en defensa del nevado qarwarasu

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EN DEFENSA DEL NEVADO QARWARASU, SU AGUA- VIDA-FIESTA, Y SUS DANZANTES DE TIJERAS RODRIGO MONTOYA ROJAS ROJAS Profesor emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Lima, julio 2015. Contenido Introducción Uno. Fiesta del agua Dos. Danzantes de tijeras Tres. De la fiesta del agua al problema del agua. Cuatro. ¿Qué hacer? Anexo I. Artículos periodísticos de Rodrigo Montoya Rojas Anexo II. Bibliografía general sobre la fiesta del agua, los danzantes de tijeras y el taki unquy

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Artículo escrito por el antropólogo Rodrigo Montoya y publicado en LaMula.pe

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EN DEFENSA DEL NEVADO QARWARASU, SU AGUA-VIDA-FIESTA, Y SUS DANZANTES DE TIJERAS RODRIGO MONTOYA ROJAS ROJAS Profesor emrito de la Universidad Nacional Mayor de San MarcosLima, julio 2015. Contenido Introduccin Uno. Fiesta del agua Dos. Danzantes de tijeras Tres.De la fiesta del agua al problema del agua. Cuatro.Qu hacer? Anexo I. Artculos periodsticos de Rodrigo Montoya Rojas Anexo II. Bibliografa general sobre la fiesta del agua, los danzantes de tijeras y el taki unquy Qarwasumanmi richkani Estoy yendo al Qarwarasu Ritinpim chullukamusaqpara disolverme en su nieve (Verso de un wayno de las provincias de Lucanas y Sucre. Ayacucho) Introduccin Se encuentra en muy serio peligro de desaparicin la cuenca del nevado Qarwarasu -fuente de 14 ros en las provincias de Sucre y Lucanas, del departamento de Ayacucho, todos afluentes del Ro Pampas - tanto por el calentamiento global de la tierra que va derritiendo nevados, como por la amenaza de las grandes empresas mineras que sacrifican el agua y la vida de seres humanos, plantas y animales con el nico propsito de enriquecerse. En vez de cumplir con su obligacin de preservar los bienes comunes, el Estado y sus gobiernos en los ltimos 40 aos es un firme aliado de esas empresas, a las que ofrece las concesiones y garantas jurdicas que quieren firmando todos los tratados internacionales que les hacen falta. Corresponde a las comunidades y pueblos defender sus cuencas, su agua; en una palabra, su vida. Ayer fue Conga, hoy Ta Mara. Est comenzando la batalla por el Qarwarasu luego que empresa minera australiana Laconia South Amrica S.A.C. fragu un acta comunal para mostrar un aparente acuerdo con la empresa e intentar comenzar sus trabajos exploratorios. Ante la firme y valiente movilizacin de las comunidades en las provincias de Sucre y Lucanas, de sus frentes de defensa y de sus migrantes residentes en Lima, la empresa no comienza an la exploracin de los minerales que contienen, cobre, plata, oro, antimonio y arsnico. Por su parte, el gobierno a travs de la Presidencia del Consejo de Ministros, PCM, ofrece a los dirigentes comunales una mesa de dilogo y conciliacin, para examinar el problema en tres frentes y por cuerdas separadas: que lo cultural lo vea el ministerio de Cultura; lo ambiental, el ministerio del Ambiente; y la cuestin minera, el ministerio de Energa y minas. Se trata del viejo principio de todos los poderes: dividir para reinar, que en lenguaje de hoy se expresa tambin por el verbo mecer; es decir, llevar a los dirigentes de un lado a otro, (Todo est bien, vuelvas ustedes, faltan tal y tal y tales papeles, estamos esperando los informes para proceder a la aceptacin, y varios etc. ms) hasta que quienes gestionan vean lo intil que es esperar que el Estado republicano cumpla con su obligacin de defender los bienes comunes.Para los idelogos del capital y del poder colonial, la economa, la poltica y la cultura -as en singular, como si en Per hubiese solo una, son cosas diferentes. Para las culturas indgenas del mundo, no, para la cultura andina quechua, no y para los comuneros de las provincias de Sucre y Lucanas, no.En las ofrendas a los padres nevados, los awkis y todas las comunidades de riego, les agradecen por el agua recibida, por sus vidas que sin el agua no seran posibles. La fiesta del agua, que comienza con el yarqa aspiy o limpieza de los canales de riego y concluye en una gran celebracin con la ofrenda a los apus-wamanis, el almuerzo ritual, la fiesta y despacho, tiene en los danzantes de tijeras, sus protagonistas centrales, como awkis, altumisayuqs, sacerdotes indgenasque son los intermediarios entre los ayllus y los apus-wamanis y como bailarines que representan a los ayllus-comunidades y compiten por ser los mejores. Estn frente a frente: de un lado, las empresas internacionales y el Estado peruano como su aliado; y, de otro, los pueblos del pas en cuyos territorios se encuentran los llamados recursos naturales. Estn tambin frente a frente dos concepciones sobre la realidad, la vida, y lo que deberamos hacer para que Per sea un pas de gente que se respete entre s. Este texto es un tejido especialmente estructurado en apoyo a las comunidades, asociaciones de migrantes y comits de defensa de los pueblos que estn a punto de ser vctimas de la prdida de la cuenca del nevado Qarwarasu. Como antroplogo, he investigado la realidad de mi provincia de Lucanas, de los Andes peruanos, ecuatorianos y bolivianos, de parte de la Amazona y de la nueva ciudad de Villa el Salvador que es parte y no parte de Lima. He centrado mi a atencin en las culturas peruanas, en sus historias y, en particular, en la poesa que se canta en las ocho regiones musicales de los Andes quechuas peruanos, en la fiesta del agua y en la rebelin del taki unquy y su directa vinculacin con los danzantes de tijeras, precisamente en los pueblos de la cuenca del nevado Qarwarasu, cuna de la rebelin del Taki unquy de 1565 y donde se encuentran lo que los danzantes llaman sus plazas fuertes.Dada la urgencia de la defensa de ese nevado, su cuenca, y la cultura andina quechua de sus pueblos, he hilvanado este texto uniendo fragmentos de libros y artculos acadmicos, de artculos periodsticos escritos en el correr de los das, de un texto sobre la fiesta del agua que guardaba indito en espera de otro momento, como resumen de un posible libro con todos los materiales de mis trabajos de campo, particularmente en los 4 ayllus de Puquio en 1974-1975, entre los que aparece el documental la Fiesta del agua en Ccollana-Puquio (1975) y el documental Fiesta del agua en Huacaa de Ana Uriarte (en 1998). El objeto central de este texto es, de un lado, ofrecer algunos elementos de la investigacin antropolgica e histrica hasta ahora conocidos, sobre la fiesta del agua y los danzantes de tijeras; y, de otro, mostrar la visin indgena quechua de la realidad como una totalidad de la vida, un fenmeno social global, en abierta oposicin a la vieja visin occidental y neo liberal de hoy que divide la realidad en fragmentos para estar en mejores condiciones de aprovechar los llamados recursos del mundo y permitir que el uno por ciento de la poblacin disfrute del 70 % de la riqueza.

