el sufrimiento emocional - evolución consciente

7/24/2019 El Sufrimiento Emocional - Evolucin Consciente

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SUFRIMIENTO EMOCIONAL - Evolucin consciente

p://evolucionconsciente.org/el-sufrimiento-emocional/[28/10/2015 12:01:31 a.m.]

By evolucion| 26/10/2015

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C O N C I E N C I A E M O C I O N A L

EL SUFRIMIENTO

EMOCIONAL

El sufrimiento emocional es una asignatura pendiente que tods debemos

revisar, estudiar, analizar y aprobar definitivamente para que ya nunca mas

sea un lastre en nuestras vidas.

I
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El anciano maestro Zen puso un hermoso y valioso jarrn, antiqusima y nica

herencia familiar, delante del cnclave a la espera de encontrar un sucesor

entre los asistentes. Les indic que aquel jarrn no era ms que un problema y

se sent a esperar Un alumno se levant y con determinacin destroz el

jarrn con su sable. El que a priori pareca un loco temerario, result ser el

elegido. Un problema por muy antiguo, valioso y til que sea seguir siendo un

problema y como tal debe ser eliminado, sentenci el maestro justificando as

su eleccin y honrando el valor del nuevo abad Cuento budista

Si, por las circunstancias, tuvisemos la posibilidad de conocer y entablar

cercana relacin con muchas personas, enseguida nos daramos cuenta que no

hay ms que araar un poco en el corazn de cada una de ellas para descubrir

que, en mayor o menor medida, todas padecen algn tipo de problema

personal; de hecho, esto ya lo percibimos en nuestras relaciones habituales y,

por supuesto, en nosotros mismos. Familia, trabajo, amigos, existencia

siempre hay algn mbito de nuestra vida que nos genera sufrimiento, que nos

genera dolor, que nos genera malestar. Las emociones, los sntomas de esta

epidemia estn tan extendidas en la raza humana que, de ser un virus, sera,

inmediatamente, declarada la pandemia.

Es evidente que todava no estamos lo suficientemente concienciados sobre

esta cuestin como para que pueda despertar el necesario inters social que

suscite el desarrollo de una nueva forma de educar en el seno familiar, basada-fundamentalmente- en una buena profilaxis traumtica que permita al nio

crecer feliz y con una buena salud emocional. Y, por qu no?, tambin, una

nueva asignatura educativa que nos aporte, especialmente desde la infancia, la

informacin y herramientas necesarias para desarrollar todo nuestro potencial

humano y evitar que tengamos que hacer uso de nuestros naturales

mecanismos de resiliencia.

Lo cierto ahora es que podemos sufrir desde una leve insatisfaccin existencial

(sufrimiento de baja intensidad) a una grave manifestacin emocional

(emotio-terrorismo). Realmente, el grado en que suframos no es lo

importante sino el problema en s, y cualquier problema puede y debe ser

abordado y solucionado, como bien transmita el cuento de la presentacin.

Pero, para poder hacerlo, se hace imprescindible que antes aprendamos a

reconocer el sufrimiento, y a reconocer quin tiene la responsabilidad sobre

ese sufrimiento.

Lamentablemente, abordar estas cuestiones se hace inviable debido a la falta

de educacin emocional y la adaptabilidad a las que aluda en el prrafo

anterior. Esto, unido a que nuestra salud emocional est supeditada al actual


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paradigma sicolgico caracterizado por sus temidas etiquetas y sus

interminables y dudosos tratamientos, consigue que las procesiones sigan por

dentro y nuestros asuntos permanezcan todava en la carpeta de tabes

pendientes de airear.

Reconocer el sufrimiento

Nuestro marco educativo nos ha condicionado para creer que el sufrimiento esinnato al ser humano y, en consecuencia, no hay nada que se pueda hacer

salvo adaptarse a l, haciendo uso de nuestra resiliencia. Si prestamos

atencin, existen muchas frases que hemos heredado de nuestros padres y

abuelos y repetimos inconscientemente como si fuesen una verdad inmutable:

la vida es la escuela del dolor soy como soy, y a mi edad ya no se puede

cambiar, el amor es sufrimiento, la felicidad es una utopa, etc. Creencias

que nos sitan en el inmovilismo, la resignacin y la desesperanza. No son slo

frases, es lo que se nos ha transmitido y forma parte de la personalidad con la

que interpretamos la vida. El Dr. Miguel Ruiz lo define como el libro de la

ley.

