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ENTRE GRIETAS Y TINIEBLAS Enrique Urquidez Blanco

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Entre Grietas y Tinieblas, por Enrique Urquidez Blanco. Es un libro que trata sobre los sucesos desde mi perspectiva sobre el terremoto del 4 de abril de 2010 y el apagón del 2011 que asotaron a Mexicali.

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ENTRE GRIETAS Y TINIEBLAS

Enrique Urquidez Blanco

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ENTRE GRIETAS Y TINIEBLAS

Enrique Urquidez Blanco

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INDICE

Introducción

Capitulo 1 Grietas1.1. Prólogo antes del desastre1.2 Durante el terremoto 1.3 Estado de alerta 1.4 Bajo la luz de una vela1.5 La luz al final del camino

Capítulo 2. Tinieblas2.1 Prólogo2.2 El apagón2.3 Consumido de la oscuridad2.4 Vuelve la luz

Epílogo

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ENTRE GRIETAS Y TINIEBLAS

INTRODUCCIÓN

El vivir en Mexicali fue algo monótono y predecible, salvo por la delincuencia y los temblores frecuentes que se daban seguido, ningún otro acontecimiento logra destacar a darse a conocer al país, ni en las noticias, ni en la vida diaria. Debido a esto, muchas perso-nas, incluyéndome, considerábamos a la ciudad de Mexicali como la ´´Ciudad del no pasa nada´´, pero todo cambió a partir de los sucesos que ocurrieron en dos días distintos: el terremoto de escala de 7.2 del día 4 de abril del 2010 y el apagón del 8 de septiembre de 2011. Estos dos sucesos cambiaron mi forma de pensar, como persona y como estudiante, ya que en estos dos días tuve muchos problemas en ambos aspectos de mi vida; por lo que el contenido de este libro relatará mis acciones y de las personas cercanas a mí que pasamos por esos dos acontecimientos.

Uno piensa que un día será como el siguiente, que nunca pasara nada, que se tiene todo el tiempo del mundo para hacer las cosas o para prepararse, que todo está bajo control y que nada puede fallar. Esto es un error común de todas las personas quienes subestiman las fuerzas de la naturaleza y de la tecnología creada por el hombre mismo, pero ¿Qué sucede cuando repentinamente sucede algo que rompe esa sensación de seguridad, dando surgimiento a la locura e inseguridad? Las vivencias que yo, Enrique Urquidez Blanco, un joven de 21 años, vivió en dos de los acontecimientos más impor-tantes que ocurrieron en Mexicali y sus alrededores, de eso trata el contenido de este libro.

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CAPÍTULO 1

GRIETAS

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CAPITULO 1: GRIETAS

1.1 Prólogo antes del desastre

Todo comenzó el domingo 4 de abril del 2010, un día de relajación para muchos, pero para mí, fue todo lo opuesto a eso. Ese día fue el último de la semana de vacaciones de semana santa que nos asign-aron en la escuela, durante la semana me divertí, jugué y salí, dis-frutando de las vacaciones, olvidándome de la tarea, teniendo que hacer la tarea el domingo. La tarea consistía en hacer una crítica de un evento que ocurrió en el Centro Estatal de las Artes de Baja California (CEART).

Desde la una de la tarde empecé a hacer la tarea, pensando y medi-tando sobre que ocurrió ese día, debí de haber hecho el trabajo cu-ando tenía la memoria con el evento grabado recientemente; sin em-bargo, en lugar de enfocarme a hacer el trabajo para tener el resto del día libre, me la pasaba jugando videojuegos y ver videos de internet para distraerme; confiándome en lo fácil que era la tarea, preferí di-vertirme antes de concentrarme en lo importante y primordial.

Cuando finalmente decidí enfocarme en la tarea, la cual comencé a las 15:30 pm, todo iba bien, sin embargo, diez minutos después (15:40) fue cuando el evento comenzó.

