entrega 62 nueva

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LIBROS Y NOMBRES DE CASTILLA-LA MANCHA SEXAGÉSIMOSEGUNDA ENTREGA 62. Año III/ 4 de abril de 2012 Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XIX. VV. AA. Almud ediciones de Castilla-La Mancha; Ciudad Real, 2012; 432 pags.; 22 € Con frecuencia se utiliza el adjetivo “decimonónico” para designar algo trasnochado y rancio. Por ejemplo, el Diccionario de la RAE recoge como 2ª acepción de la palabra, la de “Anticuado, pasado de moda”. En cambio, para mí, este juicio dista bastante de la realidad histórica. El XIX fue un siglo radicalmente moderno, transformador y revolucionario (en todos los sentidos del término; a pesar de lo que pueda chirriar hoy esta palabra, singularmente entre quienes buscan imponer el consenso y la calma social por encima de todo). Contiene, de hecho, los cimientos de las modernas sociedades. “Nuestro siglo XIX está vinculado al actual de un modo estrechísimo. Hechos que hoy tienen un lógico antecedente en jornadas de la [ante]pasada centuria. Hay cosas en nuestros días que parecen un calco exactísimo de las horas vividas en el XIX” (Luciano de Taxonera, a propósito de su libro sobre la revolución de 1854, en La Libertad, 3663, 16-12-1931). Desde esa perspectiva de cambio y modernidad me quiero referir al siglo que enmarca la obra que hoy presentamos. Para empezar, el capitalismo como nuevo sistema económico, que tiene su perfil más visible en la industrialización, aunque en realidad los cambios empezaron por la propiedad de la tierra. Bien lo sabían los liberales españoles que acometieron las desamortizaciones, aunque luego eso no se tradujera en el despegue industrial de nuestro país, un despegue lento y desigual. Tal vez el icono más visible de las transformaciones económicas sea el ferrocarril. La revolución en los transportes llegó a España a partir de mediados del XIX y con los raíles llegaron también nuevos viajeros a CLM, como estudian Ángel y Jesús Villar en el último capítulo del libro. Los relatos de los viajeros extranjeros evolucionaron desde el interés científico prerromántico hasta la proximidad con la guía turística, a finales de siglo. En ellos - además del valor literario que tienen como muestra de un género en auge por toda Europa- encontramos una mirada diferente sobre nuestra región en la que abundan las referencias a los caminos intransitables, a las posadas inhóspitas, al sol inclemente y al paisaje. También a las gentes que escasamente poblaban la región y vivían en los límites de la pobreza. Y, por supuesto, siempre la figura del Quijote como referente ineludible. Lo recuerda Ángel Romera -en su minucioso capítulo- al señalar que “La literatura castellano-manchega ha sido una de las pocas en España, por no decir la única, capaz de producir mitos literarios trascendentes y universales”. Los cambios sociales no fueron menos profundos que los económicos. La Revolución Francesa convulsionó un orden social que desde entonces descansará sobre

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Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XIX. VV. AA. SEXAGÉSIMOSEGUNDA ENTREGA Almud ediciones de Castilla-La Mancha; Ciudad Real, 2012; 432 pags.; 22 € 62. Año III/ 4 de abril de 2012 Texto de la intervención de Rafael Villena Espinosa (UCLM) durante la presentación del libro; Toledo, 28-3-2012

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LIBROS Y NOMBRES

DE CASTILLA-LA MANCHA

SEXAGÉSIMOSEGUNDA ENTREGA

62. Año III/ 4 de abril de 2012

Cultura en Castilla-La Mancha en

el siglo XIX. VV. AA.

Almud ediciones de Castilla-La Mancha;

Ciudad Real, 2012; 432 pags.; 22 €

Con frecuencia se utiliza el adjetivo

“decimonónico” para designar algo

trasnochado y rancio. Por ejemplo, el

Diccionario de la RAE recoge como 2ª

acepción de la palabra, la de “Anticuado,

pasado de moda”.

En cambio, para mí, este juicio dista

bastante de la realidad histórica. El XIX fue

un siglo radicalmente moderno,

transformador y revolucionario (en todos

los sentidos del término; a pesar de lo que

pueda chirriar hoy esta palabra,

singularmente entre quienes buscan

imponer el consenso y la calma social por

encima de todo). Contiene, de hecho, los

cimientos de las modernas sociedades.

“Nuestro siglo XIX está vinculado al actual

de un modo estrechísimo. Hechos que hoy

tienen un lógico antecedente en jornadas de

la [ante]pasada centuria. Hay cosas en

nuestros días que parecen un calco

exactísimo de las horas vividas en el XIX”

(Luciano de Taxonera, a propósito de su

libro sobre la revolución de 1854, en La

Libertad, 3663, 16-12-1931).

Desde esa perspectiva de cambio y

modernidad me quiero referir al siglo que

enmarca la obra que hoy presentamos.

Para empezar, el capitalismo como nuevo

sistema económico, que tiene su perfil más

visible en la industrialización, aunque en

realidad los cambios empezaron por la

propiedad de la tierra. Bien lo sabían los

liberales españoles que acometieron las

desamortizaciones, aunque luego eso no se

tradujera en el despegue industrial de

nuestro país, un despegue lento y desigual.

Tal vez el icono más visible de las

transformaciones económicas sea el

ferrocarril. La revolución en los transportes

llegó a España a partir de mediados del XIX

y con los raíles llegaron también nuevos

viajeros a CLM, como estudian Ángel y

Jesús Villar en el último capítulo del libro.

Los relatos de los viajeros extranjeros

evolucionaron desde el interés científico

prerromántico hasta la proximidad con la

guía turística, a finales de siglo. En ellos -

además del valor literario que tienen como

muestra de un género en auge por toda

Europa- encontramos una mirada diferente

sobre nuestra región en la que abundan las

referencias a los caminos intransitables,

a las posadas inhóspitas, al sol inclemente y

al paisaje. También a las gentes que

escasamente poblaban la región y vivían en

los límites de la pobreza.

