em mangas de camisa

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1 Publicación Especial. No. 1. Guatemala. Septiembre 2011. REVISTA DEL CRESCO “MANGAS DE CAMISA” Publicación mensual de información de la experiencia del CRESCO. Director Comunidad del CRESCO Equipo de Elaboración Gustavo A. Murillo sdb P. Félix Serrano Ursúa sdb. Lic. Fabricio Bernard Mario Olmos sdb. P. Luis Timossi sdb. Ir. Luis Amiranda sdb. Diseño de portada Gustavo A. Murillo, sdb. MEG Dirección 20 avenida 13-45 zona 11, Colonia Mirador II. Guatemala, Guatemala Teléfonos: Tel. (502) 24737295 - 24737543 Fax: (502) 24737856 E-mail: [email protected] Septiembre 2011 I JORNADA DEL SALESIANO COADJUTOR CURATORIUM 2011

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informativo da presença salesian em CRESCO - Guatemala

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Page 1: Em Mangas de CAmisa

1

Publicación Especial. No. 1. Guatemala. Septiembre 2011.

REVISTA DEL CRESCO

“MANGAS DE CAMISA”

Publicación mensual de información de

la experiencia del CRESCO.

Director

Comunidad del CRESCO

Equipo de Elaboración

Gustavo A. Murillo sdb

P. Félix Serrano Ursúa sdb.

Lic. Fabricio Bernard

Mario Olmos sdb.

P. Luis Timossi sdb.

Ir. Luis Amiranda sdb.

Diseño de portada

Gustavo A. Murillo, sdb. MEG

Dirección

20 avenida 13-45 zona 11, Colonia

Mirador II.

Guatemala, Guatemala

Teléfonos: Tel. (502) 24737295 - 24737543 Fax: (502) 24737856

E-mail: [email protected]

Septiembre 2011

I JORNADA DEL SALESIANO COADJUTOR

CURATORIUM 2011

Page 2: Em Mangas de CAmisa

2

INDICE

Mensaje del Director. 3

Fundamentos teológicos y pastorales de una

profesión laical del hermano coadjutor. 4

Realización personal y profesión laical. 13

La profesionalidad del salesiano coadjutor

y nuestra misión 20

Entrevista a Mario Olmos sdb. 26

Noticias. 28

Página

En esta ocasión nuestra revista En mangas de ca-misa… es extensa puesto que presentamos los

textos de manera integral por la riqueza que pre-

senta cada uno de los expositores que participo Las Jornadas sobre el Salesiano Coadjutor.

Page 3: Em Mangas de CAmisa

3

En Mangas de camisa ha estado ausente por un tiempo

de su mesa… pero vuelve para que puedas seguir ali-

mentándote de esta fecunda realidad que es la vocación

del Salesiano Coadjutor.

Aprovechamos para su relanzamiento un acontecimiento

que ha sucedido en nuestra comunidad durante los últi-

mos días del mes de julio: Las Jornadas sobre el Sale-

siano Coadjutor.

La casa del CRESCO quiere ser algo más que un lugar de formación para los Hermanos

que viven en ella… Siguiendo el pedido de los Padres Inspectores, reunidos en el Curato-

rium, intentamos desde nuestras posibilidades que sea también un lugar de reflexión y

crecimiento acerca de la identidad del Salesiano Coadjutor.

Con la preocupación y empeño del Padre Inspector de Centro América, el padre Alejan-

dro HERNÁNDEZ, hemos convocado también a los Hermanos de la Inspectoría para re-

flexionar juntos acerca de una dimensión de esta vocación: PROFESIONALIDAD Y MI-

SIÓN SALESIANA.

Fue una primera experiencia que, con la ayuda de Dios, esperamos repetir en el futuro.

Aquí te presentamos algunas de las ponencias de estas jornadas.

Este seminario ha sido sencillo como una semilla, pero también las semillas tienen la vo-

cación del grano de mostaza. Santiago Negrotti

Director.-

Mensaje del Director.

Page 4: Em Mangas de CAmisa

4

FUNDAMENTOS TEOLOGICOS Y PASTORALES DE UNA

PROFESIÓN LAICAL DEL HERMANO COADJUTOR.

INTRODUDUCCION

Muchos creyentes, al interrogarse sobre determinadas

temáticas, se vuelcan a la Biblia o al Magisterio eclesial

para encontrar respuestas adecuadas a sus preguntas y

esperarían hallar algunos textos bíblicos o del Magiste-

rio directos que satisfagan sus inquietudes. Eso mismo ocurre con los religiosos que bus-

can en los escritos o actuaciones del Fundador cuestionamientos actuales para responder

desde su propio carisma con fidelidad.

Lastimosamente muchas veces esa inmersión en las fuentes cristianas o del propio

carisma no proporciona los resultados anhelados o dicha búsqueda resulta insatisfactoria

porque sus inquietudes no se hayan expresadas en los escritos fuente a los que nos hemos

referido. En cierta forma podríamos admitir que dichas personas se encuentran decepciona-

das e inciertas sobre su propia actuación porque, según ellas, no tienen referencias claras ni

cristianas ni del fundador sobre la manera de obrar.

Ese tipo de acercamiento lo podríamos denominar fundamentalista, que sin criticarlo

totalmente, ya que en algunos casos puede proporcionar buenos resultados, en la mayoría

de las veces no va a ser así, pues tanto los escritos bíblicos/magisteriales como la experien-

cia de los propios fundadores están enmarcadas en contextos históricos muy diferentes a

los nuestros.

El trabajo teológico y reflexión de las propias congregaciones, con investigaciones

más profundas, coadyuvan a orientar a los religiosos en sus respuestas actuales, siempre

nuevas, en fidelidad a sus raíces cristianas y del propio carisma.

Dr. Félix Javier Serrano Ursúa, sdb

Page 5: Em Mangas de CAmisa

5

La premisa anterior la considero necesaria tomando en cuenta el tema que se me ha asig-

nado en estas Jornadas del salesiano coadjutor. Los contextos sociales de universo bíbli-

co, transhumante primeramente, sedentario agrario después, y la preindustrialización que

le tocó vivir a Don Bosco, ciertamente son situaciones muy diversas a las nuestras, ca-

racterizadas por la globalización, tecnología industrial a gran escala y especialización

profesional. No nos metemos a analizar los efectos de estos fenómenos a nivel social,

pues esto nos desviaría del tema central que es objeto de estudio.

Nos proponemos, pues, seleccionar un conjunto de principios y criterios, tanto teológico-

pastorales, como específicos de nuestro carisma que sirvan de orientación para el camino

que los salesianos coadjutores han de seguir en la elección de una profesión laical. Desde

el conjunto de la fe y del carisma salesiano tratamos de extraer dichos criterios.

Por último, cuando hablamos de “profesión” nos estamos refiriendo a aquellas activida-

des que suponen una dedicación asidua, constante a ellas; perciben una retribución por su

desempeño y por ello constituyen su medio de vida; requieren una preparación específica

sea mediante el aprendizaje del oficio sea mediante una preparación y acreditación

académica universitaria; llegan a constituir un cuerpo de personas con identidad corpora-

tiva”. Es en este sentido que hablamos de profesión en nuestra exposición(1).

PRINCIPIOS TEOLOGICO-PASTORALES

La persona, desde la creación, está llamada a ser partícipe de la obra de transformación

del mundo (Gn 1, 28-30). La persona humana, hombre y mujer, es centro de la creación,

del cosmos, del mar y de todos sus productos. En cierta manera podemos afirmar que

Dios inició la creación y las personas están llamadas a continuarla, son con-creadores

con Dios.

1 Cf. HORTA A., Ética general de las profesiones, Desclée De Brouwer, Bilbao 2001,36.

Page 6: Em Mangas de CAmisa

6

Dios quiere la realización plena, completa, integral de cada persona. La salvación, la

alianza, la participación que nos da en un pueblo, su pueblo, es para poder participar de

su vida que es plenitud, felicidad y salvación en todas sus dimensiones. La felicidad

humana está íntimamente vinculada a la autenticidad de la persona en su naturaleza, en el

en sí que es su origen, consistencia, que tiene su fuente y destino en Dios mismo.