UNO. FIESTA DEL AGUA (Rodrigo Montoya Agosto 2005) Epgrafes:Texto de Dioses y hombres de Huarochiri (Fines del siglo XVI)El ayllu que se llamaba Cupara forma parte de la reduccin de San Lorenzo de Quinti. Existe hasta ahora (fines del siglos XVI). De este ayllu se form otro llamado Chahuincho; chuquisuso perteneca a la parte del antiguo ayllu que ahora es Chahuincho. Por eso, los habitantes de este ayllu, limpian el acueducto conforme lo hacan en la antigedad, en el mes de mayo. En esa ocasin, todos toda la gente, iba hasta la piedra en que se convirti Chuqisuso. Llevaba chicha, una clase de comida que se llama Ticti y cuyes y llamas para adorar a esa mujer demonio. Concluida la ceremonia, se encerraban en un cerro de troncos de quishuar y desde all saludaban a Chuquisuso durante cinco das, sin moverse. Despus de esta adoracin limpiaban el acueducto. Concluida la limpieza de la acequia, la gente bajaba al pueblo cantando y bailando. Con mucho respeto y temor traan una mujer y decan esta es Chuquisuso y se rendan ante ella como si fuera la misma a quien representaba. Algunos la adoraban con todo lo que podan. Y as beban y cantaban durante toda la noche y celebraban una fiesta muy grande. Desde entonces, an cuando viva el antiguo y poderoso don Sebastin en el da del Corpus y en la pascua grande: Soy Chuquisuso diciendo una mujer serva chicha en una vasija de gran tamao y con un mate de calabaza (poto) tambin grande, serva a toda la gente, de un extremo a otro. Es la chicha de nuestra madre deca. Ella misma, tambin, entregaba a cada persona una porcin de maz tostado que llevaba en un gran mate. Cuando se haba concluido de limpiar la acequia, los hombres se convidaban unos a otros, maz, porotos, toda cosa buena.Y como crecan en esas costumbres, todos los hombres, ya est limpio el acueducto diciendo, iban de Huarochir y de todos los pueblos a ver la acequia. Del mismo modo, an ahora, cuando han concluido de limpiar la acequia, todo cuanto presienten que deben hacer, hacen, adoran (a la acequia) Los alcaldes y otra clase de personas no los atajan de hacer esas costumbres; no les dicen sin razn alguna adoran. Siguen festejando la limpieza de la acequia porque los vence el deseo de cantar y beber con los dems, hasta embriagarse. He limpiado la acequia slo por eso voy a beber, voy a cantar, dicen, mienten al padre.Y esto de hacer, lo hacen los hombres de todas partes. Pero algunos, cuando tiene un buen sacerdote, lo olvidan, y otros adoran y beben a escondidas. Y as de ese modo, viven hasta hoy. (Dioses y hombres de Huarochir, Captulo 7, Cmo, hasta hoy da, los Cupara adoran a esa mujer llamada Chuquisuso.Traduccin de Jos Mara Arguedas, Museo Nacional de Historia e Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 1966)..Fiesta del agua en el libro Nueva Coronica y buen gobierno de Guamn Poma: . En este mes [octubre] sacrificauan a las uacas prencipales ydolos y dioses para que les enviasen agua del cielo otros cien carneros blancos [alpacas ]pidiendo agua del cielo a dios Runa Camac (creador del hombre) deziendo estas oraciones y dotrinas:Ayauya uacaylli / (Ay, ay en llantos)/ ayauya puypulli/ (ay ay en tristeza) Llutu puchac uamraique/ (tus hijos de pecho) Uacallasunquim / (te imploran) / Acauado estas oraciones todos comiensan a dar critos y llanto y dize a gran boz alta: / Runa Camac, micocpac rurac / (creador del hombre, hacedor de los que comen) / Uari Uira Cocha dios, maypim canqui?/ (Dios de los Wari Wira Qucha,m Dnde ests?/ Ruaniquiman yacoyquita unoyqita cacharimouay / (enva por favor tu agua, tu agua y lluvia a tus gentes) Con esto andauan en serro en serro, haciendo procicin, dando boses, y gimidos muy de ueras con todo corazn, pediendo agua a dios del cielo, Runa Camac, {creador del hombre} (Guaman Poma, 1980, I: 229).. En ese mes [octubre] nombraua juez de las aguas llamado cilqiua. Este reparta a los seores y a los pobres; sin hacer falta rreparta y anci coman todos en este rreino, Y anc los alcaldes y jueces de las asecyas an de tener cuidados ms con los pobres de cada pueblo que rrerparta igualmente porque no se le pierda sus sementeras de los pobres. Porque los rricos y los que pueden, suellen quitalle el rriego del agua (Guamn Poma, 1980, III: 1058).Estos textos, escritos entre fines del siglo XVI y comienzos del XVII, por encargo del cura Francisco de Avila, el primero, y por Guamn Poma de Ayala en su clebre carta al rey de Espaa Nueva Coronica y Buen gobierno, el segundo, muestran la estructura profunda de la limpia de acequias o Fiesta del agua. Hoy (en 2005 [2015]), esta es la fiesta ms importante del calendario indgena en las comunidades y pueblos principalmente con tierras de riego en los Andes peruanos.Los residentes en Lima de los cuatro ayllus de Puquio, celebran tambin esta fiesta en los meses de agosto y setiembre. En algunos lugares como Puquio la iglesia catlica no tiene nada que ver con la fiesta del agua; en otros, como en Wacaa, la imagen de San Isidro Labrador, santo protector de la agricultura se introduce como un elemento subordinado a la tradicin quechua pre-hispnica.El sentido profundo de la fiesta es el siguiente: agradecer a los Apus-Wamanis padres nevados y cerros andinos por el agua recibida en el ao agrcola que termina y por el agua que habr en el ao agrcola siguiente. La limpieza es la acequia, en mayo, es el punto de partida. Cuando el trabajo ha concluido las comunidades o ayllus escogen a los encargados de asumir la responsabilidad de la Fiesta. Las parejas de cequia alcaldes buscan a los awkis o sacerdotes quechuas y preparan las ofrendas que l y los cequia alcaldes llevan a los apus-wamanis en las huacas o lugares sagrados y en manantiales de las tierras altas, muy cerca de los cinco mil metros de altura.En una manta de tejido con lana de llama o alpaca se renen los mejores productos cosechados en el ao -papas, ocas, mashwas, habas, maz- con hojas de coca, el llampu-una harina ceremonial de maz, conchas y estrellas de mar.Se ofrece tambin el corazn latiendo de una llama o de una oveja, botellitas de vino, cigarrillos y caramelos, que se ofrecen, que luego se entierra entre canto, msica, oraciones deseos y alegra. Es la fiesta de la gratitud por la vida recibida y por la vida por recibir. Los awkis o sacerdotes indgenas tienen una explicacin muy sencilla de la fiesta: el agua es la vida, la esencia, la sangre de los padres nevados y cerros que hace germinar la tierra para que podamos comer todos los seres humanos -los que creen en los padres andinos y los que no creen- porque sin alimentos y sin agua, la vida no sera posible. Los quechuas saban que la lluvia era fruto de la evaporacin de las aguas del mar y que los manantiales y lagunas eran lugares sagrados donde comienza la vida de los seres humanos y tambin de los animales. Los aos de sequa, tan frecuentes como resultado de la Corriente del nio eran y son muy duros y obligan a que los sacerdotes quechuas preparen ofrendas especiales y las lleven, caminando, ritual y ceremonialmente, hasta las playas del mar, en la desembocadura del Ro grande de Lucanas, que llega al mar muy cerca del puerto de Lomas, cambiando de nombre y llamndose ro Acar. En Pachacmac y Lurn, dos valles al sur de Lima, se cree que hay canales subterrneos de agua que descienden directamente de los nevados, tierra de Pariaqaqa y Carhuincho, en los relatos mticos de Huarochir. Lo mismo ocurra en Nasca y Paracas con el nevado Qarwarasu, y el wamani Kuntur sinqa, en la pampa de Galeras.De los valles costeos, suban los zorros de abajo del relato mtico de Huarochir, con ofrendas a los Dios para pedirles que la vida llegue hasta ellos y ellas y que los puquios, manantiales, estn siempre llenos de agua. Los zorros de arriba, bajaban tambin con sus hatos de llamas y alpacas a las lomas ricas en pastos, muy cerca del mar.La fiesta del agua de la provincia de Lucanas probablemente tuvo que ver en el pasado con los puquios de Nasca pero no disponemos an de documentos como los de Huarochir para tener las evidencias necesarias. La fiesta de la vida, supone un componente fundamental: el amor. Solteros y solteras disfrutan, con plenitud, de sus amores, cantando y bailando, celebrando la juventud y la soltera como el momento mejor y ms intenso de la vida porque luego de ese momento fugaz, con el matrimonio vienen los hijos, las obligaciones, los sufrimientos, la amargura. Hay en la fiesta del agua una confrontacin simblica entre espaoles y quechuas originarios: los primeros son representados con las caras pintadas de negro porque vienen desde frica, que segn los nakaq (degolladores disfrazados de negros con espadas y polainas de soldados de los ayllus de Puquio) es el pueblo ms lejano del mundo; hablan solo en castellano y no entienden nada del quechua; los segundos, los llamichus, afirman que sonhijos de los nevados, se visten con ropa de lana de llama y alpaca y con mscaras de llamas, hablan slo el quechua, no entienden nada del castellano y solo disponen de hondas. La incomunicacin entre ambos personajes es total y durante toda la fiesta expresan su recproca hostilidad Al borde de la laguna donde se represa el agua para regar los campos, ya muy cerca del pueblo, todo el ayllu o comunidad espera que el awki y los alcaldes de la limpieza del agua, bajen de las alturas siguiendo los caminos que van paralelos a la acequia. Los reciben con msica y bailes, con danzantes de tijeras, y representaciones teatrales llena de humor sobre personajes como los comerciantes de Huamanga o los aradores de la tierra, y les ofrecen un almuerzo ritual en una manta grande de lana de llama, extendida en el suelo, especial para ellos y otra, muy larga, para toda la comunidad. Se trata de una tarde feliz. Los danzantes de tijeras, fueron y son an sacerdotes quechuas que guardaron la memoria del taki unquy una rebelin en 1565 surgida en Ayacucho (provincia de Lucanas) contra los espaoles en nombres de los cerros dioses o Guacas sagradas. La enfermedad del baile (taki unquy) no es sino el estado de trance de los bailarines exigiendo que los espaoles regresasen a su tierra por donde llegaron y que los quechuas recuperasen su perdida independencia. Cada danzante de tijeras con su arpista y su violinista, representa a un ayllu o a una parcialidad. La confrontacin entre danzantes expresa el principio de competitividad que es uno de los pilares de la cultura quechua. Estos danzantes de tijeras han sobrevivido a una dursima represin por parte de la iglesia catlica que invent la historia de su supuesto pacto con el diablo, palabra del castellano atribuida a los padres nevados considerados como salvajes, en oposicin a la llamada civilizacin. Hoy, felizmente, la danza de tijeras y la fiesta del agua son reconocidas como patrimonio cultural del Per. La msica y la danza especiales en la fiesta del agua, constituyen la tradicin andina mayor. Las melodas, los versos y la poesa vienen desde tiempos pre-incas pero los instrumentos musicales se adoptan y adaptan. El encanto de los instrumentos de cuerda venidos de Europa para un pueblo lleno de una tradicin de instrumentos de viento fue suficiente para que el arpa y el violn sean considerados como suyos. Al caer el sol, los solteros y solteras y todos los asistentes de la comunidad a la ceremonia ritual en la laguna, van bailando hasta la plaza del barrio, en el pueblo mayor.All, se canta y baila tota la noche la danza exclusiva de la fiesta del agua. Alrededor de los arpistas y violinistas se forman seis u ocho grupos repartidas en la plaza. El zapateo es nico. La danza se combina con los waynos que todos cantan. Despus, viene el despacho, o fin de fiesta. Con enorme pena y entre lgrimas la fiesta de cuatro o cinco das concluye. Habr que esperar la fiesta del ao prximo y un ao lluvioso, lleno de agua, lleno de vida. DOS. Danzantes de tijeras: siete razones para pensar que el taki unquy es un punto de partida de la danza de tijeras.Resumo en esta seccin algunas de las ideas propuestas en el captulo Cuando Cristo muere los dioses andinos salen a pasear de mi libro Porvenir de la cultura quechua, visto desde Lima, Puquio y Villa el Salvador, publicado en 1911. La pregunta cul es el origen de la danza de las tijeras? an no ha sido suficientemente respondida. Josafat Roel, Sara Castro Klaren, Lucy Nez y yo hemos sostenido que el taki unquy es el punto de partida de la danza. Debo reconocer que ninguno de los cuatro hicimos un esfuerzo mayor por fundamentar nuestra posicin. Cuando autores como Villegas (1998) y Cavero (2001) sostuvieron enfticamente que la danza era inca o preinca, me sent obligado a examinar con mucho ms atencin sus argumentos, a volver a las fuentes, y dedicarle al tema toda mi atencin.No hay todava en Per un estudio etnogrfico-antropolgico ms o menos completo, sobre la danza de las tijeras en las cuatro zonas de la geografa peruana que derivan directamente de la rebelin del Taki Unquy (1565). Villegas sostiene:Sobre el origen de la danza an no encontramos datos que permitan hacer afirmaciones definitivas y categricas. Respecto de los que tratan de vincularlo con el Taqui ongoy de mediados del siglo XVI, sosteniendo que la danza surge con este movimiento de resistencia a la imposicin espaola de nuevos patrones culturales, diremos que esta interpretacin es poco probable porque en los pocos aos que dur la represin se rechazaron precisamente los elementos de la cultura y creencias que Espaa quera imponer a la fuerza. Sostenemos, por el contrario, como ms probable que esta danza tenga su origen en nuestra etapa histrica inca, aos en los que ya se habra ejecutado el tusuq, y con acompaamiento de la quena, la tinya y algn objeto o instrumento relacionada con el trabajo de la siembra o la esquila de auqunidos que el bailarn llevaba en la mano, objeto que con el correr de los aos fue sustituido por la tijera propiamente dicha, con su eje fijo, pero sin el sonido musical; y despus por las dos hojas de acero sueltas, cuyo tintinear se adapt a la meloda del violn y del arpa, instrumentos occidentales que desplazaron a los nativos dentro de un proceso de aculturacin que se realiz en los momentos de tranquilidad que sucedieron a los violentos aos del taqui ongoy (Villegas, 1998: 13).Tambin es preciso aclarar que esta danza desde sus orgenes inmemoriales, antes que tomara la forma actual, fue creada para divertir en los trabajos comunales como en la limpieza de estanques y canales de regado (yaqa yerqa), la siembra, el barbecho, la cosecha y la esquila de auqunidos. Es decir, cumpla un rol eminentemente festivo, por lo tanto, no poda estar relacionada con un movimiento como el taqui ongoy, cuyos seguidores expresaban un notorio sentimiento generalizado de tristeza (Villegas, 1998: 13-14).Cavero, en su hiptesis 4, afirma: El taki onqoy debe ser reledo en trminos de enfermedad total y curacin csmica. Adems que la poblacin andina padeca de dolencias, tambin con la conquista se produce una enfermedad csmica pues la poca estaba morbosa, Dios estaba enfermo, as como la misma sociedad: la patologa desenfrenada se volvi el preludio de la cura inminente (Sullivan, 1988). Referido a la presencia espaola se entiende por enfermedad csmica al desorden por la unin o la mezcla (inapropiadamente equilibrados) del Hanan y Hurin (arriba y abajo) como fuerzas csmicas y la superposicin de historias que originan tanto un desajuste csmico como histrico y marcan el fin de un mundo, un Pachacuti, ante la ausencia de un principio mediador o unificador representado anteriormente por el inca. La curacin csmica es volver al orden csmico que signifique la separacin y distincin del Hanan y el Hurin, as como el desjuntamiento de historias con la consiguiente exclusin de espaoles. En suma una regeneracin donde los profetas andinos del Taki Onqoy cumplen un papel preponderante y algunas Huacas organizadas dualmente ocupan el primer plano como agentes de la restauracin del orden y remiten al inicio del tiempo, a la creacin primordial. De esta forma, catstrofe y regeneracin se encuentran asociadas a la dialctica csmica. (Cavero, 2001: 21-22).Probablemente estos danzantes se originaron en la poca pre inca, entre las etnias o chamanes. En la poca colonial, y en la misma Repblica, sufrieron transformaciones presionados por la persecucin del que fueron objeto y las prohibiciones para que acten tanto en el nombre como en la vestimenta, el uso de las tijeras y la coreografa: pese a ello mantienen hasta la actualidad su esencia andina vinculada a la cosmovisin y la religiosidad tradicionales (Cavero, 2001: 271) Luego de un largo proceso de acercamiento a la danza de las tijeras a travs de las fuentes historiogrficas y etnogrficas, mi prlogo al pionero libro de Lucy Nez, mi contribucin con los videos de Ana Uriarte, de mis trabajos de campo en las provincias de Lucanas y Sucre, en diversos momentos, de mi trabajo de campo en Huancavelica (2006),miamistad con muchos danzantes, y de mi constante atencin y seguimiento a las presentaciones y a los que se llama las fiestas costumbristas en Lima,estoy ahora en condiciones de fundar con nuevos elementos la hiptesis de una conexin directa de la danza de las tijeras con el Taki unquy.Primera. La sustancial coincidencia entre la geografa del taki unquy y la de la danza de las tijeras. Se trata del territorio quechua chanka. El reciente libro de Ranulfo Cavero ofrece una informacin valiosa desprendida de las fuentes conocidas sobre el taki unquy: Existe una zona donde aquel movimiento tuvo su origen y se podra considerar como el rea de mayor presencia y desarrollo: el corregimiento de Lucanas que comprenda tres repartimientos o provincias: Hatun Soras, Hatun Rucanas-Laramati y Rukanas-Antamarca. Se pudo haber gestado el movimiento en Hatun Soras, luego, a partir de ah, haber influido en direccin Oeste a los Rukanas Antamarca y a los Rucanas Laramati: o se habra originado entre los Rukanas Antamarcas (Podra haber sido el centro Aucar) y haber influenciado a ambos lados, por ser equidistantes entre el Este donde est Hatun Soras y el Oeste donde se encuentran los Hatun Rukanas-Laramati (Cavero, 2001: 45) 27 lugares registrados del taki unquy se encuentran en el territorio histrico de la provincia de Lucanas1 (Soras 7, Rucanas 7, Andamarca 3, Aucara 3, Laramati 3 , Chilques 4), dos en Huancavelica (Chocorvos y Angaraes), 1 en la provincia de Parinacochas, 1 en Huamanga, 1 en Andahuaylas, Departamento de Apurmac, (Cavero, 2001: 44, 44). No aparece ningn lugar de la provincia de La Unin en el departamento de Arequipa donde se encuentra la tradicin de los danzantes de tijeras llamados Villanos2.La falta de ese dato preciso no invalida el peso de mi primer argumento. La reconstruccin documental realizada por Cavero prueba que el taki unquy no naci en Parinacochas aunque fue all donde Luis de Olvera detect por primera vez aquel movimiento de resistencia. En funcin de esta precisin geogrfica, el antroplogo Cavero decidi realizar su trabajo de campo en el distrito de Soras, que desde hace pocos aos pertenece a la provincia de Sucre. Segunda.Sin las Huacas (apus o wamanis) cuya rebelin se denomina taki unquy, los danzantes de tijeras no existiran. Es pertinente ahora volver sobre el ttulo de este captulo: cuando Cristo muere, los dioses andinos salen a pasear. La frase exacta que Ana Uriarte y yo omos por primera vez en el Ensayo de los danzantes de Puquio la noche del Viernes Santo de 1997 fue: Cuando Cristo muere, los diablos salen a pasear. Mi propuesta de reemplazar a los diablos por los dioses andinos parte de un hecho histrico muy simple: convencidos de que su Dios cristiano era el nico y verdadero, los frailes espaoles no reconocieron a ningn Dios en Amrica y, peor an, consideraron que cada Dios indgena era simplemente un diablo o demonio3. En su guerra abierta contra los dioses incas, el Estado espaol y la Iglesia Catlica, su aliada de privilegio, iniciaron una campaa etnocida: la extirpacin de idolatras.Si