Y, por supuesto, siempre la figura del

Quijote como referente ineludible. Lo

recuerda Ángel Romera -en su minucioso

capítulo- al señalar que “La literatura

castellano-manchega ha sido una de las

pocas en España, por no decir la única,

capaz de producir mitos literarios

trascendentes y universales”.

Los cambios sociales no fueron menos

profundos que los económicos. La

Revolución Francesa convulsionó un orden

social que desde entonces descansará sobre

la supremacía la burguesía y el

desplazamiento (tal vez, no completo) de

las aristocracias del AR. La mecha

revolucionaria se extendió por todo el

continente y tuvo en España una 1ª

manifestación, frustrada, durante la Guerra

de Independencia. Precisamente ahora

recordamos el bicentenario de la “Pepa”, la

1ª constitución de nuestro país y verdadero

decálogo del liberalismo.

Con todo, en España ese auge de la

burguesía se confundió con el liderazgo

político de los militares. Espartero,

Narváez, O‟Donnell…; aunque ello no

impidió que desarrollara nuevos gustos

estéticos y se convirtiera en el nuevo cliente

de las artes plásticas, que en el libro estudia

Angelina Serrano de la Cruz. Afirma la

autora al empezar su capítulo que “Las artes

plásticas en CLM en el siglo XIX

configuran un tema de contenidos diversos.

El arte se debate entre las reminiscencias

dieciochescas, el romanticismo y el

realismo”.

En ese panorama -y tras la etapa oscura del

reinado de Fernando VII- se destaca el

papel de mecenazgo de instituciones y

escuelas; la aportación -nuevamente- de los

viajeros, que colaboraron decisivamente en

el descubrimiento del Greco; la pintura de

paisaje o el tema quijotesco. Pero también

la social (Vicente Cutanda) y la

costumbrista (de Lizcano o de Araújo).

Por cierto, a propósito del arte, me llama la

atención que en el magnífico recorrido por

la cultura de CLM que es este libro no se

haya dedicado un espacio a la fotografía,

invento del XIX -resultado de los avances

científicos que se convirtió con rapidez en

la nueva afición de la burguesía y en su

nueva representación visual. Más tarde, se

popularizaría gracias a la labor de los

fotógrafos ambulantes que recorrieron

nuestros pueblos para retratar sus gentes,

sus paisajes, sus monumentos.

Socialmente, el acento modernizador de la

centuria también podría ponerse en la mujer

y en las primeras manifestaciones de un

feminismo, articulado, al menos, desde

Olympia de Gouges en la Revolución

Francesa. Me ha encantado comprobar que

el capítulo más extenso del libro -el

dedicado a la creación literaria- empiece

prácticamente con las escritoras. Ángel

Romera afirma que “En el siglo del

sufragismo, las mujeres empiezan a hacerse

notar, y entre ellas las castellano-

manchegas”. Y ahí están mujeres de

ideología tan dispar como Faustina Sáez de

Melgar o Magdalena de Santiago-Fuentes.

Esta sociedad burguesa, que subrayaba el

valor del individuo pero que negaba a la

mujer un papel de relevancia social -y por

ello luchará-, generó sus nuevos espacios de

relación. La sociabilidad es tan antigua

como el hombre, pero no el asociacionismo

ni el ocio. El fenómeno asociativo es

típicamente contemporáneo, hunde sus

raíces en la Ilustración pero se despliega en

el XIX. Ateneos, liceos y casinos pueblan

toda la geografía nacional, también la

castellano-manchega. Sin dicho fenómeno

no pueden entenderse algunos de los

capítulos del libro.

Está presente en el impulso de la cultura

musical que estudian Miriam Ballesteros y

María García. Las sociedades filarmónicas,

las de recreo -con sus secciones dedicadas a

la música-, las corales y las bandas. Todas

ellas “fomentaron actividades musicales

que sentaron las bases del desarrollo

posterior en el siglo XX”. La escena

musical se caracterizó, además, por la

decadencia de la música religiosa y el auge

progresivo de la Zarzuela, cuyos títulos se

representaban en la región con el mismo

éxito que en otras partes de España.

Las asociaciones cobran especial

protagonismo en el capítulo que Lucía

Crespo dedica al ocio, una noción

sustancialmente moderna. Lucía afirma que

CLM no quedó al margen de esa

modernización en las formas con las que

sus ciudadanos se divertían. Detrás de ellas

estaban unas elites interesadas en ostentar

su ascenso social a lo largo de sus paseos,

en los salones de los casinos, o entre el

humo de los cafés… El éxito del café fue

también el de las clases medias. Eso sí, de

los varones, porque salvo excepciones

ocasionales, fueron espacios vedados para

las mujeres a las que se reservaba las

confiterías.

Y para las clases populares la taberna, el

baile, los bolos, el frontón o los circos

gallísticos. Lugares todos ellos donde se

articuló una cultura bien diferente de las

tertulias y veladas de la “ociosa” burguesía.

Uno de los espacios privilegiados para el

ocio, a los que se acudía más bien para ver

y ser visto, fue el teatro; que se aborda en

este libro tanto por su calidad social de

lugar para las relaciones como,

lógicamente, desde la perspectiva literaria.

Concha Vázquez -con la pasión por el

teatro que demuestra página a página- se

ocupa de ello en un texto que reivindica la

capacidad de las artes escénicas como

“termómetro para medir la salud cultural y

social de un pueblo” (Larra y Lorca).

Pues bien, el teatro del XIX nos lleva al

origen del teatro tal y como lo disfrutamos

hoy: nuevos temas, mayor naturalidad

interpretativa, mejora en las tramoyas,

compañías de aficionados (nuevamente, el

fenómeno asociativo) y esa revolución que

supuso el “teatro por horas” permitiendo el

acceso al mismo de un mayor público entre

las clases populares. Impagables las páginas

dedicadas a “Don Juan”, “el teatro por

antonomasia para la gente” en palabras de

Concha.

