encuentros cercanos del tercer tipo - steven spielberg

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Siete desdichadas figuras emergieron de un cega-dor remolino de arena de desierto y salvia

Steven Spielberg

ENCUENTROS

EN LA TERCERA FASE

Crculo de Lectores

Ttulo del original, Blose encounters of the third king

Traduccin Ma. Antonia Menini

Cubierta: Yzquierdo

Edicin no abreviada

Licencia editorial para Crculo de Lectores

por cortesa de Ediciones Grijalbo

Queda prohibida su venta a toda

persona que no pertenezca a Crculo

Circulo de Lectores S.A.

Valencia 344 Barcelona

34567898705

1978 Ediciones Grijalbo S.A.

Deposito legal B. 10326-1978

Compuesto en Garamond II

Impreso y encuadernado por

Printer, industria grfica sa.

San Vicenc dels Horts 1978

Printed in Spain

ISBN 84-226-0987-8

1

Siete desdichadas figuras emergieron de un cegador remolino de arena de desierto y salvia. Sus borrosas imgenes aparecan y desaparecan entre toneladas de tierra revuelta. Tres estupefactos policas federales estaban aguardando a la entrada de Sonoyita, la ciudad de un solo caballo del norte de Mxico. Rebuznando y tirando histricamente del poste al que estaban amarrados, los burros intuyeron otra intrusin y empezaron a cocear todo lo que tenan a la vista. Las figuras se encontraban ahora casi junto a ellos y todos pudieron ver la siniestra imagen del primer edificio de aquel misterioso cruce del desierto. Arriba, el sol indicaba que era el medioda pero su color era rojo sangre, a juego con un viejo letrero de nen de la Coca-Cola que haba en el interior de la estructura de adobe de una cantina oasis. La primera figura que emergi de entre el viento meda algo ms de metro ochenta y salud a los tres agentes de polica mexicanos con una leve inclinacin de cabeza y una andanada de irreprochable espaol.Somos los primeros en llegar? Grit el hombre vestido de caqui en su espaol de escuela superior. Sus prismticos estilo Rommel y su sombrero de cuero ocultaban su nacionalidad. Somos los primeros aqu?El sorprendido polica le contest sealndole con el dedo hacia el sur donde otro grupo de exploradores estaba surgiendo del enrarecido aire. En las afueras de Sonoyita, en5

medio de una tormenta de arena, en 1973, los dos equipos se reunieron, catorce en total. Breves apretones de manos y voces discretas.Est con usted el intrprete de francs?El oculto rostro posea una voz norteamericana, ligeramente buclica, tal vez de Ohio-Tennessee.S, seor. Hablo francs pero no soy intrprete de profesin.La voz perteneca al miembro de ms baja estatura del equipo que haba llegado en segundo lugar y en ella se perciba un leve matiz de temor. Esforzndose por competir con el aullido del viento, David Laughlin levant la voz y sta empez a adquirir mayor seguridad.Mi ocupacin es la cartografa, la topografa. Soy cartgrafo. Cartgrafo.Habla usted francs, seor? Puede traducir del ingls al francs y del francs al ingls?Siempre y cuando hable usted despacio y tenga en cuenta que no es por eso por lo que me pagan.Interrumpiendo sus palabras, le tendi la mano al cartgrafo y empez a hablar dificultosamente en ingls con acento francs.Es usted monsieur... mmm... Lug-line?Mmm... Laughlin le corrigi Laughlin cortsmente al tiempo que le estrechaba la mano.Algo haba en la voz del francs que invitaba a responder con suavidad y cautela.Ah, oui dijo el francs, rindose casi en tono de disculpa. Oui, oui, par don. Despus aadi en francs: Seor Laughlin, cunto tiempo lleva usted en nuestro proyecto?Laughlin se enorgulleci de poder contestar a la pregunta y eligi las palabras con cuidado.Desde que mi pas se asoci con los franceses en6

el 69. Asist a las conversaciones de Montsoreau la semana en que los franceses se apuntaron el xito. Felicitaciones, seor Lacombe.Lacombe sonri, pero los miembros del equipo estaban deseando proseguir la marcha, ansiosos de ver aquello por lo que haban acudido hasta all. Comprendindolo as, el seor Lacombe ech a andar y empez a conversar con Laughlin con la misma rapidez con que andaba. Le hizo una sea a otro miembro del equipo y, a los pocos segundos, Robert Watts, el guardaespaldas personal de Lacombe, se detuvo junto a ste, todo cubierto de arena.Robert, coute monsieur Laugh-line.S, seor.Dgale a Robert en ingls, seor Laughline, eso que yo voy a decirle ahora en francais. Alors.Lacombe pronunci unas rpidas frases en francs y Laughlin las fue traduciendo al ingls con apenas una slaba de retraso en relacin con las distintas palabras.Va usted a traducir no slo lo que yo diga anunci Lacombe, sino tambin mis sentimientos y emociones. Debo ser entendido perfectamente.Ms adelante, los federales mexicanos se encontraban gritando y sealando cosas en una zona que ahora estaba siendo azotada por unos vientos de ochenta kilmetros por hora. Haba tanto polvo en los ojos de todos que el primer objeto les pareci intermitentemente una liblula con una anchura de alas de quince metros. Los hombres se acercaron cautelosamente y la fantasmagrica figura empez a decirles lo que apenas veinticuatro horas antes no haban sido ms que rumores.Algo se encontraba en el camino sobre lo que parecan ser unas ruedas con alas, cola y hlice. Haba unos smbolos en los costados y unos nmeros en las alas.7

Detrs suyo, cuando el rojo viento se calm, haba otros seis iguales. Eran unos bombarderos de la Marina Avenger Torpedo Grumman T-3 de aproximadamente la segunda guerra mundial.La expedicin se detuvo. Lacombe se adelant varios pasos y levant los polvorientos prismticos. Ahora se respiraba a su alrededor una curiosa atmsfera de paz. El francs estaba contemplando el espectculo sin inquietud ni pasividad. Su rostro resultaba incongruentemente juvenil a pesar de su enmaraado cabello gris. Unas profundas arrugas se iniciaban junto a las ventanas de su nariz para terminar a ambos lados de su boca. Y, mientras trataba de decidir lo que haba que hacer, pareci como si dichas arrugas se acentuaran. Lacombe respir hondo, se sec la arena de la lengua con el reverso de la mano, se puso un guante esterilizado de polietileno y le dio a Laughlin la primera orden con el fin de que ste la transmitiera. Laughlin asinti rpidamente tras escuchar el primer torrente de palabras y les grit a todos los que se encontraban all:Quiero los nmeros de los bloques del motor.Laughlin se pregunt si no habra cometido un error de traduccin, al no transmitir la orden refirindola a l. A nadie pareci importarle. En pocos segundos, catorce miembros del equipo se acercaron a las alas y la cola abriendo escotillas y desenroscando tornillos. Todo el mundo llevaba guantes Playtex. Un tcnico retir la campana. Esta se abri sin una sola abolladura. Las acanaladuras y los cojinetes de bolas estaban como nuevos. Con su guante de polietileno, uno de los tcnicos utiliz unas pinzas quirrgicas para extraer un calendario oculto bajo el tablero de instrumentos. Era un calendario de propaganda: Trade Winds Bar, Pensacola, Florida. Pero lo mejor era la fecha.8

Seor Lacombe grit el tcnico enguantado con la emocin del descubrimiento, est fechado en mayo!Quoi? Pregunt Lacombe dirigindose a Laughlin para que se lo tradujera.Pero el tcnico fue ms rpido.De mayo a diciembre de 1948.Lacombe lo entendi perfectamente y, con rostro radiante, le transmiti una orden a Laughlin. Laughlin palideci y les grit a todos en ingls:Comprobad si hay petrleo... gasolina en los depsitos. Comprobad si la gasolina est en condiciones de soportar la combustin.De pie junto a Laughlin se encontraba el guardaespaldas con los brazos colgando en gesto de asombro.Jess. Estos nenes se encuentran en perfecto estado.Una voz rasg el aire en tono de triunfo. Era una vozcon acento sureo.

AE 3034567. Caray! AE 29930404. Dios mo! AE 335444536. Qu barbaridad!Laughlin suprimi las interjecciones y alguien compar los nmeros con los que tena anotados en una hoja de papel.Los nmeros de los bloques del motor coinciden. Al igual que los de las alas.Lacombe se ech hacia atrs el sombrero que le protega de arena la nariz y la garganta. Sus ojos brillaron como el fuego en el momento en que alguien comprob el funcionamiento de los faros de aterrizaje del Grumman. Los faros trazaron dos haces gemelos en el denso aire.C est possible?Exclam Lacombe golpendose los costados con las manos mientras Laughlin, aturdidoms all de toda lgica, rozaba con el codo a Robert, elguardaespaldas.Quiere usted ponerme al da?9Robert se inclin confidencialmente hacia l.Es el vuelo 19.-Siga.El vuelo 19. No lo sabe usted? Es la escuadrilla de aviones que despeg de Pensacola para efectuar unas maniobras de adiestramiento en mayo del 48. Jams volvi a saberse de ellos. Hasta hoy. Imagnese.Pero, dnde estn los pilotos? Dnde est la tripulacin?Robert no conoca la respuesta y se limit a encogerse de hombros en el momento en que empezaron a escucharse unos gritos ininteligibles a escasa distancia del lugar en el que ellos se encontraban. Lacombe se acerc corriendo, seguido de Laughlin. Los tres federales haban descubierto algo. Una diminuta forma acurrucada junto al umbral de la cantina. Los policas mexicanos no se callaban y en sus gritos se perciba una nota de pnico. Lacombe mir a Laughlin en busca de ayuda, pero David no tuvo ms remedio que sonrer.Je ne parle pas espagnol. Francis et anglais seulement.Habl entonces el seor Tennessee-Ohio.Dicen que este hombre estaba aqu. Dicen que estuvo aqu dos das. Dicen que vio cmo ocurri.Aquello fue ms de lo que Lacombe o cualquier otro esperaba. El francs hinc una rodilla y, con mucha suavidad, sostuvo con su mano enguantada la barbilla de aquel desdichado. El mexicano levant por s mismo la cabeza. Estaba llorando, pero eso no fue lo que llam la atencin de Lacombe. La mitad del rostro de aquel hombre presentaba un encendido color rojo cereza, toda cubierta de ampollas desde la frente hasta la clavcula. Era la peor quemadura del sol que jams haba visto Laughlin en un rostro curtido, tan acostumbrado a los ardientes veranos de Mxico. Las manos del hombre temblaban y de su cuerpo se escapaba10cierto hedor que indujo a Lacombe a dirigir la mirada hacia los acartonados pantalones del mexicano. Este se haba orinado en ellos haca un rato y, al levantar el rostro para hablar, volvi a mojarse involuntariamente. El triste y desolado individuo junt los labios, introduciendo aire a travs de sus cuerdas vocales en un desesperado esfuerzo por decirlo. Y, al pronunciar la palabra en espaol, el hombre rompi a llorar. Qu'est-ce qu'il dit? Pregunt Lacombe en voz baja.Laughlin mir al norteamericano que conoca el idioma. Pero ste se encogi de hombros y le dirigi una pregunta al pobre miserable que se encontraba acurrucado a sus pies. Una vez ms se escuch crujir la misma palabra entre el insoportable hedor de orina. Lacombe era un hombre paciente, pero el norteamericano estaba tardando demasiado en transmitir la palabra a los dems. Intervino Laughlin.Qu es lo que ha dicho? Qu palabra ha pronunciado?El norteamericano arque las cejas y emiti un suspiro junto con la traduccin.Msica.Cmo?Es lo nico que ha dicho. Msica. Vaya usted a saber lo que habr querido decir.

