erika mergruen - el osario

8/14/2019 Erika Mergruen - El osario

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El osario

Erika Mergruen


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El osario

Erika Mergruen


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Erika Mergruen

1a edicin. 2001. Impresa.Ediciones del LirioTintanueva EdicionesISBN: 968-5243-11-5

2a edicin. 2009. Internet.

Ilustracin de la portada: Carmina Hernndez


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Dale as vida, pero ten presente

que el oso en el que yace

puede no estar vaco;

T mismo, en su mortaja desvada,tal vez yaces envuelto.

RobeRt GRaves,ReviviRalosmueRtos(ragmento)


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Osario

Guarida del gris despojode ventanas que se abrenbuscando la voz del nio.Arriba, en la buhardillalas sombras de los abuelos;

abajo, en el ognlas especias y los das.


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Arriba, la sombra

de los abuelos


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San Juan

Busca el humo la repisa,busca el cristo su sangre sin astillas.La virgen del cerro baja la mirada,bajan las palabrasplomizas.

(Bajo el soltodo es viejo)

Un uerte viento anuncia la llegada.


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La doncella de hierro de

Nuremberg

Despus del sacricio

el animal es colgado del tendn izquierdo

y desangrado al cortarle la yugular...

Doncella de hierroespacio interno, un vientre huecomuerte gestada en su disraz de puntas.

Sueo de un engendro

(garrote, garrucha)rostro mudo

(cepo y empalamiento)desmemoriado de antiguas voces

(rompecrneos)doncella, madre de la tortura

(y la ablacin de los pies con uego).

Espejo de oscura gloriaqu turbia la carne viva,qu verde la carne muerta.Y perpetua la que te alimenta.


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Ira

Ira aprisionadatransita por las venastorciendo la vescula,rasgando el corazn.

Semilla rencorosa de gusanosrevienta en carcajadas,rabiosamente escapa, ira,exhala tu dulzor.

Y no has de perdonarel sueo rojo de los justos.

Exhala tu loca ira,henchida de calor.


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Malsoar de la momia

Todos se han ido.

Amoratada en tu prisin de vendasmurmuras el verso de tu also Atn.

Nadie ha partido en la barca.

Se ha perpetuado la maldicin:regresarscon tus polvos y tu moho,corrompida,

regresars,

asombro de otras pupilas,hermosa mortalidad del aran.

Todos se han ido.

Resignacin?Imploras al dios perroel aullido de que esto no sea cierto,slo un mal sueo del otro lado del ro.


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Del dolor

Mueca voraz de universos,dormita en la almohada vacade quien recuerda.Sierpeesculpe las encas,

forece en los muones,colorea la vscera que aguardala urdimbre de sutura.

Erguidoasoma en la pupilade la madre del hueso nio,camina por los corredores,

sonido imaginario de los muertos.


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Berenice

toutes ses dents

taient des ides

BeRenice, e. a. Poe

Berenice,en cada diente una idea.

Asoma por la comisurade tu boca. Pero es tmida, recatadacomo el gato que mata al cuervo azul.

Berenice, en cada dienteuna idea, que no palabra,languidece torpe entre el esmalte y la saliva.Siente la sierpe adoloridasubir por el crneo, bajar a la clavcula.

La muerte incrustada en tu encalenta y slida da vueltasy en el hueso rechina.Pero escucha,los ogros de los cuentosreverberan en tu garganta.


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Berenice,en cada diente, en cada idea

se nos va hmeda la vida.


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Necrosis

Ms all de tu pisadadel dedo y de la ua,ms all de la vena transitadaalgo gasica, se hincha y explota.

Saborea del cuerpo su contorno,negro rumor tan vacoque se ha llevado tus daspara no volver a estar solo.

Por tu piernase ha metido la noche

con su estruendo de estrellasy su mortaja luna calavera.

Triste traviesa gangrena,el mun piensa,y en lo eternosuea sueos de pierna.


