VIAJE A ÁFRICA

Miguel Ángel Barbero Barrios

Colección

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Material educativo promovido por la Revista Pedagógica Área Educativa

© Miguel Ángel Barbero Barrios

MUESTRA DIGITAL del primer capítulo

Pida el libro completo en:

www.areaeducativa.net/jesus

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ÍNDICE PRÓLOGO. ¿Qué es En Clase con Jesús? 5 ESQUEMA PEDAGÓGICO DE CADA CAPÍTULO 7 ÍNDICE TEMÁTICO 9 PRESENTACIÓN DE PERSONAJES 11 Capítulo 1: CARLOS EL DURO 13 Capítulo 2: ¿NIÑOS MISIONEROS? 23 Capítulo 3: LA UNIÓN HACE LA FUERZA 38 Capítulo 4: VIAJE A ÁFRICA CON JESÚS 57 Capítulo 5: LA FE MUEVE MONTAÑAS AFRICANAS 71 Capítulo 6: ÁFRICA DEVUELVE LA ESPERANZA 83 EPÍLOGO 93

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PRÓLOGO. ¿Qué es En clase con Jesús? Antes de contestar, yo tengo otra pregunta: ¿Quién es tu mejor amigo o amiga? Seguro que es una persona con quien quieres compartir tus juegos preferidos, reali-zar trabajos del cole, celebrar cumpleaños u otras fiestas juntos; allá donde esté la elijes para ponerte a su lado… ¡Es genial compartir momentos con esa persona! ¿A que es muy especial? ¿A que estás deseando estar con él o ella? Tenéis cosas en común, habéis vivido cosas juntos, compartís secretos y confidencias que nadie más sabe… hay confianza y os queréis. Pues En clase con Jesús pre-tende presentarte a un compañero que bien puede pare-cerse a ese mejor amigo o amiga que tienes. ¿Te imaginas tener a Jesús, el niño Jesús de Nazaret, ni más ni menos, como compañero de clase? ¿No crees que sería un com-pañero muy especial? ¿No crees que cambiarían algunas cosas en tu clase, en ti…? ¡Vaya pedazo de amigo! En clase con Jesús es una manera de facilitar la con-templación del niño Jesús para niños del siglo XXI. ¿Sa-bes lo que es contemplar? Bueno, sí, algo parecido a ver… Te explico: en la tradición cristiana muchos han sido los santos que han hablado del conocimiento de Jesús como paso previo a enamorarse de Él. Muchos no creen en Jesús porque simplemente no le conocen, inclu-so aunque hayan oído hablar de Él. No saben cómo es. Por ello, la contemplación es un aliado de los que quieren conocer y parecerse a Jesús, pues consiste en imaginarse

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las escenas evangélicas de tal manera que parezca que uno se encuentra inmerso en ellas. En clase con Jesús propone una contemplación primero del evangelio, y después, dando un salto imaginativo más, de cómo el niño Jesús podría hacer presente el mensaje de ese evangelio en la realidad de un colegio del siglo XXI. En clase con Jesús es una contemplación del escritor, pero puede ser un primer paso para ayudar a vosotros los niños, a que hagáis tam-bién la vuestra, para imaginar al niño Jesús de Nazaret como un compañero al que tenéis muy cerca, que os ayu-da, os entiende y os anima a ser mejores personas.

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ESQUEMA PEDAGÓGICO DE CADA CAPÍTULO Observarás que los cuentos tienen varias partes:

Lectura evangélica inicial: Evangelio significa “Buena Noticia” y cada cuento pretende mos-trar la actualidad de esa buena noticia y la posi-bilidad de vivirla hoy, en tu clase, con tus com-pañeros. Lo que cuentan los evangelistas no es cosa del pasado, obsoleta, perdida, inútil para nuestros días. Tiene una gran riqueza y sigue dando sentido e iluminando la vida del siglo XXI. Antes del cuento conviene leer una lectura evangélica que se ajusta a lo que ocurre en la historia para darnos cuenta de ello.

