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Mientras Esperases una publicaciónperiódica y gratuita,que las iglesiasevangélicas distri-buyen por todonuestro país.

¿¿ ???? ¿¿ ??¿¿Con ella, pretendemos hacer llegar a todos

los lugares un mensaje de ánimo y esperanzaen tiempos difíciles.

A través de sus páginas queremos hacerreflexionar a los lectores sobre la vida, lafamilia, la felicidad, el perdón, la amistad,la reconciliación, el valor del individuo, suparticipación en la sociedad, etc.

Siguiendo con nuestra tónica de transmitiren estas páginas artículos que sean breves, cla-ros, amenos y que tengan un buen contenidomoral, hemos querido en este número 10, quepara algunos será el primer ejemplar deMientras Esperas que tengan en sus manos,incluir una variedad de artículos, escritos pordistintos colaboradores, algunos de ellos exce-lentes escritores, que nos puedan llevar a refle-xionar sobre las cosas que de verdad importanen la vida.

Esperamos que esta publicación sea para tiun elemento de compañía, en alguno de losencuentros que tengas con ella, en cualquierade las muchas “salas de espera” de nuestro país.

MIENTRASESPERASÍNDICE

Nuestra portada 3Dibujando la esperanza 4

La necesidad más perentoria del ser humano 6

“Como me lo quiten,mato a quien sea, ¿Eh?” 8

El Obstáculo 10No estarás solo 11¿Sabías que ...? 12

Conociendo a los evangélicos 14

EDITORIALDISEÑO YMAQUETACIÓNMª Carmen GilBernardo SerranoADMINISTRACIÓNLuciano Arévalo

CONTACTO:mientrasesperas1@yahoo.essaladeespera1@yahoo.esApdo. 190 - 29200 Antequera952 840 087 - 675 144 708

EDITA: Conferencia para laEvangelización de España

IMPRIME: Gráficas AntequeranasEl Progreso

Dep. Legal: MA-141-2007

Con el apoyo de

¿QUÉ ESMIENTRASESPERAS?

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NUESTRA PORTADARecoge en esta ocasión una imagen

de un puñado de billetes de euros, por-que como diría una sagaz escritora,colaboradora de esta publicación, loúnico que parece que pone de relieve lacrisis es “el maldito parné”.

Hemos querido dedicar este númerode Mientras Esperas a este tema quetanto está afectando a nuestra sociedaden este tiempo, e intentar desde nuestramodesta aportación ofrecer a todosalgunos ejemplos de cómo enfrentarnosa las situaciones críticas en nuestravida.

Una definición actualizada del tér-mino griego crisis sería la de:Coyuntura de cambios en cualquieraspecto de una realidad organizadapero inestable.

Por su parte, el Diccionario de laRAE, entre las acepciones de crisis traelas siguientes:

- Mutación importante en el des-arrollo de otros procesos, ya de ordenfísico, ya históricos o espirituales.

- Situación de un asunto o procesocuando está en duda la continuación,modificación o cese.

- Escasez, carestía.- Situación dificultosa o complicada.

Un período de crisis es, por tanto, untiempo de cambios, un zarandeo de lo

establecido, de lo que parecía tener unacierta estabilidad, ya sea en el campopersonal, económico, emocional o cual-quier otro.

Sin embargo, parece que solamentese habla de crisis cuando ésta toca elbolsillo, lo económico, el dinero; sindarnos cuenta que aunque se tenga unacuenta bancaria saneada, un trabajoestable o “la vida resuelta”, hay enor-mes crisis que nos rodean por todas par-tes, crisis de valores, de honradez, etc.

En medio de esta situación de crisisque estamos viviendo, sería bueno quecomo el apóstol Pedro volviésemosnuestros ojos a Jesús, cuando en lasfilas de sus seguidores se produjo unacrisis profunda de compromiso, y diga-mos con él: “Señor, ¿A quién iremos?Sólo tú tienes palabras de vida eterna”

Hace unos años, una galeríalondinense, expuso una pecu-liar muestra. Eran cinco dibu-jos de colores suaves y trazos infantiles. Eran cinco paisajes llenos de luzy de serenidad, entre ellos, la iglesia a la que el pintor iba en su pueblo.

