entrevista el comercio a egresado, caso exitoso

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LUNES 19 DE AGOSTO DEL 2013 POSDATA A26. EL COMERCIO E n su departamento de la ciudad alemana de Lin- dau, fronteriza con Aus- tria, las maletas nunca es- tán en su sitio. Las tiene en la puerta porque no cesa de viajar. A ello lo obliga su labor como instruc- tor textil, a volar donde los clientes de la empresa lo requieran. Por te- léfono, esta vez lo encontramos en Francia, donde estaba dictando un curso de dos semanas. — ¿Desde cuándo anda en ese rit- mo de viajes por todo el mundo? Hace mucho, desde que me consoli- dé como formador e instructor. Re- cibimos a técnicos de nuestros clien- tes en la escuela textil, pero vamos a ellos cuando prefieren que se les dic- te el curso con sus máquinas. — ¿Por cuántos países ha estado? Calculo que he visitado unos 25 paí- ses. Actualmente, mi área de acción es América Latina y los países fran- cófonos de África. Pero también es- toy dictando en Europa. Muchos se sorprenden al ver llegar a un perua- no como representante de una firma alemana, que les vaya a difundir la nueva tecnología germana. — En una publicación del Senati leí que, de pequeño, usted estuvo en contacto con técnicos instructores. Su destino se empezó a trazar ahí. Así parece. Mi padre era guardián nocturno del Instituto Nacional de Instructores, entidad financiada por la OIT que funcionaba en Huancayo y en la que había expertos alemanes, españoles y franceses. Al frente de los talleres de carpintería y electró- nica tenía mi papá un cuarto y ahí , en dos camarotes, nos acomodába- mos él y los siete hermanos. Mi ma- dre, que estaba en la chacra, venía los fines de semana. — Acaba el colegio y viene a Lima. Llegué con la ilusión de ser militar. Un amigo de la familia me dijo que me iba a ayudar, pero me engañó y me tuvo como empleado en la casa de su madre. Mi padre me dijo que no había hecho el esfuerzo de dar- me educación para terminar así. — Aparece entonces la opción de estudiar en Senati. Descarté la universidad porque no quería volverme viejo estudiando. Todo estaba politizado y había cons- tantes huelgas. Le dije que quería una carrera técnica. Pero al mis- mo tiempo debía sobrevivir, así que mientras me preparaba para postu- lar al Senati, en el día vendía polos en el Jirón de la Unión. — ¿La textilería fue siempre su pri- mera opción? Fíjese que no. Al ingresar debía po- ner tres opciones. Las mías eran electrónica –que estaba de moda–, electricidad y mecánica. Como no alcancé el puntaje suficiente para las dos primeras, solo me quedó mecá- nica. Y aquí mis preferencias eran mecánica de precisión, mecánica de mantenimiento y, al final, mecáni- ca textil. Lo puse pensando en que al terminar los tres años de estudio me iba a Huancayo a trabajar. — Pero en vez de Huancayo se mar- cha usted a Europa. Primero me gané el puesto de ins- tructor textil en Senati y luego, ani- mado por los expertos belgas que asesoraban aquí, postulé a una beca en ese país. Allá estuve más de un año aprendiendo francés y capaci- tándome en los sistemas de fabrica- ción de máquinas. Pero regresé. — ¿Cuándo decide volver a Europa? En el año 86, por pura curiosidad, leo en El Comercio un aviso de dos becas de Inabec para estudiar tecno- logía textil en Europa. Acá no veía futuro, yo ya tenía dos hijos y el Perú vivía su peor época, así que postulé. — ¿Y fue con la idea de radicar allá? Recién en Bélgica se me pasa por la cabeza. Postulé a cinco empresas pa- ra trabajar como montador de ma- quinarias, telares o lo que fuese. So- lo desde Alemania me respondieron positivamente. Me querían como instructor para la escuela de capaci- tación de sus clientes. Volví a Lima a estudiar alemán mientras me conse- guían la visa y en el año 88 empecé a trabajar. — ¿Qué fue lo que más le costó? Los primeros tres años en Alema- nia fueron los más duros de mi vida. Pensaba mucho en mis hijos y mi familia y lloraba. Imagínese en un país tan frío y en el que casi nadie te hablaba. Como salía de trabajar a las 4 p.m., decidí estudiar idiomas para estar ocupado y extrañar menos. — ¿En cuántos idiomas imparte us- ted los cursos? En francés, español, italiano, portu- gués y alemán. Ahora he empezado a estudiar inglés. — Qué curioso, casi todos empeza- mos estudiando el inglés por aque- llo del idioma universal. En Europa nunca lo necesité, pero ahora vienen turcos, checos y rusos. Doy el curso en alemán con intérpre- te, pero cuando no está me resulta difícil comunicarme en inglés, así que me estoy abocando a ello. — ¿La crisis en Europa no ha gol- peado a su empresa? Bastante, entre el 2007 y el 2009 Lindauer Dornier tuvo que despedir a casi 500 trabajadores de los 2.600 que éramos. Éramos 5 instructores, hoy quedamos 2. El jefe dijo que a mí no me tocasen por el hecho de do- minar tantos idiomas. No hubo pre- ferencia sino un premio al esfuerzo hecho por tanto