1 En la reciente demarcacin poltica, parte de esos lugares se encuentran en la nueva provincia de Sucre. 2Podraserposiblequealgunodeloscincolugarescuyapertenenciaaunaprovincia determinada figuran en el rubro otros estn en La Unin. Si as no fuera, los villanos resultaran de una posterior expansin desde la cercana provincia ayacuchana de Parinacochas.3WilliamStein,elantroplogonorteamericanoqueestudilacomunidaddeHualcn,enel Callejn de Huaylas afirma: La gente de los Andes dice que tanto la tierra como Dios mueren en Semana Santa y es permisible hurtar cosechas de sus vecinos porque Dios no lo ve (Stein, 2000: 176). los danzantes de tijeras derivaban de los taki unquy, enviados de las Huacas, deberan tener un pacto con el diablo. Con ese razonamiento, todo pacto con el diablo deba ser enfrentado. Por eso, la Iglesia Catlica conden y persigui a los danzantes de tijeras y stos sobrevivieron reproduciendo su tradicin de modo subterrneo y clandestino. Ms adelante, en la seccin sobre El Ensayo en Puquio de este captulo volver sobre esta clandestinidad en el Viernes Santo.Los danzantes de tijeras estn convencidos que deben su fuerza, su poder y todas sus destrezas a los apus Es ms, ellos afirman que a travs de sus ofrendas se comunican directamente con los apus, los llaman y pueden hablar con ellos.Una pregunta es pertinente: por qu los danzantes de tijeras dicen y repiten que ellos tienen un pacto con el diablo? Debemos suponer que aceptan que sus wamanis o apus son diablos? Podra ser que conscientes del dominio de los espaoles y de sus herederos, usan irnicamente la frase para seguirles la cuerda a los curas y no crearse ms problemas? Requerimos, tal vez de un trabajo ms exhaustivo para explorar las acepciones de la palabra diablo4, pero me inclino por pensar en la irona de la segunda posibilidad como una alternativa adecuada.Tercera. Los danzantes de tijeras son depositarios de la memoria, de la cultura y de la religin quechuas del mismo modo que los taki unquy asumieron una defensa organizada de esa cultura y esa religin. Jos MaraArguedas habla de su encuentro con Viviano Huamancha en Puquio, en 1955:Don Viviano Huamancha, el sabio ex awki y cabecilla de Chawpi, anciano de ms de 80 aos a quien encontramos participando en la construccin de la nueva capilla de su barrio, dijo con un tono rotundo de conviccin: Wamanikunaqa propiopunim, awpa siurpa, Inkarripa churasqan. Propiopunin5. Es decir, que realmente existen yque son exclusivos de los naturales (...) Una separacin ntida existe, pues, entre la religin local y la oficial, naturalmente los mistis y mestizos no participan ni conocen en sus fundamentos la religin local; ella es propia de los naturales; propiopunim como dira un awki, empleando palabrastomadas del espaol y aplicndolas con justeza vlida para ambos idiomas. Las dos religiones cumplen funciones diferentes y, sin embargo, son integrantes de un complejo mayor que abarca a ambas. Los prstamos son mutuos; existe sincretismo en ambos campos (Arguedas 1964: 267-268)6.

4Picaflor,unodelosmejoresdanzantesresidentesenPuquioen2001,sostienequepara algunos danzantes jvenes el diablo es una sirena.5 Esta frase quiere decir: "Los Wamanis, los dioses montaa, existen, sin duda; fueron puestos en el mundo por Inka Ri [Inca Rey], el Seor de antes".6SobreelsincretismoreligiosodiceMaraRostorowskysostiene:Despusdelainvasin hispanalanuevareligintardenasentarseentrelosnaturales.Tard,entreotrasrazones, porqueladiferenciadeidiomasimpidilacomunicacinentreloshombres,locualsevio Cuando en abril del 2001, entrevist a don Eugenio Paucar, "Quri Chaki, Pies de oro, de ms de 70 aos,uno de los danzantes de tijeras ms importante de la provincia de Lucanas, tuve la intuicin que l adems de danzante era tambin un Yachaq, [awki] un sacerdote quechua con la formacin suficiente para establecer el dilogo con los apus o wamanis a travs de las ofrendas.La amistad y respeto que Anita, mi esposa, y yo tenamos y tengo por l, me permiti preguntarle si esa mi intuicin tena o no sentido. Me dijo que s y que supona que ya me haba dado cuenta. Me atrev a pedirle que hiciese una ofrenda para el descanso de Anita, fallecida en abril de 2000. Acept con generosidad. Cito aqu un pasaje de la ceremonia: A ver, vamos a tomar nuestra copita. Seora Ana toma este vinito, descansa en paz. Pidaa Dios por nosotros para pasar bien la vida,para que impida que algo malo nos ocurra. Cuide a todos los suyos, vea por sus hijas, ocpese bien de ellas, pida a nuestros padres y a nuestras madres que velen por nosotros. Del lado nuestro, vamosa pedir tambin a nuestro segundo dios, al dios menor, por usted. No vamos a abandonarla seora Ana (Entrevista de Rodrigo Montoya con el danzante Eugenio Pucar, en Puquio, 2001).Terminada la ofrenda le pregunt: Quin es el primer Dios?"El Wamani, me respondi. Si ligamos este texto de don Eugenio Pucar al de don Viviano Huamancha en su dilogo con Jos Mara Arguedas, que he citado lneas arriba, debemos inferir tres conclusiones sobre las religiones cristiana y andina: 1) Las dos religiones son separadas; 2) una es ms importante que la otra, y 3) ambas son complementarias.El reconocimiento de estas tres conclusiones slo es posible en la lgica del sabio quechua y no en la de un sacerdote

