el_protector.pdf

701

Click here to load reader

Upload: denisaalegrei

Post on 20-Jan-2016

286 views

Category:

Documents


74 download

TRANSCRIPT

Page 1: El_Protector.pdf
Page 2: El_Protector.pdf

El Protector

Page 3: El_Protector.pdf

El Protector

Una aproximación diferente a los

orígenes de la Masonería

Page 4: El_Protector.pdf

El Protector

Una aproximación diferente a los

orígenes de la Masonería

RICARDO EDGARDO POLO

SERIE PÚRPURA

[OTRAS PERSPECTIVAS]

Page 5: El_Protector.pdf

El Protector. Una aproximación diferente a los orígenes de la Masonería

editorial masonica.es® SERIE PÚRPURA (Otras perspectivas)

www.masonica.es

© 2010 Ricardo Edgardo Polo © 2010 EntreAcacias, S. L. EntreAcacias, S. L. Apdo. Correos 32 33010 Oviedo Asturias (España) Correo electrónico: [email protected] 1ª edición: octubre, 2010 Edición digital PDF ISBN edición papel: 978-84-92984-20-6 ISBN edición electrónica: 978-84-92984-21-3

Reservados todos los derechos. Queda prohibida, salvo excep-ción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distri-bución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad inte-lectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal).

Page 6: El_Protector.pdf

Para todos los que han confiado en mis esfuerzos por racionalizar aspec-tos de la Historia Institucional y para los QQ# HH# que superando algu-nos temores injustificados, se han atrevido a profundizar las obvieda-des. A mi Ana María y mis hijas y nietos que me han impulsado a per-severar y a todos los que día tras día me interrogan sobre distintos aspec-tos de la membresía. Y especialmente a quienes han confiado en los alcan-ces del libro y me hacen sentir tan útil como creíble.

Page 7: El_Protector.pdf

Agradecimientos

Mi reconocimiento a mis amigos Joan Palma-

rola, Mauricio Javier Campos, Tamara Le Gor-lois (Tammy) y Genaro de Jesús Mena Lizama, por su apoyo y estímulo en la consecución de esta obra.

Page 8: El_Protector.pdf

Índice

Prefacio

Comentario a esta primera edición

El «Protector»

Primera parte

1 El Caballero Blanco

2 Los Símbolos Antiguos del «Protector»

3 Héroes de la antigüedad incluso en América

4 El Rey del Mundo

5 Misterios dimensionales, teorías esoté-ricas

Page 9: El_Protector.pdf

6 El Colegio Invisible y los grandes enigmas

7 Regresando al «Protector»

8 El misterio de lo que llevaron los Tem-plarios

9 La Orden del Grial

10 Concepciones antiguas sobre el «Pro-tector»

11 Solón, la Atlántida y Pirámides

12 Civilizaciones indoramericanas y Africanas

13 La Orden del Grial

14 El Colegio Invisible

15 Profetas contemporáneos

16 Sin una religión

17 El poder del «Protector»

Page 10: El_Protector.pdf

Segunda parte

1 Civilizaciones y cataclismos

2 Los avances científicos y tecnológicos

3 Curiosas definiciones para la ciencia

4 Sucesos inexplicables

5 Hablemos de masonería

6 Los hechos significativos

7 Sucesos muy extraños incluyendo otras dimensiones

8 Cuestiones dimensionales

9 Algo de la protohistoria

10 La idea de los sobrevivientes

11 Nuevas teorías relativas al diluvio

Page 11: El_Protector.pdf

Misterios Reveladores

12 El misterio de los clavos prehistóricos

13 Teoría con extensión universal, otra versión del Big Bang y el Big Crunch

14 La búsqueda de explicaciones

15 Metalurgia en América

16 De lo que no se habla...

17 Algunos interrogantes astronómicos

18 Cosas de la Tierra, de Venus y de otros cuerpos celestes

19 Recuerdos del pasado y estigmas del presente

20 La memoria heredada, la intuición y otras cualidades

21 La cámara Kyrlian y la «intuición»…

22 Prejuicios intelectuales

23 Más mitos y más conjeturas

24 Misteriosas Pirámides

25 La antigüedad del planeta

26 La supervivencia

Page 12: El_Protector.pdf

27 El Juego de la Oca, el Camino de San-tiago y la Masonería o Francmasonería

28 El arte de la construcción

29 El Camino de Santiago

30 Declinaciones en lo civilizado

Tercera parte

1 Cambio climático

2 Connotaciones

3 Los fósiles de Kibish

4 Objetos voladores en la antigüedad. ¿Aviones, helicópteros…?

5 Intermedio entre el pitecantyropo y el hombre actual

6 Las «visiones» del profeta Ezequiel...

7 Los frescos del monasterio de Decani

en la ciudad de Pec, Kosovo 8 Electricidad en la antigüedad. Las Pilas de Bagdad

9 Cosas en el cielo

Page 13: El_Protector.pdf

10 Confesiones personales

11 Creer o saber, he ahí la cuestión

12 ¿De dónde venimos?

La continuidad del conocimiento

13 ¿Cómo logró la humanidad no solo sobrevivir sino evolucionar?

14 La Tradición Primordial

15 El Orden sobre el Caos

16 El Templarismo y la Masonería

17 Qué significa el término «masón»

18 La imaginación en la historia masónica

Masonería/Francmasonería. ¿Cuál es Su Historia?

Cuarta parte

La influencia de la Masonería Progresista Universal

Rito primitivo

1 Etapas de la Masonería en la Historia

Page 14: El_Protector.pdf

2 El Renacimiento italiano

3 Separación de la filosofía de la teología

3 Leonardo da Vinci

4 Pablo Toscanelli

5 Américo Vespucio

6 Primer núcleo de la francmasonería

7 Acciones de la «Masonería Moderna»

8 Nociones sobre la Masonería Primitiva

9 El espíritu Renacentista

10 Interregno

11 El accionar de da Vinci en Europa

12 Un poco de actualidad

13 Formación de la Francmasonería Fran-cesa en 1517

14 Bases de la renaciente masonería

15 Principios básicos constitutivos de la francmasonería Universal

16 De la Logia Francmasónica y sus miembros

17 Son deberes primordiales de los Francmasones

18 Otras disposiciones Constitucionales

Page 15: El_Protector.pdf

19 Opiniones de Robert Gallatin Mackey

20 La Contrarreforma

21 Actuación de Tomás Moro

22 Las Constituciones de Anderson y la de 1523 en París

23 El derecho de reunión

23 El Ara

24 Masones sensibles al compromiso

25 Exclusión de esclavos e incapacitados

26 La leyenda

27 Seguimos el análisis general de los Linderos de 1723

28 La hipocresía política y «diplomática»

29 Las condiciones para organizarse

30 Consideraciones sobre la Edad Media

31 Orden, desorden y realidad

32 Bastión del Conocimiento

32 Atisbos de derechos y democracia

33 La esclavitud

34 La masonería y su contextualizad

35 La influencia de las Constituciones de Anderson

Page 16: El_Protector.pdf

36 La inmortalidad del alma

Consideraciones sobre este libro

Anexo informativo

Page 17: El_Protector.pdf

Prefacio

a base de nuestro trabajo, será lo que menciona Jacques Bergier en un capítulo de su libro Visa Pour une autre terre (Plaza & Janés, 1979), en el que destaca aspectos de La leyenda del «Caballero

Blanco» y por extensión, adoptamos su fi-gura como la del «Protector».

Según lo consigna, los datos referentes al Caballero Blanco fueron recogidos del semanario Demain…

A mi modo de ver, más allá de tal cir-cunstancia —la Leyenda—, este trabajo pretende analizar el misterio sobre la exis-tencia de un «Protector», que desde remo-tos tiempos de la presencia del Hombre en

L

Page 18: El_Protector.pdf

la Tierra, estaría interviniendo de alguna manera en el decurso de su historia. Igno-ro si se trata de un individuo, entidad o denominación genérica de algo que «in-terviene» o «participa», si es material, in-material o proveniente de «otros mundos» u «otras dimensiones». Atengámonos a los hechos.

Cuando en las Listas Masónicas de la web rechazo la idea de que la Masonería sea una Orden misticista (1), no niego su carácter iniciático (2) y esotérico. Niego que sus prácticas Rituales (3) y litúrgicas, tengan que ver con afectaciones espiritua-listas de condición religiosa y que sean una visión o búsqueda teúrgica (4) y me-nos aún que exista cosa alguna relaciona-da con cualquier tipo de mistificación (5).

Dicho esto, demos comienzo al desarro-llo del tema, cuyo contenido solo pretende movilizar el pensamiento, de manera de intentar una apertura al aspecto esotérico o hermético no solo de nuestra Orden, si-

Page 19: El_Protector.pdf

no a los Grandes Misterios que acompa-ñan al Hombre en su búsqueda de res-puestas a los interrogantes metafísicos.

(*) Todo lo señalado con asterisco, es referencia tomada de las obras de Jacques Bergier. (1) Mística Parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa y del conoci-miento y dirección de los espíritus. Experiencia de lo divino. Expresión literaria de esta expe-riencia. Que incluye misterio o razón oculta. Es-tado de la persona que se dedica mucho a Dios o a las cosas espirituales. Estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste esencial-mente en cierta unión inefable del alma con Dios por el amor, y va acompañado acciden-talmente de éxtasis y revelaciones. Doctrina re-ligiosa y filosófica que enseña la comunicación inmediata y directa entre el hombre y la divini-dad, en la visión intuitiva o en el éxtasis. (2) [Iniciado] Dícese del que comparte el cono-cimiento de una cosa secreta. Miembro de una sociedad secreta. [Iniciar] Comenzar o promo-ver una cosa. Admitir a uno a la participación de una ceremonia o cosa secreta; dársela a co-

Page 20: El_Protector.pdf

nocer; descubrírsela. Instruir en cosas abstrac-tas o muy profundas. Ej.: Iniciar en la metafísi-ca. (3) Ritual. Del lat. ritualis. Perteneciente o rela-tivo al rito. Conjunto de ritos de una religión o de una iglesia. Estar impuesta por la costumbre ritual. Estar impuesta por la costumbre. (4) Teúrgia. Del lat. theurgia. Especie de magia de los antiguos gentiles mediante la cual pre-tendían tener comunicación con sus divinida-des y operar prodigios.(por analogía en este artículo). (5) Mistificar. Engañar, embaucar, falsear, falsi-ficar, deformar .Misto. Iniciado en los misterios. Llamábase así al iniciado en los Pequeños Mis-terios del culto esotérico eleusino, en Grecia y en Roma.

Page 21: El_Protector.pdf

Comentario a esta

primera edición

an sido escritos, al menos en las tres últimas décadas, no menos de 150 libros relacionados con el origen y la «historia» de la Masonería. Los ávidos estudio-sos de su trayectoria, advierten

que los contenidos responden, general-mente, a los parámetros que intentan de-mostrar que la Masonería Moderna y Es-peculativa, nacida en 1717, o sería la «ver-dadera» masonería» o al menos una «re-novación innovadora» de la «masonería operativa» o de todas aquellas corrientes masónicas que orientaron el pensamiento racionalista, fundamento de su esenciali-dad cognoscitiva.

H

Page 22: El_Protector.pdf

Resulta difícil posicionarse sin colisionar con las diversas corrientes de pensamien-to, que la intentan colocar en diversos parámetros (1). Unos la sostienen esotérica y oriunda del «Trismegisto» secular (2), que orienta el pensamiento de aquellos que además, hablan de Tradición Primor-dial. Otros, heredera de los «antiguos mis-terios», por la vía del Egipto misterioso o del Pitagorismo (3) y así sucesivamente hasta su paso por los siglos IX al XXI.

Sin embargo hemos advertido ciertos «olvidos» o «saltos» que desafían la conti-nuidad histórica del «espíritu» masónico, orientando al lector y a veces hasta al es-tudioso, hacia una especie de justificación del hecho ocurrido en 1717, oportunidad en que un grupo de masones que poseían el 3er grado de lo que hoy conocemos co-mo Simbolismo, sino que alguno de ellos aún no le tenía, recrean la Masonería haciéndolo a través de lo que denominan «Masonería Moderna y Especulativa».

Page 23: El_Protector.pdf

Luego en 1723, al establecer sus «reglas» o «Reglamentos» mediante las Constitu-ciones conocidas como las de «Anderson», desplazan el pensamiento de lo que hasta esa fecha se denominaba «Masonería Ope-rativa», haciendo creer «…que aquella se hallaba agotada desde fines del siglo XVII»… Obviando, además, la influencia irlandesa en aquella masonería operati-va...

Pero estos conceptos los dejamos al in-terés inquisitivo de los investigadores y estudiosos y nosotros tan solo nos permi-tiremos rescatar, mediante la sola men-ción, la existencia de la denominada «Ma-sonería Progresista Universal Rito primi-tivo» que sostiene resultar probable atri-buir al genial Leonardo Da Vinci, perge-ñada en Florencia y sobre la que escribió bastamente el Ilustre Hermano Profesor Dr. Ramón Espadas Aguilar (G. 33) en es-pecial en su obra Historia general de la francmasonería universal». Y heredera,

Page 24: El_Protector.pdf

indudablemente, del espíritu primigenio de la muy antigua Masonería. La «filosof-ía» de aquella masonería del Rito primiti-vo, puede hallarse en la sección Cuaderni-llos de www.hiramabif.org.

Este libro tal vez pudiera considerarse «obra connotada a la ciencia ficción», aunque su contenido posea cualidades según las cuales algún lector tal vez pueda calificarlas de una manera más adecuada al contenido.

Para los masones, nuestros dichos y las ideas a desarrollar podrán conmover su pensamiento doctrinario, ya que se apar-tarán de la ortodoxia cotidiana, heredada de casi 300 años de confusa «claridad», muchos equívocos y un considerable número de prejuicios.

Así como el teólogo calvinista James An-derson pergeño, en 1723, las famosas «Constituciones» que fueron adaptadas y reformadas luego de acuerdo con paráme-tros feudales, monárquicos y religiosos,

Page 25: El_Protector.pdf

también incursionó en imaginativas visio-nes sobre el origen de la Masonería (4).

Aún cuando muchos estudiosos de la Orden, como es el caso de Robert Gallatin Mackey (G°. 33), calificaron las visiones de legendarios orígenes, (incluso extendién-dolos a Adán y Eva o al mismísimo Noé), como pura invención imaginativa de su autor o autores, nosotros hemos creído que, aún cuando esas «invenciones» pu-dieran considerarse «disparatadas», tal vez encierren verdades que toda una es-tructura de pensamiento «seudocientíficis-ta», ha desvirtuado, confundido o prejui-ciado.

Nuestras hipótesis se fundan en la suma de conocimientos e información adquirida a lo largo de muchísimos años de estudio. Hemos tratado de «sintetizarlas» a fin de intentar una panorámica posible, aunque luego deba profundizársela para poder ca-lificarla de probable.

Page 26: El_Protector.pdf

Lo cierto es que cada día con más fuerza, emerge la idea de que la actual «humani-dad» no se originaría en lo que sostienen tesis e hipótesis de la ciencia cartesiana, la antropología académica o los testimonios de los denominados «Libros Sagrados», aceptados por las distintas religiones posi-tivas.

De manera que planteamos el hecho de que si James Anderson pudo «inventar» una historia masónica que daría respuesta y contexto al origen de la Institución, los estudiosos del tema tenemos el derecho de exponer nuestras tesis e hipótesis (5) apartándonos de los parámetros tradicio-nales y revolucionando el quietismo en el que se aceptan cosas que muy bien pue-den no ser como se exponen.

Es probable que nuestras conclusiones sorprendan a los que siempre se sienten puristas o seguidores de la ortodoxia masónica, porque hemos puesto sobre el papel un poco de la imaginación que re-

Page 27: El_Protector.pdf

sulta necesaria, cuando las cosas inheren-tes a la «razón» se sacralizan y colocan dentro de edificios de pétrea contextura, pero blandos y vetustos en el tiempo.

Consideramos que los datos consignados en estas páginas, ni son novedosos ni en-cubiertos bajo el manto de misteriosos hallazgos esotéricos. Sencillamente, son el fruto de la asimilación de ideas e informa-ción, que en la década de los años 60 del siglo XX, invadían el pensamiento de los «libronautas» de esa generación.

Como sucede con todas las cosas que «revolucionan» actuando como revulsivos (6) del pensamiento anquilosado, sectario o dogmático, recordamos el alivio con el que por los años 60 ó 70 solíase comentar el pensamiento de Louis Powell o Jackes Bergier, al igual que el de Peter Kolosimo, Serge Hutin y otros, que para la «intelli-gentzia» vernácula, eran meros imagine-ros...

Page 28: El_Protector.pdf

Esta hipótesis de trabajo tal vez no se adecue a las ideas de nuestra contempo-raneidad masónica institucional, si tene-mos en cuenta que el entorno es de suge-rente mediocridad, existiendo algo así como una regresión de las ideas, dado que incluso retornan los fantasmas del crea-cionismo, planteando problemáticas científicamente superadas, con el cuestio-namiento al evolucionismo, al par que un sorprendente avance de la religiosidad confesional.

Con tal marco, en crecimiento en los EE.UU., asombrosamente en Italia, e in-cluso en otras partes del planeta al parecer involucionando, va a resultar difícil dige-rir lo que nosotros exponemos. Pero no importa, pues seguramente habrá cerebros en los que puede almacenarse el cúmulo de información, necesario para compren-der aquello que rompe los moldes tradi-cionales.

Page 29: El_Protector.pdf

Debemos confesar que nos asombran las falsedades, tergiversaciones, mentiras y hasta sesudos tratados masónicos cuyo contenido resulta indemostrable. Y nos re-sulta también asombroso que tal cosa ocu-rra en el seno de una Institución que se ca-racteriza, creemos que fundamentalmente, en la búsqueda denodada de la Verdad, utilizando para ello la Razón.

Pero, naturalmente, la Masonería se en-cuentra integrada por seres humanos. Ri-sible seria pensar que participan de ella, junto a nosotros, los ángeles bíblicos o hermanos provenientes de otros mundos, cuya presencia se debería a fenómenos dimensionales de espacio-tiempo todavía no comprensibles ni testimoniados por la ciencia (7).

Dejamos claro que el lector se encontrará con numerosas referencias de autores in-mersos en lo que se conoció como «ciencia ficción», aunque nosotros pensamos que esa definición es inexacta. Las hemos con-

Page 30: El_Protector.pdf

signado, todas ellas, porque si las hubié-semos mencionado como resultado de nuestras investigaciones no seríamos creí-bles o se dudaría de ellas. Esa es la razón por la cual han sido consignadas en esta obra.

La razón fundamental que nos anima, es el deseo de incentivar el pensamiento. No afirmamos nada, solo exponemos lo que pudimos obtener, abrevando en fuentes tanto ortodoxas como heterodoxas. Des-cartamos ya, las adjetivaciones que sobre-vendrán luego de la lectura. Pero nos con-formamos con el hecho cierto de que aun-que nada nuevo haya bajo el sol, el ángulo con el que se puedan ver las sombras no siempre ha de ser el mismo.

V# H# RICARDO EDGARDO POLO

Page 31: El_Protector.pdf

(*) Hemos querido colocar al pie el significado de los términos que utilizamos, fundamental-mente para que no permitan confundirnos so-bre los conceptos que vertimos en esta obra (N. del A.). (1) Parámetro: en su acepción elemento impor-tante cuyo conocimiento es necesario para comprender un problema o un asunto. (2) Secular, en su acepción: que dura un siglo, o desde hace siglos. (3) Pitagórico que sigue la escuela, opinión o fi-losofía de Pitágoras (580-¿500? a. C) Una de sus teorías era la enantiosis, que en el sistema de los pitagóricos, es cada una de las diez oposi-ciones que son el origen de todas las cosas. (4) Leer la obra de John Hamill, curador de la biblioteca de la G# L# U# de Inglaterra Teoría acerca del origen de la Masonería. (5) Tesis: (gr. thesis) Proposición mantenida con razonamientos. Trabajo de investigación, escri-to, exigido para la obtención del grado de doc-tor. Opinión de alguien sobre algo. Hipótesis: (lat.-gr. hypothesis, suposición, pro-piamente lo que se pone a la base de algo). Su-posición imaginada, sin pruebas o con pruebas insuficientes, para deducir de ella ciertas con-

Page 32: El_Protector.pdf

clusiones que están de acuerdo con los hechos reales. Hipótesis de trabajo, la que se formula, no con el fin de elaborar una teoría, sino para servir de guía en una investigación científica. (6) Revulsivo: que provoca un cambio o reac-ción brusca. (7) Ciencia: Esta afirmación considérenla relati-va, porque ya se sabe que la tierra arrastra el espacio y el tiempo: Un equipo internacional de científicos ha encontrado la primera evidencia directa de que nuestro planeta arrastra el espa-cio y el tiempo a su alrededor, a medida que gi-ra sobre sí mismo. Este efecto, pronosticado por la teoría general de la relatividad de Einstein en 1918, ha podido detectarse midiendo los cam-bios en las órbitas de dos satélites.

Page 33: El_Protector.pdf

El Protector

uando rechazo la idea de que la Masonería sea una Orden misticista (1), no niego su carácter iniciáti-co (2) y esotérico. Niego que sus prácticas Rituales

(3) y litúrgicas, tengan que ver con afecta-ciones espiritualistas de condición religio-sa y que sean una visión o búsqueda teúr-gica (4) y menos aún, que exista cosa al-guna relacionada con cualquier tipo de mistificación... En incluso mistericismos.

Dicho esto, demos comienzo al desarro-llo del tema, cuyo contenido solo pretende movilizar el pensamiento, de manera de intentar una apertura al aspecto esotérico o hermético no solo de nuestra Orden, si-no a los Grandes Misterios que acompa-ñan al Hombre en su búsqueda de res-

C

Page 34: El_Protector.pdf

puesta a los interrogantes que desde lo más remoto nos acucian.

[*] Todo lo señalado con asteriscos, son referen-cias tomadas de las obras de Jacques Bergier. (1) [Mística] Parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa y del conoci-miento y dirección de los espíritus. Experiencia de lo divino. Expresión literaria de esta expe-riencia. Que incluye misterio o razón oculta. Es-tado de la persona que se dedica mucho a Dios o a las cosas espirituales. Estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste esencial-mente en cierta unión inefable del alma con Dios por el amor, y va acompañado acciden-talmente de éxtasis y revelaciones. Doctrina re-ligiosa y filosófica que enseña la comunicación inmediata y directa entre el hombre y la divini-dad, en la visión intuitiva o en el éxtasis. (2) [Iniciado] Dícese del que comparte el cono-cimiento de una cosa secreta. Miembro de una sociedad secreta.[Iniciar] Comenzar o promo-ver una cosa. Admitir a uno a la participación de una ceremonia o cosa secreta; dársela a co-

Page 35: El_Protector.pdf

nocer; descubrírsela. Instruir en cosas abstrac-tas o muy profundas. Ej. Iniciar en la metafísica. (3) [Ritual]. Del lat. ritualis. Perteneciente o re-lativo al rito. Conjunto de ritos de una religión o de una iglesia. Estar impuesta por la costum-bre. Ritual. Estar impuesta por la costumbre. (4) [Teúrgia]. Del lat. theurgia. Especie de ma-gia de los antiguos gentiles mediante la cual pretendían tener comunicación con sus divini-dades y operar prodigios.(por analogía en este artículo) [Mistificar]. Engañar, embaucar, false-ar, falsificar, deformar. [Misto]. Iniciado en los misterios. Llamábase así al iniciado en los Pe-queños Misterios del culto esotérico eleusino, en Grecia y en Roma.

Page 36: El_Protector.pdf

Primera parte

1 El Caballero Blanco

Los sucesos que menciona Bergier habr-

ían ocurrieron en Lyon, Francia, ciudad en la que vivía el investigador francés y en los que no participó por hallarse en un campo de concentración durante la II Guerra mundial.

Situemos a Lyon ocupada y en ella la Re-sistencia. Según lo refiere Bergier, «a co-mienzos de 1944, apareció allí un hombre que se hacía llamar el Caballero Blanco, que quería combatir al nazismo a través de la magia blanca. La Gestapo tuvo noti-cias de aquello, y un día de mayo de 1944 rodeó la villa en la que vivía este persona-je, en los suburbios de Lyon. Unos agentes de la Gestapo lo vieron entrar, y diez mi-nutos más tarde ellos mismos penetraron

Page 37: El_Protector.pdf

en la villa. Estaba vacía. No se encontró ningún pasaje secreto ni ninguna explica-ción racional. El relato de la Gestapo llega a la conclusión de un “caso inexplicable“. El personaje había desaparecido sin dejar rastro (spurlos, en alemán), como si hubiera estado a bordo de un buque hun-dido por la marina de guerra alemana» (sic).

Bergier dice que el hecho «no tiene nada de asombroso» y propone un misterio, cuando sostiene que «Está dentro de la vida cotidiana de una ciudad más miste-riosa que el Tíbet». Agregando, para el desconcierto, que del suceso se desprende ser «...una noción muy antigua y reconfor-tante: que la Humanidad no está sola y que tiene un Protector».

Esta figura se remonta a nociones más antiguas, en los mitos más remotos. No hay que confundirla con la noción de la venida del Mesías, que debe significar el

Page 38: El_Protector.pdf

fin de los tiempos y que los cristianos lla-man la parusía.

El Protector, por el contrario, está en el tiempo, en la Historia e «...intervendrá pa-ra impedir las catástrofes y para defender a la Humanidad». Este es el mito —sostiene— que está en la base de la caba-llería y que Cervantes magistralmente pa-rodió en el Quijote.

2 Los Símbolos Antiguos del «Protector»

«El escudo de David y el Sello de Sa-

lomón, se solían ver en forma de estrellas amarillas llevadas por los judíos durante la ocupación. Los aviones y las banderas del Estado de Israel las ostentan en color azul». Así lo menciona Bergier, atri-buyéndoles atributos protectores. Según su visión, éste constituiría uno de los se-cretos de los Templarios, «los que se con-sideraban representantes directos del Pro-tector».

Page 39: El_Protector.pdf

Tales escudos, parte de la iconografía (1) mágica de los hebreos, han trascendido en la simbología mágica cabalista y en el eso-terismo de numerosas órdenes y sectas. Sin embargo y pese a lo remoto de su an-tigüedad y origen, los iconoclastas (2) no han logrado destruir.

El mito ha tenido muchas vertientes. Un ejemplo, son las descripciones de los cel-tas, ejemplificados en el libro La ciudad del abismo, de Sir Arthur Conan Doyle, (el autor de Sherlock Holmes) y la trilogía de C. Sinclair Lewis (3) cuyo contenido posee importantes referencias muy escla-recedoras...

La figura del «Protector» surge como mi-to ya en el Sumer y llega hasta el Caballe-ro Blanco mencionado. Y si pensamos que no se circunscribe tan solo a las tradicio-nes herederas de las razas semíticas de la India, podemos discurrir que el «Protec-tor» aparece también: «En América del Sur, donde es blanco, pelirrojo y tiene una

Page 40: El_Protector.pdf

nariz corva semítica. A menudo es descri-to como procedente de las estrellas. En la tradición judía, se proclama Maestro del Nombre, y su última encamación histórica es Sabbatai Zvi, en el siglo XIX». [Se trata de una referencia al movimiento mesiáni-co judío, uno de los mejores estudiados, que es el de Sabbatai Tsevi, que lo refiere la magistral obra de Gershom Sholem Sabbatai Tsevi, Le Messie Mystique 1626-1676, Verdier, 1883 y sus artículos en la Enciclopedia Judaica.] (4)

Aunque parezca sorprendente, «El pri-mer nombre que se da al Protector es el de Gilgamesh». Leyenda sumeria que segu-ramente se remonta aún más lejos. En la Biblioteca de Arzubanipal arqueólogos han descubierto una versión completa «…que data del tercer milenio antes de Jesús», aunque son conocidas otras más antiguas pero incompletas. Según Bergier, «no sería exagerado asignar a la leyenda

Page 41: El_Protector.pdf

de Gilgamesh una antigüedad de ocho mil años».

Tal como sucede con la vertiginosa ima-ginación, —puedo decir que «referen-cial»—, Jacques Bergier, este dice que «Gilgamesh es presentado de una manera curiosamente aritmética. Es dios en dos terceras partes y hombre en una tercera. ¿Nos hallamos aquí ante un código gené-tico y una ascendencia extraterrestre?». Mencionemos que una considerable can-tidad de pensadores de la década de los años 60, expone las teorías panespérmicas y la posibilidad de visitas extraterrestres a la Tierra, iniciando el comienzo de La Luz del entendimiento a través de aquellos «Dioses» de los que hablan las leyendas de la Antigüedad.

Gilgamesh tiene atributos de «eterno». «Atraviesa los océanos y trae, de otro mundo que, geográficamente, es uno de los dos continentes americanos (Norte o Sur, es imposible determinarlo) la historia

Page 42: El_Protector.pdf

de un Diluvio Universal». Sobreviviente del Diluvio, un anciano llamado Utna-pishtim se relaciona con Gilgamesh, re-velándole el secreto de la inmortalidad. Este secreto está relacionado plenamente con el agua «y más exactamente con el Océano». Bergier menciona así, que «No hay nada eterno en la Tierra, pero en las profundidades del mar existe un árbol que se parece al espino blanco, y si un hombre llega a aproximarse a él y gustar sus frutos recuperará su juventud».

3 Héroes de la antigüedad incluso en América

La idea de que fuese este «héroe» de la

Antigüedad el primer «Protector», nace de la afirmación de que «Gilgamesh se vuel-ve eterno e intervendrá a lo largo de la historia de la Humanidad para su defen-sa». Apenas balbuceamos un moderado conocimiento de la historia y las leyendas, nos encontramos con que «bajo otros nombres y otros rostros, a ese personaje lo

Page 43: El_Protector.pdf

hallamos en todas las tradiciones huma-nas». Irónicamente, Bergier dice que el «Protector» no ha impedido tremendos desastres ni matanzas. A esto cabe replicar que, sin la intervención del «Protector», la cosa habría podido ser peor.

El «reproche» metafísico se extiende además a la Deidad, toda vez que los obje-tores antidogmáticos del deísmo y el teís-mo plantean el problema de las desgracias no impedidas por la Voluntad Divina. La connotación es obvia, pero los atributos del «Protector» no poseen características teológicas.

La leyenda de Gilgamesh se extiende también, al igual que la del Caballero Blanco, a las descripciones que sobre tal personalidad existieron entre los mayas. Curiosamente un gran número de leyen-das medievales parece hallarse entre las de los mayas, aunque tal vez y debido a la destrucción de miles de «documentos» mayas, aztecas e Incas, se nos impide sa-

Page 44: El_Protector.pdf

ber si tales leyendas fueron autóctonas o incorporación imaginativa de los inquisi-dores, en su perseverante y notorio va-ciamiento cultural y transculturización de las civilizaciones indo americanas. Y además, entiendo que Bergier puede haber subestimado lo auténticamente autóctono de las leyendas mayas.

La leyenda del «Protector» aparece en Europa en la obra de Saint-Yves d‟Alveydre (5) Misión de la India en Eu-ropa que a fines del siglo XIX, habla del origen del Rey del Mundo. [El «Protector» será el Rey del Mundo de las tradiciones asiáticas que interviene a veces en defensa de los hombres], señala Bergier.

4 El Rey del Mundo

En la página 27 del libro de Saint-Yves

d´Alveydre se consignan estos interrogan-tes, relacionados con el origen del Rey del Mundo al conocerse la leyenda en Europa

Page 45: El_Protector.pdf

del Protector: ¿Dónde está la Agartha? ¿En qué lugar preciso se encuentra? ¿Por qué ruta, a través de qué pueblos hay que caminar para penetrar en ella? A esta pre-gunta, que no dejarán de plantearme los diplomáticos y los militares, no me con-viene responder más de lo que lo voy a hacer mientras la alianza sinárquica no esté realizada o, al menos, firmada. Pero como sé que el momento en que estalle un posible conflicto, sus ejércitos deberán forzosamente pasar por allí, o bordearla, es por amistad hacia esos pueblos europe-os, como también por la propia Agartha, que no temo proseguir la divulgación que he comenzado. En la superficie y en las entrañas de la Tierra, la extensión real de la Agartha desafía la opresión y la coac-ción de la violencia y la profanación. Sin hablar de América, cuyos subsuelos igno-rados le han pertenecido desde una anti-güedad muy remota. En Asia solamente, cerca de quinientos millones de hombres

Page 46: El_Protector.pdf

conocen más o menos su existencia y su grandeza.

5 Misterios dimensionales, teorías esotéricas

Parece que d´Alveydre sufrió amenazas y

la mencionada «Misión de la India en Eu-ropa» debió desaparecer en acción, aun-que reapareció reeditada en 1910 sobrevi-viendo hasta que fue, según señala Ber-gier, «nuevamente quemada, esta vez por los nazis».

Este aspecto de la cuestión despertó [y hasta me atrevo a decir que aún despierta] grandes interrogantes en los estudiosos del tema. No hay obra sobre los grandes mis-terios esotéricos, que desde los días de d´Alveydre no se plantee el tema de Agharta o de la misteriosa ciudad de Shambala, donde moraría el Rey del Mundo. A ciencia cierta nadie sabe ni puede probar su existencia. Pero cu-riosamente se sigue hablando de ella y de

Page 47: El_Protector.pdf

vez en cuando trasciende alguna expedi-ción, alguna búsqueda e incluso alguna referencia de tipo satelital, generalmente desmen-tida por la Ciencia. No obstante, Bergier menciona que «Un cierto número de otros documentos concernientes a

Saint-Yves d‟Alveydre desaparecieron,

especialmente su expediente de funciona-rio que se volatilizó misteriosa-mente en los Archivos, lo cual es más bien raro».

El tema de la multiplicidad de dimensio-nes conviviendo simultáneamente con la nuestra no es cosa nueva.

No solo es tratada por la Ciencia a nivel de las matemáticas y la Física, sino que numerosas escuelas esotéricas lo mencio-nan. A nivel científico no es exagerado sostener que se trata de una posibilidad, incluso una probabilidad. Bergier, al res-pecto, manifiesta su convicción de la exis-tencia de «países desconocidos que para mí —dice— constituyen repliegues di-mensionales de la Tierra». Al parecer

Page 48: El_Protector.pdf

d´Alveydre intentaba transmitir «un men-saje procedente de Asia» y sostenía que el mito del «Protector» se hallaba vinculado «...a la existencia de países desconocidos», lo que hace que Bergier hable de tales «re-pliegues dimensionales».

EL «Rey del Mundo», el «Jefe», instala su reino allí donde se encuentra y donde le parece que mejor responde a las necesida-des de la época. Si bien hay en la leyenda una geografía sagrada, ésta sólo se torna sagrada por el establecimiento del centro: todo lugar se sacraliza por su presencia. De Egipto y de China pasó a Irlanda y luego a Delfos. ¿Dónde se encuentra ac-tualmente? ¿Está ya en otro planeta? Ma-dame Frieda Wion (El reino desconocido, ediciones Le Courrier du Livre, hace refe-rencias a que el «Protector» o «Rey del Mundo», sería poseedor de «una central de energía» y que «Si creemos que la aventura del Caballero Blanco en Lyon ocurrió verdaderamente, podemos llegar

Page 49: El_Protector.pdf

a la conclusión de que el Protector, sin-tiéndose amenazado, regresó al centro por vías que no discurren a través del espacio normal. Regresará de allí, tal vez, cuando se tenga necesidad de ello».

La referencia seguramente fue consigna-da, dado que la aparición del «Caballero Blanco» lo fue durante la II Guerra Mun-dial y curiosamente con los avances de las fuerzas del Eje en Asia.

6 El Colegio Invisible y los grandes enigmas

La idea de que tales referencias se cir-

cunscriban a la imaginería de delirantes o místicos de lo esotérico (misticistas pueda ser el término), no resuelve los grandes misterios que la literatura de tal temática plantea.

Además del legendario «Protector», cuya antigüedad se remonta a miles de años an-

Page 50: El_Protector.pdf

tes de nuestra Era, y tal como Hamlet se lo menciona a Horacio cuando afirma «Entre el cielo y la Tierra, Horacio, hay muchas más cosas de las que tu imaginas», no ca-be duda que a nuestro alrededor se han suscitado y suscitan hechos inexplicables y que la supina mediocridad de nuestro tiempo [tal la circunscribo a nuestros días] o no los acepta rechazándolos o los deses-tima por no poderlos «encajonar» en los parámetros formales.

Sin embargo, los sucesos inexplicables vienen de muy antiguo.

Hagamos un ejercicio referencial, tan so-lo mencionando casos como el de Sir Hen-ry Cavendish (6) (1731-1810), también mencionado por Bergier, quien fuera in-corporado a la Real Academia de Ciencias en 1760, «…sin que hubiese obtenido títu-lo alguno en la Universidad de Cambrid-ge, a la que asistió hasta 1753...» y que al respecto, Bergier sostiene que se trata de un hecho inédito en el mundo entero.

Page 51: El_Protector.pdf

Cavendish perteneció al Royal Society Club, misógino, inmensamente rico y sin que nadie supiera jamás de dónde pro-venía su riqueza, fue el principal accionis-ta del Banco de Inglaterra, poseía varios laboratorios en los que trabajaba misterio-samente, «...jamás publicó obra alguna, aunque 100 años después de su muerte, en 1921, se publicaron algunos de su traba-jos».

«Sin embargo, este hombre que emplea-ba signos alquímicos en ellos; dos siglos antes que Einstein, calculó la desviación de los rayos luminosos por la masa del Sol, hallando un resultado numéricamente próximo al de Einstein. También pudo de-terminar con precisión la masa de la Tie-rra y aisló los gases raros del aire» (7).

Siete sabios ilustres asistieron el 27 de mayo de 1775 a un experimento durante el que les mostró un pez torpedo artificial, que produjo a los asistentes shocks eléctri-cos similares a los del pez real. Ese día di-

Page 52: El_Protector.pdf

jo a los ilustres personajes, que «esa fuerza transformará al mundo». Se adelantó con esos dichos a Galván y Volta y logró has-ta... «medir el voltaje eléctrico por la in-tensidad del shock que se siente al tocar un circuito».

Al misterio sobre la verdadera persona-lidad de Cavendish, podemos agregar al jesuita Roger Boscovich, quien ya en 1756 daba a conocer un tratado en el que se habla de la relatividad y de los quantos y... asombrosamente menciona los viajes en el tiempo, la bilocación y la antigravi-tación... A Boscovich se agregan Saint-Germain, Benjamin Franklin y el conde Rumford.

Es como si «algo o alguien», hubiese es-tado revelándoles conocimientos que a la luz de nuestro actual estado de la Ciencia, parecen descolgados en el tiempo. De allí la idea de la existencia de un Colegio Invi-sible, que incidiese en la época revelando a ciertos personajes conocimientos que

Page 53: El_Protector.pdf

están fuera de contexto en ella. Recorde-mos a Swift prediciendo las dos lunas de Marte o a Voltaire describiendo el ultra-violeta y el infrarrojo en su Micromegas o en La Condómine, donde escribió: «…la materia posee, quizás, otras mil propieda-des que desconocemos...».

Estas menciones que Jacques Bergier pu-blicó en la década de los años 60, consti-tuyen importantes aportes el conocimien-to de los grandes misterios que aún care-cen de explicación.

Para el lego que no ha incursionado en el cocimiento de la postulación de antiguas teorías científicas corroboradas por el tiempo, podemos decirle que es evidente la analogía entre aquellas nociones esbo-zadas y el desarrollo de nuestra actual tecnología. Porque tales hechos no se cir-cunscriben, en algunos aspectos, a lo ocu-rrido durante el siglo XVII, ya que «...Aristarco de Samos, en el antiguo Egip-to, postuló la teoría heliocéntrica 18 siglos

Page 54: El_Protector.pdf

antes que Copérnico... en el sánscrito Li-bro de Manú se habla de la teoría de la evolución mucho antes que Darwin... Los babilonios poseían una batería eléctrica 3.800 años antes de Cristo...».

Aquello de que «no hay nada nuevo bajo el sol», es más que un simple dicho.

Por eso, cuando dice «la decisión de pu-blicar ciertos secretos fue tomada, en In-glaterra y en el siglo XVII, por una organi-zación de la que solo hoy empezamos a advertir su importancia, el Colegio Invisi-ble…, que contaba entre sus miembros a sabios tan eminentes cono John Wilkins (1614-1672) Sir Christopher Wren (1632-1723), Thomas Sydenham y Roberts Boy-le», Bergier no lo menciona con ligereza. Lo que más asombra y en realidad con-cierne a los Masones (7), es que el Colegio Invisible estaba en relación con Isaac Newton y Elías Ashmole (1617-1792).

Elías Ashmole (8) ha tenido el privilegio histórico de «...haber salvado la mayor

Page 55: El_Protector.pdf

parte de los secretos de la Alquimia». Y esto, publicados en su colección Theatrum chimicum britannicum.

El Colegio Invisible, en 1660 hace una «revelación de cierto número de secretos», tras lo cual recibe en 1662 de manos del rey Carlos II de Inglaterra, el título de Real Sociedad de Ciencias... curiosamente, en Francia y por decisión de Colbert, en 1666 se funda en París la Academia de Cien-cias. Estas referencias, constituyen sucesos prácticamente desconocidos en nuestro tiempo. Y si nos ocupásemos del aspecto masónico que pudiese tener el tema, nos preocuparíamos en saber a causa de qué Elías Ashmole ha sido cuestionado por ciertas posiciones masónicas, aunque estas exaltan a Isaac Newton por considerarlo precursor de la ciencia.

Retornando al tema, cabe mencionar que, además de los hechos evidentes de una ciencia por lo menos extraña a la época en que se ubican sus descubrimientos, no ca-

Page 56: El_Protector.pdf

be duda que ha sido puesta de manifiesto en un tiempo en el que no se correspon-den con el desarrollo inusitado de la ac-tual tecnología en los siglos XIX y XX. Y además, sin que podamos resolver el enigma que significa haber ocurrido no solo en el siglo XVII sino en la remota anti-güedad, como ocurrió con los sumerios y los egipcios.

Continúan los misterios

Dice Serge Hutin en su obra Las civiliza-ciones desaparecidas, Plaza y Janés, 1980), «...quizá nosotros vivimos sobre diversos planos planetarios de la realidad: en la vi-da corriente no tendríamos de ello más que confusas percepciones, en los años y las fantasías».

Nosotros preguntamos ¿qué llevó a Lo-renz Eisley, autor de El inmenso viaje, a decir «...tal vez nosotros venimos de otra parte y tratamos de volver allí con la ayu-da de nuestros instrumentos»... O al histo-

Page 57: El_Protector.pdf

riador judío Claudio Josefo en sus Guerras de Judea decir: «...unos días después de la Fiesta, el 21 del mes artemisio, se produjo un fenómeno increíble y milagroso. Antes de la puesta del sol, la multitud pudo ver unos carros y tropas de soldados armados que aparecieron súbitamente en los ai-res...» (*).

No resulta extraño que a nivel de la cien-cia ortodoxa, nada se diga sobre la posibi-lidad de existencia de civilizaciones des-arrolladas en un pasado remoto. Solo las leyendas como la de Gondwana, Lemuria, Mu o la Atlántida, parecen intentar una explicación a cosas inexplicables como los sucesivos desarrollos de las civilizaciones hasta hoy descubiertas y estudiadas. Pic-tografías, petroglifos, tablillas, objetos ex-traños como las pilas sumerias, babilóni-cas e incluso Egipcias —a pesar de la dis-tancia temporal entre cada una de ellas—, o los grabados egipcios con portadores de lámparas y cables, joyas de aluminio en

Page 58: El_Protector.pdf

China, joyas bañadas en oro u objetos gal-vanizados descubiertos en tumbas de re-mota antigüedad, ameritan al menos incógnitas aún no respondidas.

Como las perforaciones de perfecta regu-laridad en las piedras que conforman Ma-chu Picchu, sin que se sepa el objeto de las mismas; la perfección milimétrica de la angulación de las piedras de las Pirámide; incluyendo la matemática y la geometría utilizada, sin mencionar los aspectos as-tronómicos, sencillamente asombran. Pero también plantean enigmas aún no devela-dos.

El conocimiento de la astronomía por parte de remotísimas civilizaciones como los sumerios, los acadios, los Babilonios o los mayas y aztecas incluyendo a los habi-tantes de Zimbawe que hablaban de un sistema binario (las Pléyades) cuando aún la ciencia oficial ignoraba su existencia… plantean permanentemente no solo el des-conocimiento, sino la ausencia de respues-

Page 59: El_Protector.pdf

tas acordes al tiempo tecnológico que nos toca vivir.

7 Regresando al «Protector»

Dice Bergier que las Órdenes de Caballer-

ía también deberían ser examinadas como resultado de alguna intervención del «Protector». No solo en lo que respecta a Occidente, sino también con relación al Is-lam. Esto porque al parecer, «En la caba-llería hay también un arquetipo, y es el del Protector. Se le llame Padre Juan, Maestro Secreto del Templo, o con otros nombres, se trata siempre de él. Las Ordenes de ca-ballería y ese arquetipo aparece también en el Islam» (*). (9)

Una aproximación a revelar la presunta existencia del «Protector», del que hasta ahora no hemos definido su existencia o sus porqué, la da Madame Frieda Wion, quien cita un pasaje del libro de Henri Corbín que dice sobre los repliegues secre-

Page 60: El_Protector.pdf

tos de la Tierra, países desconocidos, y al-tos personajes que proceden de allí: (10) y (11). Una aproximación a revelar la pre-sunta existencia del «Protector», del que hasta ahora no hemos definido su existen-cia o sus porqué, la da Madame Frieda Wion, quien cita un pasaje del libro de Henri Corbín que dice sobre los replie-gues secretos de la Tierra, países descono-cidos, y altos personajes que proceden de allí: (10) y (11). Cuando en los tratados de los antiguos sabios te in-formes de que existe un mundo provisto de dimensiones y estudios distintos al de la pleroma de las inteligencias, y de que ese mundo, gober-nado por el mundo de las esferas, un mundo en el que se encuentran ciudades cuyo número es imposible de calcular, en-tre las que el propio Profeta nombró La-balquia y Jarbasa, no te apresures a clamar contra la mentira, ya que ese mundo llega a ser contemplado por "Cuando en los tra-tados de los antiguos sabios te informes

Page 61: El_Protector.pdf

de que existe un mundo provisto de di-mensiones y estudios distintos al de la pleroma de las inteligencias, y de que ese mundo, gobernado por el mundo de las esferas, un mundo en el que se encuentran ciudades cuyo número es imposible de calcular, entre las que el propio Profeta nombró Labalquia y Jarbasa, no te apresu-res a clamar contra la mentira, ya que ese mundo llega a ser contemplado por los peregrinos del espíritu, y ellos encuentran allí todo lo que constituye objeto de su de-seo. En cuanto a la turba de impostores y falsos sacerdotes, aun cuando los conven-zas de que mienten mediante una prueba, no por ello dejarán de desmentir tu visión. Entonces, guarda silencio y ten paciencia. Pues si llegas hasta nuestro libro de la «teosofía oriental» sin duda comprenderás algo en lo que antecede, a condición de que tu iniciador sea tu guía. Si no, sé cre-yente en la sabiduría" (*).

Page 62: El_Protector.pdf

La referencia que hace Bergier sobre las Órdenes de Caballería ha sido oportuna.

8 El misterio de lo que llevaron los Templa-

rios

Aquellas encierran, mas allá de los miste-

rios propios de sus iniciaciones, desenvol-vimientos, liturgias o Rituales, incógnitas que el tiempo no ha logrado develar. To-memos como ejemplo la Orden del Tem-ple. Los Templarios a su regreso de Jeru-salén, se encierran en las abadías benedic-tinas y sorprendentemente comienza en Europa un progreso que determinará la época del Renacimiento. El principio de la viga invertida en el gótico, la polaridad de la luz en los vitreaux de las Catedrales, la alquimia, el desarrollo social, comercial e incluso industrial, el renovarse de las artes y la ciencia... ¿Se trató de El Colegio Invi-sible, el despertar de las sombras hacia la Luz?

Page 63: El_Protector.pdf

Dice Bergier lo siguiente: «...Pero es bas-tante probable que ciertas sociedades co-mo los Templarios y las sociedades islá-micas “correspondientes” fueran, en cier-tas épocas de la Historia y en algunos lu-gares, representantes del Protector». Pien-so no haber equivocado el camino, puesto que mis conceptos relativos a los Templa-rios, fueron escritos hace dos décadas en el artículo «El misterio de los Templarios» (12).

¿Qué llevaron los Caballeros Templarios a Occidente...? ¿Qué traspaso o transmu-tación espiritual y racional inter-cambiaron en sus secretas reuniones con los sabios islámicos? ¿Qué intervención humana o sobrehumana participó de tal evidente iluminación (13) que ya podemos relacionarla con lo mencionado a princi-pio de este trabajo?

No lo sabemos. Podemos intuirlo. Será necesario transponer umbrales. Aquellos que condicionan nuestro pensamiento a

Page 64: El_Protector.pdf

los parámetros y fórmulas tradicionales de la educación moderna y contemporá-nea. Ir más allá del enciclopedismo didác-tico. Sumergirnos en la pureza de la ima-ginación y en la certeza de que más allá de los sentidos, pueden existir dimensiones aún desconocidas.

Por supuesto que será difícil encaminar-nos a ello si las respuestas presuntas no se materializan. Pero seguramente persis-tirán los interrogantes como: ¿La vida so-bre la Tierra es un fenómeno único, sin paralelos en el Universo de miles de mi-llones de sistemas solares?: ¿Está la vida encerrada potencialmente en el interior del átomo y es por tanto un atributo uni-versal de la materia; ¿Están habitados al-gunos mundos por seres racionales en dis-tintos estados de evolución? (13).

O preguntarnos si las percepciones del ser humano se circunscriben tan solo a las tres que definimos, (sumadas a la del Tiempo) conocemos y mensuramos. O tal

Page 65: El_Protector.pdf

vez en etapas anteriores o posteriores a nuestra actualidad, hemos sido o seremos capaces de ampliarlas y así conocer di-mensiones que conviven con la nuestra. Tales interrogantes nos obligan a repensar el pensamiento. Advertir que ciertos co-nocimientos esotéricos —por denominar-los ajustados a cierto lenguaje iniciático— pudieran ser confirmados por los resulta-dos de la tecnología científica, que al exa-minar con mejores instrumentos el com-portamiento de la materia, advierten irre-gularidades en sus desplazamientos, ad-heridos a lo, incluso, imprevisible de su conducta...

Así, el «Protector», como figura ideal de alguien que interviene de alguna manera abriendo las puertas «cerradas por siete llaves» o protegiendo al Hombre incluso de sus propias falencias e incapacidades, podría tener una «explicación y justifica-ción» en los parámetros misteriosos de la historia humana.

Page 66: El_Protector.pdf

Y si quisiéramos completar esta serie de interrogantes no solo sobre el «Protector», sino sobre la existencia de momentos históricos, dentro de los cuales ocurren curiosos fenómenos como por ejemplo las eras de la música, la escultura, la pintura, la construcción ciclópea, entendiendo por tales su desarrollo espléndido y memora-ble... con-signadas en la tradición cultu-ral... quedaríamos asombrados por adver-tirlas circunscriptas a ese tiempo, pudien-do comprobar —aunque se enojen los ar-tistas contemporáneos—la posterior deca-dencia de tales artes.

Claro está que no puedo adherir de pla-no a las ideas de un conocimiento induci-do, que sería una teoría más entre los co-nocimientos y prácticas esotéricas o herméticas (14) e incluso muy sugeridas en aquellas tendencias intelectuales de la pluralidad de los mundos habitados y la posible presencia, desde remotos tiempos,

Page 67: El_Protector.pdf

de civilizaciones extraterrestres en nuestro planeta.

9 La Orden del Grial

Según algunas referencias, tendría su se-

de en una abadía del país de Gales, en un pueblo «...que no figura en los mapas desde el siglo XIV». A esta Orden, «...se le atribuye la estabilidad y la supervivencia de Inglaterra, se la considera como el lazo, más allá de la realeza británica, que sigue uniendo los intereses divergentes que dominan Inglaterra». [*]

Además de la creencia de que la Orden del Grial sería «la verdadera Inglaterra», se la denomina «Logres» en oposición a «...nación de pequeños tenderos» que es como se estima al país y así lo dijo Napo-león. Bergier dice que «El jefe de la Orden del Grial sería al mismo tiempo el Pen-dragón, es decir el jefe espiritual del cel-tismo. Él, lleva en un dedo un anillo ador-

Page 68: El_Protector.pdf

nado con una amatista que ha cristalizado de modo que forma los peldaños de una escalera». [*]

Aunque esto resulte ser científicamente imposible, «...yo vi el anillo en el dedo del Pendragón, en Penzance, País de Gales, en 1953», afirma el escritor francés. [*]

Un episodio significativo ocurrido en plena Segunda Guerra Mundial, en 1940, habla de que objetos de la Orden del Grial, «...que llevaban la marca de san José de Arimatea», fueron confiados, fuera de Inglaterra, a John Buchan, escritor, por en-tonces gobernador del Canadá, retornán-dolo a la Abadía, en Gales, en 1941.

Pero el dato más significativo de este cu-rioso episodio y que remeda un tanto las referencias al esoterismo y hermetismo que configurarían algunos de los estamen-tos nazis, es el de que Himmler y la Socie-dad de la herencia de los Antiguos o Ah-nenerbe que dirigía tal personaje, se inte-resaba especialmente por dichos objetos*,

Page 69: El_Protector.pdf

y se sabe que la proyectada invasión a In-glaterra, fue precedida por una incursión de paracaidistas con el fin de apoderarse de aquellos (15). ¿Cuál pudo ser la parti-cipación del «Protector» en este episodio y de haber sido, cuál el motivo? ¿Qué se procuraba evitar desde Inglaterra y qué ambicionaba poseer Himmler? o Hitler mismo...

Más allá de toda una vasta literatura posbélica, que ha desatado vientos de in-certidumbre y divulgado numerosas teor-ías, tendientes a «imaginar» que las fuer-zas ocultas del nazismo se hallaban tras el «Santo Grial» [como de muchos otros ob-jetos] y que se habían constituido logias esotéricas entre los oficiales de la SS. La conducta de algunos de ellos, con poste-rioridad a Nüremberg, ha dado que sos-pechar.

No olvidemos el enigmático episodio de posguerra, protagonizado por Rudolf Hess, que condenado a reclusión perpetua

Page 70: El_Protector.pdf

por el tribunal de Nüremberg, nunca pu-do ser entrevistado, ni recabada de él la verdad sobre las circunstancias y motiva-ciones que lo llevaron al episodio de su temerario aterrizaje en Inglaterra. Y preci-samente de él se menciona su participa-ción en tales logias esotéricas y herméticas y en el «sustrato» de aquellas incumben-cias en el nazismo.

No cabe duda, además, que muchísimos e inexplicables sucesos acaecidos durante la II Guerra Mundial, no han sido devela-dos hasta la fecha. Y que a pesar de los años transcurridos, no sabemos si han si-do abiertos ciertos archivos tanto de los Aliados como los pertenecientes a las fuerzas del Eje y que, tal vez, alguna vez, puedan ser conocidos, explicados o pues-tos, entre muchísimos otros, en ese frasco en el que se guardan los «fenómenos in-explicables».

Page 71: El_Protector.pdf

10 Concepciones antiguas sobre el «Protector»

En la mitología judía y en tiempos de

Claudio Josefo, puede observarse «...abundante literatura, en la que el Pro-tector debe venir a la Tierra por un puente de papel. Esta concepción tan curiosa es interpretada generalmente en el sentido de que es el estudio de los textos sagrados lo que puede permitir ponerse en contacto con el Protector» (*).

Según lo menciona Bergier, ha sido esa, una frase muy profunda de Meyrink men-cionada por Henri Corbin cuando dice: «Ha permanecido sobre esta Tierra y reú-ne a los elegidos...».

Todo ello puede explicarse como que el «Protector» ...puede viajar a otros lugares, a otras Tierras.

Y el escritor no se circunscribe a pensar ni imaginar que tales tierras pudieran ser otros planetas, sino que lo extiende a la concepción de la posibilidad de unos plie-

Page 72: El_Protector.pdf

gues dimensionales de esta Tierra, que la cita de Henri Corbin destaca en forma tan magnífica.

«El protector se ha quedado en esta Tie-rra cuando el camino que conduce a través de las puertas inducidas hacia otras Tierras, ha sido descubierta. El Protector pasa la mayor parte de su tiempo sobre la Tierra: ...y reúne a los Elegidos» (*).

¿Serían esos elegidos, aquellos que en el siglo XVII comenzaron a revelar ciertos descubrimientos como los que consigna-ron Cavendish, Bacon, Da Vinci, Bosco-vich, Saint-Germain, Franklin...? ¿Aristar-co de Samos supo por esa vía lo que re-descubrió dieciocho siglos después Copérnico? ¿Sería esta la explicación al misterio de los anuncios científicos de Ju-lio Verne? ¿Sería el «Protector» el que eli-gió a quienes participaron de las batallas aéreas consignadas en los inmemoriales Vedas o en el episodio bíblico que consig-na la descripción de la forma de destruc-

Page 73: El_Protector.pdf

ción de las ciudades de Sodoma y Gomo-rra?... O podría permitirnos explicar la cu-riosa, enigmática y sugerente tumba de Palenque, que los arqueólogos dicen que se trata de la representación del Dios del Maíz... pero que el escritor ruso Kazant-zev ve como un astronauta en su nave es-pacial. Lo cierto es que frases enigmáticas como la que Roger Bacon dejó, diciendo: «Máquinas voladoras como estas, existie-ron en la antigüedad, e incluso se fabrican en nuestro tiempo» nos obliga a repensar muchísimas cosas excesivamente conven-cionales.

Sin embargo, además de las conjeturas que consignamos, existen otras muy cu-riosas y significativas, pero que revelan que la imaginación humana no se detiene. Y que esa imaginación las más de las ve-ces refieren cosas que pueden haber suce-dido o que... pueden suceder.

Una de ellas es atribuirle al «Protector» intervenciones directas como esta que

Page 74: El_Protector.pdf

menciona Bergier: «La serie de incendios que estallaron en Londres el año de la gran peste en el siglo XVI. Los hogares que eran focos de peste ardieron con una lla-ma muy curiosa parecida a la de una foga-ta y la propagación de la epidemia se de-tuvo. De lo contrario, es probable que una parte aún más importante de la población de Inglaterra hubiera perecido. Podemos encontrar referencias detalladas en este sentido en Daniel Defoe (La gran peste de Londres). Recordemos que Daniel Defoe es el autor de Robinson Crusoe...».

11 Solón, la Atlántida y Pirámides

Si nos extendemos en conjeturas y esto

con el ánimo de aportar más datos que abunden en las referencias misteriosas, podemos mencionar la existencia refinada de los magazitles, o «Maestros de la Gue-rra», miembros de la casta de los Atlantes, a quienes se les atribuye una tecnología tan desarrollada y asombrosa, que se

Page 75: El_Protector.pdf

menciona como la causante de la catástro-fe que hizo desaparecer el mítico conti-nente. Esta referencia aparece en la obra Aélita, de León Tolstoi. ¿De dónde obtuvo el escritor ruso tal referencia?

No sabemos si existió la Atlántida. Solo tenemos lo dicho y propagado por Solón, a quien se las mencionan los sacerdotes Egipcios. No pretendemos ni demostrar ni negar su existencia. Pero podemos men-cionar que múltiples referencias acuden para insinuar que algo hubo. ¿De dónde llegaron los huanches de las Islas Cana-rias? ¿Cuáles fueron las fuentes y origen de sus conocimientos y costumbres? ¿Eran realmente de piel rojiza los talantes? ¿Qué relación tuvieron los sobrevivientes del cataclismo con los vascos, por ejemplo o con los celtas? ¿Las pirámides de Egipto, que hoy son datadas con muchísima ante-lación a los faraones Keops, Kefren y Mi-cerino y de las que se dice fueron despeja-das de las arenas que las cubrían precisa-

Page 76: El_Protector.pdf

mente en tiempos de tales faraones... pu-dieron ser construidas con tecnología atlante?

Dice Serge Hutin en su libro Las civiliza-ciones desconocidas, que en Uxmal, Yu-catán, se han hallado en un templo en rui-nas, inscripciones jeroglíficas que conme-moran «Las tierras del Este de donde vi-nimos». Y menciona que los indios ameri-canos —pieles rojas— entre ellos los de los Dakotas, poseen una vieja leyenda que sostiene que sus antepasados vinieron de una misma isla situada en la dirección del sol naciente (16).

Los grandes civilizadores blancos, no son sino un gran enigma en América. Una «is-la sagrada del este», sobrevuela la existen-cia y aparición del Quetzlcoatl azteca blanco y barbudo. Moctezuma cree que Hernán Cortés remeda aquella presencia y es el retorno del civilizador que vino de la Tierra del Sol. El calendario, la escritura y las artes, que antes dejase Quetzlcoatl

Page 77: El_Protector.pdf

[significativamente, los dioses aztecas po-seen en sus nombres y denominaciones, la curiosa partícula «atl»... insertada en el nombre de Atlante...]. Los jeroglíficos a los que hacemos referencia desataron y des-atan vientos en quienes estudian las len-guas... Se pregunta Michel Manzi, ¿qué es el maya sino un idioma de un pueblo rojo venido de la Atlántida? ¿Y el griego? No es otra cosa que una lengua derivada del hebreo y el hebreo a su vez, del egipcio. ¿No se trata, pues, de dos idiomas ínti-mamente emparentados como dos ramas de una misma planta? Junto a él, pregun-tamos si no será la lengua atlante la clave de tal misterio.

12 Civilizaciones indoamericanas y Africanas

Tiahuanaco despierta en los arqueólogos

muchísimos interrogantes. Se ignora la fe-cha de su aparición. Solo conjeturas la permiten datar, con la incógnita de pensar que sus ruinas son antediluvianas. Lo

Page 78: El_Protector.pdf

mismo sucede con las ruinas de varias ciudades superpuestas a 4.000 metros de altura en las cercanías del lago Titicaca. A mi entender, toda una superestructura que ha condicionado a la arqueología a enfrascarse en develar el origen y anti-güedad de las civilizaciones en África, Eu-ropa y Asia, ha perdido muchísimos años de investigación y apertura mental, sobre la antigüedad de las civilizaciones ameri-canas. No importa tanto si los prejuicios hayan surgido como remedo de la con-quista marítima de los grandes navegan-tes, que al navegar por los suelos del ex-tremo austral tuvieron contacto con los más paupérrimos de sus habitantes, los Onas, Alacalufes o Yáganes, o los más o menos salvajes que eran los Patagones, Tehuelches, etc.. Estos y sus aparentes prehistóricas vivencias, pudieron hacer creer que el Continente carecía de civiliza-ción alguna.

Page 79: El_Protector.pdf

Lo mismo sucede con las ruinas de varias ciudades superpuestas, a 4.000 metros de altura en las cercanías del lago Titicaca. Y sin extendernos al mencionar, a título de misterio, ruinas insólitas como las de Ma-chu Picchu, Angkor, Anura Dhapura, Mohenho Daro y la reciente descubierta piramidal Caral, algunos de sus secretos en la construcción: rocas talladas y colo-cadas a la perfección, extraños orificios horadados en ellas, su ubicación geográfi-ca, las conchillas y arenas oceánicas en las montañas; piedras de 20 toneladas como las de las terrazas de Baalbeck, etc., etc.

Sin embargo, no debemos circunscribir ciertos misterios sobre el origen de tantas ciudades «civilizadas», de las que aún no podemos determinar su origen y existen-cia, a la idea de que pudieron ser influen-ciadas o construidas por los posibles so-brevivientes de la Atlántida hundida... o de otros cataclismos geológicos o as-tronómicos...

Page 80: El_Protector.pdf

Existen muchos enigmas. Como el de la mítica y desaparecida Rub el Jali, de la que Lovecraft se ocupa en su obra fantás-tica. Algo existe en los remotos meandros de la Arabia Feliz o en las terrazas de Ba-albeck. Si las observaciones satelitales no se especializaran tanto en la magnitud de las cosechas, la superficie de selvas y montes a desmontar o la mensura de ríos y lagos, ciertamente contaminados... o la prospección petrolera con fines comercia-les, tal vez algún emprendimiento minu-ciosa y planificadamente arqueológico, nos permitiría ir cerrando el rompecabe-zas de la remota Antigüedad.

No cabe duda que los testimonios de an-tiquísimas civilizaciones, quedaron con-sumidos por el Fahrenheit 451 que Julio César aplicó en el 48 a.C. en Alejandría, quemando cientos de miles de manuscri-tos allí depositados en la Gran Biblioteca. Recordemos que en 272, 295 y 391 d.C hubo más incendios, que en el 646 los mu-

Page 81: El_Protector.pdf

sulmanes hicieron lo mismo con más de un millón de rollos. Y los cristianos, un tanto caritativos ellos, quemaron a su vez no menos de cien mil rollos en el 1109 du-rante la toma de Trípoli (17).

Las obras hidráulicas construidas en la «Arabia Feliz», [que permitían recuperar y canalizar íntegramente las aguas de la llu-via, con extensos canales de barro coci-do...] en los alrededores de la represa de Marib, concita no solo el asombro, sino más de un interrogante, «...porque resulta muy difícil creer que un sistema tan com-plejo haya sido posible sin grandes cono-cimientos matemáticos». Y es más, siendo hasta hoy conocido tan solo por las pro-yecciones «in situ», su conformación ge-ométrica llevó a numerosos escritores a compararlas con las terrazas de Nazca...

Cuando nos referimos a Lovecraft y su mención de la existencia de Rub el Jali, lo hacemos en procura de incentivar al lector en la búsqueda de tal referencia. Y eso a

Page 82: El_Protector.pdf

fin de saber si no ocurrieron también en ella los saqueos producidos tanto en Baal-beck como en Babilonia.

Tales búsquedas debieran ser emprendi-das, so pena de que tal como ocurrió con el hallazgo de los manuscritos del Mar Muerto, los «muchachos de lo ajeno» sa-queen los sitios reencontrados. Coincida-mos con nuestro inspirador, Jackes Ber-gier, en que una Comisión Científica In-ternacional debiera encargarse de la pre-servación y búsqueda de ruinas de pobla-dos tal vez bajo montañas de arena, en los que pudieran rescatarse documentos que nos revelen algunos secretos sumergidos en el polvo del tiempo. Los satélites colo-cados en órbita, están en magnífica condi-ciones de obtener los datos que pensamos factibles de conocer…

A mi entender, toda una superestructura prejuiciosa, [y económico-financiera] que ha condicionado a la arqueología a enfras-carse en develar el origen y antigüedad de

Page 83: El_Protector.pdf

las civilizaciones en África, Europa y Asia, ha perdido muchísimos años de investiga-ción «...y apertura mental», sobre la anti-güedad de las civilizaciones. En especial las americanas y sin dejar de lado muchí-simas en Asia, África y Europa, que sus referencias son consideradas tan solo míticas...

En América, no importa tanto si los pre-juicios surgieron, entre muchos otros, co-mo remedo de la conquista y sus atrope-llos. O como efectos de los descubrimien-tos de los grandes navegantes, que al in-cursionar por los mares del extremo aus-tral, tuvieron contacto con lo más paupé-rrimo de sus habitantes, los Onas, Alaca-lufes o Yáganes, o los más o menos salva-jes que eran los Patagones, Tehuelches, Pampas etc., y que pudo constituir la pos-terior apreciación de considerar al Conti-nente como habitado por salvajes.

Estos y sus aparentes proto o prehistóri-cas vivencias, pudieron hacer creer que el

Page 84: El_Protector.pdf

Continente carecía de civilización alguna. Incluyendo las teorías del paso por el es-trecho de Behring, de los tan remotos y teóricos migrantes del Asia...

Y entre los más curiosos e inexplicables hasta hoy, misterios sobre civilizaciones desaparecidas y ciudades perdidas, tene-mos «El Dorado», que la imaginación de aventureros y exploradores sitúa tanto en la inmensidad de las selvas amazónicas, como en la zona cordillerana de la Pata-gonia Argentina. [Ver «Precisiones de un tema apasionante, El Clavo Prehistórico» (en esta misma obra)].

Crucemos el Atlántico. Vayamos nueva-mente a Egipto. Le Murtadi es un manus-crito árabe, que fue traducido al francés por Pierre Vattier París (1636). En ese ma-nuscrito se revela que los musulmanes descubrieron, en la Cámara del Rey de la Gran Pirámide, dos estatuas. Una de ellas era de un hombre de piel negra y una mu-jer de piel blanca. Esto no sería demasiado

Page 85: El_Protector.pdf

curioso, si no fuese porque el manuscrito dice que «ambos eran de un físico muy distinto al de los antiguos egipcios»... Y no sería más curioso si no fuese porque una de las figuras sostenía «...un jarro hermé-ticamente cerrado, tallado en algo que pa-recía de cristal rojo... al que al llenárselo con agua y volverlo a pesar, resultó que pesaba exactamente lo mismo que cuando estaba vacío».

¿Qué conclusiones podemos extraer de estas cosas? Muchas o pocas a la vez. Constituyen pequeños pedacitos del gran rompecabezas que los arqueólogos, inves-tigadores, científicos y especialmente la que podemos denominar ciencia oficial, no parecen esmerarse en elucidar...Y no son mis palabras un cargo, sino una sim-ple observación frente a los muchos miste-rios que se nos plantean a cada paso de aquello que no podemos explicar...

Page 86: El_Protector.pdf

Ahora bien: ¿cómo ubicamos la figura del «Protector» en estos enigmas tan dis-persos por el planeta?

Curiosa pregunta. Cuya respuesta no de-ja de plantearnos nuevos interrogantes y conjeturas.

Ejemplo: Sin instrumentos de precisión [según pensamos] ¿cómo hicieron los an-tiguos para saber el paralaje del Sol, si re-cién en 1650 Williams Gascoine hizo la primera observación... y por casualidad, a través de un telescopio y una red de alambres situada casualmente en el ángu-lo de observación (18).

Citemos más pormenorizadamente a Andrew Tomas: ¿Cómo sabían los anti-guos que la órbita de la Tierra no era cir-cular sino elíptica? ¿Cómo concluyeron en que el plano de la órbita terrestre no coin-cidía con el ecuador de la Tierra? Lo dice Plutarco citando a Aristarco, en el siglo III a.C. Recientemente en 1781 J. S. Bailly y en

Page 87: El_Protector.pdf

1819 K. Gauss, ambos astrónomos, lo con-signan en sus obras.

Platón, en su Timeo, [aproximadamente hace 2.400 años] dice que sabios egipcios informaron a Solón que conocían la exis-tencia de asteroides y su caída sobre la Tierra... La Academia de ciencias de Fran-cia, hace 190 años apenas, calificaba de supersticiones la «creencia» de que podían caer piedras del cielo (ibd. ob. cit.).

Testimonios increíbles han sido consig-nados en la literatura arqueológica y et-nográfica. «...señales verticales, líneas de puntos, grabadas o pintadas sobre huesos y piedras, fueron halladas desde España hasta Ucrania». Pudieron datarse como del Paleolítico Superior, 35.000 al 8.000 a.C. ¿Arte lineal durante 30.000 años? Por lo menos es muy significativo.

Pero siempre una misma y audaz pre-gunta: ¿Cómo adquirieron sus conoci-mientos los Antiguos, increíblemente des-colocados de su época...? Lo más asom-

Page 88: El_Protector.pdf

broso [entre tantos que mencionamos] es la conclusión a la que arribó Alexander Marshack (19) al respecto: ...estas anota-ciones sobre roca o hueso, son registros de observaciones de la Luna, hechas con propósitos «calendáricos»... Y sostuvo que tal descubrimiento implica «...una nueva valoración de los orígenes de la cultura humana».

Nosotros pensamos que tras los hechos que vamos descubriendo, a medida que ahondamos en la historia, asumimos la su-til idea de que existe algo o alguien, algu-na cosa, que interviene «incentivando» o incidiendo en el desarrollo de las civiliza-ciones. O «induciendo»... como resulta difícil aceptar.

¿Por qué? Porque más allá del hecho en sí, están los parámetros de la época en que se sucedieron y teniendo en cuenta la «continuidad del pensamiento» en el sen-tido de la sucesión de aquellos que se su-man y que son consecuencia de...

Page 89: El_Protector.pdf

Y entre los conocimientos «científicos» que más nos motivan a pensar en la «in-tervención» de «algo» que «induce» (20), de alguna manera en cada etapa de la humanidad, es todo lo relacionado con la Astronomía.

13 La Orden del Grial

Se dice que la Orden del Santo Grial tiene

su sede en una abadía del país de Gales, en un pueblo que no figura en los mapas ya desde el siglo XIV. A esta Orden, según lo menciona Bergier, «...se le atribuye la estabilidad y la supervivencia de Inglate-rra, y se la considera como el lazo, más allá de la realeza inglesa, que sigue uniendo los intereses divergentes que dominan el Reino Unido de Gran Breta-ña».

Además de la creencia en que la Orden del Grial es la verdadera Inglaterra, se de-nomina “Logres” por oposición a la «na-

Page 90: El_Protector.pdf

ción de pequeños tenderos» que es como se estima al país y así lo dijo Napoleón. Bergier dice que “El jefe de la Orden del Grial sería al mismo tiempo el Pendragon, es decir el jefe espiritual del celtismo. Lle-va en un dedo un anillo adornado con una amatista que ha cristalizado de modo que forma los peldaños de una escalera. «Aunque esto resulta ser científicamente imposible,... yo vi ese el anillo en el dedo del Pendragon, en Penzance, País de Ga-les, en 1953», afirma el escritor francés.

Un episodio significativo ocurrido en plena Segunda Guerra mundial, en 1940, destaca que objetos de la Orden del Grial, «...y que llevaban la marca de san José de Arimatea», fueron confiados, fuera de In-glaterra, John Buchan, escritor, por enton-ces gobernador del Canadá, retornando a la Abadía en Gales.

Pero el dato mas significativo de este cu-rioso episodio y que remeda un tanto las referencias al esoterismo y hermetismo

Page 91: El_Protector.pdf

que configurarían algunos de los estamen-tos nazis, es el de que Himmler y la Socie-dad de la herencia de los Antiguos o Ah-nenerbe, que dirigía tal personaje, se inte-resaba especialmente por “tales objetos”, y se sabe que la proyectada invasión a In-glaterra, fue precedida por una incursión de paracaidistas con el fin de apoderarse de aquellos. [Ref. en los Expedientes del Proceso de Nüremberg, en el capítulo co-rrespondiente a Ahnenerbe]. (*) ¿Cuál pu-do ser la participación del «Protector» en este episodio y, de haber sido, cuál el mo-tivo?

14 El Colegio Invisible

Podemos suponer, con cierta verosimili-

tud, que la participación del «Protector» pudo tener algo que ver con la decisión del Colegio Invisible de fundar la Acade-mia Real de Ciencias y «...sacar así de la clandestinidad un cierto saber», «...y es probable que fuese el fundamento de la

Page 92: El_Protector.pdf

ciencia moderna y de la tecnología deri-vada de ella y, a pesar de las protestas de los pesimistas, se puede afirmar que cons-tituyó una resolución bienhechora para la Humanidad» (*).

Sería evidentemente tentador relacionar con precisión al Protector con el Dios blanco de América del Sur. (Kukulcán-Quetzalcóatl). Pero faltan los elementos, ya que todos los documentos —y había muchos— fueron quemados por la Inqui-sición, y especialmente por Diego de Lan-da. Se puede simplemente decir que no hay ninguna razón para que el «Protector» se vea limitado por la tecnología de su época y que no pueda desplazarse libre-mente a los cinco continentes de la Tierra y tal vez a otras Tierras utilizando medios que nosotros aún no hemos inventado.

Es entre estos desplazamientos del «Pro-tector» que pienso poder contar una histo-ria extraña que la mayor parte de las veces

Page 93: El_Protector.pdf

se presenta como un viaje de Jesucristo al Tíbet.

Mis principales fuentes en este sentido proceden de los mormones.

Ya no es de buen tono burlarse de los mormones. De ellos, uno no recuerda más que la poligamia y una novela de Pierre Benoit sobre ellos, o cuando unos amables jóvenes nos traen a domicilio el Libro de los Mormones, éste por regla general va a parar a la papelera.

Se olvida sencillamente que la Universi-dad de los mormones en Salt Lake City fi-gura entre las más importantes de los Es-tados Unidos. Su importancia se vio opor-tunamente acrecentada, ya que fue (y es…) la más destacada Universidad ame-ricana en la que se trabaja, estando las demás ocupadas sobre todo en el consu-mo de drogas y las protestas y los efectos del consumismo norteamericano…

En Salt Lake City, los estudiantes traba-jan realmente y los profesores se dedican

Page 94: El_Protector.pdf

simultáneamente a la enseñanza y a la in-vestigación, lo que convierte a esta Uni-versidad en un importante centro de in-vestigación científica del continente nor-teamericano.

Todos los movimientos mormones exigi-rían un estudio serio e imparcial sobre sus antecedentes y debemos mencionar que la documentación que poseen es única. Aho-ra bien, según dicha documentación, así como según algunos documentos chinos y tibetanos, un personaje muy importante visitó el Tíbet, aproximadamente en la época de Jesucristo.

Pero ese personaje no se ha pretendido nunca que hubiese sido Jesús.

Se trataba probablemente del «Protec-tor», del que descubrimos así un rastro en-tre sus viajes a América del Sur y la Edad Media. De Gilgamesh al Caballero Blanco, se pueden señalar apariciones del «Protec-tor» a lo largo de unos seis mil años. Lo curioso es que aún no se ha conseguido

Page 95: El_Protector.pdf

descubrir en ello una periodicidad simple o cualquier otra clase de regularidad, pero las referencias existen. Yo no he consegui-do aún descubrir en ello una periodicidad simple o cualquier otra clase de regulari-dad, pero las referencias existen.