Cuento: san Ignacio de Loyola, un gran santo español del siglo XVI sabía que la imaginación es una gran aliada del cristiano, pues ayuda a acercarse a la imagen de Jesús que se narra en el Evangelio, que es donde se nos dice cómo es Él, qué hacía y qué decía. Como te dije anterior-mente, el cuento es una invitación a la contem-plación de Jesús, una ayuda, para que los niños realicen la suya propia, y por tanto, las historias de En clase con Jesús son ficción, pero ojo, que la influencia de Jesús en aquellos que creen en Él no, su ayuda e influencia es muy clara. ¿Por qué no contar con este gran amigo? Estos cuen-tos son sólo un camino divertido hacia su men-saje.

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Llévalo a tu pupitre: seguro que lo que cada cuento narra tiene que ver con algo que has vi-vido más o menos cercano a ti. El “llévalo a tu pupitre” te propone algunas reflexiones que puedes realizar individualmente o junto a tus padres, profesores, catequistas u otros compa-ñeros y tiene dos partes: una en la que se anali-zan las cosas que pasan en la historia del cuento (por qué ocurre lo que ocurre, cuáles son las motivaciones de los personajes, etc.) y otra se-gunda en la que se te proponen compromisos e implicaciones reales para tu vida diaria. Ni el Evangelio ni estos cuentos tendrían sentido si no sirvieran para llevar a cabo con actitudes re-ales lo que Jesús nos transmite. San Ignacio lla-ma a esto reflectir, que en un lenguaje de nues-tro tiempo podríamos considerar como interio-rizar, traer a lo que nos ocurre en el día a día el mensaje de Jesús.

Pásalo a Jesús: ¿alguna vez has pasado una noti-ta a un compañero/a? ¿La has recibido tú de otro/a que te quería decir algo? Pues hay una importante notita que pasar a Jesús y se llama oración. Se puede hacer a viva voz, con el pen-samiento y sobre todo, con el corazón. Después de cada cuento el “Pásalo a Jesús” se propone como oración sobre la temática tratada. Se diri-ge a Él pidiéndole Gracia para ser su buen ami-go o amiga.

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ÍNDICE TEMÁTICO DE

“VIAJE A ÁFRICA”

CAPÍTULO

CITA EVANGÉ-LICA EN QUE SE

BASA

VIRTUDES QUE

PROMUEVE

AYUDA A

VENCER A

1. CARLOS EL DURO S. Mateo 13, 15

FE

ESPERANZA AUTOSUFICIENCIA

2. ¿NIÑOS MISIONE-

ROS? S. Mateo 7, 15

CREER EN UN PRO-YECTO SOLIDARIO

TENACIDAD PARA LLEVARLO ADELANTE

EGOÍSMO

INCREDULIDAD

DESÁNIMO

3. LA UNIÓN

HACE LA FUERZA

S. Juan 6, 27

LA FUERZA DE CRE-ER Y COMPARTIR UN OBJETIVO SOLIDARIO

VERDADERO COM-PAÑERISMO

LIDERAZGO NEGATI-VO

DEJARSE LLEVAR POR NO TENER PER-

SONALIDAD

4. VIAJE A ÁFRICA

CON JESÚS

S. Juan 6, 1

LIDERAZGO POSITI-VO

CAPACIDAD DE LU-CHAR POR LO QUE

SE CREE

ARREPENTIMIENTO

REPARAR O CORRE-GIR LO HECHO MAL

HACER EL BIEN TRAE EL BIEN

DESÁNIMO

HACER EL MAL LLEVA AL MAL

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5. LA FE MUEVE MONTA-

ÑAS AFRI-CANAS

S. Mateo 17, 20

FE

ESPERANZA

CARIDAD

AMOR INCONDICIONAL

INMOVILISMO

PEREZA

INDIFERENCIA SOLI-DARIA

6. ÁFRICA DEVUELVE LA ESPE-RANZA

S. Lucas 6, 38

SABER RECIBIR LA SOLIDARIDAD DE

OTROS

APRENDER DE LOS DEMÁS

APRECIAR LO QUE SE TIENE

AUSTERIDAD

DESÁNIMO

PENSAR QUE LA SOLIDARIDAD NO VALE PARA NADA

CAPRICHOS

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PRESENTACIÓN DE LOS PERSONAJES PRINCIPALES

DE “VIAJE A ÁFRICA”

