en una noche de diciembre

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  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

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    JorDan Ramirez

    2013

    Aviso Legal

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

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    Todos los contenidos del presente libro estn debidamente registrados en el Registro de

    Propiedad Intelectual, bajo la autora de Don Hgado bajo su nombre real. Esta prohibida la

    reproduccin total o parcial de la obra sin previa autorizacin del autor, segn el real

    Decreto Legislativo 1/1996 del 12 de Abril.

    Contacto:

    A todos los que aman con fidelidad

    A Noelia E. F. siempre

    [email protected]

    [email protected]

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    Prlogo

    Toda creacin latente de vida, durante su existencia aprende, camina, corre, vuela,

    Aquella creacin, un atardecer al mirar hacia el pasado observa con claridad que de a pocos

    se transform en un coleccionista de historias, que se presentan con ropajes distintos, a

    veces se visten de risa, otras de nostalgia, recuerdos o de tantas formas caprichosas como

    los sentimientos reflejen aquellos instantes.

    HISTORIAS EN BLANCO Y NEGRO, es la primera entrega de una coleccin de relatos

    y situaciones que he vivido durante estos aos que llevo caminando por esta preciosa tierra;

    caminado si, bajo la lluvia, por el contorno del tajo, por calles que ya no existen, por

    sentimientos que dejan cicatrices, por corazones moribundos

    Bajo este nombre he reunido una coleccin de libros de Historias y ancdotas personales,que consiste en un libro de poemas, un libro de fotografas y una serie de libros de Historias

    y ancdotas personales (que se van ampliando diariamente).

    En esta oportunidad comparto con ustedes, un relato corto que forma parte de un libro de

    historias y ancdotas personales, donde les escribo acerca de un amigo que comparti

    conmigo la experiencia de una promesa, que no tuvo condiciones para ser cumplida; a un

    ao y unos das mas de aquello que ocurri En una noche de Diciembre.

    Avoco de parte de ustedes comprensin si en algn momento del relato les parece que la

    presente es obra de un ser antisocial o que trato de influenciar de manera negativa. Todo lo

    narrado ocurri tal y como esta escrito, slo las identidades de las personas estn protegidas

    bajos nombres imaginarios, por razones obvias.

    No espero que me crean que todo lo escrito es real, aunque yo puedo dar fe ello, slo espero

    en algn momento poder compartir todas mis historias en blanco y negro

    Que la naturaleza les regale momentos bellos

    Don Hgado (J.D.C.R.)

    Cerro de Pasco, Lunes 7 de enero del 2013

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    ndice

    Pgina

    Prlogo 3

    En una noche de Diciembre. 5

    Agradecimientos 28

    Contraportada: MELANCOLIA EN UN VELADOR

    (Poema del Proyecto BLUES OSCURO 2011 2013)

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    5 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    En una noche de Diciembre

    Esta madrugada me he sentido atacado sin piedad por la

    duda existencial, pienso si acaso el escribir todo lo

    vivido le importara a alguien sino slo a mi, otra vez

    la noche se ha dormido lejos de los dos le digo a mi

    musa por el internet, me quedo en silencio y de manera

    casi imperceptible comienzo a sumergirme otra vez en un

    relato, esta vez ser distinto! me digo; mis cuadernos

    bostezan escondidos en los cajones de un mueble de mi

    habitacin. Son pocos, quizs no mas de dos lectores que

    se interesaron en conocer aquello que se duerme

    escondido entre el olvido y el polvo acumulado de las

    calles, pero ahora ha de ser distinto, me repito de

    nuevo, por que mis historias ya han descansado ajenas a

    multiplicarse en una editorial, los he de compartir por

    la red que gracia mas grande y dicha para mi si uno de

    mis escritos, no, mejor dicho mis hijos de tinta y

    tiempo llegan a recibir un poco de gratitud!

    Existen noches que de cuando en vez se visten de

    recuerdos, noches que a veces preferimos mantener en

    silencio, sea por que la historia vivida sufrir de

    falta de entendimiento de los dems, sea por que si

    hablamos de ella pensaran que tenemos algn problema

    psicolgico. Como si todos no tuviramos algo quecallar, al compartir alguna de ellas el inters sincero

    es ausente y lo que uno quiere relatar queda reducido a

    menos de una ancdota sin fondo ni forma. A riesgo de

    hacerme acreedor a la incomprensin comparto con ustedes

    las siguientes lneas que trataran de reflejar las

    situaciones ocurridas un 24 de diciembre.

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    6 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Hacia das que haba estado contestando algunas llamadas

    al celular de uno de esos amigos que uno prefiere

    mantenerlos un poco alejados de su vida; por no

    compartir los mismas actividades o simplemente por que

    Alejandro es un engredo que muy a pesar de sus aos y

    de ser mucho mayor que yo, (quizs sea la diferencia de

    edad o su poca experiencia en la vida), se la pasa

    presumiendo de una vida de alta sociedad ficticia,

    presumiendo del poder imaginario de su padre y su vida

    perfecta el echo es que evitaba su compaa, era mas

    agradable encontrarlo de casualidad en una discoteca, un

    apretn de manos, compartir un par de tragos y luego de

    una conversacin vaca cada uno seguir su camino.

