Elena

Poniatowska Hasta no verte

Jesus mio '

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Esta es la tercera vez que regreso a la tierra, pero nunca

habia sufrido tanto como en esta reencarnacion ya que en la

anterior fui reina. Lo se porque en una videncia que tuve me

vi la cola. Estaba yo en un Salon de Belleza y habia unas lunas

de espejo grandotas, largas, desde el suelo hasta arriba y en

una de esas lunas me vi el vestido y la cola. Alcance a ver que

se estiraba muy lejos, y alIa atras ya para terminar, en la puma,

figuraba un triangulo jaspeado de tigre con manchas negras y

amarillas. Toda la ropa era blanca; ajuar de novia, pero alli

donde acababa el vestido estaba el pedazo de piel de tigre como la flecha en la cola del diablo. Junto ami se asomaron al espe-

jo Colomb ina y Pierrot, Colombina de un lado y Pierrot del

otro, los dos de blanco y con esas lunas negras que siempre les

ponen.

En la Obra Espiritualles conte mi revelacion y me dijeron

que toda esa ropa blanca era el habito con el que tenia que

hacerme presente ala hora del Juicio y que el Senor me habia

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concedido contemplarme tal y como fui en alguna de las tres

veces que vine a la tierra.

-Lo unico que te queda de mancha es eso pinto que te

vistes en la cola del vestido ... Es 10 unico que te falta por blan-quear y si no 10 blanqueas, devorara tu inocencia.

Estaba con un vestido de reina, grande y con mangas an-

chas, Heno de guarnici6n. Pierrot y Colombina eran mis sir-

vientes pero no me acompanaban como Dios manda. Se dis-

traian uno con otro. Y es que las reinas siempre van solas.

Tambien les dije en el templo que habia contemplado un llano muy grande con harto ganado pinto:

-Es el rebano que el Senor te encomend6 para que se 10 entregues limpio.

Yo tengo mucho pendiente y no se cuando 10 voy a juntar y a quitarle las manchas, si en esta epoca 0 en la otra, cuando

vuelva a evolucionar. .. Son un mont6n de cristianos enfermos

del alma que ten go que curar, pero como no 10 he hecho, se-guimos sufriendo rodos, eUos y yo. El Ojo Avizor dentro de

su triangulo divino y por las antenas de sus pestanas me esta

viendo en rodo lugar. Es el ojo todopoderoso del Creador, y

si no cumplo no tendre ni por que molestarme en pedirle a

los santos el ruega por nosotros porque estare olvidada de la

mana de Dios. Por eso todo 10 que yo atraviese son purifica-ciones. ~Por que vine de pobre esta vez si antes fui reina? Mi

deuda debe ser muy pesada ya que Dios me quit6 a mis pa-

dres desde chica y dej6 que viniera a abonar mis culpas sola

como lazarina. Debo haber sido muy mala; por eso el Ser

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Supremo me tiene en la quinta pregunta para poder irme lim-

piando de mi cizana.

Para reconocer el camino espiritual necesita uno atrave-

sar muchos precipicios, dolores y adolescencias. Asf el pro-

tector que nos gu!a puede manifestarse a traves de nuestro

sufrimiento. Pero tambien es forzoso regresar varias veces ala

tierra, segun las deudas que uno tenga. En mi primera reen-

carnacion fui de los turcos, de los hungaros, de los griegos,

porque me vi con ese manto que usaba antes la Dolorosa.

Trafa tap ada la cabeza, mi habito era blanco y caia pes ado en

el suelo. Estaba yo parada en un lugar vado, vado. Conte

doce camellos yen el numero doce venfa el, moreno, de ojos

grandes, chinas sus pestanas, vestido de blanco con turbante.

Y me tendio la mano. Cref que su mana iba a ser morena

como su rostro, pero no, era plateada. En eso hizo el ademan

de subirme al camello. Senti miedo, me di el senton, el tuvo

que soltarme y que echo a correr. Puse las manos as! en cruz

y debe haber tenido su efecto esa cruz porque el no me pudo alcanzar en su camello veloz. Yo seguf corriendo, pero el saco

la pistola y fui matada. AI despertar, of su nombre: Luz de

Oriente.

