcro de Antonio Maceo,jamás encontrado, en el Cacahual, lugarde peregrinación de la gloria militar ycombativa, junto a los del hijo de MáximoGómez, Francisco Gómez Toro, su ayu-dante, sacrificado por no abandonar elcuerpo de su jefe y padrino.

De esta manera, cuando volvieron ala patria los hijos de Mariana, solo vol-vieron cuatro, tres varones y una hem-bra. Esa hembra, Dominga, será la quevaya en el buque de la república, Baire,a buscar sus restos en 1923, y son de-positados entonces en este cementeriode Santa Ifigenia, velados antes en elAyuntamiento de Santiago, en medio deuna gran solemnidad y de una multitudnunca antes vista.

Esta historia nos lleva directamente ala última piedra extraída de este sitio enque testigos graníticos evocan un cata-clismo de la naturaleza. Una piedra enor-me fue colocada,en aquel suceso inima-ginable, sobre lo alto de una prominenteelevación y otras muchas quedaron en elcampo. De ellas una fue escogida y fuecolocada en ese sitio, y en su interiorusted, General Presidente, depositó undía los restos de su amado hermano,líder y conductor de la Revolución Cuba-na, Fidel. En esa urna y en esa piedra degranito está la voluntad de este pueblode continuar esta historia.

Él dijo y afirmó categóricamente en sualegato, dicho cerca de aquí, en el hospi-tal convertido en sala de tribunal, queJosé Martí era el autor intelectual delasalto. Por eso allí, tras de él, en impre-sionante retablo, están los compañerosque se atrevieron a abrir la enorme bre-cha en aquel muro de una sociedad, alparecer, impenetrable. Fue su talento, suvoluntad de renunciar, como Céspedes, atodos los bienes temporales. No nacióprecisamente de una condición de pobre,necesitado y rencoroso de una sociedadmás altiva,no; nació en finca prominente,tuvo estudios distinguidos, tuvo a su veztodos los atributos del talento, la oratoria,la figura y, sin embargo, todo esto lo su-bordinó al ideal de continuar el camino delos padres de la Patria.

Esa piedra es la continuación de laúnica revolución en la que hemos vivido,la revolución iniciada por Céspedes el10 de octubre de 1868 y que continua-mos hoy, bajo su dirección (Señala aRaúl). Tres veces ha llevado usted laurna: la primera vez conteniendo lascenizas de su amada esposa Vilma, enel Segundo Frente, heroína de la Revolu-ción,autora intelectual de la unidad de lamujer cubana.

Usted, Teresita, al depositar hoy los deMariana, lleva en sus manos no solamen-te los restos de esa heroína, sino tambiénel espíritu de Vilma que fue su mentora.

Ya en 1965, en la escalinata de laUniversidad, ante especulaciones sobrelas razones de los próceres, Fidel afirmacategóricamente, en frases definitorias:“Nosotros entonces habríamos sidocomo ellos. Ellos hoy habrían sido comonosotros”. Esa conjunción dialéctica laexplicará luego en tres lecciones históri-cas magistrales: la primera, el 10 deoctubre de 1968 en Demajagua, en eselugar conmemora el primer centenariode la lucha por la independencia. Lasegunda, el 11 de mayo en Jimaguayú,en 1973,en que define la forma del aná-lisis histórico y da continuación perfectaa lo que es la perla más preciosa de suúltima y grande aspiración, la que tuvoCéspedes, la que tuvo Martí: la de la uni-dad nacional en torno a la idea. Y, final-mente, el gran discurso del 15 de marzode 1978, bajo los Mangos de Baraguá,donde jura continuar la obra de aquelTitán que a los 33 años sorprendió a suadversario por su juventud, por su apolí-nea figura y por su voluntad de servicio.

