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En América Latina y El Caribe
Los niños, niñas y adolescentes son las principales victimas de la violencia en América Latina. Según la OMS, 29% de las victimas de homicidio en América Latina tienen entre 10 y 19 años. Se observan también importantes desigualdades entre los diferentes países de la región y la ausencia de programas sociales y de salud, lo que contribuye a la exacerbación de la violencia. La tolerancia social de la violencia sigue existiendo, lo que genera la impunidad de los perpetradores.
Los principales problemas identificados en la región son:Violencia vinculada con la criminalidad incluyendo la cultura de las bandasCastigos corporales en el hogar ; niños, niñas y adolescentes testigos de
violencias contra sus madresCastigos corporales en las escuelas ampliamente tolerados Relaciones basadas en la desigualdad de género lo que fragiliza aun
más las niñas frente a la violencia Desatención, fragilidad de las estructuras e inadecuación del personal
en las instituciones Violencia contra los niños, niñas y adolescentes que trabajan
enfrentados a condiciones de trabajo precarias, explotación
Los principales problemas identificados en el Caribe son: Violencias físicas y psicológicas como formas de disciplina en el
hogar y la escuela Abusos sexuales de los jóvenes en el hogar y vecindario Niños, niñas y adolescentes expuestos a altos niveles de
violencia en la comunidad – las tazas de homicidios en el Caribe son del doble que en el resto del mundo
Violencia en las escuelas vinculada con las bandas, principales responsables de las intimidaciones, agresiones verbales, droga y violencia
Abusos contra los niños, niñas y adolescentes que trabajan : venta y trata de menores para los conflictos armados, esclavitud, pornografía o prostitución infantil
Violencia en los establecimientos de acogida, escuelas militares, instituciones del sistema judicial
Conviven cotidianamente con la violencia en todos los ámbitos en los que viven/socializan/se desenvuelven
Perciben principalmente cuatro formas de violencia: la física la psicológica la sexual la discriminación
Identifican que existe discriminación principalmente por: origen racial o étnico (contra afro-descendientes o indígenas) origen socioeconómico (contra niños y niñas trabajadores, o en situación de calle) sexo o género (contra niñas y mujeres) capacidades diferentes rango etario (por su condición de
menores de edad).
Señalan como las personas que ejercen violencia en contra suya:
en la familia: padres, madres, padrastros, y hermanas o hermanos mayores.
en la calle: los hombres en general, en particular aquellos que están integrados a las pandillas, así como también sus propios pares.
en las instituciones: policías, enfermeras, doctores. en la escuela: maestros y maestras, así como
también sus propios pares.
Todas aquellas personas que les maltratan tienen una relación de poder con ellas y ellos, y en la mayoría de los casos identifican como sus principales agresores a las personas que deberían proveerles cuido y afecto.
Las propuestas que hacen corresponden a cuatro niveles: para sí mismos y sus pares para las personas adultas que
les rodean para las instituciones y representantes de los gobiernos políticas públicas
Para sí mismos y sus pares proponen promover el respeto, el diálogo, los conocimientos e incluso tener una actitud optimista o “buen humor”. Se visualizan —en el plano ideal— como agentes de cambio.
Para las personas adultas proponen medidas de rehabilitación (en los casos de adicción a drogas o alcohol), información, capacitación, asesoría y sensibilización, en suma, educación en el sentido más amplio, que se traduzca en actitudes de respeto hacia ellas y ellos.
Para las instituciones y los representantes de los gobiernos, su principal demanda es que hagan efectivos sus derechos y asuman sus funciones y responsabilidades de brindar seguridad, respeto y protección.
En cuanto a políticas públicas, demandan medidas para regular la distribución y el consumo de alcohol y de otras drogas. Y creación de empleos para disminuir la pobreza.
América Latina, con una población de más de 190 millones de niños es una de las regiones más desiguales del mundo y con mayores índices de violencia, que afectan principalmente a mujeres, niños y niñas.
Pese a los avances hechos en la región por parte de los Estados, que se obligan a través de la ratificación de instrumentos internacionales, y pese a la mejora de las condiciones de vida de los niños y adolescentes, todavía hoy miles de niños siguen esperando el reconocimiento de su derecho a vivir una vida digna, libre de violencia y a la protección frente a cualquier forma de abuso o explotación
Millones de niños y niñas en nuestro continente viven bajo temor de ser víctimas de violencia en la casa, en la escuela, en la calle y en las instituciones del Estado.
