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La historia de los Arnau Durán es la de una familia con largo recorrido y tesón para reinventarse en el ámbito del ocio nocturno… Sí, porque nos hemos caído y levan- tado varias veces. Todo empezó en 1870, cuando mi tatarabuelo por parte de madre monta un café en la localidad aragonesa de Fraga, que después con- virtió en casino (yo nací en la ruleta) y de casino paso a ser un cabaret. Más tar- de, en las caballerizas colindantes se creó una sala de cine mudo, el Cine Vic- toria, y ahí fue donde por primera vez mi familia hizo bailar a la gente: se reti- raban las sillas de platea y se bailaba la música de la película que se proyectaba. Y luego entró en escena la familia de su padre… Efectivamente. Los Arnau, proce- dentes de Catalunya. Se instalaron en Fraga con otro tipo de negocios, pero a mi abuelo por parte de padre le lla- mó la atención el éxito que tenía la sa- la de cine de mi otro abuelo, así que decidió crear él también su propio ci- ne, el Cine Florida, apenas a 100m. de distancia del otro. De modo que mis abuelos fueron competencia… El dra- ma vino cuando sus hijos, mis padres, se enamoraron. Y como no era plan que las dos familias siguieran enfren- tadas, se buscó un intermediario que hiciera de gestor de las dos salas para no hacerse la competencia, creando un lobby de cines. Así las cosas, mis padres finalmente se casaron. ¿Cuándo dieron el salto a las salas de baile? Mi abuelo Arnau se dio cuenta de que el baile venía pisando fuerte y deci- dió montar un entoldado al lado del río, que convirtió en la Terraza Jardín Flori- da, donde se permitía entrar a bailar a todo el mundo que iba al cine. El éxito fue tal que decidió crear también el Sa- loon Florida, al más puro estilo ameri- cano, por donde desfilaron figuras de la canción ligera y las mejores orquestas de la época. Fue incluso a Las Vegas a buscar al gran director de orquesta cata- lán Javier Cugat, que por aquel enton- ces triunfaba allí junto a su esposa, la bailarina Abelain. Desgraciadamente Juan Arnau fallecía un día antes de la actuación de Cugat en el Florida, pero el espectáculo continuó. La marca Flori- da y Arnau poco a poco se había con- vertido en referente de la música y la vi- da nocturna en el marco de la represiva sociedad española de aquel tiempo. ¿Por qué Fraga fue polo de atracción de gente joven que disfrutaba en los locales de su familia? Porque en el cercano pueblo de Me- quinenza había una importante indus- tria del carbón. En período de guerra, muchos jóvenes se apuntaban a traba- jar a las minas para evitar el servicio mi- litar y ser enviados a filas. De manera que había mucha gente joven en la zo- na a la que entretener… ¿Qué pasó cuando los discos sustitu- yeron a las orquestas? Al hilo de esa tendencia, en 1973 creamos la discoteca Florida Fraga, de- corada por Javier Regás, pero la irrup- ción del disco en las salas de baile no fue buena para nosotros. La orquesta era espectáculo, así que para la gente bailar mientras sonaba un disco resultaba muy chocante. Para evitar ese efecto, hacíamos media sesión de orquesta y media de disco, pero aún así nuestras salas se empezaron a vaciar. Después llegó la competencia de otras discotecas de la zona. Todo eso supuso una ruina. ¿Cómo salieron de ella? De nuevo creando negocio. Mis pa- dres y mi esposa recuperaron a Regás para dar forma al legendario Florida 135, que inauguramos en 1985 recre- ando una auténtica calle del Bronx neoyorquino en medio de la ciudad de Fraga. Un formato muy revolucio- nario en aquel entonces, con cuatro pistas de baile, cafetería, cines y una gran cabina en la parte central del es- cenario que parecía precursora de la figura de los dee jay. Y entonces