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Chávez Histórico

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Chávez/hecho mundo, en su andar por esta Tierra batalló transformando la correlación de las fuerzas sociales de la política, siembra de un legado hecho en revolución en manos de los pobladores ocupantes que viven y vencen con su mando. Hasta siempre Comandante.

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El legado de Chávez y la tarea pendiente

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Carmen Bohórquez - Julio 2013

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SE ESTÉ DE ACUERDO o no, Hugo Chávez es una de las figuras históricas más importantes de nuestro tiempo y lo que él dejó como legado gra-vitará por siempre en la memoria de los pueblos no sólo de Venezuela y de Nuestra América sino del mundo entero.

Desde su aparición pública aquel 4 de Febrero de 1992, el nombre de Hugo Chávez se hizo sinó-nimo de esperanza, de liberación y de patria. Ya nada volvería a ser lo mismo en Venezuela. Seis años más tarde, venciendo todos los poderes fácticos que se confabularon en su contra, en es-pecial el poder mediático, Hugo Chávez ganó la Presidencia de la República con una abrumadora ventaja. Su promesa fundamental: refundar la re-pública sobre las bases de la justicia, la igualdad y la libertad para todos y todas. Una Asamblea Constituyente y una Constitución redactada por el pueblo y aprobada en Referéndum, comenza-ron a hacerlo posible.

Pero, ¿cómo logró Hugo Chávez desatar una revolución en un país como Venezuela, en el cual todo parecía prefijado y en el que las nuevas ge-neraciones sólo tenían como modelo y expecta-tiva vivir el sueño americano? La clave, a mi en-tender, está en que Chávez, al igual que Miranda

y Bolívar, comprendió que el espejismo alienante y la consecuente dominación van aparejadas con la falta de conciencia histórica, y que este enca-denamiento sólo puede romperse si los pueblos logran redescubrirse como sujetos históricos.

De allí su empeño en llegar a lo más profundo de las raíces del ser venezolano y descubrir dón-de y cómo perdimos el rumbo de la soberanía, de la autodeterminación y de la propia identidad. No en balde el principal núcleo ideológico de su pensamiento y de su acción es “el árbol de las tres raíces”, con lo que subraya la necesidad de ir a las profundidades de nuestro ser histórico, a lo más radical de nuestra venezolanidad, esa que él, acertadamente, ve aparecer en el momento en que surge la pregunta por el ser americano y por su derecho a rebelarse contra el yugo colo-nial español. Por ello, Bolívar y Simón Rodríguez constituyen dos de las tres raíces del árbol de la libertad: independencia política e independen-cia mental. A ellas se agrega Ezequiel Zamora, como raíz de la independencia económica y de la justicia social, necesarias para alcanzar la ple-na emancipación: tierra y hombres libres. Años más tarde, en la medida en que va madurando su pensamiento, agregará dos raíces más: Francisco de Miranda, símbolo de la unidad americana y

Antonio José de Sucre, la joven y leal generación que habrá de tomar el testigo.

La historia le mostrará también que ese árbol de la libertad no ha-

bía logrado fructificar en una sociedad plena de hombres y mujeres libres e iguales, porque nuevas dominaciones se impusieron en Nues-tra América dejando pendiente la conquista de la plena soberanía. Convencido de ello, desarro-llará un discurso que estará permanentemente dirigido a despertar en un pueblo adormecido, la conciencia de su papel histórico y de su derecho a ser verdaderamente libre y a vivir una vida ple-na, en paz y con justicia. Sus dotes de narrador y su extraordinario sentido pedagógico van a ha-cer de este nuevo discurso histórico, el acicate que remueva las conciencias e inflame la pasión patria. La revolución bolivariana y más tarde su definición como revolución socialista son pron-tamente internalizadas y pasan a formar parte del desideratum colectivo en la medida en que el pueblo va comprendiendo la necesidad de pensar con cabeza propia y va adquiriendo conciencia de la fuerza de su propio poder creador. Dicho de otro modo, en la medida en que el pueblo se va reencontrando en ese discurso como sujeto his-tórico y como protagonista de su destino.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez saluda a sus seguidores durante el acto de inicio de campaña para la Enmienda constitucional del Partido Socialista Unido de Venezuela. Carabobo, 17-01-2009, Prensa PSUV,