AI otro dfa fui al templo y Ie entregue la revelacion a nues--

tro Padre Elias, 0 sea Roque Rojas, que baja a la tierra los

viernes primero. A traves de la envoltura de la mediunidad

pasan distintos seres despues de recibir la luz, las facultades Ie

dan al pueblo la explicacion de sus revelaciones. Dije que ha-bfa contemplado a ese hermano de piel de plata en un came-

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1I0. Me pregunto el Ser Espiritual a traves de la mediunidad, ahora mi madrina Trinidad Perez de Soto:

-~ Y no sabes quien es?

-No, no se quien es.

-No temas, es tu hermano ... Y este hermano fue tu com-

panero en el primer tiempo ...

-~Como?

-Fue tu esposo en aquel primitivo tiempo cuando ve-

niste a la tierra. Debes reconocerlo porque es tu tercer pro-

tector, el que camina conmigo por dondequiera que vayas ...

Todavfa no te abandona, sigue guiindote hasta el presente,

por eso te 10 mostro el Senor tal y como habia sido en la pri-mera epoca ...

-Aji ...

-~Que no 10 quieres? -Si 10 quiero. -Pues es tu esposo, el que cuida de ti.

Me quede callada, ya no Ie segui escarbando pero solita

estudie mi sueno y me viene al pensamiento quien fue y por

que me mato en el primer tiempo. Por eso el ahora sufre, por-

que no ha cumplido como mi esposo. Viene a ser como Pedro

Aguilar; deda que viva no me dejaba en la tierra. Y siempre me

llevaba junto a el. Por 10 menos me 10 aviso: -Cuando yo la yea perdida, te mando a ti por del ante y

acabo contigo ...

Dios no Ie concedio ver que 10 iban a matar; por eso aqui estoy todavfa. As£ ese Luz de Oriente, como no me pudo lIevar

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prefirio matarme. Le tuve miedo y ese miedo me salvo. Y eso

que a mf me quitaron el miedo cuando comence a andar en la

tropa con mi papa porque con mis alaridos los entregaba. AI

principio, al oir los balazos me ponia a gritar y los jefes se eno-

jaban porque estibamos en la linea de fuego, que es cuando

cazan al enemigo. Por eso luego mi papa sin que yo 10 viera

echo la polvora en el agua:

-Andale, hijita, tomate esta agiiita ...

Como yo tomaba agua hasta de los charcos, no me supo

feo. Hasta despues me dijeron que era agua de polvora para el valor.

Luz de Oriente todavia esti pagando porque me platican

las hermanas que cuando entra en elIas y toma su came, llora,

llora y 1es dice:

-LIevo, llevo responsabilidad.

Dicen que hab1a muy finito, muy bonito; que me deja los

saludos y que no me olvide de el; que e1 vela y vigila porque grandes responsabilidades tiene con el Senor que Ie ha confia-

do mi carne.

De eso me cuida todavia con toda su caravana. iCuantos

cientos de anos habrin pasado y el todavia no me deja sin su proteccion! Pero a este no nomas 10 he visto en revelacion,

sino que esta su retrato a colo res en el Oratorio de Luis Moya,

1a Calle Ancha que se llamaba antes. Esti metido en un cuadro

asi de grande y tiene sus ojos abiertos y negros, negros, rene-

gridos, encarbonados. LIeva su turbante enrollado y Ie brilla

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en el centro una peda-brillante blanca; y al brillante ese Ie sale como un chisguetito de plumas.

ElSer Supremo nos envia a la tierra a lavar nuestras almas

porque nos hizo limpios la primera vez y para poder retornar a el

tenemos que regresar como nos mando. ~ Y como nos vamos a

limpiar? A fuerza de dolor y de sufrimiento. Nosotros creemos

que £1 se equivoca, y no; los que nos equivocamos somos noso-

tros porque no Olmos, no entendemos, no queremos reconocer el verdadero camino, porque si la mayo ria de la gente llegara a reco-

nocer el camino limpio de Dios no habria hombres abusones ni mujeres que se dejaran. En la noche, cuando estoy solita me pon-

go a pensar y digo: «jAy Senor, dame fuerzas, no te pido mas que

fuerzas para poder soponar las dolencias que me has entregado!».