El próximo año se cumplirá el 150 ani-versario del 10 de Octubre; el próximoaño es de gran celebración para Cuba.El llamamiento de la Academia de la His-toria, del Instituto de Historia, de laUnión de Historiadores de Cuba, de losmaestros cubanos, es solemne en estedía: conmemorar dignamente cadaacontecimiento, desempolvar cada do-cumento,dar brillo al mármol de las tum-bas y de los mausoleos que, como enSanta Ifigenia, heroína del panteón grie-go y cristiano, aparezca al fondo un bos-que de banderas cubanas sobre la tum-ba de cada mártir, de cada heroína, decada héroe, que florezcan y crezcan laspalmas bellas de Cuba.

En este día tan hermoso agradece-mos a todos los que han cumplido y losque han trabajado abnegadamente día ynoche para que esta inolvidable mañanasea posible.

Y ahora detengámonos un momentoen la tumba del iniciador y veamos allí laescultura hermosa de Cuba que en subella figura levanta un laurel para exten-derlo al pie de su retrato: Padre, un díate trajeron a Santiago con ropas raídas,ensangrentado y desecho; eras joven,pero habías envejecido en el dolor, en elsufrimiento, en la ingratitud, pero jamáste abandonó la esperanza. Tú rechazas-te una vez, con palabras gentiles, a lasmujeres cubanas la ofrenda de la espa-da que hoy se ha colocado al lado de tuurna, pero dijiste a ellas que no queríaslegar a tus hijos ningún bien material,sino tus ideas, tu voluntad y que ella, laespada, sería una posesión futura de lanación libre. Esto se ha cumplido.

Cuando te trajeron desecho, tus zapa-tos estaban cosidos con alambre. Nadapodía identificar lo que latía en aquelcuerpo con los ojos grandes y abiertoscomo los del Che.

Muchas gracias (Aplausos).

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EESSPPEECCIIAALLjuventud rebelde 05MIÉRCOLES 11 DE OCTUBRE DE 2017

Tributo en nombre de Cuba agradecida

Este 10 de octubre, fecha gloriosa eirredenta en la historia patria, el país rindióhomenaje a cuatro pilares esenciales de su

devenir: Céspedes, Mariana, Martí y Fidel. ElGeneral de Ejército Raúl Castro Ruz,

Presidente de los Consejos de Estado y deMinistros, encabezó ese homenaje desde la

veneración

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Foto: Miguel Rubiera Jústiz/ACN

Page 5: ESPECIAL La historia entre las manos

Mariana, Madre Ceiba

por OODDAALLIISS RRIIQQUUEENNEESS CCUUTTIIÑÑ[email protected] DDAANNIIEELL HHOOUUDDAAYYEERR

SANTIAGO DE CUBA.— Una esculturaen bronce de 4,60 metros,obra del reco-nocido escultor Alberto Lescay Meren-cio, quedó emplazada este martes a uncostado de la tumba de Mariana Graja-les, coincidiendo con la ceremonia deinhumación de los restos de la heroína.

Fundida en bronce proveniente decasquillos de cañones de artillería de lasFuerzas Armadas Revolucionarias, la pie-za escultórica se ubica encima de unredondel con tierra traída especialmentedesde la finca Majaguabo, en el munici-pio santiaguero de San Luis, donde cre-cieron los Maceo-Grajales, y la circundaun sendero de piedras de la localidad dePalmarito de Cauto, lugar de andanza deAntonio y sus hermanos.

Lescay Merencio explicó que su obraintenta armonizar por la vía del contras-te con los monumentos cercanos como

el del Padre de la Patria, y deviene sim-biosis sinérgica con Martí, los mártires yhéroes del Moncada, los internacionalis-tas y Fidel.

El también Presidente de la fundaciónCaguayo para las Artes Monumentales yAplicadas detalló que trató de apresar laesencia de la Madre de los Maceo paradevolverla en imagen, y destacó la tras-cendencia de que figuras como Céspe-des y Mariana, a pesar de sus diferen-cias: un hombre culto, de formación uni-versitaria, él; una campesina iletradaella, coincidieran en la conclusión monu-mental de que lo más importante era laindependencia de Cuba.

«Fuimos a buscar tierra a la finca Ma-jaguabo, sitio que es como el Birán de lafamilia Maceo-Grajales, pues allí se edu-caron esos niños que luego se convirtie-ron en los hombres que hoy conocemos.

