entrevista a miguel cruchaga belaude, decano de la facultad de arquitectura de la upc

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Miguel Cruchaga, Decano de la Facultad de Arquitectura de la UPC, nos pide reflexionar sobre nuestra asfixia. "O nos ponemos las pilas o la vida en Lima será inviable", dice

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Page 1: Entrevista a Miguel Cruchaga Belaude, Decano de la Facultad de Arquitectura de la UPC

a2 I El ComErCio DOMINGO 5 de setiembre del 2010

Se lo pidieron una y otra vez, pe-ro no aceptó por problemas de salud. En Acción Popular que-rían que el arquitecto Miguel Cruchaga fuera el candidato a la Municipalidad de Lima, pero una hipertensión jugó en su contra. Hoy pide hablar como técnico y no como miembro de un partido político. Esta es su voz ecológica. Cansado de escuchar el cruce de insultos de la última semana en-tre los candidatos, Cruchaga pide reflexionar sobre nuestra asfixia. O nos ponemos las pilas o la vida en Lima será inviable. Eso dice el decano de la Facultad de Arqui-tectura de la UPC.

¿Qué le parece esta campaña municipal en su recta final?Demasiado distraída. No discu-ten los temas de la ciudad. Se ha convertido en una ventilación de insultos y cosas irrelevantes.

¿Qué deberíamos de entender los electores al momento de elegir al próximo alcalde?Que Lima es un paciente muy en-fermo. La ciudad es un organis-mo vivo y lo primero que hace un médico es tomar la presión. En una ciudad la presión es el tráfico y Lima tiene un problema de hi-pertensión vehicular espantosa.

¡Estamos a punto del infarto!Y que no te extrañe que en un tiempo corto nos quedemos pa-ralizados en un tramo dos o tres horas. Ya está pasando. Con es-ta presión alta solo cabe analizar las arterias, se han hecho mejo-ras con Javier Prado y la aveni-da Grau, hay esfuerzos focales, pero debemos saber cuánta sangre existe. Obviamente hay demasiados vehículos. Hay más autos nuevos, pero los viejos no dejan de circular y con el doble de vehículos las arterias colap-san. Una solución es que el com-prador de auto nuevo tenga que entregar un bono que acredite que ha comprado un auto para ser destruido. Ese sistema se usa en otros países.

Eso será imposible.En un montón de países es posi-ble. Castañeda comenzó…

Diálogos con el poder MIGUEL CRUCHAGA BELAUNDE

Si elegimos autoridades sin carácter, Lima convulsionará con todos adentro. La Costa Verde debe preservarse. Necesitamos parques

PORMilagrosLeiva Gálvez

“Lima está a punto de explotar”

musuk nOlte

OPTIMISTA. “Gonzalo Alegría es un gran candidato y tiene futuro. Algunos dicen que AP está muerto, pero no es así. Nos vamos a recuperar, ya lo verán. Tenemos mucho por ofrecer”, dice el arquitecto Cruchaga.

¿Como arquitecto qué es lo que más le desagrada de Lima?Cuando era joven yo recorría Li-ma y veía una ciudad romántica, ahora solo veo codicia. Todo es competencia, los edificios son pegaditos, ganando siempre es-pacio. Antes la expresión era de romanticismo, lleno de balcones, allí está el Centro Histórico, Ba-rranco frente al mar, Miraflores también. Creo que hemos perdi-do el amor por la ciudad y la tarea del próximo alcalde es que volva-mos a enamorarnos de Lima. Ese debería ser el reto. En lugar de an-dar insultándose, que nos digan cuáles son sus propuestas...

¿Qué piensa de la satanización que se hace con Susana Villa-rán? Lourdes Flores ya la llama Caperucita Roja…Me parece muy torpe. Yo com-prendo que la angurria de ganar la campaña obnubile a la gente, pero tener gente de izquierda que está tratando de reinsertar-se en el sistema político nacional y tratarla a las cachetadas es una torpeza bárbara porque es obli-garlos a que se vuelvan radica-les. Me parece antidemocrático satanizar a la gente. Susana go-bernó con Paniagua y yo le creo cuando dice que no le dará ca-bida a la gente radical. ¿Por qué suponer que todos somos bribo-nes? Yo no estoy de acuerdo con satanizar, esa es la gran tragedia del Perú.