    Aquel 24 de diciembre me encontraba en una cabina de

    internet enviando tarjetas electrnicas a los amigos,

    escribiendo e-mails cargados de cursilera y tambin

    respondiendo a algunos; que unos pocos conocidos habran

    de haberme enviado irremediablemente por que me

    encontraba en su lista de contactos. Llevaba ya un poco

    mas de una hora muy amena chateando con la mujer maslinda con la cual he compartido una gran parte de mi

    existencia, estuvimos comentando sobre el pasado y como

    seria un pronto reencuentro, el da en que yo me

    atreviera a subir a un bus y viajar a Tarma; estaba tan

    distrado cuando mi celular comenz a disparar el tono

    caracterstico asignado para los nmeros desconocidos,

    al sacarlo del bolsillo observe que aquel numero le era

    ajeno a cualquiera que yo conociera, as que lo deje en

    frente mo, a un costado del teclado; pero las llamadaseran insistentes, en un momento ya incomodo pens en

    apagarlo; pero hacia poco que haba terminado una

    relacin, la esperanza de que la nochebuena le haya

    devuelto la conciencia a su corazn seco y pensando en

    la posibilidad, conteste:

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    7 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    -Buenas noches-, hubo un silencio y la esperanza creci

    -Hola-, contestaron segundos despus.

    Al reconocer la voz de Alejandro me sent fuera de

    lugar, tuve ganas de arrojar muy lejos el telfono y

    seguir en lo que estaba, pero la llamada contino.

    Por aquellos das me encontraba un poco alejado de la

    realidad; senta un gran vaco y aquella noche a pesar de la

    reunin familiar sabia que no iba sentirme bien, por algunas

    diferencias infinitas que existan entre mis familiares y yo.

    La navidad la pasaba en casa rodeada de personas que no me

    queran all (o as lo quera creer yo), as que me la pasaba

    tratando de que no notaran mi presencia y a medianoche cuando

    todos se encontraban abrazndose y desendose mutuamente

    Feliz Navidad; dndole continuidad a la tradicin de los

    ltimos aos, me la haba pasado slo en mi cuarto recordando

    a mi padre, ahogndome en los mares de la nostalgia y

    extraando a Karina (mi bella Tarmea) que seguramente en la

    distancia se encontrara feliz.Retornando a la llamada, Alejandro quera que lo

    acompae a una reunin, esto me pareci simptico, por

    que conocer personas es algo que me agrada, quien sabe

    podra conocer a alguien interesante que pasara a

    formar parte de mi coleccin de amigos. Soy un

    coleccionista de personas con historias!

    Alejandro por casualidad se encontraba muy cerca de las

    cabinas, as que me apresure en despedirme de losamigos que estaban en lnea, con mensajes melosos

    desendoles lo mejor y a ella a la princesa un

    consuelo virtual compartido, una meloda MIDI y una

    tarjeta dibujada en pixeles que slo existe en la

    pantalla de una computadora.

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    8 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Luego de cortar la comunicacin con el mundo, proced

    a pagar con un par de monedas el tiempo de alquiler de

    la pc. Luego de un saludo muy amable y unos planes que

    no se iban a concretar con el amigo dueo del negocio;

    Sal algo apresurado, pero a unos poco pasos pude

    distinguir a Alejandro envuelto en una casaca azul, +el

    se acerc y me saludo tan afectuosamente como si fuera

    un hermano que estuvo mucho tiempo ausente, ante este

    desborde de afecto inesperado decid ser un poco mas

    comprensivo con aquel amigo: debo decir que eran mas o

    menos ocho y treinta de la noche.

    Caminamos un poco ante la atenta mirada de la Iglesia

    Mayor, Alejandro se fue poniendo cada vez ms triste y

    comenz casi a rogarme que lo acompaara a la casa de su

    novia, yo comenc un poco a faltar a mi auto promesa e

    inici a escasear la comprensin, no era por que su

    novia fuera una mala persona, es slo que mi amigo

    siempre me haba hablado de lo desagradable que eran sus

    familiares, ya estaba bueno de soportarlo a l!, en un

    momento casi al borde de las lagrimas se ofreci hasta adarme dinero, echo que me ofendi y me incito a aceptar

    su invitacin con la nica condicin de que estaramos

    all hasta antes de la medianoche, no importaba lo que

    pasara, siempre la navidad la reciba en casa a pesar

    de todo lo expuesto. l acepto y quedamos en

    encontrarnos un poco mas tarde ya que l tenia que

    unirse a todo el grupo de personas que caminaban

    presurosos por las calles de la pequea Ciudad; claro

    que yo tambin tenia mucho que hacer.

    Anticipndome a la maana de aquel 25 de Diciembre,

    semanas antes y aprovechando mis viajes a la Ciudad

    Capital del Per, me hice de algunos objetos para

    obsequirselos a la que hasta ese entonces era la mujer

    con la que comparta mi vida, pero como lo mencione;

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    9 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    hacia poco que habamos terminado, pero aquella noche,

    sent que deba de hacerme presente, por que las cosas

    eran para ella, ya bastaba con que yo me sintiera slo,

    adems no creo que exista algo mas triste que un regalo

    sin dueo, sin pecar de materialista.

    Sin seguir el consejo de la lluvia que me quedara en

    casa, fui a buscarla; en el camino, de manera casi

    arreglada fui al negocio de un gran amigo (que hoy vive

    en el dolor del recuerdo de unas grandiosas tardes de

    conversacin y msica) que ya estaba celebrando desde la

    tarde, me alcanz una cerveza y luego de terminarla y deprometer retornar contine mi camino hacia el domicilio

    de aquella ingrata, frente a la puerta de su casa, justo

    en la frontera de aquel callejn la duda enfri otra vez

    mis ganas de verla, pero me obligue a mi mismo a dar

    unos pasos ms, me atrev a tocar el timbre sobre su

    puerta, un par de minutos despus, me dijeron que no se

    encontraba; fui atendido por su hermana, ella una

    persona intratable y feroz, con un agrio carcter y

    proceder (fruto seguramente de los aos, pero a favor deella debo de decir que no he conocido una chica mas

    bella en toda la Ciudad, es una perfecta combinacin

    hermosa y agresiva, justo como me gustan); esto me

    acrecent un poco mas la distancia con las celebraciones

    de la noche. Me haba pasado los ltimos cinco aos

    llegando a su puerta con algn objeto extrao, algo

    fuera de lugar, pero esta noche aquella costumbre habra

    de morir.