No eran obras de arte, pero las circunstancias en que fueron realizadas y suautoría, convertían estos dibujos en obras muy especiales. El pintor era NelsonMandela. Dibujó estas laminas estando recluido en la cárcel. Algunos de los pai-sajes no se podían ver desde su celda, pero sí desde la ventana de su corazón.

La historia de este hombre es impresionante. Renunció a su derecho heredita-rio de ser jefe de su tribu, y se hizo abogado. Peleó denodadamente por la igual-dad racial en Sudáfrica, en la década de los 50 y 60, teniendo como premio unacondena a cadena perpetua, de la cual cumplió veintisiete años de cautiverio.

Todos estos larguísimos años no fueron capacesde quebrar su espíritu, y en 1990 salió libre, aunquesiempre había sido un hombre libre. Tres años mastarde, recibió el premio Nóbel de la Paz, y un añodespués fue proclamado Presidente de Sudáfrica.

A pesar de su avanzada edad, no está jubilado. Seha propuesto seguir trabajando para los muchosniños abandonados y martirizados por las continuasguerras del continente negro.

Dijo, a una rendida multitud, en el escenario deTrafalgar Square, en Londres, que “la pobreza inmen-

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DIBUJANDOLA ESPERANZA

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sa y la desigualdad obscena, son un azoteterrible para nuestra época”. Ha dicho,con la autoridad que posee, que “millonesde personas continúan esclavizados yencadenados a la pobreza”, y ha retado“a los lideres del G-7 a condonar ladeuda, aumentar las ayudas y hacer que elcomercio mundial sea más justo”.

Aunque recientemente se retiró de lapolítica, dijo que “mientras la desigual-dad y la pobreza y la injusticia perma-nezcan, nadie puede descansar verda-deramente”.

En la vida hay situaciones que tepueden hundir por completo.Circunstancias que te pueden arruinarde por vida. Pero nosotros podemosdecidir si ponemos la otra mejilla o nosliamos a golpes. Si perdonamos o pasa-mos toda una eternidad recordando yrememorando la ofensa.

Nosotros decidimos si lloramosnuestra desgracia o convertimos la cár-cel en un amplio ventanal, podemos serlibres aunque estemos entre rejas, por-que la libertad es una condición, no unacircunstancia..

Decidir si escribimos un manual delrencor o pintamos nuestros barrotes decolor esperanza.

Nosotros decidimos con nuestraactitud, que cuadros vamos a pintar.Que actitudes vamos a plasmar en ellienzo de la vida. Que colores vamos autilizar. Sí el negro resentimiento o lostonos pasteles de la esperanza.

Creo, que en el fondo, todos estamospreparando una exposición. Ojalá sealuminosa y serena.

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LA NECESIDADMÁS PERENTORIADEL SER HUMANO

Ya sé que usted puede pensar encientos de necesidades urgentes quetiene el ser humano y seguramente,tiene toda la razón. Hay cientos denecesidades que han de ser cubier-tas y solucionadas.

Hay millones de injusticias quese abaten sobre las espaldas de losmas débiles y que tienen que serarregladas.

Hay millones de bocas ham-brientas y sedientas que necesitanser saciadas para seguir viviendo.

Hay millones de dudas no resuel-tas que tienen que ser contestadas.

Pero sobre todas estas imperiosasy urgentes necesidades hay algo quees fundamental, algo que muchagente pasa por alto. Y es la necesi-dad de conocer el evangelio deJesús.

Por supuesto que no estoy hablan-do de la necesidad de adoctrinar anadie con conceptos religiosos, ni dela necesidad de convertir a la genteen personas estiradas que ocupan suasiento los domingos y fiestas deguardar en la iglesia. No. Resultaque el evangelio es la buena noticiaque necesita cada hombre y mujeren este poblado y estresado planeta,llamado Tierra. Una tierra que sobre-

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vive a duras penas, pero que necesi-ta del cielo para vivir.

