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  ntre las condiciones históricas del pe nsamiento y las practicas docentes en la formación en Universidad 1 Enrico Irrazabal - Jorge Chávez - Gabriel icos Cecilia !aroni - Grisel rieto - ariban" #reitas - Gonzalo $ánez 1 En Acontecimiento 2. Historia y Subjetivida d: Modos de Producció n de Ficciones Universitaria s. Ediciones Delamancha y Aros. Montevideo! Aosto "##$.

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7/21/2019 Entre Las Condiciones Historicas Del Pensamiento y Las Practicas Docentes en La Formacion en Universidad

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  ntre las condiciones históricas del pensamiento y las

practicas docentes en la formación en Universidad

1

Enrico Irrazabal - Jorge Chávez - Gabriel icos

Cecilia !aroni - Grisel rieto - ariban" #reitas - Gonzalo $ánez

1En Acontecimiento 2. Historia y Subjetividad: Modos de Producción de Ficciones Universitarias. EdicionesDelamancha y Aros. Montevideo! Aosto "##$.

7/21/2019 Entre Las Condiciones Historicas Del Pensamiento y Las Practicas Docentes en La Formacion en Universidad

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Entre las condiciones históricas del pensamiento y las

practicas docentes en la formación en psicolog%a&'

Enrico Irrazabal - Jorge Chávez - Gabriel icosCecilia !aroni - Grisel rieto - ariban" #reitas - Gonzalo $ánez

“El papel del intelectual no es situarse “un poco en avanzadilla o un poco al margen” para decir lamuda verdad de todos; el papel del intelectual es, ante todo, luchar contra las formas de poder allí

donde éste es a la vez objeto e instrumento: en el orden del “saber”, de la “verdad”, de la“conciencia”, del “discurso”. En este sentido la teoría no epresa, no traduce, no aplica una

 pr!ctica; es una pr!ctica.”

(Foucault, Los intelectuales y el poder).

La docencia universitaria es tal vez una de las prácticas sociales que menos se ha interrogado en sus modos de

funcionamiento, en sus implicaciones ético polticas. !n este tra"a#o intentaremos e$poner nuestras concepciones,o"#etivos, agenciamientos, enunciados que componen y nos disponen en la práctica docente.

 %uestro quehacer docente se enmarca en la &niversidad de la 'ep"lica (&dela' &ruguay) que si "ienresponde al modelo latinoamericano de &niversidad, mantiene su herencia en torno a la formaci*n profesionalista

vigente hasta nuestros das. +odramos decir entonces que, más allá del conte$to hist*rico y la discursividad crtica,nuestra instituci*n es máquina de producir profesionales... entre otras cosas.

ctualmente y como siempre, pervive dentro de la instituci*n la pregunta- para qué se forma/ grandes rasgos,

 para algo se forma, se delinea un perfil, una discursividad variada, prácticas heterogéneas y parece que e$istiera unagran tendencia diagramada por el mercado y que por lo tanto agota una multiplicidad de otras opciones, el mercadocapta, captura y produce. +roduce los modos de pensar los perfiles, las prácticas y los discursos.

0uchos estudiantes ingresan a la &niversidad "uscando o"tener un ttulo ha"ilitante para el e#ercicio legal de la profesi*n como nico o"#etivo ah visualizamos algunos pro"lemas con nuestra práctica discursiva, y se repite la

 pregunta para qué estamos formando/ 2, qué les aporta como profesionales psic*logos, sa"er historia de la

universidad y de la psicologa/ quién le sirve/ La misma interrogante se vuelve un o"stáculo que tenemos quederri"ar para construir otras interrogantes, producir un campo nuevo desde donde pensarnos, so"re la historia, en la

historia y en nuestras prácticas cotidianas.

3on respecto a las construcciones hist*ricas del pensamiento y a los modos en que nos situá"amos frente a ellas,en un primer momento utilizá"amos la construcci*n hist*rica (o el conte$to), para hacer emerger un enunciado o una

 práctica, que era lo que apareca como figura frente al conte$to.!n un segundo momento iniciamos un vira#e que tiene que ver con presentar las condiciones de producci*n del

 pensamiento y las prácticas no solamente del pensamiento hist*rico o de ciertas prácticas en psicologa, sino dentro deesa discursividad, algunos implcitos, relacionados con hacer emerger el acontecimiento.