Dios nos llama a ser parte de su pueblo, de la comunidad de Jesucristo, y éste nos invita

a ser “sal”, “luz” del mundo. “Brille así su luz para que vean sus buenas obras y glorifi-

quen a su Padre que está en los cielos” Mt 5, 13-16). Más todavía, Jesús no quiere me-

diocridades e invita a la perfección “Sed perfectos como mi Padre celestial es perfec-

to” (Mt 5, 48).

La vida cristiana no es una existencia comodona, acomodaticia, de únicamente dejar pa-

sar el tiempo. Es una vida a la que hay que sacarle el mayor rendimiento posible, ha de

fructificar al máximo. Recordemos las parábolas del sembrador (Mt 13, 18-23), de los

talentos (Mt, 25-14-30) y de la higuera estéril (Lc 13, 6-9). El Señor es exigente, desea

que se responda al don de la vida, a los talentos recibidos, a la vocación al amor a la que

estamos llamados. Esta parábola no sólo reprocha la no producción con los dones otorga-

dos por el Señor, sino que incluso se castiga arrancando el talento que se dio y que no se

hizo fructificar (Mt 25, 24-30)

La realidad social, económica, política, cultural y religiosa, en la que nos toca desarrollar

nuestra vocación-misión de consagrados, es sumamente compleja y cada vez más, en los

ambientes desarrollados urbanos se requiere mayor especialización. Por ende, la prepara-

ción y formación de los consagrados en general debe estar en sintonía con dichos proce-

sos sociales y debe ser cada vez de mayor nivel, calidad y competitividad en los merca-

dos laborales.

Page 7: Em Mangas de CAmisa

7

La sociedad, la educación y los estados están requiriendo y se vuelven cada día más exi-

gentes en la selección de personal especializado para el desarrollo de las actividades tan-

to académicas como de tiempo libre. La ausencia de ese personal profesional va en detri-

mento del desempeño de tales funciones e incluso el quedar marginados de determinados

puestos laborales.

Las instituciones académicas están actualmente siendo sometidas a procesos de acredita-

ción, lo cual conlleva, como una de las exigencias, el contar con personal profesional-

mente competente con las correspondientes titulaciones.

DESDE LA PERSPECTIVA DE LA CONGREGACION SALESIANA

El salesiano coadjutor surgió en la experiencia de Don Bosco por varias circunstancias,

unas naturales y otras sobrenaturales: la necesidad de más obreros en la viña del Señor, la

escasez de sacerdotes, la complementariedad de funciones entre presbíteros y laicos(2).

El coadjutor, en la mentalidad de Don Bosco, es un colaborador evangélico en la salva-

ción de los jóvenes, es un consagrado, sin ninguna distinción entre los socios de la Con-

sagración(3). Ciertamente Don Bosco trata de distanciarse de la idea del lego de las Or-

denes antiguas, aunque queda anclado necesariamente en la mentalidad eclesiológica de

la época, con singular originalidad al plantear la igualdad de los socios de la Congrega-

ción.

La identidad de la vocación del salesiano coadjutor viene a ser definida por las siguientes

características(4):

Vocación que se inserta en la vocación cristiana;

2. Cf. El salesiano coadjutor. Historia, identidad, pastoral vocacional y formación, Roma 1989, 44-59.

3. Cf. Ibid. 47.

4. Cf. Ibid. 131-141.

Page 8: Em Mangas de CAmisa

8

Vocación que sigue, por su especial llamamiento, un estilo evangélico de vida y

de acción;

Vocación religiosa laical;

Vocación al servicio de la misión salesiana;

Vocación salesiana concreta y completa;

Vocación original.

La Congregación salesiana tiene una larga historia en el ejercicio de artes y oficios de

parte de los coadjutores. Muchos salesianos han sido verdaderos maestros en sus respec-

tivos campos de actividad: en la casa, en las escuelas, en el tiempo libre, con los anti-

guos alumnos, como misioneros y en actividades especiales (fundador de sindicato, al-

calde, comisario, etc.) (5). La obra de Bianco- Rico sobre el salesiano coadjutor mencio-

na algunas de las actividades de los coadjutores en su desarrollo histórico:

“Administradores, arquitectos, contratistas, compositores musicales, editores, periodis-

tas, escultores, pintores… En el pensamiento de Don Bosco, el Salesiano Coadjutor pod-

ía ser todo esto y mucho más. Era el hombre para todas las profesiones, porque a través

de las más variadas actividades podía directa o indirectamente trabajar – junto con el sa-

cerdote salesiano – por el crecimiento humano y cristiano de la juventud. En realidad, el

Salesiano Coadjutor está abierto a todas las profesiones porque es una sola la que cuenta

para él <la profesión religiosa>, el esfuerzo por la santidad”(6).

Desde mediados del siglo XX e inicios del siglo XXI asistimos a un proceso de mayores

exigencias formativas y cualificaciones, de las que los hermanos coadjutores no han esta-

do ausentes. Hemos conocido a coadjutores verdaderamente competentes y profesional-

mente cualificados en el campo de las Ingenierías (mecánica, eléctrica, electrónica, in-

formática), de la educación (profesores universitarios), de la administración

(especializados en economía, administración de empresas), de agronomía, del mundo edi-

torial, etc.

5. Cf. BIANCO – E RICO J. A., Salesiano Coadjutor, CCS, Madrid 1984, 65-67

6. Ibid. 80.

Page 9: Em Mangas de CAmisa

9

La formación de los salesianos coadjutores ha de tomar en cuenta su propia identidad

dentro de la Congregación Salesiana. Hoy distinguimos entre formación inicial, forma-

ción específica, formación profesional y formación permanente. Hemos de tener en

cuenta, por consiguiente, al hablar de la formación profesional del salesiano coadjutor la

interrelación, complementariedad e integralidad que tiene con la formación inicial y es-

pecífica, además de la necesidad de la continua formación, para que la adquirida no re-

sulte obsoleta.

La reflexión y caminos emprendidos por la Congregación en estos últimos años ha esta-

do más centrada en la formación específica, que trata de cualificar al coadjutor como sa-

lesiano misionero de los jóvenes con su especificidad religioso-salesiana-laical. La Con-

gregación Salesiana estableció en las Constituciones (116) y en los Reglamentos (98)

algunos criterios que deben seguirse:

Constituciones 116:

El artículo constitucional menciona tres ejes o núcleos, tres dimensiones que se han de cuidar

en la formación específica del salesiano coadjutor: “conocimiento más profundo del patri-

monio espiritual de la Congregación, una adecuada preparación teológica en la línea de la

laicidad consagrada, y completa su formación con miras al trabajo educativo-apostólico”.

Reglamentos 98

“Los salesianos laicos, en la etapa que completa su formación inicial después del ti-

rocinio, tengan la posibilidad de adquirir una seria formación teológica, pedagógica y sale-

siana, proporcionada al nivel cultural conseguido. Dedíquense también, según sus aptitu-

des, a estudios que los preparen profesionalmente con miras a su labor específica”.

Page 10: Em Mangas de CAmisa

10

El artículo distingue entre período complementario de la formación inicial y la

formación profesional. La primera debe contener unos contenidos teológicos, pe-

dagógicos y salesianos. La segunda, la profesional, los prepara para el desempeño

de su función específica.

En el texto se señala que un criterio que ha de guiar la preparación profesional ha

de ser las aptitudes del candidato.

