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    Julio Alonso Asenjo Los elementos mgicos del teatro de J. Lorenzo Palmireno

    Los elementos mgicos del teatro de J. Lorenzo Palmireno.*

    Julio ALONSO ASENJOUniversitat de Valncia

    1.El teatro de Palmireno.**

    La actividad teatral de Palmireno se encuadra dentro de la subprctica teatral

    humanstica, tambin denominada escolar.1Esta prctica teatral, junto con el teatro de

    Colegio, en gran parte derivacin de ella,2 constituy una de las bases decisivas para

    el resurgimiento teatral del siglo XVI y no ha merecido an los estudios que su

    importancia requiere.3Por ello, cualquier ocasin es buena para abordar su estudio.

    *Este trabajo se public en F. J. Blasco et al., eds., La Comedia de Magia y de Santos, Barcelona,Ediciones Jcar, 1992, pp. 33-50. Parece conveniente presentarlo tambin en TeatrEsco, con mnimosretoques, como complemento de la publicacin de los textos del teatro escolar de Palmireno en laseccin de Textos.**Las citas del teatro de Palmireno que aparecen en este ensayo remiten a la edicin de su Rhetorica(Valencia, J. Mey, 1567). Los fragmentos se dan all dispersos por diversas secciones de la obra:Dialogus, en la II Pars. De inventione, lib. II, c. 3, pp. 84-88; fragmento de la C. Trebiana y el "delta nauigatione" de la C. Sigonia, en De invent., lib. I, pp. 30-31 y 31-32, resp.; fragm. de la C.Thalassina, enDe inventione, lib. I, c. 3, p.19. En la Tertia et ultima Pars Rhetoric. Palmyreni, 1566:la prfatio de la C. Lobenia, en pp. 77-83; los fragmentos extensos de las comedias Sigonia yOctavia, que se agrupan en el Indice bajo el ttulo deFragmenta aliquot ex Comdijs Palmirenien pp.

    101-137.; el prlogo a la Octavia, en las pp. 75-77. LaFabella naria (1574) se cita por la ed. de P.de Huete de Phrases Ciceronis. Hypotypoteses clar. (...) Palmyreni, eiusdem Fab. naria (Valencia,1574), fol. 47r-64v. El texto griego del Dialogus, con variantes y erratas en sucesivas ediciones, seofrece restaurado tras el cotejo de ejemplares de todas las ediciones conservados en la BibliotecaHistrica de la Universitat de Valncia.1Ver J. Garca Soriano, El teatro universitario y humanstico (Toledo, Gmez Menor, 1945), obraque, en su mayor parte, corresponde a la serie de artculos publicados por el autor con el ttulo de "ElTeatro de Colegio en Espaa", en elBRAE, a partir del t. XIV (1927), 235ss. Del teatro humanstico yescolar se haba ocupado tambin especialmente A. Bonilla y San Martn, en "El teatro escolar delRenacimiento espaol y un fragmento indito del toledano Juan Prez", en Estudios ofrecidos aMenndez Pidal, Madrid, 1925, III, 143-155. Como estudios notables ms recientes, ver M. A. DurnRamas, Juan de Maldonado, Hispaniola. La Espaola. Ed. introd. y notas (Barcelona, A. Bosch,1983) y C.G. Peale, F. Prez de Oliva, Teatro. Estudio y edicin (Crdoba, Real Academia de

    Crdoba, 1987). [En una dcada, esta situacin cambi notablemente y para bien. Vase J. AlonsoAsenjo, Un lustro de ediciones del teatro escolar jesutico del Siglo de Oro: 1993-1997":diablotexto, 4-5 (1999), 417-445 y Panormica..., en http://parnaseo.uv.es/Ars/teatresco/estudios/.]2 Ver, entre otros, J. Garca Soriano, o. c., p. 14ss; J. L. Flecniakoska, La formation de l' autoreligieux en Espagne avant Caldern (1550-1635) (Montpellier, P. Dran, 1961), c. V, pp. 225-268;F. Segura, "El teatro de los Colegios de los Jesuitas":Miscelnea Comillas, XLIII, 1985, 299ss.3 N. Griffin en dos recopilaciones bibliogrficas (Jesuit School Drama. A Checklist of CriticalLiterature [Londres, Grant & Cutler, 1976] y Jesuit School Drama. Supplement, n 1 [Londres,Grant & Cutler, 1986] recoge ms de mil ttulos sobre este teatro. Desgraciadamente pocos serefieren al teatro de los Jesuitas en Espaa. Adems del inestimable estudio de J. Garca Soriano, yacitado, y del mencionado art. de F. Segura, vanse N. Griffin, "Miguel Venegas and the Sixteenth-Century Jesuit School Drama": Modern Language Review, 68, 1973, 796-806. L. E. Roux, "Centans d'exprience thtrale dans les collges de la Compagnie de Jsus en Espagne, Deuxime moiti

    du XVI sicle. Premire moiti du XVII sicle", enDramaturgie et socit: rapports entre l'oeuvrethtrale, son interprtation et son public au XVI sicle et au XVII sicle, ed. J. Jacquot, Pars, 1968,vol. II, pp. 479-523. A. Garzn Blanco, "La Tragedia de San Hermenegildoen el teatro y en el arte",en Estudios sobre literatura y arte dedicados al profesor E. Orozco, II (Universidad de Granada,

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    En este momento quiero hacerlo a partir del examen de los elementos mgicos que

    aparecen en el teatro del humanista Juan Lorenzo, que quiso llamarse Palmireno.4La

    actividad dramtica y teatral de Palmireno en el Estudi General o Universidad de

    Valencia (entre 1562 y 1578) fue copiosa, si, como l nos dice, escriba una comedia

    por ao.5 Pero conservamos muy poco de sus textos, todos, excepto uno (Fabella

    naria), en estado fragmentario.6 A partir de estos restos y de las numerosas

    declaraciones del autor sobre la funcin y tipo de su actividad teatral,7 podemos

    establecer las caractersticas de su teatro, que cae dentro del gnero cmico8El teatro

    escolar de Palmireno, como humanista y profesor de Retrica que era, tiene una

    funcin educativa y docente y, secundariamente, propagandstica y pragmtica.