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2

Barry Guiler, de cuatro aos, estaba teniendo una mala noche. La suave brisa de Indiana que penetraba flotando a travs de la ventana entreabierta de su dormitorio le despeinaba el flequillo. Se escuchaba un suave pero persistente zumbido que, procedente de algn lugar de la estancia, turbaba su sueo. De repente, un delicado resplandor rojizo le ilumin el rostro y Barry abri los ojos.En la mesilla de noche situada al lado de la cama, uno de los estropeados juguetes de Barry haba adquirido vida. Era un monstruo de Frankenstein que estaba levantando las manos como disponindose a atacar cuando, bruscamente, se le cayeron los pantalones y su rostro se ruboriz intensamente.Barry se incorpor en la cama contemplando al Frankenstein y despus mir a su alrededor. Tena diseminados por toda la estancia muchos juguetes de funcionamiento por bateras un tanque Sherman, un buque lanzamisiles, un vehculo de la polica con luz roja en la capota y sirena, un modelo 747, un borracho abrazado a una farola y chupando de una botella y todos ellos se estaban moviendo, iluminndose y zumbando. Por s mismos.Barry se mostraba encantado. Su tocadiscos se anim sbitamente, dejando escapar las notas de una tintineante versin de la meloda de brete, Ssamo.12Barry empez a rer y a batir palmas. Despus, salt de la cama y corri hacia la ventana abierta. Fuera, en la distancia, escuch los ladridos de un perro; sin embargo, el patio posterior de su casa apareca oscuro y en absoluto silencio.El dormitorio de Barry se encontraba situado al fondo de un pasillo. Dominado ahora por la oscuridad, el nio sali al pasillo y trot hacia el saln. La estancia se encontraba a oscuras, con la excepcin de una pequea luz nocturna de color azul. Barry percibi, no obstante, que algo era distinto, que algo se encontraba fuera de lugar. Todas las ventanas del saln estaban abiertas de par en par y la brisa nocturna respiraba a travs de las cortinas de encaje, agitndolas de una manera muy extraa. El siguiente detalle que Barry observ fue el de que la puerta principal de la casa tambin se haba abierto de par en par y la lmpara del porche brillaba con intensidad, destacndose contra la negrura de la noche.A pesar de todas aquellas cosas tan extraas, el chiquillo no estaba asustado. Senta deseos de divertirse. Se perciba un curioso olor a travs de las ventanas y la puerta abierta. Un poco parecido al del aire cuando haba habido muchos truenos y relmpagos. Pero Barry no crea que acabara de producirse una tormenta de verano. No haba odo nada; no haba odo caer la lluvia. Y, adems, aquello era distinto.Decidi acudir a ver qu estaba ocurriendo en la cocina. Vaya! Todas las ventanas de all estaban tambin abiertas y el viento soplaba con violencia. La puerta trasera se encontraba entornada y golpeteaba contra la cadena de seguridad. Pero aquello no era nada! El portillo del perro Bingo haba sido arrancado de sus goznes y se encontraba en el suelo y Bingo no estaba en su yacija, al lado del frigorfico.13El frigorfico tambin apareca abierto y haba mucha comida un envase de cartn de leche, algunas Coca-Colas, mantequilla, un recipiente de queso de granja, salchichn, sobras de la cena formando desordenados montones en el suelo y dejando un desigual rastro hasta el portillo del perro. Barry recogi una chocolatina medio derretida. Pero entonces algo llam la atencin de Barry. Varios algos. Barry se volvi. La chocolatina se le cay de la mano abierta y se derram por el linleo. El chiquillo retrocedi con tanta rapidez que cerr de golpe el gran frigorfico con su diminuto cuerpo. Esper cuidadosamente, con los suaves ojos inmviles. Y entonces Barry Guiler sonri. Una tmida y juguetona mirada que pareca invitar a... responder. Barry mir un poquito ms... se ri y apart la mirada... una mirada furtiva... ms risas... otra mirada furtiva. Un nuevo juego. Barry mir despus con intensidad, oscilando hacia adelante y hacia atrs sobre sus talones como un chimpanc, y gir en redondo, ladeando la cabeza antes de girarla muy despacio.As? As? Era valiente. Buuu! Grit, haciendo su mueca ms temible. Grrrrr!Una mueca espantosa... su mueca ms espantosa.Jillian Guiler se encontraba durmiendo en su habitacin. Jillian llevaba enferma de gripe toda la semana y su cabeza, su cama y la estancia se hallaban en un estado de desorden general. La casa en la que vivan Jillian y Barry era pequea y se levantaba en lo alto de una de las suaves lomas de aquella zona rural de Indiana. En realidad, se trataba de una casa muy fcil de llevar, pero Jillian se haba sentido muy mal toda la semana y haba descuidado un poco las tareas domsticas. En su dormitorio, todo se encontraba en cualquier sitio 14menos en el que hubiera debido estar. El mismo viento que haba estado jugando por el resto de la casa irrumpi sbitamente en la habitacin de Jillian arrastrando consigo y dejando caer al suelo unos Kleenex y un par de dibujos al carbn de Barry a medio terminar. En la mesilla de noche se amontonaban las pastillas, los aerosoles nasales, medio bocadillo y una lata de Coca-Cola.Jillian empez a medio despertarse en aquel estado mental que suele producir la gripe: cansada pero no soolienta, pensando pero no con excesiva claridad, con capacidad para hacer algo pero sin deseo de hacerlo. Se encontraba bajo las sbanas pero llevaba todava una bata. El televisor estaba encendido y las risas que al principio escuch le pareci a Jillian que procedan de la estpida comedia que estaba viendo parpadear en la pantalla. Sin embargo, durante un anuncio, Jillian volvi a escuchar las risas y, al final, reconoci su origen.Barry empez a imitar aquella cosa de fuera, repitiendo con la mmica lo que estaba viendo. Primero se cubri y se descubri los ojos, como si jugara al juego de atisbar. Despus gir varias veces sobre s mismo como una peonza. Lade la cabeza a derecha e izquierda y a izquierda y derecha otra vez.Empez a rerse a carcajadas a causa de su alegra, deslizndose hacia la oscuridad de la noche. Una plida luz de color anaranjado oscuro le ilumin el rostro mientras avanzaba rindose hacia la noche.Fue su risa, cada vez ms dbil, la que, al final, despert a Jillian.Bueno, eso y el desfile de juguetes. La risa la medio despert, inducindola a preguntarse qu habra turbado su sueo. Despus, mientras se incorporaba y abra15lentamente los ojos, observ cmo el coche de la polica penetraba a travs de la puerta con la luz de la capota encendida.A continuacin vena el tanque, escupiendo fuego a travs del can. Le segua el gigantesco jumbo jet, avanzando al comps de la sirena del coche de la polica. Y, finalmente, con los pantalones cayndole al suelo, subiendo y volviendo a caer, entr el monstruo de Frankenstein con los brazos extendidos.Jillian se incorpor completamente despierta, apart las sbanas y se levant de la cama. El vehculo de la polica estuvo a punto de colisionar con los dedos de sus pies mientras se diriga hacia la pared incrustando el morro en el yeso de la misma. Los dems juguetes se fueron amontonando detrs suyo en una confusa colisin mltiple. Barry? Grit Jillian.Entonces record sus risas. Se haban esfumado, slo su recuerdo perduraba todava en el aire nocturno.El reloj de la mesilla de noche marcaba las 10.40. Qu demonios se estara proponiendo Barry ahora? Apenas llevaba dos horas acostado.Jillian se alej de la cama con paso vacilante y ech a andar por el pasillo en direccin al dormitorio de su hijo. La cama de Barry estaba vaca. Las ventanas aparecan abiertas. Sali corriendo de la estancia y se dirigi al saln. All contempl desconcertada las ventanas abiertas, la puerta principal abierta y la lmpara del porche encendida.Las risas de Barry procedan ahora inequvocamente de fuera de la casa, de algn lugar de all afuera en la noche. Jillian emiti un pequeo grito y despus estornud.Otra vez las risas. Esta vez, ms dbiles.Oh, Dios mo!, Pens Jillian, angustiada. Sali16corriendo al patio a travs de la puerta principal. Tratando infructuosamente de adaptar la vista a la oscuridad de ms all de la luz del porche, Jillian empez a gemir, pero despus, procurando sobreponerse, grit: Barry! Barry! y ech a correr hacia la oscuridad, siguiendo la direccin aproximada de las risas cada vez ms lejanas de su hijo.17

3

El mundo de todos los centros de control de las rutas del trfico areo es irreal. Hay docenas de ellos diseminados por los Estados Unidos y el que se encuentra medio hundido en la tierra en las cercanas de Indianpolis es tan tpico como cualquier otro.El mundo artificial que se crea en el interior de estos enormes bunkers de hormign se percibe muy vagamente. El lugar se encuentra a oscuras. La nica iluminacin procede de unas pequeas y matizadas bombillas de pocos watios que apenas indican la situacin de las puertas.Buena parte de la iluminacin procede de las pantallas de radar que recorren el cielo del espacio areo de Indiana. Aqu no existe el da ni la noche, slo una penumbra artificial y el brillante radar representando electrnicamente lo que ocurre en el mundo real de all arriba.El trfico areo nacional es controlado, registrado por el radar e interrogado por radio, anuncia su presencia, se identifica adecuadamente, recibe aprobaciones y consejos y, o bien aterriza en el espacio areo de Indiana o, con ms frecuencia, pasa de largo a unas velocidades que se aproximan a los 1000 kilmetros por hora, rumbo a otros destinos.A pesar de su carcter falso, este lbrego mundo ofrece lo que todo controlador del trfico areo espera que18sea una representacin exacta de los acontecimientos reales. El controlador espera que todos los jumbo jets, todos los Piper Clubs de vuelo bajo, sean convenientemente registrados y perfectamente ordenados en una disposicin que garantice la seguridad de vuelo de todo el mundo a travs del espacio areo de Indiana.Esta es la esperanza del controlador. Pero no es eso lo que siempre ocurre.Aquella semana Harry Crain estaba trabajando en rgimen de media guardia. En los turnos de media guardia slo haba cinco o seis hombres frente a las pantallas de radar. Harry tena por costumbre situarse detrs de ellos, paseando arriba y abajo o bien sentndose ocasionalmente en un elevado taburete con los auriculares conectados a las bandas radiofnicas en uso, a travs de un largo y enroscado hilo, un pequeo y curvado tubo de plstico que recoga su voz y la transmita por el micrfono al mundo real que haba por encima de su cabeza.Aquella noche, cuatro controladores formaban la delantera del equipo. Estos permanecan sentados en parejas, los cuatro con camisas blancas desabrochadas al cuello y mangas poco arremangadas, cada pareja observando una pantalla. Por encima de sus cabezas, los altavoces chirriaban y crujan emitiendo el habitual zumbido radiofnico propio del trfico areo, muy escaso en aquellos momentos dado que en el espacio areo de Indiana reinaba una noche tan negra como en el centro de control de las rutas del trfico areo.Control de trfico areo dijo la voz de un piloto. Disponen ustedes de trfico en la ruta de Aireast 31?Harry Crain examin atentamente una de las pantallas. Slo se dispona de tres bloques de datos completos y de un bloque de datos parcial. 19Los dos que iban en la misma direccin se encontraban a veinticuatro kilmetros y el tercero que iba en otra direccin se encontraba a mucha distancia del Aireast. El resto de la pantalla apareca despejado.Harry conect su micrfono con el circuito.Aireast 31 negativo. El nico trfico que tengo es un TWA L-Diez Once en su posicin de las seis, veinticuatro kilmetros y un Allegheny DC-9 en su posicin de las doce, ochenta kilmetros. Aguarde. Djeme echar un vistazo a la banda ancha.Harry extendi la mano y puls un botn. La pantalla de radar pas de la banda estrecha de computadora a la normal banda ancha. Harry ech un rpido vistazo, puls de nuevo el botn y despus otro distinto. Examin la imagen primaria en forma computadorizada. Haba un objetivo sin aerofaro en proximidad del Aireast. Harry examin la pantalla con atencin y, en aquellos momentos, el piloto habl de nuevo:Aireast dispone de trfico en la posicin de las dos en punto de cinco a ocho kilmetros, ligeramente arriba y en descenso.Uno de los controladores de Harry se inclin hacia adelante, mir y lo confirm, emitiendo un gruido de asombro.Aireast 31, de acuerdo dijo Harry Crain. Tengo ahora un objetivo primario en esta posicin. No disponemos de trfico conocido en alta altitud. Voy a comprobar la baja.Harry se dirigi al hombre con quien se hallaba en conexin a travs del interfono y le dijo: Llama a baja y pregunta si saben quin es... Centro, aqu Aireast 31 dijo de nuevo el piloto,estableciendo contacto a travs de Harry . El trfico noest en baja. Ahora est en la posicin de la una y se encuentra todava encima mo y en descenso.20Puede indicarnos el tipo de aparato?El piloto hablaba en tono sereno, teniendo en cuenta la informacin que estaba a punto de facilitar.Negativo. Ninguna silueta lejana. El objetivo es brillante. Dispone de los faros anticolisin ms brillantes que jams he visto... se alternan el blanco con el rojo y los colores son extraordinarios.Ahora, los controladores del otro sector estaban mirando y escuchando. El coordinador se inclin hacia adelante, puls un botn, llam a alguien y murmur algo ininteligible.Harry permaneci inmvil unos instantes en su elevado taburete, contemplando las pantallas de radar.TWA 517 dijo, dirigindose al otro aparato. Puede confirmarlo?Se escuch una voz distinta a travs del altavoz. Centro, aqu TWA 517. El trfico presenta ahoraunos faros de aterrizaje extremadamente brillantes. Yocrea que Aireast llevaba los faros de aterrizaje encendidos. Qu es lo que ocurre aqu, Harry? Pregunt elcoordinador.Reptalo otra vez, TWA 517 solicit el piloto del Aireast.El piloto del TWA pronunci lentamente las palabras con mucha claridad.Lleva usted los faros de aterrizaje encendidos?Negativo.Intervino Harry.TWA 517, Centro de Indianpolis. Aireast se encuentra en su posicin de las doce en punto a veinticuatro kilmetros en la misma direccin y altitud. Identifquese, por favor. Harry se dirigi a su coordinador y le dijo: El Aireast afirma que tiene un trfico inslito casi a su misma altitud. No s quin es.21Apareci la identificacin del aparato TWA en la pantalla y Harry le pregunt al piloto si poda ver el jet de Aireast.Afirmativo.TWA 517, puede ver usted el trfico de Aireast? Srepuso el piloto cautelosamente. Lo estamos