Si queremos ir más lejos que Gilgamesh en el pasado, podemos pensar en los seño-res de Dyzan, que aportaron a los hom-bres el fuego, el arco y el martillo.

15 Profetas contemporáneos

Si queremos acceder a nuestra época, po-

demos evidentemente asimilar el «Protec-tor» a un cierto número de profetas autén-ticos de nuestro tiempo. Pero la dificultad estriba en la palabra «auténtico». Algunos de los defensores de religiones en nuestra época, son aparentemente verdaderos profetas, pero otros son impostores. Es difícil para un contemporáneo juzgar, so-bre todo si tiene como yo, una mente

Page 96: El_Protector.pdf

sarcástica, agnóstica y racional. No obs-tante, me sentiría inclinado a considerar a Pak Subu en Indonesia y al/o a los diri-gentes de la Soka-Gokkai del Japón, como manifestaciones del «Protector». Al lector corresponde estudiar el movimiento Sub-ud de una manera imparcial —los docu-mentos no faltan— y juzgarlo.

A propósito del movimiento Soka-Gokkai, y en general del Japón moderno, hay que señalar una cosa interesante.

Cuando el emperador del Japón renunció a su divinidad para capitular en agosto de 1945, se produjo una consecuencia impre-vista. Un gran número de documentos de los monasterios, que estaban reservados a la familia imperial, se hicieron accesibles a los investigadores e incluso en ciertos ca-sos se inició su publicación. Aún no se ha visto el conjunto de dichas publicaciones, pero amigos japoneses nos dicen que tales documentos proyectan alguna luz tanto sobre las visitas del Protector… como so-

Page 97: El_Protector.pdf

bre contactos con extraterrestres. Una par-te de estos documentos se prometió ser publicados en inglés en el periódico de la Soka-Gokkai.

En todo caso, es cierto que si la Soka-Gokkai triunfa en sus objetivos, si consi-gue establecer, primero en Japón y luego en. China (donde va a abrir unas ramas) la prometida fraternidad entre los hombres, el efecto sobre la Humanidad será tan im-portante que cabría preguntarse si en esta ocasión el género humano no se habrá be-neficiado de algún socorro sobrenatural.

La Soka-Gokkai, que fue perseguida por todos los gobiernos japoneses desde el si-glo XIII, salió nuevamente a la superficie y se dispuso a predicar el amor y la frater-nidad entre los hombres, en tanto que la violencia estuvo resurgiendo plenamente en Japón. Los estudiantes izquierdistas ja-poneses despellejaron, después de la II Guerra Mundial a sus adversarios cuando los capturaban, y el izquierdismo japonés

Page 98: El_Protector.pdf

ha mostrado en ocasiones de lo que es ca-paz, por ejemplo con la matanza del aero-puerto de Lod, en Israel.

Si la violencia puede ser vencida por la fraternidad entre los hombres y si ese mo-vimiento puede extenderse a China, toda la historia de la Humanidad podría ser cambiada. Y cuando los historiadores del tercer milenio hayan estudiado este fenó-meno, tal vez comprobarán que ha habido alguna extraña intervención.

En California hay numerosas sectas que se valen del «Protector», pero hay sufi-cientes motivos para desconfiar de Cali-fornia, donde la demencia más caracteri-zada anda pareja con la renovación reli-giosa y mística más sincera.

16 Sin una religión

Lo que resulta notable es que en sesenta

siglos de actividad el «Protector» no haya fundado nunca una religión. Parece que

Page 99: El_Protector.pdf

éste no es en absoluto su objetivo y que de lo que trata es de intervenir en momentos precisos de la historia de la Humanidad —tal vez tiene conocimiento anticipado de esos momentos— más que asegurar la salvación de la Humanidad a través de la religión. Todo el problema de la decaden-cia de las religiones y de la ascensión de otra cosa es demasiado importante y complejo para que yo pueda tratarlo aquí. Es indiscutible que las religiones revela-das están «perdiendo velocidad». Tratan de solucionar el problema haciendo políti-ca y es poco probable que eso las salve. Algo distinto vendrá. Tal vez las nuevas religiones como el bahaísmo o el subud, tal vez una religión basada en contactos con los presuntos extraterrestres, o a falta de contactos, en una actitud diferente hacia el cosmos (Olaf Stapleton podría ser considerado como uno de los primeros profetas de semejante religión cuya Biblia sería su libro Creador de estrellas) y tal

Page 100: El_Protector.pdf

vez algo totalmente diferente de lo que por el momento no tenemos ni idea.

Todo lo que yo querría hacer resaltar es que cualquier futurología basada única-mente en predicciones relativas a la pro-ducción de acero y al producto nacional bruto, debe fracasar necesariamente por-que no tiene en consideración el vacío de-jado por las religiones.

(Sobre los efectos de este vacío en la ju-ventud americana, cabe mencionar y re-comendar un interesante libro de John Se-arle, titulado La guerra de los campus, publicado en Presses Universitaires de Francia.)

Sin embargo y para dejar constancia de nuestras ideas relativas a estos aspectos de la convivencia humana, debo expresar mi certeza de que más allá de las religiones denominadas «positivas», surge la ahora cada vez más difundida institución de-nominada Masonería o Francmasonería que se va despojando del secretismo pro-

Page 101: El_Protector.pdf

pio y el del que se le fue colocando desde el siglo XVII antes y después de la Revolu-ción Francesa, las referencias al Enciclo-pedismo y a su participación en la revolu-ción norteamericana y la emancipación Latinoamericana…

17 El poder del «Protector»

Su poder es evidentemente limitado, o

bien no quiere utilizarlo íntegramente. Verdad es, en efecto, que si todos los pro-blemas de la Humanidad tuvieran que ser resueltos por una intervención sobrenatu-ral, eso no resultaría bueno para la Humanidad, pues no llegaría nunca a la edad adulta. Lo que no impide que la Humanidad reclame tales intervenciones.

Un ejemplo notable es la Primera Guerra Mundial.

Mientras los alemanes llevaban cinturo-nes grabados con las palabras Gott mit uns (Dios está con nosotros) los ingleses se

Page 102: El_Protector.pdf

persuadieron fácilmente de que los ánge-les de Dios combatían a su lado y de que mataron soldados alemanes en Mons, con flechas fantasmas. Durante la Segunda Guerra Mundial, tales leyendas se multi-plicaron. Una de ellas, muy curiosa, que invoca al mismo tiempo al «Protector» y la Cábala, procede de Safed, poblado de los cabalistas en Israel.

Parece que en 1941, cuando se esperaba una invasión del Próximo Oriente por los nazis, el Protector se apareció en Safed y dijo que «el porvenir estaba indeciso por-que el valor cabalístico de las palabras “Si-ria” y “URSS” era el mismo».

Pero al mismo tiempo declaró:

—Yo intervendré para que sea la URSS y no Siria, la que sea atacada.

Es una bella leyenda, totalmente dentro del estilo de las leyendas judías que se desatan desde la Edad Media. Qué intere-sante sería que Chagall las ilustrara sobre una vidriera. Podría representar una ba-

Page 103: El_Protector.pdf

lanza en equilibrio, con Siria en un platillo y la URSS en el otro...

Transcribiré alguna reflexiones al respec-to, que Jackes Bergier, nuestro referente, sostuvo al respecto. «Yo he citado, sobre todo, leyendas celtas y judías sobre el Pro-tector, pero esto se debe sencillamente a que son las que conozco mejor».

Las hay en África, donde se han atribui-do poderes sobrenaturales a Patricio Lu-mumba.

Las hay en todas partes donde los hom-bres son oprimidos.

Se han llevado a cabo estudios interesan-tes sobre la religión de los oprimidos. El Caballero Blanco ha aparecido y ha des-aparecido en un clima de derrota y de opresión. Desde la Guerra de los Seis Días, el Islam vive en la espera de un pro-feta que invierta la situación. Plegarias es-peciales se efectúan con este objeto en las mezquitas y especialmente en la de El Ar-ham, en El Cairo. (Véase, respecto de la

Page 104: El_Protector.pdf

«guerra santa», el admirable libro de John Buchan, Le Prophiete manteau vert, que sigue estando de actualidad).

En un clima cultural totalmente distinto, pero como reafirmando la misma idea, Isaac Deutsche, al hablar de Trotski, em-plea la expresión «el Profeta armado». Pe-ro parece que el «Protector» no emplea armas, sino una manipulación psicológica de la Historia, que fue momento y se halla fuera de nuestro alcance. Se parece bas-tante al personaje de Isaac Asimov, de la serie Fundación, llamado El mulo. El per-sonaje de Asimov, cambiando por medios paranormales la mentalidad de algunos personajes clave, logra modificar la Histo-ria. La hace escapar así a las previsiones de los calculadores y de los sociólogos, para imprimirle su propio sello personal. Aunque le pese a Isaac Asimov, que detes-ta toda especie de misticismo, yo creo que ha trazado aquí un retrato bastante ajus-tado a lo que conocemos del «Protector».

Page 105: El_Protector.pdf

(*) Todo lo señalado con asterisco, son referencias to-madas de las obras de Jacques Bergier. (1) [iconografía]. [e€konografˆa] Descripción de imá-genes, retratos, cuadros, estatuas o monumentos, y es-pecialmente de los antiguos. Tratado descriptivo, o co-lección de imágenes o retratos. Icono o ícono. e€kën, -Õnoj, imagen. Representación devota de pincel, o de relieve, usada en las iglesias orientales. En particular se aplica a las tablas pintadas con técnica bizantina, llamadas en Castilla en el siglo XV tablas de Grecia. Signo que mantiene una relación de semejanza con el objeto representado. (2) [iconoclasta]. e€konokl§sthj, rompedor de imáge-nes. Dícese del hereje del siglo VIII que negaba el culto debido a las sagradas imágenes, las destruía y perse-guía a quienes las veneraban. Llámase así a quien nie-ga y rechaza la merecida autoridad de maestros, nor-mas y modelos. (3) “El silencio de la tierra”, “Perelandra” y “Esta fuerza horrorosa”… (4) Sabbatai Tzvi nació en Esmirna en 1626. Se declara Mesías en 1650 a los 25 años de edad y anuncia “la abolición de la Ley” Este iconoclasta es declarado por las autoridades de Salónica un desequilibrado, des-terrándolo. En 1662 reaparece en Jerusalén, donde se casa con una prostituta, imitando a al Profeta Osías. Luego de unos episodios en los que interviene un jo-

Page 106: El_Protector.pdf

ven Rabino brillante e iluminado llamado Nathán, en 1665 se proclama nuevamente como Mesías y el total de la comunidad de Gaza lo reconoce como tal. Y en diciembre de ese año regresa a Esmirna donde se pro-clama Rey-Mesías, dedicándose a incitar a los judíos a no respetar las reglas alimenticias, a pronunciar el Te-tragrámaton y a realizar actos contrarios a la Ley mo-saica. Luego se convierte al Islam, incitando a sus se-guidores a hacer lo mismo. No vamos a referir la ex-tensa historia de este Mesiánico judío, diremos sola-mente que murió a la edad de 50 años en 1676, en el día del Kippur. Sin embargo, pasarán 100 años antes de que su secta desaparezca, aparentemente, ya que según lo sostiene Gerard Hadad, autor de Los Biblio-clastas, investigaciones contemporáneas indican que numerosos rabinos han permanecido secretamente fie-les a la fe sabbatiana...” Valga esta como resumidísima referencia. (5) Puede conocerse más sobre la curiosa y hasta mis-teriosa personalidad de Saint-Yves d‟Alveydre en el libro de Jean Saunier Introducción a las investigacio-nes de Saint-Yves d‟Alveydre. Existen elementos inte-resantes en la obra de Jean Saunier, La Synarchie, apa-recida en C.A.L. y en «Grasset». Saint-Yves d‟Alveydre era un personaje muy curioso —dice Ber-gier— que entre otras cosas había inventado una máquina de explorar el tiempo, que él llamaba «el ar-queómetro». (6) Los extraterrestres en la Historia, Jacques Bergier, Realismo Fantástico, Plaza y Janés, 1970.

Page 107: El_Protector.pdf

(7) Destacar en este trabajo a la Masonería, no consti-tuye sino una justificada mención destinada a incenti-var a los actuales Maestros de la Orden, a dedicarse a la búsqueda de datos que complementen las referen-cias de Bergier. De tal manera será posible desmitificar ciertas posiciones, que sostienen una suerte de dogma-tismo inmovilista, circunscrito al cumplimiento irres-tricto de las Constituciones andersonianas, más allá de su propósito reglamentario en las logias y talleres. (8) Elías Ashmole, según lo refiere en su enciclopedia de la Masonería, Robert Gallatin Mackey 33, Fue un acuario célebre, autor de obras universalmente cono-cidas, entre las que puede citarse la historia de la Or-den de la Jarreterera y fundador del Museo Ashmole-an de Oxford. Nació en Litchfield, Inglaterra, el 23 de mayo de 1617 y murió en Londres el 18 de mayo de 1762. Se hizo francmasón el 16 de octubre de 1646, habiendo escrito en su Memorias, pág. 303, un porme-norizado relato de la ceremonia de su iniciación. (9) Véase a este respecto el notable libro de Pierre Pon-soye, L‟Islam et le Graal, colección LaTour Saint-Jacques, «Denoél». (10) Puede consultarse, por ejemplo, la obra del profe-sor Henri Corbin, Terre céleste y Corps de Résurrectio. (11) El misterio de los Templarios, de R. E. Polo, edi-tado por primera vez en la revista Auge, 1976; Nueva Etapa, 1979, y en el Boletín de Templespaña , Sociedad de Estudios Templarios y Medievales, 2002. (12) De la Obra No somos los primeros de Andrew Tomas. P&J, 1976.

Page 108: El_Protector.pdf

(13) Hermético, De Hermes. Aplícase a las especula-ciones, escritos y partidarios que en distintas épocas han seguido ciertos libros de alquimia atribuidos a Hermes, filósofo egipcio que se supone vivió en el si-glo XX antes de Jesucristo. Dícese de lo que se cierra de tal modo que no deja pasar... Impenetrable, cerrado, aun tratándose de cosas inmateriales.

Page 109: El_Protector.pdf

Segunda parte

1 Civilizaciones y cataclismos

Desde hace muchos años tengo una idea

que me ronda cada vez que me acerco a la Historia, la Arqueología y el pensamiento humano. Y en especial, cuando todas esas cosas están enmarcadas en lo Astronómi-co y no llegan a convencer a mi razón.

Esa idea tiene relación con el cambio del eje de la Tierra, que según teorías esotéri-cas, cambiaría cada 25.920 años. Ese «acontecimiento» pudiera ser la causa de la destrucción de las civilizaciones. Fenó-meno telúrico relacionado con los mitos diluvianos, cataclísmicos, caída de cuer-pos celestes, cambios en la corteza terres-tre, hundimiento de continentes [Lemuria, Godwana, Mu, la Atlántida...] y el reco-mienzo de la supervivencia del Hombre y las demás especies animadas en la Tierra.

Page 110: El_Protector.pdf

Cálculos científicos sobre la Edad de la Tierra, llevan las cifras a miles de millones de años. Cifra que teóricamente se acerca a los 9 ceros... (15 mil millones).

Si pensamos cuántas veces caben 26 mil años en esa cifra, podemos intuir la mag-nitud de cuántos mensurarse, que puede haber sido el que denominamos Diluvio Universal.

¿Cuál es la razón por la cual, de haber si-do considerado cataclísmico y bíblicamen-te un castigo de Dios «...que eliminó de la tierra todo vestigio de vida...», de aquella que se inició con Adán y culminó con Noé y el Arca, no seríamos nosotros descen-dientes de sus «sobrevivientes»...? Habla-remos más pormenorizadamente de esto en la Tercera parte de esta obra.

No cabe duda que tal acontecimiento ocurrió sobre la faz de la Tierra. Aunque las referencias bíblicas no se correspondan con las fechas que surgen del análisis de los textos. Miles de años antes están con-

Page 111: El_Protector.pdf

signadas, entre otras referencias, en la Epopeya de Gilgamesh y en los libros sa-grados de la India. Lo mismo ocurre en tradiciones de América [el Popol Vugh], África, Europa y Asia.

A nuestro entender, este «último» acon-tecimiento cercano a nuestra «etapa» de crecimiento debiera ser considerado para-digmático. Porque siendo contemporáne-os a nosotros los efectos del «desarrollo» de esta etapa posdiluviana, tenemos los elementos como para observarlos, mensu-rarlos e «inferirlos». Entonces, advirtamos lo siguiente:

Es probable que la actual humanidad sea la Noénica, heredera de la Adánica predi-luviana, pudiendo pensarse que la línea demarcatoria fue el último cambio del eje de la Tierra.

Podemos datar tal suceso en alrededor de 12 a 16 mil años.

En el transcurso de tales distancias de continuidad evolutiva o, por qué no, de

Page 112: El_Protector.pdf

mutaciones también, pensemos que «…ha transcurrido apenas un siglo desde que el hombre logró volar con un artefacto más pesado que el aire. [Los hermanos Wrigth] y ya hemos alcanzado los espacios sidera-les, con un portentoso desarrollo de la tecnología espacial; colocado un hombre en la Luna; descubierto agua en Marte, en la Luna y en algunas de las Lunas satur-ninas y jupiterianas y hallándonos planifi-cando un viaje al planeta rojo. Y en los últimos tiempos se han detectado sistemas solares similares al nuestro, uno de ellos apenas a 41 millones de años luz de de nuestro sistema solar...».

2 Los avances científicos y tecnológicos

Cien años apenas, desde que logramos

vencer —de alguna manera— la gravedad que nos ata al planeta Tierra.

La pregunta es obvia. ¿Cuántas veces en la historia del planeta, dentro del lapso en

Page 113: El_Protector.pdf

que el eje de la Tierra pudo modificarse, geológicamente hablando, pudieron haber existido y evolucionado humanidades ci-vilizadas o tecnológicamente desarrolla-das, debiendo los sobrevivientes recrear los mitos de la Creación Bíblica...?

¿Qué lapso será necesario para superar el estado de alienación y salvajismo conse-cuente y posterior a la sobrevivencia de una hecatombe como un Diluvio, algún fenómeno astronómico o un cambio del eje de la Tierra...?

¿Es esto posible, probable o mera conje-tura?

La respuesta podemos hallarla en el aná-lisis desprejuiciado de los Libros denomi-nados «sagrados». Los antiquísimos libros de la India, los Vedas, las tradiciones Su-merias o babilónicas, los papiros egipcios, los códices aztecas o mayas, el Popol Vugh, entre otros, incluyendo la Biblia.

En muchos de los libros denominados «sagrados» se habla de «guerras espacia-

Page 114: El_Protector.pdf

les o aéreas», lo que implica artefactos vo-ladores, [Vimanas en los Vedas]; [discos voladores por vibración] en las tradiciones aztecas, incas y mayas [prestémosle aten-ción a la tumba de Palenque]... todas ellas referencias absolutamente descolocadas del «tiempo», en que tanto los libros como las leyendas, hacen incomprensibles tales tecnologías. Como los «carros de fuego», más cercanos al gusto de las religiones bíblicas.

No siendo... que las referencias mencio-nen sucesos verdaderos, conocidos y con-signados por los sobrevivientes de las hecatombes ocurridas a consecuencia que no sabemos qué, cómo y por qué y que, curiosamente, explicarían la desaparición de la Atlántida... entre otros sucesos ca-taclísmicos... o la mismísima leyenda de Enoch...

Las referencias que nos llegan a través de las tradiciones orales o de las «escrituras» que los arqueólogos rescatan de las ruinas

Page 115: El_Protector.pdf

y excavaciones, refieren la existencia de personajes «proféticos» que en los remo-tos tiempos denominados «proto o pre-históricos», condujeron a sus pueblos no solo en la «supervivencia» sino en su de-sarrollo y Progreso.

¿De dónde obtenían estos personajes sus conocimientos?

¿Creen ustedes que eran fruto de sus «in-tuiciones», de presuntas «comunicaciones con su deidad», «revelaciones», desarrollo instintivo de la personalidad, o conoci-miento obtenido o «salvado» de alguna manera del desastre?

Hemos hecho referencia a el «Protector» hasta aquí, sin haber logrado definir su personalidad aunque si parte de su con-texto… Algunos de nuestros lectores pen-sarán que se trata de un personaje mítico, algo así como un náufrago en el Tiempo, alguien que sobrevive al lapso que toca vivir a los mortales, o como el misterioso judío errante, pero al parecer siempre re-

Page 116: El_Protector.pdf

ferido a una persona… Hasta podemos imaginar que en tiempos poscataclísmi-cos, algún hierofante sobreviviente que aleccionó a los que recomenzaron su su-pervivencia en el planeta devastado… Es una posibilidad. Sin embargo, la verdad de nuestra intencionalidad es colocar so-bre el tablero de ajedrez de este gran juego que es la existencia humana, la idea de que los conocimientos pre cataclísmicos, pudieron ser almacenados pues es dable pensar que así como nosotros hoy habla-mos de estas cosas e incluso nos preveni-mos «por si ellas…», guardando en gran-des cuevas montañosas, túneles y depósi-tos decenas de metros bajo tierra en bóve-das de acero y cemento, los conocimientos actuales, lo mismo pudieron hacer esos antepasados que vamos redescubriendo con nuestros estudios arqueológicos y an-tropológicos.

Nuestra idea, en realidad, es darle enti-dad a los que sobrevivieron y transmitie-

Page 117: El_Protector.pdf

ron los conocimientos pre-catastróficos, a quienes debido al caos reinante, manifes-taban una regresión psicológica a la que hoy se denomina primitivismo y cuyas manifestaciones se observan en las exca-vaciones arqueológicas. No en vano resul-tan curiosas las pictografías o pinturas ru-pestres, cuyos trazos, inteligentemente es-tudiados, deducen que no se trata de ex-presiones primitivas o salvajes, sino de curioso estilismo y complejidad… Como el hecho de que se han descubierto pintu-ras rupestres en el techo de cuevas a un metro de altura, sin que hayan quedado marcas de residuos de antorchas que de-bieron utilizarse para ver dónde y que se pintaba… ¿Con qué se iluminaban los tro-gloditas que dibujaron esas pinturas…? Por otra parte y digno de investigarse, el hecho de que en su generalidad, las pintu-ra rupestres han sido hechas con colores ocres y no con los de la gama del ultravio-leta…es decir, como si la percepción de

Page 118: El_Protector.pdf

aquellos pintores no percibiese esa gama incluyendo la del verde…

En síntesis, es posible que nuestra inten-ción sea demostrar que a través de la His-toria del Hombre, fuera de las dataciones convencionales, ha existido una divisa pragmática que podría constituir la reali-dad de este fenómeno y que se condensa en la frase Ordo ab Chao, fundamental en la Masonería y que adoptada por los Su-premos Consejos de la Orden en sus divi-sas, especifica para los que saben, el ori-gen antiguo y fundamental de su existen-cia como Institución cuyo propósito es el de «la búsqueda del Progreso de la Humanidad», quedando claro, asimismo, su carácter «Protector» del Hombre en sus estadios de supervivencia.

Aclarado esto, y dejando constancia del meollo de la cuestión que planteamos, va-yamos a las argumentaciones que el lec-tor, por inferencia, habrá de comprende mas allá de Rituales, Catecismos y visio-

Page 119: El_Protector.pdf

nes multifacéticas del quehacer institucio-nal de la francmasonería.

Más allá de las conjeturas, sigamos el hilo que dejamos previamente, cuando sostuvimos lo del cambio del eje de la Tie-rra.

3 Curiosas definiciones para la ciencia

Todo es posible. ¿Por qué no? Hasta po-

demos pensar que sus referencias pudie-ran ser fruto de mecanismos psicológicos incluso de «una memoria heredada». Y al respecto ¿Por qué no pensar y admitir la posibilidad de que dentro de la espiral del Código Genético [ADN], bien pueda exis-tir algún GEN que contenga la memoria de hechos o conocimientos posible de ser heredados... o heredables...? ¿No será el verdadero denominado «inconsciente co-lectivo»? O tal vez lo que denominamos «intuiciones». Por algo Ray Bradbury de-finió la intuición como «el resultado de un

Page 120: El_Protector.pdf

razonamiento cuyos datos uno ignora po-seer»… ¿Qué les parece…?

¿Qué cosas son aquellas que deberíamos rechazar, por no hallarse encuadradas en el «corral» de las tradiciones primigenias, que son las religiosas y luego de las in-creíbles limitaciones del pensamiento tra-dicional, aquél que rechaza todo lo que no admiten los parámetros de la lógica dogmática?

¿Por qué resulta más sencillo «creer» que «saber»? O admitir las «Revelaciones» de los Dioses o de un Dios antropomórfico, cuya existencia está condicionada por las especulaciones que de sus atributos e «in-terferencia» en los asuntos humanos, se cree o admite. O también por lo consigna-do en los «biblos» o libros denominados «sagrados», aceptados y reconocidos a través de las religiones monoteístas ahora y panteístas y politeístas en un pasado no tan remoto.

Page 121: El_Protector.pdf

Se trata de una dicotomía prejuiciosa. Que es juzgar las cosas antes del tiempo oportuno o sin tener de ellas cabales cer-tezas.

Pero de todos estos interrogantes, surgen muchos más. Porque tenemos derecho a pensar que las limitaciones de las que so-mos parte, pueden ser muy bien «condi-cionamientos» con el objeto de impedir que el «conocimiento» que logremos ad-quirir, podamos utilizarlo en forma nega-tiva, peligrosa o destructiva.

¿Nace el hombre con el concepto de la bondad, es decir, con la concepción del bien y del mal? ¿Se trata de una intuición, de un instinto, de una cualidad de la espe-cie? ¿O por el contrario el hombre debe ser instruido, educado o enseñado, para al-canzar los estados de conciencia y cono-cimiento necesarios, no solo para su su-pervivencia, sino también para el manejo de las «herramientas» con las que la espe-cie puede sobrevivir y desarrollarse? Cu-

Page 122: El_Protector.pdf

riosamente, el Hombre es la única especie en el planeta Tierra, que debe ser «adap-tada» para sobrevivir en él...

En un orden más específico podemos in-ferir, los alquimistas: ¿consignaban su ciencia en sus tratados a través de alegor-ías y en un lenguaje que vulgarmente de-nominamos «iniciático» o «criptográfico», solo por egoísmo, o en realidad tenían conciencia de que sus descubrimientos [o sapiencias...] no debían caer en manos de ignorantes e inescrupulosos? (¿La natura-leza humana?).

A la luz de las investigaciones actuales, los científicos que han logrado transponer el umbral de los prejuicios [y diría que hasta de la ignorancia] pueden hasta lle-gar a suponer que el «atanor» de los al-quimistas no era otra cosa que un precario «reactor nuclear».

Parece asombroso y hasta increíble pen-sar tal cosa. Pero los investigadores han resuelto admitir que las características

Page 123: El_Protector.pdf

descriptivas del «atanor» y su posibilidad de «transmutar» metales, —al mismo tiempo que la necesidad de contar con una gran energía como para modificar la constitución atómica de la materia—, su-gieren que esa energía bien pudo obtener-se mediante el «...uso de algún elemento “radiactivo”, haciendo funcionar un ele-mental reactor, productor de la energía necesaria para la transmutación....».

Teniendo en cuenta los descubrimientos realizados a mediados del siglo XX, se ad-mite la probabilidad de construir una bomba atómica, reactor al fin, con elemen-tos «caseros» de fácil obtención y de gran peligro de manipulación y efectos, preci-samente en manos de irresponsables.

La certeza, es obvio, de que sus descu-brimientos pudieran ser utilizados como la pólvora de los chinos, no solo para fue-gos artificiales, sino para violencias y sin-vergüenzadas destructivas, debe haber si-do el escudo tras el cual se recogieron los

Page 124: El_Protector.pdf

alquimistas y muchísimos sabios de la An-tigüedad.

4 Sucesos inexplicables

Pero he aquí que en esa Antigüedad, me-

dida naturalmente con la vara de lo pre-sumible, uno ve con asombro sucesos in-explicables, mediante los cuales sus partí-cipes evidencian estar en posesión de «co-nocimientos» tan avanzados, que solo han sido comprobados, admitidos o… «redes-cubiertos» por el avance desmesurado de la tecnología, cuyo comienzo podemos si-tuar a fines del siglo XIX.

Digamos como referencia de tales anti-guos sucesos y como ejemplo, el de Aris-tarco de Samos (siglo III a.C.) quien lu-cubró en aquél tiempo la teoría heliocén-trica; los babilonios la pila eléctrica; el Li-bro de Etana, el Libro de Enoch y el Poe-ma Épico de Etana, describen una exacta imagen del espacio exterior; ¿cómo sabían

Page 125: El_Protector.pdf

los antiguos, contemporáneos del Sumer, la existencia de planetas más allá de Sa-turno?; ¿cómo es que en los libros en sánscrito se mencionan «los miles de mi-llones de años del Universo»?; o los filóso-fos griegos explicando «distancias sidera-les»; el «astronauta» chino Hou Yih, 43 si-glos hace, hablaba de «la fría, vítrea y de-solada» Luna; cartas estelares de hace 3500 años en Egipto; 4.000 años hace que los babilonios consignaban en tablillas de escritura cuneiforme, los movimientos de Venus, Marte, y Júpiter; hace 4.173 años comenzaba el uso de calendario rúnico de la cuenca báltica; Seleuco de Eritrea [siglo II a.C.], hacía rotar la Tierra sobre sí mis-ma y alrededor del Sol; «...lo hace sobre su eje cada 24 horas»: lo dijo Heraclio del Ponto en el siglo IV a.C.; Megástenes, em-bajador griego en China, escucha al rey Chandragupta Maurya, en el 302 a.C. de-cir que sus brahmanes sostenían «...que la Tierra es una esfera, conocen su diámetro

Page 126: El_Protector.pdf

y la distancia a la Luna» (21)*. ¿Cómo sab-ían todo eso en esos tiempos y sin instru-mentos para corroborarlo?

Tengan la certeza de que podemos seguir alimentando una caldera que aumentará su presión y hará funcionar la máquina que transforma el destino de la humani-dad, cada vez que es accionada y reco-mienza a funcionar conduciendo a la Humanidad hacia... ¿Hacia dónde...?

En todos estos enigmas, pienso que se vislumbra claramente, la participación de la Masonería.

Pero, ¡¿cómo es eso?!

5 Hablemos de masonería

Veamos. Bergier en su obra Los extrate-

rrestres en la Historia ha escrito un párra-fo sugestivo, sugerente y aleccionador. En él se refiere a lo que denomina «la fuente X» [interpreto que de alguna manera alu-de al Colegio Invisible o a las misteriosas

Page 127: El_Protector.pdf

sociedades secretas, iniciáticas o esotéri-cas, incluso herméticas, que constituyeron vehículos de transmisión de conocimien-tos y que estuvieron relacionadas con Las Academias, en las que Leonardo da Vinci y tantos destacados personajes los propa-garon…] Y que a mi entender se refiere a la figura del «Protector». Lo hace rela-cionándola con la aparición y propagación de las sociedades secretas en el siglo XVIII. [Incluyendo, claro está, a las que solo fue-ron «bastante menos serias y hasta deli-rantes»]*. Y aquí debemos mencionar el hecho cierto de que los pastores calvinis-tas James Anderson y Teophile Desagu-liers al pergeñar lo que hoy se conocen como Las constituciones de Anderson, fa-bularon un origen incluso Edénico y hasta Adánico de la Masonería… Lo que motivó a Robert Gallatin Mackey, autor de la fa-mosa Enciclopedia de la Masonería, poner en duda los cabales de ambos iniciados…

Page 128: El_Protector.pdf

Dice el autor mencionado, con relación a la «fuente X» (atribuida a la creación del Colegio Invisible) y de su existencia posi-ble, que fue «...una fuente sumamente ri-ca, tanto en saberes teóricos como en in-tervenciones prácticas, que empiezan a circular a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, como los rumores de la con-quista aurífera del Yukon en el XIX».

Uno de los creadores de la primera Gran Logia francmasónica de Londres y de las Constituciones de 1723 junto con James Anderson y Jean Teophile Desaguliers, es-te último francés de origen e inventor «...de un cañón capaz de disparar 23 ca-ñonazos por minuto», sabio matemático, que surge como anunciando la aparición de la «fuente X». En el libro que publicó en 1723 sobre la historia y las doctrinas de la francmasonería, insiste en la importan-cia de las matemáticas y profetiza sobre el próximo advenimiento de una sabiduría

Page 129: El_Protector.pdf

universal, traída del «exterior del mundo» (22).

Durante sus estudios en Oxford, Desagu-liers manifiesta ideas completamente mo-dernas, acorde a las presunciones de la Física desarrollada en su tiempo. Así es como René Alleau destaca incluso, el ge-nio universal del jesuita Boscovich, que fue el asombro de Europa (23).

Boscovich escribió 14 libros de matemáti-ca pura, 15 de astronomía, 21 obras de física y 7 libros de poesía en latín. Anti-cipó ideas que solo en el siglo XX han sido «descubiertas y probadas». Algunos escri-tores se atreven a decir que Boscovich fue un mutante o por lo menos un náufrago del siglo XXI navegando en el siglo XVIII. Tal como creo que debiera considerársele a Julio Verne, a través de la inconmensu-rable obra «de anticipación», que fueron sus asombrosas novelas y revelaciones premonitorias (24).

Page 130: El_Protector.pdf

Y a propósito de tales incógnitas, plan-teemos la de Cyrano de Bergerac, escri-biendo su Historia Cómica de los Estados e Imperios de la Luna y el Sol, que leímos en la versión de Nicolás Estevanez, París, edición de los hermanos Garnier, libreros, 1902-25.

Voy a referirles tan solo un párrafo del libro de Bergerac. En el libro mencionado, página 425, dice, refiriéndose a René Des-cartes [muerto en Estocolmo en 1650, se-guramente poco antes de que Cyrano es-cribiese esa obra] y a su libro Física: «No es que la ciencia de las cosas naturales no necesite, como las otras ciencias, preocu-par nuestro juicio con axiomas que no prueba; tan elementales, tan sencillas, que una vez supuestas, no hay ninguna que mejor responda y satisfaga a todas las apariencias».

Refiriéndose a la Estructura del Univer-so, dice Bergerac en el relato: «Os acord-áis, sin duda, de que según dice él [se re-

Page 131: El_Protector.pdf

fiere al Sol, fuente de vida y «tierra» de las almas de los filósofos] nuestro entendi-miento es finito. Por consiguiente, siendo la materia divisible hasta lo infinito, evi-dentemente es una de las cosas que ni no-sotros ni él podemos comprender ni ima-ginar, por lo que es imposible darse razón de ella. Con todo, aunque no caiga bajo el dominio absoluto de los sentidos, lo com-prendemos así por el conocimiento que tenemos de la materia, un conocimiento limitado, pero positivo; y no debemos va-cilar en determinar y en formular nuestro juicio sobre las cosas que concebimos».

¿Algo que objetar...? ¿Razonamiento del siglo XVII? ¿Qué cosas sabía Bergerac y de donde procedían sus conocimientos? Quien ha tenido el asombro de leer la edi-ción publicada en el siglo XVII [y es una pena la supina ignorancia que sobre estos textos se tiene en nuestro tiempo] quedará pasmado por los conceptos vertidos allí. Os daré un ejemplo.

Page 132: El_Protector.pdf

Solo uno más. Se refiere a la idea de que las plantas poseen sensibilidad y «pensa-miento». ¿No os recuerda algo muy con-temporáneo esta idea...?

Dice Cyrano: «Moisés, el más grande de todos los filósofos, que bebía el conoci-miento de la naturaleza, en la fuente de la naturaleza misma. (¿?) Significó esa ver-dad cuando hablaba del Árbol de la cien-cia, queriendo, sin duda alguna, enseñar-nos que las plantas poseen, privativamen-te de nosotros, la filosofía perfecta. Acuérdate ¡Oh tú, el más soberbio de los animales!, que si la col que cortas no dice una palabra, no puede decirse que no piense. Porque el pobre vegetal no tiene órganos adecuados para aullar como no-sotros, ni para reírse, ni para llorar; los tiene, sin embargo, para lamentarse del daño que le hacéis, lamentos con los cua-les atrae sobre nosotros la venganza del cielo. Y sabed que, si insistís en pregun-tarme cómo se yo que las coles tienen

Page 133: El_Protector.pdf

pensamiento, voy a preguntaros cómo sabéis vosotros que no lo tienen».

Razonamientos como este nos causan mucho más escozor que asombro...

6 Los hechos significativos

Sigamos con los hilos de este tejido. Re-

cordemos que a fines del siglo XVIII, los científicos de la Real Academia Británica, negaban enfáticamente la existencia de la Jirafa, por considerarla una imposibilidad dentro del reino animal.

Y otros también, un tanto limitados en su imaginación, sostenían la imposibilidad de viajar a más de 60 kilómetros por hora, «...ya que el organismo humano se desin-tegraría». Y eso, en instantes en que la máquina a vapor habría de transformar el mundo y producir la revolución indus-trial.

Aquella actitud de cortas miras, ha carac-terizado en todos los tiempos a los necios

Page 134: El_Protector.pdf

y a los que asumen un conservadurismo a ultranza, con relación al Conocimiento.

No cabe duda que por algún mecanismo digno de estudiarse por la psicología [en algunos casos sugeriría la psiquiatría], ciertas mentes ilustradas se niegan al avance de las ideas o al análisis de aquello que no aciertan comprender.

¿Pensar en la pluralidad de los mundos habitados? Prejuicios religiosos cimenta-dos en la interpretación de los Libros «sa-grados», que hacen de su contenido los «exégetas» o los clérigos ignorantes, que lo niegan.

¿Teorías panespérmicas? La ciencia ofi-cial que con soberbia acepta a pie juntillas los dictados del método cartesiano, colo-carán las orejeras que pedirán una mues-tra de ADN, procedente del espacio exte-rior o la necropsia de un extraterrestre, «capturado in fraganti» al bajar de su nave espacial, fotografiada, filmada, atrapada e investigada en una base aérea, si es posi-

Page 135: El_Protector.pdf

ble, norteamericana, para «creer» en su existencia…

¿Ventanas que permitan pasar de una dimensión a otra? ¡Cuidado! No tanta imaginación. Aunque además, existan in-vestigaciones en la Física. Sugestivamente, ciertos misterios relacionados con los Templarios y los Ismaelitas (30), sugieren que estos últimos «…tenían la misión de guardar la entrada de una Tierra Santa que... no debe creerse que se identifique con Palestina [Tierra Santa que resulta imposible localizar en nuestro tiempo y espacio y cuya procedencia pareciera pro-venir de una geografía sagrada, distinta a la nuestra y que han estudiado, en espe-cial dos franceses...: ¡Guénon y Henri Corbín!..». ¿Curioso no?]*.

Por estos días, —días conmocionados por cambios sociales, políticos y económicos—, tal vez producto o efecto de las nuevas convulsiones del siglo XXI, los ojos y la atención de la inmensa mayoría de este

Page 136: El_Protector.pdf

superpoblado planeta observa el avance de los descubrimientos científicos y tec-nológicos, que es arrollador, como arro-llador es el producto de la tecnología. Tecnología cuyos efectos solo serán men-surados en el futuro. Futuro no tan lejano.

Es de tal magnitud y velocidad el desa-rrollo, que estoy persuadido [y esto desde hace largo tiempo] de que la característica del hecho supera grandemente la capaci-dad de absorción y comprensión del fenómeno por parte del ciudadano, y más aún en aquellos países o regiones donde la vida humana se desenvuelve bajo paráme-tros de enormes dificultades, pobreza, mi-seria y exclusiones.

Así es como se va perdiendo, de alguna manera, la perspectiva necesaria como pa-ra mensurar la concatenación de los hechos histórico-científicos y esencialmen-te, poder establecer las relaciones entre ellos.

Page 137: El_Protector.pdf

«Hay más cosas entre el cielo y la Tierra, Horacio, que las que tu imaginas...», le di-ce Hamlet a su entrañable amigo. Y tras el sugestivo concepto, sabemos que por en-cima de «...la ciega actividad de la natura-leza o de la obra volitiva y racional [o irra-cional] del hombre, existen fenómenos que resultan difíciles de atribuírselos a ambos...».*

Estamos convencidos de que la Edad Media fue un período de la Historia en que moraban las tinieblas. Eso es una «ca-ricatura», sostienen muchos pensadores. Prestémosles atención. En nuestro tiempo leemos y lucubramos sobre las posibilida-des de existencia de vida inteligente en el Universo. Mas allá de las limitaciones del lenguaje, [que habla livianamente de ubi-caciones planetarias, galácticas y meta-galácticas] casi admitimos la probabilidad. Hasta pensamos que sería incomprensible que la vida inteligente se limite, en lo in-conmensurable del Universo «conocido»,

Page 138: El_Protector.pdf

a concentrarse en un minúsculo planeta del sistema solar, que a su vez orbita sobre la estrella Vega y esta a su vez, dentro del centro de la galaxia Vía Láctea y esta a su vez...

7 Sucesos muy extraños incluyendo otras di-

mensiones

Lo cierto es que de acuerdo con nuestros

actuales conocimientos, aunque admiti-mos la posibilidad en teoría y práctica, de recorrer las distancias siderales a través de máquinas factibles de ser construidas y desarrolladas, por lo menos tenemos con-ciencia de que «aún no estamos en condi-ciones» de concretarlas en toda sus posibi-lidades. Pero sí condicionados por la fórmula einsteniana (E=CV.2) y la veloci-dad de la Luz.

Sin embargo, esta «conciencia» nos limita y establece una valla de comprensión, so-bre la probabilidad de que «otras inteli-

Page 139: El_Protector.pdf

gencias», antropomórficas o no, puedan llegar... o tal vez hayan llegado y contac-tado, en algún momento de nuestra histo-ria.

Veamos lo siguiente. Un razonamiento coincidente entre pensadores, es el de que nosotros, actualmente, tenemos grandes limitaciones para comprender y admitir, en el caso de ocurrir, la presencia entre nosotros de «seres provenientes de otros mundos»… u otras dimensiones...

Y prestemos atención a que digo «de otros mundos». no solo refiriéndome a mundos planetarios, sino incluyendo la posibilidad de mundos dimensionales o paralelos, aceptando la probabilidad de existencia de más dimensiones que aque-llas que conocemos, percibimos y com-probamos por sobre lo teórico.

Sin embargo y aunque parezca asombro-so, en la Edad Media era «normal» convi-vir con la presencia de «visitantes», al punto de que Bergier dice: «Es preciso in-

Page 140: El_Protector.pdf

sistir en que los hombres de la Edad Me-dia, que creían en los visitantes, eran espí-ritus racionalistas y nada tenían que ver con la brujería o la Inquisición, fenómenos totalmente distintos». ¿Por qué en aquél tiempo, no pudo haber contactos e inter-cambios de información entre tales visi-tantes y hombres como Roger Bacon, Je-rome Cardam o Leonardo Da Vinci?

¡¿Cómo así?! Nuestro actual lenguaje habla de los «demonios» como miembros de la corte del Mal. Sin embargo, «...el 14 de agosto de 1491, Jérome Cardam, hijo del matemático (30) Facius Cardam, trans-cribía la siguiente aventura de su padre: «Cuando había terminado con los ritos de costumbre..., se me aparecieron siete hombres, que llevaban vestidos de seda parecidos a las togas griegas, y calzados resplandecientes... Manifestaron tener cuarenta años, pero ninguno de ellos apa-rentaba más de treinta... eran hombres en cierta manera formados de aire (¿holo-

Page 141: El_Protector.pdf

gramas tal vez...? y, sometidos, como no-sotros, a nacer y morir... les pregunté so-bre la inmortalidad del alma y me res-pondieron «que nada sobrevive»... Al preguntarles por qué razón no revelaban a los hombres los secretos de su sabiduría, contestaron que existía una Ley muy seve-ra que les imponía graves penas en el caso de que revelasen a los hombres lo que ellos saben». [¡Asombroso si recordamos la razón por la que Adán y Eva fueron ex-pulsados del Paraíso...!] Luego, dice Car-dam hijo, «Permanecieron con mi padre durante tres horas... El que parecía ser su Jefe, negó que Dios hubiera hecho el mundo para toda la eternidad. Por el con-trario, agregó, el mundo era creación de cada instante; de manera que si Dios se cansaba, el mundo perecería inmediata-mente...» (26).

Estas referencias aparecen permanente-mente en la Edad Media. Reflejan un con-tacto al menos muy racionalista, despoja-

Page 142: El_Protector.pdf

do de míticas entidades angélicas y que niegan, incluso, la inmortalidad del alma y hasta hablan de «...una especie de teoría de la creación continua del Universo». Es-tas «tradiciones» que proliferaban en el si-glo XV se extendieron hasta el siglo XVIII, tiempo en el que, según hemos conocido, fueron revelados muchos secretos de la ciencia.

No obstante, creo que los correlatos que sitúan los presuntos contactos entre estas entidades y el hombre, evidencian que fueron dadas a conocer informaciones y estas son aquellas que consideramos in-comprensibles para su tiempo. E incluso alquimistas y místicos de la Edad Media, trataron de asociar a los visitantes, con aquellos «espíritus» de los que hablan tan-to la Biblia como el Corán [*].

Sin embargo, la «descripción» de las en-tidades no se ajusta a las de las menciones Bíblicas de «los Hijos de Dios» o de los «Ángeles del señor», al punto de aseme-

Page 143: El_Protector.pdf

jarse más con personajes «luminosos», que dejan libradas a nuestra imaginación las razones técnicas de tal observación. Además, hacen pensar en que ni escanda-lizaban ni asombraban a los que tuvieron contacto con ellas y que tampoco eran re-lacionadas con brujos, demonios o entida-des maléficas contemporáneas a las acti-vidades eclesiales combatiéndolas. Por ca-so, la Inquisición.

Tales «...seres luminosos» son referidos por Cinclair S. Lewis en su Trilogía, cuyas notas hablan de textos medievales con re-ferencias planetarias a seres luminosos. También lo hace Johanes Kepler, quien «...consideraba lo más natural, que fuera llevado a la Luna por un demonio que le ayudaba en sus investigaciones».

El mismísimo Roger Bacon, al describir a su maestro Pierre de Mriscourt, dice de él que se trataba «...de un solitario que teme a la muchedumbre y las discusiones y que rehúye la gloria; le horrorizan las disputas

Page 144: El_Protector.pdf

por nimiedades de nombres y siente gran aversión por la metafísica, mientras se discute sobre lo universal; él se pasa la vi-da en el laboratorio fundiendo metales, manipulando cuerpos, inventando ins-trumentos útiles para la guerra, para el campo y para los oficios de artesanía... po-see obras en griego, árabe, hebreo, caldeo; cultiva la alquimia, la medicina, aprende a usar de sus manos igual que de su inteli-gencia...» [*]. Y de un Pierre Mriscourt del que nadie conoció su origen.

Tras este párrafo surgen dos importantes interrogantes, ¿cómo ubicamos la figura del «Protector» en estos enigmas tan dis-persos por el planeta? ¿Cómo ubicamos los «contactos» con entidades extrañas y qué relación tienen estas con aquél?

Curiosa pregunta. Cuya respuesta no de-ja de ser una nueva conjetura.

Muchísimos episodios «extraños» rela-cionados con «la paternidad de algunos héroes de la antigüedad», han ocurrido a

Page 145: El_Protector.pdf

lo largo tanto de la historia oficial, como aquella que relatan los «biblos» de los vie-jos tiempos…

Por ejemplo, qué significado puede tener el que en el libro de Lamech —confirmado su contenido por los rollos Qumram—, se dice que Lamech, padre de Noé, vuelto a casa tras larga ausencia, se encuentra con la sorpresa de que Bat-Enos había dado a luz a un niño «que no acababa de cuadrar en la familia».

En el intento de conocer «la verdad», Lamech —que desconfiaba de Bat-Enos— consulta a su padre Matusalén, quien a su vez pide consejo al sabio Enoch (el que as-cendió a los cielos). Entonces, dicen los documentos, «Enoch confirma la natura-leza al menos extraña del niño e indica que deberá llamarse Noé y profetiza que él será el padre de la estirpe que habrá de sobrevivir al exterminio colectivo...».

Tened la certeza de que no es mi propósi-to introducir en la temática masónica, los

Page 146: El_Protector.pdf

alcances de ninguna de estas «alegorías» (27) que son divulgadas desde siempre, al menos por aquellas mentes esclarecidas que no se conforman con la «versión ofi-cial» sobre las cosas. Pero no cabe duda que lo aparentemente lineal de la Histo-riografía, especialmente la guiada por el providencialismo, no nos ilustra clara-mente sobre una totalidad episódica del Hombre sobre el planeta... Pero...

Dicen los autores de CF y esto nos llama la atención y conmueve: «...los «demo-nios» luminosos surgen de nuevo en las primeras manifestaciones de la francma-sonería en los siglos XIII-XIV. A causa de ellos, los francmasones se hacen llamar «...los hijos de la Luz» y contarán los años, no a partir del nacimiento de Jesucristo, sino de un año-luz que se obtiene aña-diendo 4.000 al año cristiano».

Y curiosamente —por darle una adjetiva-ción—, refieren que el Dr. George Oliver, reconocido historiador de la francmaso-

Page 147: El_Protector.pdf

nería escribió «...la antigua tradición masónica dice que nuestra ciencia secreta existía ya antes de la creación de este glo-bo, y que había sido ampliamente divul-gada a través de otros sistemas solares...». ¡¿No resulta esto por lo menos asombro-so...?! Y lo peor, para los escépticos, es que estas cosas las refiere también James An-derson...

Tan audaces y enigmáticas proposiciones no dejan de tener cierta coherencia, a poco de saber que el conflictivo Leo Taxil fue influenciado por estas ideas y este, a su vez, influyó sobre Lovecraft, cuyos miste-riosos personajes galácticos, han conster-nado a quienes han dado lectura a sus obras.

8 Cuestiones dimensionales

Lo cierto es que según referencias de

muchísimos libros medievales, el interés de los «demonios» luminosos al parecer

Page 148: El_Protector.pdf

estaba cifrado en la personalidad de los notorios científicos de los siglos XVI al XVIII, cuyos descubrimientos y avances técnicos, parecen estar «descolgados» de su tiempo.

Y he aquí, entonces, que tales personajes pudieran ser tomados o como «protecto-res» o fruto de la actividad del «Protec-tor», revelándoles —tal vez por oportu-nos— los conocimientos que desde ese momento fueron desarrollándose.

Uno de los misterios más significativos con relación a los conocimientos e investi-gaciones sobre ellos, es el de las puertas o ventanas dimensionales.

Toda una vasta literatura, generalmente de ciencia-ficción, habla de los famosos «triángulos» dentro de los cuales se pro-ducen fenómenos inexplicables.

En el planeta existen muchos de ellos, geográficamente determinados. El más famoso es el de «las Bermudas». A este

Page 149: El_Protector.pdf

fenómeno se lo atribuye a las ideas sobre «las puertas inducidas».

¿Las investiga la ciencia? Poco sabemos. Teóricos de las matemáticas y la Física pa-recen tener ideas al respecto. Sin embargo, poco trasciende al público, llamémosle, profano o lego. Sin embargo, se sospecha que se sabe mucho más de lo que se dice.

El famoso proyecto «Filadelfia» es uno de tales misterios. Dado a conocer a través de un film y algunos libros editados con fines comerciales unos y algún otro con referencias imposibles de corroborar, lo cierto es que el presunto intento de des-materializar o hacer «invisible» una es-tructura metálica «y su contenido», me-diante el uso del electromagnetismo, fue hábil pero misteriosamente poco difundi-do.

Aunque creo que hubo en realidad un experimento cuyos resultados no fueron como se los había calculado, quienes lo llevaron a cabo seguramente temieron una

Page 150: El_Protector.pdf

difusión «distorsionada» para su gusto. De manera que fue difundido con el nom-bre de «Proyecto Filadelfia», adornado con algunas deformaciones que alejaran a los de la verdad de lo sucedido.

Al parecer, aquello que los films insin-úan, que es nada menos que la posibilidad de haber ejercido alguna interferencia en el espacio-tiempo, bien pudo ocurrir como un efecto no deseado del experimento en sí y que, dada la magnitud de lo ocurrido, hizo necesario «disfrazar» el suceso y lle-varlo a la luz de una manera lo suficien-temente distorsionada, como para que lo inverosímil o ridículo ocultase los resulta-dos y pusiese incluso en duda, el experi-mento mismo.

Sin embargo, otros sucesos exponen cir-cunstancias curiosas, por ejemplo, lo su-cedido con el matemático alemán Zöllner (28) luego de un experimento realizado con un tal Slade, durante el cual varios ob-jetos fueron extraídos misteriosamente de

Page 151: El_Protector.pdf

una caja herméticamente sellada. Ocurri-do el hecho, el matemático fue luego sis-temáticamente desprestigiado renuncian-do al trabajo de ese tipo de investigación.

Otra curiosa circunstancia es la de físico Maurice K. Jessup, dedicado notoriamente a la investigación de las «puertas induci-das».

El 20 de abril de 1959 muere con una bala en la cabeza, sin que hasta hoy se hayan aclarado las razones de su muerte (29).

9 Algo de la protohistoria

Hemos realizado hasta aquí, un recuento

de datos extraídos de las obras de Jacques Bergier y de otros autores de CF de la década de los años 60 del siglo XX, tal co-mo indicamos al comienzo de este traba-jo.

Sin duda alguna, cualquier tarea que po-damos realizar, siempre tendrá referencias puntuales, dado que ninguna conjetura

Page 152: El_Protector.pdf

emerge de las ideas de un solipsista (30). Al adoptar como parámetro el contenido de la obra citada, solo hemos querido formular inferencias a fin de evitar ser considerados «imagineros».

En este caso he querido extenderme en interrogantes, referencias, menciones y continuidad de pensamiento, tomándolas de la obra de Bergier por dos razones: la primera es que fueron publicadas en la década de los años 60 a los 70 del siglo pa-sado, oportunidad en que existió un desa-rrollo intelectual notable y una libertad de pensamiento significativa.

Y la segunda razón, por haber sido ese autor de avanzada, quien hiciera mención desprejuiciada del tema del «Protector», que, como ya debe haber advertido el lec-tor, es tanto un pretexto para navegar por la imaginación y sin embargo, una pre-sunción no desdeñable para las respuestas que pueden darse a misterios como los que hemos mencionado.

Page 153: El_Protector.pdf

Pasemos ahora a otros planteamientos conjeturales, sin descartar una posterior mención a la injerencia de la Masonería en el correlato* [*Correspondencia o relación recíproca entre dos o más cosas o series de cosas, de las actividades relacionadas con el «conocimiento»] (35).

Y sin dejar de considerar no solamente las posibilidades de que nuestras conjetu-ras pudieran tener certezas, sino teniendo muy en cuenta de que las mismas logra-sen tener más visos de probables que de imaginarias. Para eso, naturalmente, de-bemos darle primacía más a la razón, que a la emoción, pues esta última supone más prejuicios que sabiduría.

Continuemos entonces.

Desde los más remotos tiempos de la ac-tual Humanidad, —considerada descen-diente de Noé—, existen testimonios de una evidente evolución, cuyo punto de partida hace pensar que fue el del «hom-bre de las cavernas», el «hombre primiti-

Page 154: El_Protector.pdf

vo», aquél que durante un largo lapso habría sido nómada. Es decir, el pro-tohistórico.

Es evidente, de acuerdo con los vestigios de su presencia a través de los testimonios arqueológicos rupestres, que surgen dos aspectos necesarios de destacar: el prime-ro es el asombroso estilo de los dibujos y pinturas halladas en las distintas cavernas (Les-caseux, Altamira, etc.) que a la luz de recientes perspectivas no parecen ser obra de «salvajes», como ya hemos menciona-do, aunque no lleguen a ser obra de inteli-gencias desarrolladas en el arte. Pero sí evidentes muestras de «algo» de reminis-cencia o «recuerdo» de inteligencia de ciertas «técnicas» mediante las cuales en forma sencilla y «civilizada», dejaron tes-timonio de la perspectiva en la definición del mensaje realizado en las paredes, co-nocimiento de las pinturas y hasta cierta intención «testimonial».

Page 155: El_Protector.pdf

El segundo aspecto es la datación de la presencia del «primitivo», carente de ca-racterísticas similares al pitecántropos erectus y bastante lejano en la escala evo-lutiva, si tenemos en cuenta las teorías de la evolución. Para poder entender esta vi-sión de la cosa, incitamos al lector a estu-diar la «manera» cómo fueron pintadas las figuras, en las cavernas, en sitios donde la altura es tan solo de un metro, y las pintu-ras se observan «arriba», sin que existan vestigios de residuos resinosos de algún tipo de iluminación primitiva... Entre otras curiosidades inexplicadas aún...

10 La idea de los sobrevivientes

Podemos pensar que el que conocemos

como «hombre primitivo», pudiera haber sido, en realidad, un remedo estereotipa-do y «sobreviviente» del Hombre anterior al último cataclismo ocurrido en el plane-ta.

Page 156: El_Protector.pdf

Algunos podrán denominar la hecatom-be como «el diluvio universal», otros pue-den decir que se trata del cambio del eje de la Tierra, cuyo acontecimiento causó la destrucción de «casi» todos los asenta-mientos humanos sobre ella.

La leyenda de Noé, testimoniada en el Antiguo Testamento (32), sostiene que habiendo recibido de Dios el aviso de que destruiría a la especie humana por sus tropelías, Noé debía construir el Arca y en ella, salvar del reino animal todo lo que se pudiera... Aunque exagerando, se hable de «todas» las especies. Y esto siempre y cuando no imaginemos un «arca» dentro de la cual pudiera haberse «rescatado», por ejemplo, el «ADN de las especies terrícolas»... claro está que con una idea no exenta de ficción... Aunque no tanta...

Si el hombre fue condenado por su mal-dad [Génesis, Cap. 6 vers. 5], ¿cuál sería la razón de destruir castigándolas, a todas las especies del planeta?

Page 157: El_Protector.pdf

Veamos lo último que la ciencia cree que ocurrió con este fenómeno que denomi-namos «el diluvio universal»

11 Nuevas teorías relativas al diluvio

«Juan Abrajano, del Rensselaer Polytech-

nic Institute, aportó pruebas invalidando la hipótesis que en 1996, los geólogos ma-rinos William Ryan y Walter Pitman hab-ían postulado, al haber logrado evidencias de una inundación súbita ocurrida hace 7.500 años en el actual Mar Negro, que podrían apoyar la historia bíblica de Noé y el gran diluvio universal.

«Según Abrajano, tal inundación súbita podría no haber ocurrido. Al contrario, el Mar Negro habría experimentado un as-censo del nivel de sus aguas mucho más paulatino, el cual se habría iniciado hace unos 10.000 años y se habría prolongado durante al menos dos milenios. «La Hipó-tesis del Diluvio de Noé sugería que el

Page 158: El_Protector.pdf

Mar Negro era un lago de agua dulce, se-parado del Mediterráneo por una estrecha franja de tierra ahora rota por el Estrecho del Bósforo. Ryan y Pitman argumentaron que el Mediterráneo pudo haber irrumpi-do en esta zona, inundando el Mar Negro con una fuerza equivalente a 200 veces las Cataratas del Niágara. La llegada de agua salada habría exterminado los moluscos de agua dulce de ese mar, justificando los restos fósiles hallados en la zona y que da-tan de hace 7.500 años.

«Abrajano y su equipo, no obstante, han estudiado los sedimentos del Mar de Mármara, situado junto al Mar Negro y abierto hacia el Mediterráneo. En ellos han encontrado un lodo especial llamado sa-propel, que sugiere que ha habido una in-teracción sostenida entre el Mediterráneo y el Mar Negro, durante los últimos 10.000 años (37)».

Tal teoría podría modificar nuestras ide-as relativas al Diluvio. En primer lugar

Page 159: El_Protector.pdf

porque las evidencias recogidas se cir-cunscriben a la cuenca hídrica menciona-da, pero no prueban que tal fenómeno hubiese sido de carácter universal.

Por consiguiente, tenemos derecho a pensar que tal circunstancia, no fue el ca-taclismo que borró de la faz de la Tierra la civilización que podemos denominar «Adánica», es decir, la anterior a Noé.

El carácter de «universal» del Diluvio Bíblico [que en sí mismo posee caracterís-ticas contradictorias en cuanto a su data-ción, debido a la falta de coincidencia temporal con relación a las leyendas cal-deas, (Gilgamesh) babilónicas por un lado y americanas como el Popol Vugh por el otro] puede haber sido un suceso local, consignado en el Antiguo Testamento y circunscrito al ámbito en el que desarro-llaron su civilización los pueblos mencio-nados en la Biblia.

Y en cambio, la denominada generación Adánica precedente a la Noénica, haber

Page 160: El_Protector.pdf

sido con certeza la heredera de los sobre-vivientes del verdadero cataclismo, ocu-rrido muchísimo antes y que habría sido el cambio del eje de la Tierra.

¿Por qué habría de castigar Dios a todo el reino animal, motivado en la perversidad del Hombre y justificándose en «....haberse arrepentido de haberlos hecho»?

¿Por qué el Dios habría conminado a Noé a salvarse y salvar a su familia, junto con siete parejas de «todo animal limpio» y de los que no lo fueren, una pareja por espe-cie?

La razón más apta es que tal «diluvio» no exterminó a «todos los seres vivos» del planeta, sino a los que habitaban los sitios donde se desarrolló el fenómeno. Y además, por el hecho de tener que justifi-car la supervivencia de todas las especies en el resto del planeta, a pesar del fenó-meno devastador.

Page 161: El_Protector.pdf

No cabe duda que tomado el hecho como tal y relacionándolo con las demás leyen-das diluvianas, entendemos que deben haber existido muchas otras «arcas» en toda la geografía terrestre... Y que el arca bíblica fue un episodio remoto y repetido, consignado como tal en el Génesis y que ha subsistido como paradigma de la si-multaneidad de sobrevivencias.

Lo cierto es que sí existió, fue un cata-clismo que trastocó la continuidad de «una» civilización anterior a la de los pueblos de los que somos descendientes.

Y es lícito pensar que tal suceso no fue el «diluvio universal» mencionado en la Bi-blia, sino uno anterior o ese mismo pero mal datado, en el que sí el planeta fue de-vastado. Y eso pudo ocurrir a través del cambio del eje de la Tierra, en tiempos tan remotos, que solo quedó un pavoroso lap-so de supervivencia durante el que el ser humano pasó de una etapa civilizada, a un largo lapso de barbarie. Y en especial

Page 162: El_Protector.pdf

por el traumático recuerdo de tal catástro-fe en el inconsciente colectivo. (Y volve-mos a preguntar: ¿Cuántas veces pudo haber ocurrido esto en 5.000 millones de años...?). Y siempre recordemos, en estas páginas, el apotegma Ordo ab Chao divi-sa, si las hay de la francmasonería Univer-sal...

La mayoría de las leyendas conocidas sobre la catástrofe, comenzando por la de Gilgamesh, siguiendo por la Biblia y el Popol Vugh, las tradiciones americanas, africanas o asiáticas, hablan de la total destrucción de todo ser viviente y esto, tomado taxativamente, está plenamente justificado, si pensáramos que fue moti-vada en causas ajenas a la «maldad del hombre» y sí en cambio, a fenómenos ca-taclísmicos planetariamente terrestres...

Los asombrosos testimonios de conoci-mientos y expresiones como las pinturas rupestres, al igual que inmensidad de ob-jetos, sucesos, enigmáticos testimonios de

Page 163: El_Protector.pdf

ruinas, fósiles, asentamientos, herramien-tas etc. que son hallados sin que puedan explicarse por las «sesudas» teorías antro-pológicas, etnológicas y etnográficas de la ciencia, «exageradamente» metodológica, dejan un amplio margen de conjetura, si-milar a los que hemos mencionado prece-dentemente.

No cabe duda que el súbito cambio del eje de la Tierra —y no me refiero al cam-bio del eje magnético, cosa probada hoy día— ocasionaría indescriptible destruc-ción. Recordemos que la inmensa mayoría de los pueblos asientan la sede de sus dominios en las cuencas de ríos y a orillas de los mares.

Se trata de una elemental acción de su-pervivencia, toda vez que el agua es el elemento fundamental de su existencia. No daremos extensión a esta afirmación, pues es tan obvia que no merece detallar-se. Pero imaginemos qué cosa sucedería al ocurrir el fenómeno, cuando las fuerzas

Page 164: El_Protector.pdf

centrífugas y centrípetas del movimiento planetario, entran en colisión y olas gigan-tescas del mar, (75% del planeta) avanzan arrolladoras y aplastantes sobre las costas, tierras bajas y planicies de los continentes e islas.

La destrucción sería prácticamente total. Solo sobrevivirían aquellos asentamientos humanos localizados en las montañas, en territorios ubicados a muchísimos metros sobre el nivel del mar y no solo escasa-mente poblados, sino alejados de los cen-tros civilizados o desarrollados técnica-mente. O de aquellos que sabiendo lo que iba a ocurrir, planificaron su salvación.

Podemos preguntarnos, apenas observar con detenimiento este razonar, cuál sería la situación de los sobrevivientes, luego de la catástrofe desatada por los elemen-tos y la destrucción inmediata; luego, la lenta recuperación de la Naturaleza; los cambios consiguientes en el día y la no-

Page 165: El_Protector.pdf

che; el sentido de «orientación» respecto del nadir y el cenit del Sol; la terrible or-fandad del hombre abrumado hasta lo in-finito por la tragedia impredecible [o no... según los avances científico-tecnológicos de la posible civilización afectada...] va-gando por nuevas geografías y fundamen-talmente, en terrible estado de shock y de supervivencia...

También es obvio que, además del horror de los sucesos y la lucha por sobrevivir, nacerá de inmediato la ley del más fuerte. Van a colisionar su abrumadora situación psicológica, con las necesidades de sobre-vivir y los más elementales instintos de conservación serán sublimados por enci-ma de cualquier ética y moral que hubiere alcanzado con anterioridad. Y más aún, los que por haber estado alejados de los centros civilizados, carecieran de aquellos conocimientos propios de los más instrui-dos. Habrá nacido el primitivismo, que irá acentuándose a medida que la Naturaleza

Page 166: El_Protector.pdf

vaya consolidando las nuevas formas ge-ográficas y geológicas. La conclusión son simples: Reinaría, entonces, el caos...

Utilicemos la imaginación de cada uno, para ubicarnos en la nueva etapa, que luego del cambio del eje de la Tierra de-berán asumir los sobrevivientes.

Sin embargo, no podemos ser absoluta-mente escépticos con relación a la posibi-lidad de supervivencia de los conocimien-tos, que hubiera alcanzado tal civilización destruida de un zarpazo.

Habrán quedado, sin duda, algunos de aquellos en posesión «del conocimiento». Algunos que por obra y gracia de la ca-sualidad o de la causalidad... lograsen al-canzar las «alturas» geográficas y geológi-cas que permitieron salvar sus vidas.

Eso pudo ocurrir en muchas partes del planeta. El «Arca» famosa, mencionada en múltiples leyendas, pudo haber sido una constante en aquellos convulsionados

Page 167: El_Protector.pdf

tiempos. Porque ¿cómo no pensar que si tal civilización se erigió sobre un status certifico-tecnológico desarrollado, tam-bién pudo alcanzar el conocimiento de lo que podría suceder? ¿Acaso nosotros no estamos advertidos de la posibilidad, en nuestro tiempo...? Recordemos lo mencio-nado en este trabajo, con relación a los períodos de 26.500 años entre cambio y cambio del eje de la Tierra. Y especialmen-te en la idea de que hoy hace apenas 200 años que la tecnología rige nuestra propia supervivencia, aún cuando la ciencia se haya manifestado hace unos 400 años…

Esta somera conjetura rápidamente ela-borada, pretende tan solo tratar de testi-moniar para lograr comprender sucesos inexplicables hasta hoy, tales como los si-guientes:

Page 168: El_Protector.pdf

Misterios reveladores

12 El misterio de los clavos prehistóricos

Del libro No somos los primeros, de An-

drew Tomas, Colec. Realismo Fantástico, Edit. Plaza & Janés, 1976, podemos leer: «En el siglo XVI, los conquistadores espa-ñoles descubrieron un clavo de hierro, de 18 cm, sólidamente incrustado en la roca, en una mina del Perú. Se ha calculado que la roca tenía una antigüedad de decenas de miles de años. Dado que el hierro era desconocido para los nativos americanos hasta la llegada de los conquistadores, uno se pregunta a qué o quién perteneció, en su origen, este clavo. El virrey español don Francisco de Toledo lo guardó en su estudio, como un recuerdo, a este miste-rioso clavo. (A).

(A) Archivos de Madrid, carta de 9 de oc-tubre de 1572.

Page 169: El_Protector.pdf

Según el Times londinense del día 24 de diciembre de 1851, Mr. Hiram de Witt halló una pieza de cuarzo aurífero en Cali-fornia. Al caerle al suelo accidentalmente, mostró en su interior un clavo de hierro con una cabeza perfecta. Aproximada-mente por la misma época, Sir David Brewster dirigió una comunicación a la «Asociación Británica para el Adelanto de la Ciencia», que causó gran sensación. Un bloque de piedra de la cantera Kingoodie, en el norte de Inglaterra, contenía un cla-vo cuya punta estaba corroída. Pero al menos una pulgada de él, incluyendo la cabeza, permanecía incrustado en la roca. Debido a la gran antigüedad de los estra-tos geológicos en que fueron hallados es-tos clavos, la identidad de sus constructo-res sigue, aún hoy, constituyendo un mis-terio.

(*) En 1885, en la fundición de Isidor Braun de Vócklabruck, Austria, se rompió un bloque de carbón, y de él cayó un pe-

Page 170: El_Protector.pdf

queño cubo de acero, de 67 x 47 mm. Mos-traba una profunda incisión a su alrede-dor, y los bordes estaban redondeados en dos lados. Únicamente manos humanas podían haber hecho esto. El hijo de Braun envió el objeto al Museo de Linz, pero en el transcurso de las décadas se perdió. No obstante, se ha guardado un modelo de dicho cubo en ese museo. Revistas con-temporáneas, tales como Nature (Londres, noviembre de 1886), o L´Astroinomie (París, 1887) publicaron artículos acerca de este extraño hallazgo. Algunos científicos se esforzaron en definirlo como un meteo-rito procedente del período carbonífero terciario. Otros solicitaban una explicación para la fisura existente alrededor del cubo, su perfecta forma y sus bordes redondea-dos, y pretendían que su origen era artifi-cial. La discusión no ha concluido aún, por la insistencia de los escépticos con re-lación a su origen y veracidad...

Page 171: El_Protector.pdf

Estos hechos generadores de grandes dudas e incógnitas, no pueden ser resuel-tos a menos que revisemos nuestra Prehis-toria. Los hechos reunidos aquí apuntan a la existencia de una tecnología en lo que hemos supuesto como la aurora de la Humanidad. «Dos teorías pueden explicar los artefactos descritos en este capítulo: o bien existió algún tipo de civilización tec-nológica en un pasado remoto, o la Tierra ha sido visitada por seres procedentes de otros mundos estelares... o dimensiona-les».

Naturalmente, no adherimos en su tota-lidad a teorías consideradas algo así como «de ficción», o el mentado «Realismo Fantástico», con el que se denomina a esta temática por un sector cientificista, que entiende demasiado audaces las ideas de Jackes Bergier, Louis Powels, Andrew Tomas, Serge Hutin, Peter Kolosimo, Carl Sagan o las de quienes deciden no ajustar-

Page 172: El_Protector.pdf

se a los dogmas y prejuicios, que también existen en el ámbito de la ciencia.

Recordemos que cientificismo es la «...teoría según la cual las cosas se pueden conocer mediante la ciencia como son re-almente y que la investigación científica basta para satisfacer las necesidades de la inteligencia humana; que los métodos científicos deben extenderse a todos los dominios de la vida intelectual y moral sin excepción y que los únicos conocimientos válidos, son los que se adquieren median-te las ciencias positivas, por consiguiente, la razón no tiene otro papel que el que re-presenta en la constitución de las cien-cias».

Sin embargo, nuestras discrepancias están cifradas en la exagerada confianza en los principios y resultados de la inves-tigación científica académica y práctica ri-gurosa de sus métodos, cuando los axio-mas asumen la Tendencia a dar excesivo

Page 173: El_Protector.pdf

valor a las nociones cientificistas o «pre-tendidamente científicas».

Recordemos siempre la negación de la existencia de la Jirafa, sostenida por sesu-dos científicos de la Real Academia de Ciencias de Londres, a fines del siglo XIX o sus teorías de la imposibilidad de que el hombre pudiese viajar a más de 60 kiló-metros por hora, so pena de desintegrarse. Ni olvidemos lo de la imposibilidad de existencia de «piedras» en el espacio según antiguos filósofos o la imposibili-dad incluso, de «vencer alguna vez la gra-vedad de la Tierra... y menos aún llegar a los planetas cercanos...».

Y sin pormenorizar por anecdóticos —además— episodios históricos de equívo-cos y dogmatismos científico-religiosos.

Lo cierto es que las posibilidades o pro-babilidades de la existencia de una o más civilizaciones desarrolladas en la historia del planeta, no es una mera teoría, sino una posibilidad, si lográsemos reacomo-

Page 174: El_Protector.pdf

dar los conceptos etnográficos, etnológi-cos, paleontológicos, geológicos, geográfi-cos, etc., a la luz del significativo número de incógnitas que prevalecen, por encima de las teorías presuntamente «oficiales», sobre el origen y decurso de la historia de la humanidad.

13 Teoría con extensión universal, otra ver-

sión del Big Bang y el Big Crunch

Día tras día, los científicos e investigado-

res renuevan los presuntos conceptos apa-rentemente inmóviles de algunas teorías. Un ejemplo claro de tal circunstancia esta dado en lo siguiente: Paul Steinhardt, de la Princeton University, y Neil Turok, de la Cambridge University, creen que han resuelto los problemas que afectaban a las teorías del «universo cíclico» desde los años 1930.

Según estos cosmólogos, estaríamos a 14.000 millones de años del comienzo del

Page 175: El_Protector.pdf

«presente ciclo» de expansión cósmica. Si esta teoría es correcta, el universo desarro-llaría una serie continua e infinita de «big bangs» y «big crunchs», es decir, de gran-des explosiones y grandes reuniones de materia, separadas por periodos de ex-pansión y contracción. [¡Qué curiosa es es-ta teoría, si la exponemos a la luz de aque-llo que revelaron «extrañas» personalida-des, al padre de Jerome Cardam en el si-glo XVII!]. Muchas observaciones astronó-micas apoyan esta visión.

Sin embargo, el problema de esta teoría es que no explica el propio «Big Bang» o las condiciones que lo [¿crearon?]. Los conceptos de universos cíclicos no predi-cen un inicio o un final de los tiempos, y por tanto, no necesitan explicarlos. Esta versión de los hechos sostiene que el uni-verso debería convertirse en una singula-ridad diminuta (un punto de infinita den-sidad y temperatura) antes de explotar en nuevo big bang.

Page 176: El_Protector.pdf

Pero esto ha sido demasiado difícil de explicar, lo que hizo que el concepto de universo cíclico haya sido dejado de lado. Steinhardt y Turok creen que, según la «teoría-M», el universo no necesita pasar por una singularidad entre big crunch y big bang. La teoría-M (38) dice que el es-pacio-tiempo tiene 11 dimensiones, de las cuales percibimos cuatro (tres en el espa-cio y una en el tiempo). Y que nuestra «membrana» de cuatro dimensiones se mueve alrededor de las demás, ocultándo-las a escalas muy pequeñas o muy gran-des.

La teoría dice que la materia que vemos en el universo se encuentra confinada en nuestra membrana local y que también existe materia en otras membranas. Así, Steinhardt y Turok proponen que un big bang-big crunch se produce cuando dos de estas membranas colisionan.

La densidad de la materia es perfecta-mente finita durante una colisión, y la

Page 177: El_Protector.pdf

singularidad sólo ocurre en el sentido de que la dimensión que separaba dichas membranas, desaparece brevemente du-rante el choque. El efecto de la gravedad sobre la materia en diferentes membranas podría explicar por qué las galaxias se comportan como si poseyeran más mate-ria de la que podemos detectar (materia oscura). Los investigadores también dicen que su teoría depende de la «energía os-cura» (ver los Anexos ilustrativos), otro concepto no explicado por el modelo estándar.

Esta energía oscura es algo así como una fuerza de repulsión, propuesta para expli-car recientes observaciones de que el uni-verso se está expandiendo a un ritmo ace-lerado. En el nuevo modelo cíclico, la energía oscura se necesitaría para diluir la entropía durante los períodos de expan-sión cósmica. Si la teoría es correcta, la cosmología (39) actual se vería amplia-mente afectada, «ya que el big bang dejar-

Page 178: El_Protector.pdf

ía de ser la barrera impenetrable que pa-recía hasta ahora».

Estas revelaciones teóricas, evidencian la celeridad, profundidad y compromiso, con los que los científicos construyen el edificio del conocimiento, tratando de hallar explicaciones a los grandes interro-gantes, presuntamente resueltos, dentro de la ingenuidad de las concepciones teo-lógicas.

Las teorías cosmológicas y cosmogónicas van sucediéndose y poco a poco vamos conociendo nuevos aspectos novedosos sobre la comprensión de la realidad que nos circunda.

