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29 En el paraíso socialista español 1 U n año después del triunfo del PSOE en las elecciones generales y de la formación del primer gobierno socialista en los últimos cuarenta años, nos parece tiempo suficiente como para fundar algunas reflexiones generales que pudieran extender la polémica, acerca de las directrices que rigen la política socialista y, sobre todo, en torno a lo que la acción del gabinete presidido por F. González denota de la naturaleza real de la particular ideología modelada por el «socialismo democrático». Son numerosas las razones por las cuales la alternativa socialista del PSOE apareció para el Capital, como la más viable en el panorama político español. Una vez que había fracasado el intento de articular una fuerza política netamente capitalista y tecnocrática al desbaratarse la UCD, la única fuerza política capaz de asumir la tarea de normalización de la sociedad española era el PSOE. El partido y la coalición «burguesa» que encabeza Fraga cuentan con el inconveniente de un excesivo apego al reciente pasado franquista. Sus implicaciones políticas con el régimen de Franco suscitan una oposición por parte de amplios sectores populares de la sociedad española que interferirían a la hora de llegar al consenso que, en forma de pacto social, requiere la recuperación de la «economía nacional». Además, la base social del aparato fraguista lo constituye fundamentalmente el sector de la pequeña y mediana burguesía nacional que, aunque cuenta con una importancia cuantitativamente grande en la composición del empresariado español, no representa la punta de lanza en el actual proceso de reestructuración del capitalismo en España. Así pues, la baza de las fracciones hegemónicas del Capital se concretaba en el PSOE. Por otra parte, este partido se había dedicado durante los años de la transición democrática, a depurar sus veleidades socializantes. La abjuración del marxismo vino a ser una prueba significativa que, a modo de garantía, se ofreció a la burguesía. A partir de entonces, el Partido Socialista se lanzó a una campaña en la que explicitaba su concepción del socialismo en armonía con la economía de mercado. Fue así como se perfiló un modelo de economía mixta que es el eje central de la práctica del mentado partido. Por otra parte, a medida que pasaba el tiempo se hacía cada vez más inaplazable un impulso decidido en la modernización del aparato del Estado en todos sus aspectos: institucionales, administrativos, políticos, económicos, etc. El PSOE era el único aparato político capaz de ofrecer la posibilidad del consenso necesario para acometer el plan de reestructuración del capital legitimando el Estado democrático mediante la integración del proletariado a través de las formaciones políticas y sindicales en el Estado (neo) corporativo del capitalismo descendente. Igualmente, el PSOE contaba con unos cuadros burocráticos que, por su formación académica en el mundo anglosajón, estaban familiarizados con las últimas expresiones de la ideología económica del Capital. Eran, pues, los perfectos tecnócratas capaces de poner en práctica la gestión de la crisis capitalista. Por eso tuvieron su oportunidad. Así que el PSOE, capitalizando la fuerza electoral de la izquierda y en convergencia con los intereses del gran Capital español y transnacional, se dispone a llevar a cabo la reestructuración del Capital en el proceso

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En el paraísosocialista español

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Un año después del triunfo del PSOEen las elecciones generales y de laformación del primer gobierno

socialista en los últimos cuarenta años, nosparece tiempo suficiente como para fundaralgunas reflexiones generales que pudieranextender la polémica, acerca de las directricesque rigen la política socialista y, sobre todo, entorno a lo que la acción del gabinete presididopor F. González denota de la naturaleza real dela particular ideología modelada por el«socialismo democrático».

Son numerosas las razones por las cuales laalternativa socialista del PSOE apareció parael Capital, como la más viable en el panoramapolítico español.

Una vez que había fracasado el intento dearticular una fuerza política netamente

capitalista y tecnocrática al desbaratarse la UCD, la única fuerza política capaz de asumir la tarea de normalizaciónde la sociedad española era el PSOE. El partido y la coalición «burguesa» que encabeza Fraga cuentan con elinconveniente de un excesivo apego al reciente pasado franquista. Sus implicaciones políticas con el régimende Franco suscitan una oposición por parte de amplios sectores populares de la sociedad española queinterferirían a la hora de llegar al consenso que, en forma de pacto social, requiere la recuperación de la«economía nacional». Además, la base social del aparato fraguista lo constituye fundamentalmente el sector dela pequeña y mediana burguesía nacional que, aunque cuenta con una importancia cuantitativamente grandeen la composición del empresariado español, no representa la punta de lanza en el actual proceso dereestructuración del capitalismo en España. Así pues, la baza de las fracciones hegemónicas del Capital seconcretaba en el PSOE. Por otra parte, este partido se había dedicado durante los años de la transicióndemocrática, a depurar sus veleidades socializantes. La abjuración del marxismo vino a ser una pruebasignificativa que, a modo de garantía, se ofreció a la burguesía. A partir de entonces, el Partido Socialista selanzó a una campaña en la que explicitaba su concepción del socialismo en armonía con la economía demercado. Fue así como se perfiló un modelo de economía mixta que es el eje central de la práctica del mentadopartido.

Por otra parte, a medida que pasaba el tiempo se hacía cada vez más inaplazable un impulso decidido en lamodernización del aparato del Estado en todos sus aspectos: institucionales, administrativos, políticos,económicos, etc. El PSOE era el único aparato político capaz de ofrecer la posibilidad del consenso necesariopara acometer el plan de reestructuración del capital legitimando el Estado democrático mediante la integracióndel proletariado a través de las formaciones políticas y sindicales en el Estado (neo) corporativo del capitalismodescendente. Igualmente, el PSOE contaba con unos cuadros burocráticos que, por su formación académicaen el mundo anglosajón, estaban familiarizados con las últimas expresiones de la ideología económica delCapital. Eran, pues, los perfectos tecnócratas capaces de poner en práctica la gestión de la crisis capitalista.

Por eso tuvieron su oportunidad.Así que el PSOE, capitalizando la fuerza electoral de la izquierda y en convergencia con los intereses del

gran Capital español y transnacional, se dispone a llevar a cabo la reestructuración del Capital en el proceso

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En este n° 1 de Correspondencia, publicamos:

• la convocatoria y dos trabajos que aportamos como inicio y preparación del debate quecelebraremos el próximo 21 de enero en Barcelona sobre ESTADO ACTUAL DE LATECNOLOGÍA y ORGANIZACIÓN SOCIAL. En un próximo número publicaremos elresto de las aportaciones que nos lleguen así como posiblemente un resumen del debate.Cualquier material sobre el tema podéis enviarlo al Apartado de Correos.

• un proyecto de asociación de tendencias revolucionarias remitido por los compañerosque integran el Comité de Correspondencia de París.

• dos trabajos donde analizamos y desarrollamos algunas ideas sobre la situación actualen España al cumplirse un año de la victoria electoral del Partido Socialista.

• una síntesis reducida de un texto sobre las revueltas urbanas en Gran Bretaña en elverano del 82.

• un texto de Marx, con el que pretendemos iniciar la publicación y debate de textos semi-olvidados y que consideramos de sumo interés y actualidad.

• un resumen del artículo de W. Andreff que trata sobre las estrategias de las empresasmultinacionales en el actual período de crisis.

• una octavilla publicada en Francia sobre el tema del racismo y firmada por los Partidariosde la Comunidad Humana.

• un trabajo de dos compañeros venezolanos que lo titulan: «un marxismo maldito» y delque publicamos sólo una parte dada su extensión total.

Asimismo indicaros que estamos preparando un número que tratará sobre la situación en Estados Unidos, y otro que será dedicado a P. Mattick.

productivo; propiamente dicho, así como lamodernización de las instituciones político-administrativas que la reestructuración general de ladominación del Capital hace necesarias. Ahora bien,ello no significa que no existan dificultades; por loque el gobierno socialista debe hacer frente a laresistencia, precisamente de esos sectores de laburguesía nacional que ven tambalearse su posiciónlograda al amparo del franquismo y que cierra filas entorno a Fraga. Obviamente la instauración de unestado democrático significa la articulación de unosmecanismos que dinamicen la economía de mercado;en la cual el papel del Estado como agente económicodirecto cobra especial importancia. Sin embargo, parauna burguesía como la autóctona, acostumbrada a larelajación fiscal y al dinero fácil que, en forma desubvenciones, primaba la producción durante ladictadura, la modernización preconizada por lossocialistas comporta una serie de inconvenientes cuyaasimilación se hace difícil (control fiscal e incrementode las imposiciones, subvenciones limitadas a aquellasempresas privadas con perspectiva de futuro en lareestructuración, dificultades para la obtención decréditos debido al mantenimiento de unos altos tiposde interés, etc.) y que se traducen en un debilitamientode esta fracción de la burguesía respecto a sucompetencia con el capital extranjero.

El aparato productivo del capitalismo español sehalla atomizado en un gran número de pequeñasempresas y con un nivel tecnológico y productivo bajo;es decir, la mayor parte del complejo industrial españoles «incompetente» de cara a la concurrencia en losmercados internacionales e incluso en el mercadonacional su posición se vuelve cada vez más delicadaante el empuje del capital permeabilizado del exterior.Si a la incapacidad objetiva de la realidad de un capitalescasamente concentrado y con un aparato productivolas más de las veces obsoleto unimos factoressubjetivos que entroncan con la más sana tradiciónde la secular atonía de la burguesía española,entenderemos mejor la incapacidad objetiva delcapitalismo español para comandar el relanzamientoeconómico y su subordinación respecto a los sectoresmás dinámicos del Capital internacional. Y ya se sabeque tal subordinación supone, en un proceso dereestructuración como el que estamos viviendo, elpeligro de verse eliminados simple y llanamente de laesfera del mercado. La inminencia de desaparición oabsorción de amplios sectores de la pequeña y medianaempresa nacional no es un proceso ni mucho menosfácil, predisponiendo a una fracción de la burguesíaya de por sí bastante susceptible, a una oposicióncerrada y cerril frente al gobierno socialista.

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Si, además, tenemos presente que esta fracción dela clase dominante, surgida al calor del general Francoy portadora de una ideología nada proclive a losmelindres democráticos propios de las burguesíaseuropeas, obtendremos las líneas maestras de lo quedelimita la oposición política en España. Pero tambiénnos ilustra acerca de la mistificación que hace aparecerla representación política del PSOE, como fuerzaprogresista de izquierda. En el juego de lasrepresentaciones políticas la situación española puedeinducir a equívocos tales, como considerar al PartidoSocialista representante, de los intereses de lostrabajadores por el mero hecho de que la oposiciónse aglutine homogéneamente, en una fracción de laburguesía tradicional. Si esta oposición se da es,precisamente por el marcado carácter capitalista deaquel que en su gestión reestructuradora del Capitalse ve emplazado a tomar partido por la fracciónhegemónica frente a la burguesía nacional. Loverdaderamente relevante del paso al primer planode la escena política española del PSOE es que seerige en representante de los intereses de clase de unade las fracciones que pugnan, por comandar lareestructuración reflejando fielmente el estado actualdel proceso de recomposición de la clase dominantea que la reestructuración da lugar. En la medida quehablamos de reestructuración reconocemosimplícitamente la realidad de esta vicisitud, comodeterminada por el Capital en proceso; o sea, estamostratando de un reajuste en la dinámica del Capital enproceso y de sus repercusiones en la formación sociala aquél sometida y, particularmente, de lastransformaciones que se operan en el seno de la propiaclase dominante por el comando de lareestructuración. En consecuencia, lasrepresentaciones políticas de la reestructuración, unavez comprobada la incapacidad del proletariado parainterferirla y constatando su repliegue, pasan a ocupartodo el espacio de lo político. Los divergentes intereseseconómicos de las diferentes fracciones burguesasdevienen discrepancias políticas y lucha por el controldel Estado. En este sentido cabe entender el acceso algobierno del PSOE en tanto que fuerza política«progresista» del Capital.

En la feroz competencia que se experimenta entrelos diversos capitales en la fase de reestructuraciónno hay lugar para titubeos ni paños calientes: o laalianza, en la medida de lo posible, con el capitalconcurrente, lo que supone absorción en un complejoindustrial de mayores dimensiones y mejorescondiciones, o bien desaparecer definitivamente. Encualquier caso, esta disyuntiva resume el proceso dedecantación del capital español en el sentido deacelerar la desaparición de los elementos (sectores;empresas) arcaicos y dinamizar la integración de los

elementos aún válidos en la cadena del capitaltransnacional. Así lo entendió el ministro de Economíay Hacienda, M. Boyer, al reconocer explícitamente quecon el mantenimiento de unos tipos de intereses altoslo que se pretendía era que los capitalistas españolesbuscasen fuentes de financiación en el extranjero; osea, internacionalizar el capitalismo español. Como,por otro lado, reestructuración comportaredimensionamiento de la formación de la clasedominante, con la internacionalización del Capital elPSOE encontraría un aliado natural para oponerse alas fracciones arcaicas del Capital que representan,ideológicamente, la oposición política al Gobierno.

Se da, de este modo, una convergencia entre lasfuerzas progresistas del Capital (PSOE/capitalismotransnacional) frente a los sectores más retrógradosde la incapaz burguesía nacional para llevar a cabo elúltimo acto de la fragmentaria revolución burguesaen España.

Es en este contexto en el que las intentonas golpistasadquieren una explicación coherente. Son los sectoresmás reaccionarios del Capital español; esos que vencada vez más seriamente amenazada su hegemoníapolítica, económica y social los que cierran filas entorno a sus tradicionales perros de presa. No hay queolvidar que el proceso «democratizador» se llevó acabo sin «ruptura», fue «pactado» con los franquistasreformistas». Los términos del pacto comprometíana la izquierda a mantener intacto el aparato militar,judicial y policial heredados del franquismo. No es,por tanto extraño, que un ejército surgido de la«victoria» sobre la izquierda y perfectamente compe-netrado con la ideología de la burguesía más ul-tramontana, intente remediar lo irremediable parapreservar los intereses de clase de sus patrocinadorescon la metralleta en la mano.

En resumidas cuentas, nuestras objeciones no vandirigidas en el sentido de la «crítica política» a la accióndel Gobierno socia-lista. Ni pretendemosjustificarla ni, muchomenos, contraponerlaa «nuestra alternativa»de gestión del Estado.No cabe otra opciónpolítica que la seguidapor el PSOE. Y nocabe porque la políticaestá agotada; no damás de sí. El espejis-mo de las represen-taciones políticas so-cialistas derivan deuna proyección feti-chizada del Capital,

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como algo perfectible, reformable y tal fetichizaciónera posible cuando el Capital en proceso, en su faseascendente, era dúctil y el reformismo tenía un sentido:el del capital. Pero el grado de esclerotizaciónalcanzado por el Capital en proceso en la actualidad,prolongándose sin remedio la situación de crisisrampante, no deja lugar a veleidades reformistas. Solopuede existir una política y es aquella que reflejadirectamente las necesidades del Capital en proceso.Sólo eso; es decir, la Política, en tanto que formareificada de las relaciones sociales presididas por elCapital o la profundización en la autonomización dela subjetividad proletaria en su práctica tendencial haciael Comunismo.

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Acabamos de hablar de un repliegue del proletariado,de una incapacidad del proletariado para interferir lareestructuración necesaria al Capital español. Bajo elgobierno socialista se está llevando a cabo talreestructuración sin un movimiento huelguísticoimportante. Nos preguntamos pues por las razonesde esta movilización que se contrapone al auge delmovimiento asambleario hasta el año 77aproximadamente, en que por toda la geografíaespañola y por los más variados sectores se desarrollanluchas autónomas con comités elegidos y revocables.¿Y por qué precisamente hoy, en un contexto másduro para los trabajadores, no se da tal respuesta?

Lo que decimos del contexto más duro no creemosque sea demagogia para con el actual Gobierno.Sencillamente nuestra experiencia en nuestros lugaresde trabajo nos muestra que la agresión capitalista esmucho mayor: ha aumentado la disciplina en el trabajo,las condiciones de trabajo han empeorado a la par deaumentos de productividad sustanciales, y todo elloen un contexto de empobrecimiento real (losconvenios se firman por debajo de la inflación). Porotra parte y subrayando aún más esta agresión mayor,las relaciones entre compañeros en los lugares detrabajo se han deteriorado: el aumento del control yde la disciplina, el cansancio consecuente al aumentode la productividad, un cierto sentido de culpabilidadpor no presentar batalla a tiempo, la falta del ejerciciode la solidaridad en este tiempo de reflujo.., acaba poranular lo que aún podía quedar del aprecio al trabajoe incluso de lo que había de comunidad asalariada.

