Ensayo:

LA UNIVERSIDAD COMO FACTOR DE CAMBIO Y DESARROLLO: RETOS DE LA UNIVERSIDAD DE HOY.

Desde la fundación del Estado la Universidad ha asumido un rol protagónico en el desarrollo de la Nación, frente a la demanda de una buena administración de justicia, surge por ejemplo la carrera profesional de abogado y frente a la necesidad de la atención especializada en la salud surge la carrera profesional de medicina. En tales circunstancias la universidad se convierte en una de las instituciones fundamentales del Estado. Inicialmente la universidad tiene entonces la responsabilidad de formar “cuadros técnicos” al servicio de la Nación. Más adelante surge la investigación científica, entre fines del Renacimiento y principios de la Revolución Industrial, desde entonces la enseñanza universitaria está siempre ligada a la investigación científica. Con el advenimiento de la Revolución Industrial aparece la necesidad de formar ingenieros civiles, para las construcciones de caminos, puentes, reservorios de agua y puertos. Como se puede apreciar las carreras profesionales de ingeniero partieron de una necesidad social, en ese sentido de ideas se fue forjando la universidad, desde sus orígenes, con una clara misión: contribuir eficazmente al desarrollo de los pueblos.

Pero la universidad no solo ha contribuido a la formación de profesionales al servicio de la sociedad, también en los claustros universitarios se han gestados ideas políticas, como por ejemplo, en nuestro país la aparición del APRA (1919) como movimiento político, en otras se infiltra en partidos ya existentes, en cuya dirección las clases medias y los intelectuales universitarios, tienen peso decisivo.

En los actuales momentos, marcados por la globalización de la economía y la sociedad del conocimiento, la universidad ha ampliado su campo de acción, resultando un aliado de “alto calibre” en el crecimiento de una sociedad que experimenta nuevos cambios como consecuencia del vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología, de una sociedad que vive nuevos problemas relacionados, por ejemplo, al medio ambiente y el cambio climático; la aparición de nuevas enfermedades, la lucha contra el cáncer, los conflictos sociales y la salud mental son solo algunos aspectos que asume con responsabilidad la universidad de hoy.

En tales circunstancias, la universidad se replantea y se convierte en un ente dinámico propulsor de cambio, de allí que la cátedra universitaria debe mirar siempre la realidad del entorno para que los estudiantes y los egresados la transformen en beneficio de la sociedad. Esto implica una necesaria reflexión sobre la calidad de la enseñanza que se da en las universidades y de los espacios que éstas crean para formar profesionales con alto sentido crítico.

En conclusión, la universidad, desde sus orígenes se funda con un claro propósito: el de satisfacer las necesidades y demandas del Estado, contribuyendo su fortalecimiento y desarrollo.

La universidad, una vez establecida, no ha sido ajena a los cambios de la sociedad, ha estado presente en cada etapa de la historia de la humanidad, desde el conocimiento empírico y más adelante apropiándose de la investigación científica, hasta en la actualidad la en la era de la información y el conocimiento.

La universidad tiene que reinventarse sobre la base de los nuevos acontecimientos científicos y tecnológicos (pero sin perder su razón de ser), para forjar el caminos de los “nuevos cuadros” capaces enfrentarse con éxito a los retos que la sociedad le impone, tal es la responsabilidad que asume la universidad de hoy, que requiere mirar críticamente los resultados (el producto) de su accionar en términos de calidad y eficiencia.