Jesús:

Protagonista, aunque a veces no aparezca explícitamente. Él es el compañero que está en cualquier situación ani-mando, apoyando y en ocasiones, guiando a sus compañe-ros.

Don Rafael:

Profesor de la clase de Jesús. Serio y responsable. Muy concienciado con su labor educativa, siempre quiere a sus alumnos e intenta transmitirles los mejores valores.

Don Óscar:

Profesor del colegio de Jesús que animará una campaña de apoyo a los niños africanos en el colegio de Jesús tras vivir una experiencia en un país africano (El Congo).

Carlos:

Niño revoltoso, indisciplinado y que fastidia a sus compa-ñeros. Tras su contacto con Jesús experimentará un cambio que se podrá ver a lo largo de “Viaje a África”.

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“La solidaridad universal, que es un hecho y un beneficio para todos, es también un deber”.

Benedicto XVI, Caritas in Veritate

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VIAJE A ÁFRICA

Capítulo 1: “Carlos el duro”

CAPÍTULO BASADO EN: EVANGELIO DE SAN MATEO,

capítulo 13, versículo 15

«Se ha embotado la mente de este pueblo; se han vuelto duros de oído, se han tapado los ojos».

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La campaña del colegio Era miércoles por la mañana y la campaña del cole-gio de apoyo a la República Democrática del Congo esta-ba siendo presentada por Don Rafael, el profesor de la clase de Jesús: —Queridos chicos: hoy os presento la campaña que va a realizar nuestro colegio en favor de un país de África que se llama República Democrática del Congo. Hay otro país muy parecido y pegado físicamente, además, que se llama República del Congo, pero no es el mismo, pues es más pequeño. La dirección del colegio ha optado por apoyar a un proyecto que se está desarrollando en este país, concretamente en la ciudad de Kinshasa, pues han sido varios los profesores que han viajado en las últimas vacaciones a este lugar y han dado cuenta de cuál es la situación de este país y de la necesidad de ayuda que pre-cisan. El objetivo es ayudar a construir un comedor-escuela que sirva a los niños de una barriada de Kinshasa para salir de la más absoluta pobreza. Con nuestro grano de arena podremos conseguirlo. Para ello hay una serie de actividades que vamos a poner en marcha durante el cur-so y en las que todos y todas vamos a sumar nuestras fuerzas. Mientras Don Rafael hablaba de la campaña que se iba a realizar en el colegio, Carlos, que no es muy amigo de colaborar con causas solidarias como ésta, ya estaba

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haciendo de las suyas con comentarios inadecuados diri-gidos a sus amigos: —¡Pssiichhh! ¡Pssiichhh! ¡Antonio! —llamaba Carlos mientras Don Rafael ya comenzaba a explicar el tema de matemáticas. —¿Qué quieres ahora, Carlitos? —respondió Antonio. —Oye, Antonio, menuda tontería es ese rollo que nos ha contado Don Rafael sobre la ayuda al África, ¿verdad? —No sé, ¿por qué lo dices? —preguntó con verdadera intriga Antonio. Carlos, que no tenía muy sólidas razo-nes más allá de sus prejuicios y pocas ganas de colaborar, siguió con sus aparentemente justificados argumentos: —¿Pero no has visto? Resulta que ahora tenemos que apoyar a la pamplina del Congo, para absolutamente na-da, porque ya sabes que estas cosas no sirven para nada… Antonio, que no sabía bien a qué se refería Carlos y aún era más prudente para conceder al menos el benefi-cio de la duda a la propuesta de ayuda del colegio, le vol-vió a insistir: —…Pero bueno… Carlos… ¿Por qué dices eso? Ayudar siempre es bueno, ¿no? ¿Por qué no te gusta lo que nos ha dicho Don Rafael? —Eso es lo que tú crees… Que ayudas… Pero no. No sirve para nada, no vas a solucionar nada… los pobres van a seguir siendo pobres y los ricos van a seguir siendo ri-cos… Además, yo ya tengo muchas cosas que hacer, y paso de hacer nada por nadie, y menos por niños que