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De los nios nocturnos

De las sombras entraableshemos emergido al viento nocturnooreciendo nuestra piel tersaplida y cerosacomo aquellos cirios antiguos.

Con el sabor oxidado en la bocaperpetuo, irremediable,buscamos del ltimo estertorel beso curativo.

Somos los no perdonados,

los tristes nios de los cuentos negros.

Dueos de sensuales alientosnos limpiamos los ojosllenos de tierra,y apenas despunta el danos guardamos,sin el consuelodel crucijo.


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Le lougarou

Somos incgnitos,el destello del instinto primerodulcemente sugerido en los ojosque miran a un lado y al otro de las avenidas.

Y slo por una noche,cumplido el ciclo de la luna(que se come y se escupe)desbocados por los baldos,a travs de hmedas alcantarillasrasgamos, mordisqueamos,engolosinados con la lujuria

del pelaje animal.

Quin pudiera en un crculo imperectodel argentum obtener la respuesta del enigmay dejarnos entrar en el sueo lobo-eterno.

Somos la antasade pentagramas inditosaullando nuestro ltimo vestigio de hombres.


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La Llorona

A Gabriela Turner Saad

Flotas por las calles de otros dasnocturna, tu rostro se guarda

tras el manto inconstil, etreatras las ventanas.

En la plaza, imploras.Tus cuencas deshabitadasbuscan hacia el oriente:

el uego hospitalario,

el beso hmedo,el arrullo de tu estirpe.

Emerge tu lamentoy por las calles de otros dasescapas, mujer,espectro solitarioal consuelo de la ribera.


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Los ahogados

Porque el aire no bastabuscamos el agua amantey llenamos los pulmonesengaadospor el espectro de la rivera.

Los ahogados se hinchande hmeda elicidad.Los cangrejosles devoran los ojospara robarles la nostalgia de la tierra.

Agua, sirena que nos llamala muerte es branquia.

Los ahogadostocan con los puoslas quillas de los barcos,comen ranas, guijarrosy cuentan historiasde seres con piernasa los peces que son sordos.

Y porque a veces el agua no bastaemergen, fotan


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y exhiben sus vientrespreados por las olas.


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A cierto rey chileno

Todos dicen que eres un mal bicho

Los FabuLosos CadiLLaCs

En la banca del parqueel mun del asombro niose sienta hasta empolvarse.En la uentelos dioses juegan a ser nuestros.

El rey de Santiago no quiere morir

Las medallas tintineanpulidas de silencio.Sometidos al revuelo de las calleslamentamos la suela gastada del zapato,hijos pequeos de lo nimio.

Somos la tcita pupilade la historiamadre que todo consuelay justica.

El rey ha muerto


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Los nios y sus palosmataron al perro:

Perdnalos, no saben lo que hacen,pues an no hay voz

que detengala cadade las cosas.

Al nalbajars la mirada(todos los muertos lo hacen).

El rey ha muerto, viva el rey.


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Romance del Dulce Jack

Caminas bajo la noche,en tus pisadas el ecode las piedras y en tus manosla memoria del acero.Tu hambre innita regresa

en busca de amor perpetuo.

La luna magnolia acechatu andar de amante perverso.

La encuentras en un portal,sus labios hablan deseo,

tus pupilas dilatadasescurriendo por su cuello.Buscas los senos que asomenprontos al sudor del miedo.

Caminan bajo la nocheadivina del estruendoy grabas tu dulce nombreen su vientre sin secretos.Ya forecen las entraasen su rojo nacimiento.

Caminas bajo la noche,

amante dulce y perverso.


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Hambre innita, regresa,a saborar el beso

de la muerte azul que observatras el lo del acero.

La luna duerme en su eclipsetus pisadas en el eco.


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A la Balada de los ahorcados

Silencio.En la encrucijadalos secretos escurrena la tierra.

An

mueca de lengua ennegrecida,la gente ya no se vuelveni se persigna.El nio conversa con los cuervosahtos de pupilas.

