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  • En este apasionante relato, Paulo Coelho narra las peripecias de superegrinajeporelCaminodeSantiago.Encompañíadesuguíaespiritual,elmisteriosoyenigmáticoPetrus,Pauloseenfrentaaunaseriedepruebasyejercicios,conocea figurasqueponenenapurossudeterminaciónysufe,sortea peligros insidiosos y tentaciones amenazadoras, para encontrar laespada que le permitirá convertirse en un Maestro RAM. El Camino, quePauloCoelho recorrióen1986,consigue inspirarunanoveladeaventuras,que es, al mismo tiempo, una fascinante parábola sobre la necesidad deencontrarnuestrocaminoenlavida.

    ebookelo.com-Página2

  • PauloCoelho

    ElperegrinodeCompostela(Diariodeunmago)

    ePubr1.1Himali18.09.14

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  • Títulooriginal:ODiáriodeunMagoPauloCoelho,1987Traducción:CristinaHernándezEscobarTraduccióndelprefacio:CarlosTatay

    Editordigital:HimaliCorreccióndeerratas:othon_otePubbaser1.1

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  • Entoncesledijeron:«Señortenéisaquídosespadas».YÉlrespondió:«Basta».

    LUCAS,22,38

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  • ebookelo.com-Página6

  • CUANDOcomenzamoslaperegrinación,meparecióquehabíarealizadounodelosmayoressueñosdemijuventud.UstederaparamíelbrujoDonJuanyyorevivíalasagadeCastanedaenbuscadeloextraordinario.

    Pero resistió valientemente todos mis intentos de transformarlo en héroe. Estodificultómucho nuestro trato, hasta que entendí que lo extraordinario reside en elCaminodelasPersonasComunes.Hoyendía,comprenderestoeslomásvaliosoqueposeoenmivida,mepermitehacercualquiercosaymeacompañaráporsiempre.

    Por ese conocimiento —que ahora deseo compartir con otros— este libro vadedicadoausted,Petrus.

    ELAUTOR

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  • Prefacio

    SENTADOenunjardíndeunaciudaddelsurdeFrancia.Amilado,unacartademieditorapidiéndomeunprólogoparalanuevaedición

    deElperegrinodeCompostela.Aguamineral.Café.Unatemperaturade27oClatardedel1dejuniode2001.Personasqueconversan,personasquecaminan.Personasquetambiéntomancaféyaguamineral.

    Entoncesretrocedoquinceañoseneltiempo,unatarde,uncafé,unaguamineral,personas que conversan y caminan, pero esta vez el escenario son las planicies deLeón,el idiomaeselespañol,micumpleañosseacerca, salíhace tiempodeSaint-Jean-Pied-de-PortyestoymásalládelamitaddelcaminoqueconduceaSantiagodeCompostela.Mirohaciaadelante,elpaisajemonótono,elguíatambiéntomauncaféenunbar queparece haber surgidode la nada.Mirohacia atrás, elmismopaisajemonótono,conlaúnicadiferenciadequeelpolvodelcaminotienelashuellasdelassuelasdemiszapatos,peroestemporal,elvientolasborraráantesdequelleguelanoche. Todo me parece irreal. ¿Qué estoy haciendo aquí? Esta pregunta continúaacompañándomeapesardequehanpasadovariassemanas.

    Estoybuscandounaespada.Estoycumpliendoun ritualdeRAM,unapequeñaorden dentro de la Iglesia católica sin secretos ni misterios, tan sólo el deseo decomprenderellenguajesimbólicodelmundo.Estoypensandoquefuiengañado,quelabúsquedaespiritualnodejadeseralgosinsentidoológicayqueseríamejorestaren Brasil ocupándome de lo que yo siempre me ocupaba. Estoy dudando de misinceridaden labúsquedaespiritual,porquecuestamuchoencontraraunDiosquenunca semuestra, rezar en horas fijas, recorrer caminos extraños, tener disciplina,aceptarórdenesquemeparecenabsurdas.

    Eseso:dudodemisinceridad.Todosestosdías,Petrushadichoqueelcaminoesdetodos,delaspersonascorrientes,loquemedejamuydecepcionado.Yopensabaquetodoesteesfuerzomeproporcionaríaunlugardestacadoentrelospocoselegidosqueseaproximanalosgrandesarquetiposdeluniverso.Yopensabaquefinalmenteibaadescubrirquesonverdadtodasesashistoriassobregobiernossecretosdesabiosen el Tibet, sobre pociones mágicas capaces de provocar amor donde no existeatracción,sobreritualesdondederepenteaparecenlaspuertasdelParaíso.

    Pero lo que Petrus me dice es exactamente lo contrario: no existen elegidos.Todos son escogidos si en vez de preguntarse «qué estoy haciendo aquí» deciden

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  • haceralgoquedespierteelentusiasmoenelcorazón.Eseneltrabajoconentusiasmodondeestá lapuertadelParaíso, el amorque transforma, la elecciónquenos llevahasta Dios. Es ese entusiasmo el que nos conecta con el Espíritu Santo y no loscientos,milesdelecturasdelostextosclásicos.Eslavoluntaddecreerquelavidaesun milagro lo que permite que los milagros ocurran y no los llamados «ritualessecretos» u «órdenes inicáticas». En fin, es la decisión del hombre de cumplir sudestino lo que lo hace ser realmente un hombre y no las teorías que él desarrollasobreelmisteriodelaexistencia.

    Y aquí estoy yo.Más allá de lamitad del camino queme lleva a Santiago deCompostela.

    EstatardeenLeón,enellejanoañode1986,aúnnoséquedentrodeseisosietemesesescribiréunlibrosobreestaexperiencia,queyacaminapormialmaelpastorSantiago en busca de un tesoro, que una mujer llamada Veronika se prepara paraingerirunaspastillase intentarsuicidarse,quePilar llegarádelantedel ríoPiedrayescribirá, llorando, su diario. Todo lo que sé en estemomento es que estoy tenso,nervioso, incapaz de hablar con Petrus, porque acabo de darme cuenta de que nopuedo volver a hacer lo que hacía, aunque eso signifique perder un dineroconsiderable a final de mes, una cierta estabilidad emocional, un trabajo que yaconozco y domino. Necesito cambiar, ir en busca de mi sueño, un sueño que meparece infantil, ridículo, imposible de realizar: convertirme en el escritor quesecretamentesiempredeseéser,peroquenotengoelvalordeasumir.

    Petrus termina su café, su aguamineral, pide que pague la consumición y quecontinuemos andando, ya que todavía quedan algunos kilómetros hasta la próximaciudad.Lagentecontinúapasandoyhablando,mirandodereojoalosdosperegrinosde mediana edad, pensando que hay mucha gente rara en este mundo siempredispuestaaintentarrevivirunpasadoqueyaestámuerto.[1]Latemperaturadebedeserdeunos27°Cporqueeselfinaldelatarde,ymepreguntosilenciosamentepormilésimavezquéestoyhaciendoallí.

    ¿Yo quería cambiar? Creo que no, pero este camino me está transformando.¿Queríaconocerlosmisterios?Creoquesí,peroelcaminomeestáenseñandoquenoexistenmisterios,que,comodecíaJesucristo,nohaynadaocultoquenohayasidorevelado.Enfin,todoestáocurriendoexactamentealcontrariodeloqueyoesperaba.

    Nos levantamos y empezamos a andar en silencio. Estoy inmerso en mispensamientos,enmiinseguridad,yPetrusdebedeestarpensando,imaginoyo,ensutrabajoenMilán.Estáaquíporquedealgunamanera fueobligadopor la tradición,peroposiblementeesperaqueestacaminatatermineprontoparavolverahacerloquelegusta.

    Andamos el resto de la tarde sin hablar. Todavía no existen teléfonosmóviles,faxes,correoelectrónico.Estamosaisladosennuestraconvivenciaforzada.Santiago

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  • deCompostela estádelanteynopuedo imaginarque este caminomeconduzcanosóloaestaciudadsinoamuchasotrasciudadesdelmundo.NiPetrusniyosabemosque esta tarde, en la planicie de León, estoy caminado también hacia Milán, suciudad,donde llegaré casidiezañosmás tardeconun libro tituladoEl Alquimista.Estoycaminandohaciamidestino,tantasvecessoñadoyotrastantasvecesnegado.Estoycaminandohaciaeljardíndondeestatardedejuniode2001existeuncafé,unaguamineral,unsolagradableyunacartademieditorapidiéndomeunprefacioparalaediciónespañoladeElperegrinodeCompostela.

    Estoycaminandoparaverpublicadalahistoriademirenacimiento.

    PAULOCOELHO

    JardínMassey,Tarbes,Francia,1dejuniode2001

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  • Prólogo

    —¡Yque,antelaSagradaFazdeRAM,toquescontusmanoslaPalabradeVidayrecibastantafuerza,queteconviertasensutestigohastalosconfinesdelaTierra!

    ElMaestre levantó en altominueva espada,manteniéndoladentrode lavaina.Las llamasde la hoguera crepitaron, unpresagio favorable, indicandoque el ritualdebíacontinuar.Entoncesmeinclinéy,conlasmanosdesnudas,comencéaescarbarlatierradelantedemí.

    Eralanochedeldía2deenerode1986ynosencontrábamosenloaltodeunadelas montañas de la Serra do Mar, cerca de la formación conocida como AgulhasNegras.AdemásdemiMaestre y yo, estabanmimujer, undiscípulomío, unguíalocalyunrepresentantedelagranfraternidadquecongregabalasórdenesesotéricasde todo el mundo, y que era conocida con el nombre de Tradición. Los cinco—incluyendoalguía,aquienyaselehabíaadvertidoloquesucedería—participabandemiordenacióncomoMaestredelaOrdendeRAM.

    Terminéde escarbar en el suelounhuecopocoprofundo,pero largo.Con todasolemnidadtoquélatierrapronunciandolaspalabrasrituales.Entonces,mimujerseacercóymeentrególaespadaqueyohabíautilizadodurantemásdediezañosyquetanto me había ayudado en centenares de Obras Extraordinarias en aquel tiempo.Depositélaespadaenelhueco.Luego,leechélatierraencimayaplanédenuevoelterreno.Mientraslohacía,recordabalaspruebasporlasquehabíapasado,lascosasquehabíaconocidoylosfenómenosqueeracapazdeprovocar,simplementeporqueteníaconmigoaquellaespadatanantiguaytanamigamía.Ahoraseríadevoradaporlatierra:elhierrodesuhojaylamaderadesuempuñaduraserviríannuevamentedealimentoallugardedondehabíaextraídotantoPoder.

    ElMaestreseaproximóycolocóminuevaespadaantemí,sobreelsitioenquehabía enterrado la antigua. Entonces todos abrieron los brazos y el Maestre,utilizando su poder, hizo que en torno nuestro se formara una luz extraña, que noiluminaba, peroque eravisibley reflejaba en los cuerposde laspersonasun colordiferentedelamarilloproyectadoporlahoguera.Entonces,desenvainandosupropiaespada,tocómishombrosymicabezamientrasdecía:

    —PorelPoderyporelAmordeRAM,yotenombroMaestreyCaballerodelaOrden, hoy y por el resto de los días de tu vida. R de Rigor, A de Amor, M deMisericordia;RdeRegnum,AdeAgnus,MdeMundi.

    Cuando toques tu espada, que jamás permanezca durante mucho tiempo en lavainaporqueseoxidará;pero,cuandosalgadelavaina,quejamásvuelvaaellasinanteshaberhechounBien,abiertounCaminoobebidolasangredeunEnemigo.

    Yconlapuntadesuespadahiriólevementemicabeza.Apartirdeesemomentoyanoeranecesariopermanecerensilencio;nonecesitabaesconderaquellodeloque

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  • eracapazniocultarlosprodigiosquehabíaaprendidoarealizarenelcaminodelaTradición.ApartirdeesemomentoyoeraunMago.

    Extendílamanoparatomarminuevaespada,deaceroindestructibleydemaderaquelatierranoconsume,consuempuñaduranegrayrojaysuvainanegra.Empero,enelmomentoenquemismanostocaronlavainayquemedisponíaatraerlahaciamí, el Maestre dio un paso al frente y con absoluta violencia pisó mis dedos,haciéndomegritardedolorysoltarlaespada.

    Lo miré sin entender nada. La luz extraña había desaparecido y el rostro delMaestreestavez tenía laapariencia fantasmagóricaque las llamasde lahoguera ledaban.

    Memiró fríamente, llamóamimujery leentregó lanuevaespada.Despuéssevolvióhaciamíydijo:

    —¡Aleja lamanoque teengaña! ¡Porqueelcaminode laTradiciónnoeseldeunospocoselegidos,sinoelcaminodetodosloshombres,yelPoderquecreestenernovalenada,porquenoesunPoderquesecompartaconel restode loshombres!Deberíashaberrechazadolaespada;siasílohubierashechotehabríasidoentregada,porque tu corazón estaba puro. Pero, como lo temía, en el momento sublimeresbalasteycaíste,y,porculpadetuavidez,deberáscaminarnuevamenteenbuscadetuespada;yporculpadetusoberbiadeberásbuscarlaentreloshombrescomunes;y por culpa de tu fascinación por los prodigios tendrás que luchar mucho paraconseguirdenuevoaquelloquetangenerosamentetehabríasidoentregado.

