entrega 62 nueva
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Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XIX. VV. AA. SEXAGÉSIMOSEGUNDA ENTREGA Almud ediciones de Castilla-La Mancha; Ciudad Real, 2012; 432 pags.; 22 € 62. Año III/ 4 de abril de 2012 Texto de la intervención de Rafael Villena Espinosa (UCLM) durante la presentación del libro; Toledo, 28-3-2012TRANSCRIPT
LIBROS Y NOMBRES
DE CASTILLA-LA MANCHA
SEXAGÉSIMOSEGUNDA ENTREGA
62. Año III/ 4 de abril de 2012
Cultura en Castilla-La Mancha en
el siglo XIX. VV. AA.
Almud ediciones de Castilla-La Mancha;
Ciudad Real, 2012; 432 pags.; 22 €
Con frecuencia se utiliza el adjetivo
“decimonónico” para designar algo
trasnochado y rancio. Por ejemplo, el
Diccionario de la RAE recoge como 2ª
acepción de la palabra, la de “Anticuado,
pasado de moda”.
En cambio, para mí, este juicio dista
bastante de la realidad histórica. El XIX fue
un siglo radicalmente moderno,
transformador y revolucionario (en todos
los sentidos del término; a pesar de lo que
pueda chirriar hoy esta palabra,
singularmente entre quienes buscan
imponer el consenso y la calma social por
encima de todo). Contiene, de hecho, los
cimientos de las modernas sociedades.
“Nuestro siglo XIX está vinculado al actual
de un modo estrechísimo. Hechos que hoy
tienen un lógico antecedente en jornadas de
la [ante]pasada centuria. Hay cosas en
nuestros días que parecen un calco
exactísimo de las horas vividas en el XIX”
(Luciano de Taxonera, a propósito de su
libro sobre la revolución de 1854, en La
Libertad, 3663, 16-12-1931).
Desde esa perspectiva de cambio y
modernidad me quiero referir al siglo que
enmarca la obra que hoy presentamos.
Para empezar, el capitalismo como nuevo
sistema económico, que tiene su perfil más
visible en la industrialización, aunque en
realidad los cambios empezaron por la
propiedad de la tierra. Bien lo sabían los
liberales españoles que acometieron las
desamortizaciones, aunque luego eso no se
tradujera en el despegue industrial de
nuestro país, un despegue lento y desigual.
Tal vez el icono más visible de las
transformaciones económicas sea el
ferrocarril. La revolución en los transportes
llegó a España a partir de mediados del XIX
y con los raíles llegaron también nuevos
viajeros a CLM, como estudian Ángel y
Jesús Villar en el último capítulo del libro.
Los relatos de los viajeros extranjeros
evolucionaron desde el interés científico
prerromántico hasta la proximidad con la
guía turística, a finales de siglo. En ellos -
además del valor literario que tienen como
muestra de un género en auge por toda
Europa- encontramos una mirada diferente
sobre nuestra región en la que abundan las
referencias a los caminos intransitables,
a las posadas inhóspitas, al sol inclemente y
al paisaje. También a las gentes que
escasamente poblaban la región y vivían en
los límites de la pobreza.
Y, por supuesto, siempre la figura del
Quijote como referente ineludible. Lo
recuerda Ángel Romera -en su minucioso
capítulo- al señalar que “La literatura
castellano-manchega ha sido una de las
pocas en España, por no decir la única,
capaz de producir mitos literarios
trascendentes y universales”.
Los cambios sociales no fueron menos
profundos que los económicos. La
Revolución Francesa convulsionó un orden
social que desde entonces descansará sobre
la supremacía la burguesía y el
desplazamiento (tal vez, no completo) de
las aristocracias del AR. La mecha
revolucionaria se extendió por todo el
continente y tuvo en España una 1ª
manifestación, frustrada, durante la Guerra
de Independencia. Precisamente ahora
recordamos el bicentenario de la “Pepa”, la
1ª constitución de nuestro país y verdadero
decálogo del liberalismo.
Con todo, en España ese auge de la
burguesía se confundió con el liderazgo
político de los militares. Espartero,
Narváez, O‟Donnell…; aunque ello no
impidió que desarrollara nuevos gustos
estéticos y se convirtiera en el nuevo cliente
de las artes plásticas, que en el libro estudia
Angelina Serrano de la Cruz. Afirma la
autora al empezar su capítulo que “Las artes
plásticas en CLM en el siglo XIX
configuran un tema de contenidos diversos.
El arte se debate entre las reminiscencias
dieciochescas, el romanticismo y el
realismo”.
En ese panorama -y tras la etapa oscura del
reinado de Fernando VII- se destaca el
papel de mecenazgo de instituciones y
escuelas; la aportación -nuevamente- de los
viajeros, que colaboraron decisivamente en
el descubrimiento del Greco; la pintura de
paisaje o el tema quijotesco. Pero también
la social (Vicente Cutanda) y la
costumbrista (de Lizcano o de Araújo).
Por cierto, a propósito del arte, me llama la
atención que en el magnífico recorrido por
la cultura de CLM que es este libro no se
haya dedicado un espacio a la fotografía,
invento del XIX -resultado de los avances
científicos que se convirtió con rapidez en
la nueva afición de la burguesía y en su
nueva representación visual. Más tarde, se
popularizaría gracias a la labor de los
fotógrafos ambulantes que recorrieron
nuestros pueblos para retratar sus gentes,
sus paisajes, sus monumentos.