Múltiples son las razones que pueden explicar talrepliegue: la caída con el postfranquismo de unasexpectativas globales; el ejercicio de la política y de ladelegación de poder que vaciaba las luchas haciapromesas participativas; el rol integrador de lossindicatos (aunque aquí tendríamos que ir mucho con larebaja pues por una parte la afiliación ha sido mínima y

por otra el anterior movimiento asambleario nuncadejó de ser básicamente sindical); el repliegue –queahora no vamos a explicar ni a valorar– de unamilitancia pero hay una quizás más simple que es,simple y llanamente, la realidad del paro. El miedo alparo es el que atenaza con fuerza a cada uno a supuesto de trabajo y no lo suelta ni para parar, ni parareivindicar con el sindicato. Quizás más que larepresión e incluso la cárcel de antaño, la materialidaddel paro acalla por el momento toda rebelión.

Ello explica el hecho aparentemente paradójico deque es, precisamente en una circunstancia como laactual, de disgregación y receso de las luchas delproletariado español, cuando la fuerza supuestamenterepresentante de los intereses del proletariado, accedeal poder.

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El epicentro de cualquier política económica en elcapitalismo desarrollado gira en torno al gasto públicoy, más concretamente, el papel que juega en estosmodelos de economía mixta la producción inducidapor el Estado. Lo que diferencia a unas de otras, entrelas diversas mercancías políticas ofertadas en elmercado electoral, es el mayor o menor grado que, enel conjunto de la economía, representa la produccióninducida por el Estado.

Si la socialdemocracia clásica, como sus deudoresleninistas, identificaban nacionalización consocialización propugnando la nacionalización total dela economía nacional, sus epígonos se conforman conun tímido plan de nacionalizaciones subordinado alos intereses de la acumulación privada de capital. Lafunción complementaria de la producción inducidapor el Estado en el modelo keynesiano de economíamixta contribuía a incrementar la demanda efectivaestimulando, con ello, el sector privado del capitalproductivo, se verifica en la actualidad en toda la di-mensión de la real subordinación de la orientacióndel gasto público a los intereses del capital privado, odicho de otro modo, la subordinación de lasnecesidades sociales que, a grandes rasgos, serepresentan en los conceptos del gasto público a losrequerimientos a la acumulación privada de capital.

Sería prolijo entrar aquí a analizar con detalle todaslas implicaciones de la política económica socialista.Por eso, tomaremos algunos datos que sirvan, a modode referencia general para ilustrar el plan demodernización del capitalismo gerenciado por elPSOE.

Como no está el horno para bollos ni el ánimo paraalegrías keynesianas, la racionalización económica pasaen primer lugar por el control y la limitación del gasto

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público, ya que al ser laproducción inducida porel Estado no im-productiva y deficitaria,un incremento exageradoen la misma acarrearía unagravamiento en lastendencias inflacionarias.Así pues, se impone,como inaplazable, laracionalización del sectorpúblico lo que quieredecir reconversiónindustrial en busca demejores condiciones deproductividad en lasempresas públicas.Puesto que el plan dereconversión, en elcontexto general de lareestructuración, se ha deguiar por criterioscapitalistas de eficiencia,la primera consecuenciaes el incremento deldesempleo. Por ejemplo,en el plan de reconversiónde la industria naval seprevé la pérdida de 20.000puestos de trabajo y lareducción a poco más dela mitad de la producción.Por otra parte, en lo quese refiere a la siderurgia,tenemos los casosejemplares de Sagunto oEnsidesa (ambas pú-blicas) sacrificadas en arasde los intereses de AltosHornos (privada) y de las imposiciones del mercadoprovinentes de la CEE.

Si nos fijamos en el affaire del holding Rumasa vemosrepetirse la historia. La nacionalización vino a atajar loque hubiera sido de cualquier manera inevitable de habercontinuado Ruiz Mateos con sus trapicheos financieros:un crack del grupo con 100.000 trabajadores en la calle.El Gobierno al efectuar la nacionalización se adelantóa lo que hubiera sido un escándalo, como los usualesen el pasado reciente, y vino a poner las bases parasanear Rumasa con la firme promesa a sus aliados de laBanca de reprivatizar aquellas empresas potencialmenterentables. El revuelo que la expropiación levantó en unprimer momento sólo resultó cháchara de patio; nisiquiera la oposición fraguista pudo instrumentalizarpolíticamente la medida del Gobierno una vez que laBanca la calificara de pertinente.

A pesar de todo, el déficit presupuestario tiende a irin crescendo; la insuficiente valoración del conjunto delCapital operante en España para acometer lareestructuración, hace necesarias la adopción demedidas por parte del Estado, que incidennegativamente en el déficit presupuestario: moratoriasen el pago de las imposiciones de la Seguridad Sociala las empresas en situación de crisis; reducción de latasa de cotización empresarial a la Seguridad Social,etc. Todo ello encaminado a reestablecer una tasa deacumulación del capital privado acordes a lasnecesidades de la reestructución.

Pero el plan de modernización del capitalismoespañol contempla, de igual modo, la plena inserciónde hecho y de derecho en los circuitos del mercadomundial, con una posición subordinada respecto a lospaíses capitalistas del centro. Esta integración no sólo

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económica (CEE) sino política ymilitar (OTAN) ubicará a Españaen su lugar correspondiente en lacadena del Capital transnacional,siempre en estrecha dependenciade los intereses del capitalismooccidental.

Independientemente de lasrazones geoestratégicas que asistena la tesis de integración en laOTAN, también podemos hallarpoderosas razones económicas. Lamodernización del utillaje delejército español pasa por elestrechamiento de vínculos dedependencia tecnológica respectoa la metrópoli (USA). Para paísescomo España, la adquisición dearmamento es una vía detransferencia de plusvalía hacia elexterior que viene a favorecer eldesequilibrio de la balanzacomercial en detrimento de lasposibilidades de la acumulación decapital en el propio país (porejemplo, la compra de los avionesFACA que supone una forma detributo de los vasallos españoles aldéspota de Occidente).

Sin embargo, la integraciónatlantista contribuirá, igualmente, ala puesta al día de un ejército menoscomprometido con el pasado ymás con la defensa de los interesesde Occidente en su conjunto. Deesta forma se tiende a aislar losnúcleos golpistas, relegados a unsegundo plano en favor de lossables democráticos másadecuados a la asunción de lasfunciones operativas en un ejércitomultinacional, como debe corresponder a la actual fase dedesarrollo del Capital.

No obstante todas las medidas concretas que de ordenfinanciero y administrativo el gobierno socialista pone enpráctica y de las que la prensa da puntual cuenta, queremosllamar la atención sobre el hecho de que toda esta políticase articula en torno al endurecimiento de las condicionesde explotación de la fuerza de trabajo.

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El restablecimiento de la tasa de acumulación para elCapital privado pasa necesariamente por un incrementoen la explotación de la fuerza de trabajo (incrementando

la productividad yrestringiendo, en general, elvalor social de la fuerza detrabajo mediante lareducción del gastopúblico). Para ello searbitran una serie demedidas relativas a lalegislación laboral y seestablece un rigurosocontrol sobre el salario entérminos monetarios.

La búsqueda de salidas ala situación de crisis, desdeel punto de vista del Capital,se orienta hacia laobtención del Pacto Socialen el cual los trabajadoresasuman la imposición deuna serie de cortapisas que,encaminadas a la desvalo-rización creciente de sufuerza de trabajo, hagaposible un incremento de latasa de beneficio querepercutiese en un sentidopositivo de la política deempleo a través de lasnuevas inversiones. Esta esla lógica que preside el planeconómico socialista por-que esta es la lógica delCapital en proceso. Esti-mular la inversión privadasólo es posible si lasperspectivas de rentabilidadson claras y para que estosea así, es necesario que el«valor» de la fuerza detrabajo se reduzca en suconjunto. La fijación de

incrementos salariales por debajo de las tasas realesde inflación es uno de los factores de esta política quedenota, por el agravamiento en las condiciones de vidadel proletariado, ese proceso generalizado dedesvalorización de la fuerza de trabajo favorecedorade la acumulación de capital.

Si a todo esto unimos la acción complementaria que,reduciendo el gasto público, tiende a contener laescalada de la inflación, obtenemos las líneas maestrasen que se inscribe el proceso de proletarización-depauperación de la sociedad española gestionada porel PSOE.

Se propala el logro de la administración socialistaconsistente en ralentizar las tasas de inflación, segúnlas cifras oficiales, alrededor del 12%; pero lo que se

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oculta decir es que ello es posible gracias a unadisminución real del poder adquisitivo de los salarios,al incremento de las imposiciones fiscales y laseguridad social de los trabajadores así como alincremento de las tasas y contribuciones municipales,sin que suponga mejora alguna en la cantidad y calidadde los servicios. Por otra parte, la políticaantiinflacionaria se ha visto acompañada por unaumento en la tasa de desempleo, verdadero talón deAquiles de la política económica del capitalismo encrisis. La liberalización del mercado de la fuerza detrabajo (flexibilización de plantillas que, en realidad,es una modalidad de despido libre) parece abocar a laformación social española, sometida a un procesoacelerado de proletarización, a la pendiente deldesempleo sin fin previsible. A lo único que alcanzanlas medidas gubernamentales es a ralentizar latendencia creciente del desempleo pero no a invertirla.Los sistemas de contratación temporal o las facilidadesconcedidas a empresarios para la contratación deaprendices –lo que es una forma de aportar fuerza detrabajo a bajo costo– así como la política de empleodirectamente asumida por el Estado a costa del déficitpresupuestario, siempre coartada por el peligro dedesatar la inflación, sólo contribuyen a escamotear larealidad bajo formas de paro encubiertas.

No deja de ser sorprendente que la verificaciónempírica de la tesis marxiana que considera la dinámicadel Capital en proceso en el sentido de una crecienteproletarización-depauperación de la fuerza de trabajosocial venga patrocinada por un gobierno socialista,sobre todo, cuando aquella tesis fue tildada en losúltimos años por los entendidos en el tema económico,como una alucinada previsión de una mentedecimonónica «completamente refutada por larealidad».

En cualquier caso, lo paradójico del hecho de quesea el socialismo el encargado de acelerar la formaciónde la masa proletaria en España, es tan sólo productode una primera y superficial impresión de quienes aúnconsideran la ideología socialista como algo diferentea la ideología del Capital.

Las burocracias socialistas, representantes de losaparatos ideológicos e institucionales a la vez queadministradoras del movimiento obrero dominado,asimilado y alineado por su propia debilidad con elCapital, devienen pieza fundamental en la formacióndel estado corporativo del capitalismo descendente.En este sentido, el Socialismo, en tanto que formagerencial del capitalismo en crisis, aparece como laúltima fase, expresión o recurso de la autonomizacióndel Capital y de su dominación real sobre el Trabajo.El Socialismo, en suma, viene a ser la mitificación -última forma de la mistificación del Capital delComunismo.

Frecuentemente se olvida que de una poblaciónactiva de 13 millones la población asalariada cuentacon una proporción de 7 millones –de los cuales lamayor parte pertenecen a pequeñas y medianasempresas– lo que es indicativo de la debilidadestructural del proletariado español y, másparticularmente, de la escasa proporción delproletariado industrial vinculado a las formas másdesarrolladas de la explotación capitalista; fracción declase esta última que constituye la vanguardia real ynatural de la lucha de clases y sobre la que recayó elpeso de las luchas de masas durante el franquismo.Quizás haya que reconocer en esta debilidad delproletariado su incapacidad para derrocar al dictador.Franco murió en la cama y los representantesnominales del proletariado pactaron con los herederosdel general, si no con la anuencia sí con la impotenciade aquél. Con tal panorama, la tarea del PartidoSocialista en el Gobierno, precisamente por serracionalizadora y dinamizadora de la explotación delCapital en España, es la contribución necesaria de lafuerza progresista capaz de llevar a cabo el procesode proletarización en la formación social.Proletarización que significa eliminación de lospequeños capitalistas comerciales e industriales ysometimiento de las actividades «profesionales» a sudimensión real en el proceso de (re)producción socialen un contexto general de desvalorización de la fuerzade trabajo social (depauperación). (Ver a este respecto,por ejemplo, la resistencia de los profesionales de lamedicina hospitalaria al sometimiento a una disciplinaindustrial que sintonice su realidad laboral con larealidad de su función en la reproducción de la fuerzade trabajo).

En resumen, ya que el desarrollo de la dominacióndel Capital gestionado por los socialistas comporta eldesarrollo simultáneo del Proletariado, como fuerzaantagónica de aquél, el Socialismo cobra así susignificación real en tanto (¿última?) forma progresistadel Capital que, desarrollando las fuerzas productivas,determina la formación de la oposición de claseproletaria. De este modo, y malgré lui, el Socialismo seconfigura como elemento mistificado de la posibilidadreal del Comunismo en la proyección práctica de lasubjetividad proletaria que aquél contribuye adesarrollar, cuantitativa como cualitativamente, en suadministración «social» del Capital en crisis.

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Cuando se maneja el término proletarización no nosreferimos exclusivamente a un incremento cuantitativodel proletariado, presencia masiva y relevante en lacomposición proporcional de la formación socialespañola; sí nos referimos, también, al profundo

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cambio cualitativo que se lleva a caboen el componente subjetivo, de clase,del Proletariado. Estamos experi-mentando una profunda metamorfosisde la subjetividad proletaria. Lainestabilidad en el empleo, lahabituación al desempleo por parte delos más jóvenes, la contratacióntemporal, favorecidas por las medidasemanadas del gabinete socialista, dalugar a la creación de un «climapsicológico» de desafección al trabajo.El discurso de la ética del trabajo, quintaesencia de la ideología burguesa de lacual se hacen eco los socialistas se diluyeante la imposibilidad real del «trabajoestable y para todos». Era fácil mantenerel discurso de la ética del trabajo en losmomentos en que la expansióncapitalista ofrecía la posibilidad de unempleo estable capaz de integrar lapráctica real y cotidiana de lasubjetividad proletaria en el universo delCapital en proceso: pero cuando elpropio ministro de Trabajo, Almunia,dice que es necesario hacerse a la ideade que el puesto de trabajo no es algovitalicio, las posibilidades de imbuir el«espíritu de empresa» entre lostrabajadores se reduce considerable-mente.

Aunque la recomposición proletariasea aparentemente fragmentaria(oposición del proletariado activo a lafracción del proletariado en situación dedesempleo) el hecho irrefutable es quela inminencia del despido, incluso paralos «más fieles productores», por causasde «fuerza mayor» y el incremento delcontrol y explotabilidad de la fuerza detrabajo (la reestructuración es siemprerepresiva), de un lado, y la formaciónde una fracción de proletariado urbanojoven, por otro, incurso en un procesode (re)producción inestable y precario(trabajo negro eventual y marginal)contribuyen a crear un estado cada vezmás generalizado de inadaptación a ladisciplina propia del procesoproductivo, de desafección y rechazovisceral del trabajo.

Sin duda, tales apreciaciones no son sino la tendenciareal en la recomposición de la subjetividad proletariay de sus vicisitudes, similares a las recorridas por otrasfracciones nacionales del proletariado europeo. Que

no aparezcan tendencias claras a la homogeneizaciónen la recomposición proletaria unificadoras de la prác-tica antagonista contra el Capital y el Estado, nosignifica que la clase obrera haya desaparecido, ni

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mucho menos que la lucha de clases haya sidoliquidada definitivamente por la imposibilidad presentedel Proletariado en articularse como fuerza antagónicahomogénea. Si el optimismo es la mera obcecaciónfrente a una realidad mistificada, el pesimismo no essino la «otra» posibilidad del optimismo en lacontemplación de una misma realidad mistificada.Antes de rendir armas frente a una realidad quecuestiona todos nuestros principios teóricos delpasado preferimos afrontarla sin reservas y hasta susúltimas consecuencias. La presente recomposiciónproletaria abre una perspectiva de futuro que se cifraen la transformación y expansión de lo que era el sujetorevolucionario «clásico» apuntando hacia laautonomización-oposición real al Capital en proceso.La economía «social» de mercado, expresióneufemística de la autonomización real del Capital,revela en su definición misma el carácter social (aunquemistificado) del propio proceso del Capital. Laautonomización del Capital por la que deviene procesode socialización comporta, de igual modo, latransformación de la forma (oposición real) y de lacualidad (subjetividad proletaria) del antagonista.Estamos, pues, en el hiato de la transformación delobrero-masa al obrero-social cuya expansión se vedeterminada por las particulares condiciones de crisisa nivel mundial; entramos en una fase, quizás decisivay definitiva, de la oposición histórica entre el Capitaly el Trabajo.