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1.2 Durante el terremoto

En ese mismo momento, mientras escribía en la computadora, oí los vidrios de las ventanas vibrando, en ese momento, pensé que era algo momentáneo, pero subestime la situación, y a los pocos, las vibraciones se intensificaron. Rápidamente apagué de golpe la computadora, sin importarme si se grabó o no en lo que estaba traba-jando, sabía que venía un terremoto, y debido a la enorme sacudida, no podía moverme de lugar sin perder el equilibrio, aferrándome a mi CPU y a mi televisión, al ver que enseguida, se fue la luz no solo de la habitación, sino de toda la casa, al notar cómo se apagó la refrigeración y los focos que estaban encendidos en ese momento.

El porqué agarré estos dos objetos puede sonar un poco tonto, pero tenía razones, aunque egoístas. Agarré mi CPU porque estaba haci-endo la tarea que debía entregar para el día siguiente, una tarea que debí haber hecho desde hace tiempo; mientras que agarré la tele-visión porque era nueva, la recién compramos y ni modo que dejarla que se cayera, destruyéndose.

Mientras agarraba estos objetos, pude ver como todo a mí alred-edor se sacudía. En el cuarto de enseguida, es decir la cocina, pude escuchar cómo se rompían tazas, platos, entre otros elementos frág-iles; escuchando también a mi familia que estaba dentro de la casa gritando por el evento y viendo como el polvo dentro de la casa, al ser una casa de adobe, cubría todo lo que yo podía ver.

Cuando pasó el terremoto, no podía creer el desastre que estaba ob-servando: muchas cosas destruidas y caídas en el piso, nada estaba funcionando debido a la ausencia de electricidad. Jamás había ex-perimentado un terremoto en mi vida, los temblores de escala 5 son una cosa, pero un terremoto como este fue algo que jamás olvidare. Finalmente, mi familia y yo, salimos al patio para saber que pasó afuera de nuestra casa.

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1.3 Estado de alerta

Al salir a la calle, notamos muchas grietas en el pavimento, y ar-boles caídos, además de eso, la calle estaba igual que siempre, sin embargo, todo estaba muy tranquilo; un silencio incomodo, al saber que después de un terremoto, siguen habiendo replicas.

Mi hermano llegó a la casa poco después del terremoto, viendo si to-dos nos encontrábamos bien. Cuando pensé que todo había pasado, llegaron las replicas; las cuales incrementaron la tensión no sola-mente de quienes estábamos en la casa, sino de toda la calle y mas allá.

Por más de dos horas, iban y venían replicas del sismo, lo cual me ponía nervioso, no solamente por el temor de que la casa se desplo-mara, sino porque aún tenía pendiente una tarea de la escuela, la cual ya había mencionado antes, quería que ya volviera la luz, para terminar de una vez el trabajo, que debía entregar al día siguiente. Mientras pasaba el tiempo, mi hermano y yo cruzamos el puente Quintana Roo para ver los daños ocasionados por el terremoto.

Al pasear por el Centro Cívico, vimos muchos edificios que estaban dañados, pero ningún otro como el estacionamiento de cinco pisos, el cual se encontraba a un lado del Palacio de Gobierno, totalmente destrozado y desplomado. Consideramos algo gracioso ver esa obra arquitectónica, tanto tiempo que duraron en su construcción, y en un parpadeo, todo destruido; pero también nos alegramos ya que era domingo, y no había ningún auto dentro, el daño colateral hubiera sido inmenso.

Al volver a casa, empezamos a oír por radio los estragos que había ocasionado el terremoto, carteles de espectáculos caídos, daños en casas, en calles, en edificios, etc. Afortunadamente solo hubo daños, no se había registrado ningún muerto en el momento.

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Sin embargo, teníamos que estar pendientes de datos posteriores que fueran informando, ya que no había forma de comunicación con el exterior, no podíamos llamar por teléfono a familiares para saber cómo habían pasado tal desastre.

