escaramuza cuento

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Qu vamos a ver hoy?Hoy leeremos un episodio del libro La Comarca del Jazmn, se llama Escaramuza Militar. 1.- Qu te sugiere el ttulo Escaramuza Militar?

2.- En un enfrentamiento militar quines deberan ser los protagonistas?

3.- Antes de comenzar y para mejorar nuestro vocabulario buscaremos la palabra ESCARAMUZA, y la anotas en tu cuaderno

ESCARAMUZA MILITARExtracto Libro: La Comarca del Jazmn Autor: Oscar Castro Ziga Nacionalidad: Chileno

- Mam - Qu quieres, Juanito? - Dnde est mi pap? Por qu nunca viene a verme? -Te he dicho que a esta hora no me molestes, Juanito. Estoy muy ocupada. Mira, son cerca de las once y el almuerzo est todava sin hacer. Despus llegan tus hermanas y empiezan todos los apuros. Anda al patio a jugar. El nio sale, cabizbajo. Comprende oscuramente que algo le oculta su madre. Siempre pretexta cosas urgentes cuando l trata de esclarecer tan delicado punto. Es qu acaso Juanito no tendr pap? Pero todos los nios lo tienen. El padre de Too es un hombrecillo delgado, viejo, insignificante; Alfonso y Roberto son hijos del despachero de la esquina Podr uno nacer sin pap? Es posible, muy posible. Las lagartijas del huerto nacen solas: un da se encuentran palpitando sobre las tejas, surgidas sin saber de dnde.

Tambin existen las golondrinas y los gorriones. Las golondrinas se forman del viento. Y los gorriones nacen de un ramo de cascabeles. Pero sos son pjaros. Y l es Juanito. Bueno, no importa. El es hijo de un prncipe que ahora anda por tierras lejanas, dirigiendo sus ejrcitos. Marcha delante de todos, con una bandera azul y verde que colea como un pez en el viento. El prncipe ya ha conquistado muchos reinos. Cuando termine de combatir retornar a buscarlo. Se llevar tambin a su madre y vivirn en un palacio con grandes alfombras y araas de cristal en el techo. A Juanito le permitirn trepar al trono su padre debe tener un trono hecho de diamantes- y all se pondr una corona chiquita y azul como un lirio. Su madre est obligada a guardar silencio acerca de todo esto. Piensan darle una gran sorpresa. Pero no lo hallarn desprevenido, vaya que no! Sin embargo, l fingir asombro enorme, nada ms que para complacer a su madre

Juanito sabe muchas cosas. Finge, por ejemplo, no darse cuenta de que es su madre la que coloca los regalos en sus zapatitos la noche de Pascua. Y l la ha visto, aparentando dormir. Se re al recordar aquella vez que se levant para revisar los regalos. Haba una corneta amarilla con un cordn tricolor. l la hizo tocar, despacito, en la soledad de su pieza. Y nadie se dio cuenta. Toda esa noche durmi sobresaltado, espiando la llegada del alba. Qu larga, qu larga fue aquella noche! Cuando ya cantaban las diucas, l se durmi. Y vino a despertar muy tarde, cuando el sol invada el mundo. Pero en qu estaba pensando? Ah, su padre! Su padre era navegante. Sali cierta vez de su patria en un barco enorme con velas rojas. Su padre tena una espada de oro al cinto. Estaba de pie en cubierta, mirando el ocano inmenso que se alargaba claro hasta el fin. El, Juanito, iba oculto entre unas cajas de conserva y slo vino a salir a cubierta cuando el barco estaba en alta mar. Su padre se enojo mucho, pero tuvo que llevarlo.

En el primer puerto lo dej al cuidado de su madre. Esprame. Volver a buscarte El estaba muy chico, muy chico. Saba apenas caminar. Su madre cree que lo ha olvidado. Pero se engaa. Cuando el navegante retorne, lo conocer de inmediato. Vaya si lo conocer! - Verdad, Otelo, que lo conocer? El perro mueve la cola: - Lo conocers, Juanito - Mira, Otelo, mi padre es muy rico. Trabaja en unas minas de diamante. El coge un azadn y cava en el suelo. Entonces comienzan a salir anillos, collares, prendedores. Pero como es muy rico, bota los ms feos y slo guarda lo que tiene gran valor. - S, Juanito. Yo tambin lo s. - Pero t no conoces a mi padre, mentiroso! - Es verdad, Juanito: no lo conozco. - Entonces, por qu mientes? - Es que como t lo dices, tiene que ser as. - Ah! Entonces te perdono.

Juanito estaba dispuesto a castigar el descaro de Otelo. Pero, en vista de su humildad, resuelve perdonarlo. Es tan bello perdonar! -Pero si vuelves a faltarme el respeto, te pondr de cara a la pared y te dar cinco tiros por la espalda. - Esta bien Juanito. - Capitn Juanito. - Capitn Juanito. - As me gusta. Debes aprender a respetar a tus superiores. T eres un simple soldado. - S, mi capitn. - A ver, vmonos de exploracin. Al frente de nosotros hay un bosque, soldado Otelo. Ves enemigos? - . - Cuatrocientos, dices? Pues los destruiremos a todos. Cuerpo a tierra!