En este hilo argumental del siglo XIX como

un siglo cargado de novedades, de

modernización y transformaciones

radicales, sobresale sin duda el proyecto

liberal de construir Estados sólidos que

desde entonces son indisolubles de la idea

de nación. Los Estados-nación crecieron -a

veces con desmesura- sobre la base de un

fuerte centralismo, perfectamente visible en

el caso español.

Estos nuevos estados necesitaban

instituciones desde las cuales diseminar su

poder por todo el territorio y para ello fue

preciso también dotarse de una nueva

arquitectura.

José Rivero traza un exhaustivo recorrido

por los debates teóricos y por los resultados

arquitectónicos en la Región. La novedad

no radicó tanto en las aportaciones

estilísticas que llegaron de forma diferida

(los “neos” de toda clase y resultados

dispares), sino más bien en los nuevos usos.

Así, las diputaciones provinciales y los

ayuntamientos simbolizaban el nuevo poder

burgués y liberal. También los cementerios,

teatros, plazas de toros u obras públicas

para el acondicionamiento de calles y

paseos… Todo ello es nuevo y todo ello -

hay que decirlo- llega tras el significativo

deterioro que muchos edificios sufrieron en

el primer tercio del siglo.

Es también obra del Estado la organización

de bibliotecas y archivos, cuyo origen se

vincula directamente al proceso

desamortizador, puesto que su dotación

original era el patrimonio bibliográfico y

documental de los conventos y otras

instituciones eclesiásticas desamortizadas.

Nuestro bibliotecario y activista de la

blogsfera, Antonio Casado, se encarga de

recorrer la historia –a veces, bastante

intrincada y bien desmenuzada por el autor-

de estos centros que fueron, a fin de

cuentas, el origen de las actuales bibliotecas

y archivos públicos. El Estado tenía

empeño en conservar su memoria, al menos

en parte, con esa acción. Las bibliotecas

provinciales de las diferentes capitales, las

de los institutos y escuelas normales… Los

archivos, civiles y eclesiásticos (algunos

integrados hoy en otros de ámbito mayor).

Y los fondos bibliográficos de los museos.

Todos ellos tienen su pequeña (o no tan

pequeña) historia en el libro.

Y a esas bibliotecas acabarían yendo a parar

los periódicos y los libros que recogían las

nuevas corrientes del pensamiento.

Ciertamente no se puede entender la época

contemporánea sin la prensa, sin ese

“cuarto poder” en expresión del doctrinario

Peter Burke. Sus orígenes son anteriores,

pero fue en el XIX cuando nace la prensa

periódica, se convierte en un aliado

imprescindible de la lucha política y acaba

deviniendo en empresa que vende noticias.

Todo se compra y se vende en el

capitalismo, también la información y la

opinión. No podía ser otra persona sino

Isidro Sánchez quien se ocupara de esta

parte del libro. Conoce como nadie la

prensa regional y así lo demuestra en una

síntesis que le ha debido resultar difícil de

elaborar. Prensa oficial (los “boletines”,

muy diferentes a los actuales), prensa

católica, republicana…, los primeros

diarios, las revistas ilustradas, etcétera.

Por cierto, basta echar un vistazo a las notas

al pie de todo el libro para comprobar que

Isidro Sánchez es un referente en la

historiografía regional no sólo para el

estudio de la prensa.

Una de las pegas que los ilustrados

encontraban en la prensa era la brevedad de

sus textos frente a los tratados y extensos

volúmenes que la tradicional cultura

libresca ofrecía. El pensamiento, político,

social, filosófico… necesita, seguramente,

de más extensión y es de esos asuntos de

los que se ocupa mi paisano Santiago

Arroyo. En España no hubo un

florecimiento intelectual similar al de otros

países europeos. Tampoco en CLM.

Pero ello no quiere decir que las principales

corrientes del pensamiento no fueran

recogidas por hombres de esta región.

Como, por ejemplo, el krausismo. Todo un

“estilo de vida con una visión del mundo

que aporta argumentos a la persona y a la

sociedad” (afirma Santiago). Y en esa línea

está, por ejemplo, Tomás Tapia Vela, cuya

obra el autor conoce bien por otros trabajos.

No sólo la filosofía, también el pensamiento

político, que encuentra en mi querido

Anselmo Lorenzo uno de sus más claros

exponentes de lo que fue otro movimiento

radicalmente moderno del XIX: el

anarquismo. No obstante, no todo iba a ser

modernidad. Y para demostrarlo ahí están

los neo escolásticos.

He dejado para el final aquello que quizás

debería haber tratado al principio: el

problema de la educación. Dice Alfonso

González-Calero, en la contracubierta del

libro, que “El siglo XIX es el siglo del

analfabetismo”. La frase es contundente,

pero lo cierto es que si no hay

alfabetización difícilmente puede haber

manifestaciones culturales o difícilmente

pueden llegar éstas a la sociedad.

La España del XIX vivió en una pura

contradicción respecto a la educación y a su

lucha contra el analfabetismo. Por un lado,

impulsó un proyecto de reforma integral de

la educación -inspirada en la francesa-, que

pretendía racionalizar la enseñanza,

extenderla y modernizarla. Enseñanza

primaria obligatoria, secundaria con la

creación de institutos y enseñanza

universitaria controlado por el Estado. Es lo

que recoge la ley Moyano de 1857 y de lo

que se venía hablando desde la Constitución

de 1812. Hasta ahí muy bien, pero ¿cómo

fue la realidad? La realidad se presentaba

con escuelas que no merecerían tal nombre,

con rudimentos educativos “básicos”

(siendo generosos), con una pléyade de

maestros y maestras que eran mal

pagados… -cuando se les pagaba- y con

una elevadísima tasa de absentismo escolar

en el medio rural.

Con esos mimbres, no puede extrañarnos

que en 1860 3/4 partes de los castellano-

manchegos fueron analfabetos y que en

1900 no se hubiera bajado del 70%, cuando

en España era algo mejor; si es que “mejor”

podemos considerar que 6 de cada 10

españoles no supieran leer ni escribir.

En fin, la historia cultural del siglo XXI

será escrita por otros, aunque la cultura en

sí la estamos escribiendo nosotros mismos.