viendo y observando.Qu parece estar haciendo?

Exactamente lo que Aireast 31 ha dicho.Intervino Aireast 31.Se encuentra en descenso a unos cuatrocientos cincuenta metros por debajo de nosotros. Espere un momento... Aguarde... De acuerdo, Centro. El trfico de Aireast 31 ha invertido el rumbo y se dirige hacia nosotros a la misma altitud. Estamos virando a la derecha y abandonando la cota de vuelo 350.Harry Crain salt de su taburete y todos los que se hallaban presentes en la oscura estancia se tensaron.El coordinador se volvi y dijo:Llamad por telfono a la Wright-Patterson y averiguad qu demonios estn probando ah arriba.Aireast 31, de acuerdo dijo Harry al mismo tiempo. Descienda y mantenga la cota de vuelo tres-uno-cero... Allegheny DC-9, vire 30 grados a la derecha inmediatamente... trfico posicin de las doce a treinta kilmetros jet Aireast descendiendo a cv-310.El piloto del Aireast, hablando todava en tono pausado, dijo:El luminoso trfico se encuentra ahora en descenso angular con movimientos no balsticos.Harry y su coordinador se limitaron a mirarse el uno al otro sin decir nada.Muy bien, Centro dijo Aireast con mucha serenidad. El trfico se est acercando con fuerza. Ultrabrillante y avanzando a gran velocidad.22Aqu, TWA 517 dijo el otro piloto. Vamos a desplazamos un poco a la derecha para apartarnos tambin del trfico.TWA 517, entendido dijo Harry Crain. Se aprueban las desviaciones a la derecha, desde luego.Centro, el Aireast 31 se encuentra fuera del tres-uno-cero y el trfico ha superado nuestra posicin de las diez a quinientos metros y a gran velocidad.El supervisor del equipo, que se haba desplazado en la oscura sala hasta situarse justo detrs de Harry, habl por primera vez.Pregntales si quieren informar oficialmente.Aireast 31, entendido dijo Harry. Informe cota de vuelo tres-uno-cero. TWA 517, desea usted informar de la presencia de un OVNI?Durante unos instantes, se escucharon nicamente los rumores de las perturbaciones elctricas y, al final, el piloto dijo:Negativo... no queremos informar.Aireast 31, desean informar de la presencia de un OVNI?Ms rumores de perturbaciones elctricas.Negativo. No queremos informar.Aireast 31 insisti Harry Crain. Quiere usted presentar algn tipo de informe?No s qu tipo de informe podra presentar, Centro.Harry sonri y empez a relajarse.Yo tampoco dijo -. Tratar de seguir al trfico hasta su destino.Y ahora mantnganos a la cota tres-uno-cero dijo el piloto, aadiendo como si se acabara de acordar: Las chicas de ah arriba me dicen que los pasajeros han sacado fotografas del trfico cuando ste ha pasado cerca.23Harry Crain se volvi hacia su supervisor y dijo en voz baja:A sas s que me gustara verlas. Despus, hablando de nuevo contra el micrfono, dijo: Allegheny Triple cuatro, vire a la derecha para interceptar a J-8. Reanude el vuelo normal. TWA se encuentra a tres-uno.El supervisor del equipo se alej de Harry, desapareciendo de nuevo en la oscuridad. La tensin desapareci del centro.El coordinador de Harry pregunt: Qu dice el libro acerca de este tipo de cosas?Que me aspen si lo s repuso Harry Crain. Las Fuerzas Areas empezaron a escribirlo hace treinta aos. Dejemos que lo terminen.24

4

El Aireast 31 sobrevol la casa de Roy Neary hacia las nueve de aquella noche con el rumor de sus motores apenas perceptible desde el interior de la vivienda, razn por la cual ninguno de los ocupantes de la misma pareci darse cuenta.Roy haba confiscado el saln familiar de su casa de los suburbios para convertirlo en un taller que pareca un cuarto de hobbies dirigido por el Ejrcito de Salvacin. Haba inventos mecnicos y elctricos colgados y abandonados por las paredes y los rincones, y haba por todas partes juguetes de adultos en nmero suficiente como para despojar a los nios de su infancia.El objeto ms destacado de la estancia era un tren de va estrecha colocado sobre la mesa de ping-pong familiar. Las vas discurran por un complejo paisaje tirols, con sus montaas y lagos.Aquella noche, Roy Neary y su hijo de ocho aos Brad se encontraban solos en la estancia, sentados el uno al lado del otro. Roy estaba tratando de ayudar a Brad a resolver sus problemas matemticos. Brad, con un montn de libros de aritmtica en el suelo junto a sus pies, se mostraba considerablemente menos interesado por las sumas que por los trenes elctricos.Neary le haba explicado cuidadosamente a su esposa Ronnie, aficionada a jugar de vez en cuando un partido de ping-pong, que un tren de juguete constitua una

25necesidad cuando haba nios pequeos en la familia.Una necesidad para el padre haba comentado ella.De la misma manera que el ping-pong lo es para la madre.Roy haba evitado la posible confrontacin prometiendo desmantelar el ferrocarril los fines de semana pero, a lo largo de los meses, lejos de ser desmantelado, el ferrocarril haba ido adquiriendo tal complejidad que su simple funcionamiento ocupaba casi todo el tiempo libre de Neary.Qu te parece si colocramos un puente levadizo sobre este paso inferior? Pregunt Brad.Neary frunci el ceo, mirando a su hijo.Yo cre que estabas haciendo los deberes.Odio la aritmtica.El chiquillo de ocho aos pos el lpiz sobre la mesa y mir a su padre con expresin desafiante.Es que no te esfuerzas.A los ingenieros de ferrocarriles no les hace falta la aritmtica.Neary tom el lpiz y lo volvi a colocar en la mano del nio.Supongamos le dijo que el jefe de estacin te entrega dieciocho vagones y despus te dice: haz dos trenes con el mismo nmero de vagones cada uno. Qu haces t?Brad arroj de nuevo el lpiz e introdujo la mano en el bolsillo posterior del pantaln y sac una calculadora porttil de la Texas Instruments.Dar lo mismo dijo el nio. Porque tendr una de stas.Roy suspir y dirigi la mirada al cielo. El largo momento de silencio entre ambos fue interrumpido por Toby Neary, un cicln de seis aos que dej un camino de26destruccin al irrumpir en la estancia, detenindose bruscamente frente a su padre. Toby estaba muy enojado. Extendi un dedo no demasiado limpio en direccin a Roy, mirndole con una expresin enfurecida en sus ojos azules.Me has robado la pintura luminosa grit Toby.Yo no te he robado nada.Yo no te robo tus cosas prosigui diciendo Toby sin remordimiento.Roy se distrajo de la discusin al ver entrar a Ronnie lentamente en la estancia, con los ojos cerrados y las manos extendidas frente a s, palpando el aire como una sonmbula.Por regla general, era una mujer muy caprichosa, de largo cabello rubio y rostro ovalado que terminaba en una suave barbilla puntiaguda. Sola mantener los ojos muy abiertos, arqueando a menudo las cejas ante alguna de las descabelladas ideas de su marido. Ahora se mova como una ciega y una reproduccin suya en miniatura pareca seguirla como un vagn de cola. La pequea Sylvia, de tres aos de edad, se haba agarrado a la falda larga de Ronnie y levantaba mucho los pies para volverlos a apoyar en el suelo muy despacio mientras avanzaba con los ojos tambin fuertemente cerrados.Ronnie empez a decir Neary.Brad dijo Ronnie, haciendo caso omiso de su marido, con los ojos todava cerrados y sin la menor expresin en su delicado y ovalado rostro. Brad, tengo un problema de aritmtica para ti. Si hay siete das en una semana y tu madre se queda en casa los siete das, cuntos das le quedan a tu madre?Cero! Contest el nio sin necesidad de utilizar la calculadora.Ronnie volvi a decir Neary. No le gustaba el27