    Palmireno pretende que sus alumnos se ejerciten en la Retrica (particularmente, que

    practiquen la elocutio, memoria, actio), se familiaricen con el latn (y tambin con el

    griego) y asimilen la cultura clsica greco-latina, en lnea con las tendenciashumansticas, para prepararlos a su integracin en la sociedad, una vez desprendidos

    del pelo de la dehesa.9 Igualmente, como educador, quiere apartar a los estudiantes

    de la ociosidad y de diversiones menos recomendables, entre las cuales nombra

    Palmireno (pues no en vano se encontraba ya en los aos 60 del siglo XVI) la

    asistencia a los espectculos teatrales pblicos,10a costa del tiempo de las lecciones y

    1979), pp. 91-108 y A. de la Granja, "Hacia una valorarizacin del teatro jesutico en la Edad deOro: Notas sobre el P. Valentn de Cspedes": ib.,pp. 145-179.

    4Si es lamentable la situacin de los estudios dedicados al teatro escolar en Espaa, el teatro dePalmireno puede felicitarse de haber recibido la atencin de H. Mrime, cuyo bsico ensayo de1913 ha sido recientemente editado en espaol: El arte dramtico en Valencia, Valencia, Inst.Alfons el Magnnim-IVEI, 1985, 2 vols. Al teatro de Palmireno se dedica, en el t. I, la seccin II delc. 5 ("El teatro universitario"), pp. 248-270. No hace mucho, A. Gallego Barns [1980] dedic aPalmireno un esplndido estudio:Juan Lorenzo Palmireno (1524-1579). Un humanista aragons enel Studi General de Valencia (Zaragoza, Instituto Fernando el Catlico, 1982). Adems del estudiocompleto de la obra y pensamiento de Palmireno debemos al profesor Gallego el descubrimiento defragmentos de las obras de Palmireno que Mrime ignoraba, as como la descripcin de susprincipales caractersticas. Posteriormente, estudi los recursos cmicos del teatro de Palmireno ensu artculo "La risa en el teatro escolar de Juan Lorenzo Palmireno", en Actes du 3e. Colloque duGroupe d' tudes sur le Thtre Espagnol (Toulouse, 31 janvier- 2 fvrier, 1980) (Pars, CNRS,1981), pp. 187-196.

    5 Palmireno,El estudioso cortesano(Valencia, P. de Huete), p. 28.6 A Andr Gallego (1980 / 1982) debemos, como queda dicho, el descubrimiento de nuevosfragmentos de obras, as como su descripcin y la asignacin de una cronologa exacta. Vid. infra,secc. n 2.7 Llama la atencin que, pese a los escasos restos de sus piezas, tengamos tal cmulo deobservaciones del propio Palmireno sobre su actividad teatral. Para drnoslas aprovecha cualquiermomento u oportunidad, de preferencia los prlogos de sus obras: vanse los de las com. Octavia yLobenia y el dilogo entre el Autor y el Eco al comienzo de la Fab. naria. Pero tambin utilizaPalmireno con este fin la edicin de varias de sus obras (v. la nota al final de la ed. de laF. n., fol.64v yEl estudioso cortesano, p. 28) e incluso el marco de un entrems (en laF. n.fol. 53v).8Sin embargo, como se ver ms adelante, no faltaban en sus obras elementos trgicos, aunque quizfuera mejor denominarlos patticos. Venan exigidos por los objetivos que Palmireno se haba

    trazado para su actividad de dramaturgo, y otorgan a su produccin dramtica un tono tragicmico.

    9 Gallego Barns, 1981, p. 187s.10 Alguien podra pensar que el entusiasmo de los escolares por las "farsas hispnicas" o comediasen una fecha tan temprana como los aos de 1560 pudiera ser una exageracin interesada de

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    de la ayuda econmica familiar.11

    Con esta actividad teatral, adems, Palmireno atrae mayor nmero de

    estudiantes a sus lecciones (consiguiendo emolumentos suplementarios, para hacer

    frente a sus urgentes necesidades familiares), se congracia con los padres de stos y

    los responsables pblicos del Estudi General de Valencia, si es que no pretende

    tambin conseguir el premio que se otorgaba por la mejor realizacin de estas

    actividades.12

    De este contexto derivan los rasgos de su teatro, sus elementos y motivos. En

    primer trmino, la lengua o lenguas utilizadas (latn, con una presencia cada vez ms

    acentuada del castellano, fragmentos de valenciano y de griego y elementos de

    italiano y portugus13. Tambin la inspiracin clsica, es decir, la asuncin como

    Palmireno. Y hasta podra pensarse que tal estado de cosas casa mal con los escasos textosconservados de las representaciones teatrales de esos aos, con la inexistencia de lugares estables derepresentacin o con el magro conocimiento que tenemos de los actores y compaas que porentonces se movan por el territorio espaol. Pero varios estudios, especialmente los ms recientes,sobre la actividad teatral de mediados del siglo XVI confirman la afirmacin de Palmireno. Laatraccin por las representaciones teatrales en esos aos era irresistible y se extenda como una bolade nieve: el teatro religioso y del Corpus haban adquirido extraordinario esplendor (cf.M. A. PrezPriego, El teatro de Diego Snchez de Badajoz [Cceres, Universidad de Extremadura, 1982]; J.Sentaurens, Sville et le thtre. De la fin du Moyen ge la fin du XVII sicle [Burdeos, PressesUniversitaires, 1982] y ya M. Caete, El teatro espaol del siglo XVI [Madrid, Tello, 1886]); losjesuitas, desde sus colegios, situados estratgicamente por toda Espaa (y Portuga), juntaban grandesmasas en sus representaciones, adems de que formaban a millares de nuevos espectadores y, lo quees ms, a actores y grandes autores (cf. estudios citados de Garca Soriano y Segura, entre otros);