«No todo está hecho, tenemos quecontinuar, pero no fue en vano el sacrifi-cio, ese pasado legendario que simboli-za Mariana. Ojalá el arte escultórico

apoye este sentimiento,esta idea»,enfa-tizó finalmente el escultor.

Y como evidencia de que el ayer glo-rioso sigue alimentando el presente,unarepresentación de las nuevas generacio-nes de santiagueros, en simbólica de-mostración de continuidad, se sumó endías previos a los momentos finales delproyecto, esparciendo con sus manosnuevas la tierra traída desde Majaguaboy sembrando sobre ella rosas de losmás diversos colores.

Pioneros como Laiken, Darien y Clau-dia, estudiantes universitarios, dirigen-tes juveniles, noveles trabajadores y ladelegación santiaguera al 19no. FestivalMundial de la Juventud y los Estudian-tes, aquellos que siguiendo la exhorta-ción de Mariana se empinan hoy endefensa de la Revolución, acompañadospor la máxima dirección del Partido y elGobierno en la provincia, juntaron esfuer-zos en la hermosa faena una mañanasoleada, ratificando que hay un porvenirpara el ejemplo de los héroes.

Las nuevas generaciones de santiagueros, en demostración de continuidad, se sumaron al hermoso proyecto

EN una fosa común del patio G, en la hilera 1ra.,enmarcada con los números 2 y 3, en el cementerio deSanta Ifigenia, fue enterrado, sin penas ni glorias, elcadáver del Padre de la Patria el domingo 1ro. de agos-to de 1874, tras el ocaso de San Lorenzo.

Como trofeo del desigual combate en el que cayó elbayardo, las tropas del Batallón de San Quintín habíanllevado su cadáver hasta Santiago de Cuba, a bordo deuna embarcación en la que compartió espacio conpuercos, gallinas y sacos de carbón.

Sobre una ordinaria mesa de pino fue expuesto porunas horas en la Casa de la Intendencia, contigua alHospital Civil La Caridad, ubicado en El Tivolí, y al finalde la tarde conducido al cementerio en un carretón lla-mado La Lola. Sus restos se hubieran perdido en elolvido de no ser por el gesto de un grupo de patriotasque juraron preservar su secreto.

El 25 de mayo de 1879 aquel grupo de dignos cuba-nos, entre los cuales se encontraban dos exesclavossuyos, consecuentes con la palabra empeñada y a latenue luz de un farol, exhumaron los restos del héroede La Demajagua y celosamente guardados en un

cofre los trasladaron hasta el Patio B, el más antiguode la necrópolis, donde lo ubicaron en un lugar secretosin identificación alguna.

En 1898, emigrados cubanos masones residentesen Jamaica costearon una lápida de mármol para sercolocada en la tumba de Céspedes, lo que se mate-rializó el 16 de octubre de ese año.

En pleno período republicano, el Consejo de Gobier-no Provincial de Oriente aprobó construir un monu-mento al Padre de la Patria, que finalmente fue inau-gurado el 7 de diciembre de 1910.

Tras 36 años de oprobiosa omisión, los restos mor-tales de Céspedes fueron trasladados al edificio de go-bierno y venerados en capilla ardiente hasta ser ente-rrados en un mausoleo a su altura, un conjunto escul-tórico ecléctico confeccionado con mármol de Carrara,en el que recibió el tributo de los cubanos hasta ahora.

Este 10 de octubre el Padre de la Patria fue nueva-mente inhumado al ser trasladado su Mausoleo hastael área patrimonial central del cementerio Santa Ifige-nia. Allí descansa de cara al futuro junto a Martí, Fidely Mariana Grajales. ((OO..RR..CC..))

El cuarto entierro de Céspedes

Mausoleo anterior de Carlos Manuel de Céspedes. Foto:Archivo de JR

Rosas de los más diversos colores custodia-rán la escultura de la madre de todos los cu-banos.

Manos jóvenes esparcieron la tierra traída de Majaguabo.El escultor Alberto Lescay trató de apresar la esencia de Mariana Grajales.

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