En el caso español, además, la recomposiciónproletaria se ve mediatizada por la derrota delproletariado que supuso el «pacto de transicióndemocrática» con el que se cierra el ciclo de las luchasdel obrero-masa. La oposición al franquismoarticulada en torno a la fracción más combativa delproletariado se saldó con la frustración del pacto conlos representantes del régimen anterior. Que elproletariado fuera incapaz de echar abajo la dictadura,primero, y que se dejara desarmar por sus propiosadministradores político-sindicales, después, nosconfirma la debilidad real del proletariado español queha visto, así, comprimida en un tiempo breve yconstreñido por unas circunstancias (crisis) pocopropicias a la acción «integrada» de tipo sindical, suexperiencia, como clase. Es decir, el sindicalismo entraen juego en España en un momento en el que laaceleración de la reestructuración, conformandonuevas necesidades y comportamientos en elproletariado deja a la intervención sindical y políticatotalmente desconectada de éste. Algo significativosson, a nuestro entender, que después de cuarenta añosde espera por el ejercicio de los derechos democráticos,entre ellos el de libre sindicación, las cifras de afiliaciónsean de las más bajas de Europa. Si el proletariado

europeo tuvo la experiencia de la práctica sindical ypudo, con ella, sacar sus propias conclusiones, a lolargo de una secuencia que se prolongó desde el finalde la 2ª guerra, acerca de la verdadera naturaleza delsindicalismo, abiertamente opuesto en las actualescondiciones de crisis a los intereses de clase proletarios;el proletariado español vio reducida su experienciadel sindicalismo a unos pocos años que, desde lamuerte de Franco hasta el presente, no encontró«nada» que ofrecer a los trabajadores sino elllamamiento al consenso con sus enemigos de clase«a fin de salvaguardar las libertades democráticas yrelanzar la economía nacional en un esfuerzoconjunto».

El sindicalismo europeo tuvo su esplendorosaprimavera en la expansión capitalista de postguerra yen virtud de su condición de partenaire del Capitalpudo conseguir un cierto grado de credibilidad ylegitimidad entre los trabajadores; pero el sindicalismoespañol entra en escena en un momento de profundacrisis económica en la cual no puede establecerse comorepresentante del proletariado porque, desprovisto desu carácter reivindicativo y sometido sin ningún recatoa los dictámenes del gobierno socialista, se presentancomo meros aparatos vacíos, cuadros burocráticos conescasa audiencia entre el proletariado.

La única baza que juegan los sindicatos es la desabotear cualquier intento de reconstrucción de lasformas de intervención de la autonomía de clase enlas luchas. La fuerza de los sindicatos en España noestriba tanto en la capacidad de movilización de susadherentes, como en la debilidad real de unproletariado escasamente desarrollado y, por tanto;con poca capacidad para movilizarse autónomamente.Se puede decir que el proletariado español comienzaahora a sintonizar con el proletariado europeo en loque tendencialmente apunta a superar las formas delsindicalismo, aunque, por las vicisitudes específicasde su experiencia histórica reciente, su actitud frenteal sindicalismo aparezca bajo formas difusas,fragmentarias, defensivas, como inhibición más quecomo contestación y rechazo explícito.

De cualquier modo, la metamorfosis del proletariadoespañol, como del proletariado mundial, no es preludiode su extinción histórica. Más bien, al contrario, estamutación extensiva que se está operando, yprecisamente por la profundidad disgregadorarespecto a la composición proletaria que cerró el ciclode luchas democráticas, es preludio de una nuevadimensión en la oposición irreconciliable entre elCapital y el Proletariado.

Etcétera

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SOBRE LA SITUACIÓN EN ESPAÑA

Si coincidimos en considerar la organización socialen estrecha relación con el desarrollo técnicoalcanzado por la misma, coincidiremos

igualmente en suponer que cualquier cambiotecnológico debe afectar en mayor o menor medida ala organización social que en ese mismo momentoexiste.

También debería resultar evidente que un procesode cambio tecnológico no conduce de una formamecánica al cambio en la organización social. Seproducen resistencias e inercias al cambiar el Estado,debido sobre todo a intereses creados y almantenimiento de privilegios adquiridos, es decir, sevive un momento de la lucha de clases.

Aunque en España el atraso tecnológico, paralelo,por supuesto, al atraso económico había sido y eraproverbial, sin embargo se produce en un momentodeterminado una inesperada invasión de tecnologíaavanzada –la dependencia tecnológica de nuestro país,también proverbial, no cambia profundamente elanálisis de la situación-, por otra parte perfectamentelógica debido al profundo desequilibrio de España ensu desarrollo si lo comparamos con el resto de paísesdel mundo occidental.

Las fisuras por las que estas nuevas tecnologías seintroducen en nuestro país, no dejan paso sin embargoa la ideología que las envuelve y a los cambios socialesy políticos que preconizan, a pesar de los esfuerzosdesesperados que por conseguirlo se llevan a cabo.

Se produce sin embargo, en los años sesenta, ennuestro país, al amparo de un auge económico que sepensó indefinido, un tímido intento de adecuaciónpolítico-social y tecnológico con resultados que dancuenta de las contradicciones que sacuden al país desdeel tiempo del fascismo.

Es imposible sustraerse a los procesos de cambiotecnológico, pero sustraerse a los cambios político-sociales que esto conlleva, si no imposible sí resultapeligroso para alcanzar una cierta estabilidad yequilibrio político-social.

A la ambigüedad de las clases dirigentes en el aspectopolítico-social que la caracterizó en lo años sesenta seviene a sumar la ambigüedad más estructural quetrágica de los proyectos de cambio que caracterizó auna amplia mayoría de la oposición política en esosmismos años.

La tecnocracia aparecida en España en los sesentaal socaire del auge económico y la introducción denuevas técnicas era una clase en ascenso pugnandopor crearse un espacio, una estructura político-social

e ideológica y una base o infraestructura firme en laque apoyarse. En el marco del franquismo, apoyadoprincipalmente por las clases históricamente másreaccionaria del país, modernizar este (lo que quieredecir, por supuesto, modernizar el Capital, o lo que eslo mismo, el sistema, como forma de explotación),era un sueño.

En este trabajo no queremos profundizar en elanálisis de lo que para nosotros significa modernizarel Capital; tan solo apuntaremos que esto hacereferencia a racionalizar la explotación, lo cualconlleva, según nuestra opinión, un cambio estructuralen el papel del Estado. Este debe pasar de ser unamáquina burocráticamente inservible, o poco menos,y apta tan solo a mantener el sistema de explotación,a convertirse en una máquina perfectamente engrasadaque controle hasta la más pequeña parcela social,incluso si esta no es aparentemente rentable.

Si el marco del franquismo era inadecuado para llevara cabo el proyecto tal como se demostró, no fuemucho más adecuado el marco del post-franquismo,ya que el cambio democrático era sólo aparente yseguían dominando las viejas estructuras.

El triunfo del Partido Socialista en las pasadaselecciones permitió un cambio de perspectiva. Por unaparte ocupaba el poder una fuerza de izquierdas conun cierto crédito entre gran parte de los trabajadoresy amplios sectores de la clase media y por otra estafuerza de izquierdas no representaba un peligro directopara el sistema, lo cual da como resultado un equilibrioprecario en su esencia, pero efectivo a nivel práctico.

Precario por cuanto las viejas estructuras siguenmanteniéndose y la institución del Ejército enseña decuando en cuando los dientes para demostrarlo.Efectivo ya que el apoyo sin ambages de un ampliosector de la clase media y de una parte importante delos trabajadores les proporciona una cierta libertadde acción de la que no disponía la derecha. El PartidoSocialista puede incrementar las medidasantiterroristas, haciendo aún más terrorista al Estado,acometer la reconversión industrial y enviar al paro amultitud de obreros sin recibir una respuesta masiva,tan sólo tímidas voces se oponen. En contrapartidapresenta golpes de efecto como el escándalo Rumasa,la nueva ley sobre el aborto que no sirve absolutamentepara nada, etc.

En todo este proceso son muy graves los peligrosque acechan. Por una parte el Partido Socialista hapresentado la modernización del Estado por el ladode la eficacia de cara a resolver problemas y aunque

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esto no se consiga, se habrá, sin embargo, conseguidolo realmente importante: aumentar el poder del Estadoy su burocracia, engrasando perfectamente la máquinarepresiva y llevando a sus últimas consecuencias lafilosofía de Hobbes, todo ello con nuestroconsentimiento. La idea es que cuando la derecharetome el poder (lo cual al paso que vamos no tardaráen producirse), éste sea eficaz en sus manos a todoslos niveles, incluso haciéndolo bien.

Por otra parte existe otro peligro no menos graveque el anterior y es la institucionalización del proceso,o lo que es lo mismo, su repetición. Nosencontraríamos con un Estado fuertemente represivoque se repite a sí mismo independientemente de quiendetente el gobierno. Es decir, un franquismoconsensuado.

Las contrapartidas son mínimas y no supone unriesgo evidente para los detentadores del poder enestos momentos. Una oposición popular masiva alPartido Socialista es casi imposible; a pesar de todotodavía se le concede un cierto margen de confianza,aunque sólo sea por sujetarnos a la ley del mal menor.Es mucha la gente que piensa que si hay que lucharcontra el sistema es mejor hacerlo en unas condicionesde capitalismo avanzado tipo Suecia, Alemania o Suiza,

donde es cómodo acondicionarse y se tienen al menosunas ciertas garantías socio-políticas de respeto alindividuo y creen que el Partido Socialista puedellevarnos a esta situación.

El análisis de este error podría conducirnos al análisisde las causas que motivan la desorganización delmovimiento obrero o su organización por las vías deintegración en el proyecto de reconversión ymodernización del sistema.

El único peligro que podría ser considerado desdeel poder y creo que es el único que es tomado encuenta, es la posibilidad de un divorcio demasiadoprofundo entre las bases y sus actuales dirigentes.Peligro tanto más real para el Partido Socialista porcuanto este se nutre, electoralmente hablando, de laconfianza en su política de un amplio sector de la clasetrabajadora como ya dijimos anteriormente. Porqueel peligro no sería tan sólo la posibilidad de sufrir undescalabro electoral en unas futuras elecciones por laabstención generalizada provocada por elescepticismo; éste podría convertirse incluso en unfactor de descomposición del Partido Socialista dadoque necesita que haya fe en la democracia. A la derechano le hace ninguna falta.

Etcétera.

ESTRATEGIAS DE LAS

MULTINACIONALES PARA RECHAZAR

LA SITUACIÓN DE CRISISHemos recibido el texto francés del artículo Estrategias de las multinacionales para rechazar la situaciónde crisis, de W. Andreff. Nos ha parecido interesante resumirlo para los lectores de ETCÉTERAporque desmitifica la tan repetida cantinela de la «crisis mundial actual» que intenta vendernos lapropaganda capitalista para justificar la robotización y el consiguiente desempleo.

Os podemos mandar el artículo original a quienes os interese leerlo. Son unas 25 hojas, enfrancés. Lo podéis pedir a nuestro Apartado, 1363, Barcelona. El precio de las fotocopias seríanunas 3 pesetas la unidad.

Las FMM (Firmas Multinacionales) pasan elactual período de crisis siendo más rentables einvirtiendo más que otras empresas, fenómeno

que demuestra que constituyen una fracción delCapital con una organización más avanzada, que las

hace más adaptadas a las actuales condiciones de laeconomía mundial.

Este hecho significa, sin embargo, que su propiotriunfo supone cargar sobre otros componentes de laeconomía mundial el peso de la crisis (otras fracciones

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del Capital, las empresas uninacionales, otras FMMpeor organizadas y sin capacidad de competencia, etc).

La estrategia actual de las FMM demuestra:• que acentúan la división económica del Tercer

Mundo; crean un grupo avanzado de Nuevos PaísesIndustriales (NPI) mientras quedan totalmenterezagados los Países Menos Desarrollados (PMD).• que se infiltran en los países «socialistas»

agravando su endeudamiento exterior.• que endurecen las relaciones salariales en los

Países Desarrollados (PD) y en los NPI.

l. Las Multinaciones acaparan la tecnología del futuro.

Las FMM dominan la economía actual:• la tecnología avanzada (informática, robótica,

nuevos productos...)• la publicidad y comercio a nivel mundial.

Esto no significa que sean los inventores de los nuevosproductos (a menudo realizados por pequeñas empresasde investigación), sino que son quienes los explotan ycomercializan a escala mundial, absorbiendo, integrando,o simplemente copiando, al inventor.

Sí que es verdad, de todas formas, que inviertengrandes cantidades de dinero en la investigación denuevas tecnologías, tanto en sus casas centrales comoen las filiales (las cuales a menudo sólo investigan unaspecto parcial sin poder acceder a la totalidad de lainformación de la casa madre). También firmanacuerdos de cooperación en la investigacióntecnológica con los Estados y sus entes públicos.

En el campo del comercio de la tecnología, las FMMson muy importantes (80% del total de ingresos portecnología, en USA) y este hecho queda todavía másevidenciado si se comparan los royalties que cadamultinacional ingresa por tecnología vendida enrelación a los que paga por tecnología comprada (enlas FMM de USA, la relación es de 11/1).

Como observación complementaria, si fuera verdadla teoría de la superación de las crisis con laintroducción de nuevas tecnologías (Lorenzi, etc), lasFMM aceleran la superación de la actual crisis.

También es interesante ver como en una visión deEstado-nación es importante saber si las FMM quedominan el mundo son las del propio país, en cambiodesde la perspectiva de empresas en crisis y obrerosen paro esta consideración es secundaria, aunque laFMM sea del propio país.

2. Las multinaciones dividen el Tercer Mundo.

Los países del TM pagan elevadas sumas en tecnologíaque procede de las FMM. Sin embargo, en laactualidad, hay algunos puntos significativos:

• la tecnología se paga aparentemente de maneramás «parcializada», ya que las FMM tienen tendenciaa actuar a través de varias filiales, algunas establecidasen los propios NPI.

• la dependencia tecnológica es más amplia ya quecomprende, además de la tecnología propiamentedicha, los bienes de equipo necesarios y los serviciosde ingeniería.

• existen muchas «artimañas» de las FMM paraaumentar sus beneficios en la venta de tecnología(cártels entre las dominadoras de cada sector industrial;falsear los precios reales mediante las facturas entrefiliales (lo que se llama «comercio internacionalcautivo», y que algunos autores calculan que representael 54% del total de las importaciones de los USA...).

• también existe una estrategia mundial de la FMMque divide el TM en dos sectores: los NPI donde seimplantan filiales que realizan sobre el terreno unaspecto parcial del proyecto global de las FMM (paísesde la OPEP, países con ventajas laborales, comercialeso fiscales, etc); los PMD, en donde la esperanza deaumentar el nivel de vida queda cada día mascomprometido (sólo reciben ayudas de organismosinternacionales o estatales, cada vez más restringidas).

• en el caso de los NPI, hay que destacar que, amenudo, la concesión de créditos por parte de lasFMM (los créditos se conceden mediante BancosMultinacionales, con avales estatales en la mayoría delos casos) es un aspecto muy significativo de su actualendeudamiento exterior (p.ej. Méjico).

2.1. Algunas consideraciones sobre los NuevosPaíses Industriales (NPI)

Actualmente existe una abundante literatura sobrelos NPI y parece oportuno hacer algunasobservaciones sobre su realidad, desde el punto devista de las Multinacionales.

1ª aproximación: aunque se ha insistido mucho sobreel hecho de que las exportaciones de los NPI puedeninterpretarse como exportaciones de las filiales de unamultinacional (situada en el NPI) hacia la casa-madre(situada en el país desarrollado), e incluso se hainterpretado este fenómeno como una visión modernade la Distribución Internacional del Trabajo (comolo fue la que había entre colonias y metrópolis, duranteel siglo XIX), parece que, cada vez menos, estainterpretación sea la válida. Muchos países NPI soncada día más independientes de esta simple relacióninterna de las multinaciones y sus exportaciones a lospaíses desarrollados son fruto de una progresivaindustrialización que sobrepasa el ámbito de lassimples filiales de las multinacionales.

2ª aproximación: también se ha insistido en laimportancia de las zonas francas industriales existentesen los NPI, lugares privilegiados de inversión de las

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multinacionales debido a los bajos costes salariales.Esto es verdad (con una expansión considerabledurante los años 70), pero el valor bruto de lasexportaciones procedentes de las zonas francas sólore presentan valores cercanos al 10% del total de lasexportaciones de los NPI.

