el sublime acto de renovar actitudes iraní inacio

4
EL SUBLIME ACTO DE RENOVAR ACTITUDES La reforma intima o autoeducación exige completo cambio de actitud. Por: IRANÍ INACIO Renovar actitudes es un procedimiento de orden personal que exige absoluto control de las propias emociones. Esta medida atiende al comando superior de la razón estratificado en la conciencia de aquellos que efectivamente anhelan transformarse en el seno de la propia interioridad. La reforma íntima o autoeducación exige completa cambio de actitud. Se presupone que el candidato a la transformación interior ya experimentó el momento valioso del despertar de su conciencia. Este despertar de la conciencia, simbolizando el camino de Damasco de cada individualidad, representa una nueva bendición del recomienzo.

Upload: cruz-reyes

Post on 30-Jul-2016

223 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

EL SUBLIME ACTO DE RENOVAR ACTITUDES IRANÍ INACIO

TRANSCRIPT

Page 1: El sublime acto de renovar actitudes iraní inacio

EL SUBLIME ACTO DE RENOVAR ACTITUDES

La reforma intima o autoeducación exige completo cambio de actitud.

Por: IRANÍ INACIO

Renovar actitudes es un procedimiento de orden personal que exige absoluto control de las propias emociones. Esta medida atiende al comando superior de la razón estratificado en la conciencia de aquellos que efectivamente anhelan transformarse en el seno de la propia interioridad.

La reforma íntima o autoeducación exige completa cambio de actitud. Se presupone que el candidato a la transformación interior ya experimentó el momento valioso del despertar de su conciencia. Este despertar de la conciencia, simbolizando el camino de Damasco de cada individualidad, representa una nueva bendición del recomienzo.

Chico Xavier el apóstol del Espiritismo brasileño, explicitó bien esta enseñanza en sentencia por el exorada antes de su regreso a la patria de la verdad: “Aunque nadie pueda volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar ahora y realizar un

Page 2: El sublime acto de renovar actitudes iraní inacio

nuevo fin.” Nada está perdido y cualquiera, a cualquier hora puede recomenzar.

En los campos de peregrinaje humano no raro criaturas de todos los credos, son convocadas al cumplimento de esta tarea personal e indelegable de la auto-iluminación. Valiosa e indispensable, esta no es una empresa fácil, aunque destinada específicamente a los que efectivamente están dispuestos a atender el adorable convite para la gran transformación espiritual.

Raros son los que comprendiendo, se dignaran a recibir y aceptar en su plenitud los preciosos ensañamientos de Jesús que nos inducen a buscar en los escollos de la propia alma los ingredientes necesarios e indispensables a la verdadera regeneración espiritual.

“Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo. El Reino de Dios está dentro de vosotros”, sentenció Cristo para que nos apercibiésemos inmediatamente que toda criatura, como individualidad espiritual inmortal, independiente de su grado evolutivo y de su credo religioso posee en su interioridad una centella Divina. Esta llama eterna es la luz interior que un día habrá de “brillar intensamente ante los hombres para que ellos vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en el Cielo”.

Perciban que esta magistral sentencia cristiana es la que determina la obligatoriedad del proceso de transformación espiritual, a través de la renovación de la mente como asevera el apóstol de los gentíos: “Transformaos por la renovación de vuestra mente a fin de que sepáis cual es la buena, perfecta y agradable voluntad de Dios.”

La mente disciplinada ha de ser la principal herramienta a ser utilizada por los que de fuerte voluntad y sereno coraje desean controlar las emociones, renovar sus actitudes y re direccionar la propia conducta.

La mente es la fuente generadora del pensamiento. El pensamiento constructivo es el elemento dispensable para quien desea efectivamente buscar su transformación moral. Él es quien conduce

Page 3: El sublime acto de renovar actitudes iraní inacio

a la criatura ávida por encontrar la luz del saber y del entendimiento a la práctica de acciones edificantes y ennoblecedoras.

Disciplinar la mente es factor decisivo para que el cristiano devotado pueda alcanzar su bendecido propósito de transformarse para mejor. Quien desea renovarse precisa mudar sus actitudes.

La verdadera transformación no se materializa en señales y actos exteriores, más si se estratifica con las buenas acciones de una mente renovada y revestida de una nueva luz.

Hacer eclosionar y avivar la lumbre para brillar intensamente nuestra luz interior, es recubrirse de autoestima y sedimentar en la propia alma el desenvolvimiento harmonioso y progresivo de todas las potencialidades del ser como individualidad eterna e imperecedero.

Esta es la modalidad de educación diferenciada que no inviste en el intelecto más sien el sentimiento, objetivando la formación del hombre de bien, desprovisto de egoísmo, de orgullo y de vanidad que obstaculizan el progreso de las criaturas infelicitando a toda la humanidad.

Quien así actúa está avasallando en la propia alma los principios rectos de la verdadera educación que infunde hábitos buenos, genera caracteres, ilumina, redime y que transforma al ser apuntando al ciudadano del universo y viajero de la eternidad, la forma más productiva y más eficaz para renovar las propias actitudes. Con actitudes renovadas la criatura se torna mejor, se transforma la humanidad, la naturaleza se revigora y el planeta agrade.

Como cualquier otra actividad en el trabajo terrestre la regeneración interior reclama determinación, renuncia y perseverancia en el bien. A los dedicados aprendices al servicio de mejoramiento mental exige estudio, constancia en el bien y en el conocimiento.

Si “nadie evoluciona sin aprender y nadie aprende sin estudiar,” renovemos nuestras actitudes estudiando y trabajando, sirviendo y

Page 4: El sublime acto de renovar actitudes iraní inacio

amparando, amando y fortaleciéndonos en la fe, en la esperanza y en la caridad.

(Iraní Inacio de Lima, presidente da Asociación Jurídico Espírita de Goiás – AJE Goiás)

Traducido por: M. C. R