enrique de aguinaga “un tal josé antonio”...que, en el caso de que se le conceda existencia...

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“Los dioses me pusieron en vuestra ciudad como un tábano sobre un noble caballo, para picarlo, enardecerlo y mantenerlo despierto”. (Sócrates) E n sus primeras palabras, De Agui- naga quiso hacer expreso su agra- decimiento a la entidad casinista por dar esta oportunidad para ha- blar del político español, a lo largo de una charla que estructuró en lo que él mismo denominó “estaciones”. La primera de esas estaciones comprendió la etapa en la que “José Antonio fue tabú”. En ella, el ponente lamentó la ignorancia que suele rodear a la figura de Primo de Rivera, hasta tal punto que se suele confundir su figura con la de su padre Miguel. “Es el gran desconocido — afirmó—, si no es tergiversado o agraviado por- que, en el caso de que se le conceda existencia histórica, aparece como peligroso pistolero fas- cista, como golpista del franquismo o, en el me- jor de los casos, como un tal José Antonio”, afirmación que da sentido al título de la confe- rencia. La tarde estuvo llena de referencias a intelec- tuales, políticos, escritores y periodistas, tanto del pasado como actuales. Por ejemplo, la perio- dista de la cadena Cope, Cristina Lopez Schlich- ting, quien en su momento no quiso acceder a que De Aguinaga pronunciara un recordatorio con motivo del centenario de Primo de Rivera, con el argumento de que “habrá que esperar cin- cuenta años”, ya que “José Antonio es víctima de la utilización ideológica, primero de Franco y, ahora, de los falsos demócratas”. Este José Antonio censurado fue, en pala- bras del participante en el Foro de Opinión del Casino de Madrid, “un joven esclarecido y ga- llardo, universitario enamorado del Derecho, que se perfila como auténtica gloria del Foro es- pañol, según la autoridad jurídica y adversaria de Bergamín; que entra en política noblemente, en defensa de su padre; que, en política, actúa plenamente, como titular de un partido, solo año y medio (…); que, a pesar de tal brevedad, ha originado más bibliografía que cualquiera de sus coetáneos ilustres y que muchos de ellos juntos; que ha dejado mil doscientas páginas de cristalino pensamiento y nítida prosa, ahí pre- sente para su estudio; que ha movilizado a tres generaciones de idealistas; que arrastra el cauti- verio y la muerte estoicamente, cristianamente; que para quienes le analizan y conocen honesta- mente adviene en arquetipo”. Una censura “implacable e irracional”, de la que extrajo unas muestras para compartir esa tarde con los asistentes al Foro de Opinión casi- nista. Entre ellas, la destrucción de un depósito de obras suyas, la prohibición y persecución de un curso universitario en Salamanca, el silencia- miento de conferencias pronunciadas por el mismo De Aguinaga respecto a José Antonio, ya sea en el extranjero ya en nuestro país, y las emisiones negadas del Servicio Filatélico con CICLO DE CONFERENCIAS FORO DE OPINIÓN 35 La figura de José Antonio Primo de Rivera fue el tema elegido por el Catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, Enrique de Aguinaga, quien es además Decano de los Cronistas de la Villa de Madrid y miembro de la Real Academia de Doctores de España, para su conferencia pronunciada en el Casino de Madrid el pasado 24 de noviembre. Enrique de Aguinaga “Un tal José Antonio”

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Page 1: Enrique de Aguinaga “Un tal José Antonio”...que, en el caso de que se le conceda existencia histórica, aparece como peligroso pistolero fas-cista, como golpista del franquismo

“Los diosesme pusieronen vuestra

ciudad como un

tábano sobreun noblecaballo,

para picarlo,enardecerlo

y mantenerlodespierto”.

(Sócrates)

E n sus primeras palabras, De Agui-naga quiso hacer expreso su agra-decimiento a la entidad casinistapor dar esta oportunidad para ha-blar del político español, a lo largo

de una charla que estructuró en lo que él mismodenominó “estaciones”.

La primera de esas estaciones comprendió laetapa en la que “José Antonio fue tabú”. Enella, el ponente lamentó la ignorancia que suelerodear a la figura de Primo de Rivera, hasta talpunto que se suele confundir su figura con la desu padre Miguel. “Es el gran desconocido —afirmó—, si no es tergiversado o agraviado por-que, en el caso de que se le conceda existenciahistórica, aparece como peligroso pistolero fas-cista, como golpista del franquismo o, en el me-jor de los casos, como un tal José Antonio”,afirmación que da sentido al título de la confe-rencia.

La tarde estuvo llena de referencias a intelec-tuales, políticos, escritores y periodistas, tantodel pasado como actuales. Por ejemplo, la perio-dista de la cadena Cope, Cristina Lopez Schlich-ting, quien en su momento no quiso acceder aque De Aguinaga pronunciara un recordatoriocon motivo del centenario de Primo de Rivera,con el argumento de que “habrá que esperar cin-cuenta años”, ya que “José Antonio es víctimade la utilización ideológica, primero de Franco y,ahora, de los falsos demócratas”.

Este José Antonio censurado fue, en pala-bras del participante en el Foro de Opinión delCasino de Madrid, “un joven esclarecido y ga-llardo, universitario enamorado del Derecho,que se perfila como auténtica gloria del Foro es-pañol, según la autoridad jurídica y adversariade Bergamín; que entra en política noblemente,en defensa de su padre; que, en política, actúaplenamente, como titular de un partido, solo

año y medio (…); que, a pesar de tal brevedad,ha originado más bibliografía que cualquiera desus coetáneos ilustres y que muchos de ellosjuntos; que ha dejado mil doscientas páginas decristalino pensamiento y nítida prosa, ahí pre-sente para su estudio; que ha movilizado a tresgeneraciones de idealistas; que arrastra el cauti-verio y la muerte estoicamente, cristianamente;que para quienes le analizan y conocen honesta-mente adviene en arquetipo”.

Una censura “implacable e irracional”, de laque extrajo unas muestras para compartir esatarde con los asistentes al Foro de Opinión casi-nista. Entre ellas, la destrucción de un depósitode obras suyas, la prohibición y persecución deun curso universitario en Salamanca, el silencia-miento de conferencias pronunciadas por elmismo De Aguinaga respecto a José Antonio,ya sea en el extranjero ya en nuestro país, y lasemisiones negadas del Servicio Filatélico con

CICLO DE CONFERENCIASFORO DE OPINIÓN

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La figura de José Antonio Primo de Rivera fue el tema elegido por el Catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, Enrique de Aguinaga, quien es además

Decano de los Cronistas de la Villa de Madrid y miembro de la Real Academia de Doctores de España, para su conferencia pronunciada

en el Casino de Madrid el pasado 24 de noviembre.

�Enrique de Aguinaga

“Un tal José Antonio”

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CICLO DE CONFERENCIASFORO DE OPINIÓN

“Los dos valoresinmediatos de José

Antonio son larenuncia y la

innovación. Suabnegada salida

de la torre demarfil en que le

correspondió viviry su originalidad

de unplanteamientopolítico que se

remontaba sobreel orden

establecido”.

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motivo del centenario de Primo de Rivera. Tam-bién en su momento el Grupo Socialista delAyuntamiento de Madrid prohibió una confe-rencia titulada “José Antonio Primo de Rivera”en el ciclo “Madrileños del siglo XX”, y, comoejemplo añadido de censura, un político del Par-tido Popular fue destituido en su momento porcalificar a José Antonio ante un reducido audi-torio como “español admirable y ejemplar, in-justamente olvidado”.

De Aguinaga también consideró de “irracio-nalidad pavorosa” la afrenta que supone hoy lacondición de franquista, y la de falangista. Irra-cionalidad en el sentido de que nadie es hoy un“auténtico” anarquista, socialista, franquista, fa-langista o comunista. “¿A qué este ensañamien-to aniquilador? ¿Será mala conciencia? ¿Seráodio a la excelencia? ¿Será rencor mostrenco?¿Será simple ignorancia?”, preguntó el ponenteal cierre de esta primera “estación”.

La segunda parte de la conferencia, “En laque se habla de fascismo, franquismo y violen-cia”, se dedicó a analizar y desmentir algunascondiciones ideológicas o actitudes atribuidas aPrimo de Rivera. Por ejemplo, la de fascista,que no es sino “la gran patraña de la izquierda,la gran estafa que tan buen resultado dialécticole ha dado”, que sólo “zarrapastrosos” políticos“sacan a pasear, cuando no tienen otro recurso”.También se ha unido a José Antonio y a Fran-co, “como unidas están sus tumbas; pero, si nose puede decir que Franco fuese joseantoniano,menos aun cabe la ucronía de que José Antoniofuese franquista”.

