entrelíneas nº54

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E ENTRE LÍNEAS Prevención de INCENDIOS Número 54 – 2º Trimestre de 2012 Si analizamos las estadísticas facilitadas por aseguradoras y bomberos, observaremos que la muerte de personas a causa de los incendios en la residencia habitual mantiene un triste y persistente promedio en la última década. La Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) y la Fundación MAPFRE realizaron en 2011 un estudio sobre víctimas de incendios, donde se destaca que: “El 35% de los incendios se produce en las horas nocturnas entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana, mientras se duerme”. “La instalación de detectores domésticos de incendios podría contribuir a evitar un gran número de estas muertes”. Este estudio aconseja además, que la legislación de protección contra incendios en los edificios debiera prestar más atención al objeto de evitar las muertes en los edificios de vivienda. “Como ejemplo, se debería comenzar a regular la instalación de detectores de incendio en los hogares”. En el estudio se aprecia que los ancianos son la parte más afectada de la población y que los incendios más graves y con más muertes se generan en las horas nocturnas. Durante 2010 fallecieron a causa de un incendio en su hogar 136 personas, el 71% del total de las muertes de incendio de ese año. El pasado diciembre fue de los meses de mayor número de siniestros registrados, con un balance de ocho fallecidos y decenas de evacuaciones por incendios en viviendas, coincidiendo con la bajada de temperaturas, y mayor uso de aparatos eléctricos. Entre el 23 y el 26 de diciembre de 2011, cinco personas murieron en incendios de viviendas en Huelva, L'Hospitalet de Llobregat, Cambrils, Madrid y Córdoba. El 19 diciembre, tres miembros de una misma familia fallecieron en el incendio de su vivienda en Madrid, de madrugada. No hace falta comentar lo importante que es la detección temprana de un incendio, tanto por las posibili- dades que otorga para su extinción como para la evacuación de las personas. El peor incendio que se pueda presentar en las viviendas en las que residimos es aquel que se produce por la noche cuando estamos durmiendo o descansando. La mayoría de los incendios en las viviendas se inician y desarrollan al principio con combustión completa (oxígeno al 21%) y por tanto los productos de la com- bustión son humos, CO 2 , H 2 O y productos derivados de la composición química de los materiales que arden (cloro, nitrógeno, etc.). A medida que el oxígeno se consume y no se renueva (en otoño e invierno la estanqueidad de las viviendas es mayor) la combustión se transforma en incompleta, es decir, con deficiencia de oxígeno y los productos de la combustión se multiplican en cantidad y toxicidad (CO y CNH). Estos gases asesinos acompañan a los humos en su desplazamiento horizontal por los techos de la vivienda y en su traslado a través de los pasillos se van enfriando. Cuando llegan a las puertas de los dormitorios, Detección de incendios en el uso residencial-vivienda

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En el estudio se aprecia que los ancianos son la parte más afectada de la población y que los incendios más graves y con más muertes se generan en las horas nocturnas. A medida que el oxígeno se consume y no se renueva (en otoño e invierno la estanqueidad de las viviendas es mayor) la combustión se transforma en incompleta, es decir, con deficiencia de oxígeno y los productos de la combustión se multiplican en cantidad y toxicidad (CO y CNH). Prevención de INCENDIOS  

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Page 1: Entrelíneas Nº54

EENTRE LíNEAS

� Prevención de INCENDIOS  Número 54 – 2º Trimestre de 2012 Prevención de INCENDIOS  �Número 54 – 2º Trimestre de 2012

Si analizamos las estadísticas facilitadas por aseguradoras y bomberos, observaremos que la muerte de personas a causa de los incendios en la residencia habitual mantiene un triste y persistente promedio en la última década.

La Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) y la Fundación MAPFRE realizaron en 2011 un estudio sobre víctimas de incendios, donde se destaca que: “El 35% de los incendios se produce en las horas nocturnas entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana, mientras se duerme”. “La instalación de detectores domésticos de incendios podría contribuir a evitar un gran número de estas muertes”.

Este estudio aconseja además, que la legislación de protección contra incendios en los edificios debiera prestar más atención al objeto de evitar las muertes en los edificios de vivienda. “Como ejemplo, se debería comenzar a regular la instalación de detectores de incendio en los hogares”.

En el estudio se aprecia que los ancianos son la parte más afectada de la población y que los incendios más graves y con más muertes se generan en las horas nocturnas.

