el tutor y la famlia ante la gran pantalla

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1 El tutor y la familia Ante la gran Pantalla

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Trabajo monográfico

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El tutor y la familia

Ante la gran

Pantalla

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Índice

1. Introducción …………………………………………………………….…. 3

2. La función de los docentes …………………………………………………. 5

2.1. Aprovechamiento de la programación televisiva en el aula.

2.2. La influencia de la televisión.

2.3. Los riesgos de ver demasiada televisión para los niños.

3. Funciones en el hogar ………………………………………………….….. 10

3.1. Causas y consecuencias.

3.2. Orientaciones para los padres (Folleto anexo)

4. Conclusiones ………………………………………………………….……. 15

5. Bibliografía …………………………………………………………….…....

Anexo 1

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1. INTRODUCCIÓN

Todos conocemos o somos consciente que en la actualidad es muy impactante la

influencia que tienen los medios de comunicación en la sociedad, tanto en los niños

como en los jóvenes y también en las personas mayores, ya que es una forma rápida y

sencilla de estar al día con la información o noticias internacionales, o simplemente los

utilizamos como una forma de ocio y entretenimiento. Aunque hay que destacar que

entre todos los medios de comunicación que existen (televisión, radio, Internet,…) hay

uno que sin duda tiene una importante influencia en la educación de niños y de los

adolescentes debido a su presencia en la mayoría de los hogares españoles, y éste es la

televisión.

Un estudio del panel Eurodata TV Worldwide de la consultora Mediametrie,

destaca cómo el consumo de televisión por parte de los más pequeños de la casa ha

crecido en los países europeos los dos últimos años. Concretamente en España, los

niños de entre cuatro y doce años pasaron delante de la televisión de media dos horas y

treinta y ocho minutos al día, de acuerdo a un informe de Barlovento Comunicación

para Europa Press con datos de Kantar Media. Se puede completar el dibujo del perfil

de los televidentes españoles estableciendo una división entre las clases sociales

presentes en la sociedad, las clases bajas y medio-bajas ven doscientos treinta y cuatro

minutos, las medias ven doscientos cinco minutos, y las altas ven únicamente ciento

setenta y dos minutos diarios. Y continuando con una división entre los sexos, los

hombres ven la televisión ciento noventa y ocho minutos y las mujeres la ven

doscientos treinta y cuatro minutos diarios.

Debido a todo lo mencionado con anterioridad hemos decidido elegir el tema de

“El tutor y la familia ante la gran pantalla” y además de los argumentos anteriores,

encontramos un argumento educativo que nos influye como futuros docentes, ya que

todos o la gran mayoría de la sociedad está de acuerdo en que la televisión ejerce una

gran influencia en la educación de los niños, pero habitualmente se tiende a destacar los

aspectos negativos que este medio de comunicación transmite como por ejemplo: ofrece

imágenes de violencia reiteradas, la expansión del 'bullying' o la violencia entre

iguales, problemas de salud (falta de sueño, adicción, sobrepeso ...),… entre otras.

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Pero no solo tiene efectos negativos en la educación de los niños sino que

también tiene aspectos positivos destacados desde una perspectiva desde la cual se

defiende este medio de comunicación debido a que se transforma en un recurso del cual

se puede extraer información que complemente de la educación del niño como por

ejemplo: les permite hacer viajes a otros lugares y conocer diferentes espacios,

refuerza conceptos que les entran por la vista, los oídos y las sensaciones, supone una

motivación para los alumnos, refuerza y potencia hábitos y valores, pueden aprender

cosas nuevas de nuestro entorno, cultura y sociedad,… entre otras.

Para abordar a fondo este tema hemos dividido el trabajo monográfico en

diversos puntos en los cuales trataremos la función que tienen los tutores y también la

familia como mediadores ante la televisión y la educación de los niños, centrándonos en

dos roles que deberían trabajar unidos, uno es el rol del tutor para aprovechar al máximo

los aspectos positivos de ésta y ofrecer a las familias una guía orientativa con

recomendaciones para un uso correcto y adecuado de ella; y por otro lado nos

centraremos también en el rol de las familias haciendo referencia a la influencia de la

televisión ofreciendo causas y consecuencias de ellas y …

Por último expondremos una serie de conclusiones finales a las que hemos

llegado después de realizar todo el trabajo monográfico, con el fin de mostrar a la

sociedad que este medio de comunicación no ejerce únicamente una influencia negativa

sobre los niños, sino que con un uso adecuado y correcto, y con la colaboración

conjunta de la escuela y de la familia se puede convertir en un medio de aprendizaje

para los niños complementario a la escuela.

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2. Función de los docentes

Todos sabemos cuál es el papel que ocupa la televisión en nuestros centros

actualmente, el uso que se hace de ella y los juicios de valor que se vierten sobre ella.

Hay, por contra, una realidad social incuestionable es que este medio está

significativamente presente en la vida de nuestros alumnos y sus familias.

Su influencia es más que evidente y su poder mediático es tal que llega a

condicionar y transformar poderosamente la percepción de la realidad y su relación con

ella de quienes la ven asiduamente sin los convenientes filtros o métodos de análisis.

Ante estos hechos, el centro educativo no puede permanecer impasible, el

fenómeno televisivo debe entrar en las aulas igual que se ha infiltrado en nuestros

hogares. Es necesario intentar formar telespectadores críticos y activos. Para poder

actuar sobre esta realidad, hace falta que el centro educativo se prepare.

En primer lugar, se deberá elaborar un criterio unitario de centro sobre la

formación de nuestros alumnos en el lenguaje de la imagen. Esta actuación debería de ir

encaminada fundamentalmente hacia:

Que el alumno utilice con normalidad en el centro educativo los medios

audiovisuales como fuentes de información e instrumentos de trabajo.

Trabajar la imagen dentro del horario curricular, procurando enseñar los

elementos fundamentales de su lenguaje y potenciar su uso creativo.

Y en segundo lugar, se debe formar a nuestros alumnos en la recepción televisiva

crítica y activa. Dado que el medio televisivo es el que más influencia tiene en nuestros

jóvenes y su entorno en general, parece lógico que le dediquemos una especial

atención y análisis.

2.1- Aprovechamiento de la programación televisiva en el aula.

La gran variedad de programas que se emiten en las diferentes cadenas de

televisión, nos permite, previa selección y adecuación a los objetivos que nos

propongamos alcanzar, aprovechar gran cantidad de ellos como elemento motivador, de

soporte didáctico y material de trabajo, en la mayoría de las diferentes áreas del

currículum de nuestros alumnos. Su tratamiento interdisciplinar puede resultar de lo

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más eficaz si se tienen en cuenta una serie de sugerencias y se es consecuente a la hora

de su utilización.

El uso de la producción televisiva, como medio audiovisual que es, requiere otra

mentalización. Hay que tener presente que hoy todavía se impone una cultura

conceptual y lógica, debido a la larga y fuerte influencia que ha ejercido el libro en la

mayoría de los educadores. El lenguaje de la televisión es básicamente la imagen.

Estamos ante un lenguaje que no es lineal ni cartesiano, sino emotivo, simultáneo y

totalizador. Impacta en nuestro cuerpo sensitivo, y globaliza a toda la persona. Esta

apreciación es esencial para entender el posicionamiento del educador ante este medio,

e introducir algunos principios para su integración en el aula:

Cualquier espacio televisivo que utilicemos debe procurar destelevisar al

alumno. Se trata de convertir la inercial actitud pasiva del espectador en una

disposición de atención activa.

El profesor es insustituible, es decir, el medio televisivo no puede ni debe

plantearse como un sustituto de éste.

La experiencia directa no debe jamás ser sustituida por ningún soporte

audiovisual. Se puede plantear el aprovechamiento de un programa televisivo

como refuerzo a una visita, pero no puede ser su sustituto.

A veces se utiliza una grabación para llenar un tiempo muerto o cubrir una

emergencia. Es el uso menos adecuado, porque estamos reproduciendo los

defectos del sistema televisivo, y porque no explotamos didácticamente el

producto audiovisual. Todo visionado debiera estar integrado en el proceso del

contexto educativo, comunicativo y grupal.

Es importante tener presente que la utilización de cualquier medio audiovisual,

especialmente el televisivo, requiere metodológicamente tres momentos:

o El antes del visionado: situar el programa en el contexto adecuado. Se

puede indicar a qué género pertenece, abriendo las expectativas de los

alumnos y orientando con algunas preguntas la proyección.

o El durante el visionado: es esencial no cortar el programa, dado que un

espacio tiene su unidad y estructura rítmica. Según sea el programa,

puede ser útil tomar notas para el ejercicio posterior. En caso de verse la

necesidad de un segundo visionado, sí se puede desglosar y utilizar

algunas secuencias o imágenes como apoyo.

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o El después del visionado o postvisionado: al acabar la última imagen

empieza el verdadero trabajo. Se debe provocar una comunicación

espontánea que aporte lo mejor de las valoraciones e impresiones de

nuestros alumnos. Podemos acabar con una síntesis-valoración del

material visionado. La estrategia postvisionado es conveniente

conducirla con una serie de ejercicios complementarios.

Un informe elaborado por la empresa GECA (Gabinete de Estudios de la

Comunicación Audiovisual), a mediados de los años 90, para la Secretaría de Educación

de España, señala que “los niños que ven una programación educativa de calidad de

forma regular aprenden más y mejor que los que no la ven; también se demuestra que la

ayuda de un educador, padre o maestro durante el visionado de los programas mejora la

calidad de aprendizaje del niño” (GECA, 1995).

Desde la perspectiva de la programación es posible distinguir:

Programas para niños y niñas en edad preescolar.

Programas para el nivel de educación Primaria.

Programas para el nivel de educación Secundaria.

Programas para el nivel de educación Universitaria.

Programas para la educación permanente de adultos.

2.2-La influencia de la televisión

Convencidos de que la audiencia no debe ser un elemento pasivo, el

conocimiento de los diferentes efectos socioculturales de la televisión, va a ser una

buena base para que el alumno realice una recepción crítica de los mensajes que recibe.

Sabiendo la importancia que tiene el receptor y su contexto en la recepción de

los mensajes televisivos, este apartado nos brinda una espléndida ocasión para que el

receptor se convierta en sujeto activo de la comunicación analizando y valorando en

grupo cómo les afecta el mensaje de este medio. La participación activa del alumno en

las diferentes propuestas de análisis, facilitará enormemente su educación en valores y

actitudes y posibilitará que, como receptor, no sólo reciba individualmente el mensaje y

lo analice, sino que también mediante la comunicación en grupo, construya una nueva

relación ante su entorno de forma colectiva y pueda llegar a tomar una nueva actitud

ante la realidad que le envuelve (familiar, escolar, social...). Así daremos el paso de lo

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que es la educación en los medios audiovisuales (medio televisivo), a lo que significa la

educación para la comunicación en grupo y, por consiguiente, la transformación del

entorno inmediato. Interesa en este apartado desarrollar el concepto de recepción en tres

fases:

En la primera se trata de que el alumno se dé cuenta de la importancia que tiene

la recepción activa y crítica que supone en un primer momento, conocer el

modo, las condiciones y los motivos por los cuales se ve un programa.

En una segunda fase se trata de generar en el grupo cauces de expresión y

comunicación en los que se contraste y valore la construcción de los mensajes

del grupo.

Y en una tercera fase se trata de que la construcción colectiva de los mensajes

del grupo tenga una incidencia directa en la transformación de su entorno

inmediato: familia, escuela, barrio o pueblo.

Ligado al trabajo sobre la recepción aparecerá necesariamente asociado el tema

de las audiencias. ¿Qué papel juegan las audiencias? ¿Cómo podemos entenderlas? Al

analizar el papel de las audiencias, no es suficiente con contabilizar el número de horas

que ven nuestros alumnos la televisión. Detrás del ¿cuánta televisión ven?, está el ¿qué

ven?, ¿cómo lo ven? y ¿por qué lo ven?

Cuando el educador comienza a prestar más atención al alumno que a los medios

de comunicación, advierte que los problemas que estos últimos plantean no son sólo

sobre los contenidos que emiten. Necesitamos relativizar el dato sobre el volumen de

televisión que se consume.

Es esencial conocer al sujeto receptor, no sólo como usuario, sino también en sus

condicionamientos, sus relaciones con los otros, en el contenido de su vida cotidiana y

en el ámbito socio-cultural en el que está inmerso. Desde este conocimiento se puede

construir una plataforma de comunicación que posibilite la recepción activa de la

televisión.

A la hora de hacerse con material audiovisual para trabajar este apartado, es fácil

encontrar documentos que desarrollen el tema y al mismo tiempo estén al alcance de la

mano.

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A grandes rasgos, los materiales televisivos que pueden ser aprovechados en las

aulas para complementar la formación en las distintas áreas pueden ser divididos en dos

grandes grupos, a saber:

1) Los programas educativos, pensados para la dinámica escolar y las múltiples

necesidades curriculares, emitidos por televisiones educativas o por las

televisiones públicas o privadas.

2) El resto de la programación, caracterizada por su alta capacidad de

motivación y seducción entre los alumnos.

Video ejemplo del contraste existente entre los programas educativos y los no

educativos emitidos en televisión.

2.3- Los riesgos de ver demasiada televisión para los niños

Los niños que ven demasiada televisión están expuestos a un mayor número de

riesgos para su desarrollo intelectual y emocional. Algunos de ellos son los siguientes:

Sacar malas notas en la escuela.

Leer menos libros. Demasiada televisión resta tiempo a la lectura.

Hacer menos ejercicio físico. La televisión supone un grave peligro de

sedentarismo para los niños.

Tener problemas de sobrepeso. El sedentarismo unido a un mayor consumo de

snaks y productos calóricos durante el tiempo que pasan sentados delante de la

televisión puede aumentar su riesgo de obesidad.

Convertirse en niños pasivos. La celeridad con la que pasan las secuencias de las

imágenes en televisión puede hacer perder a los niños por otros juegos

tradicionales, que para ellos, se convierten en lentos, aburridos y sin interés.

Entender parcialmente lo visto, la violencia, la sexualidad, los estereotipos de

raza y de género, y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los

programas de televisión. Los niños son impresionables y pueden asumir que lo

que ellos ven en televisión es lo normal, seguro y aceptable. Por consecuencia,

la televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento y actitudes

que pueden ser abrumadores y difíciles de comprender.

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Todo el trabajo que pudiéramos desarrollar con nuestros alumnos sobre el tema

de la televisión, quedaría significativamente incompleto si no contáramos con la

necesaria presencia y colaboración de sus padres. Es conveniente articular una serie de

sesiones con ellos que nos permitan entrar en contacto con el mundo familiar y social en

el que viven nuestros alumnos. Estas sesiones deberán permitir también a los padres,

conocer los diferentes temas y contenidos que sus hijos han trabajado en el centro.

Podrán así tomar conciencia de la influencia de la televisión, analizar actitudes nuevas y

diferentes que se deben trabajar con los hijos y analizar las funciones de la televisión en

casa. Fruto del diálogo en grupo y del conocimiento de situaciones familiares paralelas,

podrán extraer elementos de reflexión que les permitirán reorientar, si lo creen

necesario, sus hábitos y valores familiares respecto al medio.

3. FUNCIONES EN EL HOGAR

La televisión presenta situaciones complejas sin ofrecer explicaciones acerca del

contexto en las que se sitúan.

Cada día es mayor la preocupación de los padres y los educadores en torno al

correcto consumo de televisión por parte de los niños y se genera más conciencia sobre

la necesidad de conseguir que éstos desarrollen y asuman un sentido y una posición

crítica frente a los contenidos de este medio, y sobre lo que ven y oyen en él, para que

se formen siendo reflexivos y elaboren juicios de razón sin esconderles la realidad.

Los temas de la televisión van de los hogares a los colegios y escuelas donde los

menores convierten en asunto diario de conversación lo que ven, refuerzan sus propios

conceptos sobre los mensajes que retienen de la programación y generan con su diálogo

sus propios significados.

3.1- Causas y consecuencias

Como ya hemos mencionado con anterioridad, las horas de consumo de

televisión por parte de los más pequeños de la casa han crecido en los países europeos

los últimos años, esto ha sido causado, en principio, por la incorporación de la mujer al

mundo laboral haciendo que en la mayoría de los hogares trabajen tanto el padre como

la madre, así los hijos pasan al cuidado de los abuelos (que debido a la edad ven más la

televisión) y de esta manera, los abuelos utilizan los dibujos de la televisión como

canguro de los niños para que “se estén quietos y no molesten”. Pero ahora, el principal

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motivo que hace que esto sea posible, es la crisis económica por la que está pasando el

país, esto hace que la economía familiar se vea mermada, por consiguiente, disminuyen

las posibilidades de realizar otras actividades de pago haciendo que los niños les queden

menos actividades por hacer y así viviendo en una sociedad tecnológica dedique ese

tiempo a la tecnología (televisión, Internet, videojuegos,…). Otras causas, igualmente

importantes, son el aumento de los canales televisivos ofrecidos teniendo en cuenta las

diferentes edades y los sexos; el tiempo atmosférico, es decir, los meses de más frío

hacen que no apetezca salir a la calle entonces aumenta el consumo de televisión;

televisar grandes eventos de talla internacional que solo se pueden seguir a través de la

televisión (o solo estando allí presentes) como por ejemplo: eventos deportivos

(mundial de fútbol, juegos olímpicos,…), eventos de entrega de premios (los Goya, los

MTV awards,…), eventos musicales (eurovisión, conciertos,…) y otros muchos

eventos.

3.2- Orientaciones para los padres (Folleto anexo)

Para intentar reducir las horas de consumo y hacerlas más productivas para los

niños queremos reproducir en este documento unas indicaciones elaboradas por

FEDEPADRE, concretamente 27, porque las consideramos de gran interés y pueden

hacer reflexionar a las familias sobre el buen uso de la televisión. A través de ellos se

puede conseguir que la televisión sea un medio eficaz de información, formación y

entretenimiento.

1) Los niños deben ser enseñados por sus padres, tanto a ver espacios televisivos

gratificantes y enriquecedores, como a no ver aquellos que le puedan degradar

en su dignidad humana. Si los padres no enseñamos a ver televisión a nuestros

hijos, ¿quién lo hará?

2) Tenemos que enseñar a los hijos a que no hay que “ver televisión”, sino que hay

que ver programas de televisión. Así podremos desarrollar la capacidad de

selección y discriminación, que nos habilitará para ver aquello que nos conviene

y no mirar aquello que no nos conviene.

3) Para crear un criterio de selección en el momento de ver televisión, debemos

evitar tener encendida la televisión, cuando no hay nadie viendo un programa

determinado.

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4) Un buen modo de afirmar las ideas anteriores, es no tener a mano el mando a

distancia. La costumbre de cambiar permanentemente de canal de televisión, es

contrario al criterio de selección.

5) Nuestros hijos no deben tener un aparato de televisión en su habitación ya que

no sabemos lo que seleccionan y ven, incentiva el aislamiento, puede provocar

una adicción a la televisión y es contrario a la vida de familia.

6) Es conveniente tener un horario preestablecido para ver programas de televisión.

Como todas las cosas, la televisión tiene “su lugar” en vida familiar, junto a

otras actividades.

7) No use la televisión como una "niñera electrónica", dado que ella no cuida

verdaderamente a nuestros hijos, especialmente si los dejamos ver "lo que están

dando". Cuando ambos padres trabajan, este criterio es especialmente

importante.

8) La capacidad de imitación que tiene el niño debe ser orientada hacia el

conocimiento de personajes reales y ejemplares y no hacia "héroes imaginarios",

o personajes de poca ejemplaridad.

9) Echarle la culpa a la televisión es la salida fácil. Los padres no debemos abdicar

en la lucha para que en casa se vea buena televisión, teniendo siempre presente

que nos corresponde a nosotros el deber y la responsabilidad formativa de

nuestros hijos.

10) Si puede, es muy conveniente que los padres acompañen a sus hijos a ver la

televisión. De esta forma podremos conocer directamente los efectos que

producen en nuestros hijos los programas que ven.

11) No todos los programas dan lo mismo. Debemos preferir que en lo posible

nuestros hijos vean aquellos espacios que tengan que ver con el desarrollo de

valores, amor a la naturaleza, ocupación positiva del tiempo de ocio y cultivo de

la cultura, a aquellos programas insustanciales o superficiales.

12) No conviene dar por sentado que todos los programas llamados “infantiles”

tienen un contenido adecuado. Los padres debemos orientar a nuestros hijos en

este sentido, lo que nos obliga a informarnos adecuadamente al respecto.

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13) Los padres debemos informarnos del contenido de los programas de televisión.

Cualquier espacio que incluya erotismo, sexualidad, violencia, maldad,

permisividad, delincuencia, racismo, etc..., no es apto para niños. Y los padres

deben saberlo, y evitar que sus hijos los vean. Para lograr esto, se pueden

consultar las guías de calificación de la programación de la televisión o

información adicional.

14) Hay que tener presente que los hijos deben aprender los valores morales antes

que nada en el ámbito de la familia, y en la convivencia con los demás, y no en

los personajes y acciones de la televisión.

15) Los padres de familia deben esforzarse por buscar alternativas a la televisión:

deporte, visitas a museos y parques naturales, sesiones de teatro, proyección de

videos, fomento de conversaciones familiares, y prácticas de acciones solidarias

a favor de los demás.

16) La "cultura de la imagen" debe llegar a los niños por medios que no sea

exclusivamente la televisión, es decir, por fotografías, exposiciones, mapas y

lectura.

17) Inevitablemente habrá contenidos televisivos contrarios a los valores familiares.

Es por ello que los padres debemos fomentar que los programas sean analizados

y hablados en familia. Esto no sólo enriquece a todos, sino que es una muy

buena manera de dar un apoyo concreto a la educación de nuestros hijos,

evitando que arraiguen malos contenidos televisivos en ellos.

18) Las familias, poco a poco, pueden crear una videoteca con películas y

documentales de interés para los niños.

19) Los anuncios publicitarios pueden ser tan peligrosos como los malos programas

de televisión. Los padres debemos estar muy atentos para que la televisión no

convierta a nuestros hijos en personas superficiales o consumidoras de todo lo

que se anuncia. Nunca hay que hacer caso de la publicidad de jugos que inciten a

la violencia, a la discriminación, sexo y racismo.

20) Ver o no ver televisión no debe convertirse para los niños en un premio o

castigo.

21) Los padres de familia, deben iniciar a sus hijos, según su edad y desarrollo, en

una positiva y prudente educación sexual, que evite que una imagen

distorsionada de la mujer y del sexo les sea trasmitida, poco a poco, por medio

de la televisión.

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22) Los padres de familia debemos luchar para que cualquier espacio de televisión

infantil, estructurado sin ética, sin respeto a los valores y a los derechos de los

niños, sea retirado de la parrilla televisiva. La mala televisión infantil, o

“programación basura” tiene su origen en el menosprecio a la dignidad del niño

como persona.

23) No debemos dejar que nuestros hijos vean televisión basura. Si estos programas

de televisión son vistos por nuestros hijos, confundirán la realidad con la ficción,

se desorientarán al valorar el sentido de la vida, e irán deformando su propia

conciencia. Transigir con la mala calidad de aquellos programas de televisión

inadecuados para los niños, dejándolos que los vean, equivale a transigir y

hacerse cómplice de lo que distorsiona los valores y los derechos de la infancia.

24) Los padres de familia debemos organizarnos para exigir una televisión, en

horarios infantiles. Las actitudes groseras, los hábitos y comportamientos

antisociales, las obscenidades del lenguaje, la pérdida del sentido de la

autoridad, la vulgaridad y la frivolidad, la apología subliminal o directa de

conductas reprochables, y cualquier menosprecio a la vida humana, deben ser

erradicados, especialmente de los espacios que tengan a los niños como

destinatarios.

25) Ante una programación infantil con baja, discutible y reprobable calidad, los

padres de familia pueden realizar una crítica constructiva en aquellos soportes o

medios de comunicación que estimen más adecuados. Asimismo, debemos

incentivar una buena televisión, resaltando sus buenos programas.

26) Los padres de familia y educadores deben hacer comprender a los niños que la

televisión no es imprescindible ni el único medio para llenar su tiempo libre.

27) El ejemplo resulta una terapia eficaz. Si los padres ven mucha televisión, o

televisión de mala calidad, ¡con qué criterio van a evitar que sus hijos vean

aquellos programas negativos para ellos!

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4. Conclusiones

A lo largo del trabajo monográfico realizado nos ha sido posible estudiar a fondo

diferentes aspectos relacionados con la televisión concretamente centrándonos en

aspectos como la familia y los docentes, para poder utilizarla como un elemento

educativo que complemente a la escuela.

La primera y principal conclusión a la que hemos llegado es que en la mayoría

de los hogares españoles no se hace un uso adecuado de la televisión y en ocasiones

tiene efectos negativos en la educación de los niños, y esto hace que a veces se

generalice este argumento estableciendo un gran aspecto negativo en la sociedad. Este

argumento sigue en el pensamiento de la población a pesar de que en la actualidad hay

un importante y riguroso control sobre las programaciones infantiles teniendo en cuenta

el contenido y la franja horaria en la que se emite. Hay que destacar que el factor

económico se mantiene por encima de la educación en la televisión, y se emiten

programas de mayor audiencia sin tener en cuenta la disposición infantil, muchos de

estos programas son llamados “tele-basura”.

La intención que hemos tenido con este trabajo es contrarrestar este argumento,

y enfocar hacia una perspectiva educativa de la televisión, dando la función de los

docentes donde ellos se encargan de utilizar este medio de una manera correcta y

productiva en el aula a través de procedimientos metodológicos; y también dando la

función de los padres, la familia, donde se ofrecen orientaciones y consejos para

aprender a utilizar este medio de comunicación como un medio educativo y no

simplemente de ocio y entretenimiento.

Otro aspecto destacable es la evolución de la sociedad frente a la tecnología, es

decir, cuando surgió la televisión era una “novedad” y se pasaban muchas horas delante

de ella, pero ahora ya forma parte de nuestra vida pero el consumo de horas va

aumentando haciendo que surjan problemas asociados como por ejemplo sacar bajas

calificaciones en la escuela, aumento del sedentarismo, riesgo de obesidad, pérdida de

juegos tradicionales,… Para este aspecto también se ofrecen orientaciones y consejos

para los padres, para que puedan tener una mejor relación social con sus hijos, para

evitar problemas de salud,…

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Finalmente, cabe decir que la televisión es un medio de comunicación tanto con

aspectos positivos como negativos pero en ella también existe un contenido educativo

que hay que saber elegir y extraer, es decir, seleccionar la cadena y el programa

adecuado. Este medio puede convertirse en un importante recurso educativo para el

docente con el fin de utilizarlo en su aula con la visualización de documentales, series o

películas que sirvan para asentar los conocimientos teóricos expuestos en clase e incluso

para ampliar conocimientos; y se puede utilizar como una alternativa de ocio y

entretenimiento, sin abusar de ello, y fomentar a los niños que realicen actividades

físicas, tanto de ocio como de competición, para relacionarse con más niños e

interactuar con ellos. A pesar de todo ello, queremos destacar la importancia de una

persona adulta en el momento de visualización de programas, series o películas por

parte de los niños para saber seleccionar cuáles tienen contenidos adecuados para ellos y

cuáles no.

Para concluir, queremos destacar la realización propia de un folleto con guías

orientativas dirigidas a los padres para que “aprendan” a utilizar la televisión de una

manera correcta y productiva para sus hijos.

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Imagen 1 http://www.laparabolica.es/seriefilo-se-nace/tv_familia_antigua-

1141-zoom/

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Imagen 2 http://komunikis.files.wordpress.com/2013/02/educa-tv.jpg

La televisión en el centro educativo (Madrid, Ediciones de la Torre, 1996)