En cuanto a la adjudicación de violencia a sufigura, De Aguinaga recordó algunos discursosde destacados dirigentes socialistas de los años30, en los que se invocaban “olas de sangre queteñirán de rojo los mares” (Margarita Nelken),o ideas como que “el socialismo solamente pue-

de imponerse por la violencia” (Lar-go Caballero). Frente a eso, la únicafrase que se puede atribuir a JoséAntonio es la proclama de “la dialéc-tica de los puños y de las pistolas”,afirmación que él mismo se encargóde matizar. El conferenciante expre-só que además se deben estudiar da-tos como su ofrecimiento al Gobiernocomo mediador entre febrero de 1936y el estallido de la guerra. Gil Roblesafirmó ya en 1979 que “José Antonionunca quiso una sublevación military, mucho menos, que se instalara unadictadura militar. De eso tengo noti-cias exactísimas”. Y el propio José

Antonio lamentó que “una guerra civil, ademásde una barbarie es una ordinariez, porque elpueblo que tiene que lanzarse a ella pone de ma-nifiesto que ha malogrado una de las graciasmás grandes recibidas del Todopoderoso por laHumanidad; la inteligencia y un lenguaje co-mún para entenderse”.

En la tercera estación, la más breve de esterecorrido por la vida del fundador de Falange,De Aguinaga “sitúa a José Antonio en su con-texto”, labor necesaria para entender su obra.Un contexto de inestabilidad social, de violenciapolítica, de asaltos a templos y periódicos, y defrecuentes atentados. “Los dos valores inmedia-tos de José Antonio son la renuncia y la innova-ción. Su abnegada salida de la torre de marfil enque le correspondió vivir y su originalidad deun planteamiento político que se remontaba so-bre el orden establecido (…) Frente a literalis-mos, catecismos y clasificaciones, el mérito ac-tual de José Antonio consiste en que, porencima de la incoación política, que tiene el mé-rito de la innovación, prevalezca su genio perso-nal, como arquetipo e imperativo moral, que sesubliman en el espíritu de sus postrimerías, antela muerte, y que, en definitiva, son la razónesencial de lo joseantoniano, al día de hoy, eneste otro contexto”.

La cuarta estación, “En la que se explica unasíntesis y un fracaso”, abundó en la idea capitalde su pensamiento, la superación de izquierda yderecha, tal como expuso el propio José Anto-nio en agosto de 1935: “Se nos ocurrió a algunospensar si no sería posible lograr una síntesis dela revolución y de la tradición. De la revolución,no como pretexto para echarlo todo a rodar, si-no como ocasión quirúrgica para volver a trazartodo con pulso firme al servicio de una norma.De la tradición, no como remedo, sino comosustancia; no con ánimo de copia de lo que hi-

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CICLO DE CONFERENCIASFORO DE OPINIÓN

“Hay que salvara José Antoniocomo arquetipohumano, comopersonaegregia, comomodelo degeneraciones,en la palabra(bella prosa delsiglo XX), en laobra (conductaheroica) y en elpensamiento(idealismoseductor)”.

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cieron los grandes antiguos, sino con ánimo deadivinación de lo que harían en nuestras cir-cunstancias. Fruto de esta inquietud de unoscuantos, nació la Falange”. En noviembre de1934 también dejó escrito que “ni en la derechani en la izquierda está el remedio. La victoria decualquiera de las dos implica la derrota y la hu-millación de la otra. No puede haber vida nacio-nal en una patria escindida en dos mitades irre-conciliables: la de los vencidos, rencorosos en suderrota, y la de los vencedores, embriagadoscon su triunfo”. Una idea superadora que, indi-có De Aguinaga, está también presente “enotras mentes egregias”, como las de Juan PabloII, José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno,Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga oJulián Marías.

Pero su ideal no se pudo llevar a cabo. Algu-nos, como Adolfo Muñoz Alonso, lo achacan a“la estratificación social española”. Otros comoJosé María García Escudero, entienden que“esa esperanza de integración tenía inevitable-mente que fracasar, puesto que, en definitiva,incurría en el error de querer integrar a las dosEspañas metiéndolas en el molde político deuna de ellas”. Para Jaime Suárez la guerra civilfue la tumba del ideal joseantoniano de lograruna “síntesis de las dos Españas”, dado que su-puso “la radicalización absoluta e incompatiblede cada una”, y el inevitable posicionamiento enuno de los dos bandos, “aunque resultara vence-dor, esterilizó a la Falange para llevar a cabo suproyecto histórico”.

Ahora bien, afirmó De Aguinaga, el fracasoha de ser asumido superado, en la línea de losgrandes pensadores, para quienes “naufragarno es ahogarse” (Ortega), ya que el fracaso es“característica de la realidad humana” (La-croix), y “lo verdaderamente importante no eslo que se consigue, sino lo que se propone” (Ma-rías). En la pared del despachode José Antonio se podía leer elsiguiente poema de Kipling: “Sitropiezas con el Triunfo, si llegatu Derrota, / y a estos dos im-postores les tratas de igual for-ma”.

Quinta y última estación,“En la que las estrellas brillande noche”, para establecer esatransición desde la derrota has-ta la salvación: “Hay que salvara José Antonio como arquetipohumano, como persona egregia,como modelo de generaciones,en la palabra (bella prosa del si-

glo XX), en la obra (conducta heroica) y en elpensamiento (idealismo seductor)”. “Así —pro-siguió—, ha surgido lo joseantoniano, sin mili-tancia alguna, como actitud personal, productode un decoro intelectual, como sublimación delfracaso falangista, como rescate de la memoria,mientras que, hierba que nace entre las losas,aparecen signos, rescatados e insistentes, de su-pervivencia, contra viento y marea”. Signos quevan desde una plataforma cultural con línea deteléfono y página en Internet, hasta los recientestítulos publicados por Sánchez Marín, LeonKlein, Díaz y Uribe o Martín Otin, pasando in-cluso por las memorias de José María Sanz, “elroquero más conocido como Loquillo”.

De Aguinaga retomó el lema “ni comunismoni capitalismo” de José Antonio, y aseveró que“la realidad es que el capitalismo incrementa ladesigualdad” pues “en la última década ha au-mentado la brecha entre ricos y pobres”, y tam-bién que “si, según la Declaración Universal,todos los seres humanos nacen libres e igualesen dignidad y derechos, esto depende de las cir-cunstancias de su nacimiento”.

Por último, el ponente rescató el episodiodel “escalofriante” abrazo que Primo de Riveradio al magistrado Eduardo Iglesias del Portal,quien acababa de condenarle a muerte, y al que“pide perdón por el mal rato que habría pasadopor su causa, ya que ambos se conocían de laactividad forense”. En este abrazo, sentencióDe Aguinaga, “puede cifrarse el magno monu-mento de la reconciliación nacional”. Por todoello, “cabe concluir, respondiendo a la preguntaque dejé sin contestar en la primera estación”,que “las prohibiciones, proscripciones, margi-naciones, tergiversaciones, silencios, censurasy desdenes que sofocan o intentan sofocar lapresencia de José Antonio son el miedo al des-lumbramiento”.

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“Nuestrassociedades

opulentas deOccidente son

un vacío encuanto a los

valores, se hanido por un

agujero negro yse han

concentrado enun valor que

también lo es,no lo

desprecio, quees el dinero”.

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¿E xisten valores que puedanconsiderarse comunes atodos los lugares y a todaslas principales culturas delplaneta? En caso afirmati-

vo, ¿han existido siempre? Estas dos fueron lasprimeras preguntas a las que se enfrentó Santia-go de Mora-Figueroa, Marqués de Tamarón, yen su argumentación echó mano, si bien con “do-sis considerables de escepticismo”, de Ronald In-glehart, profesor de Ciencia Política en la Uni-versidad de Michigan. Inglehart ha realizado untrabajo “admirable” basado en sondeos realiza-dos durante quince años en una treintena de paí-ses de diversos ámbitos culturales y geográficos.Para él, existen dos oposiciones en la escala devalores: tradicionales frente a seculares-raciona-les; y supervivencia frente a autoexpresión.