Los documentos posteriores a las Constituciones renovadas de 1984, vienen a repetir sus-

tancialmente los textos de las Constituciones y de los Reglamentos con algunas puntuali-

zaciones, que puede ser útil advertir:

En 1989, Don Egidio Viganó publicó el estudio de profundización sobre el Sale-

siano Coadjutor, que había sido solicitado por el Capítulo General XXII, y cuya

elaboración estuvo a cargo del Dicasterio de Formación(7). En este documento se

especifican los contenidos de la formación del hermano coadjutor:

“formación religioso-salesiana que ayude al coadjutor a comprender su ori-

ginalidad en nuestra Sociedad;

oportuna preparación pedagógica, humanística y salesiana;

suficiente competencia apostólica, mediante una formación teológica y cate-

quística;

educación sociopolítica que disponga a una labor educativa específica, parti-

cularmente de cara al mundo del trabajo”(8).

Añadía el mismo documento que en todo esto hay que tomar en cuenta la dimen-

sión laical de la vocación del salesiano coadjutor y las posibilidades concretas de

cada uno(9).

7. Cfr. El salesiano coadjutor. Historia, identidad, pastoral vocacional y formación, Roma 1989.

8. Ibid. 206-209.

9. Cf. ibid. 206.

Page 11: Em Mangas de CAmisa

11

La Ratio Fundamentalis Institutionis et Studiorum(10), publicada en el año 2000, señala

los principios que han de orientar el curriculum formativo de los salesianos coadjutores,

que ha de ser serio, flexible y adaptable a las posibilidades concretas del candidato(11):

formación filosófica en forma medida y adecuada a su vocación específica;

preparación pedagógica;

elementos pastorales y catequísticos;

educación socio-política, que tiene en cuenta la enseñanza social de la Igle-

sia y prepara para una acción educativa específica en el mundo;

durante el postnoviciado el salesiano coadjutor puede iniciar o continuar

otros estudios técnico-científico o profesionales, sin comprometer la forma-

ción anteriormente indicada.

“Hay que hacer lo posible para que los estudios aseguren una competencia que sea,

al menos, pareja con la de un laico que ejerce en la sociedad civil la misma profe-

sión”(12).

Otros estudios o encuentros que se han celebrado sobre el salesiano coadjutor no añaden

nada a lo que hemos apuntado con anterioridad, probablemente porque son anteriores a

los documentos que hemos reportado(13).

10. Cf. La Formación de los salesianos de Don Bosco. Principios y Normas. Ratio Fundamentalis Institucionis et

Studiorum , 3ra. ed. Roma 2000. El Dicasterio para la formación ha emprendido un trabajo de revisión y actuali-

zación de este documento. En lo que concierne a la formación profesional se sugiere que se haga un discerni-

miento ya desde el noviciado. Además se pregunta si no sería conveniente iniciar una parte de la formación profe-

sional antes de la formación específica (DIREZIONE OPERE DON BOSCO, Modificaciones en la Ratio sobre

el salesiano coadjutor, Roma 15 junio 2010).

11. Cf. Ibid. 292.

12. Ibid.

13. Cf. Congreso Regional Salesianos Coadjutores. Zona Caribe-Pacífico, Bogotá 1974; Atti Convegno mondiale

salesiano coadiutore, Roma 75; BOMBLED J., Uma vocacao para o mundo de hoje, Coxipó 1981.

Page 12: Em Mangas de CAmisa

12

LA PROFESIONALIDAD DEL SALESIANO LAICO

La reflexión anterior nos ayuda a clarificar la temática de la profesionalidad del salesiano

coadjutor:

Es una exigencia, derivada del contexto actual y de las mayores exigencias de nuestra

vocación-misión con los jóvenes.

Es una llamada cristiana-salesiana a una mayor exigencia de nuestra formación, que ha

de contar con nuestros propios talentos y carismas personales.

La formación profesional, además de cualificarnos para el desempeño de tareas o funcio-

nes en la vida y misión salesiana y eclesial, es una componente importante de nuestra vi-

da personal, en cuanto contribuye a nuestra propia auto-realización personal en la vida

consagrada.

La Congregación, a través de sus documentos, ha indicado que es una componente de la

formación del salesiano coadjutor, aunque distingue que no es de todos, sino de aquellos

que tengan aptitudes para ella.

La profesionalidad, al mismo tiempo, no debe ser cualquiera, sino una que esté en rela-

ción con la propia misión salesiana.

Las inspectorías han de comprometerse más en este otro paso de la formación profesio-

nal de los hermanos coadjutores, acompañando a los hermanos y ofreciéndoles las facili-

dades de recursos y tiempo para que puedan llevarla a cabo.

Finalmente, no hemos de olvidar la necesidad de una formación permanente también en

la cualificación profesional, siempre necesaria, pero en los tiempos actuales mucho más.

Page 13: Em Mangas de CAmisa

13

REALIZACIÓN PERSONAL Y

PROFESION LAICAL

Definiciones:

Realización personal: Es el proceso mediante el cual

uno consigue ser todo lo que en potencia es. La reali-

zación personal implica: a) Conocer y contactar con

nuestra verdadera identidad, con lo que somos en esen-

cia, con nuestra naturaleza original. ¿Quién soy? B) Vi-

virnos en plenitud, en todas nuestras facetas, de acuer-

do con todo lo que somos. ¿Cuál es mi verdad?

Realizarnos como personas es una necesidad vital para el bienestar profundo y cre-

cimiento espiritual. Podemos expresarlo así: “Quiero ser quién sé que puedo ser”

Voluntad de sentido:

De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivando del hombre es la lucha por

encontrarle un sentido a su propia vida. Este sentido es único y específico, en cuanto es

uno mismo y uno solo quien ha de encontrarlo; únicamente así el hombre alcanza un fin

que satisfaga su propia voluntad de sentido.

El hombre es capaz de vivir e incluso de morir por sus ideales y sus valores.

Frankl señala los resultados de un estudio estadístico realizado por sociólogos sobre siete

mil novecientos cuarenta y ocho estudiantes de cuarenta y ocho colegios de la Universi-

dad John Hopkins. Preguntados sobre qué consideraban “muy importante” en ese mo-

mento para sus vidas, un dieciséis por ciento de los estudiantes respondió “ganar un

montón de dinero”; un setenta y ocho por ciento dijo que su objetivo principal era

“encontrar un sentido y una finalidad para sus vidas”

En Francia refería Frankl también se realizó una encuesta de opinión entre miles de per-

sonas. Los resultados demostraron que el ochenta y nueve por ciento de la población re-

conocía que el hombre necesita “algo” por lo qué vivir”. Un sesenta y uno por ciento de

los encuestados afirmaban tener algo o alguien en su vida por cuya causa estaba dispues-

to incluso a morir. Frankl repitió la encuesta entre los pacientes y el personal de su depar-

tamento en el Hospital de Viena y el resultado fue muy parecido. O sea que, la voluntad

de sentido, concluye Frankl, para muchas personas es cuestión de hecho, no de fe.

Lic. Fabricio Bernard

Page 14: Em Mangas de CAmisa

14

Sin embargo, Frankl afirma que nosotros no inventamos el sentido de nuestra vida, noso-

tros lo descubrimos. El hombre está en la libertad para elegir entre aceptar o rechazar una

oportunidad que la vida le plantea; o dicho de otra manera, la libertad para completar un

determinado sentido o para rechazar ese mismo sentido.

En última instancia: “vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta

correcta a las cuestiones que la existencia nos plantea, cumplir con las obligaciones que

la vida nos asigna a cada uno en cada instante particular”

El hombre es capaz de malograr su voluntad de sentido, en cuyo caso la logoterapia

habla de “Frustración Existencial”. Esta frustración existencial también puede cursar co-

mo neurosis y, para este tipo de neurosis la logoterapia a acuñado el término “neurosis

noogena” por oposición a la neurosis en el sentido estricto de la palabra; la neurosis

psicógena. Este término logoterapéutico denota elementos que anidan el en núcleo

“espiritual” de la personalidad humana. Conviene aclara que en el léxico logoterapéutico

el término espiritual se encuentra ajeno a cualquier connotación religiosa: describe y de-

fine (antropológicamente) la dimensión específicamente humana.