    Me fui caminando muy lentamente por unos segundos, luego

    di unas vueltas jugando a la casualidad de encontrarla

    por ah, pero esto no se dio; Conforme a mi promesa y

    quizs buscando un consuelo decid retornar al negocio

    del amigo que me esperaba para seguir celebrando la

    noche anticipadamente; l se puso muy contento con mi

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    10 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    retorno y se apresuro en complacerme al poner a girar el

    cd de Daniel f, pasamos all un largo rato conversando y

    escuchando la msica que nos daba la gana, al volumen

    antojadizo que atrae el alcohol en las venas y la lucha

    de los pensamientos y la realidad.

    Muchos minutos despus y encontrndome ya en casa,

    quizs impulsado por el humo de un cigarrillo la

    conciencia retorno a mi y comprend lo estpido de mi

    proceder de querer cumplir con una persona que no

    formaba parte ya de mi vida; pero aun tenia el maldito

    deseo de entregrselo todo, con la estpida excusa y enel nombre de la tradicin, Qu tontera!

    Me acomode en un sof a mirar un rato la televisin,

    mientras todos estaban ocupados con una que otra cosa,

    todos se preparaban, cocinaban, salan a comprar una y

    otra vez, los mas pequeos corran por todas partes,

    disfrutando que por aquella noche les era permitido

    todo, desde ver dibujos animados todo el da y jugar

    hasta caer rendidos de sueo; por unos instantes me

    contagie con su alegra.

    Hasta que una llamada de Alejandro se hizo presente otra

    vez en mi celular, y yo sin nada mejor que hacer y

    honrando a mi palabra decid salir a su encuentro, no

    sin antes acicalarme un poco mas de lo habitual;

    quedamos en encontrarnos en el minero, (una mini

    estatua que se encuentra ubicada en la frontera de la

    Av. los prceres y la Av. el minero), eran casi las once

    de la noche. Mientras caminaba yo pensaba en disculparmey retornar a mi hogar por que seria casi imposible el ir

    y volver de alguna reunin en cuarenta minutos; estaba

    en eso cuando un taxi blanco se detuvo en frente; del

    cual su padre y el descendieron, y se acercaron

    rpidamente.

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    11 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Me apresur en saludar al anciano con un corto -buenas

    noches-, l me contesto con un -buenas noches- luego

    agreg algo que no alcance a comprender en su plenitud

    lo poco que le o decir fue algo as como t le vas a

    acompaar a detrs del cementerio?-

    Yo no le respond por que not que al hablarme le

    pareca algo gracioso, pens que se burlaba de m, as

    que le puse cara de sarcstico y lo ignore por completo.

    Alejandro por aquel momento se apresuro en detener un

    auto, con el cual nos desplazaramos hasta donde l tan

    ansiosamente deseaba ir; rpidamente luego de contratarlos servicios del automvil oscuro, se despidi de su

    padre y me dijo -vamos!- Sin darme tiempo casi de decir

    nada.

    Dentro del automvil y teniendo como base las palabras

    de su padre comenc a pensar en que si seria posible

    retornar de detrs del cementerio antes de medianoche,

    mientras el mvil se desplazaba ya por la pista rumbo al

    centro de la Ciudad, frente a la vieja Yanacancha y

    continuo su viaje escalando hacia la parte ms alta y

    alejada, con rumbo a una zona tan oscura como peligrosa;

    en la ultima esquina Alejandro detuvo al taxista con la

    excusa de comprar algo en una tienda, baj presuroso del

    taxi y en un par de minutos retorno con lo adquirido

    dentro de una bolsa de color negro, adems traa en una

    mano una cajetilla de cigarrillos. Hasta aquel momento

    yo segua con la idea de que pronto llegaramos al lugar

    escogido como destino, como es tradicional uno no puede

    llegar a una reunin con las manos vacas. Me senta

    fuera de lugar por que yo no tenia nada con que hacerme

    presente, cuando le hice saber de mi incomodidad

    Alejandro asinti diciendo -t eres mi invitado, no te

    preocupes-, aun as yo le dije que deseaba comprar algo.

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    12/29

    12 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    El slo dijo: -ms arriba-; yo jams me haba atrevido a

    transitar por aquel lugar ya que a parte de su fama de

    peligroso queda muy alejado del lugar donde resido.

    Despus de unos minutos el automvil que nos

    transportaba, fue impulsado por los requerimientos que

    le hacia Alejandro al chofer hasta una calle oscura,

    bueno iluminada tmidamente por la luz naranja de un

    poste solitario que dormitaba en medio de una casi

    imperceptible lluvia.

    -Slo llego hasta aqu- dijo, el chofer mas arriba no

    voy a poder dar la vuelta-

    -Muy bien- contesto Alejandro, justamente hasta aqu

    quera venir, luego volteo la mirada y me dijo: -vamos-,

    yo acostumbrado a las aventuras y en especial a las que

    incluyen su buena dosis de Adrenalina me apresure en

    internarme en aquellas calles que si apenas se

    distinguan en la penumbra.

    Luego de cerrar el trato con aquel chofer, mi amigo vinohacia donde me encontraba y me dijo: -tengo que contarte

    algo-.

    Yo slo lo escuch, ya tenia la idea preconcebida de que

    seguramente me iba decir que su familia era esto y lo

    otro, que uno deba de hacerlo quedar bien y cosas as,

    pero estaba lejos de imaginar lo que me iba a decir.

    -Sabes a donde vamos?- me interrog

    -Claro a ver a tu novia-, respond, -no me digas que ya

    te arrepentiste y quieres ir a otro lado, en ese caso yo

    me retiro por que ya va a ser medianoche.