    Lope de Rueda, desde los aos cuarenta era tan famoso que poda en los cincuenta representar anteFelipe II en Benavente y recorra con su compaa toda la geografa nacional; Timoneda, que deja deser actor y se convierte en escritor de comedias, edita sus Tres comedias (1559) quiz para unacompaa de cmicos (M. V. Diago, "La prctica escnica populista en Valencia", en J. Oleza, dir.,Teatro y prcticas escnicas. I. El Quinientos valenciano [Valencia, Instituci Alfons el Magnnim,1984], pp.329-353, espec. p. 349) y, ms tarde, una seleccin de piezas de Rueda y Alonso de laVega y otros; Seplveda, a mediados de los aos sesenta, nos certifica tambin la aficin a lacomedia en Sevilla (v. mi estudio, La Comedia erudita de Seplveda, Londres, Tmesis Books,1990; en 1565 ya existe en Valencia un "carrer de les comdies". Estos y otros datos confirman lafuerza del fenmeno teatral, cuando Palmireno vuelve en 1561 a Valencia. Ver tambin la notasiguiente.11 En la disputa entre Pantlabo y Soleta, ste est dispuesto a perder unos guantes en una apuesta, sise le demuestra que hay "cosa nueva en el mundo". Responde Pantlabo: "Pues dad ac: dgoos que

    los estudiantes de todas facultades dexan las liciones por or las farsas y no se acuerdan que estnfuera de sus patrias, gastando dinero de balde". Soleta redarguye: "Ad aliud, que esso ya es cosavieja" (Fab. n.f. 53v).12 "Si tu contrario saca una invencin y t no sacas otra, cmo estars? Quando yo senta 8 9discpulos que, por alguna merienda, o porque les pareca hazerlo ass, queran mudar, llamvalos,dictvales ex tempore un Dilogo, diziendo: Vos harys una dama, Vos representarys uncavallero, Vosotros... (El estudioso cortesano, p. 28)."AUTOR.- Nihil me clamor iste [de los zoilos contra su actividad teatral] commouet, sed consolatur.Nunquam, mihi credite, Valentini Patres me prim classi prficissent, si uestro clamore perturbatumiri arbitrarentur" (C. Lobenia, Prfatio, p. 82). Y porque me quitaron la joya de terciopelocarmes avr seys meses, diziendo que toda mi obra yva latina, pongo en esta mucho romance. No ssi avr acertado (ib.fol. 82)13 El plurilingismo del teatro de Palmireno, si, por una parte, remite a los objetivos de su teatro

    (aprendizaje de las lenguas clsicas), por otra, nos ilustra sobre las fuentes y modelos no clsicos desu teatro y sobre la situacin sociolingstica de la Valencia coetnea. El plurilingismo aparece enobras de Torres Naharro, autor que inspira algunas situaciones de las obras de Palmireno (compresela escena final de la C. Sigonia, cuando el mdico J. de Forlivio reconoce que la enfermedad de

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    materia o como modelos de la literatura y, sobre todo, del teatro griego y latino,

    especialmente de la comedia (Aristfanes, Plauto, Terencio...), cuyos esquemas,

    estructuras y elementos se apropia, siempre que resulten compatibles con sus

    objetivos. Tales son, por ejemplo, el argumento amoroso y enredo, la inevitable

    presencia de padres, hijos y criados entre los personajes, y los caracteres y situaciones

    a stos correspondientes, etc. Pero, junto a los modelos clsicos, acude a la actividad

    teatral contempornea. Pruebas de ello son su acogida de los consejos de un autor (de

    comedias) coetneo, que no nombra, aunque lo ms lgico es que se trate de

    Timoneda;14 el mencionado plurilingismo de sus obras, la laxa estructura de la

    accin para permitir la presencia de abundante material de relleno, como son los

    episodios burlescos. En esto poco se distancia, sea de la comedia erudita italiana

    (especialmente la de los epgonos del segundo tercio del Cinquecento), sea de la

    comedia de italianistas como Rueda, Timoneda, A. de la Vega, Seplveda... Hacia elfinal de su carrera, en la Fabella naria, campearn temas y lances tomados de la

    literatura contempornea, particularmente de romances, novelas etipicas o de

    Taurina es su amor por Pontano f. 117v y la C. Aquilana, Jorn. IV, esp. vv. 2291ss). Elplurilingismo era una caracterstica de la comedia erudita italiana, particularmente de la vneta(Ruzante, Veniexiana,Giancarli, Calmo...), con cuyas obras coinciden tanto Palmireno como otrositalianistas espaoles (por ej. Seplveda) en otros rasgos, que ya he mencionado. Respecto a lasituacin lingstica de Valencia, como J. Fernndez de Heredia en su comedia cortesana Coloquio dedamas o La visita (ed. por R. Ferreres, Obras,Madrid, Espasa-Calpe, Clsicos Castellanos, 1975),quien utiliza castellano y valenciano indistintamente (adems del portugus), sin que se advierta

    discriminacin alguna entre esas lenguas, Palmireno nos presenta una situacin semejante debilingismo, ahora en el medio universitario, en el que predomina el uso del castellano (no unasuperior valoracin social). (Lo mismo nos viene a decir Timoneda con sus obras, tanto profanascomo religiosas (cf. M. V. Diago, "Reflexiones en torno a los autos en cataln de Joan Timoneda:fuentes, lengua, pblico", en M.V. Diago-T. Ferrer (eds.), Comedias y comediantes de los siglos XVIy XVII[Valencia, Universidad, 1991, pp. 47-53). Es natural el predominio del castellano en las obrasde Palmireno y en el ambiente acadmico, si tenemos en cuenta los orgenes forneos de buena partedel profesorado (el mismo Palmireno era originario de Alcaiz) y de muchos de los alumnos delEstudi de Valencia (cf. supra, nota 11 y A. Gallego Barns, Estudiantes aragoneses en el StudiGeneral de Valencia (1549-1650), en Cinco Estudios Humansticos para la Universidad deZaragoza en su Centenario IV (Zaragoza, Caja de Ahorros, 1983), especialmente pp. 97s) o, siatendemos a la extraccin social mayoritaria del alumnado. En la segunda parte del siglo XVI, losestudiantes delEstudi Generalde Valencia eran en su mayor parte hijos de menestrales, de labradores