4ntentar desplegar qué mecanismos de control o qué "iopoltica e#erce la universidad #ustamente por ser unainstituci*n del !stado. !sto empez* a componerse en este curso, y desde all se empieza a producir un hist*rico social

referido "ásicamente a los silencios.0ucho de lo que nosotros tra"a#amos acerca de las condiciones del pensamiento es un análisis de la implicaci*n

de las prácticas, nuestras prácticas, en el sentido de develar una historia que muestra una contradicci*n entre el discursorenovador, reformista, revolucionario de la &niversidad y sus prácticas ordenadoras y controladoras, que responden a

las necesidades del !stado.Las diversas formas de utilizaci*n del conte$to hist*rico, refieren a epistemes diferentes y eso produce otro tipo

de pensamiento, otro tipo de prácticas. 5ué es lo que hace uno con el pensamiento/ !sta pregunta refiere a lo que plantea Foucault so"re la dominaci*n y el poder so"re los otros, es decir, qué hacemos nosotros con lo que pensamos,

con lo que sa"emos y se materializa en el encuentro con otros.La contradicci*n a la que hacamos referencia, tiene por lo menos algunas fuerzas sociales reconoci"les- una

6  !ste tra"a#o fue presentado en el 47 3ongreso de 8alud 0ental y 9erechos :umanos, organizado por la &niversidad +opular

0adres de +laza de 0ayo en la ciudad de ;uenos ires, noviem"re 6<<=.

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minora que sostiene el discurso desde lo ver"al y vive acorde o contradictoriamente con esas ver"alizaciones, pero queademás es mascar*n de proa del discurso universitario. !sto es, e$iste una gran mayora en los sectores universitarios

que es visualizada pocas veces y como minora, pero cuyas prácticas son hegem*nicas dentro y fuera de la instituci*n-e$iste una gran masa que responde acorde a sus e$pectativas sociales, sim"*licas y econ*micas, una >clase media y

media alta? que responde al imperativo hist*rico del ascenso social a toda costa y de su discriminaci*n de quienesquedan >por de"a#o.? !sta es la lucha por el acceso y el dominio del campo cultural del que ha"la ;ourdieu. La visi*n

del universitario como elite y como clase social dominante es silenciosamente hegem*nico, an en la &dela'. La proa

revolucionaria y popular sin em"argo, funciona como gran amortiguador social.9esde nuestro curso, sin em"argo, tenemos una práctica poltica, ética, estética, ecopoltica, que no es uncompromiso con partidos polticos, organizaciones, etc. %o hace alusi*n a luchas de interés, aunque pueden serlo, pero

nuestro compromiso parece ser de alguna manera producir cosas nuevas luchas de deseo dentro de nuestras prácticas.+ensando en relaci*n a lo que ha"itualmente se conoce como 9erechos :umanos, la &niversidad de la

'ep"lica tiene docentes, estudiantes y egresados desaparecidos, presos, (des)e$iliados polticos, destituidos

restituidos, muertos, que lo son porque tuvieron un proyecto revolucionario entonces para nosotros es muy difcil

entender la docencia, si no estamos tratando de componer o de pensarlo por el lado del proyecto revolucionario. 2creemos que eso es lo que esta"a en cuesti*n, los que esta"an ah esta"an por algo, para algo.

3uestionar y cuestionarse, por qué dar por hecho una naturalizaci*n/, ver c*mo se construye una idea quetam"ién nos captura cuando nos agenciamos de un discurso. 3*mo no quedar entrampado en la repetici*n, en el

 pensamiento negativo, en el desvnculo propio de la masificaci*n/ %uestro vnculo con el sa"er compone nuestras prácticas. +odemos transmitir y promover ese modo de

vincularse con el sa"er esa es, a nuestro entender, una perspectiva posi"le desde la docencia universitaria. %osotros po"lamos la universidad y su discursividad pue"la nuestro equipo, nos planteamos c*mo repo"lar y

recomponer un territorio que posee caminos ya delineados, rutas de salida transita"les y naturales, c*mo repo"lar elrecorrido de vida, crtica y pensamiento/

8i estamos en la &niversidad de la 'ep"lica podemos ser eficientes productores de control y nuestro pensamiento puede promover la normativa social as, somos nuestro principal o"stáculo a derri"ar.