sesgo que estaba adquiriendo la situacin. Abre los ojos.Por qu? Pregunt ella. Puedo andar as por toda la casa. Hacer las camas, preparar el caf, dar de comer a los nios. Todo, sin abrir los ojos. Soy como la cobaya enjaulada de Toby.Pues, francamente, no dijo Roy. Abre los ojos. Mira eso.Ronnie abri los ojos lentamente. Tarareando una cancin sin meloda que revelaba que se senta satisfecho de s mismo, Neary apret un botn del panel de mandos del tren elctrico. Los nios y su madre observaron cmo una diminuta embarcacin de vela se pona en movimiento, deslizndose por un lago con apariencia de espejo. Esta se fue acercando al puente del ferrocarril sobre el que estaba a punto de pasar un tren. Pero, al aproximarse al puente, el tren se detuvo.El puente colgante giratorio se desplaz sobre un eje central. Con pequeos movimientos sincopados, la embarcacin avanz por el espacio abierto y el puente colgante empez a cerrarse de nuevo. Pero, sin esperar a que se cerrara del todo, el tren se puso en movimiento y se lanz como catapultado al espacio, cayendo sobre el lago con un repiqueteo metlico.Mmmm musit Neary al tiempo que se borraba la sonrisa de su rostro.Ronnie apart los ojos del accidente del tren y los pos en el rostro de su marido.Vaya, Roy dijo sin inflexin alguna en la voz. Eso ha sido... francamente... fantstico.Hace un rato me sali bien.Ya, ya dijo ella sin apartar los ojos de un azul todava ms enfurecido que el de los de Toby. Le doy a este ferrocarril otras dos semanas aadi. Apuesto a28que terminar en el stano con el auto-tenis, el lavabo elctrico y todo lo dems.Eso no es justo.De acuerdo, no todo reconoci ella. Aquella granja de gusanos que tenas aqu. Por lo menos, la arrojaste al patio de atrs y no al stano. Tom el peridico y empez a hojearlo, buscando algo, cualquier cosa. Dios mo, no podramos hacer algo? Estoy cumpliendo condena en esta casa.Salimos el pasado fin de semana seal Neary.Cruzar la calle para ir donde los Taylor no es salir de casa.Sales todos los das cuando acompaas a Brad al colegio le dijo Neary.Es una experiencia tan satisfactoria como la de acompaar a Toby al colegio. O la de llevarme a Sylvia al supermercado. O la de llevar el coche para que le cambien los neumticos de nieve por los normales.Me ests pintando un cuadro muy triste dijo Neary, haciendo una mueca interior.Pues dame otra brocha.Oye, si te crees que mi trabajo en la central elctrica me permite divertirme como un loco... empez a decir Neary, preguntndose hasta qu extremo estara enojada su esposa. Ronnie tena la capacidad de olvidar rpidamente su enfado. Mira dijo l, cuando se ha arreglado un transformador quemado, se han arreglado todos.Ronnie le mir sin expresin.Yo creo que es eso nuevo de que siempre estn hablando dijo ella. Qu es eso nuevo?El estilo de vida. Creo que tenemos que cambiar el nuestro.Eso es para los ricos, cario dijo Roy. Llaman a la tienda y piden un nuevo estilo de vida.29Tal vez no sea el estilo de vida dijo Ronnie. Tal vez sea esta otra cosa de que hablan las revistas... la calidad de vida.Eso me suena a serial.En la vida tiene que haber algo ms que el simple hecho de recorrer los pasillos del supermercado en busca de una oferta de tres rollos de toallas de papel por un dlar.Neary guard silencio largo rato. Su mujer jams le haba reprochado lo que ganaba, ni le haba dicho si disponan de suficiente dinero para vivir o no. El siempre se haba imaginado que se las apaaban bien.En enero tuve un aumento empez a decir cautelosamente.Te has equivocado de va dijo ella, sacudiendo la cabeza. No estoy hablando de dinero. No me importa buscar las ofertas especiales en la tienda. Siempre y cuando haya algo especial en mi vida. Roy aadi, t me conoces. Soy fcil.Cmo?No te estoy pidiendo una semana en Acapulco. Quiero decir que estoy tan ansiosa de que ocurra algo, que me volvera loca de alegra si me trajeras a casa una flor. Una rosa perfecta.Siempre me olvido dijo Neary, haciendo de nuevo una mueca.Cuando se anhela un cambio tal como me ocurre a m dijo Ronnie , se conforma una con cualquier cosa. Nuevos soportes para las macetas. Bajar a la delegacin de la Hertz y contemplar cmo alquilan coches. Llamar al servicio de informacin horaria y meteorolgica o marcar un nmero y gastar una broma.Oye dijo Toby, deseoso de regresar a cuestiones ms importantes -. Me ha robado las pinturas luminosas.30Ronnie dobl el peridico por la seccin de la cartelera cinematogrfica y se lo mostr a su marido.Analiza esto con tu calculadora le sugiri.Neary examin la pgina.Vaya! Sabis una cosa? Pinocho ha llegado a la ciudad.Quin? Pregunt Brad.Ronnie haba abierto su bolso de mano y se estaba estudiando el rostro en el espejo de la polvera.Sonro demasiado dijo. La boca se me est afinando. La edad peligrosa.Pinocho dijo Neary. Vosotros nunca habis visto Pinocho. Estis de suerte!Este fin de semana nos prometiste minigolf dijo Brad, frunciendo el ceo.Es verdad dijo Toby, mostrndose de acuerdo por una vez. Minigolf.Pero es que Pinocho es estupendo dijo Roy.Se me est afinando repiti Ronnie en voz alta, hablando sola y se me vuelve fea. Como la boca de mi madre.Brad lanz un gran suspiro.Y a quin le importa ver una estpida pelcula de dibujos animados apta para nios?Cuntos aos tienes? Pregunt el padre.-Ocho.Quieres tener nueve?S.Pues maana vamos a ver Pinocho dijo Neary.Te ests ganando el corazn y la mente de tus hijos coment Ronnie, examinndose el rostro reflejado en el espejo.Es una broma le dijo l. Pero yo crec con Pinocho. Los nios siguen siendo nios, Ronnie. Les encantar. Tarare una meloda unos instantes y

31despus cant unas frases: Si deseas una estrella... no importa... Neary se detuvo. Comprendi que no estaba consiguiendo interesar a nadie, ni a sus hijos, ni a su mujer. Tenis razn dijo extendiendo las manos. Chicos, podis decidir lo que queris porque yo no pienso influir en vosotros para nada. Maana podis jugar al minigolf, lo cual significar hacer cola, empujar, recibir empujones y, a lo mejor, no marcar ni un solo punto... o... podis ver Pinocho que tiene msica y animales y magia y cosas que recordaris toda la vida. Vamos a votar aadi desesperado.Golf! Gritaron los tres nios.De acuerdo dijo Neary, fingiendo tambalearse hacia atrs, maana, golf. Y esta noche... a la cama. Ahora mismo. Andando.No, espera protest Toby. Has dicho que podramos ver Los Diez Mandamientos en la televisin.Al otro lado de la estancia son el telfono. Ronnie fue a contestar.Esta pelcula dura cuatro horas dijo sta, descolgando el aparato al segundo timbrazo.Diga? Ah, hola, Earl.Les dije que slo podran ver cinco de los Mandamientos coment Neary, casi para sus adentros.Espera un momento, Earl dijo Ronnie hablando por telfono. No puedo transmitir todo eso. Ser mejor que se lo digas directamente a Roy. Extendi el telfono en direccin a su marido. Ha ocurrido algo.Neary empez a rodear la mesa de ping-pong.Mis hijos no quieren ver Pinocho mascull. Qu mundo.Ya viene dijo Ronnie contra el telfono. Est cruzando los Alpes.Roy le dirigi un silencioso y sarcstico ja, ja e hizo ademn de tomar el aparato. En lugar de entregrselo,32Ronnie lo sostuvo contra su oreja con una mano al tiempo que se acercaba a su otro lado, besndole la otra oreja. Neary estaba acostumbrado a aquellos repentinos cambios de humor de su esposa. Se inclin y tom en brazos a Sylvia que tambin quera besarle la oreja.Qu sucede, Earl? Le pregunt a su compaero de la central elctrica.He recibido una llamada del jefe de distribucin dijo Earl Johnson con voz muy preocupada. Gran escape en el voltaje primario.En el primario? Pregunt Roy. Cmo demonios... ?Cllate y escucha le interrumpi Earl. Hemos perdido medio banco de transformadores en la subcentral de Gilmore aadi, tratando de pronunciar las palabras con la mayor rapidez posible. Alcanzar a los usuarios de un momento a otro, por consiguiente, ponte los pantalones mientras haya luz.Earl, qu d...?Acude a Gilmore enseguida, Roy.Earl colg y la lnea se qued muda. Neary se volvi hacia su esposa.Has odo eso...?Entonces la habitacin se qued a oscuras y todo se detuvo.En la repentina oscuridad, Neary los vio primero. Diminutos charcos de luz azul en el paisaje por el que discurra el tren elctrico, all donde el ro pasaba bajo el puente y desembocaba en un pequeo lago. El agua pintada flua con un color verde azulado como el de los ojos de Ronnie.Ya te lo he dicho! Rugi sbitamente Toby. Ya te lo he dicho! Me ha robado la pintura luminosa.33

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Un sintetizador lo es todo menos sencillo. An no hay muchos en el mundo y menos son todava las personas que saben montar uno y an menos las que saben qu hacer con l y conocen su capacidad, su potencial y sus lmites.Por consiguiente, cuando se recibi la apresurada orden de modificar el sintetizador que haban construido para Stevie Wonder dos aos antes, los barbados y bigotudos jvenes con gafas que comprenden estas arcanas cuestiones procedieron a ejecutar la orden con aturdida diligencia.Aturdida porque, evidentemente, el seor Wonder haba prestado o entregado su sintetizador a un grupo no conocido previamente por sus intereses musicales. Pero, qu demonios? Qu no podran hacer aquellos chicos con un sintetizador que no pudieran hacer con un misil balstico intercontinental de cabeza nuclear y largo alcance?34

