ensayo las creencias religiosas
DESCRIPTION
ensayo sobre las creencias religiosas.TRANSCRIPT
Las creencias religiosas, un acto de fe, pero también de sumisión a la mujer.
Gloria Eva Cruz
La religión posee un papel principal en la construcción del mundo social. Para
Berger la sociedad y el individuo son producto de la dialéctica recursiva. El hombre se
crea asimismo en el mundo, y así su mundo se caracteriza por una constante
inestabilidad. Para lograr el equilibrio el hombre construye instituciones que luego
ejercen sobre él una especie de control social14. A través de la internalización las
estructuras institucionales forjan la conciencia de los individuos que la componen.
Según Berger la socialización (internalización) y el control social tienen la función
de mantener unida a la sociedad; más aún existe un tercer elemento que también
contribuye a tal objetivo: el proceso de legitimación plasmado por medio de la religión
(Berger, 1971:44-48). En palabras del mismo autor “la religión logra una legitimación
tan efectiva porque relaciona las precarias construcciones de la realidad efectuadas por
las sociedades empíricas con la realidad suprema”15. De esa forma, la religión legitima
las instituciones sociales dándoles por medio de lo sagrado y lo cósmico. La hipótesis
central de la obra de Berger con respecto a la religión versa sobre la necesidad
humana de poner orden, en un mundo social conflictivo, desequilibrado y caótico
(fuerzas las cuales alcanzan su máxima expresión a través de la figura de la muerte y
el miedo que ha despertado a lo largo de la historia en las sociedades humanas). En
ese sentido el autor define a la religión como “el establecimiento, mediante la actividad
humana, de un orden sagrado omnímodo, esto es de un cosmos sagrado capaz de
mantenerse ante la eterna presencia del caos. Toda sociedad humana, cualquiera que
sea el modo como se la legitime, debe mantener su solidaridad frente al caos”16. El
modelo teórico de Berger es sumamente ilustrativo, profundo y claro con respecto a la
función principal que la religión ejerce sobre la sociedad y su acción “profiláctica” con
respecto a la construcción y mantenimiento del mundo social. Mediante la dialéctica
recursiva, Berger logra una integración teórica entre las estructuras y los individuos. No
obstante, su análisis posee un punto de apoyo flojo en relación a la teoría del conflicto y
el papel que la religión juega en él. Por un lado, Berger asume (in factum) que la
religión como institución organiza, integra y controla al resto de las instituciones que
hacen al mundo social como el parentesco, la familia o la política. Esto trae aparejado
un problema de difícil solución, ya que Berger olvida que en ocasiones es la misma
religión (a través de su proceso de legitimación) aquella que aparta y excluye a ciertas
instituciones para exaltar a otras. En resumidas, cuentas es necesario una nueva
revisión del orden que (según Berger) presupone la religión; ya que en ciertos
contextos ésta no sólo que es incapaz de regular los conflictos sino que es propia
generadora de ellos. Ahora bien, por otro lado también es cierto que el conflicto no
necesariamente implica caos sino que ocasionalmente se encuentra vinculado al orden.
Por nuestra parte, consideramos que si bien el aporte de Berger al estudio sociológico
de la religión ha sido notable, su concepción de orden y caos (propio de la década en
que el autor escribió) debe ser reanalizada a la luz de otras teorías. Para Meredith
Mcguire, la religión debe ser pensada como una institución cuya función máxima es la
regulación de poder. Desde este punto de vista, entonces la religión al igual que el
nacionalismo constituye una especie de mecanismo regulador de las experiencias y las
creencias sociales17. El antropólogo Matthew Evans ha estudiado la formación de lo
sagrado en la vida social de las personas; y distingue cuatro tipologías de “sagrado”.
Tal vez, no venga al caso explicar cada una de ellas, mas por el hecho de focalizar en
una sola. La definición de lo “sagrado-civil” la cual (indudablemente) hace referencia a
todos los símbolos, banderas, insignias y otras formas de identificación culturales que
sin ser necesariamente religiosos adoptan un carácter sagrado18 ¿Quizás exista
alguna comparación fiable entre la religión y los nacionalismos?; o como pensó el ya
fallecido antropólogo inglés Clifford Geertz ambos tienen mucho para decir en los años
venideros. Que el nacionalismo sea tomado como algo negativo es relativo; tanto que
la religión idealizada sea en sí misma como algo positivo. “Más o menos como la
religión, el nacionalismo tiene mala fama en el mundo moderno y, más o menos como
la religión, la merece. La intolerancia religiosa y el odio nacionalista (y a veces en
combinación) probablemente acarrearon a la humanidad más devastación que ninguna
otra fuerza en la historia y sin dudas continuaran acarreándole más. Sin embargo,
también como la religión, el nacionalismo fue una fuerza motriz en algunos de los
cambios más creativos de la historia y sin dudas continuará siéndolo en muchos
cambios venideros”19.
