16 LA VANGUARDIA O P I N I Ó N JUEVES, 1 MAYO 2008

Quim Monzó

F IELES a la tradición, los sindicatos de todo elmundo celebran hoy el día internacional deltrabajo. En los últimos años, en España, estajornada ha tenido un carácter más festivo

que reivindicativo. No en vano era el país europeo quemás puestos de trabajo creaba, en consonancia tam-bién con un mayor ritmo de crecimiento económico.En esta ocasión, en cambio, el Primero de Mayo se cele-bra aquí bajo el signo de la inquietud, por el cambio deciclo que se está produciendo.

La situación ha cambiado y, en la vigilia de esta festi-vidad, las estadísticas de desempleo de la Unión Euro-pea a 30 de abril indican que España ha sido el paíscomunitario donde más ha subido el paro. Ello ha sidodebido, fundamentalmente, al parón registrado en elsector de la construcción, que durante largos años hasupuesto un auténtico motor de creación de empleo.

Probablemente la asistencia a las manifestacionesconvocadas para hoy por los sindicatos en todo el paísserá reducida, ya que la gran mayoría de los trabajado-res optará por aprovechar el largo puente para disfru-tar de unas minivacaciones, en un país que pese a losproblemas ha alcanzado un elevado grado de bienes-tar . Pero ello no oculta que el paro y la situación econó-mica hayan vuelto a ser las principales preocupacio-nes de los españoles, según el último barómetro delCentro de Investigaciones Sociológicas conocido ayer.

La estrategia de la concertación social desarrolladaen los últimos años por los sindicatos mayoritarios, tan-to por Comisiones Obreras como por UGT, ha posibili-tado una intensa creación de empleo en la economía

española, cifrada en más de tres millones de nuevospuestos de trabajo. Ante el cambio de ciclo que se hainiciado durante el primer trimestre de este año, en elque ha empezado a destruirse empleo, debe proseguir-se con más intensidad si cabe por este camino de lamoderación salarial y de la responsabilidad, que tanbuenos resultados ha dado hasta la fecha.

La prioridad sindical deberá centrarse, como es lógi-co, en la protección de los sectores laborales más vulne-rables, como jóvenes, mujeres e inmigrantes, y en elfomento del empleo en sectores con futuro, ya que laconstrucción ha agotado su capacidad de crecimiento.

Las reivindicaciones de los sindicatos, como solu-ción de futuro para los trabajadores españoles, plan-tean un cambio de modelo productivo de la economía.Para lograrlo insisten en reclamar un aumento de lainversión en industria, en tecnología, en infraestructu-ras y en capital humano. La agenda sindical definidaen las proclamas sindicales del Primero de Mayo, ade-más, se centra en la lucha por la igualdad, por un sala-rio digno para todos y por reformas en el mercado labo-ral para incrementar la productividad y favorecer lareorientación de los desempleados.

En líneas generales, los planteamientos sindicalesante este Primero de Mayo, marcado por el cambio deciclo económico, coinciden con los expresados por lapatronal española y por el propio Gobierno. Por ello esimportante que el proceso de diálogo con los agentessociales prometido por el presidente Zapatero en sudiscurso de investidura pueda dar paso cuanto antes auna nueva etapa de fructífera concertación social.

Primero de Mayo y cambio de ciclo

CON la derrota de Old Trafford, ante el Man-chester United, el Barça ha dado por cerra-do un ciclo que empezó hace cinco años dela mano de un entrenador, Frank Rijkaard, y

de una estrella, Ronaldinho. Un fin de ciclo que llegadespués de dos temporadas de triunfos y otras dos enlas que de nueve títulos disputados sólo se ha ganadouno, el de menos peso específico, la Supercopa de Es-paña. Pero más que la falta de triunfos, lo que preocu-pa es la lamentable situación con que llegan a este finalel equipo, el cuadro técnico y la directiva. Todo lo cualmerece una reflexión a fondo.

El equipo ha culminado el final de temporada enuna situación de desánimo que es patente en la incapa-cidad de resolver los partidos. Cierto que han sido dostemporadas en que las lesiones han afectado a jugado-res básicos, pero también lo es que se han producidoinexplicables y alarmantes bajas de forma y, lo que espeor, déficits de profesionalidad inaceptables. Esteequipo necesita una remodelación a fondo.

También el grupo técnico está afectado por esta cri-sis. No ha sabido manejar el vestuario con la autoridadsuficiente como para cortar flagrantes deserciones.Cuando no se ejerce esta autoridad, se forman capilli-tas que descohesionan el grupo y matan el necesarioespíritu de equipo. A pesar de que se han producidoalgunas denuncias de los propios jugadores en este sen-

tido, siempre se han intentado tapar por el tan citadoprincipio de que los problemas no deben salir del ves-tuario. Un principio que debe prevalecer hasta que lasevidencias demuestran lo contrario. Lo cierto es queaquella falta de autoridad aconseja también renovar elequipo técnico.