Los “tradicionales” son los religiosos, el res-peto a los lazos familiares, a la autoridad, y a laoposición “a ciertas cosas que no están mal vis-tas” entre quienes no profesan esos valores, comola eutanasia, el aborto o el suicidio. Los valoresde supervivencia se refieren básicamente al tra-bajo. Y los de autoexpresión profundizan en laprotección medioambiental y la tolerancia de ladiversidad. Para concretar, el conferenciante re-currió a cuatro ejemplos de los países estudiadospor Inglehart: en el cuadrante de seculares-racio-nales y autoexpresión hallaríamos a Suecia; en elopuesto, a Marruecos; Irlanda sería ejemplo devalores tradicionales pero con fuerte expresiónpropia; y Rusia es el caso contrario, valores secu-lares ligados a valores de supervivencia. La con-clusión de todo ello es que “se puede interpretarcomo que existen datos objetivos que permiten

decidir si existen valores o no comunes a todo elplaneta”.

Ahora bien, no se trata ya tanto de que exis-tan o no esos valores, sino qué se puede y se debehacer para no arruinar su potencialidad de inte-gración. O más bien, qué errores debemos evitar,asunto al que dedicó los siguientes minutos de suintervención.

El primer error habitual de Occidente es“creer que se puede integrar en un vacío”, afirmóel Marqués de Tamarón. “Nuestras sociedadesopulentas de Occidente son un vacío en cuanto alos valores, se han ido por un agujero negro y sehan concentrado en un valor que también lo es,no lo desprecio, que es el dinero”. Frente a ello,buena parte de la población inmigrante sí tienedeterminados valores en los que cree, y que seimponen por la simple fuerza de la creencia a laausencia de valores entre la población de acogi-da. Como apoyo a este razonamiento, citó al his-toriador Arnold J. Toynbee (1889-1975), y supolémica teoría acerca del colapso de los impe-rios, según la cual “la fuerza más potente que

CICLO DE CONFERENCIAS

“Cultura y valoresen la sociedad de hoy”

La conferencia del Marqués de Tamarón, puso el broche de oro al Ciclo “CULTURA Y VALORES EN LA SOCIEDAD DE HOY” iniciado el pasado 3 de octubre por BenignoPendás, y en el que han intervenido Serafín Fanjul (19 de octubre), Luis González Seara (24 de octubre), y Francisco Sanabria (15 de noviembre), cuyas ponencias ya han sido

recogidas en nuestra anterior revista. Seguidamente, les ofrecemos un resumen de la conferencia de clausura ofrecida por el Marqués de Tamarón el 13 de diciembre de 2005.

�Marqués de Tamarón

“La cultura y los valores en un mundoglobalizado”

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CICLO DE CONFERENCIASCULTURA Y VALORES EN LA SOCIEDAD DE HOY

“La únicasolución para conseguirque la cultura ylos valores en unmundoglobalizado seanuna realidad queno nosconduzcan almanicomiocriminal, esimponer elEstado deDerecho”.

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puede existir en el corazón humano, y por tantoen la Historia, es esa mezcla explosiva de envidiay desprecio, que siente el inmigrante, al ver unasociedad abyecta, que no cree en nada, pero quees opulenta”.

Con toda cautela, y como guiño al auditorio,el ponente calificó este error como “de izquier-das”, frente al que iba a exponer a continuación,que sería más bien “de derechas”: creer que len-gua e imperio siempre fueron unidos, pero no esasí. Y sobran los ejemplos “algo más que anecdó-ticos”: un judío ciudadano romano que predicaen griego a los gentiles; la comunicación en fran-cés del “constructor” de Italia, Víctor Manuel II,a sus oficiales acerca de la victoria sobre las tro-pas austriacas en Solferino; o el inglés que fueusado en el pacto germano-nipón de 1940 contralas potencias, precisamente, anglosajonas.

Otro error, “antes de izquierdas, y ahora dederechas”, es la ecuación entre el paganismo y elateísmo. Y aquí se ha de establecer una diferen-ciación clara, porque “el paganismo está lleno desentido espiritual”. También es erróneo creer queel arte puede servir para integrar a las diversosgrupos humanos, lo que se revela falso porque“en nuestra cultura occidental el arte ha dejadode tener esa referencia que antes tenía, y que si-gue teniendo, en las sociedades de las que vienenlos inmigrantes”. Un último error habitual es“creer que en aquellos lugares donde impera unsistema de valores que a nosotros nos parece abo-minable, el mundo occidental que es más podero-so y rico que ninguna otra parte del planeta, en-contrará medios y los utilizará para persuadir aesos países de que cambien”.

“La única solución —prosiguió el conferen-ciante— para conseguir que la cultura y los valo-res en un mundo globalizado sean una realidadque no nos conduzcan al manicomio criminal esimponer el Estado de derecho, que no es lo mis-mo que la democracia o el pluralismo, no son tér-minos sinónimos. El Estadode Derecho es que tiene quehaber unas reglas de juegoque tienen que aplicarse atodos. (…) Y en nuestroscorazones habrá que contes-tar a la pregunta interna yformulada de una maneraterrorífica y brutal por Dos-toievsky en “Crimen y casti-go”: «Si Dios no existe, ¿va-le todo?»”.

“La civilización post reli-giosa, que es la nuestra, ten-drá que ver la manera de re-

solver ese problema, porque o da una contesta-ción a esa pregunta, demostrando que no vale to-do aunque Dios no exista, o va a ser muy difícilafrontar ciertas actitudes de quienes sí creen”.Por último, el Marqués de Tamarón llamó a apli-car el Estado de Derecho a las Relaciones Inter-nacionales a través de la vieja máxima del “pactasunt servanda”. Es decir, cumplir los pactos. “Siconseguimos cumplirlos nosotros también, es po-sible que evitemos lo peor, y sobre todo dotarnosde unos medios suficientes para, por lo menos,pensar que podremos hacer frente a ciertas even-tualidades llegado el momento”, concluyó.

En las palabras de despedida del acto, el Se-cretario del Casino, D. Mariano Turiel de Cas-tro, calificó la intervención del ponente de “cla-ra e interesante, su análisis de los valores hasido amplio y riguroso; pero las previsiones defuturo mucho me temo que no son todo lo alen-tadoras que supongo que nosotros todos desea-ríamos. La mezcla explosiva de envidia y des-precio de la que nos habló, y tantas otrasrazones a las que aludió, nos hace temer, aun-que ninguno por supuesto lo deseemos, que losvalores están en peligro; salvo el dinero, comosegún me decía él mismo esta tarde, le había de-clarado muy pragmáticamente un taxista. Espe-remos, confiemos, que haya una solución queseamos capaces de encontrar; confiemos en elhombre, que es mucho confiar; y sobre todo, enel sumo Hacedor, para que no nos deje de sumano, y nos permita recuperar, respetar, difun-dir y defender los valores que indudablemente,hoy, están, muchos de ellos, en serio peligro”.También aprovechó el Secretario del Casino laeventualidad de que esa conferencia era la últi-ma convocatoria pública societaria del año, pa-ra desear a todos los presentes, en su propionombre y en el del Casino de Madrid, “unasverdaderas fiestas de Navidad, y un año nuevofeliz y venturoso”.

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“El ser humanoes capaz de dañar

a conciencia, de imprimir

intencionalidada su

comportamientoagresivo;

cuando sucedetal cosa, la

agresividad dejade ser tal y seconvierte en

violencia”.

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CICLO DE CONFERENCIAS

“La violencia infantil”El 14 de febrero de 2006, José Sanmartín era el encargado de inaugurar con su ponencia

un nuevo ciclo del Foro de Opinión casinista: “LA VIOLENCIA INFANTIL”, planteado, bajo la dirección de Helio Carpintero, para analizar un tema tan grave y tan de actualidad,con la esperanza de obtener ideas y sugerencias que contribuyan a hacer frente a la violencia

infantil. El Ciclo contó con las intervenciones, resumidas en las siguientes páginas,de María José Díaz Aguado (23 de febrero), Victoria del Barrio

(9 de marzo) y Javier Urra (21 de marzo -de esta última ponencia encontrarán referencia en la próxima revista)

�José Sanmartín

“La violencia en la sociedad actual”

E l Presidente del Casino de Madridseñaló que el Foro de Opinión tra-taba de “enjuiciar situaciones socia-les cuyo nacimiento y continuidadparecen no tener una explicación

distinta a la de una lacra, producto, posiblemente,de la civilización moderna, que está haciendo via-ble llevar al mundo infantil sentimientos y situa-ciones propias de los mayores, nacidos quizás ya,en la propia escuela, porque, posiblemente los sis-temas políticos y educacionales no han encontra-do medio de atajarlo. Y lo cierto es, que se trata deun fenómeno universal”.

