entre la paz y la guerra

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Entre la paz y la guerra: Ignorancia Kesia Reynoso Los acontecimientos ocurridos el pasado 5 de septiembre del año en curso han dejado un halo extraño entre los habitantes del municipio de Nezahualcóyotl, sobre todo en los que viven en las colonias más cercanas al punto de partida de dicho rumor. No es la excepción entre los vecinos de la colonia La Esperanza quienes han tenido que sumar dicho suceso al resto de los hechos que ya los llenaban de preocupación anteriormente y los que se han ido anexando en el resto del mes de septiembre. A pesar de que muchos creen que ya deberían de estar acostumbrados, en vista de que siempre han vivido entre circunstancias que provocan incertidumbre y pánico entre sus pobladores, lo cierto es que cada incidente los convierte en entes más vulnerables y frágiles ante las fugas de información, mismas que, no sólo quedan en meros rumores, sino que trascienden hasta convertirse en problemas mucho más tangibles, tales como el vandalismo y, en su etapa más evolucionada, la delincuencia. Pero lo anterior hace brotar una pregunta casi obligada: ¿cuál es el factor determinante que convierte a los habitantes de dicha comunidad en sujetos mucho más susceptibles ante los rumores y sus mentes más maleables ante los medios de comunicación masiva?, la respuesta es, quizá, más simple de lo que pensamos. Pitágoras, famoso filósofo griego, dijo acerca de ésta: “Si se os preguntan: ¿qué es la muerte?, responded: la verdadera muerte es la ignorancia. ¡Cuántos muertos entre los vivos!”, y remitiendo esto a lo anterior no podemos sino dar la razón a estas palabras. Aunque es drástico pensar que la ignorancia es como estar muertos en vida o, viéndolo desde otra perspectiva, que ésta sea una condena a muerte, lo cierto es

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Page 1: Entre La Paz y La Guerra

Entre la paz y la guerra: Ignorancia

Kesia Reynoso

Los acontecimientos ocurridos el pasado 5 de septiembre del año en curso han dejado un halo extraño entre los habitantes del municipio de Nezahualcóyotl, sobre todo en los que viven en las colonias más cercanas al punto de partida de dicho rumor.

No es la excepción entre los vecinos de la colonia La Esperanza quienes han tenido que sumar dicho suceso al resto de los hechos que ya los llenaban de preocupación anteriormente y los que se han ido anexando en el resto del mes de septiembre.

A pesar de que muchos creen que ya deberían de estar acostumbrados, en vista de que siempre han vivido entre circunstancias que provocan incertidumbre y pánico entre sus pobladores, lo cierto es que cada incidente los convierte en entes más vulnerables y frágiles ante las fugas de información, mismas que, no sólo quedan en meros rumores, sino que trascienden hasta convertirse en problemas mucho más tangibles, tales como el vandalismo y, en su etapa más evolucionada, la delincuencia.

Pero lo anterior hace brotar una pregunta casi obligada: ¿cuál es el factor determinante que convierte a los habitantes de dicha comunidad en sujetos mucho más susceptibles ante los rumores y sus mentes más maleables ante los medios de

comunicación masiva?, la respuesta es, quizá, más simple de lo que pensamos.

Pitágoras, famoso filósofo griego, dijo acerca de ésta: “Si se os preguntan: ¿qué es la muerte?, responded: la verdadera muerte es la ignorancia. ¡Cuántos muertos entre los vivos!”, y remitiendo esto a lo anterior no podemos sino dar la razón a estas palabras.

Aunque es drástico pensar que la ignorancia es como estar muertos en vida o, viéndolo desde otra perspectiva, que ésta sea una condena a muerte, lo cierto es que el hecho de ignorar la forma en que otros manipulan nuestras mentes o la dominación y coerción que el gobierno ejerce sobre nosotros a través de los medios de comunicación nos hace más débiles y maleables y, por tanto, mucho más propensos a ser ‘muertos en vida’ o, en el peor de los casos, experimentar una muerte física.

Es esta la enfermedad que afecta a los vecinos de la colonia La Esperanza, el diagnóstico ha sido dado; las consecuencias de desatender y minimizar la afección se han expuesto; el tratamiento, de seguirse al pie de la letra, podría salvar miles de vidas; está, pues, en manos de cada quien el tomar la píldora milagrosa que haga desaparecer, aunque de a poco, los síntomas de tal patología, a saber, la búsqueda y comparación de información que derive en un juicio propio que permita al sujeto salir de la categoría de ‘masa’ y ser tratado como ‘individuo’.