En el principio de este siglo se presentan

retos importantes para la cultura. Algunos

nuevos, como la presumible desaparición

del papel impreso y su sustitución por

dispositivos electrónicos. Algunos no tan

nuevos y bastante más preocupantes. La

crisis económica se cobrará en la cultura

una de sus primeras bajas. Confío -porque

quiero confiar- en que no sea una víctima

definitiva. Entiendo que con estrecheces las

necesidades son otras seguramente, pero el

abandono de la cultura provocaría una

“desinversión” de efectos irreversibles.

Mientras tanto, nos queda el placer de

disfrutar de libros como éste, por el que hay

que felicitar sinceramente a sus autoras, a

sus autores y a su editor.

Texto de la intervención de Rafael Villena

Espinosa (UCLM) durante la presentación

del libro; Toledo, 28-3-2012

La realidad sobre el mundo

Geografía personal

José Rivero Serrano

Biblioteca de Autores Manchegos, Colección

Ojo de Pez Ciudad Real, 2011. 172 páginas

La primera proposición del Tractatus de

Wittgenstein enuncia: Die Welt ist alles,

was der Fall ist (“El mundo es todo lo que

es el caso”). El mundo, en esta concepción,

sólo es un conjunto de hechos definidos por

una configuración de objetos. Y los hechos

del mundo, por muy numerosos que sean,

son limitados. Sin embargo, hay otra

dimensión mucho más grande que el

mundo, con posibilidades infinitas, que es

la realidad, ocasionada por la disposición de

los objetos, o cosas, y que excede con

creces lo que el mundo acota. Hay más

cosas que hechos, afirma también el

Tractatus. Si decimos “El sol surge tras las

montañas” habremos pronunciado un

hecho, sin más. Pero si metaforizamos

profiriendo: “Alzándose al coloso, nuestro

padre lumínico sonríe a nuestra madre en el

primer momento de alentarla”, la diferencia

entre mundo y realidad se dispara, aunque

ambas oraciones describan un amanecer.

Cuando el lenguaje se transforma en

expresión artística el fenómeno queda

exacerbado por otra realidad, tremenda, la

imaginación.

Lo que hace José Rivero en su reciente libro

Geografía personal es crear una potente

realidad nueva a partir de los hechos del

mundo. Y la realidad que Rivero crea se

compone de opiniones o “cosas” (opiniones

muy cromáticas) que amplían el

conocimiento del mundo por medio de una

realidad cognitiva. Concebido como un

dietario, Geografía personal establece que

la unión espacio-tiempo se puede realizar a

través del dinamismo de la palabra a partir

de la retención inamovible del recuerdo,

enriqueciendo así nuestra personalidad. Y

en esta andadura “geográfica” personal se

aprehende la codiciada reflexión de los

otros que uno asume: por ello, la abundante

gavilla de citas que este libro recoge es uno

de los fundamentos de su carácter; un libro

que, sin capítulos, cómodamente transcurre

en una sugestiva fluidez temática indicada

por la sorpresiva aparición en negrita de

voces referentes: imagen, paso del tiempo,

elogio de la sombra, verdad… La

dialéctica que sostiene esta obra siempre es

combativa, cuestionando sin tregua y sin

fatiga lo que se imponga como aceptado:

“Si el consumo es continuo, ¿cómo es que

la producción no lo es?”. Este diálogo es

muy frecuente en esta entrega y está

expresado en muchas ocasiones con esa

aparente ingenuidad que transparenta una

bonancible cachaza: “Si la patria, para

George Steiner, es el lugar en que a uno le

dejan trabajar, ¿es que los parados no tienen

patria?” Y la agonía entre conceptos

también tiene aquí mucha presencia. Rivero

expresa que la monotonía de las mediocres

existencias no conlleva peor fama que los

cambios contrarios, ya que un cambio de

trabajo, de pareja, de casa o de sastre, no

ocasionan tanto encomio como se pudiera

pensar. Con la gracia de su siempre

benefactora expresión Rivero concibe el

cambio de sastre “como una impotencia

dolorosa”.

Amador Palacios en ABC Artes y Letras

de CLM; 31-3-2012

Manuel Castells distinguido con el

premio Holberg

El sociólogo albaceteño Manuel

Castells ha sido distinguido hoy con el

premio Holberg porque sus trabajos

"han formado nuestro entendimiento de

la dinámica política en las economías

urbanas y globales de la sociedad de la

red".

El fallo, difundido hoy en Oslo, resalta

que Castells es el principal sociólogo

dentro de la investigación sobre

ciudades y urbanización y sobre

tecnologías de la información y de los

medios.

"Ha arrojado luz sobre las estructuras de

poder que subyacen en las revoluciones

tecnológicas de nuestro tiempo y sobre

sus consecuencias. Ha contribuido a

comprender cómo los movimientos

sociales y políticos se han desarrollado

con las nuevas tecnologías de la

información", señaló el jurado.

Manuel Castells Oliván (Hellín, 1942)

es profesor de investigación de la

Universitat Oberta de Catalunya (UOC)

y catedrático emérito de Sociología y de

Planificación Urbana y regional de la

Universidad de California.

Premio Nacional de Sociología y

Ciencia Política 2008, es autor de una

veintena de libros, entre los que figura

la trilogía "La era de la información:

cultura, economía y sociedad",

publicada en veintitrés idiomas.

El Premio Internacional a la memoria de

Holberg distingue todos los años

contribuciones en el mundo de las

humanidades, las ciencias sociales, el

derecho y la teología, y está dotado con

4,5 millones de coronas noruegas

(591.000€). En el palmarés del galardón

aparecen, entre otros, el filósofo alemán

Jürgen Habermas, que lo ganó en

2005. Recibe su nombre de Ludvig

Holberg, dramaturgo, historiador,

ensayista y figura clave de la Ilustración

en los países escandinavos.

Castells recibirá el premio el 6 de junio

en Bergen (Noruega), ciudad donde

Holberg nació en 1684, cuando su país

formaba parte del reino danés.