José Sanmartín, Catedrático de Filosofía dela Ciencia de la Universidad de Valencia y Direc-tor del Centro Reino Sofía de estudios sobre laviolencia de la Generalidad Valenciana, comenzóseñalando la dificultad de hablar de la violenciaen general, “intentaré hacerlo desde un espíritu fi-losófico, que es el de Ortega y Gasset, nuestrogran filósofo y que, desde mi punto de vista, refle-xionó de manera más acertada sobre el ser huma-no y la cultura”

Vivimos tiempos difíciles, señaló el ponente: aescala mundial, al menos una mujer es asesinadapor su pareja, o su ex pareja, cada diez minutos;en España, una cada tres días. En 2004 había enmarcha 32 conflictos armados, que produjeronmás de 25.000 muertos. Hay más de 4 millones dewebs que contienen material relativo a sexo conmenores; y sólo en este última década ha habido103 atentados terroristas suicidas. Nuestra épocaes innegablemente violenta, peor aún parece elhecho de que las estadísticas de casi todos los ti-pos de violencia demuestren incrementos muysignificativos.

¿Qué sucede?. ¿Hay explicación científica atodo este aumento de violencia?. Hay que cono-

cer la raíz más profunda del problema. El ser hu-mano es producto de la evolución cultural, “la cul-tura nos ha hecho humanos”; estamos dotados deinstintos, de conductas que pliegan y se desplie-gan ante determinados estímulos, y todo ocurrecon un cierto orden. Eso ocurre con la agresivi-dad en el mundo animal, comienza con unos estí-mulos y cesa con otros. Como el resto de animalessuperiores, los seres humanos también tenemosinstintos y, como en el caso de aquéllos, esta con-ducta también ha sido seleccionada por la natura-leza junto con sus inhibidores (estímulos que pro-vocan la agresividad y otros que la cesan,inhibidores de la agresividad). Hay estímulos quehacen que nuestra agresividad se despliegue deforma inconsciente; entre ellos están, por ejemplo,las expresiones faciales. Frente a las acciones delagresor, están las reacciones del agredido.

Pero el ser humano es mucho más que sus ins-tintos, no hay nada que nos sirva para sobrevivir,“pero sí hay algo fundamental para que vivamos

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CICLO DE CONFERENCIASLA VIOLENCIA INFANTIL

“La violenciadegrada a lavíctima, perosus efectostrascienden a lapersona yafectaglobalmente ala sociedad”.

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bien, como decía Ortega, quees la capacidad de idear y depensar, que nos permitencomparar, analizar, adoptar yejecutar decisiones”.

Nacemos con instintos,pero no con ideas y pensa-mientos, que son el resultadode ciertos circuitos neurona-les cuya configuración enunos casos, y cuya operativi-dad en todos los casos, es unproducto del aprendizaje dela educación. Son, en defini-tiva, fruto de la cultura; esasideas y pensamientos que va-mos adquiriendo, permitenla regulación de las emociones. La educación serála clave, la educación no queda fuera del cerebro,entra dentro y lo configura.

Esta capacidad de ideación y pensamiento haconvertido al ser humano en el único animal queha tomado en sus manos su propio ser y estar enel mundo; esa capacidad le ha permitido, comodecía Ortega, “posponer la satisfacción instintivade sus necesidades y repensarlas, tratando de ha-llar el mejor modo de hacerles frente”.

Esta intermediación de la cultura entre el serhumano y el medio, ha tenido efectos de gran en-vergadura sobre el ser humano. Positivos y nega-tivos. La cultura ha alterado el decurso del instin-to de agresividad sobre los seres humanos.Cuando un lobo está vencido, se tumba, muestrala yugular y el lobo vencedor no le da un mordis-co en la yugular; simplemente el lobo vencidosuelta un par de gotas de orín y el vencedor las la-me.

En el caso de los humanos no ocurre así, nimuchísimo menos. La evolución no ha hecho denosotros animales especialmente dotados de ar-mas naturales para dar muerte a nuestro congé-neres; no tenemos garras, colmillos característi-cos de los carnívoros, ni poseemos una fuerzaespecial… Sin embargo, el humano se ha con-vertido en el matador por excelencia, llegando acomportarse como un cazador despiadado de losde su propia especie. El ser humano se compor-ta como un depredador de sus congéneres, comosi para él no existieran esos inhibidores de laagresividad que tan operativos resultan en lamayoría de los animales superiores para impedirdar muerte a un miembro del mismo grupo.¿Cómo es posible? “la respuesta está dentro denuestra corteza prefrontal —dijo Sanmartín—,donde habita la conciencia y por tanto la inten-cionalidad”.

El ser humano es capaz de dañar a conciencia,de imprimir intencionalidad a su comportamientoagresivo; cuando sucede tal cosa, la agresividaddeja de ser tal y se convierte en violencia. “La vio-lencia ya no es un instinto, si no una actitud o unaconducta intencional, que daña o puede dañar aterceros y que nace de la perturbación del instin-to básico en que la agresividad consiste. Somosagresivos por naturaleza, pero violentos por cul-tura”.

La moralidad del violento, es muy distinta dela moralidad convencional; entre otras cosas, elviolento aprende a interpretar de manera diferen-te lo que es una acción violenta, las relaciones en-tre violencia y sus efectos destructivos, y sobre to-do, ve de una manera muy peculiar la naturalezade la violencia. José Sanmartín puso como ejem-plo a los terroristas, “normalmente emplean eufe-mismos que los equiparan a soldados”; lo peor esque en estos juegos lingüísticos perversos, segúnseñaló el conferenciante, los medios de comunica-ción, y la gente en general, juegan un papel ne-fasto, al adherirse incluso con entusiasmo al em-pleo de una jerga inapropiada; hablar decomandos, de firmar la paz, “porque el terroristano es un soldado que está en guerra, aunque él sevea así”. También el agresor de mujeres cree quesu agresión no constituye un acto violento, si noun recurso eficaz y legítimo para resolver un con-flicto, para el bien de la pareja, la mujer siemprees la culpable de la agresión.

También habló José Sanmartín de la ingestade alcohol y drogas como causantes de la violen-cia; de que la violencia devalúa como persona alser humano; y de los efectos de la violencia en lasociedad: “La violencia degrada a la víctima, perosus efectos trascienden a la persona y afecta glo-balmente a la sociedad. El miedo, la inseguridad yla desconfianza, deterioran la convivencia social”.

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“Estamosinmersos en

muchoscambios, no

tenemostiempo para

entenderlos, ymucho menos

para adaptarlas instituciones

educativas”.

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CICLO DE CONFERENCIASFORO DE OPINIÓN

�M.º José Díaz Aguado

“Violencia y escuela”

E l Presidente del Casino de Madriddio la bienvenida a todos los asis-tentes, e hizo un breve resumen dela trayectoria profesional de la po-nente, señalando que “Títulos y ex-

periencia de cátedra, la definen para ser uno delos primeros tratadistas del tema que hoy vamosa tratar”

Mª José Díaz Aguado señaló que hacía másde 25 años que comenzó a investigarse “cómo seconstruye, desde la educación, el sentido de lajusticia con el que nuestra sociedad se identifica,definido como respeto a los derechos humanos”.¿Cómo puede trasmitirse estos valores a la gene-ración siguiente?. “Los primeros estudios —se-ñaló la conferenciante— nos llevaron a investi-gar los procesos de exclusión que se producen enla escuela, a investigar la intolerancia, la xenofo-bia, el racismo… y esto nos llevó a la violencia engeneral, y luego a dos tipos de violencia muy ha-bituales: la violencia de género y la violencia es-colar”.

Todos estos problemas, tal y como señalóMaría José Díaz Aguado, “son la antítesis de loque queremos ser, y la educación es el escenarioideal, privilegiado, para llegar a ser lo que quere-mos ser”. Escuela y violencia; en torno a estosdos polos se debate nuestra sociedad; y en la es-cuela esa contradicción es especialmente difícilde vivir. “El profesorado sufre muchísimo comoconsecuencia de esa contradicción; a veces enfer-ma física o psicológicamente. Hay un dato queayuda a destacar esta contradicción: los adoles-centes evaluados en un 34% nos dicen que nuncapedirían ayuda al profesorado en el caso de sufriracoso por parte de sus compañeros”. ¿Por qué?“porque te convertías en un chivato, porque losprofesores no están ahí cuando los necesitas…”son las respuestas de los jóvenes. Los jóvenes di-cen que no hay que dejar sola a la víctima, quehay que pedir ayuda, en primer lugar a los ami-gos, a la madre, al padre… ¿y a los profesores?no, sólo a aquellos que den confianza. Entonces,señaló María José, “una de las grandes tareas pa-ra luchar en las escuelas contra la violencia esadaptar el papel del profesor para que pueda se-guir siendo la autoridad que tiene que ser, y almismo tiempo transmita confianza y disponibili-dad”.

