entre historia y memoria

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Reflexiones sobre construcción de memoria en la historiografía

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https://etudesromanes.revues.org/4398

Entre Historia y Memoria: escrituras de los conflictos armadosArquitecturas de control: espacio y memoria en la cultura guatemaltecaMnica AlbizrezGil

El espacio geogrfico y social guatemalteco estuvo sometido durante el conflicto armado a una arquitectura de controles, censuras y jerarquas. Esta arquitectura se ha refuncionalizado en los aos del postconflicto a travs de otras dinmicas violentas. Tomando en cuenta el desinters del Estado guate-malteco en institucionalizar un pasado histrico comn desde la fundacin nacional hasta hoy, este artculo explora iniciativas culturales que trabajan la memoria colectiva del conflicto armado erosionando aquella arquitectura de lo cautivo. Dichas iniciativas participan de la condicin de frontera en cuanto que se sitan en los confines de las polticas del Estado, cuyo centro estara com-prometido con una dinmica de represin y olvido. En ellas, lo transnacional y la reconstitucin de alianzas locales y generacionales (ms que de ndole nacional) son dos ejes importantes.Haut de page#abstractEntres dindexMots-cls:Guatemala, conflit arm, mmoire collective, gnocide, archivesPalabras claves:Guatemala, conflicto armado, memoria colectiva, genocidio, archivosIndex gographique:Amrique centrale, GuatemalaIndex chronologique:XXeXXIeHaut de page#entriesTexte intgralPDF 141kSignaler ce document

#widgets 1 Este coloquio se titul F(r)icciones de vida trauma, memoria y convivencia en las literaturas h (...)1La presente ponencia sobre el espacio y la memoria en la produccin cultural guatemalteca de los ltimos aos sigue una lnea de reflexin iniciada en el primer Coloquio de Redisca, acerca de las representa-ciones de los archivos y la tarea del duelo en la sociedad guatemalteca postconflicto armado1. En aquella oportunidad centr mi anlisis en la autoficcin El material humano (2007) de Rodrigo Rey Rosa y en el reportaje novelado The Art of Political Murder (2009) de Francisco Goldman. Segn expuse en aquella ocasin, ambos textos plantean que los mecanismos de agresin y control polticos propios del conflicto armado no han desaparecido del todo en la frgil institucionalidad democrtica presente y que el examen racional de las estructuras que sostienen a los mismos resulta esencial para fundar un nuevo rgimen de verdad en la Guatemala de la posguerra. El lugar donde tal tarea podra llevarse a cabo seran los archivos, no slo concebidos como conjuntos de documentos orgnicos en su clsica definicin archivstica, sino tambin como lugares desde donde se pueden leer las leyes de lo decible polticamente en el presente. La figura del investigador de archivos cumple, pues, la funcin de ingresar en ellos, para extraer y escriturar un conocimiento sobre las evidencias de las operaciones ilegales de control poltico: nombres de los culpables, fechas, cmplices. 2 Una revisin hemerogrfica de artculos de opinin en El Peridico, Plaza Pblica y Prensa Libre (...)2Mi inters, entonces, es continuar explorando, dentro de la produccin cultural guatemalteca del ltimo decenio, aquellos espacios que, como los archivos, erosionan los lmites de una institucionalidad endeble sobre la cual se construye la memoria colectiva, y a la vez, ponen al descubier-to un conjunto de fuerzas en disputa. En el marco del juicio celebrado en contra del general Ros Montt en 2013, por el delito de genocidio, las luchas por adjudicar significados estables al momento epocal del conflicto armado evidenci una sociedad jerarquizada y polarizada, as como una poderosa maquinaria jurdica reacia al impulso de denuncias enfocadas en la prosecucin de responsabilidades penales y civiles derivadas de aquel conflicto.2 Es decir, los gestos y espacios culturales que propician representaciones estticas y discusiones polticas sobre aquella memoria participan de una condicin de frontera, en cuanto se localizan en los confines del Estado, cuyo centro estara comprometido en borrar