Desde las incógnitas planteadas por des-cubrimientos arqueológicos y la falta de explicación «científica»; al hallazgo de múltiples manifestaciones humanas, des-colocadas de la época de que son datadas o dataciones fósiles que no condicen con las teorías paleontológicas y antropológi-cas: el misterio del Hombre se encuentra

Page 179: El_Protector.pdf

aún sin develar por encima de cuanta cre-encia supone tener la certidumbre de su origen y desarrollo.

Y con relación a nuestro tema, recorde-mos las referencias consignadas en el pre-sente documento con relación a los hechos protagonizados por Fascius Cardam y la teoría enunciada precedentemente. Lo mismo que aquellas relacionadas con Cy-rano de Bergerac que, por lo menos, ame-ritan tenerse muy en cuenta por las fechas en que ocurrieron.

14 La búsqueda de explicaciones

En la búsqueda de explicaciones sobre

ciertas circunstancias incomprensibles en el decurso de la historia y con relación a la evolución del pensamiento, las ideas y los conocimientos científicos y tecnológicos, las teorías sobre cómo el Hombre fue des-cubriendo la aleación en los metales, por ejemplo, no siempre resultan coherentes.

Page 180: El_Protector.pdf

Sin embargo, tenemos idea de la evolu-ción en metalurgia, al menos tomando como parámetros los objetos hallados o los que heredamos y de datación cercana.

De la misma manera, que algunas refe-rencias relativas a las fórmulas consigna-das en diferentes documentos de la anti-güedad. Sin embargo, el hallazgo de alu-minio en la vestimenta de restos humanos en excavaciones realizadas en China (40) , como joyas «bañadas» en oro que en Egip-to fueron descubiertas, plantean, al me-nos, un gran interrogante...

Que sepamos, el aluminio manufactura-do no existe como tal en la naturaleza. Y de esa manera estaba en el cinturón de una armadura china. Y con relación a la galvanoplastia, (41) al menos no se conci-be que la conociesen los Egipcios... u otros pueblos contemporáneos... de los que se-pamos, no contaban con energía eléctri-ca...

Page 181: El_Protector.pdf

Si pudiésemos imaginar a Hefaistos dándole a la maza sobre la bigornia a los metales que dieron origen a la Edad del oro, la Edad de la Plata, la Edad del Bron-ce y la última etapa que es la Edad del Hierro, de la que aún participamos, dar-íamos razón a los griegos que imaginaron la no tan sencilla evolución desde los me-tales livianos a los metales duros.

Cuando decimos que esa evolución es un misterio, creemos no equivocarnos. Por-que así como para producir aluminio ne-cesitamos técnicas metalúrgicas, químicas y energía eléctrica, para la aleación del bronce, obtenido incorporándole un diez por ciento de estaño al cobre, necesitaría-mos hornos con capacidad de producir a 1.000° C. de temperatura... ¿A fines de la Era Calcolítica? (Período entre el neolítico y la edad de bronce, caracterizado por el conocimiento del cobre, trabajado como si fuese piedra).

Page 182: El_Protector.pdf

Esto se lo plantea Andrew Tomas, en el capítulo «El Forjador del Olimpo», donde dice: «El tercer milenio antes de J. C. en Sumeria y Egipto, es, de modo predomi-nante, la Edad del Cobre y del Bronce. No se dispone de ninguna descripción sufi-cientemente clara de dónde y cómo apare-ció el bronce por vez primera. Para com-binar el cobre, que procedía del Sinai, Cre-ta, Chipre, España, Portugal y otros países del Mediterráneo, con el raro estaño pro-cedente de Etruria, las Galias, España, Cornualles y Bohemia, habría sido necesa-rio disponer de un transporte muy orga-nizado, de trabajadores expertos y hornos capaces de alcanzar los 1.000° C.»

15 Metalurgia en América

Lo más curioso de estos interrogantes, es

que en América del Sur aparece el bronce casi simultáneamente con Europa. Pero lo que asombra es que apareció súbitamente, sin que se sepa si fue por experimentación

Page 183: El_Protector.pdf

o por casualidad (¿?). Mientras en Europa fue utilizado y desarrollado desde su des-cubrimiento hasta la colación del hierro, en América del Sur el hierro fue conocido solo al arribo de Pizarro... No obstante lo cual, ornamentos de platino fueron halla-dos en Ecuador, planteando, no sé si si-lenciosa o elocuentemente, el misterio de cómo hicieron los habitantes de tales para-jes, para producir los 1.700° C. necesarios para fundir el metal. Hace apenas 200 años que en Europa se logró la fusión del platino. Y también podemos interrogarnos sobre cómo y por qué pudieron manufac-turar platino y desconocer el hierro.

Paradójicamente, en el Science et Vie, N° 516, el Bureau of Standard de los EE.UU. informó recientemente haber descubierto que en los primitivos talleres de América, los metalúrgicos autóctonos lograron construir hornos capaces de producir temperaturas de 9.000° C... hace 7.000 años. Todo ello resulta ser paradójico y

Page 184: El_Protector.pdf

además sin que se sepa si existe alguna investigación en profundidad que disipe los consiguientes interrogantes.

Siguiendo el hilo que consigna Andrew Tomas, pasemos a la columna de hierro de 6 toneladas del Kutb Minar, en Nueva Delhi, que tiene una altura de 7,5 m. Esta columna se yergue a través de «...quince siglos resistiendo el sol tropical de la In-dia, además de los tremendos aguaceros provenientes de los monzones...». Pero...

Esa columna no evidencia signo alguno de oxidación. Se ignora en qué sitio se construyó, pues por el tamaño, el interro-gante que surge es cómo pudo haber sido hecha en su tiempo presunto y cuál la tec-nología utilizada.

Con relación a estos por lo menos intri-gantes sucesos, como con otros que sería oneroso enumerar y que se encuentran consignados en muchas obras de esas pe-yorativamente denominadas «Realismo Fantástico» o «Ciencia Ficción», resulta in-

Page 185: El_Protector.pdf

teresante mencionar que un 50 por ciento de los mortales, favorece su planteamien-to. Y un 50 por ciento lo desestima. Claro está que de tal circunstancia emerge, como siempre ha sucedido, o de la imaginación desbordante o de la estrechez de miras.

De todas maneras, los interrogantes, mis-terios, incógnitas, no suelen modificar los hábitos de vida. Entre los cuales subyace el «inmovilismo», la mediocridad e inclu-so el consuetudinario «a mí que me im-porta», tan común en las sociedades que-dantistas de nuestro tiempo. El perfeccio-namiento de las «botoneras digitalizadas» que hacen al confort, induce a que inte-gremos las huestes del consumismo.

Y si a esto agregamos los dogmatismos, sean religiosos, sean científicos, siempre habrá quien califique de «seudociencia» a toda duda o a toda paradoja surgida de los interrogantes.

Pues bien, he aquí el planteo que emerge de tales cosas. Regresemos a la columna

Page 186: El_Protector.pdf

de hierro de Minar, en Nueva Delhi. La columna fue hallada en el año 415 de nuestra Era. ¿Será ella el mudo testigo de una tradición científica conservada por los «herederos» de una remota civilización, con una antigüedad prediluviana y con presencia en todas partes del mundo...?

¿Cómo pudo fabricarse hierro inoxidable en tan remotos tiempos, sin que la fórmu-la trascendiera a nuestros días ni se vol-viese a producir algo similar, con todos los beneficios que ello conllevaría...?

Pero dejemos en un imaginario limbo o «base de datos», estos interrogantes. Han sido planteados a fin de incentivar en la imaginación de nuestros lectores, la idea de que con relación a una presunta «evo-lución» en los conocimientos actuales, bien puede ocurrir que ella no solo no sea tal, sino en cambio algo así como una «re-cuperación» heredada de «otra ciencia», una ciencia anterior que nos precede en su escala evolutiva.

Page 187: El_Protector.pdf

16 De lo que no se habla....

Trataré, a medida que avancemos en este

trabajo, de relacionar algunos hechos científicos o al menos bajo el palio de lo científico, con otros que tienen relación con el sustrato del término «esotérico», «oculto», «iniciático», o «hermético», cuyo análisis podría darnos pautas para com-prender muchísimos misterios que nos rodean.

Entonces tal vez alcanzaríamos a enten-der el significado que se ha dado al «Pro-tector», que es el leit motiv de esta incur-sión en aquellas cosas «de las que no se habla» y que a veces, debido al tratamien-to que le es dado por «profanos», los en-foques no son los más acertados para re-solver los enigmas.

Tengamos en cuenta que muchísimas ve-ces, términos utilizados en el ámbito en el que se desenvuelven los «iniciados», no

Page 188: El_Protector.pdf

son los mismos que se dan en la profani-dad. Eso bien se sabe…

17 Algunos interrogantes astronómicos

Seis siglos antes de Cristo, Parménides

decía que la Luna «tenía luz prestada», cosa que también sostenía Empédocles, dos siglos después, atribuyendo a los ra-yos solares el «encender» de nuestro saté-lite.

Dos mil quinientos años antes de que Neil Amstrong dejara la huella de sus bo-tas en la Luna, Demócrito atribuía las sombras lunares a montañas y valles. También Anexágoras, 2.500 años antes de ahora, dijo que la sombra de la Tierra era lo que oscurecía a Selene durante un eclipse solar. Plutarco la eximió de ser es-trella o constituir una divinidad y la con-cibió «deformada y sucia»...

Los 4.600 millones de años que se atribu-yen por la ciencia a la Luna después de las

Page 189: El_Protector.pdf

muestras traídas por los astronautas... ya se lo atribuían, por ejemplo, en México con la diosa Ixchel, a quien consideraban ser su abuela...Y tal como lo señala la En-ciclopedia Británica, los «...pueblos primi-tivos la consideraban como (¿esencia?) del primer hombre que murió».

Johannes Kepler fue perseguido en su tiempo por afirmar que las mareas eran provocadas por la Luna. Pero eso ya lo sabían Seleuco en Babilonia y los sabios chinos en su contemporaneidad. Y por es-tos días, aunque cause asombro, hay quien lo duda...

Recordemos que Julio César desembarcó en Inglaterra, calculando inteligentemente las altas mareas del solsticio correspon-diente. Y a propósito de Kepler, Bergier coloca un párrafo significativo cuando a él se refiere: Kepler sufrió la muerte de un pariente quemado como brujo, la muerte de su madre, encadenada...Y el haber sido él mismo perseguido por sus «ideas»...

Page 190: El_Protector.pdf

Dice el autor francés de todo esto: «Este episodio histórico demuestra una vez más, el eclipse de la Ciencia y la persecu-ción de los hombres que intentaban “resu-citar” el conocimiento de la Antigüe-dad»...

¿Cuántos mortales de nuestro tiempo sa-ben que la trayectoria de la Luna es una elipse? ¿Que en Luna nueva el satélite está a 3.219 kilómetros más cerca y 2.575 kiló-metros más lejos de la Tierra en el último cuarto?

Pues por eso el astrónomo Abul Wafa en el siglo X, hablaba de las «variaciones de la Luna», aunque hoy sabemos que a Tycho Brahe (1546-1601) se le atribuye el descu-brimiento. [Leamos algo de importancia astronómica... en el anexo complementa-rio) (42)].

Cito en estos párrafos, los informes de numerosos escritores de «Realismo Fantástico». Pero ellos son necesarios para poder llegar a nuestras conclusiones. Si así

Page 191: El_Protector.pdf

no fuese, las ideas que intentamos consig-nar se perderían en un mar de cienciafic-cionismo que dejaría sin sustento lo que nos proponemos consignar. Pero a este respecto, sin embargo, no terminan aquí las «curiosidades».

17 Cosas de la Tierra, de Venus y de otros

cuerpos celestes

Digamos que el asunto de que es la Tierra

la que gira alrededor del Sol, no es tan re-ciente como creemos... Claro está, si nos atenemos a la «historia» que se condiciona al «tiempo bíblico»… En el Vishnu Purana se puede leer que «El sol está siempre en el mismo lugar». Decimos, por ejemplo, que fue Galileo el que mencionó por «primera vez» el asunto de las manchas solares. Pero hace 2.000 años los chinos las registraban astronómicamente en sus li-bros.

Page 192: El_Protector.pdf

Fijémonos en este detalle: la duración de un año es de 365,2422 días; el calendario Gregoriano la calcula en 365,2425 días. Y que cosa asombrosa, los aztecas decían que el año duraba 365,2420, aproximándo-se muy ajustadamente a la verdad as-tronómica contemporánea. Lo que hace palidecer, sin embargo, a ciertos presun-tuosos de la historia. Porque les resulta difícil admitir que los antiguos «indios» de América Central, estaban en posesión de un calendario más preciso que el esta-blecido y nos rige actualmente.

Vayamos más lejos: los mayas de Copán decían que la duración del mes lunar era de 29,53020 días; los mayas de Palenque 29,53086. En la actualidad la astronomía dice que la cifra es de 29,53059. ¿De qué cronómetro se valieron los mayas para de-terminarlo tan ajustadamente y sin los ins-trumentos conocidos hoy?

Finalmente, para completar esta serie de «curiosidades», hablemos de Venus. En

Page 193: El_Protector.pdf

Guatemala, en el castillo de Santa Lucía Cotzumahualpa, la Estela 1 consigna «...el tránsito de Venus sobre el disco solar el día 25 de noviembre del año 416» (43).

Pero no finalicemos estas referencias, destinadas a ubicar a nuestros lectores en el ámbito de grandes interrogantes, sin mencionar que Venus constituye también un gran enigma para lo que sabemos de la remota astronomía.

Inscripciones babilónicas existentes en el Museo Británico, refieren «el creciente de Venus», aludiendo a «los cuernos de Ish-tar». Cosa misteriosa. En 1610 Galileo hace «la primera observación astronómica de las fases de Venus». Dejó escrito: «Cynt-hiae figura aemulator Mater Amorum», cuyo significado es «La madre del amor [Venus] imita las figuras de Cynthia [La Luna]».

Podríamos seguir con múltiples referen-cias relacionadas con asombrosos conoci-mientos astronómicos de los Antiguos y

Page 194: El_Protector.pdf

tendríamos muchos más que un libro en-tero, de intentar ser minuciosos.

Los satélites de Saturno y Júpiter —el décimo planeta—; la estrella oscura que acompaña a Sirio; los sistemas binarios y muchísimas incógnitas espaciales que de ninguna manera pueden atribuirse al es-mero o tecnología de los remotos astró-nomos, y que los estudiosos de la «histo-ria», la antropología, la etnografía y en fin, toda la ciencia metodológica cartesiana, no logran ubicar en el contexto de la au-sencia de instrumentos aptos, como para explicar sus conocimientos y exactitudes.

El descubrimiento de mapas marinos de antiquísima data, evidencia que aún des-conocemos la verdadera historia de la na-vegación. Entre muchos, los mapas de Piri Reis que asombran a los cartógrafos.

Los cálculos matemáticos, geométricos, geodésicos, astronómicos y aquellos que permitieron, hace siglos al Hombre cons-truir gigantescos edificios y obras de ver-

Page 195: El_Protector.pdf

dadera ingeniería, no se condicen con el entorno que la «ciencia» propone a través de una datación de la posible evolución humana (44) más allá de los parámetros de la teoría de la evolución de las especies, que tampoco alcanza para explicar cómo es que día tras día, a medida que los científicos avanzan en las excavaciones en diversos sitios del planeta, el homo sa-piens sapiens va alejándose más del pi-tecántropos erectus o como ocurre con los hallazgos de nuevos fósiles, éste de noso-tros.

Ya es solo una simple leyenda, el que se ubique la aparición del Hombre sobre la faz de la Tierra, en la datación bíblica. No solo por ser este Libro religioso uno de los tal vez menos antiguos, sino porque las tradiciones que consigna son mencionadas en otros Libros de otras tierras y otras concepciones religiosas de mayor anti-güedad [ver anexos ilustrativos].

Page 196: El_Protector.pdf

Sugiere Louis Charpentier, el autor con-sultado de El misterio de los Templarios, que «existió en tiempos muy remotos —que sin embargo, no pertenecen entera-mente a la prehistoria— una civilización de la que desconocemos hasta las bases, pero que fue, sin duda, extraordinaria».

Luego, en el desarrollo de la obra (44) se plantean numerosos interrogantes. Pre-guntas con fundamento que no tienen otra respuesta más que el asombro. Y además, cierta indiferencia de la ciencia llamémos-la «oficial», que se niega sistemáticamente a considerar aquellos parámetros que no encajan en su visión de la realidad históri-ca.

19 Recuerdos del pasado y estigmas del pre-

sente

Esta sugerente afirmación, tal vez sea

considerada como una audacia del autor o una direccionalidad de su pensamiento.

Page 197: El_Protector.pdf

Pero día tras día, en aquellos ámbitos donde el pensamiento deja de ser «dogmático» a nivel de la ciencia y la es-peculación filosófica, se analizan teorías o ideas sobre «otra» versión de nuestro pa-sado y la continuidad evolutiva de la Humanidad. Claro está, incluyendo muta-ciones mediante.

Precisamente, ciertas afirmaciones de la modernidad, que son tomadas de una vi-sión «bíblica» de la idea de la Creación y el decurso de la Humanidad, parecen atribuir «simbolismos» o «alegorías» a pa-sajes bíblicos, que hoy son estudiados con detenimiento para hallarles sentido racio-nal y ajustar los parámetros a la luz de los actuales conocimientos científicos.

Conocimientos que unos atribuyen a la «evolución» del pensamiento y otros se «atreven» a pensar que son el devenir de «recuerdos» sensiblemente imbricados más profundamente que en la denomina-da «memoria colectiva».

Page 198: El_Protector.pdf

Para desarrollar esta idea, debemos in-cursionar más allá de lo probable y aden-trarnos en lo posible.

Por ejemplo: nos hallamos «descifrando» los códigos que rigen el ADN (ácido de-soxirribonucleico). Y descubriendo el asombroso contexto del Genoma Huma-no...

La ingeniería genética ha desentrañado ese genoma. Y ya clonamos especies ani-males.

También la ingeniería genética, lo sabe-mos, experimenta con la clonación de se-res humanos. Mas allá de los parámetros éticos y morales que implica tal decisión, no cabe duda que persiste un «espíritu» de cierta irresponsabilidad en el accionar de los investigadores. O al menos los in-tereses cuyas influencias fincan en el utili-tarismo (45) de los descubrimientos o en su defecto en la financiación de la experi-mentación con tales objetivos. Recorde-mos el tema de la energía atómica.

Page 199: El_Protector.pdf

Los físicos que lograron desintegrar el átomo por fisión nuclear, crearon una nueva forma de generación energética. Pe-ro al mismo tiempo abrieron las puertas de la bomba atómica. La ingeniería gené-tica emprende un sinuoso camino con la manipulación del ADN y el genoma, sin que se haya establecido un código de ética que genere obligaciones morales indes-tructibles.

Entre los fenómenos probablemente ocu-rridos en el pasado remoto, es posible que un cuerpo celeste de gran tamaño, hubiese colisionado con la Tierra y haberlo hecho, por ejemplo, en alguna de las grandes fo-sas oceánicas, con el consiguiente desastre planetario.

El conjunto de los cromosomas de la célula, manipulados con un fin ético, co-mo sería mejorar la salud, impedir enfer-medades, obtener —tal vez— la reproduc-ción de órganos vitales para la supervi-vencia o mejorar la calidad de vida de la

Page 200: El_Protector.pdf

especie, justificaría el avance arrollador de esta ciencia. Pero al mismo tiempo emerge el fantasma de la «manipulación» de los espurios intereses existentes en un mundo insolidario, ferozmente individualista y fundamentalmente dividido entre poquí-simos poderosos y multitudes gigantescas de pobres, miserables y excluidos del sis-tema...

Es factible que el impacto negativo de las probables manipulaciones, posea intrínse-camente un poder devastador similar a la liberación de la energía atómica no en un reactor, sino a través de resultados de-menciales, entre ellos resultados posibles de un «arma o bomba genética»... similar a los efectos del arma atómica. Tales como los explicitados por los que saben sobre la bomba neutrónica... Y sin adentrarnos en la denominada «guerra bacteriológica», que, lamentablemente, ya ha sido experi-mentada, al menos con el famoso tema del virus ébola…

Page 201: El_Protector.pdf

20 La memoria heredada, la intuición y otras

cualidades

Si todo el Código Genético conforma la

estructura del Hombre (y de todo ser vi-vo), ¿por qué razón no puede existir un gen o varios de ellos, que constituyan as-pectos desconocidos de la «memoria»? ¿Por qué negar tal posibilidad, ya que bien puede ocurrir que sea además, una probabilidad?

Prosigamos nuestro razonamiento res-pecto de los «recuerdos del pasado». De existir tales genes, se habría resuelto un gran interrogante: el de si la memoria se hereda.

De ser así, heredada la memoria a nivel inconsciente, no cabe duda que ella in-fluiría decisivamente en la denominada «evolución» del Hombre. Sería un asom-broso e histórico descubrimiento hallarla, poder extraerla —si es que allí se encuen-tra latente o larvada— del inconsciente y

Page 202: El_Protector.pdf

llevarla a nivel consciente. Y esto, tenien-do certezas de la posibilidad de que esa «memoria inconsciente», actúe desde los albores de la inteligencia... Como una «luz» que de alguna manera, nos va indi-cando el camino, sea cual fuere... En oca-siones, resolvemos problemas sin poder «saber» a causa de qué elementos halla-mos la respuesta.

A tal circunstancia la denominamos «in-tuición».

Veamos una sugerente teoría alternativa de Ray Bradbury. En su libro Crónicas Marcianas, el genial y prolífico autor de CF, sostiene que la «intuición» es «el re-sultado de un razonamiento cuyos datos uno ignora poseer».

Tal afirmación, apenas comprendida y mensurada, constituye una sorprendente respuesta que bien puede integrarse con la idea de la memoria heredada y una com-plementación ampliada de la idea primi-genia sobre «la memoria colectiva».

Page 203: El_Protector.pdf

De allí que podamos «entender» ciertos fenómenos ocurridos, por ejemplo, en el siglo XVII, en el que hubo algo así como un «despertar» del pensamiento y un avance científico sumamente significativo, que se ve confirmado precisamente con los datos que hemos consignado en las páginas pre-cedente…

Hay cosas de cierto misterio, como por ejemplo el tono de las pinturas rupestres, en cuyo contexto no se observan los colo-res verde y azul. [Se advierte la gama de los ocres...] Es como si los «primitivos pin-tores» [que significativamente hacían sus dibujos con un «forma» curiosamente esti-lizada para lo que «creemos» que fueron tales cavernarios], no pudieran percibir la gama de los colores con tendencia al infra-rrojo. ¿Tendrá algo que ver tal circunstan-cia con el «aura» que se dice era «percibi-da» por hombres de antiguas civilizacio-nes de la India y de otras partes del plane-ta, incluyendo actuales, consignadas en

Page 204: El_Protector.pdf

diferentes obras...? Por ejemplo, las obras de Lobsang Rampa…

21 La cámara Kyrlian y la «intuición»…

Y en contraposición, pensemos en el «au-

ra», que ha sido sistemáticamente negada y descalificada por pensadores racionalis-tas o cientificistas, como efectos de «deli-rios» místicos.

Sin embargo, ¿qué es lo que registra la Cámara Kyrlian en la película expuesta tanto a un animal como a un vegetal, in-cluyendo elementos del reino mineral? Efectos registrados tanto «con vida», como cuando ella abandona los cuerpos expues-tos a la película.

Podemos desarrollar múltiples interpre-taciones relativas al «aura» que percibe y registra la Cámara Kyrlian, pero no deja dudas de que la materia posee cualidades que aún no podemos «percibir» con nues-tros sentidos y cuya naturaleza, por ser

Page 205: El_Protector.pdf

expuesta a través de instrumentos, sabe-mos que tienen existencia real.

De la misma manera «conocemos» los «rayos» gamma, equis, ultravioletas y un sinnúmero de ellos, no por percibirlos a través de los sentidos, sino mediante el uso de instrumentos que hemos creado al efecto.

Teóricamente descubrimos o intuimos su existencia, como la de los rayos cósmicos. Pero no podemos descartar que nos abar-quen, influyan y condicionen, múltiples «fuerzas» que no por no poder percibirlas ni medirlas con nuestros sentidos, dejarán de existir. Todo es cuestión de tiempo y profundización teórico-científica. Sin em-bargo, también existen testimonios bíbli-cos, por ejemplo, que pueden ser interpre-tados a través de la conjetura.

Ciertos autores de ficción científica sos-tienen que el capítulo bíblico que alude a la «Torre de Babel», debiera ser interpre-

Page 206: El_Protector.pdf

tado con otros parámetros que los alegóri-co-religiosos.

Sostienen que la explicación sobre la au-sencia de un lenguaje escrito en datacio-nes prehistóricas [con referencia a los an-tecesores de la actual civilización...] al menos plantea un interrogante: ¿cómo se comunicaba el hombre, en tiempos en que la arqueología demuestra la existencia de «organizaciones» sociales y desarrollo se-dentario: agricultura, ganadería, hábitat, etc., puesto que se encuentran vestigios de organización y desarrollo, pero ausencia de escritura?

Los más audaces sostienen que en esos tiempos el hombre se comunicaba por «te-lepatía» o al menos con ese término que califica y trata de definir el fenómeno.

Entonces, los pensadores imaginan que el capítulo bíblico en el que se habla de la «Torre de Babel», habría sido una manera de consignar, —con el lenguaje del tiempo en que quedó referenciado el hecho—, el

Page 207: El_Protector.pdf

de «haberse bloqueado la facultad de co-municarse de esa manera, surgiendo la necesidad de hacerlo a través del sonido», es decir de la voz...

La Biblia nos refiere que «Dios confundió la lengua... y así nacieron los idiomas [el lenguaje...]»...

Lo cierto es que tal interpretación prefi-gura, al mismo tiempo, una nueva serie de interrogantes: «¿La telepatía es una facul-tad de la mente producto de la evolución del Hombre?». ¿O podría ser, en cambio, una regresión?». «¿Un retorno a los oríge-nes de la mente o un despertar genético a facultades primigenias del reino animal?».

22 Prejuicios intelectuales

No cabe duda que estos aparentes «miste-

rios» se consolidan no por falta de conclu-siones científicas, sino por ausencia de vo-luntad para investigarlos con esa «Razón» de la que solemos hablar o jactarnos, sin el

Page 208: El_Protector.pdf

uso de la imprescindible imaginación que nos conduzca a resultados cuyos alcances inciten a mayor profundización. O en su defecto, incitación a recurrir a la búsqueda de confirmar los datos o literatura acorde a los temas, especialmente entre «maso-nes», puesto que sus principios básicos les otorga mayor amplitud de criterio y me-nos «prejuicios» para encontrar La Verdad o al menos las verdades que sumadas, se acerquen a esa pretensión.

Aunque debamos reconocer que las ac-tuales circunstancias de la masonería «universal» —mejor definida si dijésemos «mundial»— no permiten alentar espe-ranzas desmedidas, en mérito a la gran confusión reinante entre Obediencias, Ri-tos, iniciados y profusa literatura contra-dictoria, inmersa en esa costumbre con-temporánea de «refritar» para crear nue-vas versiones de una misma versión que ha nacido en 1717 como refundación de la masonería, denominada Masonería Mo-

Page 209: El_Protector.pdf

derna y Especulativa… de lo que nos ocu-paremos más adelante…

Sostengo, sin temor a equivocarme, que los tiempos que corren están plagados de «pre-juicios» intelectuales que impiden al Hombre avanzar con la «imaginación», en un quedantismo cómodo y conformista, acorde al vulgar «no te metas» que cam-pea en todos los ámbitos del pensamiento contemporáneo...

Resulta evidente que a lo largo del tiem-po, hubo y hay etapas que contrarían la horizontalidad de las tendencias del pen-samiento. Y surgen personalidades que remontan la horizontalidad de la «cos-tumbre». Y algunos pensadores emergen por encima del patrón común. Por caso, la inclusión en el vasto rompecabezas de la sapiencia, de personajes cuya actuación en el medio de la Humanidad, aparecen mis-teriosamente de tiempo en tiempo, para diluirse luego como suele ocurrir con la grandeza y luego la decadencia.

Page 210: El_Protector.pdf

De allí que al pergeñar la idea de «El Pro-tector», tal vez hayamos imaginado la promoción de un «personaje», un demiur-go, un mago o sacerdote de un culto esotérico y milenario, que con esa deno-minación, constituya un símil al conde de Saint Germain, o de un Hermes Trisme-gisto, popularizados, incluso, por su pre-sunta inmortalidad alquímica.

Puede ser que haya existido, exista y se proyecte, algún personaje extraño, fuera de contexto, inexplicable como Kaspar Hauser, misterioso como Nostradamus, insólito como Cyrano de Bergerac, hermé-tico como Eliphas Levy, adelantados en el tiempo como Julio Verne. Habrá para to-das las tendencias, ideas o convicciones.

Pero sabemos que la presunta direcciona-lidad de la Historia, la ciencia antropoló-gica, etnográfica, arqueológica, paleon-tológica, etc. proponen y postulan, sea tal como lo expresan sus obras, —en especial las de difusión masiva—, es materia de

Page 211: El_Protector.pdf

discusión. Discusión que afortunadamen-te es posible y hasta probable, debido a la conquista de la libertad de expresión por un lado y la concepción laicista del libre albedrío por el otro. (Un poco del libre-pensamiento obtenido luego del enciclo-pedismo y la Revolución Francesa…).

Hay, en el decurso de la historia de la Humanidad, grandes interrogantes que son, además, baches inexplicables y con-fusos, que asombran cuando se toma co-nocimiento y se teoriza sobre ellos.

Porque padecemos un síndrome que he denominado el de la «cajita», dentro de la cual el conformismo de las multitudes so-brevive y el temor a lo nuevo o descono-cido arredra a los timoratos, preocupa a los infatuados, irrita a los fanáticos, enoja a los esquemáticos y conmueve a los aca-demicistas, situación esta que recuerda el pre-rafaelismo del siglo XIX.

Solo si ampliamos las miras de nuestra imaginación, aguzamos el sentido de la in-

Page 212: El_Protector.pdf

teligencia y logramos desbaratarnos de los sacos de plomo que han sido los dogmas religiosos [lo mismo que los dogmas científicos, las más de las veces imbuidos del personalismo de teóricos de las Aca-demias], y será posible conocer, saber, afirmar, qué ha sido y cómo ha sido el po-der haber llegado a ser lo que somos.

Y esto, expresado en el más puro con-vencimiento de que vivimos una «etapa» que denominamos «Histórica», que bien puede ser la «heredera» de una Historia precedente, de una civilización (u otras) anteriores a la nuestra, a esta Humanidad que somos y que bien puede ser la herede-ra de más de una civilización muy des-arrollada.

Cuando aludimos a la posible existencia de una (o varias) civilización anterior a la nuestra, no lo hacemos en función de me-ras conjeturas imaginativas. Lo hacemos en función de la existencia de extensa lite-ratura al respecto y por el intento de elu-

Page 213: El_Protector.pdf

cidar el rompecabezas de tantos interro-gantes, sobre hechos y cosas inexplicables en el curso de las investigaciones científi-cas.

23 Más mitos y más conjeturas

Pero hagamos un ejercicio de composi-

ción para al menos asombrarnos y al mismo tiempo desatar nudos dispersos.

A través de los mitos conocemos el de Osiris. Personaje misterioso si los hay y cuya referencia se sumerge en las antiguas tinieblas del «Tiempo». Al parecer, Osiris no sería un personaje sino una alegoría, un mensaje [¿o mensajero?] de los «Anti-guos», que luego del cataclismo que des-truyó su civilización avanzada, (El cambio del eje de la Tierra) se sumó a otros dis-persos «mensajes», que los sabios sobrevi-vientes establecieron para reunirse luego de los efectos de la catástrofe.

Page 214: El_Protector.pdf

Osiris, según referencias (45), tendría re-lación con la «raza» negra que dominaba [y aún domina...] Etiopía, donde habría renacido. De allí… habría sido llevado a Egipto. Tal circunstancia se advierte pro-bable, puesto que Diodoro de Cicilia y Heródoto mencionan como «atlantes» a ciertos «Etíopes occidentales» que decían haber conquistado Egipto.

Sin embargo, no hacemos esta referencia a título de curiosidad. Los sacerdotes egipcios dijeron a Heródoto, visitante en Egipto antes que Solón, que su civilización tenía 8.000 años y que en ese lapso hubo 350 reyes posteriores a Min. No solo con-servaban el recuerdo de sus remotos orí-genes, sino que entre los 350 reyes hubo 18 de ellos que habían sido etíopes...

Como dato curioso, ahora sí, Louis Charpentier, en la obra citada, dice «...que hoy se sabe fehacientemente que la civili-zación de los faraones llegó a Egipto a través de Etiopía» y que al parecer «fa-

Page 215: El_Protector.pdf

raón» significa herrero y que «Platón con-sideraba a los atlantes como metalúrgi-cos»...

Lenormant, en su Historie des peuples d´aprés la Bible dice: «Mucho más tarde, los hebreos conocieron, entre las más an-tiguas poblaciones de Palestina, a algunos «gigantes» [recordemos que la Biblia así lo consigna y uno de ellos era el Filisteo Go-liat, a quien David derriba con su honda] y por otra parte, a naciones civilizadas y metalúrgicas: los acadios y elamitas».

Hoy sabemos que muchísimas concep-ciones teóricas sobre Egipto, poseen algu-nos prejuicios propios de la «civilización» que investigó y desarrolló extensos pro-gramas arqueológicos y se asombró por la gigantesca obra arquitectónica de ese país africano. [Al par que enajenar miles de piezas arqueológicas sustrayéndolas del sitio en el que fueron halladas... y en el que, en realidad, «debieron» permanecer para estudios profundos.]

Page 216: El_Protector.pdf

Las Pirámides, el Valle de los Muertos, Abu-Simbel, las tumbas de los faraones, sus joyas, su vida social, sus proyecciones, el Nilo, Tebas, sus conquistas, en fin, todo lo asombroso que constituye y va consti-tuyendo el gran misterio de esta civiliza-ción, al par que sus creencias religiosas y míticas, conforman no solo el asombro si-no la imperiosa necesidad de seguir inda-gando a través de ellas y así poder eluci-dar un pasado desconocido pero omni-presente.

En la lectura de quienes plantean inter-rogantes, me ha interesado sobremanera esta frase de Charpentier: «Más que una civilización, [Egipto] era un «saber», ex-presado en tres pirámides, [entre otras co-sas...] que alcanzaron una perfección».

Esa frase alienta el desarrollo de ideas que tal vez permitirán, algún día no leja-no, conocer el «mensaje» que tales monu-mentos ofrecen a la Humanidad. Mientras tanto, podemos decir que subyuga la teor-

Page 217: El_Protector.pdf

ía de que ellos no fueron construidos por los tres faraones a quienes se les atribuyen las Obras [Gizeh, Keops y Micerino].

Según algunas teorías que no carecen de sustento, las Pirámides habrían sido cons-truidas poco antes del cataclismo (47) que trastocó la continuidad de una gran civili-zación.

Habrían sido levantadas para dejar tes-timonio de esa civilización precedente, cuya ciencia y conocimientos astronómi-cos y geológicos les permitía conocer con anticipación, (a través de la astronomía) el advenimiento de una catástrofe gigantes-ca, que dejaría al planeta devastado y la civilización destruida.

Al parecer, existen referencias consigna-das en papiros egipcios, mediante las cua-les se dice que el faraón Keops en realidad «desenterró» [si es que cabe el término] de las arenas que la cubrían, la Pirámide que lleva su nombre y las otras dos... Deber-íamos hacer un cálculo sobre en qué lapso

Page 218: El_Protector.pdf

las arenas del desierto pueden cubrirlas y así determinar no solo su verdadera anti-güedad, sino también saber ¿cómo supo Keops que se hallaban bajo ellas?

No poseo elementos para formular el cálculo, pero la obviedad de las cifras que determinarían el número, explicaría, de alguna manera, el tiempo transcurrido en-tre el cataclismo y el resurgir de la civili-zación humana, luego de la barbarie explícita en lo que denominamos: el «pri-mitivismo» del Hombre.

La tendencia general de los pensadores e investigadores, es atribuirle al Cataclismo el carácter de una gran inundación.

El término «Diluvio» ha hecho pensar que se trató de una intensa lluvia en un extenso lapso. Pero también ha podido tratarse del cambio del eje de la Tierra, (26º con relación a la presunta perpendi-cular existente y conocida como «el paraí-so») (47) de la caída de un gigantesco aste-roide o el impacto de un cometa, como se

Page 219: El_Protector.pdf

ha mencionado últimamente, con relación a la desaparición de los saurios en el pla-neta.

Pero no podemos dejar de pensar, tam-bién, que ha podido tratarse de otros fenómenos ligados al impacto de gigan-tescos cuerpos celestes, que pudieron ori-ginar fenómenos meteorológicos, como una densa nube de polvo que impidiera el arribo de los rayos solares y como conse-cuencia, la inmediata congelación de vas-tas zonas geográficas, sencillamente por el efecto «invernadero» subsiguiente...

La desaparición de los saurios a lo largo y a lo ancho de la Tierra así puede ameri-tar el pensarlo. De la misma manera que pudo haber sido también, el estallido de un gigantesco volcán cuyas cenizas oca-sionaran fenómenos similares a los del Krakatoa, pero magnificados superlati-vamente.

Cuando los científicos ubican antes del Mezozoico (48) a los reptiles y luego en el

Page 220: El_Protector.pdf

Cenozoico a los mamíferos, es lícito pen-sar que tal datación puede ser discutida, toda vez que se han hallado vestigios humanos contemporáneamente a los rep-tiles y a los saurios y en todo caso, las da-taciones se realizan en función de los hallazgos de fósiles y en consonancia a las teorías que se elaboran al respecto.

Lo cierto es que si pudiésemos modificar ciertos parámetros de las explicaciones que la ciencia académica nos formula, tal vez podríamos hallarnos más cerca de co-nocer y develar, muchísimos misterios so-bre el origen de la actual instancia de la civilización. Y a propósito, superar la so-berbia aparatológica de los seudocientífi-cos promocionados por los History Cha-nel, tan predispuestos a magnificar las sa-piencias académicas de nuestro tiempo

Es posible e incluso probable, que muchísimas tradiciones imbricadas en cuentos tradicionales, canciones, denomi-naciones de sitios «telúricamente» sacrali-

Page 221: El_Protector.pdf

zados o [alineaciones como las de Car-nac...], obras de dichos, refranes y referen-cias de remoto y desconocido origen o como La Iliada y La Odisea, e incluso Ali-cia en el país de las maravillas, no sean lo que creemos que son. En este último libro, se habla de las dos lunas de Marte, Dei-mos y Fobos... ¿Cómo sabía eso Lewis Ca-rrol, décadas antes de ser «descubiertas» por la astronomía moderna?

Tal vez sean mensajes encriptados o de alguna manera preestablecidos por aque-llos remotos científicos, «sacerdotes, hiero-fantes» tal vez, de la intuida y remota civi-lización, que teniendo conciencia del de-sastre inminente, llevó a todas partes de la Tierra su mensaje testimonial o destinado a los sobrevivientes.

Recordemos que las referencias a los Atlantes, no se reducen a las obras de Platón, Solón, Diodoro de Sicilia o las con-signadas en papiros Egipcios, e incluso en

Page 222: El_Protector.pdf

las tradiciones ibéricas, baleares o medi-terráneas.

Y hasta es probable que los Fenicios hubieran sido sino herederos, al menos propagadores del mensaje Atlante. Sin ser un erudito en la materia, siempre me ha intrigado la partícula [atl] en el idioma maya y en especial en la denominación de sus Dioses, al igual que las referencias a los «Dioses» arribados a sus tierras, lle-vando civilización y procedentes del «Es-te»... Como asimismo me intrigan las refe-rencias a los «Dioses» que llegaron «desde arriba», y como por extensión, me intriga la palabra «arribar».

Tampoco sabemos, a ciencia cierta, si lo que nosotros denominamos «la Atlántida» se llamaba así; si ese término ha sido una referencia que dio nombre al mar que bordea el occidente del Continente Euro-peo y que separaba al territorio que así denominan sus referentes. O, si en cam-bio, poseía otra denominación, para lo que

Page 223: El_Protector.pdf

en el siglo XVIII se denominó Mare Nos-trum.

Lo importante, sin embargo, tampoco radica en si la civilización a que hacemos alusión en este trabajo pudo haber sido la Atlante, pues ella también, en el decurso de los milenios, quizás hubo sido sobrevi-viente o heredera de las civilizaciones pro-tohistóricas que pudieron haber existido en los fragmentados continentes Lemuria, Godwana o Mu, antepasados de la actual geografía terrestre.

Y dejemos constancia de que no se trata de lucubraciones de la imaginación, sino teorías muy ponderadas de la geología, con extensión a las ciencias biológicas, zo-ológicas e incluso antropomórficas.

Nuestra idea de una o varias civilizacio-nes anteriores a la nuestra, no solo está en la posibilidad teórica sino en la práctica.

Page 224: El_Protector.pdf

24 Misteriosas pirámides

A propósito y como una mención necesa-

ria para alimentar el asombro, obras des-tinadas a plantearse interrogantes se yer-guen enhiestas, impávidas, burlonas —como el rostro de la Esfinge—, las pirámi-des de Egipto, que no son tan solo las tres famosas, Keops, Gizeh y Micerino, sino las 110 o más hasta ahora descubiertas.

Una acertada opinión de sus misterios está dada en las palabras de John Cooney, director de la colección Egipcia del Museo de Brooklin —entre otros— cuando dice: «Yo suponía —extrañamente— que las pirámides eran lugares de inhumación. Pero todavía sigue siendo la más fácil de las explicaciones... Pero la falta de pruebas nos confunde... Los constructores no deja-ron explicaciones por y para qué fueron construidas. Y si no estuviesen allí con tanta evidencia, hasta podríamos deducir su inexistencia». Tan inexplicables son.

Page 225: El_Protector.pdf

Y si abundamos, podemos decir que a la Keops se le atribuye el haber sido cons-truida 2.600 años a. de C, aunque se teori-za que muchísimo antes y haber sido «desenarenada», para ser ecuánimes con las arenas del desierto. 35 millones de to-neladas de piedra fueron utilizadas para construir las 7 pirámides más destacables: las de Saqqara, la de Meidum, las 2 de Dahshur y las 3 de Gizeh.

Aun siguen siendo un hondo misterio los «ataúdes» de piedra —si es que fueron ta-les— con la interesante idea de que en rea-lidad la Cámara del Rey y el sarcófago en realidad fueron cámaras iniciáticas...; o el presunto significado cósmico de las medi-das piramidales, que los matemáticos del siglo XVIII consideraban una maravilla, por entender que las rigurosas proporcio-nes de la Gran Pirámide poseían, —miles de años antes de Pitágoras—, elementos de la geometría Pitagórica...; o que el ángulo exacto del talud (51°52´), se ubica-

Page 226: El_Protector.pdf

ba al sur del Meridiano 30 y en el meri-diano bisectriz del Delta de Nilo, riguro-samente alineado con el Polo Norte y con determinadas estrellas.

Y ni hablar de algo conmovedor, que es lo postulado por Charles Piazza Smith, astrónomo escocés que a mediados del si-glo XIX, demostró que los constructores de la Gran Pirámide ya conocían el número «pi» (3,1416...) que es la relación entre la circunferencia y su diámetro. Fórmula que, curiosamente, fue «postulada» miles de años después de aquella «construc-ción»...

Sin embargo, ríos de tinta han intentado descifrar sus tal vez insondables misterios. Tanto en lo relativo a presuntos mensajes matemáticos, geométricos, astronómicos, esotéricos o de tanto tipo como la imagi-nación suponga. Sin embargo, siempre podrá decirse, como ya se dijo «Mientras sobreviva la curiosidad del hombre, allí

Page 227: El_Protector.pdf

estará el misterio de la Pirámide para ali-mentarla».

Pero a mi entender, lo más inexplicable es la abisal diferencia entre el entorno cul-tural del pueblo Egipcio, —y no solo de aquél, sino de los demás pueblos del pla-neta— con relación a los «constructores» de tales monumentos piramidales, que, además, se encuentran alrededor del pla-neta dentro una franja de paralelos simila-res... De manera que es una obviedad dis-cutir si en realidad no constituyen en sí mismos un «método» de enseñanza o de transmisión de conocimientos inteligen-temente desarrollado... ¿Pero por quié-nes...?

25 La antigüedad del planeta

La antigüedad del Planeta, datada en mi-

les de millones de años y lo controvertido de las teorías que en «esta» civilización postulan los científicos, nos permite —con

Page 228: El_Protector.pdf

imaginación no exenta de probabilida-des— pensar que así como frente al Uni-verso somos apenas diminutos átomos, más parecidos a partículas elementales que a configuraciones estelares, el peso de una evolución que ha mutado a través de los siglos, no tiene por qué estar contenida en los lapsos que más imaginamos que podemos certificar.

Me inclino a pensar que los interrogantes que se han planteado, se plantean y segu-ramente se plantearán, a medida que pueda avanzarse en los estudios e investi-gaciones alcanzables a través de la des-personalización en el individualismo teó-rico y los dogmatismos académicos, po-dremos ir descubriendo respuestas que, seguramente, cambiarán el sesgo de las ideas, acumuladas en apenas 300 años, que es el tiempo que podemos medir en lo que denominamos la metodología científi-ca, Descartes dixit....

Page 229: El_Protector.pdf

Lo importante, en tanto, es abrir la mente a las proyecciones de la inteligencia, sin aferrarnos a un considerable número de «sesudas» conclusiones, que a poco de in-vestigar en profundidad, resultan ser no solo meras conjeturas sino equivocadas postulaciones.

Por otra parte, asombrados, —si es que el asombro campea hoy por sobre la mente de los miles de millones de seres humanos mal informados—, desinformados, masi-vamente ignorantes a pesar de la globali-zación de los medios de difusión; en una civilización de tipo pandemonium en que el interés individual arrasa con el interés colectivo; en un tiempo en el que el indi-vidualismo feroz ha roto los diques de contención de la fraternidad y el interés común; en que la lucha por la superviven-cia, si bien ha dejado el ámbito del primi-tivismo, se diferencia poco y tan solo por el avance de la tecnología que ha superla-tivizado los instrumentos del mal, aque-

Page 230: El_Protector.pdf

llos pergeñados para la destrucción masi-va. Y a todo esto sumados la codicia, el egoísmo, las envidias, celos, ambiciones desmedidas y tantas lacras que subsisten a pesar del avance de nuestra actual «civili-zación»... pero tal vez declinando acelera-damente…

Sin embargo y pese a esa particularidad de la evolución social y científica, solo pa-recemos haber superado el garrote por la manipulación de armas químicas y bio-lógicas, con la misma irresponsabilidad de los que considero «los primitivos supervi-vientes del Cataclismo», pero totalmente injustificada hoy, debido al esfuerzo des-plegado por unos «pocos» (alegóricamen-te el «Protector»…) que han descollado en su tarea evolutiva y «civilizadora». Po-niendo orden sobre el caos. (El curioso Ordo ab Chao proclamado por la Maso-nería en sus alegorías formativas)

Pensemos que la direccionalidad de la actual tecnología, se basa en parámetros

Page 231: El_Protector.pdf

científicos de continuidad propios de los descubrimientos que el hombre ha perge-ñado.

Pero recordemos que ellos lo han sido en función, también, de los principios «des-cubiertos», a veces en contradicción con otros conocimientos manejados por la ciencia. Es el caso de la química con rela-ción a la alquimia o el de la astronomía con relación a la astrología. La primera en-tiendo que es el resultado de la «interpre-tación» metodológica de la ciencia poste-rior a la alquimia, o tal vez una mutación de sus teorías, no tan alejadas de los «ele-mentos» con los que la alquimia trabajaba.

Y la segunda, postulada a través de la observación permanente, la sistematiza-ción de los datos, el estudio de los cielos y, esencialmente, una herencia que podemos entender en la lectura de las páginas del anexo correspondiente. Recordemos que los sacerdotes Egipcios informaron a

Page 232: El_Protector.pdf

Solón que ellos poseían referencias as-tronómicas de miles de años...

De todos modos, infinidad de referencias existentes relacionadas con el manejo de la electricidad hace miles de años; las lámpa-ras incandescentes (y de luz fría…) men-cionadas en la Historia, en Egipto, en Su-meria, incluso en Europa; luces que no generan calor (¿Tal vez alógenas?); cono-cimientos geométricos y cálculos en mate-ria de construcción; metalurgia; observa-ciones heliográficas; observatorios as-tronómicos diseminados por el planeta; diques, canalización de las aguas, mapas de la Tierra, revelan, al menos, conoci-mientos fuera de lugar y tiempo y si a to-do ello sumamos desconcertantes objetos como astrolabios e instrumentos de nave-gación, francamente desubicados de la época de que son datados, al igual que mapas entre otros, los Portulanos, los de Piri Reis, cuyos accidentes geográficos [de tal exactitud que parecen haber sido obte-

Page 233: El_Protector.pdf

nidos «desde el aire»...] no solo son exac-tos, sino que muestran aspectos de la Tie-rra hoy, por ejemplo, sumergidos bajo kilómetros de hielo en el sector antártico...

Bueno, al menos obligan a salir rápida-mente del cajoncito en el que tenemos, por estos días, las miras del entendimiento. Y sin que ello signifique una digresión, menciono el hecho de un tiempo en el que las «tarjetas de crédito», (dinero plástico) reemplazantes en el sistema hoy neolibe-ral del dinero, concitan la más profunda atención de los mass media, que el de su conocimiento de cómo se produce la energía con la que al mismo tiempo se ge-neran los medios por los cuales sobrevive y desarrolla la civilización.

26 La supervivencia

Comencé este trabajo mencionando una

figura que denominé «El Protector», alu-diendo a la que Jacques Bergier consigna-

Page 234: El_Protector.pdf

ra en el Capítulo VIII de su libro Visado a otra Tierra.

Seguramente el lector pudo pensar que este autor pretendía el rescate de un «per-sonaje», tal vez remedo del conde de Saint Germain, cuya presunta inmortalidad lo ubica en cada siglo en el que el Hombre fue subiendo o «bajando», la escala de a supervivencia o el progreso.

Sin embargo, es posible que «El Protec-tor» haya existido o exista y que en reali-dad no haya sido, ni sea, un «individuo», una «persona», demiurgo, mago, sacerdo-te, alquimista o hermetista.

En realidad bien pueda tratarse de un «misterio», «escuela», «organización se-creta», o «discreta» o una «tradición oral» o escrita, que juramentada en guardar sus «conocimientos», sean estos ciencias éti-cas, morales o metodológicas, para «reve-larlas» en forma «simbólica» o filosófica, se lo haga —idealmente—, a través de «iniciaciones» a recipiendarios aptos para

Page 235: El_Protector.pdf

recibir y luego transmitirlos, en tiempos, orden y lugar óptimos para ser «revela-dos».

Si teorizamos un poco al respecto, es po-sible que podamos reunir las piezas de un vasto rompecabezas que ilumina a veces y que ensombrece otras.

Veámoslo así: diseminados por el plane-ta, los hombres se agrupan en vastos terri-torios donde se agolpan para desarrollar sus vidas. Vidas menos azarosas que las de sus antepasados, ciertamente. Con dis-tintos peligros que los acechan [aunque no menos difundidos que aquellos, nada más que «distintos»] pero desarrollando sus existencias en función de nuevos paráme-tros y con la idea y teoría del Progreso, mediante la cual solidificarán su «espe-ranza» en la supervivencia de la especie. Y en especial, proponiéndose establecer o mantener un Orden sobre el Caos.

Tal vez estos conceptos sean considera-dos audaces, imaginarios o teóricos, en

Page 236: El_Protector.pdf

función de que el individualismo feroz que nos circunda, parece desmentir el lazo fraterno que une [y debe unir...] a nuestras sociedades, pero no cabe duda que el sen-tido gregario (48) al menos está afianzado en el inconsciente colectivo. No en vano los personajes históricos, a veces mesiáni-cos, revelan a través de su prédica el men-saje fraterno que postula: amaos los unos a los otros... Generalizadamente obviado o incumplido...

Por ahora...

¿Qué cosa es la que ha permitido que a pesar de las guerras, los genocidios, los fracasos sociales, la amargura, la decaden-cia, los ciclos aún inexplicables que capitu-lan ciertas etapas de la historia, o los cata-clismos naturales, el hombre logre «avan-zar»... al menos tecnológicamente? ¿Qué es lo que hace a la Humanidad, a pesar de flaquezas, violencias, decadencias, egoís-mos, chaturas, persistir en su avance llamémosle, «evolutivo»...? Y finalmente

Page 237: El_Protector.pdf

¿Qué «es» lo que hace recomenzar y hasta preservar los valores, la sabiduría, que aún a causa de cíclicas decadencias, retor-nan luego, tal vez cuando la curva des-cendente llega a su máxima expresión?

Naturalmente podemos decir que se trata de una obviedad; que la naturaleza humana impone un camino, una conti-nuidad, la evolución incluso con perma-nentes mutaciones, [mutación: cambio brusco en el fenotipo (49) de un ser vivo y que se transmite por herencia. En este ca-so, por extensión, hacia la sociedad humana], que direccionalmente avanza en el tiempo o con el tiempo.

Sin embargo, la Historia nos refiere una continuidad accidentada, generalmente parcial e incompleta, ya que no es posible consignar detalladamente «todos» los su-cesos concurrentes, aunque sí, los sucesos que marcan hitos y se destacan por sobre los hechos comunes o «cotidianos». De la misma manera que la memoria y la con-

Page 238: El_Protector.pdf

ciencia, no resuelven un registro de «to-dos» los sucesos de la vida diaria, aunque ciertos mecanismos de la memoria los al-macenen de manera subconsciente o in-consciente...

De manera que dentro del contexto del devenir histórico, existen circunstancias que simultáneamente con los episodios comunes o consignables, influyen decidi-da pero reservadamente, en los aconteci-mientos de la Humanidad.

Podemos insinuar, así, la existencia de «sociedades» a las que se denomina «se-cretas»*, iniciáticas, esotéricas o herméti-cas y que llevarían a cabo, a través de sus integrantes y una doctrina que los reúne, una lenta y persistente tarea de «recom-poner» o «restituir» a la Humanidad, una ciencia y unos conocimientos abrupta-mente perdidos (por ejemplo «La palabra Perdida», una búsqueda esotérica... pero no tanto en el remoto tiempo, (aunque es-to pueda ser muy relativo, puesto que la

Page 239: El_Protector.pdf

memoria colectiva puede NO recordar acontecimientos cercanos...) en que una calamidad sin límites, tendió sobre la humanidad un cono de sombras que la diezmó y embruteció a los sobrevivientes.

Pero no resultará sencillo probarlo. Aun-que si posible además de intuirlo, tratar de argumentarlo.

27 El Juego de la Oca, el Camino de Santia-

go y la Masonería o Francmasonería

Louis Charpentier, el conocido autor de

El misterio de los Templarios, expuso una interesante idea sobre el juego de la Oca y el Camino de Santiago.

En el capítulo XIV del libro Los Gigantes y el misterio de los orígenes se sostiene que en Francia existe una «espiral» [que es el meollo del juego de la Oca], «…a partir de los Pirineos, desde la región de Maul-éon y más allá del Somport, [que] se pro-longa en una recta más o menos ondulada

Page 240: El_Protector.pdf

que sigue una línea de lugares Lug, igual que la espiral francesa, y que, desde Jaca (Jaca, en español, significa caballo de la-bor), alcanza Logroño, León, Lugo y, por fin, Santiago de Compostela».

En este trabajo, Charpentier dice que allí puede haber existido «...el principio de una espiral inversa que recorría el suelo de España, pero cuya arabización borró las huellas toponímicas». Nos recuerda luego «La leyenda de Santiago el Menor, ...hermano de Cristo, que evangelizaría España a principios del cristianismo y que, vuelto a Palestina, sería martirizado y condenado a muerte. Su cuerpo habría si-do depositado, junto con los de algunos discípulos, en una barca, que atravesó mi-lagrosamente, sin piloto, el Mediterráneo y el estrecho de Gibraltar, bordeó las cos-tas lusitanas y fue a encallar en Galicia, en el lugar conocido con el nombre de Padrón, desde donde fue trasladado a Compostela, que es a la vez Campustela,

Page 241: El_Protector.pdf

Campo de la Estrella, y Compostela, ce-menterio». Sigue luego diciendo que «Tras su muerte, este Santiago se convirtió en caballero más allá de la tumba y ayudó a los españoles a reconquistar España, a la sazón en poder de los moros».

Leamos con atención esa hipótesis de trabajo, pues ella nos acercará, intuitiva-mente, a nuestra idea del «Protector» que como «personaje» o como «institución, «escuela u organización», revelaré al lec-tor, siendo mi intento de relacionar con la Masonería, a través de su historia y le-yendas.

«Intentaremos seguir los sutiles rodeos —dice Charpentier— del laberinto históri-co que puede llevarnos desde los comien-zos del Neolítico (52) hasta los albores de los tiempos modernos... Así, pues, en el Neolítico se trazó en el suelo de Occiden-te, por lo menos un Juego de la Oca, espi-ral que une «casillas» de lugares en que se ponen de manifiesto «fuerzas» terrestres»

Page 242: El_Protector.pdf

o «telúricas». Agrega luego, con absoluta certeza con relación a las «fuerzas telúri-cas»: «Dichas fuerzas comportan la fecun-didad, más para que ésta se haga patente, es preciso que la tierra sea fecundada. Es el trabajo de los «jars» (palabra que no tie-ne origen latino, griego ni germánico, y que ni siquiera parece indoeuropea)». «Sólo el trabajo del hombre hace las fuer-zas fecundas, es decir, utilizables para ese hombre: la agricultura, para el sustento te-rrestre; el monumento para el sustento es-piritual».

Observe el lector con atención, las coin-cidencias con ciertos aspectos iniciáticos de la Masonería en estas referencias: El «jars» es, pues, el palurdo, el «gars», el «Jacques». Y el de la tierra y de la piedra tienen el mismo signo cuando están «ini-ciados», o sea, cuando «saben» lo que hacen; el campesino es pedzouille, el hombre de la piedra lleva la pata de oca. Uno es sedentario, y el otro, «trashuman-

Page 243: El_Protector.pdf

te». La «hermandad» del primero es local y permanente; la del segundo, de «oficio».

«Ambos tienen sus secretos, sus colegios, primitivamente instruidos por los «Jean», y luego abandonados a la tradición y cien-cia tradicional».

Mientras en muchos aspectos se cree que los elementos del simbolismo masónico se refieren fundamentalmente a tradiciones de albañilería, «de la construcción», ubi-cando su origen en el Medioevo a través de las guildas por una parte y de las tradi-ciones de las corporaciones francmasóni-cas europeas por la otra, (las Academias de Leonardo Da Vinci) las alusiones a lo remoto de su nacimiento parecieran no tener más sustento que la tradición surgi-da de las leyendas de la construcción del Templo de Salomón.

No obstante, es muy probable que la tra-dición «oral», que sin duda alguna es par-te de su estructura, se haya ido desvir-tuando a través de los siglos.

Page 244: El_Protector.pdf

De allí, que fuera del contexto de «oscu-ridad» en que debió permanecer la Maso-nería en diversas circunstancias y tiempo, pueda ser que muchísimos documentos, manuscritos, testimonios, hayan desapa-recido o en su defecto, ocultado. Algunos de ellos son hallados muchas veces en an-tiguas bibliotecas. Otros, muy significati-vos, fueron presa del fuego, como lo sos-tuvo James Anderson, uno de los autores de las actuales Constituciones de la Maso-nería Moderna y Especulativa…

Otros en cambio, dados a «conocer» a medida que las circunstancias lo permitie-ron o la mentalidad de los masones se adecue a épocas más permisivas.

Sin embargo, nadie podrá dudar que muchas cosas que son aceptadas por un lado, interpretadas por otro o «tergiversa-das» en ocasiones, no revelan por sí mis-mas la «tradición» esotérica, que ubica el origen de la Masonería en tiempos muy remotos, con alusiones que muchas veces

Page 245: El_Protector.pdf

se han tomado como «de la imaginación» de los autores.

Ya tenemos como ejemplo aquello que tanto el pastor Anderson y el mismo De-sagoulliers, atribuían la «antigüedad de la masonería», incluso ubicándola en sus orígenes con el Adam bíblico. Y esto, sin que podamos evitar el pensar que tal mención pudo haberse referido a «otra co-sa», relacionada con el «Adam» simbólico de una «generación» que anterior a la Noénica, pueda ser aludida como tal, sin que tenga relación con el personaje bíbli-co..

Pero sigamos con lo sostenido por Char-pentier. En su razonamiento, el autor agrega: «Transcurren los siglos y ellos vi-ven, ni bien ni mal en esta tradición. Por lo menos la tradición, en lo que concierne al cultivo y a la ganadería, ha sustentado a la Humanidad durante siglos y milenios.»

Page 246: El_Protector.pdf

28 El arte de la construcción

El arte de la construcción evoluciona con

las herramientas y los cambios de Era, pe-ro subsiste una base tradicional, que se transmite por medio del aprendizaje ri-tual. No más antaño que ahora, podía uno convertirse en hombre de la piedra, u hombre del bosque sin un aprendizaje. Se nace hábil, pero se llega a ser albañil o carpintero de armar. «Hacen falta —hicieron falta—, pues, para erigir dólme-nes o conjuntos del tipo de Stonehenge, profesionales de cierta calificación neolíti-ca».

El lector seguirá el razonamiento y al mismo tiempo lo «avalará» en función de lo que «sabe», si ha sido iniciado. Relacio-nando los datos que posee, entenderá lo siguiente: Es indudable que nos encon-tramos, ante esos constructores de megali-tos —sea cual fuere su aspecto «bárba-ro»— como los de las catedrales, en pre-

Page 247: El_Protector.pdf

sencia de lo que debía de ser un «clan» aparte, con sus ritos y secretos del oficio, así como con su saber exclusivo. Con razón o sin ella, creo que en Occidente fueron ellos, los «Jacques». En todo caso, los encontramos en la leyenda, que data, por lo menos, de un milenio antes de Je-sucristo llamada «Enfants de Maitre Jac-ques».

Sigue diciendo luego: La tradición dada por los iniciadores, «gigantes», «atlantes» o «antes», fue originariamente la misma; no ignoramos que las hermandades de constructores de los diversos países man-tuvieron relaciones entre sí, y es incues-tionable que éstas se desarrollaron, en gran parte por medio de los fenicios; que fueron los grandes marinos y mercaderes de la Antigüedad. Y por consiguiente «transmisores» de los sucesos ocurridos en todos los ámbitos en que ellos se des-empeñaban o ejercían influencias....

Page 248: El_Protector.pdf

Acto seguido Charpentier responsabiliza a los fenicios como propagadores de las «bases de partida de la civilización occi-dental y las de la oriental». Piensa que no existe diferencia en lo esencial con rela-ción a Oriente y Occidente, a pesar de que Oriente habría progresado con mayor ce-leridad. Las señales de esos «pasos» —sostiene— se encuentran, ante todo, en la llegada a Irlanda de los «milesios», que tomaron parte activa en la dirección de es-ta isla, porque fue más una participación que una invasión.

Muchas coincidencias encuentra esta te-oría en el desarrollo de la idea. Remonta a tiempos inescrutables, Arcanos, (53) el origen de una herencia manifiesta. Mu-chas obras megalíticas incluyendo Stone-henge y la presunción del uso de técnicas egipcias [o la participación de obreros de ese origen] explicarían algunos monumen-tos megalíticos. Y el hallazgo de «pozos sagrados relacionados con las fuerzas

Page 249: El_Protector.pdf

telúricas», junto a los cuales existen repre-sentaciones zodiacales, permiten remontar su origen a más 2.000 años antes de la era Cristiana. Asombra además, el hallazgo en uno de los grandes trilitos de Stonehenge, «...la forma de un “puñal”, específicamen-te cretense, grabado en la piedra».

Contemporáneamente a estas reflexiones, tomemos muy seriamente las alineaciones pétreas de menhires, megalitos, dólmenes etc. en vastas zonas del planeta, similares a las de Carnac o Stonehenge, atribuibles a funciones astronómicas o a misteriosos y avanzados conocimientos del comporta-miento de las fuerzas telúricas. Las teorías relacionadas con la función «controlado-ra» de tales fuerzas por parte de los men-cionados monumentos pétreos, ha desata-do múltiples estudios y trabajos teóricos de curiosa importancia.

Resultan significativas, por ejemplo, las evidencias de que aquellos constructores

Page 250: El_Protector.pdf

estuvieron «... relacionados con los hom-bres de la piedra de Liguria e Iberia».

Se pregunta Charpentier si aquellos hombres no «...organizaron, por un lado, en las extremidades del litoral cantábrico, y por otro, en Provenza, unos colegios de iniciación destinados a los constructores del continente —los Jacques— ya que hay muchas cosas desconcertantes en torno a estas dos provincias».

Finalmente y en coincidencia con nues-tras ideas, el autor dice: «...Hay buenas ra-zones para creer que mucho antes del cris-tianismo existía ya la “peregrinación” a Santiago de Compostela y que seguía la Línea de lugares Lug a la que nos hemos referido, línea paralela a la costa cantábri-ca, donde hay varias cuevas con pinturas rupestres, entre ellas, la justamente famo-sa de Altamira. ¿No habrá sido este cami-no de Santiago un camino de los Jac-ques?».

Page 251: El_Protector.pdf

Prosigamos esta argumentación, que en realidad pretende ubicarnos en uno de los tantos misterios que rodean la Masonería y en especial la idea de que ella bien pue-de haber sido y seguir siendo, esa escuela iniciática transmisora de antiquísimos co-nocimientos y que al ir transformándose a través de los tiempos, tanto en su evolu-ción como en posibles mutaciones, fue perdiendo el leit motiv primigenio que le dio su origen.

Y sin embargo... Deberemos agregar, como una nueva opción para estudiarla, el hecho de que puede sumarse a todo cuan-to hemos alentado, el suponer que desde tiempos inmemoriales fue transmitido un gran secreto. Un gran misterio de origen episódico, de fundamental trascendencia y de hondo significado en el decurso de la humanidad, que por ser algo que pode-mos calificar de «tremendo», «horroroso», concitó el «grito de asombro» transmitido a través de alegorías, mitos, rituales y ce-

Page 252: El_Protector.pdf

remoniales, que pretendió... y pretende, transmitir a las generaciones futuras a fin de que tal suceso no se pierda en la brutal oscuridad que ocasionan los repetidos ci-clos catastróficos ocurridos en el tiempo...

Pero de eso, precisamente, es de lo que hablaremos en la Segunda Parte de nues-tro trabajo.

29 El Camino de Santiago

Prosigamos entonces diciendo que, si

bien las referencias que tomamos de Charpentier no resultarían necesariamente «la respuesta», al menos nos indicará el camino a seguir, toda vez que a medida que nos adentramos en sus «particulari-dades», advertimos algunas «más que co-incidencias» que darían explicación a cier-tos aspectos del rompecabezas de su ori-gen y desarrollo.

Refiriéndose al Camino de Santiago, Charpentier sostiene, con relación a los

Page 253: El_Protector.pdf

Jacques, que «La cosa no parece tan extra-ña si se tiene en cuenta que dicho camino ha sido tradicionalmente una ruta de pe-regrinaciones tanto gremiales como al-químicas. Éste fue el camino de Nicolas Flamel...». ¿Curioso no?... Recordemos que Nicolás Flamel fue el escribano de la Universidad de París, a quien se atribuyó ser alquimista y hechicero, muerto en 1418.

Más adelante el autor postula que a los «...constructores pirenaicos, llamados ca-gots, segregados por las poblaciones, lle-vaban, como los judíos su rueda, una pata de oca en su vestido. Una pata de oca co-mo la de la Reina Pie de Oca, como la de la melusina, de la oca del juego en espiral, una especie de estrella radiante, aunque palmeada». Ahora bien, ¿qué encontra-mos como distintivo de Santiago de Com-postela? La llamada «concha del peregri-no», una especie también de «estrella ra-diante» que muestra desconcertantes se-

Page 254: El_Protector.pdf

mejanzas con la pata de oca. Como si se hubiera querido borrar el sentido de un signo con una imitación aproximada.

Pregunto: ¿No nos recuerda esta men-ción el famoso «Sello de Salomón»...?

Más tarde podemos leer que: «...en el compendio de leyendas de los Compañe-ros se dice que cuando Hiram, —fenicio— fue encargado por Salomón de edificar el Templo de Jerusalén, mandó llamar a obreros de diversos países, entre los cua-les figuraba el “Maitre Jacques”, oriundo de los Pirineos, y que éste se trasladó allí con algunos Compañeros para tomar par-te en la construcción...Y habría levantado una de las columnas del Templo: la de-nominada Jaquin».

Aquellos Enfants de Maitre Jacques fue-ron los que, en la leyenda de los Compa-ñeros (Compagnons), bucearon más pro-fundamente en el pasado. Son considera-dos como el origen de las demás herman-

Page 255: El_Protector.pdf

dades, a las que conformaron e instruye-ron los monjes del Románico.

Sigue el autor diciendo: «No parece que los “Jean” instruyeran a los “Jacques” so-bre la metalurgia —o éstos la conservaron en secreto—, pero sí que debemos a ellos y a su profundo conocimiento de las mate-rias naturales, la aparición del hacha de piedra pulida, tan cortante como un ins-trumento de acero y apta para partir en trazos los más corpulentos árboles».

Por otra parte, conviene advertir que esta hacha siguió siendo, en cierta manera, un objeto sagrado, al que atribuía la supersti-ción diversos poderes, entre ellos, el de desviar el rayo. Es evidente que los «car-pinteros de armar» aparecieron al mismo tiempo que el hacha que nos ocupa. Ellos fueron quienes edificaron las ciudades la-custres. Tenían loges (chozas) en los bos-ques (¡cuánta afinidad existe entre esta pa-labra y „Lug‟… e incluso „logia‟!). Eran hijos de la «Viuda», de la selva (porque la

Page 256: El_Protector.pdf

selva de Orleáns llevó este nombre duran-te mucho tiempo).

Está bien claro que las tradiciones perdu-ran... Parece bastante probable que los atlantes no enseñaron en ninguna parte la metalurgia del hierro, por más que debie-ron conocerla. En efecto, una especie de «tabú» gravitó durante mucho tiempo so-bre el hierro y los herreros, a los que se apartaba de la sociedad y que tuvieron siempre un cierto matiz de diabolismo».

Al margen de la curiosa coincidencia con los detractores de la Orden masónica, siempre dispuestos a demonizar «lo que no conocen» y de «lo que no saben», tal como les ocurrió a los Templarios bajo la acusación de adorar a un mítico y diabóli-co Baphomet, Charpentier se pregunta si ese tabú no sería un: «¿Arma secreta y re-servada?». Lo que no se puede excluir...

Finalmente, tomemos como dato intere-sante con relación al hierro, —teniendo presentes algunas leyendas masónicas re-

Page 257: El_Protector.pdf

lacionadas con los herreros—, que: «A partir de una determinada época —histórica—, las guerras serán ganadas siempre por el hierro... Puede uno pre-guntarse si los «romanés», «gipsios» y otros «gitanos», a los que parece perseguir una especie de maldición, no fueron aque-llos a quienes se les asignó la tarea de «forjar». Fueron siempre herreros exper-tos, y «Faraón» es un nombre que, en cier-tas tribus, se da aún gustosamente a los niños. Son itinerantes desde hace siglos y acaso milenios, como lo fueron la mayor parte de las hermandades gremiales de constructores: trashumantes. Son, además, depositarios de ciencias y música mágicas y de otras consideradas como diabólicas, así como de un conocimiento muy singu-lar del caballo, animal al que con tanta fa-cilidad se diviniza».

Lamentablemente, creo, ciertas formali-dades conceptuales hacen, a través del tiempo, magnificar obviedades y desesti-

Page 258: El_Protector.pdf

mar hechos y referencias verdaderamente históricas.

Se trata de un fenómeno tal vez no signi-ficativamente consignado. Es la decanta-ción de lo abundante, que se reemplaza por lo sintético. Obras monumentales son condensadas a fin de «hacerlas accesi-bles». Se minimizan los detalles. Se va perdiendo la substancia...

Por esa razón los Rituales de las socieda-des «discretas» o «iniciáticas» y su conte-nido, (que a veces, por las circunstancias son secretos) pueden haber sido [o son] malinterpretados y también su simbolog-ía. Incluyamos que además, y equivoca-damente, se permite o incentiva que los símbolos sean «interpretados» por el reci-piendario luego de iniciado, como una forma de conocer su pensamiento y valor del aprendizaje. Sin advertir, lamentable-mente, que el «simbolismo» es un método, no un pase en blanco para «agregar» o

Page 259: El_Protector.pdf

«enriquecer» el significado trascendente de los símbolos.

De esa manera a través del tiempo y el declinar de la civilización, se pierden la substancia de la doctrina, su riqueza con-ceptual, la transmisión de un «conoci-miento» arcano (51) que se desvirtúa por el menester circunstancial, las flaquezas del hombre, sus actitudes más que sus ap-titudes y algunos dogmatismos incorpo-rados a la doctrina, con el objeto de impe-dir los cambios necesarios para un retorno a las fuentes verdaderas, o a los necesarios progreso y evolución.

He generalizado, naturalmente, pero es-tos conceptos no son obviedades.

Tales hechos se producen en todas las Instituciones. Especialmente en aquellas que revisten el carácter de «iniciáticas». Y las razones fundamentales de que ello ocurra, son la lenidad (52) con la que son aceptados e incorporados muchos de sus integrantes.

Page 260: El_Protector.pdf

30 Declinaciones en lo civilizado

Entiendo que una de las razones en fun-

ción de las cuales ocurre esto, se debe, precisamente, al declinar de la civiliza-ción. Durante su apogeo, las exigencias de idoneidad se superlativizan. Mientras que en su decadencia se ablandan.

Así es como surge, de vez en vez, cierto «oscurantismo» que apaga la llama de la genialidad, la creatividad y el «avance en la transmisión del conocimiento». Algu-nos autores han denominado esto, preci-samente, como «el declinar de una civili-zación», tal como lo señalara Hilary Be-lloc... en su obra La era de las masas y el declinar de la civilización.

Por eso advertimos, en el estudio de la Historia, ciertas etapas durante las cuales florecen las artes, la literatura, las ciencias, la sociedad en si con nuevas formas de Li-bertad, de igualdad ante la ley, de solida-

Page 261: El_Protector.pdf

ridad social y fraterna. Instancia a la que podemos denominar «el Progreso».

Y luego, asombrosamente, declina la vo-luntad de crecer y desarrollarse, asumen la dirigencia los mediocres, se merman los derechos del Hombre, se confunden la Igualdad ante la Ley con el igualitarismo y hasta se arriba a la violencia y los con-flictos. Naturalmente, declinan la sabidur-ía y la «propagación» del conocimiento.

De allí que durante ese lapso de «oscuri-dad», subsista esa suerte de «escuelas», «colegios», «Ordenes iniciáticas», que re-tienen lo aprendido, consolidan lo here-dado, procuran transmitir a sus miembros él o los «secretos» guardados en sus tradi-ciones y contribuir a un devenir más lúci-do de la civilización.

Con estos conceptos vertidos, este autor intenta ubicar al «Protector» que, como en el caso del término «Manú» (51), pareciera ser una denominación que alude más a una organización, (Colegio, Orden), o tal

Page 262: El_Protector.pdf

vez Ciclos, durante los cuales algo se constituye en suceso activo, más que un personaje en sí.

En definitiva, lo que queremos eviden-ciar es que las concepciones «populares» transmiten sucesos, cosas, tradiciones, me-lodías, cantos, cuentos, referencias, en formas substancialmente alegóricas, de forma tal que con el tiempo el origen del hecho, suceso, se convierte en algo miste-rioso, disfrazado, como en este caso la de-nominación «El Protector», que no sería una «persona» o un demiurgo, sino un «entorno» una «representación» que ejerce una protección por sobre la sociedad, el pueblo, la civilización en cada uno de sus ámbitos y que lo hace en forma «encubier-ta», vulgarmente definida como «secre-ta»... Por caso la Masonería, no ya como «institución» sino como un aspecto de la protección de la continuidad del progreso, la difusión del conocimiento y guía hacia un mundo mejor «ante un actual imper-

Page 263: El_Protector.pdf

fecto», como lo dijese José Ingenieros en su obra «Las fuerzas morales».

[*] Todo lo señalado con asteriscos, son referen-cias tomadas de las obras de Jacques Bergier. (1) [iconografía]. [eikonographía] Descripción de imágenes, retratos, cuadros, estatuas o mo-numentos, y especialmente de los antiguos. Tratado descriptivo, o colección de imágenes o retratos. Icono o ícono. e€kën, -Õnoj, imagen. Representación devota de pincel, o de relieve, usada en las iglesias orientales. En particular se aplica a las tablas pintadas con técnica bizanti-na, llamadas en Castilla en el siglo XV «tablas de Grecia». Signo que mantiene una relación de semejanza con el objeto representado. (2) [iconoclasta] Rompedor de imágenes. Dícese del hereje del siglo VIII que negaba el culto de-bido a las sagradas imágenes, las destruía y perseguía a quienes las veneraban. Llámase así a quien niega y rechaza la merecida autoridad de maestros, normas y modelos. (3) «El silencio de la tierra, Perelandra y Esta fuerza horrorosa». (4)) Sabbatai Tzvi nació en Esmirna en 1626. Se declara Mesías en 1650 a los 25 años de edad y

Page 264: El_Protector.pdf

anuncia «la abolición de la Ley». Este iconoclas-ta es declarado por las autoridades de Salónica un desequilibrado, desterrándolo. En 1662 re-aparece en Jerusalén, donde se casa con una prostituta, imitando al Profeta Osías. Luego de unos episodios en los que interviene el joven Rabino, brillante e iluminado, llamado Nathán, en 1665 se proclama nuevamente como Mesías y el total de la comunidad de Gaza lo reconoce como tal. Y en diciembre de ese año regresa a Esmirna donde se proclama Rey-Mesías, de-dicándose a incitar a los judíos a no respetar las reglas alimenticias, a pronunciar el Tetragráma-ton y a realizar actos contrarios a la Ley mosai-ca. Luego se convierte al Islam, incitando a sus seguidores a hacer lo mismo. No vamos a refe-rir la extensa historia de este Mesiánico judío, diremos solamente que murió a la edad de 50 años en 1676, en el día del Kippur. Sin embar-go, pasarán 100 años antes de que su secta des-aparezca, aparentemente, ya que según lo sos-tiene Gerard Hadad, autor de Los Biblioclastas, investigaciones contemporáneas indican que numerosos rabinos han permanecido secreta-mente fieles a la fe sabbatiana..» Valga esta, como resumidísima referencia.