Hay que tener en cuenta una serie de contra-dicciones para entender lo que está pasando: es-tamos inmersos en muchos cambios, no tenemostiempo de entenderlos y muchos menos paraadaptar las instituciones educativas. La confe-renciante señaló seis paradojas que hay que teneren cuenta para entender esta dicotomía de vio-lencia-escuela:

1) Hoy hay más información que nunca, sinembargo es más difícil entender lo que nos pasa,entendernos a nosotros mismos, a los demás, anuestra familia… Hoy la información sobra, esexcesiva, lo más difícil en entenderla. Hay queadaptar los procesos de enseñanza para formar lomás difícil: la capacidad para juzgar. Hacen faltapersonas para educar, para madurar, personasque puedan llevar a cabo la enorme adaptaciónque hay que emprender en estos procesos de en-señanza y educación.

2) Violencia y exclusión, dos caras de la mis-ma moneda. La lucha contra la exclusión tieneque ser un objetivo prioritario. “La eliminaciónde las barreras espaciales que permiten las nue-vas tecnologías ha reducido el aislamiento de laescuela respecto a los problemas que existen enel resto de la sociedad, también debería contri-buir a reducir la exclusión, pero paradójicamenteen muchas ocasiones sucede precisamente locontrario”. La conferenciante afirmó que hay te-

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CICLO DE CONFERENCIASLA VIOLENCIA INFANTIL

“La violenciaescolarreproduce unmodelo derelación social,de dominio ysumisión, quees la antítesisdel respetomutuo con elque nosidentificamos,es la antítesis delo quequeremos ser”.

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ner en cuenta, que “exclusión y violencia son dosproblemas estrechamente relacionados, que en-cuentran en la adolescencia un momento críticopara su incremento o prevención”. Para afrontarlos retos que se derivan de esta nueva situación“es preciso establecer nuevos contextos de cola-boración entre la escuela y el resto de la sociedad,asumiendo que si la escuela no esta aislada de losproblemas que se generan fuera de ella, tampocodebería estarlo para las soluciones”.

3) Educar para la ciudadanía democrática entiempos de incertidumbre. “Nunca había estadotan claro que no podemos tener certezas absolu-tas. Esto debería conducir a la superación del ab-solutismo, a la tolerancia, pero como reacciónconduce en ocasiones al resurgimiento de formasde absolutismo y autoritarismo que se creían su-peradas. Como reflejo de la expresión educativade estos cambios cabe considerar la dificultadque supone sustituir adecuadamente el autorita-rismo de épocas pasadas por una educación de-mocrática que enseñe a coordinar derechos condeberes con eficacia, dificultad que no sólo seproduce en la escuela sino también en la familia,y que es destacada en diversos estudios recientescomo lo más difícil de la educación actual”.

4) El reto de la interculturalidad. “Hoy debe-mos relacionarnos en un contexto cada vez másmulticultural y heterogéneo. La educación inter-cultural representa una herramienta fundamen-tal para afrontar este reto, reconociéndola comomedio para avanzar en el respeto a los derechoshumanos, en cuyo contexto es preciso interpretartanto la necesidad de la propia educación inter-cultural como sus límites.

5) Avance en la igualdad entre hombre y mu-jeres, frente al aumento de la violencia de género.En los últimos años se ha producido un avanceespectacular hacia la igualdad entre hombres ymujeres, superando así una de las principalescondiciones que subyace a la violencia de género,pero frente a esto hay un incremento de sus ma-nifestaciones más extremas, a través de las cualesse intentan mantener las formas de dominio tra-dicional.

6) La violencia que se produce en la propiaescuela. Nuestra sociedad expresa hoy un supe-rior rechazo a la violencia, y disponemos de he-rramientas más sofisticadas para combatirla, pe-ro el riesgo de violencia al que nos enfrentamostambién es hoy superior. Y este riesgo se expresaa veces en forma de violencia escolar. Para pre-venirla es necesario romper la “conspiración delsilencio” que ha existido hasta hace poco sobreeste tema, y enseñar a condenarla en todas susmanifestaciones, insertando su tratamiento en un

contexto normalizado orientado a mejorar laconvivencia.

La escuela no puede estar aislada, tiene queasumir un reto descomunal ante los grandes cam-bios. La escuela de hoy está desorientada; hayque poner medios para que la escuela se adapte,y por tanto que se adapte el profesorado. “Nobasta con decir que la educación es la clave, hayque dotar a la escuela de medios —señaló la con-ferenciante—. Y no me estoy refiriendo única-mente a medios económicos, si no también, porejemplo, a tiempo para pensar, tiempo para salirdel desconcierto, a tiempo para diagnosticar dón-de está la violencia y sus problemas, a tiempo pa-ra hablar con las familias, a tiempo para curarsedel daño que produce tener en clase a un alumnoque boicotea sistemáticamente lo que pretendeshacer, a tiempo para recibir a las madres descon-certadas, a reconocimiento social, a energía e ilu-sión para emprender proyectos nuevos que día adía te permitan renovar tu confianza en la educa-ción”.

La ponente explicó el Decálogo propuestopara erradicar la violencia en la escuela: 1).Adaptar la educación a los actuales cambios so-ciales, desarrollando la colaboración a múltiplesniveles, de forma que sea posible afrontar loscomplejos retos sociales que la educación vivehoy. 2). Mejorar la calidad del vínculo educativoy desarrollar el empowerment (que cada alum-no/a defina y desarrolle sus propios proyectosescolares). 3). Desarrollar alternativas a la vio-lencia en los contextos y en los individuos. 4).Romper la conspiración del silencio sobre la vio-lencia escolar e insertar su tratamiento en uncontexto normalizado orientado a mejorar laconvivencia. 5). Enseñar a condenar toda formade violencia favoreciendo una representaciónque ayude a combatirla. 6). Favorecer la identi-ficación con el respeto a los derechos humanos,estimulando el desarrollo de la capacidad paraponerse en el lugar del otro, motor básico de to-do el desarrollo socio-emocional. 7). Incluir acti-vidades específicamente dirigidas a prevenir lavictimización dentro de los programas de pre-vención de la violencia, enseñando a: decir queno en situaciones que puedan implicar abuso;pedir ayuda cuando se necesita; y estar prepara-do emocionalmente para no sentirse culpablecuando se es víctima. 8) Prevenir la intoleranciay el sexismo. 9). Educar en la ciudadanía demo-crática, mejorando la coherencia entre los valo-res que se pretenden enseñar y la práctica edu-cativa. 10). Poner a disposición del profesoradolos medios que permitan adaptar la escuela a unasituación nueva.

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“Hoy lospadres

conviven pocotiempo con sus

hijos, y norealizan

actividadesdiarias juntos”.

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Tras los habituales saludos del Presi-dente del Casino de Madrid, la con-ferenciante agradeció a nuestra Ins-titución “la oportunidad de exponerante ustedes algo que preocupa pro-

fundamente a todos los profesionales que nos de-dicamos al estudio de los problemas infantiles: elencontrar la explicación a la escalada de violenciaque venimos detectando en niños y adolescentes,y especialmente tratar de aclarar las raíces fami-liares de la violencia infantil”.

La conferenciante quiso, en primer lugar, se-ñalar qué se entiende por agresión, “Podemos dis-tinguir entre palabras que tienen relación con laagresión emociones, actitudes, actos agresivoscon o sin violencia física: 1-Ira, una emoción quepromueve la agresión pero que no lleva a ella ne-cesariamente. 2-la hostilidad, que es una actitudhacia ciertas personas que consideramos comouna amenaza. 3-agresión, consiste ya en accionespero que pueden o no implicar agresión física (ca-lumnias, robo, insultos, amenazas, empujones,acoso), y 4- violencia, que supone un daño físicoutilizando la fuerza (abuso, robo con violencia, le-siones, muerte)”.

Victoria del Barrio señaló que la agresión físi-ca o violencia es la más preocupante, y dijo, refi-riéndose al tema de su ponencia, que “Hablar defamilia y agresión puede resultar algo poco defini-do, puesto que engloba distintos tipos de violenciaque se dan en el ámbito familiar: La violencia degénero, el maltrato infantil, y la violencia del ni-ño”.