Las Escrituras dicen que Dios noes un ser indiferente. No se ha bus-cado un grupito de gente que lecante y punto. No. Las Escriturasnos revelan que Dios tiene corazónde Padre, del tipo de los que sepasan la noche en vela cuando algu-nos de sus hijos tienen fiebre.

Las Escrituras dicen que Diostiene corazón de Pastor, capaz deandar todo el día por los montesbuscando la oveja perdida.

Dios es alguien que se preocupapor nuestra suerte y que sufre nues-tra mala suerte, pero no nos dejaabandonados a ella..

La Biblia dice hablando delcarácter de Dios, que él quiere quetodos los hombres, sin excepcio-nes, sean salvos y vengan al cono-cimiento de la verdad. Y cuandodice que quiere que seamos salvos,es porque para nuestro dueño ySeñor, que está allá arriba, estamosbastante perdidos y desorientadosaquí abajo.

Aparentemente nadie necesita elevangelio. La gente tiene necesi-dad de pagar su hipoteca. O tienenecesidad de encontrar trabajo. Otiene la necesidad de tener amigos.O sencillamente, quiere pasarlo

bien, sin compromisos. Pero nosiente necesidad de la Palabra deDios ni del Dios de la Palabra.Según nuestra brillante cabeza, esoes lo que menos necesitamos.

Pero según la Palabra eterna deDios, lo que los hombres necesitanmas que ninguna otra cosa es veniral conocimiento de la verdad.

Y claro, pensamos que la verdades un pesado conjunto de ranciasdoctrinas poco apetecibles de leery difíciles de digerir

Pero el que está en los cielossabe que nuestra solución no esengordar la cabeza con pesadasdoctrinas. La solución está en tocary revitalizar nuestro corazón.

Cuando Dios quiere que todos loshombres vengan al conocimiento dela verdad, no les esta invitando a uncursillo intensivo de doctrinas fun-damentales. Les está animando a quese acerquen al Hijo de Dios, aJesucristo, a que conozcan a un serpersonal, vivo y cercano con el quese puede tener una comunión real ydirecta, sin necesidad de intermedia-rios.

Para ello no tenemos mas reme-dio que creer el evangelio y com-partirlo de muchas maneras. Porquesabemos que esa es la necesidadmas perentoria del ser humano.

Alegraos con los que se alegran; llorad con los quelloran (Romanos 12, 15)

Siguen vivas en nuestra memoria las palabras angustio-sas con que titulamos nuestra reflexión de hoy, pronuncia-das por aquella anónima mujer que, como todos recuerdan,abordó al ministro de Hacienda y Administraciones públi-cas, sr. Cristóbal Montoro, en relación con el asunto deBankia, palabras e imágenes ampliamente difundidas porlos medios de comunicación y que aún continúan siendoescuchadas y vistas en Internet.

Palabras que reflejan, entendemos, no tanto el tanmanido materialismo en que vive sumida nuestra culturaoccidental y, más concretamente, la sociedad española,como la preocupación real, ¿o quizá la desesperación?, deuna (posiblemente) esposa y madre de familia que ha vistocómo sus ahorros, el esfuerzo de tal vez toda una vida detrabajo, amenazan con esfumarse como si nunca hubieransido. Palabras en las que se lee la desazón más que com-prensible del ciudadano de a pie que ha de hacer frente aun quehacer diario de suyo harto complicado y en la que(y es preciso ser siempre muy realistas), se precisa dedinero para subsistir, para mantener unos niveles mínimos,y sobre todo para sacar adelante a unos hijos cuyo futuro,como el de todos, pareciera estar en la cuerda floja.