Socialmente, el acento modernizador de la
centuria también podría ponerse en la mujer
y en las primeras manifestaciones de un
feminismo, articulado, al menos, desde
Olympia de Gouges en la Revolución
Francesa. Me ha encantado comprobar que
el capítulo más extenso del libro -el
dedicado a la creación literaria- empiece
prácticamente con las escritoras. Ángel
Romera afirma que “En el siglo del
sufragismo, las mujeres empiezan a hacerse
notar, y entre ellas las castellano-
manchegas”. Y ahí están mujeres de
ideología tan dispar como Faustina Sáez de
Melgar o Magdalena de Santiago-Fuentes.
Esta sociedad burguesa, que subrayaba el
valor del individuo pero que negaba a la
mujer un papel de relevancia social -y por
ello luchará-, generó sus nuevos espacios de
relación. La sociabilidad es tan antigua
como el hombre, pero no el asociacionismo
ni el ocio. El fenómeno asociativo es
típicamente contemporáneo, hunde sus
raíces en la Ilustración pero se despliega en
el XIX. Ateneos, liceos y casinos pueblan
toda la geografía nacional, también la
castellano-manchega. Sin dicho fenómeno
no pueden entenderse algunos de los
capítulos del libro.
Está presente en el impulso de la cultura
musical que estudian Miriam Ballesteros y
María García. Las sociedades filarmónicas,
las de recreo -con sus secciones dedicadas a
la música-, las corales y las bandas. Todas
ellas “fomentaron actividades musicales
que sentaron las bases del desarrollo
posterior en el siglo XX”. La escena
musical se caracterizó, además, por la
decadencia de la música religiosa y el auge
progresivo de la Zarzuela, cuyos títulos se
representaban en la región con el mismo
éxito que en otras partes de España.
Las asociaciones cobran especial
protagonismo en el capítulo que Lucía
Crespo dedica al ocio, una noción
sustancialmente moderna. Lucía afirma que
CLM no quedó al margen de esa
modernización en las formas con las que
sus ciudadanos se divertían. Detrás de ellas
estaban unas elites interesadas en ostentar
su ascenso social a lo largo de sus paseos,
en los salones de los casinos, o entre el
humo de los cafés… El éxito del café fue
también el de las clases medias. Eso sí, de
los varones, porque salvo excepciones
ocasionales, fueron espacios vedados para
las mujeres a las que se reservaba las
confiterías.
Y para las clases populares la taberna, el
baile, los bolos, el frontón o los circos
gallísticos. Lugares todos ellos donde se
articuló una cultura bien diferente de las
tertulias y veladas de la “ociosa” burguesía.
Uno de los espacios privilegiados para el
ocio, a los que se acudía más bien para ver
y ser visto, fue el teatro; que se aborda en
este libro tanto por su calidad social de
lugar para las relaciones como,
lógicamente, desde la perspectiva literaria.
Concha Vázquez -con la pasión por el
teatro que demuestra página a página- se
ocupa de ello en un texto que reivindica la
capacidad de las artes escénicas como
“termómetro para medir la salud cultural y
social de un pueblo” (Larra y Lorca).
Pues bien, el teatro del XIX nos lleva al
origen del teatro tal y como lo disfrutamos
hoy: nuevos temas, mayor naturalidad
interpretativa, mejora en las tramoyas,
compañías de aficionados (nuevamente, el
fenómeno asociativo) y esa revolución que
supuso el “teatro por horas” permitiendo el
acceso al mismo de un mayor público entre
las clases populares. Impagables las páginas
dedicadas a “Don Juan”, “el teatro por
antonomasia para la gente” en palabras de
Concha.
En este hilo argumental del siglo XIX como
un siglo cargado de novedades, de
modernización y transformaciones
radicales, sobresale sin duda el proyecto
liberal de construir Estados sólidos que
desde entonces son indisolubles de la idea
de nación. Los Estados-nación crecieron -a
veces con desmesura- sobre la base de un
fuerte centralismo, perfectamente visible en
el caso español.
Estos nuevos estados necesitaban
instituciones desde las cuales diseminar su
poder por todo el territorio y para ello fue
preciso también dotarse de una nueva
arquitectura.
José Rivero traza un exhaustivo recorrido
por los debates teóricos y por los resultados
arquitectónicos en la Región. La novedad
no radicó tanto en las aportaciones
estilísticas que llegaron de forma diferida
(los “neos” de toda clase y resultados
dispares), sino más bien en los nuevos usos.
Así, las diputaciones provinciales y los
ayuntamientos simbolizaban el nuevo poder
burgués y liberal. También los cementerios,
teatros, plazas de toros u obras públicas
para el acondicionamiento de calles y
paseos… Todo ello es nuevo y todo ello -
hay que decirlo- llega tras el significativo
deterioro que muchos edificios sufrieron en
el primer tercio del siglo.
Es también obra del Estado la organización
de bibliotecas y archivos, cuyo origen se
vincula directamente al proceso
desamortizador, puesto que su dotación
original era el patrimonio bibliográfico y
documental de los conventos y otras
instituciones eclesiásticas desamortizadas.
Nuestro bibliotecario y activista de la
blogsfera, Antonio Casado, se encarga de
recorrer la historia –a veces, bastante
intrincada y bien desmenuzada por el autor-
de estos centros que fueron, a fin de
cuentas, el origen de las actuales bibliotecas
y archivos públicos. El Estado tenía
empeño en conservar su memoria, al menos
en parte, con esa acción. Las bibliotecas
provinciales de las diferentes capitales, las
de los institutos y escuelas normales… Los
archivos, civiles y eclesiásticos (algunos
integrados hoy en otros de ámbito mayor).
Y los fondos bibliográficos de los museos.
Todos ellos tienen su pequeña (o no tan
pequeña) historia en el libro.
Y a esas bibliotecas acabarían yendo a parar
los periódicos y los libros que recogían las
nuevas corrientes del pensamiento.