    Fuecomosielmundohubiesedesaparecidobajomispies.Continuéarrodillado,atónito,sinquererpensarennada.Unavezdevueltamiantiguaespadaalatierranopodíatomarladenuevo,yunavezquelanuevanomehabíasidoentregada,estabadenuevocomoquiencomienzaeneseinstante:sinpodereindefenso.Eldíademisuprema Ordenación Celeste, la violencia de mi Maestre, al pisar mis dedos, medevolvíaalmundodelOdioydelaTierra.

    El guía apagó la hoguera ymimujer vino haciamí yme ayudó a levantarme.Traíaenlasmanosmínuevaespada,pero,segúnlasreglasdelaTradición,yojamáspodríatocarlasinpermisodemiMaestre.Bajamosensilencioentrelosmatorrales,siguiendolalinternadelguía,hastallegaralpequeñocaminodetierradondeestabanestacionadosloscoches.

    Nadie se despidió de mí. Mi mujer colocó la espada en la cajuela del auto yencendió el motor. Permanecimos largo rato en silencio, mientras ella conducíadespacio,esquivandolosbachesyzanjasdelcamino.

    —Notepreocupes—dijo,intentandoanimarmeunpoco—.Estoyseguradequelaconseguirásdenuevo.

    LepreguntéquélehabíadichoelMaestre.—Medijotrescosas.Primero,queéldeberíahabertraídounabrigo,porqueallá

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  • arribahacíamásfríodelquepensaba.Segundo,quenadadeaquellohabíasidounasorpresa para él y que ya había sucedido muchas otras veces, con muchas otraspersonas que llegaron hasta donde llegaste. Y tercero, que tu espada te estaríaesperandoaunaciertahora,enunacierta fecha,enalgúnpuntodeuncaminoquedeberás recorrer.Noséni la fechani lahora.Sólomedijodóndedeboesconderlaparaquelaencuentres.

    —Y¿cuálesesecamino?—pregunténervioso.—¡Ah!Eso nome lo explicómuy bien. Sólo dijo que buscaras en elmapa de

    Españaunaantiguarutamedieval,conocidacomoelExtrañoCaminodeSantiago.

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  • LaLlegada

    EL inspector de la aduana miró detenidamente la espada que mi mujer traía ypreguntóquépretendíamoshacerconeso.Dijequeunamigonuestroibaavaluarlapara que la subastáramos. La mentira dio resultado; el inspector nos entregó unadeclaracióndequehabíamosentradocon laespadaporelaeropuertodeBarajas,yadvirtió que si teníamos problemas para sacarla del país, bastaba con mostrar esedocumentoenlaaduana.

    Nosdirigimoshacialaalquiladoradeautosyconfirmamoslasdosreservaciones.Tomamoslosboletosyfuimosjuntosacomeralgoenelrestaurantedelaeropuerto,antesdedespedimos.

    Había pasado una noche de insomnio en el avión, por unamezcla demiedo avolarylaincertidumbredeloquepasaríadeahoraenadelante,peroaunasíestabaemocionadoydespierto.

    —Notepreocupes—dijoellaporenésimavez—.DebesiraFrancia,yenSaint-Jean-Pied-de-Port buscas a madame Lawrence. Ella te pondrá en contacto conalguienqueteguiaráporelCaminodeSantiago.

    —¿Ytú?—preguntétambiénporenésimavez,aunqueyasabíalarespuesta.—Voyadondetengoqueir,adejarloquemefueconfiado.Despuésmequedoen

    MadridunosdíasyregresoaBrasil.Soycapazdeocuparmedenuestrosasuntostanbiencomotú.

    —Losé—respondí,queriendoevitarhablarmásdelasunto.Era enorme mi preocupación por los negocios dejados en Brasil. Aprendí lo

    necesariosobreelCaminodeSantiagoenlosquincedíasposterioresalincidenteenAgulhasNegras,peromehabíallevadocasisietemesesdecidirdejarlotodoyhacerel viaje. Hasta que cierta mañana mi mujer me dijo que la hora y la fecha seacercaban, y que si no tomaba una decisión tendría que olvidar para siempre elcaminodelaMagiaylaOrdendeRAM.IntentéexplicarlequeelMaestremehabíaasignado una tarea imposible; no podía simplemente sacudirme de los hombros laresponsabilidad demi trabajo diario. Se rió y dijo que estaba dando una disculpatonta,puesenaquellossietemesespocohabíahecho,ademásdepasarnochesydíaspreguntándome si debía o no viajar; y, con el gesto más natural del mundo, meextendiólosdosboletosconlafechadevueloyaindicada.

    —Estamosaquíporquetúlodecidiste—dijeenelbardelaeropuerto—.Nosésiseacorrectodejarladecisióndebuscarmiespadaaotrapersona.

    Mimujerdijoquesiíbamosahablartonterías,eramejoriranuestrosrespectivosautosydespedirnosdeunavez.

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  • —Jamás dejarías que otra persona tomara ninguna decisión sobre tu vida.Tenemosqueapuramos,seestáhaciendotarde.

    Se levantó, tomó su equipaje y se dirigió al establecimiento. Yo nomemoví;permanecí sentado, mirando la manera displicente como cargaba mi espada, queamenazabaconresbalardedebajodesubrazoencualquiermomento.

    Sedetuvoamediocamino,regresóhastalamesadondeyoestaba,meestampóunsonorobesoenlabocaymemirósindecirnadadurantemuchotiempo.

    De repente me di cuenta de que estaba en España y de que ya no podía darmarcha atrás. Aun con la horrible certeza de que tenía muchas probabilidades defracasar,yahabíadadoelprimerpaso.Entonceslaabracéconmuchoamor,contodoelamorquesentíaenesemomento,ymientraslateníaenmisbrazosrecéportodoyportodoslosquecreía,lesimploréquemedieranfuerzasparavolverconellayconlaespada.

    —Bonita espada, ¿viste?—comentó una voz femenina en la mesa de al lado,luegodequemimujerpartiera.

    —No te preocupes—respondió una voz de hombre—. Te voy a comprar unaexactamenteigual.AquíenEspaña,lastiendasparaturistastienenmilescomoésas.

    Después de conducir durante una hora, el cansancio acumulado por la nocheanteriorcomenzóahacersesentir.Además,elcalordeagostoeratanfuerteque,auncuando anduviera por una carretera sin tráfico, el coche comenzaba a mostrarproblemas de sobrecalentamiento. Resolví parar un poco en un pueblo que loscarteles de la carretera anunciaban como monumento nacional. Cuando subía laescarpadaladeraquemeconduciríahastaél,comencéarecordarunavezmástodoloaprendidosobreelCaminodeSantiago.

    Asícomolatradiciónmusulmanaexigequetodofielhaga,porlomenosunavezen la vida, la peregrinación queMahoma hizo de LaMeca a Medina, durante elprimermileniodelcristianismoseconocierontresrutasconsideradassagradasyqueredituabanunaseriedebendicionese indulgenciasaquien recorriesecualquieradeellas. La primera ruta llevaba a la tumba de San Pedro, enRoma; sus caminantestenían como símbolo una cruz y se les llamaba romeros. La segunda ruta llevabahastaelSantoSepulcrodeCristo,enJerusalén,y losque la seguíaneran llamadospalmerosporqueteníancomosímbololaspalmasconqueCristofuesaludadocuandoentróenlaciudad.Porúltimo,existíauntercercamino,unoquellevabaalosrestosmortalesdelapóstolSantiago,enterradosenun lugarde laPenínsulaIbéricadondecierta noche un pastor había visto una brillante estrella sobre un campo.Cuenta laleyenda que no sólo Santiago, sino también la propia virgenMaría estuvo por allí

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  • inmediatamentedespuésdelamuertedeCristo,llevandolapalabradelEvangelioyexhortando a los pueblos a convertirse. El lugar terminó siendo conocido comoCompostela —el campo de la estrella— y luego surgió una ciudad que atraeríaviajeros de todo el mundo cristiano. A estos viajeros que recorrían la tercera rutasagrada,lesfuedadoelnombredeperegrinos,ytuvieroncomosímbolounaconcha.

    En su época dorada, en el siglo XIV, la Vía Láctea (porque en la noche losperegrinosseorientabanporestagalaxia)llegóaserrecorridacadaañopormásdeun millón de personas, procedentes de todos los rincones de Europa. Hasta hoy,místicos,religiososeinvestigadoresaúnrecorrenapielossetecientoskilómetrosqueseparan laciudad francesadeSaint-Jean-Pied-de-Portde lacatedraldeSantiagodeCompostela,enEspaña.[2]

    GraciasalsacerdotefrancésAymericPicaud,queperegrinóhastaCompostelaen1123,larutaseguidahoyporlosperegrinosesexactamenteigualalcaminomedievalrecorrido por Carlomagno, San Francisco de Asís, Isabel de Castilla y, másrecientemente,porelpapaJuanXXIII,entremuchosotros.

    Picaud escribió cinco libros sobre su experiencia y fueron presentados comotrabajo del papaCalixto II—devoto de Santiago—y conocidomás tarde como elCodexCalixtinus.EnsuLibroV,«LiberSanctiJacobi»,Picaudenumeralasmarcasnaturales, fuentes, hospitales, refugios y ciudades que se extendían a lo largo delcamino.Basadaen lasnotasdePicaud,unasociedad,«LesamisdeSaint-Jacques»(SantiagoesSaint-Jacquesenfrancés,Jameseninglés,Giacomoen italiano,Jacobenlatín),seencargademantenerhastahoyestasmarcasnaturalesydeorientaralosperegrinos.

    Alrededordel sigloXII, la nación española comenzó a aprovechar lamísticadeSantiagoensuluchacontralosmorosquehabíaninvadidolapenínsula.SecrearonvariasórdenesmilitaresalolargodelCamino,ylascenizasdelapóstolsevolvieronun poderoso amuleto espiritual para combatir a los musulmanes, que decían tenerconsigo un brazo de Mahoma. El Camino de Santiago en territorio francés secomponíadevariasrutasqueconvergíanenunaciudadespañola llamadaPuente laReina.LaciudaddeSaint-Jean-Pied-de-Portselocalizaenunadeestasrutas,quenoeslaúnicanilamásimportante.

    Sinembargo,alterminarlareconquista,lasórdenesmilitareserantanfuertesquecomenzaronaserunaamenazaparaelEstado,loqueobligóalosreyescatólicosaintervenir directamentepara evitarque se levantaran contra lanobleza.Por ello, elCamino poco a poco fue cayendo en el olvido y, de no ser por manifestacionesartísticas esporádicas—comoLavía láctea deBuñuel oCantares de JuanManuelSerrat—, hoy en día nadie sería capaz de recordar que por allí pasaron miles depersonasquemástardepoblaríanelNuevoMundo.

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  • Elpuebloalquelleguéestabaabsolutamentedesierto.Despuésdemuchobuscar,encontréunapequeñacantinaadosadaaunaviejacasadeestilomedieval.Eldueño—que no despegaba los ojos de un programa de televisión—me informó que erahoradelasiestayqueestabalocoalandarporlacarreteracontantocalor.

    Pedíunrefresco,intentéverunpocodetelevisión,peronopodíaconcentrarmeennada,sólopensabaenquedentrodedosdíasreviviríaenplenosigloXXunpocodelagranaventurahumanaque trajoaUlisesdeTroya,anduvocondonQuijoteporLaMancha,llevóaDanteyOrfeoalosinfiernosyaCristóbalColónhastaAmérica:laaventuradeviajarcondirecciónaloDesconocido.

    Cuando regresé a mi auto ya estaba un poco más tranquilo. Aun cuando nodescubrieramiespada,laperegrinaciónporelCaminodeSantiagoharíaquealfinalmedescubrieraamímismo.

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  • Saint-Jean-Pied-de-Port

    UNdesfileconpersonajesenmascaradosyunabandademúsicos,todosvestidosderojo,verdeyblanco,loscoloresdelPaísVascofrancés,ocupabanlacalleprincipaldeSaint-Jean-Pied-de-Port.Eradomingo,habíaconducidodurantedosdíasynopodíaperdernisiquieraunminutomásasistiendoaaquellafiesta.Meabrípasoentre laspersonas, oí algunos insultos en francés, pero terminé dentro de las fortificacionesque constituían la parte más antigua de la ciudad, donde debería estar madameLawrence. Aun en esa parte de los Pirineos hacía calor durante el día y salí delautomóvilbañadoensudor.

