encuentros y desencuentros entre la militancia de izquierda y el feminismo en la argentina

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  • 7/23/2019 Encuentros y desencuentros entre la militancia de izquierda y el feminismo en la Argentina

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    Estudos Feministas, Florianpolis, 21(2): 336, maio-agosto/2013 439

    Encuentros y desencuentros entreEncuentros y desencuentros entreEncuentros y desencuentros entreEncuentros y desencuentros entreEncuentros y desencuentros entrela militancia de izquierda y ella militancia de izquierda y ella militancia de izquierda y ella militancia de izquierda y ella militancia de izquierda y el

    feminismo en la Argentinafeminismo en la Argentinafeminismo en la Argentinafeminismo en la Argentinafeminismo en la Argentina

    Copyright 2013 by RevistaEstudos Feministas.1El plural busca poner en relieve laausencia de univocidad deaquellas experiencias. Las nuevasizquierdas compartieron ciertascaractersticas crticas respecto delas generaciones anteriores de mili-tancia de izquierda, pero tambindesarrollaron otras caractersticasque las diferenciaron entre si.2En Argentina, la mayora de lasnuevas izquierdas desarrollaronpropuestas de militancia armadaque le daban la espalda al peri-mido teatro de la democracia ypoltica tradicional. Durante el pe-rodo existieron en Argentina por lo

    menos 17 grupos armados, de loscuales 5 tuvieron alcancenacional.

    Catalina TrebisacceUniversidad de Buenos Aires

    Resumen:Resumen:Resumen:Resumen:Resumen: Las reflexiones en torno a los encuentros y desencuentros entre la militancia deizquierda y el feminismo son de larga data y se actualizan peridicamente sin evidenciarnimos de desgaste. En esta ocasin, se pretende dar tratamiento a algunos de los ribetes queha presentado dicha relacin en los aos setenta, en Argentina, en el Partido Socialista de losTrabajadores. Esta dcada es especialmente interesante para el anlisis puesto que, por unlado, fue un perodo que experiment la irrupcin de las llamadas nueva(s) izquierda(s) quemarcaron la agenda poltica de los pases occidentales. Por el otro, se trat de una dcadaque vio emerger la segunda ola del feminismo, tambin de escala planetaria, con sus diferentesversiones geopolticas.

    Palabras claves:Palabras claves:Palabras claves:Palabras claves:Palabras claves: aos 70; las nuevas izquierdas; feminismo; Partido Socialista de losTrabajadores (PST); Argentina.

    Introduccin: los aos setenta, lasIntroduccin: los aos setenta, lasIntroduccin: los aos setenta, lasIntroduccin: los aos setenta, lasIntroduccin: los aos setenta, lasnuevas izquierdas y las mujeresnuevas izquierdas y las mujeresnuevas izquierdas y las mujeresnuevas izquierdas y las mujeresnuevas izquierdas y las mujeres

    Los aos setenta conllevaron revoluciones y rebeliones

    en distintos rdenes de vida y de la poltica. Las expresionespolticas emergentes, bautizadas como la(s) nueva(s)izquierda(s),1fueron el fenmeno dominante del perodo quetuvo lugar tanto en Amrica Latina como en Europa o EstadosUnidos, aunque con distintas caractersticas. Las nuevasgeneraciones de militantes de izquierda, desencantadas delos partidos de izquierda tradicionales, emprendieron unproceso de radicalizacin poltica que supuso ensayararriesgados mtodos en la prctica poltica, que implicaron,en muchos casos, la va armada como estrategia necesariapara el cambio social.2

    Asimismo, estas nuevas militancias avanzaron sobredos puntos desatendidos por la militancia tradicional: el

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    CATALINA TREBISACCE

    trabajo sobre la moral y las prcticas cotidianas de los/asmilitantes que aqu referiremos como el campo de lasubjetividad militante y las mujeres. Para buena parte delas nuevas izquierdas, el trabajo sobre la subjetividad de los/as militantes era considerado de crucial importancia para la

    produccin de una verdadera revolucin. La doctrina delHombre Nuevo de Ernesto Guevara se dirigi en este sentido yfue ampliamente difundida. Ella supona una revisin de lasfronteras tradicionales entre la poltica y la vida privada.3

    Pero es sobre el segundo punto, es decir, las mujeres,que versarn las indagaciones del presente trabajo. Lanueva militancia cont en sus filas con una cantidadimpensada de mujeres, una poblacin habitualmenterelegada al mbito domstico. Esta novedad debe leerseen sintona con otras transformaciones que se experimentaron

    por aquellos aos. Las dcadas del sesenta y setentasignificaron para las mujeres un proceso de transicin ytransformacin. Muchas empezaron a trabajar en elmercado laboral y/o asistieron a las universidades,participando de experiencias que no fueron las de susmadres. Ms all de que luego muchas no lograrandesarrollarse ni en el mercado laboral ni en las universidadescomo sus maridos o compaeros, el horizonte de expectativasde la poblacin femenina haba cambiado radicalmente.Estas transformaciones fueron materia de reflexin por partede la sociedad, que consagr sus revistas de actualidad ylos programas de televisin al tema; por parte los gruposfeministas de aquellos aos, que cuestionaron los alcancesde dichos cambios;4y por parte las organizaciones polticas,que se lanzaron a la formacin de frentes o grupos femeninos.

    Las experiencias de organizacin de la militanciafemenina en las nuevas izquierdas en Argentina puedenagruparse en dos tipos. Por un lado, las desarrolladas por elFrente de Mujeres del Partido Revolucionario de losTrabajadores (PRT) y por la Agrupacin Evita de Montoneros.Estos frentes han sido estudiados en profundidad por Paola

    Martnez5y Karin Grammtico,6respectivamente. Los anlisisde estas agrupaciones resultan coincidentes en variospuntos. En ambos casos fueron frentes creados por lasdirecciones de sus respectivas organizaciones con el fin deampliar la base de militancia de cada agrupacin (PRT yMontoneros) y politizar a las mujeres de los sectores mspopulares. Pero, como sealan las autoras, no fue parte delos objetivos ni de las direcciones, primero, ni de los frentes,luego el desarrollo de un trabajo poltico sobre la situacinde opresin especfica de las mujeres. Estas experiencias

    no slo no tuvieron contacto con los grupos feministas localeso internacionales sino que rechazaron abiertamente alfeminismo como movimiento poltico. Sin embargo, a pesar

    3 Para ilustrar este punto, LuisORTOLANI, 2004/2005; NahuelMORENO, 988; y tambin puedeconsultarse los estudios sobre eltema como el de AlejandraOBERTI, 2004/2005; AlejandraCIRIZA y Eva RODRGUEZ AGERO,2004/2005; Vera CARNOVALE,2008, entre otros.

    4En la primera mitad de los aossetenta en Buenos Aires, Argentina,se gestaron varios pequeosgrupos que se identificaban abier-tamente con el feminismo, de loscuales los ms destacados fueronla Unin Feminista Argentina UFA(1970-1976) y el Movimiento deLiberacin Feminista MLF (1972-1976). Se trat experiencias femi-

    nistas que reivindicaban su radicalindependencia respecto de agru-paciones polticas clsicas y de lasde la nueva izquierda tambin.Para un estudio de estos gruposvase Alejandra VASALLO, 2005;Karin GRAMMTICO, 2005;Catalina TREBISACCE, 2010; yCatalina TREBISACCE y Mara LuzTORELLI, 2011.5Paola MARTNEZ, 2009.6GRAMMTICO, 2011.