Hay personas que acuden a mi consulta con la intencin de dar solucin a

algn pequeo problema recurrente que en ese momento le perturba; pero,

cuando empiezo a profundizar en su corazn, pronto constato que lo que me

cuenta no es ms que algo que distrae su atencin de lo verdaderamente

importante, la punta de un iceberg que esconde debajo una cantidad inmensade rabia y dolor que, por increble que parezca, la persona est tan

acostumbrada a l que no es capaz de identificarlo, y mucho menos calibrar

sus efectos.

La actitud que mejor puede rescatar las oscuras sombras de nuestro corazn y

sacarlas a la luz es la sinceridad, entendida como un hermoso acto de

generosidad con uno mismo a travs del cual reconocemos que algo no va bien

y nos ponemos en disposicin de averiguar qu.

es en ellas, en nuestras sombras, donde estn todas las respuestas que

necesitamos. Un ejercicio meditativo muy eficaz para empezar a obtener

respuestas es formularnos la pregunta soy feliz? O tambin estoy en paz? Es

igual cmo definamos o justifiquemos todo lo que encontremos, lo que no sea

felicidad o paz es sufrimiento. Si lo haces, recuerda que es solo un ejercicio de

observacin; no es necesario que lo cuantifiques, solo que lo identifiques.

Reconocer la responsabilidad

En prrafos anteriores revelaba una de las tres actitudes necesarias para

abordar de manera adecuada un proceso de alquimia emocional, la sinceridad.


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Quiero exponer ahora otra de esas actitudes, se trata de la responsabilidad.

Que no nos hayan enseado a plantearnos una solucin de continuidad a

nuestro sufrimiento y, menos an, que tal posibilidad pudiera existir, perpeta

el hbito de nuestras exigencias emocionales que ineludiblemente nos hacen

ver toros que no son, pero que parecen ser (como rezaba aquella cancioncilla

de los setenta) Y es que el secuestro, al que nos someten nuestras emociones

en el crucial instante en que el problema se manifiesta, nos lleva a confundir

este con las circunstancias que lo desatan y, sobre todo, con los actores

presentes en ellas

El problema no est, por tanto, en nuestras vivencias, sino en cmo nuestro

corazn las interpreta; si lo hace con dolor, tenemos el sufrimiento asegurado.

Tenemos que aceptar definitivamente- que la culpa no est en el otro, o en las

circunstancias, o en la vida, o incluso en Dios, como acostumbramos a creer.La responsabilidad es solo nuestra, y esta es una actitud que, ajena al castigo

que genera la culpa, nos invita a reconocer, con sinceridad, que todo lo que

sentimos, ya sea de ndole dolorosa o placentera, nos pertenece, es nuestro

patrimonio emocional. Que solo a nosotros nos corresponde darle solucin y

no creer, equivocadamente, que otro lo pueda hacer por nosotros con sus actos

o palabras.

Siempre estamos esperando que el otro repare el dao que creemos nos ha

causado y esto, con el tiempo, se va convirtiendo en un parsito que se aferra

firmemente a nuestro corazn, secuestrando nuestro raciocinio y decidiendo y

actuando por nosotros.

Esa culpa, que adjudicamos al otro, nos impide ejercer el sanador y necesario

gesto de perdn que, si bien no pretende exonerarlo de su responsabilidad, nos

permite cortar los lazos de exigencia que establecemos por doquier y que nos

devolvern la responsa-bilidad y la libertad a nuestras, hasta ahora,

dependientes vidas.

Hasta aqu, mi pretensin ha sido dejar aclaradas las dos cuestiones

fundamentales que planteaba al inicio de este artculo, reconocer el problema

y la responsabilidad sobre el mismo. Pero, no quiero terminarlo sin revelar la

tercera actitud que debemos desarrollar para dejar de sufrir.

S podemos dejar de sufrir, podemos aprender a hacerlo. Y este es, en

definitiva, el objetivo hacia donde verdaderamente va dirigida esta disertacin.

Como dejar de sufrir

La tercera y ltima de las actitudes necesarias para tal hito es el compromiso.


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Es, realmente, el elemento crucial en este proceso la declaracin de

intenciones, la energa iniciadora, continuadora y facilitadora de todos los

procesos que se irn desarrollando a lo largo de nuestro periplo en pos de la

libertad emocional, del poder bien entendido, el poder de elegir cmo me

quiero sentir, cmo quiero decidir haciendo uso de mi libre albedro.