    Toquélapuerta.Toquéotravez…ynada.Toquéporterceravezynadiecontestó.Mesentéalaorilladelcamino,preocupado.Mimujermehabíadichoqueyodebíaestarallíexactamenteesedía,peronadierespondíaamisllamados.Podríaser,pensé,que madame Lawrence hubiese salido a ver el desfile, pero también cabía laposibilidad de que yo hubiera llegado demasiado tarde y ella hubiera decidido norecibirme.ElCaminodeSantiagoacabaríaantesdehabercomenzado.

    Derepente,lapuertaseabrióyunaniñasaltóhacialacalle.Melevantétambiéndeunsaltoy,enmifrancésquenoeramuybueno,preguntépormadameLawrence.Laniñaserióyseñalóhaciadentro.Sóloentoncesmedicuentademierror:lapuertadabahaciaun inmensopatio,circundadoporviejascasasmedievalesconbalcones.La puerta había estado abierta para que pasara, y nome había atrevido siquiera atocarlamanija.

    Entrécorriendoymedirigí a la casaque laniñame indicó.Dentro,unamujermayorygordavociferabaalgoenvascoaunmuchachomenudo,deojoscastañosytristes.Esperéalgúntiempoaqueterminaraladiscusión,queefectivamenteterminó:elpobremuchachofueenviadoalacocinaenmediodeunaluddeinsultosdepartede lavieja.Sólo entonces ellamemiróy, sin siquierapreguntarmequéquería,mecondujo—entre gestos delicados y empujones—al segundo piso de la casita.Allísólo había un estudio pequeño, lleno de libros, objetos, estatuas de Santiago yrecuerdosdelCamino.Sacóunlibrodelestante,sesentódetrásdelaúnicamesadellugarymedejódepie.

    —Debes de ser otro de los peregrinos a Santiago —dijo sin rodeos—. Deboanotartunombreenlalibretadelosqueemprendenelcamino.

    Dijeminombreyquisosabersihabíatraídolas«veneras».Veneraseraelnombredadoalasgrandesconchasllevadascomosímbolodelaperegrinaciónhastalatumbadel apóstol, y servían para que los peregrinos se identificasen entre sí.[3] Antes deviajaraEspañahabíaidoaunlugardeperegrinaciónenBrasil,AparecidadoNorte;allí había comprado una imagen de Nuestra Señora Aparecidamontada sobre tresveneras.LasaquédelamochilayseladiamadameLawrence.

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  • —Bonito, pero poco práctico —dijo, devolviéndome las veneras—. Puedenromperseduranteelcamino.

    —Noseromperán.Voyadejarlassobrelatumbadelapóstol.MadameLawrence parecía no tenermucho tiempo para atenderme.Me dio un

    pequeñocarnetquemefacilitaríaelhospedajeenlosmonasteriosdelCamino;colocóunsellodeSaint-Jean-Pied-de-Portparaindicardóndehabíainiciadoelrecorrido,ydijoquepodíairmeconlabendicióndeDios.

    —Pero¿dóndeestámiguía?—pregunté.—¿Cuál guía? —respondió, un poco sorprendida, pero también con un brillo

    distintoenlosojos.Medicuentadequemehabíaolvidadodealgomuyimportante.Enmiafánde

    llegaryseratendidopronto,nohabíapronunciadolaPalabraAntigua,unaespeciedecontraseña que identifica a quienes pertenecen o pertenecieron a las órdenes de laTradición.DeinmediatocorregímierroryledijelaPalabra.MadameLawrence,enun gesto rápido, arrancó demismanos el carnet queme había entregadominutosantes.

    —Novasanecesitaresto—dijo,mientrasquitabaunapiladeperiódicosviejosde encima de una caja de cartón—. Tu camino y tu descanso dependen de lasdecisionesdetuguía.

    MadameLawrencesacódelacajaunsombreroyunmanto.Parecíanropasmuyantiguas, pero estaban bien conservadas.Me pidió que permaneciera de pie en elcentro de la sala, y comenzó a rezar en silencio. Después colocó el manto en miespaldayel sombreroenmicabeza.Pudenotarque tantoenel sombrerocomoencadahombreradelmantohabíavenerascosidas.Sinpararderezar,laancianatomóuncayadodeunodelosrinconesdelestudioymehizotomarloconlamanoderecha.Enelcayadoamarróunapequeñacantimplora.Allíestabayo:debajo,bermudasdemezclillaycamisetacon la leyendaILOVENY,yencimael trajemedievalde losperegrinosaCompostela.

    La anciana se acercó hasta quedar a dos palmos de distancia frente a mí.Entonces, enunaespeciede trance, colocando lasmanosabiertas sobremicabeza,dijo:

    —Que el Apóstol Santiago te acompañe y te muestre lo único que necesitasdescubrir; que no andes ni muy despacio ni demasiado aprisa, sino siempre deacuerdoconlasLeyesylasNecesidadesdelCamino;queobedezcasaaquelqueteguiará, aun cuando te diere unaordenhomicida, blasfemao insensata.Debes jurarobedienciatotalatuguía.

    Juré.—ElEspíritudelosantiguosperegrinosdelaTradiciónhadeacompañarteenla

    jornada. El sombrero te protege del sol y de losmalos pensamientos; elmanto te

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  • protegedelalluviaydelasmalaspalabras;elcayadoteprotegedelosenemigosydelasmalasobras.LabendicióndeDios,deSantiagoy lavirgenMaría te acompañetodaslasnochesytodoslosdías.Amén.

    Dichoesto,volvióasusmanerashabituales:conprisayconunciertomalhumorrecogió las ropas, las guardó de nuevo en la caja, devolvió el cayado con lacantimploraalrincóndelasala,ydespuésdeenseñarmelaspalabrasdecontraseñame pidió que me fuera pronto, pues mi guía estaba esperándome a unos doskilómetrosdeSaint-Jean-Pied-de-Port.

    —Detestalasbandasdemúsica—dijo—.Peroaunadoskilómetrosdedistanciadebedeestarescuchando:losPirineossonunaexcelentecajaderesonancia.

    Ysinmayorescomentarios,bajólasescalerasysefuealacocinaaatormentarunpoquitomásalmuchachodeojostristes.Alsalirpreguntéquédebíahacerconelautoydijoqueledejaralasllaves,luegovendríaalguienporél.Medirigíalacajueladeéstey tomélamochilaazul,unsacodedormirveníaamarradoaella;guardéenelrincónmásprotegidolaimagendeNuestraSeñoraAparecidaconlasconchas;melacoloquéenlaespaldayfuiadarlelasllavesamadameLawrence.

    —Salde laciudadsiguiendoestacallehastaaquellapuerta,allá,al finalde lasmurallas—medijo—,ycuandolleguesaSantiagodeCompostelarezaunavemaríapormí.Yoyarecorrítantasvecesestecaminoqueyanopuedohacerlodebidoamiedad;ahoramecontentoconleerenlosojosdelosperegrinoslaemociónquetodavíasiento.CuéntaleestoaSantiago,ycuéntale tambiénqueencualquiermomentomeencontraréconél,porotrocamino,másdirectoymenoscansado.

    SalídelaciudadtrasponiendolasmurallasporlaPorteD’Espagne.EnelpasadoéstahabíasidolarutapreferidadelosinvasoresromanosyporaquítambiénpasaronlosejércitosdeCarlomagnoyNapoleón.Seguíensilencio,oyendoalolejoslabandade música y, súbitamente, en las ruinas de un poblado próximo a Saint-Jean, fuiembargadoporunainmensaemociónymisojossellenarondelágrimas:allí,enesasruinas, me di cuenta por primera vez de quemis pies estaban pisando el ExtrañoCaminodeSantiago.

    Rodeandoelvalle,losPirineos,coloridosporlamúsicadelabanditayporelsoldeesamañana,medabanlasensacióndealgoprimitivo,dealgoyaolvidadoporelgénerohumano,peroquedeningunamanerapodíasaberquéera.Mientrastanto,eraunasensaciónextrañayfuerte;resolvíapretarelpasoyllegaralabrevedadposiblealsitiodondedijomadameLawrencequemeesperabaelguía.Sinparardecaminar,mequitélacamisetaylaguardéenlamochila.Lascolgaderascomenzabanalastimarunpocoloshombrosdesnudos,pero,encompensación,losviejosteniserantansuavesquenomecausabanningunaincomodidad.Luegodecasicuarentaminutos,enunacurvaque rodeabaunagigantesca piedra, llegué al antiguopozo abandonado.Allí,

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  • sentado en el suelo, un hombre de unos cincuenta años —de cabellos negros yaspectogitano—revolvíasumochilabuscandoalgo.

    —Hola—dijeenespañol,conlamismatimidezqueexperimentabasiemprequeerapresentadoconalguien—.Debesestaresperándome.MellamoPaulo.

    Elhombredejódeesculcarensumochilaymemiródearribaabajo.Sumiradaerafríaynopareciósorprendidopormillegada.Yotambiéntuvelavagasensacióndequeloconocía.

    —Sí, estaba esperándote, pero no sabía que te encontraría tan pronto. ¿Quéquieres?

    Medesconcertéunpococon lapreguntay respondíqueyoeraquienélguiaríaporlaVíaLácteaenbuscadelaespada.

    —Noesnecesario—dijoelhombre—.Sitúquieres,yopuedoencontrarlaparati,perotienesquedecidirloahora.

    Cada vez me parecía más extraña aquella conversación con el desconocido.Mientras tanto, como había jurado obediencia,me preparaba para responder. Si élpodíaencontrar laespadaparamí,meahorraríaun tiempoenormeypodríavolverluegoaatenderalaspersonasylosasuntosdejadosenBrasil,quenoseapartabandemi mente. También podría tratarse de un truco, pero no habría ningún mal enresponder.

    Resolvídecirquesíyderepente,detrásdemí,oíunavozquehablabaenespañol,conunacentomarcadísimo:

    —Noesnecesariosubirunamontañaparasabersiesalta.¡Era la contraseña!Volteé y vi a un hombre comode cuarenta años, bermudas

    caqui,camisetablancasudada,mirandofijamentealgitano.Teníaloscabellosgrisesylapielquemadaporelsol.Enmiprisahabíaolvidadolasreglasmáselementalesdeprotecciónymehabíapuestoenmanosdelprimerdesconocidoquemeencontré.

    —Elbarcoestámássegurocuandoestáenelpuerto;peronoesparaesoqueseconstruyeron los barcos —le dije como contraseña. Mientras, el hombre nodespegabalosojosdelgitano,nielgitanodesviólosojosdeél.Semiraronfrenteafrentedurantealgunosminutos,sinmiedoysinvalentía,hastaqueelgitanodejólamochilaenelsuelo,sonriócondesdényprosiguiócondirecciónaSaint-Jean-Pied-de-Port.

    —MellamoPetrus[4]—dijoelreciénllegado,encuantoelgitanodesapareciótrasla inmensa piedra que yo había rodeadominutos antes—. La próxima vez sémáscauteloso.

    Notéuntonosimpáticoensuvoz,diferentedeltonodelgitanoydeldelapropiamadameLawrence.Levantósumochiladelsueloyreparéenqueteníadibujadauna«venera»enlapartedeatrás.Sacódedentrounagarrafadevino,tomóuntragoymeofreció.Mientrasbebía,preguntéquiéneraelgitano.

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  • —Ésta es una ruta fronteriza, muy usada por contrabandistas y terroristasrefugiadosdelPaísVascoespañol—dijoPetrus—.Lapolicíacasinovieneporaquí.

    —Nome estás respondiendo.Ustedes dos semiraron comoviejos conocidos ytengolaimpresióndequeyotambiénloconozco,poresofuitanpocoprecavido.

    Petrus se rió y pidió que emprendiéramospronto el camino.Tomémis cosas ycomenzamos a caminar en silencio, pero, por la risa de Petrus, sabía que estabapensandolomismoqueyo.

    Noshabíamosencontradoconundemonio.Caminamosensilencioduranteunciertotiempo,madameLawrenceteníatodala

    razón: a casi treskilómetrosdedistancia aúnpodíaoírse labanditaque tocaba sinparar.QueríahacermuchaspreguntasaPetrus—sobresuvida,sutrabajoyloquelohabía traído hasta este lugar—, sin embargo, sabía que aún teníamos setecientoskilómetros por recorrer juntos y llegaría el momento exacto en que todas mispreguntas tendrían respuesta. Pero no dejaba de pensar en el gitano y terminérompiendoelsilencio.

    —Petrus,creoqueelgitanoeraeldemonio.—Sí, era el demonio—y cuando lo confirmó, sentí unamezcla de terror y de

    alivio—.PeronoeseldemonioqueconocisteenlaTradición.En la Tradición, el demonio es un espíritu que no es bueno ni malo; se le

    consideraguardiándelamayorpartedelossecretosaccesiblesalhombreyposeedordefuerzaypodersobrelascosasmateriales.Porserelángelcaído,seidentificaconlarazahumanayestásiempredispuestoacelebrarpactosya intercambiarfavores.PreguntécuáleraladiferenciaentreelgitanoylosdemoniosdelaTradición.