    ricos (A. Gallego Barns, "A propsito del origen social de los estudiantes en el Studi General deValencia (siglo XVI)", en Estudios de historia de Valencia, Valencia, Universidad, 1978, pp. 171-181) y de la burguesa urbana. Si los hijos de menestrales y los de los labradores ricos de la franjalitoral del Pas eran de expresin valenciana, los de las comarcas del interior y forneos hablabancastellano; la burguesa urbana de Valencia, a imitacin de la nobleza, utilizaba ya cada vez ms elcastellano como lengua propia, sobre todo en la relacin social. Considrese en qu lengua escribenun poco ms tarde los llamados clasicistas valencianos o se expresan los Nocturnos. Sobre la inslitapresencia de un breve dilogo en griego en el teatro de Palmireno ha llamado la atencin J. M. DazRegan: "Los trgicos griegos en Espaa": Anales de la Universidad de Valencia, 29, 1955-56,Cuaderno III, Filosofa y Letras, en pp. 102-106.14 Mrime (1985, 257) no hace cbalas sobre cul era la personalidad de este probati scriptoris(C. Octavia, p. 77), si bien por aquel entonces Timoneda deba de tener una importancia decisiva enel teatro valenciano e incluso de toda Espaa. La reelaboracin a que somete tanto obras de Plauto

    comoIl Negromante de Ariosto en las Tres comedias (1559), as como la configuracin que otorga aestas obras, hacen muy posible que de l saliera el consejo de no atenerse demasiado a los preceptosclsicos (parum servatas comicorum leges) en materia de prctica teatral. Lase, a este respecto elprlogo de Timoneda a sus Tres comedias.

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    caballeras..., tampoco completamente ausentes de sus primeras obras. En cualquier

    caso, siempre se trata de situaciones y episodios que propician la ejercitacin del

    estudiante-actor, no ya slo en la elocutio ymemoria, sino de modo particular en todo

    gnero y variedad de actiones; y en respuesta a las exigencias de un pblico cuyo

    gusto evoluciona con el paso de los aos.

    Creo que, desde la base de su funcin de profesor de retrica y su sentido

    prctico (perito in agibilibus) no resulta difcil establecer los rasgos definidores del

    teatro de Palmireno. Y el primero es el carcter cmico y burlesco de sus piezas,

    cuyos recursos estudi Gallego Barns (1981, 188-196). Si, como hemos visto, las

    farsas hispnicas entusiasmaban a sus alumnos, por qu no aprovechar este atractivo

    y convertirlo en motivacin del estudio? Habiendo experimentado en sus propias

    carnes infantiles la inutilidad del popular adagio la letra con sangre entra,15 como

    educador experimentado, recurri a un lema ms prctico y humano: castigareridendo mores. Y, logrados el placer y provecho de los alumnos, no era difcil captar

    la benevolencia y aprecio de padres de los muchachos y de los responsables del

    Estudi universitario, para quien igualmente resultara agradable el espectculo teatral.

    Por otra parte, mientras que la memoria y la elocutio podan ejercitarse lo

    mismo con materia cmica que con la trgica (aunque atendiendo a la atraccin que

    por lo cmico sentan los estudiantes y quiz tambin el profesor era ms

    recomendable decidirse por la primera), la formacin en la actio recomendaba

    situaciones, acciones y personajes cmico-burlescos, por cuanto ofreca mayoresposibilidades de practicar los distintos sistemas de comunicacin no verbal e incluso

    las variaciones en los elementos suprasegmentales del sistema verbal. Por eso se ha

    dicho con toda razn, que "en un gnero como el entrems, la comicidad de la palabra

    (...) alcanza su grado mximo de eficacia en y con el gesto que la acompaa"16, o, lo

    que es lo mismo, en los elementos visuales: gesto, movimiento, vestuario, cambios de

    entonacin..., naturalmente en proporcin inversa a la importancia que se otorga en un

    espectculo a los decorados y efectos puramente escnicos.17

    En cualquier caso, tampoco podan olvidarse ni la prctica de la actio en las

    partes trgicas o patticas, ni, sobre todo, la posibilidad de insertar elementos de la

    literatura clsica que pudieran ser asimilados por el actor y/o los oyentes en

    formacin, y deban ser reconocidos y agradecidos por los colegas presentes en el

    espectculo (a quienes haba que impresionar con el caudal de conocimientos de la

    antigedad clsica). Ni poda pasarse por alto la prctica de las diversas partes o

    15Gallego Barns, 1980/1982, p. 22ss.16E. Rodrguez Cuadros - A. Tordera (eds.), P. Caldern de la Barca,Entremeses, jcaras ymojigangas(Madrid, Castalia, 1983), p. 43ss.

    17J. M. Rozas, "Sobre la tcnica del autor barroco": AEF,III, 1980, 191-202 y arts. de E. RodrguezCuadros y E. Caballero, en L. Garca Lorenzo (ed.), Los gneros menores en el teatro espaol delSiglo de Oro (Jornadas de Almagro, 1987), Madrid, Ministerio de Cultura, 1988, pp. 47-93 y 201-213resp.

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    elementos del ejercicio retrico, como la narracin, la argumentacin, etc., para poder

    constatar su eficacia sobre el auditorio.

    En este contexto total se explica la aparicin de los abundantes elementos

    mgicos del teatro de Palmireno en los restos que conservamos.18

    2.Los elementos mgicos.

    Si atendemos a la poca de florecimiento de Palmireno, no debemos esperar

    que intentara crear comedias de magia. En sus comedias, a lo sumo, la magia

    quedar implicada en algunas situaciones o en algunos de sus personajes, es decir, en

    el nivel de elementos.19 Y, efectivamente, as sucede, aunque tales elementos, en

    proporcin a los escasos restos de los textos de Palmireno son muy numerosos.