3ª aproximación: para explicar la implantación delas multinaciones en los NPI se han invocado dosrazones, la demanda de productos producidos por lasfiliales y los bajos costes salariales. Cada motivojustificaba la implantación de un tipo u otro demultinacional (las primeras sustituyendo porinversiones en los NPI, las exportaciones de las sedescentrales y las segundas, prefiriendo producir en lasfiliales de los NPI los componentes baratos que sereexportan a las casas centrales para producir losproductos acabados). Sin embargo, no existen casos«puros» de esta explicación, como lo demuestra elhecho de que ninguna multinacional escoge el paíssubdesarrollado donde teóricamente existiría mejormano de obra, sin tener en cuenta otras razones deproductividad, incorporación del país a los esquemascapitalistas, etc.

Las relaciones entre las Multinacionales y los NPI sonmás complejas y se pueden resumir del modo siguiente:

• durante las décadas de los años cincuenta y sesenta,las Multinacionales han intentado crear, alrededor desus filiales, un medio capitalista constituido por sub-tratantes, proveedores, empresas conexas, etc, que hansegregado, poco a poco, un medio social capitalista(élites financieras e industriales, clase obrera«privilegiada» en relación a la masa rural subdesarrolladalocal) potenciado por los propios Estados, auténticasoligarquías industriales y financieras.

• con el tiempo, los NPI han logrado un aceleradoproceso de industrialización, causa de una deudainternacional muy grave, que también ha provocadouna nueva etapa de absorción de empresas«contrincantes» de reciente creación pero con gravesproblemas de competitividad por parte de las propiasMultinacionales en contínua transformación.Actualmente, los NPI no sólo son lugar de expansiónde las Multinacionales sino también de los Bancosmultinacionales, responsables de la concesión de loscréditos que provocan la deuda exterior de estos países.

Hay que ver cómo esta contribución parcial, inclusoinvoluntaria, de las Multinaciones cara al desarrollo delos NPI constituye una estrategia de rechazo de la crisis:

a) integrando parcialmente los NPI dentro de laeconomía mundial. Los NPI son campos de negociosde las multinacionales.

b) constituyendo los NPI auténticas cadenas detransmisión del Capital transnacional hacia los otrospaíses subdesarrollados (como detalle debemos señalarla creciente importancia del comercio Sur-Sur).

c) utilizando, principalmente en las zonas francas,un auténtico lumpen-proletariado procedente de lospaíses más subdesarrollados, que trabajan en cadenassimples de fabricación de bienes de gran consumo, yque pueden ser «la cantera» para la futura integración ala clase obrera de las otras industrias de los NPI,rebajando hasta extremos insospechados el costesalarial.

En resumen, los NPI presentan una doble imagen:por un lado tienen una manufacturados con los paísesdesarrollados (con una serie de ventajas decompetividad) y, por otro, exportan bienes industrialesa los otros países subdesarrollados a cambio deproductos brutos y con excedentes comerciales a sufavor.

3. Las Multinaciones se insinúan en los paísessocialistas.

Las multinacionales invierten poco en los Estados dePlanificación Central (EPC), de manera directa.Prefieren introducirse en ellos a partir de fórmulas deinternacionalización sin capital, como pueden ser losacuerdos de cooperación industrial, con transferenciade tecnología. La fórmula privilegiada es la de autorizarlas licencias industriales (tanto a nivel de industria pesadacomo en la de bienes de consumo).

Para sacar beneficios de esta colaboración seacostumbra a reexportar parte de los productosfabricados en los países socialistas, con lo que se logranproductos de bajo coste, debido principalmente a losbajos sueldos vigentes en los países de planificacióncentral.

Los países socialistas se han ido endeudandoprogresivamente (p. ej. Polonia) debido en gran parte alos déficits de las balanzas comerciales con los paísesindustrializados, así como por su progresiva inserciónen la economía del crédito internacional, utilizando lasBancas multinacionales.

Sólo existen zonas francas en la frontera italo-yugoslava (Trieste-Ljubljana) y, desde 1979, en China(Shenzhen), cerca de Hong Kong, en donde seproducen bienes de gran consumo (Coca-Cola, tejanos,transistores...), más baratos que en la colonia británica.

4. Las Multinacionales endurecen lasrelaciones.

Es interesante reconocer, para empezar, que lasMultinacionales han aumentado el número de susmiembros durante el período de crisis, tanto a nivelglobal, como en sus sedes centrales de los paísesdesarrollados y en sus filiales de los NPI. Así, enconjunto, las primeras 50 multinacionales del mundohan pasado de 7,9 millones de empleados (1975) a 8,3millones (1978).

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Sin embargo, este aumento no compensa, en modoalguno, el número de empleos que han suprimidodebido a la crisis que han provocado en las empresasdel mundo con las que compiten, absorbiendoparcialmente algunas de ellas o provocando su quiebra.

Aprovechando el hecho actual de la crisis, lasMultinacionales «juegan fuerte» en las relacioneslaborales con sus asalariados. Un primer factor consisteen aprovechar al máximo las facilidades que suponenlas zonas francas donde a menudo rigen condicionesde contratación que recuerdan el inicio de la eracapitalista (Hong Kong, etc). Esta tendencia se insinúatambién en USA y Gran Bretaña, a pesar de laexistencia de un movimiento sindical de gran potencia.

También se intenta «sacar el máximo de jugo» delos obreros de los NPI mediante el máximo empleo(50-60 horas semanales) de los obreros, mediante lapresión que supone el gran número de parados queexisten y que están dispuestos a trabajar. Estefenómeno se da simultáneamente con la reducciónde horarios en las mismas multinacionales de los paísesdesarrollados (Fiat-Turín, 1.840 horas/año; Fiat-

Argentina, 2.151). Siempre utilizando el fantasma dela crisis/paro, se obtienen nuevos pactos socialesdesfavorables a los obreros (trabajos temporales, sub-contratas a equipos externos de la empresa, trabajo adomicilio no asegurado, etc.), favorecidos incluso conaportaciones de capital por parte de lasmultinacionales.

Como consecuencia de todo ello, actualmente la«lucha de clases» lo es sobre todo del Capital contralos asalariados. Muchas victorias obreras son tanmediocres como obtener el seguro de desempleo algomás largo, que la fábrica no cierre aunque no seaumente el salario, que las empresas quiebren pagandoindemnización, etc, etc.

Finalmente, hay que recordar que la «psicosis» deparo, con la consiguiente pérdida de combatividadobrera, facilita enormemente a las Multinacionalespara que introduzcan las nuevas tecnologías yracionalización de gestión que supone aumento deproductividad y reducción de plantillas, presentadascomo condiciones necesarias para evitar la quiebrade las empresas.♦

DEBATE:

ESTESTESTESTESTADO AADO AADO AADO AADO ACTUCTUCTUCTUCTUAL DE LA AL DE LA AL DE LA AL DE LA AL DE LA TECNOLTECNOLTECNOLTECNOLTECNOLOGÍAOGÍAOGÍAOGÍAOGÍAy ORy ORy ORy ORy ORGANIZAGANIZAGANIZAGANIZAGANIZACIÓN SOCIALCIÓN SOCIALCIÓN SOCIALCIÓN SOCIALCIÓN SOCIAL

A continuación publicamos el texto que sirve de convocatoria para el debate a celebrar el mesde enero próximo, sobre el estado actual de la tecnología y organización social.

Nueva tecnología y comunidad humana mundial

Tecnología y ciencia

A partir de los estudiosos del tema (por ejemplo, HarryBraverman) queda claro que la tecnología está al serviciode la ciencia y que ésta, así mismo, está en función de unmodelo de sociedad pensado en beneficio de quienestienen el poder. No creemos en la «apoliticidad» (o si seprefiere «neutralidad») de la tecnología.

A pesar de ello, hay un mejor (a veces, peor)conocimiento de la realidad circundante a partir de ciertasinnovaciones tecnológicas. En el sentido de mejorconocimiento de una realidad puede hablarse de la TVcomo transmisión de imagen. En cuanto a peor

social.Pensamos que, según el modelo de sociedad que

pretendemos, la ciencia es distinta y potencia diferentestecnologías. Pero también vemos que, incluso en modelossociales que no nos interesan, hay innovacionestecnológicas aprovechables.

Nueva tecnología

Es evidente que la actual tecnología está al servicio de unmodelo capitalista de sociedad (con predominio de las

conocimiento, la misma TV como medio de comunicación

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multinacionales en el mundo occidental y del Estado capitalistaen el mundo supuestamente socialista). En ambos casos, hayuna aplicación del «taylorismo», con la prioridad a la«organización científica del trabajo» cara a obtener un máximode productividad.

La faceta más nueva de la actual tecnología es laincorporación masiva de la cibernética (aplicación espectacularde la informática y de la robotización) con lo que se logra uncontrol social cada día más perfecto.

Una de las mayores contradicciones de la nueva eratecnológica es la exigencia de mayor cualificación profesional(curriculum vitae, títulos, experiencias de trabajo, etc.) en elmercado del empleo, para que estos obreros cualificados yconcientizados de la importancia de su trabajo realicenfunciones cada día más monótonas y banales, al servicio demáquinas programadas desde la dirección central de laempresa. Se logran auténticos «especialistas frustrados» debidoal nulo interés del trabajo supuestamente creador.

Las actuales luchas sociales se explican dentro de estecontexto:

• progresiva proletarización de la antigua aristocraciaobrera.

• fenómenos luditas de destrucción del ordenador comonuevo opresor social.

• perfeccionamiento del sabotaje en los puntos clave delas cadenas de producción robotizada, de incalcula- blesconsecuencias.

• aumento del absentismo por simple aburrimiento,incluso a niveles de cierta responsabilidad empresarial.

• progresiva desvalorización del trabajo por parte de laclase obrera, al constatar el callejón sin salida a que conducenlas teorías de autogestión del trabajo.

La robotización es la estrategia actual del capitalismo parasuperar la crisis. Queda por demostrar como se las arreglarael capitalismo para superar la futura crisis cuando se hayaacabado el actual período de mejora de producción gracias ala robotización de las empresas.

También es interesante analizar el hecho de la nuevaorganización del trabajo como fruto de la nueva tecnología.Vamos hacia una tecnoburocracia que sustituye al tradicionalantagonismo patrón-obrero.

Tecnología alternativa

Cada día se habla más de «tecnología alternativa» (cfr. DavidDickson y un largo etcétera). Viene a ser una nueva filosofíade armonía con la naturaleza mediante la incorporación detecnología avanzada y «dulce». Para muchas corrientesecologistas, no se trata de volver a la prehistoria sino de viviren profundidad y placer, con la aplicación de técnicas quesaquen el mayor provecho de la energía y la materia disponibley reciclable.

Estas «tecnologías alternativas» salen de intentos de«sociedades alternativas». Es interesante un debate a fondopara saber como se integran en un concepto revolucionariode guerra social, o son un simple escapismo para gruposautomarginados y privilegiados.

Tecnología y comunidad humana mundial.

Quizás sería mejor invertir los términos. Lo prioritario esentender qué es y qué pretende el comunismo. Pensamosque sus ideas-clave son absolutamente válidas en suformulación más elemental: sociedad igualitaria, sin clases,que sustituye el «trabajo» por la actividad humana solidaria.

El comunismo de sociedad engendra una nueva cultura yse traduce en una nueva tecnología. Pero su significado y laorganización social que las hace posibles serán totalmentedistintas. La electrónica «comunista» tendrá sistemasintegrados como la «capitalista». Pero funcionaráesencialmente diferente No sólo por la organización humanade su producción, sino mucho más por el diseño global desociedad al servicio del cual se irá avanzando en la nuevatecnología, para que sus necesidades reales sean cubiertas.Lo que decíamos antes: no será una electrónica de controlcibernético hacia el poder absoluto de una fracción de lasociedad, sino la electrónica del gozo colectivo para disfrutaral máximo todos los hombres de nuestra armoniosaintegración con la naturaleza.

Si podemos discutir la falta de perspectiva de algunosecologismos actuales, sí que podemos aceptar que lacomunidad humana total, el comunismo, es una comunidadecológica a nivel planetario.

Determinismo histórico.

Queda pendiente, evidentemente, el rol de las personasconcretas en el cambio social a largo plazo. Con su eternodebate sobre nuestra capacidad de cambiar la historia y elsentido «reformista» o «contrarevolucionario» de cualquierintento de grupo.

También queda pendiente el valor del «azar» en el cambiohistórico. Al igual que nuestra capacidad de prever lo queserá la sociedad comunista antes de vivirla. E incluso toda laperspectiva antropológica del conocimiento de la agresividadhumana como fundamento de la división en clases sociales.Todas estas preguntas fundamentales están en la base decualquier debate sobre la evolución histórica. Pero quizás seríaestéril encerrarnos en su sola discusión. Creo que debemos,de modo simultáneo, tratar sobre temas concretos como porejemplo, el de la tecnología y comunismo, al mismo tiempoque proseguimos nuestro análisis sobre los fundamentos dela historia y del comportamiento humano.

La nueva tecnología, ¿hacia dónde nos lleva?

Las ideas apuntadas en los apartados anteriores demuestranque estamos en el inicio de una nueva era social. Sin embargo,se hace difícil discernir hacia donde nos conducirá. A pesarde ello, podemos apuntar cuatro posibles escenarios, a partirde los cuales podemos centrar nuestro debate:

• una era postcapitalista porque se llega al monopoliomundial.

• una modernización del capitalismo; la posibilidad dellogro del salario social.

• el estallido de la tercera guerra mundial para iniciar unnuevo proceso capitalista.

• la implantación del comunismo.♦

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El monopolio mundial postcapitalistaDEBATE

La hipótesis es que el capitalismo se va concentrando cadavez en menos manos, hasta el punto de crear una situaciónde monopolio mundial que supone su desaparición comocapitalismo competitivo para transformarse en un Estadototalitario sobre todos los aspectos de la vida humana.

Este escenario es posible gracias a la sociedad cibernéticaen manos de una tecnoburocracia que constituye el nuevo«patrón» que controla al conjunto de la Humanidad.

Por otro lado, la robotización de la nueva «economía» enun sentido totalitario, excluye los problemas de bajaproductividad propios de los estadios anteriores.

Sin embargo, las nociones clásicas, de «productividad»,«plusvalía», «valor de cambio» etc., pierden sentido porque elnuevo orden económico y social instaurado se fundamentaen una nueva versión feudalizante, donde todo el mundo vivesegún lo que estipula el Aparato centralizador.

____________

(Aportación al debate sobre ESTADO ACTUALDE LA TECNOLOGIA y ORGANIZACIONSOCIAL).

Debate:

Fecha: 21 enero 1984

Hora: de 10 a 14 (mañana) y

de 17 a 20 (tarde)

Local: «Portuarios» c/ Mar, 97. (Barceloneta) BARCELONA

Algunas consideraciones sobre el estadio actual del desarrollo capitalista y lasnuevas tecnologías, a propósito del debate sobre ESTADO ACTUAL DE LATECNOLOGIA Y ORGANIZACION SOCIAL.

El capitalismo, el actual sistema de producción y de vidahegemónico a nivel mundial, está basado en la producciónde valor. Su historia coincide con las vicisitudes de estavalorización. Es pues desde esta óptica que debemosintentar comprender la actual tecnología, como tambiéntodo el desarrollo tecnológico desde la primera revoluciónindustrial hasta hoy. ¿Cómo aumentar la productividad deltrabajo? será el norte de todo el desarrollo científico-técnico en la sociedad capitalista.

cuantos inventos (Watt) es aplicada a la producción. Esimportante anotar que en este estadio de desarrollo, latéccnica se desarrolla antes que la ciencia, segúnBraverman. El obrero es desposeído de los instrumentosdel trabajo, pero conserva aún el conocimiento de la técnicacon la que trabaja y controla por tanto el proceso detransformación. Todo esto configura un tipo determinadode movimiento obrero en contra de tal desposesión y afavor de una comunidad de trabajadores (luchas en contradel maquinismo, revoluciones democráticas y socialistas).La valorización del capital se logra gracias a la extensiónde la jornada de trabajo, gracias al trabajo de los niños...,es decir, gracias a la extracción de plusvalía en su formaabsoluta. Con todo esto, la sociedad es ya capitalista, peroel capital domina aún sólo de una manera formal. Elsiguiente paso hacia una dominación real lo dará el capitalrompiendo los límites técnico-económicos de esta primerarevolución industrial y liquidando los restos de autonomíaobrera fruto del lugar que el conocimiento técnico delobrero jugaba en el proceso de producción, mediante unasegunda revolución industrial.

Hacia finales del siglo XIX la gran industria mecanizada,combinando una nueva tecnología con una nuevaorganización del trabajo, suplanta a la manufactura.