La fe es un término propio de la religión, porque trata de creer, lograr y pensar
en un Dios único que solo esas personas creen y tiene fe en él o ella. La fe se refiere a
lo espiritual ya que es una creencia.
Para las religiones en general, sea cual sea su naturaleza, la fe se comporta como algo
fundamenta, es mas sin la fe de sus fieles, las creencias dejarían de serlo
desvaneciéndose y permitiendo que la religión se desmoronase.
“La fe mueve montañas” un dicho muy conocido y casi cierto la fe nos la inculca en
nuestros hogares creen en Dios es tener fe, porque a Dios no lo vemos, pero el actúa,
y se hace notar por otras personas o cosas. Como por ejemplo en los monumentos
benditos, o los Padres que nos leen la palabra de él.
La fe está presente en el desarrollo y actuar de todos los seres humanos. Desde cierto
punto de vista no podríamos funcionar en el mundo sin la fe o convicción sobre el orden
y desarrollo de las cosas, aunque en la mayoría de los casos no contemos con las
pruebas ni los conocimientos como para "probar científicamente" estas convicciones,
sencillamente creemos en ellas.
Las causas por las cuales las personas se convencen de la veracidad de una fe,
dependerán de los enunciados filosóficos en los que las personas confían. La palabra
«fe» puede referirse a una religión o a la religión en general
La gente siente la necesidad de sentirse protegida por un ser supremo,
poderoso, omnipotente, omnipresente, omnisciente, de ahí que nazcan las religiones
que tienen un “común denominador que es creer en un ser superior”.
De ahí que existan mandamientos que seria el reglamento a a cumplir de cada persona
que pertenezca y crea en la religión y a su ves las personas que ejercen la religión
tienen un punto de encuentro nen el cual se juntan para rendir culto al Dios
correspondiente de cada religión. Al juntarse personas de diferentes religiones se
produce un cierto roce entre ellos y esto es claramente producto de la siempre presente
intolerancia religiosa, lo cual es un serio problema de discriminación de un grupo de
personas a otro, esto ha sido un grave problema que de hecho ha tenido
consecuencias fatales en algunos casos, ya que, hay religiones que han perseguido a
todos los "infieles" que no sean de su religión llegando hasta matarlos, un claro ejemplo
de esto es la religión católica con la Inquisición que consistía en perseguir a todos los
infieles que no aceptaban la religión católica y cuando los capturaban los torturaban
severamente; otro caso de intolerancia religiosa es la persecución de los musulmanes
hacia los cristianos; y las constante discriminación a los judíos, pero esto se dio mas
fuerte cuando estaba en proceso la II Guerra Mundial.
Conceptualizar el fundamentalismo religioso pasa por una revisión a la historia,
desde una postura de “sospecha” a lo que se ha registrado. Pues ha sido desde el
feminismo que se ha denunciado que “la historia oficial” sólo ha expresado lo que los
varones han vivido y realizado, negando así los valiosos aportes de las mujeres. Hay
que sospechar y revelarnos a lo que hasta hoy han promulgado los jerarcas religiosos.
Hay que denunciar por qué se ha omitido y negado intencionadamente los aportes de
las mujeres. Por qué el fundamentalismo religioso impone al patriarcado como la única
manera de relacionamiento humano. Por qué es tan amenazante el reconocimiento y
aceptación de la diversidad. Por qué muchas mujeres en el mundo todavía no pueden
decidir sobre sus cuerpos y sus vidas. Por qué en El Salvador la Jerarquía Católica,
con apoyo de jerarcas de otras denominaciones, hacen cruzadas para recolectar fi
rmas e incidir en diputados y diputadas para hacer cambios a la Constitución de la
República, en lo referido a la defensa de la vida desde la concepción. Por qué las
estructuras eclesiales siguen imponiendo una teología del sufrimiento y la crucifi xión
para las mujeres, a través del mecanismo de la culpa. Desde la marginalidad y la
exclusión las mujeres han ido creando diversidad de luchas y formulación de
propuestas, para que se les reconozcan y respeten sus derechos como humanas. Pero
sucede que cuando hay un auge de éstas luchas se evocan los principios del
fundamentalismo religioso, para impedir el disfrute de los derechos para las mujeres.