Ciertamente no se puede entender la época
contemporánea sin la prensa, sin ese
“cuarto poder” en expresión del doctrinario
Peter Burke. Sus orígenes son anteriores,
pero fue en el XIX cuando nace la prensa
periódica, se convierte en un aliado
imprescindible de la lucha política y acaba
deviniendo en empresa que vende noticias.
Todo se compra y se vende en el
capitalismo, también la información y la
opinión. No podía ser otra persona sino
Isidro Sánchez quien se ocupara de esta
parte del libro. Conoce como nadie la
prensa regional y así lo demuestra en una
síntesis que le ha debido resultar difícil de
elaborar. Prensa oficial (los “boletines”,
muy diferentes a los actuales), prensa
católica, republicana…, los primeros
diarios, las revistas ilustradas, etcétera.
Por cierto, basta echar un vistazo a las notas
al pie de todo el libro para comprobar que
Isidro Sánchez es un referente en la
historiografía regional no sólo para el
estudio de la prensa.
Una de las pegas que los ilustrados
encontraban en la prensa era la brevedad de
sus textos frente a los tratados y extensos
volúmenes que la tradicional cultura
libresca ofrecía. El pensamiento, político,
social, filosófico… necesita, seguramente,
de más extensión y es de esos asuntos de
los que se ocupa mi paisano Santiago
Arroyo. En España no hubo un
florecimiento intelectual similar al de otros
países europeos. Tampoco en CLM.
Pero ello no quiere decir que las principales
corrientes del pensamiento no fueran
recogidas por hombres de esta región.
Como, por ejemplo, el krausismo. Todo un
“estilo de vida con una visión del mundo
que aporta argumentos a la persona y a la
sociedad” (afirma Santiago). Y en esa línea
está, por ejemplo, Tomás Tapia Vela, cuya
obra el autor conoce bien por otros trabajos.
No sólo la filosofía, también el pensamiento
político, que encuentra en mi querido
Anselmo Lorenzo uno de sus más claros
exponentes de lo que fue otro movimiento
radicalmente moderno del XIX: el
anarquismo. No obstante, no todo iba a ser
modernidad. Y para demostrarlo ahí están
los neo escolásticos.
He dejado para el final aquello que quizás
debería haber tratado al principio: el
problema de la educación. Dice Alfonso
González-Calero, en la contracubierta del
libro, que “El siglo XIX es el siglo del
analfabetismo”. La frase es contundente,
pero lo cierto es que si no hay
alfabetización difícilmente puede haber
manifestaciones culturales o difícilmente
pueden llegar éstas a la sociedad.
La España del XIX vivió en una pura
contradicción respecto a la educación y a su
lucha contra el analfabetismo. Por un lado,
impulsó un proyecto de reforma integral de
la educación -inspirada en la francesa-, que
pretendía racionalizar la enseñanza,
extenderla y modernizarla. Enseñanza
primaria obligatoria, secundaria con la
creación de institutos y enseñanza
universitaria controlado por el Estado. Es lo
que recoge la ley Moyano de 1857 y de lo
que se venía hablando desde la Constitución
de 1812. Hasta ahí muy bien, pero ¿cómo
fue la realidad? La realidad se presentaba
con escuelas que no merecerían tal nombre,
con rudimentos educativos “básicos”
(siendo generosos), con una pléyade de
maestros y maestras que eran mal
pagados… -cuando se les pagaba- y con
una elevadísima tasa de absentismo escolar
en el medio rural.
Con esos mimbres, no puede extrañarnos
que en 1860 3/4 partes de los castellano-
manchegos fueron analfabetos y que en
1900 no se hubiera bajado del 70%, cuando
en España era algo mejor; si es que “mejor”
podemos considerar que 6 de cada 10
españoles no supieran leer ni escribir.
En fin, la historia cultural del siglo XXI
será escrita por otros, aunque la cultura en
sí la estamos escribiendo nosotros mismos.
En el principio de este siglo se presentan
retos importantes para la cultura. Algunos
nuevos, como la presumible desaparición
del papel impreso y su sustitución por
dispositivos electrónicos. Algunos no tan
nuevos y bastante más preocupantes. La
crisis económica se cobrará en la cultura
una de sus primeras bajas. Confío -porque
quiero confiar- en que no sea una víctima
definitiva. Entiendo que con estrecheces las
necesidades son otras seguramente, pero el
abandono de la cultura provocaría una
“desinversión” de efectos irreversibles.
Mientras tanto, nos queda el placer de
disfrutar de libros como éste, por el que hay
que felicitar sinceramente a sus autoras, a
sus autores y a su editor.
Texto de la intervención de Rafael Villena
Espinosa (UCLM) durante la presentación
del libro; Toledo, 28-3-2012
La realidad sobre el mundo
Geografía personal
José Rivero Serrano
Biblioteca de Autores Manchegos, Colección
Ojo de Pez Ciudad Real, 2011. 172 páginas
La primera proposición del Tractatus de
Wittgenstein enuncia: Die Welt ist alles,
was der Fall ist (“El mundo es todo lo que
es el caso”). El mundo, en esta concepción,
sólo es un conjunto de hechos definidos por
una configuración de objetos. Y los hechos
del mundo, por muy numerosos que sean,
son limitados. Sin embargo, hay otra
dimensión mucho más grande que el
mundo, con posibilidades infinitas, que es
la realidad, ocasionada por la disposición de
los objetos, o cosas, y que excede con
creces lo que el mundo acota. Hay más
cosas que hechos, afirma también el
Tractatus. Si decimos “El sol surge tras las
montañas” habremos pronunciado un
hecho, sin más. Pero si metaforizamos
profiriendo: “Alzándose al coloso, nuestro
padre lumínico sonríe a nuestra madre en el
primer momento de alentarla”, la diferencia
entre mundo y realidad se dispara, aunque
ambas oraciones describan un amanecer.