“El incremento de la violencia juvenil comen-zó hace tiempo y todos nos sentíamos escandali-zados por lo que se sabía que estaba sucediendoen los Estados Unidos. Sin embargo hoy lo tene-mos en casa (…) En estos últimos dos meses heseguido el periódico y cada día aparecía una agre-sión juvenil: el apuñalamiento de un compañeroen un patio de recreo en Bilbao, a agresión a unaniña en un colegio de Badajoz, el niño apaleadopor sus compañeros en Barcelona, un alumno queataca a su profesor en Córdoba; los niños de Hos-pitalet que pegaban a transeúntes para filmar suscaras, los niños de Sevilla, que vejaron y maltra-taron a una niña con síndrome de Down, la vio-lencia rampante entre bandas adolescentes de laperiferia de Madrid y tantos otros ... indican que

no estamos en un momento de recesión. Unaprueba más es la creación reciente de asociacio-nes: de padres agredidos por sus hijos, de profe-sores amenazados; de niños acosados; y esto esun síntoma más de esa escalada de violencia”.

Todos los expertos subrayan que estamosasistiendo a una escalada de la violencia sin pre-cedentes. Se ha venido cuantificando la violenciainfantil con precisión desde los años ochenta.Pfeiffer (2004) ha llevado a cabo estudios en dife-rentes países y sostiene que en España, la subidaalcanza un 50%. Las cifras oficiales en nuestropaís admitan un incremento del 10% de faltas yun 10% de delitos por lesiones en la población ge-neral. Pero esto es sólo lo que llega a juicio.

Victoria del Barrio habló de “la importanciaenorme de la educación en los primeros años delniño, en donde el influjo de la familia es trascen-dental. La violencia infantil siempre ha existido ysiempre existirá, porque se trata de una conductainstintiva inscrita en nuestros genes, y con unadeterminada función que es la autodefensa. Sinembargo, sus formas, su intensidad, su oportuni-dad y su frecuencia parece variar sensiblementede unos individuos a otros, y también en distintosperíodos históricos y diferentes culturas”.

Tal y como explicó la conferenciante, cada ni-ño llega a este mundo dotado de un organismo enel que se dan las estructuras básicas de la conduc-ta: “será mejor o peor humorado, más o menos rá-pido en sus respuestas a los estímulos, más o me-nos rítmicos en sus funciones biológicas talescomo comida, sueño o eliminación, y más o menos

CICLO DE CONFERENCIASFORO DE OPINIÓN

�Victoria del Barrio

“Familia y agresión”

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CICLO DE CONFERENCIASLA VIOLENCIA INFANTIL

“Hay dosgrandes llavespara manejar laeducación deun niño: lasnormas claras,constantes ycontroladas; yla afectividad”.

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intensos en sus respuestas de contentoo indignación. Además de esa red bási-ca orgánica, están los patrones o reper-torios de conducta no aprendidos, co-mo son los reflejos y los instintos, quecompartimos con muchos animales su-periores, aunque en el caso del hombreestos repertorios no son absolutamentecerrados. Entre ellos está el instinto desupervivencia, al servicio del cual estáel ataque y esta es la semilla natural dela violencia”.

Pero además, la naturaleza imponeuna situación básica esencial que es lainmadurez biológica. “Un cachorro humano noestá listo para la supervivencia autónoma hastalos 12 años en sociedades naturales y hasta los 25en las muy desarrolladas. Esta condición de de-pendencia obliga necesariamente a una conviven-cia dilatada con los miembros adultos del grupofamiliar”.

“Un niño viene al mundo con un mayor o me-nor potencial para la conducta violenta, pero en laconvivencia con sus progenitores, obligada por suinmadurez biológica, permite a éstos enseñarle aconducirse como es conveniente para el grupo ypara su propia seguridad. Y este es el germen dela socialización en el seno de la familia”.

“El desequilibrio entre lo biológico y lo social,la transmisión de conocimientos y la selección delos mismos son quizás los escollos más graves conlos que se enfrentan los padres de nuestro tiempo—dijo Victoria del Barrio— No hay dureza de lavida: los jóvenes con edad de procrear y ganarsela vida, permanecen en casa de sus padres sobre-protegidos”

“Hoy los padres conviven poco tiempo consus hijos y no realizan actividades diarias juntos.La acumulación perversa de contenidos a trasmi-tir y la especialización de los mismos hacen nece-saria la existencia de un aprendizaje profesional ymercenario, ya no es posible el aprendizaje en elámbito domestico. El contexto del aprendizaje seha transformado radicalmente”

También habló Victoria del Barrio de la llama-da “crisis de valores”: “Es evidente que no se pue-de enseñar todo lo que se ha llegado a saber, hayque escoger. Pero ¿qué es lo valioso? Este es untema esencial en la educación de los hijos. Hayque escoger aquello que le permita solucionarproblemas (…) Hay que fijarse en las caracterís-ticas que tienen las personas que han alcanzadouna vida lograda, a las que todos admiramos. Ta-les características son: saber esforzarse, sabercontrolar sus emociones, saber respetar y com-prender, ayudar a los otros, saber aguantar la ad-

versidad, saber compartir los sentimientos, saberrespetar los límites en donde la propia libertad in-terfiere con la de los otros, tener una conversa-ción interesante, ser sensible a la belleza, acatarlas normas de convivencia, ser justo, ser veraz, sercompetente en su profesión, cualquiera que sea.Es decir una actitud ante la vida de esfuerzo per-sonal, de respeto a los otros y disfrute personal”.

La mayor parte de los padres intentan educaradecuadamente a sus hijos, lo logren o no; “la me-ta es que los padres vuelvan a tomar las riendas dela educación de sus hijos. Ha habido una delega-ción y hay que ir a una recuperación. Esa recupe-ración tiene que ser cuantitativa y cualitativa. Lacuantitativa consiste en pasar más tiempo de inte-racción con los hijos, recuperar su educación, y lacualitativa en optimizar los métodos usados paraella”.

Según Victoria del Barrio, “hay dos grandesllaves para manejar la educación de un niño: lasnormas claras, constantes y controladas; y la afec-tividad”. La combinación de estos dos elementos,normas y afecto, da tres tipos principales decrianza (Baumrind, 1967, Maccoby & Martín,1983, Olson): Autorizada: afecto, pero con nor-mas claras y controladas con flexibilidad. Autori-taria: muchas normas, mucho control y poco afec-to. La Permisiva o Negligente: sin normas nicontrol. “Se sabe desde todos los puntos de vistaque la crianza Autorizada es la que da mejores re-sultados en relación con la conducta del niño, in-cluida la conducta violenta. El afecto (Apego) esel mejor antídoto de la violencia. Los niños que secrían en un clima afectivo donde se les valora, sesienten enormemente vinculados a sus padres, lesimitan y quieren complacerles; por tanto, acatanlas normas con facilidad. Los padres están atentosa las necesidades de los hijos y evitan las equivo-caciones. Pero ello no serviría de nada sin nor-mas. Las normas son exactamente los límites quetodos han de respetar en la convivencia de losotros”.

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“Entremediados del

siglo XIV ymediados

también delXVII, la

influencia de lanobleza sobre

la vidaespañola tuvo

un valordecisivo”.

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CICLO DE CONFERENCIAS

“Nobleza, blasones, cargosy negocios en la España de los

siglos XVI al XIX”El Académico Luis Suárez Fernández fue el encargado de inaugurar, el pasado 27 de febrero,

el nuevo Ciclo de conferencias, programado por el Casino de Madrid y coordinado por el Director de la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes: “NOBLEZA, BLASONES,

CARGOS Y NEGOCIOS EN LA ESPAÑA DE LOS SIGLOS XVI AL XIX”. En él intervendrándestacados ponentes, todos ellos Académicos de la Real Academia de la Historia.

En las siguientes páginas les ofrecemos un resumen de las dos primeras conferencias del Ciclo, a cargo de Luis Suarez Fernández (27 de febrero) y Faustino Menéndez Pidal

de Navascúes (7 de marzo).

�Luis Suárez Fernández

“La nueva nobleza señorial en el tránsito a la modernidad”

E l Presidente del Casino de Ma-drid quiso inaugurar el Ciclo,agradeciendo la presencia de to-dos los asistentes, y el magníficotrabajo desarrollado para la coor-

dinación del mismo a Gonzalo Anes. Tambiéndestacó la admirable trayectoria profesional delponente al que, a continuación, cedió la pala-bra.