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    ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE LA MILITANCIA DE IZQUIERDA Y EL FEMINISMO EN LA ARGENTINA

    de estos lmites, las autoras encontraron que en dichos frentesfemeninos las mujeres consiguieron politizar sus relacionesinterpersonales y la desventajosa situacin en la que seencontraban debido a la condicin de su gnero. Martnezy Grammtico insisten en sealar la importancia de recuperar

    las historias de estos frentes porque constituyeron un particularencuentro entre militancia de izquierda, militancia femeninay militancia feminista.

    Por otro parte, se encuentran los casos del PartidoSocialista de los Trabajadores (PST) y del Frente de IzquierdaPopular (FIP), que an no han sido estudiados enprofundidad, y que desarrollaron otras experiencias en tornoa la militancia de las mujeres. Dentro del PST se form elgrupoMuchachay el FIP dio lugar al Movimiento FeministaPopular (MOFEP). A diferencia de los casos antes nombrados,

    estas agrupaciones contaron inicialmente con ciertaautonoma respecto de las direcciones de sus partidos yambos grupos femeninos estuvieron en contacto con losgrupos feministas locales, con quienes compartieron lasactividades de la agenda de militancia feminista local. Peroni Muchacha y ni MOFEP fueron las nicas campaasdesarrolladas por los partidos en torno a la lucha de lasmujeres, por lo que representan casos privilegiadosverdaderamente en los encuentros entre la militanciafeminista, femenina y de izquierda.

    El presente trabajo ser una primera incursin a laexperiencia del PST. Estudiar la apuesta emprendida poreste partido de dar tratamiento a la cuestin de las mujeresmediante la iniciativa de desarrollar y participar en la luchapor la liberacin de la mujer.7Expondr los distintos ensayosllevados adelante por el partido con este fin, entre inicios de1972 y fines 1975, de entre los cuales Muchachaha sidoslo una versin. Buscar evidenciar la convivencia dedistintos sentidos en torno a las causas y los objetivos de lamilitancia feminista que tuvieron lugar al interior del partidoy a lo largo de los aos implicados. Trabajar a partir del

    anlisis del peridico semanal del partido (AvanzadaSocialista)8y de diversos documentos internos del partidoproducidos durante ese perodo.9

    El origen y las razones del PEl origen y las razones del PEl origen y las razones del PEl origen y las razones del PEl origen y las razones del Pararararar tidotidotidotidotidoSocialista de los TSocialista de los TSocialista de los TSocialista de los TSocialista de los Trabajadoresrabajadoresrabajadoresrabajadoresrabajadores

    El Partido Socialista de los Trabajadores (PST) tuvo sunacimiento en los inicios de 1972 a partir de un acuerdo defusin entre el Partido Revolucionario de los Trabajadores

    (PRT), fraccinLa Verdad, y el Partido Socialista Argentino(PSA), Secretara Coral. Estos eran, sin embargo, dos partidoscon historias muy distintas.10

    7La lucha por la liberacin de lamujer es uno de los nombres quepor entonces adquira la militan-cia feminista, hoy cado en desu-so. Emplear esta expresin a lolargo del texto porque entiendo

    que reproduce bien ciertos senti-dos de la poca en los que laspalabras como feministas ofeminismo eran empleadas consumo cuidado.8Avanzada Socialista fue el r-gano de difusin partidaria del PST.En sus pginas tuvieron cita diver-sas reflexiones e informacionesreferidas a la militancia partidaria,a la militancia sindical, a la militan-cia juvenil y a la militancia de lasmujeres. La importancia y centrali-

    dad de esta publicacin en la vidadel partido y en la difusin de suscampaas y frentes de militanciamotiv mi atencin sobre ella.9Algunos de estos documentosinternos forman parte de un archi-vo digital de la Revista de Teora yPoltica Internacional MarxismoVivo, dependiente del Instituto JosLus Rosa Sundermann, So Paulo,Brasil. Disponible en: https://www.archivoleontrotsky.org/.10El PRT-La Verdadfue una escisindel PRT, partido caracterstico delas nuevas izquierdas que conside-raba necesario el desarrollo de lalucha armada para la transfor-macin social. Las discusiones entorno al momento propicio para ellofueron los desencadenantes de lafractura. La agrupacin que queddividida en, por un lado, el PRT-LaVerdad, liderado por NahuelMoreno, reacio a iniciar en ese mo-mento una experiencia de guerrilla,

    y, por el otro, el PRT-El Combatiente,que nucleaba a la fraccin deliderada por Mario RobertoSantucho (quien sera luego el ref-erente mximo del PRT) decidida aemprender la lucha guerrillera deforma inminente. Por su parte, elPSA Secretara Coral representabauna de las tantas fracciones deriva-das del viejo Partido Socialista,claramente alejado del horizonteguerrillero. Para la reconstruccingenealgica de las distintas vertien-tes del Partido Socialista, del que elPSA es una ms, consultar MaraCristina TORTTI, 2005.

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    CATALINA TREBISACCE

    Como sealan Ernesto Gonzlez11 y DanielCampione,12la conformacin de este nuevo partido el PST tuvo como finalidad la participacin en la contienda electoralque se abri tras la convocatoria lanzada en 1971 por elpresidente de facto Alejando Agustn Lanusse,13puesto que

    para poder participar de la misma el Estatuto de PartidosPolticos decretado por la dictadura militar vigente exigaaltas cifras de afiliados, impensables para los dos partidospor separado.

    En el caso del PRT-La Verdad,esta estrategia debi seracompaada por una serie de revisiones ms profundas yaque este partido haba sido crtico de la va parlamentaria.Sin embargo, desde fines de los sesenta haba comenzado acaracterizar al perodo como el inicio de una etapa de demo-cracia burguesa y de repliegue de las masas, para el cual el

    partido evaluaba como accin fundamental acompaardicho repliegue y participar en la contienda electoral, paraampliar la propaganda del partido. Fue de esta manera queel PRT-La Verdadresolvi aprobar el acuerdo celebrado conel PSA (Secretara Coral) e ingresar masivamente al mismopartido.14Durante todo el ao de 1972, la difusin del partidose hizo bajo el nombre del PSA, mientras se realizaban lostrmites necesarios para la adquisicin de la personera parael PST, la que se consigui hacia fines de 1972.15

    Es en esta coyuntura en la que se inscribieron lasprimeras expresiones en torno a la lucha por la liberacinde la mujer, que fueron transformndose con los distintosescenarios polticos, como se ver a continuacin.

    La lucha por la liberacin de la mujerLa lucha por la liberacin de la mujerLa lucha por la liberacin de la mujerLa lucha por la liberacin de la mujerLa lucha por la liberacin de la mujerdentro del PSTdentro del PSTdentro del PSTdentro del PSTdentro del PST

    Numerosas pueden ser las razones que motorizarondentro del PST la preocupacin por la llamada liberacin delas mujeres. Son razones que se vuelven huidizas al anlisis,a consecuencia de la poca centralidad que dicha

    preocupacin encontr en las fuentes documentales dejadaspor el partido. De cualquier modo, pueden sealarse algunascausas posibles. En primer lugar, la emergencia en el mundooccidental del movimiento feminista de la segunda ola, queen estas geografas adems de ser replicada por algunosgrupos locales, fue retratada por las revistas de actualidadcomo un tema de inters de la poblacin, que en el marcode una contienda electoral no debi ser un datodespreciable. En segundo lugar, puede sealarse lavinculacin que el PST mantuvo con las nuevas izquierdas

    norteamericanas, ms precisamente el Socialist Workers Party(SWP), quienes desarrollaron intensas experiencias demilitancia feminista.16

    11Ernesto GONZALEZ, 2006.12Daniel CAMPIONE, 2008.13Para ese entonces, la Argentinaestaba nuevamente sumida en unadictadura militar que se habainiciado en 1966 derrocando al

    presidente constitucional Arturo Illia.Esta dictadura, autodenominadaRevolucin Argentina, se mantu-vo en el poder hasta las eleccionesrealizadas el 11 de marzo de 1973en las que se impuso el peronismocon la frmula Hctor J. Cmporay Vicente Solano Lima. El peronismoes una fuerza poltica msnumerosa de la historia argentina,nacida a mediados de la dcadadel cuarenta con el liderazgo deJuan Domingo Pern y que desde

