enfermedad del intestino delgado, en donde la capa más...
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Enfermedad del Intestino
delgado, en donde la capa más
interna (mucosa) se aplana y
empeora su función.
Este proceso está precipitado
por el gluten y mejora cuando
se lo suspende.
Puede afectar a niños y adultos.
Es más común en mujeres que
en hombres.
Comienza en la niñez pero
puede manifestarse recién en la
adolescencia o vida adulta.
Es una enfermedad que cursa
con períodos de calma y
exacerbaciones.
Proteína contenida en ciertos
granos como trigo, avena,
cebada y centeno. Cuando el
intestino delgado se pone en contacto
con el gluten se produce el daño
mucoso, inflamación y atrofia de
vellosidades.
Clásica: síntomas
gastrointestinales (diarrea ,
estreñimiento, vómitos,
distensión, dolor abdominal) y
mal nutrición con pérdida de
peso.
Subclínica: síntomas fuera del
aparato digestivo como anemia,
problemas de piel, huesos,
ginecológicos, neurológicos, etc.
Silente: paciente sin síntomas
descubierto por realizar un
análisis o una endoscopia por
otros motivos.
Todos los test deben hacerse
mientras el paciente ingiere gluten.
Análisis en los que se dosan
anticuerpos (anti endomisio, anti
transglutaminasa y l anti péptidos. Los
test negativos no excluyen la
enfermedad.
Endoscopía y la biopsia del
duodeno.
Test de desafío con gluten: comer
10 gr. de gluten durante 2 meses y
luego repetir los estudios.
Test genético: análisis de sangre; se
dosan ciertos alelos (DQ2 o DQ8) .Si
son negativos el paciente nunca será
celíaco; si es positivo el paciente puede
ser o no celíaco.
Son tumores benignos de crecimiento
lento localizados en la pared del intestino
grueso o recto, suelen ser asintomáticos y
pueden ser precursores del cáncer de
colon y recto.
El paciente celíaco tiene mayor
riesgo de tener enfermedades
como: diabetes tipo I,
problemas de tiroides, patología
hepática, trastornos de piel,
osteoporosis, problemas de
fertilidad y patología maligna .
Pacientes con anemia por falta de hierro, infertilidad, osteoporosis,
neuropatías, artritis, hepatopatía, dermatitis herpetiforme, colon
irritable e intolerancia a lactosa.
Sólo cuando hay síntomas: familiares de 1er o 2do grado, problemas
hormonales, autoinmunes, diabetes tipo I o con síntomas
gastrointestinales crónicos.
El “medicamento” de la EC es la dieta. Estar en
manos de un nutricionista experto es fundamental.
La dieta es de por vida y debe ser realizada muy
bien. Las transgresiones alimentarias pueden
hacernos perder mucho de lo realizado.
Seguimiento por equipo multidisciplinario; el
gastroenterólogo realizará los controles
pertinentes.
Debe comenzar luego de que el diagnóstico
esté confirmado.
Es importante asumir
la enfermedad y
puede a veces ser útil
la consulta a
psicólogo o grupos de
ayuda.
Se está trabajando sobre la modificación genética de los granos
para que el paciente los pueda consumir; destrucción del gluten
con enzimas, vacunas, medicamentos.
Se espera lleguen pronto estas alternativas.
Sí, en forma individual.
Monitorizar la adherencia a la dieta
por medio de la consulta nutricional.
Dosaje de anticuerpos en análisis de
sangre.
Biopsia duodenal de control para
corroborar la mejoría (se puede
realizar al año o los 2 años). Hacer
una densitometría ósea en el paciente
que se considere necesario.
No la está haciendo bien:
- Inconsciente: consumir cosas
contaminadas o por mala información
y asesoramiento.
- Consciente: realiza transgresiones.
No es celíaco: asegurarse y replantear
el diagnóstico.
Tiene alguna otra enfermedad aparte
de la EC: colon irritable, intolerancia a
lactosa, etc.
Por la EC refractaria: el 1 % de los
casos.