Eldigitalcastillalamancha.es 29-3-2012

Patrimonio monumental y minero

de Almadén

Rafael Sumozas García-Pardo

Biblioteca de Autores Manchegos; 2012

La Biblioteca de Autores Manchegos

(BAM), de la Diputación Provincial,

presentó el pasado día 22 en Ciudad Real el

libro “El patrimonio monumental y minero

de Almadén”, que hace el número 179 de su

colección general. Su autor es el

ciudarrealeño Rafael Sumozas García-

Pardo, doctor en Historia del Arte por la

UCLM y actualmente profesor en la

Facultad de Educación de la capital. En la

siguiente conversación para LANZA nos

explica algunos de los pormenores de esta

interesante publicación.

Pregunta. ¿Por qué elegiste el patrimonio

de Almadén como tema de investigación?

Respuesta. Almadén y su patrimonio es un

tema de investigación que me interesa

desde hace más de una década, a finales del

siglo XX eran numerosos los estudios que

se habían realizado desde el punto de vista

histórico, económico o tecnológico, pero no

así desde el punto de vista patrimonial. Me

interesó particularmente el estudio realizado

hace más de veinte años por Luis Mansilla

Plaza sobre la minería de Almadén y su

influencia en América, donde ya constataba

el valor de su patrimonio y su influencia al

otro lado del Atlántico, el cual he podido ir

conociendo, estudiando y trabajando en no

pocas salidas de campo y visitas a archivos,

bibliotecas, centros de documentación y

conversaciones con especialistas de

distintas áreas. En aquel momento la

actividad minera que se había desarrollado

ininterrumpidamente durante más de veinte

siglos estaba tocando su fin y era por mi

parte, un compromiso realizar un estudio

detallado sobre su patrimonio monumental

y minero.

P. Almadén aparece todavía como una gran

desconocida en lo relacionado con el

patrimonio artístico ¿Cuáles son sus

aspectos más importantes?

R. Lamentablemente el rico patrimonio

monumental y minero de Almadén ha

estado abandonado durante mucho tiempo,

lo que ha permitido pérdidas irrecuperables

sobre su patrimonio, solamente en la última

década se han comenzado a tomar medidas

para conocerlo, conservarlo y difundirlo,

coincidiendo con el cese de la actividad

minera de Almadén en 2003 y la necesidad

de búsqueda de un nuevo uso para su

patrimonio minero y su influencia sobre la

arquitectura y el urbanismo. La creación del

Parque Minero de Almadén, ha conseguido

frenar el deterioro de las instalaciones

mineras, y gracias a un notable esfuerzo

inversor, se ha generado un punto desde el

que dar a conocer su rico patrimonio,

aunque este no ha sido el caso por ejemplo

de la Casa-Academia de Minas, que

desafortunadamente sigue a su suerte y eso

quiero constatar con este libro.

P. La minería del mercurio ha marcado

toda la historia de la localidad y su

entorno, ¿cómo se ha plasmado en su

historia edificada?

R. En esta investigación sobre Almadén se

estudian los bienes patrimoniales generados

durante el proceso de explotación del

mercurio, relacionados en todo momento

con la cultura del trabajo minero y sus

necesidades constructivas. La influencia de

la minería del mercurio en la arquitectura y

el urbanismo de la población es evidente,

donde se integran elementos mineros y

metalúrgicos en el espacio urbano. Desde el

siglo XVI se incorporan elementos mineros

más complejos que, organizados por todo

Almadén, además sus construcciones

emblemáticas, de una u otra forma, siempre

están relacionados con la minería, como sus

iglesias y otras muchas construcciones

civiles ya del siglo XVIII, como la Casa de

la Superintendencia de Minas, la Casa del

Contador, la Plaza de Toros, el Real

Hospital de Mineros, la Real Cárcel de

Forzados o la Puerta de Carlos IV en el

cerco de Buitrones, entre otros.

P. Además de esas piezas tan emblemáticas

que señalas, ¿qué otras obras destacarías?

R. Son impresionantes otras construcciones

como los cercos o muros que rodean la

actividad minero-metalúrgica, los hornos,

los pozos y puentes, obras de gran

importancia realizadas en Almadén.

Igualmente desde mediados del siglo XVIII

y que hemos de considerarlas como un

primer estadio de la arquitectura industrial,

dentro de la cultura del trabajo minero. En

su conjunto forman parte indivisible de su

patrimonio monumental y minero, como un

todo coherente y así lo justifica su

candidatura como Patrimonio de la

Humanidad ante la UNESCO por su valor

indiscutible.

P. En cuanto al urbanismo, ¿a qué modelos

responde el Almadén que hoy conocemos en

relación a su historia minera?

R. El modelo urbano de Almadén tiene

origen en su propia coherencia interna, a

partir de estructuras de producción que

permiten agrupar edificios industriales y

administrativos con viviendas y otros

edificios civiles. Como población minera

presenta unas características urbanas

genéricas que la diferencian claramente de

otro tipo de poblaciones, configurando un

trazado urbano que está condicionado por la

producción minera y sus anexos, las

viviendas, los servicios comunitarios, el

hospital, la escuela. La vertebración de

todos estos elementos está directamente

vinculada en relación con el trazado interno

de la población.

P. ¿Se han perdido muchas cosas tanto del

patrimonio monumental como a nivel de

arquitectura popular?

R. Desafortunadamente así ha sido. Han

sido innumerables las pérdidas sobre el

patrimonio de Almadén, muchas sobre su

rica arquitectura popular, en ocasiones

desconocida y menospreciada, pero también

de edificios emblemáticos de la población,

como el Cuartel de Carabineros, que

durante la realización de esta investigación

se hizo desaparecer y otros edificios

emblemáticos que siguen en riesgo por su

abandono, como la Casa-Academia.