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Cuando lleg Roy, Ike Harris estaba sosteniendo dos telfonos, uno conectado directamente con el ascensor de un edificio de apartamentos en el que el supervisor Grimsby haba quedado atrapado, y el otro con el mundo exterior anlogamente agitado.Harris estaba trastornado.Una lnea de 27 kw de Gilmore se ha averiado le dijo a Grimsby a travs del telfono, al tiempo que informaba a Neary. Se han abierto todos los interruptores y hemos empezado a perder alimentadores. Tolono se ha quedado a oscuras. Crystal Lake est a oscuras. Cmo? Ah, es verdad, seor. Usted tambin est a oscuras.Harris mir a Neary y puso los ojos en blanco unos instantes para darle a entender la clase de vibraciones que le estaba transmitiendo Grimsby.Muy bien, de acuerdo dijo Ike una vez que Grimsby hubo cesado temporalmente de gritar. He recibido informes de actos de vandalismo en la lnea. Al parecer, se han averiado varias lneas de 890 megavatios. He llamado al servicio municipal para que nos ayude, pero no podemos transmitir la nueva corriente hasta que funcione esta torre de 500 kw. Cmo? S, seor!Harris cubri el telfono con la mano.Neary, conoces la tensin normal de hilo de aquella zona?35Sin viento, la tensin normal de pandeo es de aproximadamente siete mil quinientos kilos por cable. Fui oficial de aquella zona hace un par de aos.Ike apart la mano del telfono.Ahora mismo le mando a Neary.Qu me mandas? Repiti Roy.Utilizando la mano con la que no sostena el telfono de Grimsby, Harris le indic a Neary por seas que saliera de la sala de control. Lrgate. Rpido. No, no le deca a usted, seor Grimsby.Mientras cruzaba rpidamente la puerta, Roy oy que Ike le gritaba a alguien, a todo el mundo, a quien fuera:Diga al servicio municipal que vamos a restablecer el suministro dentro de diez minutos.Ahora, quince minutos ms tarde, bajando por una oscura carretera del condado de cuyo nombre o nmero no estaba seguro, Neary estaba a punto de reconocer que se haba perdido. El automvil de Roy era una versin en pequeo del taller de su casa. Haba extendido sobre el volante un mapa de la red, buscando en vano las coordenadas del problema mientras sostena con la boca una linterna.Por si no constituyera una suficiente amenaza en la carretera, Neary se estaba distrayendo ulteriormente con las llamadas de la polica que escuchaba a travs de la radio de banda ancha.Aqu la oficina del sheriff. Dispongo de algn coche patrulla en proximidad de la calle Reva?Hola, condado. Aqu patrulla de la carretera seis diez. Estamos en Reva. Podemos ayudarles en algo?Si fueran tan amables, se lo agradecera. Vean a la mujer del dos once de la calle Reva. Algo de la iluminacin exterior. Est furiosa. Los perros ladran. Ya pueden ustedes figurarse.36La radio dej de hablar y Neary dej de conducir, acercndose a la cuneta. La calle Reva se encontraba en Tolono, de eso estaba seguro. Sin embargo, Ike haba informado de que Tolono se encontraba a oscuras. Roy descolg el telfono mvil.TR ochenta y ocho dieciocho llamando al jefe de Averas dijo.Aqu Averas contest Ike Harris, no menos histrico que quince minutos antes. Qu quieres?Habis restablecido el suministro de Tolono? Cambio.Acaso bromeas? Tolono fue el primer sitio que se qued a oscuras.Acabo de or a la polica informar de que haba luz en Tolono.Dios bendito! Grit Harris. Pero, qu ests haciendo, controlando las llamadas de la polica en una noche como sta? Todo est averiado, Neary. Se ha venido abajo toda la red.Harris enmudeci bruscamente.Neary regres de nuevo a la carretera. Varios minutos ms tarde, distingui una luz mbar giratoria en la distancia, lo cual le hizo sentirse mejor. Aunque no mucho. Por lo menos no estaba perdido. Roy se acerc a una furgoneta de averas y descendi de su automvil. Se encontraban all dos equipos, aguardando a que alguien revestido de autoridad les diera las rdenes oportunas. Haba una furgoneta con plataforma de color amarillo con el motor en mnima, dispuesta a levantar a los hombres hasta lo alto de la torre que se elevaba confusamente en la oscuridad.Neary se senta fuera de lugar. Jams haba mandado a ningn equipo de obreros con anterioridad. La mayora de ellos eran veteranos. Roy tambin haba trabajado en equipos de reparacin, pero aquellos hombres le llevaban37unos quince aos y eran diez veces ms expertos que l. El hecho de que hubiera ascendido en el sistema no significaba maldita la cosa para aquellos hombres, no significaba automticamente que stos fueran a obedecer sus rdenes, si es que se le ocurra alguna orden que darles.Pero entonces Roy descubri un rostro amigo, un rostro negro, el de Earl Johnson que le haba llamado con anterioridad.Hola, Earl dijo Neary. Qu hay?No hay contest Earl mostrando sus blancos dientes iluminados por la luz giratoria de color mbar. Por qu piensas que alguien habr robado tres kilmetros de alambre de transmisin?Bromeas.A modo de respuesta, Earl levant su linterna de seis voltios y apunt con su haz de luz hacia lo alto de la torre. Despus traz con l una lnea all donde dos gruesos y combados cables de cobre hubieran debido extenderse hacia la siguiente torre. Pero no haba cables.La lnea no se ha averiado dijo Earl. Ha desaparecido. No hay nada entre M-Diez y M-Doce.Maldita sea dijo Neary. Tal vez sea por el elevado precio del cobre aadi en tono meditabundo.Earl y Roy se dirigieron al automvil de este ltimo para informar.Muy bien dijo Earl. Muy bien. El material vale una fortuna. Yo les dije que deberamos efectuar los tendidos bajo tierra.Pero, dnde iban a aterrizar los pjaros? Pregunt Neary.Antes de que Roy pudiera informar a Ike Harris, la radio transmiti una llamada de la polica.A cualquier unidad que se encuentre en proximidad de las colinas de Tolono... un ama de casa comunica... mmm... que su lmpara Tiffany que se38encontraba en la ventana de la cocina... que la lmpara se ha quedado boca abajo...Dnde ha dicho? Pregunt Johnson. Tolono?Es la segunda llamada que se recibe de Tolono le dijo Neary.No se entenda muy bien prosigui diciendo el comunicante de la polica. Estaba muy trastornada... cuatro uno cinco cinco calle Osborne.Pero Tolono est a oscuras dijo Earl.Tal vez dijo Roy, descolgando el telfono del vehculo. TR ochenta y ocho dieciocho. Quiero hablar con Ike. Le entreg a Earl el mapa. Busca Osborne, quieres? le dijo. Yo jams he podido leer estas malditas cosas.Neary! Exclam Harris. Qu sucede?Bueno dijo Roy hablando con indiferencia, estoy aqu en Mary-diez. Y... todas las lneas han desaparecido. Hasta Mary-doce, dice Earl. Al parecer, unos vndalos han efectuado un corte muy chapucero en las terminales y despus han acercado un camin y se han llevado todo, pero aqu hay otra cosa...Aqu hay algo para ti le interrumpi Ike. Tenemos que restablecer el suministro en una hora.Una hora! Exclam Neary. Hay casi dos kilmetros de postes vacos aqu. Es imposible.Todo es posible cuando se tiene atrapado en un ascensor a un supervisor general que quiere salir.Roy solt una breve carcajada y despus pregunt:Oye, Ike. No habis restablecido el suministro de Tolono, verdad?Ya te lo he dicho. Tolono fue el primer sitio que se qued a oscuras. Est tan oscuro como el ascensor de Grimsby.39Pues mira, Ike empez a decir Neary con mucho cuidado. yeme bien. La polica ha informado que hay luz en Tolono. Si las lneas de all tienen corriente y ello no figura en tu banco de datos, uno de los hombres que trabajan en lo alto de estas terminales... zas. Ya ocurri una vez en Gilroy, te acuerdas?Yo y dos computadoras que me respaldan decimos que Tolono se encuentra tan a oscuras como el interior de tu cabeza, Neary grit Harris.Earl Johnson simul no haber escuchado el comentario.Atiendan las llamadas del embalse sur de Tolono dijo sbitamente un comunicante de la polica. Unas luces de Navidad han dado lugar a un pequeo incendio.Has odo eso, Ike? Grit Neary contra el telfono. Lo has odo? Hablan de unas luces de Navidad que se encuentran encendidas ahora.Estamos en mayo, no en diciembre dijo Harris, recuperando sbitamente su buen humor. No hay Navidad durante un apagn. Slo el infierno. Y colg antes de que Roy pudiera contestar.Neary se dirigi a Earl Johnson.Qu le ocurre a este to? As fue como le sucedi a Jordie Christopher, sustituyendo unos aisladores gastados en Gilroy.Ya has odo al hombre, Roy dijo Earl. Te ha dicho que repares la lnea.Exactamente. Neary se qued de pie, tarareando una suave meloda. Despus se volvi hacia Earl Johnson y le dijo en tono de conspirador: Oye una cosa, Earl, te gustara encargarte de esta operacin durante una hora?Roy subi a su automvil, cerr la portezuela y puso el motor en marcha antes de que Johnson empezara a contestar.40Yo? Dirigir este espectculo? Y quin iba a hacerme caso? Ni siquiera poseo antigedad. Ni siquiera soy blanco. No le vuelvas la espalda a una cosa buena, Roy. Te han nombrado jefe.Earl, si se equivoca, algunos de nuestros hombres de Tolono podran matarse.Y, si est en lo cierto, te van a colgar el trasero tan arriba que no lo encontrar siquiera el servicio de colocacin.Neary empez a avanzar con el automvil.Tolono es qu? Pregunt a travs de la ventanilla. Sesenta y seis desvo setenta?Roy se alej.Johnson levant la cabeza angustiado, pensando en Neary y su sentido de la orientacin.Vas a acabar en Cincinnati le grit. Es setenta con sesenta y seis.Neary hizo un gesto con la mano en direccin a Johnson. Setenta con sesenta y seis.Momentos ms tarde, la noche se trag la forma y el ruido de su automvil.Earl Johnson contempl cmo los faros traseros se iban apagando hasta desaparecer. Lanz un profundo suspiro y regres lentamente junto al grupo de obreros que le estaban observando con una mezcla de recelo y divertida malicia.Earl se qued de pie frente a aquellos veteranos trabajadores, preguntndose qu demonios podra decirles. Respir hondo y seal hacia la elevada torre.Arregladla.41

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El vuelo 31 de la Aireast tom tierra a las 11.40 de la noche. La torre de control del aeropuerto de Indianapolis transmiti las habituales instrucciones a la cabina del aparato que se encontraba apenas a tres minutos de la pista de aterrizaje este-oeste.Un par de policas de seguridad del aeropuerto aguardaban junto a la pista mientras de sus transmisores porttiles se escapaban unos ruidos confusos y una voz farfullante comunicaba al pblico que las zonas blancas estaban destinadas nicamente al desembarque de los pasajeros. Un Ford L.T.D. negro se abri paso a travs de la ligera congestin nocturna y sus neumticos pasaron rozando la flota de vehculos de la patrulla de seguridad del aeropuerto. Uno de los neumticos subi incluso al bordillo blanco con el suficiente ruido y peligro como para que cualquier agente echara mano de su bloc de multas.En lugar de ello, uno de los oficiales de seguridad extendi la mano hacia la portezuela de atrs y la abri. Descendieron tres hombres. Acaso seran unos jugadores profesionales de ftbol americano disfrazados de ejecutivos de la Sperry-Rand? Sus trajes de espiga Brooks Brothers producan la impresin de haber sido planchados directamente sobre sus vigorosas y estilizadas figuras de metro ochenta. Dos de ellos lucan gafas ahumadas y el tercero ostentaba un espeso bigote gris que no concordaba42demasiado con su corto cabello rubio.Un cuarto individuo con aspecto de notario, bastante parecido a Fran Tarkenton, cruz casi sin aliento las puertas elctricas de la terminal.Ha aterrizado!Cundo?Hace apenas un minuto. Pero, dnde estabais? Se est dirigiendo hacia la puerta 55 A.Los cuatro echaron a correr hacia unas dependencias anejas de la terminal, abriendo con los hombros las puertas elctricas que no se abran con la suficiente rapidez.Subieron por la escalera mecnica de dos en dos peldaos. Al llegar arriba, el primero de ellos empuj a una mujer que no les haba visto subir y los otros tres estuvieron a punto de caerle encima. En su lugar, esquivaron a su compaero y a la mujer, que estaba embarazada y se encontraba tendida en el suelo, y se alejaron.El primer hombre ayud a levantarse a la dama embarazada, se deshizo en disculpas, se cercior de que estuviera bien sorprendida pero, por lo dems, bien y ech a correr en pos de sus amigos. Ella record que llevaba una tarjetita plastificada con su fotografa de metal alrededor de su cuello.El primer hombre dio alcance a sus colegas, atravesando los detectores de metal de los servicios de seguridad. Todos mostraron sus placas al personal de los servicios de seguridad que les permiti el paso. Ahora echaron a correr por un largo pasillo que conduca a las puertas de llegadas-salidas como si quisieran recuperar el tiempo perdido.Pero, en lugar de dirigirse hacia alguna de las puertas, se detuvieron frente a una puerta en la que figuraba un43