    -Vamos a ir en ella, pero no a su casa, hace casi un ao

    que Mara falleci, y comenz a hablar mucho ms pero yo

    no alcazaba a orlo, la noticia me impacto.

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    13/29

    13 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Mara fue una buena persona, quizs de las pocas buenas

    mujeres que habitan este lugar, siempre amable y cortes;

    junto a Alejando haban pasado muchos aos quizs diez,

    quizs mas.

    -Escchame- me dijo, y yo saliendo del impacto proced a

    tratar de hacerle muchas preguntas

    -por favor escchame- me dijo otra vez, -te voy a pedir

    un favor y si no quieres nos vamos, pero escchame-

    Yo me sent algo incomodo y engaado, por que esperaba

    que me dijera que estaba triste y que queraemborracharse en algn lugar. Pero decid a abusar un

    poco de la poca paciencia que me quedaba, escucharlo y

    luego largarme de aquel desagradable lugar.

    -bueno habla- le dije sin ocultar mi desagrado.

    -no te molestes- disclpame por no decirte esto antes,

    pero no saba como decrtelo, tena miedo que te

    burlaras como todos, de lo que me ocurri- escondi sus

    ganas de llorar y comenz con su relato:

    Hace mucho que no estoy en la Ciudad, una semana despus

    de que Mara falleci tuve que irme por que mi pena era

    tan grande que estar solo en la casa que compartimos

    estaba acabando conmigo da a da, senta pena por estar

    ah adentro y afuera no quera ver a nadie, slo me la

    pasaba bebiendo, no quera estar vivo, una maana me

    propusieron un trabajo muy lejos de aqu, y all fui en

    busca de mantener ocupada mi mente, trabajando memantuve en un estado algo tranquilo, pero le hice una

    promesa a ella que hoy debo cumplir.

    Caminamos muy lentamente por medio de las callecitas mal

    iluminadas mientras el me narraba lo que a continuacin

    compartir a mi estilo:

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    14/29

    14 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Mara habra de haber estado enferma durante un par de

    aos o quizs un poco ms, habra padecido largos das y

    noches quejndose de unos dolores que los aliviaba con

    pastillas que compraba en las farmacias; Alejandro y

    ella trabajaban diariamente durante muchas horas, para

    mantener el cuarto alquilado en el cual habitaban, no

    dispondran de mucho tiempo para estar juntos, as que

    los ratos libres los aprovechaban para hacer de todo

    menos para ir al hospital.

    Cierto atardecer Mara se habra puesto tan enferma que

    no quera que Alejandro ni se acercara a ella, sequejaba de dolores intensos que las pastillas de siempre

    habran olvidado el como aliviar el sufrimiento, as que

    tuvo que ser llevada de emergencia al hospital donde le

    aliviaron en algo el suplicio con unos inyectables, pero

    el dolor no cesaba en su plenitud, ella pasara toda la

    noche despierta y quejndose por largos minutos; por

    recomendacin de los mdicos tratantes, al concluir la

    noche eterna que aflige a los enfermos, la maana

    siguiente, casi al medioda fue trasladada a Lima; porque en esta Ciudad no tenan los medios para poder

    diagnosticar cual era el origen de sus padecimientos.

    All le hicieron muchas pruebas y fue derivada a una

    clnica especializada a ser atendida por un Medico

    onclogo. Para Alejandro todo lo que ocurra le era

    nuevo, ignoraba casi absolutamente de que se trataba,

    hasta que el Doctor lo hizo llamar para hablar en

    privado. l muy nervioso y con miedo a lo desconocido

    habra de haberse mantenido en pie frente al

    especialista, dejando de lado la invitacin a sentarse,

    aquel Doctor sin mucho tiempo hubo de comunicarle que

    ella sufra de cncer y se encontraba muy avanzado,

    tendra que empezar un tratamiento, una lucha, pero le

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    15/29

    15 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    redund que ya estaba muy avanzado y quizs seria poco

    lo que se podra hacer, sino alargarle un poco la vida.

    Alejandro habra de haber sentido sus brazos pesados, el

    mundo entero se le oscureci y la incredulidad le cubri

    el horizonte del futuro.

    Al retornar al presente y pararse otra vez sobre sus

    pies, incrdulo todava habra de haber perdi el

    equilibrio; apoyado entre una silla y el suelo con un

    brazo, tratara de pensar de que todo era un mal sueo

    que aquellas palabras que cortaban sus sentimientos y

    los desangraban si piedad, estaran pronto a

    desvanecerse. Evitando la mano amiga del doctor

    comenzara a suplicarle hasta las lgrimas que la

    curara; Pero aquel ser portador de malas nuevas pareca

    ser de piedra y nunca le dio esperanzas, solo le dijo

    que debera de apoyarla.

    Desde Aquel momento comenzaron unos largos das de

    viajes y hospitales, Alejandro se fue transformando en

    un viajero acostumbrado a dormitar en bancas apoyadas encorredores blancos, procurando estar siempre lo ms

    cerca posible al cuarto en el cual se quedaba internada

    la mujer que amaba. En una de aquellas visitas vinieron

    las quimioterapias, a consecuencia de aquello Mara se

    fue quedando sin cabellos a la par que perda kilos,

    ella habra de preguntarle a l constantemente si

    todava la quera, l aprendera a contestarle -con toda

    el alma-

    Alejandro observara transformarse a su compaera de

    largos aos, en alguien que casi ya no reconoca. A la

    par de su metamorfosis, l tambin cambiaba para ella,

    surgira un hombre payaso, prohibido de mostrar sus

    sentimientos, sonrisas para ella y lagrimas para la

    soledad.