P. Qué aportación supone este libro en

cuanto estudio monográfico por un lado,

pero también respecto al estado de la

bibliografía actual y otras referencias de

estudio

R. Este estudio monográfico supone una

visión de conjunto sobre una parte

fundamental de la historia de Almadén, su

patrimonio monumental y minero, más aun

cuando ella se convierte en un modelo que

trasciende las fronteras españolas y deja una

profunda huella en los territorios

americanos. Son numerosos los estudios

que se han realizado desde el punto de

vista, económico, tecnológico e incluso

médico, este trabajo aporta una visión de

conjunto sobre su patrimonio y pretende dar

a conocer y difundir el rico patrimonio

constructivo de nuestra provincia. Por otra

parte, es necesario continuar este tipo de

estudios y otros relativos a los personajes

directos de esta historia, como fueron los

mineros y forzados, que durante siglos

trabajaron de forma deplorable en estas

minas y siguen siendo los grandes

olvidados.

P. En tu opinión, ¿habría que intentar de

nuevo la declaración de Patrimonio de la

Humanidad por la UNESCO?

R. Sin lugar a dudas, el trabajo incansable

que realizan profesionales como Luís

Mansilla, para la defensa, conservación y

difusión del patrimonio de Almadén debe

verse recompensado con una declaración

final favorable. He podido seguir y

participar en algunas reuniones de trabajo

de ICOMOS en España y América para una

posible declaratoria conjunta de Almadén

junto a otras poblaciones mineras, pero

solamente esta población de nuestra

provincia puede seguir en esta

reivindicación que esperemos se vea pronto

reconocida. LANZA 17-3-2012 JLL

Centenario Sinforiano García

Sanz (1911-2011)

Diputación de Guadalajara. Servicio de

Cultura. Centro de la Fotografía y la

Imagen Histórica (CEFIHGU), 2012, 32

pp. (Catálogo de la Exposición con

textos de Francisco Lozano Gamo)

Las acertadas palabras de Ana Guarinos,

presidenta de la Diputación Provincial, en

la presentación del folleto que comentamos,

definen la figura de Sinforiano como “uno

de esos alcarreños que su amor por la

provincia de Guadalajara le llevó a viajar

por ella para conocer sus costumbres,

rescatarlas y ponerlas en valor, sintiéndose

muy orgulloso de lo que representan”.

Palabras amables y sinceras que

confirmamos quienes tuvimos la suerte de

conocerlo personalmente y convivir con él,

que dan paso a un breve texto -a modo de

pórtico- al catálogo de la exposición escrito

por Francisco Lozano Gamo, que lleva por

título: “Sinforiano García Sanz, librero y

etnógrafo, 1911-2011”, en el que cuenta

detalladamente su peripecia vital, su mundo

como librero y algunos aspectos de su

faceta como folklorista centrado en el

conocimiento de las fiestas y tradiciones de

Guadalajara y, más particularmente, de su

amada Campiña del Henares, pues no en

vano era hijo de Robledillo de Mohernando

(para él simplemente Robledillo, sin

apellido alguno que recordase señoríos

pasados), donde conservaba la casa de sus

antepasados que solía habitar determinados

días del año, puesto que su vida cotidiana se

realizó en Madrid, en cuya calle Fuencarral

tenía su librería.

Según comenta Lozano Gamo, García Sanz

llegó a la capital de España con tan sólo

once años, después de haber terminado la

enseñanza primaria, y allí se especializó

como cortador de tela, tarea que le mantuvo

ocupado durante ocho años, hasta que con

diecinueve entró como ayudante en el

Centro de Estudios Históricos, que

posteriormente se convertiría en el Consejo

Superior de Investigaciones Científicas.

En 1933 le tocó “servir a la patria”, de lo

que deja constancia en una especie de

cuadernillo o diario que, por suerte, se ha

conservado: “Salí de Madrid el 9 de febrero

y llegue al cuartel de Sevilla el 10, a las 6

de la tarde... Pienso, días llenos de tristeza,

de aburrimiento, de cosas inexplicables.

Cuando estábamos en las cuadras dando

pienso a los caballos, luego la limpieza de

los mismos. Otras veces se marchaban los

del 11 de permiso y nos obligaban a limpiar

los caballos diariamente”. Como puede

intuirse, una vida que no le gustaba,

siempre añorando su querida tierra

castellana. Volvió al Centro de Estudios

Históricos donde tuvo la suerte de conocer

a personas de la talla intelectual de Américo

Castro, Gabriel Mª Vergara, Julio Caro

Baroja o Antonio Castillo de Lucas, entre

otros, para los que realizaba recopilaciones

de notas históricas y etnográficas, al tiempo

que fue adquiriendo una amplia formación.

La Guerra (in)civil le tocó en Cataluña

donde, una vez finalizada, montó una

distribuidora de libros.

De regreso a Madrid vuelve de nuevo al

Centro de Estudios Históricos, ya como

CSIC donde, al tiempo que colabora con los

más importantes intelectuales del momento,

comienza sus estudios sobre las gentes y los

pueblos de Guadalajara, que en algunas

ocasiones recorría acompañando a las

instructoras encargadas de las Cátedras

Ambulantes de la Sección Femenina y cuyo

fruto más inmediato consistió en su estudio

acerca de las botargas y enmascarados

alcarreños que vio publicado en la

prestigiosa Revista de Dialectología y

Tradiciones Populares.

En 1949 abre su librería en la calle

Fuencarral de Madrid, en la que fue

reuniendo cuantos libros, revistas,

periódicos, folletos y estampas sobre

Guadalajara pudo ir allegando y gracias a la

cual pudo conocer a los más importantes

representares de la cultura alcarreña: Layna,

Camarillo, Alonso Gamo, Garciasol,

Ochaíta, Sanz y Díaz, Abánades, Pepe de

Juan..., con alguno de los cuales colaboró

para llevar a buen fin la creación de lo que

había de ser la primera Casa de

Guadalajara, de la que Sinforiano tuvo el

carné nº 4, como socio fundador que fue.

Interesantísima biblioteca aquella, no solo

por la cantidad de libros que llegó a

contener, sino por la calidad de muchos de

ellos, que desde su adquisición por la

Diputación de Guadalajara en los años 80,

forma parte de la más amplia Biblioteca de

Investigadores de la provincia de

Guadalajara (BIPGUA) que también acoge

en sus estanterías parte de las bibliotecas de

Layna Serrano y García Sanz, además de

numerosos fondos fotográficos entre los

que destaca la colección Camarillo.