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jamás conoceré… y que están a miles de kilómetros de distancia… ¡Hmm! —bramó tras su pequeño discurso antisolidario. Al haber musitado en voz baja, Don Rafael no se percató de lo que habían hablado los niños, pero al ter-minar la explicación sobre el mínimo común múltiplo y el máximo común divisor preguntó a los niños de la clase: —…A ver... tú, Carlos… ¿Qué es el mínimo común divi-sor? Carlos, que no tenía ni idea, se limitó a decir que era un número mínimo que poseía algo en común con otros, y que era divisor. Don Rafael se quedó pensativo por un momento, pues la respuesta no era del todo inco-rrecta, pues aplicando la lógica, el bueno de Carlos había acertado, aunque lo único que hizo fue añadir varias pa-labras lógicas a la misma pregunta que le había hecho el profesor. Después de la respuesta Don Rafael dijo que si algún otro niño podría completar mejor su respuesta, a lo cual respondió raudo y veloz Fernando, que contestó perfectamente tal y como Don Rafael esperaba. Al final Carlos salió de rositas de aquel envite, gracias a su ocu-rrente respuesta y a la indudable suerte que tuvo. ¡Menu-do es!

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¿Solidaridad, para qué? Cuando los niños salieron al recreo, uno de los principales temas de conversación fue la campaña de ayu-da del colegio al Congo, pues todos los profesores lo habían explicado en sus respectivas clases. La campaña incluía elementos novedosos, porque no sólo se centraba en recoger dinero para la construcción del comedor-colegio, sino que también incidía en la importancia de que cada niño y cada niña se concienciara de que una pe-queña privación como tomarse un refresco en un mo-mento dado podría suponer a muchos kilómetros de dis-tancia una mejora; dicho en otras palabras, la campaña era también de sensibilización, trataba de acercar la realidad de los niños del Congo a un colegio situado en Europa, para que la acción realizada por los niños que viven en

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este último continente no fuera sólo la de dadores de lo que les sobra, sino que también consistiera en comprome-terse con la realidad que están viviendo en las latitudes africanas. Los profesores habían preparado un montón de vídeos y de actividades para cubrir este segundo aspecto de la campaña, y desde luego que los niños del colegio de Jesús aprenderían mucho con todas ellas... eso… si Carli-tos no lo impedía, pues seguía siendo un tanto negativo en este sentido... Y si no os lo creéis, mirad lo que decía a sus compañeros de juego en el patio del colegio: —¡Yo no voy a dar ni un céntimo a los niños del Congo! —decía con cierta ligereza e incluso chulería. —¿Ah, no? ¿Por qué, si se puede saber? —dijo Alex, que como no había escuchado lo que Carlos le dijo a Anto-nio, le venía de nuevas lo que declaraba su amigo. —Oye, colega… no me digas que tú te tragas todas esas patrañas de las campañas solidarias… ¡Vamos! A mí no me la dan… Yo soy más listo que todo eso… ¡Ja, ja, ja! —Carlos, tío, pero reconocerás que los niños del Congo merecen ser ayudados… —intentaba hacer pensar míni-mamente Alex a Carlos. —Bueno… no sé… Lo cierto es que ¿tú no tienes pro-blemas? ¿Tú no necesitas que nadie te ayude? ¿Quién te asegura que el dinero que des a esos niños no te hará falta a ti mañana, o pasado, o en el futuro, cuando seas ma-yor…? —Hombre, si te pones así…