Cuando el lenguaje se transforma en
expresión artística el fenómeno queda
exacerbado por otra realidad, tremenda, la
imaginación.
Lo que hace José Rivero en su reciente libro
Geografía personal es crear una potente
realidad nueva a partir de los hechos del
mundo. Y la realidad que Rivero crea se
compone de opiniones o “cosas” (opiniones
muy cromáticas) que amplían el
conocimiento del mundo por medio de una
realidad cognitiva. Concebido como un
dietario, Geografía personal establece que
la unión espacio-tiempo se puede realizar a
través del dinamismo de la palabra a partir
de la retención inamovible del recuerdo,
enriqueciendo así nuestra personalidad. Y
en esta andadura “geográfica” personal se
aprehende la codiciada reflexión de los
otros que uno asume: por ello, la abundante
gavilla de citas que este libro recoge es uno
de los fundamentos de su carácter; un libro
que, sin capítulos, cómodamente transcurre
en una sugestiva fluidez temática indicada
por la sorpresiva aparición en negrita de
voces referentes: imagen, paso del tiempo,
elogio de la sombra, verdad… La
dialéctica que sostiene esta obra siempre es
combativa, cuestionando sin tregua y sin
fatiga lo que se imponga como aceptado:
“Si el consumo es continuo, ¿cómo es que
la producción no lo es?”. Este diálogo es
muy frecuente en esta entrega y está
expresado en muchas ocasiones con esa
aparente ingenuidad que transparenta una
bonancible cachaza: “Si la patria, para
George Steiner, es el lugar en que a uno le
dejan trabajar, ¿es que los parados no tienen
patria?” Y la agonía entre conceptos
también tiene aquí mucha presencia. Rivero
expresa que la monotonía de las mediocres
existencias no conlleva peor fama que los
cambios contrarios, ya que un cambio de
trabajo, de pareja, de casa o de sastre, no
ocasionan tanto encomio como se pudiera
pensar. Con la gracia de su siempre
benefactora expresión Rivero concibe el
cambio de sastre “como una impotencia
dolorosa”.
Amador Palacios en ABC Artes y Letras
de CLM; 31-3-2012
Manuel Castells distinguido con el
premio Holberg
El sociólogo albaceteño Manuel
Castells ha sido distinguido hoy con el
premio Holberg porque sus trabajos
"han formado nuestro entendimiento de
la dinámica política en las economías
urbanas y globales de la sociedad de la
red".
El fallo, difundido hoy en Oslo, resalta
que Castells es el principal sociólogo
dentro de la investigación sobre
ciudades y urbanización y sobre
tecnologías de la información y de los
medios.
"Ha arrojado luz sobre las estructuras de
poder que subyacen en las revoluciones
tecnológicas de nuestro tiempo y sobre
sus consecuencias. Ha contribuido a
comprender cómo los movimientos
sociales y políticos se han desarrollado
con las nuevas tecnologías de la
información", señaló el jurado.
Manuel Castells Oliván (Hellín, 1942)
es profesor de investigación de la
Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
y catedrático emérito de Sociología y de
Planificación Urbana y regional de la
Universidad de California.
Premio Nacional de Sociología y
Ciencia Política 2008, es autor de una
veintena de libros, entre los que figura
la trilogía "La era de la información:
cultura, economía y sociedad",
publicada en veintitrés idiomas.
El Premio Internacional a la memoria de
Holberg distingue todos los años
contribuciones en el mundo de las
humanidades, las ciencias sociales, el
derecho y la teología, y está dotado con
4,5 millones de coronas noruegas
(591.000€). En el palmarés del galardón
aparecen, entre otros, el filósofo alemán
Jürgen Habermas, que lo ganó en
2005. Recibe su nombre de Ludvig
Holberg, dramaturgo, historiador,
ensayista y figura clave de la Ilustración
en los países escandinavos.
Castells recibirá el premio el 6 de junio
en Bergen (Noruega), ciudad donde
Holberg nació en 1684, cuando su país
formaba parte del reino danés.
Eldigitalcastillalamancha.es 29-3-2012
Patrimonio monumental y minero
de Almadén
Rafael Sumozas García-Pardo
Biblioteca de Autores Manchegos; 2012
La Biblioteca de Autores Manchegos
(BAM), de la Diputación Provincial,
presentó el pasado día 22 en Ciudad Real el
libro “El patrimonio monumental y minero
de Almadén”, que hace el número 179 de su
colección general. Su autor es el
ciudarrealeño Rafael Sumozas García-
Pardo, doctor en Historia del Arte por la
UCLM y actualmente profesor en la
Facultad de Educación de la capital. En la
siguiente conversación para LANZA nos
explica algunos de los pormenores de esta
interesante publicación.
Pregunta. ¿Por qué elegiste el patrimonio
de Almadén como tema de investigación?
Respuesta. Almadén y su patrimonio es un
tema de investigación que me interesa
desde hace más de una década, a finales del
siglo XX eran numerosos los estudios que
se habían realizado desde el punto de vista
histórico, económico o tecnológico, pero no
así desde el punto de vista patrimonial. Me
interesó particularmente el estudio realizado
hace más de veinte años por Luis Mansilla
Plaza sobre la minería de Almadén y su
influencia en América, donde ya constataba
el valor de su patrimonio y su influencia al
otro lado del Atlántico, el cual he podido ir
conociendo, estudiando y trabajando en no
pocas salidas de campo y visitas a archivos,
bibliotecas, centros de documentación y
conversaciones con especialistas de
distintas áreas. En aquel momento la
actividad minera que se había desarrollado
ininterrumpidamente durante más de veinte
siglos estaba tocando su fin y era por mi
parte, un compromiso realizar un estudio
detallado sobre su patrimonio monumental
y minero.