Page 265: El_Protector.pdf

* Sinarquía: Gobierno constituido por varios «príncipes», cada uno de los cuales administra una parte del Estado. p. ext influencia, gene-ralmente decisiva, de un grupo de empresas comerciales o de personas poderosas en los asuntos políticos y económicos de un país. (5) Puede conocerse más sobre la curiosa y has-ta misteriosa personalidad de Saint-Yves d‟Alveydre en el libro de Jean Saunier, Intro-ducción a las investigaciones de Saint-Yves d‟Alveydre. Existen elementos interesantes en la obra de Jean Saunier, La Synarchie, aparecida en C.A.L. y en «Grasset». Saint-Yves d‟Alveydre era un personaje muy curioso que entre otras cosas había inventado una máquina de explorar el tiempo, que él llamaba «el ar-queómetro»...». (6) E. Cavendish fue un Físico y químico inglés que analizó el aire atmosférico y determinó la densidad media del globo; descubrió la compo-sición del agua y dio a conocer las propiedades del Hidrógeno. (7) Los extraterrestres en la Historia, Jacques Bergier, Realismo Fantástico, Plaza y Janes, 1970.

Page 266: El_Protector.pdf

(8) Ashmole, Elías: Anticuario y célebre autor de obras, entre las que podemos citar Historia de la Orden de la Jarretera y fundador del mu-seo Ashmolean, de Oxford, Nació en Inglaterra en 1617 y murió en Londres en 1692. Inventó un cúmulo de referencias a la Masonería, que no se ajustan a la realidad. (9) Islam: Religión monoteísta predicada por Mahoma (h. 570-632) en Arabia, y extendida después por todo el planeta. En la actualidad los mahometanos serían unos 1600 millones de adeptos. (10) Puede consultarse, por ejemplo, la obra del profesor Henri Corbin, Terre céleste y corps de Resurrection. (11) Curiosamente pareciera postularse la teoría de la multiplicidad de dimensiones convivien-do en nuestra dimensionalidad. (12) Editado por primera vez en la revista Auge ; Nueva Etapa, 1979, y en el Boletín de Tem-plespaña, Sociedad de Estudios Templarios y Medievales, 2002. (13) De la Obra No somos los primeros de An-drew Tomas. Plaza & Janes, 1976. 14) Se denomina Hermetismo a las doctrinas esotéricas del legendario Hermes Trismegisto.

Page 267: El_Protector.pdf

(15) Las civilizaciones desconocidas, Realismo Fantástico, Plaza & Janes, 1980. (16) No somos los Primeros, de Andrew Tomas, Cap. XVII, Plaza & Janes, 1976. (17) Ver Historia Universal de la destrucción de los libros, de Fernando Báez, editorial Sudame-ricana, Buenos Aires, y Los extraterrestres en la Historia, Jacques Bergier, Plaza & Janes, 1970, págs. 122 a 123. (18) La Tierra orbita alrededor del Sol. El Sol lo hace orbitando la estrella Vega. En esa órbita el Sistema solar recorre 12 Constelaciones, que son las que menciona la Astrología. El Sol tarda unos 2.400 años en pasar de un «Signo» a otro, constelación a constelación. Según las Tradicio-nes una vez que el Sol da la vuelta completa a la órbita de su centro (Estrella Vega) el eje de la Tierra cambia unos grados, produciendo un ca-taclismo gigantesco, en función de lo cual des-aparecerían las civilizaciones enteras debido a los naturales fenómenos geológicos. La idea, por ejemplo, es lo que ocurriría en el 2012, según las profecías Mayas, Bíblicas, etc. (19) Science (EE.UU.) 6 de noviembre de 1964.

Page 268: El_Protector.pdf

(20) Los Extraterrestres en la Historia, de Jac-ques Bergier, Cap. 6, Los visitantes de la Edad Media, pág. 129, Plaza & Janes, 1970. (21) Los extraterrestres en la Historia, de Jac-ques Bergier. Desaguliers es un extraño perso-naje, que tal vez colaboró con James Anderson en la reinvención de la Masonería en 1717. (22) Los extraterrestres en la Historia, de Jac-ques Bergier. Desaguliers es un extraño perso-naje, que tal vez colaboró con James Anderson en la reinvención de la Masonería en 1717. (23) Les Societés Sécrets: a fines del siglo XVIII», de René Alleau, id. Ob. cit. en (24).

(24) El autor de este trabajo publicó un artículo titulado «Julio Verne, solitario viajero del Tiempo», escrito en 1998 para la revista Nueva Etapa, Mar del Plata, Argentina. En él, insinúa la atemporalidad de los conocimientos de Ver-ne, puesto que si bien algunos de sus «inven-tos» literarios tenían origen en descubrimientos de su tiempo, en parte alguna se sabía de cosas como el rayo láser, la propulsión por energía atómica [reactor], las plataformas espaciales, el viaje a la Luna etc. utilizadas en sus libros, las computadoras, la radio etc.

Page 269: El_Protector.pdf

(25) Datos de La Conexión Cósmica, de Carl Sagan; No somos los únicos, de Andrew To-mas; Ciudadanos de las Tinieblas, de Peter Ko-losimo; Las civilizaciones desaparecidas, de Serge Hutin y El Libro del Misterio, de Jacques Bergier y Georges Gallet. (26) No deberemos rechazar de plano tales conceptos, teniendo en cuenta que parecería exagerado o tal vez absurdo un conocimiento «anterior» a la existencia del planeta y de sus habitantes. La referencia debe ser tomada, tal vez, como aludiendo a la pluralidad de los mundos habitados y dentro de tal concepción, la de que hay tiempos anteriores a los nuestros. Recordemos que «eón» significa: aeon, aeonis, el tiempo, la eternidad. En el gnosticismo, cada una de las «inteligencias eternas o entidades divinas de uno u otro sexo, emanadas de la di-vinidad suprema»... Preguntémonos los alcan-ces «racionales» de tales ideas... Una de ellas que hubo «tiempos» anteriores a los nuestros. (27) Alegoría: ficción en virtud de la cual una cosa representa o significa otra distinta. (28) No sabemos si se trata de Juan Carlos Fe-derico Zoellner, astrónomo y físico alemán, que dedicó sus estudios al progreso de la fotome-

Page 270: El_Protector.pdf

tría, aplicada a la astronomía, construyendo aparatos para sus observaciones. Pero sugesti-vamente una de sus obras se denomina: Princi-pios de la teoría electrodinámica de la materia. Nació en Berlín en 1834 y murió en Leipzig en 1882. (29) Se sabe que había enviado un informe a la Sección de Investigaciones del Servicio Secreto de la Marina norteamericana. Después de su muerte los legajos desaparecieron, aunque se conoce la existencia de fotografías que había sa-cado de los textos. Según ha trascendido, inves-tigaba las «puertas dimensionales», relacionán-dolas con las ondas gravitatorias. Al parecer, en la década de los 50, en el siglo XX, los rusos construyeron un dispositivo muy sencillo que permite detectarlas. Se publicó en el Diario de la Física Teórica y Experimental de Moscú. (30) Solipsismo* doctrina ontológica, exagera-ción del idealismo subjetivo, según la cual, puesto que la existencia de las cosas se reduce a su ser percibido, el sujeto pensante no puede afirmar ninguna existencia salvo la suya propia, ni siquiera la existencia de algún otro ser pen-sante que no sea una percepción o representa-ción de su conciencia.

Page 271: El_Protector.pdf

(31) Nos referimos a la actividad de la Masoner-ía en apoyo de la investigación científica, en su doctrina racionalista y en su accionar de «aden-tro hacia afuera». No cabe duda que en la Ma-sonería existen dos tendencias muy claras y es-pecíficas, aunque esto no se evidencia sino de-ntro de su seno. Está la que profundiza estudios esotéricos e iniciáticos y herméticos, destinados a exaltar el conocimiento interior [Guenón, en-tre otros] y lo que implica el acceso a la mística que permite el perfeccionamiento espiritual. Desarrollada la personalidad y una profundi-zación en los aspectos históricos y legendarios, es posible alcanzar estados de perfección que dan trascendencia al individuo. Esta corriente sostiene que la Masonería es hacia «dentro» y no hacia «afuera» Y están los que procuran al-canzar un estado de perfección cognoscitiva a través de la razón y la ciencia, tratando de comprender la realidad y en posesión de ciertas herramientas útiles, contribuir al Ordo Ab Chao [Orden sobre el Caos]. De tal, manera procurar el Progreso de la Humanidad, a través de una decidida acción de «iluminar» a la pro-fanidad, sobre las lacras que detienen el Pro-greso, que son la ausencia de la Libertad, la

Page 272: El_Protector.pdf

Igualdad y la Fraternidad y que engendran la Ignorancia, los fanatismos y las supersticiones. De allí, los ciclos durante los cuales las fuerzas regresivas están en colisión con las fuerzas del Progreso. No cabe duda que ambas posiciones pueden entrar en colisión, pero la fraternidad que debe reinar en la Orden permite la realiza-ción de un trabajo que a la larga, ha de ser una mancomunión de esfuerzos y comprensión, siempre que no se adueñen de la Orden, las fuerzas regresivas de dogmatismos e injeren-cias ideológicas ajenas a la Masonería. (32) Génesis Cap 6, vers. 7 , [Y dijo Jehová: Sa-caré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo, pues me arrepiento de haberlos hecho.] (33) Esta información fue publicada en el Bo-letín Noticias de la Ciencia y la tecnología, Es-paña. (34) Paúl Steinhardt, de la Princeton University, y Neil Turok, de la Cambridge University. (35) Cosmología. Conocimiento filosófico de las leyes generales que rigen el mundo físico. Parte de la astronomía que trata de las leyes genera-les, del origen y de la evolución del universo.

Page 273: El_Protector.pdf

Cosmogonía. Ciencia que trata del origen y la evolución del universo. (40) En el sepulcro del general Chino Chow Chu (235-316 a C.) fue hallado un cinturón de metal. Analizado con un espectroscopio, se comprobó que el metal contenía 10° de cobre, 5% de manganeso y 85 % de aluminio. La pre-gunta es ¿Cómo en el siglo III a.C. en China, pudo alearse un metal con aluminio, cuando es-te se obtuvo primero con un método químico en Oerstead en 1825 y luego introduciendo la electrólisis con posterioridad...? (41) Galvanoplastia: Arte de sobreponer a los cuerpos sólidos capas metálicas consistentes, mediante la electrólisis; esp. cuando se aplica a la preparación de moldes y a la reproducción de objetos en relieve (42) La tierra arrastra el espacio y el tiempo: Un equipo internacional de científicos ha encon-trado la primera evidencia directa de que nues-tro planeta arrastra el espacio y el tiempo a su alrededor, a medida que gira sobre sí mismo. Este efecto, pronosticado por la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein en 1918, ha podido detectarse midiendo los cambios en las órbitas de dos satélites.

Page 274: El_Protector.pdf

(43) A propósito de este dato, Bergier menciona que tal comunicación la hizo Z. A. Burtland en el Congreso Internacional Americanista reali-zado en París en 1956, diciendo que es evidente que los astrónomos de Cotzumahualpa «eran científicos serios y cuidadosos». El autor sostie-ne allí que «es muy posible que estemos calcu-lando incorrectamente la fecha de comienzo de la civilización en la América Central», toda vez que para alcanzar conocimientos tan avanzados de astronomía, se necesitan muchos siglos de evolución continua e ininterrumpida... Cosa, que, obviamente, la pensamos de la misma ma-nera. (44) Se trata de Los Gigantes y el misterio de los orígenes, edit. R&A, Plaza & Janes, 1976. (45) Utilitarismo: Doctrina ética que identifica el bien con lo útil, entendiendo por útil lo que aumenta la dicha o preserva de un dolor; pone como regla de las acciones humanas el princi-pio de la utilidad individual o general. (46) Podemos hallar tales referencias en la obra Les Orígines atlantiques des promiers Egypties, de Marcelle Weissen- Szums-lanska, Ed. Om-nium Litérarire.

Page 275: El_Protector.pdf

(47) El fuego azotó la tierra hace 65 millones de años: El impacto de un asteroide o cometa habr-ía provocado una serie de incendios que devas-taron el sur de Norteamérica, el subcontinente Indio y buena parte de la zona ecuatorial del mundo durante los primeros días después del choque. El objeto podría haber sido también el responsable de la extinción de los dinosaurios. A pesar de los daños ocasionados, Asia, Euro-pa, la Antártida y posiblemente casi toda Aus-tralia, podrían no haber resultado afectadas por el fuego. Esta es la conclusión a la que han lle-gado David A. Kring, de la University of Ari-zona, y Daniel D. Durda, del Southwest Rese-arch Institute. Se sabe que el fenómeno causó una de las mayores extinciones en masa de la historia del planeta. Por eso en 1990, H. Jay Me-losh y otros científicos dieron a conocer diver-sos modelos en los que se mostraban posibles escenarios sobre lo sucedido. Algunos de ellos consideraban que el impacto que dio lugar al inmenso cráter Chicxulub, cerca de la Península del Yucatán, en México, implicó una serie de incendios globales que contribuyeron al final de la era de los Reptiles, el Mesozoico, y propicia-

Page 276: El_Protector.pdf

ron el inicio de la era de los mamíferos, el Ce-nozoico. Información adicional en: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/040902a.html (48) Gregario, gregaria (lat. -iu) adjetivo. Que está en compañía de otros sin distinción. Que sigue servilmente las ideas o iniciativas ajenas. (49) Fenotipo: conjunto de caracteres heredita-rios que posee cada individuo perteneciente a una determinada especie vegetal o animal. (50) Neolítico, neolítica (neo- + lítico) Período de la edad de piedra que sigue al paleolítico. Se supone del 7800 al 5.500 A.C. O neolítico final al 2500 a.C. * Oculto, ignorado, callado, reser-vado. (51) Arcano/a -(lat. -nu) -secreto, recóndito. Re-servado y de importancia. Cosa oculta y muy difícil de conocer. (lat. initiare) Relacionado con iniciar - Admitir [a uno] a la participación de una cosa secreta; enterarle de ella: Iniciar a uno en los misterios. Instruir [a uno] en alguna en-señanza: Se dice: «En los arcanos de la metafísi-ca». (52) Lenidad: Blandura en exigir el cumpli-miento de los deberes o en castigar las faltas.

Page 277: El_Protector.pdf

(53) Los Manu, Manes, Minos, Marne, que apa-recen en diversos puntos del planeta y en dife-rente tiempo y que serían referencias a «Ciclos y no a existencias personales sino a nombres de Escuelas, sectas u organizaciones...» (Manrique Mom, Teoría de los Ciclos) Uno de los referen-tes que así también lo menciona, es René Gué-non...

Page 278: El_Protector.pdf

Tercera parte La transmisión de un conocimiento antiquísimo que revela un suceso calamitoso. La Masonería, un asombroso mecanismo civilizador.

1 Cambio climático

«La próxima Era Glacial en la Tierra so-

brevendrá dentro de 15.000 años, si es que el Hombre no acelera el proceso con su ac-tividad», pronosticaron los científicos del Instituto Alfred Wegener de investigación antártica, de Bremerhaven (norte) (AFP).

El pronóstico es uno de los primeros re-sultados de la perforación del casquete polar, efectuada recientemente en la Antártida bajo el nombre de operación «Épica», que desentrañó la historia del clima de este planeta en los últimos 740.000 años (¡27 veces 26.500 años...!).

Page 279: El_Protector.pdf

Según los expertos, durante el lapso in-vestigado fueron registradas ocho eras glaciales y ocho eras templadas en la Tie-rra. Este ha sido el mayor registro conti-nuado del clima sobre el planeta, basado en la investigación de los casquetes pola-res.

Durante el verano (austral) los científi-cos continuaron perforando los últimos 100 metros de hielo que quedan sobre la masa rocosa del continente antártico, para investigar otros 200.000 años de la historia del clima sobre la Tierra.

Entre otros descubrimientos, los científi-cos comprobaron que la concentración del gas (de efecto invernadero) dióxido de carbono en la atmósfera en eras glaciales anteriores, era de 220 ppm (partes por millón) y en eras de temperaturas cálidas de 280 ppm. Desde 1750 la actividad del Hombre sobre la Tierra elevó esa concen-tración a 370 ppm, el nivel más alto regis-trado en los últimos 500.000 años» (1).

Page 280: El_Protector.pdf

2 Connotaciones

Noticias como esta se suceden cotidiana-

mente. Día tras día y a medida que avanza la tecnología, el hombre va descubriendo nuevas informaciones relativas al planeta. Sin embargo es poco lo que conocemos sobre las connotaciones de cada descu-brimiento. Creo que esto se debe a causa de la encajonada especialización de las disciplinas científicas.

Las ideas que tenemos respecto de la an-tigüedad del Hombre sobre la Tierra son muy acotadas. La antropología es una dis-ciplina muy avanzada, pero con una gran dosis de prejuicios, subestimaciones, aco-tamientos y academicismos, que no dejan margen a la imaginación y a la conjetura fuera del marco cientificista, que de una manera u otra está influido por las ideas creacionistas de las confesiones bíblicas.

Aunque la teoría de la evolución de las especies haya iluminado la búsqueda del

Page 281: El_Protector.pdf

origen del hombre, no es menos cierto que el camino ha sido empedrado de señales creacionistas, de difícil prescindencia para un considerable número de investigado-res.

De tal manera, no parece aceptable la idea de que antes del homo sapiens sa-piens actual, hubiera podido existir un an-tecesor evolucionado, habitante de un mundo semejante al actual y al que un ca-taclismo pudo hacerle desaparecer.

O pensar que antes de esta era posgla-ciar, pudo existir una civilización desarro-llada con iguales o mayores adelantos tec-nológicos de los que hoy gozamos. Y a pe-sar de poder advertir que tal desarrollo —que resulta hoy asombroso— se ha produ-cido, para nosotros, ¡en apenas unos 200 años!

Page 282: El_Protector.pdf

3 Los fósiles de Kibish

* «Un nuevo estudio del entorno en el que

fueron encontrados, en 1967, varios restos fósiles humanos, cerca de Kibish, en Etiopía, sugiere que son más antiguos de lo que se creía. Con una edad de unos 195.000 años, estaríamos atrasando en unos 40.000 años la fecha en la que los humanos anatómicamente modernos ya estaban deambulando por ¿África?».

* «Los análisis preliminares de las rocas en las que fueron hallados los fósiles de dos hombres primitivos, indicaron que tenían unos 130.000 años. Posteriormente se des-cubrieron en Herto, también en Etiopía, restos de huesos de Homo sapiens de hace 160.000 años, hasta ahora el espécimen más antiguo conocido.

* El geólogo Frank Brown, de la Universi-ty of Utah, y sus colegas Ian McDougall y John Fleagle, sin embargo, volvieron a in-vestigar el lugar en el que se habían en-

Page 283: El_Protector.pdf

contrado los fósiles de 1967 y dataron con mayor precisión las capas de ceniza volcánica, situadas por encima y por de-bajo de los sedimentos fluviales que hab-ían contenido los huesos. El resultado fue que dichos huesos pertenecieron a unos antepasados, con un aspecto muy pareci-do al nuestro, que ya evolucionaban por el territorio hace 195.000 años. Son los fósiles de humanos modernos (Homo sapiens) más viejos que se conocen.

El descubrimiento es muy interesante, ya que los aspectos culturales de la Humani-dad aparecieron apenas hace unos 50.000 años, lo que implica que el Homo sapiens se pasó al menos 150.000 (¿?) años sin dar muestras de un comportamiento cultu-ralmente evolucionado (pesca, instrumen-tos musicales, agujas, herramientas en ge-neral, excepto cuchillos de piedra…). Es decir, pasó mucho tiempo entre la apari-ción del esqueleto moderno y el «compor-tamiento moderno».

Page 284: El_Protector.pdf

Los fósiles de Kibish pertenecen a dos individuos, uno llamado Omo I, con hue-sos como los de los humanos modernos, y otro llamado Omo II, con rasgos más pri-mitivos.

La aparición más temprana del Homo sapiens anatómicamente moderno es im-portante, porque hace que las fechas con-cuerden casi exactamente con las sugeri-das por los estudios genéticos respecto al origen de nuestra especie. También se se-ñala la presencia en África del Homo sa-piens muchos miles de años antes de que apareciera en cualquier otro continente, reforzando la teoría de que emigró desde África para colonizar el resto del mundo, y no al revés. Por último, la datación simi-lar de los dos cráneos de Kibish, indica que junto a los humanos modernos exist-ían poblaciones contemporáneas que no lo eran tanto».*

Page 285: El_Protector.pdf

4 Objetos voladores en la antigüedad. ¿Avio-

nes, helicópteros…?

Estos objetos que sin duda alguna son

naves aéreas reproducidas en terracota y de una antigüedad milenaria. ¿De dónde sacaron su modelo quienes los reproduje-ron?

Lo cierto es que bien podemos decir que sesudos trabajos arqueológicos, antro-pológicos y que los científicos desarrollan para fundamentar sus «teorías», no dejan de ser tales. Si fuese posible compilar la suma de todos los conocimientos relativos a la historia de la humanidad, tal vez sería posible avanzar con mayor celeridad en «saber» esa verdad que se intuye: «...que la humanidad como tal es mucho más an-tigua que lo supuesto y afirmado (o con-firmado) por la ciencia» y que lamentables sucesos de orden astronómico y telúrico han impedido elucidarlo en una continui-

Page 286: El_Protector.pdf

dad que explique grandes misterios en esa evolución.

Es interesante mencionar que «...los des-cubrimientos [de la arqueología] no son definitivos, porque la arqueología no es una religión ni un culto», frase esta del es-critor Fernando Báez, que nos guiará en lo inmediato.

La humanidad ha perdido muchísimos de los conocimientos prediluvianos de remota antigüedad e incluso de las etapas transcurridas postdiluvianas.

¿Saben ustedes cuántas veces a lo largo de nuestra vida hemos «escuchado» y «leído» exponer tales «curiosidades», apoyarlas y rebatirlas, hasta finalmente desestimarlas? Sin embargo están allí. Ubicadas en un ámbito de escepticismo que muchas veces nos hace dudar de la racionalidad, puesto que la evidencia es tan observable, que resulta imposible no entender que en «algo» nos equivocamos

Page 287: El_Protector.pdf

y que la realidad supera en mucho a lo imaginable.

El incendio de las bibliotecas, tal vez co-menzado entre el 4.000 y 3300 a.C. en el Sumer (2) y seguido luego en Egipto, Gre-cia o Alejandría, Pérgamo, la biblioteca de Aristóteles, en el Israel bíblico, en China, Roma y como al pasar por el cristianismo, los árabes, el Medioevo, España, México y una pléyade de acontecimientos mencio-nados en el versado e ilustrativo libro de Báez, dan la pauta de la magnitud no de lo que ignoramos por no saberlo, sino por haber perdido los testimonios que hubie-sen contribuido al Conocimiento.

Sin embargo, existen infinidad de testi-monios de sucesos al parecer incompren-sibles, descolocados de la época en que se consignan y que sugieren la existencia de «algo más» que la aparente direccionali-dad de los acontecimientos. Algo así como la existencia de antepasados milenarios muy anteriores a la datación bíblica y las

Page 288: El_Protector.pdf

antropológicas más cercanas a la mitolog-ía de la India, por ejemplo, que, a su vez, refiere sucesos incluso muy anteriores a ella misma.

No cabe duda que quienes aspiran a des-entrañar o al menos ayudar a desentrañar los grandes misterios de la Humanidad, necesitan una amplitud de miras que transponga los límites del horizonte del pasado, al menos tal como nos lo definen las ciencias actuales.

Hoy sabemos que nuestro planeta tiene más de 5.000 millones de años; que los acontecimientos astronómicos que nos ri-gen, son tan predecibles como impredeci-bles; sabemos que nuestro sistema solar orbita la estrella Vega y cada aproxima-damente 26.500 años completa su órbita. Y sabemos también que el paso del Sol por cada una de las constelaciones que hemos definido, 12 al parecer, se cumple cada 2400 años aproximadamente.

Page 289: El_Protector.pdf

También sabemos que el eje de la Tierra es posible que cambie cada 26.500 años (cuando se cumple otro ciclo de la trasla-ción del Sol) y que ese período transcurre y finaliza con un cataclismo (cambio del eje de la Tierra... paso del sistema solar por espacios de gran peligro por meteori-tos, energía molecular de magnitud des-prendida del Sol, y otros fenómenos de la Naturaleza, imposibles de controlar e in-cluso hoy día, predecir....

El estudio de la historia y el desarrollo de esta actual civilización se data situándola originada en unos 10.000 años. Aunque conocemos y estudiamos la evolución de las diversas civilizaciones precedentes de las que somos herederos, convencional-mente tomamos el episodio bíblico de Jesús, como el comienzo de la era actual, tiempo «convenido» para datar hechos y acontecimientos, fijar fechas, sistematizar cronológicamente la historia: (a.C. d.C.)

Page 290: El_Protector.pdf

Pero aún así, metodológicamente, las re-ferencias admitidas siempre están condi-cionadas a una estructura de pensamiento que nos lleva a concebir un lapso que habría comenzado con un Adam bíblico (similar al de otras referencias religiosas) o un «pitecántropo», que quienes no han leído a Darwin sostienen que sería el «su-puesto ser intermedio entre el hombre y el mono, según la teoría...».

Abocados entonces a la búsqueda del «eslabón» que pudiera unir la cadena en-tre el «mono» y el hombre, que sería el pi-tecántropo, un centenar de años o más han hecho perder al investigador la pers-pectiva de otras visiones relativas al ori-gen del Hombre y por ende la posibilidad de dar explicación a muchísimos misterios planteados a lo largo del tiempo y que ca-recen de respuestas apropiadas. No obs-tante los estudios del ADN... (3).

En esta parte del libro no pretendemos desarrollar teoría alguna sobre la evolu-

Page 291: El_Protector.pdf

ción humana. Tan solo sostener que las dataciones relativas al Hombre, que se vulgarizan a través de la información, no revelan con exactitud la magnitud de lo civilizado que puede tener el hombre ac-tual, con relación a sus antecesores a lo largo del «tiempo» de su presencia en el planeta.

Datos como los que siguen, no son men-surados con la necesaria imaginación para sacar conclusiones más allá de las limita-ciones propias de nuestra cultura, influida negativamente por las cosmovisiones reli-giosas.

5 Intermedio entre el pitecántropo y el hom-

bre actual

Veamos: según las dataciones paleontoló-

gicas y antropológicas, por ejemplo, el fa-moso Neandertal (hallado en un yaci-miento ubicado en el valle de este nombre, al este de Düsseldorf) fue catalogado co-

Page 292: El_Protector.pdf

mo «raza humana prehistórica, intermedia entre el pitecántropo y el hombre actual». Tal vez unos 75.000 años a. de C. Pero también se sabe que habitó originariamen-te durante el desarrollo de la cultura mus-teriense (de Moustier, Dordoña) cuyos vestigios recuerdan bastante a la técnica levaloisiense (unos 200.000 a.C.).

Se encuentran varios tipos en La Quina (Charente), de La Ferrasie, etc. Sus autores neanderthalienses se preocupaban de dar sepultura ritualmente a sus muertos y uti-lizaban ocre rojo. También se puede men-cionar al «hombre de Java» procedente de la isla de Java, pitecántropo de una huma-nidad de 600.000 a. C. O el Arcántropo, Homo erectus datado a unos 120.000 a.C.: denominado pitecántropo y sinántropo de Asia.

El Hombre de Lantian, Shanxi, China, co-rrespondería a una Humanidad de unos 700.000 a.C. También en Asia sabemos del Pitecántropo de Trinil, en Java. [Nota: los

Page 293: El_Protector.pdf

especímenes de Homo erectus mauritanos de Terrifine, Argelia, y la mandíbula de Mauer, Alemania; según algunos pale-ontólogos datan de 700.000 a. C.] Pero no existe duda de que ya había Civilización y cultura, 600.000 a.C. con evidencias de in-dustria, consistente en toscos útiles elabo-rados a partir de un núcleo, labrados por ambas caras (bifaces) y la generalización del uso del fuego doméstico.

Naturalmente que los datos menciona-dos son apenas un aleteo de mariposa frente a la magnitud de lo que la ciencia ha descubierto. Y podemos agregar la magnitud de lo que la ciencia «aún no» ha descubierto. Y más aún, si advertimos el escasísimo interés público que tales inves-tigaciones entrañan, toda vez que los fon-dos necesarios para alentarlas son más una utopía que un proyecto e incluso que un sueño. Y además, la injerencia de las confesiones religiosas que no aceptan las

Page 294: El_Protector.pdf

teorías evolucionistas por sobre las Crea-cionistas...

Lo cierto es que las teorías son direccio-nales. El conocimiento respecto del origen del hombre o «la especie», se acumula a través de conceptos relacionados con la idea creacionista y aunque científicos y es-tudiosos procuran desentrañar los secre-tos guardados bajo los estratos geológicos de tiempos inmemoriales, la idea general es la de un «origen» primigenio que evo-lucionó o mutó, dando continuidad a la evolución (o mutación) del ántropo, (4) hasta el homo sapiens sapiens actual. No-sotros pensamos que a estas aseveraciones científicas es posible enriquecerlas con ideas de las consideradas audaces, porque permitirían explicar algunos misterios que subyacen a lo largo de los descubrimien-tos arqueológicos, paleontológicos, et-nográficos y etnológicos (5).

Existe vastísima literatura relativa al hallazgo de evidencias asombrosas, que

Page 295: El_Protector.pdf

muestran la incongruencia de una data-ción «primitivista» (de neto corte troglodí-tico) del hombre, con relación a asenta-mientos, ciudades, monumentos, edificios, alfarería, objetos metálicos, aleaciones como las que mencionamos en la primera parte de este trabajo, o el uso de instru-mentos de medición inexplicables para su época.

No estoy imaginando nada. Una peque-ña observación basta para asumir el asombro: Hace algunos años, estaban guardados en el Banco Central de Colom-bia, en Bogotá, algunos objetos de oro descubiertos en aquél país durante exca-vaciones arqueológicas. Los objetos tenían la forma de aviones...Como vemos en las páginas anteriores, dichos objetos fueron datados y catalogados como figuras simbólicas de pájaros. Pero, siempre hay un pero. Prestémosle atención a ciertos grabados que muestran frontispicios egip-cios, en los que se observan... ¿pájaros? (en

Page 296: El_Protector.pdf

realidad tales frontispicios sugieren avio-nes, helicópteros e incluso cables eléctri-cos con sus respectivas lámparas, llevadas por esclavos…

En el museo de la ciudad de El Cairo pueden verse algunos artefactos del anti-guo Egipto, exhumados por arqueólogos. Los objetos expuestos son interpretados como siendo «juguetes», según los han ca-talogado. Pero todos sabemos que muchos de los juguetes son réplicas de objetos de la vida cotidiana. Las figuras como la ex-puesta, ¿qué objetos reales representan?... Nos responderán que tal vez a «pájaros»...

En el templo de Abydos, Egipto, que fue ordenado construir por el Faraón Seti I, padre del Ramses II, hace ¡3150 años! pueden verse en su interior, no sin asom-bro, algunos de sus jeroglíficos. Entre los cuales se observan nada menos que avio-nes... ¡y helicópteros!

Ampliando la imagen de los «jeroglífi-cos», nos es posible admirar la «imagina-

Page 297: El_Protector.pdf

ción» de los habitantes del Antiguo impe-rio egipcio... ¿Juguetes?...

6 Las «visiones» del profeta Ezequiel...

«Sucedió en el año treinta del mes cuarto,

a los treinta y cinco días del mes. Estando yo cerca del río Quebar, los cielos se abrie-ron y vi visiones de Dios. En el quinto año de la deportación del rey Joaquín, a los cinco días del mes, llegó la palabra de Je-hová para el sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la Tierra de los Caldeus, cerca del rio Quebar; llegó allí por orden de Jehová. Miré, y vi que venía del norte un viento tempestuoso («ruaj»), y una grande nube («shekinah»), con un fuego envolvente, y al su redor un resplandor, y en el medio de ella la imagen de cuatro seres vivientes («Zoa»).

»Y este era su aspecto: había en ellos una semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. Y los píes de

Page 298: El_Protector.pdf

ellos eran derechos, y la planta de los pies era como la planta del pie de un becerro; y bramían con un gruñido profundo. Por debajo de sus alas, de los cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados. Se juntaban uno al otro. No rodaban cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho para de-lante. Y el aspecto de sus caras era la cara de hombre, y cara de león del lado dere-cho de los cuatro, y cara de buey a la iz-quierda de los cuatro; también había en los cuatro, caras de águila. Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas para arriba, cada uno dos, las cuales se unían; y las otras dos tapaban sus cuerpos...».

Y de seguir leyendo el Libro de Ezequiel, podríamos conocer muchos otros aspectos de su «profecía» o «visión», que además de lo consignado aquí, sabríamos que pu-do «ver y describir» su tierra de manera tal, que solo pudo ser posible si él la estu-viese mirando desde «arriba».

Page 299: El_Protector.pdf

Todas las explicaciones religiosas de las visiones tanto de Ezequiel como de otros profetas de aquellos tiempos, nos hacen sonreír o por la candidez de las interpre-taciones, como de las explicaciones infan-tiles que los clérigos suelen exponer. Creemos que sencillamente porque les es imposible «pensar» que tales «visiones» pudieran ser simplemente observaciones perfectamente normales, solo explicadas en su tiempo por los conocimientos que poseían los visionarios...

Es así como la clerecía imagina el suceso y explica los «carros de fuego» bastamente mencionados en la Biblia: Los Técnicos de la NASA, que estudiaron las Escrituras también hicieron un «desarrollo» de la «visión» bíblica del Profeta Ezequiel, Y proyectaron los datos leídos, en forma de grabados, «imaginando» los «artefactos» con similitud a “las ruedas” más o menos similares a las representaciones de los OVNI de hoy día.

Page 300: El_Protector.pdf

A pesar de los avances de la tecnología y de la ciencia, el hombre contemporáneo, sumergido en su intensivo consumismo, las nuevas supersticiones y un abandono del interés por profundizar las cosas, no solo se aleja de la filosofía sino que cons-triñe más aún su pensamiento adecuado a una época de frivolidad y liviandad inte-lectual y cognoscitiva. Cualquier idea que pretenda negar sus «creencias» ancestra-les, su religiosidad supersticiosa o su falta de rigor científico, aleja de si las ideas re-novadoras.

Los grabados fueron desarrollados por científicos de la NASA, de acuerdo con las descripciones bíblicas.

Page 301: El_Protector.pdf

7 Los frescos del monasterio de Decanie en la

ciudad de Pec, Kosovo

Finalicemos esta secuencia —por demás

conocida en el ámbito de la investigación con imaginación— exponiendo las «curio-sas» imágenes que aparecen adosadas al fresco conservado en un monasterio de monjes ortodoxos, conocido por «Monas-terio de Decani».

Este fue erigido por el rey serbio Esteban Uros, en 1327, y se encuentra ubicado cer-ca del valle del río Decanska Bristica, en Kosovo a 20 kilómetros al sur de la ciudad de Pec.

Prestémosle mucha atención, fijándonos detenidamente en la parte superior tanto a la derecha como a la izquierda del fresco...

El asombro y las incógnitas emergentes, no solo nos abruman y concitan la curio-sidad: Este fresco representa la crucifixión de Cristo.

Page 302: El_Protector.pdf

Pero al mismo tiempo nos da la indica-ción de la existencia de «alguna cosa» que fue observada en el tiempo en que fue pintado o tal vez con posterioridad. Es dudoso poder imaginar que no se trate de naves voladoras... Pero he aquí que exa-minando detenidamente los objetos, ve-mos que la «nave» de la derecha, parece estar huyendo del de la izquierda.

Lo cierto es que el fresco está allí y no soy el primero que lo menciona. ¿Mitifica-ción, fraude, malinterpretación de nuestra parte...? Quién puede saberlo sino la mis-ma clerecía, que nada ha dicho sobre la legitimidad del fresco.

8 Electricidad en la antigüedad. Las Pilas de

Bagdad

Las referencias al uso de energía eléctrica

en etapas de la historia en que absoluta-mente nada permite imaginarlo, es uno de los misterios más significativos de las in-

Page 303: El_Protector.pdf

vestigaciones arqueológicas. Todas las re-ferencias a la existencia de artefactos que pudieran generar la electricidad, han que-dado relegados a la «conjetura» de la fic-ción o a ese limbo en el que moran los da-tos «malditos», que no se condicen con lo que sesudos científicos afirman que fue la antigüedad.

Es más. Toda referencia a «clavos», «tor-nillos», objetos de acero o de hierro inoxi-dable, entre otros muchos objetos incógni-tos en descubrimientos arqueológicos, son desestimados de tal manera, que además de descalificar a sus mentores, son relega-dos al desprecio y a la catalogación de fraudulentos o imaginerías de ficción.

Sin embargo, las evidencias, aunque no son abundantes, son por sí mismas «abrumadoras». Veamos si no, lo hallado en el museo iraquino de la ciudad de Bag-dad (esperemos que dados los sucesos ocurrentes en ese territorio, los frecuentes bombardeos, souvenires del invasor, no

Page 304: El_Protector.pdf

hayan «despojado» al museo de sus ri-quezas arqueológicas. Parece que lo que el «tiempo» no destruye, lo hacen los explo-sivos). Está expuesto un extraño objeto que tiene la particular antigüedad de ¡6.000 años!

Tal objeto está integrado por una vasija cerámica, en cuyo interior hay un cilindro de cobre hueco, que a su vez contiene una «vena» también de cobre.

Con esos dos «electrodos», el artefacto puede generar energía eléctrica... Fueron reconocidos en Portugal donde un colec-cionista de antigüedades los exhibía, ad-quiridos por él en Irak.

Algunos de tales artefactos, que habían sido descubiertos en Baal ou Bahal, pasa-ron del territorio Iraquí a la tienda del an-ticuario, como artefactos de culto...

Page 305: El_Protector.pdf

9 Cosas en el cielo

También en la Roma clásica hallamos in-

explicables testimonios dados a la poste-ridad por personajes nada mitológicos y si con precisión histórica.

En esa tesitura, en la denominada anti-güedad clásica, Plineo dejó escrito en las páginas de su libro Historia Natural y pa-ra ser más exactos en el capítulo 33 del 2º volumen, lo siguiente: «...la visión en el cielo de un sol nocturno». Según sus «pa-labras» ese fue un Sol (...), que puso el cie-lo nocturno tan claro como el día... y que fue observado en otras veces del consula-do de Cecaelius y de Papirius».

No es el único testimonio. Hay muchos más que registraron «visiones» descolga-das de su marco de referencia. Sucedió también con Cícero, quien con Plineo dejó consignado en su manuscrito La adivina-ción —colegimos que en su tiempo era tema más allá de las tertulias— que en

Page 306: El_Protector.pdf

cierto año fueron vistos en el cielo: dos so-les.

Al punto que no pudo menos que dejar constancia de su observación, al escribir que «(...), aquél Sol que lucía durante la noche, producía mucho ruido en el cielo pareciendo explotar».

Tal vez surgirán voces sensatas que nos hablen de «cometas» o fenómenos as-tronómicos perfectamente explicables. Pe-ro no surge del análisis de testimonios de la época, observaciones que despejen toda duda de que se tratase de acontecimientos tan importantes como la visión de un co-meta, que no transita los cielos tan solo en una noche y menos aún en pareja.

Lo cierto es que tales sucesos se van su-mando en el análisis objetivo de textos y de los permanentes «descubrimientos», que los arqueólogos más susceptibles de objetividad, encuentran no solo en los ya-cimientos que investigan, sino en armarios y depósitos de museos en los que yacen

Page 307: El_Protector.pdf

enmohecidos o víctimas de la necia indife-rencia o el polvo que los tiempos acumu-lan.

Quedaron allí porque los estudiosos no hallaron explicación para ellos... ni se to-maron el trabajo de utilizar la imagina-ción, para dar respuesta a cada interro-gante.

¿Pueden cuestionarse estas afirmacio-nes...?

Tal vez, pero están a la vista los manus-critos de Qunram, hallados en las vasijas de las cuevas ubicadas a la vera del Mar Muerto, que transcurridas décadas desde su hallazgo... «...no nos son revelados ni vulgariza su contenido», que —según va-riopintas opiniones— de ser «verdadera-mente» difundidos, harían temblar las es-tructuras religiosas del planeta.

Page 308: El_Protector.pdf

10 Confesiones personales

A lo largo de nuestro trabajo, han queda-

do interrogantes para meditar.

El lector seguramente procura desentra-ñar el leit motiv de las secuencias y el de-sarrollo, que seguramente no se instru-menta como debiera suceder en la secuen-cia de un libro que tiene una hipótesis, un desarrollo y un remate final. Remate del que debe surgir la confirmación de las ideas desarrolladas. Y que anunciamos re-lacionadas con la Masonería...

¿Qué tiene que ver con esto la Masoner-ía?

¿Qué tendrá que ver la Masonería con todo esto?

¿Se trata de un «resumen» de las aloca-das ideas de aquellos audaces del «realis-mo fantástico», que en la década de los años 60 del siglo pasado, «metieron» en la cabeza de sus contemporáneos aquellas ideas informales que hablaban de naves

Page 309: El_Protector.pdf

extraterrestres, de contactos del primer o tercer tipo o en la legendaria posibilidad de la pluralidad de los mundos habitados o las teorías panespérmicas...?

Seguramente para los entendidos en ma-teria Masónica, surgirá esa asombrosa di-cotomía entre lo posible y lo probable. O entre las contradicciones de la Razón, co-mo herramienta fundamental que la Or-den sostiene es la que permite conocer la Verdad... o aquello que siendo irracional, se afirma como «creencia» revelada.

De tanto ceremonializar los Ritos o mag-nificar lo conjetural por sobre las certezas, o equivocar, mezclándolos entre sí, con-ceptos científicos vs. «creencias irraciona-les» o supersticiosas, la confusión irradia hoy parámetros que son como esos rayos del sol que se desprenden de las nubes, cuando el cielo se cubre con su paso...

De tanto intentar explicar cosas que para poderlo hacer es necesario conocerlas bien, se han nutrido las Tradiciones o al

Page 310: El_Protector.pdf

menos, aquellas referencias que hablan sobre ellas y las califican de Primordiales.

Lo cierto es que ahondando en el ideario masónico, en sus obras, Enciclopedias, Tratados, Ensayos, sus libros históricos, Rituales, «catecismos», los trabajos que se suceden y una literatura prolífica que nos ilustra con variopintos esquemas de pen-samiento filosófico, ético, moral, de virtu-des y valores y de fundamentos simbóli-cos o alegóricos varios, esencialmente des-conocemos el origen de la Masonería y los principios liminares que expliquen ese origen, no siendo la «historia oficial» que lo ubica, arbitrariamente, en 1717, cuando cuatro logias de taberna fundan lo que se denomina «Masonería Moderna y Especu-lativa» y crean la Gran Logia de Londres...

Es en ese momento cuando comienza una «nueva etapa» del acontecer masóni-co. Pero es una falacia sostener que el co-mienzo de la Masonería se ubique en 1717. Por el contrario ya en 1523, durante

Page 311: El_Protector.pdf

la Asamblea de Masones de París, surge una de las normas constitucionales de la Masonería como tal —con un significativo número de disposiciones consideradas «constitucionales»— que dan nuevas normativas a la ya muy antigua Orden, en ese entonces denominada «Masonería Operativa» y que tenía existencia simultá-nea con la denominada Masonería Progre-sista Universal Rito Primitivo, fundada como «Las Academias» por Leonardo Da Vinci y otros pensadores, artistas e intelec-tuales italianos.

Sin embargo, tened por cierto que nues-tros orígenes tuvieron motivaciones fun-damentales en la Historia de la Humani-dad... Motivaciones que a su vez se origi-naron en un grandioso misterio, el que pretendemos discernir y tal vez, por qué no, plantear no solo a los masones, sino a la Humanidad toda.

Tarea difícil, sin duda. Porque para ello será necesario que el pensamiento lineal,

Page 312: El_Protector.pdf

encaminado, dirigido, focalizado, orienta-do, admitido, aceptado, deba dar un paso al costado (no atrás) y poder mirar desde otro ángulo el concepto universal de la Historia.

Veamos si es posible. Pero para ello, des-pojémonos por un momento de toda con-vención o prejuicio que nos impida ver la totalidad, por encima de lo parcial y lo dogmatizado por el «uso y la costumbre».

11 Creer o saber, he ahí la cuestión

Todos los días, científicos oficiales en las

ciencias exactas y naturales, me aportan experiencias impublicables porque con-tradicen parte de las leyes aceptadas (6).

Y en las ciencias de observación como la Astronomía o la Etnología, el pudding es sumamente rico en inclusiones que con-tienen lo desconocido y que no se pueden desechar. Corno dice el escritor americano Robert Bloch: «Un saber espantoso es

Page 313: El_Protector.pdf

súbitamente revelado a una persona entre un millón».

Todo esto vuelve a encontrarse más tarde en documentos de circulación restringida, en folletos oscuros, en conversaciones que tienen lugar en los pasillos de los congre-sos científicos y que con frecuencia son ca-si más apasionantes que los propios con-gresos.

Esos fragmentos de lo desconocido, in-sertados en nuestra realidad, son eviden-temente desconcertantes. Los grandes sa-bios han emitido opiniones al respecto. El biólogo inglés J. B. S. Haldane ha escrito: «El Universo es, no sólo más curioso de lo que habíamos imaginado, sino también más curioso que todo lo que podemos imaginar».

Y Arthur C. Clarke, el inventor de los satélites artificiales, premio Kalinga de vulgarización científica, escribe: «Una ciencia superior a la nuestra debe necesa-riamente aparecérsenos como una magia».

Page 314: El_Protector.pdf

Encontramos corrientemente en las pu-blicaciones científicas, comunicaciones puramente mágicas que los autores han logrado introducir ante las propias barbas de comités distinguidos que supervisan todas las publicaciones.

Encontramos también en los informes de las doctas academias de ciencias y en las revistas científicas un sabio que cría ratas telépatas, otro que demuestra la posibili-dad de viajar físicamente por el tiempo, otro cuyos pacientes hipnotizados le des-criben el futuro y muchas otras riquezas.

Evidentemente, yo no lo leo todo. Pero tengo corresponsales repartidos por todo el mundo, que me envían referencias, y hago sacar inmediatamente fotocopias. La investigación científica más seria es un pudding mágico, y la realidad cotidiana aún más. Basta con hacer la clasificación. Pero, entonces, ¿usted lo cree todo?, se me dirá.

No, pongo límites —respondo.

Page 315: El_Protector.pdf

Chesterton decía, con mucha razón, que no le importaba admitir violaciones de le-yes desconocidas ya que, por definición, ignoraba tales leyes, pero que se sentía muy escéptico acerca de la violación de leyes que conocía bien (7). Y citaba este excelente ejemplo: «Si me dicen que Gladstone, en su lecho de muerte, era ase-diado por el fantasma de Disraeli lo admi-tiré con mucho gusto. Se trata en este caso de leyes desconocidas. Pero si me decís que Gladstone, recibido en su cámara por la reina Victoria, tenía el cigarro en la boca y escupía en el suelo, no lo creeré ni por un momento Porque eso viola las leyes que yo conozco bien».

Interesante opinión del «discutido por tanto mediocre» Jacques Bergier, pero no menos ciertas sus opiniones, vertidas en un tiempo en que floreció el Conocimiento y década en la que toda una generación experimentó el acicate de la búsqueda del saber.

Page 316: El_Protector.pdf

Los años 60 del siglo pasado, fueron años especiales en la historia. Pareció como si el planeta ingresara a una zona referencial, en la que alguna misteriosa substancia, onda, energía, o algo no factible de defi-nir, influenciara la mente del Hombre.

O tal vez, sumergiéndonos en un exacer-bado cientificismo, pensemos que se trata de una «evolución» o «mutación» ocasio-nada por... esas extrañas cosas que propo-ne la causalidad de la Naturaleza...

Esa década desató diversos movimientos revolucionarios (o contra-revolucionarios) en la política, en lo social, económico, en el arte y las ciencias. Probablemente aún no se haya mensurado el archipiélago de sucesos que pueden relacionarse, pero con seguridad el new age por una parte, la edición y circulación de infinidad de li-bros y publicaciones por la otra; el surgi-miento de movimientos contestatarios, re-volucionarios, preparó el terreno de las convulsiones socio-políticas que las dos

Page 317: El_Protector.pdf

décadas subsiguientes, hicieron modificar el marco planetario que desencadenó este «avatar» que es el Nuevo Modelo o la mal denominada «globalización».

Y lo que es más, el inicio y desarrollo de la investigación espacial con la pisada del Hombre en la Luna. Y sin abocarnos a las implicancias de la Era atómica... Aunque podamos mencionar la revolución ocasio-nada por la WWW, es decir por la Inter-net.

Nosotros aún no hemos mensurado la magnitud del acontecimiento, sumado a todos los demás que se han sucedido has-ta hoy. La tecnología avanza a una verti-ginosa velocidad, que no permite al hom-bre acompañar sus efectos en la misma medida de la necesaria adaptación. Pero simultáneamente declina la civilización, acosada por sus contradicciones.

Así como en el siglo XVI no fue advertida la magnitud del descubrimiento de Amé-rica por Cristóbal Colón (mito este que

Page 318: El_Protector.pdf

aún perdura, negándonos a investigar so-bre las relaciones que con ese Continente tuvieron los marinos fenicios, daneses, los Vikingos, incluyendo los Egipcios, más tarde incluso los Templarios... «portula-nos» aparte...) estoy persuadido de que nosotros aún no hemos cobrado concien-cia de la Era del espacio, aún cuando nos hallamos fabricando las más desarrolladas técnicas de navegación espacial y adapta-ción a condiciones de vida no similares a las de la Tierra.

Abierta una brecha significativa en la «comprensión» de los acontecimientos, que superlativizados abruman y alienan las mentes comunes, sabemos que aque-llas que lo son esclarecidas, tampoco ame-rita considerarlas totalmente imbuidas o inmersas en el avance del Conocimiento. De allí que resulte por lo menos conversa-ble, el hecho de creer que todo está clasifi-cado, comprendido, razonablemente iden-tificado con Verdades y postulados de

Page 319: El_Protector.pdf

exactitud cartesiana o dialéctica, meto-dológicamente hablando.

Hoy sabemos que la teoría de la incerti-dumbre, postulada por Heisemberg, per-mite entender que la certeza de la existen-cia de leyes universales «lucubradas» por físicos como Eistein, o las mal llamadas «leyes universales» que postulan tanto la ciencia como las religiones positivas, bien pueden estar equivocadas o transitar, ma-temáticamente, sobre postulados erróneos sobre el comportamiento de la materia. Y que el «primer motor» del que se habla fi-losófica o metafísicamente, no solo es in-existente, sino que el Big-Bang ha sido ya puesto en duda incluso por sus mismísi-mos postulantes.

Estas cosas no arredran, sin embargo, al Hombre. El «librepensador» se califica así, empecinado en defender su libertad de pensamiento, algunas veces perturbado por las cuestiones de conciencia. Pero no cabe duda que trata de avanzar, puesto

Page 320: El_Protector.pdf

que parece ser una condición del pensa-miento, perseverar en resolver los enig-mas y las incógnitas. Incluso, cuando el tiempo que nos toca vivir se puebla de mediocridades, tinieblas, sucesos condi-cionantes y declinaciones de la civiliza-ción, que hacen muy dificultoso alentar el Progreso.

12 ¿De dónde venimos?

La obviedad de esta pregunta ya no con-

mueve ni a los adolescentes.

Es como preguntar si esas luces estelares que vemos en el cielo, pudieran ser «lam-paritas» colocadas allí por criaturas de otros planetas, admitiendo la pluralidad de los mundos habitados. Tendría su lógi-ca si esa idea pudiera probarse, más allá de tener conciencia de que ella es tan pro-bable como la existencia de las bacterias, que sabemos que existen por los instru-mentos que permiten «verlas» o por los

Page 321: El_Protector.pdf

efectos que ellas ocasionan en la Naturale-za.

En estos tiempos, a nadie se le ocurriría poner en duda todo el andamiaje que nos permite construir permanentemente el edificio de la historia. De la misma mane-ra que construimos el edificio de la Cien-cia. Aún cuando sabemos que no todos los materiales con los que se los construye, son de la calidad que debieran tener para consolidar sus estructuras.

Y si nos sumergimos en la paleontología (8) o en la antropología (9) nos resultará casi imposible desmenuzar el complejo andamiaje que tales «ciencias» han des-arrollado, para ubicar en la Historia al Hombre tal como lo pensamos hoy.

En el inconsciente colectivo, como en la estructura de pensamiento académico en el otro extremo, tenemos «nociones» sobre el decurso de la historia del Hombre. Va-riopintas teorías, desde la evolución de los pitecántropos erectus a la Creación del

Page 322: El_Protector.pdf

hombre hecho de barro y soplo divino. Nos enfrentamos hoy a la contemporanei-dad de un espécimen clasificado como homo sapiens sapiens, del que creemos (científicamente hablando) es consecuen-cia de una larga evolución, incluyendo mutaciones posibles y hasta probables, que le han permitido, a lo largo de la his-toria, llegar entre otras hazañas científicas, a descifrar el genoma que lo hace tal.

Por otra parte, toda la estructura de pen-samiento que las diferentes ciencias pro-curan consolidar, nos habla de una civili-zación, la nuestra, que proviene o deviene de otras civilizaciones que crecieron, se desarrollaron y declinaron a lo largo de un «tiempo» teóricamente factible de da-tar.

Pero, ¿qué tanto tiempo ha transcurrido desde «el comienzo» de ese desarrollo evolutivo?

Tenemos cierta noción de la existencia de un comienzo de la humanidad civilizada,

Page 323: El_Protector.pdf

con la idea de una «continuidad» que de-viene con la «evolución» de esta especie, de la misma rama de un primate homíni-do, que lo fue a «través» de un lapso men-surable.

La ciencia antropológica no puede de-terminar con exactitud en qué momento de la geología terrestre, «apareció» el pri-mate, el originario de lo que luego hemos sido y actualmente somos. La datación es teórica, aproximativa, conjetural y está demostrado que a medida que se ahonda en la investigación académica, (y qué de-cir de la informal o imaginativa...) más son las incógnitas, muchos los interrogan-tes y hasta asombrosas las dificultades pa-ra establecerlo.

Y no solo surge esa dificultad como con-secuencia de las «contradicciones» entre los hechos comprobados, sino que se han sumado a las concepciones religiosas que se oponen a las teorías evolucionistas, que datan el comienzo de la existencia del

Page 324: El_Protector.pdf

Hombre como tal, en un tiempo «relati-vamente cercano» a nuestra contempora-neidad (teniendo en cuenta de que la Tie-rra tendría la friolera de 15.000 millones de años de existencia...).

La relatividad de las afirmaciones cientí-ficas es un hecho incontrastable. Sabemos que el conocimiento científico remeda la imagen de un recipiente con agua ca-lentándose, que a causa del vapor que produce, su tapa se eleva a medida que el hervor aumenta.

Sintetizando, «creemos» que el hombre actual (el homo sapiens-sapiens) es conse-cuencia de una regeneración evolutiva posterior al último cataclismo cíclico, que se remontaría a alrededor de unos 12.500 años. Al «ser» que denominamos «hombre primitivo» u «hombre de las cavernas», más que un descendiente evolutivo de los primates, lo creemos sobreviviente de un cataclismo fenomenal, que arrasó con una

Page 325: El_Protector.pdf

civilización prediluviana (o varias de ellas...).

Es posible y hasta probable, que los fósi-les hallados y datados con antigüedad mayor al pitecántropos erectus, estén rela-cionados con los primates que originaron, hace más de un millón y medio de años, los homínidos que suponemos serían nuestros antepasados.

Pero la evolución de la que pensamos somos parte ininterrumpida es otra cosa y en un lapso de un millón quinientos mil años existe la posibilidad de no menos de 37 veces, lapsos de 26.500 años, que es el tiempo que el Sol tarda en cumplir su órbita alrededor de la estrella Vega y reco-rrer así las 12 constelaciones que circun-dan esa órbita.

Sostenemos la probabilidad no solo del cataclísmico «diluvio Universal», pero pensamos que tal diluvio bien pudo ser la modificación del eje de la Tierra unos 26

Page 326: El_Protector.pdf

grados, estableciéndose la eclíptica (10) ac-tual.

Y para ser un tanto más amplios en la es-pecificidad de esta idea, podemos conjetu-rar, como otros autores y pensadores, que el tan mencionado «Edén» o «Paraíso Te-rrenal», habría sido el «tiempo en que el ángulo de la eclíptica era perpendicular al Sol» y por consiguiente no existían las 4 estaciones sino una sola, enmarcada entre dos meridianos ecuatoriales.

Y hablamos con suma displicencia de un «hombre primitivo», «de las cavernas», «de la edad de Piedra» (¿neolítico?), evo-lucionando lentamente (¿qué es la lentitud en el «tiempo» geológico?) (11) a través de distintas «eras», académicamente estable-cidas.

¿Podemos afirmar que estos conceptos son indiscutiblemente ciertos y probados? Al parecer, para nada. Porque una visión distinta de los postulados academicistas, obviando teorías «oficiales» establecidas

Page 327: El_Protector.pdf

por ciertos personalismos que vienen de viejos tiempos y encumbradas Universi-dades, los investigadores han dejado de sorprenderse y archivar pruebas materia-les en estanterías de sótanos polvorientos y húmedos —clasificadas como «objetos de culto»—, sin advertir que han sido me-nos de 100 años de los que hemos salido de lo que podríamos denominar «pobreza tecnológica» y lanzarnos a la conquista del espacio con navíos casi estelares, ¿cómo es posible que habiendo pruebas de la gran antigüedad del homo sapiens, este recién hace apenas unos 6.000 años parece haber «despertado» de la animalidad...?

Estoy persuadido de que en la historio-grafía humana, existen algunas claves que no han sido analizadas a la Luz de la ra-zonabilidad científica, que pudieran dar-nos una clara noción de las grandes posi-bilidades que tiene la Humanidad para re-solver muchísimos interrogantes que ubi-carían el decurso de la historia humana

Page 328: El_Protector.pdf

bajo otros parámetros que los oficialmente admitidos.

Por ejemplo la existencia de Enoch y su particular y asombrosa referencia. Vea-mos: ...Enoch, procedente de una civiliza-ción anterior y desconocida, decidió transmitir conocimientos valiosos a todos los supervivientes de un terrible diluvio para que pudieran reconstruir la ciencia secreta y desarrollar ciertas potencialida-des. Esto se consiguió tallando los secretos en dos grandes columnas huecas diseña-das para que sobrevivieran a la destruc-ción prevista. Dentro de estas columnas huecas guardarían lo pertinente. Según la tradición, los fundadores de la civilización egipcia, que comenzó en el año 3200 antes de J. C., encontraron sólo una columna hueca, y el primer Faraón adoptó el nom-bre de «Osiris» que significa «príncipe que se ha elevado de entre los muertos».

Se dice que Moisés posteriormente en-contró la otra columna, enviando emisa-

Page 329: El_Protector.pdf

rios a una cueva subterránea donde luego se construyó el Templo de Salomón hace tres mil años. En realidad esto último pa-rece ser un intento bien pensado por parte de los sabios judíos, para hacerse posee-dores de un conocimiento superior ante-rior a toda la historia registrada. Pero a su vez fue una forma conveniente de evitar que la creación del culto de la reconstruc-ción del secreto, cayera en manos de otro pueblo. Y así complementadas, ambas co-lumnas permitían que el secreto completo perteneciera a Moisés» (¿columnas J y B...?).

Analizados los dos párrafos anteriores el mejor avisado podrá colegir un conside-rable número de claves para entender de qué cosas hablamos en estas páginas. «Re-construir la ciencia secreta» de «una civili-zación anterior», da la pauta de que nues-tros antepasados milenarios «sabían» de la existencia de civilizaciones anteriores. Y así fueron consignados episodios como

Page 330: El_Protector.pdf

del de Enoch y como los de muchos otros «antepasados» míticos en la «historia de la humanidad».

Y hablamos con suma displicencia de un «hombre primitivo», «de las cavernas», «de la edad de Piedra» (¿neolítico?), evo-lucionando lentamente (¿qué es la lentitud en el «tiempo» geológico?) a través de dis-tintas «eras», académicamente estableci-das.

Page 331: El_Protector.pdf

La continuidad del

Conocimiento

13 ¿Cómo logró la humanidad no solo sobre-

vivir sino evolucionar?

Seguramente nuestro lector puede pre-

sumir que nos adentramos en la ciencia antropológica o pretendemos desarrollar toda una teoría sobre el origen del hom-bre. Pero no es así. Solo hemos querido re-ferirle alguna de las conjeturas que hablan de la existencia de más de una civiliza-ción, o ciclo evolutivo, anterior a esta que vivimos y que podríamos denominar «noénica» (12). Pero de ello habremos de referirnos a continuación.

He aquí no «un» sino «el» enigma. En el caso de sobrevivir el Hombre a una catás-trofe gigantesca, cuya magnitud esté ci-

Page 332: El_Protector.pdf

frada en la destrucción total de su civiliza-ción ¿de qué manera se recuperarán o transmitirán los conocimientos perdidos en la tragedia?

Dentro de los parámetros de los supues-tos, ¿qué o quién fue alentando la espe-ranza, la fe en ella, el progresivo avance del conocimiento alcanzado, de haberlo sido, por la civilización destruida?

La respuesta a estos interrogantes, deve-nidos del supuesto de nuestras teorías al respecto, explicarían muchísimos grandes misterios que acucian a los Hombres in-mersos en aquellos.

El Protector, en este caso, sería la figura que nos permitiría el encuentro con una hipótesis factible de resolverlos y poder comprender y hasta explicar no solo su «existencia», sino el de muchísimas Insti-tuciones que se pierden en las tinieblas del pasado.

Page 333: El_Protector.pdf

Un poco de historia

Masónica Se han escrito infinidad de «historias» de

la Masonería. La mayor parte de ellas no son otra cosa que «refritos» (13) de otras anteriores y un sinnúmero de ellas repiten o exponen inexactitudes.

No resulta extraño poder leer numerosos relatos plagados de menciones sobre el «esoterismo» reinante en la masonería, cuyos datos no ocultan verdades reserva-das al Iniciado, sino imaginativas instan-cias más relacionadas con la ficción que con la realidad.

No vamos a negar aquí el carácter iniciá-tico de la masonería. Por el contrario. Pero no repetiremos inexactitudes una veces ocasionadas por la interpretación equivo-ca de sus alcances.

Page 334: El_Protector.pdf

Ha habido, hubo y habrá, masones que por sus convicciones «crean» y hasta di-fundan, que la masonería es una sociedad iniciática cuyos secretos están relaciona-dos con la «Tradición Primordial» y que George Guenón, misticista del siglo XX con gran predicamento en Francia y luego convertido al islamismo, escribió sesudos tratados «tradicionalistas» en los que alu-dió también, numerosas veces, a la rela-ción del misticismo y la masonería.

Sin embargo sigue constituyendo un error de interpretación, por parte de un considerable número de masones, el que Guenón fuese un teórico de la Tradición Primordial «subyacente y no insertada» en la masonería.

Su condición de masón no lo califica co-mo involucrado en la concepción o desci-framiento de los misterios que sí existen en el seno de la Orden, en lo referente al «esoterismo» propio.

Page 335: El_Protector.pdf

Nosotros tomamos con cierta prevención no el contenido de los Tratados desarro-llados por Guenón, especialmente porque el contenido de los mismos es utilizado por muchos «adeptos» a sus ideas, como un complemento del presunto misticismo crístico, que señaliza, pretendiéndolo un origen cristiano de la Masonería en sus aspectos iniciáticos y fundamentalmente el leit motiv de los misticistas cristianos al respecto.

Su obra está inserta en los misterios (14) del arcano espiritual de la Humanidad, en esa búsqueda por saber si la vida es tras-cendencia (15) o sencillamente va hacia la muerte como un gran enigma (16). En to-do caso, bien podemos apelar a Jorge Luis Borges definiéndola, cuando escribió: La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.

Page 336: El_Protector.pdf

14 La Tradición Primordial

Lo cierto es que pensamos que la Tradi-

ción Primordial, lo místico y sus prácticas, no tienen (ni deberían tenerlo) nada que ver con los misterios masónicos, sus orí-genes, su doctrina, su historia institucio-nal (aunque haya lapsos durante los cua-les los misticistas se adueñaran de la doc-trina) porque su concepción racionalista impide la práctica de esa suerte de feno-menología (17) según lo definido por Hegel respecto de los estadios por los que pasa lo espiritual y que consignamos al pie. Y además, del concepto epistemológi-co (18) de la trascendencia.

Si bien la Masonería también se encuen-tra en la búsqueda de lo trascendente y divide perfectamente lo espiritual de lo material, su concepción universal se en-cuentra más cerca de lo racional que de lo intuitivo, entendiendo esto último, como el conocimiento inmediato de una cosa,

Page 337: El_Protector.pdf

idea o verdad, sin el concurso de razona-mientos, como lo define el diccionario de la lengua castellana (al respecto, ya hemos mencionado que Ray Bradbury dice de la intuición, «...que es el resultado de un ra-zonamiento cuyos datos uno ignora pose-er...»).

En todo caso, la masonería respeta el pensamiento en general, que no colisione con la Razón, incluso admitiendo que no siempre ella resuelve los enigmas plan-teados por el Hombre. Guenón y sus teor-ías, y muchos de los autores de su estirpe, formulan lucubraciones, tratados, y razo-namientos, que sustenta el esoterismo místico de la Tradición Primordial.

En el caso de Guenón, se destaca la suma de los cambios efectuados en su intelecto, al haberse, al final de su vida, convertido e iniciado en los misterios espirituales del Islam, lo que deja claro el que haya avan-zado en esa posible complementación del

Page 338: El_Protector.pdf

esoterismo Occidental con el Oriental, que desvela a tantos seguidores de su causa.

No cabe duda que un considerable número de «admiradores» de Guenón lo han incorporado al «inconsciente colecti-vo» de la Orden, de la misma manera que incorporan a personajes como Robert Ga-llatin Mackey, James Anderson o Desagu-liers, sin haber profundizado, a nuestro entender, «masónicamente hablando», so-bre el verdadero papel que todos ellos han desempeñado en el decurso histórico de la Masonería.

Procuramos establecer una noción tal vez imaginativa, del origen de la institución masónica, pero sin pretender establecer una «Historia» de la Orden. Y esto, debido a que su desarrollo merece un aparte de mayor profundización a la luz del aconte-cer sustantivo de los hechos comprobados y de las interminables y hasta poco fun-dadas teorías, que sin embargo, son con-

Page 339: El_Protector.pdf

signadas como hechos comprobados y comprobables.

Nos hemos circunscrito a consignar hechos que han sido considerados rele-vantes, pero contextualmente fuera de las incógnitas masónicas.

Asociarlos con un presunto origen, —partiendo de la figura de «El Protector», cuya existencia tan solo prefigura uno de los tantos misterios existentes en nuestro mundo— no es propósito de nuestros ra-zonamientos.

15 El Orden sobre el Caos

No obstante, creemos que «El Protector»

constituye —como ya lo hemos mencio-nado— un arquetipo que desde lo más remoto de la antigüedad se ha instalado en el inconsciente colectivo de la Historia, no ya como un «personaje» mágico o feé-rico, sino como «algo» que interviene y

Page 340: El_Protector.pdf

contribuye a superar los momentos acia-gos de la Humanidad.

Partiendo de la sencilla pero profunda frase que sostiene que la Masonería se fundamenta en el Ordo ab Chao (el Orden sobre el Caos) que se instala en la divisa del Grado 33 del filosofismo, seguramente el lector entenderá que todo cuanto le hemos aportado en este libro, explica cla-ramente el trasfondo de una Institución que ha influido en todos los tiempos, es-pecialmente en los que la Humanidad ha sobrellevado vacilaciones, hecatombes y cambios históricos como las un tanto re-cientes «Revolución Industrial» en Ingla-terra, la Revolución Norteamericana, la Revolución Francesa e incluso las revolu-ciones de la Emancipación Latinoamerica-na.

Aunque tales acontecimientos fueran políticos, no olvidemos su influencia en los tiempos del Colegio Invisible y el de-sarrollo de la Ciencia en el siglo XVII, como

Page 341: El_Protector.pdf

en todo tiempo en que fue necesario su-perar el estado de ignorancia, fanatismo y superstición en el decurso de la Humani-dad...

Un interrogante recurrente en el ámbito de los misterios denominados «masóni-cos» o cuando se interroga sobre la exis-tencia de sociedades denominadas vul-garmente «secretas», es el que plantea ¿qué cosa es la Masonería: una secta, una religión, una sociedad filosófica, una her-mandad mistericista, un culto, un sincre-tismo? (19).

Ciertos manuales y catecismos sostienen que: «Algunos autores han atribuido el origen de la masonería a los constructores de las pirámides en el antiguo Egipto. Otros lo han hecho a los Collegia Fabro-rum romanos; a la orden de los Caballeros Templarios, a los Rosacruces e incluso a los mismos Humanistas del Renacimien-to».

Page 342: El_Protector.pdf

Una de las leyendas más importantes de la Masonería atribuye a Hiram Abif, un mítico arquitecto constructor del Templo de Salomón en Jerusalén, la fundación de la masonería (e ignorando, no sabemos por qué, la reconstrucción del segundo Templo, por Herodes, que según los tra-tados bíblicos fue un templo de mayor magnitud que el construido por el Rey Sa-lomón, hijo del Rey David).

Es comúnmente aceptado que la Franc-masonería (masonería moderna) procede de los gremios de constructores medieva-les de castillos y catedrales, que evolucio-naron hacia comunidades de tipo intelec-tual, conservando parte de sus antiguos ri-tos y simbologías. Este proceso, pudo ini-ciarse en distintos momentos y lugares, culminando a principios del siglo XVIII (1717).

Los constructores o albañiles medievales, denominado por entonces francmasones, disponían de lugares de cobijo denomina-

Page 343: El_Protector.pdf

dos guildas o logias, situadas normalmen-te en las inmediaciones de las obras de construcción. Era común a los gremios de profesionales de la época el dotarse de re-glamentos y normas de conducta de régi-men interior. Solían también seguir un modelo ritualizado para dar a sus miem-bros acceso a ciertos conocimientos o al ejercicio de determinadas funciones. Los francmasones destacan de otros grupos ocultos, especialmente en el uso de los símbolos, los rituales de iniciación y el ne-cesario secretismo.

16 El Templarismo y la Masonería

Los Caballeros Templarios o La Orden

del Temple fueron una orden medieval de carácter religioso-militar con tintes legen-darios, que nació después de la primera cruzada y fue fundada en Jerusalén en 1118 por nueve franceses con Hugo de Payens a la cabeza. La «Orden de los Po-bres Caballeros de Cristo», conocidos

Page 344: El_Protector.pdf

comúnmente como los Caballeros Tem-plarios o los Caballeros del Templo de Sa-lomón, cincuenta años después de su fun-dación se extendían ya por tierras europe-as en lo que hoy es Francia, Alemania, el Reino Unido, España, Italia y Portugal.

Cien años mas tarde de su fundación, hacia 1220, eran la Organización más grande y poderosa de Occidente, desde el aspecto militar hasta el económico, con más de 9.000 encomiendas repartidas por toda Europa, unos 30.000 caballeros y sar-gentos, más de 50 castillos y fortalezas en Europa y Cercano Oriente. Tenían una flo-ta de barcos anclada en puertos propios en el Mediterráneo y en La Rochelle (costa atlántica de Francia). Poseían un Tesoro que les permitía hacer préstamos fantásti-cos a los Reyes europeos. Dando origen a lo que hoy en día se conoce como La Ban-ca o el Sistema Bancario Internacional.

Sin embargo, las derrotas ante Saladino hicieron retroceder a los Templarios en

Page 345: El_Protector.pdf

1244 cuando cae Jerusalén y el reino se desintegra, viéndose obligados a mudar sus cuarteles generales a San Juan de Acre, junto a otras órdenes monástico-militares: los Hospitalarios, los Caballeros Teutónicos y los Caballeros de Malta. To-do había comenzado tanto por las recom-pensas prometidas y junto a las ansias de riqueza, que hicieron que los príncipes y los señores respondieran al llamamiento del pontífice Urbano II que convocó a la Primera Cruzada. Desde ese momento la Europa cristiana se mueve bajo el grito de “Dios lo quiere” (Deus vult), frase que en-cabeza el discurso del concilio de Cler-mont. Y ríos de sangre derramada...

Debemos mencionar que los «Templa-rios» constituyen hoy uno de los enigmas más interesantes para los estudiosos de esa Orden. Todavía no se conocen con exactitud las razones que llevaron tanto al Rey de Francia Felipe el Hermoso y al Pa-pa Clemente V, al intento de «destruir» la

Page 346: El_Protector.pdf

Orden no importando la vida de los caba-lleros del Temple. Aun perduran los ecos de los crímenes y la persecución de aque-llos, de la misma manera que la destruc-ción y apoderamiento de sus pertenencias. Asimismo, crece la incógnita del paradero de la gran flota marítima que se hallaba en La Rochele, puerto en el que se concentra-ba la «administración» de los bienes tem-plarios y que desapareció sin rumbo sin conocerse hasta hoy su destino... Que según la leyenda desapareció con los «te-soros» en oro y plata que administraban los Templarios... Tampoco se ha podido saber de dónde extraían la plata que acu-ñaban y distribuían por toda Europa a través de sus préstamos y negocios con la Iglesia misma, la Nobleza y las monar-quías.

17 Qué significa el término «masón»

Masón significa constructor, o sea el que

fabrica a cal y canto un edificio, pero aun-

Page 347: El_Protector.pdf

que antiguamente este título se les aplica-ba a los miembros de las asociaciones de constructores que dieron a Europa sus mejores edificios de la Edad Media y del Renacimiento, actualmente se postula co-mo acepción figurada, diciendo que el masón es un constructor del templo simbólico de la ciencia y de la virtud. Que construye, además, su propia personali-dad (y en ese orden...).

En otras palabras, un masón sería un in-dividuo que trabaja en perfeccionarse y en evolucionar, tanto en sus conocimientos como en su comportamiento moral, y para ello sigue los caminos que le indica la an-tigua asociación que se nombra Masoner-ía, o más correctamente, Francmasonería.

Correlativamente, decimos que la insti-tución Francmasónica tiene como finali-dad principal la de constituirse en guía de quienes buscan y anhelan este perfeccio-namiento, para lo cual va desgranando una a una sus sabias enseñanzas, en dosis

Page 348: El_Protector.pdf

graduadas y de acuerdo con el adelanto de cada uno de sus miembros. A través del estudio razonado y crítico de la filo-sofía moral, se obtiene un mejor conoci-miento de las virtudes y del modo de practicarlas.

Sin embargo debemos mencionar una pequeña diferencia entre lo que se sostie-ne en el ámbito de la denominada Maso-nería Moderna y Especulativa, porque mientras la Orden tiene como fundamento doctrinario y finalidad principal el bregar (luchar) por el «Progreso» de la Humani-dad, haciéndolo, precisamente, mediante la «capacitación», concientización y adoc-trinamiento de sus integrantes, tal supues-to fenece ante la idea de que el fundamen-to operativo es la «capacitación» del reci-piendario iniciado y no sus actividades logiales mientras recibe la Luz que lo ayudará a materializar la doctrina... Natu-ralmente que no es sutil la diferencia, en-tendemos que es fundamental.

Page 349: El_Protector.pdf

Pero entonces, ¿podemos decir que la Masonería es una escuela de formación ética y moral? Desde luego que no, si en-tendemos por escuela un lugar donde se imparten clases sobre materias específicas, basándose en libros de texto, y se capacita a los alumnos para desempeñar un trabajo que les permita ganarse el sustento.

«La Masonería es algo más que eso. En primer lugar, su filosofía educativa es to-talmente distinta a la de cualquier escuela, puesto que en vez de exigir el aprendizaje de tales o cuales postulados y principios, estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación y del pensamiento original, como medio para conseguir que cada cual llegue por su estudio independiente y su meditación profunda, a sus propias conclusiones lógi-cas y a la afirmación de sus convicciones». Y lo hace a través de un sistema integral que se denomina «simbolismo»...

Page 350: El_Protector.pdf

Nos dicen algunos Rituales que: «Por tanto, usa ampliamente del símbolo y de la alegoría; pero no ofrece de ellos ningu-na explicación fija y dogmática, sino que deja en libertad al iniciado para que ejerci-te sus propias facultades deductivas e in-ductivas para descifrarlos y aprender —por sí mismo— las provechosas lecciones que encierran».

Procederé a compilar algunas referencias catequísticas que se proyectan hoy a través de los Talleres y que ilustran sobre esos aspectos que mencionamos.