agravadoporunasituacinpolticainciertayperturbadora.Indgenasynegrosesclavosse encontraronmsprximos,sumidosambosenuntorbellinodepasiones.Paraelnegrofue ms fcil hacer suyo el temor al dios andino vengativo y amenazador, y acompaar al indio en sus plegarias cuando la tierra se estremeca.El negro ha sido, pues, el nexo indispensable, la continuidad entre el pasado mtico y la nueva fe y se torn en vehculo necesario para establecer la trayectoria de la transformacin y el lazo entre el credo ingenuo y animista con la religin cristiana.Largosaospasanmientrassilenciosamentesedesarrollaelsincretismo,yporsincretismo entendemoslafusindealgunoselementosreligiosostradicionalesconotrosdeorigen occidental.La consecuencia es el destierro del dios Pachacamac, su cada en el olvido mientras la imagen deCristoemergemarcandoeltriunfodelcristianismosobrelosindgenaspaganos.La presenciadelsincretismonoesunfenmenonico,raroyexclusivo.Porelcontrario,esel mecanismo necesario para sustituir viejas creencias por otras nuevas. Ese mismo fenmeno se dioconlasVrgenesmorenasdeCopacabanaenelAltoPerydeGuadalupeenMxico. Ocurri tambin en la Roma antigua con la cada delos dioses paganos (Rostorowski, 1992: 15-16). cristiano catlico o protestante. Los cristianos de todo tipo -catlicos o evanglicos- estn convencidos que su dios es "nico y verdadero" y que los otros mal llamados dioses seran slo demonios o diablos. Dentro de una minora, dbilmente crtica, algunos sacerdotes catlicos como el padre y antroplogo Manuel Marzal (1978, 1975, 1971), Gustavo Gutirrez (1992, 1998) y Luis Dalle (1983), tienen un punto de vista diferente, reconocen la "religiosidad popular" de los pueblos indgenas pero no llegan al punto de aceptar que se trata de religiones diferentes, y aceptan que su dios tiene muchos rostros en el mundo. De all a reconocer esos otros rostros como pertenecientes a dioses distintos, hay una enorme distancia7.En el Ensayo de Puquio el baile deaprendices y danzantes consagrados para aprender de los otrosy demostrar quin es mejor se hace precisamente el da en que Cristo muere y ante las puertas cerradas de la Iglesia8.No se trata de una simple confrontacin. Para que su participacin en la fiestade San Cristbal, que es la ms difcil en la provincia de Lucanas, los danzantes de tijeras piden apoyo al primer Dios y al segundo. La compatibilidad actual de las dos religiones y los dos dioses es, sin duda, distinta a la confrontacin radical del taki unquy entre 1565 y 1572. No pasan en vano los aos y carecera de sentido no reconocer, de un lado, el peso creciente de la Iglesia Catlica y cristiana en general y, de otro, la debilidad de la cultura y la religin quechuas. Me gustara volver sobre la metfora de las puertas cerradas de la iglesia. En el Ensayo de Puquio y en la prctica de esta danza hasta hace muy pocos aos, la separacin y oposicin entre la danza y la iglesia estaban claramente marcadas. Los danzantes no entraban a la iglesia, se aproximaban slo hasta la puerta cerrada con enormes candados y luego de un tmido saludo, con una leve venia, hacan lo suyo.En la histrica fiesta del agua de Huacaa, distrito de la actual provincia de Sucre, parte histrica de Lucanas, los danzantes compiten mientras las puertas de la iglesia estn igualmente cerradas, pero el da de San Isidro Labrador, santo del calendario catlico, entran a la Iglesia para acompaar, sin bailar, a quienes cargan las dos andas principal y secundaria, o grande o pequeade aquel santo. (Ver el video de Ana Uriarte: Encuentro Ritual: Los dansaq de Huacaa, TV Cultura, Lima 1999).En Lima, muchos danzantes entran a las iglesias en las misas para los cantos o santas

7 Luego de una larga experiencia en las tierras altas de Vietnam, el misionero francs Jacques Dournes ofrece un en sulibro Dieu aime les paens (Dios ama a los paganos) (1963) una aproximacin a las creencias de los otros desde una posicin de cierto respeto por parte de los misioneros encargados de llevar el evangelio de su Dios catlico e imponerlo por el mundo.8 El danzante Eugenio Pucar distingue en Puquio la actitud diferente de los curas nacionales y extranjeros.Losprimeros desprecianalosdanzantesdetijeras,lostratanmal;lossegundos, los respetan e invitan a que entren a la Iglesiay acompaen la msica con la meloda de sus tijeras.Nolespidenquebailenlosuyo,obviamente.ElpadreDietterWacker-deorigen alemn,quetieneunos treinta aos enla regin-me inform queltimamente para cualquier fiesta catlica los mayordomos contratan a los danzantes, lo que antes no ocurra.patrones y patronas de los pueblos andinos, pero no bailan. A veces, acompaan la msica con la meloda de sus tijeras.Cuarta. No hay danza de tijeras sin la competencia entre dos danzantes. Las fuentes sobre el taki unquy mencionan claramente esa competencia. Ya sabemos que la competitividad ha sido y es uno de los principios de la cultura andina quechua desde tiempos de los incas y se mantiene hasta hoy en todas las esferas de la vida social.Quinta: la muerte es para los danzantes de tijeras una posibilidad precisa que derivara del incumplimiento de un pacto o contrato con los dioses andinos y estara tambin estrechamente ligada a la muerte de los taki unquy como un extremo casi inevitable de su total entrega.Ramn Mujica Pinilla ofrece la base para este argumento al citar un memorial del sacerdote Bartolom lvarez al Rey de Espaa en 1588:En su Memorial a Felipe II titulado De las Costumbres y Conversin de los Indios del Per(1588) el sacerdote espaol Bartolom lvarez hace una descripcin pormenorizada de la danza del Taki Onqoy, que traduce como canto enfermo". Esto significara que pese a que el movimiento nativistafue supuestamente extirpado hacia 1565, sus danzas seguan plenamente vigentes entre 1587 y 1588. lvarez le advierte a su Majestad, elrey de Espaa, que el demonio le haba enseado a los indios del Per una manera de fiesta y canto que obran desde muchos aos hasta ahora. Siguen lo contrario de la verdad cristiana y quien le informara que estos danzantes no deban ser castigados por lo que hacan estaban errados pues le pareca evidente que ellos tenan fines propios y que noestaban asu Real servicio ni al de Dios.Bailaban de a uno o de a dos y cantaban una msica que no es palabras, ni razones ni sentencias ni cosa que se pueda entender que dicen algo.La descripcin casi "etnogrfica" de la danza es nica pues demuestra que el Taki Onqoy poda tomar la forma de una competencia a muerte entre uno o dos danzantes que realizaban este canto diablico para divinizarse y convertirse en ofrendas a sus dioses locales.9 Una

9 Puntualizaba lvarez en su informe al rey: "Slo suena "u,u,u,u": es menester orlo y verlo para entenderlo, que es tal que no se puede escribir. Y con este canto muy alto estn de pie, dando de pie y mano, alzando un pie y abajando otro, y asimismo haciendo con las maos, los puos cerrados, meneando la cabeza a un lado y a otro, de suerte que con todo el cuerpo trabajan. Y paran [permanecen] en este canto tres o cuatro das con sus noches, y ms: lo que las fuerzas les duran, que no cesan si no que les venga necesidad de hacer cmara [defecar] o de orinar; que a esto salen, y luego vuelven a la tahona [reino] del demonio. No comen casi nada o nada; lo ms es coca, que en la boca tienen de ordinario para este ejercicio. Beben todas las veces que quieren, sin gana o con ella; [...] desflaquecidos por el cansancio y la falta de comida y borrachera [caen] al suelo [...] y no hay quien entre a levantarlos ni socorrerlos, ni a ver si mueren o viven. Tienen por ms honrado y valiente y mejor al que ms ha durado en el baile y que ms ha bebido; y al que cae, ms perdido y peligroso y ms cercano a la muerte. En efecto algunos acaban [mueren] en su ejercicio, y van en poder de quien los enga [el demonio]; y si alguno tarda en morir y llega alguna persona que sea conocida, no dicen: "scame de aqu", ni "crame", ni "dame de comer". Sino, como si estuviesen deificados, o como gente que entiende haber conseguido gran bien y que vez muertos, los danzantes eran enterrados con ofrendas para las huacas (oro, plata, plumas, coca y chaquiras con fragmentos de la concha spondylus) una forma de idolatra, que segn lvarez, cuando se comenz a entender [ ... ] de que ha muchos aos estaba toda la tierra contaminada de suerte que del disparate moran algunos le qued perfectamente claro que el remedio que a esto se puso fue tan liviano que no bast a que cesase; y si en algo ces, no fue ms que en la publicidad [en pblico] porque en secreto se hace (lvarez 1998, 126). La danza, en otras palabras, pas a la clandestinidad tras lo actuado porAlbornoz. (Mujica Pinilla, 2008: 245-247).Sexta. La posesin aparentemente divina de los hombres del Taki unquy, sus movimientos, su trance, sus convulsiones, descritas en los documentos, coinciden con muchos de los momentos de la danza de tijeras. Rafael Varn escribe: Era importante confesarse con los llamados predicadores del Taki onqoy y cumplir con ciertos ayunos, ciertos das conforme al tiempo de los yngas. El ayuno deba ser de cinco das evitando comer sal, aj, maz, ni durmiendo hombre con mujer y bebiendo nicamente una bebida de aua (chicha) destemplada... En un determinado momento del ritual del taki onqoy daban los indios despus de bautizados, es decir indgenas ya convertidos al cristianismo, en bailar y temblar andando a la redonda... y en el baile renegaban y apostataban de la verdadera fe de Jesucristo....Se deca que las huacas ya no se metan en los rboles, piedras, nubes, fuentes y ros sino que se posesionaban de los cuerpos de los indgenas y los hacan hablar. En algunos casos a los posedos les pintaban los rostros de rojo y los ponan en unos cercados donde la poblacin los iba a adorar como si fuesen las mismas divinidades que los tenan posedos, hacindoles los sacrificios acostumbrados de auqunidos, maz, plata y otros productos. Pero no se trataba nicamente de hacer ofrendas, ya que las huacas exigan el compromiso total y exclusivo de los nativos. Una vez convertidos, los nativos permanecan fieles hasta la muerte...No todas las personas llegaban a ser posedas por las huacas, y aquellas pocas que no eran entraban a una condicin permanente de intermediacin con la divinidad. Estas personas-huaca eran reverenciadas y custodiadas constantemente por los sacerdotes nativos. La manifestacin inicial de los posedos era que temblaban y se revolcaban por el suelo, y otros tiraban de pedradas como endemoniados haciendo visajes (gesto o mueca), y luego reposaban...A continuacin, a aquel que la huaca le haba entrado por el cuerpo lo llevaban a un lugar determinado, donde se le acomodaba para que

por ello merecen ser honrados, como gente que merece ser colocada en lugar de glorioso merecimiento, dicen: "pues, Cmo no veis que estoy ya para partir, que he hecho la tala [del aymar thala sacudida]? (lvarez 1998, 125-127). (Mujica Pinilla, 2008: 246, nota pp. 14). la poblacin entrase a adorarlo. Entonces todo el pueblo haca fiesta dos o tres das... bailando y bebiendo e invocando a la huaca que aquel representaba, mientras que los sacerdotes indgenas daban sermones al pueblo amenazando a los indios si de todo no dejaban al cristianismo (Varn, 1990: 344-345)10.La danza de las tijeras es mucho ms que un baile quechua de la siembra, de la cosecha o del puqllay, juego inca de solteras y solteros. Tiene un indudable componente religioso y mgico que se expresa en el poder sobrenatural atribuido a los danzantes por su supuesto "pacto" con los apus o wamanis. Su resistencia fsica para bailar cinco horas diarias y 35 horas en una semana de lo que se llama la fiesta costumbrista en los ayllus andinos, su fuerza para hacer pastas y pruebas: introducirse una espada de cuarenta centmetros por la boca, atravesar el rostro, la boca o la lengua con alambres, echarse sobre vidrios rotos con el dorso desnudo y resistir el peso del arpista y el violinista juntos, comer una culebra o una rana crudas, o un sapo, sin piel o enteras; pararse de cabeza sobre un palo muy alto o dejarse caer por una soga que cuelga de la torre de una iglesia, y hacer nmeros acrobticos sobre esa misma soga, son elementos extraordinarios, slo comparables con los movimientos y la fuerza de quienes se sienten posedos por una divinidad.Stima. Algunos de los elementos descritos por Guamn Poma como parte de la hechicera, aparecen como momentos de la "pasta" o las "pruebas".En el captulo en el que Guamn Poma describe a los hechiceros comunes, describe:Que los ydolos y wacas mayores que sacrificaua muy mucho el Ynga hazia Chinchay Suyo: Zupayco, Zupara Raura, Quichi Calla, Paria Caca, Caruancho Uallullo, Ayza Bilca, Pacha Camac, Ancolla, Anca Cilla, Carua Razu, Razu Bilca. De los Ande Suyos y del Ynga: una Cauri, Saua Ciray, Pitu Ciray, Acha Palla, Canacuay, Apo Tinya. De los Colla Suyos: Ausan Cata, Uillca Nota, Aya Yauire, Poma Canchi. De los FVCodesuyos: Coro Pona, Putina. Estos fueron los ms estimados y sacrificados con mucho oro y plata.Otros hichezeros que uzan hasta agora: Toman un zapo, quitan la ponzona de la culebra y con ellos dizen que habla y da ponsoa a los hombres. Y otros, hablando con los demonios, toman el sapo y le coze la boca y los ojos con espinas y les atan pies y maos del sapo y lo entierran en un aguguero adonde se acienta su enemigo o del quien le quiere mal para que padezca y muera.