P. Almadén aparece todavía como una gran
desconocida en lo relacionado con el
patrimonio artístico ¿Cuáles son sus
aspectos más importantes?
R. Lamentablemente el rico patrimonio
monumental y minero de Almadén ha
estado abandonado durante mucho tiempo,
lo que ha permitido pérdidas irrecuperables
sobre su patrimonio, solamente en la última
década se han comenzado a tomar medidas
para conocerlo, conservarlo y difundirlo,
coincidiendo con el cese de la actividad
minera de Almadén en 2003 y la necesidad
de búsqueda de un nuevo uso para su
patrimonio minero y su influencia sobre la
arquitectura y el urbanismo. La creación del
Parque Minero de Almadén, ha conseguido
frenar el deterioro de las instalaciones
mineras, y gracias a un notable esfuerzo
inversor, se ha generado un punto desde el
que dar a conocer su rico patrimonio,
aunque este no ha sido el caso por ejemplo
de la Casa-Academia de Minas, que
desafortunadamente sigue a su suerte y eso
quiero constatar con este libro.
P. La minería del mercurio ha marcado
toda la historia de la localidad y su
entorno, ¿cómo se ha plasmado en su
historia edificada?
R. En esta investigación sobre Almadén se
estudian los bienes patrimoniales generados
durante el proceso de explotación del
mercurio, relacionados en todo momento
con la cultura del trabajo minero y sus
necesidades constructivas. La influencia de
la minería del mercurio en la arquitectura y
el urbanismo de la población es evidente,
donde se integran elementos mineros y
metalúrgicos en el espacio urbano. Desde el
siglo XVI se incorporan elementos mineros
más complejos que, organizados por todo
Almadén, además sus construcciones
emblemáticas, de una u otra forma, siempre
están relacionados con la minería, como sus
iglesias y otras muchas construcciones
civiles ya del siglo XVIII, como la Casa de
la Superintendencia de Minas, la Casa del
Contador, la Plaza de Toros, el Real
Hospital de Mineros, la Real Cárcel de
Forzados o la Puerta de Carlos IV en el
cerco de Buitrones, entre otros.
P. Además de esas piezas tan emblemáticas
que señalas, ¿qué otras obras destacarías?
R. Son impresionantes otras construcciones
como los cercos o muros que rodean la
actividad minero-metalúrgica, los hornos,
los pozos y puentes, obras de gran
importancia realizadas en Almadén.
Igualmente desde mediados del siglo XVIII
y que hemos de considerarlas como un
primer estadio de la arquitectura industrial,
dentro de la cultura del trabajo minero. En
su conjunto forman parte indivisible de su
patrimonio monumental y minero, como un
todo coherente y así lo justifica su
candidatura como Patrimonio de la
Humanidad ante la UNESCO por su valor
indiscutible.
P. En cuanto al urbanismo, ¿a qué modelos
responde el Almadén que hoy conocemos en
relación a su historia minera?
R. El modelo urbano de Almadén tiene
origen en su propia coherencia interna, a
partir de estructuras de producción que
permiten agrupar edificios industriales y
administrativos con viviendas y otros
edificios civiles. Como población minera
presenta unas características urbanas
genéricas que la diferencian claramente de
otro tipo de poblaciones, configurando un
trazado urbano que está condicionado por la
producción minera y sus anexos, las
viviendas, los servicios comunitarios, el
hospital, la escuela. La vertebración de
todos estos elementos está directamente
vinculada en relación con el trazado interno
de la población.
P. ¿Se han perdido muchas cosas tanto del
patrimonio monumental como a nivel de
arquitectura popular?
R. Desafortunadamente así ha sido. Han
sido innumerables las pérdidas sobre el
patrimonio de Almadén, muchas sobre su
rica arquitectura popular, en ocasiones
desconocida y menospreciada, pero también
de edificios emblemáticos de la población,
como el Cuartel de Carabineros, que
durante la realización de esta investigación
se hizo desaparecer y otros edificios
emblemáticos que siguen en riesgo por su
abandono, como la Casa-Academia.
P. Qué aportación supone este libro en
cuanto estudio monográfico por un lado,
pero también respecto al estado de la
bibliografía actual y otras referencias de
estudio
R. Este estudio monográfico supone una
visión de conjunto sobre una parte
fundamental de la historia de Almadén, su
patrimonio monumental y minero, más aun
cuando ella se convierte en un modelo que
trasciende las fronteras españolas y deja una
profunda huella en los territorios
americanos. Son numerosos los estudios
que se han realizado desde el punto de
vista, económico, tecnológico e incluso
médico, este trabajo aporta una visión de
conjunto sobre su patrimonio y pretende dar
a conocer y difundir el rico patrimonio
constructivo de nuestra provincia. Por otra
parte, es necesario continuar este tipo de
estudios y otros relativos a los personajes
directos de esta historia, como fueron los
mineros y forzados, que durante siglos
trabajaron de forma deplorable en estas
minas y siguen siendo los grandes
olvidados.
P. En tu opinión, ¿habría que intentar de
nuevo la declaración de Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO?