Tener compromiso significa tener intencin, y esta no es ms que el deseo

consciente de solucionar los problemas que puedan estar manifiestos; significa

tener decisin, que es la manifestacin de la voluntad para continuar con el

proceso hasta su conclusin; y significa tener enfoque, la motivacin que surge

de reconocer en el conflicto la oportunidad.

Llegados este punto, siempre surge una pregunta muy concreta entre los

asistentes a mis conferencias s, eso est bien, pero cmo lo hago, cmo

doy solucin a mi sufrimiento? La verdad es que la respuesta es

tremendamente simple y, por eso, de orden superior (como dice la sabidura

oriental). Por comprensin.

no olvidemos que la comprensin es la materia prima con la que se

confecciona nuestra consciencia y, por ende, lo que impulsa nuestra evolucin

como seres humanos.

Para que la mente comprenda hemos de ofrecerle de forma ordenada, lgica y

coherente toda la informacin emocional existente alrededor de un problema

y, adems, perfectamente relacionada con cada uno de sus creencias,

pensamientos y reacciones, e incluso con el dolor fsico, con la somatizacin.

Es un volcado al consciente de todo el material subconsciente que permanece

oculto. Esto es lo se conoce como Satori en la tradicin oriental, un trmino

que no debera resultarnos tan ajeno

Si reconocemos en nuestros corazones la vocacin suficiente como para iniciar

un camino de crecimiento, y la capacidad para desarrollar las actitudes que mevan a ser tiles en l (sinceridad, responsabilidad y compromiso), entonces ya

slo nos queda comenzar a andar. Pero, antes de empezar, hemos de resolver

dos cuestiones fundamentales cul es el destino de nuestros pasos? y qu

mapa ser el adecuado para poder alcanzarlo?

Sanacin, crecimiento, bsqueda son algunos de los trminos que hoy

empleamos para intentar explicar nuestro proceso evolutivo consciente y

comprometido, pero estos trminos no definen un destino. Se basan en el viejo

paradigma hemos venido a aprender que busca soluciones en la informacin,

en el conocimiento, en el esfuerzo del aprendizaje. El nuevo paradigma

hemos venido a reconocernos, al contrario que el viejo, nos invita a una tarea


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mucho ms sencilla y hermosa: quitar lo que sobra.

Concete a ti mismo, tal y

como rezaba el frontispicio

del templo de Delfos, ese es, y

no otro, nuestro destino. Ya

ha llegado el momento de

dejar de buscar fuera para

comenzar a buscar dentro

La segunda cuestin se antoja

ms compleja; de hecho, no

pocos buscadores se han

perdido en el camino

confundiendo

errneamente- los medios con el fin.

Lo que llamamos bsqueda no ha de ser ms que una etapa, con fecha de

caducidad, que nos permita discernir cul es la herramienta ms adecuada

para alcanzar nuestro destino de las existentes en el amplio y confuso mercado

espiritual. El mtodo es necesario para mostrarnos el camino, sin saber qu

hemos de hacer y cmo hemos de hacerlo no conseguiremos resultados, no

llegaremos a nuestro destino. Sin mapa no puede haber singladura.

Poco a poco, empezamos a percibir que hay una ntima relacin entre terapia y

espiritualidad. Para poner un poco de luz en la confusin que todava existe al

respecto hemos de entender que la solucin del sufrimiento es un paso ms en

el camino evolutivo, la fase inicial ms urgente y -a la vez. la ms difcil; pero,

sin duda, la que ms templar nuestro corazn. En esta fase es fcil perderse,

tendemos a buscar frmulas mgicas que aparten de nosotros el cruel cliz

emocional, atajos que eviten nuestra responsabilidad. Pero, lo cierto es que no

somos conscientes de que el proceso de abordaje emocional desarrollar

nuestra capacidad ms maravillosa, la de comprender, y es esta -y solo esta- la

que pondr todo en orden en nuestro corazn.

Tenemos demasiado miedo a nuestras emociones; tienen el poder absoluto

sobre nuestros comportamientos, sobre nuestras vidas, sobre nuestra libertad

de sentir. Y no son mas que hbitos, costumbres, que se han asentado en el

tiempo y que tienen origen en las vivencias que hemos asimilado con dolor en

nuestra infancia.