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    16/29

    16 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    En uno de sus incontables viajes a los hospitales

    Capitalinos y al asistir casi religiosamente a uno ms

    de sus controles, el ya familiar Doctor tratante de

    Mara, emplaz a Alejandro en privado y le habl de la

    vida de lo importante que era ser feliz y hacer felices

    a los dems, cit tantas cosas hasta el punto de la

    reflexin, pero termino dicindole que a Mara no le

    quedaba mas all de seis meses de vida y que ya nada se

    poda hacer.

    La desesperacin se apoder de Alejandro, fuera de

    control y sin ninguna respuesta, suplico otra vez casitumbado en el piso y sin ocultar su consternacin e

    incredulidad al Doctor que la sanara, y al no obtener

    mas que las palabras -que no poda hacer nada ya-

    ,Alejandro se puso agresivo, luego aceptando a medias;

    por que no alcazaba a creerlo, Sali del consultorio

    tropezando con todo y a ratos apoyndose en las largas

    paredes, habra de haber ingresado a los servicios

    higinicos y llorado de rodillas desde el fondo de su

    alma, pidindole al cielo un milagro, mucho rato habrapermanecido as sin importarle nada ni siquiera que lo

    vieran. Un espejo reflejara al hombre dolido.

    Despus tuvo que lavarse bien la cara, arreglarse la

    ropa e ir a buscar a Mara. Cuando ingreso a su

    habitacin, al verla acostada muy cerca a l sinti

    miedo; ella al notar su presencia, pregunto sobre que le

    haba dicho el doctor, l contesto -me dijo que estas

    mejorando-; el hombre payaso tendra ahora que

    aprender a mentir sin llorar, ella se alegrara un poco

    mas. Quien sabe lo que ella tambin ocultaba detrs de

    su alegra?

    La maana siguiente el doctor hablara con Alejandro y

    lo convencera que lo mejor era llevarla a su casa, que

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    17/29

    17 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    est con su familia dira, por que ellos ya no podan

    hacer nada por ella, era mejor que descansara de

    aquellos ambientes que ya se haban transformado en

    parte de la rutina. As que Alejandro con mucho cuidado,

    sali de aquel hospital donde alguna vez habitaba la

    esperanza, cada paso que daba abrazado de Mara,

    representaba un inconformismo con la vida, l estaba

    triste mas no poda decirlo, el mundo all afuera

    continuaba, pareca que su dolor no le importaba a

    nadie, esto se lo habra confirmado cuando al voltear su

    rostro para ver por ultima vez las puertas del hospital,

    el doctor le habra echo un gesto de despedida con una

    media sonrisa.

    Juntos de la mano retornaron a la ciudad. Desde aquel

    momento estuvieron viviendo casi todos los das

    encerrados en una habitacin, ella cada maana le dira

    que se senta mejor, l quera creerle, senta pena por

    ella, penas que no poda llorar. Las dudas se hicieron

    presentes en la mente de l por que a mi? Se preguntaba

    a cada momento, cuando los pensamientos latentes delincierto futuro golpeaban a su conciencia.

    Con el correr imparable de los das. Mara habra de

    decaer tanto hasta el punto de asemejarse a una nia

    pequea -como si fuera mi hijita- me dijo Alejandro, l

    tendra que hacer todo por ella, por que hasta las mas

    minsculas labores se le fueron haciendo imposibles de

    realizar, Mara se pasaba gran parte del da acostada,

    por que el caminar le era un martirio; la televisin

    encendida se aburra en una esquina, pareca que no le

    prestaban atencin, por que a ratos el silencio se hacia

    presente y jugaba por toda la casa, ambos se sumergan

    en pensamientos. Pero a pesar de todo estuvieron ms

    unidos que nunca.

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    18/29

    18 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Ella pareca que presenta algo; con el correr de los

    das haba adquirido el habito de llevar consigo una

    cruz de madera que le obsequiaron hacia algunos aos, se

    la puso en el cuello con un cordel oscuro y nunca dej

    que se la quitarn, Alejandro buscando una cura en

    internet, encontr en una cuenta de Facebook un poema

    que poda enmarcar sus sentimientos.

    Mi nia se aferra a su cruz de madera

    Al cuello aun para dormir y volver al da

    Ella no sabe que los milagros no existen

    Quien soy yo para decirle eso!

    Me ha visitado por la tarde en mis paredes

    Se ha dormido como una tarde con lluvia,

    Su cuerpo ha retornado a mi como ayer

    Su alma la extravo en algn hospital

    Nos hemos amado con amor marchito

    Afuera el cielo ha llorado, quizs compadecido;

    Tanto amor y no poder hacer nada

    Vallejo editor de la verdad

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    19/29

    19 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Desnudez abrazada en la oscuridad

    Creacin destinada a desaparecer,

    Ya se ha resignado a ser cambiada

    Y me he dolido como amante incrdulo

    Se me esta muriendo y cree en su cruz

    Y solo me dice que se marchara sin tiempo,

    Su fe la ha guardado junto a sus pastillas

    Yo sufro, yo me callo

    Una noche, pasadas un par de horas de la cena, despus

    de una habitual larga conversacin a media luz frente altelevisor, Alejandro se ausento de su habitacin por un

    momento breve dejndola sola; al retornar luego de

    ponerle llave a las puertas, y con ganas de acostarse

    habra de encontrar a Mara muy agitada que hacia

    intentos por llamarlo, pero su voz era dbil, presuroso

    se acerc a ella y la abrazo intentando calmarla, y la

    oy decir aydame-, muy bajito incesantes veces;

    Alejandro senta como se agitaba cada vez mas, no pas

    mucho tiempo cuando not que ella pareca ahogarse, lsin saber que hacer con la vista nublada, con un calor

    extrao endureciendo su cuerpo habra de haber salido

    presuroso en busca de ayuda.