!stamos en un momento en el cual se invierte todo y hay discursos que no ingresan. %o es que seamos incapacesde e$presar un nuevo pensamiento sino que la formulaci*n de la pregunta, la interrogante, el programa curricular, la

dinámica de clase, nos impide pensar, muchas veces, de otra manera. +orque de otra manera, quedaramos fuera delugar, como un e$ceso, un e$cedente

veces desde la pedagoga universitaria se plantea que el e#e de las prácticas docentes es el aprendiza#e de losestudiantes y realmente podemos pensar que lo ltimo que nos interesa es que aprendan, y s que hagan lo que quieran y

lo que puedan ... que construyan sus relaciones con el conocimiento y sus propios caminos como su#etos.

La naturalizaci*n, tam"ién alcanza a las prácticas docentes. l cuestionarla, pensarla y ver c*mo ha sido producida, asumimos nuestra responsa"ilidad como docentes de esta &niversidad sa"iendo que otra &niversidad es

 posi"le. +odremos aportar o no a procesos que no se sa"e en que devienen. 9esaparece as la certeza del docente que

sa"e lo que el otro aprende y aparece un docente que en su e#ercicio por comprender se compromete.3reemos que se puede plantear que la gente no tiene derecho a la educaci*n en realidad tiene derecho al acceso

al capital sim"*lico cultural e$istente, no necesariamente a ser educado, ya que como hemos visto, la educaci*n es unaforma de administraci*n del sa"er, qué es mas malo educarse o no educarse/

!l !stado tiene que garantizar a sus ciudadanos la disponi"ilidad del capital cultural y sim"*lico, sea a través dela &niversidad o a través de otro dispositivo. @tra cosa es que se hegemonicen determinados tránsitos llamándolos

>aprendiza#e?, lo que se reduce a una visi*n "urocrática del vnculo lo ltimo que perseguimos es una determinadaorganizaci*n de sa"erpoder. +or eso la !$tensi*n &niversitaria se transforma muchas veces en una práctica

 polticamente potente. La gente con la que se tra"a#a, a veces no conoce (o inclusive desconoceA) las formalidades delaprendiza#e, por lo que se pueden generar encuentros donde el sa"er transita por carrilles inciertos.

!n nuestro curso hay dos vas que componen nuestro enunciado- una de ellas es a través de un análisis de laimplicaci*n, y la otra refiere a una trasmisi*n de c*mo hacer una práctica psicol*gica. !n estos caminos coe$isten un

componente ético, estético, poltico ligado a la práctica.9esplegar lo que venimos e$plicitando refiere por e#emplo, a enunciar las prácticas psicol*gicas o la enseBanza

misma como parte, en algn momento, de la tecnologa "iopoltica que puede producir su"#etividad, alienaci*n,reproducci*n, pero tam"ién generar su"#etivaci*n, devenires, que escapan a los controles cotidianos de la vida

universitaria.:ay transmisi*n de informaci*n de eso que intentamos y, a cada estudiante, cada universitario, cada su#eto, le va

a impactar en lugares y de formas diferentes quizás a otros, si esto es posi"le, no lo afecten en a"soluto.

3uál es el dispositivo/, cuáles son las posi"ilidades de enunciaci*n/ Las condiciones que posi"ilitan preguntarnos esto, implican poner a #ugar el deseo, una er*tica que se produce en torno al curso, al conocimiento, a la

vida.

9e#ar de preguntarnos estas cosas, sera de#ar hacer a la repetici*n sin diferencia, replicar el sometimiento ser

funcionales, perder en autonoma y ganar en alienaci*n. Las contradicciones que componen a nuestra universidad lasllevamos nosotros mismos, en cada enunciado.

A  !n el sentido de re"elarse ante él.

7/21/2019 Entre Las Condiciones Historicas Del Pensamiento y Las Practicas Docentes en La Formacion en Universidad

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8e nos critica por ser un curso e$plcitamente poltico se nos quiere, se nos odia por eso- por pensar la&niversidad, la formaci*n y nuestro lugar como universitarios por ha"lar de la dictadura, por tratar de ser coherentes

entre lo que enunciamos y lo que hacemos... pero de#ar de develar las condiciones de nuestros enunciados sera ocultarlas relaciones de sa"er y poder que nos sostienen en ese lugar como docentes universitarios.