el tesoro de bendiciones, una práctica del buda shakyamuni

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El tesoro de bendiciones: Una práctica del Buda Shakyamuni Mipham Rimpoché Namo guru shakyamuniye Dice el Sutra Samādhirāja: Aquellos que al caminar, al sentarse, al pararse o al dormir, recuerden al Buda cual luna, siempre estarán en la presencia del Buda y alcanzarán el vasto nirvana. Y: Su cuerpo puro es del color del oro, hermoso es el Protector del Mundo. Quienquiera que lo visualice así, practica la meditación de los bodisatvas. Manteniendo esto, debemos practicar recordando a nuestro incomparable maestro, el Señor de los Sabios, de la siguiente manera: En el Buda, el Dharma y la Suprema Asamblea Me refugio hasta que alcance la iluminación. Que por el mérito de dar y demás virtudes, Pueda lograr la budeidad para beneficio de todos los seres. Recita este verso tres veces. Luego cultiva los cuatro inconmensurables, refiriendo: Tengan todos los seres felicidad y las causas de la felicidad, Estén siempre libres del sufrimiento y de las causas del sufrimiento, Permanezcan inseparables del gran gozo despojado de sufrimiento, Y, libres del apego y la aversión hacia cercanos y distantes, moren en la ecuanimidad inmensurable. Trayendo a la mente cómo todos los fenómenos aparecen y sin embargo carecen de existencia inherente, recita lo siguiente: Āh, como la unión de la vacuidad increada y las incesantes Apariencias de la interdependencia, mágicamente aparece allí En el cielo frente a mi, en medio de vastas nubes de ofrecimiento, En un enjoyado trono con leones, y asientos de loto, sol y luna, El maestro incomparable, el León de los Shakyas. Su cuerpo del color del oro, adornado con las marcas mayores y menores, Ataviado con los tres hábitos del Dharma y sentado en la postura vajra. Su mano derecha elegantemente dispuesta con el gesto de tocar la tierra

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El tesoro de bendiciones, Una práctica del Buda Shakyamuni compuesta por Mipham Rimpoché

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Page 1: El tesoro de bendiciones, Una práctica del Buda Shakyamuni

El tesoro de bendiciones: Una práctica del Buda Shakyamuni

Mipham Rimpoché

Namo guru shakyamuniye

Dice el Sutra Samādhirāja: Aquellos que al caminar, al sentarse, al pararse o al dormir, recuerden al Buda cual luna, siempre estarán en la presencia del Buda y alcanzarán el vasto nirvana. Y: Su cuerpo puro es del color del oro, hermoso es el Protector del Mundo. Quienquiera que lo visualice así, practica la meditación de los bodisatvas. Manteniendo esto, debemos practicar recordando a nuestro incomparable maestro, el Señor de los Sabios, de la siguiente manera:

En el Buda, el Dharma y la Suprema Asamblea Me refugio hasta que alcance la iluminación. Que por el mérito de dar y demás virtudes, Pueda lograr la budeidad para beneficio de todos los seres.

Recita este verso tres veces. Luego cultiva los cuatro inconmensurables, refiriendo: Tengan todos los seres felicidad y las causas de la felicidad, Estén siempre libres del sufrimiento y de las causas del sufrimiento, Permanezcan inseparables del gran gozo despojado de sufrimiento, Y, libres del apego y la aversión hacia cercanos y distantes, moren en la

ecuanimidad inmensurable.

Trayendo a la mente cómo todos los fenómenos aparecen y sin embargo carecen de existencia inherente, recita lo siguiente:

Āh, como la unión de la vacuidad increada y las incesantes Apariencias de la interdependencia, mágicamente aparece allí En el cielo frente a mi, en medio de vastas nubes de ofrecimiento, En un enjoyado trono con leones, y asientos de loto, sol y luna, El maestro incomparable, el León de los Shakyas. Su cuerpo del color del oro, adornado con las marcas mayores y menores, Ataviado con los tres hábitos del Dharma y sentado en la postura vajra. Su mano derecha elegantemente dispuesta con el gesto de tocar la tierra

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Y su mano izquierda en el gesto de la meditación, sosteniendo un tazón de limosnas lleno de ambrosía.