En América Latina tradicionalmente la iglesia católica ha tenido un fuerte peso
en la vida política y en las demás esferas de la sociedad. La teoría de la secularización
preveía que el papel de la iglesia católica iba a ir disminuyendo en el continente
latinoamericano ligado a un proceso de modernización. Sin embargo, lo que nos
encontramos en la región es el desarrollo de un proceso de pluralización en el campo
religioso, caracterizado sobre todo por el auge de las denominaciones evangélicas -en
concreto las de corte pentecostal- que poco a poco le van ganando terreno a la religión
católica. Además, algunos académicos también identifican un cambio en el sentido que
muchas ciudadanas y ciudadanos latinoamericanos han pasado a vivir la religión de
una forma más individualizada, sin necesitar de la mediación de una iglesia. Esta
“secularización a la latinoamericana” también está teniendo lugar en Nicaragua, como
reflejan los datos del último censo1 . A pesar de la pluralización religiosa en proceso, la
iglesia católica sigue jugando un papel muy importante en la vida coti diana de las
personas, así como en la vida política de cada uno de los países de la región. Esto se
hace más que evidente en la gran capacidad de incidencia que ti ene en la definición
de políticas públicas que conciernen los derechos sexuales y reproductivos. El caso de
Nicaragua, con la penalización del aborto terapéutico en el año 2006 en plena campaña
electoral, es un claro ejemplo de ello. Otras muestras son la infl uencia que tuvo la
iglesia para modifi car la Ley de Igualdad de Oportunidades2 la cual había sido
ampliamente debati da desde el movimiento de mujeres-, y para detener el proceso que
se llevó a cabo desde la sociedad civil, con el liderazgo del movimiento de mujeres,
para elaborar el manual de educación sexual del Ministerio de Educación en el año
2003. La infl uencia del fundamentalismo religioso en las políti cas públicas,
especialmente aquellas que conciernen la sexualidad, también es el resultado del acti
vismo, especialmente en las últi mas décadas, de los llamados grupos “provida”. En
cierta forma, este acti vismo ha sido una consecuencia directa, aunque inesperada, del
éxito de las luchas del movimiento feminista lati noamericano. La creciente legiti mación
de los derechos sexuales y reproducti vos, resultado del trabajo constante del
movimiento feminista en el conti nente, ha tenido como efecto secundario el
reforzamiento de la virulencia del acti vismo religioso, opuesto a este ti po de avance.
Así, en América Lati na encontramos una fuerte disputa ideológica entre el movimiento
feminista y las iglesias, sobre todo la católica pero también, y cada vez, más las
evangélicas, en especial en lo que se refi ere al cuerpo de la mujer y su sexualidad. En
este contexto, desde el movimiento feminista, las religiones y las iglesias suelen ser
vistas como uno de los mayores obstáculos al ejercicio de la ciudadanía plena de las
mujeres. A pesar del trabajo y los éxitos logrados por el movimiento, la percepción
generalizada es que todavía quedan muchos nudos por deshacer. Uno de los
obstáculos más importantes con que se encuentra el movimiento feminista cuando
trabaja con mujeres son las concepciones totalmente interiorizadas provenientes de la
religión que la mayoría ti ene en relación con su cuerpo y su sexualidad. Pero no
solamente en relación a su sexualidad, sino que las creencias religiosas a menudo
también impactan en el accionar político y en la forma de ejercer la ciudadanía de la
mayoría de las mujeres. 1
¿Porqué la religión?
"La religión, en resumen, es un monumental
capítulo del egoísmo humano."
William James
La religión es una realidad innegable, que ha existido en cientos de civilizaciones
diferentes y enormemente alejadas unas de las otras, por lo tanto no se puede decir
que tuvieron influencias entre ellas, ni que hubo una religión originaria, de la cual
surgieron las demás, como consecuencia de la idea de una o varias personas en algún
lugar determinado de la Tierra.
Hay varias teorías acerca de la forma en que surge la religión; una de ellas es la de que
fue creada por impostores, seres a los cuales se le ocurrió la idea de controlar a las
masas por medio del engaño, controlando así a las personas y dirigiéndolas a su
voluntad. Esta teoría es desechada por muchos, ya que, como expliqué anteriormente,
1 En Nicaragua, este proceso de pluralización religiosa se hace evidente en los censos
de población. Vemos como hemos pasado de un 72.9% de católicos declarados en el
año 1995 a un 59.8 % según el censo del año 2005 (INEC 1995, 2005). Esta caída
significativa en el porcentaje de la población católica se contrasta con el crecimiento de
aquellas personas que se declaran evangélicas (protestantes), que pasan del 15.1% al
21%, y también del aumento de personas que declaran no pertenecer a ninguna
religión, del 8.5% al 17.8%.
la historia nos muestra que la religión ha existido simultáneamente en lugares distantes
del planeta -además, la encontramos en todos los pueblos-, y es demasiado
improbable que en todos esos lugares hubiera habido impostores a los que se le
hubiese ocurrido esa idea.