Las neurosis noogenas no surgen por conflictos entre impulsos e instintos, sino más bien

de problemas existenciales, que podríamos calificar como problemas espirituales. Entre

ellos la frustración de la voluntad de sentido, es decir, la frustración del hombre al no en-

contrar un sentido concreto a su existencia.

Frankl señala el siguiente caso:

Un diplomático norteamericano de alta graduación acudió a mi consulta en Viena para

continuar el tratamiento psicoanalítico comenzado cinco años atrás con un analista de

Nueva Cork. En la primera sesión le pregunté qué le indujo a pensar en la necesidad de

ser analizado; o de otra forma, cuál fue la causa para iniciar el tratamiento psicoanalítico.

El paciente me contesto sentirse insatisfecho con su profesión y, además, tenía serias difi-

cultades para aceptar la política exterior de Norteamérica. El psicoanalista le repetía con

insistencia que debía reconciliarse con su padre, pues el gobierno estadounidense, al

igual que sus superiores, “no eran otra cosa” que imágenes del padre y, consecuentemen-

te, la insatisfacción que sentía por su trabajo era consecuencia del aborrecimiento que,

inconscientemente, albergaba hacia su padre. A lo largo de un tratamiento psicoanalítico

de cinco años, el paciente se sentía con mayor predisposición para aceptar esas interpre-

taciones, aunque al final ya le costaba diferenciar el bosque de la realidad entre la maraña

de símbolos e imágenes presentados por el analista. Tras unas pocas entrevistas conmigo,

Page 15: Em Mangas de CAmisa

15

se hizo patente la frustración de su voluntad de sentido en lo referente a su vocación pro-

fesional y su añoranza por realizar otro tipo de trabajo. Como no encontró ninguna razón

para no abandonar su empleo y dedicarse a otra cosa, así lo hizo, con resultados muy

gratificantes. Según la última información, lleva cinco años en su nueva ocupación y está

contento. Dudo mucho de que en este caso se tratase de una neurosis y, por lo tanto. So-

braba cualquier psicoterapia o logoterapia, pues aquel hombre no era un paciente en el

sentido clínico.

De la historia anterior se deduce que no todos los conflictos son necesariamente neuróti-

cos; es más, a veces, es normal y saludable cierta dosis de conflictividad. De la misma

forma, el sufrimiento no es siempre un fenómeno patológico; más que interpretarlo en

términos de síntoma neurótico, el sufrimiento puede muy bien constituir un logro huma-

no, especialmente cuando nace de la frustración existencial. Niego (refiere Frankl) tajan-

temente que la búsqueda de un sentido para la propia existencia, o la duda de si realmen-

te existe un sentido, proceda siempre de una enfermedad o sea el resultado de una enfer-

medad. La frustración existencial no es en sí misma ni patológica ni patogénica. La pre-

ocupación, o la desesperación, por encontrarle a la vida un sentido valioso es una angus-

tia espiritual, pero en modo alguno representa una enfermedad. Bien pudiera suceder que

si se interpreta la angustia en términos de enfermedad, el psiquiatra se sienta inclinado a

enterrar la frustración existencial de su paciente bajo un tratamiento de drogas tranquili-

zantes. Pero esa no será su misión, todo lo contrario: deberá guiar a ese paciente a través

de su crisis existencial, una crisis que seguramente generará ocasiones de desarrollo y

crecimiento interior.

A Rolf Von Eckartsberg, del Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad de

Harvard, le debemos una prolongada investigación en corte longitudinal, que se extendió

a lo largo de 20 años. Se trata de 100 ex alumnos de Harvard de los cuales, según una co-

municación personal de Von Eckarstberg, “25”% informaron con plena espontaneidad

haber sufrido una “crisis” en sus vidas relacionada con la pregunta por el sentido de sus

vidas. Aunque muchos han tenido éxito en su profesión (la mitad de ellos son activos

hombres de negocios) y tienen buenos ingresos, se quejan de que les falta una tarea espe-

cian en la vida, una actividad en la que pudieran hacer una contribución única e insusti-

tuible. Están buscando una “vocación” y valores personales que los sostengan. Sin em-

bargo, no es la profesión lo que da sentido a nuestra vida sino la forma en que desarrolla-

mos esa profesión. Ahora lo explicamos.

Page 16: Em Mangas de CAmisa

16

El sentido del trabajo.

Mientras los valores creadores o su realización ocupan el primer plano en la misión de

vida del hombre, el campo de su realización concreta coincide, en general, con el del tra-

bajo profesional. El trabajo puede representar, en particular, el espacio en el que la pecu-

liaridad del individuo se enlaza con la comunidad, cobrando con ello su sentido y su va-

lor. Sin embargo, este sentido y este valor corresponden en cada caso, a la obra (como

una obra en función de la comunidad), y no a la profesión concreta en cuanto tal. No es,

por tanto, una profesión determinada la que da al hombre la posibilidad de realizarse. En

ese sentido, podemos decir que ninguna profesión hace al hombre feliz. Es cierto que

muchas gentes, sobre todo las gentes neuróticas, afirman que habrían podido cumplir su

misión en la vida si hubiesen tenido la suerte de abrazar otra profesión; pero, al expresar-

se así, tergiversan en realidad el verdadero sentido del trabajo profesional o se engañan a

sí mismas. Cuando la profesión que se ejerce no produce en el hombre un sentimiento de

satisfacción, no debe culparse de ello a la profesión, sino al hombre mismo. No es la pro-

fesión de por sí la que hace a quien la ejerce irremplazable e insustituible; le da, simple-

mente, la posibilidad de ello.

Una paciente nos dijo una vez que la vida carecía de sentido para ella y que no tenía, por

tanto, el menor interés en recobrar la salud; la cosa sería muy distinta, añadió, todo me

resultaría bello y agradable, si hubiese sabido abrazar una profesión que pudiese realizar

la misión de mi vida, por ejemplo, la profesión de médico, de enfermera o de química,

para poder ser útil a la humanidad o realizar descubrimientos científicos. Había que hacer

comprender a esta enferma que lo importante no es, en modo alguno, la profesión que se

ejerce, sino el modo como se la ejerce; que es de nosotros mismos, y no de la profesión

concreta en cuanto tal, de quienes depende el que se haga valer en nuestro trabajo ese al-

go personal y específico que da un carácter único e insustituible a nuestra existencia, y

con ello un sentido a la vida.

En efecto, ¿qué ocurre realmente con el médico? ¿Qué es lo que presta sentido a sus ac-

tos? ¿Es el hecho de obrar conforme a las reglas del arte, el hecho de poner al enfermo,

en un caso dado, esta o aquella inyección, de recetarle este o aquel medicamento? No, el

arte médico no consiste, ni mucho menos, en proceder ajustándose a las reglas del arte.

La profesión médica suministra a la personalidad médica simplemente un marco de posi-

bilidades, de ocasiones para realizar una obra personal por medio de sus actos profesio-

nales. Lo que da un sentido a su trabajo y hace insustituible, en el médico, al hombre, es

Page 17: Em Mangas de CAmisa

17

lo que el médico hace en el ejercicio de su profesión y que trasciende de lo puramente

profesional, es lo que en él hay de personal, de humano. En efecto, tanto da que sea él u

otro cualquiera de sus colegas quien ponga inyecciones, recete, etc., mientras se limite a

proceder “conforme a las reglas del arte” pura y simplemente. Donde comienza de ver-

dad a hacer algo personal, algo en que s insustituible, es allí donde trasciende de los lími-

tes de los simples preceptos profesionales.

¿Y qué es lo que ocurre con el trabajo de la enfermera, tan envidiado por la paciente a

que nos referimos? Su trabajo profesional consiste, simplemente, en hervir las jeringas de

las inyecciones, en sacar del cuarto de los enfermos sus excrementos, en hacerles la cama

y acostarlos, faenas todas ellas útiles, sin duda alguna, pero que, de por sí, difícilmente

podrían satisfacer en lo humano a quien las realiza; sin embargo, allí donde una enferme-

ra, más allá de sus deberes más o menos reglamentarios, hace algo verdaderamente per-

sonal, encuentra, por ejemplo, palabras de su propia cosecha para consolar al enfermo

grave a quien cuida, allí es donde se le abren las posibilidades de dar un sentido personal

y propio a lo meramente profesional. Pues bien, estas posibilidades las ofrece toda profe-

sión, siempre que el trabajo sea debidamente comprendido.