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Y puesto que esta gesta no puede entenderse y sostenerse sino como libe-ración colectiva, Chávez no sólo inspira y modela la Venezuela-patria, so-berana y libre que el Libertador no pudo ver realizada, sino que motivando, impulsando y trabajando junto a otros líderes de Nuestra América, diseña la arquitectura y puesta en práctica del más grande ensayo de unidad de los pueblos que se ha dado en el continente americano. Hoy el Alba, Unasur, la Celac, Petrocaribe, el Sucre, Telesur, el Banco del Sur y el reciente ingreso de Venezuela a Mercosur llevan la impronta de este gran hombre, militan-te de la unidad de los pueblos y de la grandeza histórica de la Patria Grande.

Consciente, sin embargo, de la globalización d e la opresión y de que sólo

la férrea unidad de los pueblos puede lograr su definitiva emancipación y hacer triunfar la paz en el mundo, Chávez emprendió también una cruza-da de hermandad y de re-conocimiento mutuo con todos aquellos pueblos que históricamente han vivido situaciones similares de explotación y so-metimiento. Por ello, se hizo también persistente arquitecto de la relación Africa-América del Sur. Y en este construir la unidad de los pueblos pro-yectó internacionalmente a Venezuela a niveles jamás vistos. Activista y gestor de la paz en el mundo y de inclaudicable solidaridad con las luchas de los pueblos oprimidos del planeta, se hizo símbolo mundial de la lucha antiimperialista y de la defensa de las causas justas.

Su partida nos colocó intempestivamente ante el inmenso reto de asumir en mano propia la dirección de un proceso histórico cuyas dimensiones y trascendencia parecen a veces sobrepasarnos. Sin embargo y en honor a la verdad, la orfandad en que nos dejó ha sido fundamentalmente espiritual, afectiva, porque como todos los grandes hombres de la historia, Chávez tuvo la virtud de trascenderse a sí mismo y le sobró coraje para trazar los derroteros del proceso de transición al socialismo en una Venezuela que, estaba consciente, ya él no vería. Su último legado, el Plan de la Patria, constituye una carta de navegación no sólo para la Venezuela revolucionaria, sino también un Plan de transición al Socialismo para toda la Humanidad.

Este Plan recoge la madurez del pensamiento revolucionario de Hugo Chávez y en el cumplimiento de sus cinco objetivos históricos, escritos y bien descritos por la propia mano del Comandante, se sustenta la irreversi-bilidad de este proceso bolivariano y socialista. Irreversible porque Chávez supo construir con claridad esa irreversibilidad al enraizar orgánicamente al Estado en la fuerza popular organizada. Y han sido los avances logrados en esta organización popular la que se convierte a su vez en fuerza creativa que impulsa la transición al socialismo. Para Chávez, quien siempre supo, y lo dejaba traslucir con clara angustia en sus discursos, que el tiempo para hacer estos cambios le era demasiado corto – dada la permanente contrarrevolución en marcha que alimentada y financiada por los Estados Unidos ha intentado siempre revertir el proceso revolucionario – la única defensa, la base fundamental de la irreversibilidad de la revolución, resi-de en mantener la autenticidad del proceso revolucionario a través de la institucionalización de la “soberanía popular que se constituye a sí misma como la protagonista del poder”. (Esto dicho ya en 1993, como bien lo re-coge Itsván Meszáros en Más allá del Capital).

Esta idea-fuerza, presente desde siempre en su pensamiento revolucionario, se hizo más evidente en su concepción del triángulo fundamental para la construcción del Socialismo: propiedad social, producción social organizada por los trabajadores y satisfacción de las necesidades de la comunidad. Como afirma Michael Lebotwiz en “El camino hacia el desarrollo humano” (2009), el intento de Chávez de crear un socialismo como forma social metabólica, que unificara a toda la sociedad, representa su más importante aporte a la teoría y práctica de la transición al socialismo.