    Luego de que sus llaves cayeran de sus manos y se

    escondieran negndole la posibilidad de darle permiso

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    20/29

    20 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    para salir acrecentando su consternacin, y despus de

    haber alcanzado la calle de una forma que no recuerda,

    llam a la puerta de un vecino para que los llevara al

    hospital; el amable vecino accedi luego que casi su

    puerta fuera arrancada por los golpes que fueron

    impulsados por la desesperacin.

    Alejandro luego habra de retornar presuroso a su

    habitacin e ingresar, dejando las puertas abiertas;

    abraz nerviosamente a Mara y como el dice: fue como

    una luz que se apagaba lentamente, dej de agitarse y de

    respirar, la vi como si fuera una mariposa muerta lHabra comenzado a llamarla a sacudirla con fuerza,

    gritando su nombre, pidindole que por favor no se vaya,

    que no lo deje, que la necesitaba. Este seria el ultimo

    recuerdo que tendra de haberla tenido entre sus brazos,

    por que desde aquellos segundos se sumergi en un sueo

    vivo eterno, alguien, quizs fue el vecino que los iba a

    llevar al hospital, ingreso, le dijo que haba

    fallecido, trato de calmarlo y de apartarlo de ella.

    Aquel momento toda su vida se habra puesto como encmara lenta, todo transcurra ante sus ojos y l no

    sabia que pasaba, recuerda haber cado al piso, no sabe

    decir cuanto tiempo despus llegaron sus familiares.

    Guarda recuerdos vagos del hospital, donde tuvieron que

    sedarlo para que pueda calmarse.

    Nada es imperecedero, mucho menos el dormir, ni aun el

    sueo para aquel quien ama. Alejandro habra de

    despertarse una madrugada mas fra en comparacin a

    todas aquellas acostumbradas, pensando que todo fue un

    sueo, habra extendido su brazo esperando encontrar a

    Mara; su bsqueda fue intil; trat de pensar un par de

    segundos, cuando la oscuridad abri una ventana en sus

    recuerdos y fue golpeado por la realidad.

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    21/29

    21 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Sali presuroso de su habitacin, el dolor le esperaba

    al final del ltimo escaln de las escaleras; l acudi

    a su cita tan rpido como pudo; al ver a Mara sin vida

    siendo velada por un reducido grupo de personas se

    perdi en la locura, se sent junto al fretro de la

    mujer que amaba para enfermar all. Su memoria guardo

    vagos recuerdos, casi nada, es poco lo que pudo decir de

    los das del velorio y del da del sepelio.

    Habra de darse cuenta que ya no estaba, una tarde

    cuando se encontraba solo, mirando por la ventana y

    aceptando que ya no volvera atravesar aquella puerta,llor mucho rato y le reclam a sus fotografas y al

    silencio el por que de su ausencia

    Diciendo esto se qued en silencio.

    Yo lo miraba y no sabia que decirle.

    Al recuperar la voz me dijo: -all arriba esta

    sepultada, por favor acompame-.

    Yo no poda negarme ante tal pedido, estaba tanarrancado de la realidad que ni siquiera le preste

    atencin al tiempo, hasta que el dijo con voz

    intermitente: -vamos a tratar de volver rpido-.

    -vamos a ingresar al cementerio?, lo interrogue,

    -por favor has esto por mi y te quedare en deuda

    eternamente-, simplemente le dije -esta bien-

    Comenzamos nuestra travesa, ya que el cementerio quedaen la cima de un cerro; estaba totalmente oscuro, no se

    poda ver casi nada alrededor pero sabamos que en

    aquella direccin se encontraba el lugar al cual

    Alejandro ansiaba llegar; en el camino alguien lo

    reconoci, se acerco, lo salud y conversaron muy

    brevemente.

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    22/29

    22 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Luego de unos diez minutos, se poda observar las

    paredes y las grandes puertas del cementerio a unos cien

    metros, desde all avanzamos iluminando los pasos con

    los celulares, pero slo un tramo por que es un lugar

    muy peligroso, por all se esconden delincuentes y

    perdonas de mal proceder. Era mejor cubrirse con la

    noche, transformarse en sombra y hablar en voz baja.

    -tienes miedo? Me pregunto hacindose al valiente,

    le respond que no, realmente no tenia miedo el ingresar

    all; estaba mas preocupado en los delincuentes que en

    ingresar.

    Valgan verdades, no era la primera vez que visitaba un

    cementerio de noche, ya lo haba echo muchas veces en el

    pasado, pero cabe aclarar que nunca fue el echo de molestar

    a los difuntos en su descanso, ni por actividades ilcitas,

    me gustan los cementerios y siento un gran respeto por todas

    y cada una de las tumbas; pero en das de primera juventud

    una amigas y amigos tenamos algo que llambamos *iniciacin

    (*esto esta explicado en mi libro TIEMPO PARANORMAL II)se

    puede decir que era mas una travesura de adolescentes mal

    influenciados y atrados por algo fuera de lo comn.

    Adems de las investigaciones que he estado realizando por

    sucesos paranormales durante aos.