Llegamos, pues, a la conclusión de que lo que hace de la vida algo insustituible e irrem-

plazable, algo único, algo que sólo se vive una vez, depende del hombre mismo, depende

de quien lo haga y de cómo lo haga, no de lo que se haga.

Por otra parte, a aquella enferma que tan amargamente se lamentaba de no poder vivir su

vida en la profesión que le tocó en suerte, había que hacerle comprender también que

tenía además, otro camino para hacer valer, más allá de su vida profesional, el carácter

único y lo irremplazable de su existencia, para dar a ésta un sentido: el camino de su vida

privada, el camino del amor, como amante y como amada, como esposa y como madre,

contenidos de vida en los que debía sentirse insustituible para el esposo y para el hijo.

El vínculo natural que existe entre el hombre y su trabajo profesional, como el campo pa-

ra una posible realización creadora de valores y para el cumplimiento único e insustitui-

ble de la propia vida, sufre no pocas veces una desviación por obra de las condiciones de

trabajo imperantes. La gente se queja con frecuencia de que tenga que trabajar ocho o

más horas al día para su patrono y al servicio de los intereses de éste, ejecutando el mis-

mo movimiento junto a una cadena sin fin, moviendo siempre la misma palanca de la

misma máquina, en un trabajo tanto más seguro y más apetecido cuanto más reglamenta-

rio y más impersonal.

Page 18: Em Mangas de CAmisa

18

Claro está que, en tales condiciones, no es posible concebir el trabajo sino como medio

para un fin, como medio para ganarse el sustento indispensable para vivir. La verdadera

vida del hombre, en estos casos, empieza cuando termina el trabajo profesional y co-

mienza el tiempo libre, y el sentido de la vida del hombre obligado a desenvolverse en

tales condiciones hay que buscarlo en el modo libre y personal como acierta a moldearla.

Sin que debamos olvidar, naturalmente, que hay hombres cuyo trabajo profesional los

agota de tal modo que vuelven a su casa, por las tardes, muertos de cansancio, sin saber

ni poder hacer otra cosa que tenderse en la cama; los condenados a vivir de este modo

sólo pueden modelar su tiempo libre como tiempo de descanso; no es posible hacer nada

mejor, nada más racional, que dormir.

El propio patrono, el propio empresario no se siente siempre, tampoco, “libre” en su

tiempo libre; tampoco él se halla siempre a salvo de las tergiversaciones que el régimen

de trabajo imperante introduce en las relaciones naturales entre el trabajo y el hombre.

Todos conocemos bien ese tipo absorbido por el afán de acumular dinero y más dinero y

a quien el lucro como medio de vida le lleva a perder de vista la vida misma como un fin

en sí. Este tipo de hombre posee mucho dinero, dinero que sabe cómo y en qué invertir,

pero su vida carece de sentido y finalidad. La vida lucrativa les va matando la vida verda-

dera; fuera del lucro no hay, para ellos, ninguna otra cosa en la vida, ni el arte, ni siquie-

ra el deporte, y si se entregan al juego es simplemente como adiestramiento, como ten-

sión, o incluso por la relación que esta actividad guarda también con el lucro, en los casi-

nos, en los que la verdadera finalidad del juego es el dinero que se juega.

Por otro lado, hay personas que sufren por el desempleo, que no tienen una profesión es-

pecífica pero que saben encontrar el sentido a sus vidas. Estas personas saben encontrar

otras ocupaciones fuera del área puramente profesional. Trabajan, por ejemplo, volunta-

ria y desinteresadamente en tales o cuales organizaciones, desempeñan funciones pura-

mente honorarias en institutos de educación popular, son colaboradores sin sueldo en clu-

bes juveniles; acuden a escuchar conferencias y conciertos, leen mucho y discuten con

otros lo que han leído. Saben emplear racionalmente el tiempo excesivo de que disponen

y dan, con ello, una plenitud de contenido a su conciencia, a su tiempo y a su vida. Han

comprendido que el sentido de la vida del hombre no se reduce, en modo alguno, al tra-

bajo profesional, que puede quedarse sin trabajo sin que por eso se vea obligado a reco-

nocer que su existencia carece de todo sentido.

Page 19: Em Mangas de CAmisa

19

Lo que, por tanto, hace apático al desempleado neurótico, lo que en última instancia pro-

voca y determina la neurosis de la desocupación es la falsa concepción de que lo único

que da sentido a la vida es el trabajo profesional. La falsa identificación de dos cosas en

rigor distintas, a saber: la profesión y la misión del hombre en la vida, es lo que lleva y

tiene necesariamente que llevar al desocupado al doloroso sentimiento de que es un ser

inútil y superfluo en el mundo.

**un religioso puede sentirse contento con su camino (el sentido de su vida, la llamada

de Dios) y a la vez, realizado con su profesión laical ya que esta contribuye a su trabajo

pastoral, por ejemplo. Sin embargo, por razones de la obediencia tiene que dejar su pues-

to (que involucra su profesión) y dedicarse a otra cosa muy diferente, que incluso no le

satisfaga. Allí, en ese momento, puede decidir una actitud ante lo nuevo y quizá desagra-

dable, que lo beneficie o una actitud que lo afecte.

Comentario:

“No importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de noso-

tros” Víctor Frankl.

Bibliografía:

1. El hombre en busca de sentido. Viktor Frankl. Herder, 2004 España.

2. Psicoanálisis y Existencialismo. De la psicoterapia a la logoterapia. Víktor Frankl,

Fondo de Cultura Económica, México 2001

3. La Presencia Ignorada de Dios. Viktor Frankl, Herder

Ante el Vacío Existencial. Viktor Frankl. Herder

Page 20: Em Mangas de CAmisa

20

La demanda o petición de renovación apostólica en el sentido de me-

jor preparación integral es una demanda de parte de quienes confor-

mamos el nuevo escenario en la historia que nos toca vivir. Ahí están

los jóvenes que también nos interpelan y nos solicitan su atención.

También ahí está el Evangelio que nos sigue inspirando en la respues-

ta a su llamado, al llamado de Cristo.

Para abrirnos a la cultura de cada lugar donde nos encontramos o en-

contraremos es necesario una seria preparación en las herramientas para vivir en el mun-

do salesiano del trabajo y de su carácter juvenil. Todo esto, sin esperar necesariamente

que otro u otros nos lo concedan o respondan a nuestra necesidad. Al fin de cuentas quien

necesita es el que pide. A estas alturas relegar la responsabilidad completa a otros no es

parte de nuestra madurez vocacional, aunque sea natural que nos demos cuenta de las de-

ficiencias en este campo.

Nuestra Sociedad en el mundo contemporáneo(1)

“Nuestra vocación nos pide que seamos íntimamente solidarios con el mundo y con su historia. Abiertos

a las culturas de los pueblos donde trabajamos, nos esforzamos por comprenderlas y acogemos sus valo-

res, para encarnar en ellas el mensaje evangélico.

Las necesidades de los jóvenes y de los ambientes populares, y la voluntad de actuar con la Iglesia y en

su nombre, mueven y orientan nuestra acción pastoral por el advenimiento de un mundo más justo y

más fraterno en Cristo.”