R. Sin lugar a dudas, el trabajo incansable
que realizan profesionales como Luís
Mansilla, para la defensa, conservación y
difusión del patrimonio de Almadén debe
verse recompensado con una declaración
final favorable. He podido seguir y
participar en algunas reuniones de trabajo
de ICOMOS en España y América para una
posible declaratoria conjunta de Almadén
junto a otras poblaciones mineras, pero
solamente esta población de nuestra
provincia puede seguir en esta
reivindicación que esperemos se vea pronto
reconocida. LANZA 17-3-2012 JLL
Centenario Sinforiano García
Sanz (1911-2011)
Diputación de Guadalajara. Servicio de
Cultura. Centro de la Fotografía y la
Imagen Histórica (CEFIHGU), 2012, 32
pp. (Catálogo de la Exposición con
textos de Francisco Lozano Gamo)
Las acertadas palabras de Ana Guarinos,
presidenta de la Diputación Provincial, en
la presentación del folleto que comentamos,
definen la figura de Sinforiano como “uno
de esos alcarreños que su amor por la
provincia de Guadalajara le llevó a viajar
por ella para conocer sus costumbres,
rescatarlas y ponerlas en valor, sintiéndose
muy orgulloso de lo que representan”.
Palabras amables y sinceras que
confirmamos quienes tuvimos la suerte de
conocerlo personalmente y convivir con él,
que dan paso a un breve texto -a modo de
pórtico- al catálogo de la exposición escrito
por Francisco Lozano Gamo, que lleva por
título: “Sinforiano García Sanz, librero y
etnógrafo, 1911-2011”, en el que cuenta
detalladamente su peripecia vital, su mundo
como librero y algunos aspectos de su
faceta como folklorista centrado en el
conocimiento de las fiestas y tradiciones de
Guadalajara y, más particularmente, de su
amada Campiña del Henares, pues no en
vano era hijo de Robledillo de Mohernando
(para él simplemente Robledillo, sin
apellido alguno que recordase señoríos
pasados), donde conservaba la casa de sus
antepasados que solía habitar determinados
días del año, puesto que su vida cotidiana se
realizó en Madrid, en cuya calle Fuencarral
tenía su librería.
Según comenta Lozano Gamo, García Sanz
llegó a la capital de España con tan sólo
once años, después de haber terminado la
enseñanza primaria, y allí se especializó
como cortador de tela, tarea que le mantuvo
ocupado durante ocho años, hasta que con
diecinueve entró como ayudante en el
Centro de Estudios Históricos, que
posteriormente se convertiría en el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
En 1933 le tocó “servir a la patria”, de lo
que deja constancia en una especie de
cuadernillo o diario que, por suerte, se ha
conservado: “Salí de Madrid el 9 de febrero
y llegue al cuartel de Sevilla el 10, a las 6
de la tarde... Pienso, días llenos de tristeza,
de aburrimiento, de cosas inexplicables.
Cuando estábamos en las cuadras dando
pienso a los caballos, luego la limpieza de
los mismos. Otras veces se marchaban los
del 11 de permiso y nos obligaban a limpiar
los caballos diariamente”. Como puede
intuirse, una vida que no le gustaba,
siempre añorando su querida tierra
castellana. Volvió al Centro de Estudios
Históricos donde tuvo la suerte de conocer
a personas de la talla intelectual de Américo
Castro, Gabriel Mª Vergara, Julio Caro
Baroja o Antonio Castillo de Lucas, entre
otros, para los que realizaba recopilaciones
de notas históricas y etnográficas, al tiempo
que fue adquiriendo una amplia formación.
La Guerra (in)civil le tocó en Cataluña
donde, una vez finalizada, montó una
distribuidora de libros.
De regreso a Madrid vuelve de nuevo al
Centro de Estudios Históricos, ya como
CSIC donde, al tiempo que colabora con los
más importantes intelectuales del momento,
comienza sus estudios sobre las gentes y los
pueblos de Guadalajara, que en algunas
ocasiones recorría acompañando a las
instructoras encargadas de las Cátedras
Ambulantes de la Sección Femenina y cuyo
fruto más inmediato consistió en su estudio
acerca de las botargas y enmascarados
alcarreños que vio publicado en la
prestigiosa Revista de Dialectología y
Tradiciones Populares.
En 1949 abre su librería en la calle
Fuencarral de Madrid, en la que fue
reuniendo cuantos libros, revistas,
periódicos, folletos y estampas sobre
Guadalajara pudo ir allegando y gracias a la
cual pudo conocer a los más importantes
representares de la cultura alcarreña: Layna,
Camarillo, Alonso Gamo, Garciasol,
Ochaíta, Sanz y Díaz, Abánades, Pepe de
Juan..., con alguno de los cuales colaboró
para llevar a buen fin la creación de lo que
había de ser la primera Casa de
Guadalajara, de la que Sinforiano tuvo el
carné nº 4, como socio fundador que fue.
Interesantísima biblioteca aquella, no solo
por la cantidad de libros que llegó a
contener, sino por la calidad de muchos de
ellos, que desde su adquisición por la
Diputación de Guadalajara en los años 80,
forma parte de la más amplia Biblioteca de
Investigadores de la provincia de
Guadalajara (BIPGUA) que también acoge
en sus estanterías parte de las bibliotecas de
Layna Serrano y García Sanz, además de
numerosos fondos fotográficos entre los
que destaca la colección Camarillo.