Luis Suárez comenzó su intervención seña-lando que los genealogistas del siglo XVI hicie-ron un distinción entre la llamada nobleza “vieja”consolidada en el siglo XI, y la “nueva”, estable-cida en el XIV. La diferencia entre una y otra sehallaba en las bases de sustentación: las rentas dela tierra, en el caso de la nobleza “vieja”; y los in-gresos provenientes de la administración de unterritorio que no era de su propiedad, la nobleza“nueva”.

¿Qué es un señorío?. “Cuando el Rey lootorgaba –señaló el ponente—con carácter vi-talicio y hereditario, no estaba cediendo ningu-na clase se propiedad (…) Para los Reyes erauna forma de atender el gobierno de zonas dedifícil acceso; por ello, nunca las ciudades o vi-llas de importancia eran entregadas en seño-río”.

“La aparición de esta nobleza nueva, juris-diccional, viene acompañada de un cambio éti-co que las Cortes de Valladolid de 1383 sinteti-

zaron en dos palabras: fidelidad y lealtad. Laprimera, caracteriza al feudalismo, mientrasque la segunda corresponde a esa nobleza nue-va que se inserta en el pactismo.

Según señaló Luis Suárez, los historiadoresdel siglo XIX, influidos por las doctrinas de la

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CICLO DE CONFERENCIASNOBLEZA, BLASONES, CARGOS Y NEGOCIOS EN LA ESPAÑA DE LOS SIGLOS XVI AL XIX

“Durante pocomás de undecenio, donÁlvaro de Lunapudo ensayaruna nuevafórmula políticaque más tardeIsabel laCatólica haríasuya”.

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Revolución Francesa, formularon juicios muynegativos acerca de los movimientos protagoni-zados por la nobleza en los siglos XIV y XV, lle-gando incluso a justificar acciones muy durasejecutadas por tres monarcas del mismo nom-bre, Pedro, en Portugal, Castilla y la Corona deAragón, que trataban de frenar el crecimientode esa nobleza “nueva”.

En 1368 Enrique II se apoyaba para su re-forma en las Cortes y propone una ordenaciónde la nobleza en tres niveles: el más alto estaríaformado por aquellos que recibían título de du-que, marqués o conde, cuyo señorío era sobreuna comarca de cierta extensión; en el segundonivel estarían los ricos hombres o caballeros,sin título, todos dotados de señoríos modera-dos, por lo que tenían que completar sus rentascon el ejercicio de oficios, dentro y fuera de laCorte; y por debajo estaban la mayoría nobilia-ria de los simples hidalgos, que, en muchos ca-sos, eran pobres, y proporcionaban soldadospara la guerra, funcionarios para el servicio ymuchas cosas más.

El sistema funcionó bien durante más de undecenio, pero los altos nobles, a lo que se les ca-lificaba de “grandes” no estaban conformes conaquel reparto de funciones. Ellos tenían reco-nocida su categoría, pero el poder estaba enmanos de la nobleza media. Aprovechando laguerra con Portugal en 1383, esos linajes intri-

garon, pero no tuvieron éxito. La oportunidadvino gracias a la llegada al reinado de un niño,Enrique III, bajo una regencia a cargo del pro-pio Consejo Real. De este modo, en torno a1395, la alta nobleza quedó reducida a muy po-cos miembros. Los linajes de nobleza media,asumieron el gobierno en nombre del Rey, perono se atrevieron a dar un paso que hubiese re-sultado decisivo: tomar títulos.

Teóricamente, el modelo de sociedad queasumieron Enrique II y su consuegro, PedroIV, se mantuvo durante las dos generaciones si-guientes. Pero en 1420 don Álvaro de Lunarompe la barrera establecida en el programa deEnrique II: “tres linajes, Manrique, Pimentel y,cómo no, Luna, recibían el título de conde. Yano era necesario contar con algunas gotas desangre real para pertenecer a la primera noble-za”. El de Luna lleva al gobierno todo un pro-grama político, que completaba y modificaba elprevisto por Enrique II, sin que disminuyeseun ápice el papel de la nobleza, antes incremen-tándola. “Durante poco más de un decenio, donÁlvaro de Luna pudo ensayar una nueva fór-mula política que más tarde Isabel la Católicaharía suya”.

Los reinos hispánicos vivieron en el sigloXV una grave crisis, que no se redujo a ser me-ra lucha por el poder entre partidos. Dos doce-nas de linajes aprovecharon las ocasiones que

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CICLO DE CONFERENCIASFORO DE OPINION

“La granaportación de

este sectorsocial a la

culturaeuropea fue

descubrir quela libertad

depende másdel

cumplimientodel deber, quede la exigenciade derechos”.

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brindaban los enfrentamientos, para ascenderal primer nivel, asumiendo títulos de ducados,marquesados, y condados.

Después de unos años de conflictos, salpi-cados de intrigas, como los rumores de impo-tencia del monarca Enrique IV, por lo que nopodría tener descendencia; y de una guerra ci-vil, llega al reinado Isabel (más tarde llamada laCatólica por especial concesión del Papa). Trasotra guerra civil, la de 1475, se plantea la cues-tión capital del papel de la nobleza, abordadoen las Cortes de Burgos de 1480 “a las que yome atrevo a llamar constituyentes por la impor-tancia de las leyes que aquí se promulgaron”.La nobleza tendría las tres misiones esenciales:ser modelo y ejemplo en su conducta para elconjunto de los súbditos, constituyendo unaminoría aproximada del 5% de la población;servir a la Corona en aquellos oficios que lo re-quiriesen; y actuar como verdadero cuerpo po-lítico en relación con las Cortes, de las que, enCastilla, no formaban parte.

Luis Suárez concluyó señalando que “entremediados del siglo XIV y mediados también

del XVII, un periodo de tiempo que corres-ponde a la que los historiadores recomenda-mos conocer como primera Modernidad, la in-fluencia de la nobleza sobre la vida españolatuvo un valor decisivo”, con preferencia a laestructura social y a la cultura. “Algunos de losrasgos que indican el comportamiento, como elbeso de la mano o el saludo despojándose delchambergo, se insertaron en la conducta. Tam-bién ciertos defectos, como el desprecio de losoficios mecánicos o la tendencia al endeuda-miento”.

“Don Pedro, combatiente en la guerra deCataluña —dijo, para terminar, Luis Suárez—había descubierto el sentido más profundo, laverdadera razón de existir de la nobleza, en elcomportamiento moral. Y no se equivocaba; enmedio de innumerables defectos que puedenseñalarse, esa fue la gran aportación de estesector social a la cultura europea: descubrirque la libertad depende más del cumplimientodel deber, que de la exigencia de derechos. Sernoble no es tanto haber nacido como tal, comosaber comportarse”.

�Faustino Menéndez Pidal

“El linaje y sus signos de identidad”

T ras los saludos de rigor del Presi-dente del Casino de Madrid, Exc-mo. Sr. D. Ramón Muñoz-Gonzá-lez y Bernaldo de Quirós, elconferenciante comenzó su ponen-

cia hablando de las “relaciones de méritos y ser-vicios” que preparaban nuestros antepasadosdesde fines del siglo XVI a fines del XVIII.

“Multiplicadas en copias manuscritas o enejemplares impresos, las repartían a las perso-nas influyentes adecuadas quienes pretendíanun ascenso en la milicia, un mejor puesto en laadministración pública o incluso un título nobi-liario. Eran algo semejante al curriculum vitæque presentan hoy los aspirantes a ciertos traba-jos”. Pero con una diferencia esencial: en aque-llas relaciones de antaño se recogen los méritosy servicios prestados no sólo del pretendiente,sino también de su padre, de su abuelo, de sustíos y antepasados. Los destinatarios antiguosadmitían que el pretendiente participaba de los

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CICLO DE CONFERENCIASNOBLEZA, BLASONES, CARGOS Y NEGOCIOS EN LA ESPAÑA DE LOS SIGLOS XVI AL XIX

“El linaje, elnacimiento decada uno,definirá elpuesto queocupará en lasociedad ytambién cómodebecomportarse,pues si quieretomar posesiónde ese puestoha de atenersea las pautas quea élcorresponden”.

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méritos de sus antepasados y parientes, que en-tre ellos existía una comunidad de merecimien-tos. Y esos merecimientos comunes se acopia-ban en una entidad formada por todos losparientes y superior a ellos: su propio linaje.“Esta es la base de la idea de linaje—señaló Me-néndezPidal--, una idea que muchos tienen hoypor fenecida, pero que un observador atento vetodavía aflorar acá y allá, porque es algo pro-fundamente natural y humano”.