    Conservamos ntegra una farsa o comedia (la Fabella naria, 1574), el

    prlogo y quiz la mitad de la C. Octavia, 4 escenas de la C. Sigonia, ms otro brevefragmento de esta pieza que no sabemos dnde encajar, dos escenas del Dialogus

    (1562), laprfatio dialogadade la C. Lobenia(1566) y fragmentos breves (incluso

    nicamente algunos prrafos) de las comediasThalassina(1564) y Trebiana (1567).

    Sin embargo, prcticamente en cada una de estas piezas o restos (si exceptuamos el

    prrafo de la Trebiana -reproches a un glotn) aparece uno o ms elementos mgicos

    o afines al mundo de la magia. De estos ltimos son los motivos o rasgos

    convergentes acendradamente novelescos, fantsticos, mticos o maravillosos.

    La base y la funcin de todos estos elementos parece ser la misma: el gustopor escapar de la roma realidad cotidiana, para que actores y pblico se sientan

    introducidos en el mundo del azar, de la fantasa y fantasmagora, de la ilusin y de

    los sueos imposibles, es decir, de todo aquello que sobrepasa las limitaciones

    humanas. Se dira que Palmireno, en su afn de sorprender y maravillar al auditorio,

    presenta una gradacin en los fenmenos fantsticos, en cuyo culmen sita a la

    magia, como capacidad de manipular o hacer ver que se puede alterar por

    procedimientos inusuales el curso normal de los acontecimientos. Aunque, para l,

    veremos, se trata simplemente de un juego que, porque sorprende y maravilla,

    entretiene.20O, por lo menos, porque la abultada presencia de elementos satrico-

    18 Palmireno no entra en la polmica sobre la concepcin de la ciencia, que sin duda se agitaba en sumedio, entre un discurso ocultista, esencialmente simblico, que se centraba en una preocupacin porel bienestar individual y otro cientfico, que, partiendo de la experimentacin, intentaba formular lasleyes que rigen los fenmenos. Sobre estas controversias, ver B. Vickers (comp.), Mentalidadesocultas y cientficas en el Renacimiento, Madrid, Alianza, 1990, especialmente en la Introduccin.Palmireno, en su teatro, como muchos de sus contemporneos, se limita a criticar los abusos a que danocasin las supuestas disciplinas ocultistas (astrologa, alquimia, quiromancia, numerologa...) y, sobretodo, su prctica cotidiana.

    19 J. lvarez Barrientos, "Problemas de gnero en la comedia de magia", en J. Huerta Calvo (ed.),Dilogos hispnicos de Amsterdam, VIII / 2 (Amsterdam, Rodopi, 1989), pp. 301-310.20Parece confirmar esto laFab. naria, la ms fantstica y novelesca de sus piezas, a la que niega elcarcter, no slo de comedia,sino defarsa, para calificarla de puro entretenimiento: Por divertir a mis

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    burlescos alegra y divierte.

    2. 1. En la categora de elementos afines a la magia, en cuanto pertenecientes

    a un mundo muy alejado del real tenemos:

    1. Las novelescas tramas de la Fab. naria y de las comedias Octavia y

    Sigonia. Aqu se nos hacen vivir inexplicables y apasionados enamoramientos,

    seguidos de raptos, que provocarn una implacable persecucin con imposible huda.

    El inminente peligro de violacin de una infanta a merced de un rstico bruto y

    venal. La rocambolesca agnicin del galn en medio de un duelo y torneo entre

    caballeros, uno de los cuales es una amazona (mujer vestida de hombre). O las

    estratagemas de unos jvenes para raptar y poner a una doncella en brazos del

    amante, aprovechando el ambiente de una fiesta. El rtor convertido en alcahuete,

    disfrazado de gallofo. Las prodigiosas riquezas del ditissimus indiano Libanio dela Sigonia, quien, tras haber perdido una hija, adopt dos (A. II, esc. 1). O los saltos

    en el tiempo (desde los del emperador Vespasiano a los tardomedievales); o en el

    espacio: de la Galia, a la pennsula de Jutlandia; del Mediterrneo a las Islas

    Afortunadas, equivalente, sin duda, de las fabulosas Indias.

    2.Ya antes de estas obras se haba estrenado Palmireno en el Dialogus de

    1562 con el recurso a lo maravilloso de una espeluznante pesadilla, mediante cuya

    calculada y progresiva narratioquera, en logrado crescendo,interesar, sorprender,maravillar y horrorizar al pblico que la revive. Se trata de la pesadillade Sinapio,

    personaje narrador, un joven hospedado en un mesn saguntino, ante el cual otro

    joven, hermoso, despus de haberse quitado espada y tahal, calzas y jubn, se

    desprende de una hermossima cabellera (quam, verisimile est, gestabat non suam,

    et caput ostendit rasum undique, quales in Polyandriis cernuntur mortuorum

    calvari)y, sucesivamente, de la dentadura (dentes....quos ferebat exemptiles).

    A partir de aqu sucede el paso de la maravilla a la fantasmagora y al horror, pues el

    recin llegado prosigue, con atosigante parsimonia, su "des-composicin" viviente,

    arrancndose la nariz (nasum apprehendit); y, post evulsas nares, oculum

    utrumque effodity aures etiam ille deposuit. Pero no para aqu el sueo, sino que

    el elegante compaero de alcoba del azorado narrador, finalmente y con gran horror

    de quien a hurtadillas lo observa aterrorizado, accionando con ambas manos,

    desencaja la cabeza de los hombros.

    Y, tras lo horripilante, el momento festivo: sigue la escena de los pregones

    alumnos del naype en estas vacaciones, les he exercitado la actin y la boz en esto, que ni es Comedia,ni Farsa, sino entretenimiento (fol. 47v)).

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    engaosos de juegos de masecoral de un astrlogo-gitano,21a quien, por su fama de

    mago acuden los jvenes amigos de Sinapio, confidentes de la narracin de la

    pesadilla, para que les interprete su sentido. Nuevamente la burla: el egipcio se

    expresa en griego y formula un presagio venturoso para el muchacho que sufri la

    pesadilla: Sinapio ser un gran rtor:

    Ou|Jtos ejse rJhtor mevgas. Tou`to de;ajlhqe;s2ei`nai nomivzw, kai; pavntes blevyete

    ejpeida;n hvprw`ti ejgcwrh.