Y todo esto fue posible no sólo porque el pueblo creyó en Chávez, sino porque Chávez creyó en el pueblo, en las fuerzas del pueblo para liberarse a sí mismo y para crear un mundo distinto. Y si hay algo que lo engrande-ce más aún, es que en ningún momento dejó de tener conciencia del rol que le tocó jugar en la historia. Lo pudimos ver claramente en su último discurso público, la noche del 8 de diciembre de 2012: por encima y más allá de su propia vida, Chávez nos llamó a defender la patria, la dignidad, a profundizar los logros de la revolución, pero sobre todo nos llamó a la unidad, a la batalla y a la victoria definitiva sobre el acechante enemigo de la emancipación de los pueblos. Esa es la tarea fundamental a la que debe-mos consagrarnos.

¡Chávez vive, la lucha sigue!

¡Hasta la victoria siempre! Chávez en el cierre de campaña. Caracas, 4-10-12, Prensa presidencial, AVN.

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¡Chávez vive, la lucha sigue!Vladimir Acosta - Caracas, 16 de julio de 2013.

Foto: Miguel Gutiérrez, El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, participa en un acto de campaña para

su reelección en Catia La Mar, La Guaira, 09-08-2012, Cortesía: TELESUR.

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¡CHÁVEZ VIVE, la lucha sigue! Hermosa y com-bativa consigna. En esa consigna, que escucha-mos a diario en los actos masivos de quienes respaldamos este proceso, se funden en un doble compromiso de futuro la idea de estar compro-metidos con el legado del líder de la Revolución bolivariana y la de que en su inevitable y defi-nitiva ausencia f ísica la lucha debe continuar para mantener vivo ese proceso de cambios que él inició y por el cual dio su propia vida, y para seguir luchando sin descanso por profundizarlo, evitando que se estanque o retroceda.

¡Chávez vive, la lucha sigue! Hermosa consig-na sin duda. Pero si tomamos en cuenta lo que ha venido cobrando impulso por lo menos desde hace más de un año o quizá más en el seno del proceso bolivariano, y que se ha acentuado en estos últimos meses luego de la enfermedad y de la lamentable muerte del Presidente, es necesa-rio que nos preguntemos acerca de cuál Chávez hablamos y de cómo asociar su figura y su lega-do con esta nueva lucha. Porque si uno mira con atención lo que ocurre en el seno del proceso y lo que nuestros medios y muchos de nuestros dirigentes pregonan o repiten con frecuencia es posible ver que se perfilan al menos dos Chávez:

uno (y no el mejor) el que se ha venido impo-niendo casi por inercia, y otro (el verdaderamen-te necesario) el que conviene con decisión y es-fuerzo rescatar.

En su lucha incansable por transformar a Vene-zuela y por hacer de los pobres los protagonistas de esa transformación, Chávez obtuvo muchos logros y abrió muchos caminos. Su legado sin duda es enorme. Pero también, como era inevi-table, en medio de los éxitos logrados por su lu-cha infatigable, cometió errores y dejó abiertos otros caminos menos seguros y un tanto proble-máticos, como es el de la estrecha asociación de la religión y de la religiosidad con su política y con su figura.

Siendo un firme revolucionario, Chávez fue también un sincero creyente formado en el cato-licismo y seguidor fiel de esa doctrina, que es sin duda la de la mayoría del pueblo venezolano. Y si se enfrentó a la alta jerarquía eclesiástica fue por ver a diario con tristeza como ésta la traicionaba, manteniéndose, como ha sido usual desde hace siglos, siempre del lado de los ricos y en contra del interés de los pobres, a los que en forma de-magógica intenta siempre seducir. Pero en su

sinceridad, Chávez no fue capaz de separar su fe y sus creencias religiosas de su condición de líder político revolucionario. Es verdad que eso sirvió para que el pueblo católico venezolano que lo seguía y amaba como líder revolucionario com-prometido con su causa encontrara en ello una razón no sólo adicional sino muy importante para seguirlo y amarlo con más fuerza. Pero fe no es conciencia ni razón. Y no es menos cierto que eso sirvió para que en una Venezuela en la que desde la Independencia, al menos desde 1830, se había logrado el saludable objetivo de separar la política de la religión, algo que se mantuvo desde entonces y que nos libró de las guerras religiosas en que países hermanos se vieron envueltos en el siglo XIX, la religión volviera por sus fueros durante su gobierno y recuperara terreno perdi-do, no tanto por la vía de la alta jerarquía reli-giosa enfrentada al chavismo sino por la masiva religiosidad del pueblo alentada por la del propio Presidente.