La estrategia de Juanito pertenece a la ms alta escuela. Avanza con el vientre pegado a la hierba, y el soldado Otelo, que ha comprendido, permanece inmvil. El capitn entreabre con cuidado las ramas del romero y observa. En el huerto hay unas cuantas gallinas escarbando. Juanito coge un can viejo de agua potable y lo emplaza entre la ramazn de un arbusto. El enemigo, ignorante de la maniobra, contina cavando trincheras. -Fuego! El can vomita proyectiles por decenas, por centenares. Diez, veinte, trescientos muertos Viva el capitn Juanito! Pero una columna enemiga se ha dado cuenta. Su comandante, un gallo de roja barbilla y espolones enhiestos, levanta la cabeza, alarmado. Tiembla su erguida cresta y mira alternativamente con uno y otro ojo hacia el sitio en que se oculta el agresor. Los proyectiles se le han agotado al capitn Juanito. No hay tiempo que perder.

-Soldado Otelo, a la carga! Se levanta como un relmpago y acomete a los indefensos bpedos. - Por la izquierda, soldado Otelo! Crtales la retirada! El ayudante, lleno de disciplina y coraje, arremete. Cacareo general. Vuelos enloquecidos. Plumas que salpican el aire. Juanito, en alto un trozo de escoba vieja, tira estocadas certeras. El barullo es enloquecedor. Sobre la tierra del huerto llueven hojas y ptalos. Claveles decapitados echan su rojo pregn al sol. Otelo, enceguecido, deshace columnas contrarias con ladridos que parecen disparos. De pronto, la voz de la madre, dominando todo aquel heroico tumulto, viene a proclamar un solemne armisticio. -Juanito!! Detenido en su avance formidable, el hroe se inmoviliza, en alto su espada, tal si su proyectil lo hubiera alcanzado por la espalda.

- Juanito, por Dios. Nunca dejars tranquila a tu pobre madre? Qu malo, qu perverso eres, Juanito? Los ojos de la buena seora recorren con desolacin infinita el campo de batalla. All hay unos jazmines pisoteados. Ms all, unos rosales que recin brotaban yacen abatidos contra la tierra blanda. Una gallina negra cacarea ridculamente, lamentando su cola que decora el hocico de Otelo. - Por qu habr tenido yo un hijo as, Dios mo?... Yo deba castigarte, Juanito. Eres malvado. No les tienes compasin a nadie. El capitn Juanito ha dejado caer su espada. Se doblega dcilmente porque le habla un superior jerrquico. A cometido un error de tctica y debe pagarlo. Tal vez lo fusilaran junto con su ayudante. Pero la madre se contenta con mandarlo a su pieza.

- Y no te muevas de all, porque entonces te dar unos azotes! Abatida la cabeza, Juanito Abandona el escenario de la sangrienta refriega. Las gallinas lo despiden con un cacareo rtmico y clamoroso. Otelo trata de escabullirse, pero la seora le atiza un golpe formidable con la espada que Juanito abandona en el suelo. El ayudante escapa aullando de manera totalmente antimilitar. Juanito promete encerrarlo en el calabozo por tres das, en castigo por su indisciplina. Ni si quiera le pidi permiso para romper filas! l no. l sabr afrontar su destino. Juanito, te han castigado; pero venciste en la batalla. El enemigo esta completamente deshecho. Trecientos muertos y numerosos heridos. Mereces una condecoracin. Levanta la frente y camina hacia tu calabozo. Ya vendrn a buscarte despus, para colocar en tu pecho la cruz de los hroes. Vendrn con una banda militar y con un coche tirado por ocho caballos blancos.

Tu padre ser quien te ponga la condecoracin, delante de todos los regimientos formados, te apretar contra su pecho, diciendo: Tengo un hijo valiente como yo. Y t le contars la historia con todos sus pormenores. Dos mil muertos y quinientos heridos. Yo slo, pap, porque el soldado Otelo es un cobarde. Es decir, no. Tal vez hay que disculpar al soldado Otelo. Tuvo miedo al ver herido a su capitn. Pero contribuy a la hazaa. Tal vez impidi la retirada del ejrcito contrario. Quizs hiri a ms de uno. Juanito no pudo verlo porque estaba rodeado de enemigos que lo hostigaban con sus bayonetas. Conseguir con su padre que le den una cruz chiquitita para ponrsela en el collar. Pero, de todas maneras, ir por tres das al calabozo. Pobre Otelo! Pero no lo compadezcas Juanito. Marcha hacia la prisin. -Un, dos. Un, dos. Un, dos.

FIN

Bien, lemos el texto, ahora respondamos: 1.- El texto Se pareca a lo que te deca o sugera el ttulo? 2.- Qu opinas del texto ledo? 3.- Qu le pas a Juanito en su paseo por el patio de su casa? 4.-