las huellas de la barbarie. No me refiero estrictamente con el trmino frontera a la demarcacin territorial, como usualmente se utiliza en los estudios culturales, sino a su sentido de experiencia de lmite, de lejana respecto del Estado. Jens Andermann, desde los estudios sobre el territorio y la frontera argentina, proporciona una definicin de territorio que interesa a mi planteamiento: 3 Jens Andermann, Mapas de poder: una arqueologa del espacio argentino, Buenos Aires, Beatriz Vite (...)un territorio, en suma no es otra cosa que una red de lmites y jerarquas seccionales superpuestos cuya complejidad aumenta en la medida que avanzamos del centro a los confines.33Los documentales, las fundaciones de museos y la produccin de obras literarias que construyen narrativas sobre la memoria del conflicto armado se sitan muchas veces en una condicin de frontera, pues en su propia constitucin visibilizan en zoom las jerarquas y lmites que seccionan el territorio guatemalteco en una complejidad de rencores, exclusiones e inmovilidades. Al respecto, me parece que la violencia postconflicto armado ligada a fenmenos diversos, junto con el agotamiento de la idea de la unidad nacional y del discurso de la reconciliacin de los Acuerdos de Paz, influyen tambin en que las producciones culturales sobre la memoria impliquen traspasar una experiencia territorial saturada de controles. Las batallas por construir narrativas sobre el conflicto armado problematizan, pues, la carga de una experiencia interior ciudadana cercada de lmites y, por lo tanto, sometida a la inmovilidad derivada de la desconfianza y, en el peor de casos, del pnico. Se tratara de una especie de narrativa de lo cautivo que atraviesa y explica el territorio guate-malteco. En el campo de la literatura, las representaciones de la paranoia en la novela Insensatez de Horacio Castellanos Moya o en la autoficcin El material humano de Rey Rosa podran servir de ejemplo para lo dicho. 4 Mackenbach afirma que el testimonio ha sido en las ltimas dcadas una prctica cultural-escritur (...)4Para principiar, habra que mencionar que el tema de la memoria ha constituido en los ltimos aos un eje de investigacin en distintas tradiciones culturales hispanoamericanas. Especialmente son significativos los trabajos surgidos en el Cono Sur y en Espaa, con relacin a las apropiaciones que las literaturas, las artes visuales y los medios sociales han hecho de conflictos traumticos, como la guerra sucia en Argentina o la Guerra Civil espaola. En cuanto a Centroamrica, los estudios tericos sobre duelo y memoria han sido ms bien escasos, sobresaliendo en todo caso el peso simblico que obtuvo el testimonio como una forma privi-legiada de denunciar los hechos de aquellos conflictos y apuntalar identidades individuales y colectivas, generalmente excluidas de los discursos oficiales4.5En relacin con lo dicho, un primer rasgo que me gustara destacar como definitorio de mi perspectiva es considerar que el tema de la memoria se encuentra enfocado, no primordialmente en cuanto a la apropiacin simblica de la realidad de la guerra, sino en cuanto a la problematizacin de las condiciones del ejercicio de la memoria en la sociedad guatemalteca postconflicto armado. Para ello, me parece interesante, dentro del campo de los estudios centroamericanos, citar la aseveracin de Alexandra Ortiz Wallner, a la luz de las reflexiones de Walter Benjamin sobre la memoria: 5 Alexandra Ortiz Wallner, Las batallas de la memoria: la novela centroamericana como lugar de sobr (...)En sntesis, me interesa destacar las siguientes tesis: la memoria no es un instrumento para escudriar el pasado, sino el escenario del pasado en nuestros recuerdos. El recorrido por el escenario de la memoria no consiste en caminarlo horizontalmente sino que se debe escarbar en l, es decir, actuar como una constante bsqueda.56Es decir, el ejercicio de la memoria se encuentra ligada a la realizacin de un recorrido vertical, o lo que es lo mismo, a la creacin de un espacio articulador de los recuerdos, que implica ahondar, desenterrar, excavar y desmantelar los cimientos.7La pregunta