An de guardarel canon de los justosque dormitan en cuartossin ventanas.

An

veleta azul del viento,danza de jirones,la gente transita.El inerno slo es un momento.


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En la garganta la vileza se petrica.Otras veces el espritu

trepa por la cuerdaobstinado en su verdad.

Posdata:Villon se ha idoRogad a Dios que nos absuelva a todos!

rogad por una pginadonde poder mecernos.


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Otelos de cartulina

Observo tras la ventanala acequia imaginaria de los das.

En la amante-campanaalguien espera,

el telono calla grita,calla y se aleja.

La ventana vigade un montn de hojassecas en la acequia.La ciudad juega a la ventisca.

Alguien espera,recortamos Otelos de cartulina,los colgamos en el marcode la puerta para que el vientolos degelle.Alguien espera.

Tras la ventanalas luces sonren la avenida.Es tarde,el nio pide una galleta.


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Fuego y hielo

Dicen algunos que el mundo se acabar en uego;

otros que en hielo.

Por lo que he saboreado el deseo

estoy con los que dicen uego.

Mas si tuviese que morir dos veces

creo que harto s del odio

para saber que en destruirtambin es potente el hielo

y bastara.

RobeRt FRost, Fuegoyhielo


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I. Fuego

Arrullo del crculoque guardan los hombres,se encrespaen el vientre leoso,

arde

sangre amante de la montaa,seca ablusin de la pesterata negra.

Amarillo deseo,incinera el rostro de los muertos,olor a rocas calcinadas

cruje, brillaen las piras inquisidoras,en el hierro-marca del juicio.

Ladrn del aire ntimocae del cielo,

ave incandescente no creada,estrpito,uego invisiblede otro San Antn.

Ardevmito del lanzallamas


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y en el ltimo rescoldoilumina la tierra devastada.


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II. Hielo

Sello del arcngel sin alas,roca yermade dioses antiguos,de dioses oscuros y nuevos.

Esculpeel rostro azul de la locuracmplice del silencio.

Enra los sepulcrosde guerras y batallas sin nombre,odio blanco,

escarcha del raticida.


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III. Fuego y Hielo

Desde el corazn inmoladolloremos el deshielo,

puriquemos los pasosen el centro de la hoguera,

en los cristalesde la helada blanca.

Deseo amarillo,blanco odio azul.


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Abajo, las especias

y los das


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Tras la noche de bengalas

Despertar un dapara mirar tras la ventanael horizonte vencido,los techos abiertosy las achadas lamiendo varilla.

Observa,los perros son humoy las voces aladasreptan los muros rotos.

Despertar sin el pregn

del viejo en su esquina,sin el acutico susurro de la coladera.

Escucha,nadie enciende la radio,no hierve la sopa amiga.

Despertartras la noche de bengalassin ca cotidiano que disipe el ayuno.


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La fachada

Los santos ya no estn en los nichos,despeados en los risos de encajes ptreosdeslavados por las lluvias y el guano arcilloso.

Suele ocurrir que en las cornisas

duerme de ellos su recuerdo hecho piedritas,una ua, el rosario,el pliegue de la sotana,

la punta de la nariz.

Y nosotros aqu abajorecogidos ante el vaco

de nuestro andar cotidiano.

Suele ocurrir que algo o alguienrecuerda su mortalidad.

El ltimo consuelo es imaginarlos en lo altocon sus manos mirando al cieloo recogidas en abrazo cinceladoorando, elevando una plegariaal que en su omnipresenciano pudo, tristes piedras, salvarlos.


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Elementos

Somos roca,mineral gastadosin tregua.Fuegoque calla cuando el tejado

cruje su insolacin.Somosagua rutinaria,golpeteo que deslelas paredes y los huesos.Aire,ululante sierpe,

suspiro rugal.En la cada incierta de las cosashablamos,miramossin entendernos.


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Los sobrevivientes

En la ototu rostro azulado,en tu rostro tus ojosueron en otra luz.