Como hemos visto, el obrero manufacturero representaun obstáculo para el capital que depende todavía de susaber a la hora de la ejecución del trabajo. Esto es lo que la

Nos interesa ver ahora la correspondencia entre cadafase del capitalismo y su estadio tecnológico, para entendertanto las posibles salidas capitalistas a su actual crisis, comolos elementos de una posible superación histórica de este:el comunismo. No se trata de un determinismo tecnológicocomo si pudiéramos determinar un tipo de organizaciónsocial a partir del desarrollo tecnológico, sino decomprender la mutua relación entre ambos, es decir, verla tecnología como producto y como productora de lasrelaciones sociales.

Durante un largo proceso de centenares de años, unnuevo modo de producción se impone arrinconando alantiguo sistema feudal. La novedad de tal modo deproducción basado en la valorización de capital, consisteen la compra-venta de la fuerza de trabajo y la separacióndel obrero de los medios de producción. Aparece así, enla segunda mitad del siglo XVIII la manufactura y el obrerofabril. La técnica, la invención tecnológica, reducida a unos

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Organización Científica del Trabajo (O.C.T.) iniciada porTaylor a finales del siglo XIX, romperá. La O.C.T. consisteprecisamente en adaptar el trabajo a las necesidades delcapital, imponiendo a los obreros la manera precisa dehacer el trabajo, mediante la descomposición minuciosade los movimientos requeridos a su ejecución. Se tratapues de un cambio en la organización del trabajo, con locual se liquida el antiguo oficio, y el saber del obrero pasatodo a la dirección de la empresa que a partir de ahoratendrá el control absoluto de todo el proceso de trabajo.Se ha separado, de esta manera, la concepción de laejecución. La cadena de montaje será la expresión másclara de todo este proceso. Aparece así el obrero

asoman nuevamente las dificultades de valorización (bajade la rentabilidad y de la demanda) que, por el momento,el capital, tanto en su forma estatal como mixta (y dentrode esta tanto con políticas económicas neokeynesianascomo monetaristas) no logra soslayar, en busca de unanueva revolución que le permitiera dar el salto que lasegunda revolución industrial le permitió.

Hacia la segunda mitad del siglo XX se generaliza unafuerte oposición a la O.C.T.: resistencia del obrero masa altrabajo parcelado y repetitivo (contra la cadena de montaje,sabotaje, absentismo, tur over, desinterés. por el trabajo...),a la vez que la O.C.T. experimenta sus propios límitestécnico-económico (los tiempos muertos derivados de laexcesiva parcelación del trabajo, según Coriat).

Respondiendo a esto aparece, aún incipientemente, unanueva organización del trabajo: la linea de montaje engrupo, que controla todo el proceso de ejecución, no tienetiempos muertos, combina un menor desinterés por eltrabajo con una mayor flexibilidad y adaptabilidad.

Por otra parte, también a partir de esta segunda mitaddel siglo XX, aparecen la electrónica y su derivación enmáquinas automáticas programadas desde fuera. Estasrepresentan un nuevo paso en la línea de la O.C.T. Lamáquina con control numérico logra por medios técnicoslo que Taylor lograba por medios organizativos: laseparación entre la concepción y la ejecución (laconcepción, es decir el conocimiento requerido ya está enla banda de control numérico). Así se consigue el objetivobuscado: eliminación de las funciones de control por partedel obrero que pasan a un dispositivo controlado por ladirección, según Braverman.

Este proceso comportará por tanto una crecientedescualificación del trabajador (si para cualificar a untornero se requerían cuatro años, para cualificar a unprogramador bastan cuatro meses). De igual modo laimplantación de la informática en el sector terciario(oficinas, servicios...) conllevará una proletarización de lostrabajadores sin mono azul, que antes habían sidoconsiderados, erróneamente, como nuevas clases medias.Otro importante elemento a destacar será la feminizaciónde la mano de obra en este sector: el aumento del númerode mujeres trabajando en este creciente sector, añadiráesta nueva característica a la descualificación yterciarización antes mencionadas.

Todas estas características con lo antes apuntado de ladesafección del trabajo, modelan un nuevocomportamiento obrero, al cual ya no puede interesarle lasocialización de la fábrica sino el fin del trabajo lisa yllanamente.

Con la implantación de la automación y de la robóticaen el taller y de la informática en el terciario, el capitalpersigue su objetivo de siempre: aumentar la productividadsin aumentar la composición orgánica del capital. Con estanueva tecnología logra por un lado acelerar la circulacióny aumentar la masa de beneficio aumentando la

especialista, sin oficio, puro ejecutor de un trabajoparcelado y repetitivo. El movimiento obrero se organizaa partir de los sindicatos de industria para vender a mejorprecio la fuerza de trabajo. La implantación de esta nuevaorganización del trabajo no se da sin resistencias por partede los obreros que sólo se someterán a él en la medidaque el modo de producción capitalista destruye todas lasotras formas de organización del trabajo.

Por otra parte se da también un cambio a niveltecnológico: nuevas fuentes de energía, electricidad,petróleo; motor de explosión interna; el acero como nuevomaterial; pero el cambio más importante es el paso de laciencia, ahora propiedad del capitalista, al centro mismode la producción. Ya no son los cuatro inventos técnicosaplicados a la producción como era el caso en la primerarevolución industrial, sino que ahora en esta segundarevolución industrial la ciencia como tal se convierte enfuerza productiva del Capital.

Con todo ello, combinando nueva tecnología con nuevaorganización del trabajo, se destruye el antiguo procesode producción asumido por el trabajador y se constituyeun nuevo proceso controlado por la dirección. Con estasegunda revolución industrial iniciada a finales del sigloXIX, el capital resuelve momentáneamente su crisis devalorización en la que había entrado en la segunda mitaddel siglo XIX. Mediante la mecanización y la intensificacióndel trabajo, el capital logra valorizarse (plusvalía relativa) einvade todo el campo social (conversión de todo objetoen mercancía y de todo trabajo en trabajo asalariado:destrucción del trabajo doméstico, destrucción de lafamilia, incorporación de la mujer al trabajo asalariado...).

Evidentemente todo este proceso no se da en formarectilínea y acumulativa (una guerra interimperialista 1914-18, con irrupción de un proceso revolucionario en Europahasta los años 20, la crisis del 30, una segunda guerrainterimperialista 1940-45), ni de la misma forma (larevolución de Octubre da paso a otra forma deacumulación de valor que simplificando podemos llamarcapitalista de Estado).

Las dos guerras mencionadas representaron una salidaa la crisis de valorización, pero acabado el ciclo dereconstrucción iniciado a partir de la IIª Guerra Mundial,

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producción; pero aumenta a la vez el trabajo improductivoy solamente puede hacer frente a sus dificultades devalorización aumentando la tasa de explotación,combinando la extracción de plusvalía relativa (que quieredecir aumento del paro) con la extracción de plusvalía ensu forma absoluta (más horas de trabajo, empobrecimientoreal de la población trabajadora, etc).

Hoy por hoy el capital no encuentra salida a su crisis devalorización. Después del salto que representó la segundarevolución industrial, no encuentra, como sí encontróentonces, ni la nueva tecnología ni la nueva organizacióndel trabajo, es decir, una tercera revolución industrial quele permita salir de su estancamiento actual. Ni encuentrasalida ni por el momento cree poder encontrarla: de aquíque ya no hace suya la ideología del progreso sino la delholocausto y la del mal menor. En este sentido cabeentender la actual amenaza de guerra total. Ciertamenteque una tercera guerra mundial (que creemosperfectamente controlable, es decir, sin que tenga que sernecesariamente el holocausto final como nos quieren hacerentender) podría representar, en principio, una salida a laactual crisis de valorización (destruyendo capitales deinsuficiente tasa de rentabilidad y dando salida a la lógicade la producción armamentista). De todas formas, lasituación actual no es la de 1914 ni la de 1940, y el centrode la producción mundial -todavía U.S.A.- no tiene aún

necesidad de ella, o mejor dicho, usándola como ideologíale saca ya el provecho necesario. Si la crisis se mantiene yse profundiza, incluyendo guerras locales, quizás elcomunismo, como fin de este modo de producción y devida, sea la respuesta que el conjunto de los obreros dé ala actual crisis.

Si la actual tecnología en función de la valorizaciónreproduce los límites de ésta (tiende a disminuir el trabajonecesario para aumentar el plus-trabajo, siendo el trabajola fuente de la riqueza), y no cabe por tanto pensar queella resuelva los problemas del capital, tampoco cabepensar que resuelva ella los problemas del comunismo. Lacomunidad humana posible, liquidado el modo deproducción y de vida capitalista, no consistirá en másrobots y más tiempo libre, sino en la desaparición de loque hoy llamamos trabajo, suplantado por una actividadhumana. El nivel técnico alcanzado, ciertamentecondicionará esta actividad. Considerar estecondicionamiento nos parece interesante pues paraentender el comunismo, sin que esto quiera decir quepodamos ya configurarlo hoy, ya que tratándose del findel capitalismo necesita del movimiento consciente de losobreros, y es sólo en este movimiento que puedeconfigurarse.

Etcétera, diciembre 1983

Anotamos a continuación algunos trabajos que creemos pueden contribuir al debate yque os podemos pasar si nos los pedís:

• Braverman: Labor and Monopoly Capital, Monthly Review, l974. (hay traducción francesa -Masperó- y castellana - «Nuestro Tiempo», Méjico-).

• Coriat: El taller y el cronómetro. Siglo XXI 1.982 Ciencia, técnica y capital. Blume l.976• Naville: Temps et Technique. Geneve 1.972• G.L.A.T.: Taylor aux abois. «Lutte de classes» Nov. 1.973• Mattick: The Economics of cybernation. New Politics I,4 1.962• Sahlins: La economía de la Edad de Piedra. - Prolo-Robot. 1.982• La Guerre Sociale, n° 1. París, 1.977• Etcétera: El comunismo, un mundo sin dinero.• «Reflexiones sobre/contra el poder y la mercancía». C.G.V. 1.980• Science Technology and the labour process. London 1.981• Radical Science Journal, n° 6/7 y 13 London 1.983• Algunos artículos de las revistas Processed Worlds y The Fifthe Estate.

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Enzo del Bufalo / Marc GeoffroyUnos compañeros de Venezuela nos han enviado un trabajo suyo que creemos de notableinterés. Mientras buscamos alguna editorial para publicarlo, intentaremos darlo a conocercomo podamos. Anotamos a continuación de qué se trata y a los que os interese os podemosmandar una fotocopia que podéis pedir escribiéndonos al Apartado de Correos. El trabajoestá compuesto de tres volúmenes con un total de 450 hojas aproximadamente. El preciode las fotocopias sería unas 3 pesetas unidad.

La preocupación central del trabajo es comprender el actual emerger de la subjetividadproletaria que rechazando el trabajo asalariado puede construir el comunismo. En unaprimera parte intentan una desmitificación del pasado a partir de textos del marxismo perdedoro maldito: Marx, Osinsky, Pannekoek, Ruhle, Korsch, Mattick, Canne Meyer.., hacia unacrítica del socialismo real como resultado sí de la emergencia de la subjetividad proletaria,pero no de su victoria sino de su derrota por el capital en proceso. En una segunda parte,con un largo texto elaborado por ellos: «El socialismo como discurso y como prácticahistórica», se adentran, conjugando el método materialista con el método genealógico,hacia una interpretación del proceso de acumulación capitalista en sus tres fases de Estadoliberal, fascismo y socialismo real, hasta la interpretación de la crisis actual, para acabarcon una reflexión sobre la experiencia proletaria desde su dominación por el capital hasta elemerger hoy de la subjetividad obrera autónoma liberada de la lógica del capital, quedetermina una realidad que no se rige ni por el valor, ni por el poder, ni por la razón, sinoque se produce como praxis comunista.

Trabajo riguroso y partidista, por la comunidad humana universal: «Con este texto nopretendemos buscar adeptos ni convencer a nadie; nos dirigimos a aquellos que se sientenpartícipes de esta intencionalidad de ruptura total y que se encuentran, como nosotros, enla búsqueda práctico-teórica hacia la comunidad humana universal. Sabemos que la«respuesta» a este texto no consiste en la multiplicación de textos similares sino en laprofundización de las luchas en todos los ámbitos y niveles del planeta. ¡Lector, amigoinquieto: «nuestro» proceso de diálogo-lucha apenas se está iniciando!».

Reproducimos a continuación el índice general y unas páginas de su aproximaciónmetodológica:

INTRODUCCIONI. REVOLUCION SOCIAL E INSTITUCIONALIDAD POLITICA

Karl Marx: Glosas críticas.- N. Osinsky: Sobre la construcción del socialismo.II. EL MOVIMIENTO OBRERO ADMINISTRADO: SINDICATOS, PARTIDOS, PARLAMENTARISMO

y CIENCIA PROLETARIA.A. Pannekoek: El sindicalismo.- Crítica del partido revolucionario.- O.Ruhle: Parlamento y partidos.- K. Korsch: Hegely la revolución.

III. REFORMISMO Y REVOLUCIÓN DE LA SOCIALDEMOCRACIA.K. Korsch: A propósito del 80 aniversario de E. Berstein.- P. Mattick: Divergencias entre R. Luxemburgo y Lenin.-Verdad Obrera: Llamada del grupo Verdad Obrera al proletariado revolucionario».- O. Rhule: Fascismo pardo y fascismorojo.

IV. EL COMUNISMO DE LOS CONSEJOS: «LA BÚSQUEDA DE UNA ALTERNATIVA».Canne Meijer: El nacimiento de un nuevo movimiento obrero.- O. Rhule: El Soviet o el sistema de los Consejos.

V. LA RELATIVIDAD HISTÓRICA DEL MARXISMO.K. Korsch: Crisis del marxismo.

VI. EL SOCIALISMO COMO DISCURSO Y PRÁCTICA HISTÓRICA.· En el camino de la razón capitalista.· Modificaciones en el proceso de acumulación.· La transformación social.

UN MARXISMO MALDITO

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♦ ♦ ♦

...El análisis de la tendencia no persigue fundamentarun proyecto ético dirigido por los militares o por lostécnicos de la revolución -éstas son figuras del poderdel capital-. Intenta más bien precisar la naturaleza eintensidad de la subjetividad revolucionaria en unadeterminada fase, tal como se ha constituido a partirdel antagonismo al proceso de valorización del capital.Rastrea su composición interna, tal como la determinanlas formas de organización de la producción inmediatay de la reproducción social. Establece el nexo entre laestrategia de dominación del capital, materializada enla tecnología y en la organización social, y los cambioscualitativos que esta estrategia y la reacción antagónicaa ella determinan en el proletariado. Tampoco se basaen un determinismo tecnologicista, puesto que eldesarrollo de las formas materiales de la estrategia delcapital tan sólo crean esas nuevas necesidades, pero laemergencia de la subjetividad es realización conscientede ellas. El desarrollo de las condiciones materialesplantea las posibilidades, que sólo son tales cuandotoman la forma de necesidades de un sujeto social. Larealización de tales posibilidades es el resultado de unaestrategia de uno de los sujetos que se enfrentan a travésde relaciones de poder. Incluso para el capital no existecamino preestablecido. A cada paso debe reformularsu estrategia para superar los obstáculos que elantagonismo proletario le opone. En ningún momentoel éxito está garantizado, de hacer intervenir la fuerzade su subjetividad para inventar su solución, parainnovar su estrategia a partir de exigencias objetivas.

La subjetividad social no debe confundirse con laconciencia omnisciente que lo prevé todo. Esto es unabsurdo que nace de la hipostasiación del sujetoindividual en el plano social. La subjetividad social esintencionalidad, impulso a partir de ciertasnecesidades. No debe confundirse con ese enteabstracto que reflexiona sobre un estadio terminal y apartir de esa construcción ideal propone metas einstrumentos para alcanzarlo. Este tipo de subjetividades tan sólo una forma histórica de la subjetividad delcapital, cuando logra la síntesis dialéctica en el Estadoplanificador, cuando a través de su socialización reúneen una sola forma: el Estado que organiza la sociedady la ley del valor que organiza la producción y lareproducción social. Frente a ésta, la subjetividadobrera emerge como creatividad multidireccional,como conducta aberrante y separada de esaracionalidad del capital. Es una intencionalidaddispersa que produce un futuro sólo porque se realizaen el presente.