Y ahora que ya estoy vieja y tomo medicina luego me pongo a

pensar: «Ni me vale la medicina porque el chiste es no tomada y sentir verdaderamente la purificacion que £1 me manda».

En esta reencarnacion Dios no me ha tenido como tacita

de plata. Aqui si la consigo me la como y si no la consigo pues

no me la como y ya. Dios dijo: «Sola tienes que luchar. Tienes

que sufrir para que sepas 10 que es amar a Dios en tierra de

indios». Aunque soy muy ignorante, yo solita con 10 que se me

revela voy sacando en limpio mi vida pasada. Mentalmente

me profundizo mucho, tanto que hasta me duele la cabeza

como si adentro trayera este mundo tan calamitoso. jUy no!

jSi me meto a escarbar puede que ya me hubiera vuelto 10ca!

Pero son cosas que uno tiene que averiguar porque ya las trae

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desde el nacimiento y si las piensa uno a su debido tiempo, se

manifiestan mas claras. Uno tiene muchos ojos dentro del ce-

rebro como un atadijo de estrellas. Por eso hay que cerrar los

ojos corporales, macizo, aunque venga la anochecida, aunque

no sea de dia, para poder ver detras. Lo digo aunque no tengo

don de lenguas, pero he atravesado muchos precipicios. Por

eso me pongo a reflexionar: «5610 Dios sabra todo 10 que he

sufrido desde que mi madre muri6 y 10 que me queda por su-

frin>. Tengo que seguir caminando aunque todavia me falta

mucho para la hora final. Mi madrastra alIa en Tehuantepec

tenia un libro de adivinar los signos, toda la vida de uno estaba

alii en numeritos. Ella era una persona estudiosa, instruida y

sabia. Me hizo que cerrara los ojos y que apuntara con el dedo

y busc6 en ellibro de los contenidos. Sali6 mi cuenta de cien-

to y dos anos, asi es que todavia esra largo el camino. Para los

anos que tengo todavia me falta un cacho grande. No se cuan-

tas veces ni c6mo ire a reencarnar, pero yo Ie pido a Dios que

ya no me mande a la tierra para que pueda estar una temp ora-

da larga en el espacio, descansando; pero falta que Dios cum-

pia antojos y enderece jorobados. Alia s610 El tiene apuntado

10 que debo. Y no es poco, porque en esta ultima reencarna-

ci6n he sido muy perra, pegalona y borracha. Muy de todo.

No puedo decir que he sido buena. Nada puedo decir.

Tenia yo una amiga, la hermana Sebastiana que vendia ji-tomates; su puesto era grande pero no 10 podia atender porque

estaba enferma. Toda ella se deshizo; se puso asi grandota, en-

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gord6 mucho, pero no creo yo que haya sido gordura sino que

se hinch6; se esponj6 de los pies y no podia andar. S610 Dios

sabe 10 que Ie tenia que pagar pero ella sufda mucho. Yenton-

ces no falt6 quien Ie hablara de la Obra y vino al templo.

-Vengo muy cansada, muy amolada, con mi piel llena de

desamparo. Les pido de favor que me curen porque en el ulti-

mo parto se me cancer6 la criatura por dentro y por poco y me

muero. Ya estoy corrompida de mis entranas; los medicos ya

no creen que pueda salvarme.

-~ Y que hay en tu coraz6n?

-Mucho veneno.

Al reconocer ella la Obra Espiritual, comenzaron a curar-

la; Ia operaron espiritualmente. No tuvo hijos pero se Ie quit6

10 podrido. Estuvo yendo los dias de citedra y en una de tantas veces el Senor Ie concedi6 el desarrollo de la videncia y 10 vela

todo con los ojos abiertos sin sentir picaz6n; retrocedieron los

siglos, se manifestaron las cosas ocultas y la hermanita Sebas-

tiana devis6 un sinnumero de manos que apuntaban hacia ella

y la cercaron:

-jMe amenazan muchas manos!