Al caer la noche, seguíamos usando la radio como medio de infor-mación, sin embargo, nos horrorizamos al oír que una tienda de llan-tas ´´Goodyear´´ había sido saqueada debido a la ausencia de luces en la ciudad, lo cual nos dejo el pendiente que personas aprovechen el apagón para poder saquear tanto los negocios como casas de otras personas, había que ponerse alerta de los alrededores.

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1.4 Bajo la luz de una vela

Como no había luz a nuestro alrededor, y por temor a que alguien aprovechara la oscuridad para hacer cosas indebidas en la calle o en mi casa, prendimos velas dentro de la casa para mantenernos ilumi-nados; así mismo, nos turnamos con una linterna para poder ver en la calle cualquier cosa extraña que pudiera pasar en los alrededores.

Durante este tiempo, me sentía algo deprimido, como un joven que está acostumbrado al uso de la tecnología, me vi forzado a tratar de sobreponerme al no contar con mis artículos electrónicos; ni mi celular ni a mis videojuegos portátiles les quedaban batería y no podía recargarlos, vaya manera de estar precavido. Sin embargo, al carecer de estas cosas, mi familia y yo conversábamos sobre cosas que suceden en nuestras vidas, un suceso que no ocurre muy seguido en nuestra familia por lo ocupada de nuestras vidas, con la constante intervención de los aparatos electrónicos como la computadora por el uso del internet y la televisión.

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1.5 La luz al final del camino

Tras las constantes replicas de temblores en cada momento, yo seguía con miedo por temor a tener que entregar la tarea para el lunes en cuanto volviera la luz.

Eran alrededor de las 3 am cuando la luz finalmente volvió a nuestra colonia, Nueva Esperanza. Me sentía aliviado y a la vez enojado, primero porque por fin podía dormir tranquilo ya que volvieron las luces, y el calor que hacía en ese momento se necesitaba tener el abanico o la refrigeración prendida, pero me sentía enojado como es que nuestra colonia fue una, sino es que la última en que volvió la luz, dejándome de importar la tarea que tenía pendiente en ese mo-mento y solo quería dormir. Al día siguiente, supe que las clases se suspendieron por una semana, lo cual tomé como una buena noticia.

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CAPÍTULO 2

TINIEBLAS

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CAPITULO II: TINIEBLAS

2.1 Prólogo

Todo comenzó como un día normal, uno llega a su casa a relajarse después de un largo día de clases matutinas. Después de descansar, iba a comenzar a hacer la tarea. Sin embargo, empezaron a surgir distintos pendientes en los que fui aplazando la realización de mi trabajo, como salir de compras e incluso comer.

Finalmente, todo estaba preparado, incluso les pedí ideas a mis ami-gos sobre cómo realizar la tarea a través del Facebook. Eran pasadas de las 3:30 de la tarde cuando inicié, pero justo en ese momento, vino un silencio inquietante, que aunque no escuchaba seguido, tenía una sensación familiar sobre un evento similar.

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2.2 El apagón

De repente, la refrigeración, la televisión y todo lo que es electrónico se apagaron de golpe. La sensación era similar y a la vez diferente de cuando sucedió el terremoto del 2010, la diferencia es que el ter-remoto se sintió cuando las ventanas vibraban como aviso, pero aquí simplemente sucedió.

Justo como en el terremoto, me mantuve con calma, y pensé que tal vez la luz volvería en un rato mas, así sucede por estos lugares cuando hay apagón, pero son espontáneos. Sin embargo, pasó una hora y no volvía, en ese momento, decidí salir a caminar para saber si fue solamente en mi casa (ya que no habíamos pagado la luz en ese mes y podían cortárnosla en ese momento), o se había expandido mas allá de la colonia Nueva Esperanza.

Mi sorpresa fue tal que no solamente no había luz, el agua también faltaba en las casas, era una verdadera locura, vi a gente en la calle que se desesperaba para conseguir agua de los surtidores de agua. Las tiendas de autoservicio también cerraron, debido principalmente a que no había forma de cobrar al no poder registrar las compras. Las neverías se quedaron sin mercancía por falta de helado, princi-palmente en la nevería Estrella, localizada en la calle Quintana Roo; en ella se regaló nieve gratis a quien llegara.