Aquí por lo demás puede decirse que de manera estrecha se fundieron dos cosas: la creciente talla política del Presidente y el auge de la religiosidad católica asociada por él a la política revoluciona-ria. La figura de Chávez, producto de su lucha y

Foto: Miguel García, Pueblo en Miraflores para Juramentarse. Caracas, 10-01-2013, cortesía: MINCI

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Foto: Jorge Silva. Presidente y candidato presidencial Hugo Chávez, bajo la lluvia durante el cierre de campaña en Caracas, 04-10-2012. Cortesía: TELESUR.

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de su esfuerzo, fue creciendo hasta alcanzar una talla gigantesca y una dimensión mundial. Eso ayudó a que se creara en torno a su figura un también creciente culto que casi cobraba perfi-les de religiosidad. Y ese proceso se incrementó con su enfermedad, con el empeoramiento de ésta y con su lamentable muerte. Con ayuda de una religiosidad creciente, se pasó del culto a su persona a una suerte de veneración suya de corte mágico-religioso. Rezos, vigilias, oraciones, ro-gativas, misas, rituales y cultos de diverso signo, todo se conjugó, promovido por el Partido y por los medios estatales para que ese culto mágico-religioso alcanzara niveles realmente enormes.

Y luego de su muerte se ha llegado a una suerte de santificación. Chávez es descrito como infalible e infinito. Y nuestros medios han mostrado a un Chávez que sube al cielo y que se mueve entre las nubes acompañado o en busca de otros héroes revolucionarios que allí lo esperan y lo abrazan. Un dibujo animado mostrado en Venezolana de Televisión, titulado en paráfrasis del Padre Nuestro cristiano, “Chávez nuestro que estás en los cielos”, constituye el más claro ejemplo de esta adoración religiosa que se llevó a Chávez de la tierra a la que pertenece para hacerlo moverse en una lejanía inalcanzable, entre nubes cada vez más distantes y borrosas. Solo faltó dotarlo de una aureola, unas alas y una lira para convertirlo en una suerte de ángel celestial. Y señalo esto porque creo que salta a la vista que ese camino equivocado de santificación de un revolucionario como Chávez hace imposible que esa visión se

relacione con una consigna como ¡Chávez vive, la lucha sigue!

Más allá de la buena intención, que no pongo en duda, de quienes promocionan esta visión de Chávez, hay que recordar que los revolucionarios no son santos ni van al cielo. Y que no son santos ni van al cielo por una simple razón: porque la Iglesia es la que crea a los beatos y a los santos y la Iglesia es contrarrevolucionaria, enemiga de toda revolución. Uno puede imaginar en el cielo a asesinos como Constantino y Carlomagno pero no a revolucionarios como a Martí ni a Fidel Castro, ni a Bolívar ni a Chávez. Los Papas se canonizan unos a otros, todos terminan en el cielo. Para eso sirven a la Iglesia. La Iglesia beatifica o canoniza a reaccionarios como Stepinac, el mentor de los ustachis croatas, como Escrivá de Balaguer, el creador del Opus Dei, o cuando más a monjitas inocuas que hicieron, sí, una valiosa labor humilde de ayuda a pobres y enfermos, pero que jamás se metieron en política y que aceptaron ciegamente todas las posiciones reaccionarias de la alta jerarquía eclesiástica y del Vaticano. Y ni siquiera los sacerdotes revolucionarios como Monseñor Romero tienen cabida en ese cielo. El Papa Juan Pablo II, que le prohibió criticar a la derecha salvadoreña, no dijo nada cuando ésta lo asesinó.

