epistemologia de las piramides de egipto

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Un poco de historia investigativa sobre energía piramidal: La energía de las pirámides no es algo en lo que haya que "creer", porque se trata de fenómenos FISICOS. Hice mi primera pirámide el 21 de setiembre de 1973, impulsado por un librito "La Magia de las Pirámides" (novela) y por un artículo del Lic. Julio Gutierrez, en un periódico, que me trajo a la memoria algunas meditaciones sobre las pirámides estudiadas en los libros de arqueología de mi padre. Pero tras más de tres años de intentos vanos y una decena de pirámides de cartón, vidrio, madera y plástico, los resultados eran siempre dudosos, subjetivos, porque mis experimentos eran como los de la mayor parte de la gente que se inicia en una investigación, sin saber cómo determinar la fiabilidad del experimento, y sin siquiera una base teórica medianamente completa. Como si eso fuera poco, tenía otras contras: mis hermanos se burlaban, los estudios escolares eran prioritarios y disponía de poco lugar. No obstante, la paciencia es una gran aliada del investigador, tenga la edad que tenga. Y tras unos meses de "huelga piramidal autoimpuesta", volví a intentarlo con una pirámide de 40 cm. de altura, de "chapadur" (tablex o fenomader, en otros países), debido a que asistí a una conferencia de aquel escritor del artículo. En esa ocasión habló sobre la orientación, dela que no decían nada en el librito ni en el artículo aquel. También comentaba el artículo que había un "tiempo de carga", según los materiales empleados, pero en esa charla las cosas me quedaron más claras. En un cuarto de trastero, al fondo de la huerta, coloqué la pirámide orientada con una brújula, con una cara al norte. La dejé "cargándose" durante cinco o seis días, aguantando la ansiedad, y coloqué luego un trozo de carne de vaca de poco menos de medio kilogramo. Dos días después, cuando entré al cuartucho había un olor muy desagradable y me desmoralicé. Pero al acercarme no aumentó la intensidad del olor y la carne -al alumbrarla con una linterna, por la pequeña ventana de la pirámide- me pareció algo fosforescente. Acercando la nariz a la ventanuca, comprobé que el olor no venía de allí. Era una rata, que había quedado muerta en una trampa-botella, en un rincón del cuarto. La carne de la pirámide no se había podrido, pero había tomado una leve fosforescencia verdosa, y la dejé unos cuántos días más. No recuerdo si fueron finalmente uno o dos meses, pero el caso fue que no se pudrió, sino que se momificó, y tenía por fuera una finísima película verde brillante, sin ningún olor. Con más alegría que nunca construí -ya ayudado por mi padre, al que había

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Page 1: Epistemologia de Las Piramides de Egipto

Un poco de historia investigativa sobre energía piramidal:

La energía de las pirámides no es algo en lo que haya que "creer", porque se trata de fenómenos FISICOS. Hice mi primera pirámide el 21 de setiembre de 1973, impulsado por un librito "La Magia de las Pirámides" (novela) y por un artículo del Lic. Julio Gutierrez, en un periódico, que me trajo a la memoria algunas meditaciones sobre las pirámides estudiadas en los libros de arqueología de mi padre. Pero tras más de tres años de intentos vanos y una decena de pirámides de cartón, vidrio, madera y plástico, los resultados eran siempre dudosos, subjetivos, porque mis experimentos eran como los de la mayor parte de la gente que se inicia en una investigación, sin saber cómo determinar la fiabilidad del experimento, y sin siquiera una base teórica medianamente completa. Como si eso fuera poco, tenía otras contras: mis hermanos se burlaban, los estudios escolares eran prioritarios y disponía de poco lugar.

   No obstante, la paciencia es una gran aliada del investigador, tenga la edad que tenga. Y tras unos meses de "huelga piramidal autoimpuesta", volví a intentarlo con una pirámide de 40 cm. de altura, de "chapadur" (tablex o fenomader, en otros países), debido a que asistí a una conferencia de aquel escritor del artículo. En esa ocasión habló sobre la orientación, dela que no decían nada en el librito ni en el artículo aquel. También comentaba el artículo que había un "tiempo de carga", según los materiales empleados, pero en esa charla las cosas me quedaron más claras.