10 "Cmo es que el cuerpo pudo actuar como refugio ltimo de la propuesta de resistencia? El cuerpoes,segnFreud,elconstituyenteprimerodetodaidentidad.Enunacitaqueha devenido clsica Freud sealaba que 'el yo es primordial y fundamentalmente un yo corporal ' ", escriben Lemlij, Millones, Pndola, Rostorowski y Hernndez (1990: 429) en su lectura histrica y psicoanaltica del taki unquy.Y all no se muere el sapo, cino que padese. Y para esto tienen y cran y zapos y culebras y le da de comer y le sirue. Esto tubo un yndio, don Diego Suyca del pueblo de Santiago de Chipao. Su hermana propia fue hichezera y, ciendo corregidor Martn de Mendoza, le quem las culebras en Hatun Lucanas y a los yndios fue desterrado a Guanca Bilca( Guamn Poma, 1980: 248).

Si se observan atentamente los textos de Guamn Poma y las "pastas" y/o "pruebas" como dos momentos de la danza de tijeras de hoy, las semejanzas saltan a la vista. Tambin las diferencias, porque los 442 aos que nos separan de 1565 estn cargados de permanencias y cambios. Los bailarines del Taki unquy en 1565y los danzantes de tijeras de hoy eran y son seres con una formacin especial, con un poder espiritual y mental que las individuos comunes y corrientes no tenemos, y con una resistencia fsica extraordinaria. La palabra hechicera usada por Guamn Poma para hablar del Taki Unquy debe ser tomada con extremo cuidado.Ningn danzante de tijeras admite ser brujo o hechicero. Su supuesto "pacto con el diablo", astutamente inventado por los curas espaoles como un recurso para extirpar idolatras e imponer su sagrado evangelio y aceptado por cada uno ellos ingenua o astutamente tambin, abre un espacio no resuelto de ambigedad. Otra entrada a ese mismo espacio es el reconocimiento explcito por parte de los danzantes de la existencia del "dao" provocado por los adversarios y del ruego a los Wamanis o Apus para protegerlos de los perversos deseos de sus rivales o de quienes los guan11. Este asunto es mucho ms serio de lo que parece porque est de por medio el grave peligro de un accidente y de la misma muerte. El sentido o explicacin de sta toca un tejido complejo de cultura e historia; es decir, de explicaciones simblicas inventadas y de causas efectivamente objetivas.Cuando hoy los danzantes de tijeras comen ranas, sapos y culebras, atraviesan partes de sus cuerpos con alambres, agujas o espinas, se echan con los dorsos desnudos sobre trozos de vidrios de botellas rotas y soportan algo ms de cien kilos, y se introducen espadas hasta el estmago, tratan de mostrar su valor, su resistencia, su capacidad de control mental sobre sus cuerpos. Por qu todas las perforaciones con agujas, alambres, espinas y vidrios rotos no rompen vasos sanguneos?Las pruebas de acrobacia bailando y acompaando la msica con la meloda de las tijeras en palos a diez metros del suelo o en sogas que unen las torre de las iglesias y los techos de las casas o postes en las plazas principales de los pueblos, sin mallas de

11En la biografa adjunta a este captulo, "El Picaflor de Puquio" cuenta del accidente que tuvo en el Concurso Nacional de Danzantes de Tijeras en Lima, al quedar inconsciente por muchas horas. l y su padre creen que fue objeto de un dao. proteccin como en los circos, suponen una habilidad tcnica, un arte y un notable coraje para arriesgar sus vidas. Sin una fuerza espiritual interior sera imposible asumir esos desafosy correr esos riesgos.Queda pendiente el acceso a un campo cubierto de ms sombras que luces: quines y cmo se encargan de hacer dao a los danzantes? No hay documentos con datos ni relatos contados12.Parece que hablar de este punto es una especie de tab.En mi texto Un buen danzante de tijeras recoge agua con una canasta: Informe etnogrfico de una visita al departamento de Huancavelica tras las huellas de los Galas o danzantes de tijeras, escrib: Es importante volver sobre la idea del contrato o pacto entre danzantes y dioses andinos. De modo general se ha credo que ese pacto es con el diablo. La responsabilidad de esta versin debe ser atribuida sin ambigedad alguna a la Iglesia Catlica.Fue esta Iglesia laque trajo de Espaa a Amricaal personaje de ficcin llamado diablo o demonio como encarnacin del mal en oposicin a Cristo y su Iglesia que seran la encarnacin del bien. Desde su origen esta Iglesia considera a su Dios como nico y verdadero y desde ese dogma o acto de fe tiene la conviccin absoluta de que los dioses de las grandes civilizaciones y los millares de pueblos indgenas de Amrica no son dioses sino simples formas de aparicin del diablo. Los rituales indgenas fueron considerados paganos. Desde el pudor y la aparente pureza de la Iglesia catlica, las danzas de los llamados indios y tambin de los negros esclavos para celebrar el amor y el placer fueron consideradas como diablicas. La sensualidad de los negros dio lugar a que una de sus danzas de mayor arraigo fuese llamada son de los diablos. En la larga entrevista, el danzante Lucifer estuvo tentado de llamar diablo al apu reproduciendo la versin de la iglesia. l tiene la seguridad de que el Apu es poderoso y que por eso sea tal vez el diablo.Como migrante andino quechua y danzante de larga trayectoria, l, como todos sus colegas danzantes, se limita a vivir sus creencias a partir de pocas certezas, muchas dudas, vacos y sin proponer buscar una visin de conjunto sobre la realidad. No hay en su pensamiento y vida elemento alguno de lo que interesa y preocupa a un antroplogo que trata de entender la coherencia mnimay lascontradicciones propias de la compleja realidad pluricultural de Per. En ltima instancia, lo que cuenta para l es que diablo o no, apu o no, Dios o no, ese ser aparentemente indefinible, tiene poderes, es capaz de recoger agua en una canasta, como Juancitucha el danzante imaginario de la historia huancavelicana. l pudo hacerlo, pero su rival no y por eso habra ganado el contrapunto. (Montoya, 2007: 29).Queda para el futuro una posible octava razn que pruebe la filiacin entre la danza de tijeras y el taki unquy. En la documentacin historiogrfica conocida, el taki unquy es llamado tambin "ayra". En la fiesta del agua, (yarqay aspiy) -la fiesta quechua ms importante de los cuatro ayllus de

12 Ningn danzante acepta haber hecho dao a nadie, pero todos admiten que ese dao existe y que es necesario tomar precauciones para evitarlos. Puquio se llama ayla a un momento en el cual solteras y solteros se renen en las dos orillas de la acequia ceremonial, cantan, bailan, se enamoran y disfrutan de su libertad13.Se trata de una misma palabra con una transformacin de la r en l? Se trata de dos cuestiones distintas? Nuevos documentos y trabajos etnogrficos con ms profundidad podran ser tiles para responder a estas preguntas. Rafael Varn en su excelente estudio cree que ayra deriva de ayampu, porque el color rojo de esa planta coincide con la pintura roja que los taki unquy preferan (Varn, 1990: 359). En Puquio el airampu es una bebida casi ceremonial, que tiene exactamente el color mencionado por Varn y se le mezclaba con el aguardiente de caa, y ahora, con el alcohol industrial rebajado con agua. La transformacin de ayra en ayla podra tener sentido.Es pertinente ahora prestar atencin a los problemas de mi argumentacin. El principal es la ausencia de pruebas documentales escritas que den cuenta del proceso seguido por la danza en ms de cuatro siglos. Aparecen, inevitablemente, los serios lmites de lahistoria oral. Nadie recuerda lo que ocurri hace cuatro siglos y cuando no se usa la escritura con un alfabeto u otras formas de escritura es muy difcil recordar. No se inventa una danza de la noche a la maana; de una forma primaria se derivan diversas alternativas [variaciones]. Quedan pendientes algunas preguntas que an no podemos responder: qu bailaban antes los taki unquy? A partir de cundo se introdujeron el arpa, el violn y las tijeras. No es difcil suponer que entre 1560 y 1588, perodo de duracin probable del taki unquy, estos hombres al servicio de las Huacas no tocaban esos instrumentos porque habra sido un abierto contrasentido que propugnaran la separacin radical de los espaoles, renunciando incluso a los nombres espaoles y, al mismo tiempo, se sirvieran de sus instrumentos de msica. Su adopcin y conversin en instrumentos prcticamente quechuas, fue, sin duda un acontecimiento posterior que por el momento, desgraciadamente, no podemos fechar.Es posible tambin que la muerte como riesgo extremo entre los Taki unquy de 1565 y los danzantes de tijeras de hoy no tengan el mismo sentido y deriven de fuentes diferentes.Cunta fuerza tienen los argumentos de los autores que sostienen la inexistencia de vnculos entre el taki unquy y la danza de las tijeras? Villegas cree que el tusuy era una danza inca. Tusuy entonces y ahora es el verbo bailar en general y no sabemos de ninguna danza particular llamada as. El puqllay era una danza particular para celebrar el amor entre los hombres y las mujeres y la fecundacin de los animales. Los espaoles llamaron carnaval a ese puqllay (Lira, 1953), a partir de la similitud entre ambas fiestas de amor carnal.