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En ese momento, Gregorio, que estaba dudando sobre su particular colaboración con la campaña, se ter-minó de desanimar con los comentarios de Carlos: —Diréis lo que queráis, pero Carlos tiene razón… Es el más sincero de todos. ¡Basta ya de ñoñerías! Cada uno que vaya a lo suyo, y estoy de acuerdo: ¿quién me asegu-ra a mí que el dinero que yo voy a dar a esos niños no me hará falta a mí en el futuro? Y además… ¿no habéis pen-sado que a dónde va a parar vuestro dinero? ¡Seguro que se lo quedan y se van de fiesta los que lo recogen! —Y además, eres dueño de tu propio dinero; por eso, si te sobra, te lo puedes gastar en chucherías si te da la gana. ¿Por qué utilizarlo en la campaña solidaria? ¡Encima con unas pocas monedas que dé yo no se va a solucionar ab-solutamente nada, es inútil! ¡No seáis tontos, gastad el dinero en vuestros caprichos, que la vida hay que aprove-charla y son dos días! —apostilló el comentario de Gre-gorio un enérgico Carlos. —Pues… es verdad… Tenéis razón… Yo creo que la so-lidaridad es un cuento chino y que no vale de nada… ¡Puff! A mí, mis cinco euros semanales que me gasto en cromos no me los quita nadie, y menos para que se los lleve un niño del Congo al que no conozco! —se unió Javier, otro de los niños de la clase de Jesús, que ante tan-to apoyo a lo que Carlos decía, pareció ver claro que sus palabras llevaban hilo. Y esto no le ocurrió sólo a Javier, sino también a otros niños y niñas que andaban por allí. Incluso, entre aquellos niños que no dijeron nada, sobre-vinieron dudas acerca de la campaña, y desde luego, el

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trabajo de Don Rafael en la clase al día siguiente en lo que se refería a la campaña iba a ser más difícil de lo que lo hubiera sido en otras circunstancias, pues encontraría la oposición de algunos niños que, por culpa de Carlos, habían instaurado la antisolidaridad como telón de fondo en sus pensamientos. ¿No os parece una pena? Pues a Jesús, que estaba en la misma clase que Carlos y se per-cató de toda la contra-campaña que estaba realizando su compañero, también…

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LLÉVALO A TU PUPITRE Reflexión sobre el contenido del capítulo

¿Te parece lógica la respuesta de Carlos a la campa-ña que promueve su colegio para ayudar a los niños de África?

¿Has pensado alguna vez, como Carlos, que ayudar no sirve de nada y que es una tontería hacer sacrifi-cios por los demás?

¿Qué opinas sobre lo que hasta ahora conoces de la campaña del colegio de Jesús?

Si estuvieras en la clase de Carlos, ¿te habría hecho pensar como él?

Reflexión para aplicar a la vida

¿Qué ocurre cuando una persona hace ver negativa-mente las cosas a los demás?

¿Se puede luchar por algo en lo que no se cree? ¿Cuáles son las cosas en las que crees y por las que

luchas? ¿Tienen repercusión para el servicio de los demás? ¿Si no es así, qué te comprometes a hacer para que sí lo tengan?

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PÁSALO A JESÚS

Niño Jesús, Tú que estás cerca de mí,

haz del mío un corazón solidario.

Que yo apoye siempre el bien

y no me deje arrastrar por los prejuicios y

los comentarios derrotistas y malintencionados.

Que como Tú, yo sepa renunciar a cosas por los demás.

Que como Tú, entienda que lo que hace

ser feliz de verdad es construir Tu Reino,

un Reino lleno de amor y solidaridad a mi alrededor.

Amén.

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Capítulo 2: “¿Niños misioneros?” CAPÍTULO BASADO EN:

EVANGELIO DE MATEO, capítulo 7, versículo 15.

«Guardaos de los falsos profetas que se os acercan disfrazados de ovejas y por dentro son lobos rapaces.»

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