La violencia contra las mujeres y los niños/as representa una de las violaciones de los derechos humanos más extendida que les niega la dignidad, la igualdad, la seguridad, la autoestima y el derecho a gozar de las libertades y derechos fundamentales.
La violencia física y psicológica que sufren los niños y niñas incluye las ejecuciones extrajudiciales, las torturas, los tratos o penas inhumanos o degradantes, los castigos físicos aún en el seno familiar, el abuso sexual, la explotación sexual, la trata y el tráfico.
La falta de sistemas de información sobre la magnitud de la violencia por cada tipo de comportamiento violento tanto a nivel nacional como local no contribuye al desarrollo de mejores intervenciones para su prevención y control.
Violencia en el hogar y la familia: Según las estimaciones disponibles, cada año más de 6 millones
de niños/as sufren abuso severo en los países de la región y más de 80,000 mueren a causa de la violencia doméstica.
Estudios disponibles evidencian que entre un 10% y un 36% de las mujeres, según el país, han sido objeto de violencia física o sexual
Violencia en las escuelas: Los niños de preescolar y básica son el grupo más afectado por
el castigo físico, los mayores reportan sufrir mayoritariamente maltrato psicológico a través de insultos, amenazas y humillaciones
Se evidencia que en las escuelas y otras instituciones educativas ha y abuso sexual, acoso, discriminación, maltrato de las instituciones, de los profesores/as, y violencia entre pares, entre otros
VIOLENCIA EN LA COMUNIDAD Principales formas de violencia: homicidios, asesinatos de niños y adolescentes, explotación sexual comercial y trata, actividades vinculadas con el crimen organizado trasnacional (trafico de armas, drogas y personas); delincuencia entre otros.
En términos absolutos se estima que en América Latina y el Caribe mueren por homicidio entre 100,000 y 120,000 personas al año.
El 28% de las víctimas de homicidio corresponden a adolescentes entre 10 y 19 años
Violencia en las instituciones:Tradicionalmente la respuesta de los Estados ante el
abandono y comportamientos antisociales por los jóvenes ha sido la institucionalización. Características principales de la situación de estos niños/as y adolescentes: Abandono y hacinamiento; Falta de infraestructura adecuada, cuidados médicos, atención psicológica y educación. Falta de supervisión judicial y programas de rehabilitación y reintegración en el caso de los niños en conflicto con la ley.
VIOLENCIA EN LOS ENTORNOS DE TRABAJO:
América Latina y el Caribe hay 5,7 millones de niños entre 5 y 14 años trabajando.
Se calcula que hay 2 millones de niños y niñas trabajando en el servicio doméstico el cual se desarrolla en ámbitos cerrados, invisibles
Gran parte de los trabajos realizados por niños, niñas y adolescentes se realizan en la informalidad
12 recomendaciones, 5 entornos 5 recomendaciones específicas
Se recomienda que los Estados: 1.Fortalezcan los compromisos y medidas nacionales y locales,
elaborando un marco multifacético sistemático para responder a la violencia contra los niños, niñas y adolescentes que se integre en procesos de planificación nacional, con objetivos y calendarios realistas, coordinado por un organismo que tenga la capacidad para lograr la participación de múltiples sectores, en una estrategia de aplicación de amplia base, desarrollando sistemas de evaluación sistemática con recursos humanos y financieros adecuados.
2. Prohíban toda forma de violencia contra los niños, niñas y
adolescentes, garantizando que ninguna persona menor de 18 años pueda ser condenada a la pena de muerte o a cadena perpetua sin posibilidad de libertad.
Prohíban toda forma de violencia contra los niños, niñas y adolescentes en todos los entornos, incluidos los castigos corporales, las prácticas tradicionales dañinas, la violencia sexual y la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes como requieren los tratados internacionales.
3. Den prioridad a la prevención, de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes abordando las causas subyacentes, como la falta de apego de los padres a los hijos, la desintegración de la familia, el uso indebido de alcohol o drogas y el acceso a armas de fuego. En línea con los objetivos del Milenio, se debería centrar la atención en las políticas económicas y sociales que aborden la pobreza, el género y otras formas de desigualdad.