Recordemos también que la misma Ratio del 2000, está en plano de revisión y correspondiente renova-

ción y por eso estamos invitados a entregar nuestra voz, el resultado de nuestras reflexiones y la heren-

cia nuestra a través de una rica y extensa experiencia, pensando y viendo la riqueza valiosa de nuestros

hermanos que nos preceden con signos de fe y caminan en la senda a la que han respondido o responden

brindando fuerte testimonio de fidelidad y mejor aún en todo caso de felicidad. No estamos exentos

también de ejemplos de desilusión y quejas sobre la ingratitud y la poca valoración de la propia persona,

cualidades, tiempo, aporte sincero y sencillo. Cosas que es bueno que también las presentemos en línea

de ofrecer nuevos caminos para toda la congregación, para que se renueve el elemento laical de nuestra

sociedad salesiana. Lo que está en juego es de manera radical nuestra proyección apostólica como sale-

sianos, más allá del campo específico que cada uno de nosotros tenga dentro de la comunidad salesiana.

Cada cual tenemos responsabilidades comunes y complementarias y no estamos a expensas sólo de

quien las aprecia o no. No es cuestión sólo vocacional en todo caso, sino también de motivo personal, de

búsqueda de realización y felicidad personal que tenga en cuenta a hermanos y jóvenes, según ha sido la

respuesta a un llamado personal.

LA PROFESIONALIDAD DEL SALESIANO COADJUTOR

Y NUESTRA MISIÓN

1. CC 7

Félix Vallejos sdb

Page 21: Em Mangas de CAmisa

21

Responsabilidades comunes y complementarias(2)

“Cada uno de nosotros es responsable de la misión común y participa en ella con la ri-

queza de sus dones y de la característica laical y sacerdotal de la única vocación salesia-

na.

El Salesiano Coadjutor lleva a todos los campos educativos y pastorales el valor propio

de su laicidad que de modo específico lo hace testigo del Reino de Dios en el mundo,

cercano a los jóvenes y a las realidades del trabajo. (…)

La presencia significativa y complementaria de salesianos clérigos y laicos en la comuni-

dad, constituye un elemento esencial de su fisonomía e integración apostólica.”

La profesionalidad tiene diversidad de facetas que corresponden a la riqueza que tiene la

respuesta específica de la misma. Profesionalidad puede referirse a la instrucción, a la

educación, a la socialización, a la realización, al servicio, a la actualización. Ninguna de

estas realidades desplaza a la otra sino que todas se pueden tener en cuenta porque no son

cosas o elementos a conseguir uno tras otro, sino que son maneras de considerar la grave-

dad del tema que nos reúne hoy y nos demanda expresar nuestras demandas de renova-

ción. Lo que asistimos ahora nos interpela para buscar caminos nuevos a partir de lo que

hemos vivido, nos anima a ofrecer respuestas que tenemos a la mano y creemos que son

ofertas nuevas para las nuevas generaciones. Tengamos esa generosidad y sencillez de

presentarlas.

La profesionalidad concuerda con las necesidades pastorales. Las nuevas “herramientas”

para preparación personal, comunitaria y en la congregación responden a nuevos retos

del siglo que asistimos pero que nos recuerdan el testimonio de Don Bosco que se hace

todo para todos, y quiere enriquecer su persona en tantas facetas de preparación personal

el vista de dar algo que sea de bien y provecho para quienes lleva en su corazón.

“Don Bosco es ejemplo concreto de un puro y auténtico campesino que se forma in los

más variados campos: saltimbanqui, mesero, albañil, carpintero, zapatero, herrero y llega

al sacerdocio con la pasión por el trabajo. Inicia su obra entre sus trabajadores, jóvenes

aprendices, muchachos de la calle, hijos de nadie. Y sin protestas y escándalos, por sí so-

lo, con nada y pidiendo ayuda, provee lo necesario: enseña a leer y escribir, los coloca en

un trabajo, estipulando contratos primitivos que sorprenden al sindicalismo moderno.

2. CC 45

Page 22: Em Mangas de CAmisa

22

De trabajos u oficios rudimentarios, él mismo se convierte en maestro de adiestramiento

y da inicio a las escuelas profesionales, a la vanguardia del progreso… y entre sus jóve-

nes trabajadores, suscita, plasma, perfecciona a los técnicos, jefes, maestros de artes para

las escuelas del trabajo.” (3)

Quizá la propuesta de formación específica se inclina hoy en una visión panorámica, va-

riada y cargada de elementos del saber teológico y del patrimonio de la congregación

queriendo preparar en diversidad de campos sin indicar una sola visión o modelo de her-

mano en nuestra sociedad salesiana. Por eso la sobre señalada impresión de muchas áreas

del saber mezcladas en la propuesta de formación de la cual hoy asistimos al prepararnos.

Puede ser el intento de incluir a todo tipo de hermano en el campo de la vida que le toca

responder, en el campo, apostolado y demandas que lo impulsan a caminar.

Competencia en la profesión

“Es necesario incrementar en cuanto sea posible, su deber profesional. Esto nace del

campo de actividad escolar y se extiende a todo su apostolado, por eso es necesario repe-

tirlo, hoy más que nunca, para cualquier manifestación de nuestras actividades es necesa-

rio tener individuos preparados en los sectores teológico, litúrgico, filosófico, pedagógi-

co, científico, técnico, artístico, recreativo, administrativo, etc. No hablamos de coleccio-

nes de títulos académicos o de otras especializaciones; tampoco queremos inculcar una

egoísta y ambiciosa carrera intelectual que lleva a la propia satisfacción, inútil para el

apostolado; no referimos a una preparación adecuada para trabajar con fruto en cualquier

campo de acción al que la Providencia los llama.”(4)

La realización indica el desarrollo del potencial personal y plenamente. Que tenga gusto

por su propia opción, que lo inunde de satisfacción y lo llene que sea capaz de contagiar

como si fuese virus, el gusto por la vida y sus opciones y por ello tenga más razones para

servir, pueda renovarse porque se puede evaluar a sí mismo y puede entusiasmar en el

camino de crecimiento con quienes se cuestionan sobre el futuro de su propia donación

en la propia vida y en la respuesta al llamado que descubren. Es mucha insistencia la de-

manda de cualificación y atención especial a la misión y apostolado desde nuestra prepa-

ración personal y comunitaria.

3. Favini, Guido, Salesiani Coadiutori: caratteristiche di una grande vocazione, Torino 1963,

página 74

4. Don Ricceri en ACG XIX

Page 23: Em Mangas de CAmisa

23

“La finalidad de la formación permanente es hacer de modo que el salesiano viva la vo-

cación con madurez y alegría, con fidelidad creativa y con capacidad de renovación, co-

mo respuesta permanente al Señor y a los desafíos de la misión. Tal actitud se expresa en

la capacidad de discernimiento y de reflexión; en el compromiso con un camino espiri-

tual constantemente cultivado; en un estilo de vida que sostenga la calidad de la expe-

riencia; y en la búsqueda de cualificación para cumplir la misión con competencia profe-

sional y para animar numerosas fuerzas apostólicas.”(5)

El gusto por la vida y en la vida, por lo que hacemos, atraviesa nuestros propios deseos

de superación natural y por ello nos descubre caminos de crecimiento en el fundamento

de nuestra respuesta como consagrados, como estamos llamados a una vida cristiana y a

un envío al campo de apostolado más allá de una asignación de trabajo dentro de las es-

tructuras que hemos conseguido con el tiempo en las diversas comunidades en las que

laboramos. Ahora, la valoración de las nuevas situaciones y la importancia y, al mismo

tiempo, la gravedad de los cambios de contextos diversos, puede comprenderse en la

misma experiencia de la vida en un lugar diverso al propio origen de cada uno. También

hace referencia a valores y actitudes a asumir en el campo de nuestra formación, en la fa-

se que nos encontremos para sacar provecho de los gozos, las esperanzas y las crisis que

nos hacen atravesar campos difíciles pero que nos forjan en la novedad y dureza de lo di-

verso, de lo que no se parece a aquello a lo que estoy acostumbrado y que lo reclamo pa-

ra sentirme mejor y para estar bien. ¿Qué puedo hacer yo mismo para que la cualifica-

ción tenga sentido?