sera, entonces, a nivel colectivo, qu escenarios y qu recorridos van marcando el ejercicio de la memoria en el espacio social guatemalteco. Indudablemente, algunos de ellos lo constituyen la exhumacin de tumbas clandestinas y la identificacin de cadveres por bancos de ADN; la coleccin discursiva de testimonios en artefactos durables como videos o libros, siendo el Proyecto de la recuperacin de la memoria histrica (REHMI) la compilacin ms orgnica; el estableci-miento de lugares conmemorativos de las prdidas humanas en distintos puntos del pas; y la organizacin de los archivos para fines de inves-tigacin. Estas experiencias adquieren, en el contexto guatemalteco, un significado particular, si se toma en cuenta que, a diferencia de otros procesos de construccin nacional latinoamericanos, ha prevalecido en Guatemala, desde el siglo XIX, un desinters del Estado en escenificar un pasado histrico comn, que facilitara la cohesin social, a travs de museos, archivos, monumentos, exposiciones, polticas editoriales y educa-tivas. Por el contrario, como Marta Elena Casas, lo establece, ha existido en Guatemala una patrimonializacin de la cultura, entendiendo por esta un proceso por el cual los sectores oligrquicos se han apropiado, a semejanza del Estado y de la tierra, del patrimonio cultural determinando cules son los bienes espirituales de la nacin. Por lo tanto, crear aquellos espacios en donde excavar la memoria entre cadveres, folios y testimonios significa, una despatrimonializacin de aquella oligarqua (poseedora del Estado) respecto de los contenidos y las significaciones de la historia reciente guatemalteca, marcada por el conflicto armado. A falta de hroes, museos y monumentos que potenciaran imaginarios de una comunidad nacional, tales espacios adquieren, muchas veces, un carcter fundacional de lazos de identificacin colectivos locales y/o culturales, especialmente para quienes han sido excluidos o deudores de los proyectos modernos denacin.8En tal sentido, sin lugar a dudas, las etnias indgenas han sido las prin-cipales excluidas de los diseos en la construccin de una nacionalidad. Casas indica que: 6 Marta Elena Casas Arz, Museo Nacional y museos privados en Guatemala: patrimonio y patrimonial (...)Frente a procesos como los de Mxico y Per, de nacionalizar la nacin por la va del pasado de los Incas y de los Aztecas, para lograr as peruanizar Per o mexicanizar Mxico, generando una ideologa del mestizaje y de la hibridacin cultural, el Estado guatemalteco opt por el modelo contrario: negar el pasado indgena, demostrar que no quedaba ms que la decadencia o la degeneracin del indgena actual; desvalorizar todos los rasgos de su cultura y tratar de borrar de la memoria histrica a la nacin.6 7 Las referencias a estas iniciativas no estn documentadas en una bibliografa especfica localiza (...) 8 Sandra Sebastin, Casa de la Memoria, Plaza Pblica, www.plazapublica.com.gt/content/casa-de-la-m (...)9Siguiendo la afirmacin de Casas, la negacin del genocidio, como una prctica utilizada dentro de las estrategias y prcticas contrainsurgentes durante el conflicto armado guatemalteco, sera un parte ms de este proceso. Frente al borramiento militar de poblaciones indgenas que supuso aquella lucha contrainsurgente del ejrcito, se superpone la versin de que tal poltica de eliminacin no existi, con lo cual de nuevo en una gran parte de los discursos pblicos se sigue la narrativa de que el sujeto indgena no tiene participacin activa en la historia, ni en la condicin de vctima: entra al siglo XXI otra vez desde la invisibilidad. Al respecto, menciono dos ejemplos de iniciativas civiles en la creacin de museos que pretenden legibilizar otra versin desde donde se ejerce la memoria7. Una de ellas es el museo Kaji Tulam cuatro puntos csmicos en quich, organizado por el Centro para la Accin Legal en los Derechos Humanos, en donde se revisa aquella ptica de las etnias indgenas como sujetos invisibles, situndolas en cambio como actores en distintas etapas de la Historia guatemalteca, y poniendo en escena entornos alegricos de la destruccin colectiva que implic el conflicto armado8. As, por