ensayo sobre libro Álbum fernando curiel

17

Click here to load reader

Upload: martin-macello

Post on 24-Sep-2015

219 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

Ensayo

TRANSCRIPT

Las postrimeras infantiles

Las postrimeras infantiles

Cabe recordar que ya Unamuno aport

agudas reflexiones sobre

la natural tendencia de los nios

a lo escatolgico, lo coprogrfico, las malas palabras,

los temas prohibidos,

en un inefable captulo de sus recuerdos de infancia (340)

Luis F. Iglesias: Didctica de la libre expresin Una tradicin de la llamada literatura infantil, cuyo origen no investiga este trabajo, abre en el formato del libro album los lmites de su produccin a oscuras zonas del ser. Otra tradicin psicolgica insiste en concebir una imagen del nio asociada con motivos de inocencia, con imgenes, relatos, smbolos unidos a la construccin de aquella idea de un nio terico que vive libre de los desafos de la noche. El ms nimio asomo a la realidad viva del nio nos demuestra cunto de postulado libresco contiene esta visin adulta y distorsionada del nio. Desde tempransima edad manifiestan una fascinacin incontenible, una tendencia profunda por ciertos libros que, a la par de la literatura que promueve una idealizacin de la infancia, proponen una lnea creativa alternativa que se sumerge en zonas inconfesables de la psique, en esos pantanos existenciales que tanto nos cuesta ver como propios desde la mirada cerrada del adulto. Temticas relacionadas de manera ntima como la de los temores atvicos, lo escatolgico, la angustia de la prdida, el terror a lo que no tiene forma ni lmite, se intersectan en esta tradicin de producciones literarias pensadas para nios ntegros, de carne y hueso. Para nios que unen a una maravillosa inocencia una irrepetible percepcin, rica y abierta, del mundo. No es el propsito del este trabajo, como decamos, hacer una indagacin histrica de este campo semntico que podramos llamar de las postrimeras de la infancia, de sus cosas ltimas que a la vez son las nuestras. Intentaremos a partir de la lectura de cinco libros album que renen los atributos de esta tendencia, delinear los contornos lbiles de un campo de sentido fluctuante pero que con una cohesin que perseguimos recorre estos terrenos nocturnos. La arbitrariedad de la seleccin es relativa; una secreta unidad sin duda los convoca. Mediante el anlisis de esa particular y mixta manera de representacin de los libros album, indagaremos sus estrategias combinadas para generar estos sentidos en el juego interno de imagen y palabra. Donde viven los monstruos (1963) de Maurice Sendak

El libro de Sendak es pionero del gnero. Parte de una triloga narrativa, fue un suceso en el momento de su publicacin y no slo por el escndalo editorial que supuso para crticos adultos poco habituados a desafiar ciertos lmites en literatura infantil sino tambin por la cantidad de lectores que tuvo. La traduccin literal del ttulo original (Where the wild things are) tal vez nos acerque al fondo ideolgico del texto, Donde viven las cosas salvajes. Se reedit hace unos aos en nuestro pas en un formato lujoso que haca honor al clsico y reconocido editorialmente como tal. Sendak construye su potica por la alternancia de textos e imgenes cuyo tamao crece gradualmente con el paso de las pginas a partir de un diminuto cuadro hasta el paroxismo de ocupar la totalidad de cuatro pginas. La imagen llega a eclipsar y soslayar el texto hasta que las palabras vuelven a cobrar espacio lentamente reconduciendo el texto a su circularidad. Estos movimientos plsticos son el trasunto visual de la lnea argumental del libro: Max, encerrado en su cuarto, castigado por sus travesuras, comienza a imaginar una historia fantstica generada por el insulto de su madre que lo llama monstruo. El poder creador de su imaginacin puebla su habitacin, con perverso placer, de las imgenes que llegan a representar ese mundo donde Max es el rey de los monstruos. Reina por un tiempo hasta que, hastiado de poder, la nostalgia de una comida caliente lo devuelve al amparo de su habitacin, y de su madre La dinmica que hace crecer y decrecer las imgenes acompaa el impulso de la sublimacin de Max. El relato focaliza sobre el personaje del nio y esto se traduce asimismo en las imgenes: es de ver, por ejemplo, la naturaleza mixta de la apariencia de los monstruos, remedo inexperto de mitologas villanas. En Donde viven los monstruos la imaginacin desatada reemplaza por sublimacin la representacin de los impulsos violentos reprimidos para con la madre, provocando una riqueza narrativa furiosa y desbocada. Max en su relato sufre el estigma de identificarse con lo que aterra como reaccin a un exceso verbal de la madre. La travesura castigada en la casa tiene su continuacin en su travesura intelectual y narrativa. Es importante sealar que el castigo, adems del encierro en la habitacin, incluye la privacin de la cena. Veremos en el album de Jeffers que esta temtica de lo alimenticio se manifiesta por oposicin en la compulsin por comer (all la prctica punitiva ser autoinflingida) y en el de Holzwarth y Erlbruch como cosa ltima, como heces. La nostalgia y acaso el miedo de perder a su madre, fuente nutricia entre otros atributos esenciales para su desarrollo, hace volver de su aventura a Max. El remordimiento culposo por los desrdenes cometidos y la violencia encubierta restablecen el orden perdido. Subyace una sensacin angustiosa, una motivacin de las acciones por el temor a la prdida en diversos niveles psquicos y una intuicin cierta, que reencontraremos en los otros albums, de lo desmedido.Del Topito Birolo y de todo lo que pudo haberle cado en la cabeza (1989) de Werner Holzwarth y Wolf Erlbruch