Entonces Ie dijo el Senor:

-~ Y no las reconoces?

-Pues son las manos de muchas j6venes ...

-Pues has de analizar y has de estudiar 10 que te pongo de manifiesto ...

Entonces el Senor la mir6 para que reconociera que en la

otra reencarnaci6n habia sido hombre y que esas manos eran

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de todas las mujeres que habia infelizado y que ahora clama-

ban venganza. Durante mucho tiempo hizo mandas y pen i-

tencias en la Obra Cat6lica y nada que se componia, y en la

Obra Espiritualle dijeron que esos hijos podridos eran los de

las mujeres que ella dej6 abandonados en la reencarnaci6n pa-sada. Y entonces Sebastiana se arrodill6 y Ie pidi6 perd6n al

Ser Supremo.

-Estoy conforme en seguir su&iendo pero ten piedad de mt.

Todavia hace como unos ocho anos fui a la plaza y la en··

contre, pero estaba desconocida. Seguia manteniendose con el puesto pero se Ie ocurri6 criar hijos ajenos que Ie regalaban y

Ie salieron malos; nunca la auxiliaron, nunca la quisieron. As!

es de que uno viene a pagar un adarme y va abonando en la

tierra todas las deudas que el Ser Supremo tiene escritas alIa arriba. Un adarme es una cosa muy poquita. Por eso regresa

uno tantas veces a la tierra. Pero esto 10 comprendemos los que estamos en la Obra Espiritual, porque nos 10 inculcan nues-tros protectores. Yo tengo tres. El primero es el ancianito

Mesmer, el segundo es Manuel Allende y al final de la cura-

ci6n, llega mi protector Luz de Oriente que es el mas guapo de

los tres. Pero yo los quiero igual a todos. Nomas que Luz

de Oriente me mira con mucha harnbre. Tiene ambrosia en

los ojos a todas horas. Y me deja pensando. ElIos esran entre los

grandes, pero los tres mas gran des son el Padre Eterno, el Pa-dre Jesucristo y nuestro Enviado Elfas 0 sea Roque Rojas en 10

material, que es la Tercera Persona, el Espiritu Santo. En la Iglesia Cat6lica dicen que es una palomita porque alii no ex-

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plican nada; los padrecitos tienen su manera muy distinta de

hacer las cosas y conocen la Obra Espiritual, nomas que no la

quieren desarrollar porque son egoistas. No quieren que des-

pierte el pueblo porque se les cae la papa. Ellos ganan mucho dinero en la misa, en los casamientos, en los bautizos. En la

Obra Espiritual no s610 despiertan al pueblo sino que la mis-

rna congregaci6n sostiene el Oratorio; las sacerdotisas, las me-diunidades, las pedes tales , las columnas ayudan, y ninguno

pide limosna. No Ie dicen al que viene entrando: «Te cuesta

tanto y te hacemos tanto». En la Iglesia Cat6lica: «Te hacemos tu misa, pero venga a nos tu reino». En las Honras Funebres

nomas ponen el aparato alIi, el ataud tapado, un caj6n de a mentiras, hacen un mont6n de figuretas y zangolotean el in-censario pero no Haman a la pobre alma que esta penando.

Puedo dar fe porque cada dia de muertos hada el sacrificio de mandarle decir su misa a mi pobre madre y cuando ella vino a

hablar conmigo por medio de la Obra Espiritual me voy dan-

do cuenta de que estaba ciega por completo. No me conoda.

Cuando a ella Ie dieron la luz me dijo que hasta que me habia

acordado de ella. Si yo a cada rata me acordaba. Pero los curas

se quedaban con los centavos de las misas y no se las dedan ni

a ella ni a mi papa. Y yo de taruga, pagandoles tres pesos al

chaschas por cada misa que Ie rezaban tal vez a sus propias

mamacitas.

Mi mama ni siquiera se acordaba de que tenia hijos. AlIi

mismo en el Oratorio de Chimalpopoca me retrocedieron a mi a la edad pequena y pusieron su mana espiritual sobre mi .