llegó la revolución de la música electrónica… Efectivamente. Empezamos enton- ces con los disc jokey, primero asesora- dos por gente del Sónar, en un tiempo en el que se empezaban a hacer festiva- les. De hecho, en unos terrenos de mi tía abuela empezó el Festival de los Monegros, donde se introdujo la músi- ca electrónica, apoyados por la progra- mación del Florida y el equipo del Só- nar. Fue un intercambio de I+D entre todos. Un proyecto que empezó con 200 amigos y acabó congregando a 40.000 personas. ¿Cuándo nace elrow? Mi mujer, mis hijos y yo decidimos marcharnos a Barcelona en 1999 y allí nos encontramos con Javier de las Muelas, del Nick Havanna. Juntos pensamos que sería buena idea con- vertir la sala en un club de música electrónica los jueves por la noche. Y lo hicimos. El primer row fue allí, en el año 2000. Fue como un club de jazz dedicado a la electrónica under- ground: los jueves el Nick Havanna se transformaba en el row. Más tarde quisimos recrear el Florida en Vilade- cans y fracasamos porque hay cosas que no se pueden copiar: funcionan en lugar determinado y en otro no. Estando solos mi mujer y yo en Bar- celona, en 2008, decidimos crear un es- pacio en el que la gente pudiera ir a bai- lar por la mañana, tal y como hacían en otros países. En 2010 entraron mis hi- jos, Juan y Cruz Arnau Lasierra, y crea- mos lo que después ha sido elrow, dan- do continuidad a nuestra pasión por hacer bailar a la gente. ¿Qué es elrow hoy? Nos hemos convertido en una em- presa de entretenimiento global con más de 160 espectáculos al año en 35 países de los 5 continentes, más de 500 personas trabajando en el mundo y 20 temáticas diferentes, que cada año se incrementan. Hoy, elrow está consagra- da como una de las mejores y más de- mandadas fiestas en Asia, Estados Uni- dos, Centro y Sur América y casi toda Europa. Tanto es así, que el casino Wynn las Vegas nos ha propuesto resi- dencias fijas, concretamente 15 shows al año. En China actualmente tenemos 5 espectáculos y una previsión de más de 40 para 2019. ¿Por qué es distinto elrow? Porque no existe nada con qué com- pararlo. Convertimos las pistas de baile en un espectáculo en el que el público es protagonista. Creamos grandes eventos, proyectos muy complejos para el mundo del entretenimiento. elrow es una marca que engloba un compendio de decoración actores, vestuario… Lo creamos todo en Sant Just Desvern y nos lo llevamos al país que nos llama, transformando cualquier espacio en nuestro propio mundo. ¿Qué reto queda de cara al futuro? Cuando has sido capaz de llegar a uno de los principales casinos de Las Vegas y a China con proyectos impor- tantes, ya solo cabe mejorar y seguir trabajando para conseguir que la gente participe de lo que creamos y se lo pase bien. Como decían mi padre y mi abue- lo, “no se trata solo de hacer espectácu- lo sino de que la gente sea feliz. La gen- te cuando baila tiene que sonreír”. Esa siempre ha sido y será la pasión de la fa- milia Arnau. “La pasión de la familia Arnau siempre ha sido hacer bailar a la gente” El próximo 5 de diciembre, Florida celebrará su 76 aniversario con Laurent Garnier como invitado Entrevista JUAN ARNAU DURÁN Cofundador de elrow REMITIDO Importador de la música tecno a España y creador del mítico Festival de los Monegros, entre otros méritos, Juan Arnau Durán es una institución en el mun- do del ocio nocturno. Quinta generación de una familia dedicada al espectácu- lo con la creación de cines, cabarets y discotecas, como el mítico Florida Fraga y más tarde el Florida 135, este empresario está hoy al frente de elrow, una fas- cinante marca de entretenimiento creadora de shows en todo el mundo. “Con elrow transformamos cualquier espacio en nuestro propio mundo”