Lozano Gamo recoge muchos otros

aspectos, entre los que destacamos el

homenaje que el Ayuntamiento de

Robledillo y la Asociación Cultural “El

Roble”, con la ayuda de la Casa de

Guadalajara en Madrid y la Diputación de

Guadalajara, le brindaron en 1993,

aprovechando la salida de la botarga

infantil, que ese año lo hizo el 23 de febrero

y que en esta ocasión fue acompañada por

las demás botargas, zarragones, mascaritas,

vaquillones y grupos de dulzaineros de la

provincia. Allí, en Robledillo, se descubrió

una placa con su nombre y lo que se

conocía como “El Rincón” pasó a llamarse

“El Rincón de Sinforiano García”, en cuyo

acto nos cupo la satisfacción de poder

dedicar a “Sinfo” unas palabras de amistad

y reconocimiento a su callada labor

intelectual. La muerte le llegaría dos años

más tarde, el 23 de junio de 1995. Muchas

cosas más podrían añadirse a lo hasta

aquí dicho. Sin embargo creemos que el

mayor homenaje que puede hacerse a

cualquier persona es el conocimiento de

su obra, de todo aquello que, tras

esfuerzos y sacrificios, ha llegado hasta

nosotros. En realidad, la obra de

Sinforiano García Sanz no es que sea

muy amplia, pero, por el contrario, tiene

el interés de haber sido pionera de

muchos temas. Destacamos ahora, cronológicamente, los

siguientes artículos: “Las Ramas”, Revista

de Dialectología y Tradiciones Populares,

(1945); “La quema del Judas en la

provincia de Guadalajara”, Revista de

Dialectología y Tradiciones Populares

(1948); “Notas sobre el traje popular en la

provincia de Guadalajara”, Revista de

Dialectología y Tradiciones Populares

(1951); “Los aguinaldos de Santa Águeda.

Fiesta de los mozos de Ruguilla

(Guadalajara)”, Actas do Primer Congreso

de Etnografía e Folklore, Braga (Portugal),

1951 (Lisboa 1953); “Botargas y

enmascarados alcarreños (Notas de

Etnología y Folklore)”, Revista de

Dialectología y Tradiciones Populares

(1953) -ampliado en Cuadernos de

Etnología de Guadalajara, n.º 1 (1987)-;

“Las cuevas de Tielmes (Madrid). Aspectos

de la vivienda humana”, Actas do Colóquio

de Estudos Etnográficos “Dr. José Leite de

Vasconcelos”, (Porto 1959); “Breves datos

de la desaparecida “soldadesca” de Codes”,

Cuadernos de Etnología de Guadalajara,

n.º 2 (1987), y “Sobre el Cancionero de

Guadalajara y su Geografía Popular”,

Cuadernos de Etnología de Guadalajara,

n.º 25 (1993), que posteriormente fueron

recogidas en el libro Sinforiano García

Sanz. Su obra. Notas de Etnología y

Folklore, editado por la Casa de

Guadalajara en Madrid, en 1996, como

bello recuerdo y homenaje a su labor.

No podemos decir lo mismo de esa otra

parte de la obra de García Sanz, tan

importante como poco conocida, que son

sus escritos y colaboraciones, por desgracia

muy dispersos entre los encartes literarios

de Reconquista, los boletines Arriaca de la

Casa de Guadalajara (en sus tres épocas), y

los periódicos de Guadalajara Flores y

Abejas (en cuyas páginas dio a conocer

numerosas leyendas) y Nueva Alcarria,

todavía a la espera de ser reunida en una

publicación que facilite su consulta.

Las páginas que siguen forman el catálogo

de la exposición que, por aquellas cosas de

la vida, no pudo realizarse en su fecha,

2011. En ellas pueden verse numerosas

fotografías de su familia y de juventud,

junto a otras del servicio militar, de varios

carnés como su cédula personal (1940), de

los servicios del CSIC, entonces

dependiente del Ministerio de Educación

(1946), de socio de la Casa de Guadalajara

(1960), de su oficina en la librería, de varios

escritos de Camilo José Cela

correspondientes a los años cincuenta, de

botargas y enmascarados y del homenaje

que se le rindió en Robledillo, muchas de

ellas cedidas para la ocasión por los sus

familiares, por Lozano Gamo, Ángel de

Juan y por la Casa de Guadalajara, además

del conocido retrato de García Sanz que

hizo Rafael Pedrós.

José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS

Clara Sánchez

Entra en mi vida

Ed. Destino Colección Áncora & Delfin

20,50 € Libro Electrónico, 13,99 €

Tras el éxito de Lo que esconde tu

nombre, llega la nueva novela de Clara

Sánchez.

Un pasado desconocido. Un gran

secreto familiar. Demasiadas preguntas

sin respuesta llevarán a Verónica a

desvelar una verdad que puede cambiar

su vida. En los años ochenta, cuando

Verónica tiene diez años, descubre en la

vieja cartera de su padre la fotografía de

una niña que jamás ha visto antes, una

foto acerca de la cual su intuición le

dice que mejor no preguntar. Tras ese

episodio, ha vivido siempre con la

percepción de que la tristeza, las

discusiones y los silencios en casa

escondían algo de lo que nadie quería

hablar. Años después, la enfermedad de

la madre enfrenta a una Verónica

adolescente cara a cara con un pasado

del que lo desconoce casi todo, un

pasado robado que la acerca más y más

a esa niña de la fotografía.

Por su parte, Laura siempre ha sentido

que algo no encajaba en su familia. Ha

crecido insegura, bajo la sombra de una

abuela absorbente y una madre que

apenas le ha hecho caso. Un día,

Verónica entra en la zapatería en la que

trabaja Laura y, con una sola mirada de

esa chica resolutiva y tenaz, Laura

comprenderá que hay momentos

decisivos que suponen un antes y un

después en la propia vida, aunque a

veces resulte difícil reconocerlos.