Lozano Gamo recoge muchos otros
aspectos, entre los que destacamos el
homenaje que el Ayuntamiento de
Robledillo y la Asociación Cultural “El
Roble”, con la ayuda de la Casa de
Guadalajara en Madrid y la Diputación de
Guadalajara, le brindaron en 1993,
aprovechando la salida de la botarga
infantil, que ese año lo hizo el 23 de febrero
y que en esta ocasión fue acompañada por
las demás botargas, zarragones, mascaritas,
vaquillones y grupos de dulzaineros de la
provincia. Allí, en Robledillo, se descubrió
una placa con su nombre y lo que se
conocía como “El Rincón” pasó a llamarse
“El Rincón de Sinforiano García”, en cuyo
acto nos cupo la satisfacción de poder
dedicar a “Sinfo” unas palabras de amistad
y reconocimiento a su callada labor
intelectual. La muerte le llegaría dos años
más tarde, el 23 de junio de 1995. Muchas
cosas más podrían añadirse a lo hasta
aquí dicho. Sin embargo creemos que el
mayor homenaje que puede hacerse a
cualquier persona es el conocimiento de
su obra, de todo aquello que, tras
esfuerzos y sacrificios, ha llegado hasta
nosotros. En realidad, la obra de
Sinforiano García Sanz no es que sea
muy amplia, pero, por el contrario, tiene
el interés de haber sido pionera de
muchos temas. Destacamos ahora, cronológicamente, los
siguientes artículos: “Las Ramas”, Revista
de Dialectología y Tradiciones Populares,
(1945); “La quema del Judas en la
provincia de Guadalajara”, Revista de
Dialectología y Tradiciones Populares
(1948); “Notas sobre el traje popular en la
provincia de Guadalajara”, Revista de
Dialectología y Tradiciones Populares
(1951); “Los aguinaldos de Santa Águeda.
Fiesta de los mozos de Ruguilla
(Guadalajara)”, Actas do Primer Congreso
de Etnografía e Folklore, Braga (Portugal),
1951 (Lisboa 1953); “Botargas y
enmascarados alcarreños (Notas de
Etnología y Folklore)”, Revista de
Dialectología y Tradiciones Populares
(1953) -ampliado en Cuadernos de
Etnología de Guadalajara, n.º 1 (1987)-;
“Las cuevas de Tielmes (Madrid). Aspectos
de la vivienda humana”, Actas do Colóquio
de Estudos Etnográficos “Dr. José Leite de
Vasconcelos”, (Porto 1959); “Breves datos
de la desaparecida “soldadesca” de Codes”,
Cuadernos de Etnología de Guadalajara,
n.º 2 (1987), y “Sobre el Cancionero de
Guadalajara y su Geografía Popular”,
Cuadernos de Etnología de Guadalajara,
n.º 25 (1993), que posteriormente fueron
recogidas en el libro Sinforiano García
Sanz. Su obra. Notas de Etnología y
Folklore, editado por la Casa de
Guadalajara en Madrid, en 1996, como
bello recuerdo y homenaje a su labor.
No podemos decir lo mismo de esa otra
parte de la obra de García Sanz, tan
importante como poco conocida, que son
sus escritos y colaboraciones, por desgracia
muy dispersos entre los encartes literarios
de Reconquista, los boletines Arriaca de la
Casa de Guadalajara (en sus tres épocas), y
los periódicos de Guadalajara Flores y
Abejas (en cuyas páginas dio a conocer
numerosas leyendas) y Nueva Alcarria,
todavía a la espera de ser reunida en una
publicación que facilite su consulta.
Las páginas que siguen forman el catálogo
de la exposición que, por aquellas cosas de
la vida, no pudo realizarse en su fecha,
2011. En ellas pueden verse numerosas
fotografías de su familia y de juventud,
junto a otras del servicio militar, de varios
carnés como su cédula personal (1940), de
los servicios del CSIC, entonces
dependiente del Ministerio de Educación
(1946), de socio de la Casa de Guadalajara
(1960), de su oficina en la librería, de varios
escritos de Camilo José Cela
correspondientes a los años cincuenta, de
botargas y enmascarados y del homenaje
que se le rindió en Robledillo, muchas de
ellas cedidas para la ocasión por los sus
familiares, por Lozano Gamo, Ángel de
Juan y por la Casa de Guadalajara, además
del conocido retrato de García Sanz que
hizo Rafael Pedrós.
José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS
Clara Sánchez
Entra en mi vida
Ed. Destino Colección Áncora & Delfin
20,50 € Libro Electrónico, 13,99 €
Tras el éxito de Lo que esconde tu
nombre, llega la nueva novela de Clara
Sánchez.
Un pasado desconocido. Un gran
secreto familiar. Demasiadas preguntas
sin respuesta llevarán a Verónica a
desvelar una verdad que puede cambiar
su vida. En los años ochenta, cuando
Verónica tiene diez años, descubre en la
vieja cartera de su padre la fotografía de
una niña que jamás ha visto antes, una
foto acerca de la cual su intuición le
dice que mejor no preguntar. Tras ese
episodio, ha vivido siempre con la
percepción de que la tristeza, las
discusiones y los silencios en casa
escondían algo de lo que nadie quería
hablar. Años después, la enfermedad de
la madre enfrenta a una Verónica
adolescente cara a cara con un pasado
del que lo desconoce casi todo, un
pasado robado que la acerca más y más
a esa niña de la fotografía.
Por su parte, Laura siempre ha sentido
que algo no encajaba en su familia. Ha
crecido insegura, bajo la sombra de una
abuela absorbente y una madre que
apenas le ha hecho caso. Un día,
Verónica entra en la zapatería en la que
trabaja Laura y, con una sola mirada de
esa chica resolutiva y tenaz, Laura
comprenderá que hay momentos
decisivos que suponen un antes y un
después en la propia vida, aunque a
veces resulte difícil reconocerlos.
Desentrañar la enrevesada madeja de
mentiras y manipulaciones que ha
conformado sus vidas les descubre que
el precio de pelear por la verdad exige
un amor sin fisuras y un coraje
extraordinario, porque el camino es
aventurado y de no retorno y, tras una
espiral de emociones al límite, se
acabará revelando también como muy
peligroso.
