el zíngaro de los ojos verdes
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Obra de Tomás lizasoaín titulada El zíngaro de los ojos verdesTRANSCRIPT
Sé, Manolo, de tu corazón tan grande,
que ya en los primerísimos días de tu infancia te fueron necesarias dos cuna: Murcia y Albacete.
Pues si bien amaneciste en Jumilla el
15 de noviembre del año 1938, es también verdad que a los pocos días, en La Mancha, se bañaba tu alma en la Aurora de al Gracia a la vez que Gracia y Aurora te regalaban sus propios nombre –Manuel y Amador- y en la manchega Albacete quedó trasplantada tu vida.
Allí te conocí voluntario del Ejército del
Aire, con la flor en la vida y torero con cante jondo en la raíz. Y ya desde entonces, mitad de mi alma, te voy persiguiendo en las fatigas gloriosas del ruedo y en las gradas de la vida.
Porque…
-.Vienen conmigo tus primeros pasos de novillero.
-tu presentación como tal en Madrid, el
27 de agosto de 1961, -tu alternativa en Sevilla, 28 de mayo de
1964 -y llevo pintada en mi alma la magia de
tu capote y muleta que embrujaba la tarde del 24 de mayo de 1965 a los sorprendidos madrileños que confirmaban tu alternativa memorable para España entera,
-y la tarde de toros en Santander y el
vuelo a Tijuana y a la salida en hombros, plaza de Valencia… todo en cuatro días corridos,
-y estoy presente en Málaga acabada la
corrida. Hotel Miramar… Capote, muleta y vestido de luces están guardados para Gerona. Nada, excepto el borde inferior de tu franela en los pases de pecho, nada, digo, se ha manchado, porque la pureza de tu arte los ha preservado al par que se adornaba con el premio de los máximos honores.
-Nada diré de la brillante apertura de las
ferias de San Isidro del año pasado, pues… fue ayer.
Mas sí quiero abrirte un frasco de
esencias dolientes. Quiero que aspires conmigo el aroma de tu propia rosa de sangre, regalo de Francia en una tarde de bochorno para otros, y volverlo a cerrar en Barcelona, día de San Fermín, con el corte en Seco de la alborotada ya temporada taurina del curso pasado y que te tuvo prisionero en la escayola durante siente meses.
Soy, lo sabes, Manolo, un enamorado
de la naturaleza porque he sorprendido en ella la verdad de sus leyes sencillas, elegantes y armoniosas; pero… ¡ay, Gitano de los ojos verdes, que fundida en esa misma unidad trinitaria, he visto un día alzarse tu figura señera en la espuma difícil del mar torero y… qué puedo hacer yo si además te llamas Amador!
Amante de lo bello, he pretendido
solamente recoger tu primera primavera,
vestirla de corto –sin luces-, brindártela con la humildad que tan bien conoces y…
…esperar que quienes han
contemplado en la arena tus faenas sencillas, elegantes y armoniosas…
adivinen, también, tu gran corazón. Si es pobre la concha de la palabra en
la que va mecida tu hermosa y sorprendente aparición en ese mar de los ruedos… perdóname, Manolo.
Un abrazo,
TOMAS
Córdoba y marzo de 1967.
PRIMERA PRIMAVERA DE UN TORERO. ¿Quién sois? ¿De dónde venís?
Vengo rondando la gloria, vengo buscando en la Historia un puesto de honor para mí.
Soy… no sé, no sé lo que soy;
mas viene conmigo un imperio regado de ríos misterio, misterio que va donde voy.
Yo he nacido de una raza
vieja como el Viejo Testamento, que tiene su reino en la rosa del viento, que viene y se va y que nunca, nunca pasa. Que es mi gente del oriente, risa en el llanto, llanto en el canto y su empeño más risueño libertad.