Desentrañar la enrevesada madeja de

mentiras y manipulaciones que ha

conformado sus vidas les descubre que

el precio de pelear por la verdad exige

un amor sin fisuras y un coraje

extraordinario, porque el camino es

aventurado y de no retorno y, tras una

espiral de emociones al límite, se

acabará revelando también como muy

peligroso.

Página web de Edit. Destino

Ngueva: Cuento para jóvenes y

adultos

Nieves Sevilla Nohales (texto);

Sebastiao Alves Langa

(ilustraciones; Ruth

Garitaonaindía, fotografías y

Sergio García-Gasco, diseño

Edita: Que vayan ellos; Albacete, 2011;

Se trata de un relato alegórico en el que

el protagonista, Ngueva, un joven

africano, emigra a un país próspero en

busca de ayuda para acabar con la

sequía y el hambre, y la pobreza

extrema de su pueblo. Este cuento fue

finalista en el concurso de relatos sobre

Inmigración, emigración e

interculturalidad.

La autora del texto, Nieves Sevilla

Nohales, nació en El Picazo (Cuenca).

Es docente y ha publicado numerosos

artículos sobre temas educativos. En

2005 publicó su novela La noche de los

jacintos blancos (Ed. Mileto). Y en

2009 La caja de ébano (Ed. Catriel).

Barcarola nº 77

Albacete, Diciembre 2011

En la entrega nº 77 de la veterana

revista Barcarola encontramos, como

siempre muy buena calidad en su

amplia sección de Poesía, con textos,

entre otros, de Antonio Gamoneda,

Antonio Beneyto, Rubén Martín,

Andrés García Cerdán, José Ángel

García, Pedro A. González Moreno; o

Frutos Soriano. En Narrativa aparecen

prosas de Jorge Cela Trulock; Agustín

Guimerá; Luis Mayo o Lucía Plaza Díaz

Sigue luego un bloque de Homenaje a

Borges, con textos de José Manuel

Martínez Cano; José María Álvarez y

César González.

En la sección Trabajos monográficos

podemos leer „Tres semblanzas de tres

poetas: Rimbaud, Rilke y Pound‟, de

Antonio Colinas; „Mario Vargas Llosa

y Joanot Martorell‟, de Luis Alberto

de Cuenca; „Las cuentas claras de

Ortega‟, de Domingo Henares;

„Ingenios españoles: don Manuel

Fernández y González‟, de José

Esteban; „La poesía de Luis Alberto de

Cuenca‟, de Rosa Romojaro Montero;

„Rabindranath Tagore: Nexo entre

Zenobia y Juan Ramón‟, de Emilia

Cortés Ibáñez; „La razón poética de

María Zambrano o los infiernos de la

luz‟, de Sílvia Rins y „La escurridiza

felicidad‟, de José Jerez Colino. Sigue

luego un bloque de Traducciones

inéditas en el que Clara Janés nos

ofrece textos vertidos del checo de

Vladimir Holan. Viene posteriormente

un „dossier Josep Maria Castellet‟ con

un texto inédito de este importante

crítico catalán presentado por

Laureano Bonet.

La revista incluye luego un amplio

intercambio de correspondencia entre

Félix Grande y Julio Cortázar. Vicen

Diges nos propone un ensayo sobre

„Expresión abstracta del ser humano.:

¿Fantasía o realidad?‟. Y el escritor y

político Ramón Bello Bañón nos

ofrece una capítulo de sus memorias

centrado en „Los caminos literarios

1950-1960‟. Diversos críticos

literarios (De Cuenca, Sanz

Villanueva, Martínez Cano, A. Segura

, J. A. Sánchez y Emma Rodriguez)

nos ofrecen sus referencias sobre la

obra “Grandes hitos de la historia de

la novela euroamericana”, de Juan

Bravo.

La dirección de la revista corre a cargo

de Juan Bravo Castillo y José Manuel

Martínez Cano y la parte gráfica de la

misma es obra de los hermanos

García Jiménez.

Guía de Toledo

ANAYA TOURING

Pertenece este libro a la colección

GUIARAMA, que hace un año pasó a

denominarse GUIARAMA COMPACT

por ser guías cada vez más compactas,

tanto que caben en un bolsillo, pero que

contienen toda la información que un

viajero necesita para un viaje corto.

Vienen divididas en lo que la editorial

denomina un "3 en 1 infalibre": guía,

directorio y mapa.

Se trata de una guía práctica y

totalmente actualizada, ideal para

realizar un corto viaje a Toledo. De

hecho, este es el título con el que

aparece en el mercado: "Un corto viaje

a Toledo".

La guía está dividida en cuatro

apartados. En el primero, denominado

'Diez Indispensables', se propone una

selección de los lugares, curiosidades y

tradiciones de Toledo y su provincia

que no hay que perderse: La Judería, El

Greco y otros maestros, El Alcázar, Por

la senda del Tajo, La gran fiesta del

Corpus, El Toboso…

El segundo apartado, 'Visita a la ciudad

de Toledo', consta de cinco itinerarios

urbanos a seguir para conocer a fondo la

ciudad: el itinerario básico, el itinerario

complementario, Murallas, Puertas y

puentes, Zona sur y Exteriores de la

ciudad. En todos ellos se proporciona

información detallada de los lugares con

mayor interés. También incluye un

plano de la ciudad con los monumentos

más importantes destacados.

El siguiente apartado, 'Excursiones por

Toledo', propone cuatro recorridos por

los lugares más emblemáticos de la

provincia: De Toledo a la Mancha por

los Montes, La Mancha Alta y La

Sagra, Centro de la provincia y

Comarca de Talavera. Un útil mapa de

carreteras al comienzo de este capítulo

facilita la planificación de los

desplazamientos. Por último, se incluye

una amplia selección de restaurantes,

alojamientos, direcciones de museos y

monumentos, así como una exhaustiva

información práctica para moverse por

la zona.

En definitiva, una atractiva guía de

Toledo escrita, además, por buenos

conocedores de esta ciudad y provincia.

De la web librosdetoledo.org