Me mirancomo el nio imaginael abuloso secretoen la espiral del caracol.

Fro acerado de las tumbas,olvido del mudo testigo de la historia

antasma de aquel Fin de los Tiempos.

En las calles tus pasos ya no escriben su huellani las tiendas sus garabatos de la Torah.Tampoco pisa el viejo su vejez de barbas blancas,

slo suea cabras de pan.

Tus ojos an me mirancomo la luna nos seguaen las noches de inancia.

Por si algo quierecomerse nuestro destino,

la oto de los abuelos,


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de los padres y los hijos del mundoduerme en el desvn.

Seremos sobrevivientesen los ojos de alguienque no ha nacido.


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Neblina

Sobre los tejados las nubes navegan,humedecen las osas,el horizonte

complacidose diluye.

Humedad en la retina.Lejoslos mugidos cadenciosos con su leche tibia.

Hmeda la acera y la calle empedrada.Tras las ventanas las luces bostezan,

las gotas escurrensu reumtico beso.

Las nubes nauragan.Sobre los tejados

el maullido se vuelve pardo.


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Bocamina

Mgica plata de naranja arenani pestes ni el hambriento de minerospudo hacer al color su prisionerocomo t en la vitrina de la tienda.

Te has llevado el color de la cantera,del tnel, del lagarto. Esqueleto,antasma con rebozo es el recuerdode su gente entintada en verde sierra.

Solloza el cristo en su atad de vidrio.Un ngel con carrillos de manzana

lleva las lgrimas, llovizna ra,

al arco desgastado de la entrada;gota a gota cae el recuerdo que brilla,plata sin vientre muriendo en escarcha.


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Ancho y ajeno

Hemos caminadopor los senderos de calizael rostro blanco de sol y polvo.Para honrar el tiro proundohemos penetrado a la madre tierra.

Bajo el mezquitenadie reposa,no tae la campana de la iglesia,mitad piedra, mitad cierzo.

Hemos errado por lindes lejanas

en busca del oro silencio.Al norte del aljibese quedan nuestros muertos.

Nos aguardan los marcosproanados de las puertas,ltimo bastin,muro cardinal al viento.

Los espectros se doblany desdoblanen las sombras sentenciosasdel escaln deportillado.


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Hemos partido,hijos de la mina,

sin mirar atrsla tierra amante abandonada.

Lejoslos ramboyanes observansu rojo espasmo.


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Cristoalirado

Iglesia que en las tardescalcinas a los ngeles de piedra;el sol en los vitralesagonizante reza.Quiere secar la sangre de madera.

Cansado del silencioel verde cristo de su cruz desciende;quiere sentir el vientomezclarse entre la genteser esencia y no espejo de la muerte.

En el cielo apareceun arcngel que se visti de sombray lluvia. Tiernamentereresca con sus gotasaquella rente que entre espinas llora.

El rostro de agua escurre,juega al amor las manos desclavando.Mirad al cristo herrumbre,es creador de un milagro:ue testigo, madera que ha llorado.


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pulvis est

Agazapado en los rinconespolvo arcnida geometralevntatey colorea el viento.

Hmedo polvosobre la piel de los amantesruborzame los ojos, arena.Polvo eres y en polvomuerte que no cesa.

ngeles, tambin polvo,

juegen nios muertos,polvo de estrellas.

Polvo de los hombres que no vendrn.Se mece en las urdimbres,empaa las ventanas donde nadie asoma.

O tal vez polvo polen amarillocantando en la colmena su unin secreta.

Eres muerte,polvo miel de abeja,tan ambarina

que todos prueban.


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De caramelos

Tras la vitrinauna liblula desaladaen su envoltorio de celon.

Liblula rambuesa

u oscuridad del regalizeres arrulloalmbar en la lengua.

Contera,transparente libluladel nio que liba.


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Perros y gatos

Unos aman a los gatos

silueta estampada en los tejados,gato sabio que callacon gracia de misterio.