Querer hacer de Chávez un santo al que habría que rendirle culto religioso sería la mejor forma de matarlo, de olvidar su legado, de separarlo de la lucha terrenal y dif ícil que tenemos por de-

lante. Sería la mejor manera de alejarlo del pue-blo, y de las realidades, problemas y peligros que debemos enfrentar. Que cada quien crea lo que quiere. La fe y las creencias son asunto perso-nal, pero una línea política construida sobre un pensamiento mágico-religioso que santifique a Chávez y difundida por nuestros dirigentes y nuestros medios en nada podría ayudarnos a im-pulsar la revolución, que se hace en la tierra y no en el cielo. Sólo nos serviría para mistificarla y apagarla. De nada nos sirve un Chávez irreal, que además nunca pretendió ser santo.

El Chávez que necesitamos es otro. El Chávez que necesitamos es el verdadero, el Chávez te-rrenal, humano y no divino, el Chávez hom-bre, revolucionario, socialista, antiimperialista, combatiente incansable por los derechos de los explotados, de los más débiles, de los pobres y de las mujeres; el Chávez luchador por la jus-ticia social, por una sociedad más justa capaz de brindar bienestar a las grandes mayorías; el Chávez combatiente infatigable por la igual-dad, por la soberanía de nuestros pueblos, por su democracia y libertad plena; el Chávez que se batió a muerte por su firme unidad frente al imperialismo y al colonialismo. Ese es el Chávez que necesitamos, ese es el Chávez que debemos conservar, el Chávez que realmente pervive en nuestro compromiso con lo mejor de su legado y con sus luchas, el Chávez que nos da aliento para impulsar con él la lucha que debemos con-tinuar librando. Sólo así tiene sentido gritar que Chávez vive y que la lucha sigue.

Campaña del año 2006, Caracas, 01-11-2006, Cortesía MINCI.

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Foto: Yoset Montes, Cierre de Campaña presidencial 2012. Caracas, 04-10-2012, cortesia AVN.

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Misión Insólita Judith Valencia - Caracas, 28 de Julio de 2013.

Foto: Jorge Silva. Presidente y candidato presidencial Hugo Chávez, bajo la lluvia durante el cierre de campaña

en Caracas, 04-10-2012. Cortesía: TELESUR.

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A las Camilas por nacer.

QUÉ SILENCIO. Pienso que las generaciones por nacer lo imaginarán invento. ¡Insólito pero cierto! No vivió minuto sin hacer. Movía las en-tendederas de todos y de cada uno, al tiempo y ritmo que abría las suyas, hurgando en palabras los hechos pendientes por hacer en años.

Zambo por amalgama temporal. Los más le de-cían Chávez, otros Comandante, en veces Hugo Rafael Chávez Frías, el Presi, el Jefe. Ése mismo se hizo mundo. Muchacho de toscos movimien-tos con caída de cuerpo dulce. Cuando no canta-ba, picheaba, bateaba, miraba picando ojos; pero sobre todo, a la vez que hablaba hacia con todos, todo para ayer.

Soldado con botas ‘de siete leguas’. Sabía de lo mucho pendiente y de cómo ir convirtiendo las resistencias en insurgencias. El deslave en Var-gas/1999 dio signos de las fuerzas por desatarse. De su cuerpo de morral sacaba un librito denso y azul. Cajas con libritos se convirtieron en armas pedidas por los caminantes que voceaban NO al ALCA.

Se le veía solitario de Cumbre en Cumbre, ni él sabía que en realidad como horizonte lo acom-

pañaban las esperas acumuladas en Fidel y las multitudes alertas que lo intuían. Decía y hacía. Hacía diciendo. Decía haciendo. Es ese el méto-do Chávez. Buscó el enjambre y se propuso des-atar los nudos. Dejó libres los cabos de todos los nudos que el tiempo le permitió desatar, los mos-tró al descubierto y les colocó Misión al mando. Cultivó un barullo de misioneros que, como se-milla, germinarán multiplicándose.

Con la propuesta en la boca la ponía a andar contigo en ella, sin decirte que era para ayer, to-davía a tiempo. Disponía con mañas y por ellas hay quienes lo mientan de autoritario. La maña de su ritmo respondía a contraatacar a un mayor ritmo que la ofensiva imperial y, a los tantos pen-dientes que impulsaba a la misma vez. Usaba la maña para impedir que detuvieran a los pueblos en camino.