Comprender cmo sufrimos, por qu sufrimos y de dnde viene nuestro

sufrimiento desactiva la energa que alimenta nuestros ncleos de conflicto, y

nos devuelve el poder sobre nuestro sentir y nuestro actuar. Comprender


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desarrolla nuestra consciencia y nos enruta adecuadamente en nuestro

propsito evolutivo.

Cuando nuestras emociones surgen tendemos a rechazarlas, esconderlas,

evitarlas, disimularlas, reprimirlas, reprogramarlas pero no a observarlas.

Comprenderlas implica la necesidad de afrontarlas, enfrentarlas y utilizarlas.

Ellas nos provocan el sufrimiento; por tanto, solo en ellas est la respuesta almismo, solo ellas me pueden ofrecer lo que busco, el por qu. Y esta es la clave,

saber el por qu.

Todos sabemos qu nos hace sufrir, o quin nos hace sufrir, o cundo sufrimos;

pero no sabemos por qu sufrimos De hecho, si lo supiramos ya no lo

haramos.

Esto supone buscar donde no lo habamos hecho y, por supuesto, hacer algo

que no habamos hecho antes: preguntarnos por qu. Cuando surge el

problema o cuando lo reavivo observo mi interior y me formulo dos preguntas

de esto que est ocurriendo ahora qu es lo que me duele?, aparto el

escenario y a los actores del terreno emocional y me vuelvo a preguntar: y

por qu esto me duele? El resto es tirar del hiloEl mtodo en cuatro pasos

La clave del proceso,

la primera etapa, ya la apuntaba en el prrafo anterior; consiste, simplemente,

en aprender a observar. La observacin es un gesto valiente y decisivo, que

pretende esquivar las respuestas naturales de defensa y el asentamiento -en el

tiempo- de esas reacciones (hbitos). La forma adecuada de establecerla es

desdramatizar, para poder mantener la calma en la mente y en el corazn, y

desapegarnos, para no sucumbir al secuestro de la exigencia emocional. Es el

momento de formular a nuestro corazn las preguntas adecuadas

El establecimiento de la observacin nos lleva a la introspeccin, un

mecanismo meditativo de nuestra mente, que facilita el anclaje de la atencin

sobre la manifestacin emocional. Una vez que hemos conseguido situarnos en

el Espacio Sagrado de la observacin, la introspeccin nos permite

quedarnos a solas con el sentir real.

Es el momento en podemos identificar el por qu.

Llegados a este punto nos interesa saber qu es una emocin para poder, as,

identificarla adecuadamente. El mecanismo de la emocin es el mismo para

todos los seres humanos, y no existe diferencia entre unas emociones y otras;

es el afn clasificatorio de nuestra mente consciente la que pretende

distinguirlas, adjudicndoles diferentes adjetivos y esto es lo que nos causa


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tanta confusin. Pongamos luz a esta cuestin

La emocin es resistencia.

La emocin, fundamentalmente, es dolor fsico; primero, y antes de nada, dolor

fsico. Cuando nuestros dispositivos automticos intuyen que va a ocurrir algo

que no nos gusta, que no deseamos, salta la alarma en el cuerpo.

a sentimos un dolor: presin en el plexo, nudo en la garganta, tripas

revueltas, piernas bloqueadas, cabeza que estalla y tantos otros.

No nos hemos dado cuenta de la urgencia a la que nos somete ese dolor,

queremos quitrnoslo de encima como sea. Y ese dolor surge por la

resistencia, sencillamente NO ACEPTAMOS lo que va a ocurrir, como tampoco

lo que vamos a sentir.

Rechazamos esta situacin, esta persona, este sentir, este ahora, y el dolorempieza observa por qu te resistes, identifica la resistencia.

La emocin es culpa

el dolor fsico se asoci a pensamientos, que toman forma de creencias y

suposiciones, y nos hacen revivir una y otra vez el mismo drama. La culpa es la

que las provoca, y mantiene la constante exigencia de reparacin del dao que

consideramos nos ha sido causado. Siempre hay alguien culpable de lo

ocurrido, culpable de nuestro sufrimiento. El otro, como ya sabemos, bien

puede ser una persona, o bien puede ser la suerte, la vida, Dios Pero la faceta

ms cruel y daina de la culpa es la que dirigimos hacia nosotros mismos, nos

culpamos por consentir, por asumir, por no actuar, por no decir, por

transgredir. Este es el cncer que nos corroe por dentro observa qu culpas,

observa de qu te culpas, identifica esas culpas.

La emocin es autocastigo

Esta es la cruel consecuencia de la culpa, la verdadera razn del sufrimiento.

Sufrimos porque nos castigamos por nuestras culpas.

Como bien dice el Dr. Miguel Ruiz, en nuestro interior hay un juez y una

vctima, y el resultado siempre es una condena. No somos conscientes de

nuestro vocabulario pero, en un alto porcentaje que nos sorprendera, est

encaminado a castigarnos, a menospreciarnos, a minusvalorarnos, a

humillarnos.

Un ejemplo sencillo, cuando digo: qu cansado estoy de esto! que crees

que te ests diciendo a ti mismo? Esta persona o situacin me supera, no soy

capaz de darle solucin, no valgo para esto, soy un intil y un tonto por no


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acabar con esto y surge la rabia, la culpa siempre genera rabia, rencor,

resentimiento

Realmente no existen las emociones, este trmino nos confunde, existe un

dolor fsico urgente y existen cientos de pensamientos asociados en nuestra

mente, creencias de culpa y castigo que se enredan unas con otras, generando

crculos de pensamientos de los que es muy difcil salir Observa tus

pensamientos de castigo, identifica las condenas

Martne Libertino define cuatro fases en nuestra evolucin y, curiosamente,

estn ligadas al manejo del sufrimiento. En la primera postula que sufrimos

por nuestras circunstancias, pero no sabemos por qu y en la segunda que

sufrimos por nuestras circunstancias, pero ya sabemos por qu. Es en la que

nos encontraremos despus de la identificacin de nuestras emociones.

Abordar el tercer paso, procesar, Libertino lo define como decido dejar de

sufrir por mis circunstancias; es dejar que nuestro corazn, de forma natural,

recupere las imgenes, los recuerdos, las vivencias de nuestra infancia que

reverberan al meditar sobre nuestros pensamientos y estn pidiendo ser

recuperadas para terminar de montar el puzzle de nuestra emocin y

vislumbrar as cmo ha empezado todo

Llegado este momento, la comprensin se dispara, ya estamos en condiciones

de constatar que somos nios y nias que todava cargamos con las heridas,

que nuestros problemas tienen un esquema definido y repetitivo, que podemosidentificar los lastres que arrastramos, que podemos desmitificar nuestro

sufrimiento, que podemos abordar nuestra vida desde el lenguaje de la

intuicin y la percepcin Pero, para que esas emociones no se vuelvan a

activar, todava queda una cosa por hacer: hay que cancelar las deudas,

reconciliarnos con aquellas situaciones y con las personas presentes en ellas.

Debemos ponernos en disposicin de realizar el gesto ms hermoso y ms

grande del que es capaz un Ser Humano, desplegar nuestro amor hacia todos y

Perdonar. Slo as podremos decidir dejar de sufrir.

El perdn no pretende exonerar a los otros de su responsabilidad, sino

liberarnos nosotros de ella y cortar el lazo de exigencia que todava nos une a

esas personas y a todas las dems que han despertado lo mismo en nosotros.

El perdn no es algo que necesitemos aprender. Si, en ese instante, nos

permitimos sintonizar con el otro descubriremos que no era consciente de lo

que haca o, simplemente, que responda a sus propios patrones de dolor, a sus

creencias, por las que nos vimos afectados. Cuando descubrimos que no ha

habido culpables en esa situacin, sino solo inconsciencia, entonces nos

permitiremos apartar de nosotros el rencor y el resentimiento y libera-remos

el ansia que nos invita al amor, al abrazo, a la fusin. Eso es perdn. Pero, el


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EL HABITO DE SENTIRNOSOFENDIDOS

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Tcnicas para superar las Ofensas

Un empleado feliz es ms productivo

Tcnica del 5 estado de la materia

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ms importante ser el que nos dirijamos a nosotros mismos por haber tenido

que consentir, que vivir, que omitir o, simplemente, por lo que nuestra

reaccin provoc en el otro. No pudimos hacer otra cosa.

Seguro que ya has adivinado la cuarta fase, eliminar, claro que s! qu, si

no? Libertino la define como soy feliz en mis circunstancias. Se feliz, es lo

nico que se te pide

Por Fernando Rivadulla Iglesias

evolucion

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