13 El cuento El ayla, de Jos Mara Arguedas ilustra este juego de amor (Arguedas, 1967). Es sin duda cierto que en tiempos incas se bailaba con la msica de la quena y la tinya. Tambin con las antaras o zampoas. Por lo tanto es razonable pensar que los Taki unquy se sirvieran de esos instrumentos. Suponer sin prueba alguna que la danza de las tijeras es inmemorial y fue creada para divertir a los asistentes a los diversos trabajos comunales, carece de toda seriedad cientfica. Villegas no dice nada sobre el contenido religioso de la danza y del Taki unquy, tampoco una lnea sobre la coincidencia geogrfica y no plantea la pregunta por qu esta danza del rea chanka no fue bailada en el resto del imperio. En suma se trata de una propuesta endeble e insostenible.La tesis del origen pre inca de la danza de las tijeras, propuesta por Cavero no resiste el menor anlisis. l afirma que la danza mantiene hasta la actualidad su esencia andina vinculada a la cosmovisin y la religin tradicionales (Cavero, 2001: 271). Slo eso. Luego de hacer un trabajo de campo en Soras y observar de cerca varias fiestas de la danza de tijeras en la regin, Cavero estaba en inmejorables condiciones para establecer el parentesco entre el taki unquy y la danza de tijeras. No se detuvo a examinar las semejanzas y diferencias con el taki unquy, y no supo extraer de sus propios cuadros estadsticos sobre los lugares donde se produjo esa rebelin, la conclusin de una misma geografa para la rebelin y la danza14. Para cerrar esta seccin, agregar algunas lneas sobre el nombre de la danza. Danza de las tijeras alude a un elemento secundario de la danza que sin embargo llama inmediatamente la atencin. Si pensramos slo en su carcter sagrado ceremonial en directa relacin con los wamanis y apus, denominarla taki unquy sera lo ms adecuado pero lo que manda es el uso y la tradicin. La precisin acadmica corresponde a otra esfera de la realidad. TRES.DE LA FIESTA DEL AGUA AL PROBLEMA DEL AGUA. Mientras los pueblos andinos celebran una gran fiesta del agua, agradecidos a los padres nevados y la pachamama porque el agua es sinnimo de vida, las grandes empresas mineras y los empresarios capitalistas del sector agropecuario -guiados por su principio salvo exportar todo es ilusin- solo tratan de explotar los llamadosrecursos hasta que se acaben, sin tener en cuenta a los pueblos cuyas vidas dependen del agua. Hoy, a mediados de 2015, hay en el mundo un grave problema de escasez de agua y el Per es uno de los cinco pases ms afectados por el calentamiento global de la tierra, por haber montado una economa en zonas desrticas, tanto en las grandes ciudades como en los valles de la costa y porque las empresas

14 Tiene sentido una pregunta a Cavero: si la danza de tijeras nada tiene que ver con el Taki unquy, qu hace un danzante de tijeras como personaje principal de la cartula de su libro? multinacionales y nacionales mineras as como las empresas agrcolas necesitan mucha agua, sobre todo para sembrar arroz, caa de azcar y esprragos. Como las aguas que bajan de los cuencas andinas no son suficientes, su propsito de ampliar la fronteras agrcola los ha llevado a abrir una gran cantidad de pozos del subsuelo que ya comenzaron a secarse. El caso particular de Ica es el ejemplo mayor de esta tendencia que est conduciendo a una guerra por el agua ya claramente advertida con la amenaza de los grandes exportadores de Ica (sobre todo empresas chilenas) de desviar las aguas del ro Pampas para seguir irrigando sus haciendas. Estn ya en el horizonte andino sudamericano Guerras del agua como las de Cochabamba y el Alto, en Bolivia, (2,000 y 2003) con sendas victorias sobre las empresas norteamericana y francesa que privatizaron el agua, bien comn de esos pueblos. El agua es un bien comn que no debe ser privatizado en el campo y tampoco en las ciudades. Ante las opciones de proteger y garantizar el agua como un bien comn o, privatizarla, el Estado peruano va claramente en el rumbo de privatizarla. Estn abiertos tres procesos: 1. De madre simblica, la tierra o pachamama ha pasado a ser a mercanca, 2. De bien comn en tiempos incas, la tierra fue brutal y violentamente privatizada por orden del Papa, del rey de Espaa y de los conquistadores en beneficio de los seores de la tierra dueos de los llamados indios y los esclavos afrodescendientes. Estas tierras en gran parte han sido recuperadas por arrendires, siervos de hacienda, yadjudicadas a Cooperativas, nuevamente reprivatizadas luego del fracaso econmico de las cooperativas y SAIS, con una nueva relatifundizacin de las tierras existentes y de las decenas de miles de hectreas ganadas a los desiertos con los proyectos de irrigacin como Majes-Sihuas, Olmos, Chira Piura, Chavimochic. 3. De tierra abundante con perodos de descanso suficientes, a tierra escasa y empobrecida, debido principalmente al notable aumento de la poblacin. Queda pendiente el cuestionamiento dela tesis del desarrollo capitalistacomo nica posibilidad de desarrollo sin tener en cuenta otra propuesta como la del Allin Kawsay o suma qamaa, Buen vivir en quechua y aymara, que proviene de los pueblos indgenas bolivianos y ecuatorianos. Disponemos en Per de varios estudios monogrficos sobre la fiesta del agua, (Arguedas, 1955, Isbell, 1977, Bendez 1983, Ossio, 1992,Quispe, 1978, Llanos y Camino, 1988, Valderrama y Escalante, 1997) de documentales como el mo (Montoya, 1975), de Uriarte, 1998 y Meza, 2002, Wangeman, 2010),adems de muchos videos que se multiplican desdeque las filmadoras se venden masivamente y crece un mercado de la memoria tnica, al margen del rigor etnogrfico. Pero an no contamos con un estudio global antropolgico e histrico. CUATRO.QU HACER?1.Hacer un esfuerzo grande para precisar una lnea propia y autnoma de accin de las comunidades y pueblos afectados por el deshielo de los nevados y amenazados por el grave peligro de perder su cuenca madre de 14 que nacen del nevado Qarwarasu, si la empresa minera australiana explora e inicia la explotacin de las minas.

2.Conviene recordar que la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) defiende la firme decisin del gobierno de apoyar a las empresas multinacionales. Por eso, conviene or sus recomendaciones, examinarlas con mucho cuidado y seguir solo las que de alguna forma puedan reforzare la posicin de las comunidades. 3.Buscar, afirmar y defender la unidad de las comunidades, pueblos, frentes de defensa y asociaciones de residentes en Lima, por encima de todo. 4.Apoyar la iniciativa de conseguir que las asambleas de todas las comunidades de la cuenca acuerden -luego de largos y serios debates y por plena mayora de votos la decisin-declarar intangibles las tierras comunales en la cuenca del Qarwarasu, fundndonos en el Acuerdo 169 de la OIT, en la Declaracin Universal de las Naciones Unidas sobre los pueblos indgenas y en el derecho que tienen las comunidades a defender lo que es suyo. 5.Como la fiesta del agua y la danza de tijeras han sido ya reconocidas como Patrimonio Cultural de la Nacin, el paso que sigue es garantizar el su territorio. Para eso es indispensable que las asambleas de todas las comunidades de la cuenca de Qarwarasu, acuerden luego de largos y serios debates y por plena mayora de votos la decisin de crear una Reserva multicomunal del Qarwarasu.Conseguir esa reserva permitir defender el agua y los pastos y asegurar que nuestros productores de alpacas, llamas, y ovejas mantengan e incrementen sus hatos. 6.Multiplicar la cantidad de vicuas dentro de la reserva multicomunal debe ser una prioridad si se toma en cuenta la importancia econmica de su lana. 7.Presentar el problema del agua como consecuencia del calentamiento global y de la amenaza por una posible explotacin de una empresa minera australiana en las faldas del apu-huamani Qarwarasu, en casa una de las fiestas del agua que vienen en agosto y setiembre de este y de los prximos aos.Cantar, bailar, movilizarse y defender la cuenca del Qarwarasu, al mismo tiempo. 8.Aceptar y agradecer la solidaridad de instituciones y ONGs que apoyan los planteamientos de las comunidades y pueblos. 9.Dejar abierta una puerta para aceptar apoyos de otras instituciones cuidndonos de que no impongan sus puntos de vista. 10.Ahora que entramos a un proceso electoral, prestar mucha atencin para evitar que caudillos y aspirantes a congresistas, gobernadores regionales y presidentes de la Repblica se aproximen para ganar votos con promesas que no cumplirn como ha ocurrido con los ltimos tres presidentes, muchos presidentes regionales y tantos congresistas. ANEXO I. ARTCULOS PERIODSTICOS de RODRIGO MONTOYA ROJAS