    —Vamosaencontramosotrosporelcamino.Losdescubrirásportimismo,pero,paratenerunaidea,procuraacordartedetodalaconversaciónconelgitano.

    Recordé las dos únicas frases que había intercambiado con él.Dijo que estabaesperándomeyafirmóquebuscaríalaespadaparamí.

    Entonces,Petrus dijo que erandos frases queperfectamentepodrían salir de labocadeun ladrón sorprendidoenpleno robodeunamochila:paraganar tiempoyconseguirfavores,mientrasrápidamentetrazaunarutadefuga.Almismotiempo,lasdos frases podían tener un sentido más profundo; es decir, que las palabrassignificaranexactamenteloquepretendíadecir.

    —¿Cuáldelasdosescorrecta?—Ambassoncorrectas.Aquelpobreladrón,mientrassedefendía,captóenelaire

    laspalabrasqueeranecesariodecirte.Creyóestarsiendointeligenteynoeramásqueinstrumento de una fuerza superior. Si hubiese corrido cuando llegué, estaconversación sería innecesaria. Perome encaró y leí en sus ojos el nombre de undemonioqueteencontrarásenelcamino.

    SegúnPetrus,elencuentrohabíasidounpresagiofavorable,pueseldemoniose

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  • habíareveladodemasiadopronto.—Notepreocupesporélahoraporque,comodijeantes,noseráelúnico.Talvez

    seaelmásimportante,peronoelúnico.Continuamosandando.Lavegetación,antesunpocodesértica,cambió,ypodían

    versearbolitosesparcidospordoquier.Incluso,talvezfuesemejorseguirelconsejodePetrusydejarquelascosassucedieranporsímismas.Devezencuandoélhacíaalgún comentario respecto de uno u otro hecho histórico ocurrido en los sitios pordondeíbamospasando.Vilacasadondeunareinapernoctaralavísperadesumuerteyuna capilla incrustada en las rocas, ermita de algún santoque, según los escasoshabitantesdeesaárea,eracapazdehacermilagros.

    —Losmilagrossonmuyimportantes,¿noteparece?—preguntóPetrus.Respondíquesí,peroquenuncahabíavistoungranmilagro.Miaprendizajeen

    la Tradición había sido mucho más en el plano intelectual. Creía que cuandorecuperaramiespada,entoncessí,seríacapazdehacerlascosasimportantesquemiMaestrehacía.

    —Yqueno sonmilagros, porqueno transgreden las leyes de la naturaleza.LoquemiMaestrehaceesutilizarestasfuerzaspara…

    No pude completar la frase, porque no encontraba ninguna razón para que elMaestre consiguieramaterializar espíritus, cambiar de lugar objetos sin tocarlos y,comoyahabíavistomásdeunavez,abrirespaciosdecieloazulentardesnubladas.

    —TalvezhagaestoparaconvencertedequetieneelConocimientoyelPoder—respondióPetrus.

    —Puede ser —respondí sin mucha convicción. Nos sentamos en una piedra,porquePetrusdijoquedetestabafumarcigarrillosmientrascaminaba.Segúnél, lospulmonesabsorbíanmuchamásnicotinayelhumoleprovocabanáuseas.

    —PoresotuMaestreteretirólaespada—dijoPetrus—.Porquenosabescuálesla razón de que él haga esos prodigios. Porque olvidaste que el camino delconocimientoesuncaminoabiertoatodosloshombres,alaspersonascomunes.Ennuestroviaje,voyaenseñartealgunosejerciciosyalgunosritualesconocidoscomolas Prácticas de RAM. Cualquier persona, en algúnmomento de su existencia, yatuvoaccesoaporlomenosunadeellas.Quiensepropongabuscarlas,conpacienciayperspicacia,puedeencontrarlastodas,sinexcepción,enlaspropiasleccionesquelavidanosenseña.

    »Las Prácticas de RAM son tan sencillas que las personas como tú,acostumbradasacomplicardemasiadolavida,confrecuencianolesconcedenningúnvalor, pero son ellas, junto con otras tres series de prácticas, las que hacen que elhombreseacapazdeconseguirtodo,peroabsolutamentetodoloquedesea.

    »Jesús alabó al Padre cuando sus discípulos comenzaron a realizarmilagros ycuraciones, y agradeció haber ocultado esto a los sabios y haberlo revelado a los

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  • hombrescomunes.Al finaldecuentas, sialguiencreeenDios,debecreer tambiénqueDiosesjusto.

    Petrus tenía toda la razón. Sería una injusticia divina permitir que sólo laspersonasinstruidas,contiempoydineroparacomprarlibroscaros,pudieranaccederalverdaderoConocimiento.

    —Elverdaderocaminodelasabiduríapuedeidentificarseporsólotrescosas—dijoPetrus—:Primero, debe tenerÁgape, y de eso te hablarémás tarde; segundo,debetenerunaaplicaciónprácticaentuvida,sinolasabiduríaseconvierteenalgoinútilysepudrecomounaespadaquenuncaseutiliza.

    »Yfinalmente,debeseruncaminoquepuedaserandadoporcualquierpersona.Comoelcaminoqueestáshaciendoahora,elCaminodeSantiago.

    Caminamos durante el resto de la tarde y sólo cuando el sol comenzó adesaparecertraslasmontañas,Petrusresolvióparardenuevo.Alrededornuestro,lospicosmásaltosdelosPirineosaúnbrillabanconlaluzdelosúltimosrayosdeldía.

    Petrus pidió que limpiara una superficie pequeña del suelo y que allí mearrodillara.

    —La Primera Práctica de RAM es nacer de nuevo.Deberás ejecutarla durantesietedíasseguidos, intentandoexperimentardediferentemanera tuprimercontactocon elmundo. Sabes cuán difícil fue dejarlo todo y venir a recorrer elCamino deSantiago en busca de una espada, pero esta dificultad sólo existió porque estabaspreso en el pasado. Ya fuiste derrotado y temes ser derrotado nuevamente; yaconseguistealgoytemesvolveraperderlo.Mientrastantoprevalecióalgomásfuertequetodoeso:eldeseodeencontrartuespada,ydecidistecorrerelriesgo.

    Respondíquesí,peroqueaúncontinuabacon lasmismaspreocupacionesa lasquesehabíareferido.

    —Notieneimportancia.Pocoapoco,elejercicioiráliberándotedelascargasquetúmismocreasteentuvida.

    YPetrusmeenseñólaPrimeraprácticadeRAM:«ElEjerciciodelaSemilla».

    ElEjerciciodelaSemilla

    Arrodíllese en el suelo. Después, siéntese sobre sus talones e incline elcuerpo,demodoquesucabezatoquelasrodillas.Estirelosbrazoshaciaatrás.Estáenunaposiciónfetal.Ahorarelájeseyolvidetodaslastensiones.Respiretranquila y profundamente. Poco a poco irá sintiendo que es una minúsculasemilla,circundadaporlacomodidaddelatierra.Todoescálidoyplacenteroasualrededor.Duermeunsueñotranquilo.Derepente,undedosemueve.Elbroteyanoquieresersemilla,quierenacer.Lentamentecomienzaamoverlos

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  • brazosyluegosucuerpoiráirguiéndose,Irguiéndosehastaestarsentadosobresus talones.Ahoracomienzaa levantarse, y lentamente, lentamente, sehabráincorporadoyestaráarrodilladoenelsuelo.

    Durantetodoesetiempoimaginóqueeraunasemillatransformándoseenbroteyhoradandopocoapocolatierra.

    Llegó el momento de romper la tierra por completo. Va levantándoselentamente, colocando un pie en el suelo, después el otro, luchando por noperderelequilibriocomounbrote luchaporencontrar suespacio,hastaquelograponersedepie.Imaginaelcampoentornosuyo,elsol,elagua,elvientoylospájaros.Esunbrotequecomienzaacrecer.Despaciolevantalosbrazos,condirecciónalcielo.Luego,vaestirándosecadavezmás,cadavezmás,comosi quisieraagarrar el sol inmensoquebrilla sobreusted y le da fuerzas y loatrae.Sucuerpocomienzaavolversecadavezmásrígido,todossusmúsculossetensanmientrassientequecrece,crece,creceysevuelveinmenso.Latensiónaumenta cada vez más hasta volverse dolorosa, insoportable. Cuando noaguantemás,griteyabralosojos.

    Repitaesteejerciciosietedíasseguidos,siemprealamismahora.

    —Hazloahoraporprimeravez—dijo.Apoyé la cabeza entre las rodillas, respiré hondo y comencé a relajarme. Mi

    cuerpoobedeciócondocilidadtalvezporquehabíamosandadomuchoduranteeldíaydebíadeestarexhausto.Comencéaescucharelruidodelatierra,unruidosordo,ronco,ypocoapocofuitransformándomeensemilla.

    No pensaba.Todo era oscuro y estaba adormecido en el fondo de la tierra.Derepente algomemovió. Era una parte demí, unaminúscula parte demí requeríadespertarme, decía que debía salir de allí porque había otra cosa «allá arriba».Pensaba dormir y esta parte insistía. Comenzó por mover mis dedos y mis dedosfueronmoviendomis brazos, pero no erandedos ni brazos, sinounpequeñobrotequeluchabaporvencerlafuerzadelatierraycaminarcondirecciónaese«algodealláarriba».Sentíqueelcuerpocomenzóaseguirelmovimientodelosbrazos.Cadasegundoparecíaunaeternidad,perolasemillateníaalgo«alláencima»ynecesitabanacer, necesitaba saber qué era. Con una inmensa dificultad la cabeza, luego elcuerpo, comenzaron a levantarse. Todo era demasiado lento y necesitaba lucharcontra la fuerza queme empujaba hacia abajo, con dirección al fondo de la tierra,donde antes estaba tranquilo y durmiendo mi sueño eterno. Pero fui venciendo,venciendo,yfinalmenterompíalgoyyaestabaerguido.Lafuerzaquemeempujabahaciaabajocesódepronto.Habíaperforadolatierrayestabacercadoporese«algodealláarriba».

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  • Ese«algodealláarriba»eraelcampo.Sentíelcalordelsol,elzumbidodelosmosquitos,el cantodeun ríoquecorríaa lo lejos.Me incorporédespacio,con losojos cerrados y todo el tiempo pensaba que perdería el equilibrio y volvería a latierra,peromientrascontinuabacreciendo.Misbrazosfueronabriéndoseymicuerpoestirándose.Allíestabayo,renaciendo,queriendoserbañadopordentroyporfuerapor aquel sol inmenso que brillaba y me pedía crecer más, estirarme más, paraabrazarlocontodasmisramas.Fuitensandocadavezmáslosbrazos,losmúsculosdetodoelcuerpocomenzaronadolermeysentíquemedíamilmetrosdealturayquepodíaabrazarmuchasmontañas.Elcuerpofueexpandiéndose,expandiéndosehastaqueeldolormuscularfuetanintensoquenoaguantémásydiungrito.

    AbrílosojosyPetrusestabadelantedemí,sonriendoyfumándoseuncigarro.Laluzdeldíaaúnnohabíadesaparecido,peromesorprendiódarmecuentadequenohacía el sol que había imaginado. Pregunté si quería que le describiera lassensacionesyrespondióqueno.

    —Estoesalgomuypersonalydebesguardarlasparatimismo.¿Cómopodríayojuzgarlas?Sontuyas,nomías.

    Petrusdijoquedormiríamosallímismo.Hicimosunapequeñafogata, tomamosloquequedabaensugarrafadevinoypreparéunosemparedadosconunpatéfoie-grasquecompréantesdellegaraSaint-Jean.Petrusfuehastaelriachueloquecorríacercadenosotrosytrajounospeces,queasóenlafogata.Despuésnosacostamosennuestrosrespectivossacosdedormir.

    Entre las grandes sensaciones que experimenté en mi vida, no puedo olvidaraquellaprimeranocheenelCaminodeSantiago.Hacíafrío,apesardeserverano,peroaúnteníaenlabocaelsabordelvinoquePetrushabíatraído.

    MiréalcieloylaVíaLácteaseextendíasobremí,mostrandoelinmensocaminoquedebíamosatravesar.Enotro tiempo,esta inmensidadmehabríaprovocadounaenormeangustia,unmiedo terribledenosercapazderecorrerla,deserdemasiadopequeño para lograrlo. Pero hoy era una semilla y había nacido de nuevo. Habíadescubierto que, a pesar de la comodidad de la tierra y del sueño que dormía, eramucho más bella la vida «allá arriba». Yo podía nacer siempre, cuantas vecesquisiera,hastaquemisbrazosfueranlosuficientementegrandesparapoderabrazarlatierradedondeprovenía.

