el trabajo

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EL TRABAJO La palabra profesión viene del latín Profesare y significa ejercer de manera preferente un oficio, va unida a la de trabajo que hace relación a cumplir una tarea, realizar una misión en una sociedad. La llamada profesional de cada ser humano se entrecruza esencialmente con su vocación. Nadie nació para la inactividad. “El hombre nace para el trabajo como el pájaro para volar”, afirma el Papa Pio XI, comparación que nos permite inferir que el trabajo es esencial a todo ser humano, es constituti vo de su naturaleza. El trabajo no solo es el medio necesario para la subsistencia, para satisfacer las necesidades básicas, para procurarse el pan de cada día, sino que también por medio de él, el ser humano se relaciona directamente con la naturaleza contribuyendo a su transformación y aportando al progreso de las ciencias y de la técnica. Se trabaja, como dice Jalil Gibran, “para estar en armonía con la tierra y con el alma de la tierra”. A medida que trabaja, el ser humano hace cosas, realiza obras, inventa, crea, va mejorando el mundo, lo va perfeccionando, desarrolla sus capacidades, habilidades y destrezas, proyecta sus valores y sus dones y se va construyendo a sí mismo. En este sentido la Constitución Gaudium et spes, expresa: “La actividad humana como procede del hombre, así también se ordena al hombre, pues éste al obrar, no solo cambia las cosas y la sociedad, sino que se perfecciona a si mismo. Aprende mucho, cultiva sus facultades, avanza fuera de sí y sobre si”. Al trabajar, toda persona presta un servicio, este es el distintivo del trabajo, aquí radica la función social y es por esto que la actividad del hombre tiene sentido. Se ejerce un oficio en función de los demás porque nos necesitamos y al intercambiar productos y servicios nos complementamos mutuamente y satisfacemos las necesidades. Es por esto que hay diversidad de oficios o profesiones. Hay trabajos rudos y duros, trabajos para el cuerpo, para los brazos y para la mente. Hay oficios que tensan los músculos y otros que tensan los nervios como también los hay de mayor o menor responsabilidad; pero de todos modos el trabajo es uno solo y “todo trabajo es digno por más sencillo que sea”. Por eso al trabajar no hay que hacerlo para aparecer, sino para merecer, no hay que ejercer la profesión con mezquindad, sino con dadivosidad, no hay que ejecutar una obra para matar el tiempo sino para dar sentido a la existencia. Además, el trabajo influye decididamente en la eticidad humana. El Ethos que permite al hombre ex- istir, se colma con la acción que se hace servicio solidario, generoso y dignificante, de ahí que sea necesario dimensionar el trabajo, experimentándolo profundamente, sintiéndolo, gozándolo, porque si solo se trabaja para comer, el hombre se quedaría al nivel de comportamiento instintivo de los animales que se disponen cuando tienen hambre a buscar su alimento y cuando lo encuentran y se satisfacen se acuestan a dormir la siesta, algunos unas

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Page 1: El trabajo

EL TRABAJO

La palabra profesión viene del latín Profesare y significa ejercer de manera preferente un oficio,

va unida a la de trabajo que hace relación a cumplir una tarea, realizar una misión en una

sociedad.

La llamada profesional de cada ser humano se entrecruza esencialmente con su vocación. Nadie

nació para la inactividad.

“El hombre nace para el trabajo como el pájaro para volar”, afirma el Papa Pio XI, comparación

que nos permite inferir que el trabajo es esencial a todo ser humano, es constituti vo de su

naturaleza.

El trabajo no solo es el medio necesario para la subsistencia, para satisfacer las necesidades

básicas, para procurarse el pan de cada día, sino que también por medio de él, el ser humano se

relaciona directamente con la naturaleza contribuyendo a su transformación y aportando al

progreso de las ciencias y de la técnica. Se trabaja, como dice Jalil Gibran, “para estar en armonía

con la tierra y con el alma de la tierra”.

A medida que trabaja, el ser humano hace cosas, realiza obras, inventa, crea, va mejorando el

mundo, lo va perfeccionando, desarrolla sus capacidades, habilidades y destrezas, proyecta sus

valores y sus dones y se va construyendo a sí mismo. En este sentido la Constitución Gaudium

et spes, expresa: “La actividad humana como procede del hombre, así también se ordena al

hombre, pues éste al obrar, no solo cambia las cosas y la sociedad, sino que se perfecciona a si

mismo. Aprende mucho, cultiva sus facultades, avanza fuera de sí y sobre si”.