    3.Este afn de maravillar se manifiesta igualmente en los incesantes clamores

    del personaje angustiado del breve fragmento de la C. Thalassina,que invoca en su

    ayuda todo la cohorte de seres divinos y semidivinos y de todos los poderes celestes

    e infernales, mticos y mgicos; la de las desatadas e indomables fuerzas de la

    naturaleza, potenciadas o no por agentes extraos, y, junto a ellas, las de los

    monstruos y entes horripilantes. A todos se invoca, con tal de salir de un terrible

    apuro: gigantes y cclopes; fantasmas, nimas y brujas; cocos y sacamantecas;

    genios y duendes de bosques y montes y ninfas de las aguas; el dios Pan con toda la

    caterva de stiros; todos los dioses y diosas; el rebramar de los vientos; la potencia

    de las galernas; el imponente fragor del huracn; el clangor de mil trompetas;

    alaridos de orgisticas bacantes, de furiosos salios y de excitados coribantes.23

    2. 2.Pero son varios los elementos directamente mgicos:

    1. En primer lugar, encontramos la espada encantada, de laCom. Sigonia, a

    la que se atribuyen poderes fantsticos (mult sunt huius ensis dotes); no

    menores, en cualquier caso, que los que poseyeron las celebrrimas de Arturo o de

    Roldn. Se trata de un arma con la que el dbil enamorado Pontano podr salir

    victorioso (ensem, qu poteris absque ulla dubitatione certam uictoriam

    comparare ) en el duelo (singulare certamen) que debe mantener con su rivalis

    ferox et truculentus, Cleanthes, y, sobre todo, de su temible hermano Trebonio,

    homo vehemens feroxque, que tiene impetum gladiatoris...ferociamque.Palmireno describe como poder especfico de la espada encantada hc prcipua,

    quod quicumque illum nudum dextera tenuerit, humanis uiribus superari non

    21Andres fivloi, i[te, speuvdete, ejgkoneite, wJs ojkairo;s oujci;ejsti; mevllein, ajlla;ejsti;ejp V aujths th/ajkmh``/. To;bavktron lambavnete: ajpovpeiran poiw`mai. Levgete, levgete. jEsti;de;scoi`nos eujdon h\exw touto blevpete th;n mhvrinqon ejpispasavmenoi.

    2A:o+ otra letra que podra resultar s; B: o.23 Faueant proceri gigantes, uoraces anthropofagi, cyclopes, deformes phoc, horrendi manes,lami, nocturni lemures. Hanc uer innocenti causam tueantur Dryades, Oreades, Naiades, Pan

    totaque satyrorum turba bicornis, dij deque omnes, rerumque pater Oceane, quum prospicite.Solue me Iupiter catenas immerit huic tenui corpusculo additas agnoscis, si quis est insanusuentorum stridor; si qua uis procellarum, grauis fragor turbinis; si quis tubarum clangor; si quiBacchei ululatus, Saliorum, Corybantum...

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    potest. Con lo cual, certa erit Pontani victoria. Pues sta es la espada del

    mismsimo Carlomagno (Hoc ense usus est olim Carolus magnus). Pero lo mgico

    se disuelve en una chistosa burla, que necesariamente har estallar la carcajada. Su

    posterior propietario y beneficiario fue Ferdinandus Catholicus, rex Hispani y,

    psmense Uds., quando nodum illum [aquel famoso nudo gordiano] solvit, dicens:

    tanto monta (p. 108s).

    2. Procedentes del campo de la tragedia, griega o romana (especialmente de

    Sneca), o, en todo caso, de la literatura no especficamente cmica, aunque presente

    tambin en piezas o fragmentos cmicos desde fines del siglo XV y del XVI24,

    tenemos un acto necromntico:el de Calope, en el prlogo de la Com. Lobenia. All

    la musa de la elocuencia ("divinas palabras!") evoca una figura tpica de la magia

    clsica, Anfin, quien, con el sonido de su flauta, fue apilando los ciclpeos murosde Tebas. Calope forzar a subir de las regiones infernales a Anfin, malgr lui:

    uel inuitum adducam, sirvindose de carmina qudam Magica, como las

    siguientes (risum teneatis!):

    festino, baroco, darapti, fapesmo, frisesomorum;purpurea amabimus edentuli;Syrinx, menix, iapixque, lelexque.

    Asombrosamente, la musa logra su propsito, pues todos pueden contemplar

    a Anfin, furentem... et meis carminibus ab inferis reuocatum, que recita dosdsticos, limados ad casum por el estro de Palmireno,25en los que el mago Anfin

    declara su gozo ante la joven concurrencia, creyendo iam apertum esse sibi

    carcerem in longa scula.

    He aqu una frmula mgica que consiste en la mezcolanza de elementos

    salteados de unos versos mnemotcnicos que servan para aprender el manejo de las

    tcnicas de la lgica silogstica (festino, baroco, darapti, fapesmo, frisesomorum),

    con un verso burlesco de la cosecha de Palmireno: purpurea amabimus edentuli,

    algo as como "los carcamales desdentados anhelamos exquisiteces" y otra sarta de

    elementos cuya heterogeneidad slo agavilla la necesidad de reunir los grecismos,

    cuya declinacin en latn era un rompecabezas para los escolares: Syrinx, menix,

    24 Puede verse en P. A. Caracciolo,La farza de lo imagico [h. 1493], en laExortao da Guerra deGil Vicente [1513], en Rueda (C. Armelina,esc. IV) y, ms tarde, con gran seriedad, Cervantes en laTragedia de Numancia (Jorn. II, vv. 649ss). Cf. J. Alonso Asenjo, "El nigromante en el teatroprelopista", en M. V. Diago-T. Ferrer (eds.), Comedias y comediantes de los siglos XVI y XVII(Valencia, Universidad, 1991), pp. 91-105.