Con su estilo de mando sorprendía, con trans-parencia lo reconfiguraba todo. Abría novedosos campos de batalla y dejaba a los jugadores en el otro terreno con sus estrategias fallidas. Surcaba los espacios inéditos. Vociferaba, no a la conver-gencia de esquemas entramados por los nexos del dominio. ¡Inventamos o erramos! Inventaba situaciones, decía: ‘la Revolución es un laborato-rio de inventos’.

A su llegada reinaba Fernando Henrique Car-doso sobre suramérica, desde Brasil; con la propuesta de una Comunidad Sudamericana de Naciones/CSN, armando el piso al proyecto hemisférico imperial, plan con Agenda aproba-da/1994.

Se hizo notar entre todos, en el 2001, en la II Cumbre de las Américas en Quebec, al some-ter a consideración retardar la firma del ALCA/Área de libre Comercio de las Américas, prevista para enero de 2005. Él contra todos. Firmó con reserva la Declaración final. Esa decisión le dio tiempo al desenvolvimiento del acontecer con-tinental. ¡Acertó! Aparecieron Kirchner, Lula, Tabaré Vásquez 2003/2004. Evo Morales, Rafael Correa, el retorno de Sandino, sorpresas en el Caribe oriental 2006/2007.

Estando todavía el ALCA en el horno, co-menzando 2004, lanzó la iniciativa: Venezuela miembro pleno a Mercosur. Al tiempo que los patronos imperiales del ALCA proponían tomar atajos negociando Tratados de Libre Comercio TLC con los gobiernos andinos. Asiste al Foro Social Mundial en Porto Alegre, invitado por el MST/Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, era enero 2005; como si poco, coloca para el debate el Socialismo del siglo XXI. En el

Chávez junto a Manuel Zelaya, Daniel Ortega y Evo Morales en una concentración en los Próceres, Caracas, 02-02-2009, cortesia AVN.

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2005 abre las compuertas que irán transforman-do la correlación en las fuerzas sociales protago-nistas de las políticas hemisféricas.

Uruguay había sumado fuerzas al Mercosur con Tabaré Vásquez y el Frente Único, es oca-sión de construir una alianza y replantear el pro-yecto Cardoso. Anuncia y propone, con el apoyo inicial de Uruguay en la reunión de presidentes, convocada con motivo de CSN/Brasilia 5 de septiembre 2005, reformular lo aprobado hasta entonces. Fuerte debate que no concluye en esa ocasión. Lula, invita a continuar el debate en di-ciembre. Con discreción pícara, Chávez pregun-ta: ¿Cómo es eso de CSN? Suena a CNN. Había comenzado a derrumbar las piezas de la fórmu-la imperial sostenida desde tiempos antes por Itamaraty/Cancillería de Brasil. Ese era Chávez, con un sencillo decir o gesto montaba la batalla en otro lugar. ¿Y porqué no Unión de Naciones del Sur/UNASUR? El nombre nombra y no es cualquier cosa.

Encontraba todo en estricto orden protocolar y con sólo decir: ¿Y tú cómo te llamas?, cambia-ba las piezas y rompía cabezas. Puso en la mesa dudas sobre la Agenda de CSN enrumbando el debate hacia UNASUR.

Transcurre 2005 con Chávez estrechando po-siciones entre gobiernos y multitudes. En pleno debate en torno a CSN –septiembre/diciembre-, se atraviesa Mar del Plata, IV Cumbre de las Américas. El 5 de noviembre de 2005, el Merco-sur y Venezuela dejan en suspenso los avances del ALCA. La Cumbre de los Pueblos/Enlazando Alternativas en el sitio, celebra en multitud.