ejemplo, en uno de los espacios de ese museo se escenifica la vida cotidiana campe-sina destruida por la violencia. Para ello, se colocaron sillas de pino quebradas y una mesa en el suelo, todava a mitad cubierta por un mantel de plstico. Alrededor, platos destrozados dan cuenta de una presencia humana abruptamente interrumpida. Sera la representacin de los restos de una de las mltiples incursiones del Ejrcito a las viviendas en comuni-dades indgenas. Por otra parte, a la entrada de este museo, se lee el poema Recuerdo del poeta quich Humberto Akabal, con lo cual se reafirma la presencia letrada y literaria de una cultura indgena ms all de la oralidad que se deslinda a la vez de la lgica tardocapitalista de la sustitucin de lo nuevo, que domina el momento epocal desde donde se ejerce la memoria: 9 Humberto Akabal, Tejedor de palabras, Guatemala, Fundacin Carlos Novella, 1996, p.20.De vez en cuandocamino al revs:es mi modo de recordar.Si caminara slo hacia adelante,te podra contarcmo es el olvido.910El recorrido eventual al revs no slo hacia atrs ni hacia adelante implica armar una ruta nemotcnica que se desva de la apologa del retroceso o del avance. Esta direccin planteada en el poema propone salir de la vuelta hacia el pasado como melancola y problematizar simultneamente el ritmo acelerado, lineal y sustitutivo del mercado, en donde los restos y desechos los de la violencia del conflicto armado no cuentan. 10 La referencia a este museo, cuya construccin durar seis aos, es la noticia Rigoberta Mench cr (...)11En esa misma lnea, en el proyecto del Museo de la memoria de la Fundacin Rigoberta Mench se proponen articular tres espacios en el recorrido del espectador: un mapa en relieve en donde se identificarn 620masacres cometidas en los aos del conflicto; la reconstruccin y rememoracin del asalto a la Embajada de Espaa que determin el ingreso de militantes provenientes de clases medias urbanas en las filas de la guerrilla; y una sala dedicada a enaltecer los ancestros mayas en figuras heroicas como Atanasio Tzul. De lo dicho, me detengo en el pri-mer espacio10. El mapa en relieve referencial en la ciudad de Guatemala es el inaugurado en 1905, con ocasin de las fiestas de Minerva durante la dictadura de Manuel Estrada Cabrera. John Brian Harley indica cmo los mapas no se reducen a reflejos pasivos del mundo, sino son imgenes refractadas que promueven un dilogo en medio de un mundo socialmente construido: 11 John Brian Harley, The New Nature of Maps: Essays in the History of Cartography, Paul Laxton (ed. (...)Maps cease to be understood primarly as inert records of morpho-logical landscapes or passive reflections of he world of objects, but are regarded as refracted images contributing to dialogue in a socially constructed world.11 12 Ver Denis Wood, The Powers of Maps, New York, Guilford Press, 1992.12De esta manera, el mapa propuesto por la Fundacin Rigoberta Mench significara un dilogo social con la nueva cartografa formada violenta-mente durante el conflicto armado. Aquel mapa en relieve de 1905 que refractaba la geografa de la nacin agroexportadora instituida en el sigloXIX, queda agotado en explicar los movimientos y las reconfigura-ciones cartogrficas producidas por polticas contrainsurgentes, como la tierra arrasada. Es ms, como sostiene Dennis Wood, la historia de los mapas es tambin la historia entre quienes usan los mapas y quienes no12. El mapa en relieve que se proyecta realizar permitira un uso a espectadores (indgenas y no indgenas) que histricamente no han participado de las instancias e instituciones involucradas en la produccin y recepcin de los mapas nacionales. 13 Michael K. Steinberg y Mattew J. Taylor, Public Memory and Political Power in Guatemalas Postco (...) 