    1955 haba sufrido proscripcin. Estotambin brinda explicacionesrespecto del descrdito en el quehaba cado, hasta 1973 al menos,el sistema representativo.14 Resoluciones del C.C. del 20/02/72,feb. 1972, p. 2. En el mismodocumento el PRT-La Verdadexpli-caba su estrategia de hacer deesta fusin un canal para la tareacentralista legal del partido. Tareaque era comparada con la que

    desarrollaran las tendencias sindi-cales. Estas palabras nos adviertende un sopesado viro en la polticadel partido, en la que el plano dela llamada superficie (por oposi-cin a clandestinidad) adquiri, sinlugar a dudas, mayor centralidad.15Para que sea ms gentil a la lec-tura, me referir a la fusin de lospartidos, antes o despus de laadquisicin de la personera, comoal PST.16La relacin del PST con el SWP se

    remonta a la historia del PRT-LaVerdaden el marco del IX Congre-so Mundial de la Cuarta Internacio-nal (secretariado unificado) realiza-do en Pars en 1969. En este con-greso se dividieron las aguas entrelas izquierdas en torno al anlisis dela realidad latinoamericana. Huboagrupaciones de izquierdas queevaluaban que America Latinanecesitaba profundizar la guerra deguerrillas mientras que otrasizquierdas que consideraban quela situacin era desfavorable paraello. En esta segunda posicin seencontraron coincidiendo el SWP y

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    ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE LA MILITANCIA DE IZQUIERDA Y EL FEMINISMO EN LA ARGENTINA

    Ahora bien, en funcin del anlisis de AvanzadaSocialista, y ms all de las razones ltimas de esta empresadel PST, es posible identificar un proceso dinmico, demarchas, contramarchas y caminos nuevos en su desarrollo.Desde las pginas del peridico y de las minutas internas

    del partido pueden distinguirse tres momentos. Cadamomento refleja una conceptualizacin diferente de lamilitancia por la liberacin de las mujeres, segn la coyunturay las relaciones de fuerza de las distintas posiciones frente adicha militancia existentes dentro del partido. Expondr acontinuacin estos tres momentos.

    El reclamo de un lugar propio: los iniciosEl reclamo de un lugar propio: los iniciosEl reclamo de un lugar propio: los iniciosEl reclamo de un lugar propio: los iniciosEl reclamo de un lugar propio: los inicios

    El primer momento al que voy a referirme se inicia conla aparicin de una nota en relacin a la problemtica de

    las mujeres en el segundo nmero deAvanzada Socialista,del 8 de marzo de 1972, y concluye con la ltima nota deaquel ao en torno a esta temtica que se produce dosmeses despus. Durante estos pocos meses AvanzadaSocialista procur dar un tratamiento casi semanal al temade la lucha por la liberacin de las mujeres, a la quedestinaba una columna o media carilla en las pginas 10o 12 de la publicacin.

    Las primeras notas estuvieron volcadas a retratar lasituacin de las mujeres, en un sentido amplio, general, no

    restringido a la problemtica de la mujer comprometida enla lucha poltica, sindical o estudiantil.17 Eran notas queabordaron dos aspectos centralmente. Por un lado, sedetenan en la situacin de doble explotacin que padecala mujer en tanto que trabajadora y ama de casa,denunciando la invisibilizacin de esta ltima condicin.18

    Y por otro lado, los artculos analizaban el rol jugado por losmedios de comunicacin, la publicidad, la familia y laescuela en la produccin de un esteriotipo de mujer, pasivoobjeto del placer masculino.

    Si bien las denuncias sobre la doble explotacin eranesperables en tanto y en cuanto las herramientas tericasdel marxismo permitan dar cuenta de ella sin dificultad,llama la atencin, sin embargo, encontrar una buenacantidad de reflexiones que abandonaron el materialismoclsico y pusieron sus ojos en las relaciones interpersonales,no inmediatamente econmicas, y en la produccin de lasubjetividad femenina necesaria para garantizar lasituacin desfavorable de las mujeres.

    En la familia comienza la educacin para la sumisinde la mujer. Mientras la nia juega con la mueca dentrodel hogar, al varn se le proporcionan juegos creativosy sociales. La hija mujer debe participar en los

    el PRT-La Verdad, y a partir de estemomento la relacin entre estosdos partidos fue intensificndosecon visitas y correos entre susdirigentes.

    17 1) AVANZADA SOCIALISTA, 8marzo 1972; 2) AVANZADASOCIALISTA, 15 marzo 1972; 3)AVANZADA SOCIALISTA, 22 marzo1972; 4) AVANZADA SOCIALISTA,26 abr. 1972; y 5) AVANZADASOCIALISTA, 3 mayo 1972.18Vemos hoy que, a pesar de queel capitalismo ha incorporado a lamujer al trabajo social, no ha rotola posicin subordinada en que seencuentra. Por el contrario, lacombinacin de las viejasconcepciones con las nuevasexigencias econmicas, hacecaer un nuevo peso sobre la mujer,que debe trabajar, sin verse porello liberada del trabajo domstico(AVANZADA SOCIALISTA15 marzo1972, p. 10).

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    CATALINA TREBISACCE

    quehaceres domsticos [] La adolescente no puedesalir sola, se la controla y supervisa, al varn se le impulsaa salir, a divertirse. En la escuela se contina la educacinpara la sumisin. La joven no puede tener una sanaexperiencia sexual ni siquiera una mnima informacinsobre el tema, pero la hipcrita burguesa usa todos losmedios de comunicacin para convertir a la mujer enun objeto sexual y obliga a muchas jvenes a vender sucuerpo para poder comer.19

    Quienes no quieren que nos ocupemos de poltica?Los mismo que manejan los medios de comunicacin,hacen revistas para mujeres donde lo nico que figurason modas, cocina y chismes artsticos; los que hacenpublicidad y muestran a mujeres ante camisas blancasy pisos brillantes, pero nunca estudiando, investigandoo realizando una labor social. Los mismos que estn

    preocupados porque se les est moviendo el piso ytemen que nuevos sectores pasen a la lucha.20

    El propio capitalismo est interesado en manteneratrasadas a las mujeres, como reserva de mano deobra barata. La educacin de las muchachas tiende ainculcarles que su objetivo en la vida debe ser el decuidar al marido y a los hijos. La escuela, la familia, lasrevistas femeninas, compiten en crear en las mujeres

    jvenes la mentalidad de esclavas pacientes delhombre.21

    En esta ltima cita hay otro elemento importante. Noslo se denuncia a una fuerza opresiva productora de unasubjetividad oprimida sino que tambin queda identificadoun sujeto colectivo (los hombres), beneficiario de laexplotacin que padecan las mujeres. Y esta explotacinera distinta de aquella que ejerca un explotador capitalistasobre un/a trabajador/a.

    En este punto, el registro de las notas desplegadas enAvanzada Socialista estuvo en plena sintona con losdesarrollos tericos de las feministas socialistasnorteamericanas del SWP. Segn Cristina Molina Petit,22 el

    feminismo socialista norteamericano de fines de los aossesenta se nutri fuertemente del feminismo radical, que lespermiti superar lo que sostiene la autora era la ceguera delmarxismo en torno a la opresin de las mujeres. El feminismoradical identificaba a la opresin femenina como conse-cuencia de su sexo, de su condicin de mujeres, y no comoefecto de su situacin respecto de las relaciones deproduccin, en las que tambin estaban inmersas. MolinaPetit seala que este feminismo socialista identific laexistencia de un antagonismo de clases sexuales que no

    poda ser reducido al antagonismo de clases marxista. Esteantagonismo sexual, conocido como patriarcado, desarrolla-ba sus propios modos de produccin de la opresin. La autora

    21 AVANZADA SOCIALISTA, 15marzo 1972, p. 10.

    19AVANZADA SOCIALISTA, 3 mayo1972, sin paginacin.