pequeo nmero 6, tal como alguien record ms tarde, y entraron sin llamar.Segundos ms tarde, los cuatro hombres salieron llevando consigo a tres desconcertados funcionarios de la Aviacin Civil. Llevaban unas fotografas plastificadas pero no se parecan en absoluto a unos jugadores profesionales de ftbol americano. Y estaban furiosos y cada vez lo estaban ms mientras los componentes del grupo apresuradamente reunido se arracimaban alrededor de la entrada de la torre de control del aeropuerto rebuscando una llave en sus bolsillos.El Aireast 31, que era un 727, se haba detenido durante treinta segundos a la espera de que se despejara el trfico. Ahora se estaba moviendo de nuevo, dirigindose hacia la zona de desembarque 55 A. Sbitamente, el 31 accion los frenos y experiment una sacudida antes de detenerse. Su hocico empez a inclinarse a estribor.Guiando al aparato hacia su punto de detencin se encontraba un funcionario de tierra con las linternas de mano congeladas por encima de su cabeza. El jet sigui hacia estribor. El funcionario de tierra agit nerviosamente las linternas.Por aqu, por aqu!El A.E. 31, haciendo caso omiso de las seales vir en redondo y se dirigi hacia una zona privada de la pista, con los azules faros traseros encendidos.Con gesto de impotencia, el funcionario baj las linternas y despus se encogi de hombros en direccin a los mozos del equipaje que estaban mirando hacia la torre de control en busca de alguna seal de vida.Entretanto, en otro lugar del aeropuerto ajeno a todo aquel indecoroso barullo que estaba teniendo lugar, 44Lacombe, que era la causa inmediata del mismo, aterriz. Su jet militar se alej de una de las pistas principales y se adentr en una zona de estacionamiento muy poco utilizada y se detuvo junto a un Cadillac de color negro. Los dos motores gemelos del jet chirriaron hasta detenerse, se abri la portezuela y el delgado francs descendi rpidamente, pero sin apresuramiento, por la escalerilla metlica, pis el pavimento de hormign y se acomod en el asiento de atrs del Cadillac.En el asiento frontal haba un chfer del Gobierno, enfundado en un uniforme militar, y otro hombre vestido con traje de calle. Lacombe, utilizando sus austeros y reposados modales, prescindi de todos los preliminares relativos a su viaje, etc., y pregunt:Estn preparados?S, seor contest el hombre del traje de calle.El chfer se alej ulteriormente de la terminal de pasajeros y se dirigi a una zona en la que se encontraba almacenada la carga en trnsito. Haba otros cuatro automviles aparcados all, todos ellos con los motores en marcha y los faros apagados. Al acercarse el Cadillac, la portezuela de uno de los vehculos se abri y emergi rpidamente un joven.Este se inclin hacia la ventanilla del chfer y pregunt:Monsieur Lacombe?Oui, c'est moi contest el hombre del asiento deatrs.Soy su traductor.Bon. Entrez, s'il vous plait.El joven abri la portezuela y subi al automvil. Lacombe empez a buscar algo en sus bolsillos. Es usted... sac un trozo de papel y lo ley a la dbil luz de la lmpara del techo, tratando de pronunciar lo que vea45segn la fontica inglesa el se-or La-ug-lin?Laughlin. David.Lacombe se encogi de hombros, casi entristecido ante su desconocimiento del ingls, y se sac de otro bolsillo un libro encuadernado en rstica.Y lleva usted en el proyecto... dos aos?En las instalaciones Wright-Patterson de Dayton, Ohio repuso Laughlin. Tuve el privilegio aadi con entusiasmo de trabajar con su ayudante ejecutivo en el setenta y uno. Transcrib veintiuna horas de grabacin de sueo y asist a las conversaciones de Montsoreau la semana en que los franceses consiguieron triunfar. Por cierto, muchas felicitaciones.Gracias dijo Lacombe, sin conmoverse aparentemente ni por la experiencia ni por el entusiasmo deLaughlin. Traduzca, por favor.Para confusin y vergenza de David Laughlin, Lacombe empez a leer una pgina del libro francs. Se trataba de algo muy apasionado y l iba variando la inflexin y las emociones de su voz segn las exigencias del texto.Laughlin iba traduciendo con aproximadamente una slaba de retraso. Lo saba hacer muy bien, pero se estaba preguntando qu demonios estaba ocurriendo all. Haba odo decir todos los que estaban relacionados con el proyecto lo haban odo decir que Lacombe era... interesante. Al fin y al cabo, en el transcurso de los ltimos nueve meses, haba cambiado cuatro veces de intrprete.Sus firmes y jvenes senos palpitaron de excitacin al quitarse el jersey de lana tradujo David -. Sus pezones eran tan duros, rosados y redondos como un chicle hinchable prosigui diciendo. En aquellos momentos, ya estaba sudando como un loco y gritando a46pleno pulmn para que se le pudiera escuchar sobre el trasfondo del rumor del jet que se estaba acercando por la pista. Chill de excitacin mientras su profesor sacaba lentamente una larga y rgida regla. Bien... bien grit Lacombe, detenindose.Los motores del jet cesaron de rugir.Laughlin experiment una sensacin de alivio. Contempl intensamente a aquel hombre delgado en cuyo rostro se reflejaba el cansancio y cuyos penetrantes ojos negros estaban estudiando a Laughlin con la misma intensidad con que ste le estaba estudiando a l, como tratando de distinguir algn signo de inteligencia en aquel joven rostro tpicamente norteamericano, aparentemente impasible ante la experiencia o el dolor.Si me permite la pregunta, seor dijo Laughlin, rompiendo torpemente el silencio, por qu precisamente este libro?Lacombe se encogi de hombros y le mostr a David el libro, con su portada de chillones colores y su ttulo en francs, El guardarropa.Cosas que compro dijo en tono cansado. Estoy seguro de que posee valor emocional. Las emociones van a ser importantes, La-ug-lin. Hay equivalentes... emocionales y lingsticos en todos los idiomas. Yo espero que me facilite los equivalentes de las palabras. Quiero ser comprendido perfectamente. El francs se inclin hacia adelante y le dijo al hombre del asiento frontal: Robert, qu tal ha estado?Brbaro! Repuso el hombre.Fue la nica vez que Laughlin le oy hablar. Lacombe adopt una expresin confusa hasta que David intervino y le facilit la equivalente expresin coloquial francesa.As termin la entrevista a que David Laughlin fue sometido para optar al puesto. Lacombe sonri, estrech47