14 La organizacin de las Patrullas de Autodefensa Civil constituy una estrategia del Ejrcito de G (...)13Desde un posicionamiento contrario a la propuesta cartogrfica de la Fundacin Rigoberta Mench, existen tambin iniciativas por introducir marcas a determinados territorios que reivindican las acciones del Ejrcito nacional. Al respecto, Michael K. Steinberg y Matthew J. Taylor han investigado lugares dedicados a rememorar los hechos del conflicto armado en zonas noroccidentales del pas13. Ellos examinan las reas rurales del occidente central del departamento de Huehuetenango, la zona ixil en el centrooccidente del departamento de El Quich y la regin del Ixcn en el extremo norte del Quich y Huehuetenango. En la parte dedicada a los monumentos militares, los autores describen cmo el Ejrcito de Guatemala construy obeliscos, pirmides, monolitos y cuarteles en miniatura a lo largo de la carretera de la Franja Transversal del Norte a principios de los noventa y que rememoran militares asesinados y batallas libradas en la regin. Transitar esa carretera, en uno de los escenarios ms violentos de la guerra, implica tambin, como afirman los autores, activar las memorias reinvindicadoras de aquellos sujetos nativos de la regin que participaron en el conflicto armado del lado del ejrcito, como el caso de los Patrulleros de Auto Defensa Civil (PAC)14: 15 Michael K. Steinberg y Mattew J. Taylor, op.cit., p.459.it triggered the memory of an Ixcn resident who told us of his experiences as a PAC member, his relationships with military commanders in Playa Grande, and the orders he and other PAC members received from above to search for and destroy suspected guerrilla sympathizers.1514Es decir, fuera de las polticas culturales estatales, se lucha tambin desde la estructura militar por otorgar significados permanentes a determinadas regiones mediante artefactos especficos que imponen una perspectiva ideolgica al excombatiente en el acto del recuerdo. 16 Michael Rothberg, Multidirectional Memory, Standford, Standford University Press, 2009.15Ya en espacio capitalino, es innegable, la instalacin progresiva de una nostalgia por el autoritarismo militar de los aos de la guerra, que me parece menos frecuente en otros imaginarios nacionales latinoamericanos. Es decir, este autoritarismo emerge como un objeto perdido que se desea, de tal manera que permanece introyectado en considerables sectores ciudadanos. Prueba de ello es, a nivel poltico, la eleccin como presidente del general Otto Prez Molina en 2011. La carga simblica de la plane-acin urbana a cargo de la Alcalda Metropolitana, regida desde 2003 por el conservador Alvaro Arz, sintetiza aquel retorno a nombres e imagi-narios de regmenes dictatoriales pasados. Los nombres de Rafael Carrera y Jorge Ubico ambos figuras dictatoriales de la historia nacional durante el siglo XIX y XX respectivamente presiden la inauguracin de obras de infraestructura, evidenciando una voluntad de hacer presente en la vida cotidiana la vigencia de un rgimen de verdad asociado al orden jerrquico y excluyente. Esta realidad invita a pensar la utilidad del concepto memoria multidireccional de Michael Rothberg en cuanto que la memo-ria de un suceso traumtico en un contexto no excluye o disminuye la memoria de otro suceso16. En el caso guatemalteco, la violencia del conflicto armado y la violencia del postconflicto son dos realidades que cohabitan en diferentes formas, de tal manera que las agresiones delincuenciales y ligadas al narcotrfico provocan frecuen-temente la adhesin a un orden antiguo como las dictaduras de Ubico y Carrera para contrarrestar la vulnerabilidad extrema ciudadana, aun cuando eso implique una circularidad perversa. 17 Diana Taylor, The Archive and The Repertoire: Performing Cultural Memory in the Americas, Durham, (...) 18 Uli Stelzner, La isla: archivos de una tragedia, Iska Cine, 2010. 