«Se nos ocurre preguntar qué utilidad tiene esto. La historia nos enseña que de la Masonería han salido, en todos los tiem-pos, hombres de gran visión, acrisolado altruismo e inagotable energía, que han dado a la humanidad sus más grandes impulsos de progreso. Para descubrir es-tos nuevos caminos, necesitaron nutrirse de la duda filosófica, no de la certeza dogmática; precisaron examinar lo que no

Page 351: El_Protector.pdf

es típico, en vez de conformarse con lo usual y corriente.

Estos razonamientos muy difundidos por estos días en el ámbito de las Listas Masó-nicas en la Web, ámbito en el que se logra respirar el «librepensamiento» con alegría y esperanzas, no pueden menos que refle-jarse en estas páginas, porque es el pen-samiento contemporáneo de miles de ma-sones que hoy experimentan el verdadero sentimiento de sentirse «librepensadores».

«Tuvieron que desechar los cartabones, los textos consagrados y los manuales es-tablecidos, decidiéndose a recorrer sendas supuestamente prohibidas para el pensa-miento y descubriendo las nuevas solu-ciones a los problemas irresueltos. Para es-to, dispusieron de una maravillosa facul-tad: la imaginación creadora. Ejemplos en la Masonería Argentina los hay, como el ilustre José Ingenieros para más detalle...».

Page 352: El_Protector.pdf

18 La imaginación en la historia masónica

«Quizá la Masonería ha sido, a través de

los tiempos, la única institución que se ha percatado de la importantísima función que tiene esta imaginación creadora en la evolución de la humanidad, y ha descu-bierto y aplicado un método sencillo y efi-caz para desarrollarla. Por eso ha sido y seguirá siendo el semillero de nuevas ide-as, el portaestandarte de las vanguardias y la escuela en que se modelan los hombres marginales que viven y piensan entre el hoy y el mañana... los conductores de la humanidad.

«Pero no solamente a esto se limita la Masonería; no se conforma con ver que cada miembro se cultive y perfeccione a sí mismo, sino que trata de desarrollar en todos y cada uno de ellos el firme senti-miento de fraternidad y abnegación, en-cauzando cuidadosamente todos sus es-fuerzos hacia los nobles fines de justicia

Page 353: El_Protector.pdf

social, equidad, libertad, auténtica demo-cracia y el progreso material y espiritual de toda la humanidad».

Sostienen numerosos tratados masónicos de autores reconocidos por su versatilidad y comprensión sobre lo que es la Franc-masonería, diciendo que «La Masonería es la doctrina moral que trata del mejora-miento del hombre con la ayuda de la Fi-losofía, la Ciencia y la Cultura. La palabra hombre es usada en sentido genérico y en ella se incluye a toda la comunidad, sin distingos de credos, clases y razas. El me-joramiento del hombre al que aspira la Masonería, es integral, o sea, material, es-piritual, moral, etc., al igual que indivi-dual, social, económico, técnico, científico, etc., porque la Masonería aspira a que el hombre evolucione, progrese y mejore en todos los aspectos de su vida y de la per-sona».

Dejaría la Masonería de ser universal en sus finalidades si se mostrara partidista de

Page 354: El_Protector.pdf

algún «ismo», o enemiga de alguna reli-gión. La Masonería no es irreligiosa. En realidad sostengo que la Masonería tiene que ser arreligiosa, pues en su seno «se admiten a hombres de todas las religiones y se respetan las creencias de cada uno y su forma personal de rendir culto a Dios. Por lo mismo, están proscritas las discu-siones sobre los méritos relativos de tal o cual forma de culto, como no sea para re-conocer que todas ellas representan moda-lidades del sentimiento de veneración del hombre hacia una Entidad Suprema a quien cada quien la define, acepta, adopta o la llama con distinto nombre».

La Masonería resume todas esas apela-ciones a un común denominador y le lla-ma «Gran Arquitecto del Universo», sin establecer ningún culto especial para «adorarle» (aunque el término debiera ser reemplazado por definirle...) pues consi-dera que todos son buenos cuando nacen

Page 355: El_Protector.pdf

de los anhelos puros o de la ignorancia del hombre.

«En concomitancia con estos principios de libertad de conciencia y de culto si lo hubiere, la Masonería no puede permane-cer al margen de cualquier violación de estos postulados, como cuando los minis-tros de alguna religión (sea católica, ma-hometana, budista, etc.) detentan los po-deres públicos y la soberanía de los pue-blos. Cuando las religiones, convertidas por los hombres en tiranías esclavizadoras de las conciencias y prostituidas por la ambición del poder»

Page 356: El_Protector.pdf

Masonería/ Francmasonería

¿Cuál es su historia?

egún lo considera la Maso-nería Argentina a través de su Gran Logia, la Masonería sería lo siguiente y en el marco de las Constituciones de Ander-son de 1723.

Utilizo esta versión sobre la Masonería, por considerar que es una de la más obje-tiva dentro del marco de la Masonería Moderna y Especulativa. Me reservo el derecho de editar otra versión, en este ca-so la de la Masonería Progresista Univer-sal, Rito Primitivo, a fin de que el lector esté esclarecido sobre la problemática masónica actual.

Dejando a un lado muchos y muy anti-guos antecedentes históricos de la Maso-

S

Page 357: El_Protector.pdf

nería, oscuros e inconexos, señalaremos aquí que la Francmasonería surgió de las corporaciones de obreros de la construc-ción en la Edad Media.

Los canteros alemanes y los constructo-res ingleses de esos tiempos no constitu-ían únicamente asociaciones de oficios si-no verdaderas hermandades en donde se enseñaba y ejercitaba una teoría secreta de sus respectivas artes y oficios. Muchos au-tores han probado que los Francmasones no han inventado su liturgia y sus símbo-los, y que tampoco los han copiado de otras sociedades secretas arcaicas, sino que les han sido transmitidos, por suce-sión directa, de las sociedades gremiales de las que proceden.

Se pretende que la Masonería es tan anti-gua que ya existía y se practicaba en las pirámides de Egipto, en los templos de la India, en las cavernas de los Esenios, en las criptas secretas de los mayas, en la Academia de Pitágoras y en muchas otras

Page 358: El_Protector.pdf

sociedades iniciáticas de muy remota an-tigüedad.

Las semejanzas, reales o imaginadas, con los ritos y ceremonias que se llevaban a cabo en esos remotos tiempos, demues-tran que la Francmasonería llena una íntima necesidad del espíritu humano, que es la de buscar la superación personal y encauzar las potencialidades individua-les hacia el bien común. No es pues, la lógica de las técnicas y métodos que son más eficaces para lograr la evolución in-terna en el hombre. Que estas técnicas no hayan variado grandemente en el curso de varios milenios no debe extrañarnos, ya que el hombre sigue siendo esencialmente semejante en sus manifestaciones menta-les y afectivas desde que es hombre, a pe-sar de todas las modificaciones ambienta-les que ha logrado la civilización.

NO podemos menos que coincidir con estos criterios y tomarlos para exhibirlos en este libro. Por otra parte, como nos

Page 359: El_Protector.pdf

hemos pronunciado en sostener que una gran parte de la literatura actual sobre el origen e historia de la Institución no es otra cosa que «refritos» más o menos bien organizados, procedemos a consignar lo que sostiene la Gran Logia de la Argentina por coincidir en su proyección, puesto que resuma la esencia de lo masónico y permi-te comprender lo que «nosotros» venimos proponiendo en estos conceptos vertidos en «El Protector». Pero sigamos el hilo de lo expresado por la Masonería Argentina.

La Masonería, en su forma actual, tomó cuerpo en Inglaterra a fines del siglo XVII. Con anterioridad, existían en Alemania, Francia e Italia las cofradías de construc-tores, o «masones», en donde se enseña-ban no solamente las artes y las ciencias que debía dominar un maestro construc-tor, sino que se impartían principios de moral y buena conducta, que garantiza-ban la armonía dentro de las corporacio-nes.

Page 360: El_Protector.pdf

Nosotros insistimos en que tal estructura se consolidó con la creación de las Aca-demias, de Leonardo Da Vinci, que con-formaron la Masonería Progresista Uni-versal, luego adoptando el Rito Primitivo, de la que hablaremos más adelante.

Los lustros de duración de las monumen-tales obras que ejecutaban los «masones» (entre las cuales se cuentan las más pre-ciadas joyas del estilo gótico) favorecían que se estableciesen relaciones muy estre-chas entre los numerosos artistas y obre-ros, los cuales formaban verdaderos «equipos» bajo la dirección de sus grandes maestros arquitectos, que eran solicitados para ejecutar obras en ciudades distantes y en diferentes países. Natural es que, en sus viajes, buscasen la ayuda de otros miembros de su misma profesión, tam-bién agremiados en cofradías, y que asis-tiesen a las reuniones de sus «logias» o en sus «guildas».

Page 361: El_Protector.pdf

De esta necesidad de viajar y ser recono-cidos y atendidos, como de las preocupa-ciones que cada agrupación debía tomar para no admitir entre sus miembros a un operario que fuese a romper la armonía por su mala conducta, o a explotar en su beneficio personal los conocimientos técnicos que se impartían en las logias, surgieron los signos secretos de reconoci-miento, la simbología, la jerarquización en tres grados, las obligaciones y prerrogati-vas distintas, y el sigilo y discreción para realizar las reuniones de masones.

El nombre de Francmasón, derivado de la palabra freemason, y que significa «masón libre» o albañil libre, se daba a los constructores que tenían libertad para contratar sus servicios con cualquier per-sona y en cualquier país, a diferencia de los que estaban al servicio exclusivo de algún noble, prelado eclesiástico o monar-ca. Estos últimos, desde luego, no precisa-ban de signos de reconocimiento, ni de

Page 362: El_Protector.pdf

todas las demás cosas que caracterizaban a las logias de Francmasones.

Por la necesidad de viajar y de conocer diversos países y costumbres, los Franc-masones tuvieron contacto con distintas maneras de pensar y diferentes organiza-ciones políticas, lo cual les confirió un punto de vista excepcionalmente amplio hacia los problemas religiosos, filosóficos, económicos, sociales y políticos de su épo-ca. Hubieron de admitir, con igualdad de derechos, a hombres de distintas naciona-lidades, credos y razas, y esto sentó las bases a los principios humanistas de la naciente Orden.

Recordemos también que las «logias» o «Guildas» también poseían la condición de la «enseñanza» o transmisión del cono-cimiento arquitectónico en materia de construcción, sus técnicas, desarrollo etc. acompañado por lo gradual de la ense-ñanza y sumado a los principios éticos y

Page 363: El_Protector.pdf

morales de tal “comunicación” de Cono-cimientos».

Entre los siglos X, XII y XIV, se emprendie-ron en Escocia e Inglaterra grandes obras, y para su realización se importaron cons-tructores alemanes, quienes llevaron con-sigo los usos y costumbres de las logias alemanas. A su influjo, nacieron las logias escocesas e inglesas.

Hacia principios del siglo XVIII, la cons-trucción había decaído grandemente y, consecuentemente, languidecían las logias de los masones operativos; (debemos agregar aquí que tales conceptos no han sido totalmente probados y tenemos cons-tancias de que las cosas no habrían ocu-rrido por las causales mencionadas, sino por esas disidencias que los egoísmos, en-vidias y flaquezas humanas, suelen oca-sionar en las Instituciones, algo parecido a lo que viene ocurriendo en la actualidad y que habla de una presunta «decadencia» Institucional...) entonces, en 1717, se cons-

Page 364: El_Protector.pdf

tituyó en Londres una Gran Logia, bajo el patrocinio de un grupo de hombres «de gran ilustración», (estos son conceptos y apreciaciones de la G# L# de la Argenti-na... pues las consideramos inexactas.) que veían «con pena» la decadencia de las lo-gias de constructores.

En realidad, ese pequeño párrafo des-virtúa la consecución de los hechos ocu-rridos en Londres, donde 7 «logias» que funcionaban en sendas «tabernas» y un grupo de HH# en el que incluso los había sin poseer en su totalidad el Grado de Maestro (James Anderson, por ejemplo; *ver el libro de John Hamill, curador de la Biblioteca de la Gran Logia Unida de In-glaterra…) se «fusionaron» creando la Primera Gran Logia, denominada Gran Logia de Londres, cuyos Reglamentos Generales surgieron a la Luz en 1723. Seis años después, con la denominación de «Constituciones de Anderson», como se las conoce hoy y en función de parámetros

Page 365: El_Protector.pdf

que sería muy extenso referir, pero cuya base conflictiva se encuentra en que se fundamentan en «documentos» inexisten-tes, mención de muchos que se quemaron en el famoso y conveniente «incendio de Londres» y otros que solo son copias de copias imposibles de certificar en su origi-nalidad (leer a John Hamilll...).

Fue entonces cuando nació, propiamente, la Francmasonería de nuestros tiempos, la cual ha conservado cuidadosamente el espíritu de las antiguas cofradías (en al-gunos casos, con referencia a los aspectos monacales que dominaron durante un período a los francmasones a través de las Cofradías católicas), sus principios consti-tucionales y los usos y costumbres tradi-cionales, apartándose de la construcción material. Admitió en sus filas a hombres de todos los oficios y condición social, a la vez que daba una interpretación elevada y filosófica a sus símbolos; así, la Francma-sonería adquirió un carácter más amplio,

Page 366: El_Protector.pdf

susceptible de extenderse por todo el mundo». (Cabe agregar que tal apertura lo que hizo fue permitir el ingreso a la Orden a la «nobleza» británica en las Islas y lue-go a la «nobleza» europea en el continen-te... cuyos integrantes fueron, luego, quie-nes dominaron y condujeron, orientándo-la, a la francmasonería y que bien creo, desvirtuando sus conceptos doctrinarios, éticos y morales...).

Al ser electo Jorge Payne para el cargo de Gran Maestro, emprendió la meritoria ta-rea de reunir todos los preceptos existen-tes y formar una colección de 39 ordenan-zas generales, que fueron revisadas por el Dr. James Anderson, teólogo e historia-dor, (pastor calvinista) y sirvieron de base a la Constitución publicada en 1723, que es el primer fundamento legal de la Ma-sonería Moderna. (A pesar de las sucesi-vas reformas que se llevaron a cabo sobre los landmarks de dichas Constituciones, en la actualidad la Constitución que se en-

Page 367: El_Protector.pdf

cuentra en uso ha adquirido, después de la fundación en 1813 de la Gran Logia Unida de Inglaterra, el carácter de «dogmática», en función de las aprecia-ciones poco fraternas e incluso antima-sónicas de quienes se hacen llamar «Regu-lares» precisamente por ello...).

Prosperó, a partir de ese momento, la Orden, contando entre sus iniciados a dis-tinguidos miembros de la nobleza y de la familia real de Inglaterra. Entre 1739 y 1772, surgieron ciertas desavenencias in-ternas que dieron origen a su separación en dos Ritos: el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito de York, o del Real Ar-co.

De Inglaterra, la nueva Francmasonería se extendió rápidamente a otros países. En Francia apareció entre 1721 y 1732 y al-canzó un auge inusitado (se extendió, pre-cisamente, a través de los ejércitos británi-cos que colonizaron vastos territorios del

Page 368: El_Protector.pdf

planeta y crearon cientos de logias a su paso...).

Se formaron nuevos ritos y se crearon grados filosóficos, siendo estos, al princi-pio, una innovación mal recibida en los demás países, ya que infringía los Anti-guos Limites que únicamente establecen los primeros tres grados.

La Masonería Francesa ha contado entre sus miembros a distinguidas personalida-des, como Voltaire, Rousseau, Condorcet, Víctor Hugo, Gambetta, Herriot, Dantón, Marat, Alejandro Dumas, Napoleón Bo-naparte, Emilio Zola y muchos más. En las Logias Masónicas se gestó la Revolución Francesa, y de los principios masónicos se sirvieron los revolucionarios como bande-ra en la lucha contra las tiranías.

Entre los masones más monárquicamente distinguidos mencionaremos a: Federico el Grande de Prusia, Francisco I de Aus-tria, Goethe, Mozart, Beethoven, Wagner, Benjamín Franklin, George Washington, el

Page 369: El_Protector.pdf

Conde de La Fayette. Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, Y en lo relativo a los que tenemos conciencia de haber sido re-volucionarios por sus ideas, tendencias y aspiraciones de libertad de pensamiento y de expresión e incluso gestores y herede-ros del enciclopedismo, Américo Vespu-cio, Leonardo Da Vinci, Gral. Prim, Fran-cisco Javier Mina, Emilio Castelar, Simón Bolívar, José Martí, Bernardo O‟Higgins, José de San Martín, Antonio José de Sucre, José María Morelos y Pavón, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Agustín de Iturbide, Valentín Gómez Farías, Nicolás Bravo, Benito Juá-rez, Melchor Ocampo, Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz, Ignacio M. Altami-rano, Juan de Dios Pesa, Amado Nervo, Ignacio Ramírez, Alfredo Chavero, El Barón de Humboldt, Francisco Madero, José María Pino Suárez y muchos otros más.

Page 370: El_Protector.pdf

Las fuerzas renovadoras que han actua-do dentro de la francmasonería, en nues-tro país (Argentina), la han modernizado y cohonestado con los adelantos de nues-tro tiempo, y se observa una saludable tendencia a incorporar a sus técnicas y en-señanzas los descubrimientos más mo-dernos de la ciencia.

De esta manera, la Masonería evoluciona y se pone a tono con la época, para seguir siendo fuente de donde brota la fuerza re-novadora del pensamiento humano.

Hasta aquí una permisible definición lle-vada a cabo por la Gran Logia de la Ar-gentina de Libres y Aceptados Masones, que permite adquirir un conocimiento más o menos veraz de los acontecimientos que hicieron posible el decurso de la Francmasonería hasta nuestros días.

Haremos ahora un análisis de lo expre-sado, comenzando con el párrafo que sos-tiene lo siguiente: los ritos y ceremonias que se llevaban a cabo en esos remotos

Page 371: El_Protector.pdf

tiempos, demuestran que la Francmaso-nería llena una íntima necesidad del espí-ritu humano, que es la de buscar la supe-ración personal y encauzar las potenciali-dades individuales hacia el bien común.

De acuerdo con lo expresado en nuestros primeros pasos por este trabajo, debemos señalar que no compartimos en plenitud los argumentos que mencionan el origen de ritos y ceremonias, ubicándolas en «...la superación personal y encausando las po-tencialidades individuales hacia el bien común».

Creemos que el origen de los ritos, cere-monias y simbolismos que adopta la ma-sonería, han surgido de la suma de expe-riencias, incorporaciones y adaptaciones necesarias para dar sentido y continuidad a una forma de pensamiento en que los fi-nes y propósitos, —luego doctrinarios—, dieron fisonomía propia a una organiza-ción inspirada en el bien común, en el progreso humano y en el desarrollo de sus

Page 372: El_Protector.pdf

potencialidades... además de transmitir un mensaje proveniente de remotos pasados, encriptado en alegorías, símbolos y ciertos misterios a los que se alude, pero que sa-bemos que no son explícitos e incluso ex-plicitados...

La superación personal y las potenciali-dades individuales, tal como se lo entien-de en la actualidad, es un concepto discu-tible, puesto que las teorías «individualis-tas» constituyen la exaltación del egoísmo y han demostrado —especialmente en nuestro tiempo— no servir para obtener el bien común ni el desarrollo de las poten-cialidades humanas y antes si, el estable-cimiento de una suerte de «competencia» que finalmente excluye principios, ética y valores...

Tal vez vayamos hacia un extremo del espectro, pero nuestra sociedad, que en estos tiempos padece crueles insatisfac-ciones, injusticias, exclusiones, pobreza y miserias, necesita la recuperación de cier-

Page 373: El_Protector.pdf

tos valores éticos y morales, perdidos, precisamente, por la crueldad del «indivi-dualismo feroz» que ha caracterizado los sistemas económicos neoliberales… muy parecidos a los feudalismos medievales....

A esta altura de los acontecimientos, nuestro tiempo se muestra claramente como resultado, precisamente, de los in-dividualismos que pergeñaron las «injus-ticias sociales» contra las cuales la franc-masonería ha luchado y lucha desde lo más remoto de los tiempos y de su exis-tencia.

Se hace aquí necesario dejar constancia de un texto que hemos hallado en un Ri-tual de Grado 33 (Gran Inspector General del Rito Escocés Antiguo y Aceptado) que dice: «La redención social que veíamos ba-jo el nombre de Grande Obra, es nuestro objeto; la vindicación de los derechos que da la Naturaleza al hombre al nacer, los cuales son inherentes a su ser. No profe-samos la religión cristiana, ni la judaica, ni

Page 374: El_Protector.pdf

la mahometana, ni partido político algu-no, ni los atacamos ni defendemos. Decla-ramos guerra eterna al Vicio y a la Mal-dad: tenemos por patria el Universo y por familia a la Humanidad, y con paciencia y constancia trabajamos incesantemente en modificar el organismo social presente, derribando piedra por piedra el mons-truoso e informe edificio de astutos y tira-nos, estudiando sus artería y depredacio-nes y las necesidades crecientes de los pueblos, hasta conseguir asentar en el mundo entero los principios que hemos inculcado en la cámaras capitulares y con-cejiles, y que os habéis obligado a sostener y propagar haciéndoos apóstol del Pro-greso…».

Tal «declaración de principios» u pará-metros esenciales del Grado, evidencian claramente el objetivo institucional que condensa el pensamiento masónico, fuera de todas las diatribas que los «intereses

Page 375: El_Protector.pdf

creados» endilgan a la Francmasonería y tratan de desvirtuar sus objetivos.

Es cierto que los Landamrks que deter-minan las Constituciones que hoy rigen a la Masonería Moderna y Especulativa, pergeñados en 1723 —y sus reformas— por James Anderson y otros masones, pre-suntamente recopiladores de antiguos límites o linderos masónicos, hacen espe-cial hincapié en no tratar asuntos «parti-distas» y «religiosos» dentro de las Logias. Pero también es cierto que la «interpreta-ción» de tales límites ha sido curiosamen-te exagerada, para obtener el resultado que quienes originaron e inspiraron el es-tablecimiento de tales «limitaciones» an-helaban y en especial, el motivo por el cual así lo impusieron (la nobleza, al ges-tar lo ocurrido en 1717).

No se trata de «impedir» que los Herma-nos masones trabajen en sus Logias o en sus Talleres, sin «considerar» asuntos polí-ticos o asuntos religiosos. Originalmente

Page 376: El_Protector.pdf

se trató de impedir que los masones, li-brepensadores por antonomasia, tratasen en sus Logias o Talleres o Academias te-mas que preocupaban al «sistema» monárquico, a la «economía feudal me-dieval» y al poder eclesiástico original-mente en la Inglaterra Católica, Anglicana y en la Europa Católica (más adelante ve-remos de qué manera la Gran Logia Unida de Inglaterra, avanzó en 1947 al punto de sostener que la Masonería es un «cul-to»...).

El «republicanismo», como teoría políti-ca, avanzaba en la Edad Media más allá de la intolerancia de la nobleza y de la cle-recía. Y fue en el seno de la Masonería donde surgió precisamente la rebelión que intentó terminar con el absolutismo monárquico. Fue la rebelión que llevaron a cabo los Ingleses contra el déspota Car-los I, lo que impulsó a Oliverio Cromwell y sus partidarios, —en su inmensa mayor-ía masones—, a realizar la Revolución que

Page 377: El_Protector.pdf

lo derrocó e incluso se llevó su cabeza... Instaurando, además, la República en In-glaterra y el «parlamento», con su Cámara de los Comunes, que se quedó hasta hoy...

Nosotros entendemos que fue precisa-mente este episodio de la Historia británi-ca, lo que motivo el que muchos años después surgiese, en 1717, lo que hoy co-nocemos como Masonería Moderna y Es-peculativa.

No como el nacimiento de «la» Masoner-ía, sino como el surgimiento de una nueva etapa de la hasta entonces conocida como Masonería Operativa, cuyos alcances sub-sisten hasta hoy y que a través de su ac-cionar y sus «prejuicios», sustentados en las Constituciones pergeñadas en 1723, y consolidados en 1813 con la creación de la Gran Logia Unida de Inglaterra, nos hacen poder afirmar que la actual Masonería Moderna y Especulativa no cumple con el rol tal vez milenario, que diera origen a esta concepción humanista, que como

Page 378: El_Protector.pdf

«Protectora» de las civilizaciones, ha ve-nido ayudando a la Humanidad a progre-sar, evolucionar y consolidarse...

Salvo, claro está, cuando cíclicamente de-clinan las civilizaciones y avanzan las su-persticiones, las regresiones y el oscuran-tismo se posesiona del destino de la Humanidad.

No podemos, en esta Obra, universalizar todas las lacras, máculas, horrores, injusti-cias, egoísmos, envidias, violencias, exclu-siones, prejuicios, horrores, que se suce-den en el decurso de la Historia de la Humanidad, que han ocasionado ríos de sangre y aún los ocasionan.

Sin embargo podemos tratar de orientar al lector hacia las posibilidades que la Ma-sonería Universal puede brindarle a la Paz, la armonía, la Justicia, la solidaridad y la cooperación y finalmente, al Progreso de la Humanidad. Ello será posible, sin embargo, en la medida que el lector ahon-

Page 379: El_Protector.pdf

de en su institucionalidad, su historia y sus proyecciones...

Para demostrarlo, intentaremos hacerlo a través de lo que sigue.

Noticias de la Ciencia y la tecnología N° 329. * (Noticias de la ciencia y la tecnología) Infor-mación adicional en: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/250205c.html (2) Ver Historia Universal de la destrucción de los libros, de Fernando de Báez. (3) Lo cierto es que tal vez el famoso «eslabón perdido» no exista, sencillamente porque la te-oría de Darwin no dice que el «Hombre» des-cienda del mono, ni el Neardenthal, por ejem-plo, haya sido ese «pitecántropo» homínido que prefigurase ser «eslabón» entre el «homínido» (familia de primates catarrinos adaptados al bi-pedismo y con gran desarrollo cerebral que les ha permitido una gran inteligencia; a esta fami-lia —sostienen los creacionistas— sólo pertene-ce una especie: el hombre y el Sapiens...

Page 380: El_Protector.pdf

(4) Antropo: elemento prefijal y sufijal que en-tra en la formación de palabras con el significa-do de hombre, ser humano: antropogeografía; pitecántropo. (5) Etnología parte de la antropología que, comparando y profundizando los materiales que le proporciona la etnografía, estudia las ra-zas o pueblos, los compara, e investiga sus dife-rencias físicas y psíquicas y las leyes de su de-sarrollo orgánico dependiente de aquéllas. (6) La ciencia desde otro ángulo. Visado para otra Tierra. Autor: Jacques Bergier Editorial Plaza & Janés S. A. (7) Nos referimos a la década de los años 60, en la que florecieron los cuestionamientos a la «ciencia oficial» y se desató el new age. (8) Paleontología: ciencia que trata de los seres orgánicos cuyos restos se encuentran fósiles. (9) Antropología: ciencia que estudia el ser humano en sus aspectos físicos, sociales y cul-turales. (10) Eclíptica: círculo máximo de la esfera celes-te que forma con el ecuador un ángulo de 23° 27', y señala el curso aparente del Sol durante el año. Círculo máximo de la Tierra, que forma con el ecuador un ángulo de 23° 27'.

Page 381: El_Protector.pdf

(11) Geología: (geo- + -logía) Ciencia que trata de la historia de la Tierra y de la constitución, origen y formación de los materiales que la componen. (12) La civilización «noénica» procedente de Noé, sobreviviente de la civilización Adánica, según las referencias bíblicas. La Adánica sería, a su vez la heredera del primigenio cambio del eje de la Tierra, que destruyó el «Paraíso Terre-nal» en el que habitó original y míticamente Adam. En este caso Adam sería una denomina-ción genérica y el Adán bíblico un heredero pa-radisíaco. El diluvio sería un fenómeno poste-rior que, como el anterior, destruyó masiva-mente a la civilización «eliminando a millones de seres humanos». Los sobrevivientes, segu-ramente, debieron involucionar rápidamente después de la catástrofe, convirtiéndose en se-res primitivos que recomenzaron así, nueva y cíclicamente, la civilización o una nueva etapa de ella. (13) Refritar fig. cosa rehecha o de nuevo ade-rezada; especialmente refundición de una obra dramática u otro escrito. (14) Misterio: (lat. mysteriu; gr. mysterion, de mys, cerrar), en las religiones antiguas., rito se-

Page 382: El_Protector.pdf

creto al que sólo eran admitidos los iniciados: los misterios de Eleusis. Dogma cristiano inac-cesible a la razón y que es objeto de fe: el ~ de la Santísima Trinidad. Representación escénica medieval, de asunto religioso, que se celebraba en los templos, o junto a ellos en ciertas festivi-dades. Cosa secreta: los misterios de la política. Cosa incomprensible: los misterios de la natura-leza. (15) Trascendente: Que se eleva por encima de un nivel o de un límite dados; esp., que no re-sulta del juego natural de una cierta clase de se-res o de acciones, sino que supone la interven-ción de un principio exterior y superior a éstos: justicia inmanente y justicia. Enigma: (16) Enigma: (gr. ainigma ¬ ainissesthai, hablar obscuro; en lat. aenigma) Dicho o conjunto de palabras de sentido encubierto para que sea difícil entenderlo. Cosa que difícilmente puede entenderse o interpretarse (17) Fenomenología: Ciencia de los fenómenos físicos o psíquicos, en su génesis y en sus mani-festaciones en el tiempo y en el espacio. En Hegel (1770-1831), descripción de los seis esta-dios por los que pasa un espíritu, y por consi-guiente toda la realidad, desde la forma más

Page 383: El_Protector.pdf

obscura de la conciencia hasta la conciencia completa del sí o «saber absoluto». En Husserl (1859-1938), ciencia filosófica fundamental que aspira al conocimiento de las esencias puras de las cosas partiendo del examen de los conteni-dos de la conciencia en los que se prescinde de todas las condiciones de tiempo y espacio. (18) Epistemología: (gr. epistéme, saber científi-co + -logía)- Disciplina filosófica que estudia los principios materiales del conocimiento huma-no. Es decir, mientras la lógica investiga la co-rrección formal del pensamiento, su concor-dancia consigo mismo, la epistemología pre-gunta por la verdad del pensamiento, por su concordancia con el objeto; la primera es la te-oría del pensamiento correcto, la segunda la te-oría del pensamiento verdadero. Por consi-guiente, los principales problemas epistemoló-gicos son: la posibilidad del conocimiento, su origen o fundamento, su esencia o trascenden-cia, y el criterio de verdad que se eleva por en-cima de un nivel o de un límite dados; esp., que no resulta del juego natural de una cierta clase de seres o de acciones, sino que supone la in-tervención de un principio exterior y superior a éstos: justicia inmanente y justicia. (Lógica tras-

Page 384: El_Protector.pdf

cendental, nombre dado por Kant (1724-1804) a la parte de su teoría del conocimiento que in-vestiga las categorías del entendimiento y su valor para el conocimiento). (19) Sincretismo: sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes.

Page 385: El_Protector.pdf

Cuarta parte

La influencia de la Masonería Progresista Uni-

versal

Rito primitivo (*)

Voy a exponer, a continuación, un trabajo

que proviene de las investigaciones y afirmaciones del profesor Dr. Ramón Es-padas y Aguilar, Grado 33 del Rito Es-cocés Antiguo y Aceptado y Grado 9 y último, de la Masonería Progresista Uni-versal, Rito Primitivo, al igual que de Fre-re Charles Pompier en sus trabajos relati-vos a la Historia General de la Francma-sonería Progresista Universal. Su filosofía, y ¿Qué es la francmasonería Primitiva? (1) que logran exponer con minuciosidad una etapa significativa de la Masonería, que no siempre parece alcanzar el conocimien-to de los masones y que suele obviarse en

Page 386: El_Protector.pdf

mérito a las certezas que un vasto sector de la Orden, que cree poseer en relación a las verdades, mitos y leyendas que proli-feran, a través de muchísimos autores que exponen sobre su versión de la Historia Institucional.

Al comienzo de este libro, dijimos que: «Han sido escritos, al menos en las tres últimas décadas, no menos de 150 libros relacionados con la «historia» de la Maso-nería. Los ávidos estudiosos de su trayec-toria, advierten que los contenidos res-ponden, generalmente, a los parámetros que intentan demostrar que la Masonería Moderna y Especulativa, nacida en 1717, o sería la «verdadera» masonería o al menos una «renovación innovadora» de la maso-nería operativa o de todas aquellas co-rrientes masónicas que orientaron el pen-samiento racionalista, fundamento de su esencialidad cognoscitiva»...

Por eso debo dejar constancia de lo que a continuación expongo, que es el resumen

Page 387: El_Protector.pdf

de lo que pudimos investigar a través de las obras mencionadas tanto de Espadas y Aguilar, como de Frere Charles Pompier y de otras fuentes de información al respec-to, incluyendo el importante estudio de la Teoría acerca del origen de la Masonería del Hermano John Hamill, Bibliotecario Curador de la Gran Logia Unida de Ingla-terra y Past Master de la famosa Logia de Investigación Histórica Quatuor Coronati N° 2036.

Imbuidos de las múltiples inquietudes expresadas con asombroso interés y curio-sa Libertad en el seno de la Internet —precisamente en las Listas Masónicas que un considerable número de queridos hermanos ha creado y mediante ello— ha sido posible la apertura de «ventanas» que han traído nuevos vientos, nuevos aires y nuevas informaciones que permiten cono-cer con más profundidad el quehacer de la Masonería.

Page 388: El_Protector.pdf

Hemos decidido elaborar esta Obra, con el propósito de contribuir al afianzamien-to del «espíritu» progresista, humanista y solidario de los masones contemporáneos, que han visto y ven a la Orden como una Institución apta para llevar a cabo una obra civilizadora (y tal vez como herede-ros del «Protector», como alegoría, que in-cluimos en este trabajo) esclarecedora y progresista, absolutamente necesaria en estos tiempos de ideologismos, fracasos políticos, exacerbación del individualismo y un cese de la ética, principios y morali-dad, que conducen e intentan mantener a la Humanidad en un exacerbado «consu-mismo», despojado de toda sensibilidad humana y posibilidades de progreso...

La debacle financiera mundial, que sos-pechamos ha sido pergeñada por delin-cuentes de «guante blanco» y que sume al planeta en serias dificultades, no parece amilanar a los factores de poder, que no se atreven a calificar de «delictivas» las ra-

Page 389: El_Protector.pdf

zones por las cuales se ha producido este fenómeno. No obstante, al asumir su car-go el nuevo presidente de los EE.UU., Ba-rak Usehim Obama, en su discurso inau-gural calificó a los mentores de Wall Street como tales, sin que la prensa internacional se hubiese hecho eco de la importancia y trascendencia de tales calificaciones.

De allí que cobremos conciencia de la ne-cesidad de esclarecimiento, desde nuestra posición de investigadores de la Historia de la Masonería, porque desgraciadamen-te los mismos factores de poder que han ocasionado y ocasionan el estallido cíclico de estas «burbujas» capitalistas, de alguna manera suelen insinuar que el «poder» os-curo que protagoniza estos sucesos es cosa de una conspiración «judeo-masónica» o que ella se remonta a los «altos grados» de la masonería infiltrada del «poder sionis-ta» además, conspirativo.

Lamentablemente, hoy se sostiene que la Masonería estaría infiltrada por el «sio-

Page 390: El_Protector.pdf

nismo» internacional y dentro de ella, este actuaría como una suerte de «control» so-bre la disidencia o la justa reacción de los masones imbuidos de la doctrina que promueve «la Libertad, Igualdad y Fra-ternidad», que constituye la base de la Ciencia, la Justicia y el Trabajo, y que culmina como objetivo civilizador, en el exterminio de la «ignorancia, los fanatis-mos y las supersticiones»...

Todo ello parece, como alguna vez hemos mencionado, «conceptos de fron-tispicio». Pero, naturalmente, constituyen la esencia doctrinaria de una Institución discreta, liberadora, civilizadora y progre-sista en la historia de la Humanidad.

1 Etapas de la Masonería en la Historia

Hoy podemos saber que «...en la primera

etapa del Régimen feudal, la Masonería Operativa gozaba de los privilegios de una casta, que consistían en el derecho de

Page 391: El_Protector.pdf

libre organización y de contratar en forma exclusiva la construcción de los templos, edificios públicos, monumentos arqui-tectónicos, etc. En su organización interna admitían como miembros, no sólo a los hombres libres que tenían oficios o profe-siones relacionados con el arte de la cons-trucción, sino a todos los hombres libres que por su saber o por otras causas, eran útiles a sus asociados; por lo tanto reunía en su seno la flor y nata de los hombres de arte y de ciencia de su época».

Estos conceptos del Dr. Espadas y Agui-lar son muy claros y específicos. Señalan la condición en función de la cual los hombres podían ser masones. Y que no solo debían ser obreros u oficiales de la construcción, sino que podían ingresar a ella mentes esclarecidas y, como bien se menciona, «...útiles a sus asociados».

No cabe duda que tal asociación debió concitar las prevenciones, temores y celos del poder monárquico y el eclesial, puesto

Page 392: El_Protector.pdf

que «...a principios del siglo XIV, la Maso-nería Operativa sufre la persecución del clero católico, el que no respeta los privi-legios de la organización». Recordemos que «...la enseñanza era controlada por la Iglesia y se exigía a los masones la profe-sión de la fe católica y su afiliación a las Cofradías: toda asociación libre era perse-guida».

De allí que los masones se vieron compe-lidos a organizarse secretamente en gre-mios por oficio y como medio para defen-derse de las persecuciones... Fue así como se organizaron en Aprendices, Compañe-ros y Maestros, de acuerdo a cierto orden de capacitación profesional.

Sabemos que la organización gremial se fue consolidando en villas, comunas y ciudades más o menos independientes del poder clerical, refugiándose en ellas y con-tando con el apoyo de algunos sectores de la población e incluso de parte de las au-toridades. En esos refugios solidarios, los

Page 393: El_Protector.pdf

masones operativos, contando con sus respectivos oficios, establecían «...pequeños talleres productores de los artículos de consumo local, dando naci-miento al artesanado con su peculiar eco-nomía, que convirtió a los maestros o a los más hábiles, en dueños de los talleres y en asalariados a compañeros y aprendices».

Menciona el Dr. Espadas y Aguilar que: «...en la Edad Media escaseaban los espe-cialistas del arte de la construcción, así pues, los operarios, ingenieros y arquitec-tos se trasladaban de un lugar a otro para ejecutar los trabajos más difíciles y de ma-yor responsabilidad; así es como adquirie-ron su carácter de universalidad. Los componentes de la asociación de Cons-tructores se valían de signos, toques y pala-

bras secretas, para el reconocimiento de sus asociados y para evitar que el elemento clerical se infiltrara entre su gente, cuando tenían que cambiar el lugar de su trabajo».

Page 394: El_Protector.pdf

Para comprender con mayor precisión el decurso de tal evolución masónica, debe-mos señalar la significación que tuvo la incorporación a ella de «...personas de confianza que podían ser útiles a los aso-ciados en su calidad de sabios, profesores, artistas, protectores, defensores, etc., y los distinguían como «aceptados» por el gre-mio, o sea el elemento intelectual». Se tra-taba de tres categorías de profesión, de-nominadas, maestro perfecto (pintores, escultores, y artistas en general), inspector (ingenieros o directores técnicos de las obras), y arquitecto.

Pero no todo fue continuidad ni lecho de rosas. Porque el clero conspiró permanen-temente contra los masones operativos, obligándolos a participar en las luchas políticas contra el dominio de la Iglesia Católica. A finales del siglo XV, las accio-nes contundentes de la Inquisición, obli-garon a los masones a cambiar sus tácti-

Page 395: El_Protector.pdf

cas, adaptándolas a las situaciones de la época.

He aquí el momento que creemos tras-cendente, en el que tanto los Hermanos operativos como los «aceptados» forma-ron las Antiguas Logias francmasónicas, dentro de las cuales se ocuparon de «...la dirección de la lucha contra el feudalismo, dejando a cargo de los gremios únicamen-te la defensa de los intereses profesionales y de oficio».

Esta síntesis nos permitirá conocer el na-cimiento de la Masonería Moderna o Francmasonería, (dicho nombre sin rela-ción con la denominada Masonería Mo-derna y Especulativa, nacida en 1717) cu-yos integrantes tuvieron brillante accio-nar, al poder actuar en la lucha «...contra la explotación de la ignorancia, por el «Triunfo de la Verdad y por el Progreso Humano», pues tales fueron sus consignas esenciales.

Page 396: El_Protector.pdf

La creencia generalizada entre los HH# masones, de que la Masonería Operativa era consecuencia o desarrollo de activida-des de corte religioso-espiritual o formati-vo de sus miembros, no refleja el accionar desplegado por aquellos hombres entu-siasmados con las ideas de progreso y los avances de la ciencia. Aún imbuidos de la «religiosidad» de su tiempo, más a conse-cuencia de imposiciones clericales que de convicciones, esa etapa ha sido colocada en un contexto de ocultamientos o desvir-tuación, acordes con las tendencias dogmáticas impuestas a lo largo de la his-toria. Y no olvidemos ni por un instante, la ansiedad de aquellos hombres de acce-der al librepensamiento, la libertad de conciencia y a la libertad de expresión, que no son, como parece, necesidades o aspiraciones del mundo moderno o con-temporáneo.

Por cierto que «...la obediencia servil al clero y al señorío feudal, que los filósofos

Page 397: El_Protector.pdf

escolásticos consideraban como el reflejo del reino de Dios en la tierra, no resolvía los problemas de la pobreza, de la miseria, del hambre y de la desesperación que rei-naban entonces».

Este párrafo adquiere una mayor signifi-cación, si tenemos en cuenta la creencia de algunos de nuestros Hermanos en el sen-tido de que en el seno de las Logias, no se deben tratar asuntos denominados «polí-ticos», como si el Landmark que así lo dispone, anatematizara la consideración de las cosas que atañen a la condición humana, sus aspiraciones, esperanzas y problemas, cual si estos fuesen ajenos a la ocupación y preocupación de la Masoner-ía…Por cierto que la masonería operativa no solo los trataba, sino que los procuraba resolver.

Deberemos tener en cuenta que en aque-llos tiempos, «...la filosofía que se basaba en la ciencia experimental, en el descu-brimiento de la verdad del mundo y que

Page 398: El_Protector.pdf

proporcionaba los nuevos medios de do-minación de la naturaleza, tomaba un in-cremento cada vez mayor. Se iniciaba la época de la Reforma en Alemania y Gran Bretaña y del Renacimiento francés e ita-liano». No era poco todo esto. Ni ámbito intelectual u operativo, dentro del cual los masones se sintieran o pensaran ajenos.

Quiero decir con esto, que la actual vi-sión de una Masonería híbrida, dedicada a sí misma y «...ámbito de «formación» ética y moral de sus miembros, para que una vez «pulida su piedra bruta» salgan al mundo exterior a ejemplarizar con su conducta de virtudes y valores...», es al menos una visión «astigmática» de la rea-lidad masónica.

2 El Renacimiento italiano

Durante el Renacimiento italiano, se lle-

varon a cabo múltiples reuniones entre laicos y eclesiásticos en aquellas ciudades-

Page 399: El_Protector.pdf

repúblicas del norte de Italia, durante las cuales fue posible adquirir nuevos cono-cimientos sobre muchísimas disciplinas. Sabemos que se hallaban muy adelanta-das económicamente y en coincidencia con la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453. Precisamente, en tales reu-niones, «...laicos y eclesiásticos estudiaban las obras filosóficas y científicas antiguas traídas por los sabios y filósofos griegos, que se refugian en Italia a la caída de Constantinopla».

Nos dice el profesor Espadas y Aguilar, I# y P# H# del grado 33, que «...el interés por lo antiguo y la búsqueda de manuscri-tos se convierte en ocupación de buen to-no a mediados del siglo XV. La Academia Platónica de Florencia y la Academia al-dina de Venecia, son los centros más segu-ros del pensamiento libre; de estos centros parten diferentes corrientes filosóficas que se enfrentan a los escolásticos y precipitan la descomposición del régimen feudal».

Page 400: El_Protector.pdf

Nada menos. Y sabemos que también por obra y gracia del empeño de la europea masonería operativa, que lleva a cabo una obra de significativa trascendencia en la historia de la Orden.

Veamos con sintético detalle, un pano-rama del pensamiento filosófico y la situa-ción de la época. «...El Profesor Pedro Pomponazzi —1462-1525— de la Univer-sidad de Padua y más tarde de Ferrara y Bolonia, interpreta la doctrina aristotélica en contra de los escolásticos; él presentaba a Aristóteles en su Tratado de la Inmorta-lidad del Alma como naturista, negando la providencia y la inmortalidad del al-ma». Era de esperar, entonces, que «...los inquisidores de Venecia ordenaran que-mar todas sus obras y el concilio de Trento las incluyera entre las obras prohibidas. Al mismo tiempo que las corrientes de carácter idealista, religioso y místico, se desarrollaba una corriente científica y fi-losófica marcadamente materialista».

Page 401: El_Protector.pdf

No obstante el poder eclesial, «...Esta co-rriente vivía y se alentaba entre la gente que tenía que resolver problemas prácti-cos; entre los hombres ocupados en la construcción de obras arquitectónicas, ar-tes plásticas, pinturas artísticas, en la in-dustria, la navegación, en la guerra o la defensa; todas esa gente necesitaba ayuda de los conocimientos científicos; de ma-temáticas, astronomía, física, alquimia, anatomía, mecánica, etc. Y Así se explica cómo pudo vivir la ciencia y la filosofía en la terrible noche de la ignorancia de la Edad Media, aun teniendo en su contra todas las opiniones escolásticas, las famo-sas Decrétales de Platón y de Aristóteles y las trabas eclesiásticas, contrarias a la in-vestigación científica».

Este panorama histórico institucional se complementa con estos conceptos: «...La corriente científica desde el siglo IX se ali-mentaba de la cultura árabe que se ex-tendía al Asia Menor, norte de África y

Page 402: El_Protector.pdf

Península Ibérica. Así se explica también cómo la conservación de la corriente científica a través de la Edad Media, se debió en buena parte a las agrupaciones gremiales, entre ellas la Masonería Opera-tiva, que representaba la organización modelo debido al carácter internacional y progresista de sus agrupaciones, que ten-ían que andar por toda Europa en busca de trabajo».

Lo siguiente debe ser tomado con mucha ponderación, si se quiere comprender la ulterioridad de nuestra Orden: «...Tan adelantados estaban los conocimientos científicos de los gremios, que las ense-ñanzas de Arquímedes, traducidas en par-te al latín por el matemático Tartaglia y publicadas como novedad en 1543, ya eran conocidas entre los Masones Opera-tivos, que se valían desde tres siglos antes de su teoría de palancas y de su invento de poleas móviles para ejecutar los traba-jos de construcción. Los gremios de tinto-

Page 403: El_Protector.pdf

reros de Maguncia, Colonia, Douai y Flo-rencia, conocían ya en el siglo XII, los pro-cedimientos de tintar telas y cueros, cosa que menciona en sus trabajos el famoso químico árabe Abu Musa Jabir ibn Hai-yan, quien murió en 776. Durante el siglo XIV, sigue fortaleciéndose notablemente y aunque no se pudo conservar escritos de ningún hombre que pudiera identificarse como su componente —debido a que la Inquisición todo lo quemaba—, sí se con-serva la historia de los hechos que condu-jeron a la lucha por la superación gremial en lo político, económico y social».

3 Separación de la filosofía de la teología

Durante esta lucha se formó una ideolog-

ía que tenía la tendencia de deslindar el campo de la filosofía idealista de la mate-rialista. Es decir, el idealismo filosófico y el materialismo filosófico, opuestos en el camino de la comprensión y la búsqueda de la Verdad científicamente demostrable.

Page 404: El_Protector.pdf

Instancia esta que en pleno siglo XXI, sigue manifestándose como un tema corroído por las manipulaciones de los protagonis-tas de la «guerra fría» y las tergiversacio-nes hacia el pensamiento crítico.

No cabe duda, entonces, que en el con-texto histórico de la Europa occidental, el siglo XV ha sido el tiempo de la más inten-sa lucha por el Renacimiento y esa lucha fue contra la servidumbre y la iglesia, con la aspiración del progreso y la esperanza de libertad.

Sabemos hoy que el material para la for-mación de la nueva ideología, como se ha mencionado, «...se extrajo de la antigua cultura acumulada por el mundo greco-romano. La naciente burguesía se aprove-cha de la herencia de la antigua sociedad y la opone a la ideología feudal-eclesiástica, formando la nueva cultura, de donde toma la denominación de Renaci-miento, que significa: «las viejas fuentes

Page 405: El_Protector.pdf

de la cultura antigua absorbida y supera-da».

Sostienen tanto Espadas y Aguilar como Guide Acirieux y Charles Pompier, que: «...Los grandes escritores como Petrarca y Bocaccio, con sus críticas, contribuyen a demoler la dictadura de la iglesia. La per-sonalidad humana vive y en múltiples y variados aspectos, rompe las cadenas del régimen de servidumbre. Aparecen los genios como Leonardo da Vinci —1452-1519— que con la fuerza de su pensamien-to, carácter y sabiduría, aumenta la savia de la nueva cultura, juntamente con los demás hombres del saber y de las artes».

Naturalmente, el decurso de la Historia, manipulado por los vastos intereses en pugna, convierten a Leonardo Da Vinci en un «inmortal artista plástico», genial pin-tor y bastamente divulgado como autor de la «Gioconda» o «La última Cena» y esca-samente divulgado como «pensador», «revolucionario» y creador de las «Aca-

Page 406: El_Protector.pdf

demias» de Florencia que constituyeron el primer atisbo de Masonería Progresista Universal, Rito Primitivo.

Leonardo Da Vinci además, trabajaba en La Gran Obra, discutiéndose en los círcu-los que rodeaban a Cosimo y Lorenzo de Médicis. Sabemos también que fue Cosi-mo quien encargó a Marsilio Ficino, co-fundador de las Academias con Leonardo, la traducción del famoso Corpus Herméti-cum, el compendio de los conocimientos alquímicos greco-egipcios proveniente de Alejandría.

Finalmente, podemos decir, además, que «...Las características de la filosofía del Renacimiento son: la negación de la sabi-duría libresca y de la escolástica; la ten-dencia materialista apoyada en la experi-mentación sensible; el individualismo y el escepticismo religioso. La filosofía del Re-nacimiento, que está íntimamente ligada con las ciencias naturales, se aparta total-mente del idealismo (filosófico)» (1).

Page 407: El_Protector.pdf

He aquí una sutil pero trascendente cues-tión. Cuestión que durante siglos ha sido expuesta confusamente para desvirtuar el sentido de la verdad, confundir las ideas relativas a la filosofía de la masonería operativa e implantar con posterioridad, los deísmos o teísmos que han dogmati-zado a la Orden.

Nada tiene que ver el idealismo moral, con el idealismo filosófico. Como nada tiene que ver el materialismo (2) moral, con el materialismo filosófico. Es esencial entender eso para poder entender el dile-ma de una masonería esencialmente deís-ta o teísta, y una masonería agnóstica, ra-cional, respetuosa de las creencias indivi-duales y activa en la consolidación de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad...

Hemos tratado de sintetizar aspectos esenciales de lo que se denomina «Maso-nería Progresista, Rito Primitivo», herede-ra simultánea de la Masonería Operativa en lo relativo a su filosofía. Veamos ahora

Page 408: El_Protector.pdf

a quienes fueron sus mentores e integran-tes, en una sucinta exposición de sus res-pectivas personalidades. Como este tema lo seguiremos en otras precisiones, es im-portante señalar la personalidad de cada uno de ellos. Comencemos entonces con Leonardo da Vinci.

3 Leonardo da Vinci

A este gran sabio, filósofo, notable pintor

y matemático, lo vemos en la faceta de su vida que se relaciona con la francmasoner-ía, cuya existencia discurre entre los años de 1452 a 1519. Su padre Pedro da Vinci, en 1470, lo envía a Florencia, al estudio del pintor Andrea Verrochio su amigo intimo; Leonardo resultó ser un excelente apren-diz, simpático y agradable. Estas cualida-des le facilitaron relacionarse con los artis-tas jóvenes que frecuentaban el estudio del maestro, así como también con ma-temáticos, astrónomos, geógrafos y los profesores más distinguidos de la ciudad,

Page 409: El_Protector.pdf

que le facilitaban las fuentes para adquirir conocimientos amplios en las diferentes ramas del saber humano.

En 1472 fue admitido en la agrupación de los pintores florentinos, gremio de la Ma-sonería, independiente del clero. La nece-sidad de resolver problemas que le plan-teaba el Arte, impulsó a Leonardo a pro-fundizar sus estudios científicos siguiendo el método experimental y lo hizo convir-tiéndose en un sabio enciclopedista, en de-trimento de su arte. Era muy notable en Arquitectura y nadie le aventajaba en Perspectiva y Óptica. Estudió las propie-dades de las hierbas. Se aplicó en la As-tronomía e hizo observaciones en los mo-vimientos de las estrellas.

La fama de Leonardo da Vinci que llena-ba toda Italia, hizo que Ludovico Sforza, llamado «el Moro», favorecedor de todos los hombres de talento con quiénes mostró muy bien su liberalidad, propusie-ra a Leonardo que fuese a Milán, dándole

Page 410: El_Protector.pdf

quinientos escudos al año. Ludovico Sfor-za, duque de Milán era un gobernante hábil y activo y se distinguió como pro-gresista fundando muchas escuelas. Cons-truyó teatros y ayudó a la creación de Academias; dedicó mucha atención a las obras públicas de gran importancia; tenía simpatía por las ideas liberales y favoreció al partido de los gibelinos que luchaba por la independencia de Italia, en contra de los güelfos partidarios del papado romano (1451-1508).

Leonardo, que en 1482 entra al servicio de Ludovico Sforza, desde luego se pre-ocupa por la creación de la Academia de Arquitectura en Milán, de la que fue Di-rector y profesor de las materias más im-portantes; esta Academia fue transforma-da en 1484 en la «Primera Agrupación de Masones Libres y Aceptados», para el in-tercambio de conocimientos y de prácticas entre los asociados, o sea, en la Masonería

Page 411: El_Protector.pdf

Moderna o Francmasonería, como la lla-maron en Francia desde el año 1517.

En la Academia de Arquitectura de Milán, da Vinci atacaba claramente al cle-ro corrompido, los abusos eclesiásticos y los absurdos que formaban parte integran-te del sistema de la Iglesia y despreciaba la filosofía basada en la mentira, con la que se justificaban todas aquellas irregula-ridades. Él sostenía: «La mentira es tan vil, que hasta hablando bien de las cosas de Dios, haría perder su gracia a lo divino; y la verdad tiene tal excelencia, que presta su nobleza aún a las menores cosas que elogia. La verdad, aunque trate de una co-sa pequeña e insignificante, sobrepasa in-finitamente las opiniones inciertas acerca de los más sublimes y elevados proble-mas... Pero tú que vives de sueños, hallas mejor placer en los sistemas de las cosas reveladas e inciertas que en las conclusio-nes seguras y naturales que no se elevan a esa altura».

Page 412: El_Protector.pdf

A Leonardo debe considerársele como discípulo aventajado, que sobrepasó a sus maestros a causa de sus aptitudes de hombre genial. Recibió la enseñanza común de su época en el taller del escultor Verrochio, escuela típica de la Masonería Operativa de entonces; su progreso poste-rior en las ciencias fue a causa de sus es-fuerzos personales. Su tenacidad por su-perarse, formó la mente de Leonardo que captó la palpitación del momento. Esta se expresaba en el descontento de la clase media, contra las viejas Universidades es-colásticas que no daban los conocimientos necesarios a sus hijos y así poder resolver los problemas que planteaba el régimen económico burgués en pleno desarrollo. Y no se preocupaban por modernizar la en-señanza.

(Como podemos deducir, algo muy simi-lar a lo que ocurre en nuestros días, en los que el «sistema» procura con ahínco pre-carizar la educación y la enseñanza, a fin

Page 413: El_Protector.pdf

de mantener los irritantes privilegios que complican la armonía social, económica y política de nuestro tiempo y mantienen en la «ignorancia» cuando no en el analfabe-tismo, a millones de jóvenes, ciudadanos del futuro...).

La Masonería Operativa estaba en ese momento fuera de tales inquietudes. Leo-nardo, impulsor de las nuevas ideas fi-losóficas y científicas, tomó a su cargo la Modernización de la Masonería, mediante la agrupación de los mejores hombres del saber. Esta masonería moderna, fue lla-mada posteriormente Francmasonería. Su modernización tendría por objeto el acer-camiento entre los hombres de estudio y trabajo, tanto para el intercambio de cono-cimientos y de prácticas individuales, co-mo para el cultivo de los sentimientos de unión, solidaridad y cooperación, que lle-van al triunfo a los hombres organizados para cualquier fin.

Page 414: El_Protector.pdf

Su pensamiento sobre este asunto, lo co-municó primero a sus amigos íntimos, maestros y colaboradores: Pablo Toscane-lli y Américo Vespucio, constituyendo así el triángulo que permitió madurar la idea y preparar el plan de acción.

4 Pablo Toscanelli

Este astrónomo florentino, discípulo del

notable arquitecto Felipe Brunelleschi, dominaba las lenguas antiguas y era un sabio enciclopedista, 1397-1482. Por sus conocimientos enciclopédicos y princi-palmente por su dominio de las lenguas antiguas, se le confirió el cargo de «Con-servador de la biblioteca» del notable humanista italiano Nicolás Niccoli, for-mada en Florencia con los manuscritos de los principales autores de la antigüedad.

Toscanelli, maestro de Leonardo da Vin-ci, proporcionó a este para su estudio mu-chos manuscritos de la biblioteca de Nic-

Page 415: El_Protector.pdf

coli y aun los suyos sobre astronomía. Cristóbal Colón conoció a Toscanelli en Florencia, de quien fue discípulo lo mismo que Américo Vespucio.

El sabio maestro Toscanelli, que se dedi-caba a la enseñanza y que podía facilitar a los estudiosos los manuscritos, mapas re-lacionados con la navegación y datos ge-ográficos que estaban bajo su cuidado en la biblioteca, sirvió de gran utilidad a es-tos sus dos discípulos. Hombre progresis-ta, Toscanelli colaboró con Leonardo da Vinci en la organización de los hombres del saber y de las Artes, para el intercam-bio de conocimientos; murió el 15 de Ma-yo de 1482.

Toscanelli, como astrónomo, consideraba la Tierra como redonda y poseía datos de diferentes fuentes, sobre la existencia de lo que es hoy el continente americano —aunque el clero católico niega esto por causas políticas—, fraguando las teorías que mencionan en la correspondencia fal-

Page 416: El_Protector.pdf

sa con un canónigo de Lisboa, de nombre Fernando Martínez.

Toscanelli relacionó a Colón con Américo Vespucio en Florencia y desde esa época los dos navegantes cultivaron una amistad que continuó en España, donde Vespucio cooperó abiertamente para el éxito de los históricos viajes de su compañero de pro-fesión.

5 Américo Vespucio

Nació Américo Vespucio en Florencia el 9

de marzo de 1451, recibió su primera en-señanza de su tío paterno Antonio, monje dominico; desde joven aprendió a escribir latín y mostró gran interés por el estudio de las Matemáticas, la Física, la Astronom-ía, la Historia, la Cosmografía y la Nave-gación.

Sus primeras experiencias de navegante las tuvo en sus viajes por el Mediterráneo, visitando los puertos de Italia, Grecia, Pa-

Page 417: El_Protector.pdf

lestina y el norte de África. Más tarde vol-vió a Florencia, dedicándose a perfeccio-nar sus conocimientos al mismo tiempo que trabajaba como agente comercial de la casa bancaria de los Médicis. Sabemos que Pablo Toscanelli, su maestro, le dio ma-nuscritos científicos para el estudio de di-ferentes materias.

En Florencia conoció y cultivó amistad íntima con Leonardo da Vinci al que apre-ciaba por su talento y cualidades de hom-bre de estudio; como representante de los Médicis visitó varias ciudades de Europa y se relacionó con hombres notables por sus conocimientos. Vespucio hombre pro-gresista y liberal en su época, cooperó con Leonardo da Vinci organizando la Prime-ra Agrupación Francmasónica en Milán y durante un tiempo fue profesor de Geo-metría, Cosmografía y Geografía, en la Academia de Arquitectura fundada por Leonardo.

Page 418: El_Protector.pdf

En España mantuvo relaciones de amis-tad con Cristóbal Colón; armó y equipó las naves que sirvieron a este en sus viajes a través del Atlántico, proporcionándole los datos de Astronomía náutica que pose-ía. A partir del año de 1497, Américo em-prendió con otros navegantes, cuatro via-jes al Nuevo Mundo. Dos por cuenta de España y dos por cuenta de Portugal. Ex-ploró las costas del norte y del sur del Continente y corrigió los errores de los mapas antiguos.

Vuelto a España en 1505, se casó con la dama castellana María Cuprezo y fue nombrado primero cosmógrafo de la co-rona y después, en 1509, piloto mayor de la casa de Contratación del Rey Fernando. Murió en Sevilla el 22 de Febrero de 1512 y su entierro fue muy pobre.

Siguiendo las reglas de las ciencias exac-tas, Américo Vespucio relata en una carta a Lorenzo Pedro de Médicis, con claridad, «que se había descubierto un Mundus

Page 419: El_Protector.pdf

Novus y no las Indias…»; este relato se publicó mediante un libreto impreso que pasó a formar parte de una Cosmografía —Cosmographiae Introducctio—, en la que se proponía que el Mundus Novus se llamara América, en honor a Americus Vesputius o Albericus Vespucius. Eso su-cedía sin que Vespucio lo sospechara ni conociera a los autores de la proposición, pues la Cosmografía se imprimió en la pequeña ciudad de Saint-Dié del ducado de Lorena. Pasó algún tiempo sin que na-die se interesara por la proposición. Pero al fin, intereses bastardos iniciaron una disputa en la que se trataba de opacar la gloria de Colón y la de Vespucio; pero el clero penalizó su parte, como siempre.

El clero destruyó las pruebas auténticas y fabricó las convenientes a sus intereses; desaparecieron archivos enteros hasta bo-rrar los vestigios de la verdad sobre el descubrimiento del nuevo continente y aparecieron los impresos auténticos y au-

Page 420: El_Protector.pdf

torizados, como sucedió con la suplanta-ción de la Francmasonería Moderna a principios del siglo XVIII, por el «legitimo y auténtico» Rito Escocés Antiguo y Acep-tado y por los intereses teológicos y monárquicos, cuyos autores resultaron ser clérigos (3). La confusión aumentaba ante culpas y disculpas y las figuras falsas ves-tidas de sotana aparecieron gloriosas, mientras los hombres que siempre fueron amigos y colaboradores descansan en paz.

Pero tanto Cristóbal Colón como Améri-co Vespucio, aportaron desinteresada-mente a la humanidad todo lo que un sa-bio inquieto y progresista podía aportar en su tiempo, pese a su pobreza y sus de-nigradores, que llenaban sus bolsas del oro de América, y explotaban la ignoran-cia humana... y otras lindezas colonialis-tas.

Page 421: El_Protector.pdf

6 Primer núcleo de la francmasonería

Sostiene el R# H# L#. Espadas y Aguilar

que «...la idea de Leonardo da Vinci de Agrupar a los hombres de estudio y a los de las Artes, tenía apoyo de la Masonería operativa de Florencia; pero no del Go-bierno de esta ciudad-República, a causa de la influencia decisiva de la familia de los Médicis, que aspiraba a controlar el trono papal ya que Leonardo da Vinci, Pablo Toscanelli y Américo Vespucio eran muy populares en Florencia y no oculta-ban su inclinación a favor de los gibelinos que luchaban contra el dominio del clero y la nobleza. No obstante, los obstáculos que encontraron estos sabios en los prime-ros intentos de formar la primera agrupa-ción de la francmasonería, fueron venci-dos».

Continúa luego diciendo que «...Valiéndose de las amistades de Tosca-nelli fue presentado Leonardo a Ludovico

Page 422: El_Protector.pdf

Sforza, duque de Milán, que tenía fama de hombre progresista y protector de los gi-belinos. Toscanelli falleció en 1482; pero sus recomendaciones sirvieron para con-solidar la fama de Leonardo en Milán y en el mismo año de la muerte de aquél, Sfor-za invitó a Leonardo en su calidad de ar-tista sabio y le encargó la realización de diferentes proyectos de importancia para el Estado».

7 Acciones de la «Masonería Moderna»

Sabemos hoy que la primera actividad de

Leonardo con Sforza, fue la fundación de la Academia de Arquitectura de Milán; centro cultural y de enseñanza que reunía a los hombres más capacitados científica y artísticamente, para el intercambio de co-nocimientos y transmitirlos junto con prácticas, a un grupo selecto de discípulos que más tarde formaron —maestros y discípulos— la primera agrupación de una Masonería Moderna, que fue desde

Page 423: El_Protector.pdf

un principio una agrupación progresista de hombres de estudio y de trabajo, capa-citados no sólo para enseñar, sino para di-rigir la lucha por los ideales de la corriente científica, apoyándose en los hombres de trabajo en general y en los gremios de constructores en particular. De los cuales, no cabe duda, obtuvieron mística, pala-bras, toques y liturgia francmasónica...

Para que nuestros lectores tengan una idea de la importancia de las acciones de esta denominada Masonería Moderna, -que nada tiene que ver con la que en 1717 se sostiene nació de las Constituciones de Anderson como «especulativa»-, mencio-nemos que los hombres más conocidos del primer núcleo Francmasónico fueron: Leonardo da Vinci, Andrea Verrochio, Américo Vespucio, Marco Antonio de la Torre, Luca Paccieli y sus discípulos de la Academia: Francisco Melzi, César Sesto, Bernardo Luini, Andrés Salaino, Marco Vegioni, Antonio Boltrafio, etc.

Page 424: El_Protector.pdf

Con posterioridad, «...agrupaciones simi-lares a la de Milán, aparecieron en todas las ciudades importantes de Italia, inclu-sive en Roma, sede del papado y de la Co-fradías clericales: más hostiles al Progreso del Género Humano, estas se hallaban in-fluidas por el pintor Miguel Ángel Buona-rrota, (Buonanoti) hombre de alma cleri-cal, chismoso e intrigante, quien inventaba cuentos falsos y burlas pesadas, para des-acreditar a Leonardo ante el florentino Giovanni de Médicis, que fue elegido Pa-pa con el nombre de León X. Una vez más, la historia nos depara sorpresas que a ve-ces…, las obras de arte», parecieran querer ocultar tras su admirable composición...».

Finalicemos diciendo que a principios del siglo XVI, la Francmasonería agrupaba a los sabios, artistas y hombres de oficio en Francia, Inglaterra y Holanda y penetraba en Alemania donde se iniciaba el movi-miento reformista.

Page 425: El_Protector.pdf

Pero ahora hablemos de Europa a partir del año de 1500.

8 Nociones sobre la Masonería Primitiva

A comienzos del siglo XIV, los papas co-

menzaron a concentrar su poder, aprove-chando la decadencia de las Ciudades-Estados italianas (4). El Papado aspiraba a dominar el mundo bajo el poder de un gran Estado. Por ello comenzaron a cues-tionar, disputándoselo, el poder de los re-yes de España, Francia e Inglaterra, aspi-rando, sin duda alguna, a obtener la hegemonía Europea.

En el estudio de la historia de la maso-nería, muchísimos hermanos focalizan la idea de su decurso en aspectos controver-tidos, como la presunción de una influen-cia doctrinaria inmersa en las antiguas Es-cuelas esotéricas y los cultos de la anti-güedad remota o la influencia de los mis-

Page 426: El_Protector.pdf

ticismos y herejías cristianas. (Los cátaros por ejemplo e incluso los Albigenses...).

Por eso y por el accionar de las monarqu-ías absolutistas impidiendo el trato de ciertos aspectos de la realidad humana (como la Política, el «poder del gobierno» y la religión) es que surgió lo de que tales asuntos “…no deben tratarse en las lo-gias”. A ello se sumó, además, la influen-cia anatemática ejercida por las Constitu-ciones de Anderson. Los «límites», linde-ros o landmarks con sus «limitaciones», parecen impedir que nuestros HH# acier-ten a comprender el movimiento ocurrido en la Orden, precisamente entre los siglos XIV y XVI. De allí que debamos ser precisos en los acontecimientos ocurridos desde el siglo XIV.

El siglo XIV se caracteriza por «acentuarse —durante su transcurso— la pugna incu-bada durante siglos entre la libertad y la servidumbre». Y creemos que además, el

Page 427: El_Protector.pdf

aspecto religioso con sus herejías, cambios y luchas de poder.

Al respecto, podemos decir que «…las luchas sociales y religiosas por la libertad, que desde 1348 habían sido brutalmente sofocadas con descuartizamientos, hogue-ras, enterramientos en vida, etc., se repro-ducen ahora con la bandera de la «herejía» y un nuevo concepto del cristianismo, que se abría paso frente a la corrompida Igle-sia romana» (5). Tales conceptos nos ubi-can descarnadamente, en una realidad que frecuentemente se soslaya, apartándo-la de la historia de nuestra Orden.

Hoy sabemos y reconocemos el entonces incremento de la pobreza; empeoramiento de la servidumbre; situación miserable del campesinado y en los burgos de la plebe, —incluso podemos calificarlos de exclui-dos del sistema— compuesta de mineros, campesinos y artesanos de los burgos hicieron crecer un intenso malestar social.

Page 428: El_Protector.pdf

Esto obligó a los sufrientes vasallos a que en ciudades como Ulm, Ausburgo y Nu-remberg, por ejemplo y muchas más en Alemania e incluso en Francia (cataros), se unieran con los herejes, para combatir fe-rozmente contra la Iglesia y la nobleza.

Los «motivos y las voluntades» revolu-cionarias —que habían perdido su vigor en Italia— se concentran en Alemania, que los absorbe, siendo ese territorio ámbito decisivo para la lucha contra el poder temporal y el espíritu dominante del pa-pado. Simultáneamente, Europa se ve des-lumbrada por la invasión de la técnica, por el multiplicante poder de la imprenta y a través de ella, un fenómeno trascen-dente incluso en la Historia de la Huma-nidad: la divulgación del Conocimiento.

Nosotros pensamos que todas las cues-tiones revolucionarias tienen como algo esencial el Conocimiento. Por eso lo con-signamos con mayúscula. Y advertimos entonces la certeza de que tanto los «arte-

Page 429: El_Protector.pdf

sanos como los burgueses, encarnaban el espíritu progresista, junto con los huma-nistas y sabios» (6). Conviene aquí men-cionar —como recordatorio— que merced a esta importante cuestión y sus efectos, se forjó el carácter y la ideología de Leonar-do. En él, el amor a la Ciencia y al Arte lo convirtieron en el sabio y artista más céle-bre de la época, a quien cupo el honor de ser el fundador de la verdadera «Maso-nería Moderna», es decir, la Francmaso-nería.

9 El espíritu Renacentista

El espíritu Renacentista de los siglos XIV y

XV, desarrollado en Italia y Florencia en particular, se difundió al Norte de los Al-pes a partir del comienzo del siglo XVI. Pe-ro ciertamente incrementado por nuevas pautas, que convirtieron en universales las contradicciones, los intereses y por consi-guiente, las luchas entabladas entre la Eu-ropa medieval y el Renacimiento.

Page 430: El_Protector.pdf

Un párrafo significativo en la obra ¿Qué es la Historia del Rito Primitivo?, de Frere Charles Pompier, sostiene con claridad in-terpretativa para nuestros HH#, lo si-guiente: «…Existía ahora el Estado absolu-tista, con un concepto del poder y de la soberanía frente a otros Estados, que en relación con las pugnas religiosas y las pretensiones de la formación de una mo-narquía universal, originó las grandes guerras que asolaron a Europa en ese si-glo, en el que ya no existía la amenaza se-ria de los turcos, que había unido a los países europeos en épocas anteriores». Hablamos de la caída de Constantinopla en 1453.

Para poder comprender con mayor rigi-dez esta situación, podemos consensuar (7) que: «…El Estado moderno, por su ex-tensión en relación con las pequeñas Ciu-dades-Estados, exigía ahora una organiza-ción mucho más amplia, que comprendía las finanzas, la justicia, el correo, la marina

Page 431: El_Protector.pdf

y el ejército, las comunicaciones, carrete-ras, puentes, etc. Esto requería el concurso de la técnica para su gobierno, razón por la cual los reyes y príncipes procuraban rodearse de gente de saber y de especialis-tas en diversas materias, que, naturalmen-te, desplazaban a los frailes y curas que tradicionalmente desempeñaban los car-gos de consejeros en las cortes». Y ten-dremos así un panorama claro de cuál era la situación social, económico y política en aquellos tiempos.

Ahora bien, como la Iglesia nunca toleró un poder secular superior al suyo, intriga-ba con los reyes Carlos V, Francisco I y Enrique VIII, a fin de arrastrarlos a la gue-rra y debilitarlos, posibilitando así el triunfo de su propia causa. La Iglesia, en una palabra, alarmada por el progreso de las herejías y por la constante merma de su autoridad ante los pueblos y los prínci-pes, preparó su revancha organizando la feroz Contrarreforma, con la que, a partir

Page 432: El_Protector.pdf

del Concilio de Trento (1545-1563), trató de liquidar a sus enemigos: artesanos, sa-bios, artistas, etc., y establecer su control en las cortes, sustituyéndolos con los «ilustrados jesuitas», autores intelectuales de la nueva forma de la Inquisición, diri-gida por el llamado «Tribunal Supremo» del Santo Oficio.

10 Interregno

Hagamos aquí un interregno. Interro-

guémonos sobre algo esencial. Que debi-era despertar, al menos, nuestra curiosi-dad. ¿Creen ustedes que la Masonería existente en aquellos tiempos se circuns-cribía a las reuniones de constructores, pi-capedreros, «operativos», para tratar asuntos relacionados con el Arte de la construcción? ¿Creen ustedes que los ma-sones operativos, divididos en Aprendi-ces, Compañeros y Maestros Constructo-res, dedicaban su tiempo entre columnas a teorizar sobre los símbolos, ajenos a la rea-

Page 433: El_Protector.pdf

lidad en la que se hallaban inmersos? ¿O que se catequizaban sobre la influencia de los misterios propios del misticismo reli-gioso? ¿Creen ustedes que los hermanos masones de aquellos tiempos constituían una escuela individualista de capacita-ción, para luego insertarse solapada o vívidamente en la sociedad y desde allí «propagar» las ideas masónicas...?

Vemos cierto aspecto de sumo interés, consignado en el prólogo de la obra de Pompier (8) que hemos mencionado y que nos ha de permitir adquirir cierta claridad sobre este interrogante, cuyas proyeccio-nes comparto:

«Entre las sociedades secretas es la ma-sonería sobre la cual más se ha escrito, volúmenes y más volúmenes, enciclope-dias, diccionarios, revelaciones extrasen-soriales, miles de tomos, que lejos de acla-rar los orígenes y fines de la Institución Masónica, confunden más al verdadero investigador llevándolo por un laberinto

Page 434: El_Protector.pdf

de corrientes encontradas y cuando cree que ya ha dado con el hilo de la madeja, no tarda en darse cuenta que es el co-mienzo de uno nuevo, y así continúa, co-mo cliente cautivo de este tipo de autores que con mucho tino siempre dejan al lec-tor «en suspenso con supuestos misterios, que serán aclarados en próximas publica-ciones».

Nosotros, en esta obra, hemos querido superar estas reflexiones, en un intento de despejar los caminos para llegar a estable-cer, algún día, una historia coherente que abarque todas la posibles etapas en que el «Hombre» procuró avanzar hacia los horizontes que su imaginación le anti-cipó… No cabe duda que ha sido la mise-ria, el dolor, el esfuerzo, las penalidades, lo que incentivó la imaginación humana para avanzar hacia el horizonte espiritual, que asimiló por lo alegórico del horizonte geográfico. En todo caso, es seguro que la masonería ha sido un esfuerzo intelectual

Page 435: El_Protector.pdf

surgido de las sombras en busca de alcan-zar la Luz, como un objetivo convincente que lo impulsó a consolidar su mayor herramienta constructiva: La Razón…

Prosigamos, entonces, con el texto: Ese tipo de literatura fantasiosa es lo que la gente quiere y desea leer y busca con afán en librerías, nuevos textos, continuaciones de publicaciones anteriores, etc., pero ca-da una es un nuevo comienzo, un nunca acabar y sin que en ningún momento se les aporte algo, porque a estos autores no les interesa aclarar nada sino hacerse ri-cos. Es la razón por la cual nos vimos en la obligación de reeditar esta obra que el au-tor dedica a los masones mexicanos (¿Qué es la masonería Primitiva?), pero conside-ramos que va dirigida a todo el estudiante acucioso e investigador, ávido de conoci-miento, y que a 33 meses del año 2000 (es-crito en noviembre de 1999) ya no se traga la píldora de que la Masonería comenzó en el «Paraíso Terrenal» (9). Al recién Ini-

Page 436: El_Protector.pdf

ciado, difícil es hacerle creer a estas altu-ras, que la Institución Masónica, es con-templativa, mística y estática, cuando la historia le ha enseñado que la acción, los movimientos de masas que liberaron a los pueblos del mundo de las cadenas físicas y mentales, estuvieron encabezados por masones. Esta obra aclara todas esas du-das y revela el verdadero origen de la Ins-titución, que por varios siglos fue «El gran secreto masónico». El masón investigador podrá darse cuenta, desde la lectura del primer capítulo, que la presente obra es una investigación seria, basada en hechos históricos reales, y no en lucubraciones fantasiosas y descabelladas, por lo que es-peramos que esta nueva edición tenga tanto o mayor éxito que las anteriores, en beneficio de la cultura masónica (10).