Durante 2010 fallecieron a causa de un incendio en su hogar 136 personas, el 71% del total de las muertes de incendio de ese año. El pasado diciembre fue de los meses de mayor número de siniestros registrados, con un balance de ocho fallecidos y decenas de evacuaciones por incendios en viviendas, coincidiendo con la bajada de temperaturas, y mayor uso de aparatos eléctricos. Entre el 23 y el 26 de diciembre de 2011, cinco personas murieron en incendios de viviendas en Huelva, L'Hospitalet de Llobregat, Cambrils, Madrid y Córdoba. El 19 diciembre, tres miembros de una misma familia fallecieron en el incendio de su vivienda en Madrid, de madrugada.

No hace falta comentar lo importante que es la detección temprana de un incendio, tanto por las posibili-dades que otorga para su extinción como para la evacuación de las personas.

El peor incendio que se pueda presentar en las viviendas en las que residimos es aquel que se produce por la noche cuando estamos durmiendo o descansando. La mayoría de los incendios en las viviendas se inician y desarrollan al principio con combustión completa (oxígeno al 21%) y por tanto los productos de la com-bustión son humos, CO2, H2O y productos derivados de la composición química de los materiales que arden (cloro, nitrógeno, etc.).

A medida que el oxígeno se consume y no se renueva (en otoño e invierno la estanqueidad de las viviendas es mayor) la combustión se transforma en incompleta, es decir, con deficiencia de oxígeno y los productos de la combustión se multiplican en cantidad y toxicidad (CO y CNH).

Estos gases asesinos acompañan a los humos en su desplazamiento horizontal por los techos de la vivienda y en su traslado a través de los pasillos se van enfriando. Cuando llegan a las puertas de los dormitorios,

Detección de incendios en el uso residencial-vivienda

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Prevención de INCENDIOS  �� Prevención de INCENDIOS Número 54 – 2º Trimestre de 2012 Número 54 – 2º Trimestre de 2012

chocan contra los dinteles y van generando lo que en bomberos denominamos la “línea neutra”. Si el incen-dio continúa, se generan más humos y gases que tarde o temprano rebasarán los dinteles y entrarán en los dormitorios.

Estos gases tienen parecida densidad con respecto al aire y por tanto cuando están fríos bajan hacia el suelo. Ya solo queda que sean respirados por las personas que duermen y habrán hecho honor a su nombre “los asesinos silenciosos”.

¿Qué pasaría, si en el techo del pasillo, justo a la entrada de los dor-mitorios, colocáramos un detector autónomo de incendios? Respuesta sencilla: antes de que los asesinos silenciosos nos afectasen sonaría un sonido agudo que nos despertará y con mucha probabilidad saldremos toda la familia gateando hacia la puerta de salida de la vivienda.

Los actuales detectores autóno-mos usan tecnología óptica, es decir, solo detectan gases visibles y por tanto el CO no sería detectado, pero sí los humos y los gases visibles que lo acompañan.

Estos problemas se ven agravados en lo que denominamos “vivien-das unifamiliares” donde las zonas de mayor probabilidad de inicio de incendio están en la planta baja y los dormitorios, en las plantas superiores. En este caso se debería instalar cuanto menos un detector por planta, aunque existe la posibili-dad de que no oigamos la señal de la planta baja y ya sea demasiado tarde para evacuar, por estar la escalera inundada de humo y con tiro hacia las plantas superiores.

En los últimos años se ha avanzado mucho en aspectos de seguridad relacionados con la protección activa y pasiva con el objetivo de garantizar la evacuación segura de los ocupantes de los edificios de uso residencial (vivienda): extintores en los rellanos de cada planta, puertas RF que pretenden compartimentar la caja de es-caleras, resbaladicidad de los suelos, iluminación y señalización de emergencia, etc. Pero todas estas medidas, no sirven para nada si la evacuación no se inicia en el momento oportuno y esto solo lo puede proporcionar una detección temprana del incendio.

La implantación de detectores autónomos en las viviendas es de obligado cumplimiento en algunos países del entorno Europeo y no representa una gran inversión ya que existen en el mercado detectores por menos de 20 € y sin prácticamente mantenimiento. En mi caso, lo tengo muy claro, a mis familiares y amigos les he instalado detectores de incendio autónomos en sus viviendas, sin olvidarme de explicarles su funcionalidad y mantenimiento.

Esta medida de protección debería estar reflejada en los proyectos de obra e instalada por el constructor en los puntos adecuados para optimizar su función.

Por último, he de mencionar que son de agradecer iniciativas novedosas y altruistas como las de la Fun-dación Fuego, los Bomberos de Alcorcón y la empresa Guipons, para instalar gratuitamente detectores de incendio autónomos en los hogares de la fundación APANSA, viviendas ocupadas por personas discapacitadas o mayores con problemas de movilidad.

Jorge Sánchez Sanchís.Jefe de sección de prevención.

Bombers - Consorcio Provincial de Valencia.