    20 AVANZADA SOCIALISTA, 22marzo 1972, sin paginacin.

    22Cristina MOLINA PETIT, 2007.

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    ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE LA MILITANCIA DE IZQUIERDA Y EL FEMINISMO EN LA ARGENTINA

    seala que las feministas radicales denunciaban el trabajodomstico no slo en cuento a reproduccin del capital sinotambin en tanto que esclavizacin de las mujeres por partede sus propios maridos.

    La aceptacin, entonces, de la existencia de dos

    sistemas independientes de opresin, el capitalismo y elpatriarcado, permita al partido dar la bienvenida aorganizaciones feministas que luchaban contra la opresinde las mujeres por fuera de las filas del partido.23Desde laspginas deAvanzada Socialistase sostuvo que:

    Nuestro partido entiende que la opresin de la mujerest tan ntimamente ligada a la divisin de la sociedaden clases, que slo la eliminacin del rgimen capitalistay el advenimiento del socialismo podr consolidar ladefinitiva emancipacin femenina [] Nuestro partido

    levanta un programa de liberacin de la mujer queabarca todos los aspectos de la opresin, pero apoyara todo grupo independiente que, aunque no coincidacon nuestras posiciones, est decidido a luchar poruna situacin ms justa para la mujer.24

    [] estaremos en primera fila de las luchas de todaslas jvenes por sus reivindicaciones, apoyando laorganizacin de movimientos amplios aunque no estndefinidos por el socialismo.25

    Asimismo, en esta primera seccin que recorto quedan

    incluidos tambin tres nmeros que cubrieron la visita de lacandidata a presidenta norteamericana por el SWP, LindaJenness, quien particip de distintos actos del PST.26Jennessera representante de la lucha de clases en EEUU perotambin abanderada de la lucha contra la guerra en

    Vietnam y una activa militante feminista.Con la cobertura de su visita, las preocupaciones en

    torno a la lucha de las mujeres ocuparon la primera planadeAvanzada Socialistay, por primera vez, apareci en lashojas de la publicacin la palabra feminismo.27Hasta esemomento, para designar a esta militancia la publicacinhaba elegido, todas las veces, frases ms largas, pero quizsmenos urticantes, como: lucha por la liberacin de lasmujeres, o lucha de las mujeres, o mujeres en lucha. Lallegada de Jenness permiti la visualizacin en primer planode una militancia feminista que se practicaba dentro delpartido y que se expresaba, haciendo sntoma de algnmalestar, en las pginas traseras de la publicacin. Altiempo que, tambin, posibilit la visualizacin de lastensiones que en torno a aquella militancia se suscitaban.

    Por ejemplo, en la nota publicada bajo el ttulo Linda

    Jenness habla paraAvanzada Socialista, quien realiz laentrevista a la candidata norteamericana formul lasiguiente pregunta:

    23De todas maneras, es necesarioaclarar que todas las veces queAvanzada Socialistaalent desdesus pginas la conformacin degrupos de mujeres, se ocup desealar que desde el PST estabanconvencidos/as que la liberacinde las mujeres no podra ser totalsin una liberacin del pueblo

    entero del sistema de explotacincapitalista.

    24 AVANZADA SOCIALISTA, 15marzo 1972, p. 10.

    25AVANZADA SOCIALISTA, 3 mayo1972, sin paginacin.

    26Me refiero a los nmeros 13 y14 del mes de mayo, pero tambinal nmero 12 donde se anticipa ms modestamente la llegadade la candidata.

    27El nmero del 24 de mayo tieneen su tapa el retrato de Jenness

    un el epgrafe al pie de la fotodice: Luchadora feminista,primera mujer candidata a lapresidencia de EEUU. Lleg a laargentina para impulsar el frentenico antiimperialista y el polosocialista.

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    CATALINA TREBISACCE

    [Pregunta:] Un problema muy debatido dentro delmovimiento revolucionario, es si se deben organizarmovimientos feministas amplios, o si las mujeres debenluchar en sus respectivos lugares de trabajo, por lasreivindicaciones comunes a sus sectores. Por ejemplo,la mayora de los partidos de izquierda est en contrade que las mujeres se organicen independientementeporque dicen que eso no es revolucionario Cmoresponde Linda a est cuestin? [Respuesta de LindaJenness:] Yo estoy de acuerdo con que hay opresinde acuerdo a la clase de que se trate. Pero, tambindigo que las mujeres negras, o las que sean, tenemosproblemas comunes, y por eso tenemos que unirnospara luchar por esas reivindicaciones. Creo que hayahora una necesidad acuciante de que las miles demujeres dispuestas a luchar por cosas de mujeres seorganices y lo hagan en comn, as pertenezcan a

    ideologas distintas o no tengan ninguna.28

    En la pregunta de la entrevistadora se devela laexistencia de una tensin vivida en torno a la lucha de lasmujeres y el sentido de aquella tensin: La lucha de lasmujeres debe/puede o no ser una lucha especfica? Por lacondicin de duda que expresa la pregunta pareciera serque entre la militancia de izquierda y como no fueaclarado es posible pensar que dentro del PST tambin hubo quienes entendieron que lucha por la liberacin delas mujeres deba/poda ser considerada con

    independencia de las otras luchas, mientras que estos/asmilitantes habran estado poniendo en cuestin dicho punto.

    En estos nmeros, que trataron la visita de Jenness,tambin aparecieron fuertes referencias al grupoMuchacha(agrupacin de mujeres del PST) que trabajaba en la luchapor la liberacin de las mujeres y desarrollaba susactividades con cierta autonoma respecto del partido.Desde el anlisis de su publicacin homnima, es posiblesostener que enMuchachael sentido de la lucha de lasmujeres coincida con el expresado en estos primeros nmeros

    de Avanzada Socialista, ambos evidenciaban signos deun feminismo socialista radical, que interpretaba ydenunciaba la opresin de las mujeres como un sistema deopresin independiente de otros. Aunque, a diferencia delo que aconteci en la publicacin del partido, en laspginas deMuchachaquedaron eternizadas (mediante lapublicacin de manifiestos y actividades) las vinculacionesque el grupo mantuvo con los grupos feministas locales eindependientes en trminos partidarios, como fueron la UninFeminista Argentina (UFA) y el Movimiento de Liberacin

    Feminista (MLF). Vinculacin que no estuvo ausente detensiones, como tampoco lo estuvo la relacin que el grupomantuvo con su propio partido.

    28

    AVANZADA SOCIALISTA, 24 mayo1972, p. 7.

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    ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE LA MILITANCIA DE IZQUIERDA Y EL FEMINISMO EN LA ARGENTINA

    El grupoMuchachaestuvo encargado de buena partede la recepcin de la candidata del SWP y de algunos actosespecficos convocados en torno a la lucha de las mujeres. Yes en relacin a esta tarea queAvanzada Socialistamencionen varias ocasiones al grupoMuchacha. Lo interesante de

    aquellas menciones es que en todas las ocasionesMuchachafue nombrado en tercera persona, como un gruposin relacin alguna con el partido. En una nota del 31 demayo, haciendo referencia a un acto del que participJenness,Avanzada Socialistaescriba:

    El lunes pasado unas 1000 personas en su mayoramujeres, se reunieron para conocer la accin delmovimiento de liberacin de la mujer en EEUU [] Laconferencia fue organizada por el MLF y Muchacha,dos grupos argentinos que, aunque con planteos

    diferentes coincidieron en reivindicar a Linda Jennesscomo una luchadora por los derechos de la mujer.29

    Este no reconocimiento de los lazos de filiacin seexpres tambin en las hojas deMuchachaen los que no sehizo nunca referencia al partido. Asimismo, otros hechossugieren una relacin poco resuelta entre el partido y el grupo,por ejemplo,Muchachano cont con las instalaciones delpartido para sus reuniones y la edicin de su publicacin, ydebi depender del local de la UFA para desarrollar susactividades.