Página web de Edit. Destino
Ngueva: Cuento para jóvenes y
adultos
Nieves Sevilla Nohales (texto);
Sebastiao Alves Langa
(ilustraciones; Ruth
Garitaonaindía, fotografías y
Sergio García-Gasco, diseño
Edita: Que vayan ellos; Albacete, 2011;
Se trata de un relato alegórico en el que
el protagonista, Ngueva, un joven
africano, emigra a un país próspero en
busca de ayuda para acabar con la
sequía y el hambre, y la pobreza
extrema de su pueblo. Este cuento fue
finalista en el concurso de relatos sobre
Inmigración, emigración e
interculturalidad.
La autora del texto, Nieves Sevilla
Nohales, nació en El Picazo (Cuenca).
Es docente y ha publicado numerosos
artículos sobre temas educativos. En
2005 publicó su novela La noche de los
jacintos blancos (Ed. Mileto). Y en
2009 La caja de ébano (Ed. Catriel).
Barcarola nº 77
Albacete, Diciembre 2011
En la entrega nº 77 de la veterana
revista Barcarola encontramos, como
siempre muy buena calidad en su
amplia sección de Poesía, con textos,
entre otros, de Antonio Gamoneda,
Antonio Beneyto, Rubén Martín,
Andrés García Cerdán, José Ángel
García, Pedro A. González Moreno; o
Frutos Soriano. En Narrativa aparecen
prosas de Jorge Cela Trulock; Agustín
Guimerá; Luis Mayo o Lucía Plaza Díaz
Sigue luego un bloque de Homenaje a
Borges, con textos de José Manuel
Martínez Cano; José María Álvarez y
César González.
En la sección Trabajos monográficos
podemos leer „Tres semblanzas de tres
poetas: Rimbaud, Rilke y Pound‟, de
Antonio Colinas; „Mario Vargas Llosa
y Joanot Martorell‟, de Luis Alberto
de Cuenca; „Las cuentas claras de
Ortega‟, de Domingo Henares;
„Ingenios españoles: don Manuel
Fernández y González‟, de José
Esteban; „La poesía de Luis Alberto de
Cuenca‟, de Rosa Romojaro Montero;
„Rabindranath Tagore: Nexo entre
Zenobia y Juan Ramón‟, de Emilia
Cortés Ibáñez; „La razón poética de
María Zambrano o los infiernos de la
luz‟, de Sílvia Rins y „La escurridiza
felicidad‟, de José Jerez Colino. Sigue
luego un bloque de Traducciones
inéditas en el que Clara Janés nos
ofrece textos vertidos del checo de
Vladimir Holan. Viene posteriormente
un „dossier Josep Maria Castellet‟ con
un texto inédito de este importante
crítico catalán presentado por
Laureano Bonet.
La revista incluye luego un amplio
intercambio de correspondencia entre
Félix Grande y Julio Cortázar. Vicen
Diges nos propone un ensayo sobre
„Expresión abstracta del ser humano.:
¿Fantasía o realidad?‟. Y el escritor y
político Ramón Bello Bañón nos
ofrece una capítulo de sus memorias
centrado en „Los caminos literarios
1950-1960‟. Diversos críticos
literarios (De Cuenca, Sanz
Villanueva, Martínez Cano, A. Segura
, J. A. Sánchez y Emma Rodriguez)
nos ofrecen sus referencias sobre la
obra “Grandes hitos de la historia de
la novela euroamericana”, de Juan
Bravo.
La dirección de la revista corre a cargo
de Juan Bravo Castillo y José Manuel
Martínez Cano y la parte gráfica de la
misma es obra de los hermanos
García Jiménez.
Guía de Toledo
ANAYA TOURING
Pertenece este libro a la colección
GUIARAMA, que hace un año pasó a
denominarse GUIARAMA COMPACT
por ser guías cada vez más compactas,
tanto que caben en un bolsillo, pero que
contienen toda la información que un
viajero necesita para un viaje corto.
Vienen divididas en lo que la editorial
denomina un "3 en 1 infalibre": guía,
directorio y mapa.
Se trata de una guía práctica y
totalmente actualizada, ideal para
realizar un corto viaje a Toledo. De
hecho, este es el título con el que
aparece en el mercado: "Un corto viaje
a Toledo".
La guía está dividida en cuatro
apartados. En el primero, denominado
'Diez Indispensables', se propone una
selección de los lugares, curiosidades y
tradiciones de Toledo y su provincia
que no hay que perderse: La Judería, El
Greco y otros maestros, El Alcázar, Por
la senda del Tajo, La gran fiesta del
Corpus, El Toboso…
El segundo apartado, 'Visita a la ciudad
de Toledo', consta de cinco itinerarios
urbanos a seguir para conocer a fondo la
ciudad: el itinerario básico, el itinerario
complementario, Murallas, Puertas y
puentes, Zona sur y Exteriores de la
ciudad. En todos ellos se proporciona
información detallada de los lugares con
mayor interés. También incluye un
plano de la ciudad con los monumentos
más importantes destacados.
El siguiente apartado, 'Excursiones por
Toledo', propone cuatro recorridos por
los lugares más emblemáticos de la
provincia: De Toledo a la Mancha por
los Montes, La Mancha Alta y La
Sagra, Centro de la provincia y
Comarca de Talavera. Un útil mapa de
carreteras al comienzo de este capítulo
facilita la planificación de los
desplazamientos. Por último, se incluye
una amplia selección de restaurantes,
alojamientos, direcciones de museos y
monumentos, así como una exhaustiva
información práctica para moverse por
la zona.
En definitiva, una atractiva guía de
Toledo escrita, además, por buenos
conocedores de esta ciudad y provincia.
De la web librosdetoledo.org