su mano y abri al mismo tiempo la portezuela del automvil. Se dirigi hacia el 727 y Laughlin le sigui apresuradamente.En el interior del Aireast 31, los agotados pasajeros demasiado exhaustos para poderse quejar y demasiado aliviados por el hecho de haber aterrizado finalmente en Indianpolis observaron con ojos legaosos cmo una azafata abra la portezuela frontal y seis hombres de elevada estatura suban por la escalerilla mvil que haba sido acercada al costado del aparato y penetraban en el interior del mismo. Dos de los hombres, vestidos con trajes de calle, desaparecieron en el interior de la cabina de la tripulacin de vuelo mientras los otros cuatro vestidos con pantalones anchos, corbatas y chaquetas que no hacan juego y las placas de plstico colgando sobre sus corbatas permanecan de pie junto a la portezuela y en el pasillo como si pretendieran bloquear la salida.Para entonces, los cuarenta y cuatro pasajeros experimentaban ms curiosidad que cansancio, sobre todo cuando vieron que el piloto, el copiloto, el oficial de radio y el ingeniero de vuelo abandonaban la cabina, escoltados por los dos hombres enfundados en trajes de calle. Los pasajeros que podan ver a travs de las ventanillas de estribor, observaron cmo los componentes de la tripulacin de vuelo suban a dos automviles que aguardaban y se alejaban en ellos. Los dos hombres volvieron a subir por la escalerilla y penetraron de nuevo en el interior del aparato.Dos de los hombres que iban vestidos con prendas que no hacan juego empezaron a descender por el pasillo distribuyendo pequeos lpices y pequeas tarjetas IBM. Mientras lo hacan, uno de los hombres vestidos con traje de calle le pregunt a una azafata dnde estaba el micrfono de la cabina. Ella se lo entreg y el hombre puls el botn del48altavoz y empez a hablar en el tono falsamente amable propio de los expertos en relaciones pblicas.Seores dijo, soy Jack DeForest y les hablo en nombre del Mando de Investigaciones y Desarrollo de las Fuerzas Areas para expresarles nuestras disculpas por esta demora en sus horarios de vuelo y personales. Queremos que puedan ustedes salir de aqu cuanto antes.Bien prosigui diciendo como si fuera el director social de a bordo. Nadie ha tenido la culpa, pero, durante su vuelo, sin que el piloto ni la Aireast Airlines lo supieran, su aparato ha atravesado accidentalmente un pasillo restringido en el que se estaban llevando a cabo unas pruebas gubernamentales clasificadas.Ello provoc la reaccin de los pasajeros que empezaron a murmurar y comentar: Ya me lo pareca. Bueno, he dicho que no bamos a tardar mucho y no tardaremos prosigui diciendo Jack DeForest. Voy a rogarles a todos los pasajeros que dispongan de cmaras fotogrficas, rollos usados, cajas de rollos nuevos y aparatos de grabacin en cinta que lo entreguen todo a nuestro amable equipo.Ahora la reaccin fue instantnea y violenta. Jack levant una mano que nadie pudo ver con la excepcin de la azafata.Provisionalmente, seores. Lo recuperarn ustedes dentro de dos semanas. Se lo prometo. Rellenen ustedes estas tarjetitas que les hemos entregado con su nombre y direccin as como una descripcin de los objetos que entreguen a las Fuerzas Areas. Les aseguro que se lo devolveremos todo... diapositivas, grabaciones, lo que sea... corriendo los gastos de nuestra cuenta.Jack DeForest dej que las quejas siguieran su curso. A su espalda, Lacombe entr en el aparato, seguido de cerca 49por Laughlin. Todos ellos contemplaron cmo los pasajeros rellenaban las tarjetas IBM entre protestas.Lacombe se volvi de lado hacia Laughlin y le susurr algo en francs.Seor DeForest dijo Laughlin. En ese momento los ojos de todos los pasajeros se levantaron para ver qu iba a ocurrir ahora. Comunique a la tripulacin de vuelo que necesitamos la grabacin de vuelo intacta. Y otra cosa.S.No laven el aparato.Laughlin haba transmitido las rdenes que Lacombe le haba comunicado en voz baja sin pensar en otra cosa ms que en traducirlas al ingls. Ahora, al observar las reacciones de pnico y preocupacin de los pasajeros, David comprendi que hubiera sido ms oportuno hablar personalmente con la tripulacin de vuelo.Los rostros de los pasajeros reflejaban exactamente lo que nadie quera que reflejaran. Haba sido por lo de que no lavaran el aparato.Fue un mal momento. Pero nadie habl. Tal vez estuvieran demasiado cansados. Tal vez no quisieran realmente saberlo. Tal vez pensaran que ya era suficiente para un da.Lacombe, Laughlin, DeForest y los dems comprendieron que por lo menos un par de pasajeros empezaran a recorrer la prensa del da siguiente. Estaban seguros, sin embargo, de que los nicos relatos de la experiencia que se publicaran en letras de molde apareceran en las pginas de The Enquirer, The Star, Argosy y otros peridicos que ninguna persona sensata se tomaba en serio. Sin embargo, Lacombe, Laughlin, DeForest y los dems saban que no habra modo de impedir lo que estaba ocurriendo aquella noche. Y que no era ms que el principio.508No haba modo de que el coordinador de operaciones pudiera establecer contacto con Neary. Este haba desconectado el telfono mvil de su vehculo. Roy no quera que Ike Harris le llamara. Mientras se diriga a travs de la noche hacia Tolono, pudo ver un manto de estrellas por encima suyo, a pesar de que la habitual niebla nocturna de primavera se estaba empezando a elevar de las hondonadas, provocando el rebote de la luz de sus faros delanteros.Neary no viajaba solo. Le acompaaban las llamadas de la polica.U-cinco. Oficial Longly. Cambio.Adelante.Respondiendo a la 10-75 de la calle Cornbread y Middletown Pike. Estoy observando... creo que son las luces de las farolas de las calles situadas al pie de la colina. Vamos hacia all.Un brillante haz de rayos de luz apareci por encima del hombro de Neary a travs de la ventanilla trasera. Neary estaba examinando sus mapas y agit el brazo con aire ausente a travs de la ventanilla lateral. Los faros delanteros del automvil pasaron de largo y alguien le grit desde el mismo:Est usted en el centro de la carretera, atontado!Unos doscientos vecinos en pijama creen que es la51noche del sbado coment Longly a travs de la banda de la polica.Neary extendi un mapa sobre el volante y, al final, localiz Cornbread y Middletown. D-cinco, M-treinta y cuatro. Sali a escape, con los neumticos chirriando.A los cinco minutos, Neary se encontr irremediablemente perdido. Al fin, presa de la desesperacin, se acerc a unos establecimientos de comida rpida en los que no se observaba la menor luz. El apagn haba facilitado, al parecer, una excusa perfecta para que todo el mundo saliera a los aparcamientos. Tan pronto como apareci la furgoneta de Neary, la gente se acerc agitando linternas y latas de cerveza.Ha vuelto la luz? Pregunt Neary.Eso pregunta? Replic una dama con rizadores y pauelo en la cabeza. Cmo se gana usted la vida?Y qu me dice de las luces de las farolas? Cundo sehan apagado, se han vuelto a encender? Apagndose yencendindose, apagndose y encendindose?Un nio impertinente acerc una linterna al rostro de Neary.As? Pregunt, encendindola y apagndola repetidamente contra los deslumbrados ojos de Roy.S.No dijo el nio rindose como un cretino.Estoy en Tolono o dnde? Le pregunt Neary a la seora Rizadores.Aqu est todo encendido dijo el oficial Longly sbitamente. Estas farolas... creo que es vapor de sodio. No se quieren estar quietas. Se mueven como si hubiera corriente. Se encienden... se apagan... espere... se ladean tambin un poco.Jess! Exclam Neary.Longly dijo el coordinador, hablando en tonohastiado. Faciltenos una localizacin.52A m tambin dijo Neary.Es por la escuela primaria de Ingleside, hacia el nordeste.Dnde est la escuela primaria de Ingleside... me lo puede decir alguien? Grit Roy a travs de la ventanilla.Muy fcil contest un individuo que, por alguna razn, llevaba una escopeta de caza. Regrese a la 70 y despus...No, un momento dijo Longly ...hacia el noroeste por Daytona.Dnde est Daytona? Rpido!Eso es todava ms fcil. El de la escopeta estaba olfateando accin. Mire, Jack, tome cualquier calle al este de aqu y siga hasta que encuentre ciudad-nueve y granja-once, pero no se detenga porque hay una seal de desvo... Disculpen las molestias.El hombre estaba hablando todava cuando Neary cambi de marcha y retrocedi.Cinco minutos ms tarde, Neary se encontr perdido en su propia ciudad. Se encontraba en una carretera rural, rodeado por aquella estpida niebla baja. La furgoneta DWP lleg brincando a una encrucijada y Roy Neary ilumin con la linterna el rtulo de una calle. Mierda! Volvi a estudiar el mapa. Mierda! Al efectuar marcha atrs, Neary tropez con dos artesas de arcilla de Indiana, se detuvo de nuevo y extendi el mapa sobre el volante, torciendo el gancho de la pequea lmpara de manera que lo iluminara adecuadamente.A su espalda, el haz de luz de un vehculo que se estaba acercando ilumin la ventanilla trasera. El brillo de las luces, reflejndose en los espejos retrovisor y lateral, resultaba casi tan irritante como el mapa municipal con todas aquellas lneas miopes. Con aire ausente, Neary asom la mano por la ventanilla izquierda, haciendo53seales al otro vehculo para que le adelantara.Por unos momentos, no ocurri nada. La intensa iluminacin, parecida casi a la de los faros de doble haz de un camin, le estaba molestando la vista. Con gesto impaciente, Neary volvi a hacer seas de que le adelantaran.Sin un sonido, movindose a un pausado e hipntico ritmo, los superfaros le obedecieron... perdindose verticalmente de vista y dejando tras s la oscuridad.Mientras examinaba atentamente el mapa, Roy Neary no se dio cuenta de nada de todo ello. Su subconsciente tom nota de que las brillantes luces ya no le molestaban. Lo que, al final, penetr en su conciencia fue el ruido. Sonaba como a tintineo de hojalata. Neary levant los ojos, mir a su alrededor y, al final, ilumin con el reflector el letrero de sealizacin de la carretera.Este vibraba con tanta rapidez que las letras parecan multiplicarse y superponerse. Volvi a mirar y emiti un eh? involuntario. Despus, el reflector, la lmpara del tablero de instrumentos y los faros delanteros fueron adquiriendo un resplandor mbar y se apagaron.Bruscamente, toda una zona de treinta metros a la redonda fue asaltada por una silenciosa explosin de la luz ms intensa que se pueda imaginar. De pronto, pareci que fuera de da. Neary trat de mirar a travs de la ventanilla abierta, pero la luz era cegadora y tuvo que volver a retirarse al interior del vehculo. Experiment un ardor inmediato, seguido de una sensacin de escozor en el lado del rostro que haba tenido la imprudencia de asomar por la ventanilla. Neary quiso hablar por telfono, pero el aparato no funcionaba. La radio de banda ancha tambin se haba estropeado.Para entonces, Roy estaba demasiado asustado como para poder moverse. Slo se movan sus ojos. Despus se54cubri los ojos con las manos y busc a tientas las gafas ahumadas de montura metlica que se encontraban en la visera del parabrisas. Consigui ponrselas y not para su horror que zumbaban junto a sus sienes y vibraban con tanta intensidad como el letrero de sealizacin.En aquellos momentos, se abri la guantera y empez a matraquear al igual que todos los dems elementos metlicos. Una caja de sujetapapeles se abri y todos los malditos sujetapapeles volaron ms all de la cabeza de Neary y se quedaron adheridos al techo de la furgoneta.Las gafas de sol estaban demasiado calientes. Le quemaban la piel. Neary se las quit y las dej caer sobre el asiento. Pero las gafas tambin volaron por encima de su cabeza y se pegaron al techo. Neary cerr los ojos para protegerlos de la intensa luz. El cenicero se vaci como aspirado por una corriente de aire externa a la furgoneta y...La clida luz desapareci. Los sujetapapeles empezaron a llover sobre la cabeza de Roy. Ya no se escuchaba la vibracin del letrero. Levant los ojos y por un segundo pudo ver las estrellas. Despus, como si una enorme bandeja se estuviera deslizando por el cielo, todas las estrellas (con la excepcin de algunas situadas junto a los bordes) quedaron ocultas por aquella masa. Esta sigui avanzando suavemente y las estrellas volvieron a hacer su aparicin.Un lejano matraqueo indujo a Neary a ocultar de nuevo la cabeza en el interior del vehculo. De repente, los faros, el reflector y la lmpara volvieron a encenderse. Algo ms all haba un semforo de cuatro direcciones. Los cuatro semforos danzaban hacia adelante y hacia atrs y vibraban con tanta violencia que los rebordes metlicos se haban curvado para resistir mejor la fuerza. Por un segundo, el cruce se qued inundado con la misma cegadora luz de 55antes. Pero slo por un segundo. Y, en la oscuridad, los semforos dejaron de vibrar.Todo qued inmvil. Ni siquiera el asomo de una brisa.Y la radio se puso en marcha y Neary lanz un grito.La radio emita unos sonidos que parecan deberse a sobrecarga elctrica y las voces no resultaban mucho mejor por lo que a Roy respectaba.No lo s. Yo se lo pregunto a usted. Hay luna llena hoy?Negativo dijo la voz de una coordinadora. No hay luna nueva el da trece.Djese de tonteras. Mi compaero y yo estamos viendo esta cosa sobre Signal Hill. Es aquello por lo que todo el mundo est gritando. Es la luna... Haba muchas perturbaciones elctricas. Espere un momento. Bueno. Ahora est empezando a moverse. De oeste a este.Aqu Tolono dijo otra voz. Polica diez once. Lo estamos contemplando y confirmamos que se trata de la luna con toda seguridad. Y que conste que no se mueve. Se estn moviendo las nubes que hay detrs, produciendo una impresin de movimiento por... Dnde ha estudiado usted astronoma, Tolono?terci una voz que Roy reconoci como la de Longly. Cundo ha visto usted nubes movindose detrsde la luna? Cul es su localizacin? Pregunt con voz cansada la coordinadora.Justo en proximidad de la autova de Telemar y al este hacia Harper Valley.Oh, Dios mo! Grit Roy Neary. Ya s dndeest.Neary aceler a ms de ciento cuarenta. Penetr en 56un largo y oscuro tnel y, mientras sus faros delanteros lo iluminaban, volvi a experimentar aquella sensacin de escozor en un lado de la cara. Record tambin lo mucho que se haba asustado antes, y ahora aqu estaba, persiguiendo aquella cosa que tanto le haba asustado. Hubiera debido detenerse, dar media vuelta y regresar junto a Earl y los dems hombres. Pero Neary se percat de que ahora estaba ms emocionado que asustado. Se senta como un nio. Ya era demasiado tarde para detenerse. Se estaba divirtiendo demasiado. Y lo mismo le ocurra a la polica.Ya les veo, Charlie! Les estoy persiguiendo.Puedes estar bien seguro. Estas cosas no han sido manufacturadas en Detroit.Era Longly!Est aminorando la marcha. No s por qu lo hace, pero se est acercando. Trescientos metros.Puede darle alcance? Pregunt la coordinadora.Creo que no. Son unos doscientos metros. Eso me parece. No creo que debamos acercarnos.Est siguiendo todas las curvas. Est recorriendo todas las carreteras.El radar indica que avanzan a una velocidad de cuarenta kilmetros por hora.Oye, no acabamos de pasar frente a una zona escolar?Fjate en los semforos! Se ponen verdes cuando ellos se acercan.Mucho ruido de perturbaciones elctricas.S, seor... Se estn dirigiendo hacia el este en direccin a Harper Valley.Neary emergi del tnel y rode una curva a ciento cincuenta y cinco kilmetros por hora, roz un antepecho, derrap y consigui corregir su trayectoria sin ir a parar a la hondonada central. Pas velozmente frente a un letrero de sealizacin: Harper Valley Este57Salida - 5 kilmetros. Neary pis entonces el acelerador y aminor a ciento treinta por hora al acercarse a la salida del Harper Valley.Patinando y frenando, enfil la carretera de salida. Esta se prolongaba en una carretera rural de dos carriles en la que Roy aminor la marcha a unos prudentes ciento diez kilmetros por hora.Ms adelante, le pareci ver algo en la...Un nio!Neary pis los frenos. Instantes despus, una mujer sali a la carretera y asi al nio. La furgoneta estaba brincando violentamente mientras Roy luchaba con el volante. La mujer y el nio se quedaron como congelados un instante bajo la luz de los faros... a metros, a escassima distancia, directamente bajo las ruedas.Neary gir con fuerza el volante a la izquierda, patin junto a los dos cuerpos y se lanz contra una valla de contencin de nieve, llevndose por delante parte de la misma antes de detenerse.Durante un prolongado instante, todo qued en silencio exceptuando su afanosa respiracin. Apag el motor. Tuvo que intentar tres veces abrir la portezuela de lo mucho que le temblaban los msculos del brazo.Al final, Neary consigui avanzar trabajosamente entre las altas hierbas y regresar al centro de la carretera. La mujer le mir como sin verle, rodeando al chiquillo con sus brazos, cubrindole los ojos con las manos como si todava quisiera protegerle de la poderosa luz de los faros que se acercaban.Seora empez a decir Roy, no debiera dejar que su nio...Llevo horas buscndole replic Jillian Guiler. Se alej de nuestra casa. Llevo horas buscndole. Se fue sin ms. Horas y horas llevo...58De acuerdo dijo Neary. De acuerdo, lo siento,yo...Esta es una curva muy peligrosa dijo una voz.Neary se volvi y vio nada menos que a un viejo granjero, sentado en una silla, detrs de una vieja camioneta de reparto. Su familia esposa y dos hijos se hallaba agrupada a su alrededor. Algunos miembros de la misma sostenan unos prismticos en la mano y uno de los chicos tena un telescopio de juguete.Es como si hubiera llegado el circo a la ciudad dijo el granjero, ingiriendo un trago de una botella de algo. Pasan de noche... pasan muy tarde de noche para no molestar a los vecinos.Un repentino viento apart los cabellos del rostro de Jillian. Roy not que su cabello volaba en la misma direccin. Se volvi de cara al viento que ahora estaba soplando a travs de la valla de contencin de nieve.En la furgoneta de Neary, entre varios metros de destrozada valla de contencin, la radio de la polica segua hablando.Puede usted alcanzarles?...puedo intentar ganar un poco de terreno.Mientras sigan la carretera.Aqu, condado de Randolf. Le estamos siguiendo a travs de la frecuencia de emergencia. Qu es lo que hay aqu abajo?Con los prpados medio cerrados a causa del viento, Neary pudo ver algo acercndose por la carretera, pero result una bandada de pjaros volando bajo, como si huyeran de algo. Algo que haba en el horizonte. Algo que brillaba.Pas velozmente un grupo de conejos con las orejas aplastadas contra la cabeza.Ya vienen otra vez dijo el granjero.Neary dio media vuelta para mirar carretera abajo.59