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  • ElCreadorylaCriatura

    DURANTEseisdíascaminamospor losPirineos,subiendoybajandomontañas,yPetrus me pedía realizar el ejercicio de la semilla cada vez que los rayos del soliluminabanapenas lospicosmás altos.El tercerdíadel recorrido,una columnadecementopintadadeamarillonosindicóquehabíamoscruzadolafronteray,apartirdeallí,nuestrospiesestabanpisandotierraespañola.Pocoapoco,Petruscomenzóaplaticar algunos detalles de su vida personal; descubrí que era italiano y que sededicabaaldiseñoindustrial.[5]Preguntésinoestabapreocupadoportantascosasalasquedebiórenunciarparaservirdeguíaaunperegrinoenbuscadesuespada.

    —Quiero explicarte algo: No te estoy guiando hacia tu espada. Sólo a ti tecorresponde encontrarla. Estoy aquí para conducirte por el Camino de Santiago yenseñarte las Prácticas del RAM. Es tu problema saber cómo aplicarás esto en labúsquedadetuespada.

    —Norespondisteamipregunta.—CuandounoviajaexperimentadeunamaneramuyprácticaelactodeRenacer.

    Nosenfrentamosasituacionescompletamentenuevas,eldíatranscurremásdespacioy la mayoría de las veces no comprendemos la lengua que las personas estánhablando.Exactamentecomounacriaturareciénsalidadelvientrematerno.Porello,unocomienzaadarlemuchamás importanciaa lascosasque lo rodean,porquedeellasdependelapropiasupervivencia.Unosevuelvemásaccesiblealagente,porquepodrán ayudamos en situaciones difíciles, y recibe con gran alegría cualquierpequeñofavorde losdioses,comosi fueseunepisodiopara recordarel restode lavida.

    »Almismo tiempo, como para nosotros todas las cosas son una novedad, unovislumbrasólosubellezaysesientemásfelizdeestarvivo.Poresolaperegrinaciónreligiosa siempre fue una de las maneras más directas de poder llegar a lailuminación. La palabra pecado viene de pecus, que significa pie defectuoso, pieincapazderecorreruncamino.Laformadecorregirelpecadoesandandosiemprehaciadelante,adaptándosealassituacionesnuevasyrecibiendoacambiolosmilesdebendicionesquelavidagenerosamentedaaquieneslassolicitan.

    —¿Creesquepodríaestarpreocupadopormediadocenadeproyectosquedejéderealizarparaestaraquí,contigo?

    Petrus miró alrededor y mis ojos acompañaron su mirada. En lo alto de unamontaña pastaban algunas cabras. Una de ellas, la más audaz, estaba sobre unapequeñasalientedeunarocaaltísimayyonoentendíacómohabíallegadohastaalláy cómo podría regresar; pero, mientras pensaba esto, la cabra saltó y, pisando enpuntosparamíinvisibles,volviójuntoasuscompañeras.Todoenderredorreflejabaunapaznerviosa,lapazdeunmundoalqueaúnlefaltabamuchoporcrecerycrear,

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  • y que sabía que para ello era preciso seguir caminando, siempre caminando. Auncuando a veces un gran terremoto o una tempestad asesina me provocaran lasensacióndequelanaturalezaeracruel,medicuentadequeéstaseranlasvicisitudesdelcamino.Tambiénlanaturalezaviajabaenbuscadelailuminación.

    —Estoymuycontentodeestaraquí—dijoPetrus—,porqueel trabajoquedejéde hacer ya no importa, y los trabajos que realizaré después de esto seránmuchomejores.

    CuandoleílaobradeCarlosCastaneda,deseémuchoencontraralancianobrujoindio,DonJuan.AlveraPetrusmirandolasmontañas,meparecióestarconalguienmuyparecido.

    La tardedel séptimodía llegamosa loaltodeunmonte, luegodeatravesarunbosquedepinos.AllíCarlomagnooróporprimeravezensueloespañoly,debidoaesto, un monumento antiguo pedía en latín que todos rezasen un Salve Regina.Nosotros hicimos lo que el monumento pedía. Después, Petrus se encargó de quehicieraelejerciciodelasemillaporúltimavez.

    Corríamuchovientoyhacíafrío.Argumentéquetodavíaeratemprano—debíandeser,cuandomucho,lastresdelatarde—,peromerespondióquenodiscutieraehicieraexactamenteloquemandaba.

    Mearrodilléenelsueloycomencéelejercicio.Todotranscurriónormalhastaelmomentoenqueextendímisbrazosycomencéaimaginarelsol.Cuandolleguéaesepunto, con el sol gigantescobrillando frente amí, sentí que estaba entrando en unmaravillosoéxtasis.Misrecuerdosdehombrecomenzaronaborrarselentamenteyyano estaba realizando un ejercicio, me había convertido en árbol. Estaba feliz ycontentoporeso.Elsolbrillabaygirabasobresímismo—loquenuncaanteshabíaocurrido—. Permanecí allí, con las ramas extendidas, las hojas sacudidas por elviento,sinquerercambiardeposiciónnuncamás,hastaquealgometocóytodoseoscurecióporunafraccióndesegundo.

    Abrí de inmediato los ojos. Petrus me había dado una bofetada y me teníaagarradodeloshombros.

    —¡No te olvides de tus objetivos! —dijo furioso—. ¡No olvides que todavíatienesmuchoqueaprenderantesdeencontrarlaespada!

    Mesentéenelsuelo,temblandoacausadelvientohelado.—¿Sucedesiempre?—pregunté.Siempre—dijo—.Principalmenteconlaspersonascomotú,quesefascinanante

    losdetallesyseolvidandeloquebuscan.Petrussacóunsuéterdelamochilayselopuso.Yomepuselacamisetaqueme

    sobrabaencimadelaquedecíaILOVENY—jamássemehabríaocurridoqueenunveranoquelosdiarioscalificaroncomo«elmáscalurosodeladécada»pudierahacer

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  • tantofrío—.Lasdoscamisetasayudaronacortarelviento,perolepedíaPetrusquecamináramos más aprisa para que pudiese calentarme. Ahora el camino era unabajada muy fácil. Creí que si sentíamos tanto frío era porque nos habíamosalimentadomuyfrugalmente,comiendosólopescadoyfrutassilvestres[6].Petrusdijoque no, y explicó que el frío era porque habíamos llegado al punto más alto deltrayectoenlasmontañas.

    Nohabíamosandadomásdequinientosmetroscuando,trasbordearunacurvadelcamino,elmundocambióderepente.Unagigantescaplanicieonduladaseextendíaantenosotros,alaizquierda,enelcaminodebajada,amenosdedoscientosmetrosdenosotros,unlindopueblecitoconsushumeanteschimeneasnosesperaba.

    Comencéacaminarmásrápido,peroPetrusmedetuvo.—Creoqueeselmejormomentodeenseñarte laSegundaPrácticadeRAM—

    dijo,sentándoseenelsueloeindicándomequehicieralomismo.Mesentédemalagana.Lavistadelpueblecitoconsuschimeneashumeantesme

    habíaperturbadobastante.De repentemedicuentadeque llevábamosunasemanaentrelosmatorrales,sinveranadie,durmiendoalaintemperieycaminandotodoeldía.SeacabaronmiscigarrillosymeviobligadoafumarelhorribletabacoenrolladoquePetrususaba.Dormirdentrodeunsacoycomerpescadodesabridomegustabamuchocuando teníaveinteaños,peroallí, enelCaminodeSantiago, eraalgoqueexigíamucharesignacióndemiparte.

    Esperé impaciente a que Petrus acabara de preparar y fumar su cigarro ensilencio,mientrassoñabaconelcalordeunvasodevinoenelbarquepodíaveramenosdecincominutosdecaminata.

    Petrus,bienabrigadoconsusuéter,permanecíatranquiloymirabadistraídamentelainmensaplanicie.

    —¿QuétallatravesíaporlosPirineos?—preguntó,luegodeunrato.—Muybien—respondí,sinquereralargarlaconversación.—Debehaberestadomuybien,puestoquetardamosseisdíasenhacerloquese

    pudohaberhechoensólouno.No creí lo que estaba diciendo. Tomó el mapa y me mostró la distancia: 17

    kilómetros. Inclusocaminandodespaciopor lassubidasybajadasesecaminopudohaberseandadoenseishoras.

    —Estástanobcecadoporllegaratuespadaqueteolvidasdelomásimportante:esnecesariocaminarhastaella.PormirarfijamentehaciaSantiago—quenopuedesverdesdeaquí—notedistecuentadequepasamospordeterminadoslugarescuatroocincovecesseguidas,endiferentesángulos.

    MientrasPetrusdecíaesto,comencéadarmecuentadequeelMonteItchasheguy—elmásaltodelaregión—avecesestabaamíderecha,avecesamiizquierda.Auncuandoreparéenello,demomentonolleguéalaúnicaconclusiónposible:habíamos

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  • pasadoyvueltoapasarmuchasveces.—Loúnicoquehicefueusarrutasdiferentes,aprovechandolossenderosabiertos

    enlamalezaporcontrabandistas,peroaunasíeratuobligaciónnotarlo.»Esotepasóporquetuactodecaminarnoexistía,sólotudeseodellegar.—¿Ysimehubieradadocuenta?—De todas formas nos habríamos tardado los mismos siete días, porque así

    determinanlasPrácticasdeRAM;peroalmenoshabríasaprovechadolosPirineosdeotraforma.

    Estabatansorprendidoquemeolvidéunpocodelfríoydelpueblecito.—Cuandoseviajaendirecciónaunobjetivo—dijoPetrus—,esmuyimportante

    prestar atención al Camino. El Camino es el que nos enseña la mejor manera dellegar,ynosenriquece,mientrasloatravesamos.Comparandoestoconunarelaciónsexual, diría que son las caricias preliminares que determinan la intensidad delorgasmo.Cualquierasabedeesto.

    »Y así sucede cuando se tiene un objetivo en la vida. Puede sermejor o peor,dependiendodelcaminoelegidoparalograrloydelamaneracomoloatravesamos.Poresoes tan importante laSegundaPrácticadeRAM:extraer,de loqueestamosacostumbradosamirar todos losdías, lossecretosqueno logramosverdebidoa larutina.

    YPetrusmeenseñó«ElEjerciciodelaVelocidad».

    ElEjerciciodelaVelocidad

    Camine, durante veinte minutos, a la mitad de la velocidad a la quenormalmente acostumbra caminar. Ponga atención en todos los detalles,personas y paisajes que están a su alrededor. La hora más indicada pararealizaresteejercicioesdespuésdelalmuerzo.

    Repitaelejerciciodurantesietedías.

    —En las ciudades, en medio de nuestros quehaceres cotidianos, este ejerciciodebeejecutarseenveinteminutos,perocomoestamoscruzandoelExtrañoCaminodeSantiago,nostardaremosunahoraenllegaralaciudad.

    El frío —del que ya me había olvidado— volvió, y miré a Petrus condesesperación, peronoprestó atención: cogió lamochilay comenzamos a caminaraquellosdoscientosmetrosconunalentituddesesperante.

    Al principio sólo miraba la taberna, un edificio antiguo, de dos pisos, con un

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  • letrero de madera colgado sobre la puerta. Estábamos tan cerca que podía leer lafechaenqueseconstruyóeledificio:1652.Nosmovíamos,perodabalaimpresiónde que no habíamos salido del lugar. Petrus ponía un pie delante del otro con lamayor lentitud y yo lo imitaba. Saqué el reloj de la mochila y me lo puse en lamuñeca.

    —Asívaaserpeor—dijo—,porqueel tiemponoesalgoquecorrasiemprealmismoritmo.Somosnosotrosquienesdeterminamoselritmodeltiempo.

    Comencéamirarelrelojacadaratoymeparecióqueteníarazón.Mientrasmásmiraba,máspenosamentepasaban losminutos.Resolví seguir suconsejoymetíelrelojenlabolsa.Intentéfijarlaatenciónenelpaisaje,enlaplanicie,enlaspiedrasquepisabanmiszapatos,perosiempremirabahacialatabernaymeconvencíadequenohabíasalidodellugar.

    Pensé contarme mentalmente algunas historias, pero aquel ejercicio me estabaponiendo tan nervioso que no lograba concentrarme. Cuando ya no resistí más ysaquédenuevoelrelojdelabolsa,habíanpasadoapenasonceminutos.

    —Nohagas de este ejercicio una tortura, porque no fue hecho para eso—dijoPetrus—.Buscaencontrarplacerenunavelocidadalacualnoestásacostumbrado.Alcambiarlamaneradehacercosasrutinarias,permitesqueunnuevohombrecrezcadentrodeti.Pero,enfin,erestúquiendecide.

    Laamabilidadde la frase finalmecalmóunpoco.Si erayoquiendecidíaquéhacer,entonceseramejorsacarprovechodelasituación.Respiréprofundoytratédenopensarennada.Despertéenmíunestadoextraño,comosiel tiempofueraalgodistanteynomeinteresara.Fuicalmándomecadavezmásycomencéareparar,conotros ojos, en las cosas queme circundaban.La imaginación, rebeldemientrasmehallaba tenso, empezó a funcionar enmi favor.Miraba el pueblecito frente amí yempezaba a crear toda una historia de él: cómo fue construido, qué fue de losperegrinosqueporallípasaron,laalegríadeencontrargenteyhospedajedespuésdelvientofríodelosPirineos.