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La historia de los Arnau Durán es lade una familia con largo recorrido ytesón para reinventarse en el ámbitodel ocio nocturno…

Sí, porque nos hemos caído y levan-tado varias veces. Todo empezó en1870, cuando mi tatarabuelo por partede madre monta un café en la localidadaragonesa de Fraga, que después con-virtió en casino (yo nací en la ruleta) yde casino paso a ser un cabaret. Más tar-de, en las caballerizas colindantes secreó una sala de cine mudo, el Cine Vic-toria, y ahí fue donde por primera vezmi familia hizo bailar a la gente: se reti-raban las sillas de platea y se bailaba lamúsica de la película que se proyectaba.

Y luego entró en escena la familia desu padre…

Efectivamente. Los Arnau, proce-dentes de Catalunya. Se instalaron enFraga con otro tipo de negocios, peroa mi abuelo por parte de padre le lla-mó la atención el éxito que tenía la sa-la de cine de mi otro abuelo, así quedecidió crear él también su propio ci-ne, el Cine Florida, apenas a 100m. dedistancia del otro. De modo que misabuelos fueron competencia… El dra-ma vino cuando sus hijos, mis padres,se enamoraron. Y como no era planque las dos familias siguieran enfren-tadas, se buscó un intermediario quehiciera de gestor de las dos salas parano hacerse la competencia, creandoun lobby de cines. Así las cosas, mispadres finalmente se casaron.

¿Cuándo dieron el salto a las salasde baile?

Mi abuelo Arnau se dio cuenta deque el baile venía pisando fuerte y deci-dió montar un entoldado al lado del río,que convirtió en la Terraza Jardín Flori-da, donde se permitía entrar a bailar atodo el mundo que iba al cine. El éxitofue tal que decidió crear también el Sa-loon Florida, al más puro estilo ameri-cano, por donde desfilaron figuras de lacanción ligera y las mejores orquestasde la época. Fue incluso a Las Vegas abuscar al gran director de orquesta cata-lán Javier Cugat, que por aquel enton-ces triunfaba allí junto a su esposa, labailarina Abelain. DesgraciadamenteJuan Arnau fallecía un día antes de laactuación de Cugat en el Florida, peroel espectáculo continuó. La marca Flori-da y Arnau poco a poco se había con-vertido en referente de la música y la vi-da nocturna en el marco de la represivasociedad española de aquel tiempo.

¿Por qué Fraga fue polo de atracciónde gente joven que disfrutaba en loslocales de su familia?

Porque en el cercano pueblo de Me-quinenza había una importante indus-tria del carbón. En período de guerra,muchos jóvenes se apuntaban a traba-jar a las minas para evitar el servicio mi-

litar y ser enviados a filas. De maneraque había mucha gente joven en la zo-na a la que entretener…

¿Qué pasó cuando los discos sustitu-yeron a las orquestas?

Al hilo de esa tendencia, en 1973creamos la discoteca Florida Fraga, de-corada por Javier Regás, pero la irrup-ción del disco en las salas de baile no fuebuena para nosotros. La orquesta eraespectáculo, así que para la gente bailarmientras sonaba un disco resultabamuy chocante. Para evitar ese efecto,

hacíamos media sesión de orquesta ymedia de disco, pero aún así nuestrassalas se empezaron a vaciar. Despuésllegó la competencia de otras discotecasde la zona. Todo eso supuso una ruina.

¿Cómo salieron de ella? De nuevo creando negocio. Mis pa-

dres y mi esposa recuperaron a Regáspara dar forma al legendario Florida135, que inauguramos en 1985 recre-ando una auténtica calle del Bronxneoyorquino en medio de la ciudadde Fraga. Un formato muy revolucio-

nario en aquel entonces, con cuatropistas de baile, cafetería, cines y unagran cabina en la parte central del es-cenario que parecía precursora de lafigura de los dee jay.