Jess! Musit en voz baja. Jesucr...Pareca que le hubieran aspirado el aliento de los pulmones. El vaco se llen con una especie de rumor sordo, como si la atmsfera estuviera perturbada por los relmpagos. Acercndose silenciosamente a ellos a gran velocidad poda verse lo que pareca un par de reflectores sostenidos sobre algo de gran tamao. Neary tuvo la impresin de ver una sombra detrs de las luces, algo slido, pernos y tuercas. Era como si un sbito amanecer a las dos de la madrugada pasara frente a l de este a oeste.Sin pensarlo, Roy se cubri el rostro con un brazo y asi a la mujer y al nio con el otro. Jillian not que el cuello y el rostro le ardan y despus le empezaban a escocer. Los tres permanecieron fuertemente abrazados como si algo parecido a una puesta de sol estival india, despidiendo deslumbrantes colores otoales, pasara frente a ellos y aminorara su velocidad carretera arriba. Un letrero en el que se anunciaban los Golden Arches de McDonald fue acariciado por seis matices de luz, antes de que el impresionante adorno de Navidad siguiera avanzando como una mancha blanca sobre la lnea de puntos de la carretera de abajo.Un tercer vehculo que a Neary se le antoj un fuego fatuo porque casi pareca que hubiera un rostro fantasmagrico mirando socarronamente desde todas sus brillantes luces, desde todos los miles de pequeos cristales de colores se fue acercando, pas de largo y, siguiendo la carretera, gir a la derecha al tiempo que se encendan sucesivamente tres luces indicadoras rojas como las de un Cougar del 71.Neary y Jillian estaban jadeando de miedo, pero el pequeo Barry no haca ms que brincar arriba y abajo gritando Helado! Helado! y rindose. Estaba muy excitado.60El viejo granjero, sentado todava en su silla, detrs de la camioneta, dijo en tono indiferente:S, ellos pueden colocar anillos alrededor de la luna, pero nosotros les llevamos muchos aos de adelanto en la carretera.Aquello fue demasiado para Roy y Jillian. Ambos se miraron a los ojos, pero no se les ocurri nada que pudieran decir.Neary trag saliva en un intento de pronunciar alguna palabra, de articular algn sonido, de que le saliera algo de la boca. Algo ms se estaba acercando por la carretera. Con un desesperado empujn, se lanz con Jillian y Barry a la cuneta.Con el tiempo justo. Dos vehculos de la polica pasaron velozmente a ms de ciento ochenta kilmetros por hora.Neary se encamin hacia su furgoneta.Qudese le dijo el granjero. Debiera de haberlo visto hace una hora.Eso es una locura dijo Neary justo en el momento en que pasaba otro vehculo de la polica de Indiana.Es posible que est borracho, pero s que estoy aqu grit el viejo sobre el trasfondo del ruido del motor.Neary estaba furioso.Ha estado usted a punto de matarnos! grit en direccin al ltimo automvil.Barry se estaba riendo de nuevo.Neary hizo marcha atrs con la furgoneta para desenredarla de la maraa de la valla de contencin y los matorrales. Las ruedas giraron sin moverse de sitio, pero despus Neary se calm y consigui sacar el vehculo de all.Dnde estamos? le pregunt a Jillian. Harper Valley.61La furgoneta se alej.Slo juegan dijo Barry, acurrucndose contra su madre.Qu dices, Barry?Juegan a cosas muy divertidas.62

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Pisando el acelerador hasta el fondo, Neary conduca inclinado contra el parabrisas, siguiendo las curvas de la va de acceso a la autopista y el resplandor que poda ver en el aire frente a s.Al llegar a la autopista, escuch la conversacin entre los vehculos de la polica a pesar de que an no poda verlos.Me estoy acercando a ellos, Bob! Exclam una voz.Fjate cmo han tomado esta curva!La cabeza de Roy casi rozaba el cristal. Este se inclin un momento hacia atrs y ech un vistazo al velocmetro. Ciento setenta. Dios mo! Otra noche como aqulla y podran arrojar a la basura aquel cacharro.... Ya estamos en la frontera de Ohio!Oye, Bob, que no podemos cruzar la frontera del estado!Vaya si podemos. Voy a pillar a estos hijos de puta aunque sea lo ltimo que haga...All delante aparecieron, ante la vista de Neary, las intermitentes luces rojas y amarillas del ltimo vehculo de la polica. Neary tuvo que aminorar la marcha para no salirse de la carretera mientras tomaban las largas curvas. La formacin de brillantes luces se encontraba todava por delante de ellos, tomando suavemente las curvas como si no existiera la gravedad.63A Neary le pareci en la distancia que las casetas de peaje estaban vacas. Al parecer, el apagn haba afectado tambin a las habituales lmparas fluorescentes de tono azulado. A aquella hora de la noche, discurra muy poco trfico entre Indiana y Ohio.En las casetas de peaje, uno de los empleados estaba dormitando, sentado en su taburete. La formacin de objetos anaranjados pas suavemente por encima de la lnea de casetas. Pareci que se desencadenara el infierno. Se encendieron las intermitentes luces rojas de alarma de funcionamiento por batera. Silbaron las sirenas. Sonaron timbres. El adormecido empleado se despert de golpe. Algn sinvergenza estaba tratando de pasar sin pagar.Momentos ms tarde, el primer vehculo de la polica cruz velozmente en rpida persecucin. Le sigui el segundo, haciendo sonar la sirena y con las luces de la capota encendidas. Mientras el empleado se asomaba fuera de la caseta para ver qu demonios estaba ocurriendo, pas el tercer automvil de la polica, seguido de cerca por la amarilla furgoneta DWP de Neary.Estoy acortando la distancia dijo uno de los policas. Os digo que tendrais que ver esto! Van pegados a la carretera!Se acercaba una curva cerrada y, por primera vez desde que se haba iniciado la persecucin, los objetos decidieron no seguir pegados a la carretera. Instantes ms tarde, el oficial de polica cuyos ojos deban estar siguiendo las luces nocturnas que avanzaban sobrevolando la carretera y no ya mirando la carretera se estrell contra el antepecho a una velocidad de por lo menos ciento setenta kilmetros por hora y se elev un sensacional instante en el aire de Ohio antes de aterrizar64de morro en el terrapln, perdiendo todas las ruedas y portezuelas.DeWitt! Ests bien, DeWitt?El segundo automvil se detuvo justo a tiempo, frenando con fuerza y llegando hasta el borde del precipicio. Roy observ cmo dos oficiales de la polica saltaban por el aplastado antepecho y descendan a toda prisa por el terrapln en direccin al vehculo accidentado.El tercer automvil y la furgoneta de Neary se detuvieron tambin. Los dems policas bajaron por el terrapln y Neary levant los ojos al cielo. Los tres objetos luminosos se elevaron hacia unas nubes bajas. Durante unos segundos, las nubes quedaron convertidas en fuego hasta que se desvaneci la iluminacin interna y regres de nuevo la noche.Neary mir hacia Indiana. La iluminacin fluorescente de ambos lados de las casetas de peaje se haba restablecido. Despus observ cmo, en la distancia, se encendan todas las luces de una pequea rea. Tolono? Harper Valley? Al parecer, el apagn haba terminado.Result que el agente Roger DeWitt se encontraba en mejor estado que su vehculo que haba quedado destrozado. Se haba roto la nariz, tena varios golpes de escasa importancia y una probable conmocin cerebral. Se haba pasado una hora en la comisara contndole a todo el mundo, incluido D.W.I., un muchacho vctima de violacin, as como a una docena de testigos, los acontecimientos celestes de aquella noche, su versin de la verdad. Ahora se encontraba dentro presentando su informe verbal al capitn Rasmussen mientras en la sala de elaboracin de informes de la Patrulla de Carreteras del Estado los otros oficiales y Roy estaban redactando sus informes acerca de su memorable noche. Eran las tres y media de la madrugada y Neary estaba agotado.65Al fin y al cabo, un hombre no dispone ms que de algunas onzas de adrenalina, pens Neary. Hubiera deseado encontrarse en un bar Mars pero se hubiera conformado con el Mounds o el Mamis. No haba mquinas de escribir suficientes y Roy estaba redactando su informe con un lpiz. Le dola espantosamente la cabeza.Tiene alguien una aspirina? Pregunt dirigindose a la sala en general.Nadie le prest atencin.Si Longly no hubiera estado conmigo le estaba diciendo uno de los agentes a otro, me hubiera vuelto loco.Yo no quiero archivar este informe dijo Longly sonriendo. Quiero publicarlo.Justo en aquellos momentos, se abri de golpe una puerta del otro extremo de la estancia y el oficial DeWitt emergi cojeando del despacho del capitn y cerr la puerta tras s no sin que antes hubiera salido el capitn.Ya es suficiente con haber ofendido el sentido comn dijo el capitn, dirigindose a todos los que se encontraban en la sala de elaboracin de informes. La gente normal espera que la polica no presente grotescos informes de este tipo.Lo que he dicho es la pura verdad dijo DeWitt en tono defensivo.No quiero ver a este departamento metido en las pginas del National Enquirer. Rasmussen mir a Longly y a otro oficial, sentados ambos junto a sus mquinas de escribir. Despus volvi a hablar, dirigindose a todos en general. Cuando Flash Gordon y Buck Rogers hayan terminado, que hagan el favor de pasar.Tras lo cual, regres a su despacho y cerr la puerta de golpe, dejando un rastro de terror a su espalda.66 Se ha enfadado porque tu coche se va a convertir en taxi la semana que viene? Pregunt Longly.Que si se ha enfadado? Dijo Roger, que ahora estaba aturdido, aparte de magullado. Se lo he contado todo. No le he ocultado nada. Las estrellas mviles. La velocidad. Qu demonios, un hombre no se carga un coche as como as.Y, qu?Me ha castigado con dos semanas de suspensin.Cmo?Los dems patrulleros interrumpieron su tarea y le miraron fijamente.Ya me habis odo. DeWitt se dirigi renqueando hacia la puerta. Id a contarle a alguien la verdad y pronto estaremos todos sin trabajo.Roy observ cmo los oficiales posaban de nuevo la mirada en sus mquinas de escribir. Les vio leer sus respectivos informes. Algunos agentes se intercambiaron unas sonrisas forzadas. Despus, como si un invisible titiritero hubiera tirado simultneamente de cinco cuerdas, cinco manos derechas se extendieron hacia las mquinas de escribir, sacaron cinco hojas y las arrojaron a las papeleras.Adelante, caballero le dijo un oficial a Neary, sonriendo estpidamente mientras insertaba un nuevo impreso de informe en su mquina de escribir. Tenga la bondad.Neary busc a algn amigo en la sala e inmediatamente comprendi la situacin general. Se levant y se ma