1, APU QARWARASU: AGUA-VIDA EN SERIO PELIGRO (I) DIARIO UNO. Columna Navegar ro arriba, domingo 22 de marzo, 2015.Ahora que los nevados siguen disolvindose por efecto del calentamiento global un nuevo conflicto sube hasta las alturas del Apu Qarwarasu, el padre mayor de las provincias de Lucanas y Sucre, al sur de Ayacucho, como antes en Cerro de Pasco, Huancavelica, Cajamarca, Arequipa y Cusco.Todo indica que el agua-vida que baja de ese nevado a travs de varias cuencas tendra los das contados. En una orilla se sita la empresa minera australiana Laconia South Amrica S.A.C, flamante propietaria de un yacimiento en lasfaldas del nevado gracias a la generosidad del gobierno del seor Ollanta Humala, que prepara el tajo abierto, recurriendo a las viejas triquiuelas para hacer creer que cuenta con el apoyo de los pueblos personas. En la otra, estn los ayllus y comunidades campesinas y el conjunto de habitantes de las dos provincias.Sin embargo, la reaccin de millares de personas en contra de la minera, a travs de un paro de 48 horas en la carretera llamada interocenica, particularmente en Puquio, es un buen augurio de resistencia.Como siempre, lapolica hizo lo suyo, reprimiendo y golpeando, anunciando los muertos por venir. No habra que ser adivinos para suponer que al agua-vida de los miles de aos de nuestra historia, ser reemplazada por el agua-muerte que conocemos en el pas luego del paso fugaz de las empresas mineras.En la primera mitad del siglo XX la mina de UTEC, en el distrito de San Juan de Lucanas -una de las ms ricas en plata- fue explotada hasta extraerle el ltimo gramo posible con la tecnologa de entonces. Los dueos volvieron a Lima y dejaron un largo campo de relave donde antes creca y floreca el maz. Nunca ms se les vio las caras. De esa mina quedan recuerdos de dolor, enfermedad y muerte, la experiencia sindical de Severino de la Cruz, convertido en dirigente minero nacional, la crnica contada y cantada por l en el waynoUtiq pampa utiqpampita: de maizales fuiste adornado/ ahora eres un gran pozo/ de relave venenoso/. Estoy sacando oro y plata.ymi vida ya se est acabando. (Cancin 314 del libro La sangre de los Cerros, de los Hermanos Rodrigo, Luis y Edwin Montoya, Mosca Azul, Cepes, San Marcos1987, p. 642).Queda principalmente la novela Todas las sangres,que Jos Mara Arguedas public hace 50 aos, anticipando el gran conflicto minero peruano de hoy.Del llamado desarrollo que los mineros Bozaprometieron en tecno queda huella alguna. Se repite la historia de Potos, La Oroya, Huancavelica y Cerro de Pasco. Hasta cundo? El Apu Qarwarasu e uno de los tres grandes de las tierras altas de Ayacucho junto con el Rasuwillka y el Sarasara. Est a 5,200 metros de altura. Es el padre, el gran padre de todas las tierras que se ven desde esa altura.Hasta ah llegaban los abuelos con sus ofrendas; hasta ah llegan ahora los awkis, sacerdotes quechuas en los meses de agosto y setiembre, cuandoen todos los ayllus se celebra el Yarqa aspiy, limpieza de los canales de riego,que es la fiesta andina ms importantes de todo el territorio andino peruano de agricultura con riego.El sentido profundo de la fiesta es el siguiente: agradecer a los Apus-Wamanis -- cerros, padres andinos por el agua recibida en el ao agrcola que termina y por el agua que habr en el ao agrcola siguiente. La limpieza es la acequia, en mayo, es el punto de partida. Cuando el trabajo ha concluido las comunidades o ayllus escogen a los encargados de asumir la responsabilidad de la Fiesta. Las parejas de cequia alcaldes buscan a los awkis o sacerdotes quechuas y preparan las ofrendasque l y los cequia alcaldes llevan a los Apus en las huacas o lugares sagrados y enmanantiales de las tierras altas, cerca y encima de los cinco mil metros de altura.En una manta de tejido con lana de llama o alpaca se renen los mejores productos cosechados en el ao papas, ocas, mashwas, habas, maz- con hojas de coca, el llampu -una harina ceremonial de maz- conchas y estrellas de mar, el corazn latiendo de una llama o de una oveja, botellitas de vino, cigarrillos y caramelos, que se ofrecen a la Pachamama (Madre Tierra) y al Apu protector del pueblo y los ayllus, que luego se entierra entre canto, msica, oraciones deseos y alegra. Es la fiesta de la gratitud por la vida recibida y por la vida por recibir. Los awkis o sacerdotes indgenas tienen una explicacin muy sencilla de la fiesta: el agua es la vida, la esencia, la sangre de los cerros, que hace germinar la tierra para que podamos comer todos los seres humanos, los que creen en los Dioses andinos y los que no creen, porque sin alimentos y sin agua, la vida no sera posible.Los que suben de Australia al Qarwarasu, sus aliados ingenieros y tcnicos, solo buscan dinero, dinero y ms dinero. Tambin los gobiernos del pas, sus funcionarios y sus lobistas de todos los colores.La vida de los pueblos les importa un rbano aunque tengan discursos y oraciones debidamente preparadas sobre el respeto, el dilogo, la igualdad,la tolerancia, el progreso, el desarrollo, la democracia. Palabras, tan solo palabras.En tierras del Qarwarasuel agua es vida, fiesta, placer, encanto, canto, msica, danza, en particular la de tijeras. La protesta en Puquio tiene ese fondo y esa fuerza. En quince das volver sobre eltema. 2. APU QARWARASU: AGUA-VIDA EN SERIO PELIGRO (II) DIARIO UNO. Columna Navegar ro arriba, domingo 05 de abril 2015. El lunes 30 de marzo, cay un mnibus a pocos kilmetros de Puquio, ciudad mayor en territorio del Apu Qarwarasu y habran muerto 20 personas, enlutando a muchas familias hermanas nuestras tanto de Lucanas como de otras provincias de Ica, Apurmac y Cusco. Si los mnibus no circularan entre las 10 de la noche y las seis de la maana, en las carreteras peruanas morira un setenta u ochenta por ciento menos de pasajeros. En esas fatdicas horas el cansancio golpea ms. Hasta ahora solo lamentamos la prdida de miles de vidas y no aparece ninguna solucin en el horizonte. Los expertos en materia de transporte no tienen en cuenta este hecho. El abrazo de solidaridad es un pequesimo consuelo, ms an si como el mo va desde Sao Paulo, tan lejos.En mi artculo anterior escrib sobre el grave peligro de la cuenca de aguas del nevado Qarwarasu por la inminente explotacin a tajo abierto de una mina de plata y cobre. Como es habitual, los operadores de la empresa australiana recurrieron a conocidas triquiuelas para dividira la poblacin y obtener un acuerdo formal de aceptacin. El Frente Amplio de Defensa del Medio Ambiente de la Provincia de Sucre, se opone al inicio de operaciones de la empresa minera Laconia South Amrica S.A.C. en las faldas del nevado Qarwarasu. La comunidad campesina Tintay no le otorg la licencia social respectiva para dar inicio a las operaciones de explotacin.De un lado est la vida de los ayllus y pueblos andinos; del otro, la fortuna para los dueos de la empresa australiana y algo de dinero que ira al tesoro pblico. Cuando la explotacin termine, los dueos se irn y quedarn los ayllus cerca de un espacio lleno de huecos. Si toda su nieve se diluyera, el cerro habra perdido parte de su encanto. Doble prdida, doble dolor. No son buenos los tiempos que nos toca vivir. En estos tiempos de lucha y de defensa de lo nuestro, conviene pensar dos veces en el argumento de las grandes empresas y de los funcionarios del gobierno de Ollanta Humala que tratan de hacernos creer que de un lado estn los mineros, que seran buenos peruanos y que quieren el llamado desarrollo, y, del otro, los anti mineros, los malos peruanos, los terroristas que propondran el atraso. Eso es lo mismo que dijo y escribiAlan Garca, el aprista ex presidente, cuando insult a los comuneros de la Amazona y de los Andes llamndolos perros del hortelano, por no comer ni dejar comer la riqueza de las minas, el petrleo, el gas, el oro y las maderas. Es lo mismo que repiten los periodistas en los medios de comunicacin controlados por el Grupo El Comercio.Tratemos de ver de cerca lo que hay en el fondo de ese razonamiento: se trata de un argumento especialmente escogido para hacernos creer que las grandes empresas mineras y el Per tienen los mismos intereses, sin tomar en cuenta y tratando de ocultar que no todos los peruanos pensamos igual y que no por pensar de modo diferente somos malos peruanos o, peor an, terroristas. Como ciudadanos tenemos derecho a pensar, a defender nuestras opiniones y a respetar las opiniones de los otros. Si la democracia no supone este respeto, de qu estamos hablando? Los empresarios, los funcionarios del gobierno de Humala y los medios de comunicacin que los defienden estn convencidos de que en el mundo solo ellos tienen la verdad y que ese pensamiento es el nico a tomar en cuenta. Para ellos el desarrollo es sinnimo de riqueza, de acumulacin de fortuna, de competir para lograr mayor acumulacin de bienes: casas, autos, seguros privados para todo, mejores universidades para los hijos. Todo eso existe en el pas, por supuesto, pero es un privilegio para un reducido nmero de peruanas y peruanos que no se extiende ms all del 10 % de la poblacin.Las grandes fortunas del pas -de esos que figuran en la listas norteamericanas de gentes con ms de mil millones dlares- apenas representan menos del uno por ciento. Un 20 o 30 % de la poblacin se sita en lo que se llaman las clases medias (altas, medias y bajas) que viven con algo de confort (una casa,o un departamento, un auto y que envan a sus hijos a colegios privados de tercera o cuarta categora.El resto ve de lejos y de cerca el desarrollo, el progreso de los otros. El grueso de la poblacin no beneficiada por el llamado desarrollo comparte la situacin de pobreza, hasta el extremo de mal vivir con tres soles diarios, en los barrios populares de las grandes ciudades, en los conos de Lima metropolitana y los llamados pueblos jvenes de las capitales de departamento y algunas provincias grandes, y, tambin, en las comunidades de las tierras altas y en las comunidades nativas de la Amazona. Hay otra alternativa al llamado desarrollo. Se trata del ALLIN KAWSAY, BUEN VIVIR, en quechua, idea que viene de los hermanos de Bolivia y Ecuador y que es recogida por dirigentes de los pueblos indgenas amaznicos y de algunas organizaciones andinas. Una de las cuestiones centrales para el Allin kawsay, es vivir en armona con la naturaleza. Los seres humanos somos parte de la madre tierra. En el desarrollo capitalista los ingenieros y tcnicos actan como enemigos de la naturaleza, para someterla y vencerla. En un ayla, msica particular de la fiesta del agua, los comuneros de los ayllus de Puquio (Qollana, Chaupi, Qayaw y Pichachuri) cantan: los ingenieros carreteros son enemigos de los rboles y de las piedras. Saben muy bien de lo que hablan. No son malos peruanos, no son terroristas.Se trata de tener con la Pacha mama una relacin de respeto porque de ella nos viene la vida. Es ese respeto que las empresas capitalistas y sus defensores no toman en cuenta porque para ellos lo nico que importa es la acumulacin de riqueza para el 1% de la poblacin y sus beneficios extendidos a un d10 %. (Sao Paulo, Brasil 2 de abril, 2015).3. AGUA, VIDA, GANANCIAS YCULTURAS, Diario laPrimera, Navegar Ro Arriba (sbado 19 de noviembre2011) Para las empresas multinacionales y sus defensores en el 98 % de los medios de comunicacin en Per, el agua es un recurso indispensable en la explotacin de las minas. No les interesa si est en las cabeceras de cuencas o no, tampoco quines son sus dueos y lo que hagan o no con ella. Lo que les importa es que est disponible para sacar el oro y el cobre. En el caso de La Conga, en Cajamarca, la empresa minera no slo insiste en tener acceso al agua, sino mantiene frrea su voluntad para vaciar las lagunas, y trasladar sus aguas a otros reservorios porque debajo de esas lagunas se encuentran el oro y el cobre. Anuncia tambin que repondr las lagunas en otros sitios como si fueran muebles y que los habitantes locales tendrn del doble de agua que antes. Todo lo que las empresas multinacionales y sus socios locales buscan es dinero, ms dinero y ms dinero. El cuento del desarrollo del pas que no tiene cuando llegar sirve para muy poco. Desde hace quinientos aos el mapa minero del pas es el mismo mapa de la pobreza. Potos, Huancavelica y la Oroya estn ah, ante nuestros ojos, hablndonos todos los das de la fortuna que sali y los huecos de relave y pobreza que quedaron.Si para las empresas las minas y el agua son fuentes de extraordinaria riqueza y maravillosas ganancias