    Es posible pensar esta situacin como parte del intentodel PST de respetar la independencia de la militanciafemenina, buscando asimismo evitar devenir un obstculopara el acercamiento de quienes no se sintieran identificadascon el partido. Aunque tambin pudo ser parte de unaestrategia para ampliar la base de militantes a partir de laincorporacin de mujeres que pudieran acercarse a

    Muchachay luego al partido, al tiempo que el partido semantena a resguardo, sin tener que afirmar su apoyo a unamilitancia sobre la que tenan, como se ver, ms dudas quecertezas.

    Sin embargo, a pesar de los ribetes de la tensinpartido-grupo, es interesante notar la insistencia con que elpartido mantuvo la iniciativa de dar tratamiento a la militanciade las mujeres. Pues, incluso, meses despus del regreso deLinda Jenness a Estados Unidos en el mes de mayo (momentoen queAvanzada Socialistadej de referirse a la lucha deliberacin de las mujeres) Nahuel Moreno, uno de los msimportantes referentes del partido, con miras al primer congresodel partido unificado, seal como quinto punto de loscatorce ejes esenciales de la futura campaa electoral: []

    la igualdad entre la mujer y el hombre en el salario, lasoportunidades y derechos. Guarderas infantiles las 24 horas

    29AVANZADA SOCIALISTA, 31 mayo1972, p. 5.

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    del da totalmente gratuitos. Pensin igual a medio salariopara cada hijo de madre soltera o separada.30

    Habra que aclarar, sin embargo, que esta reivindi-cacin por los derechos de la mujer apareci agrupada entrelos siete puntos que desde una perspectiva marxista

    representaban reivindicaciones reformistas, es decir, quepodan sostenerse sin conmover las bases de la sociedad declases. Entre estos siete puntos Moreno estableci tambinlas reivindicaciones relativas al reclamo por aumentos sala-riales, por ejemplo. Contrariamente, los restantes siete puntossostenan reivindicaciones que implicaban un cuestiona-miento al sistema capitalista, tales como la expropiacin delos latifundios y su reparto. Estos ltimos fueron resaltados enel documento con tipografa en mayscula, lo que estableceuna clara jerarqua entre los catorce puntos mencionados,

    quedando en el grupo de los menos importantes la reivindi-cacin por la igualdad de las mujeres.De cualquier forma, la insistencia del PST a dar un

    lugar a la lucha por la liberacin de la mujer debe ser subra-yada, especialmente si se la considera en contraste con lasexperiencias que emprendieron otras agrupaciones deizquierda del perodo, como el PRT o Montoneros, quienes,como ya se dijo, impulsaron frentes femeninos explcitamentereacios a hablar de una lucha especfica de las mujeres.31

    El relego del lugar propio y el desarrol loEl relego del lugar propio y el desarrol loEl relego del lugar propio y el desarrol loEl relego del lugar propio y el desarrol loEl relego del lugar propio y el desarrollo

    de la campaa electoralde la campaa electoralde la campaa electoralde la campaa electoralde la campaa electoral

    El segundo perodo lo demarco entre mediados de1972 hasta fines de 1974. Es un perodo de radicalescambios si se considera la poltica nacional.32Sin embargo,o justamente por ello, el PST desde las pginas deAvanzadaSocialistano mostr variaciones respecto de la militanciade las mujeres. En este largo perodo, la lucha por laliberacin de las mujeres fue un asunto de escassimaimportancia. De hecho, slo en dos pequeas notas se hacereferencia a la problemtica de las mujeres (y ya no a lalucha por la liberacin de las mujeres, y menos an a lamilitancia feminista). Las mismas aparecen vinculadas alas elecciones de marzo de 1973, elecciones en las que elPST participaba con una frmula de gnero mixta: JuanCarlos Coral para presidente y Nora Ciapponi paravicepresidenta.

    Es posible imaginar que el partido haya intentadoreplicar la experiencia norteamericana de llevar a una candi-data mujer a la frmula electora, despus de haber fracasadoen el intento de hacer participar a los dirigentes sindicalistas

    ms combativos de entonces.33Pues, por un lado, el PST, apesar de la victoria de Richard Nixon, evalu positivamente

    30MORENO, 1972, p. 8.

    31 Vase MARTINEZ, 2009; yGRAMMTICO, 2011.32En principio desde fines de 1972y casi todo el ao 1973, el perodoestuvo signado por un clima decierta primavera electoral. El 11de marzo se llevaron adelanteunas primeras eleccionespresidenciales en las que volvi aparticipar la fuerza poltica mspopular, el justicialismo, aunque nosu lder (Juan Domingo Pern) quecontinuaba proscripto. El triunfo deesta fuerza fue esperable. Alregreso de Pern a la Argentina serepitieron las elecciones enseptiembre con Pern comocandidato, quien obtuvo unholgado triunfo. Este clima festivode 1973 se fue enturbiando conlos primeros meses de su mandatoy ya para 1974, se produce un

    desembozado enfrentamientoentre sectores de peronismo deizquierda y el lder quien habadecido orientar su poltica hacialos sectores de la derecha.33 La frmula Coral-Ciapponi seconsagr en diciembre de 1972despus de que el partido intentarainfructuosamente convocar amilitantes sindicales, como AgustnTosco o Jos Francisco Pez, paracompartir la frmula electoral tantoen marzo como luego el

    septiembre. Slo para septiembreconsiguieron que Pez sepresentara con Coral.

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    ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE LA MILITANCIA DE IZQUIERDA Y EL FEMINISMO EN LA ARGENTINA

    las elecciones norteamericanas respecto al crecimiento delSWP.34Aunque, por otro lado tambin, probablemente lainclusin de una mujer en la frmula pudo tener comoaspiracin dar representacin a la poblacin femenina quedesde hace unos aos pisaba con fuerza en el mundo pblico

    y poltico, como se ha explicado en la introduccin.En las dos nicas notas, que vinculadas a la candida-tura de Ciapponi, hicieron referencia a la situacin desfavo-rable de las mujeres, se desplegaron ligeras reflexiones sobrela doble explotacin que padecan las mujeres y de lasdificultades para militar en gremios, partidos y/o agrupacionesestudiantiles.35No se produjo ninguna mencin a una opre-sin especfica que pueda pensarse con cierta independen-cia del sistema de opresin capitalista. Nora Ciapponi, quienno militaba ni en el grupo Muchachas ni entorno a las

    reivindicaciones de la lucha por la liberacin de la mujer enaquellos aos, fue sin embargo en este perodo, la referentede aquello que tuviera vinculacin con dicha lucha.