Consideramos esencial ese párrafo de la trascendente obra. Y si bien nuestra obra es una síntesis de muchas de sus expre-siones, lo esencial es seguir el hilo de

Page 437: El_Protector.pdf

nuestras ideas. Por ello, sigamos con el decurso de las consideraciones.

11 El accionar de da Vinci en Europa

Ya en París, Leonardo da Vinci, acompa-

ñado por grupos de artistas italianos, in-tegrantes de agrupaciones de la Academia de Milán, advirtió en Francia una realidad integrada por diversas corrientes contra-puestas: «…la corriente técnico-científica, que exigía el interés del naciente capita-lismo y del estado moderno, que unida a la humanística y a la de la Reforma, se oponía a la Contrarreforma, representada por la Sorbona, en la que dominaban los teólogos, enemigos de todo progreso».*

Francisco I, que junto a su hermana Mar-garita protegían a los artistas, poetas, humanistas y hombres de ciencia, aun siendo liberal, se hallaba supeditado a la política papal. Precisamente por la búsqueda de apoyo pontificio frente a

Page 438: El_Protector.pdf

Carlos V, dejaba manos libres a la Sorbo-na, para eliminar con la hoguera a sus enemigos, en muchos casos los protegidos del propio rey.

La respuesta a nuestros anteriores inter-rogantes, se resuelve afirmando que tenía en Francia plena actualidad «…la lucha entablada por los Masones progresistas florentinos, según el plan que habían for-mulado Toscanelli, Vespuccio y da Vinci».

12 Un poco de actualidad

Los masones actuales, divididos, lamen-

tablemente, por la proliferación de Ritos y Obediencias que parecieran responder a cuestiones tan particulares como la Regu-laridad o Irregularidad, posiciones gnosti-cistas o agnosticistas, esoterismos, misti-cismos, interpretaciones de los Landmark andersonianos y tantas cuestiones aleato-rias a la esencia de lo que es la masonería, incluso creen que la Orden, denominada

Page 439: El_Protector.pdf

hoy «Masonería Moderna y Especulativa», proviene esencialmente de los sucesos históricos focalizados en Inglaterra, como si la masonería fuese originaria y tradicio-nalmente adherida a los símbolos, íconos, mitos o acontecimientos anglosajones.

Ello se debe a la bisagra histórica creada en Londres en 1717 por Anderson y Desa-gulliers y todo cuanto desde aquella fecha se fue sucediendo. Sin embargo, como posteriormente veremos, esa bisagra es la que ha ocasionado la ausencia de Unidad Universal en la Masonería y varias confu-siones en la visión real de lo que es y sig-nifica la Orden.

Por ello, deberemos proseguir con el de-curso histórico, imbricado en el accionar de da Vinci y los hermanos provenientes de lo que podemos denominar escuelas de Florencia.

Page 440: El_Protector.pdf

13 Formación de la Francmasonería Francesa

en 1517

En 1517 se formó la primera agrupación

de la «francmasonería» francesa, merced a Leonardo da Vinci, cuya relación con inte-lectuales y artistas franceses y la unidad lograda con los florentinos y milaneses que lo acompañaban, permitió concretar, continuándolos, los ideales nacidos en Milán y las Academias florentinas. Esa agrupación adoptó el nombre de «Logia francmasónica», dándole como significa-do, el de: «…lugar donde se reúnen hom-bres liberales, para expresar libremente su pensamiento como constructores».

El término logia, deriva del griego logos, que indica…el sitio donde se discute.

Como sabemos, masón significa albañil o constructor. Y la partícula «Franc», ante-puesta a un sustantivo, significa en francés, libre o liberal. De allí que la de-nominación «Logia Francmasónica» …se

Page 441: El_Protector.pdf

daba a las agrupaciones secretas de los francmasones, que para actuar pública-mente en relación a sus fines de enseñan-za superior, lo hacían bajo el nombre de «Colegio Francés», constituido con autori-zación del Francisco I. La denominación de «Colegio», elegida por los francmaso-nes franceses, en lugar de «Academia», tenía un significado más preciso que esta última palabra, toda vez que no significa solamente el lugar donde se imparte en-señanza, sino que indica que los agrupa-dos están coaligados o unidos por algo que les es común, y que en este caso eran precisamente sus propósitos de lucha progresista*.

Ese Colegio fue acción e inspiración para Leonardo, organizador y director de los trabajos de la agrupación hasta su muerte, en 1519. Desde aquellos remotos días de la historia francmasónica, podemos decir —más allá de la frase hecha— que ha pasa-do mucha agua bajo los puentes. También

Page 442: El_Protector.pdf

han soplado las brisas y los vientos del ol-vido, unas veces por el rodar de las cosas del tiempo y otras por obra y gracia de la ingratitud, los intereses, la malevolencia, las intrigas y todas las lacras que los ma-sones decimos combatir, entre ellas la tri-logía tan repetida pero no tan comprendi-da, que integran los vértices del triángulo de la maldad: la ignorancia, el fanatismo y la superstición. A la que también solemos denominar: la hidra de tres cabezas.

14 Bases de la renaciente masonería

Leonardo fue el actor y albañil que

«…cimentó sólidamente las bases de la renaciente Francmasonería»*. Y esto lo sostenemos más allá de las fantasías in-corporadas al inconsciente colectivo por autores como Dan Brown que, no obstan-te, expone aproximaciones a la verdad histórica con narraciones que pueden, tal vez, incentivar la curiosidad pública... y

Page 443: El_Protector.pdf

en algunos aspectos confundir a los ini-ciados masones...

Pero su muerte no detuvo el andar de tal renacimiento. Había tras él un sinnúmero de voluntades, cuyo accionar continuó y consolidó la estructura progresista de la francmasonería. Cuando mencionamos el término olvido, tal vez lo hacemos en fun-ción de la ignorancia que nuestros HH# tienen hoy de aquellos antiguos masones. Vale la pena nombrarlos. Y también vale la pena substanciarse de ellos. Hablamos de hombres de valía y prestigio, como Francisco Melzi, Andrea del Sarto, Juan Rozzo, Primaticio y Juan Cousín, entre los pintores; Benvenuto Cellini, German Pi-tou, Juan Goujou, Pedro Bontemps; entre los escultores; Filiberto Delorme, Juan Lescot, entre los arquitectos; Guillermo Pelicer, Pedro Danés, Jorge Lelve, entre los escritores; Julio César Escalígero, José Justo Escalígero, Roberto Etienne, Juan

Page 444: El_Protector.pdf

Andrés Lascaris, Guillermo Budee y Mi-guel Servet, entre los hombres de ciencia.

También militaron en esas filas Pablo Toscanelli y navegantes italianos y técni-cos florentinos, como Colón y Vespucio, en colaboración con técnicos portugueses y españoles como los Pinzones, Juan de la Cosa y otros, continuado en Inglaterra con Moro, Bacon, Hobbes, Locke, etc.; en Holanda por Hugo Grocio y Espinosa; en la Francia de los Enciclopedistas por Di-derot, D‟Alembert, Helvetius, Holbach, etc., y en la América colonial y en otro or-den, por Francisco Miranda y, como se viene estudiando, el mismísimo George Washington y otros patriotas norteameri-canos…

Los estudios e investigaciones históricas de Pompier, definen «…la característica principal de la labor francmasónica fran-cesa que seguía la orientación de la Aca-demia de Arquitectura de Milán, consistía en que sus componentes no se conforma-

Page 445: El_Protector.pdf

ban con clasificar el saber adquirido, sino que se dedicaban a la observación directa de los fenómenos de la Naturaleza y a la experimentación, con el fin de poder en-contrar las leyes por las que se rige, si-guiendo así el método aceptado desde en-tonces como “método científico”. Ellos fueron los primeros en precisar la forma de organización y los objetivos ideológi-cos que debían regir las agrupaciones de la Francmasonería Universal, y que dife-renciaba radicalmente a estas agrupacio-nes progresistas, de otras muchas que se fundaban por iniciativa o inspiración del clero, para oponerlas tanto a las agrupa-ciones de la Masonería operativa libre, como a las que seguían la corriente cientí-fico-naturalista de entonces»* (id. Ob cit.).

Page 446: El_Protector.pdf

15 Principios básicos constitutivos de la

francmasonería Universal

Sería torpe pensar que a través de nues-

tras afirmaciones en esta obra, los lectores tendrán un pormenorizado y cabal cono-cimiento del desarrollo de la Masonería Primitiva Progresista. Para que ello sea posible, los remito a las obras del Profesor Dr. Ramón Espadas y Aguilar, Historia General de la Francmasonería Progresista Universal. Su filosofía, y a la de Frere Charles Pompier, ¿Qué es la francmaso-nería primitiva?, en función de las cuales estamos desarrollando este sintético traba-jo (11). Y más interesante aún, es sostener que esta obra no trata de resolver los enigmas sobre el origen de la masonería en sí, sino aportar una nueva visión de las posibilidades de investigación y visión panorámica de sus alternativas.

Por estos días, en muchos de quienes “han oído hablar” de la Masonería Primi-

Page 447: El_Protector.pdf

tiva Progresista (12) o que han tomado conocimiento de ella a través de los pre-juicios que obviamente el establishment andersoniano sostiene, hablan de antise-mitismo, anarquismo, izquierdismo y tan-tas otras «denominaciones genéricas», que procuran desvirtuar acontecimientos fun-da-mentales en la historia de la masonería. Y léase bien, no digo «de la verdadera» historia de la Orden (13).

En algunos de nuestros artículos hemos tratado de cimentar la idea de una «bisa-gra» ocurrida en esa historia, mediante la cual intereses espurios, monárquicos, re-accionarios y retardatarios, ocasionaron a la masonería graves daños que hoy mismo padecemos los masones y padece la Or-den a la que pertenecemos. Las sombras y los velos que se han tendido sobre la His-toria que estamos comentando, se van descorriendo lentamente. Los QQ# HH# —que a pesar de tiempos de mediocridad, infamias y fundamentalismos destructivos

Page 448: El_Protector.pdf

que pretenden seguir sometiendo al Hombre a sus designios— se abocan hoy decididamente a la investigación y el es-tudio y merced a ello es que poco a poco van conociendo aspectos esenciales de la Historia francmasónica.

No cabe duda alguna que entre los do-cumentos antiguos de la masonería, mu-chos de los cuales no fueron tomados en cuenta —o considerados como desapare-cidos—, en tiempos de las Constituciones de Anderson, se encuentra el que cono-cemos como el de los «Principios básicos constitutivos de la Francmasonería Uni-versal, aprobados en la asamblea general de los Francmasones que se reunió en París en el año de 1523».

Cuatro años después de la muerte de Leonardo, «…estos principios básicos de organización y fines ideológicos fueron formulados y aprobados como Constitu-ción de la Francmasonería Progresista Universal, en una Asamblea General de

Page 449: El_Protector.pdf

los francmasones franceses (que se llevó a cabo en París en 1523). Esta Constitución de la primitiva Francmasonería, fue for-mulada, entonces, dos siglos antes de la denominada por Espadas y Aguilar seu-domasonería inglesa de Anderson» (…que los queridos hermanos masones debieran mensurar y comparar con la actual Consti-tución proveniente de la de Anderson y Desaguliers, teniendo muy en cuenta que dicha Asamblea lo fue de “Maestros ma-sones” representándose a sí mismos…) y que postulaba lo siguiente:

16 De la Logia Francmasónica y sus miem-

bros

1. Siete o más Francmasones, debidamen-

te capacitados, reunidos bajo la bóveda ce-leste a cubierto de la indiscreción profana, para discutir y resolver libremente, por mayoría de votos, los asuntos que les inte-resen colectivamente, forman una Logia

Page 450: El_Protector.pdf

Francmasónica, similar a las de la Maso-nería operativa.

2. Los trabajos en Logia se verifican du-

rante las horas libres de ocupación de los reunidos, y de preferencia entre el medio día y la media noche, bajo la dirección de un Maestro Aprobado (Presidente y dos Celadores, también Aprobados (vicepre-sidentes). Las reuniones se efectúan ante los útiles de trabajo conocidos, colocados en el Ara del Medio en la forma acostum-brada, estando resguardada la entrada al recinto de la reunión por un Guardián se-guro y resuelto y un Experto retejador de los visitantes. Todos los que desempeñan cargos son elegidos por mayoría de votos de los Francmasones reunidos, sea para una Asamblea o para un período determi-nado por ellos.

3. Los Francmasones reunidos en Logia,

de acuerdo con las reglas y costumbres conocidas desde tiempos muy antiguos,

Page 451: El_Protector.pdf

pueden, previa averiguación respecto a los candidatos, iniciar a los profanos en los Misterios (Secretos) de la Francmaso-nería y examinar a los Aprendices y Com-pañeros para elevarlos a los grados de ca-pacitación superiores inmediatos, toman-do de ellos la promesa de fidelidad en la forma acostumbrada, ante los útiles simbólicos del Trabajo y de Ciencia y co-municándoles los signos, los toques y las palabras secretas de reconocimiento y de socorro, universales entre los francmaso-nes.

4. Es costumbre antigua, firme e inviola-

ble, no admitir como francmasones a sus enemigos naturales que son: los clérigos de las religiones, los poseedores de títulos y privilegios de las castas de la nobleza y los hombres que tienen convicciones con-trarias a los principios básicos de la Francmasonería, salvo en los casos de re-beldía de éstos contra la ideología de los grupos mencionados.

Page 452: El_Protector.pdf

5. No se admiten como Francmasones los

esclavos, los menores de edad y los inca-pacitados física y mentalmente.

6. Unión, Solidaridad y Cooperación son

los principios de la organización interna de la Francmasonería Universal. (U# S# C#).

7. La inclinación al estudio y trabajo, la

vida y costumbres sanas y normales, el comportamiento decoroso, el trato frater-nal entre los asociados a la Francmasoner-ía, la preocupación constante por el pro-greso y bienestar del género humano y su propia perfección, son distintivos de un buen Francmasón.

8. Para poseer los derechos completos del

Francmasón dentro de las agrupaciones y dentro el pueblo masónico en general, es indispensable e imprescindible escalar los tres grados de capacitación de Aprendiz, de Compañero y de Maestro, y conocer en

Page 453: El_Protector.pdf

esencia la Leyenda no alterada de la Ma-sonería Antigua, respecto la Construcción del Templo de Salomón; contribuir económicamente para el sostenimiento de sus agrupaciones; asistir regularmente a los trabajos de Logia; Preocuparse por los hermanos enfermos, perseguidos o caídos en desgracia y por sus familiares; ayudar a los hermanos viajeros y no abusar de la confianza de nadie.

9. Son derechos esenciales de un Franc-

masón: a) voz y voto en Logia y en la Asamblea General (Gran Logia) de los Maestros Masones; b) elegir y ser elegido para todos los cargos dentro de sus agru-paciones; c) pedir la revisión de los acuer-dos tomados en Logia ante la Asamblea General de los Maestros Masones; d) exi-gir en Logia la responsabilidad de los ele-gidos en el desempeño de sus cargos; e) pedir justicia francmasónica en casos de conflictos entre los asociados a las Logias afines; f) formar triángulos y estrella para

Page 454: El_Protector.pdf

trabajar masónicamente en los lugares donde no es posible reunirse en Logia por causas de fuerza mayor; g) disfrutar de socorro, ayuda y protección mutua entre los Francmasones; h) visitar a las Logias ideológicamente afines y ocupar los pues-tos correspondientes a su grado de capaci-tación, previa identificación de su calidad de Francmasón en forma acostumbrada y segura, e i) pedir el Certificado de Retiro de la Logia sin explicación de causas, es-tando en pleno goce de sus derechos.

17 Son deberes primordiales de los Franc-

masones pugnar

10. Por el reconocimiento del principio de

la separación de la filosofía de la teología.

11. Por la libertad de pensamiento y de

investigación científica.

12. Por la aplicación del método científico

experimental en la filosofía.

Page 455: El_Protector.pdf

13. Por el intercambio de los conocimien-

tos y de las prácticas entre los hombres para el bien propio y de la humanidad.

14. Por la libertad de conciencia religiosa

y la prohibición absoluta a los clérigos de las religiones de inmiscuirse en los asun-tos políticos.

15. Por la abolición de los privilegios de

las castas de la nobleza y del clero.

16. Por la prohibición de emplear a los es-

clavos en los oficios de los hombres libres.

17. Por los derechos de los pueblos de

gobernarse libremente, según sus leyes y costumbres.

18. Por la abolición de los Tribunales es-

peciales de justicia del clero y de las castas de la nobleza, y el establecimiento de los Tribunales comunes, de acuerdo con las costumbres y leyes de los pueblos.

Page 456: El_Protector.pdf

18 Otras disposiciones Constitucionales

19. Toda Logia Francmasónica es sobera-

na, no puede inmiscuirse en los asuntos internos de otras Logias, ni elevar a gra-dos de capacitación superiores a los aprendices y compañeros afiliados a otras Logias sin su consentimiento o la solicitud de ellas.

20. Un pacto entre las Logias significa la

Cooperación y no la renuncia total o de parte de su soberanía.

21. Siete o más Logias Francmasónicas de

un territorio determinado pueden formar un Federación (Gran Logia) y tres o más Federaciones pueden unirse en una Con-federación.

22. Para conservar intactos los principios

de Unión, Solidaridad y Cooperación no es recomendable la formación de dos Fe-deraciones o Confederaciones sobre el mismo territorio.

Page 457: El_Protector.pdf

23. La Asamblea General de los Maestros

Masones es la autoridad Suprema del te-rritorio de una Federación, dicta las leyes, nombra y controla su Gobierno Federal y elige a los representantes que forman par-te de la Asamblea de la Confederación.

24. Todo Francmasón capacitado, electo

para un cargo o representación, es respon-sable ante sus electores y puede ser desti-tuido por ellos en cualquier momento.

25. Entre los Francmasones y sus asocia-

ciones no pueden existir diferencias basa-das en la distinción de razas, color o na-cionalidad.

26. Los principios de Universalidad,

Cosmopolitismo, Libertad (no esclavitud), Igualdad (ante las posibilidades) y Frater-nidad (como base de relaciones entre los hombres) son las metas de la Francmaso-nería.

Page 458: El_Protector.pdf

19 Opiniones de Robert Gallatin Mackey

Antes de dar continuidad a estas aprecia-

ciones, considero esclarecedor mencionar algunos conceptos vertidos por Robert Gallatín Mackey (Gº 33) en su Enciclope-dia de la Masonería. Hago mención a este masón ilustre, porque no todos sus con-ceptos vertidos sobre la Orden son acep-tados por los QQ# HH# En especial, sus Landmarks, (que no están en vigencias) cuyo contenido es considerado hoy como polémico, e incluso algunos hermanos los consideran en vigencia, exponiéndolos como ejemplo de la legislación masónica.

Sin embargo, de Mackey, fuera de su manifiesta posición dogmático-religiosa dentro de la Institución, su obra es signifi-cativa y su visión sobre aspectos históricos resulta muy útil al estudioso y esclarece muchos aspectos que hoy son, al menos, «conversados» por quienes investigan, con todo derecho, algunos espacios no

Page 459: El_Protector.pdf

muy claros de nuestro masónico «incons-ciente» colectivo...

Dice Gallatín Mackey: «Es el oprobio de la Francmasonería el hecho de que su his-toria aún no se haya escrito con el espíritu de la verdad crítica; que la credulidad, y no la incredulidad, ha sido la fundación sobre la que todas las investigaciones Masónicas históricas han sido construidas hasta ahora; esa imaginación, que con mucha frecuencia “concede el embeleso de las cosas que se ofrecen a la vista”, pues los eslabones faltantes en la cadena de evidencias, han sido suplidos frecuen-temente por los de la invención gratuita; y esa manifestación de suma importancia, ha sido sustentada negligentemente por el testimonio de documentos cuya autentici-dad no ha sido probada».

Quiero demostrar con estas afirmaciones de Gallatín Mackey, que no soy el autor que ha puesto en duda muchas de las «convencionales» creencias, respecto de

Page 460: El_Protector.pdf

las Constituciones de Anderson y su no solo legitimidad, sino, precisamente, la mención que Anderson hizo de la «pérdi-da de documentos en el incendio de Lon-dres» y el «uso de los que tenía a mano», sino que nuestras prevenciones están legi-timadas por autores como Gallatín Mac-key, a quien tampoco le cae bien el pre-sunto creador de la Masonería Moderna y sus «límites», «linderos» o Landmarks.

Mackey abona sus dichos, extendiendo su estudio al término Masonería, cuando sostiene que «si la consideramos sinónimo de Francmasonería, en tal caso debemos limitarnos con apego a los acontecimien-tos que se relacionan con la Institución en su forma actual a la vez que con su orga-nización. En tal caso podemos decir que la Masonería recibió nueva organización y restauración (¿?) en los comienzos del si-glo decimoctavo» (1717-1723). Podemos trasladar esta misma Institución, con los antiguos pero no diferentes en forma,

Page 461: El_Protector.pdf

Gremios Masónicos de Europa; con las corporaciones de albañiles de Alemania; con los Francmasones viajeros de la Edad Media y relacionarla con los Colegios de Arquitectos de Roma. Dicha Historia no requiere un acuerdo como requisito autén-tico para establecer su origen verdadero, pues no se encontrará dificultad en con-ceder a la Institución una antigüedad en-vidiable.

También habla Mackey de la confusión existente por los términos que aluden a la «...masonería con la Geometría, con la Ar-quitectura o con la Ciencia Moral» y al respecto señala que «...este es un error que prevaleciente en todos los grandes escrito-res ingleses sobre Masonería... incluso en el siglo presente (siglo XIX)». Y para dar una exacta explicación de sus dichos agrega «A cada instante hablan de Maso-nería, como la Institución Mística la cual, en la forma que existía en aquella época, era familiar a sus lectores». Enseguida...

Page 462: El_Protector.pdf

en la misma página se encuentra un ex-tenso párrafo que refiere, sin ninguna al-teración del título, bajo el término idéntico de «Masonería», al origen de la Arquitec-tura, al progreso de la Geometría, o quizás a la condición de las virtudes Morales.

Como podemos advertir, las expresiones de Gallatín Mackey explican, de alguna manera, nuestra posición crítica que ve-nimos proponiendo desde hace largo tiempo, relativas a las actuales creencias de muchísimos masones y sus respectivas Obediencias, sobre la Historia de la Ma-sonería, sobre las características de su de-nominación y sobre aspectos doctrinarios que son aceptados y repetidos, pero que esencialmente carecen de entidad respecto de su origen histórico, de sus aspectos doctrinarios y de denominaciones que hacen creer a muchos masones, que están transitando la senda correcta.

Para poder seguir con nuestras ideas, te-nemos necesidad de agregar algunos con-

Page 463: El_Protector.pdf

ceptos de Mackey, relativos a sendos «pre-juicios» que nuestros HH# sustentan a ve-ces sin advertirlo.

Refiriéndose a la obra de Preston Ilustra-ciones de Masonería, Mackey dice que el autor sostiene, sobre el origen de la Maso-nería: «...que la fundación de la Masonería podemos hacerla remontar al principio del mundo...»; «...que desde el origen de la simetría y desde que la armonía desarrolló sus encantos, desde entonces tuvo princi-pio nuestra Orden».

Al respecto Mackey dice que leyendo bien a Preston (14), advierte que no se re-fiere a la Francmasonería, sino «...a alguna gran virtud moral, al sentimiento social, al amor del hombre por sus semejantes, que siendo inherente en el corazón humano, debe haber existido desde la creación de la raza, y necesariamente ha sido el precur-sor de la civilización y de las artes...» (cu-riosos conceptos los de Mackey, acordes a la visión que consignamos en esta obra…).

Page 464: El_Protector.pdf

Luego Mackey se refiere a Oliver, a quien señala como «desgraciadamente» entre-gado a las especulaciones abstractas y ex-cedido en consideraciones de Herod. Dice que Oliver comentó el pasaje de Preston, proclamando que «...nuestra ciencia exist-ía antes de la creación de este mundo, siendo difundida entre los innumerables sistemas los cuales forman el empíreo grandioso del espacio universal» (nueva-mente tales conceptos dan pie a nuestras lucubraciones…).

Pero acto seguido, Mackey señala que «...con el término Masonería Especulativa, el escritor quiere significar el sistema de filosofía fundada en la creencia de un Dios... y que en este juicio no se refiere a la Francmasonería.... sino a que la existencia de tal idea que se encuentra entre las inte-ligencias sensibles que, según supone, habitan los planetas y las estrellas del sis-tema solar». Estos conceptos son harto co-nocidos por los masones, pero al parecer

Page 465: El_Protector.pdf

no han cobrado suficiente conciencia de su desmesura.

Mackey no es menos piadoso con Ander-son. A este lo menciona como «…más modesto en sus particulares conviccio-nes…», ya que «...hace remontar a la Ma-sonería únicamente a la época de Adán en el Jardín del Edén; aunque pronto lo en-contramos de igual manera, tratando de diferentes cosas con el mismo nombre, y que la Masonería del patriarcal primitivo no es la Francmasonería de nuestros días, sino la Geografía y Arquitectura» (sic).

Me ha sido necesario consignar esos con-ceptos. Carezco de títulos, que en estos tiempos aparecen como aptos, para ponti-ficar aceptablemente. Mis razones son el estudio y la investigación. Y sobre ellos la voluntad de, como lo indica Mackey en su enciclopedia (pág. 635) respecto de la his-toria de la Francmasonería, «No exceder ni carecer en los hechos, no agregar ni su-

Page 466: El_Protector.pdf

primir. Establecer la verdad, la entera verdad y nada sino la verdad».

De allí que me sea necesario citar, a fin de no parecer presuntuosamente audaz en lo que digo. Aunque tenga algunas dis-crepancias con Robert Gallatín Mackey, —a quien sin embargo respeto y admiro— como él mismo lo ha expresado en su En-ciclopedia y en sus artículos sobre Franc-masonería, de los que me he consubstan-ciado y considero sumamente esclarece-dores, toda vez que sean mensurados y aceptados como válidos en el contexto de su tiempo y en función de su militancia religiosa, entre los que ha dejado constan-cia de que «...a cuya ciencia podemos lla-mar simbolismo masónico, y que constitu-ía el “poder vigorizante” de las Institucio-nes antiguas y modernas y a las que dio, mientras presentaban desigualdad de forma, una identidad de espíritu».

Page 467: El_Protector.pdf

Son de tal trascendencia esos conceptos, que constituyen para mí el mayor acicate para continuar el trabajo (Nota del autor).

Fuera de todas las concepciones históri-cas que se han desparramado por el mun-do de la masonería y que son aconsejadas en su lectura o tomadas como paradigmas de la Institución, he creído que la Consti-tución Francmasónica de 1523 constituye un valioso documento que permite visua-lizar a la Masonería Progresista, como parte de la Masonería Operativa, su con-secuencia o tal vez heredera del accionar masónico Europeo.

Deberemos comentar su contenido, des-actualizado tal vez a causa del transcurso del tiempo. En especial, debido a las dis-tintas situaciones y condiciones sociales diferentes a las actuales. En especial, si te-nemos en cuenta el último de sus artícu-los, que evidencia el esmero de sus auto-

Page 468: El_Protector.pdf

res en dejar implícitos conceptos generales adaptables a toda época.

20 La Contrarreforma

Sabemos hoy que la Francmasonería, tal

como lo señalan Pompier, Espadas y Aguilar, o también Frére Guide Aciereuxe incluso John Hamill, fue «falsificada» —si es el término que cabe— para servir a los intereses monárquicos, eclesiales y de po-der que ella combatía, desnaturalizando de tal manera su esencia. Esencia que sin adherirnos in extremis a lo postulado por los mencionados investigadores, podemos coincidir con Mackey, cuando dice de ella que «...constituía el poder vigorizante de las Instituciones antiguas y modernas y a las que dio, mientras presentaban des-igualdad de forma, una identidad de espí-ritu...».

La Francmasonería ha sido y debe ser eso: el poder vigorizante que procure una

Page 469: El_Protector.pdf

identidad de espíritu, fundadas sus ideas en el librepensamiento, en la armonía y en el Progreso. Porque todo ello la justifica plenamente en el decurso de su propia historia y en la historia de la humanidad, a la que ha estado permanentemente rela-cionada, como hemos querido evidenciar en la primera parte de esta obra. Incluso, aceptando que aunque no fuese como ins-titución, lo ha sido, precisamente, como un «poder vigorizante» emprendido por antepasados cuyo espíritu hubiese sido progresista o… heredero de un conoci-miento muy anterior a nuestra «histo-ria»….

No deseo utilizar términos como los que expresaron Pompier y Espadas y Aguilar, cuando decían que la Francmasonería había sido objeto de la «... desnaturaliza-ción más absoluta de su esencia, para po-nerla al servicio de los intereses que ella precisamente combatía».

Page 470: El_Protector.pdf

Pero allí no más está la Historia, en-frentándonos con la realidad, apenas pro-fundizamos en la creación de James An-derson con las Constituciones originadas en 1723. Lo que nos atañe al presente tra-bajo es recordar que desde la muerte de Francisco I de Francia, la Francmasonería —Institución que constituía el germen del progreso y de la universalidad en Euro-pa— debió salir de París y concentrar en Londres su capacidad conductora y opera-tiva. La Contrarreforma, con el peso del maridaje monárquico y eclesial «...hizo la vida imposible a los francmasones en París». Y no cabe duda, la Sorbona actuó rápida y eficientemente.

21 Actuación de Tomás Moro

Es Tomás Moro quien se adhiere entu-

siasta y coadyuva a propagar la Francma-sonería, introduciéndola en Inglaterra... Alcanza tal magnitud la Institución, que es la inspiración de Oliverio Cromwell pa-

Page 471: El_Protector.pdf

ra obtener un triunfo resonante: la instau-ración de la República en Inglaterra.

Aquí es cuando se nos obliga a señalar un hito en el historial masónico: ¿Iban a acatar los monárquicos ingleses y los mo-narcas europeos tamaña revolución?...

La respuesta más elocuente es la que brinda Findell, que dice que cuando al res-taurarse la monarquía inglesa, -con la se-cuela del horrendo descuartizamiento del cadáver sepulto de Cromwell para dise-minarlo a los cuatro puntos cardinales del reino “como ejemplo” para sus súbditos- tanto aquella como la iglesia anglicana, se ocupan y preocupan de proceder a des-truir a la que denominan «...su mortal enemiga»: la francmasonería, y consagran la afirmación de que lograron «...librarse del enojoso yugo traído por Bacon a la fi-losofía y por Cromwell a la política».

Page 472: El_Protector.pdf

22 Las Constituciones de Anderson y la de

1523 en París

Leamos lo que Pompier sostiene, refi-

riéndose a esta etapa de la historia franc-masónica en Inglaterra: «Para conseguir su fin, nobles y clérigos, capitaneados por el teólogo Anderson, conciben la idea de apoderarse de la Institución, en la misma forma que pretendió hacerlo el entonces rey Guillermo de Orange, en Holanda, en combinación con el clero de aquél país. El plan consistía en introducirse en la Francmasonería progresista y simular un renacimiento de la misma, como derivada de la Masonería Operativa, purgándola de cuanto significase lucha política contra el trono y el altar, y substituyendo a estos fi-nes por otros, tomados de la Cofradías medievales, y por el espíritu antipapista propio de la Iglesia oficial inglesa». Hicie-ron, pues, unos «Antiguos Límites» o «Landmarks» inventados por ellos, que

Page 473: El_Protector.pdf

quisieron hacer pasar por los auténticos Antiguos Límites de la Masonería opera-tiva, según documentos que decían poseer y que «desgraciadamente se quemaron», (en el «incendio de Londres» en 1660) también según su propia afirmación. Y te-niendo en cuenta que un sinnúmero de los referidos no eran originales sino «copias de otras copias precedentes...»... hasta hoy.

Pero no nos extenderemos sobre detalles de tal acontecimiento, que por su magni-tud y los efectos centenarios de su desa-rrollo, merecen un trabajo aparte. Sin em-bargo, luego de lo que hasta esta instancia hemos desarrollado, nuestro deber es ocuparnos de los alcances la Constitución Francmasónica de 1523, que, a nuestro en-tender, proyectó y consolidó la estructura de la Francmasonería Primitiva Progresis-ta, Rito Primitivo.

No obstante, resultará esclarecedor repe-tir lo que Pompier dice sobre la Masonería

Page 474: El_Protector.pdf

inspirada en Anderson, al expresar para definirla «...la estructura de la masonería escocesa y yorquina, inspirada en la obra de Anderson, (es) de carácter netamente reaccionario o, en el mejor de los casos, anodino. En efecto, esta seudofrancmaso-nería es una sociedad benéfica, en la cual se oculta con frecuencia la ignorancia más supina bajo la capa del misterio; de una palabrería hueca de aspecto liberal, anti-católico y revolucionario, o de un misti-cismo platónico o yogal hindú, para con-seguir la supuesta perfección individual».

La Constitución Francmasónica de 1523 contiene preceptos mínimos, dejando libre el camino del «progreso» y amparando las ideas liberadoras (liberales) que permi-tirán al Hombre ser dueño de su destino y, adaptando lo señalado por Mackey: ser la organización que constituye «... el po-der vigorizante de las Instituciones... mo-dernas y a las que da, mientras presenten desigualdad de forma, una identidad de

Page 475: El_Protector.pdf

espíritu...». Se trata del Progreso al que aspira la Humanidad, por el que se lucha a través de los tiempos. Y una doctrina humanista de neto corte masónico.

No resulta posible llevar a cabo interpre-taciones o ampliaciones de las bases de la Constitución de 1523, sin llegar a contra-decir su esencia primitiva. Especialmente sin enquistarse en sistemas filosóficos ce-rrados o definitivos. Y aquí debemos mencionar el carácter teológico de muchí-simos conceptos derivados del régimen pergeñado por Anderson.

Respecto del artículo primero, debemos señalar que el número de integrantes que indica cómo debe constituirse una Logia —en su caso con 7, un triángulo en 5 y una estrella en 3— carece totalmente de significado esotérico o misterioso alguno, pues la Francmasonería «descree total-mente de semejante carácter».

En el Trabajo de Pompier podemos acce-der a conocer que el número 3, por ejem-

Page 476: El_Protector.pdf

plo, ha tenido influencia en los masones operativos, por ser un número con signifi-cación mecánica y geométrica. Pero de ninguna manera alcances de misterioso o esotérico-misticista. Sin embargo, para esa Constitución bien puede tratar de expre-sar «el primer germen de una sociedad».

Veamos: «...en la reunión de dos elemen-tos no hay más que dos fuerzas afines o contrarias, que se traducen en acuerdo o discrepancia, en colaboración o ruptura. Pero en la reunión de tres hay ya un com-promiso de colaboración por el someti-miento de una parte a la otras dos: y esto constituye la primera célula democrática de símbolo de convivencia humana, con-seguida a base de la transigencia de la mi-noría, frente a la opinión de la mayoría».

Así lo sostiene Pompier, agregando que el régimen de mayorías y minorías, exclu-yendo el empate, sólo puede haberlo en las sociedades en las que el número de sus elementos es impar. Por eso, en las formas

Page 477: El_Protector.pdf

más elementales de sociedades como ésta, se especifica que sean tres, cinco o siete el número de sus elementos integrantes, y no cuatro o seis. Naturalmente, a partir de siete no hay limitaciones y por eso dice el artículo que comentamos, «siete o más francmasones». Se entiende, pues, que a partir del número siete debe haber un vo-to de calidad en la presidencia, que elimi-ne el empate.

También deberemos tener en cuenta que la expresión «reunirse bajo la bóveda ce-leste», no debe ser tomada como un aspec-to «ceremonial» indispensable o alegórico de corte místico o de algún origen miste-rioso, panteísta, animista o naturalista. Es evidente que su origen deriva de «...la ne-cesidad que experimentaban las socieda-des secretas, de reunirse al aire libre, en medio del campo o en el bosque, para eludir la vigilancia de sus enemigos», re-cordemos la situación en que se vivía los masónico en el siglo XVI.

Page 478: El_Protector.pdf

23 El derecho de reunión

Sin embargo, es necesario entender que

los alcances de tal recomendación, se sus-tenta en «...el derecho que se proclama pa-ra los hombres libres, de reunirse en cual-quier punto del Universo y constituirse en asociación». Sobre esta última interpreta-ción, creemos que sus alcances trascien-den lo masónico y se extienden a los con-ceptos humanistas de la organización so-cial, que la francmasonería ha contribuido en todo tiempo a su proclamación y desa-rrollo...

Algunos HH# atribuyen que aquello de «reunirse bajo la bóveda celeste» signifi-caría reunirse sin carta patente. Es decir, sin autorización de un alto cuerpo patro-cinante de las reuniones... Esta idea, prac-ticada por la seudofrancmasonería ander-soniana, es interpretada, ante el análisis de la Constitución de 1523, como «... una negación o, cuando menos, un condicio-

Page 479: El_Protector.pdf

namiento del derecho de reunión; condi-cionamiento indispensable para la monar-quía inglesa, que tenía por fin controlar a la Francmasonería como enemigo poten-cial. Este control se conseguía por medio de las “cartas patentes” otorgadas a las Logias, sin cuyo requisito eran declaradas irregulares y perseguidas».

De allí que en el comentario sobre tal ins-trumento regulatorio, la mención carezca de contenido limitante o excluyente en lo que se relaciona con la Francmasonería. Y en cambio debemos interpretarlo como «...una amplia declaración del derecho de reunión y de asociación. La frase “debi-damente capacitados” no es una cortapisa, sino que significa, simplemente, que para ser Logia Francmasónica debe estar cons-tituida por elementos que sepan lo qué es la Francmasonería». Por lo que a pesar del transcurso de los siglos (XVI al XXI) el espí-ritu de tal artículo e interpretación, posea

Page 480: El_Protector.pdf

plena vigencia frente a la situación actual de la Masonería.

23 El Ara

No analizaremos pormenorizadamente el

artículo Segundo. Pero haremos hincapié en su mención del ARA, debido a las in-terpretaciones de tipo teológico que en la actualidad se le da, de acuerdo con las Constituciones andersonianas. De aquella dice, la Constitución de 1523 que «...el Ara, en el recinto de la reunión de los Francmasones, está en el centro... y no en un extremo, como el Altar de los templos y en las reuniones de la nobleza, que im-plica el repudio a la consideración de igualdad, representada por las reuniones de la Mesa Redonda».

Y agrega muy claramente que «...El Ara en la Francmasonería no significa sola-mente el lugar donde se depositan los ins-trumentos de Trabajo, sino, también, el

Page 481: El_Protector.pdf

santuario en el que se conserva la herencia legada por los antepasados, es decir, la cultura, la sabiduría y la ideología que los ligaba a todos en la lucha por el progreso, y los inmortalizaba en la memoria de la Humanidad».

Como es sencillo discernir, los iniciados Maestros que asistieron a la «Asamblea general de los Francmasones reunida en París en el año de 1523», se hallaban con-testes con una mística humanista y una evidente convicción en el accionar doctri-nario de la francmasonería, imbuidos del espíritu progresista que las Academias de Florencia y los Colegios de Arquitectos, difundieron en su accionar en Francia y en la propagación de aquél, desde París en Europa y luego en Inglaterra. La de Tomás Moro y la de Oliver Cromwell...

Para advertir lo trascendente del artículo segundo, leemos al final las referencias a la forma de elegir a los dirigentes en las Asambleas —por mayoría y en forma de-

Page 482: El_Protector.pdf

mocrática— estableciendo así la diferencia substancial con las prescripciones de Ja-mes Anderson, que establecieron «…que los cargos directivos deberían ser ocupa-dos por caballeros de buena estirpe o no-bles de nacimiento» y a quienes los her-manos deberían «...obedecer con humil-dad».

24 Masones sensibles al compromiso

Una de las cuestiones que hoy día enfren-

ta a los masones, a veces en forma elo-cuente y en otras con esa tensión que sur-ge de la obligación ética de la Tolerancia, es la que plantean las Constituciones de Anderson al limitar el accionar de la Ma-sonería, en procura de propagar su doc-trina. La permanente mención de los Landmarks, que prohíben la política y la religión en el seno de las Logias, impide que la Orden pueda proyectarse a la cosa pública y la constriñe en la discusión so-bre el derecho de ejercer la libertad de

Page 483: El_Protector.pdf

pensamiento y discusión. Y más aún, de-bido a los gestos de genuflexión con los que se exageran los alcances de los Linde-ros.

No es sencillo analizar este aspecto de nuestras desuniones. Porque el término «política», que se impuso a través del Landmark, resulta avieso si consideramos que ella es la «...ciencia y arte de gobernar, que trata de la organización y administra-ción de un Estado en sus asuntos interio-res y exteriores. Actividad de los que ri-gen o aspiran a regir los asuntos públicos. Actividad del ciudadano cuando intervie-ne en los asuntos públicos con su opinión, su voto o de otro modo». Y no el subter-fugio de que «tratar asuntos de política» signifique bastardearla con las desinteli-gencias partidarias.

Pero si a ese término se lo implica en la politiquería, en el partidismo factible de enfrentar a los HH#, tendría su razón de ser. Sin embargo, el leitmotiv de esa

Page 484: El_Protector.pdf

prohibición debemos hallarlo en la in-fluencia monárquica, que despreciaba to-da posibilidad de ejercer el derecho de disentir, organizarse o toda actitud contes-tataria, propia del ciudadano, pero casti-gada en el vasallo.

El artículo cuarto de la Asamblea de 1523 es claro y contundente sobre su finalidad, pues no considera a la Francmasonería como una organización integrada por no-bles y clérigos. Y es más, declara que son enemigos naturales de la Francmasonería «...los clérigos de las religiones y los po-seedores de títulos y privilegios».

Y aunque se trata de disposiciones con quinientos años en su origen, solo con plantarse y meditar sobre la actualidad contemporánea, veremos que la injerencia de tales «poderes y poderosos», proble-matiza el decurso de la Institución, en tan-to y cuanto se instauran privilegios y po-deres que remedan (o parodian) los anti-guos privilegios de la nobleza... James

Page 485: El_Protector.pdf

Anderson en esto, fue instrumento de la monarquía y el anglicanismo y como pas-tor calvinista, un excelente hacedor de condicionamientos para la Francmasoner-ía. Aunque a muchísimos Hermanos les horrorice esta afirmación, ignorando, co-mo sucede, claro está, que la misma G# L# U# de I# tiene entre ojos al constitu-cionalista aunque, no cabe duda alguna, que «allende los mares» permitió la pro-pagación de sus formas de dominio...

La Francmasonería que adoptó en 1523 aquellos preceptos, posteriormente desvir-tuados, no fue una francmasonería prejui-ciosa y excluyente. Fue fraterna y toleran-te. Y fundamentalmente ecuánime.

Porque reconocía los valores del Hombre cuando les son propios, y permitió el in-greso a sus filas de aquellos que rebelados contra la ideología monárquica y elitista, demostraron ser masones ilustres como lo fueron los canónigos Cortez de Madariaga y Fray Servando Teresa de Mier en Amé-

Page 486: El_Protector.pdf

rica o los filósofos Francisco Bacon, el Ba-ron Holbach y el Baron de Verulan en In-glaterra y qué decir de Tomás Moro.

25 Exclusión de esclavos e incapacitados

Como dato sumamente interesante, que

desvirtúa los prejuicios instaurados con posterioridad y que muchos HH# parecen no advertir, son los alcances del artículo quinto, en el que luego de haberse exclui-do a nobles y clérigos, también excluye taxativamente a «esclavos, menores inca-pacitados». ¡Pero, curiosamente, ninguna exclusión se determina para las mujeres! Lo que significa que tal exclusión, que ha originado las numerosas disidencias por un lado y Obediencias femeninas o mixtas por el otro, solo aparece en las evidentes misóginas Constituciones originadas en 1723.

La esclavitud existía en la época en que la Constitución fue promulgada y duró

Page 487: El_Protector.pdf

varios siglos. Todavía hoy la encontramos disimulada bajo ciertas formas, lo que no parece preocuparnos en la actualidad ci-tadina…. Pues bien, siendo la Institución una organización «...con fines científicos y políticos», resulta comprensible excluir esclavos y aquellos carecientes de libertad y preparación, como son los menores y los incapacitados mentales.

Recordemos que la finalidad francmasó-nica se hallaba comprometida en la lucha política y en el progreso científico. Ob-viamente, la lucha política era contra la monarquía y el feudalismo como sistemas políticos y la clerecía como poder retro-gradante.

Cuando tanto el Dr. Espadas y Aguilar, como Frere Charles Pompier sostienen que la Francmasonería Primitiva Progre-sista «...se concibió desde un principio como una escuela de preparación científi-ca y filosófica, para crear una minoría de dirigentes que pudieran influir en el pro-

Page 488: El_Protector.pdf

greso a través de su competencia y actua-ción en círculos gubernamentales o al frente de agrupaciones populares», es ob-vio que no lo hicieron para que nuestra contemporánea visión de la Masonería, justifique las limitaciones que imponen las Constituciones de Anderson en la Maso-nería denominada Regular (e incluso en la denominada Irregular, que también, de varias formas, acepta sus Landmarks).

Recordemos que en el Simbolismo po-demos «escuchar» que éste se constituye en Escuela Iniciática de formación indivi-dual, instancia en la que si el recipiendario «desbasta su piedra bruta» y trata de al-canzar como Aprendiz el objetivo de «cu-bicarla» y al lograrlo (¿?) está ya en condi-ciones de trasladar al mundo, «con su ejemplo», los enunciados de la doctrina masónica: las trilogías como Libertad. Igualdad y Fraternidad, Ciencia Justicia y Trabajo, luchando contra la Ignorancia, el Fanatismo y la superstición.

Page 489: El_Protector.pdf

Tal objetivo y tales síntesis del pensa-miento masónico, se convierten en «artí-culos» controvertidos que desvirtúan la continuidad histórica de la Francmasoner-ía, si se circunscriben al voluntarismo, el individualismo y hasta el autismo, si no se lleva a cabo un accionar Institucional abierto en lo interior y planificado en lo exógeno...

Toda la estructura de pensamiento y doc-trina de la Masonería (no la definamos en esta instancia como «Orden»...) esta im-buida de un origen liberador. De un obje-tivo fraterno y esencial: el Progreso. Como Institución, «...a cuya ciencia podemos llamar simbolismo masónico, y que consti-tuye el poder vigorizante de las Institu-ciones antiguas y modernas y a las que dio, mientras presentaban desigualdad de forma, una identidad de espíritu» —definición esta que nos dejó Robert Ga-llatín Mackey— activa y comprometida en y con el bienestar de la Humanidad.

Page 490: El_Protector.pdf

26 La leyenda

Uno de los aspectos más interesantes de

la Constitución de los Francmasones de 1523, no cabe duda que es el artículo octa-vo, en el que podemos leer sobre la «nece-sidad» de los francmasones de «...conocer la Leyenda “no alterada” de la Masonería Antigua».

Este texto no es ni sencillo, ni aleatorio, ni formal.

Es esencial. Porque ese aspecto de nues-tras creencias y convicciones es poco co-nocido en su historicidad institucional y ha llevado y lleva a múltiples discusiones, no menos prejuicios y muchas más pro-fundidades de las que los hermanos ma-sones menos avisados no están impuestos.

Leamos a Pompier: «...El término «no al-terada» indica claramente, que ya en la época en que esta Constitución fue pro-mulgada (1523) existían diferentes versio-nes de la Leyenda del Maestro, (Hiram

Page 491: El_Protector.pdf

Abif) que, como sabemos, expresaba alegóricamente la ideología progresista, republicana y anticlerical de la Masonería operativa. Tales alteraciones habían sido introducidas por el clero en las agrupa-ciones de constructores controlados por él, y que eran conocidas con el nombre de “Cofradías y Ordenes” (Templarios, Be-nedictinos, Pontífices, etc.). Pues bien, de la misma manera que la Iglesia cristiana en los primeros siglos de su existencia (Concilio de Nicea (en el 325) en el que Constantino creo la Iglesia Católica…) se-leccionó cuatro Evangelios de los cincuen-ta y tantos que existían, declarándolos auténticos, así el clérigo Anderson (junto a quienes redactaron tal instrumento) eligió para sus fines la versión de la Leyenda del Maestro que más se acomodaba a los in-tereses que representaba, y declaró, igualmente, que era la “auténtica”: en su versión, los asesinos de Hiram Abif son los tres Compañeros que representaban la

Page 492: El_Protector.pdf

Ignorancia, la Hipocresía y la Ambición; a diferencia de la Leyenda verdaderamente no alterada, en la que los tres asesinos re-presentan la Ignorancia y están instigados por el rey Salomón y el sacerdote Sadoc, que representan la Ambición y la Hipo-cresía, respectivamente».

Lo que ha llevado a calificar de «antise-mita» tal afirmación sobre la creencia de la Francmasonería en el siglo XVI. A lo que nosotros consideramos de inexacto, y que resulta fuera de toda duda que no fue ni el fin ni el propósito de los francmasones Antiguos, cuyo pensamiento carecía del componente prejuicioso que se le atribuye. Sucede que hay una clara tendencia a cali-ficar de transgresores, antisemitas y otros anatemas, a quienes no aceptan las cosas propias del statu quo.

Hoy sabemos que «la leyenda» posee va-rias versiones, cada una de las cuales re-presenta la «intencionalidad» de quienes la imponen en sus estructuras.

Page 493: El_Protector.pdf

27 Seguimos el análisis general de los Linde-

ros de 1723

No cabe duda que los motivos que tuvo

James Anderson, para adulterar la Leyen-da para los ojos y oídos de la nobleza y los clérigos que conducían aquella seudoma-sonería, estaban imbricados en el final abrupto del digamos Salomón británico. Carlos I había perdido la vida ejecutado y su poder caído junto con su testa. Y como señala Pompier «Hacer lo contrario hubie-ra significado mentar la soga en casa del ahorcado».

Nos dice el autor (id. Ob. Cit.) que el co-nocimiento y la interpretación progresista de la Leyenda no alterada, daba al Maes-tro la condición de «Aprobado» y los de-rechos completos dentro del pueblo francmasónico. Este artículo recalca de un modo definitivo el carácter político de la Francmasonería, a diferencia de la ander-soniana, que establece la condición de que

Page 494: El_Protector.pdf

todo masón debe ser «un pacífico súbdito del Poder Civil» y nunca ha de «...com-prometerse en conjuras y conspiraciones» (Art. 8°).

Ciertamente, ocurre que cosas como el apoliticismo asumido por los masones con posterioridad a las Constituciones de 1723 y como consecuencia de ella, surgen con el tiempo como grandes mentiras y engaños intencionados. Dice nuestro mentor que «...cualquier acción humana supone un fin, un criterio, una filosofía, una actitud ante la vida y ante la sociedad, que en de-finitiva es una actitud política» (15). En verdad, lo que escondió Anderson tras el apoliticismo, no fue otra cosa que colocar a la Masonería al servicio del monarca y de la Iglesia de Inglaterra. El apoliticismo es «dejar las cosas como están», no com-prometerse, abstenerse cuestionar y si lo proyectamos hacia la responsabilidad del ciudadano, en la actualidad, la obviedad de una cierta «obediencia debida».

Page 495: El_Protector.pdf

28 La hipocresía política y «diplomática»

No tengo derecho a extrapolar. Pero tomo

en consignación lo expresado por Pom-pier, cuando agrega: «Esta actitud política hipócrita del Sadoc “anglicano” (en reali-dad calvinista) se destaca al considerar el apoyo qué dio la Masonería inglesa a los masones libertadores de América, que, según el apoliticismo debieran ser “fieles súbditos” de los reyes de España.

Claro está, que el apoyo a que hacemos referencia tenía por objeto liberar a los pueblos americanos del dominio español, para ponerlos después bajo el dominio inglés, según cínica confesión del primer ministro de aquel país, míster George Canning».

Y ciertamente me duele consignar el párrafo, escrito por un francés no por un latinoamericano, pues en toda América existen Logias que llevan el nombre de George Canning (16) cuyos miembros ven

Page 496: El_Protector.pdf

al Primer Ministro como «brindando apo-yo» al accionar de los Libertadores de América, a través de don Francisco de Mi-randa. Siendo ecuánimes, deberemos re-conocer su participación en la gesta, natu-ralmente que a favor de las intenciones británicas de poner sus pies en Latino-américa, como con posterioridad lo llevó a cabo en principio tratando de invadirla y luego colonizándola económica y finan-cieramente... Un factor preponderante de la imposibilidad de colonizar América, fueron las fracasadas invasiones al Virrei-nato del Río de la Plata...

29 Las condiciones para organizarse

Trataré de resumir, de alguna manera, el

resto de los artículos de la Constitución de la Francmasonería Universal de 1723, a lo esencial para este trabajo. Por ello es que remito a los lectores a incursionar en la obra de Pompier, en la que se lleva a cabo un minucioso análisis comparativo (ver en

Page 497: El_Protector.pdf

www.hiramabif.org la sección «Cuaderni-llos»).

Podemos afirmar que el Art. 9, referido a la organización interna de las Logias, es-tablece «los derechos esenciales de un francmasón» que, obviamente, deben ajus-tarse a lo que determina entre otros y taxativamente el Art. 8° que ya hemos analizado.

En nuestros intercambios de información y comentarios relativos a la historia de la masonería, hemos conversado con Her-manos de distintas Obediencias. Ellos nos mencionan la democracia reinante en el ámbito institucional, haciendo hincapié en los principios liminares que proclamamos, como son los de Libertad, Igualdad y Fra-ternidad. Lo hacen exponiendo sobre el ingreso a la Orden, sobre el funcionamien-to de las Logias y sobre la influencia de las Constituciones de Anderson en el desarro-llo de la armonía que debe reinar en los ta-lleres.

Page 498: El_Protector.pdf

Hablamos de los derechos que los her-manos poseen de acuerdo con los Regla-mentos, que seguramente «...hoy están re-conocidos dentro del ámbito de la demo-cracia». Sin embargo, no regían en el siglo XVIII tanto en las Cofradías como en el ámbito de las Constituciones de 1723. A partir de ese momento «la Asamblea no podía juzgar a sus nobles dirigentes, a los que tenía que mostrar completa sumisión. El nombre de Asamblea General se refiere a lo que posteriormente se llamó Gran Lo-gia, nombre citado entre paréntesis, y que es la Asamblea de los Maestros Aproba-dos de diversas Logias, federadas...», según lo determina específicamente el artículo 21.

Aquí deberemos mencionar que desde artículo 10 al 18, en la Constitución franc-masónica de 1523, se establecía que todo francmasón «...debe luchar por la separa-ción de la filosofía y la teología, por la li-bertad de pensamiento e investigación

Page 499: El_Protector.pdf

científica y por la aplicación del método científico experimental en la filosofía». Y tal como lo señala Pompier: «Estos tres principios constituyen la primera deman-da revolucionaria presentada al clero cató-lico romano en la Edad Media por la Ma-sonería operativa y los sabios de aquella época como Grosseteste, Roger Bacon, Guillermo de Occam, etc., que representa-ban entonces la corriente científico natu-rista surgida como oposición al régimen teológico feudal, con objeto de impulsar el desarrollo de las Ciencias en bien de la Humanidad».

30 Consideraciones sobre la Edad Media

Sabemos que la filosofía, en la Edad Me-

dia, «...era considerada como la “sirvien-ta” de la teología y las ciencias se cultiva-ban únicamente para fortalecer los dog-mas y supersticiones religiosas, hasta el punto de que la Iglesia perseguía a los hombres de ciencia cuyas investigaciones

Page 500: El_Protector.pdf

pudieran poner en duda la “verdad” con-tenida en las Sagradas Escrituras. Pues bien, contra este concepto estrecho y ten-dencioso de la teología, representado por la Escolástica, surge la corriente científico-naturalista a que estamos aludiendo, y que implicaba una teoría del conocimiento y del saber opuestas radicalmente al saber teológico, fundado en la revelación y en la mística» (*).

Estos conceptos vertidos por el autor del trabajo que comentamos, parecieran, en el inconsciente colectivo de nuestra herman-dad, tal vez como rémoras (en su acepción referida no al pez, sino como obstáculo que se opone al progreso de alguna cosa o lo dificulta) de un pasado oscuro que la masonería supo iluminar. Sin embargo, a pesar de cierta prédica que atribuye a la Orden —tal como hoy la concebimos— el haber contribuido al Progreso, debemos señalar que al historiador seguramente le asaltarán sus dudas.

Page 501: El_Protector.pdf

Si nos retrotraemos al comienzo de este trabajo, podemos advertir la dicotomía en-tre una Institución que llevó a sus inte-grantes al tormento y a la hoguera por de-fender los valores y virtudes de la ciencia y la Filosofía, y aquella que surgió abrup-tamente en Inglaterra al recuperar la mo-narquía absolutista el poder de la corona.

No fueron los herederos de las Constitu-ciones de Anderson, quienes llevaron a cabo el iluminismo de la Enciclopedia..., ni pergeñaron los Derechos del Hombre y el Ciudadano, ni la Revolución Norteameri-cana ni la Revolución Francesa, gestas ambas pergeñadas por dignos francmaso-nes Progresistas. Y ni hablar de las luchas por la Independencia y emancipación de todas las colonias hispanoamericanas (**).

A veces sucede que algunos conceptos pasan desapercibidos, en la creencia de que han sido superadas situaciones in-cómodas dentro del acontecer de los tiempos.

Page 502: El_Protector.pdf

Hablar de la lucha entre la filosofía y la teología, aparece como algo perdido en el tiempo, algo del Medioevo. Sin embargo, toda nuestra realidad esta imbuida de los parámetros de ambas posiciones. Desde la educación, que debiera formar al ciuda-dano para insertarse en el mundo que le toca vivir, hasta los parámetros de situa-ción de violencia internacional que nos abarca.

Y qué decir del sordo enfrentamiento en-tre la ciencia y la religión. Tal vez más co-rrecto decir entre la ciencia y las clerecías fundamentalistas. Pero de todas las reli-giones, pues aún cuando hemos ingresado al siglo XXI, los embates contra la ciencia siguen centrándose en el creacionismo en clara oposición a las teorías científicas, tanto del evolucionismo como de cual-quier otra teoría científica que no adhiere a las afirmaciones en el campo de la teo-logía.

Page 503: El_Protector.pdf

La intolerancia manifiesta entre las reli-giones positivas, exacerbada hoy por la realidad del Islamismo y los anatemas contra él, encumbrándolo en la categoría de terrorismo, advierte la repetida violen-cia entre credos. Pero no solo por temas exclusivamente teológicos, sino por los efectos de las presuntas verdades revela-das, esgrimidas para sus fundamentalis-mos e intolerancias... Y por supuesto y por desgracia, los intereses del Modelo económico neoliberal globalizador….

El trasfondo de los hechos alarmantes que acechan a la humanidad, no está solo en la codicia del poder económico y finan-ciero, sino también en una pérfida inten-ción de regresión en el pensamiento humano. Las prédicas de los representan-tes fundamentalistas de los credos mono-teístas —salvo contadas excepciones— tienden a enfrentar a la humanidad, que asiste desconcertada a la escalada de in-equidades e iniquidades que se suceden

Page 504: El_Protector.pdf

aceleradamente en todas partes del plane-ta.

En síntesis, cambian las formas pero no cambia el fondo. Recordemos que la Ma-sonería, desde los más remotos e incluso míticos tiempos de su existencia, ha des-arrollado su actividad doctrinaria contri-buyendo a imponer el Ordo ab Chao que ha sido y debe seguir siéndolo, el Leit mo-tiv de su accionar. Es decir, procurar el orden sobre el caos. Sin que caos deje de significar tan solo confusión, desorden, tal vez como en el pensamiento clásico grie-go: estado originario de la materia en opo-sición al cosmos o el universo ordenado...

31 Orden, desorden y realidad

Aunque nos inclinamos a no calificar al

Universo como transitando un orden di-vinizado, probablemente discutible, ya que si nos atenemos a las teorías de Hei-deguer especialmente la de la «incerti-

Page 505: El_Protector.pdf

dumbre» en el comportamiento de la ma-teria, podríamos transitar un camino de orden filosófico y científico con gran cues-tionamiento a las ideas teológicas del creacionismo.

Y para abundar aún más en el tema, al tener la certeza de la existencia no solo de la antimateria, sino de una de las principa-les incógnitas de la astrofísica moderna, en su búsqueda de explicación a la natura-leza de la «energía oscura» en el cosmos y con ello el origen y el destino del Univer-so. Pero cuidándonos de la definición semántica que sostiene que «caos» es el es-tado informe en que Dios creó la materia, perfeccionándola en la obra de los seis días de que nos habla el Génesis.

Tengamos en cuenta que la masonería no es un club social, ni ese ámbito de frater-nidad caritativa que se le ha querido atri-buir, aunque es esencial en su contexto el ser fraternos de acuerdo con los principios

Page 506: El_Protector.pdf

liminares de Libertad, Igualdad y Frater-nidad que la Orden proclama.

La masonería es un ámbito de pensa-miento y conocimiento. Desde los albores de su origen, la «Luz» ha sido una figura alegórica que se afianza a medida que el pensamiento humano encuentra respues-tas a sus interrogantes.

32 Bastión del Conocimiento

Así como en el siglo XVI la ciencia avanzó

a pasos agigantados debido al accionar indudable y probado de la francmasonería Progresista Primitiva, tanto a instancias de las Academias de Florencia y de Milán, como en los Colegios que luego se desa-rrollaron en Roma y Paris y se disemina-ron por Europa, no cabe duda que en el siglo XXI, con los avances arrolladores de la tecnología y la investigación, la maso-nería debiera constituirse en un bastión del Conocimiento, el Pensamiento y apo-

Page 507: El_Protector.pdf

yo a la libertad de las ideas y expresión. De allí que en sus profundidades deba atesorar las respuestas a los grandes inter-rogantes universales del Hombre.

Hoy sabemos que el Universo no sólo posee materia, sino también energía en abundancia. De hecho, la mayor parte de lo que en él se encuentra es energía, y también una energía que llamamos oscura porque aún desconocemos qué y cómo es. Se ha detectado e investigado, gracias a nuevos métodos de estudio. Los resulta-dos hablan de la transición de la expan-sión del Universo, de una fase de desace-leración a otra de aceleración, hace miles de millones de años. Al parecer, luego del Big Bang la expansión del universo se desaceleró, pero hace unos 6.000 millones de años volvió a cobrar aceleración, ex-pandiéndose a velocidades vertiginosas. Esto parecería carecer de importancia para los efímeros instantes de nuestra existen-cia, pero el pensador deberá reacomodar

Page 508: El_Protector.pdf

las ideas y conceptos universales, hacién-dolo despojado de toda limitación de tipo teológico e ideas creacionistas que dicen poseer, como certezas a través de las pre-suntas revelaciones.

La masonería seguramente tiene un pa-pel preponderante en el avance de la in-vestigación filosófico-científica, ya que sus parámetros de librepensamiento constitu-yen el más apto estamento que garantiza el avance del conocimiento. De allí que la exaltación de Linderos, Límites y Land-marks que aparecen como rectores de una conducta ética y moral, debieran ser asu-midos como limitaciones insostenibles en una Institución que fue rectora del desa-rrollo de las ideas y no copartícipe de in-quisiciones confesionales y teológicas.

No estamos alejados de juicios pondera-dos y ponderables, puesto que quienes han realizado minuciosos estudios relati-vos a la francmasonería Progresista, sos-tuvieron que «...es preciso, ante todo, de-

Page 509: El_Protector.pdf

limitar el campo de la filosofía propia-mente dicha, separándola de la teología, valiéndose de la investigación científica basada en el método experimental. Así pues, la labor de un francmasón debe con-sistir en desechar todas aquellas lucubra-ciones basadas en dogmas, supersticiones o razones seudocientíficas, que los cléri-gos de las religiones y los sofistas hábiles en el manejo del silogismo, quieren hacer pasar por filosóficas, para producir efectos favorables a sus intereses particulares, en detrimento del interés colectivo de la Humanidad. Las falsas filosofías han ser-vido, por ejemplo, para justificar el llama-do “derecho divino”, el “derecho del más fuerte”, los privilegios inhumanos de las castas dominadoras, el derecho de comer-ciar con esclavos, el derecho de mare nos-trum, que amparaba la piratería; ciertos aspectos de la propiedad privada y de la explotación de la ignorancia del hombre, etc., etc.».

Page 510: El_Protector.pdf

Porque la influencia de la francmasonería en el decurso de la historia —y no me re-fiero en este caso a la historia de la Maso-nería— no puede circunscribirse al aspec-to de la ciencia y la filosofía, respecto de la teología y lo dogmático, sino al campo de la sociología y todo fenómeno social en el que se encuentre involucrada la humani-dad.

Entre las sabias disposiciones de la Asamblea constitutiva de París de 1523, adquiere relevancia el artículo 13, pues su texto recomienda «...el intercambio de co-nocimientos y prácticas, con el fin de que todo francmasón pueda conocer cuantas teorías y doctrinas existen en torno de un problema determinado, para decidir li-bremente su opinión con verdadero cono-cimiento de causa».

No deja de llamar la atención que a prin-cipios del siglo XVI haya existido tal oposi-ción a la «...enseñanza dogmática basada en la simple afirmación del maestro, que

Page 511: El_Protector.pdf

constituye una imposición, casi siempre de fines interesados». Y no creo que tal exposición se deba a meros anticlericalis-mos, sino a fundamentales exigencias de la esperanza de Progreso intelectual.

32 Atisbos de derechos y democracia

No terminan allí los avances del pensa-

miento progresista de los hermanos francmasones reunidos en París. Sus ideas se extienden más allá de la mera enuncia-ción, cuando sostienen luego la «...libertad de conciencia religiosa, estableciendo la prohibición de la intervención de los clérigos en la política del país».

Aunque sobrevuele el pensamiento la idea de alguna limitación de la democra-cia, no cabe duda que en 1523 aquella era a más que una realidad, una aspiración de liberarse de los yugos inquisitoriales. Pero lo cierto es la visión de futuro que cam-peaba en el espíritu y mente de los franc-

Page 512: El_Protector.pdf

masones, toda vez que, «...en un régimen verdaderamente libre, todo ciudadano eclesiástico o seglar debería tener los mismos derechos». Sin embargo, sostiene Pompier que «...Esta manera funesta de concebir la democracia no tiene antece-dentes ni en Atenas, ni en Roma ni en ningún régimen democrático o no de-mocrático que haya persistido y jugado algún papel en la historia».

Avanzando en el análisis de tal posición los autores, que han investigado los alcan-ces de tal posición de la francmasonería en 1523, terminan afirmando de aquella «...La Iglesia reclamó siempre libertad allí donde no la tenía a su gusto o estaba so-metida a principios democráticos; pero la suprimió totalmente en lugares donde dominaba; por lo tanto, no se le puede re-conocer derechos, so pena de poner en pe-ligro la existencia del Estado que se los otorgue». El artículo que comentamos en-cierra, pues, ese sentido auténticamente

Page 513: El_Protector.pdf

democrático, que consiste en negar a las Iglesias en general los derechos que ellas no respetan ni reconocen a los demás. Pa-recerá, tal vez, un tanto fuerte la expre-sión, pero tengamos en cuenta los extre-mos en los que se desarrollaba la convi-vencia en aquellos tiempos.

Si tenemos en cuenta que nos hallamos analizando los conceptos humanistas de la Constitución de los francmasones de 1523, comparándolos de alguna manera con las Constituciones de Anderson de 1723, pa-recieran no haber transcurrido los 200 años que median entre ambas posiciones en lo relativo a lo masónico.

Porque no cabe duda alguna que la Constitución de 1523 tiene plena vigencia con relación a los males que aspiraba co-rregir, comenzando en su lucha «...por la abolición de los privilegios de castas...», pues apenas extrapolamos (17) los hechos temporales de aquél tiempo y la realidad actual, en la que el «Nuevo Modelo»

Page 514: El_Protector.pdf

económico —que procura imperar en el mundo— a la par de abundar en la gene-ración de nuevos privilegios de castas, de-ja un tendal multitudinario de excluidos del sistema, a través de una inequidad inédita en la distribución de la riqueza y las injusticias sociales y la corrupción polí-tica. Y qué decir, además, de la violencia que se ha desatado en sus inmediaciones...

Como seguramente vamos a escuchar y recibir descalificaciones personales, debi-do al contenido de nuestro análisis, en-viamos a nuestros lectores a la Declara-ción de la VII Conferencia Mundial de Grandes Logias (2004) que se reunió en Santiago de Chile del 5 al 9 mayo de ese año, presidida por el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile Jorge Carvajal Mu-ñoz y a la que asistieron 71 Grandes Lo-gias. Su contenido es por demás esclare-cedor al respecto y lo podemos mensurar en la siguiente página como acápite (18).

Page 515: El_Protector.pdf

33 La esclavitud

Pasemos ahora a un interesante y polémi-

co tema, que es, en la Constitución de 1523, la exclusión de los esclavos para in-gresar a la masonería.

Más allá de considerar lo anacrónico o discriminatorio que tal temperamento significaría en la sociedad actual, es preci-so ubicarlo en la época en que fue redac-tado, fundamentalmente por las particula-res características de tiempo y lugar.

Pero además, permite esclarecer el tema de las Cofradías y Hermandades semi-monásticas, que algunos masones confun-den entendiéndolas como entidades masónicas o influyendo en las corporacio-nes masónicas de constructores.

Según nos lo recuerda Pompier, el tráfico y la esclavitud tuvieron desarrollo duran-te el «...Renacimiento y la Edad de Oro...» tiempo en el que «...el esclavo era, a la fuerza, el esquirol (19) que, por la comida,

Page 516: El_Protector.pdf

desplazaba al hombre libre de su trabajo; así pues, la aspiración de los Gremios, re-ferente a la eliminación del esclavo como trabajador en los oficios de los hombres libres, iba directamente contra el esclavis-ta. En efecto, si éste no pudiera emplear al esclavo más que en las condiciones de sa-lario de los demás trabajadores, la esclavi-tud dejaría de ser negocio, y desaparecería como sistema. La Iglesia, desde la Edad Media, fue la competidora de los Gremios de Constructores de la Masonería operati-va libre, pues, formando las llamadas “Cofradías” o “Hermandades” semi-monásticas, hacía trabajar a los construc-tores por ella controlados, de sol a sol, por la comida y el alojamiento, y de esta ma-nera fortalecían la esclavitud. El sistema esclavista ha persistido más o menos di-simuladamente a través de los siglos, y ello ha motivado que en los Estados ver-daderamente democráticos se establezcan derechos mínimos, irrenunciables por par-

Page 517: El_Protector.pdf

te de los trabajadores, que tiendan a im-pedir la servidumbre de los que, por care-cer de medios de vida, ofrezcan su trabajo en condiciones inhumanas».

34 La masonería y su contextualidad

La francmasonería de la que hablamos no

era para nada híbrida ni practicante de doctrinas esotéricas o misticistas, ni en su seno anidaba solipsismo alguno.

El desarrollo del intelecto del masón no se circunscribía por cuenta de un indivi-dualismo egoísta o con la idea unipersonal de constituirse en ejemplar o establecer li-derazgos, al arbitrio de la capacidad de absorber conocimientos que luego de la Iniciación, o en el transcurso de su paso por las Logias o Talleres, quisiera o pudie-se asimilar para luego poder ser un ejem-plo en la sociedad que le tocaba vivir.

Tanto los conocimientos como las Reglas que regían su vida masónica, se hallaban

Page 518: El_Protector.pdf

comprometidas con su tiempo y en acele-rada búsqueda del Progreso que no se ad-vertía factible, sin la destrucción del sis-tema opresivo emergente de los factores monárquicos y eclesiales, en pugna con la ansiedad de liberación de los pueblos oprimidos. Conciencia de la que carece el hombre actual, pues presume que es un ciudadano libre y en ejercicio pleno de sus Derechos.

No vamos a formular una crítica porme-norizada de los fenómenos socio-económico-políticos de nuestra contempo-raneidad, pero no escapará a la inteligen-cia de los lectores avisados, que en los tiempos que corren las dicotomías entre la Verdad y el Error, lo cierto y lo falso, y la ausencia de ética y moral, se suman al débito de la mediocridad sembrada a lo largo de la historia y en especial, del últi-mo siglo. Nadie puede ignorar y menos aún un masón, el ejercicio desintegrador de la educación pública —e incluso priva-

Page 519: El_Protector.pdf

da debido a los intereses que la manejan— que, obviamente, desnaturaliza la condi-ción de ciudadano y reinstala solapada-mente la de vasallo... aunque la mediática nos haga creer otra cosa.

De allí que analizando lo postulado por la Constitución de los francmasones de 1523, podamos entender que aquello de: gobernarse libremente en su contenido, asuma la condición del régimen republi-cano «...en el que habían vivido los fun-dadores de la Francmasonería de las Ciu-dades-Repúblicas italianas». Porque los demás regímenes «...se catalogaban como dominios o posesiones, y no se considera-ban libres»* (Id Ob. cit.).

Es asombroso que tales conceptos tuvie-ran entidad en el siglo XVII, apenas imagi-namos los parámetros que la enseñanza de la Historia nos ofrece cuando realiza-mos nuestros estudios primarios, secun-darios y terciarios. Como lo es saber que la francmasonería llevó a cabo una intensa

Page 520: El_Protector.pdf

lucha «...por la abolición de los Tribunales Especiales de justicia, de las castas privi-legiadas, que comprendían, tanto los Tri-bunales de la Inquisición, como los que es-tablecían los príncipes y los monarcas en beneficio de nobles y militares, para fines políticos o económicos».

Sin que podamos solazarnos en la con-creción de tales intenciones progresistas, pues aun habiéndose abolido aquellos en-gendros feudalistas «...no es posible ase-gurar todavía que la justicia se imparta ac-tualmente por auténticos Tribunales... y por leyes justas para el pueblo en gene-ral»* (id. Ob. Cit.).

Esencialmente, lo que hasta aquí hemos analizado sobre la Constitución de los francmasones de 1523, es coherente con el panorama sintético que desarrollamos so-bre los albores de la aparición de la francmasonería Progresista Primitiva, que en simultáneo y junto con la denominada Masonería Operativa, llevaron a cabo en

Page 521: El_Protector.pdf

una obra significativa para la búsqueda del Progreso, la liberación del Hombre de sus cadenas sociales, políticas, intelectua-les e incluso espirituales.

Naturalmente que para profundizar este aspecto de la Historia de la Masonería, deberemos remitir al lector a las obras ya citadas, —entre aquellas que son específi-cas—, aunque resulta difícil hallar otras que complementen los datos que ellas aportan. Deberemos tener en cuenta los 293 años de tergiversaciones, supuestos y condicionamientos en la organización y desarrollo de lo que hoy conocemos como «Masonería Moderna y Especulativa», (1717-1723) que hace complicado acceder a los hechos comprobados de lo que aquí tratamos.

No obstante, entendemos que la síntesis desarrollada al menos permitirá a los lec-tores, ser advertidos que no existe la tal mentada «masonería verdadera», de la que se jactan ciertos sectores que descono-

Page 522: El_Protector.pdf

cen lo que divulgamos. Entendemos que en un altísimo porcentaje, es probable que los defensores de las denominadas Consti-tuciones de Anderson obren de buena fe y se han substanciado de las «interpretacio-nes» que han «acomodado» la sustancia de los Linderos. Aunque tanto la legisla-ción como la costumbre, hayan consolida-do sus alcances dogmatizándolos y con-virtiéndolos en algo parecido a la revela-ción, con el anatema de no poder modifi-carlos in eternum.

35 La influencia de las Constituciones de An-

derson de 1723

Esencialmente, las Constituciones de An-

derson se contraponen al espíritu progre-sista que dictó la Constitución Franc-masónica de 1523.

La masonería creada por Anderson, cu-yos Ritos omiten —según Pompier, inten-cionalmente— «...no sólo calificándolos de

Page 523: El_Protector.pdf

“yugo enojoso”, sino que en sus Land-marks impone preceptos que desnaturali-zan el espíritu de la Institución, como son los dogmas religiosos de creencia en un Ser Supremo y en la inmortalidad del al-ma; (esto no existe en el texto de dichas Constituciones y es posterior, impuesto en el siglo XIX por la Gran Logia (Unida de Inglaterra) proclama, además, el apoliti-cismo que obliga al francmasón a ser “pacífico súbdito” del régimen estableci-do». No cabe duda que la denominación «pacífico súbdito» implica el régimen monárquico —que la Francmasonería Progresista repudia en su Constitución de 1523—, el que admitía a la nobleza y el clero dentro de la Institución, dándoles preferencia para los cargos de responsabi-lidad, etc.

Y ahora debo introducir en esta instancia de nuestra obra, algo de importancia que evidencia ciertas reacciones que ocurrie-ron a mediados del siglo pasado, oportu-

Page 524: El_Protector.pdf

nidad en que tomaremos como referencia el trabajo denominado Bases fundamenta-les de la Regularidad Masónica de autoría del ilustre hermano argentino (G. 32) Vir-gilio A. Lasca, con un prólogo extraordi-nario del ilustre hermano (G. 33) Mauro Naselli, ambos pertenecientes en ese mo-mento (1955) al Gran Oriente Federal Ar-gentino y como consecuencia de los hechos ocurridos en 1947 durante la 1ra. Conferencia Masónica Latinoamericana, de Montevideo.

No nos ocuparemos en detallar los hechos y consecuencias de aquella Confe-rencia, pero si tomaremos un párrafo del trabajo mencionado, relativo a los aspec-tos religiosos introducidos por las Consti-tuciones de Anderson en el seno de la Ma-sonería y con posterioridad al «Reconoci-miento» que la Gran Logia Unida de In-glaterra, fundada en 1813, impuso e im-pone a las Grandes Logias adheridas.