tiempo. — ¿En el Perú se valora lo suficiente la educación técnica? Creo que no. No se valora la forma- ción profesional como base para una carrera universitaria. Es un error de nuestro sistema educativo. POSDATA Nací hace 56 años en Santa Cruz de Iscohuatiana, un pueblito del valle del Mantaro a 18 km de Huancayo. Tengo 4 hijos. Estudié la secundaria en el Politécnico Regional del Centro y cuando llegué a Lima me dediqué a vender ropa en el Jirón de la Unión. Luego estudié mecánica textil en el Senati. Somos 7 hermanos, seis de los cuales vivimos en Europa. Este mes he cumplido 25 años de trabajo en la empresa Lindauer Dornier. Todos los años mis vacaciones son en el Perú para ver a mi padre. Él no se quiere mover de nuestro pueblito, que cada vez tiene menos habitantes. Alejandro Ordóñez CEO técnico de la empresa alemana Lindauer Dornier ARCHIVO PERSONAL “Muchos no creen que un peruano trabaje como instructor en Alemania” FRANCISCO SANZ GUTIÉRREZ Doy los cursos en francés, español, italiano, alemán y portugués. En medio de la crisis económica, el jefe dijo que a mí no me tocasen por el hecho de dominar tantos idiomas”. De no tener nada y ser muy pobre he podido dar algo a mi familia. Ojalá motive a los jóvenes a estudiar carreras técnicas”. Dentro de poco, Alejandro Or- dóñez ya habrá pasado más años de su vida en Europa que en el Pe- rú. Nunca lo hubiera imaginado en el caserío de Junín donde nació y donde conoció la pobreza extre- ma. Su carrera técnica y su perse- verancia le cambiaron la vida. U na dama culta y fina de Miraflo- res me pregunta por qué en los programas cómicos de la televi- sión nunca figura la lesbiana. Pues fíjese usted: tampoco figura el homosexual activo. Pero vaya- mos por partes y cucharadas, o como dijo la monja Ludovica antes de descuartizar a la abadesa: “Procesamos metódicamente.” Hace alrededor de medio siglo alborota- ba el cotarro político nacional un señor que se llamaba Eudocio Ravines, Secretario General que fue del Partido Comunista Pe- ruano allá por la década de 1930. Después renegó del comunismo y se convirtió en anticomunista furibundo y conservador a ultranza. Era aliado del director de La Pren- sa, Pedro Beltrán, y defendía, en política y economía, los mismos intereses que éste, y atacaba por supuesto al diario El Comer- cio, que a su modo favorecía la planifica- ción y una política moderada de controles. Ravines no desperdiciaba oportuni- dad de zaherir a los Miró Quesada, tanto en su semanario Vanguardia cuanto en el programa político que tenía en el Canal 9. El Comercio nunca respondía los ataques de Ravines, razón por la cual preguntaron un día al doctor Francisco Miró Quesada Can- tuarias por qué El Comercio no contraataca- ba ni se defendía. Entonces el doctor Miró Quesada dijo: A esos microbios les administramos la penicilina del silencio.” Pues bien: el Orden Establecido o más bien el Desorden Establecido le ha aplicado la misma penicilina a la lesbiana y al homo- sexual activo. La sociedad admite al afeminado, ma- ricón o rosquete y se burla de él y lo despre- cia. Le es fácil y hasta gratificante hacerlo porque desprecia a la mujer y extiende fá- cilmente su desprecio a lo que sea remedo de la mujer o caricatura vulgar de ella. Para la sociedad, el varón que se com- porta como mujer, el llamado homosexual pasivo, es estigmatizable, pero no el homo- sexual activo, porque éste no “se raja”, co- mo dicen los mexicanos, no se acobarda ni mariconea, no afloja ni cede. Se considera que el homosexual pasivo traiciona la causa de la masculinidad y el rol de la varonía. El homosexual activo, en cambio, no desvirtúa la machez, ya que no se afemina. En el imaginario popular, la lesbiana es la mujer ahombrada, la machona. La socie- dad no la ridiculiza ni caricaturiza porque representa (a veces pintorescamente) la masculinidad, representación que para el Sistema no es en principio despreciable, aunque tampoco necesariamente enco- miable. Pero una cosa es que no la carica- turice y otra muy distinta es que la admita. No la admite, por considerarla competidora del varón. MARCO AURELIO DENEGRI LA TELEVISIÓN Y LA LESBIANA “Para la sociedad, el varón que se comporta como mujer, el llamado homosexual pasivo, es estigmatizable, pero no el homosexual activo.” UN RECITAL DE LUJO Gil Shaham — Uno de los más grandes violinistas del mundo llegará al Perú este 20 de agosto. El evento se realizará en el Gran Teatro Nacional. Dis- frute del 15% de descuento en las localidades de venta en Tu Entra- da de Plaza Vea y Vivanda. AMOR POR EL ARTE Talleres en el MALI — Los abonados tienen el 20% de descuento en todos los cursos que se dictan en el Museo de Arte de Lima (MALI). Para mayor información puede llamar al 204-0000 anexo 201 o al 436-8697. También puede es- cribir al correo: [email protected]. Es válido hasta el 15 de setiembre. OFERTAS PARA LOS SUSCRIPTORES. Llame al 311-5100 y suscríbase a El Comercio.