Gato sonrisa del pas imaginado.Todos los caminosson gato negrocorazn delator.

En la ciudad

los gatos nocturnos observanlas ventanas que no se abren,dueos de su elicidadmallan y se alejan.

Reptan,ronroneo ensimismadoen su pelaje untuosoen los versos de todos.

Slo se acercanpara pedir un poco de leche.Los gatos se suean a s mismos.


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Otros aman a los perros

perros facos temblando el ocaso,perro arrollado de asalto,perro amigo imaginario.

En la puertasiempre esperan nuestro regreso

gruendo para ahuyentar la soledad.Por la nochecuentan historias sin nal.

El cansancio los vuelve ovillos.

Los perros dormidos

suean viento librey allan la nostalgia de caricias.

Unos aman a los perrosporque conocen el consuelode su nariz hmeda en la mejilla.

Unos odian a los perrosy al glido gato.All los veo,lejos.


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Asombro nio

Los ojos ya no se asombranante la cada de las aves.

A la paloma la muertele ha blanqueado el pico,

no ests triste, slo est un poco muerta

Nuestras manos han crecido,ya no temen al animalque cruje bajo la cama.

El uneral de camelinasroba el adisde las manos pequeas.

Nuestra palomadej de ser azucarada.

no ests triste, los nios suean vuelosdesde las azoteas.


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Martimo

A Gustavo Pealosa

Busca el aro su aliento de orzasy el salitre de sus puertas

aguarda la voz del xido.Arena evocadorade hmedos arrullos

en el ciclo lunar.

Nosotros en la orillael azul en los pulmones

en la espera del albatrozya nombradoque desve nuestra vista

del litoral.

Y nosotros en la orillaanmonas hablandoespuma,

vientoy cedal.


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Fe pequea

Veoestticos templosachada tras achada,garigol de las plegarias.En el marco de la puerta

el escudo,mezuza del erranteque vela el ocaso.

Perderse en el brillopincelado de la imagen,perderse en los torsos

quietos por las llamas.

Trueno tierraagua viento

los diosesabren sus aucesy devoran el verdor de las selvas.

(Grano forecido de los hijos de la guerra).

Las manos innitassobre el mrmol, sobre el muro,sobre la roca de oro milenaria.

Manos caricia del vientre abultado


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orientadas a la piedra negrainnitas buscadoras de la luz.

Veomares de cirios,versos en la arena,invocaciones ocultas en los glios.Cantos de oriente

y occidente,danzas a los dioses oscuros.

(Los dragones duermen en su cueva).

Rojoel esternn que cruje

su alabanza al sol,rojas las cinco llagas,rojo uego del arcngel sin dios.

Veo, e pequea,los mismos peldaos,el ro en las espaldas,la memoria en los espectros.

(Beben leche los eleantes de piedra).


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Contenido

Osario 4

aRRiba, LasombRadeLosabueLosSan Juan 6La doncella de hierro de Nuremberg 7

Ira 8Malsoar de la momia 9Del dolor 10Berenice 11Necrosis 13De los nios nocturnos 14Le lougarou 15

La Llorona 16Los ahogados 17 A cierto rey chileno 19Romance del Dulce Jack 21A la Balada de los ahorcados 23Otelos de cartulina 25

FueGoyhieLoI. Fuego 28II. Hielo 30III. Fuego y Hielo 31


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abajo, LasesPeCiasyLosdasTras la noche de bengalas 34

La achada 35Elementos 37Los sobrevivientes 38Neblina 40Bocamina 41Ancho y ajeno 42

Cristoalirado 44pulvis est 45De caramelos 46Perros y gatos 47 Asombro nio 49Bosquejo 50Martimo 51

Fe pequea 52


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La edicin para internet de

El osario de Erika Mergruen

se termin en la Ciudad de Mxico

en julio de 2009.

En su composicin se usaron

tipos de la amilia Candida BT.

erika mergruen - el osario

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