    Endeterminadomomentocreíverenelpueblounapresenciafuerte,misteriosaysabia. Mi imaginación colmó la planicie de caballeros y combates. Podía ver susespadasreluciendoalsolyoírsusgritosdeguerra.Elpueblecitoyanoerasólounlugar para calentar con vinomi alma ymi cuerpo con un cobertor: era unmarcohistórico,unaobradehombresheroicos,quehabíandejado todopara instalarse enaquellospáramos.

    Elmundoestabaallí,entornomío,ymedicuentadequepocasveceslehabíaprestadoatención.

    Cuando me percaté, estábamos en la puerta de la taberna. Petrus me invitó aentrar.

    —Yo pago el vino —dijo—, y vamos a dormirnos temprano porque mañana

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  • necesitopresentarteconungranbrujo.Dormípesadamenteynosoñé.Encuantoeldíacomenzóaextenderseporlasdos

    únicascallesdelpueblecitodeRoncesvalles,Petrus tocóen lapuertademicuarto.Noshospedábamosenelpisosuperiordelataberna,quetambiénservíadehotel.

    Tomamos café negro y pan con aceite, y salimos. Una densa neblina se habíaapoderado del lugar. Advertí que Roncesvalles no era exactamente un pueblecito,comohabíapensadoalprincipio;en laépocade lasgrandesperegrinacionesporelcamino fue el más poderoso monasterio de la región, tenía injerencia directa enterritorios que llegaban hasta la frontera con Navarra, y aún conservaba estascaracterísticas: sus pocos edificios integraban un colegiado de religiosos. La únicaconstrucción de características «laicas» era la taberna donde nos habíamoshospedado.

    Caminamos entre la neblina y entramos en la iglesia colegial.Dentro, vestidosconcasullasblancas,variossacerdotesdaban,conjuntamente, laprimeramisadelamañana.Notéqueera incapazdeentenderunasolapalabra,puesestabanoficiandoenvasco.Petrussesentóenunodelosbancosmásalejadosypidióquemequedarajuntoaél.

    La iglesia era inmensa, llena de obras de arte de valor incalculable. PetrusmeexplicóenvozbajaquefueconstruidacondonacionesdereyesyreinasdePortugal,España, Francia y Alemania, en un sitio previamente marcado por el emperadorCarlomagno.Enel altarmayor, lavirgendeRoncesvalles—enplatamacizayconrostrodemaderapreciosa—teníaensusmanosunramodefloresconfeccionadoenpedrería. El olor del incienso, la construcción gótica, los sacerdotes vestidos deblancoysuscánticoscomenzaronallevarmeaunestadomuysemejantealostrancesqueexperimentabadurantelosritualesdelaTradición.

    —¿Y el brujo?—pregunté, acordándome de quien me había hablado la tardeanterior.

    Petrusseñalóconlacabezaauncurademedianaedad,delgadoyconanteojos,sentadojuntoaotrosmonjesenloslargosbancosqueflanqueabanelaltarmayor.¡Unbrujoque era almismo tiempo sacerdote!Deseéque acabarapronto lamisa, pero,comoPetrusmehabíadichoeldíaanterior,somosnosotroslosquedeterminamoselritmodeltiempo:miansiedadhizoquelaceremoniareligiosademoraramásdeunahora.

    Cuandolamisaacabó,Petrusmedejósoloenelbancoyseretiróporlapuertapor donde salieron los sacerdotes. Me quedé algún tiempo mirando la iglesia,sintiendoquedebíahaceralgúntipodeoración,peronologréconcentrarmeennada.Lasimágenesparecíandistantes,atrapadasenunpasadoquenovolveríamás,comojamásvolveríalaépocadeorodelCaminodeSantiago.

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  • Petrusaparecióenlapuertay,sinmediarpalabra,meindicóquelosiguiera.Llegamosaunjardíninteriordelconvento,cercadoporunabarandadepiedra.En

    elcentrodeljardínhabíaunafuentey,sentadoensuborde,nosesperabaelcuradelentes.

    —Padre Jorge, éste es el peregrino —me presentó Petrus—. El sacerdote metendió lamanoy lo saludé.Ningunodijonada.Mequedéesperandoquesucedieraalgunacosa,perosóloescuchéalosgalloscantandoalolejosygavilanessaliendoenbuscade la cazadiaria.El sacerdotememiraba inexpresivamente, conunamiradamuyparecidaalademadameLawrencedespuésdequedijelaPalabraAntigua.

    Porfin,despuésdeunlargoypesadosilencio,elpadreJorgehabló:—AlparecersubistelosescalonesdelaTradicióndemasiadopronto,amigo.Respondí que ya tenía 38 años y que había realizado con éxito todas las

    ordalías[7].—Menos una, la última y la más importante —dijo, mirándome aún

    inexpresivamente—.Sinlacualtodoloqueaprendistenosignificanada.—PoresoestoyrecorriendoelCaminodeSantiago.—Quenoesgarantíadenada.Venconmigo.PetruspermanecióeneljardínyyoseguíalpadreJorge.Cruzamoslosclaustros,

    pasamosporelsitioenqueestabaenterradounrey—SanchoelFuerte—yllegamoshasta una capillita, retirada del grupo de edificios principales que conformaban elmonasteriodeRoncesvalles.

    Adentronohabíacasinada,apenasunamesa,unlibroyunaespada,peronoeralamía.

    El padre Jorge se sentó tras lamesa yme dejó de pie.Después cogió algunashierbas,conlasqueatizóelfuego;elambientesellenódeperfume.LasituaciónmerecordabacadavezmáselencuentroconmadameLawrence.

    —Antesquenadavoyaadvertirtealgo—dijoelpadreJorge—.LaRutaJacobeaessólounodeloscuatrocaminos.EselCaminodelaEspada.Puedetraertepoder,peroestonoessuficiente.

    —¿Cuálessonlosotrostres?—Porlomenosconocesdos:elCaminodeJerusalén,queeselcaminodeCopas

    o del Grial, y te traerá la capacidad de hacermilagros; y el Camino de Roma, elcaminodeBastos,quetepermitelacomunicaciónconlosotrosmundos.

    —Falta el caminodeOrospara completar los cuatronaipesde labaraja—dijebromeandoyelpadreJorgeserió.

    —Exactamente.Éseeselcaminosecreto,quesiatraviesasalgúndía,nopodráscontárseloanadie.Porahoravamosadejarestodelado.¿Dóndeestántusveneras?

    AbrílamochilaysaquélasconchasconlaimagendeNuestraSeñoraAparecida.Lascolocósobrelamesa,extendiólasmanossobreellasycomenzóaconcentrarse.

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  • Mepidióquehicieralomismo.Elperfumeenelaireeracadavezmásintenso.Tantoel padre comoyo teníamos los ojos abiertos y de repente pudepercibir que estabasucediendoelmismofenómenoquehabíavistoenItatiaia:lasconchasbrillabanconlaluzquenoilumina.Elbrillofuecadavezmásintensoyoíunavozmisteriosa,quesalíadelagargantadelpadreJorge,diciendo:

    —Dondeestuvieretutesoro,allíestarátucorazón.EraunafrasedelaBiblia;perolavozcontinuó:—Y donde estuviere tu corazón, allí estará la cuna de la Segunda Venida de

    Cristo; como estas conchas, el peregrino en laRuta Jacobea es sólo la cáscara.Alromperselacáscara,queesvida,aparecelaVida,hechadeÁgape.

    Retirólasmanosylasconchasdejarondebrillar.Despuésescribióminombreenellibroqueestabasobrelamesa.EntodoelCaminodeSantiagosólovitreslibrosdondefueescritominombre:eldemadameLawrence,eldelpadreJorgeyellibrodelPoder,dondemástardeyomismoescribiríaminombre.

    —Seacabó—dijo—.PuedesirteconlabendicióndelavirgendeRoncesvallesaSantiagodelaEspada.

    —LaRutaJacobeaestámarcadaconpuntosamarillos,pintadosportodaEspaña—dijo el padre, cuando volvíamos al lugar donde se quedó Petrus—. Si en algúnmomento te perdieras, busca esas marcas—en los árboles, en las piedras, en losseñalamientos—ypodrásencontrarunlugarseguro.

    —Tengounbuenguía.—Pero procura contar principalmente contigo mismo, para no pasar seis días

    yendoyviniendoporlosPirineos.¡Quieredecirqueelpadreyasabíalahistoria!

    LlegamosdondeestabaPetrusynosdespedimos.SalimosdeRoncesvallesenlamañana;laneblinayahabíadesaparecidoporcompleto.Uncaminorectoyplanoseabríaantenosotros,ycomencéadistinguirlasmarcasamarillasdelasquemehabíahabladoelpadreJorge.Lamochilaestabaunpocomáspesadaporquecompréunagarrafa de vino en la taberna, a pesar de que Petrus me había dicho que no eranecesario. A partir de Roncesvalles habría centenas de pueblecitos a lo largo delcaminoymuypocasvecesdormiríaalaintemperie.

    ElpadreJorgemehablódelaSegundaVenidadeCristocomosifuesealgoqueestuvieraocurriendoya.

    —Ysiempreestáocurriendo.Éseeselsecretodetuespada.—Además,dijistequemeencontraríaconunbrujoymeencontréconuncura.

    ¿QuétienequeverlamagiaconlaIglesiacatólica?

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  • Petrusdijosólounapalabra:—Todo.

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  • LaCrueldad

    HABÍAMOScaminadodurantecincodíasseguidos,sólonosdeteníamosparacomerydormir.Petruscontinuababastantereservadosobresuvidapersonal,peroindagabamuchosobreBrasilysobremitrabajo.Dijoquemipaíslegustabamucho,porquelaimagen quemejor conocía era elCristoRedentor en elCorcovado, con los brazosabiertos y no torturado en una cruz. Quería saberlo todo y cada cierto tiempomepreguntabasilasmujeresdemipaíserantanbonitascomolasdeaquí.

    Duranteeldía,elcaloreracasiinsoportable,yentodoslosbaresypueblecitosalosquellegábamoslaspersonassequejabandelasequía.Debidoalcalor,dejábamosdecaminarentrelasdosylascuatrodelatarde—cuandoelsolestabamáscaliente—yadoptamoselhábitoespañoldelasiesta.

    Aquella tarde, mientras descansábamos en mitad de un olivar, un ancianocampesinoseacercóynosofrecióun tragodevino.Aunconelcalor,elhábitodebebervinoformabapartehacíasiglosdelavidadeloshabitantesdeaquellaregión.

    —Allí, exactamente en ese lugar, el Amor fue asesinado —dijo el viejocampesino,apuntandohaciaunapequeñaermitaenclavadaenlasrocas.

    —¿Y por qué fue asesinado el Amor allí?—pregunté, ya que el viejo estabaqueriendoentablarconversación.

    —Hacemuchossiglos,unaprincesaqueibaporelCaminodeSantiago,FeliciadeAquitania, resolvió renunciar a todo y quedarse a vivir aquí, cuando volvió deCompostela.EraelAmorenpersona,porquecompartiósusbienesconlospobresdelaregiónycuidabadelosenfermos.

    Petrus había encendido su horrible tabaco enrollado, pero a pesar del aire deindiferencia,percibíqueestabaatentoalahistoriadelviejo.

    —Entonces su hermano, el duque Guillermo, fue enviado por su padre parallevarladeregreso,peroFeliciaserehusó.Desesperado,elduquelaapuñalódentrodelapequeñaermitaquesevealolejosyqueellaconstruyóconsuspropiasmanos,paracuidardelospobresyalabaraDios.

    »Después de recapacitar y darse cuenta de lo que había hecho, el duque fue aRoma a pedir perdón al papa. Éste, como penitencia, lo obligó a peregrinar hastaCompostela;entoncesocurrióalgocurioso:alvolver,alllegaraquí,sintióelmismoimpulsoysequedóavivirenlaermitaquesuhermanahabíaconstruido,cuidandoalospobreshastalosúltimosdíasdesulargavida.

    —Ésaeslaleydelretorno—serióPetrus.El campesino no entendió el comentario, pero yo sabía exactamente a qué se

    refería. Mientras caminábamos, nos habíamos enfrascado en largas discusionesteológicassobrelarelacióndeDiosconloshombres.YohabíaargumentadoqueenlaTradición existe siempre un vínculo con Dios, pero el camino era completamente

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  • distintodel que estábamos siguiendo en laRuta Jacobea, con curas brujos, gitanosendemoniadosy santosmilagreros.Todoesomeparecíamuyprimitivo,demasiadoligadoalcristianismoysinlafascinaciónyeléxtasisquelosRitualesdelaTradiciónerancapacesdeprovocarme.PetrussiempredecíaqueelCaminodeSantiagoesuncaminopordondecualquierapuedepasar,ysólouncaminodeestetipopuedellevarhastaDios.