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Page 1: Entrevista El Comercio a Egresado, Caso Exitoso

LUNES 19 DE AGOSTO DEL 2013

POSDATA

A26. EL COMERCIO

E n su departamento de la ciudad alemana de Lin-dau, fronteriza con Aus-tria, las maletas nunca es-tán en su sitio. Las tiene en

la puerta porque no cesa de viajar. A ello lo obliga su labor como instruc-tor textil, a volar donde los clientes de la empresa lo requieran. Por te-léfono, esta vez lo encontramos en Francia, donde estaba dictando un curso de dos semanas.— ¿Desde cuándo anda en ese rit-mo de viajes por todo el mundo? Hace mucho, desde que me consoli-dé como formador e instructor. Re-cibimos a técnicos de nuestros clien-tes en la escuela textil, pero vamos a ellos cuando prefi eren que se les dic-te el curso con sus máquinas. — ¿Por cuántos países ha estado? Calculo que he visitado unos 25 paí-ses. Actualmente, mi área de acción es América Latina y los países fran-cófonos de África. Pero también es-toy dictando en Europa. Muchos se sorprenden al ver llegar a un perua-no como representante de una fi rma alemana, que les vaya a difundir la nueva tecnología germana.— En una publicación del Senati leí

que, de pequeño, usted estuvo en contacto con técnicos instructores. Su destino se empezó a trazar ahí. Así parece. Mi padre era guardián nocturno del Instituto Nacional de Instructores, entidad fi nanciada por la OIT que funcionaba en Huancayo y en la que había expertos alemanes, españoles y franceses. Al frente de los talleres de carpintería y electró-nica tenía mi papá un cuarto y ahí , en dos camarotes, nos acomodába-mos él y los siete hermanos. Mi ma-dre, que estaba en la chacra, venía los fi nes de semana.— Acaba el colegio y viene a Lima.Llegué con la ilusión de ser militar. Un amigo de la familia me dijo que me iba a ayudar, pero me engañó y me tuvo como empleado en la casa de su madre. Mi padre me dijo que no había hecho el esfuerzo de dar-me educación para terminar así.— Aparece entonces la opción de estudiar en Senati. Descarté la universidad porque no quería volverme viejo estudiando. Todo estaba politizado y había cons-tantes huelgas. Le dije que quería una carrera técnica. Pero al mis-mo tiempo debía sobrevivir, así que mientras me preparaba para postu-lar al Senati, en el día vendía polos en el Jirón de la Unión.— ¿La textilería fue siempre su pri-mera opción?Fíjese que no. Al ingresar debía po-ner tres opciones. Las mías eran electrónica –que estaba de moda–, electricidad y mecánica. Como no alcancé el puntaje sufi ciente para las dos primeras, solo me quedó mecá-