Como una montaña de oro, majestuoso, él brilla con esplendor, Difundiendo rayos de la luz de la sabiduría por íntegra la expansión del espacio. Los Ocho Hijos Cercanos, los Dieciséis Arjat y así —Un vasto séquito, cual océano, de seres nobles rodeándolo—. El solo hecho de traerlo a mi mente concede la gloria del gozo supremo, La liberación del samsāra y el nirvana, y de los dos extremos. Es el Gran Ser, la personificación de todas las fuentes de refugio.

Visualiza la forma del Buda de esta manera e imagina que él de verdad está ahí, en frente tuyo. El instante en que generas este pensamiento —puesto que el cuerpo de sabiduría de los budas no esta subordinado a límites como el tiempo y el espacio—, él de seguro estará allí. Uno de los sutras dice: Quienquiera que piense en el Buda, él esta ahí, justo en frente suyo, constantemente dando sus bendiciones y liberándolo de todo daño. El mérito obtenido por visualizar al Buda es inagotable; es una fuente de virtud que nunca se acaba. Como dice el Sutra Avatamsaka: Por ver, escuchar u ofrecer a los budas se acumula una dotación ilimitada de mérito. Hasta que nos hayamos deshecho de todas las aflicciones y el sufrimiento en el samsāra, este mérito compuesto nunca se acabará. Además, cualquier plegaria de aspiración que hagamos ante el Buda se cumplirá. Tal como dice la Enseñanza sobre las Cualidades de la Tierra Pura de Mañjuśrī: Todo es circunstancial y depende enteramente de nuestra aspiración. Conforme a cualesquiera plegarias de aspiración que hagamos, obtendremos resultados. Genera una gran convicción en lo dicho y recita lo siguiente:

Con tu gran compasión abrazaste a este mundo degenerado y conflictivo E hiciste quinientas grandes aspiraciones. Se te alaba como al loto blanco, pues quienquiera que oiga tu nombre no caerá

de nuevo en el samsāra. —Compasivo maestro, el más de todos, te rindo homenaje—. Todas mis virtudes y las de los demás, de cuerpo, palabra y mente, junto con

todas nuestras posesiones, Vistas como las nubes de ofrecimiento de Samantabhadra, te las ofrendo. Todas las acciones dañinas y transgresiones que haya cometido desde el tiempo

sin principio, Todas y cada una las confieso con profundo y sentido arrepentimiento. De todas las acciones virtuosas de los seres nobles y ordinarios Acumuladas a lo largo de los tres tiempos, me regocijo.

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Pon a girar, sin cesar y en todas las direcciones, La profunda y vasta Rueda del Dharma, ¡te lo ruego! Tu cuerpo de sabiduría es como el espacio, Y permanece inmutable en el cursar de los tres tiempos. Empero, apareces ante los seres como si surgieras y cesaras. Milagrosamente, muéstrate siempre con un cuerpo aparente. Que en virtud de mis méritos acumulados en los tres tiempos, Para beneficio de todos los seres, infinitos como el espacio, Pueda nunca transgredir los límites formulados por el Rey del Dharma, Y pueda obtener el estado del Victorioso, el Señor de la Doctrina. En esta era de residuos deambulamos desprotegidos. Por tu bondad, viéndonos con suma compasión, Toda manifestación de las Tres Joyas en este mundo Es tu actividad iluminada. Eres nuestro único refugio, incomparable y supremo; Te rogamos desde el corazón con total confianza y fe: No olvides las promesas que hiciste antaño, Y hasta la iluminación, protégenos con compasión.

Con la mayor confianza y fe posibles, considera que el Buda está ahí frente a ti. Concéntrate unipuntualmente en su forma. Y recita lo siguiente tantas veces como puedas:

Supremo Gurú, Bagaván, Tatágata, Arjat, Buda Completo y Perfecto, Glorioso Conquistador, Buda Shakyamuni, ante ti me inclino y rindo homenaje. En ti me refugio.