4. Promuevan valores no violentos y concienciación a través de
campañas de información y difusión que transformen las actitudes que aceptan o consideran normal la violencia contra los niños, niñas y adolescentes, incluidos los papeles de género estereotipados y la discriminación.
5. Aumenten la capacidad de todos los que trabajan con y para
los niños, niñas y adolescentes invirtiendo para proporcionar capacitación.
6. Proporcionen servicios de recuperación y reinserción social. 7. Garanticen la participación de los niños, niñas y adolescentes en
todos los aspectos de la prevención, la respuesta y la vigilancia de la violencia contra ellos.
8. Creen sistemas de denuncia y servicios accesibles y adecuados
para los niños, niñas y adolescentes. 9. Aseguren la rendición de cuentas y pongan fin a la impunidad de los
que cometan actos de violencia contra los niños, niñas y adolescentes. 10- Aborden la dimensión de género de la violencia promoviendo y
protegiendo a las mujeres y niñas de toda forma de discriminación. 11 Elaboren y apliquen sistemáticamente sistemas nacionales de
recopilación de datos e investigación.
12. Fortalezcan los compromisos internacionales a través la ratificación y aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño y sus dos protocolos facultativos así como todos los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos pertinentes que incluyen disposiciones relativas a la protección de los niños, niñas y adolescentes.
Violencia en el Hogar y la Familia Lejos de pensar que el hogar y la familia son espacios seguros para los niños, niñas y adolescentes, se ha evidenciado que los
hogares pueden ser lugares peligrosos para muchos de éstos. Son lugares donde se ha detectado que se les pega y se abusa sexualmente de ellos, por parte de aquellos en quienes ellos confían más. Los efectos de la violencia en este entorno, puede conllevar a un desempeño peor en la escuela y a la reproducción de actitudes violentas hacia otros.
Violencia en la escuela y otros entornos educativos (violencia física, sexual y psicológica) Aunque cueste decirlo y aceptarlo, la escuela puede representar un peligro para los niños, niñas y adolescentes. La complejidad
de la violencia en las escuelas no solo afecta a los niños víctimas de la violencia de los maestros, sino a niños, victimas de la violencia de sus pares y a maestros víctimas de la violencia de los niños. Todo esto es evidente que llega a afectar el desempeño de quienes viven la violencia directamente y a veces de quienes no la viven directamente pero conviven con ella, en su espacio de estudio.
También se ha visto que muchos niños sufren algún tipo de violencia en los largos traslados que hacen de su casa a la escuela.
Violencia en las instituciones (de acogimiento y judiciales) Los niños que viven en orfanatos, en hogares sustitutos o de acogida o en centros penitenciarios, y en particular los niños con dificultades especiales, son
vulnerables a ser víctimas de castigos físicos, confinamiento, restricción o negación de contacto con los miembros de su familia y/o amigos, abuso verbal y otras formas de violencia. En concreto, los niños en conflicto con la ley son mas propensos a sufrir - desde el momento de la detención hasta su puesta en libertad- castigo físico, abuso sexual, negación de las garantías propias de un proceso judicial, y por tanto indefensión, sin que lamentablemente a la mayor parte de la sociedad le preocupe.
Violencia en la Comunidad y en la calle Las calles pueden ser espacios violentos donde los niños, niñas y adolescentes pueden sufrir la violencia que se genera en ese entorno, ya sea ocasionada
intencionalmente en contra de ellos, por el tránsito, o por su mismo entorno que no reúne las condiciones adecuadas para una vida digna. La existencia de grupos organizados en las calles puede ser igualmente un factor de riesgo para todas las personas pero en particular para los niños, niñas y adolescentes.
Violencia en los lugares de trabajo Gran parte del trabajo infantil y adolescente se realiza en espacios informales, donde no existe ningún tipo de control y por tanto es más fácil encontrar
situaciones de explotación, de alto riesgo para los niños, niñas y adolescentes. Pero también existen espacios formales donde pueden ocurrir situaciones de explotación y abuso.
1) que los Estados cuenten con estrategias
adecuadas para eliminar la violencia hacia los niños, niñas y adolescentes;
2) que se cree una legislación nacional explícita para prohibir toda forma de violencia hacia los niños, niñas y adolescentes;
11) consolidar sistemas de información, análisis y difusión e investigación en este campo.