19 Pamela Yates (dir.), Paco de Ons y Peter Kinov (eds.), Granito: How to Nail a Dictator, Skylight (...)16Pero si la posmodernidad, y el correlativo poder de las imgenes son otras coordenadas histricas en las condiciones presentes de la memoria del conflicto armado, me detengo en un recorrido particular a travs de docu-mentales e instalaciones, que representan la figura con la que empezaba esta reflexin, la figura del Archivo. La existencia de los archivos depsitos de documentos est relacionada con las necesidades de informacin y con los valores sociales de regmenes, organizaciones y/o individuos que los establecen y mantienen en aras de la sistematizacin y preservacin. Con el paso del tiempo, estos archivos pueden operar como lugares de in-vestigacin histrica y, en contextos polticos de transicin de regmenes autoritarios/coloniales a democrticos/independientes, han representado un instrumento privilegiado para los procesos de recuperacin de la memoria histrica y modelacin de identidades colectivas. Diana Taylor refiere que el archivo extendera a todos aquellos sistemas de transmisin de conoci-mientos a partir de materiales supuestamente resistentes al cambio como restos arqueolgicos, huesos, videos, libros etc.17 El descubrimiento en 2005 de un depsito de documentos operativos y administrativos de la extinta Polica Nacional, datados desde 1882 a 1997 (ao posterior a la Firma de la Paz) marc en Guatemala un antes y un despus en las posibilidades de conocer los mecanismos de la represin poltica y de aportar pruebas en procesos penales, incluida la jurisdiccin internacional, la cual se erige como un camino de justicia y reparacin ante el fracaso de los jueces territoriales de formar una causa. El llamado Archivo histrico de la Polica Nacional aparece como la temtica fundamental en los documentales: Isla Archivos de una tragedia dirigido por Uli Stelzner18 y Granito: How to Nail a Dictator dirigido por Pamela Yates19. Asimismo, aquel archivo se encuentra presente en el proyecto memorialstico de Daniel Hernndez Salazar, El Camino del ngel. 20 Este documental ofrece varias lneas de reflexin. Me detengo en una de ellas solamente. 21 Op.cit., min. 9:41-9:47.17En el caso del documental de Stelzner, la figura del archivo representa la materialidad desde donde construir una posmemoria, es decir, aquella que se forja entre la generacin posterior a la que vivi el trauma de la violencia20. El trabajo de los jvenes, desenterrando y clasificando documentos, cons-truye la idea del archivo como un espacio actual y regenerador de lecturas e interpretaciones del pasado del conflicto armado. La doble condicin de empleados e hijos de las vctimas de la violencia hace que la lectura de la prosa burocrtica y criminal de la polica nacional que documenta el horror, se transfiera al espectador en un estado emocional intersticial entre subjetividad propia de la narrativa personal y la objetividad clasificatoria del archivero. De tal manera, el documental no se agota en lo puramente testimonial de los hijos de las vctimas que vendran desde fuera de la institucin a encontrar el fragmento de su propio pasado dependiente de un intermediario, sino los instituye como lectores profesionales y permanentes del archivo. Ellos encarnan la autoridad para dar sentido a cdigos, fichas, nmeros y palabras que transcienden su propia narrativa personal, y componen la gran historia de la violencia poltica del conflicto armado, cuya documentacin, no est de ms decirlo, es prcticamente inexistente fuera de este archivo. Uno de los archiveros dice: Tena que tener valor antes de llegar all [el archivo] como para empezar a leer toda la historia21. En esta prctica de la memoria propuesta en el documental de Stelzner, prevalece sobre el contar propio del testimonio el leer documentos. El archivo es, entonces, una isla apropiada por aquella maquinaria lectora de los empleados-hijos de las vctimas. Entre las escenas iniciales del documental, aparece la imagen en perspectiva de la ciudad de Guatemala en medio de la noche, con una voz en off apenas audible que dice: 22 Op.cit., min. 0:37-0:51.Para seguridad de la misma poblacin se prohbe salir de sus casas a partir de la presente hora. Debern de permanecer en sus casas y solamente el que tenga alguna emergencia [.].2218La noche en Guatemala, durante el conflicto armado y aos despus, es un tiempo de reclusin por el miedo. El archivo histrico de la Polica Nacional proporcionara, a travs de la interpretacin de signos, los recorridos que han armado aquella clausura. 