Y entonces llegó la revolución de lamúsica electrónica…

Efectivamente. Empezamos enton-ces con los disc jokey, primero asesora-dos por gente del Sónar, en un tiempoen el que se empezaban a hacer festiva-les. De hecho, en unos terrenos de mi

tía abuela empezó el Festival de losMonegros, donde se introdujo la músi-ca electrónica, apoyados por la progra-mación del Florida y el equipo del Só-nar. Fue un intercambio de I+D entretodos. Un proyecto que empezó con200 amigos y acabó congregando a40.000 personas.

¿Cuándo nace elrow?Mi mujer, mis hijos y yo decidimos

marcharnos a Barcelona en 1999 yallí nos encontramos con Javier de lasMuelas, del Nick Havanna. Juntospensamos que sería buena idea con-vertir la sala en un club de músicaelectrónica los jueves por la noche. Ylo hicimos. El primer row fue allí, enel año 2000. Fue como un club dejazz dedicado a la electrónica under-ground: los jueves el Nick Havanna setransformaba en el row. Más tardequisimos recrear el Florida en Vilade-cans y fracasamos porque hay cosasque no se pueden copiar: funcionanen lugar determinado y en otro no.

Estando solos mi mujer y yo en Bar-celona, en 2008, decidimos crear un es-pacio en el que la gente pudiera ir a bai-lar por la mañana, tal y como hacían enotros países. En 2010 entraron mis hi-jos, Juan y Cruz Arnau Lasierra, y crea-mos lo que después ha sido elrow, dan-do continuidad a nuestra pasión porhacer bailar a la gente.

¿Qué es elrow hoy?Nos hemos convertido en una em-

presa de entretenimiento global conmás de 160 espectáculos al año en 35países de los 5 continentes, más de 500personas trabajando en el mundo y 20temáticas diferentes, que cada año seincrementan. Hoy, elrow está consagra-da como una de las mejores y más de-mandadas fiestas en Asia, Estados Uni-dos, Centro y Sur América y casi todaEuropa. Tanto es así, que el casinoWynn las Vegas nos ha propuesto resi-dencias fijas, concretamente 15 showsal año. En China actualmente tenemos5 espectáculos y una previsión de másde 40 para 2019.

¿Por qué es distinto elrow?Porque no existe nada con qué com-

pararlo. Convertimos las pistas de baileen un espectáculo en el que el públicoes protagonista. Creamos grandeseventos, proyectos muy complejos parael mundo del entretenimiento. elrow esuna marca que engloba un compendiode decoración actores, vestuario… Locreamos todo en Sant Just Desvern ynos lo llevamos al país que nos llama,transformando cualquier espacio ennuestro propio mundo.

¿Qué reto queda de cara al futuro?Cuando has sido capaz de llegar a

uno de los principales casinos de LasVegas y a China con proyectos impor-tantes, ya solo cabe mejorar y seguirtrabajando para conseguir que la genteparticipe de lo que creamos y se lo pasebien. Como decían mi padre y mi abue-lo, “no se trata solo de hacer espectácu-lo sino de que la gente sea feliz. La gen-te cuando baila tiene que sonreír”. Esasiempre ha sido y será la pasión de la fa-milia Arnau.

“La pasión de la familia Arnau siempre ha sido hacer bailar a la gente”

El próximo 5 de diciembre,Florida celebrará su 76 aniversario con Laurent Garniercomo invitado

Entrevista JUAN ARNAU DURÁN Cofundador de elrow REMITIDO

Importador de la música tecno a España y creador del mítico Festival de losMonegros, entre otros méritos, Juan Arnau Durán es una institución en el mun-do del ocio nocturno. Quinta generación de una familia dedicada al espectácu-lo con la creación de cines, cabarets y discotecas, como el mítico Florida Fragay más tarde el Florida 135, este empresario está hoy al frente de elrow, una fas-cinante marca de entretenimiento creadora de shows en todo el mundo.

“Con elrowtransformamoscualquier espacio en nuestro propiomundo”