“La dimensión intelectual de la formación permanente no se limita a acumular conoci-

mientos o a actualizar competencias, (…) ésta le ayuda, sobre todo a crecer en sabiduría

para poder vivir con mayor profundidad la propia vida consagrada y para habilitarse a

cumplir con la competencia requerida la misión en las diferentes circunstancias y situa-

ciones, y en los diversos roles”.(6)

El principal interés en este tema responde a la calidad de nuestra respuesta de personas,

hermanos, discípulos y misioneros a los campos donde están los jóvenes que llaman a

nuestras vidas con especial atención.

5. FSDB 523

6. FSDB 528

Page 24: Em Mangas de CAmisa

24

Especialización y profesionalidad

(…) el contexto y los campos en los que trabajamos y los roles que asumimos exigen,

con frecuencia, cualificaciones reconocidas oficialmente. Por eso asegurada la formación

de base, se hace necesaria una ulterior cualificación y especialización.

(…) hoy es particularmente necesario un conocimiento adecuado y una preparación es-

pecífica para dar calidad a la praxis cotidiana y evitar la improvisación y la superficiali-

dad operativa.

La especialización valoriza los dones personales con miras a la acción apostólica y tiene

la finalidad de capacitar al Salesiano para un servicio caracterizado por la profesionalidad

y la competencia.”(7)

Es natural considerar que la congregación a través de los encargados tenga en cuenta las

necesidades del crecimiento y preparación personales en vista de la misión pero es bueno

saber la buena dosis de responsabilidad se encuentra en la base de nuestro camino de

búsqueda de la voluntad porque no estamos eximidos de trabajar por nuestro crecimiento

en medio de las oportunidades o amenazas que tenemos ante las experiencias de capaci-

tación y educación.

“En la elección de la especialización se deben considerar las aptitudes y propensiones del

hermano, aunque el criterio fundamental y prioritario sigue siendo la misión concreta de

la Congregación. En tal sentido, la especialización no se programa para lograr finalidades

individuales, sino para responder a las exigencias de los proyectos apostólicos.”

¿Qué nos pide Dios a la altura del presente tiempo para continuar no sólo su misión a

través de nuestro llamado personal y comunitario, sino también en lo que respecta a lo

que quiere seguir creando o construyendo a través de nuestra vocación?

“Laicidad con referencia a la creación

(…)

Una correcta mentalidad laica exige, pues, alto sentido de profesionalidad, nada fácil a

menudo. Más en concreto, se interesa por la realidad objetiva de las cosas; se dedica con

constancia a conocerlas, aun cuando sean complejas y requieran estudio riguroso, actuali-

zados conocimientos científicos y técnicos y experimentación atenta; es lúcida al descri-

bir las situaciones, crítica al valorarlas, realista al programar su mejora, serena al verifi-

car sus resultados –positivos o negativos- y valiente en modificarla; es generosa en la

7. FSDB 143

Page 25: Em Mangas de CAmisa

25

colaboración y aprecia la organización. Tales exigencias son una aportación positiva del

proceso de secularización que, con intensidad distinta, ha marcado de sí la época moder-

na y contemporánea.”(8)

Sistemas cada vez más complejos en lo que vivimos demandan más sencillez y profundi-

dad de vida y de opciones, más claridad en nuestras decisiones y más audacia en búsque-

da. Realmente nos cuestan por eso las respuestas puntuales y definitivas, nos causan ex-

trañeza pero también nos reclaman atención debida a quienes nos dedicamos.

Capacidad para la acción

(…) La especialización es insustituible; no se puede evangelizar sólo con la buena volun-

tad. Sin embargo, sus investigaciones, llenas de atractivo deben favorecer –no hacer per-

der- la atención al Espíritu. Si las inspiraciones del Espíritu no se armonizan con la orga-

nización de nuestro hacer, se alejan de la perspectiva de la santidad, se pierde la sabiduría

del corazón, se provocan rupturas en la unidad visible de la misión y se dan motivos se-

rios para las crisis más variadas.”(9)

Campos de acción

Se trata de actividades y servicios que requieren dotes y preparaciones distintas, pero que

no deben limitarse a oficios o profesiones; hay que considerarlos y vivirlos como aposto-

lado, pues en la comunidad apostólica tienen sentido educativo y pastoral, son verdadero

testimonio comunitario, están íntimamente unidos entre sí y orientados a actuar los bie-

nes del reino de Dios.”(10)

“Los tiempos actuales, y mucho más los futuros, piden un claro apostolado de testimo-

nio. Es necesario, por tanto, redescubrir en toda su amplitud la vocación del Salesiano

Coadjutor y lanzar otra vez este apostolado nuevo hacia el mundo nuevo. La creatividad

apostólica del Salesiano Coadjutor abrirá ciertamente caminos nuevos a la evangeliza-

ción, en la línea de la misión salesiana aún sin abandonar los tradicionales, oportunamen-

te renovados.”(11)

8. El Salesiano Coadjutor. Historia, identidad, pastoral vocacional y formación, Roma 1989.

Párrafo 88.

9. Ibidem, párrafo 183

10. Ibidem, párrafo 184

11. Congreso Regional Salesianos Coadjutores, zona Caribe Pacífico, Bogotá 1974, página 150.

Page 26: Em Mangas de CAmisa

26

¿Cuál es tu profesión o cualificación personal actual?

Profesionalmente me he desarrollado como educador, específica-

mente en el ámbito de la gestión de la educación superior. Mien-

tras mi cualificación, además de la filosofía, ha sido en el área de

sociología.

¿Tu profesión actual concuerda con las exigencias de la misión donde te toca vivir?

Entendiendo por profesión, el perfil profesional que he desarrollado como resultado de la

formación y de las experiencias de trabajo, está claro que éste concuerda con las exigencias

de la misión que he desarrollado en los últimos años, primero como secretario general de la

Universidad Don Bosco de El Salvador y ahora en la coordinación general de las IUS.

¿Qué crees que te distingue de los otros “profesionales” o “colegas” en el campo de trabajo

juvenil como Salesiano Coadjutor?

Obviamente que además de la formación en áreas especializadas y a las experiencias de tra-

bajo, se agrega mi identidad como religioso salesiano, lo cual me permite integrar todas las

dimensiones de mi vida personal y social en vistas al desarrollo de la misión.

¿Cómo caracterizas lo propiamente laical de tu vocación en tu actual misión?

Más que la relación con un área de trabajo particular, la dimensión laical es una perspectiva,

aun modo de ver las cosas que te lleva a valorar positivamente desde la fe todos los aspectos

de tu vida: los hechos ordinarios, las relaciones sociales, el trabajo, etc. Esta visión positiva

sobre el mundo, que no ignora el mal o el dolor, está basada en la convicción que todo es

obra de Dios y que por tanto el mundo debe ser integrado a su proyecto de salvación y pues-

to al servicio de los demás. Es una característica particular de nuestra congregación, que to-

ca a todos, sacerdotes y coadjutores, como ya nos lo recordara Don Egidio Viganó en su fa-

mosa carta.

¿En qué harías consistir tu realización personal con relación a tu proyección profesional?

Hoy el éxito en el mundo profesional no se mide sólo por tener un trabajo en el área en la

cual realizaste tus estudios. El éxito está asociado a la posibilidad de lograr integrar tu vida

personal, tu vida familiar y tu vida de trabajo. Ser un profesional de éxito quiere decir tener

la capacidad de desarrollar una actividad que te permita ser tu mismo, poniendo en juego

todos tus conocimientos, habilidades, destrezas y todas las características personales que te

distinguen. Significa ser innovador, poniendo en relación los conocimientos adquiridos con

la finalidad de brindar respuestas a los nuevos problemas que se presentan. Está claro que

para nosotros salesianos, la misión juvenil cumple este objetivo de integrar todo lo que so-

mos y podemos hacer.

ENTREVISTA A MARIO OLMOS SDB

Page 27: Em Mangas de CAmisa

27

¿Cuáles son las consecuencias de tu realización personal y el encuentro con los jóvenes, es-

pecialmente, los más pobres?