    Con excepcin de estas notas, en este segundoperodo, no hubo mencin alguna al tema de la desigualdadpadecida por las mujeres, y nunca se mencion la militanciaespecfica de las mujeres. Y de hecho se produce ciertainvisibilizacin de la problemtica especfica de las mujerescuando en los primeros meses de 1974Avanzada Socialistapublic dos notas muy discretas contra el decreto deprohibicin de venta anticonceptivos lanzado por MaraEstela Martnez de Pern.36En estas notas no se hizo mencinde la campaa que en su contra mantenan los gruposfeministas (y con ellos el grupoMuchacha) y menos an sehico referencia a la lucha por los derechos de las mujeres. Lalucha contra el decreto se afirm en la libertad de eleccinde todo ser humano, hombre o mujer.37

    Ahora bien, unos meses despus, AvanzadaSocialistasorprende con una solicitada del propio partidoen la que se expona una secuencia de puntos por los quelos y las militantes del PST convocaban a la sociedad a

    luchar. En el punto nueve se lee:Contra el decreto que prohbe la venta deanticonceptivos. Por el derecho de la mujer a controlarsu propio cuerpo y el de la familia a decidir qunmero de hijos tener. Por la igualdad laboral, salarialy jurdica de las mujeres y los varones. Por el abortolegal y gratuito y la educacin sexual. Por la instalacinde guarderas gratuitas durante las 24 horas del da.38

    Si consideramos documento interno elaborado porMoreno hacia fines de 1972 se ha producido una ligera

    despromocin de las reivindicaciones por los derechos dela mujer, que del quinto punto programtico descendieron

    34El SWP sale de estas eleccionesconvertido sin discusin en elpartido de izquierda ms fuertede los EEUU, en el gran partidoque ha polarizado a la joven

    vanguardia yanqui, a los mejoresactivistas de las movilizacionescontra la guerra de Vietnam, porlos derechos de los chicanos y losnegros, por la liberacin de lamujer.Avanzada Socialistasaludafervorosamente el triunfo delpartido hermano (AVANZADASOCIALISTA,1 nov. 1972).35AVANZADA SOCIALISTA, 18 enero1973; y AVANZADA SOCIALISTA, 22feb. 1973.

    36Decreto n. 659, de febrero de1974. Para un anlisis de estepunto vase Karina FELITTI, 2006.

    38AVANZADA SOCIALISTA, 3 mayo1974, p. 4.

    37 AVANZADA SOCIALISTA, 20-27marzo 1974, p. 6; y AVANZADASOCIALISTA, del 28 marzo al 5 abr.1974, p. 4.

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    al noveno. Despromocin que coincide con la prdida decierta relevancia alcanzada por la lucha de las mujeres enlas pginas de Avanzada Socialista. La publicacin delpartido, en este perodo electoral, habl (aunque bastantemenos) de la situacin problemtica de las mujeres pero

    invisibiliz las luchas especficas y concretas de las mujeres,entre ellas al grupoMuchacha.Las razones de este tratamiento estn innegablemente

    vinculadas al contexto de contienda electoral. Podrapensarse que reivindicar la lucha de las mujeres resultarams riesgoso que la simple aceptacin de la situacin deopresin de las mujeres. Era posible hablar de su situacinms no de los medios para combatirla, probablemente estosmedios fueran tambin muy difusos y confusos para la mayorade los/as militantes del PST.

    LLLLLa clausura del lugar propioa clausura del lugar propioa clausura del lugar propioa clausura del lugar propioa clausura del lugar propio

    Finalmente, el tercer perodo que considero abarcadesde fines de 1974 hasta fines de 1975. A mediados dediciembre de 1974 irrumpe en Avanzada Socialista unaseccin llamada Mujer que se mantuvo hasta fines de1975. Esta innovacin se inscribi en una serie de cambiosque comenzaron a realizarse desde mediados de 1974,despus de un informe realizado por el partido sobre supublicacin, que arrojaba datos de un crecimiento

    sostenido y postulaba el desafo de ampliar an ms lacantidad de lectores, buscando interesar a un pblicomucho ms vasto que los militantes y activistas de fierro.39Arazn de este proyecto, se inauguraron distintas secciones y,entre ellas, estuvo la seccin Mujer.

    Las primeras tres notas de la seccin tuvieron un estilomuy similar a las primeras notas de comienzos de 1972. Laprimera de ellas, del 12 de diciembre, con la excusa deinformar al respecto de los preparativos para lascelebraciones por el declarado Ao Internacional de laMujer,40haca abierta mencin a la existencia de gruposfeministas a quienes se les reconoca un interesante trabajoen la concientizacin de las mujeres aunque advertatambin sobre ciertas exageraciones y excesos de los queeran parte.

    As es como en las ltimas dcadas han proliferadolos movimientos feministas que, a pesar de sus excesosy exageraciones, en ciertos casos, han cumplido engeneral un papel muy til. En un doble sentido: 1)porque estos movimientos han ayudado a que lasmujeres tomen consciencia de su situacin y luchen

    por modificarla; 2) porque objetivamente estnatacando la opresin de la mujer, que es uno de lospilares que ayuda a sostener la propiedad privada y

    39PERIDICO, nov. 1974, p. 1. Elinforme remontaba los orgenesde la publicacin al peridicoLaVerdad (del PRT) de unos 2.000ejemplares en los tiempos deLaverdad(1972) a unos 23.000 para1974 conAvanzada Socialista.

    40A consecuencia de las crecien-

    tes expresiones del feminismointernacional, las Naciones Unidaslanzaron en 1974 una campaapara declarar 1975 como el AoInternacional de la Mujer,sugiriendo a los gobiernos delmundo que tomaran medidas debeneficio para aquel sector de lapoblacin.

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    el rgimen capitalista. Los movimientos feministas sontan tiles a la lucha de los trabajadores como lo sonlos de las naciones oprimidas, o los antiimperialistasde los pases dependientes, o la lucha de los negroscontra la discriminacin.41

    Cuando se habla de excesos de los grupos feministaslocales, es difcil no pensar en las situaciones que atravesla UFA un tiempo atrs, que provocaron finalmente la fracturadel grupo en 1973. Har una pequea digresin al respecto.

    Por aquellos aos el proceso social de radicalizacinpoltica impactaba incluso en las agrupaciones feministasque defendan la necesidad separar su lucha de las otrasluchas. Las que siguen son ancdotas muy retomadas yque resonaron mucho entre las militantes de entonces. Unade ellas cuenta la triste coincidencia de plenario organizado

    por la UFA con los fusilamientos de Trelew en agosto de 1972.En este plenario habra habido feministas que se negaron adar lugar en el debate a los acontecimientos ocurridos en labase naval del sur de la Argentina.42La segunda recuerdacierta torpeza y banalizacin del golpe de estadoefectuado al presidente de Chile Salvador Allende. Estassituaciones fueron precipitando la fractura de una de lasagrupaciones, la UFA, que vio abandonar sus filas a quieneshaban sido sus fundadoras y quienes haban sostenidocon ms firmeza la necesidad de no politizar al feminismo.

    Aos despus explicaba Leonor Calvera, una de lasfundadoras, La politizacin de los 70 era una de las cosasque haca sumamente difcil seguir con la idea delfeminismo como antes, que fue una de las razones por lasque yo, Mara Luisa Bemberg, Gabriela Christeller y AliciaDAmico nos retiramos de la UFA.43 Es completamenteimaginable que todas estas situaciones fueran interpretadascomo excesos del feminismo por parte de las militantes delPST.