Ni se nos pasa por la imaginación cuestionarnos siaquella pobre mujer cumplirá su “amenaza”, si se trata deuna asesina o una terrorista en potencia que debiera serencarcelada de inmediato. No tendría sentido plantearnoslas cosas así. Lo que suscitan en nosotros la imagen, laspalabras emitidas por aquella persona, y sobre todo eltono de congoja real, no fingida, con que las pronunciara,es otra clase de preguntas que, como creyentes evangéli-

cos, nos incumben de form¿Están hoy nuestras iglesias las necesidades reales de la¿Qué podemos ofrecer en tansas independientes a nuestrodos y realmente atenazados pdente de todo un sistema de vexistencia que ha llegado a su

No podemos, en concienciplemente se resigne a su suerttiempos para vivir, pero quegran virtud que define a los veque nuestro Señor Jesucristo ebién, y por lo tanto, todo cuapenalidades en este valle de lpensas celestiales en el otro puesta fue válida en los sigltarde en algunos países, desderesultaría incluso contraprodu

Y desde luego, la respuesla de quienes enseguida se lalípticos llenos de catástrofesdel orbe entero, aullando ametodo lo que no casa con s¿entender? el cristianismo, escatológica consistente en lagrupo o un “líder” concreto ma palabra de Dios para estpronto, ya, ahora, va a ser dpor el soplo airado del Todociones escapistas y alienantelas sectas, y lo hacen muy bnecesitan de nuestra ayuda.

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“Como me lo quiten, m

ma particularmente especial:preparadas para responder a

a sociedad en que vivimos?nto que comunidades religio-os contemporáneos angustia-por el desplome más que evi-vida, de una concepción de lau fin?

ia, decirle a la gente que sim-te; que nos han tocado malos finalmente la pobreza es laerdaderos hijos de Dios, dadoera pobre y los apóstoles tam-

anto se sufra de privaciones yágrimas se trocará en recom-mundo. Si esta clase de res-os del Medioevo y aún más

e luego que hoy no lo es. Hoy,ucentemente ofensiva.

ta más adecuada tampoco esnzan a pintar cuadros apoca-

s universales y conmocionesenazas (¡literalmente!) contrasu particularísima forma dey vendiendo una salvación

a adhesión incondicional a unen quien se aposenta la últi-te mundo perverso que muy

destruido hasta sus cimientospoderoso. Este tipo de solu-

es en realidad ya las ofrecenbien además, por lo que no

Las palabras del apóstol Pablo en Romanos 12, 15 quecitamos como encabezamiento de esta reflexión nos brin-dan, entendemos, una muy buena solución. Ante la angus-tia, la inseguridad y la desazón reales de nuestra sociedadcontemporánea, la Iglesia de Cristo solo puede tener unarespuesta válida: estar ahí, estar presente. Las expresiones“alegrarse con los que se alegran” y “llorar con los quelloran” significan simplemente una presencia solidaria.No es la función de la Iglesia juzgar, anatematizar o con-denar de entrada a quienes sufren los vaivenes de unmundo convulsionado.

La Iglesia se perfila en los textos del Nuevo Testamentocomo una entidad viva, una comunidad de adoración a Dios ya Cristo en la que la presencia del Señor Resucitado es una rea-lidad, y por ello está llamada a ser sensible al dolor humano.Las personas necesitan básicamente dos cosas para poder rea-lizarse como tales: ser escuchadas y ser tratadas con dignidad.He aquí nuestra misión frente a quienes están desesperados.Nunca podemos saber si todos cuantos se acercan a nuestrascongregaciones, o se dirigen a nosotros de forma individualbuscando poder hablar con alguien y descargarse de sus pro-blemas, llegarán un día a ser creyentes o no. Tampoco debie-ra preocuparnos en exceso este tipo de cuestiones. No nos tocaa nosotros hacer la labor del Espíritu Santo, que es transformarla mente de un ser humano iluminándola con el conocimientode Cristo. Lo que se nos ha encargado es, simplemente, estarahí e intentar comprender al otro, al prójimo que sufre, comotambién deseamos que nos comprendan a nosotros.

Alegrarse con los que se alegran y llorar con los quelloran no es algo que se pueda cumplir y concluir en unmomento concreto del día o de la semana. No se trata deun mero trámite o un expediente. Es una labor, o si se pre-fiere, un ministerio para toda una vida.

mato a quien sea, ¿Eh?”