Mientras nuestra identidad de religiosos salesianos nos ayuda a comprender de manera inte-

grada las distintas dimensiones de nuestra vida, la misión juvenil nos impulsa a alcanzar esta

síntesis en la práctica. Por ello el servicio y la atención a las necesidades de los jóvenes, so-

bre todo los más pobres, no puede ser sino el elemento que nos permite verificar la plena va-

lidez de nuestro proyecto personal de vida y de nuestra participación en el proyecto comuni-

tario.

¿Qué relación encuentras entre tu profesión o cualificación personal y las expectativas de la

Misión salesiana en tu propia inspectoría?

Como ya lo he dicho, debemos distinguir entre profesión y cualificación, pues la primera

hace referencia a lo que la persona ha logrado construir a lo largo de su vida como resultado

de todas sus experiencias de aprendizaje y de trabajo, mientras la segunda sólo hace referen-

cia a las áreas donde ha recibido formación. En este sentido mi profesión no sólo responde a

la misión salesiana de la inspectoría, o de la congregación en el actual momento, sino que se

ha desarrollado como consecuencia de la interacción con las necesidades de los ambientes

en los cuales me ha tocado trabajar.

Page 28: Em Mangas de CAmisa

28

NOTICIAS

Reunión del "Curatorium" del CRESCO P. Luis Timossi ARS

El 1 y 2 de agosto se desarrolló en Guatemala la reunión del organismo de acompaña-

miento y gestión (llamado "Curatorium") de la experiencia de formación específica de

los hermanos Coadjutores (CRESCO).

Estuvieron presentes los dos Regionales: Esteban Ortiz y Natale Vitali, y los Inspectores

y/o Delegados de las inspectorías de América que tienen hermanos recorriendo este ca-

mino de formación.

Hace 4 años que se inició esta etapa formativa del Centro Regional del Salesiano Coad-

jutor, para todas las Inspectorías de América, poniendo su sede en Guatemala.

La experiencia comprende dos años de formación específica en la identidad del salesia-

no hermano, con un currículo de estudios adecuados a esta finalidad. En el momento se

encuentran participando 12 hermanos, de los cuales 5 son del 2º año y 7 del 1º.

Hay 4 brasileños, 3 argentinos, 2 bolivianos, 1 peruano, 1 guatemalteco, 1 mexicano, Se

trabajó intensamente en un clima de gran fraternidad, sinceridad y sencillez. En algunos

momentos del encuentro estuvieron presentes los 12 hermanos y el equipo de formado-

res integrado por el P. Santiago Negrotti (Director), el P. David (Venezolano), El Hno.

Luis (brasileño) y el Hno. Félix (guatemalteco).

Los temas propuestos en el orden del día fueron: La evaluación realizada por los jóvenes

en formación y la del equipo de formadores; El proyecto de vida comunitario; El infor-

me económico; La revisión del proyecto Formativo; el informe sobre los estudios; El

perfil del candidato y del egresado. Se concluyó con algunas orientaciones y recomenda-

ciones para continuar creciendo y afianzando esta novedosa y rica experiencia formati-

va.

Page 29: Em Mangas de CAmisa

29

NOTICIAS

Fiesta de la Inspectoría de Centroamérica en CRESCO

Una de las riquezas que contamos en la experiencia

de CRESCO es pertenecer a distintas inspectorías de

América. En el deseo de aprovecharla, a lo largo del

año vamos celebrando con una fiesta la cultura y la

vida de esas regiones. La manera de celebrar es a

través de compartir comida típica preparada por los

hermanos que a lo largo de la velada nos van presen-

tando manifestaciones de su cultura.

El pasado sábado 27 de agosto compartimos la fiesta

de la Inspectoria de Centro América; nuestros hermanos René y Félix nos compartieron

videos y fotos de los hermosos lugares que componen esta bella región, luego nos alegra-

ron con sus bailes y cantos típicos, manifestación de esta cultura que al compartirla nos

enriquece a todos.

"My Birthday 25..." El domingo 28 en la noche en comunidad celebramos la vida del

hermano Anderson (BPA), 25 años de vida. La fiesta fue realiza-

da en la sala de Estar del CRESCO entretenidos por una boqui-

tas, participó toda la comunidad, alegres en torno a nuestro her-

mano que nos hace sentir el regalo de Dios en su vida. ¡Muchas

felicidades Anderson!

Page 30: Em Mangas de CAmisa

30

NOTICIAS

XII JORNADAS DE FILOSOFIA. Dentro de las actividades de estudio del instituto teoló-

gico, lugar donde estudian filosofía los posnovicios de

CAM, durante los días 24, 25 y 26 de agosto hemos es-

tado participando de las XII Jornadas de Filosofía. En

esta ocasión el tema de las jornadas fue “La ilustración:

historia y actualidad”. En dichas jornadas participaron

alumnos del Departamento de Filosofía, los hermanos

del CRESCO y personas invitadas de diversas institu-

ciones. El lugar donde se han llevado las ponencias ha sido en la UMES (Universidad

Mesoamericana). Estas jornadas son una experiencia que ayudan a abrir campo a la re-

flexión y a las ideas filosóficas en los distintos medios académicos, y favorecer el inter-

cambio entre docentes y estudiantes de filosofía de las distintas universidades del país.

RENOVACIÓN DE NUESTRO HERMANO GUSTAVO (MEG)

Un hecho importante dentro de nuestras comunidades, sin duda, es la

renovación de votos de nuestros hermanos. El pasado 14 de agosto

en la parroquia María Auxiliadora de la Ciudad de Guatemala en la

eucaristía de las 7 pm y en compañía de la feligresía, de la comuni-

dad del Teologado y la del CRESCO, nuestro hermano Gustavo

Murillo de la Inspectoria de MEG renovó sus votos. La celebración

fue presidida por el P. Alejandro Hernández, inspector de CAM. Posteriormente la comu-

nidad del CRESCO festejó con una suculenta cena y una fraternal convivencia la alegría

por la renovación de nuestro hermano.

Page 31: Em Mangas de CAmisa

31

NOTICIAS

Congresso sobre o sistema preventivo e direitos humanos & Caminhada reúne mais de 2000

pessoas em Brasília De 26 a 28/08 aconteceram em Brasília o

Congresso Salesiano sobre o Sistema

Preventivo e Direitos Humanos e a Jornada

da Juventude Salesiana, também sobre os

direitos humanos. Os dois eventos

antecederam a Caminhada de Dom Bosco no

domingo, 28/08, em um percurso de 18

quilômetros, que contou com a participação

de mais de 1200 pessoas.

O Congresso, que contou com a participação

de aproximadamente 300 educadores de todo o Brasil, foi aberto com uma apresentação

de jovens das escolas salesianas da cidade e com a palavra dos seis inspetores salesianos

do Brasil, do conselheiro geral para a Região América Cone Sul, P. Natale Vitali, e do

diretor executivo da Conferência das Inspetorias do Brasil (CISBRASIL), P. Nivaldo

Luiz Pessinatti. O evento contou com palestras e dinâmicas sobre temas como a

sociedade civil e os Direitos Humanos, a relação entre o Sistema Preventivo e os Direitos

Humanos, as novas práticas educativas no novo cenário midático, os Direitos Humanos

no Brasil, a posição da Igreja, e as propostas dos salesianos e da RSE.

A Jornada da Juventude Salesiana reuniu em média 350 jovens de todo o país para

refletir também sobre o tema Direitos Humanos e teve grande repercussão. As reflexões

aconteceram de forma descontraída, lúdica e dinâmica com música, dança e intensa

participação da juventude. O encontro se encerrou com um grande musical apresentado

para os jovens e educadores congressistas.

Responsable de la Publicación: Comunidad CRESCO

20 Avenida 13-45 Zona 11, Col. Mirador II, Ciudad de Guatemala,

Guatemala – Centro América

Tel. (502) 24737295 - 24737543

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Ir. Luis Amiranda sdb.