Pero el análisis de la tendencia que mira al futurocomo presente e identifica la subjetividadrevolucionaria en una praxis de realización actual de

sus necesidades, es tan sólo un aspecto del análisismaterialista que quiere zafarse de la lógica derecomposición dialéctica del capital. La emergenciade la subjetividad obrera significa romper el cascarónde las relaciones reíficadas también a nivel del discursológico-categorial que explica la realidad, la historiadesde el punto de vista solidificado del poder, queimpone ideas, conductas y valores en la forma decreencias, de sustancias como mistificación estratégicaque controla y somete al proletariado. La subjetividadproletaria debe romper la red de relaciones de poderque la aprisionan reduciéndola a simple momentocosificado del proceso de acumulación del capital. Elproceso de desmitificación que es parte de laemergencia de la subjetividad proletaria, debe disolverlas esencias, las sustancias y las categorías solidificadasen el reino del espíritu -en la otra subjetividad- yreconducirlas a la materialidad de su génesis en elproceso social cohesionado por relaciones de poder.Es necesario mostrar la formación de ese mundoetéreo de las ideas que en apariencia es irreductible, apartir de los procesos materiales que le dieron origen;sin caer en una idealización de la realidad material. Elmaterialismo del siglo XVIII y en parte el materialismodialéctico –por lo menos en lo que tiene de dialéctico-a menudo, en su esfuerzo por refundar en los procesosmateriales el mundo del espíritu, del intelecto, cae enuna idealización de la materia, sin percatarse de queen los procesos materiales no hay esencias, nisustancias; estas son siempre elementos del mundode las ideas. Por estas razones, el análisis genealógicodebe ser parte integrante del método materialista,puesto que es el único que puede disolver a lascreencias y a las sustancias, en aquellos elementosheterogéneos y disparatados que históricamente,hicieron posible su constitución. Sin el análisisgenealógico sería imposible reducir la subjetividad, laconciencia, las ideas y las formas de organización delpensamiento, a la realidad de los procesos materialesque le dieron origen. Sin este análisis quedaríamospor siempre atrapados en el mundo de la separaciónirreconciliable entre trabajo manual y trabajointelectual. El mundo sería eternamente dual a imageny semejanza de las relaciones de poder capitalistas.Toda unificación no podría ser más que dialéctica; estoes mediante la subsunción de una parte en la otra talcomo ha sido el desarrollo real del capital. Seríaimposible mostrar el surgimiento de la subjetividadproletaria a partir del trabajo como cosa pertenecienteal capital, como mera actividad organizada ysubsumida por el proceso de acumulación. Y muchomenos podría mostrarse la lógica de la separación quetiende hacia lo totalmente diverso de lo actual. Sin elmétodo genealógico, el análisis de la tendencia seríaachatado en la proyección determinista o reducido autopía voluntarista. La lógica dialéctica como

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permanente recomposición del presente a un nivelsuperior, quedaría como única opción y la realidaddel capital como única realidad posible. El métodogenealógico mostrando la heterogeneidad de loselementos que constituyeron en el proceso históricola realidad actual, abre la posibilidad para que el futurose construya no como proyección del presente, sinocomo el otro presente. Esto puede parecer absurdo yen cierto sentido lo es. Se trata precisamente derescatar, todo aquello que desde la perspectiva delcapital constituye lo verdaderamente irrecuperable, lootro, lo sin sentido, lo aberrante, lo inconcebible.

Dicho sea de paso el problema de lo absurdo esmás una limitación de la «inteligentzia» quemoviéndose desde una perspectiva racional, desde lalógica del capital, no puede asimilar fenómenos queexpresan una conducta autónoma frente al capital yque por tal razón son relegados al ámbito de la locurao de la inmoralidad. No obstante, los obreros queexigen condiciones de bienestar sin tomar en cuentael problema de la productividad o la situaciónfinanciera de la empresa o de la economía nacional;las mujeres que buscan rescatar su propio cuerpo parasu uso independiente de las necesidades deprocreación y de educación de las nuevas generacionessegún las normas burguesas; los grupos que exigen elrespeto del comportamiento sexual alterno aún quesean incompatibles con la organización familiar; todosaquellos que insisten en una distribución de los bienesy servicios al margen o en contra de las reglasmercantiles y los que desarrollan comportamientos ylenguajes contrarios a las reglas de la razón y de lacomunicación, caen siempre en el ámbito de loscomportamientos aberrantes, hostiles e irreconcilia-bles con la racionalidad vigente. Pero considerar quetodos estos comportamientos no tienen sentido,excluirlos de lo verdadero, recluirlos en el encierro dela maldad, de la sinrazón, es sin lugar a dudas unprejuicio de la razón y un interés legítimo del capital.Naturalmente no se trata de hacer aquí una exaltaciónalucinada de las conductas aberrantes, ni realizar unaapología de lo perverso. Tan sólo nos interesa ilustrarcomo la conducta autónoma que aflora cuando porbreves lapsos de tiempo se res quebrajan las relacionesde poder, cuando la dominación quedamomentáneamente suspendida, toma siempre laforma de lo radicalmente diverso, de lo irrecuperable.A decir verdad, los fenómenos señalados representanuna autonomía aún muy signada por la dominacióndel capital y señalan más el fin de un sistema que laconstitución de una nueva positividad social; apenasseñalan una subjetividad proletaria incipiente yfácilmente recuperable para el dominio del capital. Losadministradores del movimiento obrero toda vez quese han referido a ellos, lo han hecho con el propósitode polemizar con las tesis espontaneistas y a la vez

hacer una apología en su propia actividad de dirigentes.De todos modos, a medida que el proceso dedesarrollo autónomo de aquel otro movimientoobrero avanza y la emergencia de la subjetividad obreraindependiente se hace más nítida en su antagonismocon el capital, las conductas alternas adquierenconsistencia y complejidad, de manera que suincidencia sobre el tejido social ya no puede serignorada o despreciada. En los momentos actuales, elrescate de estos fenómenos es parte de la construcciónde un discurso y una praxis propias de la subjetividadproletaria que obliga al capital a modificar susprejuicios y a reformular sus intereses.

En definitiva el análisis genealógico es un instrumentode demistificación, el cual descomponiendo el presenteen el pasado muestra como las ideas y los valores hanido formándose a partir de elementos muyheterogéneos. Su objetivo no es pues la depuraciónde los conceptos para sacar a relucir el brillo de sueterna verdad eterna. Lo que el análisis genealógicoencuentra en su inspección cuidadosa de la historiano es el origen, es decir, la reificación conceptual actualproyectada en el pasado. Por el contrario, lainvestigación genealógica fragmenta los conceptosabsolutos y dispersa sus partes por el terrenopantanoso e intrincado de las relaciones de poder, dedonde emergen las reglas, las ideas, las subjetividadesy los saberes y sus instituciones. La genealogía evitatodo posible uso metafísico de la historia y muestra elcamino que permite regresar los saberes, los conceptosy la conciencia a la materialidad social.

Podemos ahora resumir nuestra exposición sobreel método materialista de la siguiente manera: a) elanálisis de la tendencia sigue el desarrollo real de lalógica antagónica y de la separación que en sudespliegue material va modificando prácticamente lostérminos en que se dan los conflictos entre las clasesen lucha y por lo tanto desplaza al cuadro teórico enconcordancia con las mutaciones reales; b) el análisisgenealógico, rastreando el proceso material deformación de los conceptos y de los discursos, disuelvetoda abstracción categorial en la historia de lasrelaciones sociales y más específicamente en aquellasrelaciones de fuerza, de poder que produjeron lasverdades; de este modo se le restituye al pensamientosu materialidad genética. Parafraseando a Korsch (Hegely la revolución), diríamos que el aguijón revolucionariocontenido en el método dialéctico y que es replegadoartificiosamente en la síntesis, es enderezado por lalógica antagónica del método de la tendencia, la cualno tiende a la síntesis (que es siempre del capital),sino más bien a la separación del trabajo de la realidaddel capital. En el discurso teórico se quiebra esacircularidad conceptual propia de la dialéctica quesigue la circularidad real del valor que se valoriza, enel momento mismo en que el análisis lógico se

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convierte en antagónico, dual y apunta hacia lo otro.Al mismo tiempo la absolutización propia del métododialéctico es disuelta por el análisis genealógico en losprocesos históricos heterogéneos. La teoría queda librede esa racionalidad envolvente del capital que pretendesubsumirlo todo, y mientras la teoría rompe con ladialéctica, la necesidad de organización delproletariado corta sus últimos vínculos con el partidojacobino en todas sus variantes, bajo el impulso deuna subjetividad obrera que se va consolidando en suautonomía frente al capital.

Ciertamente, la dialéctica juega un papel importanteen Marx, aunque se trata de una lógica binaria másque circular, que hace énfasis en la separación entrelas clases más que en el momento de recomposiciónde la realidad del capital. Esto último es más bien elcampo privilegiado por la teoría económica marxistay el lugar donde el discurso crítico calla. Esto hizoposible que su pensamiento crítico fuesereinterpretado a manera de un marco categorialreificado, como en efecto ocurrió a partir del momentoen que la teoría marxista fue acogida oficialmente porel movimiento obrero administrado. El propio Marxno es ajeno a este marxismo ortodoxo que tiene suteoría económica centrada en el concepto de valor,que cree tener una teoría del conocimiento«materialista» como la que nos ofrecen Engels y Lenin,que practica un moralismo conformista rico en tabúesy prejuicios de toda índole, que además enriquece suacerbo cultural con una sociología, una filosofíapolítica y muchas otras disciplinas que contrariamentea las burguesas son científicas. Ese marxismo seesfuerza porque su discurso sobre el capital sea másverdadero que el que producen sus ideólogosdeclarados, al mismo tiempo que trabaja para que laracionalidad propia del capital, expresada en la ley delvalor, logre su mayor perfección en el Estadoplanificador. Sin embargo, existe también un Marx quedesarrolló el análisis de la tendencia y que vio surgirla subjetividad obrera como antagonismo irreductibleal capital y anunció el fin de la Dialéctica y se dedicó adesmitificar la ciencia burguesa usando el análisisgenealógico, aunque este último lo utilizara en menormedida que el primero. A este Marx nos vinculamosteórica y prácticamente, sin ninguna pretensión de queeste Marx sea más auténtico que todos los otros Marxque la historia nos ha legado. El método materialistanos permite ir más allá del movimiento dialéctico delvalor en su proceso de valorización de todo el marcocategorial reificado que él mismo origina; para seguirla emergencia de la subjetividad desde el mismomomento en que el capital en su primera estrategia(durante los siglos de la acumulación originaria)produce al trabajo separado. En esto reside el puntode partida para la labor de desmistificación teóricaque abre el camino hacia la comprensión de la

estructura y la composición de la subjetividadproletaria en el presente.

El capitalismo definido como relaciones de poderque configuran un cuadro estratégico que produce eltrabajo como categoría real separada desde dondeemerge posteriormente una subjetividad antagónicaa la del capital que lo obliga a reformularperiódicamente los parámetros de su estrategia,muestra que el análisis no se propone construirserenamente un sistema categorial reificado con el finde describir objetivamente el movimiento del capital.El discurso del capital y en particular la teoríaeconómica reconocen la subjetividad del capital en laforma del homo oeconomicus y las leyes del mercado, decapacidad empresarial (el empresario de Schumpeter)o en la figura del Estado planificador. Sin embargo, elotro polo de la relación social constitutiva del capitalqueda reducido a simple cosa y se esfuma entre lasmercancías confundiéndose con ellas. A lo sumo laoposición del trabajo asalariado es reconocida por elanálisis como resistencia natural al proceso devalorización (el mínimo fisiológico de Ricardo); ocomo mero obstáculo puesto por el propio capitalcon el fin de superarlo en su movimiento dialécticode desarrollo (como ocurre en la teoría del movimientoobrero administrado). Este proceso de reificaciónteórica es indudablemente parte de una reificación real.Así, la teoría es verdadera y recoge el hecho de quedurante una fase histórica, el trabajo no es más queun elemento abstraído, separado del proceso deproducción natural por el propio capital en sudesarrollo histórico y que por lo tanto no esdistinguible sino como elemento natural o comomomento del capital. Pero el discurso del capital tiendea fijar en categorías permanentes el devenir históricode las relaciones sociales; al mismo tiempo que eldesarrollo real de las relaciones capitalistas producela emergencia paulatina de una subjetividad del capitalasí como de una subjetividad del trabajo que modificanprogresivamente el ámbito de la reificación. Eldiscurso no deja de ser verdadero, sino quesimplemente ignora la otra realidad que emerge,permaneciendo anclado a la perspectiva de lareificación. Por lo tanto, no se trata de diferenciar entrefalso discurso ideológico y ciencia, sino más bienvincular cada discurso a su propia realidad. Desde laperspectiva del capitalismo individual la reificación esinsuperable, no sólo en el discurso sino también en larealidad. Lo que ocurre es que la dinámica de lasrelaciones de dominación superan históricamente estasfiguras del capital y con él a su discurso y a sureificación. Nuestro problema no es apropiarnoscomo buenos propietarios privados de la verdad, sinorecorrer el camino que señala como se construyen lasverdades.♦

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Cada día hay más extranjeros en el mundo

En los últimos tiempos, los racistas se estáncomportando más arrogantemente y el Estadode izquierdas los anima, puesto que retoma el

slogan de extrema derecha: «Francia para losfranceses».

Sin embargo, hace ya mucho tiempo que nos hemosconvertido en extranjeros en nuestras naciones. Laidentidad nacional apenas tiene otro sentido que eljurídico: el tener «los papeles» de un Estado o de otro.Se «tiene» una nacionalidad de igual forma que se tieneun talonario de cheques, una hoja de salario o unamulta. El nacionalismo, sea francés, árabe, israelí, ruso,americano o chino, se basa en referencias culturalescada vez más insignificantes y estúpidas.

El movimiento de laeconomía ha genera-lizado el nomadismoindustrial y urbano,convirtiendo a todosen «inmigrantes», engente que ha tenidoque marcharse dellugar donde estabaenraizada, de sus co-munidades, de suspueblos, de sus mon-tañas, de sus valles. ¡Laeconomía se ríe de laspatrias!

Quienes colocan en primer lugar su identidadnacional por miedo a la diferencia, no están menosdesenraizados que los demás. Y, en el fondo, lo saben.Lo que defienden es su Estado y la ilusión de que ésteles asegurará un «empleo».

Cuando, en Cour- neuve o en Nanterre un pobretipo que se considera «francés» golpea a un chiquilloal que considera «árabe» porque esto es más fácil quedisparar contra su propio jefe, es como para vomitar,ciertamente. Pero lo que hay que subrayar es quesemejantes miserables se sienten protegidos por elEstado. La propia actividad del Estado alimenta elracismo: imprime y distribuye documentos deidentidad nacional a «sus» súbditos al igual que losdueños de antaño marcaban con hierro al rojo vivosus esclavos y su ganado. Y, además, organiza unsistema de permisos de residencia que mantiene amillones de seres humanos en una situación en quepueden ser expulsados en cualquier momento.

Los políticos que cada día proclaman: «produzcamosfrancés» y cada día expulsan a magrebinos porque sonmagrebinos Y a negros porque son negros, sacan al

mismo tiempo sus llamamientos antirracistas. Con lacomplicidad de los Estados extranjeros y sus policíasdelegadas, las «Amicales», el Estado francés incrementacontroles, incursiones y registros de barrios enterospor parte de la policía contra los inmigrados a fin dedisuadirlos de que salgan de sus ghettos e impedirque utilicen, como en Talbot Renault, la fuerza de suslazos comunitarios a fin de defenderse. En realidad,entre Marchais, Mitterrand, Le Pen y Chirac hayquerellas tan sólo acerca del número de inmigrantesque es necesario echar.

Muchos trabajadores «franceses» soportan mal laimagen del inmigrado porque les recuerda que tambiénellos son proletarios, es decir, excluidos potenciales.Antes de mirar lúcidamente su propia miseria;prefieren replegarse en torno a una falsa comunidad:la del trabajo garantizado por el Estado.

Pero la comunidad del trabajo se ha convertido entan incierta como la comunidad nacional. Nadie estáprotegido ante los ataques de la economía... este otronombre del capitalismo. Los obreros de la cuenca deLorraine y de otras partes han podido verificar que,«franceses» o no, el capitalismo les ha convertidorápidamente en extranjeros en sus regiones despuésde haberles hecho día tras día un poco más extranjerosa si mismos.

Pues es la economía quien cada día nos trata todavíamás como extranjeros al «emplearnos», es decir, alasignarnos actividades tan vacías como la inactividaddel desempleado, al obligarnos a perder nuestra vidaa fin de asegurar nuestra supervivencia.

Nos importan un comino las razas y las naciones.Todos somos extranjeros. Queremos vivir como nosplazca nuestras diferentes formas de ser humanos. Lavida nos parece más atrayente cuando lo universal eslo que está verdaderamente en juego. La diversidadde aspectos físicos, las maneras variadas, los saboresy colores distintos, son posibilidades de felicidad.

En el juego gratuíto de nuestras diferencias, denuestras atracciones, de nuestras repulsiones, denuestros amores y de nuestras aspiracionescomunitarias, nos convertimos en humanos.