Para obtener agua, en mi calle donde vivo, fuimos con un vecino quien tenía un contenedor de agua, quien nos daba agua para poder sobrevivir sin poder comprar agua y con la escasez de recursos con los que se contaba en el momento, y así pasó el tiempo hasta las seis de la tarde.

Por la radio, se escuchó más sobre la naturaleza del evento, que fue ocasionado por una falla en la central electica en Estados Unidos, específicamente en Arizona, que no solamente afecto a dicha ciu-dad, parte de California y Baja California se vieron afectadas sin suministros de agua ni de luz. Así nos sumimos en un estado de alerta ante la oscuridad que se avecinaba.

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2.3 Consumido por la oscuridad

A las ocho de la noche, mientras pasaba el tiempo, podíamos ob-servar las luces de las estrellas, algo que no se aprecia mucho en estos días debido a la constante contaminación luminosa a la que se ve acostumbrada la ciudad de Mexicali. Gracias a que se informó por radio que la energía eléctrica volvería pronto, pasamos las horas tranquilas admirando el cielo.

De repente, esa calma se volvió ansias, principalmente por el hecho de que las colonias vecinas de la que yo vivo (Nueva Esperanza) se iluminaban en lugar de la nuestra, incluyendo el Centro Cívico podía verse iluminado desde mi casa.

Con el paso del tiempo, paseamos por carro por el Centro Cívico para comprar cosas. Desde ahí, en el otro lado del puente, todo se veía totalmente oscuro el lado donde yo vivo, además que me de-sesperaba en ver como otros segmentos de la ciudad ya tenían luz y agua de vuelta desde hace más de tres horas, mientras que en mi colonia no había pasado nada todavía.

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2.4 Vuelve la luz

Siendo ya las once de la noche, me volví impaciente por tener que hacer la tarea en la que estaba pendiente antes del apagón; no podía soportar más como es que en nuestra colonia no llegaba luz eléc-trica, pero por fin la luz volvió cerca de la media noche.

En ese momento, me conecté a Internet en el Facebook, y me puse a chatear con mis amigos sobre el evento reciente, pero sin embargo, lo que más me preocupó fue que tenía que hacer la tarea, ya era más de media noche y ya estaba más que harto, tenía sueño, estaba de-sesperado, lo único que podía hacer era hacer la tarea sin quejarme, y para aumentar más mis preocupaciones, debía de entregarla al día siguiente.

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EPILOGO

La experiencia que tuve de ambos incidentes me ha abierto los ojos en diversos aspectos: en ser más precavido en todo como en no dejar para después lo que puede hacer hoy, cosa que experimenté al dejar una tarea para un domingo, y por pura suerte no tuve clases al día siguiente, además de aprender a ser más responsable con mis ac-ciones.

Este libro no solo es un desahogo de parte de una persona que quiso comentar sobre un suceso de su ciudad. El objetivo de este escrito es el de llamar la atención de aquellos que desean conocer cómo vivió la gente de Mexicali dos de los sucesos más importantes en su historia; el no considerar a Mexicali una ciudad donde no pasa nada, formando parte de la cultura de la ciudad y del país; así como hacer reflexionar a la gente sobre vivir la vida intensamente, uno debe es-tar conviviendo con su familia, estar agradecidos por tener a alguien con quien contar en los buenos y malos tiempos, nunca se sabe si el día siguiente será el ultimo que podamos estar con ellos, y no tener arrepentimientos.

´´Hay que vivir la vida con intensidad, pero también debemos de cumplir nuestras responsabilidades, no vaya a tocarnos el día en que nos arrepintamos de no haber hecho las cosas antes´´

ENRIQUE URQUIDEZ BLANCO

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´´Hay que vivir la vida con intensidad, pero también debemos de cumplir nuestras responsabilidades, no vaya a tocarnos el día en que nos arrepintamos de no haber hecho las cosas antes´´

ENRIQUE URQUIDEZ BLANCO