Ms de veinticinco aos despus (y este lapso resalta el carcter adelantado de Sendak) nace otro clsico que se incorpora a este cnon infantil. Del Topito saca provecho en lo visual de ciertos rasgos de la historieta. Cada pgina es una especie de vieta que incluye un globo para los dilogos de los personajes (registro rtmico, repetitivo, lleno de un vivacidad humorstica notable) y un texto entre parntesis que hace las veces de narrador (texto de tono confesional, focalizado sobre la tercera persona que se detiene en la observacin de cada escena). La autora tambin est desdoblada; es el nico de los cinco textos que analizamos que nace del trabajo de un escritor (Holzwarth) y un ilustrador (Erlbruch). Con magnfico humorismo el relato parodia el formato investigativo del gnero policial para descubrir quin pudo haber defecado en la cabeza del Topito Birolo una maana en la que sale de su tnel para ver si haba amanecido. El Topito visita en cada escena a un animal distinto increpndolos severamente para averiguar su parte de responsabilidad en el desafuero. Estos dilogos, repetidos en cada caso en su estructura, son hilarantes: ante el impaciente enojo del Topito cada animal evidencia su inocencia mediante una explcita demostracin de su modo de actuar en estos casos extremos. Finalmente, tras una serie indagatoria, las moscas, expertas en estos asuntos por revolver basura y desechos de todo tipo, ayudan al Topito a descubrir al culpable. Este cumple su venganza a la medida de su tamao. Asistimos a un tratamiento humorstico-policial, si cabe la creacin de la categora, del asunto de la defecacin. Estn presentes en el cuento del Topito Birolo tanto la fascinacin risuea con la que el nio se refiere a todo lo relativo a deposiciones propias y ajenas, el misterio de lo que sale de s como manifestacin profunda y sucia, lo escatolgico como lo prohibido y lo festivo, la angustia de la prdida. El gesto humorstico viene seguramente a redimir esta conflictiva mezcla de aspectos placenteros y zonas dudosas del ser. La carcajada cmplice del nio y el adulto leyendo el relato supera las prohibiciones tab que rondan la temtica de lo escatolgico. Es la superacin liberadora del contacto con la suciedad (en Sendak lo angustioso se sublimaba en relato imaginativo; aqu la salida es la risa). Por otro lado, como decamos, encontramos otro lado de aquel campo de lo alimenticio pero puesto aqu como extremo, como desecho, cosa ltima, heces. La comida, prohibida en Sendak, impuesta por compulsin en Jeffers, es aqu debidamente procesada pero, paradjicamente, motivo de rechazo. Del Topito pone el dedo en la llaga y lo resuelve con holgura.