A la arremetida revolucionaria de 2005 intentan socavarla a como dé lugar. Uribe estará ausente en Brasilia/diciembre 2005 y sin tapujos, abre tienda aparte impulsando las tareas imperiales contra Chávez. Nada de medias tintas, tenderá

emboscadas para atrapar a Chávez, quien lucha por derrotarlo en batalla a cielo abierto. Fueron varias y muy variadas, en una, Uribe se fue de vivo y pensó introducir la normativa ALCA, al extender el TLC de Colombia con EEUU a tra-vés de la supranacionalidad jurídica de la CAN/Comunidad Andina, atrapar a Venezuela y desde allí llegarle al Mercosur. La negociación del TLC finalizó el 27 de febrero de 2006, Venezuela de-nunció la CAN el 22 de abril de 2006 atascando la ofensiva imperial.

Ya en Cochabamba, 6 de diciembre de 2006 toma vuelo UNASUR y el 17 de abril de 2007 en la Isla de Margarita los gobiernos de las naciones de suramérica convienen el Acuerdo Petrolero. El trecho 2005/2006 fue dif ícil pero posible. En 2008 comenzará a circular el Tratado Fundacio-nal, poco a poco.

La contrarrevolución continúa instrumentan-do la arremetida imperial. Después de Mar del Plata transcurren tres años y algunos meses. La V Cumbre de las Américas, que se dio en Trini-dad y Tobago el 19 de abril de 2009, con Obama instrumentan la revancha. Van minando el terre-no. La pelea es dura y permanente. En un ‘dame que te doy’ transcurren 2010/2011/2012 y en eso comienza el 2013.

Dejemos hasta aquí al Chávez desatador de nudos del enjambre estratégico diseñado por las fuerzas del imperio para el hemisferio.

¿Y qué decir de Chávez en lo inédito que le es-propio?

Al mismo tiempo que desataba nudos forjando batallas novedosas, tejía lo inédito con hilos vir-tuosos. Con lo propiamente inédito en proceso constituyente, se junta con las esperas acumula-das en Fidel y las intuiciones de las multitudes por-devenir en protagonistas de-su-propia-vida.

De las múltiples Misiones diseñadas y acometi-das, precisemos sólo tres políticas de las consta-tables ‘en cifras’ y, en ocasiones, visibilizadas por la pantalla de TELESUR: ALBA. PETROCARI-BE. LA FAJA PETROLÍFERA DEL ORINOCO.

Tres políticas de la estrategia del contraataque a la ofensiva contrarrevolucionaria, activadas al ‘ritmo Chávez’ después del sanguinario golpe de estado del 11 de abril de 2002 y el pitiyanky sa-botaje petrolero 2002/2003. Una vez victorioso en el referendo revocatorio del 15 de agosto de 2004, Chávez con multitud en sus adentros toma impulso de gigante con largo aliento. Desde an-tes pone a valer el grito de hoy: ¡Chávez Vive la lucha sigue!

Cierto. Lo propiamente inédito venía de atrás, impregnado en las primeras leyes habilitan-tes firmadas el 13 de noviembre de 2001. De su presencia da cuenta la embestida imperial de 2002/2003. Chávez, con pasión de estratega, res-ponde a la embestida del ‘látigo de la contrarre-volución’ acelerando el ritmo del Proceso Cons-tituyente; vale decir de la Revolución Bolivariana por devenir en aporte al Socialismo del siglo XXI, en y desde Venezuela.

Tiempo antes, en diciembre de 2001, como anfitrión de la III Cumbre de la Asociación de los Estados del Caribe/AEC, en la Isla de Mar-garita y en compañía de Fidel, se había atrevido a bautizar el NO AL ALCA como ALBA. Lejos estaba en saber la acogida que tendría la ‘tímida alternativa’ que habría de potenciarse en alian-za geopolítica.

El ALBA asaltó para hacer suyo el cuerpo del Convenio Cuba/Venezuela-2000, rediseñado en diciembre de 2004 y, aprobado y echado a andar en abril de 2005. Se inserta como pieza clave en el trayecto continental de 2005. El ALBA acoge los principios de solidaridad, respeto irrestricto a la soberanía, conviniendo la complementa-

Foto: Alejandro Ernesto. Los jefes de Estado y de Gobierno que asisten a la IV Cumbre de Petrocaribe. Cienfuegos, Cuba, 21-07-2007.

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riedad productiva a través de la fórmula del in-tercambio compensado. El ALBA contiene una relación de fuerza de contagio multilateral.