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cara para que me reconociera: «Despierta de tu letargo -Ie

dijeron- y acuerdate de que es tu hija». Ech6 un suspiro muy

largo y dice: -Gracias a Dios me han iluminado y me he dado cuenta

que tuve un hijo.

-No nomas tuviste uno. Tuviste cinco. AlIa los tienes

contigo. 5610 Jesusa queda sobre la tierra.

Hasta entonces Ie abrieron los ojos y fueron a recoger a

mis hermanos entre todas las almas muertas que andan en el

espacio. Ella los comenz6 a Hamar por su nombre y de las filas

celestes se desprendieron nomas dos. Petra y Emiliano. El ma-

yor, Efren, no pas6 porque se cansaron de buscarlo y rrnal-

mente dijeron que habia vuelto a reencarnar. Al difuntito re-

cien nacido no supe si 10 habfan bautizado. Me dio gusto ver

a Emiliano porque ese fue bien bueno conmigo. Durante afios

me cuid6 cuando anduve de borracha en las cantinas. Se ma-

terializaba, se servia de otros cerebros y me sacaba de las juer-

gas. Se me presentaba en otro senor y me deda:

_. -vamonos.

Y yo me Ie quedaba mirando:

-Pues vamonos, Ie deda yo muy d6ciI.

Y nos salfamos de las cantinas y caminando, caminando se

me desapareda de entre la gente y luego me quedaba parada

mirando para todos lados aver por d6nde 10 vela. Al pasar en

10 espiritual, me dijo Emiliano:

-~ Te acuerdas de cuando te saque del Tranvfa? ~Te acuer-

das que te fui a dejar a la calle de Mesones?

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Me quede callada: «iAy, pobre de mi hermanito, cuanto

sufrio en andarme protegiendo!». Yo era una perdida que no

queria agarrar el buen camino. En cuanto ami hermana Petra,

esa no me dijo nada en la revelacion. Siempre fue chispa retar-

dada. Si en la tierra no hablo, menos en el espacio. Pero al fin paso a tomar la luz, la poca que podia recibir. En cambio,

Emiliano me sigue todavia, nomas que no 10 yeo. A veces 10 siento en este cuano y a veces no. Cuando cierro los ojos Ie yeo

la cara.

Mi mama empezo a Horar:

-Bendito sea Dios, bendito sea Dios que me llamaste,

hija, a traves de tantos arros. Estaba perdida de mi gente pero

al fin nos encontramos.

Sus hijos en el espacio la serenaron, Ie dijeron que se des-oidiera de m!. Todavia me insistio: •

-Gracias, hija, que te acordaste de mi... Son muchos los que estin en las tinieblas de oscuridad y alIi

se quedan soterrados hasta que una alma caritativa los llama.

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"Esta es la tercera vez que regreso a la tierra, pero nunca habia sufrido tanto como en esta reencarnaci6n ya que en la anterior fui reina. "

Jesusa Palancares, una mujer de extraccion humilde de Oaxaca, huerfana de madre a temprana edad, termina conociendo todo el pais al unirse a las tropas de la revolucion mexicana. Al perder

a su marido, tendni que sobrevivir en la capital en todo tipo de oficios, conociendo el duro trabajo de las fabricas y el no men or de las casas, como sirvienta y lavandera. La dura existencia Ie llevara a encontrar refugio en la espiritualidad y la religion, y a creer en la reencarnacion.

Narrada en primera persona, en un lenguaje popular tratado con especial sensibilidad por Elena Poniatowska, Hasta no verte Jesus mio nos cuenta las pasiones y los suefios de una mujer humilde que va a ser testigo de los grandes sobresaltos de la historia mexicana.

El humor, la violencia, el compromiso velado, la constante presencia de la muerte y la alucinacion se combinan en las paginas de esta novela en la que queda patente la inquebrantable conciencia social y el compromiso con los mas desfavorecidos por parte de Elena Poniatowska, a traves de la historia de Jesusa a la que ha convertido en un personaje inolvidable de la literatura de todos los tiempos.

Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013

alianza Literaria

IS B N 978-84-206-8478-9

Universidad Rafael Landivar Biblioteca

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