En el bosque (2004) de Anthony Browne

Anthony Browne es dueo de una de las poticas ms personales y marcadas del gnero del album. Nos entra por los ojos; es inevitable advertir la intensa impronta grfica que define cada uno de sus textos de una produccin prolfica. Sus dibujos tienen algo de foto y la eleccin de los colores, en el caso de En el bosque en continuo contraste con el blanco y negro, es atrevida, hasta agresiva por momentos. Browne trata sus dibujos como si fueran el producto del trabajo de una cmara. Hace montajes de diversas imgenes en una misma pgina, planos medios y cortos que generan una inusitada intensidad en el lenguaje visual del libro. Los primeros planos de fisonomas llegan por momentos a desafiar los lmites del cuadro. A la par la lnea verbal de sus textos lo emparentan con lo mejor de la narrativa norteamericana (pese a ser ingls); lacnicos, epigramticos, acompaan con sobriedad estudiada la alternancia de las imgenes del detalle minimalista con la imponencia panormica de un cuadro majestuoso y fantasmagrico por momentos. Pareciera que en Browne la imagen opaca por su presencia intensa y poderosa a las palabras; sin embargo, ese contrapunto apagado y sutil sea tal vez el ms adecuado para la elocuencia de sus dibujos. En el bosque pone estas estrategias textuales al servicio de un evidente pero no menos efectivo contrato intertextual. Desde la misma tapa y forro interno del libro se nos llama la atencin sobre el color rojo (en la tapa el nio protagonista atraviesa un bosque en una escena totalmente en blanco y negro a excepcin de sus ropas y sus zapatos de un colorado furioso). La progresin del relato en primera persona aportar ms informacin. Un rayo despierta en medio de la noche a nuestro narrador como adelanto de la noticia que lo espera al despertar: su padre se ha ido. Un montaje de imgenes mnimas de lo cotidiano nos muestra la angustia del nio por su ausencia representada en unos papelitos pegados por toda la casa: Pap, regresa! El contrato se afianza: en medio de este dolor la madre le encarga llevar un pastel a su abuela que no se hallaba bien. El nio debe decidir cmo atravesar el bosque que los separa de su abuela. Decide tomar un atajo a travs del que hace un viaje simblico en el que, en franco juego especular, se encuentra con nios en distintas situaciones angustiosas de prdida o abandono (inclusive una de las nias podra ser la mismsima Caperucita, quien le envidia el pastel que lleva; estas modulaciones narrativas que se abren a un mbito oscuro, ambiguo y dudoso de lo cotidiano a lo salvaje como en Sendak- se repiten como marca firme de su potica, como acotados descensos a los infiernos, en cada texto de Browne y poseen un efecto contundente). Al final del viaje encuentra, mgicamente, en medio del bosque, colgada de la rama de un rbol en una percha!, una caperuza roja (el exceso recuerda la desmesura de los recursos deus ex machina en el teatro clsico). Se abriga y contina su marcha hasta la puerta de la casa de su abuela. All se detiene para dar lugar a un breve momento de suspenso abonado por la carga intertextual que se sembr a lo largo del texto. El nio llama y una voz, que no parece la de abuela (est resfriada.), le indica desde adentro que pase. El encuentro con la abuela se da junto al alivio del reencuentro con el padre, quien estaba de visita en lo de su madre. El mtico intextexto se cruza finalmente con la historia cotidiana, minimalista del nio en busca de su padre (bajo la cual, a su vez, resuenan atemperadas otras mitologas que se pierden en la noche de los tiempos). En el album de Browne el refinado juego intertextual inaugura el paso hacia otra boca del miedo. El motivo del desvo como funcin literaria universal, como ecumnica puerta a la aventura, entronca aqu con las reminiscencias del cuento tradicional. Aqu la sensacin de otredad en lo propio, en lo mismo, vira hacia lo simblico. En Sendak hallamos una estigmatizacin de lo ajeno internalizado, un rechazo del impulso agresivo como desconocido de s; en el Topito el humor carnavalesco suprime la angustia del mal olor intrnseco; en Browne un remanido esquema psicoanaltico conjuga una antigua tradicin parricida con terrores soterrados convocados por el intertexto. Una vez ms se hace presente el circuito de devorar o ser devorado. Ya lo retomaremos en Jeffers por medio de la parbola y en Liniers por ese alucinante viaje nocturno a lo sobrenatural; ya lo vimos en Sendak con la prohibicin de la cena y en Holzwarth en las indignantes heces que le caen en la cabeza al Topito; la boca abierta del miedo en Browne ronda para comernos mejor.El increble nio comelibros (2006) de Oliver Jeffers