23 Op.cit., min 3.38-3.43.19Por su parte, en el documental de Peter Kinoy, Pamela Yates y Paco de Ons, el archivo se convierte en el punto de enlace entre New York, Guatemala y Madrid. En esos tres lugares, se arman las pruebas para acceder a la jurisdiccin internacional y procesar a altos jefes militares, presuntos responsables del delito de genocidio. Estas pruebas estn relacionadas con la produccin previa en 1982 de un documental bastante conocido, Cuando las montaas tiemblan, elaborado por Pamela Yates. El punto de origen del documental Granito: How to Nail a Dictator lo explica la documentalista a partir de la peticin de la abogada encargada del caso, Almudena Bernabeu: Almudena pens que el documental que film en 1982 Cuando las montaas tiemblan podra ser el nico material flmico del genocidio23. Pamela Yates va ms all del propio documental, al desarchivar fragmentos de pelcula que haba guardado durante dcadas y que podan tener ms pruebas. Los recuerdos de su estancia en Guatemala a travs de las imgenes recuperadas es paralela a la reunin de las evidencias para el caso, en cuya accin estn involucrado un lder indgena sobreviviente de la masacre, un antroplogo forense guatemalteco que vivi en el Bronx, una archivista, una documentalista norteamericana, y una abogada espaola. Por lo tanto, la creacin del documental forma parte de la acumulacin de pruebas para formar un archivo procesal, que es tambin la memoria compartida de los actores de la denuncia penal. Esa memoria transnacional coloca al geno-cidio, como un delito perseguible ms all de las fronteras, y los archivos encontrados por la documentalista constituyen una fuente de poder movilizador. El documental no narra estrictamente el pasado, sino sobre todo construye las posibilidades de interpretarlo desde el foro judicial, ese al que difcilmente se accede en las prcticas genocidas. 24 Daniel Hernndez Salazar, El camino del ngel, http://danielhernandezsalazar.blogspot.fr/2009/08/el (...)20A los dos documentales anteriores, quiero sumar el proyecto de Daniel Hernndez Salazar, El camino del ngel24. Este proyecto consiste en la colocacin en diversos lugares de la memoria, dentro y fuera de Guatemala, de la imagen de un hombre con alas de ngel en gesto de gritar una palabra lo ms extensivamente posible, imagen que constituy la portada del REHMI. En el proyecto de Hernndez, el archivo de la Polica Nacional, como tambin la exhumacin del primer osario en el cementerio de La Verbena, aparecen unidos a otros sitios ms conocidos del exterminio (como los campos de concentracin nazis), con lo cual se invita a pensar las jerarquas que atraviesan los trabajos de la memoria segn los espacios centrales o perifricos donde se llevan a cabo. Es decir, la visibilidad o invisibilidad del horror vivido tambin est determinado por el peso geopoltico de las fronteras donde ha sucedido y uno de los sentidos de las instalaciones de Hernndez es precisamente traspasar las disparidades de aquellas fronteras. Se genera, entonces, una sensibilidad horizontal de la memoria que articula geogrfica y culturalmente diversos lugares.21De lo dicho hasta ahora, me gustara concluir sealando cmo el espacio geogrfico y social guatemalteco estuvo sometido durante el conflicto armado a una arquitectura de frreos controles, censuras y jerarquas. Esta arquitectura se ha refuncionalizado en los aos del postconflicto en atencin a otras dinmicas violentas, principalmente el narcotrfico y la delincuencia organizada. Dentro de esa arquitectura, se lleva a cabo el trabajo colectivo de la memoria. Por lo tanto, las producciones culturales antes sealadas erosionan esos cimientos de controles, incluido el olvido. En ellas, lo transnacional y la reconstitucin de alianzas locales y gene-racionales (ms que nacionales) son dos ejes importantes. Si como se afirmaba Guatemala ha carecido de una institucionalizacin de una identidad y pasado nacionales, las iniciativas estudiadas seran un camino nuevo y fundador de memorias con nuevos y diversos sentidos simblicos..text wResizableHaut de page#textNotes1 Este coloquio se titul F(r)icciones de vida trauma, memoria y convivencia en las literaturas hispanoamericanas, el cual se llev a cabo los das 16 y 17 de diciembre de 2010 en la Universidad de Potsdam, Alemania. El ttulo de mi ponencia fue Hurgar y descifrar