Page 525: El_Protector.pdf

En el Capítulo dedicado a las «hetero-doxias» introducidas por algunas Poten-cias Masónicas, con relación a lo que el au-tor califica de «magnífica Carta Magna de 1723», deja constancia de su opinión sobre

el sentido religioso de las Constituciones y dice: «...en algunas jurisdicciones existe con tufo a incienso sacerdotal cuando ide-almente, entre nosotros, como hemos visto al examinar el factor d) del elemento jurí-dico de la Ortodoxia, la “neutralidad” se impone en esta materia, porque no tene-mos otra religión que aquella en la que están de acuerdo todos los hombres, esto es, el culto de las virtudes sociales».

Agrega luego su correcta opinión con re-lación a la creencia en Dios: «Hemos visto al examinar el elemento jurídico de la Or-todoxia, que la Orden se encuentra en el plano de la neutralidad religiosa, ya que no tiene una religión determinada, y que, dentro de la tolerancia admisible, cabe la fórmula amplia de Gran Arquitecto del

Page 526: El_Protector.pdf

Universo, hermosa concepción bajo la cual pueden cobijarse los creyentes de los di-versos dogmas, los filósofos que se inspi-ran en el impersonal impulso de la vida y los racionalistas atentos a la imagen que el entendimiento produce al entender un ob-jeto, pero es herético exigir solo alguno de esos conceptos, como sería la “creencia en Dios” que corresponde a determinadas iglesias, con exclusión de las otras concep-ciones, porque ya estaríamos en el campo de la teología, que es materia ajena a la Orden».

36 La inmortalidad del alma

Finalmente, nos inclinaremos a mencio-

nar uno de los aspectos más significativos en la teologización impuesta con posterio-ridad a 1717 y a 1723 (precisamente por la G# L# U# de Inglaterra) que es el de la creencia en la inmortalidad del alma. Al respecto, el Dr. Virgilio A. Lasca sostiene: «Es herética esta creencia, porque no se

Page 527: El_Protector.pdf

consigna en la carta Magna de 1723, no tiene carácter simbólico, se ha introducido en la orden subrepticiamente, con dogmas religiosos que aspiran a imponerse y aten-ta contra la libertad de conciencia o de opinión, reservada a cada masón (art. 1° de la Carta Magna)» (Constitución de 1723).

Finalmente deberemos recordar que las relaciones entre los francmasones primi-genios, que dieron forma a la Francmaso-nería Progresista Universal, «...se basaban en el trato fraternal y de compañerismo, y se fomentaban los principios de Unión, Solidaridad y Cooperación, tanto entre los componentes como entre los Gremios de diferentes oficios y profesiones».

De allí que resulte que la formación de su ideología los llevara a las actitudes prácti-cas, pues ellas «…constituyen la sanción suprema del conocimiento adquirido; una actitud científica, racionalista e investiga-dora, derivada de la anterior (se refiere a

Page 528: El_Protector.pdf

la Masonería Operativa) y dirigida preci-samente a resolver de la mejor manera los problemas que la vida presenta, por me-dio del conocimiento del ambiente y de las leyes de la Naturaleza. Por último, una actitud política, que le obligaba a enfren-tarse con aquellas castas que se oponían tradicionalmente a sus aspiraciones e ideología».

Objetivamente, luego de analizar el espí-ritu renacentista que dio vida a la Franc-masonería Progresista Universal, Rito Primitivo fundamentada en la Constitu-ción de los francmasones de París en 1523, sostenía que «...todo puede conseguirse con el dominio de la técnica racional, en oposición a la idea medieval (escolástica), según la cual, nada hay que hacer, pues todo está ya hecho y ordenado; Transfor-mar, para poner el producto del esfuerzo al servicio del hombre, mediante una acti-tud empírica, implica una nueva concep-ción de las cosas, una nueva filosofía

Page 529: El_Protector.pdf

humanista, emancipadora, científica y de fe en los propios recursos. El hombre Re-nacentista es, por lo tanto, además de enamorado de la cultura antigua, inquieto investigador de la Naturaleza».

¿Podemos nosotros, los actuales maso-nes, lograr alcanzar un espíritu fraternal, constructivo y Progresista como ese?

(1) Noticias de la Ciencia y la tecnología N° 329. * (Noticias de la ciencia y la tecnología) Información adicional en: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/250205c.html (2) Ver Historia Universal de la destrucción de los li-bros, de Fernando de Báez. (3) Lo cierto es que tal vez el famoso «eslabón perdi-do» no exista, sencillamente porque la teoría de Dar-win no dice que el «Hombre» descienda del mono, ni el Neardental, por ejemplo, haya sido ese «pitecántro-po» homínido que prefigurase ser «eslabón» entre el «homínido» (familia de primates catarrinos adaptados al bipedismo y con gran desarrollo cerebral que les ha permitido una gran inteligencia; a esta familia —sostienen los creacionistas— sólo pertenece una espe-cie: el hombre y el Sapiens...

Page 530: El_Protector.pdf

(4) Ántropo: elemento prefijal y sufijal que entra en la formación de palabras con el significado de hombre, ser humano: antropogeografía; pitecántropo. (5) Etnología parte de la antropología que, comparan-do y profundizando los materiales que le proporciona la etnografía, estudia las razas o pueblos, los compara, e investiga sus diferencias físicas y psíquicas y las le-yes de su desarrollo orgánico dependiente de aquéllas. (6) La ciencia desde otro ángulo. Visado para otra Tie-rra. Autor: Jacques Bergier Editorial Plaza & Janés S. A. (7) Nos referimos a la década de los años 60, en la que florecieron los cuestionamientos a la «ciencia oficial» y se desató el New age. (8) Paleontología: ciencia que trata de los seres orgáni-cos cuyos restos se encuentran fósiles. (9) Antropología: ciencia que estudia el ser humano en sus aspectos físicos, sociales y culturales. (10) Eclíptica: círculo máximo de la esfera celeste que forma con el ecuador un ángulo de 23° 27', y señala el curso aparente del Sol durante el año. Círculo máximo de la Tierra, que forma con el ecuador un ángulo de 23° 27'. (11) Geología: (geo- + -logía) Ciencia que trata de la historia de la Tierra y de la constitución, origen y for-mación de los materiales que la componen. (12) La civilización «noénica» procedente de Noé, so-breviviente de la civilización Adánica, según las refe-rencias bíblicas. La Adánica sería, a su vez la heredera del primigenio cambio del eje de la Tierra, que des-

Page 531: El_Protector.pdf

truyó el «Paraíso Terrenal» en el que habitó original y míticamente Adam. En este caso Adam sería una de-nominación genérica y el Adán bíblico un heredero paradisíaco. El diluvio sería un fenómeno posterior que, como el anterior, destruyó masivamente a la civi-lización «eliminando a millones de seres humanos». Los sobrevivientes, seguramente, debieron involucio-nar rápidamente después de la catástrofe, convirtién-dose en seres primitivos que recomenzaron así, nueva y cíclicamente, la civilización o una nueva etapa de ella. (13) Refritar: fig. cosa rehecha o de nuevo aderezada; especialmente refundición de una obra dramática u otro escrito. (14) Misterio: (lat. mysteriu; gr. mysterion, de mys, ce-rrar), en las religiones antiguas., rito secreto al que sólo eran admitidos los iniciados: los misterios de Eleusis. Dogma cristiano inaccesible a la razón y que es objeto de fe: el ~ de la Santísima Trinidad. Repre-sentación escénica medieval, de asunto religioso, que se celebraba en los templos, o junto a ellos en ciertas festividades. Cosa secreta: los misterios de la política. Cosa incomprensible: los misterios de la naturaleza. (15) Trascendente: Que se eleva por encima de un ni-vel o de un límite dados; esp., que no resulta del juego natural de una cierta clase de seres o de acciones, sino que supone la intervención de un principio exterior y superior a éstos: justicia inmanente y justicia. (16) Enigma: (gr. ainigma ¬ ainissesthai, hablar oscuro; en lat. aenigma). Dicho o conjunto de palabras de sen-

Page 532: El_Protector.pdf

tido encubierto para que sea difícil entenderlo. Cosa que difícilmente puede entenderse o interpretarse (17) Fenomenología: Ciencia de los fenómenos físicos o psíquicos, en su génesis y en sus manifestaciones en el tiempo y en el espacio. En Hegel (1770-1831), des-cripción de los seis estadios por los que pasa un espíri-tu, y por consiguiente toda la realidad, desde la forma más obscura de la conciencia hasta la conciencia com-pleta del sí o «saber absoluto». En Husserl (1859-1938), ciencia filosófica fundamental que aspira al conoci-miento de las esencias puras de las cosas partiendo del examen de los contenidos de la conciencia en los que se prescinde de todas las condiciones de tiempo y es-pacio. (18) Epistemología: (gr. epistéme, saber científico + -logía)- Disciplina filosófica que estudia los principios materiales del conocimiento humano. Es decir, mien-tras la lógica investiga la corrección formal del pensa-miento, su concordancia consigo mismo, la epistemo-logía pregunta por la verdad del pensamiento, por su concordancia con el objeto; la primera es la teoría del pensamiento correcto, la segunda la teoría del pensa-miento verdadero. Por consiguiente, los principales problemas epistemológicos son: la posibilidad del co-nocimiento, su origen o fundamento, su esencia o tras-cendencia, y el criterio de verdad que se eleva por en-cima de un nivel o de un límite dados; esp., que no re-sulta del juego natural de una cierta clase de seres o de acciones, sino que supone la intervención de un prin-cipio exterior y superior a éstos: justicia inmanente y

Page 533: El_Protector.pdf

justicia. (Lógica trascendental, nombre dado por Kant (1724-1804) a la parte de su teoría del conocimiento que investiga las categorías del entendimiento y su va-lor para el conocimiento). (19) Sincretismo: Sistema filosófico que trata de conci-liar doctrinas diferentes.

Page 534: El_Protector.pdf

Consideraciones sobre

este libro emos intentado, a través de las páginas de «El Protector», in-cursionar en algunos misterios de la Historia de la Humani-dad, que constituyen enigmas (1) para el pensamiento huma-

no. Aunque nuestro propósito ha sido el incursionar en ciertos «misterios» de la Masonería, especialmente aquellos que se refieren a su origen, tal vez el camino em-prendido no haya sido el que nuestros lec-tores «profanos» y «masones» hayan su-puesto, en función de la multiplicidad de Obras que al respecto se han publicado y nuestra visión panorámica de teorías cier-tamente controvertibles (2) o controverti-das. (3).

H

Page 535: El_Protector.pdf

En nuestro caso hemos querido llevar a cabo una «apertura» de ventanas, acorde con la imperiosa necesidad de lograr saber con más imaginación que ortodoxia, cuá-les pudieron haber sido los orígenes voli-tivos (4) de la masonería e incluso el inde-terminismo (5) que pudo haber interveni-do en el decurso de su existencia.

Lamentablemente, la infinidad de traba-jos de investigación que se han llevado a cabo sobre el origen de la Masonería, fin-can sus parámetros en las «tradiciones» británicas (irlandesas y escocesas) que to-maron posesión de los aspectos esenciales de los «gremios» de constructores europe-os en principio y fundamentalmente, las leyendas templarias que hoy se afincan en la famosa capilla Roswell, los Sinclair es-coceses y ciertas tradiciones ciertamente no probadas y que son, en realidad, le-yendas que se fueron transmitiendo, en-redando e incorporando a los intereses que finalmente se concretaron en 1717,

Page 536: El_Protector.pdf

con la fundación de la denominada Gran Logia de Londres.

Hay que tomarse el trabajo de leer a John Hamill, en su obra Teoría acerca del ori-gen de la Masonería (6) que es un herma-no que ha sido Bibliotecario y Curador de la Gran Logia Unida de Inglaterra y Past Master de la Logia de investigación Qua-tuor Coronati N° 2076. Hasta la fecha y a pesar de la trascendencia que se ha dado a ese trabajo —que consideramos importan-te en el ámbito de la investigación históri-ca de la Masonería— (7), no hemos podi-do advertir alguna rectificación sensible de modificar su contenido o desmentir sus afirmaciones Por el contrario, los concep-tos vertidos nos llevan a establecer serias coincidencias con los «reclamos» que des-de hace 293 años vienen exponiendo quienes han profundizado en la «historia» de la Orden, pero desde un punto de vista investigativo.

Page 537: El_Protector.pdf

Nosotros nos propusimos incorporar a los datos meramente institucionalistas, los hechos que se desprenden al ventilar los aspectos misteriosos de la historia de la humanidad que, por otra parte, reúne los mismos interrogantes que se desprenden del análisis de la historia oficial de la Ma-sonería... La historia humana está densa-mente poblado de grandes interrogantes, muchísimos de los cuales, a pesar de cuanto se ha obtenido por la ciencia desde el Enciclopedismo, se dieron a la Luz en la década de los años 60 del siglo pasado que, como hemos dicho, fueron años en los que una multiplicidad de autores con-siderados «malditos» por unos, «discuti-bles» por otros y esencialmente transgre-sores, por investigar misterios, por deve-lar enigmas y por abrir ventanas que, a no dudarlo, han modificado las ideas en el mundo actual...

He intentado, a través de «El Protector», inducir a pensar que bien pueden ser cier-

Page 538: El_Protector.pdf

ta infinidad de «leyendas» provenientes del pasado, en las que se atribuye a otras causas que las de la «Providencia» (8) —en todo su significado semántico— hechos ocurridos sin que tengan otra explicación que atribuírselo al Dios antropomórfico de las religiones «positivas».

Nosotros creemos que el origen de la «masonería», su doctrina, sus principios y su accionar en bien del Progreso de la Humanidad, provienen del más remoto pasado pro-histórico del Hombre. Se ori-gina en la necesidad de «propagar» o «rescatar» de los cataclismos geológicos, «guerras», destrucción, etc. el «conoci-miento» alcanzado hasta el momento de ocurrir los mismos. No cabe duda que la leyenda de «Enoch» constituye una «ale-goría» y no un presunto relato legendario o mítico. Si nos atenemos a los relatos bíblicos, podemos colegir, a propósito, el real significado del término «leyenda», que estamos utilizando en este libro.

Page 539: El_Protector.pdf

Seguramente el establishment institucio-nal se verá forzado a anatematizarnos o quitarle méritos al esfuerzo por «ventilar» un poco el ámbito polvoriento, cavernario e imbuido de húmedos misterios de bi-bliotecas soterradas. No obstante, dejamos constancia de todo lo expresado, remiti-mos a nuestros lectores a la lectura, exa-men e investigación de lo consignado por los autores que hemos citado y a los que fueron sus contemporáneos, para meditar sobre los aspectos «misteriosos» o al me-nos «enigmáticos» de nuestra posición li-teraria.

Y es más, insistiremos en que la masoner-ía originaria o al menos la que devino de ella, fue falsificada en 1717 a través de la «genialidad» británica (la pérfida Albión) que puso en manos de dos clérigos calvi-nistas, la oportunidad de desvirtuar el sentido progresista de la «masonería», el trabajo constructivo y hasta revoluciona-rio de los «hombres del gremio», los

Page 540: El_Protector.pdf

«compagnons», los «operativos», que condensaban en sus trabajos, reuniones y accionar, el pensamiento que intentaba iluminar la «oscuridad» que reinaba du-rante el interregno histórico del feudalis-mo, uno de los peores que ha padecido la humanidad...

Cuando en 1950 se produce el «descono-cimiento» (retiro lo de «reconocimiento») hacia la Gran Logia del Uruguay, a conse-cuencia de lo acordado en la Primera Con-ferencia Interamericana de la Francmaso-nería Simbólica, que se realizó el 14 de abril de 1947 en Montevideo y a la que asistieron y participaron 43 Grandes Lo-gias de América y Europa y 2 asistentes de Europa como veedores, la Gran Logia Unida de Inglaterra da a conocer las «ra-zones» en función de las cuales decide quitar el «Reconocimiento» a la Gran Lo-gia del Uruguay, sede de la Reunión de Grandes Logias y sintetizando, expresa, en lo esencial:

Page 541: El_Protector.pdf

«La Masonería Verdadera es un sistema de moralidad, un “culto” para conservar y difundir la creencia en la existencia de Dios, de los tres puntos o creencias que arriba mencionamos para ayudar a sus miembros con el fin de regular sus vidas y conducta de acuerdo con los principios de su propia religión, sea cual sea esta: cris-tianismo, budismo, mahometanismo; pero tiene que ser una religión monoteísta que erija la creencia en Dios como el Ser Su-premo y tiene que ser una religión que tenga un Libro Sagrado sobre el cual el iniciado pueda prestar su Juramento a la Orden Masónica. Así, para ingresar a la Verdadera Masonería Original, un hom-bre tiene que conformarse a estas condi-ciones: de tener la creencia en Dios y tener una religión monoteísta con un Libro Sa-grado de la Ley Sagrada y no se admite ningún Libro de la Ley Moral como subs-tituto del Libro de la Religión.

Page 542: El_Protector.pdf

»Y ningún hombre sin religión de tal carácter puede ser masón por bueno que sea. La Masonería es un “Culto” fundado con bases religiosas y no admite librepen-sadores y ateos por buenas que sean su moralidad y conducta.

»Para evitar compromisos de cualquier naturaleza los fundadores de la Masonería Universal Original en 1717, tomaron una resolución que existe hoy día, que dice claramente: no está dentro del poder de ningún hombre cambiar o introducir compromisos o modificaciones en estos principios fundamentales de la Masonería —los Landmarks—, es decir, modificación en las creencias exigidas ni en los princi-pios establecidos. Así que, hasta el fin del mundo no se pueden introducir modifica-ciones en los principios y fundamentos de la Masonería Original sin dejar de ser Ma-sonería.

»Si una potencia Masónica hace modifi-caciones o compromisos o introduce tole-

Page 543: El_Protector.pdf

rancia en las creencias fundamentales, esta potencia automáticamente deja de ser Masónica, como pasó con el Gran Oriente de Francia en 1878».

Este compendio de inexactitudes, intole-rancia, dogmatismo y enajenación (9) que firmó Sidney A. White, Gran Secretario de la Gran Logia Unida de Inglaterra, es un documento ofensivo, petulante, soberbio e infundado, no siendo por los misóginos prejuicios expresados hacia la multiplici-dad de Grandes Logias que asistieron a la Primera Conferencia Interamericana de Masonería Simbólica y cuyo pensamiento no era coincidente con los objetivos políti-cos británicos, materializados masónica-mente por la Gran Logia Unida de Ingla-terra.

No obstante, hasta la fecha y a pesar de la «abdicación» (10) de la Gran Logia del Uruguay a los principios acordados en aquella Primera Conferencia Interameri-cana de Masonería Simbólica (lo hicieron

Page 544: El_Protector.pdf

además otras potencias masónicas Lati-noamericanas con exclusión de muchas de las 35 Grandes Logias de México) la Ma-sonería Latinoamericana se va fragmen-tando lenta pero inexorablemente, crean-do nuevas escisiones de Grandes Logias, el nacimiento de Grandes Orientes y la in-corporación de nuevos Ritos sumados al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que proliferan hoy día —al consuno de las evidentes ambiciones personalistas— de Ritos caballerescos, remedos del templa-rismo que se pone de moda y la prolifera-ción de atuendos similares a los de aque-llos monjes-guerreros, que blandían sus escudos, mandobles y espadas, en al «res-cate del Santo Sepulcro» y su lucha contra el Islam...

(1) Enigma: dicho o conjunto de palabras de sentido encubierto para que sea difícil enten-

Page 545: El_Protector.pdf

derlo. P. ext, cosa que difícilmente puede en-tenderse o interpretarse. (2) Controvertible punto controvertible, pro-blema que se trata de resolver, materia sobre la cual se disputa: ~ batallona o candente, la que acalora los ánimos y a que se da mucha impor-tancia; ~ de gabinete, la que afecta o puede afectar a la existencia o continuación de un mi-nisterio, y, en gral., la de mucha importancia para cualquiera; ~ de confianza, la que para comprobarla plantea el gobierno al jefe del es-tado o al parlamento, haciendo depender su continuación en el poder de un acuerdo deter-minado del primero o de la votación de la cámara. (3) Controvertido: Justificación de la verdad de los hechos controvertidos en un juicio, hecha por los medios que autoriza y reconoce por efi-caces la ley: ~ de indicios o indiciaria, la que se obtiene de los indicios relacionados con un hecho, generalmente de un hecho que se pre-tende esclarecer. En matemáticas, operación que se ejecuta para averiguar la exactitud de otra ya hecha. (2) La Francmasonería es un movimiento Fi-losófico Activo Universal y Humanitario, en el

Page 546: El_Protector.pdf

que caben todas las orientaciones y criterios que tienen por objeto el mejoramiento material y moral de la Humanidad, sobre la base de Respeto del Postulado de Personalidad». La Francmasonería no es órgano de ningún parti-do político ni agrupación social y afirma su propósito de estudiar e impulsar al margen de todos aquellos, los problemas referentes a la vi-da humana, para asegurar la paz, la justicia y la fraternidad entre los hombres y de los pueblos, sin diferenciación alguna de raza o nacionali-dad. (4) Volitivo relativo a los actos y fenómenos de la voluntad. (5) Indeterminismo: doctrina que considera el acto volitivo como absolutamente espontáneo, es decir, sin que esté determinado de una ma-nera necesaria e ineluctable. El acto volitivo es, pues, según el indeterminismo, un acto no cau-salmente condicionado, o sea, libre. (6) Ver www.hiramabif.org sección Cuaderni-llos, allí se encuentra la obra mencionada. (7) La Francmasonería reconoce la posibilidad del mejoramiento del hombre y de la humani-dad, en un Principio Superior o Ideal que de-nomina Gran Arquitecto del Universo. Tal re-

Page 547: El_Protector.pdf

conocimiento de un principio Originario y de una causa Primera, deja a todos los masones sus puntos de vista particulares sobre la natura-leza del mismo, absteniéndose de todo acto confesional. Por tanto no prohíbe ni impone a sus miembros, ninguna convicción religiosa y rechaza toda afirmación dogmática y todo fana-tismo, sin embargo, por sus inclinaciones filosó-ficas, aquello que se considera confesional, solo queda en el registro individual de cada masón sin que la Francmasonería se pronuncie a favor de la credulidad antes que de la sabiduría. (8) Providencia: disposición anticipada o pre-vención que mira o conduce al logro de un fin. Disposición que se toma en un lance sucedido para componerlo, o remediar el daño que pue-da resultar. En la Teología, previsión y cuidado que Dios tiene de sus criaturas. Dios considera-do como gobernando todas sus criaturas con su sabiduría: a la Providencia, sin más amparo que el de Dios. Resolución judicial en que no van expresos los motivos. Deísmo: (lat. deus, dios) doctrina teológica que afirma la existencia de un Dios personal, creador del universo y pri-mera causa del mundo, pero niega la «provi-dencia» divina y la religión revelada. En con-

Page 548: El_Protector.pdf

traposición: teísmo, doctrina teológica que afirma la existencia de un Dios personal, crea-dor del universo y gobernador de su evolución gracias a su influencia constante y viviente. A diferencia, pues, del deísmo, admite la provi-dencia divina y la religión revelada. (9) Enajenación: alteración de las facultades mentales de un individuo que le incapacita to-tal o parcialmente para actuar jurídicamente y para ser considerado como autor de un delito. (10) Abdicar: (modelo de conjugación 1) Ceder o renunciar [una dignidad soberana]: abdicó la corona en su hijo; el rey abdicó, o abdicó en su hijo. Dejar, abandonar [creencias, opiniones]: abdicar los principios. Revocar, anular. Privar a uno de un estado favorable, de un derecho, fa-cultad o poder.

Page 549: El_Protector.pdf

Anexo

informativo

Page 550: El_Protector.pdf

odas las obras de autores ma-sones suelen exponer el pen-samiento tradicional del de-curso de la Orden hasta don-de puede mensurarse por la

recopilación de datos y el resultado de la consulta de cientos o miles de obras que se han escrito desde que ha sido posible hacerlo.

En mi caso, además de las referencias que he volcado con su correspondiente identificación, decidí consignar al final de mi trabajo, algunos ensayos e informacio-nes obtenidas en las Listas masónicas en la Web informaciones obtenidas en Internet y que entiendo de buena fe, no afectan los derechos intelectuales de sus autores. Hasta donde he podido, he consignado la autoría y el origen de este Anexo, que me permite abundar en datos que, tengo la certeza, se tomarán como controvertidos por aquellos lectores que son de nuestro

T

Page 551: El_Protector.pdf

«paño». Sé que las necesarias críticas pro-vendrán del seno Institucional y por eso decidí aportar, abundando, datos de muchísimo interés que no siempre se en-cuentran al alcance del lector medio o del iniciado abocado a sus Rituales, literatura y catecismos institucionales.

Espero y deseo que su lectura, permita profundizar en el menaje que pretendo exponer en mi obra que es, esencialmente, el trasladar al papel y a lo virtual de los programas como el PDF, la visión que so-bre la Masonería he aquilatado a través de 46 años de membresía. Y, como podrán observar, parece estar en consonancia con otros pensadores de la Orden…

Desde ya solo aspiro a la comprensión de mis lectores de la Orden y de aquellos lec-tores interesados en conocer y saber sobre qué cosa es y cuál es el origen de la Maso-nería…

Page 552: El_Protector.pdf

¿Masones en el antiguo Perú?

Hablemos de los míticos Atimuranas, los

constructores o arquitectos del Incario.

Refiere la tradición que —antes de la lle-gada de los que desde las cuevas de Pac-caritampu (ventana central de Tamputo-co) forjaran la conocida leyenda de los hermanos Ayar— una raza desconocida supuestamente descendiente de Lemuria el continente hundido, dejó impresas las huellas de su sabiduría desde Canadá has-ta la Patagonia. Esto probaría, según el an-tropólogo Edward P. Lanning, que las ci-vilizaciones milenarias que florecieron en América debieron recibir una magnífica herencia de conocimientos y organización en agricultura, sociología, arquitectura y otras ramas del saber. Entre los herederos de la cultura Atlántida habrían estado los preincas, mayas y quiches.

Page 553: El_Protector.pdf

En el Perú, señalan como dichos herede-ros a las antiquísimas culturas Tiahuana-co, Cqotosh, Kuélap, Chavín de Huántar, Huanuco Viejo, Paccaritampu y, poste-riormente —en los Imperios Chimú, Mo-chica e Inca— a las culturas Chapín, Para-cas, Nazca y otras, las cuales formaron parte del extenso Gran Imperio del Tahu-antinsuyo.

Los conocimientos casi perdidos del Tahuantinsuyo volvieron a retoñar en las civilizaciones preincaicas de los descen-dientes de la raza imperial del Tiahuanaco que salieron de Paccaritampu, Pacarina o posada del amanecer, simbólica expresión de Vida, Muerte y Renacimiento que se repite en otros mitos como el de los her-manos Ayar que emergieron de las aguas sagradas del Lago Titicaca para fundar un nuevo Imperio.

Es interesante acotar que —mientras en los otros continentes del mundo entonces conocido el homo sapiens, peludo y cu-

Page 554: El_Protector.pdf

bierto por pieles de animales, aún hacia sus primeros pininos de agrupación tribal de cazadores nómades— acá, en nuestro continente americano, existía ya desde unos tres mil años antes una avanzada or-ganización social, entre cuyas castas ope-raban constructores operativos —¿masones?— que han dejado obras admi-rables.

Su organización social de corte vertical bajo la égida de un Gran Amauta o Maes-tro titulado Apu Hatun Runa hace supo-ner que aquella élite de atimurunas o constructores —hombres fuertes, limpios de alma y puros de corazón— debió dis-poner de modos de reconocimiento y se-cretos del oficios trasmitidos de genera-ción en generación, además de rigurosas pruebas de admisión al gremio. ¿Cómo explica de otro modo las ciclópeas edifica-ciones de arquitectura depurada que aún persisten y en las que se evidencia cono-cimientos con alto dominio de las ma-

Page 555: El_Protector.pdf

temáticas y del uso de la Escuadra, del Nivel y la Plomada?

En aquellos trabajos maestros sobre la piedra en bruto se cubicó o escuadró tan exactamente los bloques, que aún hoy en día son motivo de admiración por la cali-dad del pulimento y la perfección del en-caje de las piedras. Muchas de estas mile-narias obras ciclópeas fueron siglos des-pués aprovechadas por los Incas y algu-nas reconstruidas para ser utilizadas como Templos, fortalezas de defensa o vivien-das reales. Por ejemplo, el Templo Kori-cancha —dedicado a la suprema divini-dad, el Inti o Padre Sol— cuya más sobre-saliente particularidad es digna de anotar-se: la edificación está orientada, es decir trazada «Oriente hacia Occidente».

Además de los avanzados conocimientos sobre Geometría y Matemáticas que les permitieron el uso magistral de la escua-dra, la plomada y el nivel para trazar pla-nos, crear muros verticales y asentar a ras

Page 556: El_Protector.pdf

las piedras, los atimurunas o constructo-res usaron el compás, tal como lo eviden-cian la redondez y simetría de las torres y de algunas chullpas funerarias aymaras.

«Cqosco» (Cusco) nos deleita con tantas descripciones incaicas a las que encontra-mos analogía con la simbología masónica: puertas triangulares en Huantanay y Tu-llumayo, el vértice de Pumacchupán, la orientación del Templo de Koricancha, la plazoleta de las tres ventanas en donde se «amara al Sol» (Intihuatana), las arcadas y portadas trapezoides, el Templo de las Manos Cruzadas Cqotosh, etc. Todo ello: vestigios místicos de un simbolismo que nos habla al oído sobre mensajes ocultos de una gran civilización que ojala algún día sea posible interpretar plenamente.

R# H# Miguel Estela Campos V# M# de la R# L# S# José E. Landívar Vargas 173 Nº 8 Glonorte Perú (pág. 57) Noviembre 2008 (e# v#) Nº 1

Page 557: El_Protector.pdf

Enoch la leyenda de una civilización ante-

rior

Enoch, procedente de una civilización an-

terior y desconocida, decidió transmitir conocimientos valiosos a todos los super-vivientes de un terrible diluvio para que pudieran reconstruir la ciencia secreta y desarrollar ciertas potencialidades. Esto se consiguió tallando los secretos en dos grandes columnas huecas, diseñadas para sobrevivir la destrucción prevista. Dentro de estas columnas huecas guardarían lo pertinente. Según la tradición, los funda-dores de la civilización egipcia, que co-menzó en el año 3200 antes de J. C., en-contraron sólo una columna hueca, y el primer Faraón adoptó el nombre de Osiris que significa «príncipe que se ha elevado de entre los muertos».

Se dice que Moisés posteriormente en-contró la otra columna, enviando emisa-

Page 558: El_Protector.pdf

rios a una cueva subterránea donde luego se construyó el Templo de Salomón hace tres mil años. En realidad esto último pa-rece ser un intento bien pensado por parte de los sabios judíos, para hacerse posee-dores de un conocimiento superior ante-rior a toda la historia registrada. Pero a su vez fue una forma conveniente de evitar que la creación del culto de la reconstruc-ción del secreto, cayera en manos de otro pueblo. Y así complementadas, ambas co-lumnas permitían que el secreto completo perteneciera a Moisés.

Sabemos que los misterios Caldeos y Egipcios se asemejan mucho a los miste-rios Judíos, incluso el nombre de Moisés pertenecía a una cultura anterior egipcia (En tiempos de Amenothep IV, del Dios Atom, el supremo sacerdote se denomi-naba Atommosis). De alguna forma Jesu-cristo fue heredero de esta enseñanza es-pecial, pues, la historia masónica dice que posteriormente a Salomón, se estableció

Page 559: El_Protector.pdf

un orden sacerdotal especial, los Esenios, que continuaron guardando los secretos encontrados en varias cuevas del lugar, al parecer de una civilización muy anterior seguramente de los tiempos de Enoch.

Mucho después, los descendientes de es-tas personas regresaron a Jerusalén con los cristianos y se establecieron en una nueva orden en 1118, cuando los caballe-ros prestaron votos de secreto y fraterni-dad. Explica además que estos caballeros eran los Caballeros del Temple que toma-ron los secretos de la columna de Enoch bajo el templo de Jerusalén, y que se lo llevaron consigo, junto con los archivos donde luego formaron su primera logia en Escocía.

Aún muchos de los templarios descono-cieron los motivos supremos de la Orden. Hasta la fecha, muchos no han podido descifrar a cabalidad el significado preciso de los ritos masónicos. El mensaje predo-minante al parecer, de estos ritos, es que la

Page 560: El_Protector.pdf

masonería proviene de una fuente que era antigua incluso para los primeros judíos, y que su mensaje fue revelado por el mismo Jesús, el Cristo, descendiente directo del Rey David y por su familia. De ellos paso a los Templarios, que acabaron revelándo-lo a los masones.

El gran secreto inesperado, que se dice celosamente ocultado en el seno de la ma-sonería, es la creencia de que en cada masón se encarna un sumo sacerdote de Yahvé «El Gran Arquitecto Del Universo». Treinta y cinco años después de la muerte de Jesucristo, Israel se vio atormentado por una situación desfavorable, y un gran porcentaje de la población tuvo una trági-ca muerte.

Aunque nos resulte extraño; todo esto tiene una razón de ser, nada es casual y las cosas que pasaron así debieron pasar «seguramente para que despertemos de un letargo social e individual». Mucho del secreto aparentemente se ha perdido, con

Page 561: El_Protector.pdf

el pasar de los años. Pero como lo he di-cho antes, el Secreto Masónico tiene una evolución propia, no se degrada ni se pierde, al contrario, se incrementa día a día. Existe un principio que dice: la mate-ria no se crea ni se destruye solo se trans-forma; pero se transforma en algo cada día más superior y refinado.

La llegada de la masonería era el impulso extra en la humanidad que volvería a otorgar al mundo los derechos de los científicos, los demócratas sociales y los librepensadores. Masones como Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Benjamín Fran-klin, Simón Bolívar, George Washington, Francis Bacón, José de San Martín, sin con-tar a todos los grandes masones que en el anonimato han contribuido a hacer de este mundo un mundo mejor y crear un nuevo orden mundial.

Los objetivos que perseguían estaban ba-sados en las exigencias de la masonería:

Page 562: El_Protector.pdf

justicia, conocimiento y sobre todo tole-rancia.

Tampoco es una coincidencia que las pa-labras esenias que se repiten una y otra ven en los manuscritos del mar Muerto sean «verdad, justicia, conocimiento, y sa-biduría».

“La masonería es y ha sido la expresión del verdadero cristianismo durante los últimos dos mil años, la masonería ha sa-bido ser tolerante y fraternal como el mismo Jesucristo lo fue”, repiten los ma-sones crísticos, creyentes, en una Tradi-ción Primordial.

Breve referencia sobre astronomía

Intentemos sintetizar los descubrimientos

del Hombre en materia astronómica. Para que pueda cumplir la misión de hacer pensar sobre la inteligencia del Hombre y en algún aspecto permitir que al ubicarnos

Page 563: El_Protector.pdf

en el tiempo, podamos advertir las incóg-nitas que se plantean.

Algunos de los mayores logros de la As-tronomía se realizaron en Alejandría. Fue-ron entre ellos, el cálculo de la circunfe-rencia de la tierra por Eratóstenes, y las primeras mediciones de las distancias al Sol y la Luna. Se diseñaron catálogos este-lares como los de Hiparco de Nicea y el descubrimiento de la precesión de los equinoccios (B).

Constituyen un misterio que se va deve-lando poco a poco. Stonehengue, en Ingla-terra, Carnac, en Francia. Ambos creídos monumentos funerarios, luego admitidos antiquísimos observatorios astronómicos. Stonehengue se construyó en varias fases entre los años 2200 y 1600 a.C. Pero si con-temporáneamente vamos a las Américas, algunas observaciones Mayas indican, por ejemplo, el eclipse lunar del 15 de Febrero de 3379 a.C. Tenían su propio calendario solar y conocían la periodicidad de los

Page 564: El_Protector.pdf

eclipses. Los Incas conocían la revolución sinódica de los planetas

Pitágoras, quien vivió ente los años 569-475 a. C. promulgó sus dictados o «para-digmas» seguidos por Sócrates (427-347 a. C.) y Platón. Bajo estos principios Eudoxio (408-355 a. C) fue el primero en concebir el universo como un conjunto de 27 esferas concéntricas que rodean la tierra. Platón exigió a sus alumnos el estudio del movi-miento planetario, en especial el movi-miento retrógrado de los Planetas. Uno de ellos, Aristarco de Samos, violó las nor-mas pitagóricas proponiendo la existencia del sistema Heliocéntrico. El centro de la vida intelectual y científica, que en ese tiempo se hallaba en Atenas, se trasladó a Alejandría, fundada por Alejandro Magno un siglo antes y con parámetros del ideal griego.

Ptolomeo (85-165 a. C.) compiló el saber astronómico en los trece tomos del «Al-magesto». Expuso un sistema en el que la

Page 565: El_Protector.pdf

Tierra, era el centro y estaba rodeada por «esferas de cristal» de los otros 6 astros conocidos. La tierra no ocupaba exacta-mente el centro de las esferas y los plane-tas tenían un epiciclo [sistema creado por Apolonio de Pérgamo y perfeccionado por Hiparco] cuyo eje era la línea de la órbita, que giraba alrededor de la tierra llamada deferente.

En Alejandría, Eratóstenes realizó el cálculo de la circunferencia de la tierra y también las primeras mediciones de las distancias al Sol y la Luna. Hiparco de Ni-cea diseñó catálogos estelares y el descu-brimiento de la precesión de los equinoc-cios.

Luego de esta sucinta mención, podemos decir que de Alejandría y Roma, hacia Bi-zancio, la ciencia tuvo una nueva etapa de desarrollo en el ámbito del Islam.

En la astronomía islámica, entre los astrónomos árabes unos de los más desta-cados fueron Al Batani (858-929) y Al Sufi

Page 566: El_Protector.pdf

(903-986) y Al Farghani —autoridad sobre el sistema solar—, calculó que la distancia a Saturno era de 130 millones de kilóme-tros (su distancia es 10 veces mayor).

Simultáneamente, en Europa dominaron las teorías geocentristas, promulgadas por Ptolomeo y no hubo desarrollos importan-tes en astronomía.

Recién en el siglo XV se reinició el estudio de los cielos, luego de la traducción hacia 1150, de la obra de Ptolomeo al latín. Jo-hannes Müller (llamado Regiomontanus, (1436 - 1476) realizó y reunió nuevas me-diciones y observaciones y Nicolás de Cu-sa (1401-1464) afirmó en 1464 «que la Tie-rra no podía hallarse en reposo y que el universo no podía concebirse como finito y comenzaron a presentarse dudas sobre la veracidad del sistema geocéntrico Pto-lemaico» (B).

Nicolás Copérnico (1473-1543) fue el que dio el primer paso para desarrollar la nueva astronomía. Estudió las referencias

Page 567: El_Protector.pdf

literarias y las teorías de Aristarco. En 1512 hizo conocer sus trabajos recogidos en el manuscrito Comentariolus. Pensaba que «si el Sol da vida y luz y calor es una copia material de Dios».

Luego, la ley de Titius Bode predijo con increíble exactitud la distribución de los planetas en el sistema solar. Sin embargo, según sus cálculos, falta un planeta, curio-samente en el sitio donde orbita el cin-turón de asteroides.

Ya en el siglo XVI el astrónomo más im-portante fue Ticho Brahe (1546-1601). Contaba con un don, el de la observación. Y también el del dinero, con el que pudo construir los equipos más precisos y avanzados de su época. A fines del siglo XVI y comienzo del XVII, Johanes Kepler (1571 - 1630) excelente teórico pero no buen observador, trabajo largo tiempo en años tratando de hallar un modelo para poder explicar los movimientos de los planetas.

Page 568: El_Protector.pdf

Lo intento teniendo en cuenta los pen-samientos neoplatónicos y el sistema heliocéntrico de Copérnico. En 1609 pu-blicó su Astronomía Nova postulando «las órbitas elípticas de los planetas» y sus dos primeras leyes:

1a Los planetas giran alrededor del Sol en orbitas elípticas estando este en uno de sus focos.

2a Una línea dibujada entre el planeta y el sol barre áreas iguales en tiempos iguales.

Posteriormente formuló la tercera Ley que dice: «El cubo de la distancia media de cada planeta al sol es proporcional al cuadrado del tiempo que tarda en comple-tar una órbita».

Galileo Galiley (1564-1642) fue uno de los defensores más importantes de las teorías heliocéntricas Recordemos que en el siglo XVI la Iglesia ejercía un importante poder sobre la sociedad europea; según sus ide-as, Dios existía por fuera de la esfera celes-tial, delegando en los ángeles el control de

Page 569: El_Protector.pdf

los movimientos planetarios. Galileo fue el primero que utilizó un catalejo a modo de telescopio y realizó en 1609, observa-ciones astronómicas.

No cabe duda que los avances tecnológi-ca de aquellos tiempos en materia de sis-temas ópticos (tengamos en cuenta que a pesar de no haber pruebas contundentes sobre su existencia, cristales tallados en la remota Antigüedad, son referidos por ar-queólogos. Es evidente que sus contem-poráneos los conocían y de allí sus obser-vaciones astronómicas asombrosas... sin la existencia de telescopios...) permitieron un vuelco fundamental a la astronomía, co-menzándose a «...descubrir, describir y ca-talogar miles de objetos celestes nunca ob-servados».

Grandes astrónomos surgieron en el si-glo XVII, merced a la gran revolución de los telescopios. Estos han sido los gestores de la astronomía moderna y actual: Po-demos mencionar a Simón Marius (de-

Page 570: El_Protector.pdf

tectó en 1612 la Nebulosa de Andrómeda); Christoph Scheiner (en 1630 estudió las manchas solares); Johannes Hevelius (desde su observatorio en Dantzing hizo precisas observaciones de la luna y come-tas); Christian Huygens (descubre el anillo de Saturno y su satélite Titán), Giovanni Domenico Cassini (descubre 4 satélites de Saturno), Olaus Römer (determina en 1676 ¡la velocidad de la luz! a causa del estudio de los eclipses de los satélites de Júpiter) y John Flamsteed (quien fundó el Observa-torio de Greenwich en 1675 y publicó un gran catálogo celeste).

Uno de los científicos más importantes de la humanidad ha sido, sin duda algu-na, Isaac Newton (1643-1727), quien nació el año de la muerte de Galileo. Newton aplicando su primera Ley, determino que «...la Luna escaparía en línea recta si no fuese apartada de su camino por una fuerza» (se trata de la gravedad terrestre).

Page 571: El_Protector.pdf

La Ley de la Gravitación Universal post-ula que «dos cuerpos se atraen uno al otro con una fuerza que es directamente pro-porcional a la masa de cada uno e inver-samente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa».

Newton, entre muchas otras cosas, modi-ficó los telescopios, creándolos «reflecto-res Newtonianos» que permitieron obser-vaciones más claras de objetos muy te-nues. Philosophiae naturalis principia mathematica ha sido su obra magistral.

Como este trabajo sobre el «Protector» refiere los misterios de la ciencia hasta el siglo XVIII, finalicemos diciendo que el astrónomo Pierre Gassendi nació en Champtercier (1592-1665) hacia 1645 y fue profesor de matemáticas en Collège Roya-le en París.

Rechazó la filosofía de Descartes, enfati-zando en el método inductivo.

El creía en el atomismo y defendió la ex-plicación mecanicista de la naturaleza.

Page 572: El_Protector.pdf

Gassendi fue el primero en observar el tránsito de mercurio predicho por Kepler en 1631 y escribió sobre astronomía y des-cribiendo sus propias observaciones.

Los datos recopilados en esta sucinta his-toria de la astronomía han sido extraídos de los trabajos del Dr. Carlos Andrés Car-vajal, MD astrónomo aficionado, ASA-SAC. © 2001.

Hipatia la transgresora

Alejandría en el siglo IV. En el siglo IV

Egipto era una provincia romana y conti-nuaría siéndolo hasta la llegada de los árabes en el siglo VII. En el año 312, el em-perador Constantino se había convertido al cristianismo. Al año siguiente, en el 313, fue firmado el Edicto de Milán por el cual se estableció la paz religiosa y la libertad de cultos.

En el año 330, Constantino traslada la capital del imperio a Bizancio, que pasaría

Page 573: El_Protector.pdf

a llamarse Constantinopla. En los últimos años del siglo IV Roma se divide en dos partes: el Imperio de Occidente y el Impe-rio de Oriente. Egipto es incorporado al Imperio de Oriente y en estos años vive el ocaso de su Historia Antigua. El cristia-nismo también había llegado a Egipto.

En la época que nos ocupa se suceden grandes controversias y disputas entre las distintas facciones de cristianos. Algunos autores reseñan cómo las peleas llegan a hacerse callejeras. La Iglesia cristiana de-fendía en esos momentos su independen-cia respecto al poder imperial y los empe-radores del siglo IV se consideraban autó-cratas y muy por encima de la ley. En Ale-jandría vive y predica el obispo Teófilo (385-412), enemigo de Juan Crisóstomo que predicaba en la Iglesia de Antioquia (actualmente en Turquía).

La rivalidad entre Alejandría y Constan-tinopla también era algo a tener en cuenta, ya que afectó grandemente a las iglesias

Page 574: El_Protector.pdf

del resto de la cristiandad. Finalmente la iglesia egipcia se separó de la iglesia de Oriente. Fue entonces cuando apareció la lengua copta, una mezcla entre el egipcio demótico y la influencia del griego.

HIPATIA DE ALEJANDRÍA Hipatia era hija del matemático y filósofo

León de Alejandría y es casi seguro que estudió matemáticas bajo la guía e ins-trucción de su padre. Es notable que Hipa-tia haya llegado a ser directora de la es-cuela platónica de Alejandría hacia el 400 d. C. Allí impartía clases de matemáticas y filosofía, enseñando la filosofía neoplató-nica. Hipatia basaba sus enseñanzas en las de Plotino, el fundador del Neoplatonis-mo, y de Lámblico, uno de los desarrolla-dores del Neoplatonismo alrededor del 300 d. C.

Plotino enseñaba que hay una realidad última que está más allá del alcance del pensamiento o del lenguaje. El objetivo de

Page 575: El_Protector.pdf

la vida era apuntar a esta última realidad, la cual nunca podía ser descrita con preci-sión. Plotino enfatizaba que las personas no tenían la capacidad mental para enten-der completamente la realidad última en sí misma ni tampoco las consecuencias de su existencia.

Lámblico distinguía más niveles de rea-lidad en una jerarquía de niveles por de-bajo de la realidad última. Había un nivel de realidad correspondiente a cada pen-samiento distintivo de los que es capaz la mente humana. Hipatia enseñó estas ideas filosóficas con un énfasis científico mayor que los seguidores anteriores del Neopla-tonismo. Todos los comentaristas la des-criben como una maestra carismática.

Aprendió también sobre la historia de las diferentes religiones que se conocían en aquel entonces, sobre oratoria, sobre el pensamiento de los filósofos y sobre los principios de la enseñanza. Viajó a Atenas y a Roma siempre con el mismo afán de

Page 576: El_Protector.pdf

aprender y de enseñar. La casa de Hipatia se convirtió en un lugar de enseñanza donde acudían estudiantes de todas par-tes del mundo conocido, atraídos por su fama. Uno de sus alumnos fue Sinesio de Cirerne, obispo de Ptolemaica (en Feni-cia), rico y con mucho poder.

Este personaje dejó escrita mucha infor-mación sobre Hipatia, su maestra. Por medio de él pueden llegar a conocer los libros que ella escribió para la enseñanza, aunque ninguno ha llegado a nuestros días. Otro alumno llamado Hesiquio el Hebreo escribió unas obras que se conser-van, en las que también hace una descrip-ción sobre las actividades de Hipatia y asegura que los magistrados acudían a ella para consultarle sobre asuntos de la administración. Dice también que fue una persona muy influyente en el aspecto polí-tico. También se interesaba por la mecáni-ca y ponía en práctica la tecnología. Se sa-be que inventó un aparato para destilar el

Page 577: El_Protector.pdf

agua, un hidrómetro graduado para me-dir la densidad de los líquidos y un arte-facto para medir el nivel del agua.

Hipatia escribió tres libros de los que desgraciadamente no se ha conservado ningún ejemplar: Comentario a la aritmé-tica de Diofanto; Canon astronómico y Comentario a las crónicas de Apolonio. También escribió dos comentarios, a la aritmética y a la geometría, que fueron expresiones máximas de la escuela de Ale-jandría.

Sócrates Escolástico, 120 años después del asesinato de Hipatia, dice de ella que «consiguió un grado tal de cultura que superó de largo a todos sus filósofos con-temporáneos. Heredera de la escuela neo-platónica de Plotino, explicaba todas las ciencias filosóficas a quien lo deseara. Con este motivo, quien deseaba pensar filosó-ficamente iba desde cualquier lugar hasta donde ella se encontraba».

Page 578: El_Protector.pdf

Hipatia consiguió tener un nivel de co-nocimientos inusual en una mujer. Tuvo poder, puesto que influía en quien lo de-tentaba, fue transgresora, ya que ejercía públicamente, y esto provocó un conflicto de autoridad.

En el 412, Cirilo (después San Cirilo) se convirtió en patriarca de Alejandría. Sin embargo, el prefecto romano de Alejandr-ía era Orestes y ambos se convirtieron en acérrimos rivales políticos en la lucha por el control entre iglesia y Estado. Hipatia era amiga de Orestes y esto, junto con los prejuicios contra sus posiciones filosóficas que eran consideradas paganas por los cristianos, hicieron que Hipatia que era pagana se convirtiera en el punto central de las luchas entre cristianos y no-cristianos. Y fue escogida como víctima principal.

MUERTE DE HIPATIA

Page 579: El_Protector.pdf

En el año 412 el obispo Cirilo de Ale-jandría fue nombrado (para sustituir a su tío Teófilo), patriarca, un título de digni-dad eclesiástica que sólo se usaba en Ale-jandría, Constantinopla y Jerusalén, que equivalía casi al del papa de Roma. Cirilo (elevado siglos más tarde a los altares) era un católico que no consentía ninguna clase de paganismo ni de herejía y que luchó toda su vida defendiendo la ortodoxia de la Iglesia católica y combatiendo el nesto-rianismo. Los historiadores creen que Ciri-lo fue el principal responsable de la muer-te de Hipatia, aunque no exista documen-tación directa que lo acredite.

Se dice que Cirilo era enemigo de esta mujer, a la que temía y admiraba a la vez. Pero siguiendo la tónica general de la época, no le era posible comprender ni tampoco consentir que una mujer se dedi-case a la ciencia y menos aún a esa clase de ciencia que difícilmente podían com-prender las personas que no eran eruditas

Page 580: El_Protector.pdf

en el tema. Por lo tanto creó un clima y un ambiente de odio y fanatismo hacia ella, tachándola de hechicera y bruja pagana.

En el mes de marzo del año 415, Hipatia fue asesinada de la manera más cruel por un grupo de monjes de la iglesia de San Cirilo de Jerusalén (no hay que confundir a los dos Cirilos: el de Jerusalén había muerto en el año 387). Los hechos están recogidos por un obispo de Egipto del si-glo VII llamado Juan de Nikio. En sus es-critos justifica la masacre que se hizo en aquel año contra los judíos de Alejandría y también la muerte de Hipatia.

Cuenta cómo un grupo de cristianos im-petuosos y violentos, seguidores de un lector llamado Pedro fueron en su busca, la golpearon, la desnudaron y la arrastra-ron por toda la ciudad hasta llegar a un templo llamado Cesareo; allí continuaron con la tortura cortando su piel y su cuerpo con caracolas afiladas, hasta que murió; a continuación descuartizaron su cuerpo y

Page 581: El_Protector.pdf

lo llevaron a un lugar llamado Cinaron y allí finalmente lo quemaron. De esta ma-nera creyeron dar muerte a lo que ellos llamaban idolatría y herejía.

Orestes, el prefecto romano amigo y alumno de Hipatia informó de los hechos y pidió a Roma una investigación. Pero por «falta de testigos», se fue retrasando, hasta que llegó un momento en que el propio Cirilo aseguró que Hipatia estaba viva y que habitaba en la ciudad de Ate-nas. Orestes tuvo que huir de Alejandría y abandonar su cargo. Con la muerte de Hipatia se terminó también la enseñanza del pensamiento de Platón no sólo en Ale-jandría sino en el resto del Imperio. El in-terés por las ciencias fue debilitándose y la Historia entró en el oscurantismo. Pudo sobrevivir en Bizancio y poco después empezó de nuevo a florecer en el mundo árabe musulmán.

Autor del artículo Víctor Manuel GUZMÁN VI-

LLENA

Page 582: El_Protector.pdf

Fuentes de consulta Centro de Divulgación de las Matemáticas, Universidad Politécnica de Madrid. Gran Biblioteca de Alejandría, sección Ciencias. Winpendia: Biblioteca Libre de Internet. Biblioteca de Víctor Manuel Guzmán Villena.

El descubrimiento de un sistema solar pa-

recido al nuestro

UN SISTEMA SOLAR PARECIDO AL NUESTRO.

Después de 15 años de continuado trabajo, el equipo de buscadores de planetas extra-solares más exitoso del mundo cree haber encontrado un sistema planetario relati-vamente semejante al nuestro. La estrella progenitora es 55 Cancri, y se halla en la constelación de Cáncer.

Hasta ahora, explican Geoffrey Marcy, de la University of California, Berkeley, y Paul Butler, de la Carnegie Institution of Washington, todos los planetas detectados

Page 583: El_Protector.pdf

(en su mayoría parecidos a nuestro Júpi-ter), se encontraban o muy cerca o muy le-jos de su estrella madre. Esto dificulta en gran medida la existencia junto a ellos de otros planetas más pequeños y sólidos, como la Tierra, a distancias adecuadas pa-ra la vida.

Pero 55 Cancri es diferente, porque el planeta joviano que ha sido descubierto a su alrededor se encuentra a una distancia de su estrella casi idéntica a la de Júpiter respecto al Sol.

La estrella estudiada, de un tipo también parecido al Sol (tiene 5.000 millones de años y se encuentra a 41 años luz de la Tierra), ya era conocida por poseer otro planeta joviano, descubierto en 1996 por Butler y Marcy. Este astro gira muy cerca de la estrella, a apenas una décima parte de la distancia que existe entre la Tierra y el Sol, y tarda sólo 14,6 días en dar una vuelta completa.

Page 584: El_Protector.pdf

El nuevo planeta, sin embargo, se halla a 5,5 unidades astronómicas (UA) de 55 Cancri, es decir, a una distancia no muy distinta de las 5,2 UA que separan Júpiter del Sol. Sin embargo, es más masivo que Júpiter, ya que tiene entre 3,5 y 5 veces más masa que éste. Su órbita es algo elíp-tica y la recorre cada 13 años (por su parte, Júpiter tiene un período orbital de 11,86 años).

Obviamente, 55 Cancri no tiene un sis-tema planetario igual al nuestro, pero to-do indica que los astrónomos se van aproximando a esta meta. Se están inves-tigando 1.200 estrellas en estos momentos, y se espera que algunas de ellas posean también grandes planetas gaseosos a dis-tancias de más de 4 UA, como ocurre con el Sistema Solar.

Los cálculos realizados por Greg Laugh-lin, de la University of California, Santa Cruz, indican que un planeta terrestre como el nuestro podría sobrevivir en una

Page 585: El_Protector.pdf

órbita estable entre los dos gigantes de 55 Cancri. Pero por el momento no somos capaces de detectarlo, si es que existe.

La antigüedad de la India y de sus leyen-

das y libros sagrados

Establecido como un hecho cierto, que la

compilación del Pentateuco adquirió su forma actual en el período que se extiende desde el año 621 hasta 444 antes de nues-tra era (sin perjuicio de sufrir retoques y adiciones posteriores hasta muy cerca de nuestra era), veamos cuál es la verdad ve-rosímil de los libros sagrados de la India.

Cuando los hebreos, antes de conquistar Canaán, en las proximidades del año 1350 antes de n. E. hacían vida nómada, la In-dia había alcanzado ya una civilización esplendente.

No es posible establecer en qué época la invadieron los arios, ni en qué forma se sobrepusieron a la avanzada civilización

Page 586: El_Protector.pdf

dravídica, ni cuándo ni cómo salieron de su seno las emigraciones que llevaron su lengua, sus instituciones jurídicas, su me-tafísica y sus mitos religiosos a Egipto, a Grecia, a Roma y al resto de Europa, pero eso ocurrió ciertamente en tiempos en que el pueblo hebreo no contaba aún en la his-toria.

Las sociedades humanas no se han for-mado en un día. Desde el hombre primiti-vo, habitante de las cavernas y de las sel-vas, hasta la comunidad incipiente, han mediado necesariamente millares de años de lenta evolución. Y para que el hombre de esas comunidades primitivas llegara a edificar ciudades, a fabricar objetos de ar-te y de confort y a construir un lenguaje perfecto como el sánscrito, cuya gramáti-ca, en opinión de los lingüistas, no es su-perada por ninguna otra, es lógico supo-ner el transcurso de otros períodos dila-tadísimos.

Page 587: El_Protector.pdf

Por falta de datos adecuados, no es posi-ble considerar con seriedad las cronolog-ías indostánicas que pretenden para los «Sastras» una antigüedad de 7 millones de años y para el Mahabarata más de 4 mi-llones. Admitamos la exageración de todo eso, pero cuidémonos de la exageración contraria en que caen todos aquellos que, reconociendo la realidad de la portentosa civilización, comprobada en la India 2.000 años antes de nuestra era le niegan una antigüedad mucho mayor y la creen, al parecer, surgida, como Minerva, completa y armada de la cabeza de Júpiter.

Una cosa es que orientalistas distingui-dos aproximen la redacción o confección material de los libros sagrados de la India a épocas no más distantes de nuestra era de 2.000, 1.500, 1.200 ó 500 años, y otra co-sa muy distinta es pretender que entonces nacieron la religión y la filosofía de la In-dia.

Page 588: El_Protector.pdf

Ese modo de ver se refuta por sí solo. Los habitantes de la India, como los del resto del mundo primitivo, desde que adquirie-ron conciencia de su personalidad tuvie-ron la religión del miedo a las fuerzas y a los fenómenos de la naturaleza.

Sus mitologías fueron necesariamente anteriores millares de años a la adopción de la escritura, y se transmitían, como en los demás pueblos, como en la Judea misma, como en muchas comunidades salvajes de nuestros días, por tradición oral.

Los Vedas no nacieron en la India con los poetas y sacerdotes brahamanes, que les dieron forma escrita de 1.200 a 2.000 años antes de Jesucristo. Nacieron en la prehis-toria y se transmitieron con fidelidad reli-giosa de generación en generación.

Y el Código de Manú, cuyas disposicio-nes básicas, incluso la división social en castas, reaparecen en Egipto del mismo modo que reaparece el sánscrito en abun-

Page 589: El_Protector.pdf

dantes radicales del idioma egipcio, no fue otra cosa que una compilación de las instituciones consuetudinarias que mode-laban la vida nacional, de la que formaban parte las instituciones religiosas, compila-ción hecha cuando apareció la escritura.

¿Por qué no se encuentra en la India ves-tigio alguno de los idiomas, ni de las insti-tuciones occidentales, mientras el lenguaje indio, las instituciones indias y los mitos indios se revelan en las naciones occiden-tales?

Por la muy sencilla razón de que la India ha sido la cuna del lenguaje, de las reli-giones y de las instituciones de la raza blanca.

En sus libros sagrados, y sobre todo en los mitos remotísimos que compilaron tardíamente, se encuentran las leyendas que el Pentateuco asimiló a través de la in-fluencia caldea y la Iglesia católica per-petúa. Allí está, entre otras, esa concep-ción extravagante de la Trinidad —tan ex-

Page 590: El_Protector.pdf

travagante, que la Iglesia católica le llama «misterio», a fin de eludir la dificultad de explicarla—, pero la mitología comparada ha establecido ya, que no es tal misterio, sino la reproducción del Trimurtis o Tri-nidad India, formada por Brahma, Vischnú y Siva. En Egipto y en otros mu-chos pueblos antiguos también apareció la incomprensible Trinidad, y en ellos tam-bién derivaba del mito indio.

Grecia y Roma, consideradas durante tanto tiempo como el comienzo de la his-toria de la civilización, no escaparon a análogas influencias. Sus dioses, y tam-bién sus tribus y sus ciudades, tienen, en gran proporción, nombres sánscritos o de raíz sánscrita. Zeus, el dios de los dioses griegos, tiene el mismo nombre del Zeus indio, dios de los dioses de la India, dios anterior a la Creación, dios «no revelado». Minerva extrae su nombre del sánscrito Manara-va; Centauro, en sánscrito es hombre-caballo; Ifigenia viene, induda-

Page 591: El_Protector.pdf

blemente, de Aphagana, virgen sacrifica-da, en sánscrito; Radamente, de Rhada-manta, el que castiga los delitos; Neptuno, de Napatana, el que domina el mar; Italia, de Itala, país de gente de modesta condi-ción, y el nombre en español y francés de los alemanes vendría de Alarnanu, los hombres libres; Erin, de Erín, rocas en el mar; los Tirrenos, de Tyrana, guerreros veloces; los Galos, de Calata, pueblo con-quistador; Hélada, de Helana, pueblo de adoradores de la luna; los Samnitas, de Samnata, los desterrados; los Válacos, de Valaka, hombres de clase servil. Jacolliot, de cuyo libro La Biblia en la India, he ex-traído estos ejemplos, los ofrece en núme-ro infinitamente mayor. Cristo acusa una etimología sorprendente con el Redentor indio Christna que vivió varios siglos an-tes.

El libro de Jacolliot dio lugar a impugna-ciones airadas y a polémicas ruidosas, de las que salió triunfante. La réplica de Jaco-

Page 592: El_Protector.pdf

lliot al indólogo católico Ravisi fue con-cluyente. ¿Cuántos años antes de fijarse los judíos en Canaán, y de escribirse el Pentateuco, se produjeron las emigracio-nes que dieron lugar a la expansión del sánscrito sobre tan vastas regiones? ¿Y cuántos años necesitó la India antes de que los Vedas fueran escritos, para que la escasez de territorio (en un país tan fértil y extenso) indujera a emigrar a su pobla-ción?

Las excavaciones arqueológicas han sido anteriores y más completas en Egipto y Mesopotamia que en la India, y en esta última se encuentran en una fase que permite esperar todavía hallazgos estu-pendos. Hace menos de 14 años de los famosos descubrimientos de Marshall, o mejor dicho, de sus colaboradores indios, encontraron en el Bajo Indus, en Mohenjo-Daro y en Harappa, vestigios de una civi-lización que les pareció de mayor anti-güedad que todas las conocidas hasta hoy.

Page 593: El_Protector.pdf

Durant reproduce el juicio del propio Marshall en estos términos: «Estos descu-brimientos demuestran que ha existido en el Sindh (la provincia más septentrional de la presidencia de Bombay), y también en el Pendjab, durante el cuarto y el tercer milenario antes de Jesucristo, una vida urbana muy activa; la presencia en mu-chas casas de pozos y salas de baño y el descubrimiento de un sistema complicado de canalización, que denotan un género de vida y en los habitantes una condición social por lo menos igual a la que tenían en Sumeria y superior a la que existía en la misma época en Babilonia y en Egipto... En Ur mismo (Caldea), las casas son de construcción mucho más primitiva que en Mohenjo-Daro». Entre los objetos encon-trados en ese sitio, Durant, con datos de Marshall, cita: utensilios de menaje y de toilette, objetos de alfarería pintados o de color unido, unos fabricados a mano y otros torneados, terracotas, juegos de aje-

Page 594: El_Protector.pdf

drez y de dados, monedas más antiguas que todas las conocidas, más de mil sellos, la mayor parte grabados con inscripciones en caracteres pictográficos totalmente des-conocidos, mayólicas de excelente calidad, piedras esculpidas superiores a las escul-turas sumerias, armas y útiles de cobre y el modelo en cobre de un carro de dos ruedas (el más antiguo espécimen en estos momentos de un vehículo de ruedas), ani-llos para las pantorrillas y los brazos, de oro y plata, y alhajas «tan bien trabajadas y tan pulidas —dice Marshall— que se las creería salidas hace algún tiempo de la tienda de un joyero en Bond Street, más bien que extraídas de una casa vieja de cinco mil años».

Observa Durant cuán curioso resulta que las capas inferiores en esas excavaciones atestigüen un arte más avanzado que las capas superiores, como si los depósitos más antiguos provinieran a su vez de una civilización que hubiera florecido centena-

Page 595: El_Protector.pdf

res o quizá millares de años antes. Algu-nos de esos objetos son piedra, otros de cobre, otros de bronce, lo que permitiría pensar que esa civilización del Bap Indus nació en una época de transición entre la edad de piedra y la de bronce. Y llega a la conclusión final de que la cultura estaba en su apogeo en Mohenjo-Daro, cuando Cheops construía la primera de las gran-des pirámides. Piensa también que estaba en relaciones comerciales, religiosas y artísticas con la Sumeria y Babilonia, y que duró más de 3.000 años, hasta el ter-cer siglo antes de Jesucristo.

Las relaciones comerciales y religiosas se deducen de la existencia de sellos seme-jantes en Mohenjo-Daro y en Sumeria, y de la presencia de Naga, mito indio (la serpiente a capuchón), en sellos meso-potámicos. Marshall opina que los sellos encontrados por el doctor Frankfort en Tell Asmar, aldea próxima Bagdad, deben haber sido importados de Mohenjo-Daro

Page 596: El_Protector.pdf

hacia los 2.000 años antes de Jesucristo. Se observa que los sellos similares encontra-dos en Babilonia y en la India corres-ponden a la primera época de la civiliza-ción babilónica y a la última de la India, lo que establece la mayor antigüedad de la civilización india.

Estas comprobaciones han producido tanta impresión en el espíritu de algunos orientalistas, que no faltan los que sostie-nen que el confort material de Mohenjo-Daro, 4.000 años antes de nuestra era, podría compararse con el de Atenas en la época de Pendes y con el de cualquier ciudad europea de la Edad Media.

Ernst Schulz, en su obra El engaño del Sinaí, hace una apreciación de conjunto, muy interesante, acerca de la edad de los libros sagrados de la India. Dice así:

«Otras circunstancias dificultan estable-cer la edad de los mitos de la India. Du-rante mucho tiempo se transmitieron por tradición oral, quiere decir que fueron

Page 597: El_Protector.pdf

aprendidos de memoria, y de este modo perpetuados de generación en generación. Más adelante fueron escritos en hojas de palmera, fáciles de destruir, de manera que la India durante mucho tiempo debió tener ocupación en rehacerlos todo un ejército de escribientes. Por último, los je-suitas destruyeron muchas obras (1), y hasta escribieron otras en su lugar, trayéndolas a Europa y dándoles gran fa-ma y autoridad. Cuando más tarde se de-nunciaron esos fraudes y la factura recien-te de esos libros, decayó el interés por la literatura de la India y los defensores de la edad casi prehistórica de los libros hind-úes se callaron. Las indicaciones que da-remos a continuación sobre la edad ver-dadera de los libros de la India se basan en trabajos científicos y objetivos de los indólogos más importantes, cuyas obras, escritas por alemanes e ingleses, aparecie-ron casi todas en el idioma inglés».

Page 598: El_Protector.pdf

Acerca del número de años exigido por la redacción de las diferentes obras, diré que, siendo el Mahabarata el poema épico más extenso de la literatura mundial (2), y constituyendo los Vedas la obra religiosa más grande del mundo, se comprende que no fueron escritas por un solo poeta, sino que su redacción se extiende a varios si-glos, y con respecto a los Vedas, posible-mente a diez siglos. El origen de las leyes de Manú data del tiempo más remoto que puede imaginarse, pero estas leyes fueron revisadas y retocadas de acuerdo con las condiciones sociales, que se transforma-ban paulatinamente. A pesar de eso, las leyes de Manú no habrían experimentado modificación alguna desde varios siglos antes de nuestra era.

(1) Los jesuitas de Goa y de otros estable-cimientos portugueses parecen haber sido los primeros en apercibirse de los présta-mos tomados por el Nuevo y Antiguo Testamento a los libros indios y destruye-

Page 599: El_Protector.pdf

ron sistemáticamente en vista de eso todos los que encontraron en los monasterios brahmánicos de los territorios que ocupa-ron los portugueses. Después se dedica-ron a la tarea de adulterarlos y enviaron a Europa las composiciones fraudulentas a que se refiere Schulz. Alrededor del año 1760 apareció un libro titulado Ereoum Veda. Se le presentaba como si fuera una parte antiquísima e inédita de los Vedas y no lo era. Voltaire fue uno de los tantos engañados. Era una falsificación hecha por el padre jesuita Calmette.

(2) El Mahabarata tiene 2.500.000 versos.

Dos acontecimientos, los más importan-tes de la historia de la India, pueden hacernos comprender las fechas sobre las que debemos calcular. Por lo pronto, la gran lucha, en la que también participó Christna. Poco después de la terminación de esa lucha habría empezado la Edad de Hierro —el actual Krita-Yuga — que fue la peor de las cuatro épocas o edades. Los

Page 600: El_Protector.pdf

Brahamanes calculan su comienzo en 3.100 años antes de nuestra era. El tiempo que precede es el del pastoreo, que se lla-ma también el tiempo pre-védico. A la edad de hierro sucede el gran florecimien-to de la literatura en la India, el tiempo de los Vedas, que, variando según la opinión de los diferentes sabios, empezó en 3.000 ó 2.400 ó 2.000 antes de J. C., y alcanzó hasta 1.500, 1.200 ó 1.000, respectivamente, an-tes de nuestra era. En ese tiempo se conso-lida la tiranía de los sacerdotes Brahama-nes, cuyo poder empezó 1.000 años antes, poder que más adelante fue destruido por el reformador Buda. En el año 500 antes de J. C. empezó la era del budismo.

Por eso resulta, a grandes rasgos, que los Vedas se formaron como himnos aislados en un tiempo sumamente remoto, pero sólo después de la gran lucha puede hablarse de una poesía épica terminada.

Los primeros himnos se compusieron probablemente 6.000 a 4.000 años antes de

Page 601: El_Protector.pdf

nuestra era, y. posiblemente mucho antes, no siendo posible indicar un límite infe-rior al origen de los Vedas, pues nos en-contramos en los tiempos prehistóricos. En la forma en que hoy conocemos a los Rig Vedas estaban terminados por lo me-nos en el año 1200 antes de nuestra era. Los demás Vedas se terminaron ya sea al mismo tiempo, ya sea poco después. A los Rig Vedas pertenece también el libro va-rias veces mencionado Aitareya el Brahmán.

La mejor prueba de la gran antigüedad de los Vedas está en el hecho de que no solamente las innumerables copias que se encuentran en las más diversas partes de la India, sino también todas las citas saca-das de los Vedas en las obras literarias más antiguas que hemos conocido, coin-cidiera textualmente con el texto de los Vedas que hoy conocemos.

He indicado ya la edad de las leyes de Manú. En cuanto al Mahabarata, su anti-

Page 602: El_Protector.pdf

güedad debe remontar también al tiempo prevédico, pero como obra completa exis-tió solamente después de «la gran gue-rra», y se la menciona en el siglo VII antes de nuestra era como una obra completa. Algunas partes, especialmente las del fi-nal, se supone que hayan sido agregadas más tarde. Pruebas de ello no existen.

La edad de la Biblia

La óptica de Lisandro de la Torre... I #

H# Argentino, polemista insigne. Hemos trascripto el siguiente texto de su libro La cuestión social y los cristianos sociales o la cuestión social y un cura, que hiciera furor en el país en la década de los años 30 del siglo pasado.

¿Qué edad tienen los 5 libros del Penta-teuco?

¿Pueden ser más antiguos que los libros y leyendas sagradas de la India? ¿O sus mitos son tomados de los libros indios?

Page 603: El_Protector.pdf

Los hebreos y los cristianos ortodoxos ponen gran empeño en aumentar la edad del Pentateuco y en darle el carácter de una revelación divina, más que de una obra humana. Necesitan entonces recha-zar la posibilidad de que contenga partes tomadas a la mitología de otras sectas, pues no sólo les daría a éstas una preemi-nencia que sería funesta para el prestigio (le las religiones cristiana y judía (se pre-tenden las únicas verdaderas), sino que tratándose de un libro «revelado» el pla-giario seria Dios. Y un dios plagiario no es elegante.

Los escritores contemporáneos que tie-nen una responsabilidad intelectual que cuidar piensan uniformemente que el Pen-tateuco es el libro de la ley que se pro-mulgó solemnemente en tiempos de Ne-hemias y Esdras, o sea, alrededor del año 450 antes de nuestra era, en la forma rela-tada en el capítulo VIII del libro segundo de Esdras, sin perjuicio de que éste haya

Page 604: El_Protector.pdf

absorbido el libro que el Sumo Pontífice Helcias, en tiempos de Josias, simuló des-cubrir inesperadamente en el templo (año 621 antes de J. C.) y fue designado con el nombre de Libro de la Alianza. Haría más de 700 años en ese momento de la entrada a Canaán de los hebreos y Moisés nada tendría que ver con el Pentateuco.

Se opone en primer término a la paterni-dad de Moisés el hecho de que la escritura era desconocida de la tribu nómada de Is-rael antes de entrar a la tierra de Canaán y aun dos o tres siglos después. No es esta una circunstancia que pueda sorprender a nadie, ni forme contraste con otras civili-zaciones sedentarias que usaban ya la es-critura, pues los asirios mismos, creadores del calendario, de la aritmética y de la as-tronomía, poseedores de una civilización superior a la hebrea, sólo usaban en el año 1350 anterior a nuestra era, las inscripcio-nes cuneiformes, que constituyen un co-mienzo apenas de escritura. Los judíos

Page 605: El_Protector.pdf

además de nómades, en esa fecha, era un pueblo pobre, sometido, a menudo, por enemigos más fuertes.

La escritura no era un ejercicio tan fácil como en la actualidad. No se conocía el papel y se usaban en su lugar, hojas de palmera o papiros egipcios difíciles de ob-tener. La clase sacerdotal o el Estado los monopolizaban y es inadmisible que los obtuvieran con la amplitud necesaria para escribir una obra en 5 libros extensos los fugitivos del Éxodo, perseguidos.

El cuarto libro de los Reyes, en el capítu-lo XXII, relata que el Sumo Pontífice LIel-cias dijo al escriba Saphan «he encontrado el libro de la ley en casa del Señor» y se lo dio a leer y Saphan lo leyó y lo llevó al rey Josias, quien lo leyó a su vez y ordenó que fuera consultada la bruja o profetisa Hol-da y ésta exclamó: He aquí que yo traeré males sobre esto lugar y sobre sus mora-dores según todas las palabras de la ley que ha leído el rey de Judea, por cuanto

Page 606: El_Protector.pdf

han sacrificado a dioses ajenos provocán-dome ira y se encenderá mi furor y no se apagara Josias leyó personalmente el libro ante el pueblo y dispuso que se quemaran los ídolos de Baal y que se diera muerte a los que les ofrecían incienso y se destruye-ran los pabellones de los afeminados que había en la casa del Señor, para los que tej-ían las mujeres.

Las palabras de Holda y todo lo demás, muestran que el libro tan artificiosamente aparecido, era nuevo, y la promulgación que hizo Josias prueba también que no existía otra ley escrita en vigor, es decir, que no existían los pretendidos cinco li-bros de Moisés.

Ha concluido por imponerse una inter-pretación lógica de esos hechos y es la de que Josías, afligido por la corrupción rein-ante y la creciente idolatría, se decidió a intentar una reforma de las costumbres y él mismo habría sido el autor del libro que promulgó.

Page 607: El_Protector.pdf

El hallazgo inesperado —y absurdo— que hizo el sumo pontífice Helcias y el augurio terrible de la bruja IIolda habrían sido combinados de antemano con Josias, como tantas otras supercherías de que está plagada la Biblia. Y esa estratagema habr-ía servido para expulsar a Baal y perseguir a sus adoradores.

Nadie cree hoy en que ese libro llamado de la Alianza, fuera el Pentateuco. Era, desde luego, más breve que el libro pro-mulgado por Esdras pues su lectura se terminaba antes de mediodía, mientras que la lectura del libro de Esclras exigía varios días.

Llama la atención que ni el libro de Jo-sias, ni el de Nehemías aparezcan revela-dos por Dios, pero ello no es de extrañar por cuanto se intentaba mantener el enga-ño de que reaparecían los libros de Moisés, y el pueblo era lo suficientemente ignorante y estulto para creerlo. ¡Hoy mismo no faltan quienes lo crean! En el in-

Page 608: El_Protector.pdf

tervalo transcurrido entre Josías y Nehem-ías ocurrieron calamidades terribles a los hebreos. Nabucodonosor invadió la Pales-tina, Jerusalén fue tomada, y la clase diri-gente llevada en cautiverio a Babilonia y mantenida allí 50 años. En destierro fue cruel, pero conveniente para el pueblo hebreo que transformó su mentalidad al pasar tantos años en contacto con una ci-vilización muy superior a la suya, y no queda duda de que incorporó entonces a sus mitos religiosos informes, los mitos caldeos.

Renán, en la página 78, tomo 1 de la His-toria del Pueblo de Israel, dice: «Los rela-tos protocaldeos han dado los 12 primeros capítulos del Génesis y esa es la parte de la Biblia que ha tenido más consecuen-cias». Es la que narra la Creación, el Paraí-so Terrenal, la Tentación y el Diluvio. II. G. Wells, en su Esquema de la Historia Universal, opina que el Génesis fue reto-cado después del cautiverio y agregados

Page 609: El_Protector.pdf

los 10 primeros capítulos, a los que atri-buye origen caldeo. Para Le Bon «todo el Génesis bíblico se encuentra en las creen-cias religiosas de Caldea y Asiria» (Las primeras civilizaciones, capítulo VI). Y W. Durant en su libro reciente Historia de la Civilización, traducido al francés este año (edición Payot), en la página 42 dice, que los deliciosos relatos de la Creación, de la Tentación y del Diluvio han sido sacados de un fondo de leyendas mesopotámicas que remonta a 3.000 años antes de J. C.