¿Qué le pide al próximo alcalde?Que sepa poner límites. La Costa Verde es esa frontera verde que tenemos que respetar por el bien de todos. La naturaleza es sagra-da y hay que protegerla. Mi pro-puesta es que todo ese acantilado se vuelva verde, que se haga un recorrido hermoso desde el ae-ropuerto. Sería un paseo espec-tacular. También sacaría las rejas de los parques. El parque público es de todos, no seamos mezqui-nos. Imaginen si en Nueva York cerraran Central Park, sería una locura. Seamos civilizados. Yo sueño con envejecer en una Li-ma romántica, sin bocinas, con parques. Yo creo que sí es posible, solo se necesita voluntad. π

Recuerde, paró por presión…Ese no es un defecto del sistema sino de las personas. Si elegimos autoridades sin carácter, la ciu-dad tendrá que morir.

¿Qué otro punto vital no se dis-cute en esta campaña?Lima es una ciudad antigua, si fuera una persona sería mayor. Para vivir con salud te recomien-dan una dieta balanceada; es decir menos grasa, compensar con proteínas, vegetales, frutas, una dieta natural. Necesitamos una proporción de áreas verdes, de parques que mantengan sano al habitante. Según indicadores universales, un índice saludable acepta hasta ocho metros cua-drados de verde por habitante.

¿Y cuál es el promedio de Lima?Apenas 1,4, una tragedia, mucho menos de lo recomendable. Lima no tiene viento, es una ciudad tranquila en ese sentido; pero la falta de viento y la neblina hacen que el aire sea estancado, por eso la polución demora en irse. Las grandes ciudades tienen enor-mes parques o bosques, Lima no. Nosotros lo solucionamos con la criollada: por encima parque y por debajo playa de estaciona-miento; eso es un engaño porque encima de un estacionamiento no pueden crecer árboles, basta con ver Larcomar. Solo hay flo-res. Necesitamos parques.

Pero ya no hay espacios...Sé que es complicado expropiar terrenos para hacer parques, pe-ro por lo menos cuidemos este borde maravilloso que tenemos al frente del mar. Convirtamos la Costa Verde en el gran parque de la capital. Mantengamos eso pa-ra que el aire que sopla desde el

mar entre a Lima limpio y puro y no contaminado por los edificios que quieren construir allí.

Está pidiendo que por siempre el acantilado sea intocable.Eso mismo. Si convertimos ese acantilado de treinta metros en una muralla de edificios, lograre-mos contaminar nuestro último espacio natural. Los limeños te-nemos la obligación de defender-nos. En una ciudad no todo debe ser edificio y cemento, por favor, tenemos que entenderlo o todos explotaremos contaminados.

Usted se opuso a Larcomar, pe-ro al final triunfó el dinero y ma-taron el parque Salazar.Yo me opuse y de la misma ma-nera me opongo a que toquen la Costa Verde. Debería ser un com-promiso de todos los candidatos a la alcaldía. Hay que decirles que construir hoteles, restaurantes y edificios es irracional. Si la codi-cia nos conduce a ocupar todos los rincones, llegará el momen-to en que moriremos asfixiados. ¿Por qué todo lo vemos cemento? ¿Queremos una ciudad fantas-ma? ¿Una ciudad donde sea im-posible vivir? A todos nos gusta el mar y si a eso sumamos la belleza del acantilado, mal haríamos en sucumbir a la codicia. ¿Diría que al alcalde Castañeda le faltó conciencia ecológica?Absolutamente, no la tiene.

Le puede decir que están el Gran Parque de Lima y los par-ques zonales. ¿Un parque enrejado donde se cobra por entrar? ¡Impresionan-te! A mí las fuentes me parecen exóticas y la gente se divierte, claro que sí, pero me indigna que haya enrejado a la mala. Me pa-rece un despropósito. El hombre también vive de pasear, de respi-rar. No se puede cobrar por entrar a un parque público. No se puede.