Los pueblos en movimiento se ponen en ac-titud de escucha curiosa, revisan y le toman el pulso al proceso constituyente bolivariano. A partir de 2005 todos nombrarán el ALBA en sus deliberaciones hasta hacerla suya en enero 2009. En ocasión del Foro Social Mundial elaboran un proyecto que titulan “Carta de los Movimientos Sociales de las Américas/construyendo la inte-gración desde abajo e impulsando el ALBA y la solidaridad de los pueblos, frente al proyecto del Imperialismo.” En estos años en eso andan.

El próximo gobierno en llegarle al ALBA fue Bolivia, en abril de 2006, Evo Morales traerá consigo el aporte del Tratado de Comercio en-tre los Pueblos/TCP. A la Alternativa se le su-man los 10 mandamientos del TCP. Para enero de 2007 se adhiere Nicaragua y en febrero se hacen presentes: San Vicente y las Granadinas, Dominica, Antigua y Barbuda todos miembros de CARICOM, anotándose como próximos miembros.

En noviembre de 2008, Chávez invita a Co-rrea a la Cumbre del ALBA y Ecuador quedara coordinando la propuesta del Sistema Unitario

de Compensación Regional de Pagos/SUCRE. El 2008 fue un año activo, connotada partici-pación política de los gobiernos del ALBA/TCP en UNASUR, la OEA, el Grupo de Río, la ONU con motivo del bombardeo Colombia a Ecua-dor, el 1 de marzo y los planes de secesión en Bolivia/Pando, 15 de septiembre.

Coincide con el ALBA la aparición de PETRO-CARIBE. En junio de 2005, Chávez preside la I Cumbre en Puerto la Cruz; queda constituida PETROCARIBE como “órgano habilitador de políticas y planes estratégicos”, el petróleo ve-nezolano surca las aguas del Mar Caribe. Con-vienen el intercambio solidario entre 18 países. El petróleo, en manos de Chávez se convierte en arma de unión, de solidaridad con las carencias de los pueblos parientes. Convienen un Fondo de Ahorro destinado a saldar ‘la deuda social’ a través de asumir misiones productivas como pilares que sustenten la Zona Económica Co-mún/2013.

En PETROCARIBE se entretejen pueblos y go-biernos del ALBA con CARICOM/ UNASUR/ CELAC y Mercosur. Con sabiduría Chávez se inventaba situaciones en las que lo-propiamen-te-inédito iría penetrando en el enjambre im-perial, reconfigurándolo. Avanzaba un proceso único e inédito por vertientes simultáneas.

Con el digno rescate de la Faja Petrolífera del Orinoco conecta en territorio venezolano al resto del mundo. Le arranca la Faja al Cartel transna-cional, denuncia la Apertura Petrolera/1992; da la lucha hasta incluir la Faja en el régimen que rige la Ley Orgánica de Hidrocarburos/2001 y sus Reglamentos. Entre los años 2007 al 2012, PDVSA establece nexos con empresas de 21 paí-ses. Diseña una política soberana en sintonía con la voluntad estratégica por la construcción de un mundo multicéntrico y pluripolar. Comienza Venezuela su consolidación de potencia petrole-ra y como-si-poco, hacia ‘el corazón del pueblo’ invierte los ingresos, la conocida ‘renta petrolera’, en alimentar, sanar, formar el cuerpo social pa-triota. Cultivando en el territorio un solo ejército en la defensa y la producción de la vida, es decir, de la Patria.

El Gigante, soldado patriota con ‘botas de siete leguas’, fue trazando las coordenadas de ‘un-otro- método/Misión Chávez’.

Chávez/hecho mundo, en su andar por esta Tierra batalló transformando la correlación de las fuerzas sociales de la política, siembra de un legado hecho en revolución en manos de los pobladores ocupantes que viven y vencen con su mando. Hasta siempre Comandante.

Chávez habla en la Cumbre de presidentes del Mercosur y estados asociados. Montevideo, 20-12-2011. cortesia MINCI.

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Diseño y diagramación: Taller gráfico del Centro Nacional de HistoriaDepartamento de Investigación iconógrafica del Centro Nacional de Historia