Sucede en Jeffers algo muy particular que lo destaca del corpus de textos que hemos seleccionado. En El increble nio comelibros se quiebra cierta relacin existente entre la palabra y la imagen en los otros albums. Mientras en Sendak y en Browne la palabra sigue servicialmente a las imgenes y en Liniers y en Holzwarth la esttica de la historieta complementa el sesgo narrativo de las vietas, en Jeffers imagen y palabra llegan a interactuar tan estrechamente que no se trata ya de un mero acompaamiento sino de una estructura simbitica en la que las palabras tanto describen la imagen como la provocan. El lenguaje visual de Jeffers tiene mucho movimiento: las pginas seccionan los dibujos, estos juegan intercalados en la pgina dialogando libremente, creando secuencias desopilantes. Lo verbal no posee un espacio destacado sobre un fondo blanco sino que forma parte de la misma imagen. Forma y fondo llegan a imbricarse de tal modo que la contratapa del libro est terminada en su esquina inferior izquierda por una dentellada que sugiere que el protagonista sigue despuntando el vicio. Recurriendo a la forma de la parbola el relato cuenta con minuciosos detalles la historia de compulsin de Enrique, un nio que no puede evitar comer, devorar cantidades de libros. Lo inspira la noble aspiracin de llegar a ser la persona ms lista del mundo. Sin embargo, una pesadilla, cierta noche invierte la direccin de su aventura: un libro lo persigue en sueos para comrselo a l. El episodio traumtico llega a marcarlo profundamente alcanzando el extremo de, asqueado y descompuesto, preferir callar antes que or su voz en la que ya torpemente se confunden los conceptos. En tren de abandonar su arraigado hbito, un da se topa con un libro a medio comer y se le ocurre la idea de comenzar a leerlo. Descubre maravillado que existe un camino propio y pleno para lograr su sueo de ser la persona ms lista del mundo. Al hallar placer en la morosa lectura de los libros que maquinalmente sola devorar altera el signo de sus lecturas entrando en la maravilla de la lectura hednica. Por medio del placer se adueas de sus lecturas anulando el modo compulsivo. La historia ejemplar que representa la parbola nos remite nuevamente al fantasma de la repeticin, de lo que no tiene lmites. Jeffers narra una reconquista del disfrute luego de la angustiosa amenaza compulsiva, as como Sendak reconcilia los impulsos violentos de Max por la ficcin, Holzwarth resuelve por medio del humor la repugnancia escatolgica de la infamia cometida con el Topito y Browne procesa la angustia por el viaje simblico. La unidad del ser amenazada por diversas motivaciones (agresividad, heces, angustia, compulsin) es recobrada en cada caso por una solucin narrativa singular (invencin imaginativa, resolucin del misterio, viaje y reencuentro con el padre, inversin simblica de la prctica de lectura). Vuelve a aparecer en nueva sntesis la temtica de lo nutricional promovida aqu por el juego verbal contenido en la expresin vulgar comerse los libros. En Jeffers el miedo pasa por no poder dejar de comer.Lo que hay antes de que haya algo (Uno de terror) (2007) de Liniers