A partir del cautiverio se pierden los ras-tros del libro de la Alianza o libro de Jos-ías. Lógicamente puede suponerse que fue destruido al tiempo de la toma de Jeru-salén por los asirios. De manera que es durante el cautiverio —en los días de Jere-mías y Ezequiel— y después del cautive-rio, que los hebreos elaboraron los 5 pri-meros libros de la Biblia hoy existentes, cuya promulgación hace Esdras en el año 444 antes de nuestra era.

Page 610: El_Protector.pdf

Esa antigüedad es la mayor, como antes dije, que se puede atribuir a los actuales escritos bíblicos comprendidos en el Pen-tateuco, pero en esa fecha no estaban aún terminados. Durant piensa que el Penta-teuco se completó alrededor de 300 años antes de J. C. y Schulz llega hasta el año 125 antes de nuestra era.

Apologistas cristianos de los primeros tiempos como Tertuliano, Clemente de Alejandría, Ireneo, Crisóstomo y Atanasio hablan de la restauración que hizo Esdras y no obstante el empeño que ponen los cristianos en mantener la superchería de que los cincos libros del Pentateuco fueron escritos por Moisés, bajo la inspiración di-vina. Schulz cita al teólogo Dr. Irons, de la catedral de San Pablo, en Londres, que se expresa así: «Debemos admitir que en rea-lidad no podemos apoyarnos en ninguna otra cosa sino en el talento inmenso y en la inspiración de los escribientes del tiempo de Esdras. Con ello admitimos irremisi-

Page 611: El_Protector.pdf

blemente, que la literatura del Antiguo Testamento antes de Esdras, se ha perdido por completo».

VERSÍCULOS REVELADORES Las pruebas de índole externa que acabo

de dar se completan con solo leer con atención el Pentateuco y especialmente el Deuteronomio. Al recordar los sucesos del Éxodo, se ve que el autor del libro escribía en Jerusalén o por lo menos en un sitio de Palestina al occidente del Jordán. Cuando el Deuteronomio se refiere, por ejemplo, a una localidad situada o a un hecho ocu-rrido en la región que recorrían los hebre-os emigrados de Egipto, dice, «más allá del Jordán» o «del otro lado del Jordán» (ver en el Deuteronomio 1, 1; 3, 8; 4, 41; 4, 46 y 4, 47) y Moisés no podría hablar de ese modo si fuera cierto que murió en tie-rra de Moab, antes de pasar el Jordán. A Moisés le habría correspondido decir «de

Page 612: El_Protector.pdf

este lado del Jordán». Esto es claro como la luz y pone en evidencia la superchería.

Los versículos referentes a la muerte de Moisés, a su entierro y al hecho de que no tuviera sepulcro llevan a igual convenci-miento.

No es admisible, ni bajo los auspicios del milagro, que Moisés mismo haya relatado su muerte y su entierro. No sólo lo hace el Deuteronomio en los versículos 5 y 6 del capítulo 34, sino que agrega, «ningún hombre ha conocido el sepulcro de Moisés hasta el presente día».

Este versículo prueba que Moisés no puede ser el autor del relato y que este se compuso siglos después de su fabulosa muerte. No se puede admitir que la tribu de Israel ignorara de inmediato el sepul-cro del profeta y jefe que le había condu-cido durante 40 años hasta la tierra de Ca-naán, y la expresión hasta el presente día carecería de sentido. Se explica en cambio, en un escrito de 700 u 800 años después.

Page 613: El_Protector.pdf

Esa expresión prueba tres cosas: 19 que el Deuteronomio fue escrito infinidad de años después de ocurridos los hechos que narra y desfigura; 29 que el Éxodo no fue lo que se pretende, pues de haberlo sido, los hebreos contemporáneos de Moisés, le habrían construido un sepulcro y lo habr-ían conservado y venerado, como hicieron con el de José; 39 que los simuladores de la antigüedad del Pentateuco, advertidos de la incongruencia resultante de que el héroe del Éxodo careciera de sepulcro, echaron mano de la triquiñuela infantil do introducir la frase que anuncia (sin causa alguna que lo explique) que nadie logrará encontrar el sepulcro de Moisés. ¡Cómo que los autores del Pentateuco debían sa-ber bien que toda la leyenda de Moisés, incluso su vida y su muerte, era una fábu-la!

El Deuteronomio, en el cap. 31, ver. 26 dispone (Moisés dispone) que el libro de la ley se guarde y se conserve en el Arca

Page 614: El_Protector.pdf

Santa, que era inviolable, pero abierta el Arca, bajo Salomón (350 años después) sólo se habrían encontrado las dos tablas de piedra del Decálogo (Tercer libro de los Reyes, cap. 8, ver. 9). El Decálogo parece derivar de un mito egipcio y ser la repro-ducción del cuestionario que Osiris for-mulaba a los muertos.

Reputo innecesario señalar otras contra-dicciones que resultan de la simple lectu-ra. La Biblia tiene la suerte de que muy pocos la lean. El noventa y nueve por ciento de los católicos no tienen noticia de las incoherencias y falsedades que contie-ne.

Arios y semitas

Se dirá que los hebreos no son arios y que

no los comprende el fenómeno histórico que presenta a la India como la cuna de la raza blanca.

Page 615: El_Protector.pdf

Eso sería exacto para otros semitas, pero no para los hebreos, tribu nómada hasta su entrada en Canaán, que vagó por los más distintos territorios, a veces vencedo-ra, a veces vencida y esclavizada, asimi-lando ritos y costumbres de todos los orí-genes y adorando dioses propios y extra-ños. No es por herencia aria consanguínea que los judíos poseen la leyenda del Gé-nesis, sino a consecuencia de su contacto continuado con Caldea y de su permanen-cia en Babilonia durante medio siglo de cautiverio, y es posiblemente por imita-ción egipcia que compusieron el Decálo-go, de un parecido sorprendente, según se afirma, con el interrogatorio que Osiris, en Egipto, formulaba a los muertos en el momento de juzgarlos.

Pueblos de mayor cultura y de mayor an-tigüedad transmitieron sus mitos a una tribu nómada que nunca habla descollado por su espíritu constructivo.

Page 616: El_Protector.pdf

En su vida aventurera, los judíos mezcla-ron su raza y su idioma en tal forma, que muchos lingüistas les atribuyen en sus primeros tiempos que hablaron el arameo, y otros que adoptaron el cananeo, es decir, el idioma de la nación que habían vencido y que debían pasar a cuchillo “uno por uno en cumplimiento de la voluntad de Dios.

Tampoco existen razones para que Elohim, el dios de la Creación, anterior a Iahvé, el dios localista del Exodo, adop-tara de preferencia el sánscrito —que aún no existía— para dar su nombre a Adán y para autorizar a éste a que le pusiera un nombre sánscrito a Eva, dando lugar a que se crea que él y Adán plagiaron a Zeus o a Vischnú, que bautizaron con los nombres de Adirna y lleva a la pareja que colocaron en el paraíso terrenal de Ceylán.

¡Cómo explicar la preferencia anticipada de Elohim por el idioma que habían de crear después los arios, si creaba el mundo

Page 617: El_Protector.pdf

para los judíos y los declaraba raza elegi-da y el pueblo de Dios!

¡Hubiera llamado Rebeca a la primera mujer y Samuel al primer hombre, y no tendríamos las dudas que hoy nos asaltan!

En el supuesto absurdo de que los arios hubieran tomado la leyenda de la creación de los semitas, ¿cómo explicar que los arios impusieran a los semitas el cambio por nombres arios de los nombres semitas (hoy desconocidos) que necesariamente debió tener al principio la pareja del Pa-raíso si el mito fuera de origen semita?

Los plagios que hoy se imputan a la mi-tología cristiana no se refieren exclusiva-mente al Génesis; comprenden a los Evan-gelios cristianos, que están plagados de asimilaciones y de copias textuales de ex-presiones y giros verbales tomados de los Vedas, del Mahabnrata, del Lalitavistara y de los libros fabulosos que relatan la vida de Buda, todos ellos de fecha anterior a los Evangelios.

Page 618: El_Protector.pdf

Autores tendenciosos creen escaparse por la tangente pretendiendo que uno de esos libros, el Lalitavistara o Vida de Bu-da, es del siglo primero, posterior a los Evangelios, y que el plagio pudo ser a la inversa.

Para destruir ese aserto basta recordar que en siglo primero el Lalitavistara ya es-taba traducido al chino, país budista. Unos sostienen que lo estuvo desde el si-glo anterior y no posterior a J. C., y los que pretenden para esa traducción la fecha más próxima admiten que ya estaba hecha el año 65.

¿Cuándo habría aparecido el original en sánscrito? La dificultad de las comunica-ciones en aquellos remotos tiempos, la no menor dificultad de conseguir copias de libros indios escritos en hojas de palmera, el escaso número de personas que supie-ran otro idioma que el propio y pudieran actuar de traductores inclinan a pensar que la traducción al chino debió ser muy

Page 619: El_Protector.pdf

posterior a la aparición del original tibe-tana o nepalense, pero en realidad no es necesario hacer valer estos poderosos ar-gumentos, puesto que los Evangelios cris-tianos son todos ellos posteriores al año 65, o aun al 68. Renán sitúa su aparición en el año 75, por cuanto encuentra en ellos alusiones claras a la destrucción de Jeru-salén por los romanos, que tuvo lugar el año 70.

El Lalitavistara, que debe ser, verosímil-mente, anterior en más de 200 años a J. C., y además otros libros aún más antiguos, ha proporcionado material de inspiración a los Evangelios cristianos. Hay en ellos adaptaciones de los Vedas, de las Tradi-ciones Brahmánicas, de los Sutras, de los Puranas, del Mahavagga, del Mahabarata y de los Upanishads. Seydel y Happen dan tal proporción a esos plagios, que Seydel demuestra que de los 88 capítulos que contienen los cuatro Evangelios, sólo 8 no muestran rastros de plagio.

Page 620: El_Protector.pdf

El descubrimiento del cráneo y la mandíbula de un pequeño individuo, en Dmanisi, Georgia, pone en duda la idea imperante de que la disponibilidad de un cerebro grande estuvo detrás de la migra-ción de nuestros ancestros humanos fuera de África.

Los fósiles encontrados pertenecen al ter-cer espécimen hallado en el lugar. Com-parativamente, los otros dos cráneos loca-lizados tienen espacio para cerebros bas-tante más grandes. Según David Lordki-panidze, uno de los paleontólogos que han participado en la excavación, el indi-viduo recién descubierto tenía un cerebro pequeño, un arco superciliar delgado, una nariz corta y unos dientes caninos enor-mes.

Los tres especímenes tienen aproxima-damente 1,75 millones de años. Forman la mayor colección de individuos encontra-dos en un único lugar de más de 800.000 años. Todo parece indicar que pertenecen

Page 621: El_Protector.pdf

a la misma especie, el Homo Erectus, los primeros homínidos que salieron de Áfri-ca. Los citados fósiles se asemejan sobre todo a la versión africana del Homo Erec-tus, llamada Homo Ergaster.

El cerebro del nuevo espécimen de Dma-nisi tenía probablemente un volumen de 600 centímetros cúbicos (los humanos modernos tienen un cerebro que duplica ese volumen). Los otros dos especímenes, en cambio, alcanzan unos 800 cc.

Los científicos habían propuesto que la evolución y aparición de cerebros más grandes estaba directamente relacionado con la migración inicial de nuestros ances-tros fuera de África. Según esto, una inte-ligencia superior les permitió adaptarse a los nuevos ambientes. Pero el descubri-miento de este cráneo de cerebro pequeño sugiere que su crecimiento no fue la única razón que les impulsó a salir del continen-te. Lordkipanidze opina que fue una com-

Page 622: El_Protector.pdf

binación de motivos, y no uno solo, lo que forzó a la gente a emigrar.

Los nuevos fósiles también ofrecen una rara muestra de la diversidad de las espe-cies primitivas humanas. Sabemos muy bien que los humanos modernos adoptan todo tipo de tamaños y formas, pero los científicos desconocían qué grado de va-riación existía entre nuestros ancestros. Las diferencias, sin embargo, son de ta-maño, no de morfología.

Según la concepción común, las primeras especies humanas que abandonaron Áfri-ca lo hicieron hace un millón de años, ten-ían cerebros grandes y usaban herramien-tas de piedra relativamente avanzadas. Sin embargo, las herramientas halladas en Dmanisi son muy primitivas.

En las investigaciones han participado numerosos especialistas, entre ellos Jordi Agustí, del Instituto de Paleontología M. Crusafont, de Sabadell, España. El Minis-terio de Ciencia y Tecnología español, y la

Page 623: El_Protector.pdf

Generalitat de Catalunya, han colaborado en la financiación de los trabajos.

Información adicional en: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/090702b.html

Misterio Maya en materia ambiental

Un grupo de alumnos, guiados por los

profesores Nicholas Dunning y Vernon Scarborough, de la University of Cincin-nati, han encontrado evidencias de una transformación ambiental importante que ayuda a explicar el rompecabezas que ha preocupado a los estudiosos de los mayas durante décadas. ¿Por qué esta civiliza-ción vivió en un área donde la fuente pri-maria de agua era apenas un barrizal du-rante la mitad del año?

Los descubrimientos de este grupo de investigadores revelan por qué muchos antiguos centros mayas fueron abandona-dos unos 1.600 años después de que apa-

Page 624: El_Protector.pdf

reciera su civilización en las tierras bajas de Latinoamérica, y han permitido docu-mentar las razones por las que los mayas se trasladaron hacia nuevas áreas donde crearon elaboraron complicados sistemas de almacenamiento de agua que posibili-taron su supervivencia durante algunos siglos más.

La situación por la que pasaron los ma-yas, una sociedad nativa americana que construyó ciudades densamente pobladas con grandes pirámides y que después las abandonó, ha sido durante mucho tiempo un misterio. Los primeros asentamientos de esta civilización aparecieron hacia el año 2000 aC, pero hacia el 950 dC la ma-yoría de las ciudades de las tierras bajas se habían despoblado. Con el tiempo, fueron cubiertas por la espesura de la selva tropi-cal, y empezaron a ser redescubiertas por los arqueólogos a mediados del siglo XIX.

Muchos de los primeros centros están si-tuados cerca de los bajos, grandes depre-

Page 625: El_Protector.pdf

siones en el lecho de roca caliza. Pero es-tos bajos, parecidos a pantanos, sólo se encuentran húmedos entre julio y no-viembre, lo que los hace inadecuados para soportar una gran población.

En realidad, según las investigaciones realizadas por el grupo, estos bajos habían sido lagos poco profundos o pantanos permanentes. Pero entre el 400 aC y el 250 dC, la interferencia humana, el clima y la situación ambiental se combinaron para transformarlos en pantanos estacionales. Es decir, las áreas resultaron adecuadas para servir a los asentamientos durante mucho tiempo, pero fueron transformadas poco a poco y acabaron siendo inservibles.

Los científicos obtuvieron sus datos du-rante observaciones in-situ, cerca de La Milpa (Belice), en 1997 y 1998, y entre Yaxha y Tikal (Guatemala), en 1999. Estu-diaron la topografía, la hidrología, el sue-lo, la vegetación y los rasgos culturales. Se

Page 626: El_Protector.pdf

analizaron además muchas muestras de sedimentos.

Así, descubrieron que, a partir del año 100 dC, la mayor parte del agua utilizable de los bajos desapareció. Al parecer, la explotación agrícola empezó a deforestar el paisaje a medida que la población au-mentaba. Con el bosque en una situación precaria, la erosión se aceleró, y la lluvia transportó sedimentos hacia los bajos, ta-ponándolos. En muchos lugares, los ma-yas se adaptaron, y mientras unos centros eran abandonados, otros construyeron elaborados sistemas de almacenamiento de agua y sobrevivieron aún algún tiem-po.

En todo caso, las investigaciones ponen de manifiesto las consecuencias poten-cialmente devastadoras, a largo plazo, que puede suponer la deforestación.

Información adicional en: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/300702a.html

Page 627: El_Protector.pdf

Cultos: solar, Lunar y Venusino en la civili-

zación Maya El trópico de cáncer

Una de las pirámides más famosas del

mundo es la pirámide de Keops en el valle de Gizeh, en Egipto, sobre ella se han des-arrollado las más insospechadas y dispa-ratadas teorías, pero la mas acercada a un sentido lógico, es que sirvió como obser-vatorio celeste y como templo iniciático. Para los entendidos tiene todos los ele-mentos que integran el proceso místico de una ceremonia o ritual esotérico.

La mayoría de las pirámides se encuen-tran en una misma latitud, así como varios observatorios antiguos. Esta latitud está comprendida entre el ecuador y el trópico de cáncer, pero la mayoría están en sus linderos de este último. Es en esta línea que el sol pasa sobe el cenit el día del sols-ticio de verano. Situación similar ocurre

Page 628: El_Protector.pdf

en el trópico de capricornio el día del sols-ticio invernal (esto en el hemisferio aus-tral).

Ambos trópicos tienen una latitud de 23º 27' norte y sur a 2000 km del ecuador.

Esto sucede porque el eje de rotación de la tierra no coincide con el de la eclíptica, la diferencia de inclinación es de 23º 27'.

Es por ello que en esta faja de tierra se pueden observar mejor las estrellas, calcu-lar los eclipses o determinar el arribo de cometas.

Algunos de sus usos fueron

Observatorios astronómicos Tablas de salvación por inundaciones Templos consagrados al sol Tumbas de soberanos Acumuladores de energía cósmica o telúrica Centros de iniciación esotérica Recintos del saber iniciático. Centros de estudio y proféticos con números sagrados.

Page 629: El_Protector.pdf

Estas teorías de carácter universal tienen su réplica en las pirámides mesoamerica-nas, por ejemplo se cita en los mayas a Tzamná navegando a bordo de una em-barcación con una ave en resguardo en su embarcación para salvarse de un diluvio. En el altiplano de México los dioses die-ron aviso a Coxcoxtli y a su mujer Xochi-quetzal quienes a bordo de un Acatl (em-barcación o canoa) salvaron sus vidas del diluvio, tuvieron muchos hijos, pero fue-ron mudos, pidieron ayuda a los dioses, y estos hicieron hablar a los críos pero con tal mezcla de lenguas que la confusión re-inó y se dieron nacimiento a las naciones indígenas. Mezcla clara de diluvio y torre de Babel.

Una tradición tolteca menciona a siete parejas salvadas en una canoa que erraron por 104 días (2 veces 52, numero sagrado en el México antiguo).

Dentro de los edificios de las ciudades precortesianas se tienen edificios que fun-

Page 630: El_Protector.pdf

cionaron como telescopios ya que sus pa-redes, escalinatas o calzadas de acceso marcan una posición astronómica de cons-telaciones o marcan el inicio o fin de pe-riodos de siembra o actividad social.

Un texto de astronomía muy antiguo es el Surya Siddantha originario de la india, su publicación data del siglo X a.C. Inspi-rado en una obra anterior recopilada por una princesa llamada maya, se cita en esa obra datos como el diámetro de la tierra con 12.617 km. Y 407.731 km de distancia a la luna, cercanas en mucho a los datos modernos de 12.756 km de diámetro. Y 406.731 km a la luna.

Se ha dicho mucho de la ignorancia y su-perstición de los babilonios, pero recor-demos que conocían y usaban conceptos tales como el millón e infinito muchos an-tes de su uso razonado moderno, sabían calcular los eclipses, determinaron el diá-metro de la luna, su influencia en las ma-

Page 631: El_Protector.pdf

reas etc. Pero son llamados ignorantes por no haber contado con telescopios.

El telescopio fue invento del fraile britá-nico Roger Bacon muerto en 1294, quien escribiera un tratado de óptica y fuera descubridor de la pólvora.. El primer o en ocupar dos lentes convexas para ver obje-tos a distancia fue el holandés Lipperhey en 1608, pero no paso de ahí, y Galileo Ga-lilei lo uso en 1610 con una lente cóncava y una convexa que diera mejores resulta-dos.

Sin embargo las manchas solares habían sido clasificadas siglos antes por los chi-nos. En México se han hallado piezas de cuarzo pulimentadas con forma de lentes, porque no aceptar que los pueblos anti-guos conocían del modo de observación por lentes o telescopios.

De la página del «Hermano Pedro». http://www.hermano-pedro.8m.com

Page 632: El_Protector.pdf

El mapa de Vinland podría ser auténtico

Utilizando técnicas de datación por ra-

diocarbono, científicos de la University of Arizona, del Brookhaven National Labo-ratory y de la Smithsonian Institution han determinado la edad de un pergamino que parece mostrar el primer mapa cono-cido de Norteamérica. El «Mapa de Vin-land» habría sido dibujado en 1434, unos 60 años antes de la llegada de Colón a las Indias Occidentales.

Muchos estudiosos ya lo consideraban auténtico, pero la determinación exacta de su edad es un dato clave para conocer me-jor la historia del conocimiento europeo sobre las tierras situadas al otro lado del Atlántico. Si, por el contrario, fuera una falsificación, los científicos creen que sería una de las más convincentes realizadas jamás.

El mapa se encuentra actualmente en la Beinecke Rare Book and Manuscript Li-

Page 633: El_Protector.pdf

brary, de la Yale University. Su contem-plación llama inmediatamente la atención de los expertos.

En él podemos ver a Europa (incluyendo Escandinavia), el norte de África, Asia y el lejano Oriente, regiones todas conocidas por los viajeros del siglo XV. Pero lo más destacado es la presencia de una extraña «Isla de Vinland» en el noroeste del océa-no Atlántico, que algunos estudiosos han tomado como la representación de los te-rritorios del Labrador (Newfoundland, o Baffin Island).

El mapa incluye un texto que dice: «Por voluntad de Dios, después de un largo viaje desde la isla de Groenlandia hacia el sur, hacia las zonas más distantes del oc-éano occidental, navegando entre el hielo, los compañeros Bjarni y Leif Eiriksson descubrieron la nueva tierra, extremada-mente fértil y con vides, ... isla que llama-ron Vinland».

Page 634: El_Protector.pdf

El mapa, dibujado con tinta, mide 27,8 por 41 cm. Apareció en Europa a media-dos de los 1950, sin que se tenga constan-cia de quiénes eran sus anteriores propie-tarios o de si procedía de alguna biblioteca importante.

El mapa, y un manuscrito de indudable autenticidad, al que había estado unido en algún momento formando un libro, fue-ron comprados por 1 millón de dólares por Paul A. Mellon, en 1958 (actualmente vale 20 millones).

Los documentos fueron investigados du-rante seis años y en 1965 la Yale Universi-ty Press publicó un estudio detallado, el cual conectaba el mapa con el Consejo de Basel (1431-1449), celebrado por la Iglesia Católica medio siglo antes del viaje de Colón.

Dos conferencias, en 1966 y 1996, vivie-ron intensos debates sobre la autenticidad del mapa, sin que se llegara a conclusio-nes concretas. Desde 1995, Garman Har-

Page 635: El_Protector.pdf

bottle, del Brookhaven National Laborato-ry, y sus colegas, han estado estudiando una sección del pergamino con nuevas técnicas científicas. Han utilizado una máquina, el Accelerator Mass Spectrome-ter de la University of Arizona, para de-terminar con precisión su edad mediante la técnica del carbono-14. El resultado: 1434, +/- 11 años. Esta fecha coincide con el Consejo de Basel.

En el pasado, se ha argumentado que el mapa podría ser una falsificación debido a la composición química de la tinta utiliza-da para dibujarlo.

Por ejemplo, se encontró una forma par-ticular de dióxido de titanio que sólo entró en producción comercial en el siglo XX.

En realidad, el titanio encontrado se halla en cantidades ínfimas, y su presencia puede ser debida a una contaminación posterior, o a un deterioro químico de la tinta a lo largo de los siglos. Tampoco se puede descartar que ya se encontrara en la

Page 636: El_Protector.pdf

tinta medieval. Por desgracia, con las técnicas actuales no es posible determinar la edad de la propia tinta.

Si bien la autenticidad del mapa no ha sido probada completamente, los científi-cos creen que conocer la fecha del perga-mino es una importante pieza más del rompecabezas.

Información adicional en: www.amazings.com/ciencia/noticias/070802a.html

El Fuego azotó a la Tierra hace 65 millones

de años

El impacto de un asteroide o cometa pro-

vocó una serie de incendios que devasta-ron el sur de Norteamérica, el subconti-nente Indio y buena parte de la zona ecua-torial del mundo durante los primeros días después del choque. El objeto podría haber sido también el responsable de la extinción de los dinosaurios.

Page 637: El_Protector.pdf

A pesar de los daños ocasionados, Asia, Europa, la Antártida y posiblemente casi toda Australia, podrían no haber resulta-do afectadas por el fuego.

Esta es la conclusión a la que han llegado David A. Kring, de la University of Ari-zona, y Daniel D. Durda, del Southwest Research Institute.

Se sabe que el fenómeno causó una de las mayores extinciones en masa de la historia del planeta. Por eso, en 1990, H. Jay Me-losh y otros científicos dieron a conocer diversos modelos en los que se mostraban posibles escenarios sobre lo sucedido.

Algunos de ellos consideraban que el impacto que dio lugar al inmenso cráter Chicxulub, cerca de la Península del Yu-catán, en México, implicó una serie de in-cendios globales que contribuyeron al fi-nal de la era de los Reptiles, el Mesozoico, y propiciaron el inicio de la era de los mamíferos, el Cenozoico.

Page 638: El_Protector.pdf

Lo que han hecho Kring y Durda ha sido definir más exactamente los modelos y evaluar el alcance de los incendios. Sus nuevos cálculos indican que los fuegos no se encendieron en un único pulso, sino en varios pulsos en diferentes momentos al-rededor del mundo.

También exploraron cómo podría haber influido en su distribución la trayectoria del objeto, que aún es desconocida.

Su estudio sugiere que los incendios se generaron por los restos expulsados desde el cráter, los cuales fueron enviados muy arriba hacia la atmósfera, y acabaron ca-yendo a grandes distancias a lo largo de un periodo de unos cuatro días.

Actuando como billones de meteoros, los escombros calentaron la atmósfera y au-mentaron las temperaturas de la superfi-cie, hasta tal punto que la vegetación se incendió de forma espontánea.

Page 639: El_Protector.pdf

La colisión fue tan energética, 10.000 mi-llones de veces más que las bombas nu-cleares de Hiroshima y Nagasaki, que el 12 por ciento de los restos del impacto fueron lanzados fuera de la Tierra, pene-trando en el sistema solar. Aproximada-mente el 25 por ciento de los escombros cayeron al suelo a través de la atmósfera dentro de las dos primeras horas después del choque.

El 55 por ciento lo hizo antes de transcu-rridas ocho horas, el 85 por ciento durante las 72 horas posteriores.

La física y la rotación de la Tierra deter-minarían el patrón global de incendios que afectó a nuestro planeta. Como resul-tado de este desastre, el 75 por ciento de las especies de plantas y animales no so-brevivieron. El CO2 liberado a la atmósfe-ra por los incendios alteró además el ciclo del carbono y provocó un efecto inverna-dero.

Ampliación de la información en:

Page 640: El_Protector.pdf

/www.amazings.com/ciencia/noticias/040902a.html

La teoría de las dos lunas y los gigantes

Entre las múltiples teorías que se han

postulado para explicar ciertos fenómenos ocurridos en nuestro planeta, se encuentra aquella que sostiene la existencia de dos lunas orbitándonos en un remoto pasado.

Las fuerzas gravitatorias de ambos cuer-pos celestes habrían influido sobre la vida animal y vegetal, de tal manera que po-dría explicar el enorme tamaño de ambas especies.

Hoy sabemos que la Luna posee influen-cia gravitatoria sobre las mareas, la gesta-ción de la vida, los humores ácueos e in-cluso el «humor» psíquico de los mortales.

Los estudios realizados sobre la existen-cia de los saurios, la vegetación tropical y subtropical en sitios de la Tierra donde en la actualidad se registran suelos yermos,

Page 641: El_Protector.pdf

evidencia o cambios de clima inexplica-bles de acuerdo con la actual meteorología o el cambio del eje de la tierra con relación al Sol.

La súbita desaparición de los saurios, al igual que la reducción en tamaño de la flora silvestre, amerita pensar que se trató de un fenómeno súbito, destructor, ca-tastrófico.

Pero hay un hecho cierto que es incon-trastable. Por más que la destrucción hubiese sido abrupta y generalizada, no podemos ni creer, ni afirmar, que «toda» la vida animal y vegetal de tal período ge-ológico fue destruida. Algún espécimen de las faunas debió sobrevivir y proyec-tarse.

Ahora bien, sabemos de la continuidad de la vida en el planeta. Sin embargo, las especies subsiguientes evolucionarios hacia un tamaño menor. Menor porque la influencia del satélite que los denomina-

Page 642: El_Protector.pdf

mos Luna o Selene, ejerció menor influen-cia gravitatoria.

Por tanto, los organismos vivos se adap-taron a la «nueva gravedad», reduciendo su tamaño. No me pidan que explique de-talladamente el tema biológico de tal pre-sunción. Eso quedará para los estudiosos del tema.

Sin embargo, hoy sabemos que el «Hom-bre» -al que en esa etapa podríamos de-nominar «homínido» ya existía y que, cu-riosamente, podríamos concebirlos como «gigantes», aquellos de los que nos hablan las Escrituras bíblicas y otras referencias en distintos testimonios que la «escritura» nos legó.

Escrituras que no por conjeturarlo, de-berían hallarse a nuestra disposición, si no fuera por las trágicas destrucciones de la Biblioteca de Alejandría, en la que se hallaban millones de testimonios que la estupidez humana transformó en cenizas. Cenizas de las que no podemos recuperar

Page 643: El_Protector.pdf

tantas explicaciones a múltiples misterios de nuestra protohistoria.

Finalmente, debemos señalar que la se-gunda Luna pudo sufrir la salida de su órbita, su destrucción masiva a conse-cuencia de haber entrado en la órbita te-rrestre o su caída lisa y llana al Océano Pacífico y haber causado la profunda olla de las Marianas, ocasionando así, la modi-ficación del eje de la Tierra, el cataclismo gigantesco que transformó la faz del pla-neta.

Recordemos, finalmente, algo que «debi-éramos» tener muy en cuenta: entre los movimientos que realiza la Luna, a uno de ellos se lo ha definido «en espiral»... Espe-remos que tal movimiento no concluya con otro cataclismo

Extraído de Wikipedia

Page 644: El_Protector.pdf

Hiperbórea

Otro continente o isla de leyenda, es el de

la Hiperbórea, que habría ocupado una parte de las regiones árticas actuales, an-tes de la modificación del eje terrestre, que implicó la segunda glaciación universal.

Groenlandia, Islandia y las islas de Spitzberg serían los vestigios geológicos de ese fabuloso continente hiperboreal, que disfrutaba de un clima tropical, con una vegetación extraordinaria. Los impor-tantes yacimientos de carbón fósil bajo el hielo de estas islas, demuestran que allí creció antaño una exuberante vegetación. Irónicamente, Groenlandia significa lite-ralmente, «verde tierra», una prueba más de que tuvo un clima que permitía la ve-getación, algo que hoy es imposible al es-tar cubierta de hielos.

Esta civilización debió florecer hace más de 60.000 años durante el último período interglacial. Cuando las alteraciones

Page 645: El_Protector.pdf

climáticas la fueron convirtiendo en una región inhóspita, en un proceso gradual que debió llevar siglos, sus habitantes emigraron hacia el sur poblando las diver-sas regiones del planeta. En el siglo XVI, el francés Guillaume Postel, afirmaba que el Paraíso se encontraba bajo los hielos del ártico. En la tradición germánica el edén nórdico se llama Asgard que fue asolado por cataclismos de nieve, viento y hielo, que denominaron Ragnarók, el «ocaso de los dioses». En tanto que las tradiciones de la India está mencionada Shveta-dvipa, la «Isla del esplendor» situada en el Norte. Isla luminosa y sede de Vishnú cuyo em-blema es la esvástica.

Mapa de Hiperbórea y las migraciones de

sus habitantes

Los griegos conservaron el recuerdo de

esta «Tierra del Sol Eterno» que se extend-ía «más allá del dios Bóreas», señor del

Page 646: El_Protector.pdf

frío y de las tempestades. Piteas de Marse-lla, intrépido navegante y renombrado sa-bio, en el siglo V a. C. Llegó a una tierra que toca el círculo ártico. Los habitantes de esas islas le declararon que si navegaba un día entero hacia el Norte, encontraría «el mar sólido». Aquella isla a donde hab-ía arribado Piteas se llamaba Thule y las noches duraban casi 24 horas en el perío-do del solsticio de verano, y todo lo con-trario ocurría en el solsticio de invierno.

Se supone que Thule era la actual Islan-dia, donde vivían aún en plena época clásica griega, un pueblo de raza blanca, emparentado con los helenos. El historia-dor griego Diodoro de Sicilia los llama hi-perbóreos y les asigna como dominio una isla de «una extensión igual a la de Sici-lia», lo cual puede aplicarse perfectamente a Islandia. Y dice: «El suelo de esta isla es excelente, y tan noble por su fertilidad que produce dos cosechas al año». También escribió que allí nació Latona o Leto, la

Page 647: El_Protector.pdf

madre de Artemisa y Apolo, es por este motivo que sus habitantes veneran parti-cularmente a Apolo. Su ciudad está con-sagrada al dios Apolo y el gobierno de la Hiperbórea está a cargo de reyes llamados Boréadas, los descendientes y sucesores de Bóreas. Éste, era el dios de los vientos del norte, hijo del titán Astreo y de la dio-sa Aurora.

Plutarco, otro historiador griego, escribió el relato de un extranjero procedente de la misteriosa isla de Ogigia, que tal vez era otro nombre para Hiperbórea. Según cuenta, el hombre había permanecido 30 años en la isla con las funciones de sacer-dote del dios Saturno. En ese cargo había descubierto unos rollos sagrados que se salvaron de la destrucción de la primera ciudad de la isla, y que habían permane-cido largo tiempo enterrados en un es-condite subterráneo. Plutarco nos hace ob-servar que en Ogigia, el sol es visible vein-ticuatro horas durante los días más largos.

Page 648: El_Protector.pdf

Esta característica es aplicable con toda exactitud a Islandia. Sila, uno de sus per-sonajes comenta que esta gran isla está si-tuada a cinco días de navegación de Gran Bretaña, y donde el sol no desaparece del horizonte más que una hora o menos du-rante treinta días. Demetrio de Tarso, según cita Plutarco, indicaba que «los in-sulares eran poco numerosos, pero los bretones los consideraban a todos sagra-dos e inviolables».

En la Antigüedad, esta región del océano Ártico era conocida como la «Tierra Sa-grada». La isla de Ogigia, de Elixoia, o de Thule, también llamada la «isla de los cua-tro maestros». Homero menciona a la isla de Ogigia, donde Ulises vivió durante sie-te años y la sitúa en el norte. Estaba go-bernada por la reina Calipso, otra hija de Atlas. Los habitantes eran seres de blancu-ra de nácar, casi traslúcidos y sus mujeres eran de una belleza y un ingenio por en-cima de lo humano.

Page 649: El_Protector.pdf

Los aztecas en sus leyendas hablan de una Tula, una isla maravillosa que existió en el Atlántico. Los celtas consideraban a los habitantes de la isla de Thule como se-res sagrados, de raza blanca que poseían temibles conocimientos mágicos. Esta se-mejanza de nombres se debe a la costum-bre de bautizar una región o ciudad con el nombre del centro originario, constitu-yendo otras regiones a imagen y semejan-za del primero. En la costa atlántica de México está la ciudad de Tula, también hay un río con el mismo nombre. Hay una Tulúa en Colombia, una Toul en Francia, otra Tula al sur de Moscú. René Guenón advirtió que hay que distinguir la Tula atlante, localizada en lo que hoy es el Atlántico de la Tula hiperbórea que cons-tituye el centro primordial de la humani-dad.

Para algunos atlantólogos, los nombres de Atlántida y de Hiperbórea serían sinó-nimos, tal como sostuvo el científico Bailly

Page 650: El_Protector.pdf

en el siglo XVIII, que situó a la Atlántida de Platón en las regiones árticas. Para otros investigadores como el sabio B. G. Tilak, amigo y colaborador de Gandhi que escri-bió en 1903 el libro La Patria Ártica de los Vedas, los arios no fueron autóctonos de Europa o del Asia Central, sino que tuvie-ron su origen cerca del actual Polo Norte, en la era paleolítica. Sostuvo esto basán-dose en el Avesta y en los Vedas, los más antiguos libros sagrados de la humanidad. Los arios, emigraron de su patria hacia el sur debido a terribles cambios climáticos.

Evidentemente, cuando cambió el eje de rotación de la Tierra, los polos se despla-zaron de lugar y el clima se tornó hostil. La maravillosa Hiperbórea se hizo inhabi-table, quedando completamente cubierta por glaciares. De los hiperbóreos, muy pocos salvaron la vida, principalmente hubo sobrevivientes mujeres que lograron huir por un túnel secreto que llegaba has-ta el sur de la actual Alemania. Se dice que

Page 651: El_Protector.pdf

los hiperbóreos se mezclaron con los humanos comunes dando vástagos de gran belleza y dotados de poderes sobre-naturales, como la precognición o adivi-nación del futuro y una inteligencia bri-llante. Diodoro de Sicilia dice que Feréci-des de Siros, que vivió hacia el 544 a. C. era descendiente de los hiperbóreos, y fue el maestro que inició a Pitágoras en los misterios y en las matemáticas.

Otros hiperbóreos sobrevivientes se esta-blecieron en Islandia y en otras islas más pequeñas, y al parecer consiguieron adap-tarse a la glaciación del período cuaterna-rio. Estos hiperbóreos mantuvieron rela-ciones con los pueblos de la Antigüedad, ya que Tule, la «isla de Saturno» era cono-cida por los fenicios, cartagineses, griegos y romanos. Hoy podemos decir que es la actual Islandia. Pero, ¿qué sucedió con es-tos habitantes?

Cuando los monjes irlandeses llegaron a Islandia en el año 795, y luego los vikingos

Page 652: El_Protector.pdf

en el año 874, encontraron a la isla absolu-tamente desierta. La explicación más acep-table a esta desaparición es que una tre-menda erupción volcánica o un terremoto aniquilaron a toda la población. El monte Hecla, es el principal volcán de Islandia, mide 1510 metros de altura y pudo ser el causante de la desaparición de los últimos hiperbóreos, que ante los constantes tem-blores de tierra que sufre la isla, tal vez emigraron al norte de Europa.

Los Nazis y el Grupo Thule

A principios del siglo XX, más precisa-

mente en 1912, un grupo de intelectuales alemanes entre los que se encontraba Se-bottendorf, comenzaron a reunirse en Berlín para analizar que, la raza nórdica y, especialmente los germánicos, altos, atlé-ticos y de ojos azules, como a los más pu-ros descendientes de los sobrevivientes de Thule. Así se formó en Alemania el Grupo

Page 653: El_Protector.pdf

Thule, una sociedad secreta que pretendía poseer el Vril, misteriosa energía que har-ía al hombre dueño total de sí mismo y del mundo. Thule fue fundada en agosto de 1918, y sostenía que la vida surgió en el Polo Norte.

Escudo del Grupo Thule en 1919

Durante el apogeo del nazismo, el propio

Hitler, que tuvo contactos con la Sociedad, sacó del blasón del Grupo Thule, el em-blema del Tercer Reich. La cruz gamada, nacida de la esvástica, símbolo solar ario traído por Haushofer desde el Tíbet a co-mienzos de siglo. Esta esvástica, normal-mente es dextrógira, es decir, que gira hacia la derecha, y los nazis la invirtieron hacia la izquierda. Así, la esvástica dextrógira pasó a ser un símbolo benéfico, que representa la iluminación interior. En tanto que la versión sinestrógira adoptada

Page 654: El_Protector.pdf

por el nazismo pasó a ser un símbolo ne-fasto, de un ideal maléfico.

Luego de obtener ciertos conocimientos que necesitaba para consolidar su poder, Hitler ordenó disolver al Grupo Thule y el esoterista Rudolf von Sebottendorf fue expulsado de Alemania, como un astrólo-go indeseable. El mago y antiguo drama-turgo Dietrich Eckart; el ideólogo de la doctrina racista hitleriana, Alfred Rosen-berg; el militar y diplomático, Karl Haus-hofer y Rudolf Hess, quien sería más ade-lante el número dos de Hitler, fueron miembros nazis del Grupo Thule hasta su disolución.

Alfred Rosenberg

Sin duda, la leyenda de Tule/Hiperbórea

que nos ha llegado, se refiere a una civili-zación claramente anterior cuyos habitan-tes poseían grandes conocimientos que apenas alcanzamos a vislumbrar. Una ra-

Page 655: El_Protector.pdf

za de superhumanos nobles y puros que desaparecieron por la congelación de su entorno. Todo lo contrario a nuestra civi-lización que puede llegar a perecer ane-gada en unos cientos de años a causa de la descongelación de las regiones polares debido al recalentamiento del planeta. Nota enviada por Augusto Díaz Pérez, a las lis-tas masónicas en la Web

Una remota Civilización

Existió en tiempos muy remotos -que, sin

embargo, no pertenecen enteramente a la Prehistoria una civilización de la que des-conocemos hasta las bases, pero que fue, sin duda, extraordinaria.

No la conocemos ya, porque lo que había en ella de intelectual ha desaparecido normalmente, y porque en la actualidad consideramos que sólo lo intelectual es «civilizado».

Page 656: El_Protector.pdf

No comprendemos ya las huellas mate-riales que de la misma permanecen, y a causa de ello, tendemos a juzgarlas como el producto de cierta barbarie y de un pensamiento rudimentario.

En una palabra, somos incapaces de eva-dirnos de nuestra forma actual de pensa-miento, para intentar alcanzar otras for-mas desaparecidas. No obstante, sin esa civilización, la nuestra no existiría, y nos encontraríamos aún acosando los anima-les salvajes y, tal vez, devorándonos los unos a los otros.

Tal civilización nos ha legado la ganader-ía, la agricultura y algunos signos, indu-dablemente científicos que no sabemos ya leer en su totalidad y que, por ello, nos in-clinamos a cargar en la cuenta de una imaginación infantil originada por los fa-mosos «terrores» supersticiosos del «ani-mal» hombre.

Es preciso que los historiadores y espe-cialistas en Prehistoria tengan cierta inge-

Page 657: El_Protector.pdf

nuidad, o bien un desconocimiento abso-luto de los animales, para creer que la domesticación de rebaños haya podido lograrse por no se sabe apenas qué clase de amansamiento, seguido de hábito.

Un animal, por muy salvaje que sea, se domestica con relativa facilidad. Sólo hace falta un poco de paciencia y amistad. Quizá le sería posible a una sucesión de generaciones, consciente de un fin que se ha de conseguir y partiendo del animal domesticado, crear un «tronco, más o me-nos amistosamente vinculado al hombre, y eso es lo que se produjo respecto al pe-rro, Pero domesticar una raza e incluso un conjunto de animales constituye un pro-blema muy distinto; Es un problema de «magia» y no en el sentido charlatanesco del término.

La domesticación de una raza exige una «mutación». Hay que cambiar el «genio» de la raza o, en términos actuales, modifi-car sus «genes» (por lo demáses la misma

Page 658: El_Protector.pdf

palabra). Y hay que hacerlo sin alterar las cualidades que se desea conservar.

Tal vez no sea imposible, aunque yo no lo creo llegar a tal resultado a través de generaciones y generaciones de seleccio-nes, si bien esto requería una organización «ganadera», que sería ya una prueba de civilización sólidamente establecida y per-sistente.

No obstante, si se quiere imaginar lo que pudo ser el hogar del hombre o el cian prehistórico, así como la domesticación de «ovino» salvajes, se encuentra alguna difi-cultad en poner de acuerdo la idea de re-baño con el estado del hombre prehistóri-co tal como nos lo presentan: cazador, pescador y picapedrero... francamente subdesarrollado.

Sea cual fuere el modo en que se actúe sobre el genio de la raza que se ha de do-mesticar, es evidente que se requiere un conocimiento profundo de ese genio» y no menos profundo de los medios de acción.

Page 659: El_Protector.pdf

Tenemos aquí una realización harto difí-cil y que exige mucha más ciencia que to-das las realizaciones industriales de nues-tros ingenieros.

Ahora bien, Gerión, en su isla atlántica, era un ganadero propietario de una vaca-da, y la expedición de Hércules no tuvo más objeto que apoderarse de ella.

Hércules no era un ganadero, sino, a lo sumo, un cazador. La leyenda sitúa indu-dablemente el lugar del que proviene la «invención» de la ganadería...

Creo, con alguna razón, que las pinturas rupestres, admirables hasta el punto que parecen haberse reunido en el prototipo pintado todas las cualidades de una espe-cie, figuraron, Junto con otras, entre los medios utilizados para «trabajar el genio de las razas. Magias, es decir, acciones, cuyo proceso científico no conocemos ya, puesto que ciertas pinturas no son tanto grafitos gratuitos como manifestaciones estéticas.

Page 660: El_Protector.pdf

Casi todos los especialistas en Prehistoria han visto en las pinturas rupestres actos mágicos relacionado con la caza o la fe-cundidad. Hubo, ciertamente, magias de caza ensayadas en las cavernas; y algunas veces, hasta el «sobreimpresión» en las pinturas más antiguas, y que no atañían, a buen seguro, a la caza, pero resulta por lo menos sorprendente que dichos especia-listas no hayan notado la diferencia, inclu-so artística, que las separaba de las demás.

¿Cómo asimilar las pinturas de Altamira a los grafitos de las cavernas de cazado-res?

Y hay que pensar, y tengo presente Al-tamira, que las pinturas de la gruta fueron realizadas en un techo que se encontraba a veces a menos de un metro del suelo (éste ha sido, desde entonces, hundido por los turistas), y ello en un recinto muy alejado de la entrada y no sin que las luces artifi-ciales, antorchas o hachones, dejaran hue-llas de humo En una palabra, realizadas

Page 661: El_Protector.pdf

en la más completa imposibilidad pictóri-ca...

En fin, es bastante extraordinario que los «búfalos, por ejemplo, de Altamira o de Lascaux, fuesen inscritos, de pie o tumba-dos. En una figura geométrica semejante, como si se hubiera tratado, ante todo, de establecer una acción de forma sobre ani-males que andaban errantes en el exterior.

¿Por qué procedimiento? Es algo supe-rior a mi entendimiento, mas no por ello constituye una razón suficiente para ne-gar... Además, tales pinturas rupestres, invisibles, no fueron realizadas para for-mar un museo prehistórico.

Puedo equivocarme en cuanto a la utili-zación de las pinturas. Sólo se aventura aquí una hipótesis, lo cual no es óbice, sin embargo, para que fueran domesticados animales: ovinos, caprinos, bovinos y équidos. Y para que la mutación fuese es-table, ya que dura todavía...

Page 662: El_Protector.pdf

Todavía no se ha explicado el compor-tamiento de ciertos animales «salvajes». Hay especies que parecen haber experi-mentado un comienzo de domesticación...

Si no resultara tan romántico, podría pensarse a veces en unos «pactos» de cier-tas variedades con la especie humana...

Así, por ejemplo, los elefantes, que sólo raras veces son «salvajes» de verdad y muy fácilmente domesticables, aunque hayan sido capturados en la selva (por otra parte, según Platón, la Atlántida «criaba» elefantes, «los más voraces de los animales...».

Entre los animales terrestres, se supone también que el león es la única de los grandes felinos que experimentó un prin-cipio de domesticación. Y es un hecho que ataca al hombre sólo raramente y, sobre todo, para defenderse.

Pero el caso de algunos animales marinos es también desconcertante. Por ejemplo, el de la loca, que no huye del hombre, pese a

Page 663: El_Protector.pdf

ser su mayor enemigo, perseguirla a causa de su piel y darle muerte de un modo odioso, como si estuviera bajo el peso de una ley que la pusiera en manos de su ad-versario más encarnizado.

¿Y qué decir del delfín, ese mamífero marino del que hablaban las leyendas an-tiguas como de una especie de aliado del hombre, salvador de náufragos, a los cua-les conducía hasta la costa sobre su espi-nazo? Esto se ha empleado largo tiempo en los cuentos infantiles; pero desde que, a causa de necesidades «militares», se em-pezó a estudiar el comportamiento de es-tos animales, se advirtió que estaban dis-puestos a «colaborar» y hasta a jugar; en una palabra, a proceder como «camara-das» respecto al hombre...

Y esto nos recuerda que los delfines figu-raban entre los animales legendarios de la Atlántida, que eran los «escoltas» de Po-seidón cuando éste recorría los mares

Page 664: El_Protector.pdf

montado en su carro tirada por caballos marinos.

¿Se habrá establecido una especie de pac-to entre el hombre y el delfín. Un pacto que aquél respeta aún, porque pocos ser-ían los marinos que no protestaran si los pescadores atacasen al delfín, animal tabú.

Aún hay hombres que saben establecer este tipo de pactos con las especies anima-les, y yo personalmente puedo salir fiador de ello. Se encuentran, en especial, en Oriente y África, pero no se halla tan leja-no el tiempo en que Sologne tenía aún sus conductores de lobos», a quienes el miedo, en las comidillas de las veladas, había hecho más nefastos y fuertes de lo que en realidad eran, pero que sabían hacerse obedecer y seguir de los lobos.

Fórmulas, sin duda; pero, ¿de qué remo-ta ciencia salieron?

Page 665: El_Protector.pdf

De las listas masónicas en la Web, compar-

tida por los listeros

Interpretación de la Leyenda de Osiris:

Existe una leyenda de Osiris, muy cono-cida, pero extraña en verdad.

Osiris —dice esta leyenda— se halla en guerra con su hermano Set por la posesión de la tierra de Egipto. Set mató a Osiris y depositó su cadáver en un cofre, que abandonó a merced de las olas del Medi-terráneo.

El cofre anduvo a la deriva y fue a varar a Tiro, en la costa fenicia. Arraigó allí y prendió en las raíces de una acacia, las cuales se desarrollaron de tal manera a su alrededor, que llegaron a incorporárselo por completo y él se convirtió en parte del árbol. El cadáver permaneció allí intacto en su «sarcófago” durante muchísimo tiempo. (1)

Page 666: El_Protector.pdf

Ésta es la primera parte de la leyenda. Advertirá uno, si le gusta fantasear, que la acacia es la madera con la que se cons-truyó el arca de los hebreos.

Por otra parte, según la leyenda fenicia, el primer fenicio y primer marino. Uonos, llegó por mar sobre un tronco de árbol, a las cercanías de Tiro, en Sidón, de la que hizo su morada y capital.

¿Se trataría de aquella primera coloniza-ción atlante de la que habla Platón? Desde luego, no es imposible. Ocurrió antes de la catástrofe que trastornó al mundo y, por otra parte, Phoinix quiere decir «rojo».

Recordemos que Osiris, muerto, pero in-tacto, permaneció muchos anos en Fenicia. Y he aquí la segunda parte de la leyenda, más confusa pero, sin duda, más «elo-cuente».

Isis, la esposa y hermana de Osiris, que iba en busca del cadáver, acabó por en-contrarlo y recuperarlo.

Page 667: El_Protector.pdf

Set logró apoderarse nuevamente del cuerpo y, tras cortarlo en pedazos, lo dis-persó por el mundo. Entonces, Isis em-prendió la gran búsqueda, es decir, se propuso hallar todos los pedazos del cuerpo de su esposo para reconstituirlo. Y encontró todo, salvo un trozo particular-mente importante: el sexo. Sin él, Osiris era, digámoslo así, inutilizable.

Durante mucho tiempo estuvo buscando aquel órgano esencial y al fin llegó a en-contrarlo —por desgracia, la leyenda no señala en qué lugar— y, una vez reconsti-tuido Osiris, Isis se unió a él y fue fecun-dada. De aquella unión nació un hijo: Horus, hijo del dios, que vengaría a su padre del crimen de Set.

Absurdo, evidentemente... A menos que se trate de un relato alegórico, y entonces tendría un significado completamente dis-tinto.

Lo que nos refiere la leyenda de Osiris, ¿no será una «diáspora», la historia de la

Page 668: El_Protector.pdf

dispersión, a causa de un cataclismo, ya de unas tribus, ya de un «colegio» de sa-bios capaces de volver a dar la vida a Osi-ris, de hacerlo susceptible de «fecundar»?

Y la gran búsqueda de la hermana-esposa, ¿no será un intento de encontrar y reunir, bien las tribus dispersas, bien ese colegio de sabios capaces de volver a la vida a Osiris?

¿Alegórico? Tal vez, pero no en demasía.

¿Quién es Isis? Se comprende más fácil-mente la naturaleza de los dioses que las de sus «esposas». Isis es la que puede ser fecundada y dar nacimiento al hijo de dios, pero su naturaleza no se revela nun-ca.

No sabemos mucho más sobre Isis que sobre Deméter o sobre las Vírgenes Ne-gras. Son vírgenes, esposas y madres, pero a todos los niveles: desde el más material al más espiritual. A causa de ello, no es posible aprehender su naturaleza al nivel de lo humano.

Page 669: El_Protector.pdf

Por tanto, hemos de atenernos al aspecto «material» de la leyenda y, en este caso, a su aspecto histórico.

Lo que nos indicó los «puntos» de refu-gio de los atlantes dispersos, fue princi-palmente la distribución de dólmenes. Era norma que, entre estos diversos puntos, se hiciera un intento de reagrupación o, por lo menos, de reanudación de relaciones.

Parece claro que fueron los refugiados en el Próximo Oriente quienes se encargaron en los enlaces y quienes, sin duda, obtu-vieron de ellos el primer beneficio.

Por tanto, no es de extrañar que sea en el Próximo Oriente donde se encuentren los primeros procesos de re-civilización, y tanto más, cuanto que las condiciones climáticas eran allí, sin duda, más favora-bles. Los «rojos» ocupaban el Asia Menor, incluida Arabia y las orillas del mar Rojo y, probablemente, todas las islas del Medi-terráneo Oriental, entre ellas, Creta.

Page 670: El_Protector.pdf

Para los egipcios, los cretenses eran «ro-jos». Europa, madre de Minos, rey epóni-mo de Creta, era llamada «Hija del país rojo» o «Hija del Poniente».

Sin duda no se trataba ya de «raza pura», puesto que tomaron, al parecer, la lengua de los semitas autóctonos pero lo impor-tante está menos en la raza que en saber que predominaba aún.

Sin exagerar, adviértanse los «elementos» integrantes de la leyenda del 3er grado en el simbolismo masónico. En especial el «sarcófago», generalmente tomado como un simple elemento ceremonial. Aunque seguramente tendría relación tanto con la Acacia, como con el Arca y fundamental-mente, a nuestro entender, con aspectos de la «interpretación» que de la leyenda de Osiris, nos ha dado el autor, sin que ella haya sido volcada con la idea de esta-blecer «coincidencias» con la masonería, pero que nosotros la incorporamos por

Page 671: El_Protector.pdf

advertir lo singular de los elementos que la componen.

De las listas masónicas en la Web, aporte

de los listeros

El desastre que fulminó a un imperio

Todo el Alto Egipto estaba muriendo de hambrea tal grado que las personas llega-ron a devorar a sus propios hijos». Ins-cripción en una tumba egipcia.

Según Fekri Hassan, un cambio climático extremo provocó la caída del Imperio An-tiguo de Egipto.

Apocalipsis Antiguos es una nueva serie de documentales de la BBC que exploran el dramático hundimiento de grandes civi-lizaciones. En este artículo, la productora de la serie, Jessica Cecil, cuenta cómo un desastre climático fulminó el Imperio An-tiguo de Egipto.

Page 672: El_Protector.pdf

La primera gran civilización egipcia co-lapsó hace cuatro mil doscientos años.

Los faraones del Imperio Antiguo de Egipto construyeron lo que sería el más admirable legado del mundo antiguo: las pirámides de Giza. Pero luego de casi mil años de estabilidad, su autoridad central se desintegró y el país descendió en el ca-os por más de cien años.

Lo que ocurrió y por qué ha sido objeto de grandes controversias. El profesor Fe-kri Hassan, de la Universidad de Londres, ha tratado de resolver el misterio reco-giendo claves científicas.

Su inspiración fue la pequeña tumba de Ankhtifi, un gobernador regional del sur de Egipto. Los jeroglíficos encontrados allí informaban que «todo el Alto Egipto esta-ba muriendo de hambre, a tal grado que las personas llegaron a devorar a sus pro-pios hijos».

Aunque la mayoría de los egiptólogos descartaba esta teoría como exagerada y

Page 673: El_Protector.pdf

fantasiosa, Fekri Hassan estaba determi-nado a demostrar que los jeroglíficos eran verdaderos y precisos.

También estaba determinado a encontrar al culpable capaz de producir tal miseria.

Estalactitas y estalagmitas

«Mi corazonada desde el principio era

que el medio ambiente en el cual vivían los egipcios tenía algo que ver», dice Has-san. Él también estaba seguro de que el Nilo, el río que siempre ha estado en el co-razón de la vida egipcia, tenía algo que ver.

Así que estudió de manera meticulosa los registros que existen desde el siglo séptimo sobre las inundaciones del Nilo. Y se sorprendió de encontrar las enormes diferencias de tamaño que existían entre las inundaciones anuales, desbordamien-tos que eran vitales para irrigar la tierra.

Page 674: El_Protector.pdf

Pero no existe ningún registro sobre el año 2200 antes de Cristo. Entonces vino el descubrimiento definitivo, hecho en las colinas de Israel por Mira Bar-Matthews, de la oficina de inspección geológica de ese país.

Bar-Matthews encontró un registro natu-ral y único de los cambios climáticos del pasado en la forma de las estalagmitas y estalactitas de una caverna cerca a Tel Aviv.

Lo que estas formaciones geológicas mostraban era una repentina y dramática caída del 20% en las precipitaciones, el más grande evento climático en 50 siglos. ¿El año? 2200 antes de Cristo.

Como Israel y Egipto se encuentran en sistemas climáticos distintos, Fekri Hassan necesitaba evidencia de algún cambio climático mundial que pudiera vincularse con el Imperio Antiguo. Y la evidencia apareció de repente.

Page 675: El_Protector.pdf

Lago seco

El geólogo Gerard Bond trabaja en el ob-

servatorio terrestre de Lamont-Doherty, en la universidad de Columbia, EE.UU.

Una de sus investigaciones es buscar evidencia de cambios climáticos en los iceberg de Islandia. Cuando estos iceberg se derriten —en su viajes hacia al sur— dejan fragmentos de lava volcánica en el fondo del océano.

La distancia que alcanzan a viajar los icebergs antes de derretirse informa de cuán frió era el clima. Fango del fondo del mar le mostró a Gerard Bond que perío-dos de extrema frialdad (pequeñas edades de hielo) se presentaban en Europa cada 1500 años y tenían una duración aproxi-mada de 200 años.

Una de estas «mini edades» de hielo ocu-rrió en el año 2200 antes de nuestra era.

Peter de Menocal, colega de Bond, revisó registros climáticos de la misma época en

Page 676: El_Protector.pdf

el resto del mundo. Desde evidencias en el polen hasta en la arena, la historia era la misma: un dramático cambio climático había ocurrido en ese tiempo desde Indo-nesia hasta el Mediterráneo, de Groenlan-dia al Norte de América.

Otros científicos estaban confirmado to-do lo que Fekri Hassan creía: que hace 4200 años un cambio climático severo provocó miseria humana generalizada. Miseria de la que sólo ahora empezamos a saber.

De regreso en Egipto, Hassan quería po-ner la última pieza del rompecabezas. De-seaba evidencia directa de estos cambios climáticos en el Nilo. Y la encontró exca-vando en el lecho de un lago que, en tiempos remotos, había sido alimentado por un tributario del Nilo.

Allí, el científico halló que, mientras el Imperio Antiguo colapsaba, el lago se había secado por completo. La única vez

Page 677: El_Protector.pdf

en toda la historia del lago que esto ha ocurrido.

Fekri Hassan sintió que por fin había en-contrado pruebas contundentes de que los jeroglíficos en la tumba de Ankhtifi decían la verdad. Lo que había conducido a los habitantes del Antiguo Egipto a la deses-peración y la desintegración fue la natura-leza.

© BBC - BBC World Service - Bush House, Strand, London WC2B 4PH, UK.

Page 678: El_Protector.pdf

Una Piedra Egipcia Mágica

Algo sobre los alquimistas

Arqueólogos del University of Pennsyl-

vania Museum han descubierto un ladrillo mágico de nacimiento en una residencia palatina egipcia. Tiene 3.700 años de anti-güedad, está decorado y forma parte de una pareja de piedras de barro utilizadas para asistir en el parto de una mujer.

El antiguo ladrillo fue descubierto duran-te las excavaciones realizadas en 2001 por Josef Wegner y sus colegas, en la ciudad de Abydos, en el sur de Egipto. Es el pri-mero que se encuentra y en él son bien vi-sibles escenas y figuras vivamente colo-readas, como las de una mujer sujetando a su bebé recién nacido, e imágenes mágicas de dioses cuyo papel es proteger y ayudar a la madre en el momento del nacimiento.

Según los textos hallados, la forma más habitual de dar a luz durante la época in-

Page 679: El_Protector.pdf

cluía el uso de este tipo de ladrillos, sobre los que se colocaban los pies de la mujer. El recientemente hallado se encuentra da-ñado en su parte superior, seguramente debido a un uso continuado.

El ladrillo debió pertenecer a una prince-sa de la nobleza llamada Renseneb. A par-tir de los jeroglíficos encontrados en el edificio que estaban excavando, los ar-queólogos descubrieron que se trataba de la residencia del regente de la ciudad, la primera realmente importante identifica-da hasta ahora. El ladrillo encontrado se hallaba en la zona residencial de las muje-res, en una sección específica la casa. En ella, muchas de las inscripciones contie-nen el nombre de Renseneb, la hija del rey. Esta mujer, que vivió en Egipto du-rante la XIII Dinastía, pudo muy bien haberse casado con uno de los jefes de la población.

En el antiguo Egipto, la mortalidad in-fantil era muy elevada, de modo que los

Page 680: El_Protector.pdf

egipcios pedían la ayuda de los dioses a través de objetos mágicos, como los ladri-llos de nacimiento, y rituales específicos, que se celebraban durante el parto. El ci-tado ladrillo se asociaba a la diosa Mes-khenet, a menudo dibujada ella misma con forma de ladrillo y cabeza humana.

Información adicional en: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/230902a.html

La filosofía hermética

Los alquimistas se adjudicaban de buen

grado el título de filósofos, y lo eran en efecto en un género particular, toda vez que se consideraban depositarios de la Ciencia por excelencia, constituida por los principios de todas las demás, que explica la naturaleza, el origen y la razón de ser de todo lo que existe, que narra el origen y el destino del universo entero.

Page 681: El_Protector.pdf

Esta doctrina secreta era la madre de to-das las ciencias, la más antigua, la que es-tudiaba el mundo y su historia y que, según la tradición, había sido revelada a los hombres por el dios Hermes (el Thoth egipcio), origen del nombre de filosofía hermética dado a esta doctrina.

Pero es abusiva la confusión de esta doc-trina y las operaciones propiamente di-chas. La alquimia fue ante todo una práctica y, por lo tanto, la aplicación de la filosofía hermética.

Las teorías alquimias

La alquimia en el sentido estricto del

término era un arte práctico, una técnica, pero como tal se apoyaba sobre un con-junto de teorías relativas a la constitución de la materia, a la formación de las sus-tancias inanimadas y vivas, etc., teorías que constituían los postulados de donde partía el alquimista.

Page 682: El_Protector.pdf

Del libro La alquimia de Serge Hutin.

El sorprendente universo

Los últimos descubrimientos confirman

la naturaleza paradójica de nuestro Uni-verso. Astrofísicos de la University of Chi-cago acaban de anunciar los resultados de unas investigaciones cuyos datos estaban persiguiendo desde hace más de dos décadas, y que apoyan las conclusiones de la moderna teoría cosmológica.

La información la han obtenido gracias a un radiotelescopio llamado Degree Angu-lar Scale Interferometer (DASI), situado en la Amundsen-Scott South Pole Station, en la Antártida. Con él han medido con una precisión jamás alcanzada el grado de po-larización de la radiación del fondo cósmico de microondas, el resplandor omnipresente que procede del Big Bang o Gran Estallido, responsable de la creación del Universo.

Page 683: El_Protector.pdf

La mayor parte de la luz que nos llega no está polarizada. Es decir, las ondas de luz nos alcanzan mezcladas entre sí, movién-dose individualmente en planos distintos. La luz sólo se polariza cuando es reflejada o dispersada. Gracias a este principio, nuestras gafas polarizadas son capaces de eliminar los destellos de la superficie de una piscina o del capó de un coche, ya que sólo permiten el paso de las ondas de luz que se mueven arriba y abajo, por un mismo plano.

Pero la radiación del fondo de microon-das se polarizó cuando la luz cósmica in-teractuó por última vez con la materia, hace unos 14.000 millones de años. Si no se hubiese encontrado esta polarización, muchas de nuestras teorías, basadas en observaciones e interpretaciones de éstas, habrían tenido que desecharse, explica John Carlstrom.

Nuestras teorías predicen la polarización del fondo de microondas, y ahora lo

Page 684: El_Protector.pdf

hemos constatado. Estamos pues en un Universo en el que la materia ordinaria, la que sirve para dar forma a los humanos, las estrellas y las galaxias, representa ape-nas el 5 por ciento de la masa y la energía total. La mayor parte de este Universo, en efecto, está hecha por una misteriosa fuer-za llamada «energía oscura», un nombre vago que implica que en realidad no sa-bemos qué es. Lo único que sabemos es que actúa oponiéndose a la gravedad, ace-lerando la expansión del Universo.

El descubrimiento de la polarización del fondo de microondas apoya también la teoría cósmica de la inflación, que propo-ne que el Universo sufrió un sorprendente episodio de crecimiento gigantesco en una fracción de segundo, justo después del Big Bang. El propio sistema DASI constató el año pasado, midiendo las diferencias de temperatura en el fondo cósmico de mi-croondas, que la teoría de la inflación pa-rece correcta.

Page 685: El_Protector.pdf

La señal de polarización detectada es más de 10 veces más débil que las diferen-cias de temperatura detectadas por el DA-SI con anterioridad. El sistema necesitó 200 días de observación sobre dos puntos del cielo para poder encontrarla.

Los astrofísicos están satisfechos porque se inicia una nueva era de experimentos. La sensibilidad aumentará, y será como pasar de una televisión en B/N a otra en color.

La polarización es una pista que nos habla de cuando el Universo tenía sólo unos 400.000 años, cuando la materia y la luz estaban apenas empezando a separar-se la una de la otra. La polarización, pues, mide directamente la dinámica del Uni-verso temprano y permite ver cómo se movía.

En años sucesivos, los astrónomos inten-tarán usar la polarización del fondo cósmico de microondas para medir las ondas gravitatorias, una forma de radia-

Page 686: El_Protector.pdf

ción predicha por la teoría de la Relativi-dad y que corresponde a arrugas en el te-jido del espacio-tiempo.

Información adicional en:

http://www.amazings.com/ciencia/noticias/230902b.html

Un gran misterio científico

En 1901 se halló un tesoro hundido en

aguas de la isla griega de Antikythera. Re-sultó ser un antiguo mercante romano que transportaba, entre otras cosas, estatuas de mármol y bronce y monedas de plata acuñadas en Pérgamo. Gracias a estas últimas, se calculó que el barco, que pro-bablemente se diría a Roma, naufragó en-tre los 85 y 60 antes de nuestra era.

Los hallazgos reposan desde entonces en el Museo Nacional de Arqueología de Atenas (Grecia). Sin embargo, no fueron las esculturas ni las monedas las que en 2005 atrajeron al museo de un equipo de

Page 687: El_Protector.pdf

investigadores. Su objetivo era un artefac-to de bronce contenido originalmente en un estuche de madera del tamaño de una caja de zapatos. El aparato, llamado me-canismo de Antikythera, pone en tela de juicio el concepto que se ha tenido sobre los adelantos científicos de civilizaciones pretéritas. De hecho, se dice que es “el mecanismo conocido más sofisticado del mundo antiguo”.

Pero, ¿qué es? ¿Y por qué es tan relevan-te?

Un objeto misterioso

Al rescatarlo del fondo marino, un poco

más de dos mil años después de su hun-dimiento, se vio que el objeto misterioso estaba en un muy mal estado debido a la corrosión y las abundantes incrustaciones parecía una piedra mohosa. Con razón no recibió mucha atención al principio, sino

Page 688: El_Protector.pdf

que fueron las culturas las que acapararon todo el interés.

Cuando un arqueólogo griego estudió el aparato en 1902, el mecanismo estaba en pedazos. Tenía engranajes de varios ta-maños, con dientes triangulares perfecta-mente cortados. Se asemejaba a la maqui-naria de un reloj, pero se descartó enton-ces la idea pues los mecanismos de relojer-ía se habían generalizado hacía apenas se-tecientos años.

Un artículo sobre el mecanismo de Anti-kythera indica que «los historiadores no suelen atribuir a (la Grecia antigua) la in-vención de instrumentos científicos de precisión, con rueda dentadas de metal organizadas de tal manera que fueran ca-paces de la transmisión del movimiento». No obstante, se barajó la hipótesis de que fuera un tipo de astrolabio, aparato anti-guo empleado para medir la altura de los astros y deducir la hora y la latitud.

Page 689: El_Protector.pdf

Aún así, muchos discreparon diciendo que los engranajes eran demasiado com-plejos para un objeto.

De dos mil años de antigüedad y llega-ron a la conclusión de que no era parte del cargamento original del barco hundido. Por otro lado, un investigador apuntó la posibilidad de que fuera la legendaria es-fera de Arquímedes, planetario que des-cribió Cicerón allá por el siglo primero an-tes de nuestra era. Este modelo mecánico reproducía los movimientos del Sol, la Luna y los cinco planetas que podían ob-servarse a simple vista. Sin embargo, a fal-ta de pruebas contundentes que los des-mintieran, prevaleció el planteamiento de que se trataba de un astrolabio.

Un examen minucioso

En 1958 se estudió el mecanismo Derek

de Solla Price, doctor en Física e Historia de la Ciencia, quien llegó a la conclusión

Page 690: El_Protector.pdf

de que el instrumento que utilizaba para calcular las fechas de fenómenos astronó-micos pasados o futuros, como la Luna nueva. Se percató de que las inscripciones del dial frontal pertenecían a un calenda-rio que marcaba los días, los meses y las constelaciones del zodíaco. Dedujo, asi-mismo, que el dial debió tener manecillas que señalaban la posición de los cuerpos a diferentes horas.

El profesor Price concluyó que la rueda de mayor tamaño reproducía el movi-miento del astro rey y que un giro com-pleto corresponde a un año solar. Si otra de las ruedas, acoplada a la primera re-presentaba el movimiento de la Luna, en-tonces la proporción entre los dientes de ambos engranajes tenía que reflejar las ideas de los antiguos griegos sobre los movimientos de la Luna.

Page 691: El_Protector.pdf

Nuevos descubrimientos

En 2005, el equipo de investigadores ya

mencionado estudió el mecanismo va-liéndose de un scanner especial que pro-dujo imágenes tridimensionales de alta re-solución. Gracias a este trabajo se descu-brió cómo funcionaba el aparato. En cuan-to se giraba un botón, se accionaba al me-nos treinta engranajes que activaban tres diales: uno en la parte frontal de la caja y dos en la trasera. Con estos dispositivos se podían predecir ciclos astronómicos, como los eclipses, tomando como punto de par-tida del ciclo cuatrienal de las olimpíadas y otros juegos panhelénicos. Cabe decir que estos juegos se utilizaban normalmen-te como referencias cronológicas.

¿Por qué son tan relevantes dichos datos? Hay varias razones. La Astronomía era una ciencia importante para los pueblos antiguos porque el Sol y la Luna eran la base de sus calendarios, los cuales marca-

Page 692: El_Protector.pdf

ban el momento de la siembra. Los mari-neros, a su vez, se guiaban por las estrellas en sus viajes. Además, los fenómenos as-tronómicos influían mucho sobre la socie-dad griega en general. Pero aún quedan otras razones.

«Los babilonios consideraban muy im-portante la predicción de los eclipses, pues pensaban que traían mala suerte —escribe Martín Allen, del equipo de inves-tigación del mecanismo Antikythera—. También pudiera argumentarse que el aparato era una especie de herramienta política que permitía a las clases dirigen-tes dominar a sus súbditos. Incluso se dice que una de las razones por las que se sabe tan poco de estos mecanismos es que eran un secreto militar o político».

Prescindiendo de lo que pueda revelar-nos este aparato deja claro que los cono-cimientos astronómicos y matemático de la Grecia antigua, gran parte de ellos ba-sados en las ancestrales tradiciones babi-

Page 693: El_Protector.pdf

lonias, eran mucho más avanzados de lo que nos imaginábamos. La revista científi-ca Nature lo dice así: «El antiguo meca-nismo de Antikythera no solo cuestiona nuestros planteamientos sobre el progreso de las tecnologías a lo largo de los siglos, sino que nos aporta nuevas perspectivas de la historia misma».

¿Quién lo inventó?

El mecanismo hallado en Antikýthera no fue el único modelo en su clase. «No le encontremos defectos —explica Martin Allen—. Todos sus artilugios mecánicos cumplen una función. No hay detalles ni agujeros que el inventor haya modificado el modelo durante su construcción. Todo ello me lleva a concluir que este no fue el primer ejemplar». Entonces, ¿quién lo usó y adonde fueron a parar los demás apara-tos?

Las investigaciones más recientes han re-velado que los nombres de los meses ins-

Page 694: El_Protector.pdf

critos en el dial que predice los eclipses son de origen corintio, lo cual hace pensar a los expertos que el mecanismo se cons-truyó y utilizó en un entorno cultural con-creto. La revista Nature hace el siguiente comentario. «Las dos opciones más pro-bables son las colonias corintias de la Gre-cia noroccidental o Siracusa (Sicilia). En caso de provenir de esta última, todo apuntaría la época de Arquímedes.»

¿Por qué no han llegado otros aparatos similares hasta nuestros tiempos? El bron-ce es un metal valioso y muy fácil de reci-clar —señala Martín Allen—. Por tal razón, los hallazgos de bronce antiguo son muy poco frecuentes. De hecho, un gran número de piezas históricas importantes se han encontrado en las profanidades marinas, donde permanecieron inaccesi-bles a todos aquellos que pudieron haber-las fundidos. Otro investigador afirma: «Nos queda (este ejemplar gracias a que

Page 695: El_Protector.pdf

estuvo fuera del alcance de los chatarre-ros».

Page 696: El_Protector.pdf
Page 697: El_Protector.pdf

RICARDO EDGARDO POLO nació en la ciu-dad de Mar del Plata el 19 de agosto de 1937.

Fue iniciado en Argentina en Junio de 1962 y luego de ocupar varios cargos en su Logia, en 1971 y 1972 fue V# M#. In-gresa al filosofismo en 1974, siendo en dos oportunidades Presidente del Capítulo Unión Italiana N° 15 y luego integrante del Areópago Antonio Zuñiga. No obstan-te haber pertenecido al S# C# de la Maso-nería Argentina que le reconoce el G# 30, a pesar de su condición de Soberano Gran Inspector General, está en posesión del G:. 33 otorgado por el Supremo Consejo del 33 y último grado del Rito Escocés Anti-guo y Aceptado para la jurisdicción masónica del Sureste de los Estados Uni-dos Mexicanos, con sede en Yucatán y con carácter de numerario desde el 8 de agos-to del 2001 y está en posesión del 9° y último grado de la Francmasonería Primi-tiva Universal desde el 19 de enero de

Page 698: El_Protector.pdf

2005. Es también Miembro Honorario de la Academia de Investigaciones Históricas sobre la Francmasonería y Representante en Argentina del «Supremo Consejo de la Francmasonería Primitiva Universal, para la Jurisdicción de la región Maya» con se-de en Mérida, Yucatán, México.

En el simbolismo prosiguió su carrera masónica en diversas logias de Buenos Ai-res y Mar del Plata para pasar a “sueño” a comienzos de la década. Ha desarrollado una criteriosa tarea de docencia masónica, publicando sus notas en diversos medios masónicos tales como MILENIO, Revista. Of. de la Logia 7 de junio de 1891 N° 110. En la actualidad se encuentra con Plancha de P# y Q# publicó numerosas notas en Trazados y Colaboraciones.

Es Director y editor de la Revista interna-cional de Masonería Hiram Abif, que a la fecha suma 123 ediciones mensua-les ininterrumpidas. Ha publicado sus no-tas en:

Page 699: El_Protector.pdf

http://www.angelfire.com/ri/polo/index.html

http://www.angelfire.com/nd/saber/Pages200.html http://welcome.to/agv www.hiramabif.org http://lasacademiasdeleonardo.blogspot.com Así como enlaces en numerosas páginas

masónicas de la Web y participando en 32 Listas masónicas de la Internet.

En su vida profana ha sido periodista profesional. Su experiencia profesional ha sido vasta y reconocida, hallándose su currículo completo en la página www.hiramabif.org

Page 700: El_Protector.pdf

Este libro terminó de componerse en las colecciones de MASONICA.ES a Medianoche en Punto

del 23 de septiembre de 2010 (e# v#), Equinoccio de Otoño, cuando

el día es igual a la noche

Page 701: El_Protector.pdf