    Volviendo a la cita de Avanzada Socialista, ellacontiene otro punto que es necesario subrayar. En esta nota

    se afirm que la militancia feminista era tambin til para lalucha que el partido estaba emprendiendo contra elcapitalismo, de igual forma que lo eran las luchas de laspoblaciones negras, por ejemplo. Puede decirse que las/osautoras/os de esta nota pugnaban por conseguir unadefinicin de feminismo, que en algunos puntos se ligara alas experiencias que desarrollaban los grupos feministasradicales de Argentina y que, en otros puntos, no abandonarael compromiso con la lucha contra el capitalismo emprendidapor el partido. Nuevamente, aparece un aspecto que cobra

    especial importancia si se considera que las organizacionesde izquierda destacadas del perodo denunciaban al

    42Trelew es una ciudad al sur de larepblica Argentina en la que seencuentra el penal de Rawson yera elegido por las fuerzas represi-vas para destinar a ciertos presospolticos con el fin de cortar cual-quier contacto que pudieranmantener a pesar de la reclusincon el exterior. El 15 de agosto de

    1972 un grupo de ms de veintedetenidos/as pertenecientes alPRT-ERP, a las FAP (Fuerzas ArmadasRevolucionarias) y a Montonerosintentaron una fuga. De ella sloconsiguieron alcanzar el avin conrumbo a Chile seis militantes. Los/as restantes pactaron sus garan-tas pero el 22 de agosto fueronconducidos/as a un pelotn defusilamiento en las instalacionesde la Base Naval Almirante Zar. Aestos lamentables sucesos se los

    conoce como los fusilamientos deTrelew.43 Testimonio producido en unasJornadas de homenaje a las femi-nistas de los 70 en el ao 2002. Ladesgrabacin es gentileza de laantroploga feminista argentinaMnica Tarducci.

    41AVANZADA SOCIALISTA,12 dic.1974, sin paginacin.

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    gica, donde la seccional del poderoso sindicato Unin ObreraMetalrgica se hallaba dirigida por una corriente antiburo-crtica integrada por activistas de izquierda y del peronismocombativo;48o las notas que refieren a la huelga generallanzada contra la severa poltica de ajuste conocida como

    el rodrigazo49 (en alusin al ministro de Economa de esemomento Celestino Rodrigo). Desde la seccin Mujer seconvoc entonces a las mujeres a participar de las jornadasde protesta y luego se retrat su participacin en lasmovilizaciones de repudio.50En otras ocasiones, incluso, laseccin se convirti en un llamado a las mujeres a participarde la lucha sindical.51

    En algunos otros nmeros, la seccin procur recogertestimonios de mujeres militantes de gremios o de agrupa-ciones estudiantiles que dieron cuenta de las dificultades

    que ellas tenan para emprender la militancia por su condi-cin de mujer. En muchas ocasiones, las reflexiones sobreesta condicin apareci en los ltimos reglones, pudiendoel/la lector/a fcilmente adivinar que el objetivo central de lanota era conseguir un testimonio de un(a) militante del gremiode telecomunicaciones o del gremio del comercio y no, untestimonio que diera cuenta de las condiciones y la luchaespecfica de las mujeres.52

    Finalmente, en los ltimos meses, a partir de noviembre,la seccin Mujer pas a constituirse en un conjunto deinformes histricos sobre las experiencias de militantes mujeresen otros lugares del mundo como Vietnam o China, ningunade ellas abiertamente feminista o relacionada con una luchaespecfica a raz de la condicin de las mujeres.53

    Curiosamente, a pesar de estas notables mutacionesque significaron el abandono de las referencias ms explci-tas a la especfica militancia feminista, a partir de septiembrelas notas comenzaron a ser membretadas con el smbolo delmovimiento feminista (el smbolo del sexo femenino y dentrode l, una mano izquierda empuada). Fueron los casos delas notas histricas pero tambin el de una nota de septiem-

    bre que recordaba a cuatro compaeras del PST asesinadasen la represin conocida como La Masacre de La Plata.54

    Esta nota, que representaba simplemente la foto de cadacompaera y un pequeo epgrafe en el que se exponan losdatos de sus militancias, fue acompaada por el smbolofeminista aunque ninguna de ellas particip en el grupo demujeres del PST.55A partir de esta nota, todas las restantes dela seccin fueron acompaadas por dicho smbolo.

    La introduccin de esta simbologa explcita en elmarco de notas, que no hablaban ni de experiencias de

    militancia feminista ni de problemticas especficas de lasmujeres, debe leerse como una nueva apuesta a redefinir elsentido de la lucha de las mujeres y de la lucha feminista.

    49AVANZADA SOCIALISTA, 5 jul .1975. La trascendencia de estahuelga estuvo dada por ser laprimera huelga general lanzadacontra un gobierno peronista entoda la historia del peronismo.50AVANZADA SOCIALISTA, 12 jul.1975.51AVANZADA SOCIALISTA, 1 agosto1975.

    48AVANZADA SOCIALISTA, 5 abr.1975.

    52 AVANZADA SOCIALISTA, 24 jul.1975.

    53AVANZADA SOCIALISTA, 21 nov.1975; AVANZADA SOCIALISTA, 28nov. 1975; AVANZADA SOCIALISTA,5 dic. 1975; y AVANZADASOCIALISTA, 19 dic. 1975.54En medio de un duro conflictocon la Petroqumica Sudamerica-na (Hilandera Olmos), el 4 desetiembre de 1975, 5 jvenesmilitantes del PST (corriente de lacual proviene el PTS y la mayorade los grupos trotskistas de nuestropas) se dirigan a la fbrica a llevarlo recaudado para el fondo de

    huelga. Fueron interceptados y se-cuestrados. Aparecieron en lamadrugada del 5 acribillados abalazos en el paraje La Balandrade Berisso. Tres compaeros queenterados de su secuestro salierona denunciar el hecho, fueron se-cuestrados a metros del localcentral del PST en pleno centro dela ciudad de La Plata, y apareci-eron horas despus tambin fusila-dos. Este aberrante hecho pas ala historia con el nombre de

    Masacre de La Plata.55AVANZADA SOCIALISTA, 1 sept.1975.

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    anticonceptivos. Si bien son grupos ultraminoritariostienen el mrito de ser los primeros del pas.59

    Es interesante de destacar la valoracin positiva quelos/as redactores de la minuta hacen de las experienciasfeministas a pesar de su carcter ultraminoritario.

    Debemos comprender ante todo que el hecho deque las mujeres se organicen es de por s un sntomapositivo aunque en sus reuniones no discutan de poltica[] [Nuestro] trabajo tiene como objetivo mximomovilizar (al nivel que sea posible) a las mujeres, porsus problemas comunes, sin hacer diferencias de claseni polticas. No es una tctica para captar.60

    Y nuevamente aparecen los signos de la afirmacinde la militancia feminista con independencia de otro tipode militancia.

    Pero para julio de ese mismo ao, y acompaando elradical cambio de perfil de la seccin Mujer deAvanzadaSocialista, la segunda minuta practic apreciaciones muydistintas en torno al modo de llevar adelante la lucha de lasmujeres.

    En julio de este ao el PST, que haba mantenido unalectura cauta sobre las condiciones para el desarrollo de larevolucin o de la lucha armada, cambia su caracterizacindel perodo a partir de una serie de revueltas que sacudieronpor entonces al pas. En un informe sindical de este mes se

    afirmaba estar en una situacin pre revolucionaria.61Es eneste contexto de agitacin en el que se inscribi el segundodocumento sobre la lucha de las mujeres. Este documentollev de ttuloMinuta sobre el trabajo de la mujer. En l seafirmaba:

    el partido est tratando de realizar una experienciacasi indita en los ltimos aos: los movimientos feministasde la dcada del 60-70 surgieron fundamentalmenteen los pases imperialistas en momentos en que la luchade clases era escasa, de modo que ellos se

    desarrollaron en forma independiente de las luchassindicales. En nuestro pas la situacin es absolutamentela contraria y por lo tanto estamos tratando de desarrollarun trabajo sobre las mujeres donde se planteanproblemas nuevos tales como: cmo ligar laparticipacin de las mujeres a las luchas sindicales?62

    Apareca aqu una preocupacin (cmo las mujeresparticiparn en las luchas sindicales) que ni asomaba enla primera minuta de febrero de este mismo ao. Y ms abajo,en esta segunda minuta, se enfatizaba un alejamiento

    respecto de las dems ideas sostenidas en la de febrero.Por el momento, y no sabemos por cuanto tiempo osi ser una caracterstica permanente, no hay prcti-

    59 MINUTA, feb. 1975, p. 5.

    60 MINUTA, feb. 1975, p. 5-6.

    61 INFORME, 18 jul. 1975.

    62MINUTA, 18 jul. 1975, p. 3.