Fue mi aurora en Jumilla, la Gracia en la pila de Albacete, que soy cristiano con membrete del Dios que en Belén se humilla. Y es la que roba mis penas La Señora en los Dolores y es la misma, Macarena, quien me viste «de colores». Y esa lámpara ardiente no miente; pues si voy al ruedo me quedo en su cariño como niño en libertad. Ya estaban pisando mi pecho aún no hecho los pies del Amor… «Despierta, Amador,
Que Yo encerré en tus confines, alma sin fronteras, bestias y fieras para que tú las domines».
¡Ayúdame, Juanito! ¡A Salamanca! No importa que lleves blanca, el alma me grita un grito, voz de un clavel que me baña y quiero sembrarlo en los ruedos de España.
Fui sorprendido en la treta
- capote y muleta - que una prima me vendió y mi padre me compró nuevo fuero prisionero en libertad.
Y se hizo en mi vida la luz
y de luces me vestí y España entera recorrí con el rojo y la espada en cruz.
Y en brava lid
en alas de Reolid me arrulla la caricia de verme noticia.
Mas ¡ay!, más sueño… más quiero
que aspiro a… ser torero.
¿Lo ves? Voy de verde y oro. ¡Va por ti, Macarena! Despierta mi vena que quiero brindarte el toro.
Y el toro humilla,
entro diestro… soy maestro. Gracias, Sevilla.
Con todo… Madrid como alumno
me espera. Prepara para España sus pantallas. Falta Murillo. Corrida de agallas. Salgo de puntillas… Nadie se entera.
Pero haya perfume en la plaza,
que un día sembrara claveles en sueños, voy los mirando risueño y va despertando en rojo mi raza.
¡Flor de Jara! ¡Flor de Jara!
si tu aroma de bravura en mi muleta con mi aroma se bañara… sería la tarde completa.
¡Curro, va por ti y España! Ea, torito, baila, vuela el vuelo de mi franela, que es mi cante una Caña.
Y lo traigo y lo llevo
y lo llevo y lo mando estirando mi honor… que va por donde viene porque viene donde voy.
¿Quién sois? ¿De dónde venís?
Vengo rondando la gloria, vengo buscando en la Historia un puesto de honor para mí.
Soy… no sé, no sé lo que soy;
mas viene conmigo un imperio regado de ríos misterio, misterio que va donde voy.
Susurra la gente…
murmuran de mi patria… me duele la sangre… ¡Va por ti, Tijuana! Me oriento al oriente y firmo en la arena mi mejor faena pensando en ti, España.
Y ya no espero que de algo inmortal siento sed… Y viene a mi vitrina La Merced y un toro de cristal del Telón de Acero y acuña Cataluña medalla de oro y un tesoro de cuatro palmas me enreda el alma en beso de princesa que corona mi empresa.
Sí, rompió un clavel gitano.
Lo sabe España entera. Sin embargo el destino me cierra el camino con fría barrera que trato de abrir en vano; pues han robado de mi empeño lo más risueño, libertad.
Cercado de hielo y muro
me «asomo» a la nueva feria. Mas… ¡qué importa el cerco absurdo si la luz de arriba llega!
No importa, no importa si solo mi sombra recoge la tierra; que tengo una plaza con gradas de estrellas que aplauden mis suertes con zambra de guiños.
Qué importa, qué importa
que borre la espuma callada mis huellas si tengo una reina velada de brillo allí… donde cuelga mi ruedo… la luna llena.
La Esclava, se llama Ella,
Madre, la llama Dios y yo con los dos… mi estrella.
¡Madrid,
que sabes de la Luz, va por ti: dos pases y la cruz!
¡Ea, torito, baila, vuela el vuelo
de mi franela!
Y lo traigo y lo llevo y lo llevo y lo mando
estirando mi honor… que va por donde viene porque viene donde voy.
Pero, ¿quién sois, Señor?
Ya os lo dije, soy… lo que hice: todo y nada, solo… semilla sembrada en surcos de honor que aflora en sus carnes seis rosas de sangre, tributo rendido a la grada que pide imposibles en tardes de impura pasión.
Si además
hubiere más, preguntádselo al amigo que siempre viene conmigo.
Sí, Manolo, hay más…
tú mismo: Pasodoble de pradera
con mirada sin frontera, nariz aguileña, piel morena,