EXPORTAR Y EL RETO A VENCER….

Ensayo sobre el libro “EL ONCEAVO MANDAMIENTO…. EXPORTÁS”

El exportar no debe ser considerado un reto a vencer, de hecho debe ser visto como algo tan natural, tan familiar casi equiparado con uno de los mandamientos de la religión católica, y es ahí donde radica el verdadero reto; en dejar a un lado todos los tabús y miedos que impiden a los empresarios a tomar la decisión de exportar. Desde mi punto de vista este es el objetivo principal del autor; contagiar a sus lectores de ese entusiasmo y amor que siente por las exportaciones, y ayudarlo a entender los innumerables beneficios que estas acarrean, no solo para la empresa exportadora, sino también para la comunidad y el país en general.

La globalización está jugando un papel trascendental en el impulso a las exportaciones de nuestro país y del mundo en general, ya que hace no más de treinta años, las únicas exportaciones que realizábamos eran las del petróleo, un recurso natural que tenemos la suerte de poseer y que se vende casi por si solo ya que es un recurso indispensable y no necesita de mayor promoción, además estas exportaciones eran realizadas por el gobierno y por ende el resto de la población no estaba interesada o simplemente no estaba al tanto de los beneficios de una exportación, lo que provocó un lento desarrollo de nuestro país en dicha área vital de los negocios.

La globalización fue el detonador que nos abrió los ojos hacia una “nueva” forma de hacer negocios, lamentablemente muchos otros países tenían años dedicándose a esta actividad lo que les brindó mayor experiencia y posicionamiento en el mercado global y dejó a nuestro país en cierta desventaja, afortunadamente algunos empresarios ya habían anticipado los cambios que se venían y habían comenzado a exportar, hoy en día la mayoría de esas empresas lideradas por estos visionarios, son empresas líderes en su sector en nuestro mercado y han logrado resistir las innumerables crisis económicas y problemas que desafortunadamente aquellas que no exportan las han llevado a la quiebra.

El punto medular del libro no es recordar lo que se dejó de hacer en el pasado, sino incentivarnos a visualizar un presente y un futuro en el los que las exportaciones juegan un papel sumamente importante para el desarrollo y fortalecimiento de la empresa y de la economía de nuestro país.

De acuerdo al libro y estoy 100% de acuerdo los principales retos a vencer para poder comenzar a exportar no son los tramites ni los impuestos que hay que

pagar, es algo peor porque radica en la mentalidad de las personas, algo que es sumamente difícil de cambiar; la falta de visión, el conformismo y miedo al fracaso. Estos son los principales factores que han impedido que un mayor número de empresas exporte, y es un problema muy complicado de superar ya que se ha vivido desde siempre con la idea de que con vender lo necesario en el mercado local para recuperar la inversión y obtener un pequeño margen de utilidades es más que suficiente, sin dar cabida a la idea de que si se exportara, la empresa seria más fuerte, crecería y por ello se generarían más empleos lo que sería un beneficio directo para nuestra comunidad sin olvidar la enorme satisfacción que sentiríamos al ver un producto “made in Mexico” siendo consumido en el extranjero.

Lamentablemente la falta de una mentalidad exportadora no es el único obstáculo en el camino, ya que cuando por fin nos decidimos a exportar nos encontramos con un inconveniente muy grave, y es la mala fama que tenemos los Mexicanos en extranjero; el hacer las cosas “a la mexicana” (al último momento, de manera impuntual, desorganizada, prometiendo cosas que sabemos no podemos cumplir) ha provocado una desconfianza a nivel internacional para hacer negocios con nosotros, lamentablemente por unos pagamos todos, ya que siempre hay excepciones a la regla y no todos los mexicanos hacen las cosas “a la mexicana, sino que las hacen como “mexicanos” (personas valientes, comprometidas y con muchas ganas de superarse), considero que esta es la única forma de borrar esa mala imagen que tenemos, haciendo las cosas como mexicanos y siempre dignificando el hecho y orgullo que significa ser mexicano, solo así; incrementando el valor de la marca “México” a nivel mundial lograremos el respeto y la aceptación de nuestros productos.

México tiene un gran número de tratados y acuerdos comerciales firmados con más de 30 países, lo que en sí significa una gran ventaja porque estos nos permiten exportar nuestras mercancías sin tener que pagar aranceles, o solo una parte de ellos y la liberación de otras medidas restrictivas regulatorias además de que nos brindan cierta preferencia en la entrada de los productos sobre las de aquellos países que no tienen tratado u acuerdo. Sin duda alguna el TLC más conocido y seguramente el más utilizado es el TLCAN ya que fue el primero en firmarse y desde su entrada en vigor es el que más beneficios le ha redituado a nuestro país ya que casi todos nuestras exportaciones van dirigidas a nuestro vecino país del norte: EUA. Considero esto como un arma de dos filos por una parte en bueno que se aproveche al máximo este tratado, pero por otro lado nos hemos concentrado tanto en el TLCAN que casi dejamos pasar por percibido el hecho que tenemos firmados otros 30 tratados con más de 30 países diferentes, el

propósito de estos tratados es facilitar el intercambio de bienes y servicios y nuestra obligación es sacarles el mayor provecho posible.

El libro también nos habla de la importancia de la especialización (producir lo que mejor sabemos hacer), de la percepción en el mercado (hacer saber al cliente que nuestro producto es el mejor, para ello primero que nada se debe identificar los aspectos que hay que adaptar en cuanto al producto, la promoción y negociación porque todos somos distintos y sería muy complicado vender un producto que está pensado para el mercado mexicano al extranjero sin antes haber hecho las modificaciones necesarias), uniendo esta piezas formamos el rompecabezas que nos permiten llevar a cabo una exportación exitosa, bueno siguiendo estos pasos se tiene una mayor tranquilidad de que el proceso de exportación saldrá bien pero eso no garantiza que así será, esto es un negocio y en todos los negocios se pierde y se gana, nunca hay nada seguro, lo único que considero seguro es que aunque el negocio no funcione como queremos al menos ganamos experiencia, que nos servirá en el futuro para hacer las cosas mucho mejor.

En conclusión, el mexicano no exporta porque no quiere, existen apoyos por parte del gobierno, existen expertos que pueden ayudar en el proceso con los trámites, la mercadotecnia y los costes, las herramientas están sobre la mesa, solo hace falta alguien que quiera tomarlas y construir con ellas un negocio fuerte y rentable, a través claro esta de las exportaciones, ahí está el reto; vencer al miedo y al conformismo para poder salir y poner en práctica la habilidad con la que todos nacimos: Vender.