en los archivos del mal: trauma, memoria y convivencia en las literaturas hispanoamericanas.2 Una revisin hemerogrfica de artculos de opinin en El Peridico, Plaza Pblica y Prensa Libre durante la celebracin del proceso y en los das posteriores a la sentencia dictada el 10 de mayo de 2013 evidencian aquella polarizacin que sealo. La anulacin de la sentencia por parte de la Corte de Constitucionalidad el 20 de mayo de 2013 signific la puesta en marcha de esa maquinaria judicial a la que me refiero.3 Jens Andermann, Mapas de poder: una arqueologa del espacio argentino, Buenos Aires, Beatriz Viterbo Editora, 2000, p.18.4 Mackenbach afirma que el testimonio ha sido en las ltimas dcadas una prctica cultural-escritural que ha ocupado un lugar privilegiado en la recuperacin de la memoria y la reconstruccin de la historia contra el olvido y el silencio, la omisin y la supresin, la tergiversacin y la mentira: el testimonio en sus ms diversas formas. Werner Mackenbach, Narrativas de la memoria en Centroamrica: entre poltica, historia y ficcin, en Beatriz Cortez, Alexandra Ortiz Wallner y Vernica Ros (eds.), (Per)Versiones de la modernidad. Literaturas, identidades y desplazamientos, Guatemala, F&G Editores, 2000, p.237.5 Alexandra Ortiz Wallner, Las batallas de la memoria: la novela centroamericana como lugar de sobrevivencia, Revista Estudios 20, 2007, s.p. www.estudiosgenerales.ucr.ac.cr/estudios/no20/papers/ivsec5.html, consultado el 15 de febrero 2014.6 Marta Elena Casas Arz, Museo Nacional y museos privados en Guatemala: patrimonio y patrimonializacin: un siglo de intentos y frustraciones, Revista de Indias, 254, LXXII, 2012, p.100.7 Las referencias a estas iniciativas no estn documentadas en una bibliografa especfica localizable. Se basan en noticias y reportes hemerogrficos.8 Sandra Sebastin, Casa de la Memoria, Plaza Pblica, www.plazapublica.com.gt/content/casa-de-la-memoria, consultado el 20 de febrero de 2014.9 Humberto Akabal, Tejedor de palabras, Guatemala, Fundacin Carlos Novella, 1996, p.20.10 La referencia a este museo, cuya construccin durar seis aos, es la noticia Rigoberta Mench crear museo de la memoria, El Peridico, www.elperiodico.com.gt/es/20121017/ pais/219344, consultado el 15 de febrero de 2014.11 John Brian Harley, The New Nature of Maps: Essays in the History of Cartography, Paul Laxton (ed.), Batimore, John Hopkins University Press, 2002, p.53.12 Ver Denis Wood, The Powers of Maps, New York, Guilford Press, 1992.13 Michael K. Steinberg y Mattew J. Taylor, Public Memory and Political Power in Guatemalas Postconflict Landscape, Geographical Review 4.93, 2003.14 La organizacin de las Patrullas de Autodefensa Civil constituy una estrategia del Ejrcito de Guatemala para involucrar a la poblacin civil en la prestacin de un servicio militar y, en consecuencia, debilitar el apoyo de la guerrilla.15 Michael K. Steinberg y Mattew J. Taylor, op.cit., p.459.16 Michael Rothberg, Multidirectional Memory, Standford, Standford University Press, 2009.17 Diana Taylor, The Archive and The Repertoire: Performing Cultural Memory in the Americas, Durham, Duke University Press, 2003.18 Uli Stelzner, La isla: archivos de una tragedia, Iska Cine, 2010.19 Pamela Yates (dir.), Paco de Ons y Peter Kinov (eds.), Granito: How to Nail a Dictator, Skylight Pictures, 2011.20 Este documental ofrece varias lneas de reflexin. Me detengo en una de ellas solamente.21 Op.cit., min. 9:41-9:47.22 Op.cit., min. 0:37-0:51.23 Op.cit., min 3.38-3.43.24 Daniel Hernndez Salazar, El camino del ngel, http://danielhernandezsalazar.blogspot.fr/2009/08/el-angel-en-el-archivo-historico-de-la.html?zx=9042a8fb32b9edaf consultado el 10 de febrero de 2014.Haut de page#notesPour citer cet articleRfrence papierMnica AlbizrezGil, Arquitecturas de control: espacio y memoria en la cultura guatemalteca, Cahiers dtudes romanes, 28|2014, 101-114.Rfrence lectroniqueMnica AlbizrezGil, Arquitecturas de control: espacio y memoria en la cultura guatemalteca, Cahiers dtudes romanes [En ligne], 28|2014, mis en ligne le 13 juillet 2015, consult le 20 septembre 2015. URL: http://etudesromanes.revues.org/4398