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    camente ninguna posibilidad de un movimiento deliberacin de la mujer con carcter independiente.Esto no significa que ignoremos nosotros en nuestraactividad los problemas especficos de las mujeres, loque queremos decir es que se manifestarn y semanifiestan alrededor y muy combinados con losproblemas sindicales y polticos de nuestro pas. []algo debemos tener claro: por las caracterstica,tradicin y peso del movimiento obrero en nuestropas, el trabajo de la mujer pasa esencialmentealrededor de la lucha de clases, en forma combinaday no como movimiento paralelo e independiente.63

    Finalmente, para terminar con la redefinicin delsentido de la lucha de las mujeres, este documento afirmabaque los puntos programticos que tiempo antes se habanlevantado para la lucha femenina habran perdido fuerza

    entre las militantes.Actualmente se estaba realizando desde el peridicoy desde el Frente un programa de 8 o 9 puntos. Perovemos que ninguno de ellos es absolutamente sentidopor el conjunto de las mujeres [] no vemos todavaque ninguno de ellos sea el eje nucleador. Es probableque durante un largo tiempo el eje de nuestro trabajo[] sea el de participacin de la mujer.64

    Es decir, se abandonaron las reivindicaciones por eltrabajo domstico, las guarderas, el aborto, las pastillas, etc.

    y se tom como eje central de la lucha de las mujeres, elincentivo a la participacin de las mujeres en otros frentes delucha, como el partidario, el sindical y el estudiantil. Decisinque encontr su correlato en la seccin Mujerque, como yamencion, desde mayo de 1975 estuvo orientada a retratarmujeres militantes de otros frentes (sindicales y estudiantiles) ya incentivar a otras mujeres a sumarse y participar de luchasno especficamente feministas.

    TTTTTres obserres obserres obserres obserres observaciones a modo de conclusinvaciones a modo de conclusinvaciones a modo de conclusinvaciones a modo de conclusinvaciones a modo de conclusin

    El estudio de la experiencia del PST en torno a lamilitancia feminista ha pretendido ser la recuperacin deuna versin otra(otra ms, otra nueva) de los encuentros ydesencuentros entre la militancia de izquierda y la militanciafeminista en los tempranos aos setenta. Del anlisis de estecaso surgen algunas reflexiones.

    En principio, debera decirse que la experiencia delPST en torno a la militancia feminista ha sido de carctermltiple y dinmica, que ella ha variado al interior del partidoy a lo largo de los aos. En este sentido, ha sido interesante

    constatar la disposicin a los ensayos, los aciertos y losfracasos, que dicho partido ha tenido en torno a la militancia

    63MINUTA, 18 jul. 1975, p. 5-6.

    64MINUTA, 18 jul. 1975, p. 9.

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    ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE LA MILITANCIA DE IZQUIERDA Y EL FEMINISMO EN LA ARGENTINA

    feminista. En abril de 1975, en una minuta sobreAvanzadaSocialista,se reconoca y celebraba esta actitud

    implcita o explcitamente el CC [Comit Central] y laDN [Direccin Nacional] votaron en este perodo lassiguientes campaas, Misiones, democrtica, Salario

    y Convenio, frente nico obrero, populismo, juventud,Mujer, intelectuales, Portugal y Vietnam. [] Con mujere intelectuales, AS [Avanzada Sociali sta ] tiene lapoltica de estar abierto a las pruebas y experimentosde estos frentes, an no estructurados, por lo quepublica artculos an no compartindolos.65

    La visibilizacin de estos ensayos ha permitidocontemplar la disposicin a la innovacin poltica dentro delpartido. Sin embargo, el derrotero de los acontecimientospolticos pareciera haber trazado un camino y fortalecido

    ciertas perspectivas de la militancia de las mujeres por sobreotras. En nuestro primer perodo, un contexto polticopreelectoral, Avanzada Socialista pona el acento en lamilitancia por la liberacin de la mujer, mientras que en elsegundo perodo, en plena campaa electoral, lasmenciones a aquella militancia pasaron a ser reemplazadaspor la simple enunciacin y denuncia de los problemas delas mujeres. Evidentemente el consenso del partido, en dichacoyuntura, no alcanzaba para reivindicar una militancia deaquel estilo aunque s poda reconocerse la situacin de

    opresin que padecan las mujeres. Finalmente, en el tercerperodo, en el contexto poltico de creciente radicalizacinpoltica (recordemos que en este perodo, ya fuertementemarcado por un clima represivo, vivi una pequea primaverade revueltas y huelgas que tensionaban el estado de cosas),el PST tanto en la pginas deAvanzada Socialista como ensus minutas internas, expres un abandono incluso de ladenuncia de la situacin de las mujeres para comenzar ahablar otra vez de una militancia femenina pero en un sentidobien distinto al primero, completamente dependiente de lalnea de militancia del partido. En este tercer momento, losproblemas especficos dejaron de ser mencionados y la luchapor la liberacin pas a ser reemplazada por la participacinde las mujeres en los distintos frentes sindicales, estudiantiles,etc. del partido.

    De cualquier forma, no deja de ser interesanteevidenciar que la bsqueda por participar de la militanciafemenina, y en ocasiones, feminista, no ces ni durante todosestos perodos ni incluso despus.66

    En segundo lugar, he comprobado que la considera-cin de la militancia feminista con independencia de la lucha

    contra el capitalismo fue uno de los nudos gordianos en losque el partido, sus dirigentes y sus distintos grupos de mujeresse vieron enredados/as y comprometidos/as. En este nudo

    66Pues los intentos del PST de parti-cipar y dar lugar a la lucha para laliberacin de las mujeres no se de-tuvieron en 1975 sino que fueronretomados con mayor intensidadhacia fines de la dcada de lossetenta (consecuencia un clima

    poltico ms favorable) por mediode la publicacin de la revistaTodas.

    65MINUTA, abr. 1975, p. 3.

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    uno de los extremos enredados estuvo vinculado a lospostulados del feminismo radical, que pisaba con fuerza enlas agrupaciones feministas locales. As es que, en ciertasocasiones, tuvo lugar una consideracin del feminismo queentenda la opresin de las mujeres como especfica, es decir,

    independiente de la opresin del sistema capitalista. Seentenda que esta opresin se produca con cierta autonomade las condiciones materiales de existencia de aquellasmujeres y se consolidaba fundamentalmente a partir depoderes inmateriales, que trabajaban en la produccin desubjetividades femeninas que garantizaban las pautasculturales de opresin de las mujeres. En otros momentos, elfeminismo fue considerado parte subsidiaria de la luchasocialista por la liberacin del pueblo. Y finalmente, en otrasocasiones, se reconoci abiertamente un desinters por la

    lucha especfica de las mujeres y se busc canalizar laparticipacin de ellas en la militancia partidaria, sindical oestudiantil. Todas estas versiones, incluida esta ltima, fueronintentos de dar un sentido propio a la militancia feminista porparte del partido.

    La consideracin de los ribetes de este nudo gordianoes interesante porque no slo se anud y se resolvi de otrasmaneras en otras agrupaciones del perodo (como fueronlos casos del FIP, del PRT y de Montoneros), sino porque es unproblema que contina insistiendo y retornando comoncleo de preocupaciones y tensiones en buena parte delos movimientos sociales contemporneos.

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    [Recebido em 20 de fevereiro de 2012,reapresentado em 28 de maio de 2012

    e aceito para publicao em 30 de maio de 2012]

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