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Cuentan que hace mucho tiempo, unrey, molesto por la actitud de continuaqueja de su pueblo, colocó una granroca obstaculizando un camino. Luegose escondió y observó para ver sialguien hacía algo por removerla.

Algunos de los comerciantes másadinerados del reino y cortesanos pasa-ron por el camino, y simplemente die-ron la vuelta, pasando al lado de la roca.Muchos vociferaron culpando al rey deno mantener los caminos despejados,

pero ninguno hizo algo para remover lapiedra del camino.

Luego pasó un campesino con sucarrillo y una carga de verduras. Alaproximarse a la roca, el campesinopuso las hortalizas en el suelo y con sucarro haciendo palanca trató de moverla roca a un lado del camino.

Después de empujar por largo rato yfatigarse mucho, lo logró. El camino yaestaba despejado.Mientras recogía sucarga de vegetales, vio una bolsa en elsuelo, justo donde había estado la roca.

Abrió la bolsa y encontró en ellamuchas monedas de oro y una nota delmismo rey indicando que el oro erapara la persona que removiera la piedradel camino.

El campesino aprendió lo que losotros nunca entendieron. Cada obstácu-lo presenta una oportunidad para mejo-rar, si se actúa en vez de quejarse. Haypersonas que en cada situación ven unadificultad, en cambio otros ven en cadadificultad una oportunidad de cambiarlas cosas.

La Biblia enseña "Y sabemos que alos que aman a Dios, todas las cosasles ayudan a bien." Romanos 8:28

No permitas que los obstáculos quese te presenten el día de hoy se salgancon la suya, al contrario mira más allá,cuenta con Dios, y sácales provecho.

EL OBSTÁCULO

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Para mucha gente Jesús fue sola-mente un solucionador de su necesidad.Como aquellas multitudes que leseguían por lo bueno que era tener unMaestro que les solucionara el proble-ma de la comida, sin tener que trabajar.

Sin embargo, el corazón de Cristo secompadecía al ver a la gente en las másvariadas situaciones. Como aquellaviuda que quedaba desvalida, porque elúnico hombre de la casa (su hijo), aca-baba de morir, y Jesús lo devolvió a lavida. Como aquellos leprosos, genteexluida de la sociedad, peores que losmás pobres y rechazados por todos, delos que Cristo se compadeció y limpió,devolviéndoles su dignidad.

Como aquella pecadora sorprendidaen adulterio, a la que todos proponíanapedrear y a la que Jesús salvó de serlapidada, sin condenarla, indicándole sunecesidad de cambiar de vida. O comoaquel desperado padre que trajo a suhijo, poseído por un demonio que locontrolaba desde muy pequeño, y aquien el Señor liberó para siempre.

Y así podríamos seguir, relato trasrelato, porque no habría tiempo para con-tar todas las necesidades que Jesús solu-cionó durante su estancia en la Tierra.

Pero, para muchos otros, Jesús llegóa ser mucho más que una especie de

lámpara de Aladino a la que recurrircuando algo iba mal o se tenía una nece-sidad concreta. Cristo fue aceptado poralgunos como el Señor de sus vidas y elSalvador de sus pecados.

Jesucristo no nos garantizó que nuncatendríamos problemas, al contrario, nosadvirtió que mientras estemos en elmundo tendremos diversas aflicciones;pero sí nos aseguró que iba a estar connosotros en medio de nuestra necesidado aflicción, cuando nos dijo: “Y he aquíyo estoy con vosotros, todos los días,hasta el fin del mundo” Mateo 28:20.

El ser cristiano y depender de Dios note librará automáticamente de todos losproblemas y necesidades que sufre todoel mundo; pero sí te garantiza que noestarás solo frente a ellos. Cerca de titendrás a un Amigo invisible que sosten-drá tu mano cuando ya no puedas más yte prestará su hombro para que puedasrecostar tu cabeza y descansar en él.

No estarás solo

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Con motivo de la recientevisita del insigne climatólogoSir John T. Houghton a la ciu-dad de Madrid, invitado por la Fundación evangélica Federico Fliedner,hemos querido traerlo a nuestras páginas para que podamos conocer algo másde este cristiano evangélico sincero, como mostró en su última visita.