En Lima el 64% de la gente vive en asentamientos humanos y se han construido viviendas de manera desordenada. ¿Es posi-ble reordenar la ciudad?Hace cincuenta años, cuando me

gradué de arquitecto, estaba muy interesado en los asentamientos humanos, Prado acababa de dar la Ley 13517, que se llamaba Re-modelación, Saneamiento y Le-galización de Barrios Marginales, se formaron oficinas zonales pa-ra hacer efectiva la ley que decía que las invasiones realizadas solo hasta el 30 de diciembre eran re-conocidas por el Estado. Después se repitió lo mismo con todos los presidentes siguientes y por eso la gente sabe que puede invadir.

Bueno, no negará que el Estado ha pecado por no hacer progra-mas de vivienda popular…Eso siempre se saca en cara y es verdad, pero el otro tema es que los políticos que quieren asegu-rarse votos usan las invasiones como un arma electoral. Debe ser un delito el uso de los bienes pú-blicos para ganar rédito político.

El punto es hasta dónde cre-ceremos. Lima va para arriba. Todos los días se levantan edi-ficios, muchos hormigueros...Repito lo que alguna vez leí de Mariano Grondona, el gran pe-riodista argentino: La gran tra-gedia de la democracia es que su-pone que todas las personas van a pensar en el fin último como meta de sus aspiraciones y lo que sucede con frecuencia es que al tomar las decisiones solo piensan en el fin personal. ¿Hay cosas que nos provoca hacer? Por supues-to, pero tenemos que hacer lo que nos conviene. Hemos llegado al punto en que no podemos seguir siendo desordenados y las licen-cias para edificios con demasiada altura se han pasado de la raya. El próximo alcalde debe tener la capacidad de motivar a la gente para que todos comprendamos que o nos salvamos juntos o pe-recemos, no hay otra alternativa.

Entonces el primer educador tiene que ser el alcalde.Eso mismo y por eso no puede ser un mudo que gobierne, debe ser una persona que aparezca en te-levisión para explicar los planes de solución. Lamentablemente Castañeda aprendió de Fujimori: primero hago, después explico.

Para el transporte los candida-tos hablan del metro...Perdona la franqueza, pero es imposible. Hacer un metro tiene un costo monumental y para ser sufragado tiene que generar un pasaje que sea capaz de pagar la deuda. En la universidad hemos realizado ese cálculo y es impo-sible. La única manera es que el gobierno diga que tiene 1.500 millones de soles que le sobran y se los regale al metro. La segunda razón es que Lima es una ciudad copada y para hacer un metro se tiene que paralizar el tráfico, ¿cómo reemplazar las avenidas? Esto no dura cuatro años. Es de-masiado tarde para empezar. Lo lamento. Las otras ciudades co-menzaron hace 25 años.

¿Qué hacemos entonces?El metropolitano es una pe-queña parte de la solución. Hay que reordenarnos, no podemos seguir con combis y microbuses, necesitamos óm-nibus grandes.

¿Y no le asombra que una ciu-dad como Lima no tenga un centro de convenciones?Lo harán en el cuartel San Mar-tín. Ese es el plan.

Me refiero a un centro de la municipalidad como existe en otras ciudades. ¿No es el colmo que Mistura tenga que hacerse en un parque?Un parque que terminará des-trozado. Sí, pues, un parque no es para eso. Estamos de acuerdo, pero a Castañeda nunca le intere-saron esas cosas, tampoco le inte-resó restablecer el Teatro Muni-cipal. Eso me parece increíble. Es cierto, no tenemos un centro de convenciones decente.

En una ciudad no todo es cemento, la naturaleza es sagrada y debemos entender que en la vida siempre hay límites

Un parque público es de todos, no seamos mezquinos. Imaginen si en Nueva York cerraran Central Park. Imposible. Basta ya de enrejar