nica. Y aquí mis preferencias eran mecánica de precisión, mecánica de mantenimiento y, al fi nal, mecáni-ca textil. Lo puse pensando en que al terminar los tres años de estudio me iba a Huancayo a trabajar.— Pero en vez de Huancayo se mar-cha usted a Europa. Primero me gané el puesto de ins-tructor textil en Senati y luego, ani-mado por los expertos belgas que asesoraban aquí, postulé a una beca en ese país. Allá estuve más de un año aprendiendo francés y capaci-tándome en los sistemas de fabrica-ción de máquinas. Pero regresé. — ¿Cuándo decide volver a Europa?En el año 86, por pura curiosidad, leo en El Comercio un aviso de dos becas de Inabec para estudiar tecno-logía textil en Europa. Acá no veía

futuro, yo ya tenía dos hijos y el Perú vivía su peor época, así que postulé.— ¿Y fue con la idea de radicar allá? Recién en Bélgica se me pasa por la cabeza. Postulé a cinco empresas pa-ra trabajar como montador de ma-quinarias, telares o lo que fuese. So-lo desde Alemania me respondieron positivamente. Me querían como instructor para la escuela de capaci-tación de sus clientes. Volví a Lima a estudiar alemán mientras me conse-guían la visa y en el año 88 empecé a trabajar.— ¿Qué fue lo que más le costó?Los primeros tres años en Alema-nia fueron los más duros de mi vida. Pensaba mucho en mis hijos y mi familia y lloraba. Imagínese en un país tan frío y en el que casi nadie te hablaba. Como salía de trabajar a las 4 p.m., decidí estudiar idiomas para estar ocupado y extrañar menos.— ¿En cuántos idiomas imparte us-ted los cursos?En francés, español, italiano, portu-gués y alemán. Ahora he empezado a estudiar inglés.— Qué curioso, casi todos empeza-mos estudiando el inglés por aque-llo del idioma universal.En Europa nunca lo necesité, pero ahora vienen turcos, checos y rusos. Doy el curso en alemán con intérpre-te, pero cuando no está me resulta difícil comunicarme en inglés, así que me estoy abocando a ello.— ¿La crisis en Europa no ha gol-peado a su empresa? Bastante, entre el 2007 y el 2009 Lindauer Dornier tuvo que despedir a casi 500 trabajadores de los 2.600 que éramos. Éramos 5 instructores, hoy quedamos 2. El jefe dijo que a mí no me tocasen por el hecho de do-minar tantos idiomas. No hubo pre-ferencia sino un premio al esfuerzo hecho por tanto tiempo. — ¿En el Perú se valora lo sufi ciente la educación técnica?Creo que no. No se valora la forma-ción profesional como base para una carrera universitaria. Es un error de nuestro sistema educativo.

POSDATA

Nací hace 56 años en Santa

Cruz de Iscohuatiana, un

pueblito del valle del Mantaro

a 18 km de Huancayo. Tengo

4 hijos. Estudié la secundaria

en el Politécnico Regional del

Centro y cuando llegué a Lima

me dediqué a vender ropa en

el Jirón de la Unión. Luego

estudié mecánica textil en el

Senati. Somos 7 hermanos,

seis de los cuales vivimos en

Europa. Este mes he cumplido

25 años de trabajo en la

empresa Lindauer Dornier.

Todos los años mis vacaciones

son en el Perú para ver a mi

padre. Él no se quiere mover de

nuestro pueblito, que cada vez

tiene menos habitantes.

