escritores en serie

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Escritores en escena Pedro Mena Bermúdez A veces, sí, a veces uso corbata para parecer más escritor, no me basta la pluma ni el libro en mano, la Lap en la mochila y las gafas ligeramente gruesas y algo empañadas. He leído más solapas de libros que libros, más contraportadas de libros que libros; no lo hago por exigencia a la hora de pagarlos y decir que llevo en mano una obra señera o algo parecido. Busco, ante todo, la fotografía del escritor. Clavo la mirada en el atuendo de quien suscribe la obra. En cantidad considerable he visto que los escritores usan corbata. Claro, no todos lo hacen, algunos optan por un rostro histriónico, una melena desgarbada, las ojeras de una eterna rebeldía e inconformidad, el cigarrillo en la jeta, su timidez a plomo. Pero aquellos que usan corbata son los que llaman mi atención, los que capturan mi vista y alimentan mi fascinación. Este tipo de escritores me parecen funcionarios de un estado imaginario, catedráticos de una Sorbona instalada entre el escritorio y las nubes, digo esto sin ánimo de ofender, sin sarcasmo ni vituperio ornado de halago. Un escritor con corbata me parece que no es del todo escritor, que se anda por la vida ganándose el pan como vendedor, como litigante, como asesor de modas o de guarda espaldas. Es decir, este tipo de escritor no respira exclusivamente libros y cigarrillos. Se le ve en la calle calibrando su reloj de pulsera cuando toma el bus, el cual, en realidad, también es su estudio. Este tipo de escritor escribe en el bus, lee poco, fisgonea a la vecina, al cantautor en turno, se deja ver encorbatado al grado de ser invisible como escritor, no se anda con estilizaciones en su caligrafía ni duda de su ortografía pues la tiene bien calada por su otro oficio que no es el de ser escritor. Este tipo de escritor con corbata es lo opuesto al escritor solemne de entrañable mezclilla y playera, de barba incipiente y rostro hirsuto. Este tipo de escritor no se cree tan novelista o poeta, no termina colgado de su apartamento ni deja una obra tenebrosa para glosadores adictos al sufrimiento ajeno, a la comidilla de sus amoríos o los pleitos con el

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Ensayo creativo.Autor Pedro Mena Bermúdez

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  • Escritores en escena

    Pedro Mena Bermdez

    A veces, s, a veces uso corbata para parecer ms escritor, no me basta la pluma ni el

    libro en mano, la Lap en la mochila y las gafas ligeramente gruesas y algo empaadas.

    He ledo ms solapas de libros que libros, ms contraportadas de libros que libros; no

    lo hago por exigencia a la hora de pagarlos y decir que llevo en mano una obra seera o algo

    parecido. Busco, ante todo, la fotografa del escritor. Clavo la mirada en el atuendo de quien

    suscribe la obra. En cantidad considerable he visto que los escritores usan corbata. Claro, no

    todos lo hacen, algunos optan por un rostro histrinico, una melena desgarbada, las ojeras de

    una eterna rebelda e inconformidad, el cigarrillo en la jeta, su timidez a plomo. Pero aquellos

    que usan corbata son los que llaman mi atencin, los que capturan mi vista y alimentan mi

    fascinacin. Este tipo de escritores me parecen funcionarios de un estado imaginario,

    catedrticos de una Sorbona instalada entre el escritorio y las nubes, digo esto sin nimo de

    ofender, sin sarcasmo ni vituperio ornado de halago.

    Un escritor con corbata me parece que no es del todo escritor, que se anda por la vida

    ganndose el pan como vendedor, como litigante, como asesor de modas o de guarda espaldas.

    Es decir, este tipo de escritor no respira exclusivamente libros y cigarrillos. Se le ve en la calle

    calibrando su reloj de pulsera cuando toma el bus, el cual, en realidad, tambin es su estudio.

    Este tipo de escritor escribe en el bus, lee poco, fisgonea a la vecina, al cantautor en turno, se

    deja ver encorbatado al grado de ser invisible como escritor, no se anda con estilizaciones en

    su caligrafa ni duda de su ortografa pues la tiene bien calada por su otro oficio que no es el de

    ser escritor. Este tipo de escritor con corbata es lo opuesto al escritor solemne de entraable

    mezclilla y playera, de barba incipiente y rostro hirsuto. Este tipo de escritor no se cree tan

    novelista o poeta, no termina colgado de su apartamento ni deja una obra tenebrosa para

    glosadores adictos al sufrimiento ajeno, a la comidilla de sus amoros o los pleitos con el

  • traductor al serbocroata que malogro la obra de su periodo tardo. A este tipo de escritor le da

    por ser galn sin ostentar mtrica en sus cumplidos a la dama de no mal ver que toma aire por

    la ventana del bus. Este tipo de escritor bebe jugos naturales, rara vez padece la cruda, se

    ejercita en un jardn y va al gimnasio a tonificar su abdomen. Este tipo de escritor firma la obra

    que no es suya sin agravio de cometer plagio, goza los cheques que cobra.

    Su obra no es conocida, ni estudiada por millones a la vez. Son los que escriben todo

    aquello que no est destinado a ser objeto de culto por una crtica versada en escritores

    marginales o cumbres de tal o cual literatura. Vaya, yo conozco a pocos de stos. Son los que

    escriben sin miedo a ser tildados de arribistas o conservadores, de hijos de papi o mantenidos

    por el gobierno; usan corbata, impecable, ad hoc con una camisa sin arrugas. Este tipo de

    escritor slo es escritor en un momento dado, cuando acta como tal, cuando la cmara apunta

    a su mano y un director histrico le pide que sea menos fatuo en su papel.