   En un cuarto de trastero, al fondo de la huerta, coloqué la pirámide orientada con una brújula, con una cara al norte. La dejé "cargándose" durante cinco o seis días, aguantando la ansiedad, y coloqué luego un trozo de carne de vaca de poco menos de medio kilogramo. Dos días después, cuando entré al cuartucho había un olor muy desagradable y me desmoralicé. Pero al acercarme no aumentó la intensidad del olor y la carne -al alumbrarla con una linterna, por la pequeña ventana de la pirámide- me pareció algo fosforescente. Acercando la nariz a la ventanuca, comprobé que el olor no venía de allí. Era una rata, que había quedado muerta en una trampa-botella, en un rincón del cuarto. La carne de la pirámide no se había podrido, pero había tomado una leve fosforescencia verdosa, y la dejé unos cuántos días más. No recuerdo si fueron finalmente uno o dos meses, pero el caso fue que no se pudrió, sino que se momificó, y tenía por fuera una finísima película verde brillante, sin ningún olor. Con más alegría que nunca construí -ya ayudado por mi padre, al que había logrado entusiasmar- una pirámide con una chapa gruesa de cobre, del mismo tamaño y comencé a experimentar con unas begonias. En la pirámide de tablex puse un vaso de leche; saqué la carne y la dejé en una fiambrera de tela, comprobando que su estado de momificación duró fuera de la pirámide unos diez días, tras los cuales se comenzó a ablandar, y unos días más tarde comenzó a podrirse. Volví a dejarla en la misma pirámide, junto a la leche, que se cortaba formando cuajada y se reconstituía alternativamente. La putrefacción de la carne se detuvo en menos de dos días, tras los cuales estaba otra vez momificada, pero con un color marrón oscuro, sin la cobertura fosforescente.

Con las pirámides de cobre no obtenía resultados o estos eran desalentadores respecto a los seres vivos. Pero yo no me resigné. Seguí probando con ángulos de hierro, con bronce, láminas de estaño y con cualquier cosa que pudiera hacerse una pirámide. Sólo lograba beneficio real para los alimentos y las plantas con el aluminio, como único metal, y con cualquier otro material no metálico. Pero las de aluminio eran las que mejor resultaban, porque incluso su efecto sobre plantas casi marchitas era extraordinariamente vivificador. Apliqué cuatro pirámides sobre otros tantos injertos de vid, y brotaron con una fuerza increíble, que los otros injertos (cerca de veinte), parecían raquíticos en comparación.

Page 2: Epistemologia de Las Piramides de Egipto

   El servicio militar me cortó la tanda de experimentos, pero en los cuatro meses anteriores a la mili, los logros habían sido lo suficientemente reveladores como para saber que ya no dejaría de investigar en cuanto pudiera. Retomé de tiempo en tiempo la investigación, porque otras búsquedas esotéricas me llevaban todo el tiempo y mis situaciones personales y familiares tomaban rumbos que nada tenían que ver con mis deseos. Finalmente, en 1984, logré congeniar trabajo, vivienda, investigación y viajes. Alquilé en Roraima (Brasil) una casa enorme, con seis habitaciones altas y espaciosas, y con una orientación Norte-Sur casi perfecta. Construí las pirámides más grandes posibles para cada habitación, y durante más de cinco años, trabajaron con su eterna armonía, revelándome poco a poco sus secretos, sirviéndome en mis regresos de las expediciones como elementos curativos, asombrándome con el poder natural de la geometría sagrada, que no en vano supieron conservar y respetar los antiguos. Apenas tuve montado mi laboratorio piramidal, dos físicos cuánticos interesados en estudiar los neutrinos, con apoyo de cálculo por parte de otros físicos y matemáticos, montaron su laboratorio sobre el mío. Desde hacía mucho tiempo que sabían que las pirámides acumulan neutrinos por inclusión magnética, pero ésto parece no convenir a los laboratorios oficiales, dirigidos políticamente, que sirven para justificar muchos millones de dólares de los presupuestos nacionales...

Si has llegado por algún buscador, puede que te interese ver experimentos caseros con pirámides, o ir al índice de experimentos.

   Por ahora, quedo a la espera de vuestros comentarios y/o preguntas sobre la confección de pirámides experimentales, que pueden hacer al suscribirse a nuestra lista de correo: