el último-turquito

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El último turquito La lectura es un pequeño cuento acerca de como el ser humano está destruyendo la naturaleza. Me gusta que en la mente del autor haya habido espacio para imaginar cómo podría ser el territorio animal sin la molesta y ambiciosa presencia de nosotros los humanos. Cuando se camina por un bosque, por ejemplo, el sonio del viento y los animales es casi mítico, todo en perfecta combinación y armonía. Apenas somos notados por la fauna cuando no se va en plan destructor, y aun así la sensación de estar pisando territorio que no nos corresponde no nos abandona. Nos sentimos intrusos. Y es que, no creo que sea coincidencia que vivamos separados del resto de los de nuestra especie. En nuestro afán de sentirnos superiores hemos querido olvidar a qué raza pertenecemos. Cuando tienen noticias nuestras solo es sobre destrucción. Llegamos a sus hábitats solo mostrar hachas, sierras, cerillos, petróleo y cuanto objeto destructor o contaminante se nos ocurra. Esta pequeña metáfora me ha gustado mucho pues creo que bien podría ser lo que sienten los animales al vernos: Terror. Terror porque saben que los seres humanos somos capaces de las peores monstruosidades para hacer tintinear unas monedas en nuestros bolsillos. Directa. Cruel. Y muy realista es este pequeño texto plasmado de razón y de un potente mensaje que la humanidad no entenderá sino hasta su extinción Nosotros no estamos por encima de la naturaleza, sino la naturaleza por encima de nosotros.

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Page 1: El último-turquito

El último turquito

La lectura es un pequeño cuento acerca de como el ser humano está destruyendo la naturaleza.

Me gusta que en la mente del autor haya habido espacio para imaginar cómo podría ser el territorio

animal sin la molesta y ambiciosa presencia de nosotros los humanos.

Cuando se camina por un bosque, por ejemplo, el sonio del viento y los animales es casi mítico, todo

en perfecta combinación y armonía. Apenas somos notados por la fauna cuando no se va en plan

destructor, y aun así la sensación de estar pisando territorio que no nos corresponde no nos

abandona. Nos sentimos intrusos. Y es que, no creo que sea coincidencia que vivamos separados

del resto de los de nuestra especie. En nuestro afán de sentirnos superiores hemos querido olvidar a

qué raza pertenecemos. Cuando tienen noticias nuestras solo es sobre destrucción. Llegamos a sus

hábitats solo mostrar hachas, sierras, cerillos, petróleo y cuanto objeto destructor o contaminante se

nos ocurra.

Esta pequeña metáfora me ha gustado mucho pues creo que bien podría ser lo que sienten los

animales al vernos: Terror. Terror porque saben que los seres humanos somos capaces de las

peores monstruosidades para hacer tintinear unas monedas en nuestros bolsillos.

Directa. Cruel. Y muy realista es este pequeño texto plasmado de razón y de un potente mensaje

que la humanidad no entenderá sino hasta su extinción

Nosotros no estamos por encima de la naturaleza, sino la naturaleza por encima de nosotros.