    »Crees que Dios existe y yo también lo creo—dijo Petrus—. Entonces, Diosexisteparanosotros,peroaunquealguiennocreaenél,nodejadeexistir,niporesolapersonaquenocreeestáequivocada.

    —¿EntoncesDiosestásupeditadoaldeseoyalpoderdelhombre?—Ciertaveztuveunamigoquevivíaborracho,perorezabatodaslasnochestres

    avemaríasporquesumamáasílohabíaacostumbradodesdepequeño.Aunquellegaraa casa absolutamente borracho, aun cuandono creyera enDios,mi amigo siemprerezaba los tres avemarías. Cuandomurió, en un ritual de la Tradición pregunté alespíritudelosAntiguosdóndeestabamiamigo.ElespíritudelosAntiguosrespondióqueestabamuybien,rodeadodeluz.Sinhabertenidofedurantesuvida,suobra—queapenasconsistíaenlastresoracionesrezadasporobligaciónyautomáticamente—lohabíasalvado.

    »Dios ya estuvo presente en las cavernas y en los truenos de nuestrosantepasados; después de que el hombre descubrió que se trataba de fenómenosnaturales,pasóahabitarenalgunosanimalesybosquessagrados.HubounaépocaenqueDiossóloexistíaenlascatacumbasdelasgrandesciudadesdelahistoriaantigua,perodurantetodosestetiemponodejódefluirenelcorazóndelhombreenformadeamor.

    »Hoyendía,Diosessólounconcepto,casiprobadocientíficamente,perocuandollega a este punto, la historia daunvuelcoy comienza tododenuevo.LaLeydelRetorno.CuandoelpadreJorgecitólafrasedeCristo,diciendoquedondeestuvierasutesorotambiénestaríasucorazón,sereferíaexactamenteaeso.Dondedeseesverla faz deDios, la verás; y si no quisieras verla, esto no cambia nada, siempre queobresbien.

    Cuando Felicia de Aquitania construyó la ermita y comenzó a ayudar a lospobres,seolvidódelDiosdelVaticanoyÉlsemanifestóatravéssuyoensuformamás primitiva y sabia: el Amor. En este punto, el campesino tiene toda la razóncuandodicequeelAmorfueasesinado.

    Por lo demás, el campesino se sentía a disgusto, incapaz de seguir nuestraconversación.

    —LaLey del Retorno funcionó cuando su hermano fue forzado a continuar laobra que había interrumpido. Todo está permitido, menos interrumpir unamanifestación de amor. Cuando esto sucede, quien intentó destruir está obligado a

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  • volveraconstruir.Expliqué que en mi país la Ley del Retorno decía que las deformaciones y

    enfermedadesdeloshombreserancastigosporerrorescometidosenreencarnacionespasadas.

    —Esunatontería,—dijoPetrus—.Diosnoesvenganza,Diosesamor.Suúnicocastigoconsisteenobligaraalguienqueinterrumpióunaobradeamoracontinuarla.

    El campesino pidió que lo disculpáramos, dijo que se le hacía tarde y quenecesitabavolveraltrabajo.APetrusleparecióunbuenpretextoparalevantarnosycontinuarlacaminata.

    —Estoeshablardebalde—dijomientrascontinuábamosporelcampodeolivos—. Dios está en todo lo que nos rodea y debe presentirse, vivirse, y estoy aquítratando de transformarlo en un problema de lógica para que tú lo comprendas.Continúahaciendoelejerciciodecaminardespacioeirástomandoconciencia,cadavezmás,desupresencia.

    DosdíasdespuésdebimossubirunmontellamadoAltodelPerdón.Lasubidanosllevó varias horas y, cuando llegamos arriba, vi una escena queme desagradó: ungrupodeturistas,conlaradiodelosautomóvilesatodovolumen,tomabanbañosdesolybebíancervezas.Habíanaprovechadouncaminovecinalque llevabahasta loaltodelmonte.

    —Así es esto—dijo Petrus ¿O acaso pensabas que encontrarías a uno de losguerrerosdelCidvigilandodesdeaquíarribaelpróximoataquedelosmoros?

    Mientras bajábamos, realicé por última vez el Ejercicio de la Velocidad.Estábamosfrenteaotraplanicieinmensa,flanqueadapormontesazuladosyconunavegetaciónrastreraquemadaporlasequía.Casinohabíaárboles,tansólounterrenopedregoso con algunos espinos. Al finalizar el ejercicio, Petrus me preguntó algosobremitrabajoyentoncesmedicuentadequehacíamuchoquenopensabaeneso.Mis preocupaciones por los negocios, por lo que había dejado pendiente, habíanprácticamente desaparecido. Sólo las recordaba por la noche, y aun así no lesconcedíamuchaimportancia.Estabacontentodeestarallí,recorriendoelCaminodeSantiago.

    —EncualquiermomentovasasuperaraFeliciadeAquitania—bromeóPetrusalcomentarle lo que estaba sintiendo. Después, se detuvo y me pidió que dejara lamochilaenelsuelo.

    —Miraalrededoryfijalavistaenunpuntocualquiera—dijo.Escogílacruzdeunaiglesiaquedivisabaalolejos.—Manténtusojosfijosenesepuntoyprocuraconcentrartesóloenloquevoya

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  • decirte.Aunquesientascualquierotracosadistinta,notedistraigas.Hazloquedigo.Permanecí de pie, relajado, con los ojos fijos en la torre, mientras Petrus se

    colocabatrasdemíypresionabalabasedeminucaconundedo.—ElcaminoqueestáshaciendoeselcaminodelPoder,ysóloseteenseñaránlos

    ejerciciosdePoder.Elviaje,queanteseraunatorturaporquetúsóloqueríasllegar,ahoracomienzaatransformarseenplacer,elplacerdelabúsquedaylaaventura.Conestoestásalimentandoalgomuyimportante:tussueños.

    »El hombre no puede nunca dejar de soñar. El sueño es el alimento del alma,como la comida es el alimento del cuerpo. Muchas veces, en nuestra existencia,vemosrotosnuestrossueñosyfrustradosnuestrosdeseos,peroesprecisocontinuarsoñando,sinonuestraalmamuereyÁgapenopenetraenella.Yasederramómuchasangreenelcampoqueestáfrenteatusojos,yallíseentablaronalgunasdelasmáscruelesbatallasde laReconquista.Quién tenía la razóno laverdadesalgoquenotieneimportancia:loimportanteessaberqueambosbandosestabanlibrandoelBuenCombate.

    »ElBuenCombateesaquelqueseemprendeporquenuestrocorazónlopide.Enlas épocas heroínas, en tiempos de la caballería andante, esto era fácil, pues habíamuchatierra;bastanteporhacer.SinembargoenlaactualidadelmundohacambiadomuchoyelBuenCombatefuetrasladadodeloscamposdebatallaanuestrointerior.

    »El Buen Combate es el que libramos en nombre de nuestros sueños. Cuandoestallanennosotroscontodosuvigor—durantelajuventud—tenemosmuchovalor,peroaúnnohemosaprendidoa luchar.Despuésdemuchoesforzarnos, terminamosaprendiendoalucharyentoncesyanotenemoselmismovalorparacombatir.Poresonos volvemos contra nosotros y nos combatimos a nosotros mismos, y nostransformamos en nuestro peor enemigo. Decimos que nuestros sueños eraninfantiles,difícilesderealizaro,simplemente,frutodenuestrodesconocimientodelarealidad de la vida. Matamos nuestros sueños porque tenemos miedo de librar elBuenCombate.

    La presión del dedo de Petrus en mi nuca se volvió más intensa. Tuve laimpresióndequelatorredelaiglesiasetransformaba:lasiluetadelacruzparecíaunhombreconalas,unángel.Parpadeéylacruzvolvióaserloqueera.

    —El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta detiempo —continuó Petrus—. Las personas más ocupadas que conocí en mi vidasiempreteníantiempoparatodo.Lasquenohacíannadasiempreestabancansadas,nohacíannielpocotrabajoquedebíanrealizar,ysequejabanconstantementedequeeldíaerademasiadocorto.Enrealidad,teníanmiedodelibrarelBuenCombate.

    »El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas.Porque no queremos ver la vida como una gran aventura para ser vivida,comenzamos a creernos sabios, justos y correctos en lo poco que le pedimos a la

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  • existencia.Miramosmásalládelasmurallasdenuestracotidianidadyoímoselruidodelaslanzasquesequiebran,elolordelsudorydelapólvora,lasgrandescaídasylasmiradassedientasdeconquistadelosguerreros,peronuncasentimoslaalegría,lainmensaalegríapresenteenelcorazóndequienestáluchando,porqueparaellosnoimportannilavictorianiladerrota,sólolibrarelBuenCombate.

    —Finalmente,eltercersíntomadelamuertedenuestrossueñoseslapaz.Lavidaseconvierteenunatardededomingoyyanonospidegrandescosas,niexigemásdelo que queremos dar. Entonces creemos que somosmaduros, dejamos de lado lasfantasíasdelainfanciayalcanzamosnuestrarealizaciónpersonalyprofesional.Nossorprendecuandoalguiendenuestraedaddicequeaúnquiereestooaquellode lavida. Pero en realidad, en lomás íntimo de nuestro corazón, sabemos que lo quesucedeesquerenunciamosalucharpornuestrossueños,alibrarelBuenCombate.

    Latorredelaiglesianocesabadetransformarseyensulugarparecíasurgirunángelconlasalasabiertas.Pormásqueparpadeara,lafiguraseguíaallí.TuveganasdedecírseloaPetrus,perosentíqueaúnnohabíaacabado.

    —Cuandorenunciamosanuestrossueñosyencontramoslapaz—dijoluegodeun rato—, tenemos un pequeño periodo de tranquilidad, pero los sueños muertoscomienzanapudrirsedentrodenosotrosyainfestartodoelambienteenquevivimos.Comenzamosavolvemoscruelesconquienesnosrodeany,finalmente,dirigimosesacrueldadcontranosotros.Surgenlasenfermedadesylaspsicosis.Loquequeríamosevitarenelcombate—ladecepciónyladerrota—seconvierteenelúnicolegadodenuestracobardía.Y,unbuendía,lossueñosmuertosypodridosvuelvenelairedifícilde respirarycomenzamosadesear lamuerte, lamuertequenos liberedenuestrascertezas,denuestrasocupacionesydeaquellaterriblepazdelastardesdedomingo.

    AhoraestabasegurodeestarviendounángelyyanopudeseguirlaspalabrasdePetrus. Debió darse cuenta, pues quitó el dedo de mi nuca y dejó de hablar. Laimagen del ángel duró algunos instantes y luego desapareció. En su lugar,nuevamentesurgiólatorredelaiglesia.

    Permanecimos en silencio algunosminutos. Petrus lió un cigarro y comenzó afumar.Saquédelamochilalagarrafadevinoytoméuntrago.Estabacaliente,peroelsaborcontinuabasiendoelmismo.

    —¿Quéviste?—preguntó.Le conté la historia del ángel. Dije que al principio, cuando parpadeaba, la

    imagendesaparecía.—TambiéntienesqueaprenderalibrarelBuenCombate.Yaaprendisteaaceptar

    lasaventurasylosdesafíosdelavida,perosiguesqueriendonegarloextraordinario.Petrussacóde lamochilaunpequeñoobjetoyme loentregó.Eraunalfilerde

    oro.

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  • —Esto es un regalo de mi abuelo. En la Orden de RAM, todos los Antiguosposeían un objeto como éste. Se llama «El Punto de la Crueldad». Cuando visteaparecerelángelenlatorredelaiglesiaquisistenegarloporquenoeraalgoaloqueestuvieses acostumbrado. En tu visión del mundo, las iglesias son iglesias y lasvisiones sólo pueden tenerse en los éxtasis provocados por los Rituales de laTradición.

    Respondíquemivisióndebióhabersidoefectodelapresiónqueélejercíaenminuca.

    —Es verdad, pero eso no cambia nada. El hecho es que rechazaste la visión.FeliciadeAquitaniadebehabervistoalgosemejanteyapostótodasuvidaaloquevio;elresultadoesquetransformósuobraenAmor.Lomismodebióocurrirleasuhermano,ylomismosucedecontodomundotodoslosdías:vemossiempreelmejorcaminoporseguir,perosóloandamosporelcaminoalqueestamosacostumbrados.

    Petrusreemprendiólacaminatayyoloseguí.Losrayosdesolhacíanbrillarelalfilerenmimano.

    —Laúnicamanerade salvarnuestros sueñoses siendogenerosos connosotrosmismos.Cualquierintentodeautocastigo—pormássutilquesea—,debesertratadoconvigor.Parasabercuándoestamossiendocruelesconnosotrosmismos,tenemosque transformar en dolor físico cualquier tentativa de dolor espiritual, como culpa,remordimiento, indecisión, cobardía. Transformando un dolor espiritual en dolorfísico,sabremoselmalquenospuedecausar.