John Theodore Houghton, nombrado Sir (Caballero) por el ImperioBritánico y nacido en 1931, es un científico especializado en el Clima y elMedio ambiente que fue acreedor del Premio Nobel de la Paz en 2007 por sustrabajos en el Panel Intergubernamental para el Cambio climático (IPCC).

Fue profesor de Física Atmosférica en la Universidad de Oxford y funda-dor de la Oficina Meteorológica del Reino Unido y del Centro Hadley para laInvestigación y la Predicción climática. También colaboró con la Nasa en losaños 70 en la investigación espacial. Además, es el Director de la IniciativaJohn Ray, una organización que, según sus palabras, “conecta el MedioAmbiente, la Ciencia y el Cristianismo” siendo, a la vez, miembro fundadorde la Sociedad Internacional de Ciencia Y Religión.

Nacido en Dyserth (País de Gales) en 1931, a los dos años fue llevado porsus padres a Rhyl, donde asistió a la Escuela de Gramática de la ciudad y fueallí donde descubrió su interés por la Ciencia que siguió desarrollando cuan-do pasó al Jesus College de Oxford.

Creció en Gales como cristiano evangélico con unos padres cristianos muycomprometidos y devotos, y ha mantenido la firmeza de su cristianismo a lolargo de toda su vida, viendo la Ciencia y el Cristianismo como fortaleciéndo-se entre sí, creyendo firmemente en la conexión entre Cristianismo y MedioAmbiente.

¿SABÍAS QUE...SIR JOHN HOUGHTON,Premio Nobel de la Paz 2007, es evangélico?

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El cristianismo evangélico de Houghton combinado con su trasfondo cien-tífico lo han convertido en una de las voces más autorizadas en los círculoscristianos, perteneciendo en la actualidad a la Iglesia Presbiteriana.

Ganador de múltiples premios por todo el mundo, siempre ha mostrado sureconocimiento a Dios y a sus firmes convicciones evangélicas. Entre suspublicaciones, aparte de los cinco grandes Informes sobre el CambioClimático (1990, 1992, 1994, 1995 y 2001), y muchos reconocidos librossobre medio Ambiente y cambios atmosféricos, ha escrito dos interesantesobras desde su perspectiva evangélica: Does God play Dice? (¿Juega Dios alos dados?, 1988) y The search of God: Can Sciencie help? (La búsqueda deDios: ¿Puede ayudar la Ciencia?, 1995).

Durante una Conferencia en el Trinity College de Cambridge dijo: “Loscristianos y otros grupos religiosos creemos que hemos sido puestos sobre laTierra para cuidar de ella. La creación no es solo importante para nosotros,creemos que también lo es para Dios, pues todo lo creado tiene importanciade por sí. Nosotros estamos destruyendo bosques, bosques importantes; ycuando digo “nosotros” estoy diciendo “nosotros”, la raza humana de la quetodos formamos parte”.

En su Conferencia en la Facultad de Biología de la UniversidadComplutense de Madrid, aparte de reconocer el apoyo de la centenariaFundación Fliedner por el diálogo entre Ciencia y Fe, afirmó, entre otrasmuchas cosas, que: “la Ciencia es la Ciencia de Dios” y que “lo más fantás-tico que puede pasarnos es llegar a conocer al Dios Creador”.

Finalmente, habló del imperativo cristiano de cuidar de la Tierra y de los pobresy ejercer una adecuada mayordo-mía, “porque a todo aquel aquien se ha dado mucho,mucho se le demandará” (Lc12:48). Finalizó desafiando a loscristianos para que la iglesia, consu extensión planetaria, aprove-che esta oportunidad de desarro-llar una mayordomía responsa-ble y tome el liderazgo en ladefensa del Medio Ambiente.