en billones de dlares, para los pueblos, sangres, culturas, patrias y naciones del mundo entero donde se encuentran, el agua es fuente de vida. Tan importante es la relacin entre el agua y la vida en el mundo entero, que los grandes mitos sobre los orgenes, vida y destino de los pueblos sitan al agua en un lugar de privilegio. Los hermanos Ayar -personajes mticos de la historia, fundadores de la gran civilizacin inca- salieron del Lago Titicaca.Entre la historia y el mito, cuentan que los ApusTitikaka y Pachacmac,fueron los lderes de la rebelin, en 1965,de los Taki unquy en los Andes y en la Costa contra la Iglesia Catlica y su cruz-espada de doble filo: el discurso de fe y amor,y sus hechos de muerte y destruccin. .En los ayllus y comunidades de hoy, los manantiales y lagunas que se encuentran en las cabeceras donde nacen los ros como el Amazonas o el Rmac son lugares sagrados porque en ellos nace la vida. Los Awkis o sacerdotes quechuas en los 4 ayllus de Puquio, les llevan a sus Wamanis o Apus una ofrenda anual para agradecerles por el agua-vidarecibida en las cosechas del ao y rogarles que el ao siguientela lluvia sea abundante y los pastos sean suficientes para reproducir y multiplicar el ganado. El agua es vida, esencia, y sangre de los Apus. Lo mismo ocurre en San Pedro de Casta en las alturas de Lima y en todos los pueblos donde la fiesta del agua es el acontecimiento religioso, simblico y social indgenams importante del calendario. En la vertiente de la investigacin cientfica, Charles Darwin abri el camino para que sepamos hoy que la vida tal como la conocemos comenz en el mar, que los mamferos marinosson nuestros ancestros lejanos y una variedad de simios muy inteligentes, nuestros ancestros prximos. Los Awkis de Puquio en tiempos de sequas muy graves descienden caminando hasta las orillas del mar en el puerto de Lomas, con una ofrenda especial para que vuelvan las lluvias, porque saben biendesde hace centenares de aos que las aguas del mar se evaporan y viajan con los vientos, convirtindose en lluvias,Sabrn algo los grandes empresarios mineros y el 98 % de la clase poltica peruana de lo que aqu cuento? Envenenar las cuencas de los ros, lagos y lagunas, es defender un proyecto de muerte a cambio de unos billones de dlares. Agua o vida, oro o vida, cobre o vida. Ese es el problema de fondo. Lectoras y lectores: De qu lado estamos? 4. MARCHA POR EL AGUA Y LA VIDA, Diario laPrimera, Navegar Ro arriba (sbado 11 febrero, 2012). Escribo hoy, 8 de febrero, desde el puerto de Lomas, provincia de Caravel, Arequipa, a 540 kilmetros de Lima, mientras la marcha por el agua que parti de Cajamarca est ya a punto de llegar a Lima. En esta tierra desrtica el agua es un bien escaso y se paga 3 nuevos soles por cilindro, mientras los sueos de un servicio de agua y desage tardan decenas de aos en llegar y el agua salada del primer pozo municipal sigue saliendo salada y sirve en la batalla desigual contra el polvo y la suciedad y, menos, para regar una que otra planta por ah.En las tierras altas, el Apu Qarwarasu, ha perdido [parte] de la nieve que tena, y la tendencia de largo plazo es claramente perceptible: menos lluvias y ms calor. Muy cerca de aqu, en Acar, Chala y la provincia de Lucanas florece la minera informal a travs de miles de peruanos y peruanas a quienes les gustara ser ricos como los Benavides de la Quintana, los socios menores del Proyecto Conga. Su argumento sencillo es por qu ellos s y nosotros no? Los peridicos que llegan y estn disponibles son principalmente los de cincuenta centavos y su respectiva basura. Es posible que para los responsables del Canal 7 de TV la marcha por el agua sea un suceso que ocurre en algn lejano planeta; por eso su pobre o casi nula presencia. El asunto pendiente es si Conga va o no; es decir, una parte del pas contra otra, Ollanta Humala 1 contra Ollanta Humala 2. En una orilla, el agua, la vida, el derecho que los pueblos tienen de cuidar sus manantiales, lagunas, echaderos, tierras de pastos y de cultivo. En la otra, el privilegio de unas empresas multinacionales y sus socios peruanos de segundo orden para llevarse el oro, la plata y otros minerales en nombre del blindaje de sus inversiones conseguido con buenas y malas artesante funcionarios del Estado y legisladores del Estado. Ms de un siglo de explotacin minera constante nos ha dejado una leccin muy clara: despus de las empresas mineras, el diluvio. Cuando ya no quedan metales los empresarios se van y para los pueblos quedan los cementerios de relave all donde antes floreca el maz, como en tec -aqu, muy cerca de Lomas, aguas arriba por el Ro Acar,aun paso de Puquio y Lucanas- o como en la Oroya y Cerro de Pasco que quedaron sin plantas, sin peces y sin pjaros. Los discursos y millonarias campaas de la Sociedad Peruana de Minera y Petrleo sobre idlicos respetos a la ecologa y grandes proyectos del llamado desarrollo, sirven para muy poco.Ollanta Humala tiene en sus manos la decisin ms importante en lo que va de su gobierno. Si Conga va, como lo ha repetido varias veces, confirmar su opcin por ser un presidente como Garca, Toledo y Fujimori, que hicieron lo que dijeron que no haran, que con una indiscutible deshonestidad salieron de la orilla en que se situaron slo para ganar las elecciones y sentirse felices con el tamao de sus egos.Con la gran parte de los medios de comunicacin en contra, la marcha por el agua recibe a su paso apoyo y solidaridad. No se trata slo de una marcha por el agua en Cajamarca sino en todo el pas, porque la poltica de depredar los bienes y recursos del pas es la misma en todas partes, en Celendn como en Ilo, en Ica como en las tierras altas de Arequipa y Cusco, en el Alto Huallaga como en Moquegua.Desde la mezquindad y desde las pequeas y grandes vanidades, se cuestiona el liderazgo de la marcha y se atribuye planes presidenciales a sus lderes. En buena hora que la marcha tenga los lderes que tiene. Lo que est en juego es la defensa del agua y de la vida frente a las fuerzas del oro y la muerte y no las aspiraciones de uno u otro. En el camino se ver si ganan el derecho de ser lderes nacionales o no. Ver a Hugo Blanco en la ruta, con sus aos y trayectoria, acompaando sin pretensiones de nada ms, me parece un saludableejemplo de constancia y de honradez poltica.5. PRESENTACIN DEL LIBRO CIRILO, DANSAQ: CONVERSACIONES CON UN MAESTRO, DE CARLOS W HERRERA ALFARO, LIMA, 2004-08-14 Desde Andamarca-histrico distrito de la provincia de Lucanas, donde se encuentran unos andenes bellsimos a lo largo de seis kilmetros-Carlos Herrera nos entrega un texto sobre uno de los ms famosos danzantes de tijeras, don Cirilo Inca, que reposasus apacibles ochenta aos cerca de Lima, en el valle de San Andrs. Se trata de un trabajo esencialmente etnogrfico, presentado en parte como un relato literario, que enriquece el conocimiento que tenemos sobre la danza de tijeras.El autor ha sido profesor de primaria en Andamarca, Lima y Arequipa y es un excelente acordeonista, intrprete de msica andina, muy conocido desde cuando form parte del tro Los Puquiales. Desde nio aprendi a disfrutar de la danza de tijeras en Andamarca, una de las plazas ms fuertes del circuito 1, all donde las fiestas duran una semana y en las que los artistas bailan entre 35 y 40 horas semanales de una competencia en serio frente a un pblico que sabe y juzga sin contemplaciones ni concesiones. Huacaa, Cabana, Chilques, San Cristbal y Puquio, forman parte de ese circuito duro. Por ah anduvo el profesor Herrera siguiendo los pasos de esos maravillosos representantes de una vieja tradicin quechua que naci con la rebelin del Taki Unquy en 1565. Su encuentro con don Cirilo Inca, heredero de una larga estirpe de danzantes monolinges quechuas, fue decisivo. Desde la amistad y la admiracin fue tejiendo con l, una a una, lasestampas y estaciones del yarqa aspiy, limpieza de acequias, la gran fiesta del agua que es la ms importante del calendario religioso quechua y de cada uno de los momentos de la compleja danza de tijeras.En ese aprendizaje amoroso de las tradiciones de su pueblo, el profesor Herrera sigui el ejemplo del ilustre maestro primario Tefanes Gallegos, amigo de Jos Mara Arguedas en la infancia compartidaen la hacienda Visceca. Con alegra y satisfaccin he podido encontrar en el texto de Carlos Herrera un argumento a favor de una hiptesis sobre los danzantes de tijeras que surgi en mi trabajo de campo en Puquio, en 2001 con una larga entrevista con don Eugenio Pucar, el mejor danzante puquiano de su tiempo. Los danzantes seran sacerdotes quechuas. Don Eugenio confirm que s, y Carlos Herrera dice lo mismo de don Cirilo Inca. Se trata de un hecho muy importante.El trabajo de Carlos Herrera es tambin una invitacin para ir a Andamarca y disfrutar de su fiesta del agua y su competencia dura de danzantes de tijeras. ANEXO II.BIBLIOGRAFA GENERAL SOBRE LA FIESTA DEL AGUA, LOS DANZANTES DE TIJERAS Y EL TAKI UNQUY lvarez, Bartolom 1998 [1588]De las costumbres y conversin de los indios del Per. Memorial a Felipe II, Edicin: Mara del Carmen Martn Rubio, Juan J. R. Villanas Robles, Fermn del Pino Daz. Ediciones Polifemo, Madrid. Albornoz Cristbal de,1569 [1990]Informaciones de Cristbal de Albornoz, en Luis Millones, compilador, El retorno de las huacas p 41-328, Instituto de Estudios Peruanos, Sociedad Peruana de Psicoanlisis, Lima.Arce Sotelo 2006 La danza de tijeras y el violn de Lucanas. IFEA Instituto Francs de Estudios Andinos. Lima. Arguedas Jos Mara,1956 Puquio una cultura en proceso de cambio Revista del Museo Nacional N XXV. Lima. (Texto reproducido en el libro Estudios de la cultura en el Per, compilado por el propio J. M. Arguedas y publicado, en 1964, por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima.1974La agona de Rasu iti, cuento, en Jos Mara Arguedas, "Agua y otros cuentos indgenas", Editorial Milla Batres. Lima.1967 Ayla, cuento. En: Amor mundo y todos los cuentos de Jos MaraArguedas. Lima: Francisco Moncloa . 207 pp. Cahill David 2006El visitador general Areche y su campaa iconoclasta contra la cultura andina, en: Ramn Mujica Pinilla, editor, Visin y smbolos: del Virreinato criollo a la repblica peruana. Banco de Crdito del Per. Coleccin Arte y Tesoros del Per. Lima.Castro-Klaren Sara, 1990Discurso y transformacin de los dioses en los andes: del Taki onqoy a Rasu iti, en Millones Luis, compilador, El retorno de las Huacas, Instituto de Estudios Peruanos y Sociedad Peruana de Psicoanlisis. Lima.1977La destruccin de la religin andina (durante la conquista y la colonia) Universidad Autnoma de Mxico.Mxico. Castro Titu Cussi Ypanqui, Inga Don Diego 1985 [1570]Ynstrucin del Ynga don Diego de Castro Titu Cussi Yupangui para el muy ilustre seor el Licenciado Lope Garca de Castro, Governador que fue destos Reynos del Piru. Tocante a los negocios quecon su majestad, en su nonbre, por su poder de tratar; lo qual es esta quese sigue. (1570). Ediciones El Virrey, Lima. Cavero Arnulfo 2001Los Dioses vencidos. Una lectura antropolgica del Taki onqoy. Escuela de Post grado de la Universidad San Cristbal de Huamanga. Centro de Pesquisa en Etnologa Indgena, UNICAMP. Brasil.Curtola Marco 1977 Mito y milenarismo en los Andes. Del taki onqoy a Inka Ri. Revista Allpanchis n 10 pp. 65 92. CuscoDalle Luis1983 Antropologa y evangelizacin desde el runa.Lima: Centro Bartolom de Las casas CEP. Dournes Jacques,1963Dieu aime les paens. Aubier. Paris: Editions Monaigne. Duviols Pierre 1997 Respuesta de Pierre Duviols a Tom Zuidema en Saberes y Memoria en los Andes. Ed. T. Bouysse-Cassagne. Cusco. 1977 La destruccin de las religiones Andinas (durante la conquista y la colonia) Universidad Autnoma de Mxico. Mxico.1967Un indit de Cristbal de Alobornoz: "La Instruccin para descubrir todas las Guacas del Pira y sus Camayos y Haziendas" en Journal de la Socit des Amricanistes. Tome LVI-I, Pars.Escalante Carmen y Valderrama Ricardo 1997 La doncella sacrificada: mitos del valle del Colca. Universidad Nacional San Agustn, Instituto Francs de Estudios Andinos. LimaEstenssoro Fuchs, Juan Carlos 2001Del paganismo a la santidad: la incorporacin de los indios del Per al Catolicismo 1532- 1750. Traducido del francs por Gabriela Ramos, Instituto Francs de Estudios, Andinos, Lima. Guamn Poma de Ayala Felipe,1980El Primer nueva cornica y buen gobierno. Edicin crtica de John Murra y Rolena Adorno, Traduccin y anlisis textual del quechua por Jorge Urioste. Siglo XXI. 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