Otra es -la que creo más probable-, la que nos muestra a la religión como producto de
la mente. Ahora bien, esta creación puede ser algo inconsciente o consciente. Yo
pienso que la religión nace de los sentimientos de temor y de esperanza por los
acontecimientos de la vida -o sea, del inconsciente- y no como Voltaire, que decía que
la religión era un invento de los curas para explotar a la humanidad. Sin embargo dice
que la lucha es contra la Iglesia, no contra la religión. Y es muy probable que tenga
algo de cierto, (que los "curas" utilizasen la religión como objeto a usufructuar, pero no
creo que ellos hayan sido los que "crearon" la religión) pues yo puedo lucrar con algún
objeto, sin importar que crea o no en él, ni que la idea se me haya ocurrido a mi o no.
¿Por qué la religión?, ¿por qué el hombre persiste en creer en esas leyendas de una
manera tan ferviente si no ha hecho más que retrasar al hombre cientos de año en la
etapa evolutiva de la humanidad? ..."La Iglesia carece de fuerza evolutiva propia"...,
decía Juan B. Justo, y qué razón tenía, ya que en el período histórico en que la Iglesia
dominaba los pueblos, la humanidad quedó estancada en un pozo extremadamente
profundo. Es verdad que yo aclaré que esto depende del modo en que se utilice la
religión, pero entonces, si durante todo este tiempo no se le ha encontrado un uso
adecuado a la religión, ¿qué sentido tiene seguir persistiendo en ella como
«salvación»?, ¿cuáles son las razones racionales -y valga la redundancia- para creer
en ella?, ¿acaso la promesa del paraíso?, ¿por qué mejor no vivimos lo mejor que
podamos en el más acá, y luego vemos?. Una persona que necesita saber de una
recompensa por sus buenas acciones en esta vida no es necesariamente «buena», ya
que el sólo hecho de actuar correctamente por una recompensa, muestra un
cierto interés. Yo le veo más valor a una persona que actúa bien por el solo hecho de
hacerlo. Una ateo que actúa bien, es decir, de acuerdo a las normas morales de dicha
sociedad, lo hace porque realmente desea hacerlo, y no por cobardía o conveniencia
de que luego, en otra vida, obtendrá sus propios beneficios.
Conclusión
"¿Qué es lo más perjudicial que cualquier vicio?
La acción compasiva hacia todos
los fracasados y los débiles: el cristianismo"
Friedrich Nietzsche
Creo, en fin, que la religión no tiene ninguna utilidad en ninguna sociedad ni en
ningún tiempo, ya que las necesidades que pretende cubrir pueden ser cubiertas por el
hombre mismo, sin necesidad de basarnos en ninguna norma más que en las que
nuestra propia razón nos brinda, y las que están de acuerdo con nuestra sociedad. La
religión puede que sea concebida por muchos como una ayuda para los hombres para
que se comporten correctamente, pero creo que eso se puede realizar sin tener que
creer en más nada que en nosotros mismos, pues, el hombre, a pesar de que
ha estado destruyendo el mundo poco a poco, ha realizado maravillas, tanto en la rama
del arte como en el campo de la ciencia y de la tecnología.
La religión no solamente ha estancado al hombre en materia de ciencia, sino también
en cuanto al desarrollo del pensamiento. La religión no nos enseña, ni nos abre
caminos para que podamos elegir, simplemente nos muestra un único rumbo, y nos
obliga a seguirlo ciegamente, sabiendo de antemano cual será su destino. La religión
nos hace permanecer en una idea fija y permanecer en ella hasta nuestra muerte.
Busquemos ampliar nuestros conocimientos hasta dónde podamos. No nos
dogmaticemos. Pensemos en cuanto hemos aprendido de aquellos que nos han estado
mostrando el mundo de una manera real y no virtual; pensemos en ellos, y sabrán de lo
que estoy hablando. Creo que la religión es producto de la debilidad del hombre, más
que nada. Su propia inseguridad lo lleva a creer en ella. ¿Porqué la religión entonces?,
porque existen cosas que el ser humano aún no ha logrado demostrar de manera
científica.
Bibliografía
Elías, Norbert. La Civilización de los Padres y otros Ensayos. Bogotá, Editorial
Norma, 1998.
La Religión de la Humanidad", de Juan Enrique Lagarrigue. (1): 32-47.
Brigham: Young University, 2003. Geertz, Clifford. La Interpretación de las
Culturas. Buenos Aires, Gedisa Editorial, 2005.
"El Anticristo", de Friedrich Nietzsche.
Ricceur, Paul. Del Texto a la Acción. Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica, 2000.
Wolf, Eric. “Figura el poder: ideologías de dominación y crisis”. Revista
Reflexiones. Número 183, 2004.