Alejandro Ordóñez CEO técnico de la empresa alemana

Lindauer Dornier

ARCHIVO PERSONAL

“Muchos no creen que un peruano trabaje como instructor en Alemania”

FRANCISCO SANZ GUTIÉRREZ

“ Doy los cursos en francés, español, italiano, alemán y portugués. En medio de la crisis económica, el jefe dijo que a mí no me tocasen por el hecho de dominar tantos idiomas”.

“ De no tener nada y ser muy pobre he podido dar algo a mi familia. Ojalá motive a los jóvenes a estudiar carreras técnicas”.

Dentro de poco, Alejandro Or-dóñez ya habrá pasado más años de su vida en Europa que en el Pe-rú. Nunca lo hubiera imaginado en el caserío de Junín donde nació y donde conoció la pobreza extre-ma. Su carrera técnica y su perse-verancia le cambiaron la vida.

U na dama culta y fi na de Mirafl o-res me pregunta por qué en los programas cómicos de la televi-sión nunca fi gura la lesbiana.

Pues fíjese usted: tampoco fi gura el homosexual activo. Pero vaya-mos por partes y cucharadas, o como dijo la monja Ludovica antes de descuartizar a la abadesa: “Procesamos metódicamente.”

Hace alrededor de medio siglo alborota-ba el cotarro político nacional un señor que se llamaba Eudocio Ravines, Secretario General que fue del Partido Comunista Pe-ruano allá por la década de 1930. Después renegó del comunismo y se convirtió en anticomunista furibundo y conservador a ultranza. Era aliado del director de La Pren-sa, Pedro Beltrán, y defendía, en política y economía, los mismos intereses que éste, y atacaba por supuesto al diario El Comer-cio, que a su modo favorecía la planifi ca-ción y una política moderada de controles.

Ravines no desperdiciaba oportuni-dad de zaherir a los Miró Quesada, tanto en su semanario Vanguardia cuanto en el programa político que tenía en el Canal 9. El Comercio nunca respondía los ataques de Ravines, razón por la cual preguntaron un día al doctor Francisco Miró Quesada Can-tuarias por qué El Comercio no contraataca-ba ni se defendía. Entonces el doctor Miró Quesada dijo:

“A esos microbios les administramos la penicilina del silencio.”

Pues bien: el Orden Establecido o más bien el Desorden Establecido le ha aplicado la misma penicilina a la lesbiana y al homo-sexual activo.

La sociedad admite al afeminado, ma-ricón o rosquete y se burla de él y lo despre-cia. Le es fácil y hasta gratifi cante hacerlo porque desprecia a la mujer y extiende fá-cilmente su desprecio a lo que sea remedo de la mujer o caricatura vulgar de ella.

Para la sociedad, el varón que se com-porta como mujer, el llamado homosexual pasivo, es estigmatizable, pero no el homo-sexual activo, porque éste no “se raja”, co-mo dicen los mexicanos, no se acobarda ni mariconea, no afl oja ni cede.

Se considera que el homosexual pasivo traiciona la causa de la masculinidad y el rol de la varonía. El homosexual activo, en cambio, no desvirtúa la machez, ya que no se afemina.

En el imaginario popular, la lesbiana es la mujer ahombrada, la machona. La socie-dad no la ridiculiza ni caricaturiza porque representa (a veces pintorescamente) la masculinidad, representación que para el Sistema no es en principio despreciable, aunque tampoco necesariamente enco-miable. Pero una cosa es que no la carica-turice y otra muy distinta es que la admita. No la admite, por considerarla competidora del varón.

MARCO AURELIODENEGRI

LA TELEVISIÓN Y LA LESBIANA

“Para la sociedad, el varón que se comporta como mujer, el llamado homosexual pasivo, es estigmatizable, pero no el homosexual activo.”

UN RECITAL DE LUJO

Gil Shaham— Uno de los más grandes violinistas del mundo llegará al Perú este 20 de agosto. El evento se realizará en el Gran Teatro Nacional. Dis-frute del 15% de descuento en las localidades de venta en Tu Entra-da de Plaza Vea y Vivanda.

AMOR POR EL ARTE

Talleres en el MALI— Los abonados tienen el 20% de descuento en todos los cursos que se dictan en el Museo de Arte de Lima (MALI). Para mayor información puede llamar al 204-0000 anexo 201 o al 436-8697. También puede es-cribir al correo: [email protected]. Es válido hasta el 15 de setiembre.

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