A la manera de ciertas narrativas posmodernas que ya desde el ttulo definen su suscripcin a un contrato genrico, Liniers nos invita a leer uno de terror. Lo que hay antes de que haya algo es de los cinco albums visto el ms ligado a la esttica de la historieta; es ms, es una historieta. Para los que estn acostumbrados a personajes como Macanudo, a las fisonomas de cabezas redondeadas de sus seres, no habr sorpresas en este texto salvo detalles como el amarillo de la hoja y el formato tan particular de la coleccin. Otro aspecto de su estilo visual que aqu se hace patente es la influencia de la obra de Tim Burton en sus dibujos; ya desde la tapa se nos presentan esas ramificaciones de la oscuridad tan propias del cineasta. Hay un profuso trabajo con lo negro en el libro que hace un exabrupto visual de la temtica profunda del relato. La historia es comn a muchos nios, la de los terrores nocturnos, la de la pesadilla sin fin. Es la historia de un nio que cada noche, al apagar sus padres las luces para ir a dormir, recibe la visita de unos seres extraos. En un desfile cuyo orden y libreto el nio ya conoce se repite cada noche la lluvia de seres que llueven del techo de su imaginacin (Liniers dedica el libro a mis padres que me apagaban la luz y encendan la imaginacin). La procesin se ve coronada por el nico de ellos que habla: la oscuridad se adensa slo para resaltar en ella la blancura de unos ojos y una gran boca que dicta la sentencia del terror: Yo soy lo que hay antes de haya algo. El nio corre a la habitacin de sus padres quienes lo consuelan. Deciden hacer la excepcin, una vez ms, y cuando se acuesta con sus padres y ellos ya se vuelven para seguir durmiendo, el silencioso desfile recomienza. El relato de Liniers tiene esa redondez perfecta y traslcida del cuento perfecto. En Liniers la temtica de los miedos y la oscuridad se manifiesta por medio de lo sobrenatural sugerido por la noche. Sin embargo, a la tradicin genrica de hacer uno de terror se suma cierta dimensin metafsica. Desde principios de la modernidad echa races en la historia de la filosofa esta cuestin de lo impensable, aquella incapacidad primera de figurarse la forma del universo. La angustia de lo innombrable que estalla desde esa boca en la noche mostrndonos su brutal identidad (yo soy lo que hay antes de que haya algo) apela a las fantasas infantiles sobre los lmites de lo existente y, acaso tambin, a esa forma pendular y precoz del pensamiento que slo puede desarrollarse por oposiciones binarias simples: al lmite slo puede corresponde la ilimitada nada. El relato refuerza el efecto en este sentido repitiendo la escena en otra cama, atando a la psique en formacin a la condena de su poder imaginativo. Al mismo tiempo, vuelve a aparecer el fantasma de nuestros albums, la boca. La representacin de la nada en Liniers como gran boca abierta en un hueco de la noche, amenaza con devorar al nio con su inminencia de terror atvico. Comer y ser comido, como en Sendak, en Jeffers, en Browne. El campo semntico por el que abogbamos al principio del trabajo ha tomado fuerza, se ha manifestado en su complejidad, en su densidad. Ahora bien, como en todo camino reflexivo el cierre slo puede ahondar la pregunta, inaugurar nuevos caminos de indagacin. Mencionbamos en el anlisis de Liniers una tradicin filosfica occidental seera. Esa misma lnea de pensamiento que histricamente nos constituye ha hecho un culto de la situacin ideal para iniciarse en la filosofa, para lograr el modo de percepcin del mundo que mejor se adecue a la prctica filosfica. Ese estado mental sera el de la inocencia, el de maravillarse como si por primera vez observramos las cosas que nos rodean cada da, el objeto de nuestro pensar. Este paso de extraarse de la realidad para ingresar en la libertad del pensamiento, ms all de la discusin de su posibilidad de ser, no deja de llamar nuestra atencin, acaso nuestra memoria emotiva. Y esto es seguramente porque lo ms cercano que conocemos a ese estado ya lo hemos atravesado, y olvidado para siempre en algunos casos, en nuestra infancia. Ese asombro por el ser, ese desinters o profundo inters existencial espontneo ya fue vivido en carne propia en los primeros aos de nuestras vidas. Dado esto, qu nos aleja de concebir una niez compleja y filosfica?; qu nos espanta de entrar en contacto con un nio que no eluda en sus lecturas las ms profundas cuestiones, lo ms oscuros senderos? Qu nos asusta de esos libros que escenifican el drama existencial que todos atravesamos?; ser acaso el pudor de haber tomado tanta distancia, de habernos alejado tanto de nuestra visin de la riqueza de la existencia? El gnero del album parece ser propicio para el tipo de indagacin que ensayamos: El texto suele ser breve o en algunos casos inexistente. El dilogo entre dos cdigos simultneos (imagen y texto) para la produccin de sentido () ha llevado a este tipo de libros hacia terrenos de experimentacin innovadores en el campo de la literatura infantil. Paradjicamente, los libros para ms pequeos resultan los ms transgresores y desafiantes frente a reglas literarias y estticas () Vemos entonces que libros que parecan limitados a los pequeos no estn destinados exclusivamente a ellos y pueden dirigirse a lectores de distintas edades. (Cecilia Bajour y Marcela Carranza en HYPERLINK "http://www.imaginaria.com.ar/08/7/librosalbum.htm" http://www.imaginaria.com.ar/08/7/librosalbum.htm) En este sentido Mirta Gloria Fernndez relata una ancdota en la que el anlisis de uno de estos albums la hizo tropezar con el conflicto del doble receptor que supone toda literatura infantil (en http://www.imaginaria.com.ar/16/7/topito-birolo.htm)