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CONOCIENDOAl contrario de la religión mayoritaria en

nuestro país, es decir, la Iglesia CatólicaRomana, que mantiene desde los tiempos delfranquismo un Concordato con la Santa Sede,por lo que es la única denominación cristianaque mantiene una serie de privilegios de todotipo, las iglesias evangélicas no percibimos delos Presupuestos Generales del Estado ningunaasignación económica para el desarrollo denuestras funciones sociales.

De hecho, lo único que se ha conseguido enlos últimos años, es que la FundaciónPluralismo y Convivencia (un organismo estatalcreado como un observatorio de la pluralidadreligiosa en España), apoye algunos proyectosde integración y desarrollo de la obra social rea-lizados por el colectivo evangélico, por cierto,actuaciones clasificadas por la propiaFundación como muy bien dieseñadas y cohe-rentes.

Las iglesias evangélicas, en general, nos sos-tenemos de las contribuciones voluntarias denuestros miembros, lo que es un síntoma delprofundo compromiso de los creyentes con susrespectivas congregaciones; pero, por lo mismo,igual que la crisis golpea a la puerta de cual-quier persona, también está afectando a muchasiglesias que ven como algunos de sus miembrosse quedan sin un puesto de trabajo o no puedenhacer frente a las hipotecas contraídas en lostiempos de bonanza económica.

Pero las congregaciones evangélicas, a pesarde los problemas que ellas mismas estánsufriendo en esta época de vacas flacas, lucha-mos cada día por hacer frente a nuestros com-

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A LOS EVANGÉLICOSpromisos con los más desrfavorecidos de nuestra sociedad, buscando los másvariados recursos para paliar la falta de entradas económicas a las maltrechaseconomías de las congregaciones, organizando desde rastrillos, a todo tipo deencuentros, donde se pueda colaborar en favor de los más necesitados.

Jesús enseñó a sus discípulos un principio que los evangélicos tenemoscomo referencia: “De gracia habéis recibido, dad de gracia” Mateo 10:8, yaunque toda la labor social que desarrollamos (rehabilitación de toxicóma-nos; reinserción de presos y toxicómanos en la sociedad; atención a losinmigrantes; ayuda a los enfermos; atención hospitalaria y en cárceles;comedores sociales, roperos solidarios, reparto de alimentos, bancos demedicamentos; consejería y orientación familiar; atención de jóvenes yniños; cuidado de ancianos en centros especiales o en sus propios hogares,mediante el apoyo de voluntarios, etc.) no es gratis, sino que cuesta muchollevarla a cabo; en estos tiempos difíciles redoblamos los esfuerzos para quenada de lo que se venía haciendo en el campo social evangélico deje dehacerse por causas económicas.

Siguiendo la enseñanza del apóstol Pablo a la iglesia de los corintios,donde les hablaba de la actitud de entrega de los cristianos de Macedonia queen medio de “su extrema pobreza abundaron en las riquezas de su genero-sidad. Porque doy testimonio de que espontáneamente han dado de acuedrocon sus fuerzas y aún más allá de sus fuerzas...y superando lo que esperá-bamos, se dieron primeramente ellos mismos al Señor y a nosotros, por lavoluntad de Dios” 2ª a los Corintios 8:1-5

Jesús dijo: “Mas bienaventurado es dar que recibir” Hechos 20:35, ycuando hablamos de dar, no estamos diciendo “dar de lo que nos sobra” odar simplemente cosas materiales o instruir a otros para que se puedan des-arrollar y ganarse el sustento, sino que en muchos casos, como los creyen-tes de Macedonia, nos damos a nosotros mismos, dedicando nuestras vidasal servicio de los demás, de una manera desinteresada, en los más recóndi-tos lugares del mundo, a través de los miles de voluntarios que entienden lasolidaridad como un referente de sus vidas, y que hoy, partiendo de ongsevangélicas españolas, se encuentran trabajando, no solamente en todos lospuntos de la geografía española, sino en más de 80 países de todo el mundo,y ello, a pesar de los terribles recortes a la Cooperación Internacional queestán llevando a cabo todos los gobiernos del mundo.

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o correo postal a la siguiente dirección:Mientras Esperas - Apdo. 190 - 29200 Antequera

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