¡Abajo todas las patrias! ¡Abajo Francia!Partidarios de la comunidad humana.

Correspondencia a: B.P. 21475623 París Cedex 13o bien: B. P. 243,75564 París Cedex 12.

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«ELEMENTOS FUNDAMENTALES

PARA LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA

POLÍTICA» 1857-1858. CUADERNO VII. K. MARX

Nota de lectura

Comprender la naturaleza del Capitalismo es imprescindiblepara entender el Comunismo. Precisamente éste es la negaciónpráctica de aquél. El siguiente texto escrito por Marx hace125 años, nos muestra en profundidad tanto la naturaleza delcapitalismo como la de la sociedad que su hundimiento puedealumbrar.

Más allá de una crítica –la que el marxismo ha desarrolladobásicamente del sistema capitalista como modo de circulación, yde entender por tanto su negación como otras formas dedistribución–, Marx descifra la naturaleza del capitalismo comosistema de producción fundado sobre el valor, basado en elintercambio de trabajo vivo contra trabajo muerto, materializado.

Su crisis pues no se debe a un desajuste en el mercado, sino asu misma necesidad de aumentar el tiempo de sobre-trabajo, yaque su finalidad es el valor, y por tanto de reducir al mínimo eltiempo de trabajo necesario, a la vez que éste es su única fuentede riqueza.

El dominio del trabajo muerto sobre el trabajo vivo, idealhacia el que tiende el capitalismo, se consolidará con la revolucióncientífico-técnica y llegará a sus máximas cotas con la tecnologíaactual. Después de 125 años de haber sido escrito este texto,vemos como la revolución tecnológica iniciada a fines del pasadosiglo, pone a la ciencia apropiada por el capitalista en el centro

mismo de la producción, transformándola en capital. Lainformática será el instrumento privilegiado de esta integraciónde la ciencia en el proceso de producción.

Entonces, la creación de la riqueza ya no depende del tiempode trabajo sino del estado general de la ciencia. El trabajo dejade ser la fuente de la riqueza; el tiempo de trabajo deja de ser lamedida del trabajo; y el valor de cambio deja de ser la medidadel valor de uso. La producción fundada sobre el valor se hunde.No operando ya en provecho del sobre-trabajo, la reducción deltiempo de trabajo necesario permitirá la libre realización delindividuo. La medida de la riqueza ya no es el tiempo de trabajosino el tiempo disponible. El trabajo individual se transformaen trabajo social, en actividad humana.

Hoy, este modo de producción basado en la ley del valor,domina realmente todo el mundo. Ha configurado un mercadomundial. Ha convertido todo producto en mercancía, todo trabajoen trabajo asalariado. Ha desarrollado su contradicción: teniendopor finalidad no la producción sino la producción de valor,haciendo posible la abundancia ha generalizado la escasez. Cadavez más el comunismo, como fin de este modo de producción ycomo otro tipo de actividad humana, aparece como únicaposibilidad de la vida humana.

«A partir del momento en que el capital fijo ha alcanzadoun cierto grado de desarrollo –y en este desarrollo elíndice del desarrollo de la gran industria– a partir deeste momento, toda interrupción del procesoproductivo opera directamente reduciendo el capitalmismo, es decir, su valor inicial. El valor del capital fijosolamente se reproduce en la medida en que se leconsume en el proceso de producción. Si no se le utilizapierde su valor de uso sin que su valor se transfiera alproducto. Por consiguiente, cuanto más se desarrolleel capital fijo, tanto más la continuidad del proceso deproducción o el flujo constante de la reproducción sevuelve una condición imperativa del modo deproducción fundado sobre el capital.

La apropiación del trabajo vivo por el Capital semanifiesta directamente en el maquinismo aún desdeotro punto de vista: es el conocimiento y la aplicaciónde las leyes mecánicas y químicas que dimanandirectamente de la ciencia, lo que permite a las máquinasejecutar el mismo trabajo que antes efectuaba el obrero.

Sin embargo este desarrollo del maquinismo sóloempieza cuando la gran industria ha alcanzado ya unnivel superior y el Capital ha puesto a su servicio atodas las ciencias. Se requiere también que el nivel delmaquinismo brinde ya grandes recursos. Lasinvenciones se convierten entonces en rama de laactividad económica y la aplicación de la ciencia a laproducción inmediata misma se torna en un criterioque determina e incita a esta. No es a lo largo de estavía, empero, que ha surgido el maquinismo en generaly menos aún la vía que sigue en detalle la misma durantesu progresión. Es la división del trabajo, que habiendotransformado más y más las operaciones manuales enoperaciones mecánicas, ha vuelto posible a la larga sureemplazo por la máquina. (Problema de la economy ofpower). Se ve aquí como un modo de trabajo estransferido del obrero al capital bajo forma de máquina,y en virtud de esta transposición se desvaloriza su propiacapacidad de trabajo. De ahí la lucha de los obreroscontra las máquinas. Lo que era actividad del obrero

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vivo se convierte en actividad de la máquina. De estemodo la apropiación del trabajo por el Capital, semanifiesta al obrero de forma brutalmente clara: elcapital absorbe el trabajo vivo «como si tuviera el diabloen el cuerpo».

El intercambio de trabajo vivo por trabajoobjetivado, es decir, el poner el trabajo social bajo laforma de oposición entre capital y trabajo asalariado,constituye el último desarrollo de la «relación de valor»y de la producción fundada en el valor. El supuestode esta producción es y sigue siendo la magnitud detiempo inmediato de trabajo, el cuanto de trabajoempleado, como factor decisivo en la producción dela riqueza. En la medida, sin embargo, en que la granindustria se desarrolla, la creación de la riqueza efectivase vuelve menos dependiente del tiempo de trabajo ydel cuanto de trabajo empleados, que del poder de losagentes puestos en movimiento durante el tiempo detrabajo, poder que a su vez –su power effective ness– noguarda relación alguna con el tiempo de trabajoinmediato que cuesta su producción, sino que dependemás bien del estado general de la ciencia y del progresode la tecnología, o de la aplicación de esta ciencia a laproducción. (El desarrollo de la ciencia,particularmente de la ciencia natural y, con ella, detodas las demás, está a su vez ligado al desarrollo de laproducción material). La agricultura, por ejemplo, setransforma en mera aplicación de la ciencia que seocupa del intercambio material de sustancias, de cómoregularlo de la manera más ventajosa para el cuerposocial entero. La riqueza efectiva se manifiesta más bien–y esto lo revela la gran industria– en la enormedesproporción cualitativa entre el tiempo de trabajoempleado y su producto, reducido a una puraabstracción, y el poderío del proceso de produccióncontrolado por aquel trabajo. Ya no es el trabajopropiamente el que aparece en tanto que recluido en elproceso de producción, sino que más bien el hombrese comporta como supervisor y regulador con respectoal proceso de producción mismo. (Lo dicho sobre elmaquinismo es válido igualmente para la combinaciónde las actividades humanas y el desarrollo del comercio).El trabajador ya no se interpone como un eslabón entreel objeto natural modificado y él mismo; sino que es unacto espontáneo –transformado en proceso industrial–que interpone el trabajador entre el mismo y lanaturaleza inorgánica de la cual se hace dueño. Se coloca,el trabajador, al lado del proceso de producción en lugarde ser su agente principal. Lo que aparece, entonces,en esta transformación, como el pilar fundamental dela producción de la riqueza, no es ni el trabajo inmediatoni el tiempo de trabajo, sino la apropiación por elhombre de su propia fuerza productiva universal; o sea,es la comprensión y el dominio de la naturaleza por elconjunto de la sociedad, concretamente, la expansióndel individuo social. «El robo de tiempo de trabajo ajeno,

base actual de la riqueza», aparece como un fundamentemiserable comparado con el que crea u desarrolla lagran industria misma. Cuando, en su forma inmediata,el trabajador haya cesado de ser la gran fuente de lariqueza, el tiempo de trabajo dejará y deberá dejar deser la medida del trabajo, del mismo modo que el valorde cambio dejará de ser la medida del valor de uso. Elplus-trabajo de las masas humanas dejará de ser lacondición del desarrollo de la riqueza general, de lamisma manera que el ocio-patrimonio de unos pocosno será ya una condición para el desarrollo de lasfacultades generales del cerebro humano. De ahí que laproducción fundada sobre el valor de cambio sedesmorone y el proceso inmediato de la producciónmaterial se despoje de su forma y de sus condicionesmiserables. No estableciéndose ya en beneficio del plus-trabajo, la reducción del tiempo de trabajo necesariopermitirá la libre expansión del individuo. En efecto,gracias a las posibilidades del ocio y a los medios puestosal alcance de todos, la reducción al mínimo del trabajosocial necesario favorecerá el desarrollo artístico,científico, etc de cada uno.

El Capital es la contradicción en proceso: tiende areducir al mínimo el tiempo de trabajo a la vez quehace de éste la única fuente y medida de la riqueza.

Disminuye, pues, el trabajo en su forma de trabajonecesario para aumentar lo en su forma de trabajoexcedente, haciendo de éste la condición –question de vieou de mort– del tiempo de trabajo necesario. Por un lado,el capital pone en movimiento todas las fuerzas de laciencia y de la naturaleza, estimulando la cooperación yel comercio sociales para liberar (relativamente) lacreación de la riqueza del tiempo de trabajo; por otrolado, pretende medir en tiempo de trabajo las inmensasfuerzas sociales así creadas de modo que frena,inmoviliza y limita las fuerzas productivas ya adquiridas.Fuerzas productivas y relaciones sociales –dobleprincipio del desarrollo del individuo– no significanpara el capital sino dos simples medios para mantenersesobre su propia base mezquina. En realidad, son enaquellas en donde se dan las condiciones materiales queharán estallar los fundamentos del capital.1

La naturaleza no construye ni locomotoras niferrocarriles, ni telégrafos eléctricos, ni máquinasautomáticas, etc. Todos ellos son productos de laindustria humana, materiales naturales transformadosen órganos de la voluntad humana para dominar lanaturaleza o para realizarse en ella. Son «órganos delcerebro humano creados por la mano del hombre»;son la potencia materializada del saber. El desarrollodel capital fijo muestra hasta que punto el conjunto deconocimientos (Knowledge) se transforma en unapotencia productiva inmediata, hasta que punto lascondiciones del proceso vital de la sociedad estánsometidas a su control y son transformadas según susnormas, hasta que punto las fuerzas productivas han

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adoptado no sólo un aspecto científico, sino que sehan convertido en órganos directos de la práctica socialy del proceso real de la existencia.

La «creación», al margen del tiempo de trabajonecesario, de «numerosas posibilidades de ocio» enbeneficio de la sociedad en general y de cada individuoen particular, para el pleno desarrollo de sus facultadescreativas, aparecen en el sistema capitalista yprecapitalista como el tiempo de no trabajo, como ociopara unos pocos. Lo que aporta de nuevo el capital esque incrementa el tiempo de plus-trabajo de las masaspor todos los medios del arte y de la ciencia, ya quepersigue como fin inmediato no el valor de uso, sino el«valor en sí», que no puede realizar sin la apropiacióndirecta del tiempo de plus-trabajo, que es la parteconstitutiva de su riqueza. Así, reduciendo al mínimumel tiempo de trabajo, el capital contribuye a su pesar acrear tiempo social disponible al servicio de todos, parael desarrollo de cada uno. Pero creando «tiempodisponible», tiende a transformarlo en plus-trabajo.

En la medida que lleva a cabo esta tarea en mayorgrado sufre la sobreproducción; y tan pronto como noestá en condiciones de explotar el plus-trabajo, el capitalfrena el trabajo necesario. Cuanto más se agrave estacontradicción, en mayor medida se percibe que elcrecimiento de las fuerzas productivas debe dependerno de la apropiación del plus-trabajo por otro, sino porla masa obrera misma. Cuando ella llegue a ese punto –y el tiempo disponible pierda de golpe su caráctercontradictorio– el tiempo de trabajo necesario sevinculará, por una parte, a las necesidades del individuosocial, mientras que se asistirá, por otra parte, a uncrecimiento tal de las fuerzas productivas que lasposibilidades del ocio se incrementarán para cada uno,estableciéndose el cálculo de la producción en funciónde la riqueza de todos. Siendo la verdadera riqueza latotal potencialidad productiva de todos los individuos,el patrón de medida no será el tiempo de trabajo sinoel tiempo disponible. Adoptar el tiempo de trabajocomo patrón de la riqueza, es fundamentar ésta sobrela pobreza; es pretender que la posibilidad del ocio noexiste más que en y por oposición al tiempo de plus-trabajo. Es decir, es reducir todo el tiempo al solo tiempode trabajo y degradar al individuo al papel exclusivo deobrero, de instrumento de trabajo. Es por eso que elmaquinismo más perfeccionado fuerza al obrero aconsagrar más tiempo al trabajo del que nunca consagróel salvaje de la sabana o el artesano con sus útiles simplesy rudimentarios.

Del mismo modo que con el desarrollo de la granindustria la apropiación del tiempo de trabajo ajenodeja de ser la razón y la fuente de la riqueza, el trabajoinmediato deja de ser, igualmente, como tal la base dela producción; pues, por una parte, el trabajo setransforma en una actividad de vigilancia y de dirección,

y por otra, el producto ha dejado de ser el resultado deltrabajo aislado y directo: es la «combinación» de laactividad social la que aparece, de hecho, como elproductor.2

En el intercambio inmediato, el trabajo inmediato deun individuo es realizado en una parte o en la totalidadde un producto particular. Su carácter social –en tantoque materialización del trabajo general y satisfacciónde la necesidad colectiva– no se manifiesta más quepor el intercambio. Por contra, en la producciónindustrial a gran escala, el dato primordial es, por unlado, el sometimiento de las fuerzas naturales a lainteligencia social, sometimiento que se manifiesta enla transformación de los medios de trabajo en procesoautomático y, por otro lado, la abolición del trabajoindividual en su inmediatez y en su particularidad, y sutransformación en trabajo social. De esta formadesaparece la otra base de este modo de producción.

En el propio seno del proceso creador del capital, eltiempo de trabajo empleado en la producción del capitalfijo se relaciona con el tiempo de trabajo empleado enla producción del capital circulante, tal y como en eltiempo de plus-trabajo se relaciona con el trabajonecesario. En la medida que la producción destinada ala satisfacción de las necesidades inmediatas seintensifica, una gran parte de la producción puede serdesviada hacia la satisfacción de las necesidades delaparato productivo mismo; es decir, hacia la producciónde medios de producción. En la medida que laproducción del capital fijo lleva materialmente no a lafabricación de valores de uso inmediatos o de valoresnecesarios a la reproducción inmediata del capital (loque representaría indirectamente el valor de uso) sinoa la producción de medios destinados a la creación delvalor en sí en lugar del valor como objeto inmediato; loque, dicho de otro modo, significaría la valorización dela producción por sí misma. El capital fijo planteamaterialmente el valor como fin y objeto directo de laproducción, permitiendo –en un cierto grado decapacidad muy superior al capital circulante– que elcapital se afirme con toda eficacia como su propio fin.Desde este punto de vista, igualmente, es la magnitudadquirida por el capital fijo y la de su producción en elconjunto del proceso quienes son la medida deldesarrollo de la riqueza fundada sobre el modo deproducción del capital.3

La economía efectiva, el ahorro, consiste en el ahorrode tiempo de trabajo (y en reducir al mínimo los costosde producción). Pero inseparable del desarrollo de lasfuerzas productivas, esta economía no es en absolutouna renuncia al disfrute. El crecimiento de la fuerza yde los medios de producción condiciona las facultadesque hacen al individuo apto para gozar de la existencia,aptitud que va a la par del poder productivo. El ahorrode tiempo de trabajo significa aumento de tiempo libre,

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o sea tiempo para el desarrollo pleno del individuo,desarrollo que a su vez actúa como máxima fuerzaproductiva sobre la fuerza productiva del trabajo. Sepuede considerar este ahorro, desde el punto de vistadel proceso inmediato de producción, comoproducción de capital fijo, del cual el hombre mismosería la encarnación. Ni que decir tiene que el mismotiempo de trabajo inmediato no puede permanecer enla antítesis abstracta con el tiempo libre, tal como sepresenta este desde el punto de vista de la economíaburguesa. Al contrario de lo que quiere Fourier, eltrabajo no puede volverse juego, pero a aquél le cabe elgran mérito de haber señalado que el fin último no eraabolir la distribución sino el modo de producción,incluso en su forma superior. El tiempo libre –que tantoes tiempo para el ocio como tiempo para actividadessuperiores– ha transformado a su poseedor,naturalmente, en otro sujeto, el cual entra entoncestambién, en cuanto ese otro sujeto, en el procesoinmediato de la producción. Es este a la vez disciplina-considerado respecto al hombre que deviene- yejercicio ciencia experimental, ciencia que se objetiva yes materialmente creadora –con respecto al hombre yadevenido, en cuyo intelecto está presente el saber

acumulado de la sociedad–. Para ambos, el trabajo, enla medida en que exige actividad manual y libertad demovimientos, es a la vez ejercicio.