Al trabajar, toda persona presta un servicio, este es el distintivo del trabajo, aquí radica la

función social y es por esto que la actividad del hombre tiene sentido.

Se ejerce un oficio en función de los demás porque nos necesitamos y al intercambiar productos

y servicios nos complementamos mutuamente y satisfacemos las necesidades. Es por esto que

hay diversidad de oficios o profesiones.

Hay trabajos rudos y duros, trabajos para el cuerpo, para los brazos y para la mente. Hay oficios

que tensan los músculos y otros que tensan los nervios como también los hay de mayor o menor

responsabilidad; pero de todos modos el trabajo es uno solo y “todo trabajo es digno por más

sencillo que sea”. Por eso al trabajar no hay que hacerlo para aparecer, sino para merecer, no

hay que ejercer la profesión con mezquindad, sino con dadivosidad, no hay que ejecutar una

obra para matar el tiempo sino para dar sentido a la existencia.

Además, el trabajo influye decididamente en la eticidad humana. El Ethos que permite al

hombre ex- istir, se colma con la acción que se hace servicio solidario, generoso y dignificante,

de ahí que sea necesario dimensionar el trabajo, experimentándolo profundamente,

sintiéndolo, gozándolo, porque si solo se trabaja para comer, el hombre se quedaría al nivel de

comportamiento instintivo de los animales que se disponen cuando tienen hambre a buscar su

alimento y cuando lo encuentran y se satisfacen se acuestan a dormir la siesta, algunos unas

Page 2: El trabajo

horas, otros varios días o meses hasta cuando vuelvan a sentir hambre y, en ese sentido, la leona

sabe que tiene que correr más rápido que la gacela más veloz para poder llevar el alimento a sus

cachorros, así como la gacela sabe que tiene que correr más veloz que la leona más rápida para

no convertirse en alimento de su depredador.

Los animales se levantan cada mañana a buscar el alimento, a “mercar” para satisfacer sus

necesidades de alimento y subsistir. Para el ser humano, en cambio, buscar el alimento material

es apenas una de las múltiples búsquedas que requiere emprender y tiene que ir mucho mas

allá, el trabajo debe constituirse en parte de su vida, de su crecimiento interior, en algo tan

agradable y placentero que prácticamente no necesite vacaciones, su “carrera”, al madrugar

cada mañana debe ser para crecer intelectual, afectiva y espiritualmente.

Bien temprano en las mañanas, toda persona, debe levantarse a “correr” para actualizarse,

capacitarse, para ponerse a tono con los últimos avances, los más recientes conocimientos y

tecnologías; para ponerle iniciativa y creatividad al trabajo y a la vida, es por esto que debe

acabar con la mediocridad y la mezquindad y no limitarse a lo que le toca. Hay que hacer las

cosas cada vez mejor, porque de lo contrario los más aventajados cogerán la delantera y lo

dejaran fuera de toda posibilidad.

Frente al desafío del trabajo el ser humano debe dar un paso al frente con firmeza con la plena

convicción de dar siempre lo mejor de sí mismo y ser el mejor. Kim Woo Choong, en su libro “el

mundo es tuyo, pero tienes que ganártelo” recomienda: No seas una de esas personas que se

conforman con irla pasando, fíjate como meta llegar a ser el numero uno y dedícate a ello en

cuerpo y alma porque cuanto más te esfuerces, tanto más numerosas serán tus probabilidades

de triunfar. Creo que todos los que son los mejores en su campo lo lograron porque aspiraron

muy alto y se esforzaron al máximo. Los esfuerzos a medias nunca llevaron a nadie a la cumbre”,

y si a un profesional le va bien en el sentido ético del cumplimiento de su misión, al mundo

también le va bien.

DIMENSION PERSONAL DEL TRABAJO

Afirma el Papa Juan Pablo II: “El trabajo es un bien del hombre, es un bien de su humanidad,

porque mediante el trabajo el hombre no solo transforma la naturaleza adaptándola a sus

propias necesidades, sino que se realiza a si mismo como hombre, es más, en un cierto sentido,

se hace mas hombre”.

Tiene razón el Papa por cuanto el ser humano al trabajar lo que hace es proyectar su inteligencia,

su afectividad y sus capacidades y habilidades y de esta manera se dimensiona, expande su vida

hacia los demás en acciones de servicio y de producción.

Al desempeñar un oficio todo ser humano tiene la oportunidad de crear, inventar, buscar

alternativas para solucionar problemas, satisfacer necesidades y progresar física, intelectual y

psicológicamente. Por el trabajo el ser humano deja de ser un simple observador y espectador

del mundo, para convertirse en un transformador y ejecutor de acciones que lo recrean,

exploran, descubren y pulen.

Page 3: El trabajo

En esta reflexión es importante tener en cuenta que cuando una persona trabaja es todo su ser

el que actúa, no se puede separar la mente del cuerpo, ni éstos de las emociones y los

sentimientos. Desunir la mente del trabajo tiene el riesgo de que el hombre se vuelva una

maquina de producir cosas, sin saber el porqué, ni el para qué. No se puede caer en la

despersonalización.

El trabajo eleva la autoestima, fortalece la autonomía y ratifica la dignidad humana, haciendo

que la persona se sienta útil, capaz y generadora de valores como la responsabilidad, el

compromiso, el servicio, la alegría, el ingenio, la iniciativa y la creatividad.

El trabajo es algo maravilloso y por el cual hay que sentirse orgulloso no solo porque permite

conseguir el pan de cada día sino porque llena de alegría y satisfacción a quien lo realiza. Este

alborozo se transmite a los demás, contagia y anima a seguir trabajando.

Lo mismo sucede a quien estudia con gozo en su interior porque el estudio no solo prepara para

el desempeño de un oficio o de una profesión, sino que alimenta l a inteligencia, el alma, el

cuerpo y el espíritu y la persona va creciendo de manera integral.

Para quien estudia, éste es su trabajo y debe hacerlo con intensidad, con rigurosidad. No hay

nada más gratificante a los ojos de una persona sensata que ver a los jóvenes estudiando con

ahínco convencidos de que son el presente y el futuro de los pueblos. El estudio no puede ser

una imposición, es algo que hay que asumir con propiedad personal, como algo normal y natural

que hay que hacer durante toda la vida, porque aun ejerciendo una profesión hay que seguir

actualizándose y capacitándose.

El estudio es una inversión, el trabajo también es otra inversión, así hay que tomarlos.

Inversiones que se transforman, a su debido tiempo, en bienestar y prosperidad para l a sociedad

en la cual se vive y se crece.

En este sentido, desde el punto de vista ético, el trabajo no puede ni debe ser considerado como

una carga o una desgracia, al contrario, la desgracia es no tenerlo o no poderlo realizar. Por

supuesto que, en ocasiones, causa fatiga, cansancio y sudor, pero, es propio de toda persona

por cuanto se trata de un ser que se cansa, enferma y se muere; pero, este cansancio y esta

fatiga son signos de la necesidad de sacrificio que a veces se requiere para que se obtengan

logros y haya prosperidad. El progreso de una generación por lo general ha estado marcado por

el sacrificio de su generación anterior.

Hoy, se hace necesario enseñar a los jóvenes a estudiar entusiasmo y a trabajar con devoción,

con el convencimiento de que al tiempo que cumplen su misión de servicio logran su crecimiento

como personas y así mismo se van haciendo responsables del progreso del mundo y el

mejoramiento de las condiciones de vida de la familia humana.

HUMANIZACION O DESHUMANIZACION

1. HUMANIZACION:

Humanizar significa:

a. Hacer que toda persona sea cada día mas y mejor ser humano.

Page 4: El trabajo

b. Ordenar el trabajo en función de la persona humana.

c. Crear condiciones para que el trabajo esté inmerso en un ambiente que propicie y

mejore la calidad de vida y dignifique a la persona.

Lo anterior implica:

Que al trabajador se le permita ser persona con autonomía sin ser tratado como un títere a

quien se explota y se manipula porque tiene carencias de toda índole.

Que se le trate como a un ser humano que es, que se le pague justa y suficientemente para

que pueda satisfacer sus necesidades, que su salario no sea motivo de angustia porque

trabaja arduamente y sus obligaciones son mayores que sus ingresos o porque se le acaba

el sueldo y le sobra mes.

Que se le proporcione vivir con alegría y con entusiasmo, disfrutando del trabajo como parte

importante de su vida.

Que no se le pida olvidarse de la familia en el trabajo con el pretexto de que pierde

concentración y merma producción, sabiendo que para la familia trabaja y por ella se

desvive. No se le puede pedir que se desligue de lo que le da sabor y alegría a su vida, además

“la familia es la primera escuela interior de trabajo”.

Que se le apoye y colabore cuando tenga necesidades extremas e imprevistas.

Que no se angustie ni experimente temor cuando se enferma. Que se sienta desinhibido

para expresar sus dolores y angustias y que para ello cuente con espacios y con el

acompañamiento de un profesional especializado.

Que pueda expresar sus ideas e inquietudes para que aporte a la empresa no solo con sus

brazos, sino también con su mente.

Que se le trate con justicia, con respeto, reconociendo que es un ser humano con cualidades

y defectos, que tiene los mismos derechos que sus superiores.

Que se le permita equivocarse y corregir, sin correr el riesgo de ser despedido a la primera

falta, víctima de una gerencia perfeccionista. Que se le dé una segunda oportunidad porque

es una persona en proceso de formación permanente, susceptible de ser cada día mejor si

se le da la oportunidad, se cree en ella y se le colabora.

Que en la jornada laboral, le brinden espacios de socialización y recreación que lo motiven

a proyectar su afectividad y al mismo tiempo recibir afecto y apoyo. Que se le tenga en

cuenta sus sentimientos, anhelos y esperanzas.

En suma que haya respeto reciproco, que ambas partes trabajen para el beneficio mutuo.

“Las personas deben creer unas en otras; así es como se forma una sociedad sana”.

2. DESHUMANIZACION:

El trabajo es una gran oportunidad de humanización si se considera al trabajador como una

persona y no como una maquina; pero, también se puede convertir en un motor de

deshumanización si se convierte en una alienación, si el trabajador se siente utilizado como un

productor de riqueza, una máquina de hacer plata, menguado en su dimensión personal, en su

calidad de vida y, además, si experimenta que su existencia no se proyecta hacia su realización

como ser integral.

Page 5: El trabajo

Hasta hace poco tiempo las cosas que el ser humano necesitaba eran pocas y todo estaba

organizado para satisfacerlas; se encontraba trabajo fácilmente, el dinero alcanzaba, el mundo

funcionaba como un relojito; pero, todo ha cambiado con los inventos y los avances, el

crecimiento de la población, la destrucción del ambiente natural e incluso con los sistemas

económicos.

Han surgido nuevas formas de producción, se ha fortalecido una cultura del Consumismo, en

cierta manera arrolladora. Ya el problema no es solo adquirir ciertos bienes, sino el de responder

a una demanda de calidad: calidad de la mercancía que se produce y se consume, calidad de los

servicios que se disfrutan, calidad del ambiente y de la vida en general.

Esta cultura consumista, alimentada por una economía capitalista e incentivada por objetivos

hedonistas, presiona al ser humano a multiplicar sus actividades, ya sea porque el sueldo no le

alcanza, porque descubre formas equivocadas de satisfacción o porque adquiere obligaciones

impagables al caer en la “trampa” de tener por tener y, por tanto, compra cosas que no necesita,

con plata que no tiene para aparentar lo que no es a una sociedad que no le importa.

El afán empresarial de producir para competir, vender y ganas mas, lleva a pagar salarios de

hambre que no permiten satisfacer las necesidades básicas y contribuyen al deterioro de la

calidad de vida.

Ha irrumpido en el mundo un ambiente deshumanizante, debido sin duda a la forma equivocada

como el ser humano ha asumido su misión de administrar la creación. En vez de administrarla,

la ha atropellado; en vez de re- crearla, la ha destruido; en vez de gobernarla, la ha tiranizado.

Esta forma equivocada y arbitraria de administrar la tierra y todos sus recursos está llevando al

ser humano a la desesperanza, a la rutina, a la monotonía, a la indiferencia, a la insensibilidad y

a la vida sin sentido en detrimento de su humanización y su plena realización.

DIMENSION SOCIAL DEL TRABAJO

El trabajo no solo dimensiona a la persona que lo ejecuta sino que también al proporcionar unos

bienes o unos servicios a los demás, tiene un fin social. No solo se trabaja para satisfacer

necesidades de orden personal, sino que también se trabaja para satisfacer necesidades de

orden comunitario. Todos los seres humanos dependemos de otros y nos requerimos.

En atención a la experiencia se puede afirmar que no existe una persona en el mundo, por muy

poderosa que sea, que no necesite la ayuda de alguien, y asimismo no hay persona por humilde

o inútil que parezca que no puede prestar ayuda a otras.

Este sentido del trabajo, orientado al servicio de los demás, trae como consecuencia

retribuciones gratificantes, Primero que todo, la satisfacción emocional de haber contribuido a

la satisfacción de alguna necesidad a un semejante, y, en segundo lugar, la sensación d e

beneficiarse a si mismo. Quien ayuda a los demás, se ayuda a sí mismo. O dicho de otra manera,

nada le falta a quien da con generosidad.

Por su dimensión social y su finalidad, el trabajo requiere de sentido comunitario y disposición

para vencer todo sentimiento egoísta: Hay que salir de si mismo con la alegría que emerge de

un corazón desprendido y con las ganas de servir y de ayudar de un alma generosa.

Page 6: El trabajo

El trabajo es la oportunidad que tiene el ser humano para proyectarse a si mismo demostrando

sus capacidades y habilidades, su laboriosidad, su diligencia, su organización, su rendimiento, su

cooperación, su compañerismo, su magnanimidad, su capacidad de solidaridad, servicio, apoyo

y desprendimiento. Es, en suma, la gran ocasión que tiene toda persona para movilizar su Ethos

contribuyendo a su propio desarrollo integral al dimensionar su inteligencia, sus emociones y

sentimientos, así como su vigor y su fortaleza física.

Al desarrollarse integralmente, por medio del trabajo, el ser humano no puede evi tar el

desarrollo de los demás, lo que se convierte en una acción reciproca de carácter solidario.

En esta acción solidaria, la humanidad ha sido favorecida de manera importante, a través de la

historia, porque mientras algunas personas han propuesto las ideas, otras las han desarrollado,

otras mas las han perfeccionado, de tal manera que no siempre, alguien en particular ha

realizado toda una obra, sino que se ha venido desarrollando poco a poco en un proceso

histórico colectivo, como si se tratara de una carrera de relevos.

Por ejemplo: cuantas personas participaron en la invención de la cámara fotográfica desde 1727,

cuando se descubrieron los principios, hasta 1839, año en el cual se pudo tomar y revelar la

primera fotografía?, cuantas personas han participado en el mejoramiento y confort de la

vivienda, desde la época de las cavernas, las chozas y enramadas hasta los edificios de hoy?, o

cuantas personas han participado en la automatización de la maquinaria industrial desde

cuando Leonardo Da Vinci dio los conceptos pioneros?.

Es por esto que no es justo que haya una división tan marcada entre los jefes y obreros como se

ve en el planteamiento de Bertolt Brecht, en la cual las palmas, honores, placas y mejores

estipendios son para quienes tienen títulos y puestos de autoridad; pero quienes realizan el

trabajo duro y extenuante reciben retribución baja y no son mencionados ni reconocidos; pero,

las obras son de todos.

El trabajo está estrechamente unido a la historia del mundo. El trabajo de hoy es conti nuación

del de ayer y preparación para el de mañana, de ahí la seria responsabilidad de hacer las cosas

muy bien con excelente calidad para quienes las han de continuar.

Se hace necesario y urgente que el hombre se encuentre a sí mismo y, como dijera Pabl o VI, que

las naciones se encuentren entre sí como hermanas. Se requiere de comprensión, amistad,

comunión entre todas las naciones “para actuar a una con el fin de edificar el provenir común

de la humanidad”.

Por tanto, el lugar de trabajo debe ser un espacio agradable, reconfortante y motivador, donde

se cultive el compañerismo y la cooperación, así como el trabajo debe ser una acción que

satisfaga plenamente el deseo de vivir para contribuir al mejoramiento del mundo y al bienestar

de toda la humanidad.

HUMANIZACION O DESHUMANIZACION

3. HUMANIZACION:

Humanizar significa:

Page 7: El trabajo

d. Hacer que toda persona sea cada día más y mejor ser humano. e. Ordenar el trabajo en función de la persona humana. f. Crear condiciones para que el trabajo esté inmerso en un ambiente que propicie y mejore la calidad

de vida y dignifique a la persona.

Lo anterior implica: Que al trabajador se le permita ser persona con autonomía sin ser tratado como un títere a quien se

explota y se manipula porque tiene carencias de toda índole.

Que se le trate como a un ser humano que es, que se le pague justa y suficientemente para que pueda satisfacer sus necesidades, que su salario no sea motivo de angustia porque trabaja arduamente y sus obligaciones son mayores que sus ingresos o porque se le acaba el sueldo y le sobra mes.

Que se le permita vivir con alegría y con entusiasmo, disfrutando del trabajo como parte importante de su vida.

Que no se le pida olvidarse de la familia en el trabajo con el pretexto de que pierde concentración y merma producción, sabiendo que para la familia trabaja y por ella se desvive. No se le puede pedir que se desligue de lo que le da sabor y alegría a su vida, además “la familia es la primera escuela interior de trabajo”.

Que se le apoye y colabore cuando tenga necesidades extremas e imprevistas.

Que no se angustie ni experimente temor cuando se enferma. Que se sienta desinhibido para expresar sus dolores y angustias y que para ello cuente con espacios y con el acompañamiento de un profesional especializado.

Que pueda expresar sus ideas e inquietudes para que aporte a la empresa no solo con sus brazos, sino también con su mente.

Que se le trate con justicia, con respeto, reconociendo que es un ser humano con cualidades y defectos, que tiene los mismos derechos que sus superiores.

Que se le permita equivocarse y corregir, sin correr el riesgo de ser despedido a la primera falta, víctima de una gerencia perfeccionista. Que se le dé una segunda oportunidad porque es una persona en proceso de formación permanente, susceptible de ser cada día mejor si se le da la oportunidad, se cree en ella y se le colabora.

Que en la jornada laboral, le brinden espacios de socialización y recreación que lo motiven a proyectar su afectividad y al mismo tiempo recibir afecto y apoyo. Que se le tenga en cuenta sus sentimientos, anhelos y esperanzas.

En suma que haya respeto reciproco, que ambas partes trabajen para el beneficio mutuo. “Las personas deben creer unas en otras; así es como se forma una sociedad sana”.

4. DESHUMANIZACION:

El trabajo es una gran oportunidad de humanización si se considera al trabajador como una persona y no

como una maquina; pero, también se puede convertir en un motor de deshumanización si se convierte en

una alienación, si el trabajador se siente utilizado como un productor de riqueza, una máquina de hacer

plata, menguado en su dimensión personal, en su calidad de vida y, además, si experimenta que su

existencia no se proyecta hacia su realización como ser integral.

Hasta hace poco tiempo las cosas que el ser humano necesitaba eran pocas y todo estaba organizado para

satisfacerlas; se encontraba trabajo fácilmente, el dinero alcanzaba, el mundo funcionaba como un relojito;

pero, todo ha cambiado con los inventos y los avances, el crecimiento de la población, la destrucción del

ambiente natural e incluso con los sistemas económicos.

Han surgido nuevas formas de producción, se ha fortalecido una cultura del Consumismo, en cierta manera

arrolladora. Ya el problema no es solo adquirir ciertos bienes, sino el de responder a una demanda de

calidad: calidad de la mercancía que se produce y se consume, calidad de los servicios que se disfrutan,

calidad del ambiente y de la vida en general.

Esta cultura consumista, alimentada por una economía capitalista e incentivada por objetivos hedonistas,

presiona al ser humano a multiplicar sus actividades, ya sea porque el sueldo no le alcanza, porque

descubre formas equivocadas de satisfacción o porque adquiere obligaciones impagables al caer en la

“trampa” de tener por tener y, por tanto, compra cosas que no necesita, con plata que no tiene para

aparentar lo que no es a una sociedad que no le importa.

El afán empresarial de producir para competir, vender y ganar más, lleva a pagar salarios de hambre que

no permiten satisfacer las necesidades básicas y contribuyen al deterioro de la calidad de vida.

Page 8: El trabajo

Ha irrumpido en el mundo un ambiente deshumanizante, debido sin duda a la forma equivocada como el

ser humano ha asumido su misión de administrar la creación. En vez de administrar la, la ha atropellado; en

vez de re- crearla, la ha destruido; en vez de gobernarla, la ha tiranizado.

Esta forma equivocada y arbitraria de administrar la tierra y todos sus recursos está llevando al ser humano

a la desesperanza, a la rutina, a la monotonía, a la indiferencia, a la insensibilidad y a la vida sin sentido en

detrimento de su humanización y su plena realización.