    25AMPHION.- Emissus tenebris, carieque solutus, ad aurasprosiliens uultu iam meliore nite[n]s.

    Felici excipiet plausu te docta iuuentus,censebit maius commodiusue nihil (fol. 79).

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    iapyxque, lelexque):26 lo mgico y trgico entreverado con lo sardnico y

    golirdico.

    3. Como en la comedia italianista espaola, es dominante en las obras de

    Palmireno el recurso a la funcin adivinatoria, puesta en prctica por diversos

    procedimientos y a travs de varios personajes.

    3. 1.Tal funcin se cumple en la interpretacin de la pesadilla del Dialogus.

    Lo horripilante del sueo se convierte, por obra y gracia del astrlogo egipciano,

    bohemio o gitano, en una alegora ramplona de la retrica con sus cinco partes,

    presididas por la cabeza:

    T;o;ga;r ejnuvpnion lhqoith;n rJhtorikh;n ejs tou`ton neanivskon ejlqousan. JH ga;rrJhtorikh;pevnte ecei ta;mevrh, wsper to;sw`ma ajnqrwpivnon, jhvgoun th;n kefalh;nswj diw bracivwnai, jhvv kai; ta; ske;lh metevphta de; ta; ajll>a; movria. Kai;tou`ton ajnavlusin ejnuvpnion shmaivnei.

    3. 2. En la C. Octavia , al astrlogo lusitano (pues, entre otros datos, se le

    insulta con "fete" y "seboso", como a los portugueses tpicos del teatro de los

    Siglos de Oro27) le otorga Palmireno, como a buen gitano, la ciencia de la

    quiromancia (respice incisuras manuum, ut possis qu exspecto prdicere, le

    pide Chremylus), tradicionalmente atribuida a los de su nacin,28 pese a que los

    poderes de que se jacta el astrlogo (que y es otro rasgo de los de su profesin

    tambin domina la lengua toscana) son inmensamente superiores.29

    Tras la verborrea jactanciosa del astrlogo, llega, por fin, su lectura de las

    manos (Hc linea mensalis usque ad montem Mercurii producta indicat... et hc

    linea vit inter alias cca monet, ut...): anuncia dos acontecimientos que

    sobrevendrn al solicitante de sus servicios, de los cuales podr extraer

    conocimiento del futuro, siempre que atienda a los consejos que el sabio da: da

    26 Esto es, zampoa [de Pan], Mnix (nombre de una isla en la costa de Africa), y yapigio (ant.habitantes de la Apulia, viento que de all soplaba, o nombre de un hijo de Ddalo) y Llex (nombre deun guerrero o del individuo de un pueblo griego en Lcrida, Caria o Tesalia).27 Cf. Alonso Asenjo, 1991, y ensayos sobre el portugus en el teatro de los Siglos de Oro.28 Con esta actuacin los vemos por vez primera en el teatro hispnico en esa breve diversinpalaciega que es el Auto de las gitanas(1521) de G. Vicente. Vase tambin A. de la Granja, "Entregitanas y astrnomos: nota para las dos primeras consultas de laLonja de investigadores": Criticn,47, 1989, 151-160, especialmente, p. 156ss.

    29 Crede autem, qucumque dixero, futura verissima, si Deus voluerit. Ego multa admirandacivibus meis passim ostendo et superioribus annis venientem a Mauritania pestem prdixi. Dimisiquecirca urbes discipulos, qui insinuanti se malo occurrerent. Apud Alonem Onustam navem solus traxi,quo volui, cum homines permulti ne movere quidem suo possent loco. S, bota a Deus! S, bota aDeus! Et audacter polliceor me, si alterum totius terr globum adipisci possem, utrumque alteri

    applicaturum. Est etiam mihi domi lignea columba, a me certa ratione compacta, et qu aerem semelsortita perpetuo volatu per ipsum inane spiritu intus incluso agitur, nisi solidum aliquod corpusoffendat. S, bota a Deus! S, bota a Deus! [...] Habeo etiam canem dialecticum, etc.

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    operam ut ccum illum, vel invitum ad des tuas recipi cogas. A eso parece

    reducirse la prediccin, pues el astrlogo termina con estas palabras: plura scire

    tibi datum non est. Vale, tras las cuales se corta el fragmento.

    4. Otro caso de pronstico o prediccin, solicitado en este caso al bachiller

    Pantlabo (de nombre emblemtico) en la F. naria (escena 4) queda truncado por

    la garrulera de ste, defecto atribuido en el teatro contemporneo a todos los magos.

    Orestilla, hija del carcelero encargado de la custodia del prncipe Alberto, prisionero,

    protagonista de la accin tragicmica, propone al bachiller lucrum singulare, modo

    prsagium exhibeas firmum et stabile: que le diga cul va a ser el destino final del

    Prncipe. El bachiller se pierde en la exposicin de teoras y casos impertinentes, para

    desesperacin de la muchacha: El cavallero est con temor si le cortar el Rey la

    cabea, y deteneisme en frialdades (fol. 52v). Por si fuera poco, se acerca otrobachiller y comienza entre ambos una interminable disputa en que cada uno hace

    alarde de ingenio...bufo. La escena constituye un delicioso entrems. Cansada de tanta

    palabrera, Orestilla se va, diciendo: Adferebam nummos et eos contemnunt, stolidi.

    Discedo, aliud remedium exquirens, nam hic aquam e pumice postulo . Pantlabo se

    percata, por fin, de la ausencia de la muchacha y piensa en la buena oportunidad

    perdida (Ubi est illa bona mulier, qu mihi adferebat unum bonum salarium pro

    meis pronosticationibus?), culpando de la prdida a su contrincante, el bachiller

    Soleta: O tu per diem fecisti amittere unam rem lucrativam. Tu solves Y,expresndose en italiano, Pantlabo la emprende con Soleta a palos: Tu avray de le

    bastone e bastonate. Soleta huye, amenazando a Pantlabo con denunciarlo al "Cap

    de guayta (= capitn de la guardia), para que lo eche en la crcel (fol. 54r).