    YPetrusmeenseñó«ElEjerciciodelaCrueldad».

    ElEjerciciodelaCrueldad

    Cadavezquepaseporsucabezaunpensamientoqueconsideredañino—celos,autocompasión,sufrimientosdeamor,envidia,odio,etc—,procedadelasiguientemanera:

    Clavelauñadelíndiceenelnacimientodelauñadelpulgarhastaqueeldolor seamuy intenso.Concéntrese en el dolor: está reflejando en el campofísico el mismo sufrimiento que está experimentando en el campo espiritual.Aflojelapresiónsólocuandoelpensamientosalgadesucabeza.

    Repitacuantasvecesseanecesario,aunqueseaunayotravezhastaqueelpensamiento lo abandone. El pensamiento volverá cada vez másespaciadamente hasta desaparecer por completo; clave la uña siempre queregrese.

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  • —Antiguamenteellosusabanunalfilerdeoroparaesto,—dijo—.Hoyendíalascosascambiaron,comocambianlospaisajesenelCaminodeSantiago.

    Petrusteníarazón.Vistadesdeabajo,laplanicieaparecíaantemícomounaseriedemontes.

    —Piensaenalgocruelquehayashechohoycontigomismoyejecutaelejercicio.Nopodíaacordarmedenada.—Siempre es así. Sólo podemos ser generosos con nosotros en los pocos

    instantesenquenecesitamosserseveros.Derepentemeacordéquemehabíaconsideradoun idiotaporsubiralAltodel

    Perdóncon tantadificultad,mientras aquellos turistashabíanencontradoel caminomás fácil. Sabía que no era verdad, que estaba siendo cruel conmigo; los turistasestaban buscando sol y yo estaba en busca demi espada.No era un idiota y bienpodíasentirmecomo tal.Clavécon fuerza lauñadel índiceenelnacimientode lauña del pulgar. Sentí un dolor intenso y, mientras me concentraba en el dolor, lasensacióndequeeraunidiotapasó.

    LocomentéconPetrusyseriósindecirnada.

    Aquella noche pernoctamos en un acogedor hotel de ese pueblito cuya iglesiahabíavistoalolejos.Despuésdecenar,resolvimosdarunpaseoporlascalles,parahacerladigestión.

    —Detodaslasformasqueelhombreencontróparahacersedaño,lapeorfueelAmor.Estamossiempresufriendoporalguienquenonosama,poralguienquenosdejó, por alguien que nonos quiere dejar. Si estamos solteros es porque nadie nosquiere; si estamos casados transformamos el matrimonio en esclavitud. ¡Qué cosamásterrible!—concluyómalhumorado.

    Llegamoshastaunaplacita,dondeestabalaiglesiaquehabíavisto.Erapequeña,sin grandes rebuscamientos arquitectónicos, y su campanario se elevaba hacia elcielo.Intentéverdenuevoalángelynologrénada.

    Petrussequedómirandolacruzenloalto.Penséqueestaríaviendoalángel,perono.Luegocomenzóadecirme:

    —CuandoelHijodelPadrebajóalatierra,trajoconsigoelAmor,pero,comolahumanidad sólopuedeentender elAmor como sufrimientoy sacrificio, terminaroncrucificándolo.Siasínohubierasido,nadiecreeríaensuamor,pues todosestabanacostumbradosasufrirdiariamenteporsuspropiaspasiones.

    Nossentamosalaorilladelcaminoycontinuamosmirandolaiglesia,perounavezmásfuePetrusquienrompióelsilencio.

    —¿SabesquéquieredecirBarrabás,Paulo?BARsignificahijoyABBA,padre.Miraba fijamente la cruz del campanario. Sus ojos brillaban y sentí que estaba

    poseídoporalgo,talvezporeseamordelcualhablabatanto,peroqueyonoentendía

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  • muybien.—¡Cuánsabiossonlosdesigniosdelagloriadivina!—dijo,haciendoqueeleco

    desuvozresonaraenlaplazavacía—.CuandoPilatospidióqueelpuebloescogiese,en realidad no le dio opción. Mostró a un hombre flagelado, en pedazos, y otrohombre,conlacabezaerguida:Barrabás,elrevolucionario.Diossabíaqueelpuebloenviaríaalamuertealmásdébil,paraquepudiesedarunapruebadesuamor.

    Yconcluyó:—Y mientras tanto, sea cual fuere la elección, el Hijo del Padre era quien

    terminaríasiendocrucificado.

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  • ElMensajero

    «Yaquí,todosloscaminosdeSantiagosetransformanenunosolo».Eramuy tempranopor lamañanacuando llegamosaPuente laReina.La frase

    estabaescritaenlabasedeunaestatua—unperegrinocontrajemedieval,sombrerodetrespicos,capa,venerasycayadoconcantimploraenlamano—yrememorabalaepopeyadeunviajecasiolvidadoquePetrusyyoestábamosreviviendoahora.

    Habíamospasado lanocheanteriorenunode losmuchosconventosesparcidosportodoelCamino.Elhermanoportero,quiennosrecibió,advirtióquenopodíamoscruzarniunapalabradentrodelosmurosdelaabadía.Unfrailejovennoscondujoanuestrasrespectivasalcobas,dondehabíaestrictamentelonecesario:unacamadura,sábanasviejasperolimpias,unajarradeaguayunajofainaparalahigienepersonal.Nohabíadrenajeniaguacaliente,yelhorariodelascomidasestabaindicadodetrásdelapuerta.

    A la hora indicada, bajamoshacia el refectorio.Debido al votode silencio, losmonjes se comunicaban sólo con miradas, y tuve la impresión de que sus ojosbrillabanmásque losdeunapersonacomún.Lacena fueservida temprano,en laslargasmesasdondenos sentamoscon losmonjesdehábitoscafés.Desde su lugar,Petrusmehizouna señay entendí perfectamentequéquería decir: estaba locoporencenderuncigarro,peroporlovistopasaríalanocheenterasinsatisfacersudeseo.Lomismomepasabaamíyclavélauñaenelnacimientodelpulgar,yacasiencarneviva. El momento era demasiado hermoso como para cometer cualquier crueldadconmigomismo.

    La cena fue servida: sopa de verduras, pan, pescado y vino. Todos rezaron ynosotrosacompañamoslaoración.Mientrascomíamos,unmonjelectorleía,convozmonótona,pasajesdeunaepístoladeSanPablo.

    —Diosescogiólascosaslocasdelmundoparaavergonzaralossabios,yescogiólascosasdébilesdelmundoparahumillaralosfuertes—decíaelmonjeconsuvozfina y sin inflexiones—. Estamos locos por causa de Cristo. Hasta hoy fuimosconsideradoslaescoriadelmundo,lospeoresdetodos.Noobstante,elReinodeDiosnoestáhechodepalabras,sinodepoder.

    LasamonestacionesdePabloaloscorintiosretumbarondurantetodalacenaenlasparedesdesnudasdelrefectorio.

    EntramosenPuentelaReinaconversandosobrelosmonjesdelanocheanterior.LeconfeséaPetrusquehabíafumadoaescondidasenelcuarto,muertodemiedodeque alguien sintiera el olor a tabaco. Se rió y me di cuenta de que quizá hizo lomismo.

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  • —SanJuanBautistafuealdesierto,peroJesússeunióa lospescadoresyvivíaviajando—dijo—.Prefieroesto.

    Dehecho,salvoeltiempopasadoeneldesierto,elrestodesuvidaCristolapasóentreloshombres.

    —Incluso su primer milagro no fue salvar el alma de alguien, ni curar unaenfermedadoexpulsaraundemonio,sinotransformaraguaenexcelentevinoenunaboda,porquelabebidadeldueñodelacasasehabíaterminado.

    Alacabardedeciresto,sedetuvoderepente.Sumovimientofuetanbruscoqueyo también me detuve, asustado. Estábamos ante el puente que da su nombre alpoblado. Sin embargo, Petrus nomiraba el camino que debíamos cruzar. Sus ojosestaban fijos en dos niños que jugaban con una pelota de goma a orillas del río.Tendríanentreochoydiez años,yparecíannohabernotadonuestrapresencia.Envezdecruzarelpuente,Petrusbajóelbarrancoyseacercóaloschiquillos.Yo,comosiempre,loseguísinpreguntarnada.

    Los niños continuaron ignorando nuestra presencia. Petrus se sentó y se quedócontemplando el juego, hasta que la pelota cayó cerca de donde él estaba.Con unmovimientorápido,tomólapelotaymelalanzó.

    Atrapéenelairelapelotadegomaymequedéesperandoloquesucedería.Uno de los niños —al parecer el mayor— se acercó. Mi primer impulso fue

    devolverle la pelota, pero el comportamiento de Petrus había sido tan extraño quedecidíintentaraveriguarquépasaba.

    —Devuélvamelapelota,señor—dijoelmuchacho.Miréaquellafigurapequeña,adosmetrosdemí.Notéquehabíaalgodefamiliar

    enelniño,elmismosentimientoquehabíaexperimentadocuandomeencontréconelgitano.

    El muchacho insistió y, viendo que yo no respondía, se agachó y cogió unapiedra.

    —Demelapelotaolevoyaarrojarestapiedra—dijo.Petrusyelotroniñomeobservaban,ensilencio.Laagresividaddelmuchachome

    irritó.—Arrojalapiedra—respondí—.Simepega,voyportiytedoyunapaliza.SentíquePetrusrespiróaliviado.Algocomenzabaquerersurgirenlossitiosmás

    recónditosdemicabeza.Teníalaclarasensacióndehabervividoyaesaescena.Elmuchachoseasustóconmispalabras.Dejólapiedraenelsueloybuscóotra

    manera.—AquíenPuentelaReinaexisteunrelicarioquepertenecióaunperegrinomuy

    rico. Veo por la concha y su mochila que ustedes también son peregrinos. Si meregresanlapelota,lesdoyeserelicario.Estáescondidoenlaarena,enlasmárgenesdeesterío.

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  • —Quierolapelota—dijesinmuchaconvicción.Enrealidadloqueyoqueríaerael relicario y el muchacho parecía decir la verdad; pero tal vez Petrus necesitaraaquellapelotaparaalgoynopodíadecepcionarlo,eramiguía.

    —Señor,ustednonecesita estapelota—dijoelmuchacho, casi albordede laslágrimas—. Usted es fuerte, viajado y conoce el mundo. Yo sólo conozco lasmárgenesdeesteríoymiúnicojugueteesestapelota.¡Devuélvamela,porfavor!

    Las palabras del muchacho calaron hondo en mi corazón, pero el ambienteextrañamentefamiliar,lasensacióndequeyahabíaleídoovividoaquellasituaciónhizoqueresistieraunavezmás.

    —No,necesitoestapelota.Tedarédineroparaquetecompresotra,másbonita;peroéstaesmía.

    Cuandoacabédedeciresto,eltiempopareciódetenerse.Elpaisajeentornomíosetransformó,sinquePetrusestuvierapresionandoconeldedolabasedeminuca.Porunfraccióndesegundo,meparecióquehabíamossidotransportadosaunlargoyterroríficodesiertoceniciento.AllínoestabanniPetrusnielotromuchachito,sóloyoyelniñofrenteamí.Eramayor,teníafaccionessimpáticasyamigables,peroensusojosbrillabaalgoquemedabamiedo.

    Lavisiónnodurómásdeunsegundo,al instanteestabadevueltaenPuente laReina, donde los diversos caminos de Santiago, procedentes de varios puntos deEuropa,setransformabanenunosolo.Frenteamí,unniñopedíaunapelotayteníalamiradadulceytriste.

    Petrusseacercó,tomólapelotademismanosyladevolvióalmuchacho.—¿Dóndeestáelrelicarioescondido?—preguntéalniño.—¿Cuálrelicario?—respondió;tomódelamanoasuamigo,corrióalejándosede

    nosotrosysetiróalagua.Subimosdenuevoelbarrancoyfinalmentecruzamoselpuente.Empecéahacer

    preguntas sobre lo sucedido, hablé de la visióndel desierto, peroPetrus cambió eltemaydijoqueconversaríamossobreestocuandoestuviéramosunpocolejosdeallí.

    Media hora más tarde llegamos a un tramo del camino que aún conservabavestigiosdel empedrado romano.Allíhabíaotropuente, en ruinas,ynos sentamosparatomareldesayunoquenosdieronlosmonjes:pandecenteno,yoguryquesodecabra.

    —¿Paraquéqueríaslapelotadelmuchacho?—preguntóPetrus.Respondí que no quería la pelota, que había actuado así porque él, Petrus, se

    habíacomportadodemaneraextraña.Comosi lapelota fueraalgomuy importanteparaél.

    —Y de hecho así fue. Hizo que establecieras un contacto victorioso con tudemoniopersonal.