Finalmente está la responsabilidad de la directivaque, como corresponde, es toda. La actual junta llegóal Barça con la intención de dedicar al club “los mejo-res años de nuestra vida” y al principio el resultado fueexcelente. Pero más difícil que llegar es mantenerse.De un tiempo a esta parte, no sólo no se ha cumplidoninguna expectativa deportiva, sino que se han cometi-do errores que afectan a casi todas las secciones, hastadar la impresión de que ya no existe la dedicación pro-metida. El Barça no es un club que pueda ser dirigido aratos y el rondo sólo debe practicarse en el césped.

La directiva tiene dos años por delante para rehacersu gestión y enderezar el club, porque las elecciones,preceptivamente, son el 2010. Es, por tanto, la junta,con el presidente Joan Laporta a la cabeza, quien debereflexionar sobre si se siente capaz de evitar una crisisinstitucional en el barcelonismo. Y si ya han vivido losmejores años de su vida, el camino en el Barça es darlela voz al socio y adelantar las elecciones. La pelota estápor tanto en el tejado de la junta.

En todo caso, la paciencia del culé ya está agotada.

Barça, la paciencia está agotada

Los hermanosBadia: ¿de plaza

a placa?

L eo en la web de la JNC (lasjuventudes de CDC) que ellunes montaron un homena-je a los hermanos Miquel y

Josep Badia, en el 72.º aniversario desu asesinato a manos de la FAI. LaJNC pide al alcalde de Barcelona quecoloque una placa en su memoria. LosBadia murieron en 1936, en aquellaépoca en la que la FAI estaba conven-cida de tener derecho a hacer y desha-cer a su antojo, en la que publicar enEl Be Negre juegos de palabras como“Qui la FAI la paga” alimentaba unodio que, al fin, acabó con la vida deldirector del periódico, Josep MariaPlanas. (Por cierto, qué ridícula esa se-rie de TV3, Els diaris de Pascal, en laque Planas, Pla, Irene Polo o Sagarraaparecen como pijos amanerados enun Ateneu inverosímil. ¿Quién es elirresponsable que ordenó o permitióa los actores actuar así?)

El mayor de los Badia pasó años enla cárcel, implicado en un complot pa-ra matar a Alfonso XIII y al dictadorPrimo de Rivera. Con la llegada de laRepública salió de la prisión y fue jefe

de las juventudes de Estat Català, se-cretario general de Orden Público dela Generalitat, jefe superior de Policíade Catalunya... A los Badia les encanta-ban los uniformes y los correajes, ycrearon unos escamots paramilitaresal estilo de los que había en media Eu-ropa, con un aire fascistizante. Haceaños, en un libro de Manuel Cruellsleí sobre un desfile en Montjuïc quedaba idea de su gusto por ver a las es-cuadras marcando el paso. Pero, co-mo a los de la FAI lo que les molabaera más bien el comunismo libertarioy el vino tinto, pues los mataron enplena calle Muntaner, muy cerca deDiputació.

No sé si el Ayuntamiento les pon-drá la placa, pero me gustaría recor-dar que una plaza sí tuvieron. Es unabastante grande, muy cercana a la ac-tual redacción de La Vanguardia yque ahora lleva el nombre de Fran-cesc Macià. Según el nomenclátor, laplaza se llamó Germans Badia desde1936 a 1939, y Calvo Sotelo desde 1939a 1979, en que pasó a llamarse Macià.Durante los años ochenta, cuando su-bías a un taxi, a menudo te encontra-bas con uno de esos conductores quese indignaban cuando le decías “A laplaza Macià, por favor”, uno de esosque te miraban por el rabillo del ojo ycon voz avinagrada te reprendían: “¿ACalvo Sotelo, quiere decir?”. Enton-ces yo le decía: “Pues, ¿sabe qué?, másque a Calvo Sotelo lléveme a GermansBadia”. Y, como el tipo no sabía dequé le hablaba, le explicaba que, pues-tos a llamar las cosas por un nombrecaducado, mejor recurrir al caducadooriginal. No fue hasta los años noven-ta cuando me enteré de que, antes queGermans Badia, la plaza se había lla-mado Alcalá Zamora. Lástima. De ha-berlo sabido una década antes hubie-se podido añadir una estación más aese viaje por el túnel del tiempo quelos taxistas franquistas ofrecían.c

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Como a los de la FAIles molaba el comunismolibertario, los mataronen la calle Muntaner