    De nuevo, la magia en una situacin burlesca, para forzar la carcajada.

    5.Ultima presencia de la mgica en el teatro de Palmireno o, ms bien, una

    mencin de otra de sus manifestaciones, la de la ovidiana mutatio formarum, es la

    posibilidad de que le haya sucedido una metamorfosis a Albinus, preceptor de

    Rapitius, protagonista de la C. Octavia (esc. 3). Albino, para conservar su empleo y

    con promesa de recibir nummos et torquem aureum, ha debido convertirse en

    recadero y alcahuete de su alumno, llevando epistolam quandam amatoriam

    Octavi , la dama de Rapitio, Y, para no ser descubierto, se ha disfrazado,

    ponindose vestes illius pauperis, qui se mutum et elinguem mentitur. As, dice a

    Marulus, colega suyo, ...ut vides, salutavi Octaviam, epistolam legit, adfero Rapitio

    meo nuntium gratissimum.... Se trata, pues, en este caso, slo de una alusin a una

    tcnica o situacin mgica. De todos modos, tambin se da en un momento cmico, si

    tenemos en cuenta la puesta en escena, con el trueque de la vestimenta, y dejamos

    volar la imaginacin sobre las acciones que se narran (p. 126).

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    2.3. Contexto y funcin de lo mgico.

    Podra detenerme en llevar a cabo una sntesis de las tcnicas, instrumentos y

    personajes mgicos que aparecen en el teatro de Palmireno. Pero la relativa parquedad

    de todos ellos llevan a estimar suficiente el breve anlisis o mencin de que han sido

    objeto. Qudese, pues, ese trabajo para una circunstancia que brinde mayor

    disponibilidad de tiempo. Bastar con atender por un momento a los personajes

    mgicos que ms destacan. Son, por una parte, la musa Calope metida subrepticia e

    inexplicablemente a nigromantesa (C. Lobenia); por otra, las diversas variantes del

    tipo de astrlogo embaidor, ya funcione de intrprete de sueos (como el nigromante

    de la Tragedia Serafina de A. de la Vega), aunque no sea otra cosa que un artero

    gitano o "zngaro", o bien como quiromntico (el astrlogo portugus de la C.

    Octavia, que tambin domina otras artes).

    Dentro de esta categora debemos incluir a ese bachiller tcnico en pronsticosde presos de la Fab. naria, tan cercano al bachiller Valentn de laDuquesa de la

    Rosa, hermano, a su vez, del nigromante de la C. Tolomea, obra, tambin, del

    calcetero sevillano.

    Todos estos personajes, en realidad, no son vistos ni propuestos sino como

    profesionales del engao; personajes que viven en la marginacin y, en cuanto tales,

    despreciados por todo el mundo, que constituyen aptsima materia para provocar la

    hilaridad y la burla. Palmireno conoca bien su situacin real,30sus prototipos en la

    literatura clsica y sus posibilidades cmicas. De stas se aprovecha en sus piezasteatrales.

    De lo dicho se colige ya cules son las fuentes de donde bebe Palmireno estos

    elementos mgicos, as como su funcin.

    Sus alusiones y citas implcitas y explcitas de la literatura clsica, dramtica o

    no, explican elementos de todas sus comedias. La aparicin de la espada encantada en

    la C. Sigonia, (que, por su cauda,pertenece a la historia de Alejandro Magno), a la

    materia de Bretaa y a cantares picos del ciclo carolingio, transmitidos por

    innumerables romances. Otros muchos elementos (aparte referencias al campo de las

    novelas de caballera o narraciones etipicas) remiten a la comedia italianista

    contempornea y, a travs de ella, a la erudita italiana y a la novella, as como a la

    realidad de la sociedad renacentista. Tales fuentes de inspiracin se traslucen tambin

    en el hecho de que se descarte por completo la figura de la bruja, acudiendo al

    personaje masculino del astrlogo o nigromante, como sucede en Timoneda, Alonso

    de la Vega, Seplveda...

    Otra caracterstica relevante de la presencia de estos elementos mgicos en el

    30De ellos, en una nota-acotacin al margen del texto, dice: Hi Peloponnesiaci, aut Cretenses segyptios esse fingunt, fures sunt, uulg Bumians [bohemios], aut Gitanos uocantur, et tenuifuniculo ab hebeti [incauto] aliquo nummos extrahunt, dum exquirunt dentro o fuera, id est, sitnefuniculus liber, an nodo vinctus.

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    teatro de Palmireno es su inextricable unin con lo cmico-burlesco.

    El contexto cmico y ms frecuentemente burlesco en que tales elementos

    mgicos se inscriben y su situacin en escenas episdicas o entremeses, en el decurso

    de una accin con una estructuracin mnima, remiten al mismo campo. Manifiestan

    claramente, tambin, su funcin, que no es otra que, por obra de una profunda

    parodizacin, la de ofrecer situaciones burlescas que produzcan la distensin, el

    regocijo e incluso la carcajada del pblico. Y, por supuesto, la algazara de los

    escolares, que se lo pasaran en grande en los ensayos. A tal funcin puede aadrsele

    la de criticar los actos o prcticas mgicas contemporneas, que constituan una muy

    arraigada y extendida creencia y costumbre. Palmireno califica de manera ostentosa y

    estentrea estos usos como engaosos y espurios. Pero, sobre todo, la funcin

    primordial era la de ofrecer una buena, fcil y agradable oportunidad a los actores en

    ciernes (cuales eran los estudiantes que representaban estas farsas) para suejercitacin en el dominio de la memoria, a fin de que adquirieran desenvoltura y

    gracia en los variados movimientos y exigente mmica, y una fina y elegante

    elocuencia.

    En consecuencia, los elementos mgicos del teatro de J. Lorenzo Palmireno

    estn al servicio, no de la creacin de un gran espectculo, sino fundamentalmente de

    la diversin y de la risa y, por su medio y al mismo tiempo, son un excelente

    instrumento para la educacin y formacin retrica de los jvenes estudiantes.

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