Luego, para invocar su mente de sabiduría, recita tantas veces como puedas el siguiente dhāranī, que se enseña en la versión abreviada del Prajñapāramitā:

tadyathā om muni muni mahāmuniye svāhā

Luego recita, tanto como sea posible, el mismo mantra de om en adelante: om muni muni mahāmuniye svāhā

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Durante todo esto, trae a la mente las cualidades del Buda y, con una mente llena de devoción, concéntrate unipuntualmente en la clara visualización de su forma. Luego, por el poder de haber pronunciado los nombres del Buda y haber recitado su dhāranī, imagina que:

Del cuerpo del Buda emanan, con gran resplandor, rayos multicolores de la luz de la sabiduría, disipando todos los oscurecimientos propios y de los demás, Y causando que todas las cualidades genuinas del camino Mahāyāna broten en nosotros para que alcancemos el nivel de perfección del que nunca se regresa al samsāra.

Diligentemente aplícate a esta práctica tanto como puedas. Entre sesiones, practica la ofrenda del mandala, y recita, al máximo de tu capacidad, cualesquiera sutras que prefieras, tales como Las Alabanzas al Buda, El Loto Blanco de la Compasión, Lalitavistara, los Cuentos de Jataka, o Los Ciento Ocho Nombres de los Tathagatas. Dedica las fuentes de virtud a la insuperable iluminación y haz plegarias de aspiración. En general, cualquier cosa que hagas, ya sea que te estés moviendo, estés caminando, durmiendo o sentado, debes constantemente recordar al Buda. Incluso en la noche, cuando vayas a dormir, considera que el resplandor de la forma del Buda ilumina la totalidad del espacio en todas direcciones, iluminándolo tanto como si fuera de día. En todo momento emula las acciones del Buda desde el momento en que por primera vez generó la mente del despertar, y sigue el ejemplo de los budas y los grandes bodisatvas de los tres tiempos. Manteniendo tu compromiso de la preciosa bodichita, sin siquiera permitirle que vacile, esfuérzate tanto como puedas en la práctica de los bodisatvas en general, y en las prácticas de shamatha y vipasyana en particular, para hacer significativas las libertades y ventajas de esta existencia humana. Dicen muchos sutras que el solo hecho de escuchar el nombre de nuestro maestro, el Buda, asegura que uno vaya progresando gradualmente en el camino hacia la gran iluminación, sin caer de nuevo. También se dice que el dhāranī revelado arriba es la fuente de todos los budas. Fue por la fuerza de descubrir este dhāranī que el mismísimo Rey de los Shakyas alcanzó la iluminación, y que Avalokiteshvara se volvió el supremo de todos los bodisatvas. Con el solo hecho de escuchar este dhāranī una vasta acumulación de mérito será obtenida fácilmente y todos los oscurecimientos kármicos serán purificados, y al recitarlo, no ocurren los obstáculos. Esto se enseña en el Prajñapāramitā abreviado. Otras enseñanzas dicen que por recitar este dhāranī una sola vez, todas las acciones negativas cometidas a lo largo de 800.000 kalpas serán purificadas. Dicen que posee cualidades ilimitadas como ésta, y es la sagrada esencia del corazón de Buda Shakyamuni. La manera de generar fe y esforzarse en las prácticas de shamatha y vipasyana están explicadas en otra parte. La intención de componer este texto surgió, en principio, por el persistente estímulo de On Orgyen Tenzin Norbu, que es un portador del tesoro del triple entrenamiento y que acompañó su petición con la ofrenda de sustancias auspiciosas. Más recientemente, el mismo On Rimpoché envió a Tulku Jigme Pema Dechen con ofrendas de oro y otras sustancias auspiciosas, diciendo “Por favor termínalo rápido”. Instado por estos dos grandes maestros, yo, Mipham Jamyang Gyatso, un seguidor de Shakyamuni que tiene fe inamovible en el supremo maestro, y que es un maestro del

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Dharma sólo de nombre en esta última edad, compuso esto en Phuntsok Norbui Ling en las faldas del Monte Dza Dorje Penchuk. Fue completada el octavo día del Mes de los Milagros en el año de la Rata de Hierro. Que esto beneficie a las enseñanzas y a los seres continuamente, sin interrupción, a una escala maravillosa, y que todo el que vea, escuche, piense en, o tenga contacto con esta práctica de alguna manera, realmente reciba las incomparables bendiciones de nuestro maestro, el Señor de los Sabios. Traducido al español por el śrāmanera mañjughoșa. Traducido de la versión en inglés por Rigpa Translations publicada en Lotsawahouse.com con el título de “The Treasury of Blessings, A Practice of Buddha Shakyamuni” donde también se encuentra el texto original en tibetano. Que todo sea auspicioso.