Tal y como señaló el conferenciante, el linajedesplaza al individuo como sujeto de la calidadde nobleza. La nobleza exclusivamente personalquedará en situación marginal y de inferioridadfrente a la hereditaria. Incorporada esta calidadal patrimonio transmisible del linaje, se redon-dea la idea de nobleza propia de nuestra culturaoccidental, cuya característica principal es ésta,ser transmisible por herencia; será llamada poreso "nobleza de sangre" para distinguirla clara-mente de las otras clases.

“El principio de herencia, que supone lacontinuidad social, es modernamente el más de-nostado; no es admitido por la sociedad actual,una sociedad inquieta, inestable, y por eso pro-picia al cambio”. Hoy, el sentido de continuidadestá en proceso de pérdida, sólo el instantecuenta como refugio permanente; no extrañarápues que no se acepte el principio de herenciapara la nobleza, ni que haya desaparecido lapercepción del linaje, ni que se rechace la His-toria.

“La idea de linaje nace de la conciencia deun patrimonio común, de derechos, de honra yprestigio. La percepción será pues tanto más de-finida y fuerte cuanto mayor entidad tenga esepatrimonio. (…) El linaje así entendido se hadefinido como «un conjunto de bienes tanto ma-teriales como inmateriales que se perpetúa me-diante la transmisión de su nombre, de su fortu-na y de sus títulos por vía real o imaginaria».Hay dos componentes o valores en estos patri-monios: espiritual y material, trabados e insepa-rables, como corresponde a la naturaleza huma-na.

El linaje, el nacimiento de cada uno, definiráel puesto que ocupará en la sociedad y tambiéncómo debe comportarse, pues si quiere tomarposesión de ese puesto ha de atenerse a las pau-tas que a él corresponden.

Hay dos señas de identidad del linaje: apelli-do y armas, cuya efectividad queda bien paten-te en la sociedad florentina del trecento: los quecambiaban del grupo social de los magnati a lospopolani cambiaban su apellido y sus armas,cambios que se registraban oficialmente en un

libro. Tanto las armas como el nombre - el nom-bre completo- no sólo expresa una individuali-dad diferenciada de otras, sino que expresatambién la personalidad social: si cambia de cla-se no puede conservarlos.

Faustino Menéndez Pidal aclaró tambiénque: “Lo que hemos designado como 'linaje no-ble' comprende bastante más que la familia in-mediata. Prescindiendo aquí de los antepasadosy ciñéndonos sólo a los vivientes, el linaje noblecomprende desde luego a la familia próxima,pero también a los parientes y, de alguna mane-ra, a los criados. (…) El vínculo de unión conlos señores de la casa no era entonces el simple-mente mercenario, como fue luego. No servíancon el único fin de ganar dinero; con su aproxi-mación al superior se sentían honrados, porqueesa aproximación les incluía en la 'casa' y, encierto modo, en el linaje, según la interpretacióncomo grupo de poder”.

Hasta entrado el siglo XVIII, tal y como se-ñaló el conferenciante, se mantuvo en las fami-lias importantes la costumbre tan generalizadaen los siglos anteriores de tener como servidoresa deudos. El amo de la casa era casi siempre 'se-ñor' o siquiera 'caballero'; los parientes que leservían, simples hidalgos o dueñas pobres. Elparentesco se consideraba próximo hasta el ter-cer grado. Existía pues una gradación socialdentro del mismo linaje.

Factor básico de la fuerza del linaje, de supoder en la sociedad, es su cohesión interna;“que todos sus miembros procuren conservar yacrecentar el patrimonio común asumiendo ca-da uno el puesto y la función que le correspon-de”.

“El comportamiento noble es producto de si-glos: no se improvisa”, dijo Menéndez Pidal. Laantigüedad del linaje es prueba de estabilidad,firmeza y solidez; por eso se estiman más los li-najes antiguos. La antigüedad es un timbre dellinaje noble: «Cuanto dende en adelante más delueñe vienen de buen linaje, tanto más crecen ensu honra y en su fidalguía».

En la conservadora Inglaterra, la gran ma-yoría de las gentes preferiría ser el vigésimoMister Tal que reside en el mismo solar de susmayores que el hijo o nieto de un político enno-blecido por un título. Muchas familias no titula-das de la landed gentry conservan la concienciade ser superiores a otras tituladas. Quizá hoyresulte difícil comprender el enorme prestigioque tenía lo tradicional, lo antiguo, no por me-ramente serlo, sino porque su continuidad eragarantía de calidad. Desde la Ilustración, alprestigio de lo antiguo y tradicional se opone el

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CICLO DE CONFERENCIASFORO DE OPINION

“El apellido hacumplido su

ciclo en laHistoria. Para

muchísimos haperdido todo

valor dereferencia al

pasado, unpasado que seignora y que,

además, nointeresa de

veras, porqueno se

comprendecomo causa del

presente”.

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de la 'modernidad' y del 'progreso'; las 'noveda-des' han dejado de ser sinónimo de malas noti-cias y prestigian las modas en el vestir.

La antigüedad del origen del linaje fueapreciada desde los tiempos más remotos. Enla España árabe de los reinos de taifas existíauna aristocracia o clase distinguida, bien dife-renciada del vulgo, en cuyas familias se habíanhecho hereditarios algunos altos cargos. Unpanorama, como se ve, sumamente parecido ala Europa cristiana, con una distinción socialque puede equipararse a la determinada por lacalidad de noble; había, incluso, diferente tratode la ley para unos y otros. Almanzor se pre-ciaba ya de descender de los conquistadoresasentados en Guadacorte. La ascensión en lasociedad y la consolidación del lugar alcanza-do por la aceptación de los demás son hechosprofundamente naturales: lo prueba que se denen muy diversas culturas. La nobleza de inme-morial, como se decía, implica que no se cono-ce o no se recuerda su principio; no porque nolo tuviera, sino porque éste fue paulatino yproducto acumulado de varias personas y devarias generaciones del linaje.

Los dos factores esenciales sobre los quedescansa la existencia de la nobleza como gruposocial son la actitud de quienes la forman, mani-festando pertenecer al grupo, y la aceptación detal posición por los otros. Este juego dialécticoda lugar a un importante aspecto: la reconstruc-ción continua del linaje, la atención continuadahacia sus valores, que explica los comporta-mientos de la nobleza, el exquisito cuidado de

las apariencias, en elbuen sentido de la pala-bra, que excluye el en-gaño.

El linaje viene a sa-ciar así el innato deseode perpetuación: cadauno de sus individuosmorirá ciertamente, peroel linaje perdurará "hastael fin de los tiempos".Evidentemente, nadahumano es perdurable:también los linajes mue-ren, mientras que otrosnacen. Es la continua re-novación nobiliaria, quetiene, naturalmente, épo-cas de aceleración y deestancamiento.

Para terminar su in-tervención, Faustino Me-

néndez Pidal habló de las manifestaciones per-ceptibles que hoy en día podemos observar de laidea de linaje: “Desde luego, no los emblemas he-ráldicos, los escudos de armas, confinados en sutratamiento adecuado a un reducido círculo de es-tudiosos. Lo único perceptible es el apellido. Peroel apellido ha cumplido su ciclo en la Historia. Pa-ra muchísimos ha perdido todo valor de referenciaal pasado, un pasado que se ignora y que, además,no interesa de veras, porque no se comprende co-mo causa del presente. El apellido se suprime yahabitualmente en las presentaciones, en los nom-bres de los hijos políticos e incluso del cónyuge enlas esquelas, … Para estas personas, es simple for-malidad administrativa, exigencia que figura en elDNI, pero manifestarlo en la vida social corrientesería tan absurdo como añadir el NIF de cada unoen las ocasiones antes señaladas. Sólo en reduci-dos ámbitos algunos apellidos conservan las signi-ficaciones tradicionales, bien que mermadísimas.Conforme a las orientaciones de la sociedad ac-tual, que sumen al individuo en la uniforme masa,el nombre de pila, signo individual, prima sobre elapellido, signo de grupo”. “¿Cómo va a subsistir la idea de linaje si hastapretenden borrar las palabras padre y madre? -—dijo el conferenciante—. Para la inmensa ma-yoría, esta idea ha muerto. Un componente másde nuestra tradicional cultura occidental quedesaparece, un componente más de esta nuestraEuropa que se disuelve. Porque Europa no essólo un espacio geográfico, ni una red de inter-cambios comerciales; Europa es, ante todo, unatradición y una cultura”.

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