    Caminbamos y slo se poda escuchar nuestros pasos, y

    las paredes blancas se hacan cada vez mas grandes, al

    llegar hasta ellas nos quedamos sorprendidos al observarde que ingresar no seria nada difcil, ya que parte de

    la pared por alguna razn estaba tirada y no tenia ni

    siquiera la altura de un metro; la vista era extraa, en

    plena oscuridad se vea a la pared blanca como una

    frontera. Alumbrados por la luz de un telfono celular,

    atravesamos la menuda pared sin ningn contratiempo,

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

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    23 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    estando dentro ya, se podan ver un campo libre y mas

    all siluetas de cruces de todas las formas y tamaos;

    mas distante algo que me llamo la atencin fue, ver la

    capilla donde se hacen los ltimos rezos ante los

    cadveres en sus atades, momentos previos a ser llevado

    a su morada final; se mostraba en su plenitud pero

    pareca un catillo medieval de estilo gtico, pareca un

    dibujo siniestro de sombras, con un fondo azul color

    cielo nocturno, figuraba que alguien estara pronto a

    salir de all.

    continuamos avanzando lentamente, se poda oir la escazay pequea vegetacin siendo aplastada por los zapatos,

    a unos metros pudimos ver casi con perfecta claridad la

    silueta de un hombre de mediano tamao que pareca que

    nos miraba y comenz a bajar del cerro y acercarse como

    quien siente curiosidad; por un momento cre que se

    trataba del guardin del recinto y que pronto tendramos

    problemas, esto lleno de nervios a Alejandro que comenz

    a insultarlo con palabras irreproducibles, la silueta se

    detuvo y estuvo un largo rato detrs de una cruz;notamos que no era un hombre era slo un ser de sombra

    que pareca ser arrastrado por el viento. mi amigo un

    poco descontrolado abri la bolsa que traa de la tienda

    y saco una botella de vino, que no pudo abrir por los

    nervios, me alcanz la botella para que yo la abriera; a

    falta de un descorchador, comenc a empujar con un

    bolgrafo el corcho para que fuera a para dentro del

    nctar de uvas; l muy nervioso me dijo: -con esto vamos

    a espantar a los espritus-, yo me qued sorprendido,quien le dijo a l que el vino serva para eso?, sin

    decir nada le segu en su falsa esperanza, demor unos

    minutos y cuando consegu abrirlo, busque a la sombra

    y no pude hallarla, Alejandro me dijo: -toma un sorbo-;

    as lo hice y luego le pase la botella, l tambin bebi

    y me dijo: vamos-.

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    24/29

    24 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Continuamos caminando y a unos cuantos metros mas all

    se encontraba una tpica tumba, un entierro en suelo,

    que no pareca muy antiguo ya que todava se encontraba

    el cumulo de tierra flanqueada por piedras blancas.

    Alejandro se paro delante luego se arrodillo y termino

    casi totalmente tumbado sobre la tierra, llorando sobre

    ella, estuvo as durante un largo rato. Para aquel

    momento la vista se iba acostumbrando a la oscuridad y

    se poda ver un poco mas claro el ambiente; minutos

    despus Alejandro se incorporo, me dijo: -alumbra aqu-

    y me mostr una fotografa que el guardaba en subilletera; all estaba Mara presente en dos partes,

    sonriente en unos centmetros en sus manos y sepultada

    en su humanidad bajos sus pies. El abri su casaca y

    saco un ramo de flores algo aplastado, las coloc en la

    tumba, mientras yo trataba de consolarlo con lo poco que

    poda decir.

    Alejandro, acercndose a mi me agradeci por

    acompaarlo, hablo de deudas eternas, -ya cumpl mi

    promesa- me dijo, -yo le promet que esta navidad no la

    iba a pasar sola- y me agradeci una vez mas.

    Yo slo le dije -basta de estar triste- luego vi la hora

    en el celular, faltaban apenas cinco minutos para la

    medianoche, ya no podra retornar a casa, entonces puse

    la radio del celular a todo volumen y estuvimos all

    bebiendo vino y conversando. Hasta que a la cuenta

    regresiva comenzando con el cinco, cuatro nos anunci

    la navidad; el ruido procedente de la ciudad, loscohetes que explotaban y dibujaban ecos distantes, las

    luces rojas se podan observar a lo lejos; seguramente

    todos se estaran abrazando en casa. Una gran cantidad

    de humo proveniente de la Ciudad cubra gran parte del

    cielo y por un momento comenz a envolvernos a nosotros

    tambin, Alejandro y yo nos saludamos con un apretn de

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    25/29

    25 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    manos, luego oramos en voz baja por Mara. Al terminar

    alguien llam a su celular y mientras el contestaba, yo

    me puse a enviar mensajes de felicitacin a mi familia,

    a mi fiel amiga, a los conocidos y a ella, a la ingrata

    que amaba por aquellos das y se me iba haciendo ajena.

    Luego el me dijo: -vmonos-, pero no dio ni un paso,

    pareca no tener la menor intencin de irse, entonces

    apagamos los celulares para experimentar la noche y el

    silencio en plenitud, guardamos silencio y l me dice

    sin dudar: -oste?, ha golpeado su atad y trato de

    imitar un sonido, y me dijo: -escucha-. Realmente yo noo nada pero le dije que si para darle gusto.

    Estbamos en silencio y yo algo incomodo, cuando otra

    sombra de mediana altura comenz a descender desde la

    cima del cerro a mucha velocidad que si se venia encima

    nuestro no hubiramos podido evitar el impacto. La

    sombra se acercaba cada vez mas y un silbido extrao del

    viento helado anunciaba su cercana, lo miramos de reojo

    y justamente detrs de nosotros a unos centmetros un

    sombra que pareca un lobo negro muy grande paso

    corriendo de frente y se fusiono con la oscuridad de las

    paredes del cementerio, pareca que la haba atravesado

    como si el muro fuera de aire; ambos nos miramos, el muy

    agitado me dijo, -esprame aqu- y se oculto detrs de

    las ramas de unos menudos arboles que se encontraban

    muy cerca.

    Unos minutos despus, sin previo aviso o claramente una

    voz que me hablaba en los odos, luego poda sentir comosi alguien o algo invisible me rondaba y me rozaba pero

    no dije nada (conozco de estos fenmenos), fue cuando

    Alejandro se puso de pie con un cigarrillo en la mano,

    l me dijo que tambin sinti que alguien lo toco varias

    veces, por eso encendi un cigarrillo.