Declara el autor: Son personas que tienden a sentimentalizar la infancia, a ser sobreprotectores y a pensar que los libros para nios han de amoldar y conformar la mente a los modelos aceptados de comportamiento, logrando nios sanos, virtuosos, sabios y felices. En htttp://www.imaginaria.com.ar/22/2/sendak.htm

Los nios, me consta, desgastan los ejemplares en las bibliotecas y los releen constantemente en sus casas. Algunos me han enviado dibujos de sus propios monstruos, que hacen de los mos ositos de peluche. Todava no he tenido noticia de ningn nio al que le haya asustado el libro. Ibidem

Este es un libro que se puede leer, tocar, pero tambin oler. En Mirta G. Fernndez. Es muy interesante el anlisis de la autora. Adems de describir una serie de prcticas en el aula con libros que como el del Topito desafan normas establecidas y antiguos sentimientos adultos, propone una visin de la obra de Holzwarth y Erlbruch desde el estudio de lo carnavalesco en literatura de M.Bajtin.

entre las palabras y la imagen hay cierta omisin, ya que las palabras ocultan lo que la ilustracin descubre: dismiles tamaos, formas, colores, y hasta texturas de deposiciones de la compaa animal, pueblan las pginas de un cuento que convoca desde lo que no se dice. Ibidem

La formacin de Browne fund estos atributos: Se grada en el Leeds College of Art con mencin honorfica y comienza a especializarse en el diseo grfico. Viaja a Manchester y trabaja como dibujante de temas mdicos en un hospital. Esta combinacin entre la pintura y la figura humana provocarn en el joven Browne un entusiasmo por el orden y la precisin en el dibujo que se evidenciar notablemente en sus futuros libros. (Roberto Sotelo en http://www.imaginaria.com.ar/00/2/browne.htm) En el mismo artculo electrnico se cita al trabajo crtico de Sergio Andrican, estudioso de la obra de Browne, quien asegura que en su obra es posible detectar, con mucha facilidad, procedimientos estilsticos que se reiteran dentro del posmodernismo y que forman parte raigal de la impronta de este creador.

Es destacable que Browne, a diferencia de gran parte de los autores de libros album que utilizan el humor o, al menos, transfieren el tono ldico y travieso de la infancia a la trama de sus textos, es increblemente serio. Acaso se deba esto a lo que declarara sobre los nios: Pueden entender ms cosas que lo que los adultos creen. Ven las cosas al detalle. No valoramos sus habilidades para comprender y para lidiar con algunas cosas complicadas de la vida. (en HYPERLINK "http://hermanosevolutivos.blogspot.com/2008/11/anthony-browne-libros-ilustrados-de-lo" http://hermanosevolutivos.blogspot.com/2008/11/anthony-browne-libros-ilustrados-de-lo...; es recomendable este trabajo que trata sobre un aspecto que En el bosque no se manifiesta pero que es recurrente en Browne, el aspecto animal, simiesco de los seres humanos y las connotaciones ideolgicas derivadas en este sentido)

En el sitio HYPERLINK "http://www.oliverjeffers.com/" http://www.oliverjeffers.com/ est disponible la obra de este joven artista mltiple. Fiel a su tendencia esttica ha creado una pgina creativa con un diseo atractivo y dinmico, pero que no deja de ser ms promocional que sustancial.

Como nos cuenta Mnica Klibanski en su resea este libro/objeto pertenece a la coleccin Fuelle, historias que se abren como una caja de fsforos. El original formato permite leer el libro de manera tradicional, girando una a una las pginas o desplegar a lo largo las 24 pginas y leerlo cuadro a cuadro, como si se tratara de una historieta o una pelcula, 24 cuadros por segundo. ( HYPERLINK "http://weblog.educ.ar/contratapa/archives/009657.php" http://weblog.educ.ar/contratapa/archives/009657.php) Cabe agregar que la aclaracin sobre la historieta slo se refiere al soporte y en especial a su soporte tradicional en la revista; el texto de Liniers es una historieta ms all de ser su soporte un libro/objeto.

Ver la potica sntesis de Macedonio Fernndez de este aspecto en la primera pgina de No toda es vigilia la de los ojos abiertos.