Así como el sistema de la economía burguesa sedesarrolla poco a poco, otro tanto ocurre con lanegación del sistema mismo, negación que es elresultado último de esta economía. Todavía tenemosque seguir ocupándonos del proceso inmediato deproducción. Si consideramos la sociedad burguesa ensu conjunto, aparece siempre, como último resultadodel proceso de producción social, la sociedad misma,vale decir el hombre mismo en sus relaciones sociales.Todo lo que tiene forma definida como producto, etc,se presenta sólo como momento, momento evanescenteen este movimiento. El mismo proceso inmediato deproducción se presenta aquí sólo como momento. Lasmismas condiciones y objetivaciones del proceso sonuniformemente momentos del mismo, y como sujetosdel proceso aparece sólo los individuos en sus relacionesrecíprocas que ellos reproducen tanto como crean. Aquíestá el proceso constante de su propio movimiento, enel que ellos mismos se renuevan en el acto de renovarel mundo de riquezas que ellos crean».

Notas

1. «Una nación es verdaderamente rica cuando envez de doce horas se trabajan seis. La riqueza no esdisposición de tiempo de plus-trabajo (riqueza efectiva),sino tiempo disponible para cada individuo y para todala sociedad, aparte del tiempo usado en la produccióninmediata». (The Source and Remedy..., 1821, p. 6).

2. «Con una extremada división del trabajo, casi todoel trabajo de un individuo forma parte de un todo, sinvalor ni utilidad en sí. Nada hay de lo cual el obrero puedadecir: esto es mi producto, es lo que guardo para mí».(Hodgskin, Labour Defended..., p. 25).

3. El número de los trabajadores depende del capitalcirculante en la misma medida que de la cantidad deproductos del trabajo colectivo que puedan consumir».(Hodgskin, Labour Defended..., p. 20).

Los pasajes citados más arriba, tomados de diversoseconomistas, se refieren en su totalidad al capital fijocomo parte del capital comprendida en el proceso deproducción. «El capital circulante se consume; el capitalfijo se usa sólo en el gran proceso de producción»(Economist, nov. 1944). Esto es falso, y sólo es válido parala parte del capital circulante consumido por el capitalfijo, para las materias instrumentales. Sólo el capital fijose consume «en el gran proceso de producción»,considerado éste como el proceso inmediato deproducción. El consumo dentro del proceso de producciónes de hecho uso usura. Por lo demás no se debe concebir

de manera puramente material la mayor durabilidad delcapital fijo. El hierro y la madera que componen la camaen que duermo, o la piedra de la que está hecha la casa enque vivo, o la estatua de mármol que embellece un palacio,son tan duraderas como el hierro y la madera, etc,empleados para la máquina. Pero en el caso delinstrumento, en el caso del medio de producción, ladurabilidad es una condición y no sólo desde el punto devista técnico, porque los metales, etc, son el materialbásico de toda maquinaria, sino porque el instrumentoestá destinado a desempeñar constantemente el mismopapel en repetidos procesos de producción. En cuantomedio de producción, su durabilidad es requeridadirectamente por su valor de uso. Cuanto más a menudohubiera de renovársele, tanto más costaría; tanto mayorparte del capital se debería emplear inútilmente en él. Suduración constituye su existencia en cuanto medio deproducción. Su duración es aumento de su fuerzaproductiva. En el caso del capital circulante, por elcontrario, en la medida en que no se le transforma encapital fijo, la durabilidad no está ligada en absoluto alacto de producción mismo. «... Con pocas excepciones, apartir de la introducción general de mecanismosinanimados en las manufacturas británicas se trató a loshombres como a una máquina secundaria y subalterna, yse prestó mucha más atención al perfeccionamiento de lamateria prima de madera y metales que a la de cuerpo yespíritu.» (Robert Owen, Essays on the Formation of theHuman Character, 1840, p. 31).

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PARA UNA UNIÓN MUNDIAL DE LAS

TENDENCIAS REVOLUCIONARIASProyecto que se propone a la reflexión de los camaradas para quienespensar y actuar es inseparable, entendiendo que la asociación para definirunos modos de acción constituye en ella misma una manera de actuar,y que las querellas ideológicas no deben impedir la unión de lastendencias revolucionarias: la suerte de un movimiento revolucionariodepende de la realización de esta unión.

Podemos considerar que la teoría revolucionariaestá ya hecha, pero debemos reconocer tambiénque esto no ha conducido, hasta el momento, a

un movimiento revolucionario auténtico que pongaen peligro el orden social mundial dominado por elcapital y por el Estado. Estas dos plagas, de las quedisponen las oligarquías económicas y políticas,amenazan hoya la humanidad con un cataclismo sinparangón en la historia. Mantienen a la especie humanaen un estadio de incertidumbre permanente; lainseguridad material y moral de las masas entraña casiautomáticamente la sumisión de la inmensa mayoríaa las empresas de explotación económica y a lasaventuras político-militares de los poderesestablecidos.

Los discursos político-militares de los gobiernos delos países realmente capitalistas y de los paísesfalsamente socialistas revelan, por su profundaidentidad, los síntomas de una nueva forma dealienación mental que estamos en el derecho deconsiderar como un nuevo género de paranoia. Lapatología de esta alienación, disimulada tras losdiscursos perfectamente lógicos, está por elaborar,mientras los mejores representantes de la psiquiatríay de la antipsiquiatría modernas, obsesionados casiexclusivamente por las «estructuras hospitalarias», sedesinteresan por el carácter paranoico de loscomportamientos observables entre los miembros dela clase político-militar tanto en los países alta mentecivilizados como en los países en «desarrollo».

Importa, por consiguiente, constatar la evidencia:los pueblos del mundo están dispuestos a jugar el juegoinfernal de sus gobiernos, tanto en el Este como en elOeste, tanto en el Norte como en el Sur, cualesquieraque sean los regímenes establecidos, «democráticos»o «totalitarios», siendo idéntica la naturaleza del modode producción sobre el que estos están fundados. Síes cierto que existen, aquí y allá, focos de oposición ode subversión, éstos no representan en ninguna parteuna verdadera amenaza para las clases dominantes,incluso si dentro de ellas se enfrentan tendenciaspolíticas e ideológicas rivales. Ante las masas sometidasy desposeídas, los dueños de los medios de producción

y de distribución, tanto en el terreno económico comoen el cultural, se libran frenéticamente a las actividadespreferidas para satisfacer sus necesidades y susinstintos más perversos a expensas de las masas. Losindividuos, hombres y mujeres, que aún hoy puedenclasificarse –a pesar del inmenso progreso de lasciencias y de las técnicas– en la categoría de «masastrabajadoras», desempeñan las tareas materiales eintelectuales necesarias al mantenimiento y desarrollode la civilización burguesa, es decir, de la barbarie delcapital, aceptando y sosteniendo más o menosconscientemente el sistema de valores en el orden dela moral y de la cultura, en su diaria existencia deciudadanos y de productores.

Nada caracteriza mejor el estado actual del mundoque la perspectiva, aceptada casi unánimemente, deuna nueva guerra social vista como el último recursopara la salvación de los bienes y de los valoresproclamados sagrados por los dueños del poderpolítico-militar y del saber tecnocrático. «Antes muertoque rojo», se proclama en los países del llamado mundolibre. «Antes muerto que americano» se pontifica enlos países decretados socialistas.«La clase obrera es revolucionaria o no es nada»

(Marx, 1865).

Si aceptamos hoy esta advertencia, tendremos queadmitir, que una sola alternativa se dibuja ante nuestrosojos: la revolución o la nada. Ante esta elección fatal,la única posibilidad de salvación está en la organizaciónde un movimiento revolucionario cuya divisa debieraser: «¡primero la práctica, a continuación la teoría¡».Entendámonos, la acción no se opone a la reflexiónteórica, pero su finalidad revolucionaria no debesubordinarse a una teoría considerada infalible y menosaún a una ideología, cualquiera que ésta sea; ya que comonos lo demuestra la experiencia de los movimientosgrupusculares, toda adhesión ideológica es sinónimode hundimiento sectario. Las oligarquías dominantesnada tienen que temer de las profesiones de fe revolu-cionarias que se intercambian los grupos divididos ideo-lógicamente, opuestos en sus respectivos boletines, dereducida tirada y de aparición efímera lo más a menudo.

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«... la unión de los trabajadores es la primera

condición de su triunfo» (Marx, 1847).

No hace falta ninguna teoría, ningún marxismo, paraadmitir esta verdad bien anterior a la obra de Marx.Pero admitirla y atenerse a ella son dos posicionesbien distintas. La constatación de la existencia denumerosos grupos y partidos que se llaman«marxistas», de varias escuelas de pensamiento que sereclaman de una variante particular del marxismo einvocan piadosamente tal o cual nombre de laposterioridad marxista (Lenin, Rosa Luxemburgo,Trotski, Mao...), este solo hecho demuestra laimpotencia de los servidores del culto marxista antela indiferencia y la apatía de las masas a las que ellosdestinan sus luces teóricas.

El objetivo revolucionario solo será alcanzado si elmovimiento es llevado por individuos cuyocomportamiento y acción tiendan a la unión y a lasolidaridad más bien que a un acuerdo teórico; si estemovimiento se confunde con la actividad de las masase individuos cuya fuerza revolucionaria será su númeroy no su misión a consignas de vanguardias divididasentre ellas por «plataformas» contradictorias que seponen como obstáculos a la unión de los trabajadoresmanuales e intelectuales. Es conforme al espíritu y ala letra de la enseñanza de los pensadores socialistasdel siglo XIX, incluido Marx, conceder la prioridad ala práctica revolucionaria sobre la especulación verbal,y concentrar la reflexión sobre una acción concretallevada por un movimiento de masas. Importa, pues,elaborar conjuntamente un proyecto de subversiónsocial progresivo con el respeto crítico a losimperativos revolucionarios heredados de losreformadores (socialistas, comunistas, anarquistas)cuyas contribuciones teóricas y prácticas guardan aúnhoy un cierto valor.

Al esbozar este proyecto de acción, renunciamosrecurrir a la autoridad de Carlos Marx y, aún menos, ala de un marxismo cualquiera. Nuestro homenaje, eneste año del centenario, se dirige a través de su obra ala causa emancipadora que él hizo suya, por tanto auna revolución imaginaria cuya realización prácticanos importa más que las interminables y estérilescuestiones de los profesionales del discurso ideológicoo académico. A diferencia de otros pensadores delsiglo XIX, tratados de «grandes», los Hegel,Kierkegaard o Nietzche; Marx intenta hoy como ayerconectar con la «vil multitud», con la «masa masiva»,con la humanidad sufriente que piensa y quiere actuary con la humanidad pensante consciente de sualienación.

Es efectivamente intolerable que un pensadorrevolucionario cuya obra se destina ante todo a la clasemás numerosa y más pobre (según la formulación deSaint-Simón), sea confiscado por castas de

intelectuales para quienes la interpretación del mundomanda sobre la transformación del mundo. No es justoque el «año Marx» sea celebrado con discursos sinconsecuencias y con exégesis sin interés alguno ni parael proletariado de los países ricos ni para las masashambrientas y humilladas de los países pobres.

Imaginemos un movimiento revolucionarioofreciendo el máximo de éxito. Solamente unmovimiento organizado sobre la base de un proyectoglobal, depurado de toda ambigüedad ideológica y detoda referencia a conceptos entrados en lo sucesivopor usurpación en el discurso oficial de los regímenesproclamados «socialistas» o «comunistas», unmovimiento capaz de inventarse un nuevo lenguajefiel al espíritu crítico de los pioneros de laemancipación humana, solamente un tal movimientopodría contar con las conciencias de las víctimas delas plagas antes mencionadas: el capital y el Estado.Los principios de asociación a adoptar se reducen aun pequeño número de constataciones y de postuladosempíricos:

1º sobre la naturaleza de la crisis mundialanunciadora de la catástrofe mundial sin precedentes,continuación normal de las calamidades que hanmarcado la historia de nuestro siglo XX y continúanabrumándonos en cada instante de nuestra existencia.

2º sobre la necesidad prioritaria de una unión delas tendencias revolucionarias dispersas, divididas porconvicciones ideológicas de las que se nutre elsectarismo estéril, en provecho de los representantesdel poder político e intelectual.

3º sobre las reglas de conducta revolucionaria,siendo quizás la más eficaz, en las actualescircunstancias históricas, el arma de la HUELGAGENERAL conllevando la ruptura total con losmecanismos de sujeción y embrutecimiento gracias alos cuales las oligarquías económicas y políticas hanlogrado hasta hoy mantenerse y reforzarse.

«Para el triunfo último de los principios expuestosen el Manifiesto Comunista, Marx se fiaba solamente deldesarrollo intelectual de la clase obrera, como debíaresultar necesariamente de la discusión común»(Engels, 1890).

Por poco que nos tomemos en serio estaproposición, veremos en ella una exhortación asubordinar nuestras divergencias teóricas al imperativode llegar a la mayor unión mundial de las tendenciasrevolucionarias. Esto será de alguna manera el actofundador anterior a toda discusión relativa a los tresprincipios de asociación antes definidos.

Cara a esto proponemos un programa de accionesa empezar en el término más breve posible, sinsobrepasar el año 1983:

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1º organización de un «coloquio fraternal» dondese presentarían los representantes de los «grupos» (enla aceptación más extensa del término) que puedancaracterizarse como «tendencias revolucionarias», enrazón de su posición teórica y de su actividad depropaganda. Este coloquio podría celebrarse durantela se mana de Navidad 1983 en París.

2° publicación de un BOLETÍN DECORRESPONDENCIA (¿trimestral?) que sería elórgano provisional de los «candidatos» al título de«tendencia revolucionaria». Las modalidades de esteproyecto serán discutidas durante el «coloquiofraternal».

3° constitución inmediata de «Comités deCorrespondencia» cara a las realizaciones de los puntos1 y 2, y conduciendo hacia la formación de una red decomunicación.

París, Junio l.983Comité de Correspondencia

(Todo el correo relativo al presente proyecto, enviarlo ala siguiente dirección:Comités de Correspondencia SPARTACUS.5 rue Sainte-Croix de la Bretonnerie75004 París - Francia)

Como un verano y mil julios... y otras

estaciones...

«Como un verano con mil julios...» es una crónicacompletada con una serie de consideraciones, sobrelas revueltas urbanas en Gran Bretaña durante elverano de l982.

Siguiendo el hilo de los acontecimientos, los autoresvan exponiendo los comportamientos de las diversasminorías raciales, resaltando el papel jugado por losjóvenes, incluidos los jóvenes blancos, de loscinturones suburbanos en aquellos acontecimientos.El racismo, el desmoronamiento de los valorestradicionales de las comunidades inmigrantes que sepatentiza en la oposición entre padres e hijos, elcomportamiento represivo de la policía, son, entreotros, los puntos referenciales que delimitan el cuadrogeneral de este folleto.

El comportamiento de los jóvenes, que imprimióun marcado carácter de revuelta juvenil a losacontecimientos comentados, da pie a los autores paraafirmar, sobrevalorando lo estrictamente aparente enla beligerancia de las acciones inmediatas, la naturalezade los enfrentamientos, expropiaciones, insumisiones,etc, como expresiones espontáneas de nuevos

proyectos de vida ajenos, y en beligeranteantagonismo, a los modelos dominantes,interiorizados desde la familia, la escuela, el trabajo...

Aunque el excesivo apego al espontaneísmo porparte de los autores les lleva, como muy bien señalaraVenan Brisset en su reseña de este mismo folleto enÉchanges nº 33, a omitir la crítica de ese mismoespontaneísmo que hiciera posible desvelar laslimitaciones reales de las acciones espontáneasinmediatas, «Como un verano...» ofrece el indudableinterés de aportar una información precisa sobre unoshechos frecuentemente tergiversados, cuando nosilenciados, por los medios de comunicación y controlideológico, a la vez que unas sugerentes indicacionesacerca de la situación social en Gran Bretaña.

(Ponemos a vuestra disposición una traducción resumida de25 páginas, aunque perfectamente legible, defectuosa en cuantoa estilo. Podéis solicitarla al Apartado de Correos 1363,Barcelona).La edición inglesa es distribuida por: BM. BLOB.London WC I N3XX ENGLAND