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

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    26 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Tratando de mantener la calma y de hablar de cualquier

    cosa, Alejandro comenz a caminar delante de mi; al

    llegar justo a la menuda pared, yo sal sin dudar, pues

    deseaba llegar pronto a casa; pero l se detuvo como

    hipnotizado y no quiso salir; pareca que su pena por

    dejar atrs una vez mas a quien amaba, superaba

    cualquier miedo; unos minutos despus atraves

    rpidamente el pequeo umbral y comenzamos a caminar

    rumbo a la ciudad.

    l no ocultaba su desconsuelo, ya sin necesidad de

    alumbrarnos caminamos hasta las primeras casas, de allhasta la carretera, era casi la una de la madrugada

    cuando nos encontrbamos buscando una movilidad; pero no

    la hallamos as que tuvimos que caminar un poco ms y no

    faltaron los conatos de bronca durante la travesa de

    retorno. Compramos cigarrillos en el camino, al

    encontrar un taxi Alejandro me invito a ir al

    domicilio de sus padres, como era ya muy tarde y sin

    nada mejor que hacer, acept.

    Algunas calles y algunos minutos despus encontrndonos

    en su casa, en compaa de algunos de sus familiares,

    conversando y compartiendo una Cena improvisada,

    Alejandro muy emocionado me dijo: -gracias hermano-, yo

    le respond -gracias a ti por compartir esta historia

    conmigo- un da la voy a escribir-

    Estuvimos hablando hasta que en un momento se quedo

    dormido, yo lo despert para despedirme, pues era hora

    de ir a mi hogar; somnoliento y casi con lgrimas en losojos me dijo literalmente, -ella se alegro y golpeo su

    atad verdad?!, haciendo uso de la mentira yo le

    conteste: si-, luego de estas palabras se quedo

    profundamente dormido, sus hermanos me dijeron que el

    da anterior Alejandro haba viajado casi todo el da

    para llegar hasta la mujer que le hizo la promesa, yo

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    27/29

    27 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    estaba muy confundido, por que al parecer toda su

    familia estaba enterada de la aventura de aquella noche

    y mas aun parecan apoyarlo; muy agradecido y

    desendoles muchas felicidades, me desped de ellos.

    Al salir de su casa y caminar por la ciudad, todo estaba

    en silencio, no haba gente en las calles y se me vino a

    la mente una extraa inspiracin, no existe acaso un

    cementerio a ambos lados de las paredes blancas?, acaso

    tambin no existen personas que parecen cementerios?...

    aquella madrugada como hoy, Mirella la ingrata que se

    me hizo ajena por aquellos das, era slo el nicho dela mujer que haba amado! Camine con esta idea.

    Llegue a casa, al ingresar todo estaba en penumbra, la

    reunin familiar hacia horas que haba terminado; me

    sent muy solo, necesitaba el abrazo de todos aquellos

    que me haban extraado a medianoche, y mientras

    disfrutaba de la comida que la haban guardado para mi,

    me promet a mi mismo que mientras me dure la vida, no

    volvera a crear dolores de ausencia, menos aun en una

    noche de Diciembre.

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    28/29

    28 | E n u n a n o c h e d e D i c i e m b r e

    Agradecimientos:

    Gracias a mi madre y a toda mi familia por soportarme aunquesiempre vaya en contra de todo, gracias a mi padre por ensearme a

    amar a una sola mujer, por la vida de lujo que no merezco, y por

    guardarme un lugar all donde esta ahora.

    Gracias a Christian Crdova por ser mi hermano, por incluirme en

    uno de sus proyectos y por las horas de ideas; por soportar el

    teclado y la msica de la pc durante muchas madrugadas

    Gracias al maestro Eduardo Hinostroza por ensearme a amar a la

    literatura en las cortas horas de clases de Colegio.

    Gracias a Rafael Estrada, por los largos aos de amistad, por serla voz distante, que acompaa, comparte experiencias y siempre

    tiene la razn

    Gracias a Nilton Estrada por su compaa, por formar gran parte de

    mis historias y por compartir la pasin de la literatura.

    Gracias a Jimmy Tazo por las horas de conversacin, el apoyo de

    amigo y las ganas de leer mis historias

    Gracias Karina Jessenia por aquellos das inolvidables y por

    aceptarme en el Facebook

    Gracias N. E. F. por ser la esencia de mis poemas y por que al

    mirarte puedo creer en la perfeccin

    Gracias a Jim Ayala por concederle unos minutos a uno de mis

    agrios poemas y compartirlo.

    Gracias a ellos por ser mis amigos a pesar de que me conocen bien.

    Gracias, a todos aquellos quienes por error o curiosidad lleguen a

    descargar y a leer este contenido

    Y tambin a aquel que en una pelcula dijo: que para ser alguien

    hay que atreverse a hacer algo.

    Cerro de Pasco 10 de enero del 2013

  • 7/30/2019 En una noche de diciembre

    29/29

    Melancola en un velador

    Hay de tu copa

    Que sabe taer y herir;

    Ha guardado el aroma del pasado

    Pero no el sabor de tus labios.

    Recuerdas acaso la tarde de cementerio?

    El abrazo resentido y la cruz negra de lgrima

    El brindis por tu padre, la flor tatuada;

    Mi consuelo dibujado en bebida de fruta

    Como ha caminado el recuerdo

    Y sin ganas de ms se ha dormido en mis manos.

    No hemos terminado de despedirnos

    Lo nuestro es un ajedrez empolvado.

    Hay de tu copa que brilla y entristece

    Mientras le devuelvo a su atad de tiempos;

    Despertar en la oscuridad y reclamara luz,

    Su flor pintada marchitara con olvido

    Hay de tu copa guardada

    Hay de m reclamando tus labios

    02/12/12